Sunteți pe pagina 1din 17

Autor: Karla Bravo Leal

 El Clero en la Provincia de Michoacán de la Nueva


España en los siglos XVI y XVII

La etapa comprendida entre los siglos XVI al XVIII representa para la Historia
de México, un momento de transformación, de reconstitución, de
replanteamiento de la identidad y de la libertad para los mexicanos.
Es el clero quién llevará a cabo la mayor parte de los cambios, razón por la
cuál durante estos tres siglos la Iglesia Católica adquirirá un papel decisivo en
la construcción del Virreinato.

Los primeros años son fundamentales, dentro de estos, cabe reconocer la labor
de muchos de los evangelizadores quienes trataron de promover el trato digno
y justo de los pobladores originarios viéndolos como iguales y no como
bárbaros. De la misma forma, muchos misioneros estudiaron y comprendieron
los diversos ritos y dioses paganos a los que se les rendía culto y por
contradictorio que parezca, gran parte de la información sobre el mundo
precolombino se encuentra en escritos realizados por estos religiosos. 1
El clero será el que otorgue “salud espiritual” tanto a los mexicanos como a los
españoles recién llegados, por lo que su labor será inmensa. Tratarán de llevar
la nueva fe a las poblaciones más alejadas, en su intento construirán caminos,
nuevos poblados, iglesias, conventos, haciendas que serán el testimonio mudo
del andar de los evangelizadores y misioneros.

 Inicio de la Tarea Evangelizadora: Llegada de las órdenes Monásticas a


la Nueva España.

Al llegar Cortés a la Nueva España lo acompaña el religioso mercedario Fray


Bartolomé de Olmedo; primer evangelizador en llegar a nuestro país. Él será el
primero en difundir la nueva fe entre los indios, así como de iniciar la tarea de
conversión a través del bautismo y del estudio de las leyes de la Iglesia.

1
Christian Duverger. La Conversión de los Indios de Nueva España. Con el Texto de los
Coloquios de los Doce de Bernardino de Sahaghún (1564). FCE. México 1996
Cortés se encuentra obligado a propagar la fe cristiana, pues desde la
promulgación de la bula Inter caetera en 1493 la conversión de los indios se
convierte en una obligación jurídica.

Durante los primeros años es el clero secular quien arriba a las costas de estas
nuevas tierras. Comienzan a dispersarse a través del territorio tratando de
lograr adeptos al catolicismo.
En 1523 llegan a México los primeros franciscanos: Juan de Ahora, Juan de
Tecto y Pedro de Gante 2 . Este último será quien inicie una verdadera labor
evangelizadora, ya que los otros dos frailes morirán durante una expedición al
poco tiempo de haber llegado a estas nuevas tierras.
Pedro de Gante decide aprender una de las tantas lenguas nativas, el náhuatl,
de tal forma que pueda existir una verdadera comunicación y entendimiento
con los indios. Elige esta lengua debido a que era la más difundida entre los
indígenas. Sin embargo, los frailes franciscanos llegarán a aprender alrededor
de veinte lenguas.

Un año después, el 23 de junio de 1524, llega la primera misión franciscana,


con doce misioneros quienes fueron enviados por órdenes del Vaticano. Entre
ellos se encuentra Fray Martín de la Coruña, quién se encargará de evangelizar
a los indios de la zona de Michoacán.
Dos años después de la llegada de los franciscanos, desembarcarán en las
costas de la Nueva España los primeros dominicos, y será hasta 1533 que los
agustinos lleguen a estas tierras.

Los indios poco tardan en mostrarse ávidos de cristianización, construyendo


pronto las iglesias con las piedras de los santuarios prehispánicos. Esto debido
a que la religión de los indígenas a fines del s. XVI está muy fuertemente
mestizada y las costumbres, de hecho, se perpetuaron en el interior mismo del
culto católico 3 .

2
Los nombres de estos religiosos fueron hispanizados, léase: Historia General de México.
Tomo I. El Colegio de México. México, 1997. pp. 328
3
DUVERGER, Christian. La Conversión de los Indios de Nueva España. Con el Texto de los
Coloquios de los Doce de Bernardino de Sahún (1564). FCE. México 1996. pp. 10
Uno de los primeros Tlatoanis en recibir voluntariamente el bautismo será
Ixtlixóchitl. Él recibirá el bautismo como una forma de sellar su amistad con
Cortés, recibiendo el nombre de Hernando; obligando él mismo a su madre
Yocotzin, a adoptar al catolicismo como su nueva religión; cambiando su
nombre al de María. Otro ejemplo, es el de Tangaxoan 4 jefe tarasco, quien
después de conocer a los franciscanos en la ciudad de México, reclama el
bautismo y suplicó a Fray Martín de Valencia que le enviara a algunos frailes
para evangelizar su reino. Será a Fray Martín de la Coruña a quien se le confíe
la misión de Michoacán. Seis meses después el convento de Santa Ana
Ynixurin en la ciudad de Tzintzuntzan será una realidad. 5

