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Nómadas (Col)

ISSN: 0121-7550
nomadas@ucentral.edu.co
Universidad Central
Colombia

Castro-Gómez, Santiago
¿Disciplinar o poblar? La intelectualidad colombiana frente a la biopolítica (1904-1934)
Nómadas (Col), núm. 26, 2007, pp. 44-55
Universidad Central
Bogotá, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=105115241006

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¿Disciplinar o poblar?
La intelectualidad colombiana
frente a la biopolítica
(1904-1934)*
nomadas@ucentral.edu.co • PÁGS.: 44-55

Santiago Castro-Gómez**
Este artículo presenta el dilema de la intelectualidad hegemónica en Colombia (médicos, higienistas, abogados)
durante las primeras décadas del siglo XX frente al problema de cómo gobernar la población. Mientras que unos creían
que la población existente era ingobernable (por encontrarse sometida a un proceso de degeneración racial), otros
pensaban que las falencias raciales podrían corregirse a través de medidas disciplinarias y biopolíticas aplicadas por el
Estado. Unos y otros, sin embargo, reproducían el mismo imaginario colonial de la “limpieza de sangre” (blancura) que
persistió durante todo el siglo XIX.
Palabras clave: intelectualidad, gubernamentalidad, colonialidad, biopolítica, Colombia, siglo XX.

Este artigo apresenta o dilema da intelectualidade hegemônica na Colômbia (médicos, higienistas, advogados) du-
rante as primeiras décadas do século XX frente ao problema de como governar a população. Enquanto que alguns
acreditavam que a população existente era ingovernável (por encontrar-se submetida a um processo de degeneração
racial), outros pensavam que as falências raciais poderiam ser corrigidas através de medidas disciplinárias e biopolíticas
aplicadas pelo Estado. Outros, no entanto, reproduziam o mesmo imaginário colonial da “limpeza de sangue” (brancura)
que persistiu durante todo o século XIX.
Palavras-chaves: intelectualidade, governamentalidade, colonialidade, biopolítica, Colômbia, século XX.

This article presents the dilemma of hegemonic intellectuality in Colombia (physicians, hygienists, lawyers) had
during early the 20th Century facing the problem of how to govern the people. While some of them believed that the
existent population was ungovernable (because it was subdue to a racial degeneration process), others believed that the
racial failures could be corrected by disciplinary and biopolitical measures applied by the State. Both, however, reproduced
the same colonial imaginary of “cleaning of the blood” (whitening) that lasted all along the 19th Century.
Key words: intellectuality, governmentalily, coloniality, biopolitics, Colombia, 20th Century.
ORIGINAL RECIBIDO: 22-I-2007 – ACEPTADO: 9-II-2007

* Este artículo es parte de la investigación en marcha “Capitalismo y biopolítica en


Colombia (1900-1934)” que se inició el 15 de enero de 2006 con la financaición de la
Universidad Central – IESCO-UC-.
* * Doctor en Filosofía por la Johann Wolfgang Goethe Universität de Frankfurt. Coordi-
nador de la línea de investigación de Conocimientos e Identidades Culturales del
IESCO-UC. Profesor del Instituto Pensar de la Pontificia Universidad Javeriana. E-
mail: s_castrogomez@yahoo.com

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E n este artículo propondré
que los intelectuales colombianos
consolida entre la intelectualidad
colombiana la hegemonía de los dis-
cada vez más necesario para el Es-
tado colombiano, debido a que las
de comienzos del siglo XX se halla- cursos de la medicina y la biología epidemias frecuentes amenazaban
ban divididos entre dos lecturas sobre los viejos discursos de la gra- la salud de los trabajadores, sobre
muy distintas del bios: de un lado mática y la literatura; 5) es también todo en las áreas tropicales, lo cual
estaban los médicos y abogados for- el momento en que se produce el hacía peligrar la incipiente econo-
mados en la escuela positivista del primer debate académico y político mía de exportación. Poco a poco,
siglo XIX, para quienes la vida era entre las nacientes disciplinas so- y en la medida en que los gra-
el simple resultado de leyes bioló- ciales del país1. Asistimos, pues, a la máticos eran desplazados de la he-
gicas previas a todo tipo de manifes- gestación de un espacio propiamen- gemonía del conocimiento (que
tación cultural o social y, por tanto, te disciplinario e institucional cono- habían conservado durante casi
resistentes a la acción dis- todo el siglo XIX), los mé-
ciplinaria del Estado; del dicos empezaron a verse a
otro lado estaban aquellos sí mismos como los nuevos
que consideraban la vida apóstoles de la República,
como ligada directamente los herederos de Caldas,
al trabajo y a la salud físi- Mutis, Zea y Lozano. Ellos
ca, elementos que debían eran ahora los encargados
ser colocados como prio- de continuar la obra de
ridad de las políticas de aquellos mártires de la pa-
gobierno. De esta doble lec- tria y de señalar a la na-
tura se genera entre los in- ción el camino del progreso
telectuales hegemónicos un bio-social, ya que éste re-
doble entendimiento de la quería de un pueblo sano,
biopolítica: “gobernar pa- trabajador y bien alimen-
ra poblar” y “gobernar para tado (Obregón, 1992: 70
disciplinar”. y 84). No debemos olvi-
dar que hacia comienzos
La época elegida para del siglo XIX, la medicina
esta lectura (1904-1934) es social se hallaba muy in-
interesante por varias razo- fluenciada por los mode-
nes: 1) es el momento en los de análisis provenientes
que Colombia se conecta de la biología. En países
definitivamente con la eco- como Brasil, Cuba, Méxi-
nomía mundial capitalista co y Argentina se empezó
gracias a la exportación del a considerar la herencia
café; 2) la industrialización biológica –y en especial la
del país requería, como con- herencia racial– como una
secuencia de esto, el des- de las causas que explica-
pliegue estatal de una serie Edward17,3
Walhouse Mark, Vaquero tolimense. 1843-1856. Acuarela sobre papel,
x 12,2 cm (Reg. 0114), Colección Banco de la República ban las “anormalidades” de
de políticas de control so- la población. La nueva
bre la vida de la población; 3) tales cido luego como las “ciencias ciencia de la eugenesia, apoyándo-
biopolíticas hacían indispensable el sociales”. se en ideas médicas y biológicas,
concurso de las “ciencias de la vida” se centraba en buscar un control
para el diagnóstico de los “males” de las razas para lograr una “mejo-
poblacionales y para favorecer la 1. Gobernar es poblar ra” general de la población y pre-
emergencia de una clase obrera sana venir la propagación de los “menos
y en disposición de trabajar; 4) ade- Desde mediados del siglo XIX aptos” (García et al., 1992; Camar-
más, es el momento en el que se el concepto de los médicos se hizo go, 1999).

