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UNIVERSIDAD SANTIAGO DE CALI

FACULTAD DE DERECHO

FILOSOFIA DEL DERECHO

2019-B

Identificación del autor de la


Título del documento:
CONSECUTIVO ficha: STEPHANIA
ENFERMEDAD MENTAL Y
NUMERO CANIZALES SILVA C.C
PERSONALIDAD
DE CONTROL 1.015.446.745
Autor: MICHEL FOUCAULT
PARA BASE Temática: MEDICINA LEGAL
Fuente: PAIDÓS BARCELONA,
DE DATOS. Y PSIQUIATRIA FORENSE
BUENOS AIRES, MEXICO
Fecha de elaboración: 16/11/2019
Fecha de publicación: 1984
Hora de elaboración: 8:30 PM.

CITA TEXTUAL

“La Sala Penal de la Corte según la cual la actividad médica es una actividad peligrosa, más

que pretender asumir en el ejercicio médico las consecuencias de tal calificativo, constituye una

categorización aislada, desvirtuada en el lenguaje del derecho de daños, con los criterios

incorporados en el mismo fallo de abril, tal como se explica en este escrito.” (Pág. 34. LA

RESPONSABILIDAD MÉDICA COMO ACTIVIDAD PELIGROSA: ANÁLISIS DE

CASO EN LA JURISPRUDENCIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE

COLOMBIA*. Autor Alma Avriza Fortich.)


ANALISIS CONCEPTUAL DEL DOCUMENTO

Al tratar de explicar o conceptualizar la enfermedad mental y la personalidad, el autor

hace referencia a diversos estudiosos de estos campos, tanto en la patología mental como la

patología orgánica; y por medio de estas amplias y discrepantes aportaciones, va más allá de dar

simples definiciones, de esta manera pretende mostrarnos desde diferentes enfoques la

complejidad del ser humano en su totalidad, tanto orgánica como en su personalidad.

Uno de los problemas en estos aspectos es que se le ha dado el mismo sentido a la

enfermedad, sintomatología y etiología mental y orgánica, sin embargo, considero que esto se

debe a que las primeras explicaciones de las patologías del hombre fueron observadas, Expone la

influencia que ejerce sobre los pacientes y sobre la evolución de la enfermedad la historia y al

mismo tiempo la experiencia que estos tienen sobre todo la forma en que se vivencian como

individuos enfermos o como pacientes, sin dejar de lado lo que respecta a su forma de su

interacción social. Debido a que socialmente se nos han enseñado que tengamos ciertos tipos de

comportamientos que son los aceptados, sin la facultad de cuestionar lo que creemos es

socialmente aceptable, es decir, que estamos pensando más en que dirán los demás y no

alcanzamos a visualizar que lo más importante es la persona en sí.

El autor realiza innumerables esfuerzos para mostrar las condiciones de aparición de la

enfermedad, a pesar de que ha determinado que podemos situar lo patológico en el interior de la

personalidad. Se ha demostrado las formas de aparición, sus manifestaciones, modalidades,

formas de expresión; pero el hecho patológico esta en otra parte. Siendo quienes construimos lo
normal y la anormal, de tal manera, una sociedad considera patológico a lo que se aleja de la

media y más complejo aun que esta va cambiando de un grupo sociocultural a otro.

Entre las diferencias de las enfermedades mentales y las enfermedades orgánicas es que

las enfermedades mentales a pesar de que tengan unos síntomas en específico no tienen un solo

efecto, puede cambiar dependiendo del día, las situaciones, y lo que vaya ocurriendo en ese

momento, no se limitan a una sola función del cuerpo, mientras que las enfermedades orgánicas

afectan una función en específico.

Discuta las cuatro formas de conciencia de la locura que propone Michel Foucault, e

ilustre sus diferencias eligiendo un problema actual de “salud mental”, la medicina mental, a la

manera de la medicina orgánica, ha intentado agrupar coherentemente los síntomas y signos

(sintomatologia9, estableciendo (co)relaciones entre tal enfermedad y tal manifestación mórbida.

