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PROFESOR INVITADO
AL DOCTORADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN.
RUDECOLOMBIA
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Experiencias Pedagógicas / Enero - Diciembre 2015, N° 18
Comenzaremos por decir, siguien- cio. Pero también lo definen las formas de
do a Mora-García (2004) que son varias la cotidianidad: la higiene, la alimentación,
las vertientes que hicieron impacto en el los modos de vida, las creencias, los mitos,
pensamiento de los fundadores de Anna- las cosmologías, los rituales, los símbolos,
les: Bloch y Febvre. Marc Bloch era hijo cambiantes según las épocas y los medios
de padre alsaciano e historiador, e ingresa sociales.
como profesor en la Facultad de Letras de Marc Bloch macera su pensamiento de
Estrasburgo en 1919. Esta será la institu- historiador en medio del exquisito clima
ción universitaria, donde se gestará para interdisciplinario; es así como encontramos
la posteridad el portentoso aporte de una en la etapa de gestación de la obra historio-
nueva tendencia historiográfica junto a su gráfica a los filólogos como Ernest Lévy y
amigo Lucién Febvre, mayor que Bloch Ernest Hoepffner, sociólogo como Gabriel
ocho años. En Estrasburgo se encuentra Le Bras, geógrafos como Henri Baulig e
con una élite de profesores que serán de historiadores Sylvain Lévi, Henri Pirenne,
gran ayuda para la conformación del méto- André Piganiol, Charles-Edmond Perrin, y
do historiográfico de la Escuela de Annales, George Lefebvre.
son ellos: el sociólogo Maurice Halbwachs Pero si tuviéramos que señalar las dos
y el psicólogo Charles Blondel. El primero, obras más significativas de los fundadores
el padre de la sociología de la memoria; y de la escuela de Annales diríamos que sin
el segundo, el padre de la psicología social, duda se trata, en el caso de Marc Bloch, El
dos autores básicos para comprender la oficio de Historiador (1941); y en Lucien
complejidad de las mentalidades. Si algo Febvre, Combates por la Historia (1953).
caracteriza epistemológicamente el método En estas obras se encuentran las categorías
de Annalista es el “romper los cercados” en y estrategias metodológicas desarrolladas
ese sentido: “Antes de ser historiadores de en sus obras y que son los ejes funcionales
tal o cual rama, somos simplemente histo- de la Escuela de Annales, en particular el
riadores (...) en esto nos alineamos de buena término Historia de las Mentalidades para
gana con (...) los destructores de cercados caracterizar el estudio de temas hasta ese
(...) No existe en el mundo obra completa momento considerados marginales de la
alguna. Lo esencial es abrir caminos. Los historia; a partir de ese momento el estudio
Annales mientras vivan (...) continuarán de la vida privada, las actitudes, las creen-
luchando contra la nefasta compartimenta- cias, las prácticas de lectura, los rituales, las
ción de las ciencias.” Esta orientación del relaciones amorosas, la muerte, y los temas
maestro Bloch ha sido tan determinante que lindan con la patología social comenza-
aunque poco asimilada todavía en algunas ron a ser centro de gravedad de la investiga-
Escuelas de Historia por los historiadores ción histórica.
fundamentalistas, quienes creen que solo la En este contexto es orientador incorpo-
historia debe ser trabajada en forma plana. rar el aporte de la obra: El otoño de la Edad
Por su parte, Febvre definirá la mentali- Media (1923), de Huizinga. Aunque no hay
dad como el utillaje mental, (Febvre, 1935) propiedad de que haya influenciado a Marc
caracterizado por el conjunto de instrumen- Bloch si es clave para determinar que una
tos mentales de que disponen los hombres nueva atmósfera o “elan vital” estaba por
de una época determinada. El utillaje men- llegar, como es la historia de las mentali-
tal es definido por las nociones que tiene dades. En efecto, tanto El otoño de la Edad
una sociedad sobre las cantidades, los nú- Media como su obra sobre Erasmo, se ins-
meros y las cifras, sobre el tiempo y el espa- criben en la tradición historiográfica de los
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Países Bajos; la primera, es clave para inda- nero y un antecesor de los nuevos campos
gar la formación de la conciencia nacional de la historia: historia del cuerpo, historia
(siglos xiv y xv); mientras que la segunda, de los sentidos, historia de los sueños y de
señala los siglos xv y principios del xvi a lo imaginario”. Huizinga se convierte así
través de la figura intelectual más célebre en el precursor de los primeros lineamien-
y la tradición del erasmiano le permitirá tos de una nueva Historia Cultural y que en
esbozar un estudio biográfico cuyos límites los años 1960 y 1980 fueron recuperados
trascenderán con mucho el territorio borgo- respectivamente por la cuarta y quinta ge-
ñón. Con El otoño de la Edad Media, se dan neración de Annales al desarrollar la histo-
los primeros esbozos de un nuevo discurso ria de las mentalidades y la historia de la
historiográfico caracterizado por el estu- sensibilidad.
