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Los marcadores discursivos

Características de los
marcadores
discursivos
1. Definición

2. Clasificación de los marcadores discursivos

3. Las conjunciones como marcadores del discurso

1. Definición
Los marcadores discursivos no forman una clase sintáctica de palabras, en el
sentido en que lo son las clases verbo, conjunción o adverbio, ya que
constituyen un grupo establecido con criterios textuales. La mayor parte de los
conectores discursivos son adverbios (encima, además), pero algunos son
conjunciones coordinantes o subordinantes, preposiciones , como sobre en El
arbitrio de mendigar nuevos recursos, sobre ser indecoroso, será ineficaz
(Olmedo, Epistolario), interjecciones como claro, bueno, por fin, o bien
locuciones formadas con todas estas clases de palabras ( sin embargo, por si
fuera poco). Muchos marcadores discursivos eran analizados como
conjunciones en la tradición gramatical. Se mezclaban o se confundían de esta
forma los elementos de un paradigma sintáctico (conjunción, adverbio, etc.) con
unidades establecidas a partir de criterios discursivos o textuales.
En efecto, las conjunciones no aparecen en posición final de oración o de
período, ni suelen ir seguidas de pausa en posición preoracional, a diferencia
de lo que resulta normal con muchos conectores discursivos adverbiales. Se
obtienen de esta manera contrastes como el que se da entre Así pues, la
reacción resultó totalmente inesperada (con conector discursivo adverbial) y
*Puesto que, la reacción resultó inesperada (con conjunción subordinante).
Tampoco se combinan entre sí las conjunciones coordinantes en un mismo
segmento sintáctico. Si no obstante fuera conjunción, resultarían anómalas
secuencias como pero, no obstante, a diferencia de lo que sucede. Por otra
parte, mientras que las conjunciones pueden determinar las propiedades
formales de las oraciones que introducen, como el modo o el tiempo verbal, los
conectores discursivos no suelen poseer esa capacidad. Desde el punto d e vista
formal, los conectores se caracterizan por su relativa independencia fónica y
sintáctica respecto de la oración.
Suelen formar grupo entonativo propio, precedidos o seguidos de pausa.
Cuando se usan como incisos o como expresiones parentéticas, pue den separar
el sujeto del predicado (La experiencia del viaje, con todo, resultó muy
positiva) o los componentes del grupo verbal (La experiencia del viaje resultó,
con todo, muy positiva), pero no suelen separar los componentes de un grupo
nominal (*La experiencia, con todo, del viaje resultó muy positiva ). Por otra
parte, algunos de los conectores, como a saber, a propósito, así las cosas, es
decir, es más, esto es o pues bien, no aparecen en posición final de oración, a
diferencia de otros, como desde luego, dicho sea de paso, más bien o por
cierto. La mayor parte de los adverbios y locuciones adverbiales que se usan
como conectores discursivos orientan la manera en que la oración o el
fragmento oracional sobre el que inciden han de ser interpretados en r elación
con el contexto precedente o con las inferencias que de él se obtienen. Así,
consiguientemente presenta la información que introduce como consecuencia de
la que aporta el segmento que lo precede: El tiro era, así, más corto, el blanco
más reposado y, consiguientemente, la pieza resultaba más segura (Delibes,
Camino), pero sus propiedades sintácticas son las de un adverbio, no las de una
conjunción. La independencia entonativa y la relativa libertad posicional
acercan los adverbios conectores a los adverbios oracionales, como
sinceramente: Sinceramente, ¡eso no me gusta! Eso, sinceramente, no me gusta
o Eso no me gusta, sinceramente.
Ni unos ni otros son focos de la negación o de otros operadores. Sin embargo,
mientras que los adverbios oracionales informan sobre aspectos relativos a la
oración misma, o a la actitud del hablante en relación con ella, los conectores
discursivos adverbiales la relacionan con el discurso en el que está inserta
atendiendo especialmente a la línea argumentativa que el hab lante desea seguir.

