Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
El Diario de Pandora
Prologo
-se aproxima tormenta...- pensó Jorge, mientras veía las nubes mar
veda lo permitía.
poderoso motor llamó la atención de los avezados marinos. Entonces una gran
en la mar, pero esto era totalmente inédito para la tripulación, que con él
sumaban solo cinco personas y dudó de la integridad de la embarcación al ver el
y temeroso. De pronto, la luz bajó a nivel del mar y ante el Pincoya se vio una
Pincoya, cuando pasó frente a Jorge, a riesgo de que ambas naves colisionaran,
alzó su mano derecha saludándolo y con mirada fría volvió a fijar su vista hacia
la bahía.
marino se erizo fríamente a ver el nombre aquel, muy conocido en las aguas al
sur de Melinka, que se perdía entre el enigma y el mito. Nunca creyó que
Jorge volvió a mirar las nubes que amenazaban mar adentro, -se
esa hastiada mañana. Aún faltaban unas dos o tres horas más para que Juan
vestirse formal para algún evento importante. Tampoco odiaba estar esperando.
En su familia, Juan Andrés era el único hijo varón, de los cuatro hijos que sus
Hacía cinco años que había dejado de fumar, pero en este instante
ansiaba prender uno y dejarse llevar por el hipnotízante humo. La sala donde
él, a no más de nueve o diez metros, el féretro de su antiguo jefe, Don Marcial
casi 2 años que trabajo para la empresa, su obligación era estar ahí. El féretro
poder resistir al peso de la tierra que echarían sobre él. La tapa estaba
generalmente se dejaba abierta para que los deudos puedan despedirse del
difunto por última vez, ahora permanecía cerrada y sin ventana alguna por el
color caoba unos extraños símbolos que Juan Andrés no lograba identificar.
círculos negros, uno más pequeño al centro de otro más grande y desde el
unían.
Juan Andrés no estaba de humor para conspiraciones y hermandades
secretas, se dijo, así que se puso de pie y camino en dirección a una alejada
puerta que daba a un patio exterior tenuemente alumbrado por los insípidos
rayos del sol que podían pasar a través de las espesas nubes que son paisaje
natural del sur de chile. No había muchos familiares entre las personas que
asistían, la muerte había sido cruel y sorpresiva. Hace tan solo 12 horas antes
los cuerpos de Don Marcial y su esposa Doña María Alicia Eberhardt fueron
que solo había sido un crimen pasional, ya que no había signos de sustracción
–en una mesita de centro a poco más de 2 metros de los cuerpos habían
mano derecha de Doña María Alicia estaba el revólver Taurus Modelo 605
inscrita. En el barrilete aún quedaban dos balas de las seis que puede llevar en
el tambor.
Juan Andrés había llegado por fin al patio interior y maldijo por un
opuesta a la puerta por donde salió Juan Andrés- había un gran Palto que
dejaba ver en sus ramas más altas unas frutas aun verdes que hicieron recordar
a Juan Andrés de su infancia, no había día en que su madre -la señora Marta
Cortes- no hiciera una o dos paltas para tomar la once esa comida tan
común en chile que va a las seis de la tarde antes de la cena. En el fondo del
patio se apreciaba una corrida de ventanas que dejaban ver una especie de
cocina -el centro de eventos que se había arrendado para el velorio se preparaba
de estos
A pocos metros de Juan Andrés estaba una mujer de unos treinta años de
que acentuaban sus curvas con un delicado pero largo escote que poco dejaba a
Juan Andrés a su imaginación, sus desnudos hombros eran cubiertos por una
cigarrillo danzaba como si se tratase de una odalisca salida de las mil y una
germánica de la mujer.
-si…- dijo una vez superados sus propios temores -…eso estaba
viendo-
mujer. Esta, al ver la mirada de ansiedad típica en aquel con deseos de fumar
respiro mientras se arreglaba el cabello. Al hacer este gesto Juan Andrés vio el
intenso color celeste de sus ojos, pero el brillo propio de los ojos estaba
-si… es más…- respondió con una tímida lágrima que le asomaba por
llevaba en el salón no había visto muchas muestras de pesar o dolor entre los
había descolocado ya que contrastaba con la frialdad con que Joaquín Pérez-
hoteles SunRise resort, su jefe, al fin y al cabo, había mostrado frente al féretro
de su padre.
sus trabajadores siempre estaba ahí para escucharlos y para ayudarlos en todo
deuda moral que sentía hacia su jefe. Pero verlo así, inmóvil, serio, con la
mirada ofuscada y con aire de desdén propio de las personas que se sienten
tocado…- sentencio.
-me imagino… a veces la gente juzga por cómo nos vemos y no por lo
cobrizo cabello largo caía por un costado de su cara, que siempre se mantuvo
mirando hacia el pasto verde del patio interior, sus mejillas redondas y lisas
como mármol carente de maquillajes se resaltaban por sus pequeñas pecas que
a ellos dos la llamaba desde el salón – ¿Qué cresta haces afuera? Ven vámonos
al servicio médico legal… llamaron para avisar que podemos retirar el cuerpo
de la Oma. - dijo con furibunda voz, casi como ladrando ordenes, el novio de la
La chica se alejó con tristeza y pese a los deseos íntimos del consultor
para que mirase hacía atrás, su cabeza se mantuvo cabizbaja hasta que
aún permanecía entre sus dedos y agonizaba con extinguirse. En el borde del
filtro, una gruesa y desparramada mancha roja del lápiz labial de María Ignacia,
se lo llevo a la boca por última vez, más que para inhalar los cancerígenos
vapores lo hizo para buscar un dejo del sabor de sus labios. Juan Andrés volvió
al salón, manos en los bolsillos, pensando en que haría después cuando volviese
a su casa, tenía el día libre así que lo quería aprovechar bien. Camino por entre
iba vestido de luto, pero sin corbata y con el botón del cuello abrochado, fue su
un vaso con vodka naranja que recibió de un mozo que paso junto a ellos-…
claro? Los hijos de este, que son 5… dominan partes de la misma… hoteles,
Pérez-Toro? -
estabilidad laboral.
2
Miró sus manos temblorosas, aún se sentía extasiado por lo que había
hecho. - ¿Qué más debo hacer? - preguntó en voz alta, las voces antiguas en
todo había comenzado unas semanas atrás, era un joven sin iniciativa, sin
pequeño fue un niño problema que caía una y otra vez en correccionales o
una noche de alcohol y drogas, se vio involucrado en una riña callejera -hacía
tiempo que se disputaban territorio con un puñado de jóvenes hip hop- tomo a
Sin abogado, sin padres, sin amigos, callo en prisión. Solo y abandonado
cárcel, pero sin saber –y como reza el famoso refrán- salió de la sarten para
Así un día, una luminosa dama blanca, llego hasta donde él y ayudó a
liberarlo y el joven volvió a ver la luz del sol, volvió a sentir el viento
descansar. El pequeño lugar estaba en uno de los tantos edificios nuevos que en
cuadrados.
del mal de Alzheimer pese a sus cincuenta y pocos años, había veces en que
estaba todo bien, reconocía a su hijo y recordaba claramente todo lo que había
hecho, así como había veces en que se sentaba a tejer al lado de la puerta
dijo.
-hijo, hoy temprano llego una encomienda para ti, quizás Manuel te
murió cuando solo tenía quince años. Trabajaba en las minas del norte, pero
no era minero, era jefe de obra, iba de mina en mina construyendo oficinas,
caja pesada de cartón de unos 30x30 cm. no tenía remitente y solo aparecía su
portada verde y lomo de género, unas fotografías y una pequeña cajita con
equipos de futbol- la mayoría eran civiles, pero tres o cuatro aparecían con
unos 18 o 19 años.
reverso, y escrito con lápiz azul, se leía “4 agosto 1977" eso le extraño
servicio militar obligatorio lo había cumplido en Punta Arenas, el año 75, dos
años antes.
Los doce hombres de la fotografía, de miradas alegres y esperanzadas,
El lugar donde fue tomada la imagen era una especie de bodega, se veían unas
otro circulo, el mismo extraño símbolo que más temprano había visto en el
Pérez Toro? -
mírame, ¿es Marcial Pérez Toro quien esta con papá acá? - luego señalo la
ayúdame - pero su enferma madre seguía perdida entre sus recuerdos, silente.
cuadraban a Juan Andrés, luego vio que una serie de letras incongruentes
-qué extraño...- pensó al ver el garabato. Reviso las demás fotos y todas
tenían anotaciones parecidas, castro, 28 junio 1977, etc. Verifico que las
para documentar lo que hemos vivido, visto y hecho. Sé que algunos dudaran
manos, era una antigua foto instantánea del tipo polaroid, Juan Andrés la tomo
fotos, las fechas, todo era extraño. Se sintió sumido en una gran desesperación,
sus manos su madre era una foto del día en que ella, Marta Cortes, se
Tac, tac, tac, sonaba la cuchara con la que Jacob Spieldstein golpeaba
los barrotes de la ventanilla de la celda -única fuente de luz- para poder así
que podía ver era un gran farol que a veces titilaba, a Jacob le gustaba pensar
que aquella luz no era sino la luna creciente de una noche en Viena o en París.
Jacob gustaba de ir a París, una o dos veces al año iba a la ciudad luz, casi
siempre por trabajo, nunca por diversión. Congresos, reuniones, mítines, todo
jazz que tímidamente se comenzaba escuchar entre los jóvenes o el tango del
cabaret, sino más bien la propia música que la ciudad emitía, su propia y
que conformarse con el tac, tac, tac de una sucia cuchara de madera contra
despacho en Linz, Austria. Helga -la hermosa secretaria- solo miró enfadada
no era contra los soldados, o contra la brutalidad con la que ellos entraron al
lugar. La mirada de Helga, esa mirada de odio, vergüenza y asco era hacia él.
secretaria desde que se había titulado como médico. Siempre pensó que entre
ellos siempre hubo una linda relación amistosa, conocía a Frederick -el
una amiga, a punta de golpes en la espalda pero sin gritar ni rogar, los
soldados condujeron a Jacob hasta la calle y de ahí a un camión militar,
María Ignacia sentía una terrible jaqueca, sin duda resultado de las
muchas horas que paso la noche anterior llorando. Manejaba su Hyundai accent
universidad Mayor, trabajaba ahí desde hacía dos años y pese a estar de luto por
la trágica muerte de sus abuelos, creía que volver a trabajar sería el mejor
remedio a su pena.
radio del vehículo estaba apagada, María Ignacia se inclinó un poco para
colocar un cd, de la nada un Toyota corolla negro sin patente salió de la nada y
vehículo se había detenido a unos cinco metros del Toyota Corolla negro,
forma paralela al piloto trato infructuosamente ver quien era, solo vio una
extraña persona calva y de tez morena, y pese a lo entrada la noche usaba gafas
oscuras.
atrás al vehículo. Cuando ya había llegado a avenida Pablo Neruda se topó con
Hyundai accent blanco de María Ignacia, esta aceleró, pero el automóvil negro
vehículos iban ya a unos 100 km/h. María Ignacia freno con todas sus fuerzas
mientras el vehículo negro viró por la avenida con luz roja. El corazón le
paredes del despacho parecían más un collage de algún adolecente que las
Colo-colo 1991 -el año que ganaron la copa libertadores de América- y al lado
una camiseta original de aquel equipo firmada por todo el plantel. En otro
rincón del despacho estaba su cuadro de honor -como él lo llamaba- una serie
que iban desde Su santidad Juan Pablo II hasta la presidenta señora Michelle
famosa dupla goleadora de los años '90 Iván Zamorano y Marcelo Salas, entre
condición sentimental siempre respondía que estaba casado con la verdad y sus
hijos eran la información, el dato y los testigos. Una forma bastante sutil para
decir que había ocupado toda su vida a la pación del periodismo, tanto en la
como de docente.
edición, unos $250 el ejemplar. Los demás despachos bullían con teletipos y
noticias, ahora mismo una parte de los periodistas se ocupaban del asesinato
grandes lentes de color rojo y pelo cortado como melena -disculpa, busco a
Francisco Becerra...- Juan Andrés iba vestido con jeans azules, zapatillas
puma del mismo color y una chaqueta Doo verde petróleo, su cabellera
castaña combinaba a la perfección con sus ojos color miel. No era un astro
de Hollywood, pero era bien cotizado por las chicas que lo rodeaban. Al
verlo, la chica de los lentes rojos, señalo al fondo y dijo -al final del pasillo,
en la puerta con el afiche de "los archivos secretos x"- Juan Andrés siguió
antes de avanzar.
le había enseñado.
Por fin llego a una puerta color crema, pegada tenía un poster donde
aparecía un Ovni y más abajo la leyenda en inglés "the true is out there" -la
"x- files" ya que adornaba la oficina del personaje Fox Molder, interpretado
por el actor David Duchovny. Una vez entrado al despacho un fuerte olor a
-y que te trae a este humilde periódico? ¿Por fin te diste cuenta de que el
burlesco. Francisco era alto y su cabellera escaseaba hace años, unos lentes
gruesos a medio camino entre su nariz y sus ojos adornaban su rostro. Una
camisa salmón con las mangas recogidas y un pantalón café de tela eran su
todo su closet estaba lleno de esas dos prendas- se sentía cómodo y seguro con
esas ropas.
-sí, mira, era uno de los muchos símbolos del grupo ocultista pre-nazi,
tanto así que, se supone, influencio a Adolf Hitler, es más Eva Brown fue
vienen de ellos. -
¿por ejemplo? -
Becerra ajustó sus lentes, cruzó los dedos de sus manos y dijo finalmente
Obrero Chileno, ¿recuerdas la masacre del seguro obrero? Pero no hay indicios
otro lugar que no fuera Alemania...- Juan Andrés volteó la imagen y le leyó lo
-de lo que estoy seguro es que ese, ahí de uniforme, es mi papá a los
extrañado.
maestro.
padre era, o puede que sea, falso. Deseo que su madre estuviera sana para
poder interrogarla, no tenía familiares paternos en el sur, sabia de una tía que
vivía en Antofagasta y por el lado de su madre nada, era hija única y sus
-por lo que veo...- dijo Francisco -... Tu padre era un aviador y miembro
revelación-
6
-mi madre, al ver la foto, nombró a Don Marcial, no tienes alguna foto
automatizado de tal forma que solo bastaba tipear una palabra, o un conjunto
rostros de los otros once sujetos cuya identidad desconocían. Hasta que,
sobreexcitados, ambos gritaron al unísono -¡¡¡acá esta!!!- la sorpresa fue
Juan Andrés fue qué, Don Marcial aparecía justo al lado de su padre, con sus
-esto se vuelve muy extraño...- dijo Becerra mientras se sacaba los lentes
para limpiarlos -... Tu padre y Marcial Pérez Toro eran amigos y pertenecían
a una sociedad secreta nazi- volvió a ponerse los lentes, miró a Robles, que
-eso no es todo...- dijo mientras abría su bolso saxoline negro -junto con
Francisco Becerra lo tomo con delicadeza y hojeo hasta detenerse en una hoja
al azar y leyó
-... Hemos vuelto a la isla, espero que no sea la última vez. Manuel dice
que mañana habrá mal tiempo por lo que aplazaremos el regreso hasta el
trabajo hace 6 años en las empresas de, quien, al parecer, también era amigo de
comunicación con él? A eso había que sumarle la repentina muerte de Don
Marcial y la extraña caja que había recibido. Pensó en todo esto y se dijo que
... ¿Estas extrañas letras las hiciste tú? - se refería a la anotación en una
esquina del reverso. A la respuesta negativa del asesor saco una lupa de una
-esto fue escrito con posterioridad a la fecha... Esta escrito con tinta gel,
vista la fotografía.
- ¿yn ntenpvnqn? - leyó con dificultad Francisco -... Solo hay una vocal.
tuyo, yo leeré lo que pueda de este diario y seguiré buscando que significa
“yn ntenpvnqn"-
ciudad- las oficinas de la gerencia ocupaban todo el nivel. El lugar estaba aún
desordenado por los últimos acontecimientos y pese a que hacía años que Don
poder -por ahora- recaía en Benjamín, el mayor de los 5 hijos que tuvo la
malograda pareja.
