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TRANSFERENCIA DE DISTRITOS DE RIEGO

A LOS USUARIOS

PROPUESTA DE ACCIONES PARA EL MEJORAMIENTO


DEL DESEMPEÑO DE LAS ASOCIACIONES DE
USUARIOS Y SUS SOCIEDADES
Comisión Nacional del Agua

Transferencia de distritos de riego


a los usuarios

Propuesta de acciones para el mejoramiento


del desempeño de las asociaciones de
usuarios y sus sociedades

IMTA

México, 2001
631.587 Instituto Mexicano de Tecnología del Agua
C23 Transferencia de distritos de riego a los usuarios. Propuesta de acciones para
el mejoramiento del desempeño de las asociaciones de usuarios y sus sociedades / México: IMTA, 2001.
234 pp. 22.5 x 15.5 cm
Incluye bibliografía
ISBN 968-7417-94-3
1. Agricultura 2. Distritos de riego 3. Asociaciones de usuarios de riego
4. Transferencia de distritos de riego

Coordinación editorial:
Subcoordinación de Editorial y Gráfica.

Redacción técnica:
Sergio Vargas Velázquez.

Revisión literaria:
Antonio Requejo del Blanco.

Diseño de portada:
Ricardo Espinosa Reza

Diseño editorial, diagramación y formación::


Gema Alín Martínez Ocampo.

Formación de anexo:
Luisa Gpe. Ramírez Martínez

Primera edición: 2001.

DR © Comisión Nacional del Agua


Av. Insurgentes Sur 2140
Col. Ermita
01070 México, DF

© Instituto Mexicano de Tecnología del Agua


Paseo Cuauhnáhuac 8532,
62550 Progreso, Morelos

ISBN 968-7417-94-3

Hecho en México - Printed in Mexico


ÍNDICE

1 LA AGRICULTURA DE RIEGO EN MÉXICO 5


1.1 Orígenes y desarrollo 9
1.2 De la gestión centralizada del riego a la gestión integral por cuenca 29
1.3 La situación socioeconómica de la agricultura de riego 43
1.4 Marco legal y normativo de uso y manejo de las aguas nacionales 56

2 LA IRRIGACIÓN EN OCHO REGIONES 66


2.1 El agua en las regiones hidrológicas 69
2.2 Evaluación de la actuación de las asociaciones civiles de usuarios 81
y de las sociedades de responsabilidad limitada en distritos
de riego transferidos

3 DIAGNÓSTICO DE LAS ASOCIACIONES CIVILES 86


Y LAS SOCIEDADES DE RESPONSABILIDAD LIMITADA
3.1 Las asociaciones de usuarios y las sociedades
de responsabilidad limitada 89
3.2 Creación y organización 93
3.3 Funciones y objetivos 95
3.4 Estructura y funcionamiento organizacional 99
3.5 Capacidades y recursos para la gestión 107
3.6 Reglamentación, operación e institucionalización 110
3.7 Calidad del agua y medio ambiente 114
3.8 Infraestructura disponible 115
3.9 Conservación y mantenimiento de los módulos 117
3.10 Capacitación 123
3.11 Capacidad de servicio y condiciones de los módulos 126
3.12 Planeación de desarrollo y de operación 137
3.13 Programación del riego y distribución del agua 139
3.14 Productividad agrícola y del agua 142
3.15 Financiamiento 146
3.16 Contabilidad y finanzas 147
3.17 La cuota por servicio de riego 150
3.18 Tipología de asociaciones de usuarios 157
3.19 Conclusiones 163

ANEXO ESTADÍSTICO 166


Introducción 169

BIBLIOGRAFÍA 227
1 LA AGRICULTURA DE
RIEGO EN MÉXICO
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

8
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

1.1 Orígenes y desarrollo

La agricultura de riego en México es una actividad mucho más compleja de lo que se puede advertir
observando únicamente las extensas redes de canales y grandes presas con que se cuenta. La irriga-
ción es una actividad con una larga tradición en nuestro país, que, antes que económica, ha sido una
labor creadora de civilizaciones en los siglos pasados para convertirse, en nuestros días, en un compo-
nente central para desarrollo económico, social y cultural de muchas regiones.
La organización social que surge para controlar el agua para riego es un factor que explica, en gran
medida, el origen, desarrollo y crisis de las principales civilizaciones prehispánicas en nuestro territo-
rio. El surgimiento de varios de los Estados prehispánicos ha sido relacionado con la existencia de
culturas lacustres, donde el manejo del agua fue uno de los aspectos centrales para consolidar la
organización política y social de la que surgirían los primeros centros urbanos, se organizarían los
imperios y se alimentarían sus habitantes, ejércitos, nobles y sacerdotes. Una de las teorías más im-
portantes al respecto, la cual ha influido para explicar el surgimiento de las civilizaciones prehispánicas
en nuestro territorio es la de Karl Wittfogel, quien explica que, con el surgimiento de las sociedades
hidráulicas fue posible el desarrollo de algunas civilizaciones a partir de la inversión de gran fuerza de
trabajo apropiada y dirigida por un aparato de gobierno fuertemente centralizado. Así, se ha identi-
ficado un considerable número de sistemas de riego en Teotihuacán, el valle de México, el Occidente,
la región de Puebla y Tlaxcala, y el Golfo, entre otros lugares del centro y sur del país,1 cuyos orígenes
se encuentran en el periodo clasificado como preclásico medio, que va de 800 a 200 años antes de
nuestra era, con construcciones hidráulicas de mediana envergadura. Se estima que estos sistemas de
riego inician su expansión doscientos años antes de nuestra época y que, en varios casos, permiten la
continuidad histórica de las grandes civilizaciones hasta su etapa de mayor esplendor, llamada clásica,
en el siglo IX de nuestra era. Posteriormente se da una gran transformación de las civilizaciones
prehispánicas, desapareciendo los grandes centros urbanos y creándose otros de menor tamaño. Du-
rante varias décadas se ha especulado que la crisis de estas grandes civilizaciones mesoamericanas se
debe, de forma principal, a cambios climáticos que hicieron variar la disponibilidad de agua y, por lo
tanto, de alimentos.
El desarrollo de la agricultura de riego implicó una gran variedad de conocimientos por parte de
quienes utilizaron y organizaron estos sistemas de irrigación. Existen vestigios de obras hidráulicas de
gran envergadura que sirvieron para manejar el agua, regular su distribución, dirigirla hacia donde
se necesitaba o, simplemente, sacar los excedentes. En los documentos españoles posteriores a la
Conquista se hacen amplias referencias a los acueductos prehispánicos, tal como lo fue el de Ahuizotl
y otros más en el valle de México,2 así como al sistema de diques y compuertas que separaba las aguas
salobres de las dulces en los lagos del Anáhuac; asimismo, a la alta productividad agrícola de los
distintos tipos de chinampa que desarrollaron las culturas lacustres: de pantano y de tierra firme.
Referencias a este tipo de grandes obras también se han encontrado en otras partes del país, como
sucede en la costa del golfo de México, donde se ha identificado una gran cantidad de sistemas de
cultivos en tierras bajas que aprovechaban los ciclos naturales de inundación de los ríos, alrededor de
los cuales se construyeron extensos sistemas de campos y terrazas. Esto muestra el conocimiento que

1
Palerm, Ángel, "La evolución de Mesoamérica y la teoría de las sociedades hidráulicas", México prehispánico. Evolución ecológica del valle
de México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, (Regiones), México, 1990, pp. 99-118.
2
Musset, Alain, El agua en el valle de México. Siglos XVI-XVIII, CEMCA-Pórtico de la Ciudad de México, México, 1992.