Los marcadores discursivos constituyen un conjunto heterogéneo integrado por


unidades que en la sintaxis oracional funcionan como conjunciones (y, pero,
pues...), adverbios (encima, entonces...), interjecciones (ah, eh, caramba...),
formas apelativas de base nominal (hombre/mujer) o verbal (mira, oye, vale),
etc.
La enseñanza-aprendizaje de los marcadores discursivos plantea muchos
problemas entre los que destacamos los dos siguientes:
1.Su polifuncionalidad. Como ha sido repetidamente señalado, el contenido
"instruccional" de los elementos de que nos ocupamos, aunque creemos que
remite a un significado fundamental, "se ve matizado (viene modificato)
frecuentemente según diversos factores que operan en el contexto, lo que se
refleja, a menudo, por medio de los rasgos suprasegmentales ( la entonación de
las partículas discursivas); así, por ejemplo, podemos decir un bueno de
aceptación entusiasta (A: ¿Vienes a merendar? / B: ¡Bueno! ¡Encantada! o un
bueno de condescendencia resignada (A: ¿Vienes a merendar? / B: Bueenoo...
(Martín Zorraquino, 2005: 54).
2. La no existencia de equivalentes perfectos entre los marcadores de las

distintas lenguas. Por ejemplo, el pues español puede equivaler en francés a


car (pues, conjunción causal -Reza, pues solo Dios puede perdonarte-) , a
done (pues, adverbio conjuntivo de consecuencia -Quédate, pues, con él-), a eh
bien, eh ben, ben (pues remático o introductor de información nueva -A:
¿Quién? / B: Pues él... él-) , a heu /euh (pues remático vacilante -Pues..., no
sé-) o a ningún signo (vid. Martín Zorraquino, 2005: 58).

2. Clasificación de los marcadores discursivos

Existen muchas clasificaciones de los conectores discursivos adverbiales


atendiendo a su significado. La que se presenta a continuación recoge los
grupos fundamentales:
1. Aditivos y de precisión o particularización: a decir verdad, además,

análogamente, aparte, asimismo, de hecho, encima, en el fondo, en realidad,


es más, por añadidura, por otro lado, por si fuera poco, sobre todo.
2. Adversativos y contra argumentativos: ahora bien, (antes) al contrario,

antes bien, después de todo, empero, en cambio, eso sí, no obstante, por el
contrario, sin embargo, todo lo contrario.
3. Concesivos: así y todo, aun así, con todo, de cualquier manera, de todas

{formas ~ maneras}, de todos modos, en cualquier caso.


4. Consecutivos e ilativos: así pues, consiguientemente, de {este ~ ese} modo,
en consecuencia, entonces, por consiguiente, por ende, por lo tanto, por
tanto, pues.
5. Explicativos: a saber, es decir, esto es, o sea.

6. Reformuladores: dicho con otras palabras, dicho en otros términos, dicho de


otra {forma ~ manera}, de otro modo, más claramente, más llanamente,
hablando en plata.
7. Ejemplificativos: así, así por ejemplo, así tenemos, por ejemplo, verbigracia.

8. Rectificativos: más bien, mejor dicho, por mejor decir.


Recapitulativos: a fin de cuentas, al fin y al cabo, en conclusión, en
9.

definitiva, en fin, en resumen, en resumidas cuentas, en síntesis, en suma, en


una palabra, resumiendo, total.
10. De ordenación: a continuación, antes {de ~ que} nada, de {una ~ otra}

parte, en {primer ~ segundo...} lugar ~ término, finalmente, para empezar,


para terminar, primeramente.
11. De apoyo argumentativo: así las cosas, dicho esto, en vista de ello, pues bien.

12. De digresión: a propósito, a todo esto, dicho sea de paso, entre paréntesis,
por cierto.

3.Las conjunciones como marcadores del discurso

El valor general de y es marcar la continuidad de la enunciación. Es el valor que


aparece claramente en el ejemplo siguiente:

Nos fuimos a merendar, y luego al cine, y había mucha gente, y todos querían
entrar, y yo, como soy pequeño, no veía nada, y creía que me iban a aplastar, y,
entonces, mí papá me cogió en brazos, y así pude entrar al cine, y ver la
película.