También ha establecido una nosografía, estableciendo el curso, pronostico y las manifestaciones

extrañas de la enfermedad. (Pág. 12. ENFERMEDAD MENTAL Y PERSONALIDAD Autor

MICHEL FOUCAULT.).

Ahora Foucault da a conocer los orígenes de ciertos términos que utilizamos:

Histeria (Dupré) sus mayores síntomas son la sugestibilidad y las perturbaciones con

orígenes psicológicos; Psicastenia (Janet) agotamiento nervioso con estigmas orgánicos;

Obsesiones: sobre estados de duda aparecen accesos paroxísticos; Fobia: crisis de angustia

paroxística frente a determinados objetos; Manía y Depresión (Magnan) locura intermitente, por

síntomas depresivos y maniacos, ligadas a un sistema de alternancia regular o irregular; otras son

paranoia, psicosis alucinatoria, hebefrenia, catatonia estas últimas tres se agrupan como

demencia precoz, ya que tienden a ella e intervienen temprano en el desarrollo. En este caso la

demencia es una total desorganización de la vida psicológica, donde la personalidad se hunde en


la incoherencia (Pág. 12-16. ENFERMEDAD MENTAL Y PERSONALIDAD Autor MICHEL

FOUCAULT.).

Estos análisis tienen la misma estructura que en la patología orgánica distribuyendo

síntomas en grupos patológicos. A la base de hay dos supuestos:

1) Enfermedad es esencia, una entidad señalable por los síntomas que la evidencian.

2) Enfermedad como especie natural: hay una unidad detrás del polimorfismo de

síntomas, hay una evolución.

Entre la enfermedad mental y la orgánica hay un paralelismo fundado por los dos

postulados anteriores, se les da importancia a reacciones globales del individuo: enfermedad no

es un corte del continuo entre proceso mórfico y el funcionamiento general. “En el campo de la

patología mental la realidad del enfermo no permite semejante abstracción, y cada

individualidad mórbida debe ser atendida a través de las actitudes del medio a su respecto”

(Pág. 23. ENFERMEDAD MENTAL Y PERSONALIDAD Autor MICHEL FOUCAULT.).

Foucault distingue cuatro formas de conciencia de la locura, donde las mismas tienen un

punto de referencia en el sujeto, pero con una reflexión de la sociedad. La primera, conciencia

crítica, tiene su apogeo en el universo literario del Renacimiento. La locura es introducida como

personaje o argumento a favor de una sabiduría moral y sirve para denunciar las insensateces y

desmedidas pretensiones de la Razón. Funciona como una crítica de los vicios del mundo; la voz

irónica del Loco revela la irrisoria verdad de los usos que la gente considera racionales y

correctos.

Las características del trastorno autista según el DSM IV TR (2000) son la presencia de

un desarrollo marcadamente anormal o deficiente de la interacción y comunicación sociales y un


repertorio sumamente restringido de actividades e intereses. Las manifestaciones del trastorno

varían mucho en función de nivel de desarrollo y de la edad cronológica del sujeto. El autismo es

un trastorno de “salud mental” que se encuentra en constante aumento en nuestra sociedad. Al

autista se le reconocía como “bruto” o “anormal” y era aislado de la sociedad, encerrado y

mantenido lejos de ella. Al día de hoy, el decir que un sujeto tiene autismo, rápido es segregado,

aunque se ha tomado más conciencia enunciativa en términos de aceptación hacia quienes son, la

población sobre analiza el cómo ubicarlos dentro de la sociedad. Aquí la conciencia práctica se

ve en proceso, la oposición hacia el autismo de parte del grupo que se considera portador de las

normas de la razón. Forman un estereotipo de que los autistas no pueden correr y funcionar en

una sociedad “normal”. Cuando la realidad es completamente, al contrario.

