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Reacciones de Tipo E (end of use): O relacionadas al cese de uso, generalmente se manifiestan

como "rebote" o reaparición, usualmente magnificada, de una manifestación clínica que había
sido atenuada o abolida por el tratamiento farmacológico; estas reacciones se relacionan
comúnmente con el ajuste "fisiológico" del organismo a la administración del fármaco; un
ejemplo de este tipo de reacciones puede verse en el tratamiento de la insuficiencia adrenal con
esteroides: esta administración puede causar (por retroalimentación negativa) mayor supresión
adrenal, por lo que el cese brusco de la terapia se asocia frecuentemente a un cuadro clínico más
grave que el original. También se incluye en este tipo de reacciones algunos casos de aparición
de síntomas que no existían antes del inicio de la terapia. Síntomas como por ejemplo la
presentación de convulsiones "de rebote" al cesar bruscamente el tratamiento con carbamazepina
de pacientes no epilépticos con carbamazepina; en este caso, el tratamiento con este
anticonvulsivante hace disminuir "de manera refleja" el umbral convulsivo normal del paciente1.

Ej: Angina inestable tras la interrupción brusca de antagonistas beta adrenérgicos, insuficiencia
suprarrenal después de interrumpir los glucocorticoides, por ejemplo Prednisolona1.

Tipo F (Failure = Falla): Son los fallos terapéuticos, que son registrados como RAM en algunos
sistemas de farmacovigilancia, al considerar que el fallo no es un efecto buscado o deseado; puede
ser debido a la escogencia errónea del fármaco, cuando la calidad del medicamento empleado no
es suficiente para reproducir el efecto de un medicamento bioequivalente, relacionado con la dosis
o causado por interacciones entre fármacos2.

Ej: Fallo en el tratamiento de anticonceptivos orales, generalmente cuando se usa inductores


enzimáticos específicos2.

FACTORES DE RIESGO

Terapia farmacológica múltiple.- El tomar varios fármacos a la vez aumenta el riesgo de una
reacción adversa a los mismos. El número y la gravedad de las reacciones adversas aumentan de
forma desproporcionada con la cantidad de fármacos ingeridos. El consumo de alcohol, que puede
considerarse una sustancia tóxica, aumenta el riesgo. La revisión periódica por parte del médico
o del farmacéutico de todos los fármacos que se toman contribuye a reducir el riesgo de presentar
reacciones adversas3.
Edad.- Los niños son especialmente susceptibles de presentar RAM porque su capacidad para
metabolizarlos no se ha desarrollado completamente. Por ejemplo, los recién nacidos no pueden
metabolizar y eliminar el antibiótico cloranfenicol; los que reciben este tratamiento pueden
desarrollar el síndrome del "bebé gris", que es una reacción grave y a menudo mortal. La
tetraciclina puede oscurecer el color del esmalte de los dientes para siempre si es que este
antibiótico se administra a los niños durante el período en el cual desarrolla la dentición (que
puede ser hasta los 7 años de edad). Los niños menores de 15 años pueden presentar el síndrome
de Reye si se les administra aspirina para tratar la gripe o la varicela3.
El riesgo de RAM es muy elevado en las personas mayores porque pueden tener muchos
problemas de salud y por eso toman diversos fármacos con y sin prescripción médica. Algunas
personas de edad avanzada no comprenden las instrucciones para el uso correcto de los fármacos
y el funcionamiento de los riñones y la capacidad del organismo para eliminar los fármacos
disminuyen con la edad. Además, estos procesos se complican a menudo por la desnutrición y la
deshidratación. Las personas de edad avanzada que toman fármacos que provocan somnolencia,
confusión y falta de coordinación son propensas a sufrir caídas y fracturas óseas. Entre los
fármacos que pueden causar estos problemas se encuentran muchos de los antihistamínicos,
somníferos, ansiolíticos y antidepresivos3.
Embarazo.- Muchos fármacos pueden influir sobre el desarrollo del feto. En lo posible las mujeres
embarazadas no deben tomar fármacos, especialmente durante el primer trimestre. Las drogas
sociales e ilícitas (alcohol, nicotina, cocaína y narcóticos como la heroína) pueden perjudicar tanto
el proceso de gestación como al feto. En la mujer embarazada muchos fármacos pueden pasar de
la circulación materna mediante la placenta al cordón umbilical y alcanzar finalmente la
circulación fetal3.
Otros factores.- Las enfermedades pueden alterar la absorción, el metabolismo y la eliminación
de un fármaco, así como la respuesta del organismo a éstos. Debido a factores hereditarios algunos
pacientes pueden ser más propensos a los efectos tóxicos de ciertos fármacos3.
Alergias a los fármacos.- Por lo general, el número y la gravedad de las reacciones adversas a los
fármacos aumentan en proporción al incremento de la dosis. Sin embargo, esta relación dosis-
efecto no es aplicable a los individuos alérgicos o hipersensibles a un fármaco. Para ellos, aun
pequeñas cantidades del fármaco pueden desencadenar una reacción alérgica, desde una molestia
leve hasta reacciones graves con riesgo de muerte. Las alergias a un fármaco son impredecibles
ya que las reacciones se presentan después de que un individuo ha estado expuesto a él una o
varias veces sin que se observara ninguna reacción. Una reacción leve se puede tratar tan sólo con
un antihistamínico; una reacción grave y con riesgo de muerte puede requerir una inyección de
adrenalina o epinefrina o de glucocorticoides (como la hidrocortisona)3.

Toxicidad por sobredosis.- La toxicidad por sobredosis se refiere a reacciones tóxicas graves, a
menudo nocivas y algunas veces mortales por sobredosis accidental de un fármaco (debido a un
error del médico, del farmacéutico o del paciente) o por sobre- dosis intencionada (homicida o
suicida)3.

Referencias:

1. Cotillo P. 2004. Atención farmacéutica. Centro de producción Fondo Editorial. Perú.


PP.: 101-105.
2. Bustamante C. 2007. Farmacovigilancia. Universidad de la Sabana. PP.: 24-26.
3. Vives J. 2016. Reacciones adversas a fármacos. Universidad de Costa Rica. Costa Rica.
PP.: 29-32.

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