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En Colombia, la in- abiertos a las acciones
fluencia del discurso más violentas y abo-
biológico se revela de minables. Se trataba,
forma clara en la con- pues, de una raza com-
ferencia inaugural de puesta por “tipos
la cátedra de Clínica anormales, de una
de Patología Mental emotividad enfermiza,
pronunciada el 11 de pasionales y perverti-
agosto de 1916 en la dos morales” (226).
Facultad de Medicina No es de extrañar, en-
de la Universidad Na- tonces, que del cruce
cional por el médico de estas dos “razas de-
Miguel Jiménez López. ficientes” haya nacido
Allí se muestra la im- un pueblo marcado
portancia de realizar por la resignación, la
un estudio socio-pato- Edward Walhouse Mark, Alfarero de Honda. 1845. Acuarela sobre papel, 17,3 x 25 cm impotencia y la impe-
(Reg. 0068). Colección Banco de la República
lógico sobre el aumen- tuosidad reflexiva:
to progresivo de las enfermedades dio conlleva necesariamente una
mentales, los suicidios y el alcoho- degeneración racial, pues todo mes- Persiste, en consecuencia, a través
lismo en Colombia. Según Jiménez tizo físico es un mestizo moral y, por del cruce secular de nuestros pro-
López, la herencia racial es la causa tanto, un degenerado desde el pun- genitores, la viciación primordial
principal que explica este incremen- to de vista mental y espiritual. de su psiquismo, la que reforzada
to de las patologías mentales. Su por causas accidentales [como la
tesis es muy similar a la defendida En su conferencia inaugural, falta de educación, el alcoholis-
por el argentino Carlos Octavio Jiménez López señala que los carac- mo y la alimentación deficiente],
Bunge en su libro Nuestra América teres originarios de las razas que se surge con frecuencia en todas las
de 1903, texto seguramente cono- mezclaron en Colombia no favore- esferas de nuestra población, ya
cido por Jiménez López: la mezcla cieron un “cruzamiento feliz” des- bajo forma de locuras del gran gru-
de razas se opone al proceso de se- de el punto de vista biológico. De po de las llamadas locuras consti-
lección natural y no es ventajosa un lado, las razas indígenas que tucionales, ya bajo la forma de
para el perfeccionamiento físico y poblaban el territorio se hallaban degeneraciones inferiores, ya con
moral de la población, debido a que en un estado cultural de franca de- el carácter de neurosis, bien como
supone un cruce de elementos he- cadencia a la llegada de los espa- enfermedades de la emotividad o
reditarios dispares. Las “leyes de la ñoles. En comparación con los de la voluntad (Jiménez, 1916:
biología” no favorecen el cruce de aztecas en México y con los incas 227, énfasis mío).
individuos de razas pertenecientes en el Perú, los chibchas –el pueblo
a especies distintas, porque en este más avanzado de la Colombia pre- A esto debe sumarse la nefasta
proceso se pierden los caracteres colombina– eran un pueblo “dege- influencia de la geografía colombia-
originales de las razas que se mez- nerado precozmente” debido al uso na en la psicología de sus habitan-
clan. Bunge habla en este sentido ritual de bebidas fermentadas como tes. Los paisajes montañosos de los
del mestizaje como causante de una la chicha. Esto hizo de ellos un “re- Andes, por el cuadro monótono
degeneración paulatina de la raza baño manso, envilecido y apoca- que ofrecen, favorecen la depresión
(Bunge, 1994: 117). Es el caso de do”, incapaz de ofrecer resistencia y la melancolía, en tanto que el
América, escenario en donde se alguna frente al conquistador euro- fuerte calor de los climas tropica-
produjo el cruce de dos razas perte- peo (Jiménez, 1916: 224-225). De les despierta pasiones encendidas y
necientes al mismo género (huma- otro lado, los españoles constituían formas expansivas de locura. A esto
no) pero no a la misma especie (pues una raza forjada en medio de las se debe también el incremento de
descendían de diferentes “troncos”)2. guerras de Reconquista en la penín- la tasa de suicidios en todo el país,
De este modo, el cruce hispano-in- sula ibérica, psicológicamente así como la tendencia a la crimina-

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lidad y a todo tipo de desequili- ra orgánica lo que explica por qué la misma sabiduría popular recono-
brios. Al final de su conferencia, alguien tiene tendencias criminales ce que el comportamiento anormal
Jiménez López llama la atención a o manifiesta determinadas perver- de ciertas personas se relaciona con
los políticos sobre la tendencia siones sexuales. Esto se ve clara- su origen étnico:
degenerativa del pueblo colombia- mente en los animales, por ejemplo
no. Basta comparar la estructura cuando el cisne se aparea con la oca Las influencias etnológicas son
moral de los conquistadores y de y el bisonte con la vaca. Sólo al- de observación diaria y vulgar,
los héroes de la Independencia con gún tipo de disfunción orgánica así es que sólo las tocaré de
los colombianos de hoy para darse puede explicar que individuos paso. “Ese es un judío”, dicen las
cuenta de que el “vigor y la fibra pertenecientes a razas y especies di- gentes para designar a un usure-
nacionales” se han venido apagan- ferentes se crucen entre sí, produ- ro; “negro no la hace limpia” es
do con el tiempo y que, de no to- ciendo una prole degenerada. frase con que se expresa entre
marse los correctivos necesarios, al nosotros el mal concepto en que
país le espera “el más sombrío de De igual forma, la criminalidad se tiene a los individuos de la
los destinos que un pueblo pueda pertenece al tipo de las anormali- raza africana; “es más desconfia-
confrontar” (Jiménez, 1916: 233). dades hereditarias, ya que es produc- do que un indio” dice quien
to de una degeneración física y desea ponderar la suspicacia de
Este juicio pesimista de Jiménez moral que se transmite de padres a alguno; “serio como un inglés”,
López sobre las tendencias degene- hijos. “El delincuente nato –escri- “parlanchín como un francés”,
rativas de la raza no era aislado ni be Camacho– no es más que el de- “sucio como un chino”, “embus-
exótico, sino compartido por una lincuente por herencia […] La tero como un egipcio”, “ladrón
porción no despreciable de médi- criminalidad se hereda, no solo de como un gitano”, y otras cien
cos y abogados del país. Muchos de padres delincuentes, sino también frases por el estilo, dejan ver que
ellos seguían las tesis de Lombroso, de padres epilépticos, dipsómanos, aun el vulgo explica ciertos ras-
para quien el acto delictivo es efecto dementes, etc.” (Camacho, 1916: gos de carácter por meras in-
directo de un organismo anormal e 298-299). Por eso resulta importan- fluencias étnicas (Camacho,
incurablemente enfermo. Es el caso te saber cuál es la historia biológica 1916: 292).
del doctor Martín Camacho, miem- de un criminal, para poder deter-
bro de la Academia Nacional de minar qué tipo de disfunciones or- Pero no sólo es el factor étnico
Medicina, quien el 2 de septiembre gánicas recibe por herencia. Muchas el que explica el comportamiento
de 1916 pronunció en Bogotá un de esas disfunciones son de carác- del criminal nato, sino también las
discurso titulado “Criminología”. El ter antropométrico, en especial de- influencias climáticas. Algunas ra-
propósito de esta intervención es formaciones del cráneo que afectan zas degeneran rápidamente debido
presentar ante la comunidad cien- su coeficiente intelectual. Personas a su patológica adaptación a los
tífica las “nuevas teorías crimi- con el cráneo demasiado pequeño, condicionamientos geográficos, y
nológicas” desarrolladas por voluminoso, ovalado y oblicuo de ellas cabe esperar una mayor
Lombroso y sus discípulos. Tales tienden a manifestar tendencias cri- frecuencia de los delitos violentos.
teorías, dice Camacho, parten de minales. Camacho señala que “al Camacho piensa que “nuestro país
un principio fundamental: el deter- clasificar las formas del cráneo, es se presta singularmente para estudiar
minismo, es decir la ley de causa y preciso no perder de vista las mo- la influencia de las condiciones
efecto. En el universo físico no exis- dalidades étnicas, pues de otro geológicas y sobre todo orográficas”
te efecto sin causa, y esto vale tam- modo pudiera uno llegar a conclu- sobre la criminalidad. En países tro-
bién para el universo psíquico y siones erróneas” (274). Esto debi- picales y montañosos como Colom-
social (Camacho, 1916: 266). Lo do a que algunas deformaciones bia, donde no hay estaciones,
cual significa que un acto delictivo craneanas suelen ser típicas de cier- abundan los delitos de sangre en las
no se explica por el “libre albedrío” tas razas, como por ejemplo el tierras cálidas y los delitos contra
del criminal, sino que es producto progeneísmo, “que es una desvia- la propiedad en las zonas frías
de condicionamientos somáticos. ción del prognatismo característi- (Camacho, 1916: 292). Además,
Son irregularidades en la estructu- co de las razas negras” (275). Hasta hay que tener en cuenta que Co-