dio de los valores estéticos y poéticos, los Junto a Huzinga hay reconocer también
cuales ocupan un lugar privilegiado en la los aportes de grandes predecesores de An-
construcción del relato. Aspecto que para la nales como es el caso de Lucien Levy Bru-
época era un reto sobre todo por la historia hl (1922); Maurice Halbwachs (1925); Jean
historizante que predominaba en Francia y Piaget (1928); y Charles Blondel (1928),
parte de Europa. Huizinga a través de esos Vidal de la Blanche y Albert Demangeon.
esfuerzos inaugura una historia de la sen- Lucien Levy Bruhl (1857-1939) es otro
sibilidad en la Baja Edad Media, en que la de los pioneros del término que identifica-
vida cotidiana está dominada por contrastes ría a los Annales, pues había popularizado
entre colores, sonidos, aromas y texturas; el término mentalidad, en su obra: La Men-
pero además la búsqueda del sentimiento talidad Primitiva (1922). Aunque actual-
religioso. Lo importante es que el autor se mente los antropólogos no aceptan las pro-
aparta de los tecnicismos históricos, lo cual puestas de Lévy-Bruhl sobre la mentalidad
abrió un abanico de lectores más allá de los “primitiva” representaron para la época una
historiadores, para poder destacar los apor- importante categoría para la evolución de
tes del relato. En este sentido, Jacques Le los sistemas ulteriores. En efecto su aporte
Goff uno de los más insignes representan- significativo estriba en el haber propuesto
tes de la tradición de la Escuela de Annales, una diferencia radical entre la mentalidad
reconoce en sus aportes biográficos sobre del occidental y la “primitiva.” En particu-
Huizinga que El otoño de la Edad Media es lar la categoría “primitiva” es clave porque
“una obra clásica y llena de información, a critica a los historiadores eurocentristas el
pesar de su carácter ‘literario” pero sobre error de usar conceptos europeos anacró-
todo queremos destacar la incorporación nicos para describir a los “primitivos” y el
de Huizinga a la tradición historiográfica estar falseando las representaciones colec-
de Annales como predecesor de las menta- tivas y las instituciones “primitivas” con
lidades: “Huizinga mostró todo cuanto la invenciones extemporáneas y fuera de con-
utilización de textos literarios (…) puede textos reales.
aportar al conocimiento de la sensibilidad Por su parte, Maurice Halbwachs, here-
y de la mentalidad de una época” aspecto dero de Durkheim, fue un adelantado con
que será ratificado en 1986 con su trabajo la categoría de memoria colectiva (1925),
sobre “Johan Huizinga” para el Diction- en su obra titulada Les Cadres Sociaux
naire des sciences historiques en donde de la Mémoire, en el sentido siguiente:
definitivamente lo incluye en la tradición “La memoria no es más que el resultado,
de las mentalidades con toda la fuerza del la suma, la combinación de los recuerdos
discurso: “El otoño aparece como un pio- individuales de muchos miembros de una
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sociedad (...) Se puede decir también que de origen social porque ella remite a una to-
el individuo se recuerda colocándose en el talización de un gran número de memorias
punto de vista de su grupo, y que la memo- colectivas.
ria de grupo se realiza y se manifiesta en Pero también es importante citar al
las memorias individuales.” El concepto de propio Jean Piaget (1928) con su trabajo
memoria colectiva será vital en Marc Bloch sobre Psychopédagogie et mentalité en-
sobre todo en obras como la Sociedad Feu- fantine que aunque hace sus aportes en un
dal (1939). Nos parece oportuno destacar campo diferente a la historia como es la
que no hay un sólo significado a la hora de psicología y la educación, es bueno citar la
hablar de memoria colectiva y mentalidad amplitud del término mentalidad. Aunque
en los fundadores de Annales, lo cual hace alertamos que su comprensión de la psico-
que no sea fácil su aprehensión conceptual. logía está más en dirección a la compren-
En este sentido, un estudio realizado por sión biológica del conocimiento su vincu-
Mora-García (2004) sobre la genealogía lación con el psicoanálisis y la psicología
del concepto no apunta que “si tomamos patológica. En su trabajo de investigador y
el concepto en la obra de Marc Bloch, nos profesor universitario, la motivación esta-
encontramos que en algunos casos utiliza ba más en conseguir el reconocimiento de
el concepto de Memoria Colectiva como las ciencias físicas y naturales para darle el
“symtóme psychologique”; en otros como estatus científico a las ciencias del hombre
“interpretation simbolyque”; o bien, como y, concretamente, la psicología y la epis-
“traditions régioneles”, “témoignage”, for- temología.