Juan Andrés subió por el ascensor como lo había hecho los últimos 6
años, con la diferencia de que esta vez su futuro era incierto, motivado por el
cada hijo se haría cargo de una de ellas, por ejemplo, Benjamín se encargaría -
como lo venía haciendo desde hace tiempo- de las lecherías y los silos de
semillas, Joaquín de los hoteles, Alberto Jesús -el menor- tenía una prospera
carrera como Abogado y tomaría su parte para independizarse, Claudio se
encargaría de las veterinarias -era el más cercano a Benjamín por lo que era
más factible que ambos siguieran juntos- mientras que María Alicia recibiría
castaño claro se veían matizados con algunas canas que no hacían mella en su
aspecto juvenil. siempre vestido como si recién hubiese salido del fundo, más
su padre en todo lo que pudo, fue testigo del esfuerzo y sacrificio que tuvo que
quiebra en plena crisis económica del año '98, pero lo nombró gerente de
Andresito a Robles pues su ex esposo se llamaba Juan por lo que odiaba ese
pelirroja nieta de Don Marcial que conoció en los funerales. Juan Andrés la
saludo desde dónde estaba, saludo que apenas fue correspondido por la triste
pelirroja.
que mostró la joven doctora -... No importa, entiendo que no estas de humor
para nada -
-no, discúlpame tu, no han sido los mejores días estos últimos - se
disculpó María Ignacia -de donde dices que nos conocemos? - preguntó
discúlpame, pero no recuerdo mucho de lo que hice o dije ayer, estaba bajo
mucha presión. -
Juan Andrés, igual que el día anterior se sintió embrujado por esos labios
rojos, que esta vez, a diferencia de antes, le regalaron una amplia sonrisa. Al
ver salir un montón de tipos de trajes y lentes oscuros -... Y aún no sabemos
que caminos tomaremos como hermanos y tanto lo sepamos selo haremos
-Don Benjamín...- dijo Anita antes de que este volviera a su despacho -...
pelirroja sobrina como Juan Andrés se pusieron de pie al unísono, Anita miro a
niña, que pasa... ¿Que necesitas? - dijo el empresario, Robles sintió una
tenue tensión en el ambiente, no sabía qué hacía tiempo que tío y sobrina no
se hablaban -disculpa por venir sin avisar, pero no sabía a donde más
escuchando -
...anoche, a eso de las diez, alguien trato de matarme- Juan Andrés que
seguía de pie se inquietó por lo que estaba escuchando -quien podría querer
pero fue interrumpida por Don Benjamín -oh, eso, me asustaste, pensé en otra
cosa...- dijo, a lo que prosiguió con un -relájate, no fue más que un idiota al
volante, no hay día en que no sale en las noticias algún imbécil imprudente
escuchar lo último -no está todo confirmado, María Ignacia, hasta que la PDI
tenía la misma edad que su difunto padre en 1977, y sólo conocían la identidad
empresario no está dentro del grupo, más la revelación del intento de asesinato
y la posibilidad de que la muerte de Don Marcial y doña María Alicia fuera de
otra forma, y que el extraño paquete llegara el mismo día de los funerales de
ellos dos.
puerta para salir -... nos vemos el lunes jefe- dijo mientras se retiraba.
mientras el ascensor se detenía frente a ellos -... Creo saber porque mataron a
tus abuelos-
Los ojos de María Ignacia se tornaron confusos - ¿tú qué sabes de eso? -
preguntó aireada.
-no sé, sólo lo que escuché de pasada recién...- dijo Juan Andrés
tratando de ordenar sus pensamientos -ayer, recibí una extraña caja, que entre
-tu sabes que no fue así, te escuche decirlo...- dijo blofeando -... Creo
cerró y Juan Andrés se dio cuenta que había tocado una fibra importante.
-yo fui quien los encontró...- dijo mirando el piso - mi tata me llamo
para que fuera ese día a “La Agraciada”, cuando llegue estaban los dos
eran ciertas -... Y ella era zurda, además de tener el mal de Parkinson-
A todas luces, pensó Juan Andrés, alguien quiso pasar sus muertes por
historia de su Parkinson.
-el diario y las fotos, ¿las tienes acá? - pregunto María Ignacia.
respondió para luego añadir -pero tengo esto. - abrió su bolso y extrajo una
pequeña caja forrada en cuero beige y cerrada con una pequeña cerradura,
-... No sé bien que será, pero venia junto con el diario y las
Ignacia.
intento en vano abrir la caja, pero descubrió que era imposible, era pesada y
Nui, ubicado en calle Adúnate entre Manuel Montt y Diego Portales, muy
famoso por sus completos con todo a $1200.- en el populoso lugar es casi
hora de almuerzo, concurre, pero sin lugar a dudas vale la pena la espera.
segundo piso, era la primera vez que la pelirroja entraba a ese local aunque
conocía muy bien de la fama de sus comidas -en especial su mayonesa casera-
María Ignacia iba vestida con una blusa blanca un tanto transparente que a ratos
hacía notar las curvas de sus pechos, una chaqueta de cuero café era el único
abrigo para la otoñal tarde, un pantalón jeans apretado de furioso azul que se
contorneaba a sus muslos y trasero volvía loco a Robles que de tanto en tanto -
la mirará.
presentación formal de sí mismo, Juan Andrés dio más detalles sobre el extraño
paquete que había recibido. A los pocos minutos, y antes de que les llevarán la
orden que habían perdido, apareció Francisco, extasiado con lo que había
descubierto.
-traigo buenas noticias...- dijo una vez presentado -... Descubrí que
significaba ese extraño mensaje en la orilla de la foto... Ese que decía "yn
entendía cómo resolver esto, pero luego comencé a leer los primeros pasajes
de este diario...- abrió el extraño libro en una hoja marcada, ajustó sus lentes y
más relevante de esta operación, tanto Hans y yo, hemos acordado encriptar
por uno distinto..."- Becerra volvió a cerrar el diario y miro a los dos
comensales.
-es un código, entienden? - dijo tratando de que le entendieran sus
deducciones -... Un código, ahora había que comparar cada lente para
garabatear con el bolígrafo, escribió las letras del abecedario desde la A hasta
la M.
-... Hice esto mismo, este es el código más conocido y más fácil,
demasiado fácil..."
Volvió a colocar las letras del abecedario, pero justo una bajo la que antes
había escrito, pero comenzando desde la N hasta Z, sin colocar la Ñ por ser de
ABCDEFGHI JKLM
NOPQRSTUVWXYZ
Andrés, ya sabían dónde empezar a buscar. Y no había otro lugar más idóneo
tarde, la lluvia era tan intensa y fría, en días como este era normal que uno o
disparo en la sien acababa con su -como decían ellos- sus vidas indignas de
vivir.
a seguir día a día. Aunque a veces llorara en silencio, y sintiera el peso de toda
darwinismo social es una teoría social que propugna por la idea de que la
Esa fue la palabra que Jacob comenzó a utilizar, Eugenesia, hasta que
aconteció lo que todos conocerían como "la noche de los cristales rotos" y ser
mundo tendría que hacer algo, el mundo debía hacer algo. Pero el tiempo
pasaba y Jacob seguía ahí, ¿cuánto tiempo? No sabía, nadie sabía, un año, dos
habían vuelto -desde hace días que no le hablaban- esta vez lo enviaron a
él, pero -le habían advertido las voces- no podía actuar, no aquí, era un lugar
público y muy concurrido, su misión era más importante que sus deseos
personales.
trabajaban para los sionistas y para los protectores de ellos, y querrían el tesoro
El Hyundai accent blanco girabas a toda velocidad por una de las muchas
-a ver...- dijo Francisco -... Para sintetizar las ideas, tu padre y tu abuelo,
sociedad ocultista alemana...- miro a Juan Andrés y a María Ignacia -... Y que
- "... Todo comenzó para mí, cuando apenas tenía 17 años. Mi padre era
alcanzaba para mantener a los once hijos que éramos. Con Jaime, mi
-"... Así llegamos a una gran chacra, de praderas verdes sin fin, que
entrañas, un sexto sentido, una pequeña vocecita que le decía que algo iba mal.
esposa...- pensó afligido -... Es posible que hicieran lo mismo con papá -
nazi...-
La pelirroja y Robles cruzaron las miradas y pareció que el Hyundai
de inmediato, sin duda Don Marcial había amasado parte de su fortuna gracias
argentina.
-en una ocasión leí varios artículos sobre esto, es conocido por todos que
venido solos, de alguna forma trajeron con ellos el famoso y aun buscado oro
nazi...- los ojos de Becerra brillaban a través de sus lentes de gruesos marcos.
-... Pero no era un oro limpio, no lo era, era un oro maldito...- agregó
Becerra con tono oscuro y flemático -... Porque además del fruto de los
becerra, en sus compañeros era notable. Pero lo dicho por el periodista era
cierto.
grupo de judíos revolvía entre las cenizas buscando piezas dentales de oro o
anillos que algunos escondían en sus cavidades anales para cuando terminara la
guerra.
para su familia, era posible que su abuelo fundara sus negocios con dinero
Temprano ese día un guardia -como de costumbre desde hace días- los
de ellos, siempre los mismos. Pero esta vez el trabajo era distinto, los hicieron
cavar una gran fosa, "para nuevas letrinas" dijo uno de los guardias, Jacob
un regordete sargento les ordenó abrir las puertas y "sacar la basura" que
había en su interior, fue el mismo Misha quien abrió las puertas, el olor que
emanaba del interior era una hediondez indescriptible. El pobre Misha -un
fornido judío/ruso- quedó paralizado y eso que él fue testigo del asesinato de
como ellos, en este agujero que era un ejemplo del infierno en la tierra.
- ¡te dije que bajaras esa basura, judío inmundo! - gritó a Misha
- ¡no! - gritó Misha mientras apuñaban sus manos. Era levemente más
alto que los guardias nazis, lo que en otras circunstancias le hubiese dado algo
de ventaja contra los soldados de las SS, ahora y en su estado físico, fue solo
una desventaja.
momento de placer que recordaba. Hace muchos años, Manuel –su esposo-
estaba de bajada y su pequeño hijo dormía una siesta después de jugar con su
padre. Marta camino hasta el gran balcón de la casa vieja y tomo de la mano a
Marta suspiraba, había olvidado algo, pero no sabía que era. Miraba por
buscarme…- dijo la mujer -… dijo que pronto volvería, sé que Manuel volverá,
en el apartamento.
-si mi vida, hoy te llevare conmigo, solo cierra los ojos y siente el sol en
por última vez el calor tibio del sol otoñal, y sonrió, como hace tiempo no
de la señora Cortes. Pasarían muchas horas hasta que Juan Andrés encontraría
camino rural - adornado por grandes álamos que se mecían con el vaivén del
dos pisos. La madera con la que estaba forrada por fuera estaba pintada de un
pulcro blanco, Don Marcial gustaba que todos los años se volviese a pintar. La
madera pintadas del mismo tono - dos o tres por cada fachada- con visillos
hacía cuatro días atrás entro a esta misma habitación, con alegría de ver a
melodía.
"por los ventisqueros... Por tierra del fuego... Corazón de escarcha solo
se quedó... "
pena al ver el descuidado piso que con tanto esmero -y ayudada por las dos
señoras que servían como compañía y como nanas- había procurado mantener
aseado.
Las paredes estaban adornadas por las más diversas fotografías, pinturas
lugar donde María Ignacia encontró el cuerpo sin vida de su abuelo, más allá,
sobre un sofá de dos cuerpos, otra mancha marcaba donde su abuela se suicidó.
- aquí fue...- dijo al cabo de unos segundos -... Nunca creí que mi
Oma podría llegar a hacer algo así... Llevaban muchos años juntos. -
Juan Andrés miro la pena en esos ojos cautivadores y solo atino a poner
facciones.
-amigos míos...- dijo Francisco -... Si les cabía alguna duda en la amistad
entre sus parientes, aquí está la prueba...- dijo apuntando una foto en
particular.
fotografía de los doce, y ahí estaba, en segunda fila, con una sonrisa plena, y
-la persona que está aquí...- le pregunto a María Ignacia -... ¿lo
conoces?
- ¿será Carlos Fuentes? - pregunto Juan Andrés al tiempo que sus ideas y
recuerdos se aclaraban.
-si...- dijo ella -... Carlos Fuentes, era amigo del tata, no sé muy bien a
misterio e incógnitas.
Su graduación no fue ni la mitad de lo que tenía pensado, y eso que sus
en una crisis, una de las más grandes que él recordaba. La soledad y tristeza del
momento no hicieron mella en el amor que sentía por ella, fue hasta el
quequito, de esa marca "gansito" muy populares, y para sus adentros Juan
hace poco lo que le sucedió, sé que han pasado muchos años, lo siento...-
Se veía triste y nervioso, hacían diez años de la muerte del papá de Juan
Andrés y ya no sentía mucha pena, más pena sentía por el extraño aquel que
- ¿y? Dime hijo...- dijo el extraño señor -... Tú, ¿cómo estás? ¿Tu
así. -
Esa fue la primera vez que veía a Don Carlos Fuentes, un par de veces más
tendría contacto con él, pero con el tiempo se harían cada vez más escasas hasta,
-por si quedaban dudas, aquí esta otra prueba más del pasado nazi de
todo este libro tiene un hilo en común, novelas o ensayos, todos son literatura
de las mejores del mundo, pero esto...- sacó el libro que tenía escondido en su
de las manos
cubierta guardapolvo del recetario, en su lugar la tapa del libro dejaba leer un
portada, escrito en negro fuerte, decía "los protocolos de los sabios de Sion y la
subversión mundial". María Ignacia no entendía que les pasaba a ellos dos,
-quizás no era nazi...- dijo Juan Andrés tratando de, con esto, consolar a
papá y su abuelo eran nazis, y según esto...- alzo en el aire el diario de vida
Don Marcial -... Ayudaron ellos a traer y ocultar en chile el oro maldito de los
nazis -
buen motivo para matar, además son muchas coincidencias, el mismo día
por algún motivo alguien encripto el nombre del fundo al reverso, creo
Miró en todas direcciones, buscando sin saber que, quizás otra cosa fuera
de lugar, como el recetario, pero todo parecía ordenado, todo -salvo el polvo-
De pronto Juan Andrés pensó, quizás el diario nos demás pistas de que
buscar. Se llevó la mano al bolsillo y sintió el pesado bulto que desde temprano
previo había visto a María Ignacia subir al segundo piso, adolorida y casi a
servicio de la casa, -no creo que alguien escondiera la ubicación del tesoro
la parte superior, un sello extraño. Tomo una hoja de una agenda que encontró
por ahí, la puso sobre la cajita y con un lápiz rayo sobre ella. Lentamente una
extraña figura comenzó a aparecer, una daga y sobre ella una circunferencia
con una cruz, la circunferencia estaba rota donde se junta a con la cruz y la
Sabía muy bien a dónde irían, las voces no se lo habían dicho, pero era
obvio que la nieta iría a despedirse de sus abuelos, un buen lugar para morir,
agraciada en un destartalado Nissan sunny beige que robo después de salir del
restorán.
Las voces le habían dicho antes que no matara a los tres por lo concurrido
que era el restorán rapa nui. Pero en la soledad de la casona patronal, sin
testigos, nada impedía que llevara a cabo su misión, además las voces se habían
callado.
entre las zarzas hasta llegar a la parte posterior, se asomó lentamente a las
brillaba al sol.
débil, un lugar por donde entrar fácilmente. Por fin vio un lugar, el picaporte
atención al periodista.
espaldas a él, absorto en sus pensamientos, a unos diez metros de él. Una vez
entre los dientes. Como tigre en casería se agazapó y repto por el alféizar de la
ventana.
La agilidad y rapidez del moreno calvo era tal que Robles no sintió nada
extraño, volteo la mirada hacia la ventana cuando sintió una oleada de viento,
víctima.
