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LA EDUCACIÓN CHIBCHA:

La educación que los chibchas daban a sus hijos consistía en la transmisión de sus ideas supersticiosas, en hacerlos
fuertes para el transporte de cargas sobre sus espaldas; capacitarlos en el arte de los tejidos, en las faenas del campo
y el manejo de las armas. Se preocupaban por hacer de ellos expertos cazadores y agiles nadadores, su prioridad era
enseñarles a ser honestos y obedientes; como no hurtar, no mentir y no hacer el mal a nadie. Ciertas faltas como la
desobediencia, la mentira y el hurto eran castigadas con severidad. Los niños generalmente permanecían al cuidado
de la madre has los doce años de edad, a esa edad eran adiestrados por sus padres para aprender el arte de la caza,
y el manejo de las herramientas. Los herederos del Zipa eran internados y educados en un templo durante la niñez y
la adolescencia; allí estaban sometidos a varias prohibiciones como la de ver al sol y comer sal. Los jóvenes destinados
al sacerdocio entraban a los doce años de edad a una especie de seminario llamado cuca, donde estaban sujetos a una
disciplina rigurosa y a una abstinencia especial, pues solo tomaban un ligero alimento al día; allí aprendían las
ceremonias del culto, el uso de algunas hierbas para curar enfermedades, el arte de los encantamientos, escribir y
hablar diferentes lenguas y conocimientos científicos de astronomía.

Luis F., Los chibchas o muiscas. 2012. Disponible en: http://loschibchasomuiscas.blogspot.com/2012/11/los-


chibchas-o-muiscas.html

Larrayo F., Historia comparada de la Educación de México. P.67 – 77. Disponible en:
https://es.slideshare.net/CarlosARodriguez1994/historia-comparada-de-la-educacin-en-mxico-francisco-larroyo
Luzuriaga L., Historia de la Educación y la Pedagogía. P.18-19 Disponible en:
https://es.slideshare.net/Silser2009/historia-de-la-educacin-y-la-pedagoga-13720650
Roberto H. Raíces filosóficas, históricas y pedagógicas de la educación latinoamericana y caribeña. 2018
En la sociedad taína no existió una institución encargada de educar; ni estaba organizada la educación formal
propiamente dicha. No obstante, sus mecanismos de educación no dejaron de ser altamente eficientes. “El ambiente lo
disponía todo para que fuese asimilado por el niño, quien en su desarrollo adquiría los elementos cosmológicos y
tecnológicos que caracterizaban a su grupo social”. (37:21) Los Pilares Principales de la transmisión de conocimientos en
este conglomerado humano fueron: 39
 Imitar las acciones y comportamientos de los adultos,
 Vincular el aprendizaje con la naturaleza,
 Adquirir conocimientos mediante la práctica y el trabajo,
 Enseñar con predominio de la oralidad y en marcos de integralidad,
 Educar en el dominio de los principios éticos de sus familias y grupos sociales,
 Aprender a hacer, haciendo.
En fin, para la educación, estas comunidades no disponían de instituciones, ni de personal especializado designado por su
grupo social, para enseñar. Lo explicado anteriormente, fundamenta que en la base educativa taína subyacía un conjunto
de creencias, conocimientos variados, destrezas y técnicas así como un orden jerárquico de su organización social.
Disfrutaban de la educación no formal, de manera natural, espontánea, práctica, imitativa e integral. El aprendizaje, de
estos conglomerados humanos, se lograba mediante la participación directa de los educandos en las actividades de su
entorno familiar y social. Era esta la vía colectiva principal utilizada para que sus descendientes crearan los hábitos y se
apropiaran de las habilidades necesarias para su desenvolvimiento eficiente en la vida.

Sistema Educacional de los mayas.