9
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Acueducto de Zempoala según un documento de 1589

varias culturas prehispánicas tenían de su ambiente: el hecho de que, antes que enfrentarlo, buscaban
la adaptación a él sin destruir sus ecosistemas, así como la gran población que sostuvieron estos
sistemas agrícolas.3
Una de las afirmaciones más contundentes sobre el éxito de la irrigación en la época prehispánica
es que esta actividad fue la base para la formación, primero, de cacicazgos, para después dar origen a
procesos de urbanización y formación de ciudades-Estado que controlaron amplias regiones, tal y
como fueron los Estados mexica y tarasco. La irrigación aparece como una actividad controlada por
un sistema político fuertemente centralizado, siendo los Estados prehispánicos entidades cabalmente
comprometidas con el manejo del agua. En las civilizaciones mesoamericanas el agua era considerada
un bien público y comunitario, al cual se accedía si se pertenecía a una colectividad organizada con
base en las relaciones complejas de parentesco que constituían los altepetl, como se definían las unida-
des de organización social entre los grupos de habla náhuatl, en donde se vinculaba la adscripción
territorial con la étnica. Este tipo de organización social existió prácticamente en todo el centro y sur
del país, y se corresponde con la región llamada Mesoamérica. Dichas relaciones de acceso y distribu-
ción de los recursos naturales en comunidad, como son el bosque y el agua, aún las podemos encon-
trar o documentar por la persistencia de ciertos elementos en comunidades indígenas de varias par-
tes del país, en las que el acceso a una determinada fuente de agua se define por la pertenecía a un
linaje o barrio, como ocurre en los Altos de Chiapas, Oaxaca y Guerrero.
Con la Conquista y posterior desarrollo de los sistemas productivos introducidos por los españoles
se transformó radicalmente la punto de vista con el que se construyeron los sistemas indígenas de
riego. En la época colonial se implantó una visión respecto al manejo del agua en la que confluían las
instituciones españolas —con alguna herencia árabe en el manejo del agua—, junto con las tradicio-
nes indígenas, que, en muchas ocasiones, se contrapusieron entre sí. Entre los historiadores existe una
polémica: quienes defienden la influencia árabe en las prácticas y organización para el riego españo-
3
Siemens, Alfred H., Tierra configurada. Investigación de los vestigios de agricultura precolombina en tierras inundables costeras desde el norte de
Veracruz hasta Belice, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, México, 1989.

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Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

las y los que reafirman la genuina raíz ibérica, pero coinciden en cuanto a la influencia que tuvieron
en la Nueva España los dos tipos de asociación para el riego que entonces existían en España: la
pública y la privada; y no hay duda de que fue el principio desde el cual se organizó la irrigación
durante más de tres siglos. La asociación de riego pública se dio en las poblaciones más o menos
consolidadas y donde la fuente de abastecimiento principal (acequia madre) había sido considerada
como propiedad pública y, por tanto, correspondía al cabildo su administración y mantenimiento.
Por otro lado, la asociación privada se habría dado en comunidades sin status legal y, por lo mismo, sin
cabildo, desarrollándose una administración particular del recurso a través de una junta de usuarios
que designaba a un encargado o mayordomo de aguas. 4
En la Colonia se inició una fuerte labor de construcción y organización de sistemas de riego y
laboríos en donde, fuera con base en la producción organizada bajo el sistema de las haciendas, o bien,
mediante los rancheros, se sobrepusieron muchas veces no sólo la nueva infraestructura, nuevas reglas
de distribución y nuevas tecnologías, sino una nueva organización en torno al riego. Es característico
de la época la visión de que para hacer aprovechable el agua era necesario primero la desecación y,
después, cultivar las tierras con riego controlado; esto se oponía radicalmente a la cosmovisión con la
que las civilizaciones prehispánicas habían aprovechado los recursos hídricos. La concepción española
del agua como generadora de enfermedades a través de las "miasmas" y la interpretación religiosa de
la época, llevó a implementar una solución drástica a los sistemas lacustres y anteriores sistemas pro-
ductivos españoles; incluso se llegó a asociar el contorno de los lagos del valle de México y Chalco con
la imagen de la bestia del Apocalipsis.5 De esta manera se inicia la desecación de lagos y lagunas,
algunas muy importantes, tales como las de los valles de México y Chalco desde principios del siglo
XVII, o la creación de la laguna de Yuriria en El Bajío, en el siglo XVI, para aprovechar los nuevos
cultivos traídos por los conquistadores en
las tierras anteriormente anegadas.6
Algunos autores señalan que en la época
colonial se rompió la fuerte conexión exis-
tente en el periodo prehispánico, entre el
control del agua y el poder social, la estrati-
ficación social como permeada por la admi-
nistración del agua o la suposición de que
el gobierno central juega un papel funda-
mental en los trabajos de irrigación. La prác-
tica de irrigación no afectó mayormente las
estructuras sociales y políticas, sobre todo
en los casos de El Bajío —Celaya, Salvatierra,
Valle de Santiago—, donde la estructura so-
cial del sistema de irrigación estaba com-
puesta por pequeños grupos, principalmen-
te de comerciantes, hacendados y ranche-
ros productores de trigo. En cuanto a lo po-
lítico, existen evidencias que muestran que
la construcción y administración de los sis-
temas de irrigación fue tarea de los particu-
lares, aunque las autoridades locales tenían
Los antiguos lagos del valle de México mucho que ver.7
4
Sánchez Rodríguez, Martín, De la autonomía a la subordinación. Riego, organización social y administración de recursos hidráulicos en la cuenca
del río Laja, Guanajuato, 1568-1917, tesis de grado, doctorado en Historia, El Colegio de México, México, 2001, pág. 8 ss.
5
Musset, Alain, op. cit. p. 135.
6
Murphy, Michael, E. Irrigation in the Bajio Region of Colonial Mexico, Dellplain Latin American Studies, núm.19, Westview Press, USA,
1986.

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Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

De esta manera, durante los tres siglos de dominación española, el manejo del agua se dio funda-
mentalmente en el ámbito local, y fueron los mismos agricultores quienes se organizaron para el
manejo del riego. Las mercedes reales que se otorgaban respecto al agua eran respetadas siempre y
cuando tuvieran la capacidad de pueblos y hacendados para defender sus derechos en el ámbito local.
A pesar de que se reconocieron derechos sobre agua y tierra de muchos pueblos indígenas, el desarro-
llo de las haciendas implicó una fuerte competencia por el agua, que en algunos casos llevó hasta el
ejercicio de la fuerza física. En algunas regiones, como El Bajío, ya para el siglo XVII todas las aguas
superficiales se encontraban distribuidas entre varios tipos de usuarios, generándose continuas dispu-
tas y litigios por el recurso. En Tehuacán, Pue., se ha reconstruido la historia por la que el sistema de
irrigación prehispánico fue paulatinamente dominado por las haciendas. 8
Si bien es cierto que las condiciones geográficas de México han obligado, desde la época
prehispánica, al desarrollo de infraestructura hidráulica que permita el aprovechamiento de tierras
en actividades agrícolas, también lo es que las políticas públicas respecto al riego y a la tierra han
determinado, particularmente desde el siglo XIX, el desarrollo de los sistemas de riego bajo ciertas
modalidades. La construcción de los grandes sistemas que ahora existen se dio mediante la interven-
ción de gobiernos y grandes intereses económicos que, de otra manera, hubieran sido imposible de
realizar. Entre el siglo XVII y el XIX fueron las grandes haciendas las que con el trabajo de sus peones
organizaron la construcción de una gran cantidad de sistemas de riego, iniciando la construcción de
varias presas y sistemas de riego importantes que, incluso todavía, se encuentran en servicio. El uso
productivo del agua en la agricultura y las formas de acceso a este recurso resultan fundamentales
para explicar la historia agraria de México,9 ya que el tipo de poblamiento y las formas en que se
organizó la producción agrícola determinó, en gran medida, la construcción de grandes o pequeños
sistemas de riego en un territorio con grandes contrastes geográficos, en cuanto a la disponibilidad
natural de este recurso. En este largo periodo se destacan las haciendas de El Bajío, las cuales fueron
productoras de cereales y, con base en el riego, lograron sostener el proceso de poblamiento de las
minas del norte del país, ubicadas en las regiones más áridas de nuestro país.
De esta manera, a mediados del siglo XIX se tenía una situación muy contrastante entre el centro
del país —donde se habían sostenido y construido sistemas de riego durante todo el periodo colo-
nial—, y la regiones áridas del norte, caracterizadas por su baja densidad de población y la existencia
de una agricultura precaria concentrada en las vegas de los ríos, pero con una amplia superficie
susceptible de ser cultivada. Esta fue una de las disyuntivas que enfrentó el Estado mexicano para
impulsar la gran transformación que implicó tomar en sus manos la responsabilidad de construir los
grandes sistemas de riego hoy existentes en el todo el norte del país.
Los grandes debates de los intelectuales mexicanos de fines del siglo XIX y principios del XX
giran en torno de la unidad nacional y el desarrollo, y una de las soluciones que siempre se plantea-
ban de cómo lograrlo fue la construcción de grandes sistemas de riego. 10 Un importante estudio
sobre las políticas de irrigación durante los sucesivos gobiernos del general Porfirio Díaz,11 establece
que en esa época existían dos posiciones al respecto. La primera corresponía a la visión desarrollista,
que centraba su propuesta en el flujo constante y masivo de inversiones privadas y públicas. Esto
significaba la implementación de programas de gran envergadura, especialmente en el crédito agrí-
cola, educación, construcción de carreteras e infraestructura hidráulica financiada con capital público
y privado. La segunda, la visión eficientista, subrayaba la modernización de la agricultura de acuerdo