Las fundaciones monásticas se establecieron principalmente en zonas o


centros indígenas importantes, como lo son el Valle de México y Puebla. No
obstante, el deseo de llevar la tarea evangelizadora a toda la Nueva España
lleva a los religiosos a asentarse en zonas más alejadas cuya vegetación y
abundancia de agua facilitaba su vida. El reparto geográfico de las
fundaciones estuvo condicionado por el afán de abatir al paganismo en sus
centros más importantes. Para lograr tal efecto los religiosos se instalan en los
lugares de adoración o gobierno de mayor importancia. 6
En todos los lugares donde se crearon formas bellas en el pasado florecieron
poblaciones densas cuyo único recuerdo es, a menudo, una sobreproducción
de monumentos o un exceso de artefactos domésticos. 7

Los primeros religiosos en llegar a tierras Michoacanas son los de la orden de


San Francisco, después los Agustinos, Dominicos, Carmelitas, Jesuitas y por
último, los Mercedarios. Los agustinos junto con los franciscanos se asentarán
en las zonas lacustres situadas sobre el Eje Volcánico. Eligiendo centro
importantes como Tzintzuntzan, Cuitzeo, Tiripitío, Valladolid, Zinapécuaro,
Zacapu, etc. 8

4
Su nombre en náhuatl es Caltzontzin.
5
DUVERGER, Christian. Op. Cit. pp. 105
6
RICARD, Robert. La Conquista Espiritual de México. FCE. México 2005. pp.265
7
KUBLER, George. Arquitectura Mexicana del siglo XVI. FCE México 1982. pp. 33
8
Más información al respecto: VÁZQUEZ, Vázquez Elena. Distribución Geográfica y
Organización de las órdenes Religiosas en la Nueva España. Siglo XVI. UNAM. México 1965.
El Papa León X otorgará a estas primeras misiones privilegios, pues “cedía a
las ordenes mendicantes su autoridad apostólica en cualquier sitio donde no
hubiera obispos o donde se encontraran éstos a mas de dos jornadas de
distancia. (…)
(…) Estos años de acción independiente de cualquier autoridad seglar estarán
en el origen del surgimiento de serios conflictos de autoridad que enfrentarán,
años después, a las órdenes religiosas y a las autoridades episcopales.” 9

Las órdenes religiosas fueron dejando a su paso el testimonio inmóvil del


proceso de evangelización en México, o como lo llamará Robert Ricard, la
conquista espiritual.
Ese testimonio silencioso son los monasterios, iglesias y conventos que
dejaron a su paso y que hasta el dia de hoy podemos apreciar. La orden
franciscana, por ejemplo, levantó vastos conventos tipo fortaleza, pero de
austera arquitectura, esto debido a que la pobreza es un requisito para las
cosas de culto, no sucederá lo mismo con los agustinos y demás órdenes
religiosas. El convento del siglo XVI, a parte de su fin primario, tenía dos
propósitos, servir de fortaleza en caso dado, y de refugio para los españoles en
caso de levantamiento por parte de los indígenas. 10 Las revueltas y
levantamientos fueron sucesos comunes durante el inicio de la tarea
evangelizadora, es por esto que se cree que los conventos integran elementos
militares dentro de su arquitectura, no obstante, la mayoría de los elementos
arquitectónicos visibles en Nueva España fueron trasladados desde la
Península Ibérica. Por lo que hace pensar que en realidad fueron elementos
ornamentales y no defensivos. Estas construcciones son el legado que hoy nos
corresponde cuidar, preservar y difundir.

Existen diversos documentos que narran y describen a la provincia de


Michoacán durante los siglos XVI, XVII y XVIII. La mayoría de los cuales
fueron escritos por las órdenes religiosas que se asentaron en estas tierras.

9
Historia General de México. Tomo I. El Colegio de México. México, 1997. pp. 328
10
RICARD, Robert. La Conquista Espiritual de México. FCE. México 2005. pp. 265
Los franciscanos son empujados por la orden de Fray Francisco de Ocaña,
comisario general de las Indias en la corte madrileña, quien pide a todas las
provincias franciscanas redactar crónicas que detallen la vida cotidiana, lo
acontecido y construido en aquellas provincias de la Nueva España. 11

Existieron viajeros extranjeros o mexicanos que quedaron asombrados por la


magnificencia de estas tierras, no solo por su gran abundancia en aguas y
terreno fértil, sino también por las magnificas construcciones que encontraron a
lo largo de la Provincia de Michoacán. Fue por esta razón que muchos de ellos
escribieron sus impresiones, por ejemplo Juan Bautista Moles, dejándonos el
legado de las Crónicas, lo que hoy nos permite reconstruir parte de la
distribución de los poblados y de la vida cotidiana.