mación de “son passé”, y en otros como En ese mismo sentido, es importante
“mentalité réligieuse.” Evidenciándose de citar a Charles Blondel con su obra Intro-
esa manera la influencia de una gran canti- dution á la psychologie collective, con-
dad de autores entre los que destaca Mauri- virtiéndose en un verdadero pionero de la
ce Halbwachs, el padre de la sociología de psicología colectiva, planteando los esta-
la memoria.” dos mentales como una manifestación de la
El aporte de Halbwachs radica funda- propia condición humana. Al respecto pue-
mentalmente en intentar clasificar los tipos de verse: Blondel, M. (1928) Introduction
de memoria, a saber: la memoria social, la á la Psychologie Collective en Febvre, L.
memoria colectiva y la memoria individual. (1992) Combats Pour L´Histoire. L u -
La memoria individual tiene un origen so- cien Febvre aborda el sentido de mentali-
cial, apareciendo como la forma de la me- dad influenciado por Blondel; la memoria
moria de los otros. La influencia filosófica colectiva depende de los símbolos que de-
más representativa que recibe Halbwachs vienen en tradición, de un relato repetido de
es del vitalismo intuicionista de Bergson manera interindividual, y que se encuentra
(1859-1941), y en esta dirección nos re- por la vía del rumor popular. Un verdadero
montaríamos al espiritualismo francés. De ejemplo de arqueología de la memoria co-
ellos heredó la tendencia al análisis de la lectiva vinculada a lo popular y lo cotidia-
vida interior, el gusto por la introspección, no, lo encontramos en François Rabelais,
la afirmación de la conciencia y de la expe- quien a pesar de ser un burgués culto, se
riencia interna como fuente de conocimien- preocupó por conocer los estados mentales
to superior. Así pues, la memoria individual de los sectores populares en la Francia del
también es social, porque es intelectual, los siglo XVI.
instrumentos de la cual se sirve son los de Esa es la razón por la que Lucien Fe-
la inteligencia; nuestra memoria es también bvre hace una interesante apología del
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maestro François Rabelais para rescatarlo Estados Unidos, en donde el área de Histo-
del anacronismo histórico “mi Rabelais es ria Económica pertenece al Departamento
menos ciudadano del mundo de los espí- de Economía y no al de Historia.
ritus y más ciudadano de la Francia de su Es el mismo Fernand Braudel (1978)
tiempo. Aquello es precisamente lo que quien nos advierte el sentido polisémico
me parece digno de interés para la histo- del concepto de Mentalidad, al plantearse
ria (...) escribió para aquellos que no lati- la pregunta acerca de la pertinencia: “¿Psi-
nizaban (...) escribió para traducir, en una quismo colectivo, tomas de conciencia,
prosa que se ha encontrado magnífica, los mentalidad o utillaje mental?. Un historia-
sentimientos profundos que descubría en dor, gran especialista en estos temas, Al-
ellos (...) Las mejores traducciones que phonse Dupront, prefería utilizar la palabra
nosotros podemos encontrar, los historia- psiquismo. Toma de conciencia sólo alude
dores, de los sentimientos profundos de a un modelo dado a estas evoluciones (ge-
los hombres de su país, de su tiempo y de neralmente, el final de las mismas). Men-
su clase, son las traducciones del maestro talidad resulta evidentemente más cómoda.
François.” Febvre pudo reconstruir el es- Pero Lucien Febvre, en su admirable libro,
tado mental de la Francia del siglo XVI, Rabelais, opta por emplear la expresión de
gracias a la extraordinaria percepción de la utillaje mental.” Sin embargo el aporte más
cotidianidad descrita por Rabelais; “este significativo de Fernand Braudel en Anna-
problema en definitiva no es más que un les fue su noción geohistoria y de triple
problema de psicología colectiva. Recom- temporalidad: tiempo de corto, mediana y
poner a través del pensamiento, cada una de larga duración.
las épocas que estudia, el material mental
de los hombres de esta época.” De allí que Braudel hereda de la tradición fundada
la memoria colectiva siempre sea memoria por Marc Bloch y Lucien Febvre los funda-
de una temporalidad de grupo, y ésta puede mentos teóricos del término geohistoria. De
ser expresada a través de la familia, la re- Bloch, retoma para la geohistoria el estu-
ligión, el mercado, las fiestas, los hábitos, dio de las estructuras económicas, es decir,
las costumbres, y las clases sociales, entre una reflexión de las estructuras capitalistas
otras formas sociales de la memoria; Estas y de la economía de mercado. En cuanto a
características expresadas por Febvre acer- Febvre, lo sigue en torno al tema geográ-
ca del concepto de memoria colectiva enri- fico. Hasta el punto que fue Febvre quien
quecieron notablemente el debate histórico, le recomendó a Braudel que el tema de su
planteando diferencias fundamentales entre trabajo no era Felipe II y el Mediterráneo,
los estudiosos de la Historia de las Ideas sino el Mediterráneo y Felipe II. Este giro
respecto de los investigadores de la Historia marcará una revolución historiográfica; en
de las Mentalidades. adelante “el verdadero objeto de estudio es
Los historiadores franceses conserva- esta historia del hombre en su relación con
ron en la segunda generación el carácter el ambiente, una especie de geografía histó-
de historia económica, pero no cualquier rica o, como Braudel prefiere llamarla, una
historia económica, sino una historia colec- geohistoria.”
