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por P. R. HALMOS':'
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El procedimiento analógico
El proceOlmll~ll
Control lógico
Control conmutado
Para empezar, hay que recordar que <;n las máquinas digita-
les hay, uniformemente, un único órgano para cada opera~
ción básica. Esto contrasta con la mayor parte de las máqui-
nas analógicas, en las que debe haber órganos suficientes
para cada operación básica, en función de los requisitos del
problema de qué se trate. Sin embargo, hay que decir que
éste es un hecho histórico más que una exigencia intrínseca:
las máquinas analógicas (del tipo antes mencionado, que
posee conexiones eléctricas) podrían, en principio, estar
construidas con un único órgano para cada operación bási-
ca, y un control lógico de uno de los tipos digitales que se
describirán posteriormente. (El lector puede verificar por sí
mismo, sin mucha dificultad, que los tipos más evoluciona-
dos de control de máquinas analógicas arriba descritos,
representan una transición a este modus operandi.)
Más aún, hay que notar que algunas máquinas digitales
se derivan más o menos del principio de «un único órgano
para cada operación básica», pero estas desviaciones pueden
ser reconvertidas al esquema ortodoxo mediante reinterpre-
taciones bastante sencillas. (En algunos casos consiste sim-
plemente en disponer de una máquina doble [o múltiple],
con los adecuados medios de intercomunicación.) No
entraré aquí en profundidad en estas cuestiones.
En este caso, dado que las órdenes que ejercen todo el con-
trol están en la memoria, se consigue un grado de flexibili-
dad más alto que en los otros tipos de control previamente
expuestos. Por supuesto, la máquina, bajo el control de sus
órdenes, puede extraer números (u órdenes) de la memoria,
procesarlas (¡como números!) y devolverlas a la memoria (a
la misma o a otra localización); esto es, puede cambiar el
contenido de la memoria, este es su modus operandi nor-'
mal. Por esta razón puede, además, cambiar las órdenes
(¡puesto que éstas están en la memoria!) -Las mismas órde-
nes que controlan su acción-o Así se hace posible todo tipo
de complejos sistemas de órdenes, que van modificándose
sucesivamente a sí mismos y por lo tanto modifican tam-
bién los procesos de cálculo que están bajo su control en
una forma similar. De esta manera son posibles procesos
más complejos que las meras iteraciones. Aunque todo esto
pueda parecer artificioso y complicado, tales métodos son
ampliamente utilizados y muy importantes en el uso de las
recientes máquinas de calcular, o más bien, de la organiza-
ción del cálculo.
Por supuesto, el sistema de órdenes -es decir, el proble-
ma a resolver, la intención del usuario- se comunica a la
máquina «cargándolo» en la memoria. Esto se realiza por lo
general o bien mediante una cinta preparada previamente o
mediante algún otro medio similar.
El ordenador /59
Precisión
El proceso de estimulación
Criterios de estimulación
El umbral
El tiempo de acumulación
El de las matemáticas