El susodicho sistema de enseñanza descansaba, en el caso de los niños, principalmente en la tradición oral. 42
Empleaban procedimientos metodológicos eminentemente prácticos, haciendo que el aprendizaje se realizara mediante
la ejercitación. En todo el proceso de enseñanza, los padres tenían una notable responsabilidad. Fue determinante y
significativo el hecho de que adaptaban el contenido de enseñanza a la actividad principal de la zona de residencia y
teniendo esto en cuenta, iniciaban el proceso de aprendizaje de los conocimientos agrícolas y de la caza, en las zonas
donde predominaban estas actividades económicas. Si la vida de los educandos se desenvolvía en zonas cercanas al mar o
a ríos se priorizaba la enseñanza de la pesca y los principios de la navegación. La enseñanza de las artes de la construcción
se lograba mediante la participación directa de los estudiantes en las obras en ejecución. La preparación en el campo de
las artes militares se desenvolvía en un proceso en el que la directa participación de los alumnos se hacía en combates
simulados. En el proceso de enseñanza y aprendizaje empleaban de manera notable y eficaz la imitación. Privilegiaban el
máximo respeto a los mayores y muy especialmente a los ancianos y aplicaban con profunda admiración los consejos y
recomendaciones de estas venerables y sabias personas. Los niños, al cumplir doce años, ingresaban en centros internos
de acuerdo a su origen social.
Existían centros docentes diferenciados:
 para hijos de nobles, sacerdotes y jefes militares y
 para los descendientes de la clase media.
El primer grupo social accedía a los estudios de astrología, los glifos de la escritura y los conocimientos del calendario. Los
hijos de la clase media recibían una educación, principalmente militar

La Educación de los aztecas.


Los aztecas no poseían escritura alfabética, transmitían conocimientos mediante la narración de relatos y crónicas así
como utilizando canciones e himnos. La educación en este original imperio era, en las primeras edades, hogareña,
familiar; el padre educaba al varón y la madre a la hembra hasta los catorce años. Ulteriormente, el Estado organizó el
sistema de enseñanza oficial con características tradicionalistas, teocráticas, así como austera y con objetivos militares y
religiosos. También empleaban diferentes castigos corporales y psicológicos, a veces, de notable rigor. La educación,
además de carácter de castas, tenía como principio la selectividad y se desarrollaba en dos tipos principales de centros:
Calmécac y Telpuchcalli o Telpochcalli. He tenido muy en cuenta, al tratar este tema, la versión en lengua española de la
llamada “Historia general de las cosas de la Nueva España” del fraile franciscano, nacido en España y fallecido en Ciudad
México, Bernardino de Sahagún (1499-1590). Aunque no ha sido la única fuente consultada, la he considerado por cuanto
Fray Bernardino escribió obras en las lenguas náhuatl y español y sus trabajos son considerados hoy entre los
documentos más valiosos para la reconstrucción de la historia del México antiguo, antes de la llegada de los
conquistadores españoles. Calmécac Esta institución, del México pre hispánico, estaba destinada para que cursaran
estudios los descendientes de los nobles. En las actividades educativas predominaban la adquisición de conocimientos, la
formación de convicciones éticas y la prevalencia de ceremonias de contenido religioso. El franciscano Sahagún aseguraba
que los señores, o principales o viejos ancianos, ofrecían a sus hijos a la casa que se llamaba Calmécac. Explicaba también
que en el calmécac, la gente era corregida y enseñada, y que éste era un lugar de vida casta, de reverencia, de
conocimiento, de sabiduría, de bondades, de virtudes, sin suciedad, sin polvo; nada reprensible en la vida de los
tlamacazque, o sacerdotes que rendaban a los ídolos. Resultaba significativo que la entrega de los hijos, por parte de los
padres, se llevaba a vías de hecho en una reunión familiar a la que se invitaba a los futuros educadores.
El aprendizaje se sustentaba, principalmente,
 en el bien hablar,
 las canciones litúrgico-religiosas,
 las leyendas principales,
 las reglas de la aritmética,
 la cronología y
 el adiestramiento militar, con énfasis en el manejo de las armas.
Llama la atención que en el calmécac se vinculaba la actividad educativa, con el trabajo de los alumnos, en la limpieza, o
barrido, y en el corte y traslado de madera. Sahagún destaca que los educandos “comían en conjunto” y si a alguno le
llevaban comida de sus casas “todos la comían”.
Igualmente el insigne fraile subraya que se priorizaba:
 Hablar bien,
 Saludar al prójimo,
 Reverenciar a los mayores,
 Aprender los versos de los cantos divinos,
 Ayunar colectivamente.