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lombia se halla en un período bas- López y Camacho frente a las posi- Los antecedentes atávicos tie-
tante crítico de su evolución social, bilidades biológicas de la raza nen una particular significación.
pues está saliendo apenas de la eta- colombiana era compartido tam- Sin considerar lo impropicio de
pa “militar” de la civilización para bién por los juristas. Poco a poco un cruzamiento de tres razas tan
ingresar en la etapa “industrial”, se imponía en algunos círculos in- diferentes entre sí –indígena,
según la clasificación de Spencer telectuales la creencia de que los blanca y negra–, encontramos,
(Ibíd., 293). Las sociedades que vi- asesinatos violentos en Colombia se tanto en la rama paterna como
ven en la etapa militar son en ex- debían a la manifestación patoló- en la materna, una tradición
tremo violentas, pues la guerra es gica de rasgos degenerativos de la constante de alcoholismo, com-
su ocupación permanente; en ellas raza. Es el caso, por ejemplo, del plicada con la neurosis […] Por
no se ha producido aún esa suavi- análisis que hace el abogado Feli- poco observadores que seamos,
zación de las costumbres propia de pe Paz sobre un homicidio perpe- todos podemos atestiguar que los
las sociedades industriales. Es la tuado el 24 de octubre de 1920 en vicios y estigmas patológicos de
época del hombre-tigre y “en ella la ciudad de Montería, cuando un los individuos son determinan-
prevalecen los delitos de sangre, los hombre en alto estado de embria- te de la degeneración en su pro-
que entrañan abuso de la fuerza y guez asesinó a machetazos a cuatro le. El vulgo ha reconocido la
los que proceden de la cólera o de mujeres, entre ellas tres niñas, pren- fatalidad de la herencia en una
la venganza” (294). dió fuego a su vivienda, hirió a un pintoresca frase: “hijo de tigre –
caballo, acuchilló a tres vacas, mató reza el adagio– sale pintado (Paz,
Al final, Camacho llega a una a dos burras y persiguió a varias 1921: 80-81).
conclusión pesimista. Si tanto la personas que quisieron detenerlo.
herencia biológica como las influen- En su análisis, denominado “Un En esta misma dirección se mue-
cias geográficas son tan adversas, no caso de criminalidad morbosa”, Paz ven los argumentos presentados
parece haber muchas razones para afirma que el Derecho Penal ha varios años después por Julián Ca-
ser optimistas frente al futuro so- experimentado una evolución sig- ballero en su tesis “Etiología del
cial, económico y moral del país: nificativa con respecto al modo en delito del hurto”, presentada para
“Hay individuos que nacieron para que antiguamente se consideraban optar por el grado de Doctor en
el delito, como nacen los peces los móviles de un crimen. Ahora, Derecho en la Universidad Nacio-
para el agua, y no existe poder hu- según Paz, los criminalistas consi- nal. Allí se afirma que la tendencia
mano capaz de torcer la ley a que deran los aportes de ciencias como al robo, uno de los delitos más
los sometió la naturaleza” (Ibíd.: la biología y la psicología social frecuentes en Colombia, puede
299). Por desgracia, el número de para iluminar los aspectos raciales examinarse desde la herencia bio-
“incurables” es bastante grande en y psíquicos del criminal. Por esta lógica. En el capítulo VIII de la te-
Colombia y ello deja a la sociedad razón, es preciso considerar cuál es sis titulado “Influencia racial en el
entera frente a un dilema pavoroso: la herencia biológica del asesino de delito del hurto”, Caballero dice
“o los descarta brutalmente, como Montería. Paz señala que se trata- que los pueblos chibchas que po-
quien corta un miembro gangre- ba de un hombre cuyo abuelo pa- blaron el actual territorio de Co-
nado, o se deja sacrificar por ellos. terno era mulato y gran tomador de lombia, no conocían el robo antes
A los médicos sólo nos correspon- aguardiente, su abuela paterna de la llegada de los españoles. Este
de plantear la dificultad [...] tó- “descendía derechamente de los delito sólo se incorporó a su carác-
cales a otros escoger entre los dos aborígenes”, su bisabuelo paterno ter durante la época de la Colonia,
cuernos del dilema” (300). La ta- era indio puro y también gran be- cuando asimilaron la tendencia
rea del “buen gobierno” es eva- bedor, mientras que su madre “es delictiva de la psicología hispáni-
luar la situación con objetividad hija natural de una mujer de color ca. El indio precolombino era un
–es decir con ayuda de la ciencia– y de un rico propietario rural, de elemento sano y trabajador, pero su
y tomar una decisión al respecto. pura sangre española” (Paz, 1921: carácter empezó a corromperse de-
79). Apoyándose en el juicio de bido al mestizaje biológico con el
Como decíamos antes, el pesi- renombrados médicos franceses, Paz español. Es sólo entonces cuando
mismo de médicos como Jiménez llega a la siguiente conclusión: prácticas como el robo y el alco-