La arquitectura en la Nueva España comienza a surgir desde los primero


asentamientos definitivos en estas tierras. Los conquistadores trajeron consigo
su propio estilo: el plateresco, el estilo artístico por excelencia de España, y
será así que comience a difundirse a través nuevo continente, adaptándose y
reinterpretándose conforme las circunstancias lo requieran.
Fue de hecho, el primer estilo artístico europeo al que se enfrentaron los
artífices indígenas para interpretarlo y por tanto, el primer estilo colonial de
América. 12

 Crónica de un religioso en Michoacán: El Tata Vasco

El religioso más reconocido y querido en estas tierras es sin lugar a dudas


Vasco de Quiroga, o llamado cariñosamente, El Tata Vasco.
El obispado de Michoacán fue escenario de notables experimentos sociales, el
mayor de ellos quizá realizado por Don Vasco de Quiroga. En las comunidades
que él fundó y en otras que se vieron influenciadas por sus ideales se

11
Un ejemplo de estas crónicas es la de Alonso de la Rea. Véase: REA, Alonso de la, Fray.
Crónica de la Orden de N. Seráfico P. S Francisco. Provincia de S. Pedro y S. Pablo de
Mechoacán en la Nueva España. Int. Patricia Escandón. El Colegio de Michoacán. Zamora,
México. 1996.
12
GONZÁLEZ GALVÁN, Manuel. Arte Virreinal en Michoacán. México 1978. pp. 65
dedicaron a difundir la fe cristiana y a tratar de encontrar la perfección dentro
de su nuevo estilo de vida.

Quiroga nace en Villa de Madrigal, España en 1470. Durante su estancia en


España se dedicó a la abogacía.
En 1530 fue designado miembro de la Segunda Audiencia de México, por
recomendación del arzobispo de Santiago, Juan Tavera y los miembros del
Consejo de Indias. Parte de Sevilla en 1530 y llega a la Nueva España en
1531.
En 1533 Quiroga visita junto con la comisión de la Real Audiencia el Reino de
Michoacán, durante su estancia en esas tierras se da cuenta de la situación en
la que se encuentra la gente michoacana y comienza a buscar la forma de
ayudar. Coincidentemente desde esa fecha ya se trataba de erigir un Obispado
en Michoacán que fuera totalmente independiente al de la Ciudad de México.
En 1537, su Majestad le presenta para obispo de aquella provincia, se le
despacharon Bulas en virtud de las cuales don Vasco de Quiroga fue
consagrado al año siguiente en México por Zumárraga.

Interesado en la situación social y religiosa en la que encontró a los indios


tarascos 13 , Vasco de Quiroga llega a Michoacán con un proyecto nuevo y
diferente a los aplicados anteriormente en otras comunidades indígenas,
elemento que será el diferenciador entre el Michoacán Colonial y los demás
estados de la República.

Dotado de espíritu profundamente cristiano y de sólida formación jurídica,


Quiroga penetró también, ya en edad madura, en la ideología renacentista que
sirvió para ampliar su criterio y dar a sus iniciativas un valor ejemplar de
verdadero humanismo. 14

Es sabido, que una de las principales influencias escritas en Vasco de Quiroga


es el libro titulado De Optimo Reipublicae Statu Deque Novo Insula Utopia, de
Tomás Moro. Las ideas principales planteadas en este libro fueron retomadas
13
Debido al maltrato del que habían sido víctimas por parte de tres oidores anteriores: Nuño
Beltrán de Guzmán, Juan Ortiz de Matienzo y Diego Delgadillo.
14
MARTIN, Norman F. (1957), “Don Vasco de Quiroga y los Pueblos-Hospitales de Santa Fe”
en Los vagabundos en la Nueva España. Siglo XVI, México,1957, Editorial JUS, pp.140
por Quiroga; pero de una manera realista, es decir; logró ver más allá del la
imaginación y de lo hipotético llegando a trasladar sus ideales y las de Moro a
la Nueva España, y a las necesidades de sus habitantes, los indios. No
obstante, aunque haya creado una nueva forma de evangelización, durante
todo el proceso que llevó a cabo el Tata Vasco, nunca se separó de sus
creencias y convicciones religiosas.

Emprendió su marcha para la capital de Michoacán acompañado de un


escribano, un alguacil y algunos intérpretes y llegando a Tzintzuntzan,
valiéndose de don Pedro de Cuitanángari, hizo llamar a los principales señores
y caciques de Michoacán, ponderándoles la importancia de los negocios que
con ellos iba á tratar y de las grandes ventajas que a ellos y a todos los
naturales del país resultarían aquellas conferencias. 15

Para lograr su cometido, Vasco de Quiroga fundó los Pueblos-Hospitales de


Santa Fe, ubicados en la Laguna de Pátzcuaro, dentro de la Provincia de
Michoacán.