En esta casa-escuela se castigaba, con rigurosidad, toda violación de las reglas establecidas. Respecto a las hembras
permanecían en el calmécac, hasta el momento del matrimonio, preparándose en las habilidades necesarias para
desempeñar adecuadamente los quehaceres post matrimoniales. Telpuchcalli Los aztecas contaban con un tipo de centro
específico para la formación de las fuerzas militares. El Telpuchcalli, que así se llamaba la casa-escuela dedicada a la
preparación de los guerreros, y que estaba reservada para hijos de la capa media y los descendientes de los guerreros.
Fray Bernardino, explica que los adultos entregaban, sus hijos, a los educadores de la casa-telpuchcalli, para que los
preparasen para servir al pueblo y para las ocupaciones de la guerra. Esta enseñanza se desenvolvía con extrema
severidad y el fraile Sahagún aseveró que si algún joven era visto embriagándose resultaba apaleado frente a la gente o
quizás lo ahorcaban.
La casa-telpuchcalli, contemplaba las siguientes exigencias:
 aprender técnicas y tácticas militares,
 usar eficientemente las distintas armas,
 incrementar la capacidad de sufrimiento,
 saber aceptar y cumplir órdenes,
 tolerar vejámenes de sus superiores e
 incrementar la astucia personal.
El aprendizaje incluía practicar danzas de corte guerrero, utilizar instrumentos musicales y dominar himnos de matices
militar y litúrgico, así como ceremonias religiosas. Por ser un centro de preparación de militares, la enseñanza brindada
en el telpuchcalli tenía una muy especial relevancia en lo referido al fortalecimiento, en el orden físico, de sus educandos.
Es necesario resaltar el hecho de que a los centros Calmécac y Telpuchcalli no podían asistir los jóvenes de familias
modestas y mucho menos de esclavos o sometidas a algún tipo de servidumbre. Igualmente, los aztecas poseían un tercer
nivel de educación, la enseñanza superior, la que contaba con estudios de medicina, matemáticas, astronomía y botánica.
Este tipo de centro, del nivel más alto de enseñanza en el imperio azteca, estaba en manos de los sacerdotes de mayor
rango y sus conocimientos profesoral-sacerdotales eran transmitidos exclusivamente a los religiosos que le sucedían. La
sociedad azteca alcanzó un extraordinario nivel en el sistema de enseñanza que organizó, el cual tuvo un marcado
carácter elitista, matiz religioso y militar.
INCA
En el Tahuantinsuyu existió un estamento bien organizado de personas enseñantes, de maestros, quienes eran llamados
Yachachic, palabra que significa “ayo que enseña a otro”, según afirma el fraile español de la Orden de los Predicadores,
Domingo de Santo Tomás (1499-1570), misionero, lingüista y obispo, autor de la gramática de lengua quechua más
antigua. Los Yachachic, también llamados Amautas, o sabios, eran personas que se dedicaban a la educación formal de los
hijos de los nobles y del Inca. Impartían las clases en las casas de los Incas, lo que nos permite imaginar la importancia
otorgada a la enseñanza de sus hijos. El Inca Roca (≈1350≈1380), primero en ser llamado Inca (gobernador supremo) en el
siglo XIV d.n.e. creó las juntas de jóvenes para instruirlos y se preocupó por elevar el nivel de la enseñanza en el reino. La
opinión de este Inca, respecto a la educación, se puso de manifiesto al establecer la conveniencia de que: los hijos de la
gente común no aprendiesen las ciencias, las cuales pertenecen sólo a los nobles, para evitar que se ensoberbeciesen.
Para los “hijos de la gente común”, recomendó el aprendizaje de los oficios de sus respectivos padres, porque estas
habilidades eran suficientes para obtener lo imprescindible para satisfacer sus necesidades vitales. Esta explícita
afirmación, de basamento profundamente elitista, fue recogida, en su obra, por el Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616),
según el jesuita Blas Varela. Los Yachahuasi La educación de los hijos de la nobleza cuzqueña se realizaba de forma
individual y directa, con la participación de lo que hoy llamamos un preceptor. La educación de la prole de los nobles de
menor rango y los pajes palaciegos se desenvolvía en grupos.
Por otra parte el aprendizaje de los príncipes incaicos comprendía materias como:
 la historia de su reino y sus familias,
 los preceptos de sus creencias religiosas,
 los conocimientos de la Geografía del territorio que conformaba su imperio,
 el campo de las artes plásticas, la música y la poesía.
