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Universidad De Los Andes

Facultad De Medicina

Escuela De Enfermería

Unidad Curricular-Sexualidad

LA SEXUALIDAD EN EL SIGLO

XXI

Docente: Participante:

Jackson Lenno Rojas Freimar Flores

CI. 28.157.825
Ciertamente estamos en el siglo XXI. Ha habido a lo largo de nuestro proceder grandes
progresos. El hombre ha construido y desarrollado una sociedad meramente tecnológica e
industrial; logros como el llegar a la Luna o a Marte son muestras de ello. Como sabemos
hablar sobre este tema es algo netamente normal en esta era, por el contrario, cuando nos
referimos a la sexualidad y todo el universo que ella abarca se tiende a causar controversia,
así como ese cierto recelo hacia ella y por supuesto a la persona que lo trae a discusión, como
si no fuera una manifestación propia del individuo, la pareja y la sociedad finalmente. Todo
esto consecuencia de la ausencia de una educación sexual, formada desde el ámbito familiar.

Ahora bien, para ilustrar mejor la presente síntesis, en donde abarcaré ciertos puntos de
cómo es la sexualidad en el siglo XXI debo definirla realmente y no me parece más preciso
que plantearla de la hermosa manera que lo hizo Pelayo (2008): “La sexualidad es parte
indisoluble de la vida misma, de su creación, del devenir de los hombres y mujeres como seres
sexuados. Es una fuente inagotable de comunicación, erotismo y ternura. Trasciende la
procreación, siendo una manifestación que enriquece las relaciones interpersonales,
poniendo nuestra intimidad, contacto y todos aquellos vínculos emocionales y afectivos en
conexión con el otro” (p.53). Sin embargo, no podemos reducirla únicamente a estos lazos
interpersonales, ya que la sexualidad va más allá de lo biológico, ella se completa con nuestra
espiritualidad y nuestras emociones. Por lo tanto, es una compleja manifestación vital, que
no debe reprimirse en ningún aspecto de la vida de una persona.

No es fantasía afirmar que la sexualidad a lo largo de la historia ha estado acompañada de


mitos y tabúes debido a su carácter “íntimo y privado” lo que ha provocado que sea percibida
en muchas ocasiones como algo que debe dejarse a la espontaneidad y bajo ninguna
circunstancia ser educada.

Vuelvo a decirlo hay una progresión histórica que nos lleva al presente. El pasado inmediato
que tenemos, la sexualidad de nuestros padres que obviamente era un tabú, en el que se
acostumbraba a decir “de eso no se habla”, pero que hoy tiene una atracción mágica.

Yo observo por ejemplo en los medios de comunicación, programas, donde el protagonista es


un homosexual u otro integrante de la comunidad “LGBTQ” (Son iniciales de palabras que en
años recientes se han utilizado para denominar de forma inclusiva a todos los individuos y a
las comunidades que se identifican como lesbianas, gay, bisexuales o transgénero o
aquellos/as que tienen dudas acerca de su sexualidad y/o identidad de género), en donde el
objetivo principal es el de educar a la sociedad acerca de las practicas normales de su vida y
como son discriminados por el resto de la sociedad que no pertenece a esta denominación.
Estos mismos participan en reportajes de los noticieros llevando un mensaje de la no violencia
hacia ellos, ya que a diario se ven homicidios y suicidios de los mismos, debido a esa presión
social y la concepción errada que tenemos hacia ellos, muchas personas por ejemplo los
llaman enfermos mentales, así como también los consideran perjudiciales para las
generaciones procedentes. De una manera silenciosa pero latente este problema ha atacado
fuertemente a esta comunidad, pero se ha marcado más en este siglo, puesto que el acceso
a las nuevas tecnologías y por consiguiente a la creación de diversas redes sociales que han
traído como consecuencia una especie de acoso o violencia digital, donde personas de
cualquier índole creen que poseen el derecho de violar la privacidad y la intimidad de sus
semejantes, asimismo promueven campañas de odio y exclusión dirigidas a la comunidad
LGBTQ.

Una sexualidad del siglo XXI sería aquella que incluye la diferencia. Pero como hemos
presenciado en la vida cotidiana, parece que existe una dificultad en aceptar las diferencias.
Vivimos en una sociedad que demoniza las diferencias, se pretende un mundo globalizado
donde todos seamos iguales, todos cortados por el mismo patrón.

Retomando el acoso digital, el mismo no termina allí, también ha surgido una nueva moda
que es promovida desde los adolescentes hasta adultos mayores, y no es más que el
denominado sextting o sexteo, cuya finalidad es enviar mensajes, fotos y videos sexuales,
eróticos y pornográficos a través de móviles y ordenadores. Es un peligro inminente que esta
atacando a la sociedad de manera masiva ya que promueve la promiscuidad, la infidelidad,
las violaciones sexuales y el embarazo.

Por otro lado, he podido apreciar programas de humor en donde siempre aparece un chiste
en tono sexual, en las películas y programas infantiles los personajes promueven la practica
libre de la sexualidad, etc. Por todas estas cosas la sexualidad sigue siendo algo así como un
tabú y muchas veces es vista como un misterio, por tanto, no se toma con naturalidad y esto
irremediablemente trajo consecuencias.
Vivimos en un gran descontrol, en donde existe una gran cantidad de embarazos no
planeados en adolescentes y sigue creciendo el porcentaje en forma alarmante, porque no
están lo suficientemente maduros emocionalmente para la paternidad o maternidad, pero
igual siguen procreando de una forma totalmente accidental donde la victima es el hijo que
viene de manera improvista que no es querido, ni amado, ni buscado, es mas bien una carga
que se ha impuesto. De esta manera el suicidio adolescente crece en forma alarmante y nadie
da cifras de esto, algunos lo resuelven hablando con sus padres y otros quitándose la vida.

Han resurgido las enfermedades venéreas o infecto-contagiosa que se suponían ya superadas,


pero que hoy vuelven a ser un problema.

Se multiplican además los crímenes de tipo sexual, y ni hablemos del sida, porque ya
entraríamos en un tema muy trillado.

Debido a esta situación es fundamental señalar lo siguiente, en la parte sexual tenemos que
entender que los valores son fundamentales, por tanto, si los gobiernos quieren poner leyes,
tienen que recurrir a las autoridades intermedias o a las instituciones que tienen que ver con
la ética y la moral para pedirle a ellas que implementen dichos programas de educación,
porque son ellas las que hablan de valores. Los gobiernos en América Latina y en el mundo
no pueden hablar de valores porque lamentablemente son muy deficitarios.

No son los docentes quienes pueden dar educación en valores, yo creo que el gran educador
es la familia, lo que marca que lo que abunda es la familia ausente.

Finalmente, puedo decir que las cuestiones morales, ideológicas y de la propia constitución
del sujeto, son las que determinan la sexualidad humana y su proceder en el tiempo. Debemos
tener una sexualidad alternativa en donde seamos nosotros mismos dueños de su
construcción, teniendo en cuenta que esa libertad debe ser responsable para forjar un destino
que propicie diversas opciones que permitan vivir de la mejor manera posible. Por tanto, para
que la sexualidad se desarrolle adecuadamente es necesaria la integración permanente y
sistémica de todas las instituciones y organismos que influyen en este proceso para garantizar
la permanencia de los valores que se pretenden formar. Así como el papel fundamental que
cumple la familia en cuanto a dicha formación.

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