Y como la experiencia de Santa Fe estaba demostrando que la calidad de los


indios que ahí acudían eran la pobreza, la dispersión, la enfermedad y el
desamparo, Vasco de Quiroga calificó estos pueblos como hospitales. Nombre y
realidad que haciéndose vivo eco de las obras de misericordia, los ligaba a una
larga tradición, en el más amplio sentido de la palabra hospital. Nombre y realidad
que los protegía con privilegios que a tales instituciones solía concederse.
Todo el pueblo es hospital; todos sus habitantes fueron ahí hospedados, aprenden
la hospitalidad y son hospitalarios, “consolando al triste, socorriendo al pobre,
curando al enfermo y enseñando al que no sabe y animando al que teme”. La
respuesta de fe a la predicación cristiana no se limita ahí a la repetición de un
catecismo, que también lo había 16 .

Él pensaba que los indios eran puros por naturaleza y que, por el contrario de
lo que muchos en su época pensaban y creían; el contacto con los españoles
los perjudicaba. De tal forma que al crear estos Pueblos-Hospital limitaba el
contacto con los peninsulares, evitaba el pago de tributos y encomiendas,
logrando así, evangelizar y educar de mejor forma a los indios.

15
RIVA, Palacio Vicente. México a través de los Siglos. Tomo II. Editorial Cumbre. México
1980. pp. 223.
16
Vasco de Quiroga: Educador de Adultos. Editores, Centro de Cooperación Regional para la
Educación de Adultos en América Latina y el Caribe (CREFAL) (Michoacán, México)
El Colegio de Michoacán (Michoacán, México). México, 1984. En:
http://www.crefal.edu.mx/biblioteca_digital/CEDEAL/acervo_digital/coleccion_crefal/retab
los%20de%20papel/RP11/herrejon.pdf pp. 5
No existió discriminación alguna al formar la nueva comunidad de los Pueblos
de Santa Fe, pues todo aquel indio que quisiese formar parte del pueblo pudo
hacerlo.

Cada pueblo estaba integrado por unas seis mil familias cuyo gobierno y
administración se impartió de forma pareja. El padre y la madre regían a sus
familiares pero un jurado velaba sobre cada treinta familias y un regidor estaba
al frente de cada cuatro jurados. Había, además, dos alcaldes ordinarios y un
“tacatecle”, o sea un oficial de la administración indígena prehispánica.

Los padres de familia designaban a los magistrados por medio de elecciones y,


por encima de todos los oficiales, estaba un alcalde mayor o corregidor español
nombrado por la Audiencia, la que, en lo temporal, era el tribunal supremo.

Un “veedor” y un “principal” vigilaban y presidían a las “familias rústicas”, que


iban a vivir, por dos años, en los sitios de trabajo. 17

La gran mayoría de los michoacanos actuales son herederos de las


enseñanzas del Tata Vasco. Pues este religioso se encargó de enseñarles
varios oficios que hasta la fecha se siguen practicando, como es la elaboración
de instrumentos musicales, la escritura, lectura, agricultura y oficios
artesanales.

Don Vasco de Quiroga, buscando no sólo la cultura sino la alianza y estrechez


entre los pueblos de Michoacán y que unos necesitan siempre de la industria de
los otros sin hacerse ruinosas competencias, descubrió el medio sin duda más
acertado, aunque propio sólo de pueblos que están en la infancia de la civilización
y de la cultura, dedicando a cada pueblo exclusivamente á un arte u oficio. Y así
ordenó que en Capula sólo se trabajase el corte de madera, en Cocupao, pueblo
que hoy en honor suyo lleva el nombre de Quiroga, que se labrasen y se pintasen
cajas de madera con cierta clase de figuras; en Uruapan se fabricasen
exclusivamente jícaras (…) dándoselas una pintura y un barniz particular, cuyo
secreto conservan aún aquellos indios (…) pues nada hace perder el color y el
brillo, resistiendo sin alteración el agua á la más alta temperatura; en Teremendo
estableció la construcción del calzado; la música en Paracho; en Tzintzuntzan y
en Patamba la alfarería; en San Felipe todas las manufacturas de hierro y así en
muchos otros pueblos. 18

17
MARTIN, Norman F. (1957), “Don Vasco de Quiroga y los Pueblos-Hospitales de Santa Fe”
en Los vagabundos en la Nueva España. Siglo XVI, México,1957, Editorial JUS, pp.140-147
18
RIVA, Palacio Vicente. México a través de los Siglos. Tomo II. Editorial Cumbre. México
1980. pp. 226.
 Arquitectura Religiosa en la Provincia de Michoacán

La provincia de Michoacán el en siglo XVII, se encontraba al oriente limitada


por la del Santo Evangelio, hacia el poniente la de Jalisco o Guadalajara. Por la
zona sur, la costa de Zacatula 19 y por la zona norte la de Zacatecas. 20
Delimitada esta región, podrá observarse que la Provincia de Michoacán era en
verdad un área de gran extensión, incluyendo parte o la totalidad de otros
Estados de la República, como Colima. 21