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holismo aparecen como manifesta- como único medio para satisfa- chicha. La lucha antialcohólica es
ciones patológicas de la degenera- cer sus necesidades primordiales tan importante como la lucha
ción racial en Colombia (Caballero, (Caballero, 1939: 61). antisifilítica, antituberculosa y
1939: 54-55). antileprosa. En cuarto lugar, se
Se hace necesario entonces hace indispensable una reforma
Pero además de la influencia aplicar ciertos correctivos que per- completa del sistema educativo en
racial, la tendencia al hurto se ex- mitan, a lo sumo, desacelerar el el país, pues los colegios se limitan
plica también por la influencia per- proceso de la decadencia racial. En a ofrecer una educación dirigida
niciosa del medio ambiente en la la memoria presentada dos años sólo hacia el intelecto pero que no
“psicología nacional”. Según Caba- después al Congreso Médico Na- tiene en cuenta el desarrollo cor-
llero, las condiciones climatológi- cional reunido en Cartagena, Mi- poral. Niños y adolescentes con
cas del país (zonas montañosas con guel Jiménez López desarrolla una una constitución física endeble
mucho frío, zonas bajas con mucho terapéutica para contener la de- serán toda la vida seres débiles, men-
calor, zonas selváticas con mucha generación biológica del pueblo co- talmente subdesarrollados e inca-
humedad) hacen que el movimien- lombiano. Se trata de una serie de paces de mostrar el temple que
to orgánico de la vida se manifies- medidas de orden biopolítico, im- demanda el progreso económico
te de forma patológica: plementadas por el Estado y desti- del país. Finalmente, el Estado debe
nadas a levantar el nivel biológico velar por crear mejores condicio-
El clima influye en las determi- y moral de la población. Algunas nes laborales para la clase trabaja-
naciones de la actividad delic- medidas buscan combatir las dora, pues su salud resulta clave
tiva, favoreciendo el desarrollo “causas accidentales”, es decir, los para la creación de riqueza. El obre-
de los delitos de sangre en las factores medioambientales del pro- ro industrial debe recibir garantías
partes calientes y de los delitos blema, como son la mala educación, para su trabajo, pues sería un gran
contra la propiedad en las regio- los malos servicios de salud, la au- error tratarle de forma similar al
nes frías de este país [...] El calor sencia de una legislación laboral, agricultor y al jornalero, que des-
favorece las manifestaciones de etc., mientras que otras son más ra- truyen su salud con largas jornadas
la vida, desencadena las pasio- dicales, pues buscan combatir los de trabajo sin descanso (Jiménez,
nes, da vigor y fuerza a todos los factores hereditarios de la decaden- 1920: 36-38).
organismos, y aunque en muchí- cia racial. Entre las primeras, el
simo menor escala que en nin- médico boyacense menciona las si- Todas estas medidas, como bien
gún otro ser, también atiza en lo guientes: implementar un sistema ha señalado Zandra Pedraza (1997:
interior del hombre los instintos de higiene pública y privada que 117), estaban centradas en el con-
de lucha y salvajismo. Entonces obligue a todos, pero en especial a trol y gobierno sobre el cuerpo. El
la carne se despierta, sobreviene las mujeres, a la adquisición de há- advenimiento de la sociedad indus-
el desbordamiento de las pasio- bitos de aseo corporal. Un pueblo trial requería un aumento de la vi-
nes y pide a gritos que se le atien- mugroso y sucio no puede aspirar a talidad corporal de la población, es
da y escuche. [...] El frío hace disfrutar de los beneficios de la in- decir, la adquisición de una serie de
consumir un gran número de dustrialización. En segundo lugar, el competencias físicas y mentales para
calorías y como consecuencia de Estado debe instruir a la población funcionar en la sociedad del traba-
este fenómeno se produce un sobre el tipo de alimentación que jo. Sin embargo, Jiménez López está
desgaste orgánico, de ahí el ham- más le conviene según el clima en convencido de que la degeneración
bre que se hace sentir en las re- que se encuentre. Un pueblo des- biológica no puede ser contenida
giones frías. El individuo de nutrido no puede sino generar per- sólo por el disciplinamiento. Ni la
estas regiones siente la necesidad sonas ociosas, con tendencia a la erección de panópticos sociales ni
de reparar esos desgastes y como imbecilidad y el cretinismo. De la implementación de medidas re-
muchos no tienen lo suficiente igual forma, el Estado debe com- presivas sobre el cuerpo podrán
para conseguirlo, se dedican en- batir con todos los medios represi- evitar la decadencia de la raza co-
tonces al hurto y a los demás vos a su disposición el consumo de lombiana, ya que ésta se debe más a
delitos contra la propiedad, bebidas fermentadas, en especial la factores hereditarios que a factores