7
Sánchez Rodríguez, Martín, op. cit., p12.
8
Henao, Luis Emilio, Tehuacán, campesinado e irrigación, Edicol, México,1980.
9
Aboites, Luis, "Optimismo nacional: geografía, ingeniería hidráulica y política en México (1926-1976)", en Von Metz, Brígida (coord.).
Identidades, Estado nacional y globalidad. México, siglos XIX y XX. CIESAS, México, 2000, p. 96.
10
Molina Enríquez, Andrés, "El problema de la irrigación", Los grandes problemas nacionales (1909), segunda parte, Era, México, 1979, pp.
239-277.
11
Kroeber, Clifton, El hombre, la tierra y el agua. Las políticas en torno a la irrigación en la agricultura de México, 1885-1911, CIESAS-IMTA,
México, 1994.

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Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

con las posibilidades económicas de los propietarios y las capacidades de la mano de obra. En este
sentido se privilegiaba la selección de granos, nuevos y mejores métodos de cultivo, técnicas de irriga-
ción y crédito.
Desde la perspectiva geográfica, las condiciones climáticas y edafológicas de la mayor parte del
país nunca han sido favorables para una agricultura intensiva de temporal. Por ello, el riego es de
primordial importancia para producir los alimentos y materias primas que demanda el crecimiento
de la población y las actividades económicas industriales y agroexportadoras. La mayoría de los estu-
dios sobre la distribución natural del agua indican que casi dos terceras partes del territorio nacional
son áridas o semiáridas. El análisis de la información sobre precipitación pluvial en los últimos 47
años muestra que la lluvia promedio es de 684 mm anuales, generalmente concentradas entre junio y
septiembre;12 mientras que la demanda evapotranspirativa media es superior a los 1,400 mm, es
decir, más del doble de las precipitaciones. En México existen, tanto regiones de trópico húmedo con
precipitaciones mayores a 2,000 mm al año, como grandes extensiones desérticas. Once estados del
norte, incluyendo los fronterizos y las Baja Californias, cuya superficie representa 60% del área total y
que disponen de la mayor parte de las zonas planas, la precipitación con una probabilidad de 50%
apenas rebasa los 400 mm anuales. Allí es justamente donde ahora se ubican las dos terceras partes de
la infraestructura de riego, a pesar de que solamente tiene poco más de 7% del escurrimiento.13
Por otra parte, México cuenta con casi 2 millones de km2 de superficie, pero un porcentaje muy
importante de ella (64%) son montañas o colinas con pendientes mayores de 10%. Esto determina la
característica de los ríos que son, por lo
general, de cuencas reducidas, de régimen
torrencial, con fuertes pendientes y reco-
rridos cortos.
Dado lo anterior, diversos estudios in-
dican que en el territorio nacional se tie-
ne un potencial de superficie cultivable de
sólo 30 millones de ha, que corresponden
a la superficie con pendientes menores a
2% sin grave riesgo de erosión,14 de las
cuales únicamente podrían ser suscepti-
ble de riego 11 millones, y sólo de 1% del
territorio pueden obtenerse cosechas todo
el año sin necesidad de riego.
Las anteriores diferencias geográficas
se resaltan con el efecto del modelo de de-
sarrollo seguido durante una buena parte
del siglo XX, el cual profundizó la hete-
rogeneidad social y productiva, aun den-
tro de la misma agricultura de riego, que
tiene sus raíces en el último tercio del si-
glo XIX, cuando la construcción de la in-
fraestructura de riego se incrementó en
forma importante en el gobierno del ge-
neral Porfirio Díaz, basado, entre otras
La conformación orográfica dela mayor parte del territorio nacional determi-
na que los ríos sean, por lo general, de cuencas reducidas, régimen torrencial, cosas, en el proyecto de modernización de
fuertes pebdientes y recorridos cortos. las diversas actividades económicas a par-

12
SARH, Estimación de la anomalía probable de la precipitación anual, 1987.
13
CNA, Transferencia de los distritos de riego, México, 1994, p. 11.
14
SARH, Uso del suelo en la República Mexicana, 1980.

13
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

tir de la intervención de grandes capitales, la mayoría de veces de origen extranjero asociado a la gran
propiedad agrícola. El progreso era una condición afanosamente buscada, la cual no era posible de
alcanzar con los altos niveles de atraso social de la población local. La transformación tecnológica en
esta rama era concebida como un asunto esencialmente privado,15 en la que el Estado tenía que esta-
blecer las condiciones jurídicas apropiadas para que los hombres con iniciativa empresarial fueran
capaces de desarrollarse sin los obstáculos de viejas tradiciones y costumbres.
Desde la década de 1880 se inicia un proceso muy intenso de intervención del gobierno federal en
las disputas por el agua, pero en un esquema que buscaba desarrollar el país incorporándolo al desa-
rrollo tecnológico con base en la inversión extranjera y la gran propiedad privada. Una característica
de los agricultores con riego, fueran indígenas o propietarios privados, era su autonomía para el
manejo del riego, en muchas ocasiones, con sólo la intervención de los ayuntamientos, la autoridad
más cercana para resolver los innumerables conflictos que existían por el recurso y que llevaron,
desde el siglo XVII, a perfeccionar un sistema de medición de derechos. Este proceso de intervención
del gobierno federal en el manejo del agua fue llamado, en ese entonces, la federalización y, al contra-
rio de lo que se entiende en nuestros días, implicó que desde 1888 el gobierno federal iniciara una
abierta estrategia para controlar los aprovechamientos hidráulicos, desplazando a las autoridades
locales y grupos sociales involucrados. En ese año se emite una ley sobre vías generales de comunica-
ción que, asociada con otras respecto a terrenos baldíos y construcción de ferrocarriles, inicia un pau-
latino pero firme proceso de centralización de la gestión del agua en el gobierno federal con base en
declaratorias de jurisdicción federal de diversos ríos y cuerpos de agua. Antes de esto, los usos del agua
tenían que ver con el derecho civil, lo que evidencia la ausencia de la propiedad pública del agua.
Esta federalización encontró adeptos que consideraban necesaria la intervención federal para sal-
var los enormes obstáculos financieros dirigidos a construir las grandes obras hidráulicas que se re-
querían y que, en esa época, ya se preveían como indispensables en el desarrollo no sólo de la agricul-
tura sino de cualquier actividad humana. Sin embargo, también encontró fieros enemigos y contrin-
cantes en pueblos, haciendas y autoridades locales que no reconocían la intromisión externa en asun-
tos que tradicionalmente habían resuelto ellos mismos.
La situación del país llevó a que el gobierno federal se fuera involucrando más en la regulación de
los usos del agua, interviniendo cada vez más en su construcción y la solución de disputas por el
recurso. En los años 1906 y 1907, la demanda de alimentos fue superior a la producción, por lo que se
presentó la necesidad de importar considerables cantidades de productos alimenticios y, a causa de
ello, por la ley del 17 de julio de 1908 se creó la Caja de Préstamos para Obras de Irrigación y
Fomento de la Agricultura que permitió disponer de recursos para el desarrollo de la infraestructura
de riego,16 que culminaría con la ley de aguas de 1910, a partir de la cual el gobierno federal podía
otorgar concesiones de agua a grandes empresas.
Durante el siglo XIX podemos identificar dos sistemas de riego claramente diferenciados: por un
lado, está un conjunto de formas organizativas para el manejo comunitario del agua, ya sea bajo las
reglas de los pueblos indios o, como ocurrió en el árido norte del país o las regiones cerealeras,
llamadas todavía en ese entonces labores o laboríos, donde los rancheros y propietarios privados se
unían para manejar ellos mismos sus sistemas de riego a través de su propio trabajo o labor en grupo.
El otro tipo de sistemas de riego que empezó a tener importancia fue el construido u operado por
empresas privadas, las cuales, en varias ocasiones, aprovecharon las condiciones favorables para abrir
las tierras baldías al cultivo mediante la desecación de cuerpos de agua y la construcción de sistemas de
riego. Ejemplo de este proceso son la desecación de varios cuerpos de agua, tales como el de Chalco,
en el Estado de México y Zacapu, en Michoacán, entre otros muchos, y la construcción de la infraes-