tiva con criterio humanista, que estudiaba Fernand Braudel para acuñar su térmi-
las masas, y los menos favorecidos de la no también sigue a otros autores, como es
historia. Contrariamente a aquella historia el caso de Vidal de la Blache (fundador de
económica manejada con criterios matemá- la Revue Annales de Geographie), y al geó-
ticos, como es la tendencia que domina en grafo alemán Friedrich Ratzel; por eso: “es
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se convirtieron en fuente para el estudio de ubicar a la memoria como uno de los obje-
la mentalidad religiosa. tos de la historia “así como el pasado no es
Entre los aportes al estudio de la Histo- la historia, sino su objeto, la memoria no es
ria de las Mentalidades venidos de la inves- la historia, sino al mismo tiempo uno de sus
tigación interdisciplinaria podemos men- objetos y un nivel elemental de elaboración
cionar: de la sociología, Norbert Elías; de la histórica.” Lo cual puede ser rastreado en
antropología simbólica, Michel de Certeau; sus obras: “La memoria (...) no es una pro-
de la historia antropológica Roger Chartier piedad de la inteligencia sino la base cual-
(1999); y de la filosofía Michel Foucault quiera que sea, sobre la que se registran los
(1969). El aporte de Michel Foucault fue actos.” Y en este sentido, la memoria se
especialmente significativo, pues cruza los convierte en un campo de la interdiscipli-
terrenos de la filosofía y la historia; en ese na de vital importancia para intentar com-
sentido Philippe Ariès (1988) dijo: “nacido prender su alcance; por eso: “La memoria,
filósofo, ha devenido, para seguirlo siendo, como capacidad de conservar determinadas
historiador por el movimiento de su pen- informaciones remite ante todo a un com-
samiento, por razones muy diferentes de plejo de funciones psíquicas, con el auxilio
las que aseguran hoy la popularidad de la de las cuales el hombre está en condiciones
historia de las mentalidades. Comenzamos de actualizar impresiones o informaciones
entonces a adivinar que el hombre de hoy pasadas, que él se imagina como pasadas.
demanda a cierta historia lo que le ha pe- Bajo este aspecto, el estudio de la memoria
dido en toda época a la metafísica, y sólo penetra en la psicología, en la parapsico-
ayer a las ciencias humanas: una historia logía, en la neurofisiología, en la biología
que retome los temas de la reflexión filosó- y, para las perturbaciones de la memoria
fica, pero situándolos en la duración y en el -en las que la principal es la amnesia-, en
recomenzar obstinado de las empresas hu- la psiquiatría.” Desde este punto de vista
manas.” La filosofía en adelante aportará a la responsabilidad de un autor que siga la
la historia la reflexión profunda y la historia tradición historiográfica de Annales debería
vinculará la filosofía con la cotidianidad y tener una sólida formación interdisciplina-
el tiempo de larga duración. La mentalidad ria, pues sus responsabilidades epistemoló-
educativa es aportada Philippe Ariès en los gicas van desde la psicología, psicoanáli-
estudios históricos de la Escuela de Anna- sis, psiquiatría, e incluso disciplinas, poco
les, obviamente tiene su antecedente tras la reconocidas por los puristas académicos,
huella del trabajo realizado por Lucien Feb- como la parasicología.
vre, especialmente sobre Rabelais. De ma- Le Goff, entre los seguidores de An-
nera que al interno de la Escuela de Anna- nales, se convierte en el epistemólogo
les es precisamente Philippe Ariès quien ha más importante del concepto de historia
realizado estudios acerca de la mentalidad de las mentalidades, a él se le debe el ha-
educativa en la Francia Moderna en (1960) ber ubicado “el nivel de la historia de las
L´ enfant et la vie familiale sous l´Ancien mentalidades es el de lo cotidiano (...) lo
Régime. Ariès abordó la vida familiar de la que escapa a los sujetos individuales de la
época, no conforme a los ensueños de los historia porque es revelador del contenido
administradores y panegiristas de la Fran- impersonal de su pensamiento.” El oficio
cia antigua, sino a través de sus realidades del Historiador de las mentalidades queda
cotidianas. definido por aquello que Le Goff (1980)
El concepto de memoria y mentalidad describe como una actividad “que persigue
será clave en Jacques Le Goff (1991), al en las aguas turbias de la marginalidad, de
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han visto con celo su entrada. El temor de recientemente pensadores como Alasdair
que sea una moda intelectual más y la larga MacIntyre. En realidad se trata de exponer
experiencia de frustraciones hace ver con vertientes más que bloques homogéneos,
escepticismo, en algunos casos, la entrada recordemos que la postmodernidad hizo
del postmodernismo. añicos los metarrelatos; hoy los grandes re-
En ese orden de ideas trataremos de es- latos se disuelven sin prisa pero también sin
bozar un posible esquema acerca de las ten- pausa. Veamos a continuación el impacto
dencias o variantes de la constelación post- de las tendencias postmodernas en la com-
moderna. Aun cuando todo esquematismo presión del nuevo ser humano.