En todos los casos los conocimientos, anteriormente señalados, eran impartidos por los sabios, o amautas, y personajes
destacados en las referidas disciplinas. La educación de los nobles menores o pajes, no disponían de maestros del más
alto nivel de conocimientos. Además de los Yachachic, o Amautas, existían los Haravicos o poetas, los cuales enseñaban
mediante la recitación de versos de contenido épico, y se hacían acompañar de instrumentos musicales. Comoquiera que
en el sistema educacional incaico ocupaba un lugar prominente la enseñanza de su historia, para la impartición de esos
contenidos se utilizó no sólo la poesía sino también las artes plásticas y particularmente la pintura. El Inca Pachacutec
Yupanqui (¿-1471), uno de los gobernantes que se destacó en el campo de la enseñanza de su pueblo, especialmente en
lo concerniente a la historia de su imperio, ordenó que se pintaran cuadros, en orden cronológico, representativos de las
grandezas del Cuzco. Mandó montar una exposición, en la Casa del Sol, de cuadros en los cuales estaban representados
los hechos más trascendentes de cada Inca y de las tierras que conquistó. Para explicar los contenidos de la referida
exposición, especie de pinacoteca, laboraban en esa tarea amautas especializados. Los mencionados cuadros se utilizaron
también para explicar la geografía de tan vasto imperio. Una prueba de la enorme importancia que les concedían a estos
cuadros es, según lo contado por fray Martín de Morúa en los finales del siglo XVI, que cuando el Inca Huáscar (¿-1532),
asumió el mando imperial, en 1525, “…le enviaron pintada toda la tierra.” La historia de la humanidad recoge el repetido
hecho de que los imperios de todas las épocas, han impuesto entre otras cuestiones, la lengua de los opresores, o sea, un
idioma único. El imperio incásico, contaba con una gran diversidad de etnias, con sus respectivas lenguas, por lo que le
resultaba necesario unificar la comunicación, razón por la cual implantó como lengua de dominio general, el “quechua”,
al menos entre las aristocracias respectivas. Para enseñar la lengua quechua, se dispuso que un personal calificado,
denominado Simiyachac, se encargara de esta importante y trascendente tarea lingüística, educativa y cultural. 47 A
recibir los conocimientos de la lengua del Cuzco, lengua imperial, asistían los jóvenes de las aristocracias provincianas. Es
fácil deducir que la enseñanza del quechua ocupó un lugar preponderante en el sistema de educación incásica. Los
centros de enseñanza que se encargaban del idioma imperial y de otros aspectos de la cultural general, se designaban con
el nombre de Yachahuasi, como señala el fraile Morúa en su obra Historia general de los Incas. Existen pruebas
confirmadoras de que los jóvenes, una vez efectuados los estudios en el Cuzco, retornaban a sus territorios de
procedencia. Por otra parte, los maestros de idioma, o Simiyachac, eran naturales no sólo del Cuzco, sino de regiones
donde se hablaba diversas lenguas tales como: Aymara, Mochica, Puquina, Tallan u otras lenguas del Tahuantinsuyu.
Entre los incas, la educación militar ocupaba un lugar destacado. El dominio del manejo de las numerosas armas con que
contaban, obligaba a que desde muy pequeños, los príncipes cuzqueños comenzaran el aprendizaje de las artes militares,
de lo cual se encargaban maestros muy capaces. Dentro de los muchos hijos del Inca Capac, descollaron Huáscar y
Atahualpa, a quienes su padre les asignó experimentados guerreros con el fin de enseñarles todo lo necesario para
convertirse en excelentes militares. Mediante diferentes fuentes del siglo XVI, entre ellas las Crónicas y diccionarios de la
Lengua Quechua, se explican las complejidades de las artes militares alcanzadas por la sociedad cuzqueña.