15
Aboites, Luis, op. cit., p. 101.
16
E. Gutiérrez A., México y su política de irrigación, Memorando técnico núm. 115, DGDR, SRH, 1956.
17
Tortolero Villaseñor, Alejandro, De la coa a la máquina de vapor. Actividad agrícola e innovación en las haciendas mexicanas: 1880-1914, Siglo
XXI, México, 1995.

14
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

tructura hidráulica en las haciendas de Morelos durante el auge de la caña de azúcar.17 Se calcula que
en 1910, al principio de la Revolución, había aproximadamente un millón de hectáreas bajo riego, de
las cuales 700 mil estaban en cultivo. Una parte de esta cantidad había sido habilitada por diversas
compañías agrícolas, principalmente extranjeras, con la intención de cultivar caña de azúcar y algo-
dón. Las políticas del presidente Porfirio Díaz con respecto a la irrigación y recursos del agua consti-
tuyeron parte de su programa de expansión y desarrollo económico, y con esto, el surgimiento de una
estructura institucional para el fomento de las actividades productivas en las zonas de riego que impli-
có, en una primera etapa, el reconocimiento de los principales ríos para asumir su jurisdicción federal
y de ahí en adelante fortalecer la intervención federal.18
El periodo posrevolucionario y la Constitución Política de 1917 implicaron una profunda ruptura
con el pasado, pero también la continuidad y expansión de la intervención del gobierno federal en los
asuntos locales, que para ese entonces buscaba consolidar su control sobre los distintos grupos arma-
dos que surgían en varias partes del país. Con la Revolución se fortalecen varias ideas en torno a la
irrigación que se asocian con la necesidad de unificar política, económica y culturalmente a la nación.
A partir de ese momento se reconocen derechos de agua no sólo a particulares, sino a pueblos y
comunidades. Antes, abrir el territorio a empresas extranjeras para aprovechar las riquezas naturales
del país, había llevado a que muchas de
las obras de irrigación se llevaran a cabo
por parte de grandes empresas privadas,
bajo aprobación del Estado. Ahora, el Es-
tado posrevolucionario consideraba de su
propia responsabilidad desarrollar esta in-
fraestructura hidráulica que permitiría de-
sarrollar la agricultura moderna y así inte-
grar las regiones más apartadas al progre-
so.
También representó un cambio signifi-
cativo en cuanto a la forma de financiar la
innovación tecnológica. El aparato guber-
namental tomó la decisión de hacerse car-
go de manera directa de ésta para trans-
formar una geografía deficiente e impul-
sar una nueva forma de desarrollo del país,
apegada a lo que podía entenderse como
la herencia del movimiento revolucionario
de 1910 y, en primera línea de atención, se
encontró la irrigación. La Constitución Po-
lítica de 1917 le confirió al gobierno fede-
ral el control sobre los recursos de agua y
suelo, bajo el principio de que la nación es
la propietaria de todos los recursos natura-
les,19 y el depositario de estas atribuciones
La Constitución Política de 1917 le confirió al gobierno federal el control era el gobierno federal, integrando agua y
sobre los recursos de agua y suelo. tierra en el artículo 27.
18
Kroeber, Clifton B., op. cit.
19
Se crea la figura legal de los ejidos, en la que sus beneficiarios no pueden arrendar ni vender en aparcerías su dotación, aunque pueden
producir individual o colectivamente. Esto implicó no sólo una forma de tenencia, sino que bajo las reglas de acceso a la tierra y sus
formas de representación, se llegó a una alta intervención institucional en la organización de los ejidos. Gutelman, Michel (1974) pp.
125-151.
20
Aboites, Luis, op. cit., p. 107.

15
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

En la década de los años veinte, el gobierno inició una política sumamente dinámica dirigida al
desarrollo de la agricultura de riego. En 1921 se creó la Dirección de Irrigación dentro de la Secreta-
ría de Agricultura y Fomento, la cual se convirtió el 9 de enero de 1926 en la Comisión Nacional de
Irrigación (CNI), al ser promulgada la Ley sobre Irrigación y Aguas Federales. Esta fue la primera
institución que tuvo como finalidad específica la construcción de infraestructura de riego en aquellas
zonas donde no existían condiciones de temporal seguras. La irrigación era la mejor forma de contra-
rrestar el medio natural tan desfavorable que hacía depender los cultivos de los caprichos de la natu-
raleza. Desde entonces, la llamada gran irrigación se convertiría en el eje la política hidroagrícola, en
la que la organización gubernamental encargada de la administración de los distritos dispuso de un
total apoyo legal para asignar y distribuir las aguas con base en lo dispuesto en el artículo 27 constitu-
cional. En cambio, los pequeños sistemas de riego, manejados por sus propios usuarios, quedarían en
un segundo lugar en la atención del gobierno federal.
Esto llevó a establecer claras diferencias entre los sistemas de grande irrigación: los distritos de
riego, y los de la pequeña irrigación: las unidades de riego. En los distritos se consolidarían formas de
organización promovidas desde el gobierno federal, donde, en la mayoría de los casos, hasta la distri-
bución parcelaria del agua estaba a cargo de empleados del gobierno federal sin permitir la autogestión
de sus propios agricultores; mientras que las llamadas unidades de riego se basarían en el esfuerzo y
capacidad económica de sus propios beneficiarios. Algunas de ellas son sobrevivientes hasta nuestros
días de formas antiguas de organización para la distribución del agua, tales como los atopiles y jueces
de agua en pueblos del centro del país.
Esos cambios dieron sustento a una nueva concepción del agua como recurso productivo, al con-
vertirlo en elemento estratégico no sólo de grandes negocios, sino también para los fines de la admi-
nistración estatal.20 En esa medida, el agua comenzó a ser vista como un recurso de vital importancia
para el desarrollo económico general. La gestión del agua para uso agrícola se inicia a partir del
reconocimiento legal de los derechos sobre el recurso y se empieza a constituir la base de la interven-
ción fiscal. En esos años se inicia la creación del sistema institucional de intervención económica en
los distritos de riego, como fueron los comités de control del abasto de granos básicos y otras instan-
cias con fines especiales.21
A través de un proceso poco estudiado, el gobierno federal continuó la centralización del manejo
del agua al tiempo que promovía múltiples formas asociativas y de participación para que los agricul-
tores beneficiados con agua en los sistemas construidos por el gobierno federal accedieran a paquetes
tecnológicos, financiamiento, mercados e insumos. Con el impulso del proyecto estatal de gran irri-
gación se estableció un pacto implícito con los agricultores, privados o ejidales, que se beneficiaban
de estas obras, en el que el gobierno federal recibía apoyo político a partir de su papel de responsable
del manejo de los grandes sistemas de riego: ambos salían beneficiados. Este tipo de acuerdos han
sido llamados corporativos, en tanto que los usuarios de los sistemas de riego, organizados en torno a
la gestión pública del agua, aportaban su aprobación y apoyo político a los gobiernos de la Revolución
en un sistema de representación de intereses encabezado por el partido que finalmente se convertiría
en el Partido Revolucionario Institucional (PRI).22
Esto llevó a que en los distritos se desarrollaron formas de representación de intereses corporativos
que son, al mismo tiempo, instancias de coordinación entre productores y el Estado. Al principio, las

21
Cfr. Durán, Juan Manuel, ¿Hacia una agricultura industrial?, Universidad de Guadalajara, 1988, pp 30-32; y Robles, Rosario, "Estructura
de la producción y cultivos 1950-1960", en Historia de la cuestión agraria mexicana. La época de oro y el principio de la crisis de la agricultura
mexicana 1950-1970, Siglo XXI, México, 1988, pp 24-25.
22
El corporativismo es la organización de la colectividad sobre la base de asociaciones representativas de los intereses y actividades
económicas o profesionales, a partir de lo cual es posible establecer fórmulas de colaboración y de concertación para la neutralización
de los elementos conflictivos. Bobbio, N., Diccionario de política, Siglo XXI, tomo 1. El régimen político mexicano ha sido muchas veces
caracterizado como corporativo a partir del "pacto social" cardenista.