es simplista lo hacemos como una prope-
déutica. Para ello retomaremos inicialmente 1. La historia inmediata: la moda del
el aparato conceptual de Jürgen Habermas. aquí y el ahora
Habermas distingue tres corrientes: (1) los Jean Lacouture, gran reportero del
hegelianos de izquierda quienes invocan la Monde y del Nouvel Observateur, fue
razón contra la razón (una razón ética y utó- el creador en los sesenta de la colección
pica contra la razón instrumental), tradición L’Histoire Immédiate de la editorial Le
que iría desde el marxismo y las corrientes Seuil. Sin embargo, el tema se presentó
que Habermas llama la ‘filosofía de la pra- para su análisis en el reciente III Congreso
xis’. (2) Los hegelianos de derecha, quienes de Historia a Debate, Santiago de Compos-
aceptan la modernización social (capitalis- tela-España (2004).
mo y Estado burocrático) pero no la moder- No cabe duda que asistimos a una eta-
nidad cultural y las exigencias universales pa caracterizada por el asesinato de la rea-
de la ética; y por último (3) Nietzsche quien lidad. La muerte de la ilusión, y la utopía
rechaza por completo la razón. vital. Antes por lo menos podíamos pensar
Actualmente, los posthegelianos de iz-
la realidad y recrearla, hoy la realidad se
quierda tienen sus sucesores en los filósofos
nos impone, somos víctimas de la hiperrea-
de la praxis: aquellos que defienden la mo-
lidad. Pero aún así, creemos es necesario
dernidad (incluido Habermas); los posthe-
intentar jugar los dados una vez más, re-
gelianos de derecha tienen como sucesores
pensar un nuevo espacio para la historia.,
a los que Habermas llama los neoconserva-
en una palabra, soplar sobre las cenizas de
dores (A. Gehlen, el primer Wittgenstein,
una utopía necesaria.
por ejemplo), quienes separan moderniza-
ción social y modernidad cultural; ellos son La dinámica en la cual estamos inmer-
postmodernos en un primer sentido, desva- sos nos obliga a pensar no en los métodos
lorizan la cultura y la historia. Nietzsche tradicionales de la historia sino a repensar
tiene como sucesores los postmodernos, la historia que vendrá. La historia parece
en un segundo sentido, los antimodernos dejar de ser sólo el estudio de los hechos
según ciertos textos de Habermas (Heide- del pasado, hoy se impone la posthisto-
gger, Derrida, Bataille, Foucault) quienes ria. No tanto porque el ritmo de acumu-
radicalizan la crítica de la razón. lación de conocimientos sea mucho más
Pero la clasificación de Habermas ha rápido, sino porque el saber cambia de
resultado ser insuficiente como veremos, estatus epistemológico. El saber histórico
nuevas corrientes corrientes hacen se entra- parece conducir no a una teoría historio-
da en la postmodernidad, como los viejos gráfica sino del acontecimiento. Es una
conservadores, quienes rehúsan igualmente historia que en la performatividad de los
la modernidad pregonando igualmente un saberes postmodernos busca transmutar-
neoaristotelismo, p.e. Léo Strauss, y más se en ciencia del espectáculo, en donde la
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nación de las células individuales. (...) Si la recusación del modernismo y del llamado
información es el lugar del crimen perfecto ‘estilo internacional’ (Frank Lloyd, Wright,
contra la realidad, la comunicación es el lu- Le Corbusier, Mies) (...) El desvanecimien-
gar del crimen perfecto contra la alteridad.” to en ellos de la antigua frontera (esencial-
(Beaudrillard, J. 1996:149) mente modernista) entre la cultura de élite
y la llamada cultura comercial o de masas
2. Trivialización de los valores trascen- (..) En efecto, lo que fascina a los posmo-
dentales dernistas es precisamente todo este paisaje
La trivialización de toda relación que ‘degradado,’ feísta, Kitsch, de series tele-
en la Modernidad tenía trascendencia es visivas y de cultura de Reader’s Digest,
otra de las características de la elan vital de la publicidad y los moteles, del ‘ último
que vivimos. Los valores trascendentales: pase’ y de las películas de Hollywood de
el amor, la familia, la amistad, y el matri- serie B, de la llamada ‘paraliteratura’ con
monio está en crisis. Las proposiciones a sus catego¬rías de lo gótico y lo románi-
futuro quedan extinguidas, se vive el aquí y co, de la biografía popular, la novela negra,
el ahora: “toda una corriente de pensamien- fantástica o de ficción científica: materiales
to pulsional (Coiran, Baudrillard, Donze- que ya no se limitan a ‘ citar’ simplemente,
lot, Glucksmann) sacan provecho de esta como habrían hecho Joyce y Mahler, sino
atmósfera de justificado desprestigio de la que incorporan a su propia esen-cia” (Jame-
razón. El desencanto postmoderno termina son, 1991:11.13).
siendo por ese camino la decadencia de la El populismo estético llega a acuñar
Razón Ilustrada” (Lanz, 1992:54). frases como “cada quien es bello como es”.