De improviso Juan Andrés hizo un movimiento brusco y el moreno se
agazapó más en la oscuridad, su espanto fue total cuando vio en sus manos el
cofre que las voces le habían pedido buscar, Robles lo tenía, había que quitárselo
a como dé lugar.
la habitación.
María Ignacia revolvía una maleta con fotos que su Oma guardaba en su
dormitorio, las miraba con melancolía y tristeza. En eso entro Juan Andrés con
que había rayado, eran evidentes las formas del puñal y la esvástica redonda.
pistas en el
sofá dónde, días antes, María Ignacia había encontrado a su abuela, leía pasajes
del diario aparentemente al azar, mirando las fechas y buscando entre ellas.
sobre todo Jaime, él sabía leer y escribir -la mayoría no- por lo que pronto
sin querer al poco era jefe de cuadrilla y después ayudante de capataz...- leyó
Francisco sin mirar a sus dos compañeros y prosiguió -... No sé muy bien que
hacía Jaime en la casona, nos veíamos poco y siempre fue escueto en sus
comentarios... A veces, en las noches, miraba las estrellas y decía cosas sin
sentido para mí; recuerdo que, un día, sentados en un silo donde nos gustaba
subir a beber sidra, Jaime cerró los ojos y alzo la vista al hermoso cielo
dijo "es increíble lo poderosos que nos creemos... Pero en realidad no somos
-... Pero no todo es bueno en esta vida, cuando llevábamos cinco o seis
mi amado hermano mayor, falleció en una cama del hospital del fundo..."-
Chile y a mí, incluso se me acercó un gringo, Fritz Hullman, que me contó que
medicamentos y vacunas. Don Fritz era una persona agradable, hablaba poco
II, Treblinka...-
doctor nazi era nombrado como uno de los más perversos miembros del
Becerra.
-no puede ser...- dijo mientras aun asombrada se sentaba -... Puede ser
una coincidencia, un alcance de nombres, además ese tal Mengele tendría que
Brasil...-
-está bien...- dijo con resignación María Ignacia -... Aceptando el hecho
de que mi abuelo haya conocido a Joseph Mengele, eso no es prueba que trajo
el oro a chile-
en Europa termino solo pudieron esconder unas pocas cosas, y que el gran
tesoro del Führer había llegado antes que incluso él hubiese embarcado a
rostro y dijo -… yo solo me pregunto qué hare con mi parte del oro. -
No muy lejos de ellos tres, una oscura figura se escondía entre los
herencia, mi legado. Pensó con furia y la navaja en su mano derecha brillo con
más fuerza.
Interludio cuarto.
colaborador de los nazis. Desde tareas simples cómo vigilar el trabajo de los
hasta disponer de los cadáveres de los hornos donde los incineraban, se las
otorgaban a él.
una vez estos apagados, y revisar entre las cenizas cualquier objeto de valor que
diamantes, aros de oro. Así como recuperar dientes y muelas de oro. Un trabajo
molestaba, -si hubiese sido cristiano...- se decía a sí mismo -... Ahora me tengo
Así fue como un día buscando entre las cenizas, Jacob dijo en voz alta y
sin darse cuenta que lo hacía - ¿un diente?... Aquí está contenido el mapa de
-¡¡¡no, detente!!!!...- dijo un alto oficial que pasaba por ahí, alto y de
cabello castaño oscuro, el oficial se movía por el campo sin restricción, los
cuero de sus manos - ¿qué sabes tú, pequeño hombrecito, del mapa del ADN? -
tomó con sus dedos el diente blanco marfil que Jacob había encontrado, lo
-acompáñame... Quiero que veas algo- el caminar altivo del jerarca nazi
sorprendió a Jacob, caminaba como flotando sobre nubes, irradiando una luz
propia que atraía a los demás. A medida que avanzaban por el campo, los
admiración al doctor que apenas respondía con un leve gesto cada saludo. Un
Así llegaron hasta el despacho del doctor, ubicado en unos edificios los
cuales Jacob ni siquiera sabía que existían. El despacho era una lujosa sala
con los más finos muebles lustrados de brillante color caoba, una alfombra de
cachemira de tonos verdes iba de muro a muro con diseños en tonos similares
una de las paredes, estaba llena de libros de los más variados temas. Mientras
datos con un cuadro que tenía abierto sobre su escritorio, nunca miró a los
ojos a Jacob.
- ¡basta! - grito furibundo el nazi -... ¡¡¡No te creas más listo que yo!!!
lugar, mientras que él se empequeñecía más y más hasta casi desaparecer por
completo.
llegué aquí y nada...- las palabras fuertes retumbaban en los oídos de Jacob,
que temeroso de lo que pudiese pasarle no dejaba de temblar -... Y ahora llega
grupo de soldados nazis que golpeaban por diversión a un anciano judío -...
un cigarro.
-esa es una pregunta con trampa, herr doctor, porque una doble hélice
discoidal no es algo, es una condición de las proteínas del ADN...- Jacob iba a
seguir explicándose pero notó la cara de hastío e indiferencia del sádico nazi.
-a eso es lo que me refiero - dijo Mengele, se volvió a sentar y buscó algo
entre su cajonera -... Trabajaras para mí, solo para mí, me ayudarás en todo lo
sobrevivir era el lema de Jacob, sobrevivir a costa de lo que sea y de quien sea.
Y por eso, acepto y se convirtió por unos meses en el ayudante del ángel de la
muerte.
15
ayudara a entender lo que había ocurrido aquí, María Ignacia saco un cigarro y
en 1954.
1949, Mengele llego en 1949, entonces el oro tendría que haber llegado en
teléfono con conexión a internet todo lo referente al oro nazi. Su sorpresa fue
grande cuando descubrió las decenas, quizás cientos, de teorías sobre el arribo
y nadie hizo algo? - pensó Juan Andrés, al rato carcajeó por lo descabellado
y fantasioso de la idea.
- qué tal si... Que piensan ustedes si... Yo creo que esto viene de antes,
rojo -un Peugeot 204 conducido por una señora y sus dos niños- se detuvo
saludaron con una sonrisa. Metros más atrás una camioneta Fiat fiorino blanca a
Las implicaciones eran varias, en las tres muertes había cabos sueltos, de
ser así habría que buscar a los otros 9 faltantes, si estaban vivos darían
respuestas a varias preguntas. Si no, habría que ver de qué forma habían
fallecido.
Pero para buscarlos había que saber quiénes eran. Francisco indagaba en el
diario, tenía la fe ciega de que la respuesta estaba ahí, muchos datos desfilaban
frente a sus ojos, nombres, fechas, lugares, datos triviales e irrelevantes para lo
llegaste aquí? -
-oh!... Si...- dijo mientras extraía una hoja de su bolsillo -... ¿sabes qué es
-sí, sí...- respondió la pelirroja volviendo a la realidad -... Era una especie
sintió como sus mejillas se sonrojaron, la negación dio paso a la duda, y la duda
Ya no le quedaban más dudas, por eso habían matado a sus abuelos, por el
oro que trajo de Argentina y oculto en sus campos, y si el asesino llego hasta
donde él, lo más seguro es que los otros 9 miembros de la sociedad ya estarían
muertos.
agradeció a las voces el actuar con cautela. Se apoderaría del tesoro familiar
gracias a estos tres, gracias a aquello habían podido alargar sus miserables
vidas.
16
violencia contra los requeríos. Jorge se alegraba de haber llegado antes de que
el tiempo empeorara.
viva voz los productos que, horas antes, de la mar habían extraído. Ahora
los arreglos que tendría que realizarle al Pincoya II, el motor sonaba extraño, y
Entonces, entre los barcos pesqueros, volvió a ver ese blanco y moderno
conversaba con una mujer de unos cuarenta años de abrigo gris y gorro negro,
cuadrada y muy cuidada. Ahora que no está el tata ¿quién procurará mantener
unos
3 metros de alto, los capiteles de ambos pilares eran de unos 5 cm. -uno
más grande que el otro- de los pilares nacía un portón metálico de dos hojas,
los balastros -de impecable negro- eran de un diseño pulcro y bien ejecutado
llegar a la altura de la bisagra superior del portón una placa metálica pintada
del mismo color que el pilar, tenía la misma figura que Juan Andrés había
dio la idea de que se trataba de una cámara oculta y la placa metálica era la
entrada a ella.
años, le encantaba pasar los veranos acá, se juntaban todos los primos y
jugaban todo el día. Pero ese día fue distinto, Don Marcial tomo sus
le acompañase.
Una vez en el pórtico, don Marcial comenzó a perforar el ladrillo con que
alrededor de su abuelo.
- ¿tata?... ¿Qué estás haciendo? - pregunto la pequeña.
secreto...-
María Ignacia se abrió paso entre los dos varones hasta quedar frente a la
María Ignacia termino por abrir completamente la puertilla que era, a la postre,
la placa metálica. Los tres miraron por hacia el interior del agujero en el pilar y
agraciada sin duda tenía que ver con la cajita que venía en la encomienda, pero
tan fácilmente. Además, la clave en la fotografía era clara, tendría que ser este
el lugar. Llevaba la cajita metálica en sus manos y la apretaba con mucha
fuerza.
pasos.
vista.
arañas, un destello que arrancó una sonrisa al joven periodista. Hoy es mi día
-ya entiendo todo...- dijo Juan Andrés mientras sonreía aun arriba del
cerca el hallazgo.
- ¿es para la caja? Revisa Robles, revisa- urgió Becerra entusiasmado por
Los tres se abalanzaron sobre la caja, pero esta estaba vacía, en su interior
no había nada.
escrito...-
-no, que va, con suerte hablo español, conozco esa frase pues era el lema
de la Wehrmacht, el ejército nazi... Si, por ridículo que suene, ellos creían que
Dios está a favor de ellos... Ignorantes, olvidaron que su Dios se hizo carne, y
leyendo.
esto. Tu amigo Hans Neumann " rayos, pensé que sería algo más decidor
que esto. - le entregó la caja abierta a becerra quien se percató de algo más
-Mire amigo, no sé quién es usted, ni que hace aquí... Pero será mejor
Los ojos del anciano se clavaron en la mano derecha del joven moreno
que aún seguía dentro de su bolsillo, este siguió la mirada del anciano hasta su
prolongaba más.
- ¿qué temes viejo? - dijo en tono amenazante -... ¿Has sido un buen
cristiano? ¿Crees que heredadas el reino de los cielos? ¿Crees que tu Padre
percutor de la escopeta y se preparó para disparar, pero con una velocidad casi
sobre humana, el calvo saco su mano derecha y arrojo la navaja mariposa contra
el anciano. La navaja voló entre ambos dando vueltas en su eje como bailarina
de ballet y se incrusto en medio de los ojos del viejo, que cayó arrodillado y con
la cabeza hacia atrás. Un delgado e incesante hilo de sangre bajo de su frente e
El joven punk camino rápido hacia el cadáver sin vida del campesino y
por el retrasó se fue hasta donde había escondido el automóvil que horas antes
-en muchos pasajes del diario aparece un tal Hans, acá por ejemplo...-
dijo Francisco y se preparó para leer -..."Hans trabajaba con Otto Braun en la
sala verde, como nos gustaba llamarle cuando lo conocí, había sido cabo de
muchos a huir hasta que, cercado por agentes de Simón Wiesenthal -el judío
Francisco se sacó los lentes se restregó los ojos, miro por el retrovisor
último leído, su abuelo, aquel viejito robusto y cariñoso, Que tantas veces la
había cargado en sus brazos, fue aprendiz del genocida y criminal de guerra
atrocidades que le podría haber enseñado. -"... Fue así como, gracias a que
Hans demostró que yo estaba comprometido con la causa, vi con mis propios
Había llegado a una parte importante del diario de don Marcial, el tesoro
y como este llegó a Sudamérica. Antes Juan Andrés había googleado las
palabras "oro nazi" y obtenido un sinfín de respuestas que hablaban de las más
descabelladas teorías.
alemanes, los hermanos Tisch, que alrededor del año '98 recorrieron la zona
-... Los tractores llegaron a Chile cerca del año 1950 y fueron traídos
volvió a leer el diario de vida de don Marcial les contó que el diario
sus tareas normales. La bruma del invierno obligaba que las tareas de
Atlántico.
almirante alemán Doenitz le exigieron que cesen de destruir los navíos o serían
Ramón Sayús subió al U530 y fue reducido por Otto Vermouth, teniente de
en un cañón de 10,5 cm. Un cañón A/A de 3,7 cm. Y dos ametralladoras A/A
-... Pero la llegada del U530 no fue más que un señuelo, orquestado por
Francisco leía el diario -... 38 días después, al mismo puerto argentino de Mar
indicado...-
estaba cerca, y tenía que ver con la extraña mitad de coordenada que estaba
-... Ese oro, porque es tan importante, aunque hayan perdido la guerra
ese oro es alemán...- pregunto la pelirroja con un dejo de orgullo por sus
raíces.
cenizas extraían dientes de oro más anillos, aros y otros que las victimas
del "Herodes nazi" -como llamó la prensa de aquel entonces- Heinrich Graus
que mató a más de 300 niños judíos con, según él, enfermedades mentales o
universidades hoy en día, omitiendo su macabro origen. Juan Andrés, que había
alivio.
profundamente agotado por la incesante búsqueda -... Y, gracias a Dios, los tres
-... He hecho todo lo que me han dicho... Todo...- dijo a las iracundas
voces
de sangre...- respondió
dientes. Las voces no le entendían, pensó, las voces tendrían que ser calladas.
20
sala de estar/comedor, dos dormitorios, un baño y una cocina con logia -vale
decir que a lo que los arquitectos modernos llaman logia ahora, es solo un
porcelanatos finos de detalles sobrios, solo pueden ser adquiridos por personas
primero, donde se hallaban los tres, era una planta llana, la conserjería era un
espacioso mesón de color caoba, de un metro Veinte de altura por unos tres de
largo. Sobre el mesón una cenefa de unos ochenta centímetros -que desde el
cielo duro bajaba- daba inició a un gran espacio con "cielo americano".
Los tres se miraron nerviosos, tendrían que ser cautos con sus
-sí, resulta que somos de lejos... De Frutillar...- dijo Juan Andrés antes
que la pelirroja o su ex profesor pudiesen decir otra cosa. El conserje los volvió
Juan Andrés notó la abismante diferencia entre los tres, casi al instante
y sin que nadie lo esperara. María Ignacia tomo de la mano a Robles, que
pobre gringuito tiene visitas... En seis años que vivo acá, el pobre se lo pasa
incrédulos.
subieron a ella.
conserje, don Miguel, se quedó frente a las puertas y sus tres compañeros tras
mirando sobre el hombro a los tres visitantes -... A veces hasta le compró sus
cositas. -
acostumbra a llamar gringo a todos los rubios, sin importar que sean o no
norteamericanos.
Don Miguel sacó un llavero de la cotona gris que llevaba, una llave
departamento.
Los tres se miraron sin entender lo que veían, entonces, la cabeza del
-¡¡¡le digo que su sobrina Gretel esta acá!!!- le repitió casi gritándole al
algo.
-¡¡¡es ciego!!!- dijo Juan Andrés sorprendido -... don Hans Neumann ¡¿es
ciego?!-
-claro que está ciego, según contaron los doctores, el gringuito quedo
ciego en un incendio hace como cuarenta años, el 74 o 75, más o menos- dijo
don Miguel se sorprendió por las preguntas con las que agobiaban a su amigo. -
¿don Hans SS? - dijo preocupado - ¿...quien mierda son ustedes?¡¡¡ Que
-don Hans nunca hubiese sido un SS, la madre del gringuito era judía
en Dashau, pero su familia no.…- don Miguel les explico que todas las tardes
Los tres salieron rápido del departamento, María Ignacia tenía aún
silencio cuando estuvieron con el anciano alemán -... Se sabe qué muchos
criminales de guerra nazis se tatuaron números para poder huir...- miro a Juan
Andrés -... ¿y? Ahora ¿quién sigue en nuestra lista? - y salió del ascensor
al de él, e imaginó -otra vez - como sería besar esos labios. La pelirroja, por el
rabillo del ojo- vio la mirada del joven periodista, y contempló en ellos la
naciente adoración, mal que mal no era tan mal partido -pensó - era
en la mañana.
por cerrar la puerta, a Francisco le pareció ver algo familiar, un Peugeot 504
rojo aparcado cerca, María Ignacia sonrió levemente y pensó -sigamos el plan...