16
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

jefaturas de distrito tuvieron objetivos


fundamentalmente constructivos, pero
con el impulso del modelo de desarro-
llo se consolidaron las instituciones
desde las que se apoyaría la moderni-
zación agrícola de la Revolución verde
en los distritos, en la que el riego es
una condición tecnológica fundamen-
tal. El proyecto hidroagrícola se con-
vierte en la base tecnológica que sus-
tenta la modernización agrícola, ya que
la mayor parte de la inversión agrícola
pública se destinó a la gran irrigación
durante más de cuarenta años, como po-
Figura 1. Inversión pública agrícola.
demos observar en la figura 1.
Entre 1926 y 1934 se crearon los
Millones de pesos 1960
primeros distritos de riego: Pabellón,
en Aguascalientes; Mante, en Tamaulipas; Tula y Meztitlán, en Hidalgo; don Martín, San Carlos y el
Nogal, en Coahuila; Delicias y Ciudad Juárez, en Chihuahua; Culiacán en Sinaloa; Lerma, en
Guanajuato y Tijuana, en Baja California.23 Varios de ellos se crearon sobre la base de los sistemas
construidos por las grandes haciendas. Esto también es muestra de que durante 25 años la irrigación
gubernamental mostró una clara vocación norteña. Tal vocación tenía, por lo menos, tres grandes
justificaciones. De entrada, se afirmaba que esta zona contaba con una población hábil, capaz y em-
prendedora, deseosa de abandonar la agricultura como forma de vida para convertirla en un buen
negocio. En la época predominaba la idea de que era necesario hacer prevalecer al mestizo empren-
dedor sobre al indígena indiferente a la modernidad. Por otro lado, el norte está mucho más cerca de
los Estados Unidos de América (EUA), salvaguardar la soberanía nacional requería reforzar el
poblamiento para evitar otras experiencias dramáticas como las ocurridas durante el siglo XIX con la
pérdida de grandes porciones de territorio patrio. A las condiciones demográficas y políticas se suma-
ba un atributo geográfico adicional. En el norte la geografía había sido generosa, pues podía hallarse
combinación entre ríos más o menos constantes, aunque torrenciales, con superficies compactas de
muy buena calidad para impulsar la conquista del desierto. Finalmente, el costo que representaba
para el gobierno federal el ampliar la frontera agrícola de riego era considerablemente menor en las
llanuras costeras del noroeste y en la cuenca del río Bravo en el noreste, que ampliar los sistemas
tradiciones del centro y sur del país, en los cuales, además de enfrentar mayores dificultades naturales
y sociales, no se aseguraba el incremento en su productividad debido a la fragmentación de la tenen-
cia de la tierra.
La CNI, antes de la reforma agraria cardenista, promovió la expansión de la frontera agrícola con
riego, a partir de la distribución de tierra a los productores privados con predios de un tamaño
suficiente para asegurar su rentabilidad y capitalización. Se pretendía que todos los insumos y la
administración de los distritos estuvieran a cargo de los mismos productores, y para tal fin se promovió la
conformación de organizaciones de usuarios. Este proyecto tuvo que enfrentar las demandas sociales
de redistribución de la tierra y, de alguna manera, la necesidad del gobierno federal de reforzar sus
apoyos políticos.
El proyecto del régimen de Plutarco Elías Calles, al igual que durante los primeros años de la
década de los treintas, conocidos como el Maximato, era fraccionar latifundios, colonizarlos y, con ello,

23
CNA, op. cit., México, 1994, p. 17.

17
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

propiciar el surgimiento de una clase media de agricultores. El riego abriría las condiciones para una
modernización técnica de la agricultura, lo cual haría viable el abandono gradual de las relaciones de
propiedad y de trabajo que prevalecían durante el porfiriato. Con el argumento de la inversión públi-
ca, el gobierno podía negociar la entrega de latifundios a cambio de tierras mucho más productivas.
De ese modo, se debilitaba el grupo latifundista sin enfrentarlo abiertamente y sin dañar su capacidad
productiva y exportadora, y se favorecía un desarrollo agrícola con bases nuevas. Pero este proyecto
enfrentó sus dificultades, particularmente con la recesión mundial que se iniciaría en 1929 y que
complicó su realización, además de que la presión sobre la tierra crecía considerablemente.24
La década de los años treinta representó a nivel mundial el colapso de las grandes economías
capitalistas en el periodo conocido como la Gran Depresión, lo cual se reflejaría en nuestro país a
través de la caída del producto interno y del ingreso por habitante. En México, el modelo económico
heredado del periodo anterior entró en crisis, el cual se caracterizaba por su carácter primario
exportador, e implicaría la reorganización del papel del Estado y del gobierno federal bajo el régimen
del general Lázaro Cárdenas. En este periodo se produjo la reorientación del Estado en la economía,
que llevó al desarrollo del políticas económicas con fuerte intervención gubernamental, a través del
crecimiento de la demanda global en la economía nacional con base en el gasto público. Esto es parte
del componente económico que permitió establecer el modelo de desarrollo cuyo objetivo central era
la industrialización, en el cual la participación de la agricultura quedaría en desventaja frente al resto
de la economía durante las siguientes décadas, pero permitiría el desarrollo social y económico, así
como la expansión económica durante varias décadas.
Hasta 1930, veinte años después del inicio de la Revolución, si bien el número de ejidatarios era ya
considerable, alcanzando 47% del total de productores agrícolas, la superficie perteneciente a los
ejidos era solamente 6% del total. En general, las grandes haciendas no habían sido afectadas por la
reforma agraria y la propiedad de 94% de la tierra agrícola correspondiente a los propietarios priva-
dos estaba sumamente concentrada: solamente 0.3% de las explotaciones privadas poseía 56% de la
superficie total. 25
La reforma agraria cardenista implicó un cambio espectacular en el acceso a la tierra. Para 1940,
casi la mitad de las tierras agrícolas del país eran ejidales, incluyendo la mayor parte de la superficie
irrigada. La participación de los ejidos en la superficie de labor pasó de 13% en 1930, a 47% en 1940;
en el caso de la superficie irrigada, el incremento fue de 13 a 57%. Desde entonces el ejido se consti-
tuyó en una parte fundamental de la estructura agrícola de México, quedando eliminado el latifundio
tradicional como forma dominante de explotación de la tierra, y transformando radicalmente la
estructura social de todo el país.
Desde la elaboración del Plan Sexenal 1934-1940, base programática del régimen de Lázaro Cár-
denas, se previó la profundización de la reforma agraria. Se dejaron de considerar la inversión públi-
ca para el fraccionamiento de latifundios y el proceso de colonización del norte del país, con base en
una clase media agrícola. Desde ese momento se consolidó el papel central del gobierno federal en la
construcción, operación y desarrollo de la gran irrigación. Al romper el monopolio de la propiedad
de la tierra, la reforma agraria sentó las bases para una rápida ampliación de la oferta agrícola. La
superficie agrícola cosechada, que hasta 1934 había disminuido, aumentó a partir de ese año alcan-
zando tasas cercanas a 4 o 5% anual.