Como factor indispensable para convertirse en notables combatientes resultaba imprescindible:  alcanzar una gran
fortaleza del cuerpo,
 lograr acendrado estoicismo y reciedumbre,
 disponer de notable agilidad de movimientos,
 actuar con absoluta disciplina,
Lo anterior nos permite afirmar que para los incas era muy importante preparar a su pueblo mediante lo que hoy
denominamos Educación Física. Aunque no conocemos referencias de la existencia de maestros específicos para este
menester de la formación de los incas, podemos estar seguros de que los propósitos de la preparación física no se
hubieran alcanzado sin un riguroso entrenamiento planificado, sistemático y orientado por instructores o alguien con
funciones parecidas. El cronista español, Agustín de Zárate, publicó en 1546 un libro en el que afirma que los originarios
de los territorios incaicos eran grandes nadadores, lo cual corrobora la importancia otorgada a estos menesteres de la
formación física. Otro aspecto a tener en cuenta en lo concerniente a la educación organizada en el Tahuantinsuyu, es la
preparación de sacerdotes, que procedían de la aristocracia, y los brujos que eran plebeyos. Lo conocido hasta el
momento conduce a pensar que los sacerdotes más conocedores y experimentados se encargaban de formar sus relevos.
En la enseñanza andina no existía escritura alfabética fijada en alguna superficie de ningún material, como por ejemplo la
tenían los mayas, lo cual se suplía, en parte, por los “quipus”, un sistema nemotécnico conformado por cuerdas de lana o
algodón de uno o varios colores con las cuales se hacían diversidad de nudos. Los quipus se utilizaban en labores
administrativas, controles de la producción agrícola y pecuaria. Actualmente se profundiza en investigaciones múltiples
sobre la posibilidad de que los quipus sirvieran para relatos históricos, plegarias, poemas y canciones religiosas El
aprendizaje de la “escritura quipu gráfica” precisaba de un enseñante y de métodos de enseñanza-aprendizaje. Los
maestros ocupados en la referida enseñanza se denominaron “quipucamayos”. El desarrollo y complejidad alcanzados
por este imperio requirió de la unificación parcial del sistema de quipus, aunque no existe comprobación fehaciente de
que se haya logrado generalizar los resultados. Instituciones de Enseñanza en el Imperio Incaico. Cuando analizamos los
destacados logros de la gran cultura andina es fácil suponer que esta sociedad tenía que partir, para haber logrado sus
grandes avances científicos, tecnológicos y sociales, de un adecuado sistema de instituciones educacionales, al menos
para los descendientes de las castas dominantes. A pesar de ser descendientes de las élites, los niños y jóvenes de la
sociedad incásica eran educados en un ambiente de austeridad y de formas en las que predominaba el rigor. 48 Desde la
primera etapa educativa, la cual se realizaba en el ambiente hogareño, primaba la formación de un carácter disciplinado y
estoico y de una personalidad ordenada. Los hijos de las clases gobernantes se educaban en una institución denominada
Yachahuasi, sitio creado por el Inca Roca y posteriormente generalizado.
Para las hembras existía otra institución educativa: el Acllahuasi.
La institución académica destinada a los varones, Yachahuasi, tenía como misión social la de:
 preparar a los jóvenes en lo teórico,
 hacer que se adueñaran del cúmulo de conocimientos necesarios,
 dominar el sistema quipu gráfico de escritura,
 los saberes indispensables de la geografía del imperio y
 el pasado de sus familiares y su pueblo.
La educación de las jóvenes, que se llevaba a cabo en el Ajllahuasi, las preparaba para servir en las actividades propias del
hogar y a tejer una tela preciosa cuyo nombre era Cumbi, confeccionada con hilo de lana de vicuña, plumas, piedras
preciosas, oro y plata. También las jóvenes aprendían el quechua del Cuzco así como canto y danzas cuzqueñas. Para
estos centros eran seleccionadas doncellas, de todas las comarcas del imperio, entre 9 y 12 años, las cuales eran
obligadas a mantener enclaustramiento y su virginidad. Aunque la información sobre este aspecto es limitada, se puede
señalar que a estas jóvenes escogidas, denominadas acllas la acompañaban y guiaban, en el proceso de enseñanza-
aprendizaje, mujeres mayores llamadas mamaconas. Lamentablemente, el sistema de educación del imperio incaico no
siempre se justiprecia por algunos historiadores los cuales tratan este particular asunto con enfoques personales a veces
inexactos. Pero no hay duda alguna, porque su herencia así lo demuestra, que hicieron grandes obras arquitectónicas, de
ingeniería hidráulica y lograron la formación de capacitados especialistas que las diseñaron y dirigieron la ejecución de
esas monumentales obras; formaron también médicos, especialistas en momificación; orfebres, maestros de diversas
especialidades; jefes militares y soldados de conocimientos adelantados para su época. Conformaron un emporio agrícola
y lograron un importante auge ganadero. Prepararon músicos, bailarines y cantantes; formaron coros, bandas y orquestas
musicales. Contaban con destacados pintores y artistas especializados en otras artes plásticas. Aplicaron una notable
organización estatal, administrativa y de servicios públicos de su enorme estado multiétnico y de diversidad cultural.