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medioambientales. Por eso, en opi- científico con el fin de evitar fatales pensar las deficiencias de aque-
nión del médico, “todos los anterio- errores: lla que se quiere mejorar (Jimé-
res son medios que conspiran a retardar, nez, 1920: 40).
cuando más, nuestra decadencia y Considerada etnológicamente,
a levantar temporalmente el nivel bio- la inmigración a nuestros países El médico, el biólogo, el soció-
lógico y moral de nuestro pueblo. debe sujetarse, desde luego, a las logo y el etnólogo se unen para re-
Son, pues, recursos puramente pa- tres condiciones en que ha resu- flexionar sobre la “química de las
liativos para el mal que nos aqueja” mido Le Bon la probabilidad de razas” y asesorar científicamente al
(Jiménez, 1920: 38, énfasis mío). Si un buen cruzamiento: 1. que las estadista, creando así el “campo” de
se quiere atacar el mal de fondo, será razas sometidas al cruce no sean lo que luego serán las ciencias
necesario apelar a un re- sociales. Por supuesto, la
curso mucho más drástico y aplicación de estos criterios
definitivo: la transfusión de “científicos” conlleva una
sangres. taxonomía eurocéntrica de las
razas: en la cúspide de la
En efecto, Jiménez Ló- jerarquía mundial se hallan
pez dice que para levantar las razas indoeuropeas, se-
definitivamente el “vigor” guidas en orden descen-
del pueblo colombiano, dente por las asiáticas, las
es indispensable favorecer americanas y las africanas.
“una corriente copiosa de No es extraño entonces
inmigración de razas sanas, que las ciencias sociales
fuertes y disciplinadas por hayan “nacido” en nuestro
hábitos seculares de trabajo medio reproduciendo el
y exentas, en cuanto sea po- eurocentrismo epistémico
sible, de las enfermedades que marcará su trayectoria
sociales que están deter- hasta finales del siglo XX.
minando nuestra regresión En el caso que estamos
(Ibíd., 1920: 39). Esta es la considerando, Jiménez Ló-
consecuencia directa de una pez lo tiene bien claro: el
lectura mecanicista del bios: Estado debe favorecer la
la herencia biológica de- inmigración de personas
termina la constitución que permitan blanquear y
mental de una raza, y estas europeizar la población. Es-
características son virtual- tas personas deben reunir
mente inalterables, pues se una serie de requisitos cien-
reproducen a través de esa tíficamente determinables:
misma herencia. El proble- Edward Walhouse Mark, Campesina de Choachí. 1847. Acuarela sobre papel,
24,7 x 17,4 cm (Reg. 0128), Colección Banco de la República
ma de Colombia no es en- Queda indicado con esto
tonces primariamente de orden muy desiguales numéricamente; que el más deseable para rege-
social o económico, sino de carác- 2. que no difieran demasiado en nerar nuestra población es un
ter biológico. Por eso, la solución a sus caracteres; y 3. que estén so- producto que reúna, en lo posi-
este problema no puede ser otra que metidas por largo tiempo a idén- ble, estas condiciones: raza
“rejuvenecer la raza” mediante su ticas condiciones ambientales. blanca, talla y peso un poco su-
cruzamiento con razas superiores. Se debe, a mi modo de ver, agre- periores al término medio entre
Para poner fin al “agotamiento vi- gar, en nuestro caso, una cuarta nosotros; dolicocéfalo; de pro-
tal” de la población, se hace nece- condición: que una de las razas porciones corporales armónicas;
sario importar sangre fresca. Para presente caracteres orgánicos y que en él domine un ángulo fa-
ello, el político debe asesorarse del psicológicos capaces de com- cial de ochenta y dos grados

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aproximadamente; de facciones ca de la inmigración”3. Es por eso Muy deseables serían en nuestra
proporcionadas para neutralizar que cuando en 1929 el Ministro de población algunos de los exce-
nuestras tendencias al prog- Industrias solicitó a la Academia lentes atributos mentales y mo-
natismo y al excesivo desarrollo Nacional de Ciencias un concepto rales del pueblo japonés, como
de los huesos malares; tempera- sobre los efectos que podría traer la son la sobriedad, el espíritu de
mento sanguíneo-nervioso, que colonización del Meta por un con- disciplina, la abnegación, la la-
es especialmente apto para ha- tingente de dos mil inmigrantes ja- boriosidad, la gran facultad
bitar las alturas y las localidades poneses, Jiménez López responde asimilativa; pero en razón de la
tórridas; de reconocidas dotes con una extensa memoria titulada experiencia adquirida en la
prácticas; metódico para las di- La inmigración amarilla a la América, América y apoyados por consi-
ferentes actividades; apto en tra- en la cual desaconseja enfáticamen- deraciones de biología general,
bajos manuales; de un gran te la medida. Las razas asiáticas no tememos que tales condiciones
desarrollo en su poder volunta- son aptas para mezclarse con las ra- no predominarían ni con mucho
rio; poco emotivo; poco refina- zas mestizas de América Latina, por- en un producto de cruce asiáti-
do; de viejos hábitos de trabajo; que refuerzan elementos biológicos co-americano. Los hechos aquí
templado en sus arranques por degenerativos que ya están presen- señalados son suficientes para
una larga disciplina de gobier- tes en éstas. Un buen ejemplo es el formular esta doctrina: no obs-
no y de moral; raza en que el caso del Perú, donde el cruce entre tante las altas condiciones del
hogar y la institución de la fa- inmigrados japoneses de sangre pueblo japonés, que son un
milia conserven una organiza- mongólica y razas nacionales (indios, ejemplo y un motivo de admi-
ción sólida y respetada; apta y cholos y negros) ha sido particular- ración para el mundo civiliza-
fuerte para la agricultura; sobria, mente catastrófico. Los híbridos do, una inmigración en masa de
económica, sufrida y constante resultantes de estas mezclas “presen- colones japoneses no es aconse-
en sus empresas […] Creo que las tan deformidades físicas y morales jable desde el punto de vista ét-
razas que más se aproximan a que confinan ya con lo deforme” nico para Colombia, ni en
este desideratum son algunas de (Jiménez, 1929: 26). Pero la culpa general para los países indo-ibé-
las que pueblan las regiones cen- de este experimento biopolítico ricos (Jiménez, 1929: 35).
trales de Europa, en las cuales se fracasado no la tiene el Estado
han mezclado y atemperado fe- peruano sino las leyes de Mendel. Se necesitan entonces inmi-
lizmente los caracteres de los Aunque a primera vista podría grantes blancos, europeos, indus-
pueblos meridionales y septen- parecer que la laboriosidad del ja- triosos y honestos. Tal es la posición
trionales del Viejo Continente. ponés, su gran inteligencia, su es- de algunos intelectuales que no
En Suiza, en Bélgica, en Holan- toicismo sin igual y su fuerza de obstante apartarse de la tesis de la
da, en Baviera, en Wurtemberg, voluntad podrían inyectar un im- degeneración de la raza, le dan luz
en el Tirol sería acertado buscar pulso vigoroso a la decaída y volu- verde a la política de transfusión de
el personal de nuestra inmigra- ble moralidad tropical, las cosas no sangres. Es el caso del profesor Luis
ción (Jiménez, 1920: 41). son tan fáciles como parecen. El López de Mesa, cuyos argumentos
poder secreto de las leyes de la he- están más cerca de la sociología que
De este modo, Jiménez López se rencia es mayor que el poder de la psicología social y la biología.
aparta del modelo típico de las so- biopolítico del Estado. Y este po- Su intervención en el “debate so-
ciedades modernas (“gobernar es der de la naturaleza establece lo bre las razas” deja muy en claro que
disciplinar”) para quedarse con un siguiente: dos razas con caracterís- las influencias raciales del país son
modelo adaptado a poblaciones ticas biológicas defectuosas no de- tan numerosas y el clima del terri-
mestizas y racialmente inferiores: ben ser mezcladas, porque tales torio tan variado, que no es posible
“gobernar es poblar”, tal como lo características se transmiten degene- hacer generalizaciones como las
formulase Alberdi casi un siglo an- rativamente a sus descendientes. Por presentadas por el médico Jiménez
tes. Pero poblar con razas europeas, eso, el concepto emitido por el mé- López. Al postulado general de la
ya que así lo exigen los cánones dico boyacense y dirigido al Minis- “degeneración de la raza”, López de
científicos de una “política biológi- tro de Industrias resulta categórico: Mesa responde con la pregunta:

CASTRO-GÓMEZ: SANTIAGO: ¿DISCIPLINAR O POBLAR? N ÓMADAS 51


¿cuáles razas y en qué climas? En su lectura diferente, en la que la vida mayoría de los colombianos; se tra-
opinión, algunas razas en algunas re- es considerada como fuerza expan- ta, más bien, de reconocer que la
giones están degenerando en Co- siva, antes que como fruto de leyes causa de estos problemas no es de or-
lombia, mientras que otras razas en biológicas y presociales. De acuer- den biológico sino social y que el Es-
otras regiones manifiestan signos de do con esta segunda lectura, no es tado puede intervenir por medio de
vitalidad. Así, los pobladores que del todo cierto que la raza colom- dispositivos disciplinarios para me-
descienden de la raza blanca espa- biana se halle en un proceso inevi- jorar la situación. Las fuerzas vitales
ñola y habitan en regiones ubica- table de degeneración. Una cosa es del pueblo colombiano están ago-
das entre los mil quinientos y los reconocer que Colombia se halla tadas, pero pueden ser reanimadas.
tres mil metros de altura sobre el frente a una “tragedia biológica” de Todo lo que se requiere es volun-
nivel del mar (como, por ejemplo, gravísimas consecuencias, otra muy tad política por parte de las elites
los antioqueños) son personas ap- distinta es afirmar que esa tragedia para implementar los correctivos
tas para impulsar la industrializa- es como la de los griegos: un desti- necesarios. En opinión de Lau-
ción del país, mientras que los no natural del que no podemos es- rentino Muñoz, un pueblo enfermo
pobladores que descienden de las caparnos. Desde este punto de e ignorante carece ciertamente de
razas aborígenes y/o habitan en re- vista, la repoblación del territorio vitalidad y empuje, pero las cam-
giones ubicadas por debajo de los por razas más vigorosas no es la so- pañas de educación e higiene po-
mil quinientos metros de altura, lución al problema, sino el fortale- drían “redimir el conglomerado
han sufrido grande merma tanto en cimiento biopolítico de la raza ya étnico en nuestro país; de otro
su psicología como en su fisonomía existente. Por eso, a pesar del títu- modo, con la mediocridad racial,
(López de Mesa, 1920a: 86-87). Es lo casi fatídico de su libro La trage- nunca llegará para nosotros la pros-
en estas regiones en particular don- dia biológica del pueblo colombiano, peridad ni la civilización” (Muñoz,
de se debe favorecer la entrada de el médico liberal Laurentino Muñoz 1934: 14).
inmigrantes blancos y europeos, es- escribe lo siguiente:
pecialmente de alemanes (aunque También el educador Rafael
sean protestantes), pues ellos con- No es que el colombiano sea Bernal Jiménez advierte que los
tribuirían a levantar el vigor decaí- étnicamente inferior, ni que el devotos del determinismo geo-
do de la población en aquellos trópico inhiba la mente o con- gráfico y racial no consiguen expli-
lugares. Si se logra aplicar esta po- suma la energía: la influencia del car los graves problemas del país.
lítica, estimulando al mismo tiem- sol ardiente no es causa de de- Aunque es cierto que el pueblo co-
po la productividad de la población cadencia orgánica, pero sí lo lombiano presenta un evidente y
local racialmente más apta, el por- son las enfermedades, los vicios, escandaloso atraso civilizatorio con
venir del país sería por completo las condiciones antihigiénicas respecto a los países europeos, esta
brillante: “El capital extranjero va del suelo, la nutrición defec- situación no se debe primordial-
llegando, y va llegando nueva san- tuosa o insuficiente. Un pueblo mente a la herencia biológica sino
gre de inmigración, sobre todo ale- bloqueado por el paludismo, al tipo diferente de evolución so-
mana, cuyas virtudes domésticas anemia tropical, pian, sífilis, cial. Mientras que en Europa el
darían entre nosotros óptimos fru- blenorragia, tuberculosis, alco- modo de civilización ha sido evo-
tos de selección” (López de Mesa, holismo, intemperante y aban- lutivo, producto de un desarrollo
1920b: 86-87). donado sentido común, no es interno de más de cuatro mil años,
precisamente promesa ni pe- en América ha sido transpositivo,
queña ni extraordinaria (Mu- ya que aquí el factor impulsor del
2. Gobernar es ñoz, 1934: 34). desarrollo ha sido externo: la im-
disciplinar portación de la cultura occidental.
Aquí se plantea ya la diferen- Es por eso que mientras la pobla-
La intervención salomónica de cia con la tesis biologicista de ción colombiana vive todavía en
López de Mesa es un camino inter- Jiménez López y sus colegas: no se un estadio neolítico, vencida por
medio entre la lectura determinista trata de desconocer la miseria fisio- las enfermedades y las contingen-
ofrecida por Jiménez López y otra lógica en la que se encuentran la cias naturales, el campesino euro-