Dentro de la arquitectura religiosa del siglo XVI existieron diferentes etapas


constructivas. La primera etapa estuvo conforma por las primeras fundaciones
de iglesias, en donde se realizaron trabajos temporales. Poco después de la
llegada de las ordenes mendicantes a estas tierras, inician los trabajos de
construcción de templos pero la falta de mano de obra impide que se proyecten
grandes iglesias. Por lo que se opta por materiales perecederos como el
adobe, más fácil de producir. Por lo tanto las dimensiones de estas primeras
iglesias son mucho menores a las construidas posteriormente con piedra.
La segunda etapa constructiva estará dada por el levantamiento definitivo de
los templos, es decir, la construcción de iglesias y conventos de piedra. Esta
etapa se dió a partir de 1530, cuando las ordenes mendicantes se asentaron
definitivamente en ciertas poblaciones y el número de religiosos se incrementó,
lo que permitía que se vigilara la construcción de las iglesias y conventos. La
mano de obra fue proporcionada por los nativos, muchos de los cuales fueron
enviados a la ciudad de México para recibir instrucción sobre métodos
constructivos y de acabados.
Los tipos de piedra utilizadas en la construcción de la mayoría de los edificios
civiles y religiosos durante el siglo XVI en México, fueron el tezontle y el tecali.
Esto se debió a la abundancia de canteras y a la resistencia de las piedras, así
como su bajo costo.
19
En la actualidad es el suroeste de Guerrero y parte de Michoacán.
20
Esta información se encuentra dentro del la Crónica escrita por Fray Alonso de la Rea.
Léase: REA, Alonso de la, Fray. Crónica de la Orden de N. Seráfico P. S Francisco. Provincia
de S. Pedro y S. Pablo de Mechoacán en la Nueva España. Int. Patricia Escandón. El Colegio
de Michoacán. Zamora, México. 1996.
21
De tal forma que el deseo de crear una ruta cultural turística sobre los pasos de los
evangelizadores, llevaría sin duda a la necesidad de incluir otros estados de la República. Por
esta cuestión se limitará a este estado de Michoacán, tal y como hoy se encuentra conformado.
El tipo de iglesia característico en México durante el siglo XVI es de una sola
nave y sin crucero. Los nativos desconocían las bóvedas, por lo que será hasta
1540 cuando comiencen a aparecer tanto en los edificios religiosos como en
los civiles. Las pocas iglesias completamente abovedadas pertenecen a la
segunda mitad del siglo XVI. También es evidente la escasez de ábsides.
George Kubler menciona que el uso de una sola nave dentro de las iglesias
construidas en este siglo denota la búsqueda de la sencillez por parte de los
religiosos. 22

Presencia de la Orden Franciscana en Michoacán

Michoacán durante la época colonial fue un territorio muy deseado por las
órdenes religiosas, debido a que sus tierras fértiles y abundantes en agua
sugerían que la vida en ese lugar sería próspera. Aunado a esto, las “tribus”
que las habitaban sugerían un reto a los evangelizadores, por lo que varias
órdenes llegan a establecerse definitivamente en este territorio, y los primeros
que lo logren serán los franciscanos.

La orden franciscana, fue la primera en adentrarse y empaparse de la cultura


tarasca. Estos primeros frailes aprendieron el idioma, conocieron las
costumbres, tradiciones y ritos de los indios, de tal forma que poco a poco
fueron moldeando ciertos aspectos y trasladándolos a la cristiandad.
Según Fray Tomás María Mamachi fueron los franciscanos los que arribaron a
las costas de Veracruz junto con Cristóbal Colón en 1492. 23
En algunos escritos se considera como el primer intento evangelizador en la
Nueva España, el que realizan Fray Francisco de los Ángeles y Fray Juan
Clapión en 1523. 24

La mayoría de los frailes franciscanos y agustinos se concentran en las zonas


situadas en el eje volcánico, ocupando de tal forma las cuencas lacustres de
Pátzcuaro y Cuitzeo. La progresión de la red conventual de las órdenes

22
KUBLER, George. Op Cit.
23
VÁZQUEZ, Vázquez Elena. Distribución Geográfica y Organización de las órdenes
Religiosas en la Nueva España. Siglo XVI. UNAM. México 1965.
24
Op. Cit. p.16
mendicantes es regular a todo lo largo del siglo XVI, y, a fines del siglo, se
cuentan unos 400 monasterios entre México y la América Central. 25
La abundancia de agua y la fertilidad de las tierras, así como el buen clima
fueron los factores determinantes para que se establecieran fundaciones
definitivas en esta zona. Esto también provocó que muchos de los frailes se
rehusaran a cambiar de sede. Lo que a su vez originó la construcción de
capillas de visita en pueblos alejados de los conventos principales. Cada cierto
tiempo un fraile debía visitar estas capillas para impartir misa y los
sacramentos.

