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Junto con el encabezado del Punto 3 Establece que las familias o el paciente,
sin que medie investigación por profesionales de la salud (peritos en salud),
puedan llevar a juicio a cualquier médico, enfermera, técnico o profesional de la
salud incurriendo el mismo en enormes gastos por abogados.
Punto 10, 11, 12: Solamente el profesional de la salud será responsable por los
daños causados a los pacientes, pues la mayoría de instalaciones de salud
públicos, privados y servicios no disponen de protocolos de atención y no obliga
a las instituciones a tomar las medidas necesarias para evitar perjuicio a la salud
de los pacientes.
Artículo 6:
Punto 2: Calidad: Establece que las instituciones deben hacer su “Máximo
esfuerzo” para asegurar la calidad del personal y disponibilidad de recursos e
insumos. Es decir, deja a criterio de cada director cuál es su máximo esfuerzo.
Punto 6: abre la puerta para que personas que no forman parte del personal de
salud supervisen, interfieran e inspeccionen información confidencial de los
pacientes y del personal de salud dentro de las instalaciones de salud.
Artículo 11: Las instituciones y hospitales solo cubrirán los gastos del proceso civil
del profesional de la salud si el daño causado al afectado SOLAMENTE ES POR
FALTA DE RECURSOS O A LA ESTRUCTURA INSTITUCIONAL (Si es el proceso
previo de Investigación Administrativa o Arbitraje o si es una demanda penal la
institución no cubre nada) (Ver artículo 25). Por eso las instituciones cambiarían su
reglamento de personal para obligar a los profesionales de la salud a aceptar
arreglos a través de arbitrajes O de lo contrario, si no acepta el arbitraje o la decisión
del mismo, el profesional de la salud puede ser destituido. (artículos 10, 23, 24, 25).
Artículo 12: Establece que “la responsabilidad civil podrá ser extensiva a los
responsables de la administración de las instituciones o establecimientos de salud”
(posiblemente, tal vez, quizás, PERO NO DEFINITIVAMENTE) (es decir, NO DICE
SERÁ), por ofertar servicios que no presta, falta de infraestructura adecuada, falta
de capacidad resolutiva, no contar con personal calificado, falta de equipo e
instrumental, insumos, vacunas, medicamentos, falta de limpieza y esterilización,
malas condiciones de bioseguridad o falta de ambulancias.
Artículo 16: Los eximentes de culpa y responsabilidad, según el punto 5 del artículo
5, solo podrá ser a través de un juez o árbitro legal. Es decir, el profesional de la
salud acusado de supuesta malpraxis de todos modos sería enjuiciado y tendrá que
asumir los costos del abogado para su defensa. Sin embargo, como el arbitraje será
realizado por pacientes, abogados, sacerdotes, etc. Nombrados por influencia
política, estos eximentes de culpa quedarán sometidos al antojo de la Comisión de
Arbitraje (Artículos 25, 26, 27).
Artículo 17 y 19: Todas las denuncias de malpraxis deben ser investigadas por
peritos idóneos, establecidos por el Ministerio de Salud o el Instituto de Medicina
Legal y Ciencias Forenses, ya sean penales o CIVILES. Si se asigna a un médico
como perito, éste no puede negarse.
Artículo 18: En todos los casos de denuncias ciudadanas (que pueden ser
anónimas según las leyes de Panamá) de malpraxis, deben practicarse auditorias
médicas externas en todos los procesos de gestión y atención de salud (asistencias,
tardanzas, uso de protocolos locales, nacionales, internacionales, tiempo de
atención por paciente, recetas de medicamentos agotados en ese momento, etc.).
Artículo 20: Los profesionales de la salud son investigados por fiscalía y enfrentan
a un juez y pueden ser sancionados; pero los altos funcionarios administrativos
(jefes de servicio, Directores locales, provinciales, regionales, nacionales, etc.) son
investigados por la Defensoría del Pueblo y la Procuraduría de la Administración,
que no tienen capacidad de imponer sanciones.
Artículo 23, 24, 25: Abre la puerta de que cualquier profesional de la salud que sea
acusado sea llevado ante un “ARBITRAJE” para negociar el pago de una
indemnización en dinero sin que se demuestre que se causó daño, pues no llega a
un juicio. Esto puede ser realizado en forma obligatoria (cambio de reglamento del
personal de las instituciones públicas de salud y /o contratos en los hospitales
privados) para obligar al profesional de la salud a pagar indemnizaciones librando a
las instituciones y hospitales privados de asumir responsabilidad legal en las
denuncias y demandas civiles y penales, pues de lo contrario, si el profesional de la
salud no acepta ir a arbitraje o la decisión de éste, podría ser destituido o despedido.
Artículo 38: Deroga el artículo 1 de la Ley del buen samaritano que protege a los
profesionales de la salud de ser demandados penal y civilmente cuando asisten a
una persona en caso de urgencia o desastre, todas las leyes, reglamentaciones,
acuerdos gremiales, etc. además eliminan todos los derechos de los profesionales
de la salud del código civil en caso de demandas civiles además de posibles
contrademandas por demandas temerarias de malpraxis.
Consecuencias de esta Ley:
8. Esta ley podría utilizarse para perseguir a los dirigentes gremiales y a todo
profesional de la salud que haga llamamiento a suspensión de
procedimientos (por falta de insumos, medicamentos, etc), medidas de paro
o exigencias de derechos laborales, salariales o derechos de los pacientes,
y ser destituidos, demandados civilmente e inclusive condenados
penalmente hasta por 6 años de cárcel.
Precedentes Legales
2. Caso KPC del Complejo Hospitalario Arnulfo Arias Madrid de la Caja del
Seguro Social (2010): Debido a fallas en la administración y gestión de salud
por falta de limpieza adecuada de los hospitales. En este caso se están
acusando a 6 médicos por homicidio culposo por “falta de aseo” de los
hospitales.