Sigamos el plan -
luminarias públicas se encendían una tras otra mientras las hojas de los árboles
populoso sector.
21
oficina era una amplia planta de piso de porcelanato gris. Un sobrio escritorio
balas- que iban de piso a cielo, hace semanas a tras mando a sacar las cortinas
pues dijo a sus allegados que él no tenía nada que ocultar y que los cobardes se
Estaba de pie, mirando una ciudad a sus pies, un imperio a sus pies, sabia
OnixCorp Ltda. Le daba ciertos privilegios que hacían más gratas esas batallas
muy ocupado, pero según protocolo, en caso de que se active una alarma
Güell tomo asiento y sirvió tres dedos de escocés sin hielo en un vaso
con desgano.
El director Güell miro el vaso que recién se había servido, abrió una
hielera, saco dos cúbitos y se sirvió dos dedos más de aquel escocés de 12
años.
con eso recordó el gran precio que pago por esa botella. Presionando un
simple botón una gran parte del escritorio de mármol se opacó casi al
apareció sobre un cielo cían y un dorado campo de espigas de trigo que, aunque
estaban fijas, cualquiera diría que se movían suavemente impulsadas por el
resuelto...- dijo en español con claro acento inglés -y ya sabéis que, si yo tengo
pero OnixCorp era un buen cliente así que, como dijo el poderoso director,
-está bien...- dijo LaRossa -... Envíeme todo como de costumbre, mi gente
en una mano y caminó hasta el muro cortina que lo protegía de una caída de
casi cien metros de altura, contempló la ciudad a sus pies, saboreo su whiskey y
una derruida casa de madera pintada de color crema, la casa era bastante
normal para el sector, a simple vista se veían los estragos de la humedad -todo
Ya había caído la noche, antes de venir los tres pasaron a beber y comer
algo, para así tener la mente despejada y no cometer los mismos errores que
del vehículo. Fue Francisco quien, después de abrir una pequeña reja metálica
piso de madera, dejando un notorio surco de desgaste tras de sí, una pequeña
La niña sonrió sin decir palabra alguna y se echó a correr hacia adentro
de la casa. Al poco una robusta pero joven mujer de mejillas coloradas y pelo
castaño claro, con delantal floreado y manos mojadas con lava lozas salió al
esa dirección a un tal Hans Neumann no a Hans Guzmán, Juan Andrés Robles
-¡¡¡eres nieta de ese viejo zorro!!!- el anciano soltó un suspiro -... Qué
pena lo que le sucedió, lo siento hija... Tienes razón, él y Hans Neumann eran
grandes amigos... Pero Hans ya no existe...- miro a los dos varones que la
acompañaban antes de voltear y dijo -... Ahora dejen a este pobre jubilado
descansar...-
Manuel Robles...-
La sola mención del nombre del padre de Juan Andrés, fue como un
gastados sillones.
más escucharía ese nombre en mi vida. Tienen que entender que el hombre
tiempo atrás.
Oma sería incapaz de hacer algo así, tenemos pruebas que arreglaron la
que con arrojo contuvo y negó caer, había algo en la voz, en la mirada, de
sala verde, como nos gustaba llamarle cuando lo conocí, había sido cabo de
muchos a huir hasta que, cercado por agentes de Simón Wiesenthal -el judío
Guzmán o como mierda quiera llamarse ahora ¿trabajo usted con Josep
Mengele sí o no? –
La violencia verbal que había demostrado Becerra sobre el anciano
sorprendió a sus compañeros, Juan Andrés lo tomo del brazo y lo llevo al otro
- ¿pero qué mierda te pasa pancho? - dijo Robles –crees que somos
que, ¿un grupo del mossad? ¿Caza nazis? hueon, estamos acá para
-… Es tut mir leid, ich war nur Befehle, nur Befehle. Es gibt nicht einen
Tag, der mich nicht in Verlegenheit zu bringen ist nicht, was da passiert… [lo
siento, yo solo cumplía órdenes, solo cumplía órdenes. No existe un día en que
-koiné Sorge, wir sind nicht hier, um Richter, wir wollen einfach nur
levantó y fue a un derruido mueble, saco una bolsa plástica llena de papeles,
-hace miles de años que no veía esta foto- tomo la fotografía con sus
manos, y repaso uno a uno los rostros, y de repente la volteo, leyó lo que
- ¿Cómo obtuviste está foto hijo? - Robles le mostro las 8 fotos que en
-alguien se las entregó a mi madre ayer, no sé quién ni con qué fin, solo
le pareció buena idea, los hombres del mossad nos estaban pisando los
talones, así que urdimos un plan, un plan genial, para traer todo a chile…
- ¿el tesoro? - pregunto don Hans –oh, sí, claro, el tesoro…- dijo una vez
que busco en sus recuerdos –eso fue gracias al gran Heinz Schäffer, almirante
del U-977, un submarino alemán que trajo todo hasta mar del plata…-
preocupación, Hans había tirado una verdadera bomba, y ahora amenazaba con
-en los libros se dice que el U-977 navego 66 días antes de rendirse en
agosto de 1945, pues no fue así, el U-977 llego el mismo día que el U-530, en
julio de ese año, pero la información la ocultaron los guarda costas argentinos,
un tal…- pensó un momento -…un tal Sayús, Ramón Sayús. Él, previo
convenio, ayudo a que el ubot de Schäffer pasara bajo y atracara lejos de la
vista de intrusos. -
Becerra saboreo el momento, ya se veía con una parte del oro en sus
sensacional historia de todas. Pero antes, antes tendría que hacer una llamada
celular y llamó.
ruido entre unos matorrales del patio trasero de la covacha del gordito
metros de él, como un animal agazapado y listo para atacar, estaban tan cerca
Marcial y otra persona más, formados a los pies de un avión. –ese de ahí es tu
padre, junto con sus camaradas de vuelo. Ellos no sabían mucho al principio,
cosas a chile-
- ¿les prometieron algo del oro? - dijo María Ignacia mientras
desmayada.
sobre pasaba los 24 años, iba vestido con una polera negra descocida en
rodillas, bien ajustados. En su cuello llevaba una correa para perros con
Hans Neumann.
-Amigo...- dijo nervioso y con las dos manos en alto para que viese que
no portaba arma alguna -... Tome el dinero, pero no nos haga daño, no es
Típico de ustedes creen que todo lo pueden comprar, no está vez, no ahora...-
Juan Andrés se puso delante de María Ignacia, que escondió su rostro del
antisocial, y de don Hans, brazos al aire, una gota de sudor bajo de la frente del
cuenta, a buscar alguna forma de defenderse. De aquel rustico lugar había dos
a espaldas de Juan Andrés, a no más de 3 metros, pero era una puerta pesada y
en su camino había muchos objetos que solo retrasarían la huida. La otra salida
que daba a una pequeña cocina, dos metros más y una puerta daba al patio
de mis antepasados...-
Ahí entendió Robles, el joven estaba tras el oro de los nazis, vio
determinación, odio y rencor en sus ojos y pensó: -quizás este fue quien mató
al matrimonio Pérez-Toro /Eberthard y si mató una vez, volverá a hacerlo
-... Quiero ver a los asesinos de mi pueblo arder, eso quiero. ¿Me puedes
ayudar? -
El odio ardió en los ojos rojos del calvo agresor, su ceño fruncido se
e insultas a mis antepasados, pero las voces dijeron que serían brutales las
sabemos en donde esta- dijo Juan Andrés mientras seguía tratando de ganar
tiempo para María Ignacia y don Hans que aún no lograban poner de pie a la
- ¿oro? ¿De qué oro hablas? - dijo sin entender don Hans. Era segunda
vez que el anciano hacia esa pregunta. Juan Andrés pensó que era un intento,
Juan Andrés vio en una escoba la única arma a mano, que le podría
Robles hizo lo propio, hasta quedar cerca de un jarrón que imitaba, de manera
El calvo vio ese movimiento, pero era muy tarde, Juan Andrés ya se
había hecho de él, se abalanzó sobre Robles con la navaja en punta, el filo de
esta corto la manga de la chaqueta Doo del consultor, pero el corte fue tan
reflejo, Juan Andrés golpeó con el jarrón florera en la cabeza al calvo que
estaba de pie, junto a él, lo tomo por el cuello con ambas manos, y pese a su
estallido contra el cristal fue gigantesco, cosa que alertó a muchos vecinos.
habían cargado a la robusta hija pensando que escaparían del fatídico fin
misión debía de cumplirse. Tomo la navaja del piso y con calma salió a la
calle.
24
seguía siendo un lastre, más atrás cansado don Hans trataba de seguirle el paso,
a sus 83 años y después de 37 años de vida sedentaria, su estado era más que
deplorable.
vecinas apagaban sus luces al oírle pedir ayuda, en estos sectores se vivía con
la ley del "no meterse en problemas ajenos, porque el sapo toca la peor parte",
la gente ya acostumbrada a ver riñas o discusiones finge que no está o que está
cuerpo, no era capaz de marcar el número de emergencia 133, sus dedos torpes
y cansados no lograban ni desbloquear correctamente su moderno teléfono
que escucho cuando se alejaba con don Hans y su hija era un largo ruido de
-arrrh... Niña, ven... Arrrh...- balbuceó cuando entre las dos mujeres lo
voltearon -... Debes saber algo...- tomo a la pelirroja doctora del cuello de su
-señor Guzmán...- dijo María Ignacia -... Cálmese, estamos lejos de ese
Don Hans apreció con una sonrisa que la nieta de un viejo y querido
lloraba por ayuda, María Ignacia se controló y comenzó a aplicar todos sus
conocimientos en médicos. Sentó a don Hans en la acera, de desabrocho la
-don Hans ¿toma algún medicamento para el dolor torácico por una
doctora, alejando sus miedos y temblores. Don Hans negó con la cabeza.
doctora un segundo.
dijo:
-Gold war nicht das was wir mitgebracht. Es war etwas anderes [no era
mitgebracht? [¿¿Cómo que no trajeron oro? ¿Entonces qué fue lo que trajeron
militar dijo:
el conductor, Alberto Bendretti, era diestro al volante tanto así que ninguno de
los tres acompañantes que con él iban, notaban diferencias entre estar detenido
o ir a 190 km/h.
cuerpo, que su jefe en Locke Security Corps le encargo viajar a Chile, un país
Robles Witten, ex miembro de la Fach, que para todos los registros aparecía
fallecido en un accidente laboral el año 1983, por algún motivo había resurgido
deseos de sus inversores, así como tantas otras misiones -su grupo había
Sierra Leona, Siria, Tailandia y corea del Norte- y como buen hombre de
armas que era estaba dispuesto a llevar a cabo su misión sin importar el costo
clave que encontraron en el pórtico de "la agraciada"...- dijo una voz salida de
entre la bruma.
María Ignacia trato en vano buscar la fuente de esa voz, Azrael -como se
de le doctora.
Ignacia grito de horror, aunque no podía ver con claridad lo que sucedía.
-¡¡¡si no quieres que la dañe dime donde está la caja!!!- insistió Azrael -
... No la tenía tu amigo a quien molí a golpes, donde está la caja ¿y dónde está
este caos, Francisco había hablado con Juan Andrés y luego salió a hacer una
llamada, luego todo se volvió loco. Azrael había entrado con sangre en el
mujer, una sombra salió de la nada, rápida y efectiva. Golpeo al joven punk en
la nuca, este cayó automáticamente, y aunque intento ponerse de pie, eso fue
el golpe que el calvo le había propinado, mientras don Hans seguía con su
mano derecha presionando su pecho por el feroz dolor que sentía. Las sirenas
977... No.… trajo el oro de los nazis...- balbuceó al tiempo que María
escuchaba muy bien la voz débil de ex SS, que era -además- ahogada ahora
Hans Guzmán tomo de la mano a María Ignacia Pérez Toro, la miro a los
ojos, sus ojos claros brillaban con una luz única, diáfana, un brillo que segundo
no entendió porque le pedía perdón, luego se percató que no era a ella a quien
Y el brillo de los ojos del anciano se extinguía, era apenas perceptible hasta
Ignacia estaba ausente, en otro planeta. Pensaba en sus compañeros, como era
Ya daban las 1 a.m. María Ignacia estaba sentada sobre una camilla del
hospital regional Dr. Henríquez de Temuco, mirando las palmetas azules del
había perdido a sus amados abuelos de forma brutal dejando a toda su familia en
promedio de las mujeres chilenas, unos 1,58 mts. De piernas gruesas y cortas,
uno del otro, el primero bajito -1,65 con suerte- y con unos kilos de más y de
unos 50 y pocos años; el otro delgado, alto y más joven -con suerte tenía 28
años- sin dudas eran el prototipo cliché del detective de policía que se ve en el
Joel Quintremil - ¿nos podría aclarar ciertos hechos acaecidos esta noche? -
María Ignacia esta mareada, sentía su cabeza gigante y las palabras que
salían de la boca del detective Díaz le parecían lejanas, como un eco que
Hans Neumann... Perdón, Hans Guzmán, teníamos que hablar con él,
-oh, por supuesto...- dijo la pelirroja -... Iba con Juan Andrés Robles y
Francisco Becerra, dos amigos, a Juan Andrés lo golpeo primero ese tal
Azrael, yo corrí con don Hans y su hija... ¿Cómo está Juan Andrés? -
pregunto intranquila.
manchada de sangre-
-sí, no se preocupe por eso...- respondió Díaz -... Encontramos en el patio
navaja del tal Azrael venía del can, pero de Francisco Becerra nada. -
encuentra bien? –
preocuparse -
-está bien, si recuerda algo más, algo que nos pudiera ayudar, no se
-oh, una cosa más, antes de irnos, conocía usted a.…- Díaz miro a su
compañero que al acto saco una libreta y leyó un nombre en tono casi
Imperceptible para la pelirroja herida. -... Si, si, ¿conocía usted a Don
-sí, sí, lo conozco...- dijo una vez que compuso su expresión -... ¿Qué
Segundo los haya visto y declarado eso, era un hombre honrado y fiel como
pocos.
-sí, estas en lo cierto, una navaja mariposa, esas son muy maniobrables y
¿ayer temprano fueron ustedes tres al fundo de sus abuelos? - Joel Quintremil
era, pese a su juventud, un detective sagaz y ordenado. María Ignacia se sentía
acorralada, ya habían muerto cuatro personas por culpa del maldito tesoro y ya
tenía que ver más con una traición que con que le haya pasado algo.
sala de urgencia del hospital regional. Mirando sus menudos pies flotando en el
aire, a unos 50 cm. del piso vinílico azul. No sabía a quién llamar, su novio -
Rodrigo - tendría que estar preocupado por ella, pero su simplicidad, antipatía y
distancia habían acabado con el amor que -quizás- algún día sintió por él. O
podría llamar a sus padres, pero hace tantos años que le eran indiferentes que
sería incómodo para los tres volverse a ver por segunda vez en dos días -ni
-no pensé que diría esto cuando te conocí...- le dijo una carraspeante voz -
Sin duda Juan Andrés disimulaba sus heridas ya que, llevaba ambas
enfadada. Como poder responder a esa pregunta, pensó Juan Andrés, como
-no puedo... No quiero creer que Francisco nos traicionó...- dijo Robles
-no, no, era más joven que él, definitivamente no era Francisco, se
movió con rapidez... Y me dio un mensaje para ti. - dijo María Ignacia
preguntó.
que le provocaba esto, y pensando en el nuevo enigma que se sumaba al lio que
ya tenían.
