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UNIVERSIDAD DE LOS ANDES

FC. DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS


ESCUELA DE DERECHO
DERECHO A DISTANCIA

ACTIVIDAD N° 1: ENSAYO
LA REVOLUCIÓN ÉTICA

Participante:
Gil B. Onelio A.
C.I. 5.767.751
Prof. Arelys Rondón de Guillén
Asignatura: Deontología Jurídica

SAN CRISTÓBAL, DICIEMBRE 2019


INTRODUCCIÓN
Hoy día la sociedad reclama cambios profundos en el mundo pero los cambios han
de surgir del interior de cada uno de los ciudadanos y para ello la ética está llamada a
contribuir con esa necesidad de cambio.
En el ámbito del ejercicio profesional del abogado es necesario crear la conciencia
para actuar con probidad, honradez, integridad y profesionalismo para garantizar esa
condición de justicia plena que conduzca a la felicidad social de los ciudadanos.
El propósito de este ensayo es comprender la importancia de la ética en la
transformación de la sociedad para el logro del bien común y de la justicia en cuyo logro
tiene un papel preponderante el abogado.

DESARROLLO
La sociedad, como cualquier fenómeno en este universo eternamente cambiante,
evoluciona conforme la conciencia ilumina al pensamiento y a la razón. Conceptos de
justicia, de equidad, de respeto a la dignidad humana impelen a los seres humanos a
ponerse de pie y revelarse ante los convencionalismos de todo aquello que denigre de
esa condición humana; convencionalismos que ilegítimamente pueden estar
formalizados en las normas jurídicas creadas por el Statu quo o incluso aquellas normas
consuetudinarias aceptadas en razón a las costumbres.
En efecto, es opinión particular que la conciencia priva sobre la razón y
consiguientemente sobre la conducta y la acción; por tanto, es esta conciencia la que
determina y define en la razón lo que es motivo, causa o raíz de todos aquellos males
que motivan a las personas a realizar tales actos de rebeldía y de protesta que en el
presente tema de estudio son considerados con el término de indignación.
Así, la conciencia tal como se entiende en este breve ensayo está en concomitancia
con la ética pues ella se eleva en la medida que se persigan los más caros y nobles
objetivos de realización humana, es decir, la búsqueda del bien común en la sociedad
plural en que se vive, configurada por las posiciones más diversas en el mundo actual:
religiosas, políticas, económicas, etc.
Este planteamiento determina entonces que para que hayan los cambios que anhela
la sociedad no bastan revoluciones políticas, no bastan revoluciones religiosas u otras
que provengan desde el exterior del SER del individuo, al contrario, es desde lo más
recóndito e íntimo del fuero interno del individuo y del colectivo, desde donde se
generarán los cambios profundos intensamente demandados por la sociedad. Galeano
citado por Umar (2019) afirma: “Personas pequeñas en lugares pequeños, haciendo
cosas muy pequeñas son los que realmente van a cambiar al mundo” y agrega Umar
(2019) que “…cada uno de nosotros debemos ser el cambio que queremos ver en nuestro
entorno, en nuestra sociedad, en nuestro país y en nuestro mundo entero”
Cualquier revolución que dimane de fuera del SER individual y de la sociedad, está
condenada a repetir sus errores por muchas promesas que se hagan y lo que es peor
dejando una profunda decepción y un sabor amargo a los ciudadanos, más aun, tras una
estela de corrupción, dolo, nepotismo, dispendio de recursos, e inmoralidad. Es por ello
que el estamento político, gubernamental, religioso o económico utiliza como instrumento
de subyugación la ominosa manipulación de las conciencias ciudadanas ignorantes,
incultas y precariamente educadas.
Según lo afirmado por Aïvanhov (1992), “Hasta el presente, ningún régimen político
se ha revelado verdaderamente eficaz”. (p.97), pero estos dilemas van más allá,
involucran todas las instituciones creadas por el ser humano; por ejemplo, aquellos tristes
episodios protagonizados por algunos hombres de ciencia tales como los referidos por
Swaine (2019) quien afirma: “En un estudio relacionado, médicos estadounidenses en la
década de 1940 infectaron intencionalmente a pacientes con infecciones de transmisión
sexual para estudiar estas enfermedades. Conscientes del escándalo que esto podría
provocar, los experimentos se realizaron en Guatemala”.
La conciencia es un asunto que hunde sus raíces en la educación, lo cual significa
que para despertarla es necesario que la mente de los individuos que conforman la
sociedad sea sujeto de procesos educativos que iluminen lo mejor de la razón ¿por qué
lo mejor de ella? ¿Acaso la razón puede conducir a las sombras?; en efecto, Molina
(2019) enuncia aquella frase célebre de Martín Lutero que decía: “la novia del demonio,
la razón,…, esa bella prostituta” siempre que sea una mente en sombras, retrógrada,
pero una amante divina en tanto sea absolutamente iluminadora de las tinieblas de la
ignorancia.
En cuanto a la indignación, es evidente que es esperanzadora mientras active en la
sociedad el deseo de cambio, de transformación, de ruptura de las ataduras negativas
que afectan el crecimiento y el bienestar humano pues en la indignación subyace la
ofensa a la dignidad; en algunos casos por parte del estado mismo, en otros por parte
del gobierno, por las instituciones públicas o privadas, religiosas, laborales, judiciales,
etc.
Si bien la indignación llama esperanzadoramente al reclamo, al rechazo, a la
denuncia y al cambio de lo que ofende la dignidad, no es menos cierto que si los
ciudadanos no canalizan esa indignación en la acción y en el pragmatismo inteligente y
pacífico, se corre el riesgo de caer en la desesperanza, en este sentido manifiesta
[@luisvicenteleon]. (2019, Diciembre 5). “Más allá del debate ideológico y los discursos
políticos-poéticos encendidos hay una realidad aplastante. Si la gente sigue perdiendo
su esperanza de cambio, sin que alguien logre reconectarla, sentirá que sólo queda la
emigración o la habituación, ambas desastrosas para el país”. [Tweet post]. Recuperado
de: https://twitter.com/luisvicenteleon
La indignación es un sentimiento que solo la poseen los seres humanos con
capacidad racional por cuanto tienen conciencia de la existencia de su dignidad por ello
podemos concluir ciertamente que los animales no experimentan esa sensación de
indignación; sin embargo, en opinión particular el concepto debe ser ampliado porque
aunque los animales no tengan conciencia de su propia dignidad, existen grupos
humanos que se sienten ofendidos en la suya propia como consecuencia del maltrato, la
atrocidad, el ensañamiento y el dolor que los humanos les infieren a otras criaturas
vivientes, bien por diversión, alimentación o experimentación y no sólo “ porque el
ciudadano percibe que no se le ha tratado equitativamente (al ciudadano)1, que no se
han respetado sus derechos de ciudadanía o bien que ha sido objeto de marginación,...
“(Torralba, 2016, p. 19)
Finalmente, la indignación es justa en la medida en que los motivos que la causan
sean razonables y objetivas, por ejemplo cuando un ciudadano que cumple con su
trabajo, con la familia y la nación se le priva de los servicios básicos fundamentales (gas,