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peo –para no hablar de su elite ilus- Estado es inyectar vida a la pobla- sus mejores fuerzas vitales en la pro-
trada– ha aprendido a no ser infe- ción, capacitándola para desarrollar ducción de riquezas, aun después
rior al medio ambiente sino que lo creativamente su fuerza productiva, de consumado el matrimonio
domina por medio del trabajo. Tal ya que “la liberación económica es (Videla, 1922: 10-29). Es decir que
es el “vigor racial” que aquí necesi- la base de la liberación espiritual” la política del Estado debe concen-
tamos y que debe ser “inyectado” a (Ibíd., 128): trarse en crear las condiciones
la población a través de la educa- jurídicas y sanitarias para la repro-
ción y la higiene: Si contara el país con generacio- ducción de obreros antes de que es-
nes trabajadoras, de carácter, con tos nazcan. Una biopolítica estatal
Tal como se presenta hoy el nú- la independencia del esfuerzo que ayude a la naturaleza en su pro-
cleo social colombiano, la pri- personal, si la masa, el tipo me- ceso de selección natural. Por eso
mera necesidad consistiría en dio de la juventud tuviera un recomienda la implementación de
una gran cruzada de vigorización concepto claro y definido del un código sanitario semejante al
racial, desplegada hacia todos los trabajo, entonces nuestra nacio- que rige en Chile, en el que se
frentes en que viene siendo ata- nalidad sería un derrotero de la castiga con altísimas multas la con-
cada la vitalidad física de nuestra civilización, una esperanza de la taminación venérea, pues esto ayu-
población. Debería llamarse a especie, o al menos un grupo ét- daría a “proteger la reproducción
todo el cuerpo médico del país nico en capacidad de lucha, de ani- de nuestra raza contra toda causa
y ponerlo en orden de batalla mación (Muñoz, 1934: 128, de contaminación” (Ibíd.: 45).
para dirigir esta nueva conquista énfasis mío). Como conclusión de su tesis, Videla
de la vida. El médico debe ocu- Jara hace suya la opinión del médi-
par el papel central durante toda Un buen ejemplo de esta lec- co argentino Augusto Orrego Luco
esta tambaleante adolescencia tura vitalista del bios es la tesis para publicada en el diario La Nación de
de nuestra República (Bernal, optar por el grado de Doctor en Buenos Aires:
1949 [1934]: 207, énfasis mío). Derecho y Ciencias Políticas escri-
ta en 1922 por Humberto Videla Conservar el vigor natural de la
La vida es entonces el problema, Jara, en la que reflexiona sobre la raza es la mejor manera de com-
pero no la vida entendida desde el disolución de la familia en Colom- batir los contagios, ya que es pre-
punto de vista de la herencia bioló- bia. Examinando la tendencia del ferible evitar una afección que
gica, sino la vida en tanto que ac- pueblo colombiano a practicar la atacarla. Nuestro pueblo ha sido
ción creativa sobre la naturaleza. Una unión libre y a tener relaciones abandonado a su propia suerte y
acción que se manifiesta, princi- sexuales antes del matrimonio, en él han echado raíces todos
palmente, a través del trabajo pro- Videla Jara dice que tales tenden- los males; pero aún no puede
ductivo. Por eso, el énfasis de los cias son contraproducentes para los decirse que haya entrado en de-
intelectuales vitalistas es el de crear intereses económicos de la nación. cadencia [...] La acción profi-
las condiciones sociales para la emer- Apoyado en la autoridad de Mal- láctica contra la degeneración
gencia y expansión de la clase obre- thus, nuestro flamante candidato al de la especie debe ser auxiliada
ra en el país, pues están convencidos doctorado recomienda la creación por una amplia difusión de los
de que el trabajo es el mejor correc- de un estatuto jurídico que favo- conocimientos útiles a este ob-
tivo para la supuesta “decadencia de rezca los matrimonios tardíos y cas- jeto: se debe llamar la atención
la raza”. Laurentino Muñoz lo tiene tigue la promiscuidad sexual con el del pueblo sobre la influencia
claro: “El trabajo es una necesidad fi- fin de promover la selección de los ejercida por el estado físico y
siológica: el músculo se atrofia en la más aptos para trabajar. La prohibi- mental de los padres en el mo-
quietud y en la inactividad se con- ción estatal del matrimonio antes mento de la concepción [...] Es
sume el organismo; no hay nada más de los veinte años y el castigo ejem- necesidad vital para el porvenir
agotador que no hacer nada; el hol- plar de las relaciones extrama- de la raza que los Estados pro-
gazán, el individuo improductivo es trimoniales después de esa edad vean con urgencia a mejorar el
por sí mismo un tipo inmoral” permitiría que los obreros no se medio de vida obrero, con objeto
(Muñoz, 1934: 288). La función del casaran tan jóvenes y concentraran de suprimir todas las causas que

CASTRO-GÓMEZ: SANTIAGO: ¿DISCIPLINAR O POBLAR? N ÓMADAS 53


obran extrínsecamente sobre el El disciplinamiento de la pobla- por la ausencia de un sistema efi-
organismo de los padres, debili- ción debe ser organizado estatal- caz de educación pública. No es la
tándolo o empobreciéndolo (Vi- mente como un “plan de vida biología sino el trabajo y la cultura
dela, 1922: 45-46, énfasis mío). nacional” que sirva para despertar los elementos que forjan el carác-
el vigor de nuestra raza. Tal es la ter de una raza. Por eso, es necesa-
También Laurentino Muñoz se conclusión a la que llegan los inte- rio fortalecer el Estado y convertirlo
pronuncia a favor de una interven- lectuales que rechazan el determi- en una máquina productora de “su-
ción activa del Estado en la vida ín- nismo biológico de Jiménez López jetos modernos”, capaces de afron-
tima de la población. Cuando se trata y contemplan el futuro con opti- tar el reto de la industrialización.
de prevenir la difusión de enferme- mismo. Las cosechas no se pierden Tal sería la misión que se impon-
dades y otras dolencias que dría el gobierno liberal de
minen la vitalidad del pue- la “revolución en marcha”.
blo trabajador, es deber del Los saberes tradicionales y
Estado “intervenir en la vida todos los conocimientos
de los sexos” para “impedir producidos por “sujetos
las uniones antieugenésicas” premodernos” serían vistos
(Muñoz, 1934: 284). Esto desde entonces como per-
significa, por ejemplo, que el tenecientes a la prehistoria
Estado benefactor puede pro- de la ciencia occidental;
clamar una ley que prohíba como “obstáculos episte-
que los enfermos de sífilis o mológicos” que impedían
de tuberculosis contraigan el acceso de la población
matrimonio y tengan rela- a los nuevos conocimien-
ciones sexuales, con el fin de tos y experticias demanda-
evitar la propagación de la dos por la nueva sociedad
enfermedad al resto de la po- del trabajo. Y en esta tarea
blación. El nacimiento de de expropiación estatal y
personas enfermas debe ser de “limpieza epistémica”,
evitado, como forma de abrir los nuevos saberes exper-
el camino a la procreación tos de las ciencias sociales
de los más aptos para el tra- deberían cumplir un papel
bajo corporal. El juicio de fundamental.
Muñoz es tajante a este res-
pecto: “un alcohólico, un Pero los titulares de es-
sifilítico o un blenorrágico tos nuevos saberes no eran
en estado de contamina- todos los “intelectuales”
ción, no tienen derecho al- que actuaban en Colom-
guno para la procreación; bia durante aquella época.
Edward Walhouse Mark, Aguador de Guaduas. 1846. Acuarela sobre papel,
por el contrario, los más ele- 17,5 x 12,4 cm (Reg 0113). Colección Banco de la República Existían también pensado-
mentales deberes sociales les res subalternos que no es-
prohíben toda unión sexual” (285). por falta de trabajo sino por ausen- taban involucrados en la lucha por
El supremo deber del Estado es pro- cia de estímulos y garantías estata- el capital simbólico vigente en el
teger la salud física de la clase obre- les para el campesino; los obreros campo intelectual, y que no fue-
ra, pues “un pueblo enfermo está no producen por causa de alguna ron invitados por los estudiantes
incapacitado para el trabajo reden- degeneración racial, sino por ham- de la capital a participar en el “de-
tor, en cualquier sentido que se le bre y falta de servicios de salud; las bate sobre las razas”. Personajes
considere, de modo que debe capacidades intelectuales de la po- como el intelectual indígena
principiarse por una gigantesca cam- blación no se desarrollan por efec- Quintín Lame, quien planteó la
paña de higienización” (33). tos de la inferioridad biológica, sino necesidad de que la clase dirigen-