-oh, y otra cosa más...- dijo la pelirroja antes que volviera a hablar su
compañero -... Dos veces, y en plena persecución, don Hans dijo que no había
tal oro nazi, al comienzo pensé que era para despistar a Azrael, pero la
segunda vez fue más íntimo... Usaba sus últimas energías para hacerme
diario hablaba de un tesoro ¿conoces otro tesoro nazi que no sea el oro robado
desatar. Pero en la noche, cuando la gente normal duerme, y solo algunos seres
como desaforado.
consumía..."- gritaba desde el fondo del calabozo para pesar de los demás presos
Venganza" -... Porque mi Ángel irá delante de ti, y te llevará a la tierra del
amorreo, del heteo, del ferreteo, del cananeo, del hevea y del jebuseo, a los
llenas de hongos.
A unos metros del calabozo, en una sección intermedia entre dos niveles,
un escritorio ordinario y unas sillas viejas eran todo el mobiliario que podías
situación diaria.
fallo a su misión. Las voces ya no hablaban, y él sabía por qué. Las había
húmeda, olía a lo peor que el ser humano podía ofrecer. desechado, ignorado y
gruesa de las cadenas tenía un eslabón débil, lo que faltaba saber era cuando la
encontraría, cuando.
29
-tengo que recordarles que está misión es clave 7...- dijo Bendretti -... Ni
su padre confesor se puede enterar que vinimos a este país de mierda- sus
"vacantes" en su equipo, el riesgo era alto -así como la paga- y era algo que
-tengo un palpito sobre esto jefe...- dijo Jiménez -... Y usted sabe que no
mermada por su fe casi ciega en los "espíritus" que, según él, le acompañaban
tierras chilenas.
-el sujeto A, posee algo que el cliente busca hace años...- dijo Bendretti a
sus hombres mientras les mostraba una foto del padre de Juan Andrés Robles.
-... Debemos, a toda costa, capturar al sujeto A y extraerle la información,
sujeto A. Bendretti les recordó que, en esta misión, estaba prohibida la fuerza
5 sur era una moderna autopista de doble vía inaugurada hace menos de diez
muchos, sus cuestionamientos morales hacía mucho tiempo que los había
intromisión del auto llamado Azrael cambió todas las cartas de la mesa, o al
niño cuando no lo dejaban jugar a las "polquitas”, tomar todo lo que pudiera y
eso, su ambición, su deseo morboso por tener más que los demás, por tener lo
que por derecho de cuna se le habían negado. Podía más que las fraternales
burlarse de él. Nació como Idelfonso Francisco del Carmen Becerra Pino, no
muy lejos de donde había dejado botados a sus transitorios compañeros. En una
jugaba con niños de su edad, ahí su antisocial yo comenzó a nacer. Pasaba horas
afición por el periodismo. No, no, así no fue -se dijo reivindicando sus
creencias - todo fue gracias al viejo tractor en casa de sus abuelos. Por largos
pareja de ancianos, doña Clotilde y Don Atanasio, en algún momento las cosas
le habían ido bien, la parcela que tenían cerca de Traiguen florecía de alegría.
de verde raps, Francisco tropezó con algo metálico y oxidado, con sus propias
manos comenzó a excavar y a los pocos minutos una desgastada placa emergió
entre la tierra.
sentía maravillado con su hallazgo, su tesoro, que ahora sería para él su refugio,
su guarida.
leía todo el día o hasta que el hambre lo estrangulara tanto que no resistiese
Pero un verano, por allá por 1986, al llegar a su escondite secreto vio
oxidados.
que un par de gringos había pasado comprado viejos tractores Lanz y que él
recordó que, en esa vega, llevaba años botados uno. - ¿cuánto más van a
pagar por un monto de latas y fierros? - había preguntado a los dos "gringos",
estos habían mostrado un maletín negro con mucho dinero, dinero nacional y
extranjero, y pasado dos fardos de apilados billetes y dijo el que más hablaba
español -aquí tiene dos millones de pesos chilenos ¿Con eso bastará? -
Su abuelo le contó que ante tamaña oferta lo que menos podía hacer
era decir que si, total -pensó el viejo - solo era un montón de fierros sin
importancia y utilidad-
Pero no era tan así, ya que para Francisco ese tractor viejo y derruido era
venía, cuando habían llegado, todo. Y su sorpresa fue enorme al enterarse que
después unos cuarenta tractores Lanz series 707 y 747 habían sido comprados
que una pieza importante del cigüeñal está hecha con, supuestamente, el oro
nazi.
chile y argentina en los '70, siguió la pista del piloto de la aeronave hasta
dar con Robles, ¿que traía? ¿Quiénes venían en él? Fueron preguntas que
Robles siempre se negaron a dar. Hasta que se enteró de la muerte del ex-
frágil y desvalido.
aunque demorase toda una vida, se haría para sí el suculento premio del oro
nazi.
Hace casi dos horas que salió de Temuco, estaba pasando por la ciudad de
librarse del loco de Azrael ya les lleve a dos horas de distancia. Se relajó, el
habitación, María miraba con angustia el lugar donde José Luis había dejado
a medio
-qué crees que tenemos que buscar aquí...- dijo la pelirroja -... Solo
veo desorden -
Marcial Pérez -Toro, el primer atisbo de cariño en todo el día que le escuchaba
-creo que esa clave era una coordenada, una primera pista
-qué piensas sobre lo que dijo don Hans, que no trajeron oro desde
revisaban cajones, muebles, closet buscando algo que les ayudara a entender el
-es que...- dijo el joven periodista mientras revolvía una cajonera con
argentina y volvió forrado en dinero, ¿no crees que algo extraño haya en eso?
Un trabajador temporero que vuelve a su país después de... ¿Qué? ¿Un año?
daría cuenta de que algo raro hay en toda esa historia, tu abuelo recibió algo,
-bueno...- dijo María Ignacia -... Entonces soy la más simple de los
incautos, porque viví engañada según tu todo este tiempo- su enojo y posterior
porque, ya que en el fondo ella sabía que eran ciertas las deducciones de
tesoro que trajo desde argentina, tesoro manchado con sangre judía.
extrajo entre los papeles una porta documentos café de piel curtida donde se
veía en relieve el símbolo del sol negro, María Ignacia se lo pasó a Juan, este lo
veía entre otros a su papá y a don Marcial. Pero nada, nada que los pudiera
muy significativo.
alemán título el día de su muerte "muere nazi líder de secta protegido por el
enfrentaban.
-es Paul, Paul Scheffer, y según veo es en Villa Baviera...- dijo Juan
Ya todo le cuadro a los buscadores del oro, la colonia Dignidad había sido
unos pocos podían entrar y menos salir. Conocida era la historia de años de
lugar idóneo para esconder algo, donde más si no un lugar tan protegido como
ese.
-Tendremos que viajar hasta allá, pero hoy no.…- dijo la doctora -...
Hyundai accent blanco de María Ignacia. La intuición les dijo era probable que
departamento del joven periodista. Sin saber que lo que encontrarían ahí no les
edificio donde vivía Juan Andrés Robles, con luces apagadas parecía otro
vehículo mal estacionado en esta fría noche de otoño. Bendretti esperaba, frio y
habitantes del edificio se sorprendieron al ver que uno de ellos era, nada más y
nada menos, que Juan Andrés Robles, supuesto hijo del sujeto A -aunque
antiguo circuito cerrado de video sin red lan donde el gusano hacker de
al menos no se veía salir del lugar, seguía dentro del edificio aparentemente.
pese a que no era una salida- el agente Munisaga esperaba fumando un camel
- hace dos horas que el sujeto A entro, jefe, o ya se nos fue o sigue
detuvo en la entrada del edificio y de él descendió una pareja joven, él iba con
paso lento y doloroso, con vendajes en la cabeza y manos. Ella de vestir casual
... Pero existe un 46% de que sea Juan Andrés Robles, hijo del sujeto A.…-
Jiménez -... Pero también dice qué hay un 25% de que sea Elvis Presley -
ascensor hacia el 9no piso del edificio de departamentos, eran cerca de la una
cuerpos, Juan Andrés debía tomar un antiinflamatorio cada ocho horas, pero
estado sola casi todo el día, y pese a que rara vez me reconoce no me gusta
Los intensos ojos cian de María Ignacia se tiñeron de pena y soledad, una
soledad tan vasta que opaco su belleza natural por un segundo. Juan Andrés
sintió la urgente necesidad de abrazarla con fuerza y decirle que ya nunca más
estaría sola, pero el ruido de la puerta del ascensor al abriese sacó del trance a la
magullada pareja que fueron recibidos por un oscuro pasillo que encendía sus
estaba al final de un estrecho pasillo con el número 905 brillando con la tenue
algún día, tal como le había prometido antes de salir. Pero hoy, hoy era
distinto, las luces estaban apagadas en todo el departamento. Los dos entraron
respuesta sorda y silente enmudeció a los dos, revisaron cada cuarto del lugar,
negativa, nadie sabía dónde se había metido y nadie la había visto salir. Antes
Andrés daba vueltas por el lugar revisando hasta dentro de los muebles alguna
pista, algo que le ayudase a entender donde estaba su mamá. Entonces algo
garabateada con tinta roja y encerrada dentro de un gran círculo del mismo
color.
extrañado tomó la hoja y leyó en voz baja las rojas letras que estaban escritas.
es. –
fácil de lo imaginado.
suave mano de la pelirroja -... Ven, sígueme...- y tiró de ella arrastrándola entre
de los ascensores, la escalera era una verdadera boca de lobo que amenazaba
sintió un ruido a sus espaldas. La puerta del ascensor se abrió con un estruendo
Ignacia con él, haciéndole el gesto de silencio, luego se agachó hasta quedar
con el pecho sobre los limones de la escalera. Observaba a ras de piso los
aire tres dedos y fue contando hacia atrás. Cuando la cuenta llego a cero una
oscuras por las escaleras hasta el primer piso. Mientras Bendretti, Jiménez y
-no jefe...- dijo Jiménez -... Estoy seguro que este es el lugar, 100%
seguro- fue hasta la puerta de entrada y la volvió a abrir para que Bendretti viera
especiales con nightshots e infrarrojos con visión nocturna- las huellas salían del
- ¡nos han visto la cara jefa! - grito Jiménez -¡¡¡… dos se nos escapan
por acá!!!- los comandos comenzaron a correr siguiendo las huellas. Bendretti
se comunicó con el agente Munisaga que los esperaba por la parte posterior
apostó fuera de la entrada principal del lugar, lo más lógico era que salieran
por ahí.
Pero Juan Andrés era más astuto de lo que pensaban, descendieron hasta
el subsuelo. -estos tipos no entraron por el hall - pensó Robles y el único lugar
obvio para él era por la parte posterior, bajando al subsuelo tenía una fácil
forma de volver -por los estacionamientos - a la primera planta sin pasar frente
ladrillo, del mismo tono que el resto de la edificación- no tenía más de dos
metros y medio- la pelirroja era ágil gracias a muchas horas dedicadas al yoga
linterna ubicada en su cabeza. Fue hasta la escalera para tratar de atrapar a los
dos que se escapaban, y sintió que niveles más arriba sus tres compañeros
descendían furiosamente y Bendretti ladraba órdenes poco audibles en medio de
la confusión y caos.
nuevos bríos, pero éste ahogaba los gemidos entre cada inhalación de aire al
terminado este lio le llamaré para pagarle por el auto...- dijo, aunque lo último
-no, haremos otra cosa...- dijo sereno Bendretti mientras sacaba un camel
como polla sin cabeza... Jiménez, busca donde sea, vos sabes donde, al Citroën
xsara y ponnos en su ruta rápido. Antes hacemos una changuita más y nos
combustible, con eso no lograrían llegar lejos, pero habiendo comprobado que
vehículo era buscando por la policía. Eso alertaría al equipo swat de la posición
o del destino que llevaban. Cuando la falta de combustible era muy evidente, y
viajero baños, ducha, café, cigarrillos y comida rápida para cuando los viajes
En un momento, a uno que parecía ser el líder del grupo que iba vestido con
una llamativa chaqueta de cuero blanca con vivos motivos verdes y negros y
un
gran cartel donde se leía el lema "Monter" llevaba el pelo corto al estilo
militar y de color rubio, le mostró las llaves del vehículo. El rubio miró a sus
llaves del vehículo, un segundo tipo se le acercó a Juan Andrés y le pasó algo
- ¿qué hice? Me deshice del vehículo, conseguí dinero y con todo eso
que, si bien no lograban suplir ni una cuota de valor total del vehículo robado.
Una ver dentro del Pronto Copec se compraron dos late de vainilla, un
hot dog para Juan Andrés y unas donas bañadas en chocolate y rellenas con
comprendió que quería plantar una pista falsa tanto para carabineros como para
papel escrito con tinta roja que había encontrado en su departamento, y leyó
en voz baja otra vez lo que ahí decía “45°1'20.88" S, ahí nos encontraras y la
amistad será eterna". Estaba claro, lo primero era una parte de la clave
sabrían sus labios, ahora estando tan cerca se preguntaba que impedía que lo
averiguara.
que nos faltaba una mitad de las coordenadas? - dijo Juan Andrés mientras le
máquina. Juan Andrés sonrió al auxiliar de bus al pasarle los boletos, este los
de la madrugada.
-al norte, lo más cerca que nos pueda dejar de Parral- respondió Juan
hacia el norte. -bueno, voy hacia Arauco, pero los puedo dejar en los Ángeles,
es lo más al Norte que puedo llegar, no sé si les sirve de algo- Los dos se
miraron y María Ignacia hizo un gesto de aprobación, tenía mucho frio como
manta de polar con la que se cubrió y trató de dormir y descansar. Juan Andrés
34
Nueva York se alzaba a los pies del señor director Güell, la ciudad que
no duerme, así llamaban a este lugar y era cierto, con dos horas menos que
Güell miró su Rolex de oro macizo, hace más de 3 horas que Daniel LaRossa
-buenas noches señor director - dijo una voz con marcado acento
argentino.
-...tiene 8 horas para lograr su objetivo, ¿si no? Es mejor que se esconda en el
-si señor director...- LaRossa quería seguir hablando, pero Güell corto la
llamada abruptamente sin darle opción a replica. Daniel sabía que Güell no era
¿porque un hombre tan poderoso cómo el director Güell ponía todo en juego
por su captura? ¿Que esconde Güell de su paso por el austral país en los ‘70? -
-... Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun
las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar... - gritaba en su celda Azrael, tirando
de sus cadenas esperando que alguna cediese -... 'Vi en el cielo otra señal,
grande y admirable: siete ángeles que tenían las siete plagas postreras; porque
película siempre, desde que la vio por primera vez hasta esta noche la había
visto unas tres docenas de veces, era tanto su fanatismo que ya se sabía de
memoria partes del libreto, más que archí famoso "hasta la vista, baby" que
hueon!!! ¡¡¡Que me tiene los nervios de punta, aparte de loco, salió canuto el
-"Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio
lengua y pueblo,"- Muñoz quedó estupefacto con las cosas que decía el auto
aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas..."-
cabeza y lo hizo golpearse contra los barrotes del calabozo. Azrael sin pensar
extraía las llaves del bolsillo del cuerpo muerto del cabo Muñoz.
En esa faena estaba cuándo aparecieron desde el otro lado del muro el
hablar con esa voz profunda y firme, con ojos penetrantes inyectados de roja
parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con
Azrael, una ráfaga de balas le dio por la espalda. Cayó arrodillado con la
mirada perdida y un hilo de sangre bajando rápidamente por la comisura de su
boca. El golpe al suelo de su pesado cuerpo sacó del trance a los otros dos
carabineros que corrieron tras el murete que separaba los calabozos de la sala
película de acción.
celulares con los cuales pedir ayuda estaba a merced de los disparos que venían
utilizar demasiado sus municiones pues no tendrían más repuestos. Los dos
el otro lado del agujero en el muro exterior. -... Sabemos que no le quedan
disparos, será mejor para ustedes que se rindan y nos dejen sacar a nuestro
amigo-
pensaba en sus hermanos allá en casa de sus padres, y en Anita la chica que le
gustaba, pero nunca invitó a salir. El otro ideaba planes surrealistas para salir
Cuando te diga ya correrás por ahí lo más rápido que puedas y al llegar a la
pero para llegar ahí había que pasar frente al gran agujero en el muro exterior.