Los franciscanos se organizaban en provincias a las que se subordinaban


custodias, es decir, las misiones fijas que contaban con pocos conventos 26 .
Desde su llegada los frailes franciscanos comienzan a construir sus
monasterios, pero de forma paralela a la construcción de éstos se edifican junto
a ellos un anexo con materiales ligeros destinado a servir de escuela 27 .
Las fundaciones franciscanas de Michoacán no pueden ser comparadas
siquiera con las iglesias menores de la provincia metropolitana, incluso con las
del extremo occidental, en Nueva Galicia. Los franciscanos sujetaron sus
pretensiones arquitectónicas a los recursos disponibles de la población local.
En las áreas de densa población era común que se edificara un templo de
bóveda o una basílica clásica. 28

El primer lugar donde existió un convento franciscano fue en la capital del


imperio tarasco, Tzintzuntzan, el convento llevará el nombre de Santa Ana.
Fue en este mismo sitio en donde, poco a poco, las actividades cristianas
fueron asimiladas, hasta que llegando un punto el mismo “rey” de Michoacán,
Sinzicha, decide ser bautizado por Fray Martín de Valencia, tomando así el
nombre cristiano de Francisco, en honor al fundador de la orden a la que

25
DUVERGER, Christian. La Conversión de los Indios de Nueva España. Con el Texto de los
Coloquios de los Doce de Bernardino de Sahún (1564). FCE. México 1996. pp. 110
26
VÁZQUEZ, Vázquez Elena. Distribución Geográfica y Organización de las órdenes
Religiosas en la Nueva España. Siglo XVI. UNAM. México 1965. pp. 46
27
Ibid., pp. 102
28
KUBLER, George. Arquitectura Mexicana del siglo XVI. FCE México 1982. pp. 37
pertenecía Fray Martín de Valencia. 29 Es por esto que Tzintzuntzan, debe ser
tomado como un punto clave en la ruta de evangelización franciscana, y que
además, las acciones realizadas en este lugar, darán oportunidad a otras
órdenes de repetirlas en los diferentes pueblos en que se van asentando.

Entre 1525 y 1531 se hicieron otras edificaciones de conventos como el de


Pátzcuaro, Acámbaro, Zinapécuaro, Uruapan, Tarécuaro. Se instalaron varias
residencias en Erongarícuaro, Guayangareo, Zacapu entre otras. La mayoría
de estos conventos eran en realidad modestas casas con capilla adyacente, sin
padre de residencia fija 30 .

Según los estudios de Manuel González Galván, en Michoacán, existen dos


corrientes paralelas dentro del mismo estilo arquitectónico conventual; una de
mayor envergadura académica, esto quiere decir, un plateresco culto que se
puede observar en los grandes conventos, por ejemplo los de Cuitzeo,
Copándaro y Tzintzuntzan, con sus ricas portadas y claustros donde aparecen
columnas abalaustradas o de tipo candelabro, y las más renacentistas en
Morelia, Charo, Zacapu y Zacán. 31 Existe además otra corriente que se
presenta en los conventos menores o “visitas” en las parroquias, iglesias de
hospitales o capillas de la sierra, que se dan en mayor medida dentro de la
orden agustina, la cual repartirá a lo largo del territorio michoacano numerosas
capillas de visitas, muchas de las cuales aún siguen en pie.

Los franciscanos llegan hasta Jalisco, fundando la provincia, y uniendo la de


Santa Ana, se fusionan en una convirtiéndose en la del Santo Evangelio.
Esta última, fue constituida en 1535 por el Capítulo General de Niza.
Posteriormente, ésta se divide en dos conformándose las provincias de los
apóstoles San Pedro y San Pablo de Michoacán.

29
Léase: REA, Alonso de la, Fray. Crónica de la Orden de N. Seráfico P. S Francisco. Provincia
de S. Pedro y S. Pablo de Mechoacán en la Nueva España. Int. Patricia Escandón. El Colegio
de Michoacán. Zamora, México. 1996.
30
VÁZQUEZ, Vázquez Elena. Op. Cit. pp. 53
31
GONZÁLEZ GALVÁN, Manuel. Op. Cit. pp. 66-67
Hacia 1606, según un recuento de la orden franciscana existían treinta y nueve
conventos de esta misma orden religiosa, únicamente dentro de la Provincia de
Michoacán. Para 1615, Torquemada realiza un recuento pero ahora del número
de iglesias existentes en la provincia de Michoacán y Jalisco, llegando a un
total de sesenta. 32
Fray Alonso de la Rea describe brevemente el cuidado con que los tarascos
mantenían sus Iglesias: La devoción y cuidado que tienen a su iglesia es
indecible; y así la tienen con el mayor adorno de edificios, sacristías, altares y
coro (…) 33

Otra de las poblaciones importantes, es el pueblo de Uruapan que fue fundado


por Fray Juan de San Miguel.
Se repartió la poblazón en sus calles, plazas y barrios, (…) dando a cada
vecino su posesión, mandando que desde luego hiciesen casas y huertas,
plantando de todas frutas, plátano, ate, chico zapote, mamey, lima, naranja,
limón real y gentil (…) 34 Una vez establecido el pueblo, Fray Juan de San
Miguel decide construir la iglesia.