Y enlaza elementos de cuya unión surgen matices adversativos, causales,


consecutivos, temporales, etc.:

Trabajamos de noche, y no tuvimos sueño. (Trabajamos de noche, pero no


tuvimos sueño)
He vivido muchos años, y sé más que tú. (He vivido muchos años, por lo tanto,
sé más que tú) Se saludaron, y se dieron la mano. (Cuando se saludaron, se
dieron la mano)

Y encabeza una expresión de modo que, aparentemente, no enlaza esta con nada,
por lo que se puede suponer que el enlace se realiza mentalmente con algo
pensado o dicho antes, bien sea por el propio locutor o por otra persona:

Y ¿qué desea usted?


Y ¿qué ha sido de María?

Pues
Al igual que y, pues, en su uso como elemento de cohesión, tiene un valor
continuativo.
En cuanto a la estructura informativa, y marca simplemente la continuación de
la enunciación, sin destacar ninguna de las partes que une.

En cambio, pues es utilizado por el emisor para continuar el discurso llamando


la atención sobre lo remático del mismo, la información nueva, de modo que,
mediante pues, el hablante indica lo que desea decir respecto del elemento o
elementos que preceden a pues y que aparecen como tema ( ya conocido):

L1 -¿Por qué dices castellano y no español? ¿O lo has dicho sin pensar?


L2 -No, porque castellano, pues viene de la lengua que se hablaba en Castilla .

L1 -En Pedrola, pues era la gente... pues más agradable.


L2 -Pero en la práctica, pues no ocurre así.

Este valor de pues explica que, frecuentemente, forme parte de la respuesta a


una pregunta:

L1 -¿Cuáles son tus aficiones?


L2 -Pues me ha gustado muchísimo leer.

La pregunta del interlocutor es el tema y la respuesta el rema.

Anticipa una posible respuesta, pero también marca una opción, de ahí el valor
de cortesía.

¿Vienes al cine? ¿O prefieres quedarte con tu padre?


¿Por qué no se come las judías? ¿O es que no le gustan?
¡Salta de una vez! ¿O es que tienes miedo?

Funciona también como reformulador:

No salgo nada, o casi nada, todo lo más un paseo por la tarde (Fukasawa, 1986:
25).

No me creyó Miguel, o fingió no creerme. (Ibíd.: 31)


Posee un valor condicional:

Suéltame o te pego un sartenazo.


Ponte algo o pescarás un buen catarro. (Steel, 1976: 238)
Apaga la televisión o te vas a la cama ahora mismo .
No llores o te vas a tu cuarto.
Haz los deberes o no vas al cine.

Funcionan también como condicionales negativas:

O llega pronto o se ha perdido,


equivalente a
Si no llega pronto, se ha perdido. (Montolío, 1999: 3699).

Pudiendo adquirir un valor de condicionales retóricas:

Estoy viendo allí a María o me engañan mis ojos . (Si no estoy viendo allí a
María, me engañan mis ojos)

¿o qué? Y ¿o no?

Indican disensión por parte del hablante o impaciencia.

¿Estás tonto?, ¿o qué?


¿Por qué no vienes?, ¿tienes miedo o qué?

¿Nos llevas a casa o qué?


¿Has terminado ya o qué?

¿Me llevas a casa o no?


¿Salimos esta tarde o no?

También pueden solicitar una confirmación:

Yo creo que deberíamos volver al trabajo, ¿o no?


...y cuando a uno lo han puesto, pues será por algo, ¿o no?
Este coche es fantástico, ¿o no?

Pero
En el diálogo se usa para interactuar completando la información ,
Sirve para introducir un contraste, una objeción o un contraargumento :

L1 -Más dinero da, digamos, el comprar y luego vender que la restauración en


sí que no se valora mucho.
L2 -Pero es más bonito lo de restaurar.
L1 -Sí, es más bonito.

Se puede vincular también a la situación-mensaje:

¡Pero siéntate, mujer, siéntate! (Beinhauer, 1958: 126)

Que

Comenta una situación o un argumento que se han expresado previamente:

¡Que te caes! (Ante un amigo que da un traspiés.)

Los hermanos, uno marchó a Italia por no hacer el servicio militar en España,
que no quería ser militar.

Yo nací el año que estalló la guerra y entonces de chiquitina me fui a Soria.


Que estaba mi padre destinado en Soria y toda la familia fuimos detrás de él.

