MAGISTERIO DE LA IGLESIA

MAGISTERIO DE LA IGLESIA

ALFONSO ROJAS GONZÁLEZ

AÑO DE EXPERIENCIA PASTORAL

SEMINARIO MAYOR DE SAN

ESTEBAN – PROTOMÁRTIR
RIVERA – HUILA
2019
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MAGISTERIO DE LA IGLESIA

ALFONSO ROJAS GONZÁLEZAÑO DE

EXPERIENCIA PASTORAL
TRABAJO

CONSTITUCION DOGMÁTICA LUMEN GENTIUM

SOBRE LA IGLESIA
CAPITULOS VI - VIII

PRESENTADO A

FROILÁN CASAS ORTÍZ

OB ISPO DE NEIVA
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En el presente informe de lectura se desarrollará de la

siguiente manera: tomando como tema central la
constitución dogmática: LUMEN GENTIUM sobre la
Iglesia, partiendo desde los capítulos VI al VIII; en un
primer momento empezaré hablando de la importancia
que tienen hoy en día los religiosos en el mundo actual,
en el cual está sumergido en la tecnología, así mismo
tratare en un segundo instante el tema del índole
escatológico de la Iglesia peregrinante y su unión con la
Iglesia celestial, donde daré un punto de vista objetivo
de la importancia escatológica en la Iglesia a la que cada
uno de nosotros somos llamados en Cristo Jesús y en la
cual, por la gracia de Dios conseguimos la santidad , que
será llevada a su plena perfección cuando llegue el
tiempo de restauración de todas las cosas.
Para concluir con este informe abarcare por último el
tema que habla sobre la Bienaventurada Virgen María
como Madre de Dios, en la cual cada uno de nosotros
ponemos nuestra confianza como Modelo a seguir en el
desarrollo de nuestra vocación, partiendo del hecho en
el cual María juega su papel importante en nuestra
Iglesia actual.
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Los religiosos, Castidad, pobreza y obediencia.

El concilio quiere dejar sentado en este apartado la
procedencia divina de los consejos evangélicos, en tres
conceptos básicos, los consejos son un don divino que
la Iglesia recibe del Señor, pero nuestra Iglesia ¿en qué
forma los recibe? Fundados en las palabras y ejemplos
del Señor y recomendados por los apóstoles y es en la
gracia de Dios donde se mantienen en la Iglesia
perpetuamente en las almas fieles.

Por otro lado solo Dios podía sugerir tales actitudes

evangélicas tanto si las miramos en su finalidad como
si la miramos realizadas en nuestra naturaleza humana.
La finalidad de los consejos evangélicos es el reino de
los cielos; mejor sería decir: servir al reino de los cielos,
porque el servicio consiste en poner de relieve su
sobrenaturalidad, frente a las ataduras terrenas que
tenían el reino de Dios en la mentalidad.
Pero han crecido en efecto, diversas formas de vida,
solitaria o comunitaria y diversas familias religiosas que
se desarrollan para el propio progreso de sus miembros
y para el bien de todo el Cuerpo de Cristo. Al mismo
tiempo estos consejos evangélicos se consolidan en una
doctrina experimentada para conseguir la perfección, de
una comunión fraterna en el servicio de Cristo.
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De una libertad fortalecida por la obediencia, es de esta

manera donde se pueden cumplir con una mayor
seguridad y poder guardar fielmente su respectiva
profesión religiosa, avanzando siempre en el camino
del amor viviendo estos consejos evangélicos a la luz
de la palabra.
Al mismo tiempo por medio de los votos o de otros
compromisos sagrados parecidos, con los que el
cristiano se obliga a los tres consejos evangélicos ya
citados, éste se entrega totalmente al servicio de Dios
amándole por encima de todo. Siendo concebidos por
Dios a su Iglesia en vistas de su santificación por la
acción del Espíritu Santo, no pueden conservarse en ella
si no es por su acción continuada.
Debemos pensar pues que los consejos se conservan en
la Iglesia para la edificación del Cristo total por la
respuesta hacia Dios a determinadas personas que optan
de una manera libre y particularmente en un instituto de
vida Religiosa o consagrada para adoptar, aquellos
consejos evangélicos como normas de vida.
En consecuencia, el concilio vaticano insiste en destacar
las facetas de la propia vida religiosa o de consagración;
pero todo esto haciendo un gran énfasis sobre los
consejos evangélicos los cuales con llevan a una toma
de conciencia de la riqueza que implican.
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Por esta razón los religiosos han de procurar con un gran

empeño que la Iglesia por medio de los consejos
evangélicos, muestren cada vez mejor a Cristo, de una
manera especial a quienes lo practican por la caridad a
la cual conducen la experiencia llevándolos a una
realidad precisa. En los cuales las personas lo lleven y
los experimenten en sus propias vidas.
La profesión de los consejos lleva consigo la renuncia
de bienes que indudablemente han de ser tenidos en
grande estimación.
Todos los religiosos profesan la pobreza el desapego a
la posesión y libre disposición personal de los bienes
materiales. La castidad perfecta conlleva a la renuncia
frente al amor humano y a la paternidad natural de tener
una familia. Obediencia; es una entrega generosa que
invita a la persona a renunciar al gobierno libre y
particular de la propia vida.
De este modo los consejos evangélicos son los más
eficaces auxiliadores del amor divino en el hombre,
porque venciendo su parte terrena lo dejan a la atracción
celestial, libre así de todo el amor divino puede señorear
absolutamente la vida humana. La verdadera utilidad de
los consejos es la facilitación del amor divino en cuando
someten a su dominio toda la afectividad humana.
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Finalmente todos deben saber que la profesión de los