Lo anterior es la causa de los problemas que se presentan en la patología mental. Para

Foucault estos principios que imita la patología mental de la orgánica limitan el análisis de la

enfermedad y en lugar de entender la enfermedad por una metapatología propone un análisis de

las condiciones en las cuales se da el mismo. Para esto plantea dos cuestiones fundamentales: las

dimensiones psicológicas de la enfermedad y las condiciones históricas de la enfermedad. En

relación a la primero, la enfermedad se plantea en primera instancia sólo como una falta de cierta

capacidad, en lo que consistiría una patología, pero pasa a entenderse después también como una

exaltación en la actividad de otra capacidad. Este proceso de capacidades que disminuyen o

desaparecen y otras que se hiperactiva se vuelve evolutivo hasta llegar a un punto en el cual se

estabiliza y dicha evolución plantea una especie de regresión a estados infantiles de la

personalidad. Pero esto no explica el origen de la enfermedad ni el por qué un individuo tiene

cierta enfermedad y no otra o por qué la tiene en un momento dado y no en otro. Para esto es
necesario considerar la historia individual del enfermo. Aquí las regresiones que se presentan en

el proceso evolutivo de la patología encuentran su sentido al mostrarse como formas de suplir, no

anular ni regresar a una forma anterior de la personalidad, el presente en el cual diferentes deseos

entran en contradicción causando una angustia que lo lleva a crear mecanismos de defensa contra

dichas contradicciones. Pero esto no explica el por qué un individuo reacciona de manera

patológica ante una contradicción y otro no. Para esto es necesario considerar las condiciones de

su existencia. Para hacerlo considera la manera en que el enfermo concibe su propia enfermedad

y las estructuras del mundo patológico en el que vive. El enfermo tiene conciencia de su

enfermedad en el sentido en el que identifica que hay algo que lo distingue del resto, pero que

incluso esta marca una diferencia en su personalidad, y que esa distinción consiste en que hay un

mundo que le es inaccesible, el propio de aquellos de los cuales se distingue. En cuanto a la

estructura del mundo del enfermo se caracteriza por la pérdida de los principios que fundamentan

ese mundo que le es inaccesible. El espacio y el tiempo pierden su sentido presentándose de

maneras incoherentes mientras la comunicación se vuelve ineficaz. Incluso el propio cuerpo

puede perder su forma y experimentarlo de maneras que no concuerdan con la del mundo

normal. El enfermo aparece en este juego entre un mundo privado que le pertenece y otro al cual

es ajeno, y aunque la corriente fenomenológica no reconoce un sentido previo a lo normal y lo

anormal, siendo así que este juego es resultado de una subjetividad diferente, aún permanece la

noción de un mundo al cual es ajeno y otro patológico al cual pertenece.

De esta manera el análisis de las dimensiones psicológicas muestra las formas en que se

da lo patológico, pero no sus condiciones de posibilidad. Para esto hay que considerar que la

enfermedad se plantea de manera negativa, como alejamiento de una medida de lo normal, pero

que en su fase positiva adquiere un sentido dentro de una sociedad. Así vemos que en nuestra
sociedad la enfermedad cobra un sentido de exclusión y es en ella en donde no quiere

reconocerse, a diferencia de otras en donde su sentido puede llevar al enfermo al status de

oráculo, por ejemplo. Ahora, para entender la enfermedad como alienación es necesario

remontarse a su origen en la antigüedad. El energúmeno es aquel que se ve influenciado por una

fuerza externa, que en la tradición cristiana se refiere a un demonio denominado con este

nombre.

Es así como el proceso de la patología clásica tiene que entenderse de manera inversa.