24
Aboites, Luis, La irrigación revolucionaria. Historia del sistema nacional de riego del río Conchos, Chihuahua. 1927-1938, Ciesas, México, 1988.
Se expone, mediante un caso concreto, el cambio en la política de irrigación entre los años veintes y cuarentas.
25
Reyes Osorio, Sergio et al., "Un análisis general de las implicaciones de la reforma agraria", Estructura agraria y desarrollo agrícola en
México, FCE, México, 1979, p.3-75.

18
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Ley sobre Irrigación y Aguas Federales, de 1926. Artículo 2.

"Se declara de utilidad pública la irrigación de las propiedades agrícolas privadas, cuales-
quiera que sean su extensión y cultivo, siempre que sean susceptibles de aprovechar aguas
de jurisdicción federal. Los dueños de las propiedades referidas quedan obligados, en los
términos de la ley, a construir, conservar las obras hidráulicas que el Ejecutivo determine,
conforme a las prescripciones de la misma."

Orive Alba, Adolfo. La irrigación en México, Editorial Grijalbo, México, 1970, p. 67.

Para 1934, con la reforma agraria, la CNI redefine sus objetivos. Para ese entonces el régimen
político pone en marcha su novedoso proyecto para incorporar las demandas de cada sector social, al
mismo tiempo que promueve un modelo de desarrollo económico fundamentado en la intervención
y dirección estatal, con el cual se estimuló una política de reparto agrario a partir de las dotaciones
ejidales y límites a la extensión de la propiedad privada. En muchas partes esto generó conflictos que
tuvieron soluciones específicas a partir de concertaciones y acuerdos parciales, según las relaciones de
fuerza locales.
De 1940 a 1958 el producto del sector primario creció a una tasa media anual de 5.8%; en particu-
lar, el subsector agrícola lo hizo a una tasa de casi 7% anual. Este acelerado crecimiento se explica
fundamentalmente por tres factores: primero, la reforma agraria que rompió los controles monopólicos
y permitió el crecimiento acelerado de la inversión en la agricultura; segundo, la inversión pública,
sobre todo en obras de irrigación, que permitió la incorporación de recursos naturales importantes e
incrementó la productividad de las tierras agrícolas. De 1934 a 1950 la inversión pública canalizada al
sector agropecuario creció a una tasa de 17% anual en términos reales. Y el tercero, el comportamien-
to relativamente favorable de los precios agrícolas.
En diciembre de 1946 es creada la Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH) y se promulga una
nueva ley de riego, en la que se le otorgan facultades para la construcción de infraestructura hidráu-
lica, exceptuando la obra con fines de generación de energía eléctrica; la operación y colonización de
los distritos de riego sería función de la también creada Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG).
En las siguientes décadas se llevaría a cabo la construcción de los grandes sistemas de riego, haciendo
crecer considerablemente la aportación de la agricultura de riego en el producto interno agrícola,
estableciendo también una estructura económica, política y organizativa muy importante para esa
etapa de la historia de nuestro país. En términos comparativos, México se convirtió en el caso más
extremo de centralización en América Latina: "... muchos otros países han creado instituciones simi-
lares pero la SRH ha seguido siendo la más poderosa de todas las de su especie en la región... La
ausencia de instituciones similares en otros países sirve para subrayar la índole especial de la evolu-
ción institucional en México. Sólo Cuba, otro caso especialísimo, ha creado un organismo centraliza-
do de esta índole, pero con un ámbito menor de competencia que la SRH".26
Entre 1946 y 1951, muchas de las nuevas superficies de riego consagradas a los cultivos básicos,
tras la reforma agraria cardenista, son sustituidas por producciones comerciales. El algodón se volvió
dominante en menos de una década, hasta 1956, cubriendo 56% de superficie de riego en 1951,
reduciendo la destinada al maíz y frijol. Sólo hasta los años sesenta, con base en los paquetes tecnoló-
gicos de la Revolución verde, aumenta la producción de variedades mejoradas de trigo y maíz, pasan-

26
CEPAL, La gestión de los recursos hídricos en América Latina y el Caribe, Naciones Unidas. Santiago de Chile, 1989. Estudios e Informes de
la CEPAL, 71. p.26 y 251, nota 30.
27
Durán, Juan Manuel, op. cit., pp. 17-42.

19
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

do su superficie de 34.4%, en 1951, a 50%, en 1960, y 44.3% en 1966. La rotación de trigo-algodón se


generaliza en los distritos irrigados del norte. 27 La producción de estos granos no es con base en la
producción campesina tradicional sino, por su destino agroindustrial, se genera un sector comercial y
empresarial en cada complejo agroproductivo, como fue el del sorgo, la soya, las hortalizas de expor-
tación y otros insumos agroindustriales. Mientras tanto, la agricultura campesina y de subsistencia,
productora de los granos básicos, inicia la profunda crisis en la que todavía se encuentra.
Esta etapa, que en su siguiente fase se conocería como desarrollo estabilizador, se basó en el estable-
cimiento de ciertas reglas macroeconómicas que permitirían industrializar al país con base en la
sustitución de importaciones: productos primarios, principalmente agrícolas, a cambio de bienes de
capital. En esto los agricultores de los distritos de riego del norte podían enorgullecerse de su contri-
bución, ya que de 1935 a 1965 aportaban la mayor parte del algodón. Fueron tres décadas de prospe-
ridad, aunque también de dificultades provocadas por los vaivenes de precios y mercados controlados
por las compañías comercializadoras, muchas de ellas estadounidenses. Cuando las plagas y manio-
bras especulativas norteamericanas, junto con la secuela de la innovación tecnológica que hizo posi-
ble la generalización de las fibras sintéticas deprimieron el auge algodonero del norte de México,
estos agricultores diversificaron sus cultivos. Cambiaron el algodón por el trigo o sorgo, y otros persis-
tieron en el tomate y otras hortalizas altamente rentables.
Un hecho generalmente poco referido respecto al auge agrícola de la gran irrigación durante esos
años fue la cuantiosa inversión pública.28 El norte del país fue el más beneficiado con la expansión de
la frontera agrícola de la gran irrigación. Entre 1940 y 1970, ahí se concentró 67.8% de las inversio-
nes, en particular en Sinaloa, con 22.3% del financiamiento. La concentración de recursos fortaleció
los intereses económicos y políticos regionales, y conformó un estrato de empresarios agrícolas. Una
de las características de los programas hidráulicos de la época fue su tendencia a concentrar los
recursos en donde la estructura de la tierra era favorable a la propiedad privada. 29
Otro elemento fue que en estas nuevas zonas de riego prevalecían formas sociales de organización,
acceso a la tierra y tecnológicas más dinámicas que en el centro y sur del país. Predominaban las
relaciones salariales, antes que las de peonazgo, aparcería o servidumbre, junto con la poderosa ini-
ciativa modernizadora de rancheros con una visión empresarial de la agricultura, antes que la del
tradicional latifundista rentista. Los flujos migratorios de origen porfiriano que habían dado al norte
una paulatina importancia en cuanto a movimientos de población, así fuera como lugar de paso a
hacia los EUA, se vieron reforzados tremendamente. Los jornaleros agrícolas originarios del centro
del país fueron protagonistas fundamentales de la prosperidad económica de los distritos de riego y
de sus ciudades. 30 El manejo del agua era entendido como un elemento central de las políticas de
desarrollo, en la cual se inscribió la política económica de la época y la política hidroagrícola,
específicamente.
En la segunda mitad del siglo XX se buscó reorientar geográficamente el gasto gubernamental. En
el sexenio del Lic. Miguel Alemán se crearon las comisiones de cuenca del Papaloapan y del Grijalva,
que dieron inicio a este cambio en el destino del dinero público. Desde 1941, el presidente Manuel
Ávila Camacho había formulado su famosa declaración sobre la marcha hacia el mar. El interés siste-
mático del gobierno federal por el sureste dio otro paso luego de que las inundaciones en 1944
asolaron distintas partes del país, pero especialmente a las planicies veracruzanas del Papaloapan.
Los argumentos de 1941 se vieron reforzados por las inundaciones de 1944 y el gobierno federal
decidió empezar por conocer el tamaño del problema. Por lo tanto, la CNI contrató al ingeniero José
Noriega para que formulara un diagnóstico sobre la cuenca del Papaloapan, del que se derivó, en
1947, la decisión gubernamental de crear la primera comisión de cuenca.31 A esta seguiría, cuatro

28
Aboites, Luis, op. cit., p.121.
29
Hewitt de Alcántara, C., La modernización de la agricultura mexicana 1940-1970., Siglo XXI, México, 1978.
30
Aboites, Luis, op. cit., p. 124.