Al acabar la guerra, vinimos a Zaragoza, que mi padre estaba de juez de


instrucción y, entonces, pues estuve hasta los diez años viviendo en Zaragoza.

¡Vámonos!, que llegamos tarde.

L1 -¿Te vienes mañana de excursión con nosotros?


L2 -Ah, pues sí, que me apetece mucho.

Introducen advertencias, explicaciones y justificaciones:

¡ Que te había perdido! (En una situación en la que, al volver la cabeza, no


vemos a nuestro acompañante, puede ser una explicación a por qué lo miramos
con cara de susto.)

Que me he dejado las llaves. (Puede ser una justificación cuando volvemos a
casa a los cinco minutos de haberla abandonado)

Comenta el enunciado anterior:

L1 -Y tú, ¿no viajas con ellos?


L2 -No, que, en ese país, te cogen con una aspirina y vas a la cárcel.
(Se justifica el hecho de no viajar)

Indica la reacción o comenta lo que se ha dicho:

L1 -No me he acordado de sacar las entradas.


L2 -¿ Que no te has acordado?

L1 -Antes iba a Villamayor, a la discoteca que había allí.


L2 -Ah, ¿que también te gusta ir a la discoteca?

Predomina un sentido de réplica:

L1 -¿Cuándo te vas?
L2 - Pero si no me voy.

L1 - Ponte aquí, que estarás más cómoda.


L2 - Si nos vamos enseguida.

L1 -He quedado con María para ir esta tarde al cine.


L2 -Pero si decías que íbamos a ir al cine nosotros solos.

También en afirmaciones que no parten del diálogo previo:

¡Si me he dejado el grifo abierto!


¡Si no he descongelado el pan!
¡Si ya son las doce de la noche!

Introduce el discurso repetido:

Salimos con él y no paró de darnos la lata, que si ella no tenía razón, que si
siempre lo había tratado mal, etc.
Este niño siempre está protestando, que si hace frío, que si hace calor...
Ni

Equivale a y no:

L1 -No sabe la verdad.


L2 -Ni se la contaremos nunca.

L1 -No encuentro mi pasaporte.


L2 -Ni lo encontrarás si sigues sentada ahí.

L1 -¡No hemos quitado la luz!


L2 -¡Ni hemos desenchufado la antena!
Equivale a ni siquiera: Estaban hambrientos y ni les quedaba pan.

Ni que + subjuntivo rechaza anticipadamente una de las posibles réplicas:

¡Cómete el bocadillo! ¡Ni que no tuvieras hambre!


¡Saltad de una vez! ¡Ni que tuvierais miedo!
¿Vienes conmigo? ¡Ni que prefirieras quedarte con él!

Introduce expresiones lexicalizadas:

L1 -Aquí lo que hace falta es un fontanero.


L2 -¡Qué fontanero, ni qué niño muerto! Un par de palle/ ma quale idraulico

L1 -Es usted un chiquillo.


L2 -¡Qué chiquillo, ni qué leches! (Steel, 1976: 94)

¡Qué aprensiones ni qué gaitas! (Beinhauer, 1958: 215)

Conque quindi/dunque/allora

Desarrolla inferencias de los enunciados o situaciones anteriores:

Me duele la cabeza, conque juega sin hacer ruido.


¿Conque has aprobado las oposiciones?
¿Conque tienes hambre?
¿Conque te vas a París?
Conque todo era una comedia. (Steel, 1976: 160)
Conque trabajando al aire libre, ¿eh? (ibíd.)

L1 -No esperes que cambie de opinión.


L2 -¿ Conque no vas a cambiar de opinión?

L1 -Yo no voy con vosotros.


L2 -¿Conque no vienes?
L1 -Estoy harto.
L2 -¿ Conque estás harto?

Puede adquirir valores irónicos:

¿ Conque iba a llover a cántaros?


¿ Conque estás más delgada que yo? ¿eh?
¿ Conque no ibas a aprobar las oposiciones?¿eh?

Introduce expresiones lexicalizadas:

No voy a seguir tirando el dinero. Conque ya lo sabes, si no apruebas este año,


dejarás de estudiar.
No voy a seguir tirando el dinero. Conque ya lo sabes.
Acostumbro a dormir boca abajo, conque ya ves. (Fuentes, 1985: 67)

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