Esta partía de la identificación del anormal para definir la enfermedad por medio de las formas

patológicas que este presenta. Haciendo de la alienación del individuo el resultado. Sin embargo,

la alienación es el origen de la enfermedad, en su sentido histórico presenta las condiciones de

posibilidad y en el psicológico es la sanción que se aplica ante la enfermedad. Lo normal y lo

patológico no se distinguen de manera tan tajante ya que la enfermedad misma funciona por

medio de los mismos mecanismos de la defensa natural del individuo. La unidad de lo orgánico y

lo psicológico tiene lugar en la patología cuando las contradicciones presentes en las condiciones

de existencia causan contradicciones en las funciones psicológicas que realizan la respuesta ante

las primeras. Siendo así que el tratamiento de dichas enfermedades es posible únicamente dentro

de esos mismos mecanismos patológicos que provoca la enfermedad.

COMENTARIO PERSONAL

En este texto estudia la manera en que la patología mental se planteó como parte de la

psicología y los paralelismos de método para definir una enfermedad entre la medicina orgánica

y la mental. La patología general presenta diversos problemas que se pueden clasificar en dos
categorías: cuestiones sobre el desarrollo y clasificación de la enfermedad; y cuestiones sobre el

origen y causa de la misma.

La cuestión de la unidad psicofisiológica permea los estudios sobre patología, mental y

orgánica, y hace que entre ellas compartan no sólo esta idea de unidad sino dos principios

básicos para la realización de sus respectivos estudios: asumen que la enfermedad es una unidad

identificable y clasificable por medio de una serie de síntomas, pero independiente y previa a

estos; y afirman que esta unidad es natural y distribuye dentro de cada clasificación diferentes

grupos patológicos.

Pero con esto el problema de la unidad psicofisiológica queda sin solución y las

similitudes entre los dos tipos de patologías sólo se debe a que comparten estos dos principios.

Como respuesta a esto la patología rechaza la noción de enfermedad como unidad específica e

independiente y plantea como principio fundamental la unidad psicofisiológica. De esta manera

la enfermedad ya no es entendida como externa e independiente al individuo, sino que tiene

sentido dentro de la constitución del mismo. En patología mental el concepto de personalidad

responde a la intención de encontrar una totalidad psicofisiológica. La personalidad se vuelve el

criterio que permite juzgar la enfermedad y el medio en el cual se da. Pero con esto se tiende

hacia un estudio de la patología mental que refiere a la manera patológica en que un individuo

reacciona ante su entorno social y no en la forma en que la enfermedad se da naturalmente. El

problema se define por medio de tres principios en los cuales las patologías mental y orgánica

pretenden coincidir, pero no lo logran.

Por un lado, la patología hace una abstracción de la enfermedad, pero en el caso de la

orgánica esta es posible de manera clara y sirve para fundamentar mejor dicha enfermedad

dentro de una totalidad, un organismo, y no hace referencia más que a dicha totalidad; sin
embargo, en la patología mental no es posible realizar una abstracción por el mismo método ya

que la enfermedad refiere a factores que van más allá de la totalidad psicofisiológica, como al

considerar la anterioridad histórica del individuo. Por otro lado, la patología establece una

distinción entre lo normal y lo patológico, pero en el caso de la orgánica esta distinción es

sencilla partiendo de la noción de totalidad orgánica ya que tiene bien definida la actividad

normal de un organismo, y por lo tanto sus formas patológicas, siendo así que estas pueden

entenderse como respuesta adaptada ante algún otro problema; sin embargo en patología mental

resulta muy difícil establecer la diferencia entre un hecho patológico y uno normal, siendo así

que no es posible hacer dicha distinción.

Por último, la patología establece una relación entre el enfermo y el medio, digamos los

procedimientos y métodos de diagnóstico, en el caso de la orgánica el enfermo es abstraído de su

medio y puede entenderse independientemente de este como un individuo en el que las

reacciones patológicas pueden estudiarse de manera aislada de su origen como enfermedad; sin

embargo en la patología mental el medio del enfermo no puede ser abstraído de esta manera,

como el caso de la tutela del alienado en el que la práctica médica produce el mismo fenómeno

que identifica como patológico en el enfermo.

BIBLIOGRAFIA CONSULTADA

 ENFERMEDAD MENTAL Y PERSONALIDAD. Autor: MICHEL FOUCAULT

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