consejos evangélicos, aunque lleva consigo la renuncia
a unos bienes que sin duda hay que estimar mucho, sin
embargo no impide el desarrollo de la persona humana,
sino que por su misma naturaleza lo favorece mucho.
Esmérese, por perseverar en la vocación a la que ha sido
llamado para que más abunde la gracia de Dios y la
santidad en la Iglesia.
Ahora bien por otra parte la índole escatológica de la
Iglesia peregrinante y su unión con la Iglesia celestial.
Nos hace una gran invitación en el cual se pretende
reflejar la luz eterna para iluminar la existencia de los
hombres.
Por tanto se da inicio con una confesión humilde de que
la Iglesia se halla todavía en un estado imperfecto, pero
esta imperfección afecta a todos los campos de la vida
eclesiástica, mencionare algunos de suma importancia.
El de la santidad: la Iglesia es ciertamente santa, pues
Cristo está indefectiblemente en ella y actúa a través de
ella; como sacramento universal de salvación. Podemos
aducir también el aspecto de verdad.
La Iglesia conserva la revelación de Cristo, y por eso su
magisterio supremo no puede errar, de ahí que la Iglesia
esté en camino hacia la verdad total.
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Así mismo en la Iglesia peregrina cabalmente es

consciente de esta comunión de todo el Cuerpo místico
de Jesucristo, todo esto nos hace pensar que debemos de
tener un gran respecto y una gran piedad para con los
fieles difuntos, sobre todo orando por ellos, además se
hace una invitación para contemplar la vida de los que
siguieron fielmente a Cristo, para así mismo ir buscando
la vida futura, y a la vez nos ira llevando a la unión
perfecta a la santidad.
Habría que decir también que la unión entre los
cristianos todavía está en una constante peregrinación
para ir cada día más acercándonos al Cristo total, que es
fuente y cabeza y gracia de Dios.
Se nos hace una gran invitación a la oración como fuente
de vida todo cristiano, porque es aquí en las fuentes de
la oración donde el cristiano encuentra el sentido a toda
su vida peregrina en este mundo en el cual es esclavo de
las tecnologías y de la vida fácil.
Por otra parte, se nos hace una gran exhortación para
que participemos del sacrificio eucarístico porque es
donde nos unimos de una manera más plena y perfecta
al culto de la Iglesia del cielo, venerando siempre la
memoria de la gloriosa siempre Virgen María.
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En relación con las disposiciones pastorales es donde se

logra descubrir los nuevos horizontes como lo estoy
experimentando en estos momentos en mi año de
experiencia pastoral, que en relación a estos horizontes
sin una pastoral bien organizada y llevada a la práctica
se perdería el horizonte de las parroquias.
Pero lo importantes que el Concilio ve en la escatología,
no solo un consuelo sino también el contenido más
profundo de la actual existencia terrestre.
A pesar de todos los esfuerzos, la Iglesia terrena será
solamente un reflejo y no la misma realidad del Reino
de Dios, en efecto según el tema desarrollado la Iglesia
es el sacramento es decir, la forma de manifestación
terrena del mundo celeste, pero es a través del
sacramento de la Iglesia que debe irradiar tanta luz, para
que los hombres tengan puesta fijamente la mirada en el
signo universal de salvación, y sean testigos
presenciales del instante en que se rompan los velos y la
claridad de Dios ilumine la ciudad celeste.
En relación con la Bienaventurada Virgen María, Madre
de Dios en el misterio de Cristo y de la Iglesia. Se puede
afirmar que: en este capítulo se nos exhorta a todos los
fieles a que sigan implorando la intercesión de la Virgen
María por la unión.
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De todos hasta que se forme el único pueblo de Dios a

gloria de la Trinidad, esa unión ha de hacerse
universalmente, según el designio misericordioso de la
redención.
Al mismo tiempo la intención del concilio es querer
exponer los deberes de los hombres para con la Virgen,
y apuntábamos que nuestro deberes de los hombres
habrán de ser correlativos a los oficios y misión de la
Virgen, porque María tiene la dignidad de Madre de
Dios, la debemos venerar y darle su respectivo culto y
al ser madre nuestra le debemos el amor filial y
abandono a su acción formativa y si María es Reina
nuestro deber es servirle y obsequiarla, si unida a Cristo,
es medianera y abogada, nuestro deber será acudir a ella
e invocarla con plena confianza.
En relación con todo el numeral tres las enseñanzas
sobre la Virgen María que hoy debemos de admitir el
hecho de la realeza de María y, naturalmente, todo
aquello sin lo cual no subsistiría el hecho mismo de su
dignidad.
Ahora bien, se puede afirmar lo siguiente:
Le recomienda de una manera muy especial al corazón
de todos los fieles: la mediación maternal de María, es
una verdad católica, pero esta es una verdad que habla
al corazón cristiano como don que es del más suave
amor divino.
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Debemos de apoyarnos en su protección maternal,

porque es en toda la razón de la mediación de María,
con su ayuda maternal, el género humano hallará en la
virgen María la puerta por la que vino al mundo la luz,
la justicia, la paz a la libertad, la dulzura apoyados los
cristianos en esta protección maternal se unirán más
íntimamente al mediador y salvador Jesucristo.
María, exaltada por la gracia de Dios, después de su
Hijo, por encima de todos los ángeles y hombres, como
la Santa Madre de Dios, que participó en los misterios
de Cristo, es honrada con razón por la Iglesia con un
culto especial.
Hay que mencionar además que la doctrina católica
anima a todos los hijos de la Iglesia a que fomenten con
generosidad el culto a la Santísima Virgen María, sobre
todo el litúrgico.
Entre tanto, la Madre de Jesús glorificada ya en los
cielos en cuerpo y alma, es la imagen y comienzo de la
Iglesia que llegará a su plenitud en el siglo futuro, como
señal de esperanza y de consuelo.
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NOTAS
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