-ja ja... Tenes coraje chileno, tenes huevos, eso o estas repirado...- dijo
Entró a una oficina, la primera que encontró, y tomó una radio y pidió
solitaria lágrima rodó por su mejilla, sin duda su compañero había muerto.
con el pie.
-las voces no de dejarían sólo, ellas nunca lo harían...- dijo Azrael al ver
-no sé quién palotes crees que somos, pero necesitamos tú ayuda para
enormes ojos inyectados de furia y locura -... Es su día de suerte, las voces me
Sacaron a Azrael del calabozo tan rápido como pudieron, Lozano miró
el cadáver del último carabinero que les hizo resistencia y noto que llevaba dos
-hey jefe...- llamó a Bendretti -... Creó que nos han visto la cara acá...-
señaló el cuerpo para que su comandante viera el detalle -... Este Chavón no
minutos... Si no llegan los dejamos atrás - dijo Bendretti y partió con Jiménez
Todos venían desde el interior del lugar antes atacado. Al rato surgió del
le dijo:
para que los otros dos ocupantes de la camioneta pudiesen reaccionar, tomó la
muerto.
El disparo había pasado por la nuca casi calva de Bendretti, que asustado
justificando la acción del demente que llevaban con ellos. Las sirenas cada vez
Bendretti miró por el espejo retrovisor y pensó:- ¿habrá sido lo más lógico
trigo que danzaban en el suave viento, el cielo sobre ella era cian y sólo
Iba vestida con una falda beige con estampados floreados de tono pasteles,
su hermoso cabello cobrizo brillaba con los rayos del sol. Corría descalza y sin
prisa, pero la tierra bajo sus pies era suave como terciopelo.
que tan rico le quedaba a la Oma, un plato con quesos como le gustaba al tata.
María Ignacia corría emocionada, sabía que por fin había despertado
de una mala pesadilla y respiraba aliviada, sus abuelos estaban bien, sanos y
a salvo.
Entonces el cielo se comenzó a teñir de rojo, las nubes a juntar cada
llegar a donde
sus abuelos, desde la tierra surgían manos negras que tomaban sus
paralizados ancianos. Los cielos rojos ahora cubiertos por nubes negras
eran gotas rojas, rojo sangre, gotas de sangre. La pelirroja cayó al suelo
por...
Juan Andrés Robles y más allá el robusto chofer que conducía el Mack.
Juan Andrés, sonriente por la conversación que llevaba con el
- ¿estás bien? –
-si... - Dijo titubeante -... Fue sólo una pesadilla... ¿en dónde
estamos? -
los Ángeles tiene varios colegas de viajan hasta Curicó y nos pueden dejar en la
entrada a Parral... Eso nos arregla el problema de cómo llegar...- Juan Andrés
contrario de María Ignacia que, aún abrumada por su pesadilla, por el cansancio
ponían en duda todo en lo que estaba cimentada su familia y, para agregar más
Pero Juan Andrés era un buen amigo, un gran pilar donde ella podía
sostenerse. Desde que llegó esta mañana a la oficina de su padre hasta ahora,
miraba de reojo, tenía algo especial. No era como los chicos que la
frecuentaban -jóvenes snobs que a los treinta años aún se comportaban como
niños mal criados, pagados de sí mismos, egocéntricos y adinerados sin
atrayentes.
Armando Cáceres, el chofer del camión Mack que los llevaba a Los Ángeles.
-... ¿Tesoro? ¿Qué tesoro? - preguntó Cáceres -... Cuenten noma' miren
que uno arriba de estos camiones ve y escucha cada cosa...- añadió el robusto
chofer -... Con decirles que una vez me lleve a cabo Collado desde Pozo
Almonte hasta Iquique e incluso me invitó a jugar pool un día de esos...- los
ver las caras de Juan Andrés y de María Ignacia -... ¿No conocen la historia
relato.
-se dice que por ahí por el año 2003 un subteniente de Gendarmería...-
cardinal -... Desde ahí muchos lo han visto, sobre todo en la noche, haciendo
acompañantes.
-oh, sí... Ummm, bueno, no lo sé a ciencia cierta... Pero cuentan que una
chica lo llevo hasta Iquique y la invitó a cenar, él era joven cuando murió, 23
sorpresa cuando descubrió que llevaba 6 años muerto...- termino por relatar.
Chol-Chol de donde Armando era nativo. Pero hubo algo de lo que dijo que
marcó a Juan Andrés, algo que gatilló un pensamiento reprimido por las
últimas horas y acontecimientos. Armando había dicho "a veces los muertos
había dicho que fue él quien dejo el extraño paquete que contenía el diario de
vida de don Marcial. Pero él estaba muerto, muerto, pocos lo sabían, pero fue
Juan Andrés, con apenas 15 años, quien tuvo que reconocer el cadáver de don
Manuel cuando, por bus, llegó a Temuco luego de fallecer. Algo que lo
marcaría por todos los años siguientes. A todo esto, se le sumaba la extraña
persona que había salvado en último minuto a María Ignacia, que después de
eso había dicho "dile a Juan Andrés que va por buen camino" su mente
analítica le decía que era totalmente imposible que su padre muerto estuviera
por ahí, ayudándole a resolver quien mato a Marcial Pérez Toro y que objeto
llegaron hasta la ciudad de Los Ángeles, en la región del Biobío y tal como lo
había premunido Armando tenía en la ciudad que iban hacia Parral, pero uno
les sería de más utilidad ya que llegaría hasta las mismas puertas del lugar a
donde ellos irían, un lugar famoso y casi inexistente para el chileno medio,
El camión blanco Scania 380 del año 2009 condujo por el sinuoso
camino de 40 kilómetros hacia Catillo que unían el peaje lateral de la ruta 5sur
con la Villa Baviera, donde los últimos 20 kilómetros son de puro ripio, muy
orillas del estero que le da el nombre al loteo y del río Perquilauquén, cerca de
Catillo, una localidad del interior de Parral, en la Región del Maule, después de
lentamente a separarse del ritmo normal del país. En Villa Baviera se vivía a su
deseos.
-aquí es...- dijo el conductor mientras abría la ventanilla por enésima vez
para fumarse un nuevo cigarro cómo lo venía haciendo desde que Juan Andrés
abrirán las puertas...- y tenía razón el chofer, ya eran más las 5 de la mañana.
portal que daba la bienvenida. De pronto María Ignacia vio algo entre los
arbustos, algo que brillaba con la luz de la luna de esta noche de invierno, algo
enorme cuando vieron que entre las matas y arbustos estaba escondido el
Hyundai accent blanco que Francisco Becerra había robado cuando fueron
atacados por Azrael, una traición que causó una herida que aún no cierra en el
joven periodista.
Las puertas del automóvil estaban cerradas, pero desde los parabrisas
pudieron ver qué ni el diario ni la caja estaban en su interior, lo cual era lógico.
Unas certezas tenían, Francisco estaba acá, por lo tanto, el tesoro también lo
estaba.
camino rodeado por árboles y palmas hasta, metros más allá, a una gran casona
de color beige y muchos techos de rojas tejas. Sobre el dintel de la que parecía
de La Agraciada, sus tejas color rojo ladrillo y esos muros pintados de beige.
Una alegre mujer de robustos pechos con un escote más grande aún, se acercó a
llevaba una falda negra con blondas amarillas y rojas en la parte inferior y una
hora y media, pero sé que podemos hacer una excepción, aunque sólo con lo de
-gracias...- dijo Juan Andrés, pero cuando iba a continuar hablando la pelirroja
lo interrumpió abruptamente.
delgado y de unos 50 años, casi calvo y con lentes gruesos de color negro...-
con cuadros de vivos colores en que se veían escenas del diario quehacer del
lavando ropa a orillas de un rio. Juan Andrés notó que, en todos los cuadros, en
todos, las personas que aparecían ahí eran de origen alemán, raza aria, no
-eh, María Ignacia...- dijo casi susurrante -... ¿Has escuchado hablar de
la germanización? -
pelirroja.
-no, es germanización...- dijo Juan Andrés bajando más aún la voz -
explicarle –el pueblo alemán extendió su influencia a cada lugar al que llegaba,
antes lo hicieron los romanos y ahora lo hace Estados Unidos. Mira los
puesto un pie en la recepción del hotel se había sentido cómo turista extranjera.
la información de los pasajeros del hotel, miró a los dos y dijo: - ¿cuál es el
nombre del amigo que están buscando? - con esa sonrisa prefabricada que
del hotel con un discurso que repetía a diario como mantra religioso, pero
segunda ocasión María Ignacia fingía tener una relación amorosa con él. El
caoba le daban al lugar un cálido aire hogareño. María Ignacia tanto vio la
cielo de la habitación.
mientras se sentaba en la cama y acariciaba sus cabellos negros con sus dedos.
está afuera esperando sigiloso entrar a la bodega donde los doce Thule del
Sur se fotografiaron- Juan contaba con eso, sabía qué Becerra había escapado
con la mitad de las coordenadas para encontrar el tesoro nazi, con esa
información poco podía hacer, necesitaba la otra mitad y como tenía en sus
-aún me resuena lo que dijo don Hans Neumann antes de morir...- dijo
la doctora, se puso de pie y se sacó los zapatos que llevaba puestos. Juan
Andrés admiró sus delicados pies de delgados dedos pequeños. Todo en ella
era perfecto, sus ojos, sus labios, su estatura e inclusive sus pechos, que sin
ser madre aún eran bien formados y firmes. El periodista rio para sus adentros
y pensó: - ¿a esto se refería Hitler con lo de raza pura? - María Ignacia noto
mí no, tengo muy chica mi patita, tengo que comprarme talla 35-
adrede, sacó ese pensamiento de su mente, era imposible que se fijara en él,
además está comprometida pese a que desde que comenzó esta aventura
Hace mucho que no se reía, más aún con su madre desaparecida y ad portas
María Ignacia puso cara de pícara y el silencio que se formó entre los
los labios de ambos en un caluroso beso. Juan Andrés solo se dejó llevar.
38
doctora habían vendido el Citroën xsara a unos jóvenes. Gracias a las aptitudes
con una laptop de Jiménez al poco tiempo dio caza al automóvil robado, y sin
verificar quienes eran, dispararon, para regocijo de Azrael, sobre los ocupantes
del sedán, pero grande fue su desilusión cuando confirmaron que los ocupantes
conductores pasaban tan rápido que no alcanzaba a ver los dos vehículos
globalización las noticias fluían con rapidez inusual. El humo del cigarro de
Bendretti se elevaba entre la niebla matinal que era paisaje natural de este
a sus deseos y caprichos, nada más… - decía en voz alta Azrael, casi
homicida.
- ¿y? Jefe... ¿Usted dice que éste enfermo mental nos va a ayudar
-que es tan valioso como para enviarnos a recuperarlo sin mediar las
consecuencias o los daños colaterales que puede acarrear- dijo Jiménez sin
estaba en juego era algo más que un simple robo. Según LaRossa el cliente era
alguien muy poderoso en la economía y política mundial, y llegar a arriesgar
todo eso por algo era ya decir mucho. En este trabajo casi siempre se daban
lado de la moneda- de alto valor industrial. Pero esta vez era distinto, ahora
tomaba fuertemente la cabeza con ambas manos. Sus brazos fuertes, gruesos y
morenos eran un collage de tatuajes, pero el que más llamaba la atención eran
dos serpientes que se enrollaban uno con la otra -una roja y la otra azul- y sus
Jiménez.
-las voces son las que envió la dama luminosa para cumplir su santa
su amor...- narró Azrael -... Ella obró en mí, sus dulces manos santas me
desquiciado y preguntó: -... ¿Qué misión es esa, que mierda tiene que ver con
Manuel Robles? -
robó el tesoro que los lobos trajeron desde el Valhala, el tesoro de los dientes
de los mártires y de los que crucificaron al hijo de Dios, Manuel Robles robó
leyendas sobre esto, muchos mitos, que se perdían entre mate y mate en su Mar
del Plata natal. Si quien se hacía llamar Azrael estaba en lo cierto, estaban ante
- ¿se da cuenta jefa? - dijo Jiménez mientras abría su laptop -... Eso
explica el por el cliente que quiere tanto que capturemos al sujeto A, por un
encontró que hacían alusión directa al oro nazi desaparecido poco después de la
rendición alemana.
-te imaginas, jefe, con todo ese fardo...- dijo Jiménez -... Nos
facial no daba resultado y solo sabían que Juan Andrés había vendido el Citroën
xsara y que habían comprado pasajes en un bus a Santiago, pero eso era una
pista falsa, el mismo chico que compro el automóvil en pocos pesos los vio
de robles es una tal...- decía mientras leía la información en su laptop -... María
horas de acá -
de indiferencia. Ahora era distinto, había pasado todo el tiempo pensando que
sabor tendrían sus labios, o como sería su cuerpo desnudo, ¿sería delgada?
lado suyo.
Se levantó al baño, una ducha le haría pensar en otra cosa, ver cuál sería
el siguiente paso, en algún lugar de Villa Baviera estaba escondido con nombre
falso su ex amigo, mentor y casi padre Francisco Becerra, escondido con el
diario de vida de don Marcial, y con la cajita con el resto de las coordenadas.
También por ahí, un tipo que decía ser su difunto padre vagaba
misteriosamente y eso sin contar con esos comandos altamente armados que
del ruido del agua cayendo -... ¿Cómo no puedo intuir que nombre está usando?
conoció. Pero aun así era tan bella y perfecta que Juan Andrés se sintió más
abrumado aún.
visión.
-creo que debemos buscar el galpón que vimos en la primera foto, donde
están todos juntos, los doce Thule del sur... De ahí veremos hacia donde
continuamos-
siempre, recordó cuándo con furia acoso al anciano Hans Neumann, con ojos
inyectados de odio hacia el ex SS, si Becerra a usado un alias, era seguro que
usó ese.
Una vez que María Ignacia estaba lista bajaron al comedor del hotel,
tratando de pasar como una pareja normal, miraron las caras uno por uno de los
amigo. Entonces fueron al despacho de la recepcionista, que estas ves era una
simpática y alegre joven de pelo castaño oscuro, pero de sonrisa igual a la rubia
de la noche anterior.
-hola, buenos días ¿en qué les puedo ayudar? - dijo la recepcionista con
apartaron del lugar, Juan Andrés tomó a María Ignacia del brazo y la sacó del
- ¿qué paso ahí adentro? - dijo unos pasos más atrás que ella.
abarrotes y más allá unos hombres levantaban una casa de madera. Pero todo
esto le molestaba a Juan Andrés, se veía tan actuado, tan limpio que no parecía
real. Se rio y pensó en toda la paranoia que causaba estar en un lugar marcado
por el estigma de haber tenido un líder cómo lo era Paul Scheffer y todo lo que
traía consigo -abuso sexual de menores, tráfico de armas e incluso haber
torturas en el gobierno militar- para las personas que hoy habitan este hermoso
lugar en el corazón de chile que más asemeja a un cuadro -como los que Juan
entendía que lo ocurrido en la cama del hotel no fue más que un "touch-and-
go" muy común entre los jóvenes actualmente. Eran de mundos totalmente
derruida construcción.
parado frente a una derruida construcción, de altos aleros de madera seca y con
la pintura desgastada. Tenía una alta puerta de dos hojas, que se arrastraba al
delicada mano en ella y comenzó a pujar hacia el interior y nada pasó, la puerta
-qué curioso...- dijo una gastada voz a espaldas de los dos cazas tesoros. -
... Por segunda ocasión en el día alguien se interesa en nuestra vieja Capilla...-
un abrigador chaleco sin mangas y debajo una camisa blanca con líneas azules
delgadas y simétricas.
manos derechos a los ojos y seco con dificultad las lágrimas que,
involuntariamente, le brotaban.