20
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Río Papaloapan. Durante el sexenio 1946-1952 se creó la Comisión de Cuenca del Papaloapan.

años después, la del Grijalva. También se inició el aprovechamiento integrado de las aguas subterrá-
neas y superficiales en el distrito de riego del río Colorado. En la mirada gubernamental hacia el
suroeste, se reproducían varios de los elementos ya expuestos: el optimismo geográfico decimonónico
y el renovado optimismo de los ingenieros por dominar la naturaleza. Hasta entonces la historia
nacional era la historia del centro y de su zona de expansión, el norte. Ahora era posible dirigir la
mirada hacia los territorios considerados vírgenes y que sólo, hasta ese momento, podrían realmente
sumarse a la marcha del progreso nacional.
Esto influiría definitivamente en el camino que seguiría la SRH, así como en los cambios que se
darían en los siguientes años en los distritos. La finalidad de establecer comisiones de cuenca fue la de
corregir las deformaciones ocasionadas por las fuerzas del mercado, cuya acción espontánea era con-
centrar el crecimiento económico en unas pocas regiones. La forma organizativa adoptada para llevar
a cabo ese programa fue inspirada en el Tennessee Valley Authority, en los EUA, donde se crearon comi-
siones ejecutivas para cada una de las regiones hidrológicas en que decidió actuar el gobierno fede-
ral.32 Las comisiones creadas fueron la del río Papaloapan, la del Tepalcatepec —después llamada del
Balsas—, la del Grijalva-Usumacinta y la del río El Fuerte. Las acciones emprendidas fueron la am-
pliación de la frontera agrícola a través de la construcción de infraestructura, que no se reducía a la
destinada al manejo del agua, aunque siempre fue la más importante para reducir la presión demo-
gráfica sobre el centro del país mediante la colonización de las llanuras costeras. Estas comisiones y
otras que no llegaron a funcionar plenamente, como ocurrió con la de la cuenca Lerma Chapala,
fueron disueltas a mediados de la década de los años setenta. En ese entonces se les criticaba fuerte-
mente por ser una instancia por arriba de los gobiernos estatales que, antes que coordinar a los
distintos niveles de gobierno, representaba una mayor presencia del poder ejecutivo.

31
Aboites, Luis, ibídem, p. 125.
32
Melville, Roberto, "TVA y la Comisión del Tepalcatepec. Una comparación tentativa", Sistemas hidráulicos, modernización de la agricultura y
migración, Viqueira L., Carmen y Lydia Torre M. (coord.), Universidad Iberoamericana-El Colegio Mexiquense, México, 1994.

21
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

La necesidad del gobierno federal de constituir instancias efectivas de coordinación entre las insti-
tuciones del gobierno federal que manejaban el riego y los agricultores de los distritos, llevó a la
consolidación del sistema corporativo de representación de intereses. Esto implicó el fortalecimiento
de las políticas públicas del gobierno federal sobre cualquier actividad de los gobiernos estatales y
locales al respecto. El gobierno federal tenía el apoyo de los grandes contingentes de campesinos del
centro y sur del país que se estaban movilizando hacia el norte para ocupar las nuevas tierras de
cultivo, como ocurrió en todas las tierras distribuidas como parte de las políticas de colonización. En
1953 se constituyeron los comités directivos de los distritos de riego, con funciones de normar la
operación, establecer los planes de cultivo y pugnar por los servicios de entrega de agua a los usua-
rios. Estos comités se convirtieron pronto en los espacios centrales de concertación y dirección de la
política hidroagrícola, creciendo en sus funciones y capacidad de dirección del proceso productivo,
hasta principios de los años ochenta. El comité directivo era donde actuaban y participaban todos los
usuarios de un distrito, a través de sus representantes, como cuerpo encargado de la vigilancia y
supervisión de los actos de autoridad del personal de la SRH, y como órgano que toma decisiones
para distribuir ciclo a ciclo el agua, planeada con base en la explotación agrícola. La jefatura del
distrito, como principal autoridad pública, establecía un estrecho contacto con todos los sectores
representados en el comité directivo, a fin de que los agricultores dispusieran oportunamente de
semillas, avíos, etc. A partir de la década de los años sesenta, se consolidó la acción del comité direc-
tivo y se definió el nivel de autoridad de la jefatura de distrito.
En 1958 se consolida el modelo de desarrollo estabilizador. En este periodo se da cada vez mayor
importancia a la iniciativa privada y se acentúa el énfasis en la industrialización como motor del
desarrollo económico. La tasa de crecimiento del sector industrial alcanzó una media anual de 9%,
impulsando un crecimiento conjunto de la economía de 6% anual. Se profundizó el proceso de susti-
tución de importaciones más allá de los bienes de consumo final, hacia los bienes intermedios y de
capital. Se apoyó este proceso con una política de desarrollo hacia adentro, basada en un proteccio-
nismo comercial con aranceles elevados y cuotas de importación en numerosos productos.

Funciones del comité directivo.


Ley Federal de Aguas, 1972.

I Establecer programas anuales agrícolas y pecuarios, tomando en cuenta los planes nacionales
formulados por la Secretaría de Agricultura y Ganadería.
II Promover los trabajos de investigación y extensión de técnicas agropecuarias.
III Formular y promover los planes de crédito.
IV Fijar los programas de riego y cultivos.
V Fomentar la piscicultura.
VI Promover la organización de los productores.
VII Promover la comercialización de los productos agropecuarios.
VIII Promover la construcción y operación de silos, almacenes y bodegas o cualquier otro sistema
de preservación y manejo de los productos agropecuarios.
IX Promover el desarrollo de industrias rurales.
X Promover la realización de las obras de infraestructura necesaria.
XI Promover la creación de centros regionales de capacitación agropecuaria e industrial.
XII Revisar y proponer periódicamente a la Secretaría, las cuotas por servicios y los presupuestos
de administración, operación y conservación de las obras del distrito de riego.
XIII Servir de órgano de consulta en todo lo relacionado con el desarrollo del distrito.
XIV Fomentar el asesoramiento a los usuarios.
XV Atender y resolver los demás asuntos relacionados con la explotación agrícola y pecuaria, con
el propósito de lograr una mejor productividad.

Fuentes: Orive Alba, La irrigación en México, pág. 186, y Secretaría de Recursos Humanos. Ley Federal de Aguas. 1972.