En esta misma dirección se encuentra Desde la escultural belleza simbolizada por
alineada la tesis acerca de la incredulidad la Venus griega, patrón indiscutible en los
de la historia apuntalada por Jean François concursos de belleza, hasta el “gordo” Pur-
Lyotard, al considerar que la desconfianza cel; para todos hay un espacio. A nivel de
que han generado los dos últimos siglos en las telenovelas se observa un claro despla-
los occidentales es justamente por la decli- zamiento de las obras de grandes literatos,
nación de las idea de progreso. En la tesis por la reinvindicación de lo efímero; así por
de Lyotard no hay espacio ni para liberalis- ejemplo, en vez de Doña Bárbara inspira-
mo económico, ni político, ni los diversos da en la obra clásica de Rómulo Gallegos,
marxismos; sino para el todo vale. Acusa a aparecen títulos como “Cara Sucia”, “ por
los primeros de crimen contra la humani- estas calles”, “dulce ilusión”, “pasiones se-
dad, hasta el punto que para definir la histo- cretas”, o “Cristal”. Hoy pasaría por iluso
ria de occidente reciente utiliza el término quien pretenda preguntar por El Conde de
“Auschwitz”. Monte Cristo, lo correcto sería preguntar
Aun cuando lo postmoderno en lo so- por el último chiste del “Conde del Guacha-
cial es muy posterior a la aparición del ro”. El saber se trivializa y de los metarre-
postmodernismo como estilo artístico y ar- latos pasamos al palimpsesto, los discursos
quitectónico, por la vía de Lyotard se inclu- acerca de lo banal, e incluso a reflexiones
ye la connotación referida a los estilos de sobre temas sin el menor sentido eufemís-
arte. Esta visión deviene en el denominado tico, aparecen títulos como: La merdonité
populismo estético. La estética postmoder- (Leiris, 1988), La importancia de hablar
na se trivializa en un populismo estético, mierda (Buenaventura, 1995) o La Historia
“las posiciones posmodernistas en arqui- de la mierda como nos la refería Juan Ma-
tectura son inseparables de una implacable nuel Santana.
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Este populismo estético termina hacien- cer la función sexual sino cómo identificar
do la reivindicación de lo efímero frente a la masculinidad y la feminidad. La función
los grandes saberes y metarrelatos, la expe- sexual se ha diluido entre la infinidad de fe-
riencia banal frente a la experiencia científi- tiches que presenta la industria publicitaria,
ca. Entre las vertientes de la cultura postmo- fetiches asexuados e indiferentemente uti-
derna postestructuralista destaca la de corte lizados para ambos sexos, o el tercer sexo
superindividualista, la cual diversifica las según sea el caso. La ropa íntima ya no es
posibilidades de elección y liquida las fron- exclusiva para un género sino que puede ser
teras morales de la Modernidad, minando utilizada indistintamente, un Calvin KLein
los sentidos únicos y los valores superiores. puede ser intercambiado sin el menor pu-
Magnifica el elogio del vicio, e incluso la dor.
virtud se encuentra en el amoralismo: “del La problemática del género ya no co-
cogito ergo sum al coito ergo sum. La cuer- loca la realización de la sexualidad en el
polatría, se traduce en la expresión cheli ya encuentro con el Otro, sino en el encuentro
decadente ‘demasié p’a body´. Una especie con el fetiche. Incluso el Otro como dife-
de narcisismo del músculo define a la vez la rencia en la relación interpersonal también
obsesiva preocupación nutricionista, y una es sublimado por prototipos publicitarios
nueva manía de efebato produce de esta que en gran parte transpiran conductas
guisa (y en este guiso) sustanciosos bene- asexuadas. Los símbolos ya no son inspira-
ficios a los gimnasiarcas que explotan tan dos por los valores trascendentales de todos
acusada vocación física” (Díaz, 1985:21- los tiempos sino por mutantes generados
22). Nuestras ciudades lucen grafittis con por la tecnología.