- ¿no me digan que vienen hasta la villa por lo mismo que él? - dijo el
anciano sin dejar de sonreír. Avanzo con dificultad hacia la pesada puerta
mismas proporciones, sacó un llavero y por unos segundos buscó entre las
llaves hasta que por fin encontró una que abrió el candado. Tiro de las pesadas
puertas hasta que se abrió, Juan Andrés y María Ignacia subieron las gradas de
Dios.
con candado.
con candado...-
- ¿usted no es colono? - preguntó la pelirroja doctora -... Su acento es
por su mejilla.
-no, no soy colono, mis abuelos llegaron por el año 1928 más o menos,
-no, pero estoy desde el comienzo en los años que el primer grupo
en los
-él se llamaba Marcial Pérez Toro, y es posible que en los '70 ayudó
acercado lo suficiente como para poder hablarle sin gritar, cuando Francisco de
al lado de Becerra estaba el diario de vida de don Marcial Pérez Toro. Abierto
en una página especial, Juan Andrés entonces se dio cuenta que su antiguo
pequeño cofre que, por lo visto, había extraído de bajo del piso de madera de la
capilla.
lentamente y acomodo sus lentes -... Me he pasado toda la vida viendo la vida
mismo... Siempre viendo a los demás, escondido detrás de estos lentes, como
vale una amistad? ¿Cuánto vale seguir los delirios de un anciano? ¿Vale más
una amistad? -
actuado igual...-
- ¿¡qué dices!?- exclamó Juan Andrés -... ¿Tan bajo crees que puedo
el joven.
Después de una larga charla, Juan Andrés contó todo lo vivido desde
acá, ¿entiendes? -
-siento mucho lo de tu madre. No sabía, ahora habrá que tener el doble
de cuidado con lo que hagamos, por un lado, esta ese psicópata del tal Azrael y
-el diario lo llevaré desde ahora...- dijo serio Juan Andrés -... El que nos
que los ayudase a buscar el oro perdido, al fin y al cabo, ni uno de los dos
estaba más familiarizado con el tema o con el diario de don Marcial que el
mismo Becerra.
-una parte que me dejó extrañado era la referente al oro mismo...- dijo
mientras organizaba sus ideas dentro de la roída capilla -... El diario dice así:
"... El doctor, a quien gustaba que le llamáramos Fritz, estaba muy asustado
con que Simón Wiesenthal estaba tras él. Más aún con toda la colaboración de
los gobiernos latinoamericanos sería cuestión de tiempo que las garras del
sionismo internacional se posarán sobre él. Era imperioso que el doctor Fritz
Hullman se alejará del tesoro lo más rápido posible. Incluso discutimos la idea
encontraran. Con eso en mente urdimos un plan para internar a Chile el tesoro.
¿Cuándo? Para el mundial de fútbol de 1962, ¿dónde? a Parral, un idílico
familiares. Quienes, al mando del estricto, pero aún leal ex enfermero y cabo de
la wermatch Paul Schäfer. Todo el mundo tenía puestos sus ojos en chile en esa
época, el fútbol se tomaba todos los ámbitos del diario quehacer, pero el país
era aún más rural, más ignorante si se quiere. Por lo que internar hacía la ya
instalada colonia Dignidad de nuestro tesoro -que en los años que estuvo en
Argentina no hizo más que crecer- era mucho más fácil que lo pensado-
Juan Andrés -... Hans Neumann dijo que no era oro lo que habían traído a
chile. Y ahora tu abuelo dice que el tesoro creció en argentina mientras estuvo
-si, en muchos capítulos del diario deja entrever eso, es más...- dijo
Francisco -... En ninguna parte del diario tu abuelo dice ORO o DINERO o
su diario. Hasta que una profunda voz carraspeo a sus espaldas y dijo con tono
grueso y decidido.
de vuelta... ¡¡¡Ahora!!!-
Los tres voltearon y vieron tras de ellos a tres ancianos, uno de ellos era
el tierno abuelito que momentos antes ayudo a entrar en la capilla, los tres
- ¿no creo que uno de estos viejitos chotos sea el famoso Azrael?
paso entre sus compañeros y se puso delante de ellos, Juan Andrés trató de
tomarla del brazo, pero está tiro de él para zafarse del agarre. El anciano saco
entendían nada.
-ya escucharon a herr Biercoff, entreguen el diario y las dos claves
ahora y quizás sus muertes no sean tan violentas- dijo la pelirroja. Juan Andrés
Scheffer.
-este hijo de puta estaba bien pirado jefe. Cargos por pedofilia, por
laptop.
mientras apretaba con más fuerzas el volante del vehículo. Ya había perdido
dos buenos soldados, dos buenos amigos. Sus instintos hablaban de dejar todo
e irse al otro lado de la cordillera, volver a su hogar con su fiel perro Max. Pero
no, la ambición podía más que los instintos, si era cierto, si era real, el oro nazi
era incalculable. Con todo ese dinero le alcazaba para comprarse una mansión
en la costa azul del mediterráneo y vivir por siempre sin preocuparse de nada
cuarenta y cinco minutos más estarían en Villa Baviera, y esta vez Manuel
su móvil satelital volvió -por décima vez- a sonar. Bendretti lo miró asustado.
voz del comando -... No sabes las veces que te he llamado y no me contestabas,
-escúchame Daniel...- dijo -... Lo que tenemos acá es más grande que lo
qué el cliente te está pagando, más grande e importante... Esto supera todo,
nos podemos repartir las ganancias entre los tres, si nos ayudas a salir de este
- ¿a dónde vas? - dijo al poco Daniel LaRossa -... Necesito que me des
Bendretti se relajó. Todo hombre, por honesto que sea, tiene un precio;
entender como había llegado a esa situación. La mujer que en la noche anterior
había estado en sus brazos amándolo y dejándose amar, hoy era una furibunda
- ¿qué paso? - preguntó Juan Andrés - ¿por qué estas así? pensé que...-
parte de un plan mucho más grande que tú o yo...- la mirada de la pelirroja era
-lo único que tienes que entender ahora es que entregues las dos partes
escondió tras de sí el diario de don Marcial. María Ignacia rio y volteo a mirar a
los colonos... Esto es más grande, y sólo somos peones que debemos ejecutar
Andrés que asintió con la cabeza -... Yo también estuve aquí, hace veinte años,
Juan Andrés intentó recordar, pero todo era vago y se perdía en una
abuelo, con estos... ¿Señores?... Jugaron con nosotros dos, bueno, y con varios
Tanto Juan Andrés como Becerra estaban sorprendidos con lo que María
Ignacia les contaba. Para Becerra esto comenzaba a explicar muchas cosas y se
sentía casi extasiado, de no ser porque su vida estaba en peligro, este sería el
salvo una vez -cuando niño- se cayó desde un árbol a rescatar una pelota y la
rama por donde subió se quebró y cayó unos cuatro metros ¿Consecuencias?
María Ignacia río y prosiguió - ¿ves? Llevas, tal como yo, en tu sangre el
ario que soñaron Hitler, Bormann, Menguele y tantos otros... Pero no te creas
-la vejez y la enfermedad son males. Que hay que exterminar...- se volteó
y se acercó a Juan Andrés y le dijo casi susurrando -... Tus hijos, Juan Andrés
Robles, nuestros hijos serán la raza aria pura...- caminó hasta el derruido
sobre los demás y construirán el sueño del Führer ¡¡¡¡ un cuarto Reich que
Perplejo Francisco Becerra lo entendió todo -lo que Thule del sur trajo
a chile no fue oro ¿cierto? - dijo el periodista -... Lo que trajeron era otra
cosa, algo más macabro y que los nazis ATESORABAN más que cualquier
-si... - dijo con firmeza la pelirroja -... Cualquiera que crea que el tercer
niego el hecho de que si había oro, pero no era relevante para nuestros
lo quisieron...-
Juan Andrés estaba mudo, silente por tan descabellada historia, no podía
Marcial
-... Lo que pasó anoche entre los dos...- dijo defraudado y utilizado.
padre muchos años atrás, ¿o creías que me había enamorado de ti? Iluso- las
sin entender.
preguntó Becerra.
silencio todo el tiempo -... Una vez que Marcial y Hans Neumann lograron
utilizamos niños desde los 6 meses hasta los 5 años, nosotros buscábamos la
supremacía aria para el nuevo Reich, sin embargo alguien dentro de Thule del
OnixCorp Ltda.-
deep web encontró indicios de una conspiración a escala mundial para crear
mundo. Todos los dardos iban fijados a esa empresa en particular, OnixCorp
"saludable" pero que en países del tercer mundo estaba asociado a alimentos
trans y sobre explotación de recursos naturales. Según el informe que había leído
avión Beechcraft C45, tomó los decodificadores del genoma y se perdió por
-aún hay algo que no entiendo...- dijo Francisco -... Y los demás
- solo dos sujetos completaron todas las etapas, los demás niños no, por
dos veces, pero ahora, con la ayuda de las coordenadas, podremos recuperar el
ella mostraba le dolía más que la presión que ejercía el cañón en su frente.
Una siniestra sonrisa nació en los labios de la mujer. Se sentía como el ratón
con el que juega el gato antes de comérselo, sin escapatoria. Sin salida y
defraudado.
momento.
Juan Andrés reconoció enseguida la voz, pese a los años que llevaba
los rasgos se hacían más y más notorios. Manuel Robles había regresado a
Villa Baviera.
Interludio Quinto.
El rumor de la guerra era cercano, cada vez más cercana. Jacob había
escuchado a dos soldados conversar que el ejército rojo estaba muy cerca del
campo y que a ese ritmo sería cuestión de días el que llegasen. Temblaba por la
noticia, estaban tan cerca de poder desentrañar el misterio del mapa genético y
mañana de marzo.
sucederá...-
Pasaban los días y el rumor crecía más y más. Y también crecían los
increíbles hallazgos que tan dispar dupla efectuaba. Con mayor brutalidad,
se referían, los cañonazos se habían acrecentado con fuerza las dos noches
Entonces, mientras él seguía en shock sin saber muy bien qué hacer,
conducía al laboratorio, uno tras otro, blam, blam, blam, cada vez más
Entonces escuchó, por el pasillo y tan fuerte que los demás sonidos del
doctor, espero unos segundos y no obtuvo respuesta alguna -... Por lo visto es
C96.
-así que… ¿así va a terminar todo? herr doctor- tomó en sus manos el
judío, que cayó muerto enseguida, el doctor pasó sobre el cuerpo sin vida de
Jacob y tomó el sombrero que llevaba puesto, se lo calzo y salió del lugar para
- maldito seas Daniel LaRossa, maldito tú y los que trabajan para ti- dijo
este estaba hecho para detener incluso balas de grueso calibre - esto no servía
sillón -iluso, que decepcionante será ver la verdad del tesoro, pero me
para nosotros, oh, y corta todas las llamadas, inventa que fui a algún
relajado pero dispuesto a hundir al hombre que hizo su trabajo sucio por
años.
43
Ahí estaba, frente a sus ojos y aun así no lo podía creer. Todo lo que
había querido por años, su más íntimo deseo hecho realidad. Cuantas personas
no desean que les ocurra esto y ahora frente a él su padre -don Manuel Robles –
entrañable amigo a quien creía que lo había engañado resultaba que no era así
y ahora su padre, a quien creyó muerto hace años atrás, ahora se planta a
anciano secándose esa involuntaria lagrima que le nacía del ojo derecho -… y
su voz, sus ojos, su cabello. Pero nada tenía sentido, se veía como un adulto de
unos 38 a 40 años.
Manuel con el revólver que minutos antes uso para amenazar al hijo del mismo
-… creo que este es el momento para que nos cuente a todos como
todos-
Era evidente que algo de cierto había en todo lo que la pelirroja había
dicho, la diferencia de edad era muy notoria, parecía un par de años más viejo
que su hijo, más fuerte y más sano que él incluso. Manuel sonrió levemente y
dijo: -señorita Pérez-Toro, me parece que usted y yo tenemos poco que hablar.
-debe ser fácil venir acá...- dijo la pelirroja -... ¿Cuánto Juan Andrés?
toda la humanidad...-
Ya vimos lo que ustedes son capaces de hacer... Primero las razas que ustedes
consideran inferiores, después quienes tengan enfermedades psiquiátricas,
-imagínate un mundo así Robles, limpio, puro, ario... Sin los problemas
Manuel Robles negó con la cabeza sin dar crédito a lo que decía la
quién vive y quien muere, ¿entiendes eso? Los seres humanos somos diversos y
ni ella ni los colonos de Villa Baviera creían lo mismo que el ex piloto. Juan
Andrés que, turbado por los acontecimientos, había guardado silencio se acercó
-la respuesta es muy complicada hijo. Pero tienes que entender que lo
que hice, fue sólo por resguardarte y procurarte una mejor vida de la que te
iba a dejar…-
púlpito de madera que estaba detrás de Becerra. Todos voltearon para ver quién
Jiménez y Azrael tapaban la entrada al lugar armados -... Denme el tesoro o ese
esta ocasión era un caso fortuito - que esta era la primera vez que probaba
sangre humana, bueno, más de una vez arranco con las uñas alguna costra e
Becerra miró con asombro la escena, nunca había visto en primera persona
como disparaban y mataban a alguien. Pensó -pese a él, muchas veces - que
sentiría asco o miedo o algún sentimiento humano, pero lo único que sintió fue
una extraña exaltación, una especie de placer que preocupo de sobre manera.
cinco personas.
persona que con crueldad lo atacó el día anterior, sus heridas dolieron más aún.
Manuel Robles sostuvo con más fuerza su revólver. María Ignacia solo sonrió.
pistola que los colonos le habían pasado. Se acercó a Azrael, quien la mirada
con ojos perturbados y la saliva en su boca caía como un hilo delgado hasta la
luminosa" otra vez, la había visto en el restorán el día anterior pero su misión
era vigilar y no interferir y así lo hizo. Azrael puso su revólver en la cabeza de
-tú sabes que disparará a la menor intervención, así que suelta tú arma-
- ¿fuiste tú? - exclamó sorprendido Juan Andrés -... ¿Tú planeaste que
-la verdad, eso no estaba planeado, solo tenía que quitarnos las claves.
así...- dijo María Ignacia mientras desarmaba a los dos comandos y pasaba las
situación -
a su hijo. Ya lo había perdido una vez, no lo quería perder por segunda vez.
ubicación del tesoro nazi a Juan Andrés. -por fin las tengo...- dijo la pelirroja
muertes...-
-no hubo traición hacia Marcial, los hechos no son como tú crees...- dijo
Manuel con renovados aires -... Todo esto, desde que llegamos de argentina y
con el tesoro fue idea de tu abuelo, fue planeado por Marcial Pérez-Toro-
usaste para provecho personal, ahora él está muerto y tú... ¿tú?... Tú te ves
más joven que tu hijo- dijo llena de furia María Ignacia, que apuntaba su arma
primera vez que Juan Andrés los vio había quedado hipnotizado por ellos, pero
lo que él vio fue solo frustración y pena. María Ignacia miraba a todos lados
como procesando lo que había hecho, pero dándose cuenta recién de los
nuestra gloriosa misión y que viva el cuarto Reich y la sociedad Thule del
seguía apuntando a Bendretti y a Jiménez. -mi dulce, dulce ángel, mira hasta
Los ojos inyectados de sangre del punk de abrieron más por la excitación,
incrustaron las balas que el punk disparó. El otro anciano colono -quien no
había hablado en todo el rato- disparó a quemarropa en el pecho de Azrael con
una escopeta recortada, esté fue a caer varios metros más allá, entre las bancas
de madera.
Mientras todo esto pasaba, María Ignacia salía cabizbaja y sin mirar
jugaban con astillas de madera del púlpito. Un poco más allá de él Juan Andrés
piso de madera, aun no lograba aceptar lo que había ocurrido segundos antes.