La iglesia de Uruapan será de gran tamaño, suntuosa y adornada con retablos


y órgano. Además de iglesia el pueblo contó con un hospital.
La gran labor de Fray Juan de San Miguel no termina aquí, separó por barrios
al pueblo, instituyéndole a cada uno su fiesta y su santo patrón. En cada barrio
se construyó una capilla dedicada al santo respectivo. Según se menciona Fray
Alonso de la Rea 35 , cada capilla se encontraba en los remates de las calles,
mirándose unas a otras.

Por instrucciones de Fray Juan de San Miguel, en cada poblado de la provincia


de Michoacán se fundaron hospitales junto a los conventos, quedando en el

32
TORQUEMADA, Juan de, Monarquía indiana de los veinte y un libros rituales y monarquía
indiana, con el origen y guerras de los indios occidentales, de sus poblaziones, descubrimiento,
conquista, conversión y otras cosas maravillosas de la mesma tierra, 6 v., 3ª Ed., México,
UNAM, IIH, 1975-1983
33
REA, Alonso de la, Fray. Op. Cit pp. 141
34
REA, Alonso de la, Fray. Crónica de la Orden de N. Seráfico P. S Francisco. Provincia de S.
Pedro y S. Pablo de Mechoacán en la Nueva España. Int. Patricia Escandón. El Colegio de
Michoacán. Zamora, México. 1996. pp. 111
35
Op. Cit. pp. 112
siglo XVII, poco más de veinte. Pero será Vasco de Quiroga quien funde el
mayor de todos, el Hospital de la Concepción en la ciudad de Pátzcuaro.

Los lugares en donde se fundaron conventos franciscanos y que se encuentran


actualmente dentro del territorio del estado de Michoacán son los siguientes:
Jiquilpan (Convento de San Francisco); Tarécuaro (Convento de Santa María
de Jesús); Peribán (Convento de San Francisco); Tancítaro (Convento de la
Cruz Santísima); Uruapan (Convento de la Purísima Concepción);
Eronguarícuaro (Convento de la Asunción de María Santísima); Tzacapo
(Convento de Santa Ana); Purenchécuaro, hoy San Jerónimo; Tzintzuntzan
(Convento de Santa Ana); Pátzcuaro (Convento de San Francisco); Valladolid,
hoy Morelia (Convento de San Buenaventura); Tarimbaro (Convento de San
Francisco); Tzinapécuaro, Tzitácuaro (Convento de San Juan Bautista) y San
Pedro Tolimán.
Según George Kubler, en Michoacán se prefirieron conventos simples y
construcciones de vigas, en oposición al costoso sistema de bóvedas.
La orden franciscana tuvo oportunidad de ocupar toda la Nueva España, en
algunos puntos lo hicieron en forma definitiva y en otros solo en forma
transitoria. 36

Presencia de la Orden Agustina en Michoacán

La orden Agustina llega a la Nueva España después que la orden franciscana y


dominica.
Siete frailes zarparon de Sevilla el 3 de marzo de 1533 y llegaron el 22 de
mayo del mismo año a Veracruz. Su objetivo principal era el de ayudar a los
franciscanos y dominicos en la tarea de evangelización del nuevo continente.
En cuanto llegaron los agustinos a América, el obispo de la región Don Vasco
de Quiroga les asignó la predicación en las provincias de Tlalpa y Chilapa,
invitándolos a proseguir su misión en toda la Tierra Caliente de su obispado,
que comprendía buena parte del sur de la Nueva España. 37

36
VÁZQUEZ Vázquez, Elena. Op Cit. pp. 56
37
ZAMBRANO González, Ma. de los Ángeles. Capillas de Visitas Agustinas en Michoacán
(1537 – 1770) Edit. Univ. Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Morelia, Mich. 1999. pp. 40
Al llegar los agustinos se dan cuenta que tanto los franciscanos como
dominicos principalmente, habían extendido sus fundaciones a lo largo del
territorio mexicano por lo que solo quedaba irse asentando en los lugares que
habían dejado los demás religiosos.