una invitación sostenida: “a Q, a Q que el El cuerpo sexuado está sometido a una
mundo se va acabar” manifestaciones de la especie de destino artificial. Y este destino
cultura ligth que invita a una práctica soste- artificial, es la transexualidad. Transexual,
nida de lo dionisiaco y narcísico. en principio, no en el sentido anatómico
La dinámica social atravesada por la sino en el sentido más general del travestis-
atmósfera posmoderna genera transforma- mo, del juego sobre la conmutación de los
ciones no sólo de forma sino de fondo que signos del sexo.
afectan la lebenswelt, (mundo de la vida Parece que hoy el destino del cuerpo es
cotidiana) en particular la performatividad el de transformarse en prótesis, pues ha sido
de los códigos semióticos que definieron la decretada la cuenta regresiva a cada una de
sexualidad en la Modernidad. Los valores las partes del cuerpo para ser reemplazadas.
que definieron la sexualidad masculina y El milagro ya no es de la Providencia Divi-
femenina hoy se encuentran desplazados na sino tecnológico. Somos mutantes bioló-
de su centro de gravedad, pareciera que la gicos en potencia, el ejemplo clásico es Mi-
moda de lo travesti se impone sin prisa pero chael Jackson, un personaje perfectamente
sin tregua. La cultura comercial, y en espe- artificial, pero al mismo tiempo el inocente
cial los shows cómicos, centran el humor en y puro a quien le está permitido transgredir
la degradación de los valores que definieron las normas sociales; andrógino de la nueva
la sexualidad convencional; en ese sentido, generación.
se presenta la conmutación de los códigos El derrumbe de los valores tradiciona-
externos entre el hombre y la mujer. les, decretado por Nietzsche, trajo como
La problemática del género sustituye a consecuencia un proceso de degradación
la del sexo, el problema fundamental de los de los códigos sexuales tradicionales so-
sexólogos ya no es el estudio de cómo ejer- bre los cuales se fundaba la masculinidad
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el papel de cliente ante una variada oferta Luego apareció: La religión en la ciu-
religiosa, dentro de las que podrá elegir la dad secular, 1982. Cuyo subtítulo _hacia
que más le guste y además podrá practicar una teología postmoderna- hace justicia al
con sincretismo. tema. En la Introducción, el autor nos ex-
En la época del racionalismo la fe se plica su punto de vista: “entramos en una
identificaba con una aceptación intelectual nueva era que algunos califican de postmo-
de las creencias, nos enseñó que si Dios no derna. Nadie sabe exacta¬mente a qué se va
pasaba por la alcabala de la razón entonces a parecer. Pero una cosa parece cierta: más
no tenía entrada en lo humano. La religión que una época de secularización larvada y
tuvo que presentarse con el ropaje de la de declive religioso, será una era de reno-
ciencia, por eso se habla de Ciencias de la vación religiosa y de retorno de lo sagrado”
Religión, como una forma camuflada para (Cox, 1992).
que el hombre moderno no la desprecie. Junto a la proposición de Harvey Cox,
El teólogo postmoderno es Harvey Cox. se encuentran teólogos como Hans Kuhn,
Desde su primera obra La Ciudad Secu¬lar futurólogos como John Naisbitt y Patricia
(1968) hizo estremecer el mundo ortodoxo, Aburdene, Alvin Toffler y Peter Drucker,
al afirmar que “el mundo moderno adquiere filóso¬fos e intelectuales de reconocida va-
cada vez más un rostro secular. Las épocas lía mundial: Iris Mur¬doch, Gianni Vattimo,
en que religión y política constituyeron Mc Ewan, José Monleón, Juan Goytisolo y
una unidad parecen haber quedado atrás. Rossana Rossanda. Todos han hablado de
¿Quién se atrevería hoy a soñar con el viejo Dios y de religión desde la aconfesiona-
ideal medieval del ‘sacro Imperio’ o siquie- lidad. Les preocupa la prospectiva de una
ra en la posterior, y mucho más modesta, sociedad sin religión, p.e. Gianni Vatti¬mo,
‘Santa Alianza’ entre el Altar y el trono?. otro de los filósofos en la cresta de la cele-
Un proceso incesante de secularización, bridad, declaró sin ambages: ‘ Me interesa
es decir, de emancipación de la actividad cada vez más la reli¬gión’. Rossana Ros-
social y política del hombre de los tradi- sanda llega a decir a su interlocu¬tor: ‘Le
cionales contenidos religiosos que la de- va a extrañar que yo, no creyente, le diga
terminaron en otras épocas, está en marcha que hoy prefiero escuchar a ciertos monjes
más o menos rápida en todas partes.” (Cox, benedictinos, amigos míos, que a muchos
1965:5) de los nuevos políticos.’ (Infiesta, 1993)
Luego, publicó Fiesta de Locos (1969), Al interno de la Iglesia Católica tam-
donde afirmaba que en el mundo actual hay bién la postmodernidad, en tanto que at-
una brecha entre los que quieren cambiar mósfera civilizacional, ha merecido su
el mundo y los que se dedican a cantar la análisis. En Santo Domingo, República