1
El resaltado en negritas es del autor del presente ensayo.
electricidad, combustible, transporte, salud) que le debe garantizar el gobierno a pesar
que el estado y las leyes se lo exige.
Cuando un gobierno antepone su imagen por sobre el bienestar del pueblo, cuando
manipula la información sesgadamente a su favor acerca de su pésima gestión
empeorándole la calidad de vida a los ciudadanos, cuando su política económica ha
ocasionado torpemente una espiral inflacionaria, ha devaluado la moneda y destruido el
aparato productivo, amén de violar la leyes y la constitución, estamos en presencia de
causas para desatar la indignación justa.
Toda causa no objetiva ocasiona la indignación injusta, es decir, la envidia que no
conduce a algo bueno que tenga un valor loable para la sociedad, que no tiene impacto
en la reivindicación del estado de felicidad y bien común a que aspiran sus ciudadanos.

CONCLUSIONES
La organización actual de la sociedad no es ideal ni rígida, dista mucho de serlo a
pesar de cientos y cientos de años de experiencias y sufrimientos, lo cual significa que
siempre estará navegando en los mares de la evolución y las transformaciones, por tanto
hemos de esperar con optimismo que siempre ocurrirán los cambios positivos para
hacerla cada vez mejor.
El verdadero progreso o los verdaderos cambios se hacen en el pensamiento, en el
corazón, en el alma y en fin en la conciencia, gracias a la luz con la cual la ética la ilumina.
Verdaderamente nada puede cambiar manteniendo la misma mentalidad egoísta,
deshonesta y pérfida en nuestro mundo; por tanto, del caos debe salir el orden, la belleza
y la perfección mediante la ética arraigada en la conciencia de sus actores protagónicos:
todos sus ciudadanos.
La ética no es algo que deba ser opcional en el comportamiento ciudadano e
institucional en los distintos frentes de su desempeño: en las instituciones públicas y
privadas o como individualidad, sino que debe privar y presidir su conducta y
funcionamiento en procura de las mayores realizaciones de la sociedad, de convivencia
pacífica y de bien común.
La indignación justa es un mal necesario pues nadie querría padecer un estado
emocional de malestar a consecuencia de arbitrariedades cometidas en su contra por
otros; no obstante, en nuestro estado actual de desarrollo sicológico y en el nivel de
conciencia que los humanos detentamos en el presente, la indignación es el combustible
que mueve el motor de la transformación que reclama la sociedad. Tal vez el hombre del
futuro, aprendidas las lecciones de los siglos pasados, ya no tendrá la necesidad de
elevar sus reclamos con ira y vehemencia pues cada ciudadano seguramente actuará
con plena conciencia de sus deberes y derechos, sin la necesidad de que sea conminado
con el rejo de la coerción, es decir, viviendo en el estado y en la sociedad ideal: en el
perfecto paraíso terrenal; sí, tal vez así lo sea.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Aïvanhov, M. (1992). Acuario: llegada de la edad de oro. Fréjus Cedex: Prosveta.

BBVA [Aprendamos juntos]. (2019, Diciembre 2). Cuando los migrantes llegamos al mar,
la batalla está perdida. [Archivo de vídeo]. Recuperado de
https://www.youtube.com/watch?time_continue=31&v=sXhA8MbaaZA&feature=emb
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Molina, X. (2019). Las 71 mejores frases célebres de Martín Lutero. N° 5. [Documento en


línea]. En: https://psicologiaymente.com/reflexiones/frases-martin-lutero . [Consulta:
diciembre, 08,2019]

Swaine, F. (2019). ¿Es ético utilizar los descubrimientos científicos Nazis para salvar
vidas? BBC. News/Mundo. [Artículo en línea]. En:
https://www.bbc.com/mundo/vert-fut-49240265 . [Consulta: diciembre, 08,2019]

Torralba, F. (2016). La revolución ética PDF. Versión digital. Curso Deontología Jurídica.
Derecho a distancia. FCJUP. ULA. Mérida

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