De reojo miraba hacia las bancas y veía el ir y venir del anciano que aún se
mantenía ileso, vio cómo se acercaba al anciano que se identificó como Jorge
salió corriendo lo más rápido que su gastado cuerpo pudo correr, Francisco
toco el pie de Juan Andrés y dijo -ya no hay peligro, salgamos de aquí
ambos pues era una herida casi incurable ya que los ácidos contenidos en el
estómago se recurrían sin control por los demás órganos, eso más el profuso
finalmente los mataría. Más allá estaba el cuerpo sin vida de Azrael en medio
Jiménez miró a los tres que, de pie frente a él, miraba compasivos el
-ya es tarde...- dijo Manuel -... Por éste hombre no podemos hacer
que saliera de la baleada capilla -... Tú dijiste que no somos dignos de elegir
Manuel Robles sonrió orgulloso del hijo que tenía, puso su mano en su
hombro y dijo:
-hace muchos años que ellos hicieron su propia elección, eligieron vivir
y morir así, es poco lo que podemos hacer por ellos ahora, salvo quedarnos
- ¿pero pancho? - dijo Juan Andrés -... Tu sueño siempre fue encontrar
acá?
-tú lo dijiste, mi sueño desde niño era encontrar el oro perdido de los
-te perderás una gran historia...- dijo Juan Andrés mientras estrechaba
amigo y vio cómo, finalmente, padre e hijo salían raudos fuera de la capilla.
Se agachó y tomó una de las pistolas que habían regadas por el piso, se acercó
del arma presionó fuerte la herida en el hombro derecho del anciano que soltó
un fuerte gemido de dolor -... Primera pregunta, que fue del agente de la CIA
Boris Weisfeiler que se perdió en los '80 por estos lados y porque llevaba un
contador Geiger? -
46
sano. Toda su vida había sido una mentira, un engaño, y aun había cosas que
aclarar.
-lo primero que debes saber, es que lo que hice lo hice por tú bien, el
logrado repetir los experimentos genéticos del doctor Josef Mengele, vivíamos
eran buenos compañeros todos ellos...- dijo Manuel mientras guiaba a su hijo
-... En 1978 las cosas no iban del todo bien con argentina, nuestros jefes
cosas así. Nosotros podíamos hacerlo, teníamos sujetos con los cuales
opusimos al saber los reales planes de nuestros jefes...- hizo una pausa -... No
solo querían armas para luchar contra soldados, lo que ellos querían era
humano -... Entonces Marcial se dio cuenta que nada se había aprendido con la
condiciones físicas parecidas luchen por su país o sus ideales, pero otro es
ello Manuel no se veía muy preocupado cómo su hijo. Juan Andrés caminaba
observando por todos lados, la villa era un extenso lugar lleno de casas y
Juan Andrés comenzó a atar cabos sueltos, los mitos y leyendas de una
ni Biercoff, ni el propio Neumann... Solo él. Pero Marcial no podía ir, sus
mapa del genoma, los datos de los experimentos y el tesoro en sí, porque el
asesinados en los hornos... Se extrajo algo más que oro, los dientes guardan la
-pero esa isla papá, esa isla misteriosa, ¿dónde está y que te hicieron
estará más enferma - dijo consolando a Juan Andrés, que veía muy fantástico y
escondido entre los matorrales, pero hoy no estaba, alguien lo había sacado, y
por las marcas negruzcas en el asfalto lo había hecho con mucha velocidad.
-se fue...- dijo Juan Andrés -... Su auto estaba acá, ya no podremos
alcanzarla. -
-olvidas algo hijo- dijo Manuel -... Yo sé dónde va- y Juan Andrés
esto… -
Y detrás de un bosque a espaldas de Manuel una gran luz emergió que
de un momento a otro se posó sobre los dos. La luz cegó por un momento a
Juan Andrés que se tapó con su mano los ojos para poder ver mejor.
palabra alguna. Hasta que la gran luz fue bajando su intensidad y pudo apreciar
que no era una sola fuente luminosa si no muchas y potentes pequeñas luces
led que puestas en círculo alumbraban como una sola. Además, pudo
distinguir la futurista visión que emergió frente a él. Era una especie de avión o
nave de trasporte aéreo de alta tecnología, a cada lado dos potentes turbinas
convencionales cómo otro avión, sino una pequeña aleta a un lado de cada
turbina.
Juan Andrés quedó sorprendido por la alta tecnología exhibida. -no todo
otra vez María Ignacia mientras conducía a alta velocidad por la carretera 5 sur.
Entre sus manos transpiradas estaban los dos papeles con las coordenadas de la
ubicación del tesoro nazi. Aún estaba nerviosa, intranquila por todo lo que
había dejado atrás. Había puesto los datos en su Smartphone y este le mostró
un pequeño islote de menos de una milla de largo escondido entre los canales
Chacao, pero tendría que comprar un boleto con su nombre y Manuel Robles era
una persona con muchos recursos. Así que viajo en su vehículo, serian seis
horas y media recorrer los 679 kilómetros que la separaban de Puerto Montt y
de ahí otras tantas horas hasta llegar por barcaza hasta el lugar que marcan las
coordenadas. Aceleraba el Hyundai accent blanco lo más que podía, sabía que
Manuel o Juan Andrés o alguien más -él que saliera vivo del infierno en que se
convirtió la capilla- tarde o temprano la seguiría hasta el tesoro. Ella sabía que
tenía que apresurarse lo más que pudiese para reclamar el legado de los antiguos
jerarcas que iniciaron el camino a la pureza racial que soñó el mismo Führer.
fatídica conclusión que, 76 años antes, Adolf Hitler había llegado, La raza aria
debía imponerse a las demás razas inferiores, a los latinos, los judíos o los
encontró el diario de vida que llevo por tantos años su abuelo, mientras
noche, hasta que casi se aprendió de memoria cada letra del diario, salía todo,
naturaleza del tesoro, y eso le asombro más. Pensó en cada una de las
visitas que junto a su abuelo hizo al doctor. No sabía dónde era, solo que le
olvidado la primera vez que lo vio, lleno de odio contenido, con ganas de ver el
mundo arder, pero incapaz de hacerlo, lo conoció como José Luis González
invento todo ese farfullo de la dama luminosa y otras cosas más para lavarle el
cerebro y tener su propio sicario. Listo para atacar cuando ella quisiera.
antes de entrar a la capilla brillaba, María Ignacia sonreía, tenía en sus manos
Las olas del mar rompían con furia contra el grueso malecón de
lontananza el perpetuo vaivén del mar fundirse con el gris cielo del otoño en el
sur, que poco a poco se despide y da paso a la furia del invierno. Una primera
para viajar por los canales del sur y llegar hasta la misteriosa isla que marcaban
las coordenadas.
hombre de mediana edad, pero que quizás era más joven, ya que, su abultada
barba castaña le daba un aire mayor, un grueso chaleco tejido de lana gris y.
Unos gastados jeans eran su vestir casi diario cuando a la mar se embarcaba.
preguntó.
era mal augurio. -... Buenos días señorita. Si, este es el Pincoya, ¿en qué le
podríamos servir? –
-me dijeron...- respondió fingiendo inocencia -... Que ustedes hacen viajes
especiales por los canales, necesito llegar a un lugar y pagó buen dinero. -
-existen embarcaciones que cada dos horas hacen ese viaje o al menos
uno parecido, ellos la pueden llevar señorita...- dijo Jorge, el capitán del
Pincoya.
-no, no, mi viaje es... Secreto, no me puedo dar el lujo de viajar con
-aquí, a este lugar...- y le paso una hoja de papel donde transcribió las
-no a ciencia cierta, solo sé que, al sur, entre las islas James y
avezado marino.
afuerino no viene acá buscando esa famosa isla, y créame, allá no hay nada
María Ignacia recibió el papel y para sus adentros rio a carcajadas -el
iluso eres tú…- pensó -… si supieran que ese lugar de milagros existe, seria
marinero.
-te pago un millón de pesos si me llevas ahí, ahora...- los ojos del
-no es fácil ni corto ese viaje, y la mar esta picadora hoy...- dijo para
-estoy preparada para afrontar ese u otro peligro... Usted sólo lléveme
ahí-
pasado. Y así, por fin, se hicieron a la mar, bajo unas tormentosas nubes grises
cargadas de lluvia, las que auguraban un invierno furioso como hace años no se
veía.
Interludio Sexto.
para poder viajar. Escondía su cara bajo el sombrero de ala ancha que tomó
rápido antes de salir del campo, empujó, pisoteó y golpeó para poder entrar a
en sus manos y cerró los ojos para tratar de dormir, América estaba lejos, y
quizás eran horas? A veces se perdían las costas de las islas, otras veces a
escasos metros de ellos riscos y árboles a punto de caer les saludaban al pasar.
La mayoría del viaje fue silencioso, salvo el tac, tac, tac constante del
sonrisa, el viento arreciaba cada vez más y sentada ahí sin más abrigo que
su tasa.
-todo mundo que viene hasta los canales buscando la isla Friendship
tiene una historia que contar, algo que buscan, algo que necesitan
Jorge.
pensó por un momento inventarse alguna historia para que el marino creyese y
refulgente, una luz pura y única. Ya antes lo había visto, en muchos maestros o
amigos, era un signo de gran sabiduría, pero, además, era símbolo de locura,
que sería ese brillo solo la joven lo sabía, y eso asustaba al joven marinero.
Corcovado, y de ahí una media hora más para llegar a Melinka, dejando atrás a
la isla grande de Chiloé, eran 190 kilómetros más que navegar hasta las
–no creas que soy escéptico… a veces se han visto cosas raras en estas
aguas, que piensas “¿tome mucho o realmente estoy loco?”, si la gente local
fuera más, no sé, abierta a hablar con los afuerinos, habría una migración de
Jorge notó que sin querer había tratado de orate a la joven pelirroja y se
disculpó en seguida.
hace pocos días yo mismo, debo decir, vi al famoso barco aquel que recoge
gente y traslada hasta aquella isla, si es que es esa que dice usted…-
María Ignacia miró al capitán del Pincoya y entendió que estaba tras la
pista correcta, eran ciertas esas leyendas de una isla al sur de Chiloé donde
unas personas altas, rubias y de ojos claros, alejados del estereotipo del
doctores que por una tarifa dan sus servicios. A la pelirroja le quedo en duda
como y porque eligen a ciertas personas y a otras no, un misterio que –estaba
duda eran los disidentes de Thule que engañados por Manuel Robles se
refugiaron en esa casi mitológica isla. Su plan era básico, había pensado viajar
hasta allá pero no sabía cómo entrar, donde entrar y después que decir o hacer.
El solo hecho de llegar allá y decir que era nieta de Marcial Pérez-Toro y que
en su sangre corría el ADN de la raza pura tendría que bastar para que los
Habían pasado sus largas cuatro horas desde que habían zarpado desde
de las mismas oscuras nubes que tapaban el cielo sobre ellos. Las amenazantes
Intuitivamente María Ignacia busco entre sus ropas el revólver con el que había
-sé que eres tú, Manuel…- grito al cumulo de nubes que se arremolinaban
sobre ellos con violencia y ruido -… no te temó, ni a tus juegos de luces- apuntó
hacia un par de días la vio mar adentro temprano una mañana. La luz de un azul
Por fin las nubes se habían disipado y la luz se hizo más tolerable a la
vista, detrás de ella una gigantesca nave que asemejaba una embarcación
Pincoya, Jorge ya estaba seguro, lo que había visto esa madrugada era lo
mismo que tenía frente a sus ojos ahora. De lo que era la cubierta de esa
-María Ignacia...- gritó desde la futurista nave -... Cesa y desiste, desde
-Manuel Robles, tus mentiras pudieron con lentes débiles como las de
mi abuelo, pero conmigo no, conmigo no- respondió la pelirroja sin dejar de
apuntar a Manuel.
-María...- interrumpió Juan Andrés rogándole -... Por favor, acá te
pueden ayudar, pero no sigas con esas ideas, el tercer Reich no existe más,
baja esa arma... Si llegaste a sentir algo por mi hazlo, por favor -
El pelirrojo río a carcajadas - ¿si sentí algo por ti? Si, sentí algo...-
respondió con orgullo y furia -... Sentí lo mismo que siente la mantis al
-tus palabras son vacías, así como tus amenazas...- dijo Manuel -... Bota
muchos secretos, lo del tesoro fue solo uno...- extrajo lentamente una
uno de sus polos una luz roja parpadeaba sin cesar -... Supongo que
metálica.
La cara de espanto en Manuel lo dijo todo, pensaba que nunca más
Villa Baviera. Sin duda el aparato que tenía en las manos era uno de las
entrará.
gobernando y depredando? -
María Ignacia rio -que cínico eres Manuel Robles, ustedes eligen a
quien sanar y a quien no, además, ¿estás seguro que los aliados tenían que
ganar? ¿Estás seguro que el nacionalsocialismo era el cuco? Recuerda
pelirroja y se abalanzó sobre ella de un gran salto desde los 5 metros de altura
pesquera. Por el golpe María Ignacia soltó la bola metálica que rodó haciendo
un interminable bip, bip, bip, hasta los pies de Jorge que se había mantenido
aparte de discusión o pelea alguna, asombrado por los giros que había tomado
colonia Dignidad, esto amigo mío es una pequeña bomba de hidrógeno. Algo
nazi que todos buscan erróneamente no es oro, hijo, es toda la ciencia que
ellos inventaron, solo una muestra de ello llevo a los rusos al espacio y a los
sonaba sin parar, miró a María Ignacia que se reponía del golpe y se levantaba
lentamente.
ordenado... Piensa en los ciegos, en los tullidos, piensa en un lugar sin gente
así-
-pero María...- dijo Juan Andrés -... Tú no los quieres sanar, lo que
sostenía la bomba, esta cayó contra el piso, pero antes de que golpeara el suelo
-aquí termina todo para los traidores del cuarto Reich... ¡¡¡Hail
el famoso saludo nazi, se preparó para apretar un botón de la mini bomba que
cierta.
sus labios y sus brillantes ojos cian buscaron a Juan Andrés, que atónito
entrar en shock.
Juan Andrés sintió deseos de llorar, pero los reprimió y sintió pena por no
haber ayudado de otra forma a la doctora. Luego miro a Jorge, el capitán del
Pincoya que aún no podía entender que había hecho, en su mano derecha aún
la cual había realizado dos certeros disparos a la chica que amenazaba con una
desactivar la bola metálica que había cesado su bip, bip, bip y apagado la
-no te preocupes...- dijo Manuel al aún atónito marinero -... Ella murió
murió.
51
Rudecindo Ortega hasta llegar a calle Ziem, a las pocas cuadras se encontraban
-Bien papá, no gano mucho dinero como en SunRise, pero algo es algo…-
-sí, me imagino, siempre es difícil volver a comenzar…-
escuchaba en la voz de Manuel, era evidente la tensión que existía entre los dos
-bien, me pregunta por ti todos los días… pregunta por cuando te vas a
Con la gente normal, y diles a todos por allá que su secreto seguirá siendo
Y así se quedaron charlando por unos minutos más hasta que finalmente
era un cubículo en medio de otros donde jóvenes periodista creaban sus notas,
01110100 01110101
- ¿Quién dejó esta nota acá? - preguntó, pero nadie respondió. Al verla
www.lavozdelsandinismo.com/.../analizan-partitura-musical-en-busca-de...
ya se hacía una idea de donde podría estar. Miró al horizonte por una ventana
cercana y pensó –hoy es un buen día como para comenzar a escribir un diario
de vida…-
Epilogo
El mar embravecido golpeaba sin cesar contra las rocas, el Pincoya había
atracado temprano, con el clima como estaba era difícil salir a marisquear.
-no, así tamos mal…no creo que salgamos en unos buenos días-Jorge
-no creo Ortiz, hoy habrá tormenta, pero mañana pasará… todo mañana
pasará…-
Fin
Agradecimientos:
paciencia y eterno amor, sin ella esto no hubiese sido posible ni de lejos. A mis
padres Juan Martínez Ehijo e Irene Riquelme Roldan por criarme como lo
vida que la educación. A Juan Martínez mi hermano, muchas gracias por reír,
llorar, soñar, enojarse y ayudarnos tantos años. Luis Arenas y Rosa Martínez,
por ser como son y regalarme tres hermosos y talentosos sobrinos (Elizabeth,
y tantas horas hablando sobre este proyecto y finalmente a Dios por darme las
¡¡¡Gracias totales!!!