alegría de vivir. Si bien es verdad el autor Dominicana, con ocasión de la VI Confe-
lo dijo en su momento para diferenciar rencia General del Episcopado Latinoame-
entre los fines de dos generaciones: la del ricano, expresó: “aunque realidad pluricul-
mayo francés y el movimiento hippie; hoy tural, América Latina está profundamente
podríamos parafrasearlas para diferenciar marcada por la cultura Occidental (...) De
entre modernos y postmodernos. aquí que han producido en nuestro modo de
En La seducción del Espíritu (1973), ser la cultura moderna y las posibilidades
acota que “ la religión se extiende mucho que nos ofrece ahora su período postmoder-
más allá de las Iglesias”. Expresión que sin no. La cultura moderna se caracteriza por
duda alguna anticipa el cambio postmoder- la centralidad del hombre; los valores de
no en materia teológica. personalización, de la dimensión social y
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Así por ejemplo, desde que apareció The sacado del anonimato por el gobierno boli-
I Ching of Management como un manual viano; Ayn Rand (heroína de los derechos
para orientar a los gerentes y administrado- libertarios en los Estados Unidos); Milton
res en el espíritu taoista, se generó una olea- Friedman (padre del monetarismo) creador
da que busca orientar los negocios partiendo de la Escuela de Chicago y campeón de la
de la conformación del yo interior, porque libre empresa; Lee Kuan Yew (Gurú de los
“la carrera del gerente moderno presenta autócratas del Este de Asia), plantea que “
muchos obstáculos, peligros y escollos en el desarrollo económico y la libertad po-
el camino del éxito y la auto-realización. lítica por lo general son incompatibles”;
El agotamiento, la familia y los problemas George Soros (especialista en el mercado
maritales, el abuso de drogas y la reducción monetarista) conocido como el hombre que
de la vida, resultado del estrés, son algunos quebró el Banco de Inglaterra; Tom Peters
(gurú gerencial más famoso del mundo),
de los peligros al yo que enfrenta el gerente.
hoy cobra hasta 50.000 dólares por confe-
(...) El Tao permite al gerente aprovechar sus
rencia, su último trabajo Thriving on Caos
recursos internos en su camino al éxito ver-
lo convierte entre los primeros en escribir
dadero, el logro humano y la satisfacción” sobre la caótica y su impacto en el mundo
(Sadler, 1997:4). Afirmaciones de este tipo de los negocios; Octavio Paz (poeta mexi-
fueron rechazadas por la ortodoxia del pen- cano) de meritorios aportes al campo de la
samiento gerencial, sólo hoy son aceptadas política y la literatura; Nicolas Negroponte
y dadas a conocer, clara evidencia del cien- (informático dedicado a la telefonía digital)
tificismo construido sobre la base del pen- se le ha comparado con Mc Luhan, el gurú
samiento autocrático de la Razón Ilustrada. más famoso en el campo de la tecnología de
Alguien consustanciado con el viejo los medios de comunicación; hasta Sathya
modelo pensaría que es una perogrullada Sai Baba santón hindú que realiza milagros
que cada corporación tenga su propio filó- y es admirado por millones de personas en
sofo, pero no es así. La Ford tiene su filó- el mundo gracias a sus dones paranormales.
sofo, las grandes corporaciones tienen entre Como hemos podido ver la postmoder-
sus asesores a filósofos; el ejemplo más nidad ejerce transformaciones sustantivas,
descollante es el filósofo Francis Fukuya- sin embargo se requiere profundizar más
ma quien además de ser director adjunto de sobre los cambios que genera a fin de plan-
planificación política en el Departamento tear una opción situada en/desde América
de Estado, es asesor residente de la Corpo- Latina. El fenómeno sigue siendo poco ana-
ración Rand, en Washington, D.C. lizado, sobre todo si lo comparamos con la
No es por banalidad que hoy se hable extensa bibliografía producida en el campo
de los “gurúes del mundo” para señalar de las Ciencias Sociales y Humanísticas a
que son quienes precisamente lo mueven, nivel mundial.
desde políticos, economistas, catedráticos Impera integrar sinérgicamente los es-
universitarios, estadistas, hasta poetas, fi- fuerzos en líneas de investigación acerca de
lósofos y santones. Podemos mencionar las prácticas emergentes y no simplemente
conformarnos con ser espectadores o sepul-
desde Vaclav Havel (político, mandatario
tureros del acontecimiento.
checo) quien fuera llamado el nuevo prínci-
En la última década se registra un li-
pe-filósofo rememorando aquella máxima
gero incremento de la producción histo-
de Platón según la cual los filósofos debe- riográfica sobre el tema. Pero muchas de
rían ser quienes gobiernen la Polis; Jeffrey esas producciones teóricas siguen influen-
Sachs (Académico del Departamento de ciadas por tendencias históricas lineales
Economía de la Universidad de Harvard)
y únicas, sin tener en cuenta las prácticas
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