Todo esto no se hubiera logrado sin un organizado, eficiente y riguroso sistema de enseñanza y aprendizaje, un sistema
educacional que priorizaba, con un evidente carácter clasista propio de una sociedad esclavista, a los hijos de los
poderosos, principalmente.

MUISCAS
Para estos guaraníes, el fin último de la educación era formar un “buen” paí tavyterá, entendiéndose por esto, educar en
un sentido moral, espiritual, y transmitiendo el “modo de ser de ellos”. Se proponían formar a sus vástagos para que en la
vida alcanzaran la perfección mediante las oraciones, la no violencia y teniendo en cuenta una visión teísta del mundo. La
responsabilidad de la educación de niños y jóvenes, recaía en la comunidad, la inspiración y la comunicación con sus
dioses. La preocupación inicial de los padres, era garantizar el crecimiento de las almas de los niños, desde el mismo
primer año de vida. Cumplir con el señalado objetivo, obligaba al padre a guardar determinadas actuaciones y
obligaciones:  Observar un régimen de alimentación semejante al de las madres;  Abstenerse de todo trabajo fuerte;
 Evitar los comportamientos violentos;  Mantenerse cerca del nuevo hijo y nunca dejarlo solo;  No dejar gritar al
recién nacido sin calmarlo mediante caricias. Este proceder para con los infantes se mantenía hasta cumplir el primer año.
Entre las edades de uno a tres años, la comunidad asumía colectivamente gran parte de la responsabilidad educativa de
los menores. Esta tarea de enseñanza se desarrollaba mediante los juegos y el ejemplo personal de los mayores,
mostrando actitudes y valores. También como método educativo, los miembros de la comunidad, utilizaban la
“aprobación” o el “rechazo” a los comportamientos infantiles. Se enseñaba a los niños a compartir sus propiedades entre
los demás, de forma espontánea, sin nunca ser obligados. Entre los tres y cinco años los niños se socializaban formando
grupos de juegos en los que se inculcaba la independencia y se comenzaba a utilizar el método de la imitación de las
actividades diarias de los adultos y de la práctica del ceremonial religioso. Para desarrollar la independencia de los
educando enseñaban a que los niños comenzaran a recoger productos de los huertos o chacras, y revisaran las trampas
para recolectar los pequeños animales atrapados. Evidentemente, la comunidad comenzaba a incorporar a los pequeños,
a las actividades laborales desde muy temprana edad. En la siguiente etapa, o sea, de seis a doce años, los niños
comenzaban a tener una mayor participación en las actividades propias de los adultos. Se iniciaba la aplicación de la
división de las actividades de acuerdo con el sexo de los educandos. Por ejemplo, los varones acompañan a su padre en
todas las actividades; las hembras realizan tareas de carácter domésticos, por ejemplo el cuidado de los hermanos
menores. El momento que podemos considerar como de actividad teórica, intelectual, era la hora de tomar la bebida
denominada “mate”, por cuanto este tiempo se utilizaba para comentar mitos, leyendas y hechos que tuvieran un
contenido instructivo y/o educativo. 50 Ya al entrar a la adolescencia los varones eran preparados, con determinadas
ceremonias, para asumir su condición de verdadero paí, por ejemplo mediante la perforación del labio. Posteriormente,
en grupos de unos 25 adolescentes, asistían a, lo que podemos llamar un internado para recibir conocimientos
relacionados con las normas de comportamiento social, los preceptos religiosos propios de las creencias guaraníes y la
ejercitación en las oraciones así como en la danza. En lo referente a las muchachas adolescentes, los objetivos y
procedimientos eran diferentes. Cuando las hembras experimentaban la primera menstruación eran internadas por un
tiempo variable y aprovechaban para enseñarles el adecuado comportamiento como mujer y las obligaciones que debía
asumir como esposa y madre.

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