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EVOLUCIÓN DE LA ASISTENCIA AL NIÑO

Un breve resumen histórico permitirá tener noción de los pasos dados a través de los tiempos,
planteando los aspectos más destacados de la evolución del concepto del niño y su atención
en cuidados tanto en entorno familiar como institucional, desde los comienzos de la historia
humana hasta el desarrollo del saber pediátrico y la actividad enfermera.
En las primeras etapas históricas, el niño se considera “cosificado” siendo su importancia
relativa de asegurar el mantenimiento de la especie, la familia o la tribu. Los cuidados corren
parejos a esta idea, centrándose en prácticas de mera subsistencia, lo que se podría llamar
“cuidado de mantener la vida”. Desde sus orígenes de las civilizaciones, existen pruebas que
apoyan que la premisa de que la crianza y el cuidado han sido elementos esenciales para la
preservación de la vida, por lo que la necesidad de cuidados crece en el ser humano. Para
Collier, cuidar es una de las prácticas más antiguas del ser humano y se lo considera un acto
de vida, en el sentido de la actividad que tiende a mantenerla y promoverla.
No cabe duda de que en las tribus primitivas el niño tuvo que recibir un minuto de cuidados
físicos para sobrevivir que con seguridad, eran proporcionados por las madres como
consecuencia natural de la división del trabajo, los hombres cazaban para el sustento y
defendían las tribus, las mujeres cuidaban de los niños y los enfermos.
Los comienzos de la civilización y la cultura, representados por las etapas estelares de las
civilizaciones egipcia, griega y romana, aportan datos de una nueva idea sobre los cuidados
en las culturas antiguas, el niño valorado en término de productividad.
EGIPTO
En el papiro de Ebers, el más célebre documento de contenido médico-sanitario del antiguo
Egipto, se hacen algunas referencia al nacimiento del niño, enfermedades de lactancia,
molestias en la expulsión de orina, parásitos intestinales y tratamientos específicos para las
enfermedades de los niños.
En cuanto la introducción de la alimentación sólida, las papillas eren echas por lo general
con harina o pan mezclados con agua o leche. Todos los demás antes de dárselos eran
masticados por el ama antes de dárselo al niño. Conviene destacar que el maltrato y el
descuido o el abandono de los niños era mal tolerado entre los antiguos egipcios y los padres
eran castigados con severidad por tales motivos.
GRECIA
Con el paso del tiempo, la civilización llego a Grecia y el proceso no se distinguió del seguido
por los pueblos del Medio Oriente. La opinión de algunos filósofos es destacable, así hasta
Sócrates; hasta el hombre alcanza la madurez y su naturaleza logra la perfección, no puede
considerarse ni como sano ni como bello ni como bueno. El niño no es, en primer lugar, sano,
ya que su complexión carece de temperancia, tampoco bello. El niño, en fin, no es buen. Las
cualidades del alma se hallan determinadas en toda la tradición socrática.
Según Aristóteles “el niño no puede ser feliz, como tampoco puede serlo un animal, ambos
se caracterizan por la falta de razón”.
Por su parte plantón, en el timeo dice “el niño es un ser únicamente descontrolado y enfermo,
un loco sufre de demencia, ya que le falta ejercicio de la mente y solo con el pasar del tiempo,
es decir con la evolución de su complexión corporal hacia la temperancia, se vuelve normal
adquiriendo la sensatez y la salud”.
Así pues Esparta, la ciudad estado, reclamase para que si al niño y decidiese a quien se le
permita sobrevivir. Los seleccionados eran criados con gran esmero y se les daba un
entrenamiento especial para aumentar su utilidad para Esparta. Aquellos que tenían algún
defecto morían despeñado. En realidad, en toda Grecia se siguió practicando el infanticidio
aprobado por la ley, hasta el punto de que algunos autores antiguos como Aristipo, afirmaba
abiertamente que un hombre podría hacer lo que quisiera con sus hijos, mientras que otros
autores de la época opinaban que el infanticidio solo se debía llevar a efecto solo con los
niños enfermos.
Con el desarrollo de la medicina, como parte de la filosofía, todos los grandes médicos de
esta cultura se ocuparon con más o menos acierto y extensión de los niños y sus cuidados.
En este periodo hipocrático aparecen los textos sobre las enfermedades de las mujeres, el
parto a los seis meses y las enfermedades exclusivas para los niños.
Este texto está dedicado a la obstetricia y la ginecología y la formación de las parteras aunque
el libro será, hasta bien entrada de Edad Moderna, la óptica guía para la formación obstétrica
y ginecológica de los médicos. De él, sus seguidores tomaron la precaución por la ligadura
del cordón umbilical.
Existen además numerosas referencias en la literatura griega a las enfermedades, que eran
cuidadoras de niños amas de cría y parteras, siendo estas las que brindaban la mayor parte de
los cuidados obstétrico.
ROMA
En la sociedad romana, en la época de la Republica, el padre más que el Estado era el
responsable del niño, aquellos niños que eran rehusados por sus padres pasaban a ser
propiedad del Estado y se conviertan en mendigos o esclavos. En los días del imperio romano,
el emperador Augusto promociono un subsidio estatal para todo aquel que cría al en casa.
Roma fue un pueblo de legisladores, entre ellas grandes aportaciones, y las leyes relacionadas
con la infancia no podían faltar.
Los conocimientos sanitarios eran precarios, y a los médicos y las personas que se dedicaban
al cuidado de los enfermos era tenido en muy baja consideración pese a ellos los romanos.
Entre ellos cabe destacar a Galeno, que escribió a veces siguiendo a Sorano sobre la primera
infancia, la disciplina y la nutrición, destacando la relación de esta con las enfermedades de
los niños.
EL CRISTIANISMO
La aparición del cristianismo no represento el final del oscurantismo para los niños, pero es
muy posible que significara la introducción de una perspectiva un poco menos dura. Esto
supone un cierto avance en las mejoras de las condiciones de los niños, que empiezan a ser
valorados, reconociéndoseles la posesión de un alma y la necesidad de un respeto especial.
El mismo cristo lanza un mensaje de mayor importancia: “Dejad que los niños se acerquen a
mí”, lo que hace pensar que los cuidados durante el cristianismo estuvieran orientados al niño
por derecho propio.
Dentro del pensamiento cristiano, San Agustín, una de sus figuras más brillantes de estos
primeros tiempos, sostienen algunos de sus escritos que deben desaparecer las viejas
costumbres populares de hacer daño a los niños.
“Al débil, que se halla en la primera infancia…. si se le aportarse de la leche (de su madre)
moriría…. Ha de evidencia que algunos sean detectado antes de tiempo”.
La mujer como madre, sigue siendo la cuidadora de los niños, y cobra durante el cristianismo
muy importante ya que también su posición social se ve fortalecido por las enseñanzas de
igualdad universal que predica esta nueva religión

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