La función de los conventos no fue siempre la misma, variaba dependiendo de


su ubicación y del número de personas que habitaban cerca de el. Por ejemplo,
un convento establecido en una comunidad pequeña no albergaba a más de
cinco frailes, a diferencia de uno ubicado dentro de una ciudad que albergaba
desde doce hasta cien religiosos. De la misma forma su función varía, algunos
estaban destinados a servir como casas de noviciado, otros como hospederías
o enfermerías y otros se encargaban de vigilar a los pueblos de los nativos.

Los agustinos establecieron su primer convento en Tiripitío, donde los


encomenderos locales, los hermanos Alvarado, ya les habían asignado unas
tierras. Los frailes enseñaron la carpintería, el tejido y la albañilería a los indios
e inauguraron una escuela para músicos y coristas, por lo que Tiripitío surgió
como “la escuela de todos los oficios para los demás pueblos de Michoacán”. 38
Los nativos aprendieron nuevas técnicas de ebanistería, tejido, construcción,
pesca, agricultura; pero manera paralela siguieron conservaron sus oficios y su
manera tradicional de trabajo.

La construcción de los conventos en el siglo XVI dependerá de la disponibilidad


de la mano de obra. En particular, la orden agustina será la que aproveche la
mano de obra local, lo que muchas veces terminó en explotación por parte de
los religiosos. Los indios se encargarán de la construcción de los enormes
conventos agustinos, aunque muchos de ellos morirán en el proceso, la
mayoría por enfermedad.

María de los Ángeles Zambrano menciona que la misión Agustina tuvo gran
trascendencia en la formación de una nueva cultura desde dos perspectivas
específicas, la organización del trabajo indígena y la promoción del estudio a

38
A. BRADING, David. Una Iglesia Asediada: el obispado de Michoacán, 1749-1810. FCE.
México, 1994. pp. 33
nivel superior. Esto se puede ver claramente en su arquitectura conventual
repartida a lo largo de la Provincia de Michoacán. Muchos conventos servían
como centros de estudios y de noviciado. Durante el periodo colonial, varios
naturales llegaron a tomar los hábitos, gracias a la instrucción recibida en los
conventos desde su niñez.

Los agustinos implantan una nueva forma de acercarse a los nativos, una
nueva forma de educarlos y evangelizarlos, mucho mas cercana a la parte
espiritual y por lo tanto más comprensiva en cuanto a sus costumbres y
tradiciones.

En cuanto a sus edificaciones, buscaron aligerar la carga y acortar el periodo


de construcción, esto lo lograron capacitando a sus trabajadores e importando
mano de obra de la Ciudad de México.
Su actividad constructiva se inicia a partir de 1533. Sus primeros edificios
fueron de pocas dimensiones, pues al igual que los franciscanos serán
construcciones temporales. Será hasta 1543 que aparezcan edificaciones
agustinas monumentales.
Es natural que los templos agustinos se diferencien de los franciscanos, debido
a que estos últimos buscaban la sencillez.
Dentro de las características arquitectónicas de esta orden se encuentra la
bóveda de nervadura que se reservaba para el presbiterio y el crucero,
mientras que la nave se cubría con bóveda de cañón. 39

Dentro de las características arquitectónicas que presentan los conventos del


siglo XVI, se encuentra la iglesia con características militares. Es decir, se
observan almenas y torrecillas, que generalmente son elementos decorativos.
Sus proporciones son sencillas y la simetría se encuentra presente a lo largo y
ancho de toda la construcción.
Las iglesias tienen por lo general cuatro vías de acceso, la fachada oeste es la
principal, otra orientada hacia el norte que da generalmente hacia un patio

39
KUBLER, George. Op Cit. P. 276
lateral, otra en dirección sur que da al pasillo del claustro o a las habitaciones
del convento y una última que da acceso al presbiterio. 40

La riqueza material y el florecimiento de esta orden mendicante se trasladarán


directamente a su arquitectura conventual. Ejemplo de esto son las
edificaciones realizadas en Tiripetío, Cuitzeo y Yuriria entre otros.

El total de conventos agustinos dentro de territorio michoacano es de 21 y son


los siguientes:
Tiripetío (Fundado en 1537), Tacámbaro (Fundado en 1540), Valladolid
(Fundado en 1549), Cuitzeo (Fundado en 1550), Huango (Fundado en 1550),
Charo (Fundado en 1550), Jacona (Fundado en 1555), Ucareo (Fundado en
1555), Copándaro (Fundado en 1566), Tzirosto (Fundado en 1575), Pátzcuaro
(Fundado en 1576), Chucándiro (Fundado en 1576), Tingambato (Fundado en
1581), San Felipe de los Herreros (Fundado en 1595), Santiago Undameo
(Fundado en 1595), Pangaricutiro (Fundado en 1605), San Pedro Zacán
(Fundado en 1615), Tangamandapeo (Fundado en 1620), Etúcuaro (Fundado
en 1623), Taretan (Fundado en 1658).

40
Ibid. p. 260

S-ar putea să vă placă și