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te del país reconociera la existen- 3 Jiménez López se inspira en la Ley Consejo Superior de Investigaciones
Johnson de 1924 promulgada por el go- Científicas.
cia de epistemes alternativas. Para bierno de los Estados Unidos, en la que
Lame, la modernidad a la que de- se limita la entrada de extranjeros con HELG, Aline, 1989, “Los intelectuales fren-
carácter de inmigrantes a aquellas perso- te a la cuestión racial en el decenio de
bía encaminarse Colombia era una 1920: Colombia entre México y Argen-
nas que, por sus atributos morfológicos y
que en lugar de promulgar la asi- funcionales, puedan ser asimilables por tina”, en: Estudios sociales, No. 4,
milación de los indígenas al modo la población nativa y contribuir al per- Medellín.
de vida hegemónico (la “inclusión feccionamiento de la raza. También se HOLGUÍN, Henry, 1984, Descripción y aná-
inspira en el caso de Sudáfrica: “Las jó- lisis de la polémica de la raza en 1920 en
del otro”), fuera capaz de recono- venes nacionalidades del África del Sur, Colombia, Tesis de grado, Universidad
cer la legitimidad de los resguar- aunque invadidas de tiempo atrás por del Valle - Facultad de Ciencias Huma-
dos indígenas y de sus autoridades, una porción no escasa de sangre africana nas, Departamento de Filosofía.
así como la validez de sus formas e indostánica, han adoptado a su turno
para el futuro una política de selección, a JIMÉNEZ, Miguel, 1913, “Importancia de
de producción de conocimientos base de exclusión de todo elemento de la educación física en Colombia”, en:
(Espinosa, 2004). Sin embargo, la color” (Jiménez, 1929: 7). El Gráfico, Serie XVI, año IV, No. 154,
p. 30.
modernidad que triunfó en el país
fue aquella que arrastraba consigo , 1916, “La locura en Colombia y
sus causas”, en: Revista Cultura, Vol. III,
las viejas herencias coloniales. Por No. 16, p. 216-233.
eso, tal como había ocurrido en la Bibliografía , 1920, Nuestras razas decaen. Al-
Colonia, el movimiento encabeza- gunos signos de degeneración colectiva en
do por Lame fue descalificado por BERNAL, Rafael, 1949, La educación, he ahí
Colombia y en los países similares, Bogo-
tá, Imprenta y litografía de Juan Casis.
los medios periodísticos y persegui- el problema, Bogotá, Ministerio de Edu-
do brutalmente por las fuerzas es- cación Nacional. , 1929, La inmigración amarilla a la
América, Bogotá, Minerva.
tatales. Incriminado por estar BUNGE, Carlos, 1903, Nuestra América,
promoviendo una “guerra de las Buenos Aires, Secretaría de Cultura de LÓPEZ DE MESA, Luis, 1920a, “Segunda
la Nación. Conferencia”, en: Los problemas de la raza
razas”, Lame fue acusado de sedi- en Colombia, Bogotá, Biblioteca de Cul-
ción en 1917 y permaneció en la CABALLERO, Julián, 1939, Etiología del de-
tura.
lito del hurto. Causas físicas y sociales que
cárcel hasta 1921, mientras que los en Colombia lo originan, Bogotá, Selecta. , Luis, 1920b, “Tercera Conferen-
intelectuales de la capital conti- CALVO, Oscar y Marta Saade, 2002, La ciu-
cia”, en: Los problemas de la raza en Co-
nuaban debatiendo sobre la dege- lombia, Bogotá, Biblioteca de Cultura.
dad en cuarentena. Chicha, patología so-
neración de la raza. cial y profilaxis, Bogotá, Ministerio de MUÑOZ, Laurentino, 1934, La tragedia bioló-
Cultura. gica del pueblo colombiano. Estudio de ob-
servación y vulgarización, Cali, América.
CAMACHO, Mario, 1916, “Criminología”,
en: Cultura, Vol. III, No. 17, Bogotá. NOGUERA, Carlos Ernesto, 2003, Medici-
na y política. Discurso médico y prácticas
Citas CAMARGO, Alexander, 1999, “El discurso
higiénicas durante la primera mitad del si-
eugénico y la elite médica en Colombia
glo XX en Colombia, Medellín, Eafit.
(1920-1936)”, Tesis de grado, Universi-
1 Me refiero al debate sobre las razas en los dad Nacional de Colombia, Departamen- PAZ, Felipe, 1921, Un caso de criminalidad
años veinte, un tema bien estudiado en to de Sociología - Facultad de Ciencias morbosa, Bogotá, Cromos.
la academia colombiana durante las últi- Humanas.
mas dos décadas (Holguín, 1984; Helg, PEDRAZA, Zandra, 1997, “El debate
1989; Sáenz / Saldarriaga / Ospina, 1997; CASTRO-GÓMEZ, Santiago, 2005, La eugenésico: Una visión de la moderni-
Pedraza, 1997; Camargo, 1999; Calvo et hybris del punto cero. Ciencia, raza e ilus- dad en Colombia”, en: Revista de Antro-
al., 2002; y Noguera, 2003). tración en la Nueva Granada (1750-1816), pología y Arqueología, No. 9 (1-2), Insti-
Bogotá, Pontificia Universidad Javeriana. tuto Colombiano de Antropología.
2 Bunge sigue aquí las tesis del paleontólogo
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quien el continente americano, durante tica, Bogotá, Tercer Mundo. Hanover, Ediciones del Norte.
la era mesozoica, fue una gran masa de ESPINOSA, Mónica, 2004, Of Visions and SÁENZ, Javier, Óscar Saldarriaga y Arman-
tierra ubicada en el hemisferio sur, que se Sorrows: Manuel Quintín Lame’s Indian do Ospina, 1997, Mirar la infancia: peda-
prolongaba hasta lo que hoy es Austra- Thought and the Violences of Colombia, gogía, moral y modernidad en Colombia,
lia. De ahí nace un “tronco” del género Tesis de doctorado, University of Massa- 1903-1946, Tomos I y II, Medellín, Uni-
humano que permaneció aislado del tron- chussetts - Anthropology Department. versidad de Antioquia / Conciencias /
co que evolucionó en África, Asia y Eu- Uniandes.
ropa. Tanto Ameghino como Bunge re- GARCÍA, Armando y Raquel Álvarez, 1992,
chazaban la teoría de la emigración hacia En busca de la raza perfecta. Eugenesia e VIDELA, Humberto, 1922, Sanidad Social,
América por el estrecho de Bering. higiene en Cuba (1898-1958), Madrid, Bogotá, Minerva.

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