22
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

La política agrícola se transformó para hacer corresponder el desarrollo sectorial con los objetivos
del crecimiento nacional, sobre todo en lo referente a la estabilidad del nivel general de precios. El
freno al crecimiento de los precios agrícolas, además de resultar indispensable para la estabilidad del
nivel general de precios, se estimaba conveniente para apoyar el consumo interno con alimentos
baratos y favorecer una mayor productividad a través de la utilización de los recursos naturales en
cultivos intensivos. Es decir, se resolvían los problemas que se habían detectado desde la perspectiva
del auge agrícola: presiones en el nivel general de precios, derivadas de precios agrícolas elevados;
exportaciones subsidiadas de excedentes agrícolas; y la llamada cerealización de los distritos de riego,
que implicaba la subutilización del potencial productivo. La protección relativa a la industria implicó
una desprotección relativa a la agricultura que incidía fuertemente en la estructura de los precios
relativos. No se ignoraba que esta política podría tener efectos negativos sobre el desarrollo agrícola.
Sin embargo, esto encontraba justificación en dos ideas de amplia aceptación: primera, que el mayor
desarrollo industrial generaría un efecto de arrastre capaz de estimular el crecimiento de la agricultu-
ra y demás sectores económicos. Segunda, que los efectos negativos de la política de precios sobre la
agricultura podrían ser compensados por medio de apoyos a la producción que significaran menores
costos para el agricultor.33 Si la agricultura no podía ser estimulada por mayores precios, podría serlo
mediante menores costos. Los estímulos compensatorios de la política agrícola se apoyaron en un
importante proceso de inversión pública, en el establecimiento de programas de asistencia técnica y
de fomento a la producción; así como en la utilización de diversos mecanismos para reducir el costo
del crédito, riego e insumos. De 1957 a 1981 la inversión pública canalizada a la agricultura creció a
una tasa anual superior a 10%. En el periodo de mayor deterioro de los precios agrícolas, después de
1962, el ritmo de crecimiento de la inversión se incrementó hasta llegar a 13.5% entre ese año y 1981.
Simultáneamente, los subsidios mantenían bajos los precios de los insumos agrícolas. De 1958 a 1970,
a pesar del congelamiento de los precios agrícolas, la relación entre los precios de la producción y los
precios del consumo intermedio se mantuvo sin deterioro. Posteriormente, a partir de 1973, como
consecuencia de la recuperación de los precios agrícolas y del incremento de los subsidios, el diferen-
cial a favor de los precios de la producción agrícola respecto a su consumo intermedio se incrementó
significativamente.34
Durante el periodo presidencial 1958-1964, el destino de la inversión pública en el sector
agropecuario no se modificó sensiblemente: más de 75% de los recursos se destinaron a la construc-
ción de obras de riego y entre estas predominaron los grandes proyectos,35 pero se inicia una nueva
etapa, en la que el desarrollo de los servicios y la política social del Estado mexicano requerían de
mayores recursos para poder responder a las fuertes desigualdades sociales y regionales que durante
este periodo se estaban generando.
Para principios de los años setenta la agricultura comercial ya estaba subordinada a los procesos
agroindustriales, a través del patrón tecnológico, en el aprovisionamiento de los diversos insumos, así
como a la principal demanda del sector agrícola por la cadena agroindustrial, en la cual la industria
agroalimentaria ocupa un lugar importante. Se considera que en la década de los años setenta finaliza
el desarrollo estabilizador y se hacen manifiestas las dificultades de la producción agrícola nacional
para abastecer la creciente demanda de alimentos. El sector agropecuario vuelve a sufrir épocas difí-
ciles, aunque con pequeños repuntes. Su participación en el producto interno bruto sigue en picada
hasta llegar a 8.4% en 1980.
La respuesta estatal a los problemas de la agricultura en la década de los setenta se dirige al
reforzamiento de la intervención institucional y a la reactivación de las formas corporativas de par-
ticipación de los agricultores, en particular, los de riego. La política de intervención institucional se

33
Gómez Oliver, Luis, El papel de la agricultura en el desarrollo de México. FAO, Santiago de Chile, 1995.
34
Gómez Oliver, Luis, ibídem.
35
Reyes Osorio, Serio, op. cit., pp. 869-872.

23
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

consolida en todos los planos. Por un lado,


25
se confrontan las dificultades en la pro-
ducción y comercialización con el proyec-
20
to de organización para la producción
durante el primer quinquenio de los años

Porcentajes
15

ETAPA ACTUAL
setenta, generándose múltiples propues-
tas asociativas para organizar ejidatarios y 10
pequeños propietarios privados. En el sis-
tema crediticio se consolida una estructu- 5

ra de canalización de la inversión pública, ETAPA I ETAPA II ETAPA III

se constituye la Comisión Nacional de Sub- 0


1920 1940 1958 1982 1996 1999
sistencias Populares (Conasupo) con una
multiplicidad de empresas nuevas y ante-
riores que incluyen bodegas rurales,
Figura 2. México: Participación del producto agrícola
comercialización de granos básicos,
en el producto interno bruto, 1921-1999.
agroindustrias y otros. También se estable-
cerían ambiciosos programas para recupe- Fuente: Gómez Oliver, Luis, op. cit y Zedillo, Ernesto, 6o. Informe
rar la producción para el mercado inter- de Gobierno, 2000, Anexo estadístico.
no, como fue poco después, en pleno boom
petrolero, el Sistema Alimentario Mexicano (SAM). Para lo anterior, se fijan varias medidas importan-
tes con respecto a la gestión del agua. La primera es la formulación y aprobación de la Ley Federal de
Aguas de 1972, vigente hasta 1992 con varias modificaciones en 1986, y que sustituyó a la anterior
Ley de Aguas de Propiedad Nacional, de 1936.
Más que reflejar un abandono del campo, como algunas veces ha sido señalado, esta evolución
confirma la incapacidad de la política sectorial para compensar el no estímulo de la inversión privada
provocada por el sesgo antiagrícola de la política macroeconómica. La política compensatoria fue
ineficaz para favorecer el desarrollo eficiente de la agricultura empresarial. Al mismo tiempo fue
altamente perjudicial para los campesinos. Como respuesta a los principios de debilitamiento del
crecimiento de la productividad agrícola en 1965, el gobierno federal aumenta considerablemente las
inversiones en riego que, como en 1968, se incrementa en un solo año en 20% más, con los objetivos
explícitos de elevar la productividad en las zonas de riego, lo que hizo superar las metas sexenales
respecto a la inversión en riego.
En los años setenta, la reactivación de los mecanismos corporativos del régimen político, en el caso
de la agricultura, estuvo acompañada de un proyecto muy importante de organización para la pro-
ducción. En este se promovió la organización de los agricultores de muchas maneras y tuvo un impac-
to muy intenso en las principales zonas de gran irrigación, principalmente en el noroeste. Estas
políticas de organización tuvieron versiones distintas en cuanto al supuesto sujeto social de cambio y
las bases de apoyo, y se centró fundamentalmente en la organización para la comercialización. En los
distritos, esta estrategia fortaleció un sector de productores que venían ejerciendo las funciones de
intermediación política. Esta élite rural se había conformado en una de las bases más estables de la
estructura corporativa en la agricultura de riego. Además de las 36 figuras asociativas a las que se
llegó a fines de los años setenta, se creó una multiplicidad de organismos públicos para resolver
problemas particulares: fideicomisos, comités de comercialización, etc., que se fueron sumando a los
comités directivos en los distritos. Pero la respuesta de los productores campesinos de zonas no tan
beneficiadas con la inversión gubernamental inician un proceso de organización en contra de la polí-
tica agropecuaria, que generó varias oleadas organizativas y de conflictos por la tierra y recursos
productivos. La política de expansión de las zonas de riego siguió siendo una salida a las demandas
sociales, al poder ampliar todavía zonas de riego y dotar a través de la reforma agraria a los crecientes
contingentes de agricultores sin tierra.

24
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

La rápida pérdida de importancia relativa del sector primario a nivel nacional empieza a afectar a
los estados en donde la agricultura es una de las actividades económicas principales, pues su menor
crecimiento hace que estas entidades tiendan a reducir su participación económica en la producción
total del país, si no les es posible acelerar su crecimiento en otras ramas de actividad.
El enorme grado de polarización de la agricultura puede apreciarse mediante la concentración del
producto por predio a nivel nacional, en toda la agricultura. En 1950, la mitad de los predios agríco-
las del país con menor producción participaban con 6% del producto agrícola nacional. Para 1960, el
porcentaje del producto agrícola que correspondió a esa mitad de predios fue de sólo 4%. En 1970
esta participación bajó aún más, hasta ser apenas superior a 2%. Es decir, 50% de las explotaciones
agrícolas del país sólo producía 2% del total. 36
En el caso de los pequeños productores campesinos que cultivaban maíz y frijol, fundamentalmen-
te para autoconsumo, pero que indispensablemente requieren alguna fuente de liquidez para costear
los desembolsos monetarios dentro del proceso de producción y consumo, la alternativa más accesible
a la mayor producción agrícola fue el incremento del trabajo asalariado fuera de la explotación fami-
liar. Para la agricultura campesina es muy importante la relación entre el precio del maíz y el salario
que es posible ganar fuera de la parcela familiar. Hasta 1957 la relación del precio del maíz respecto
al salario mínimo se sostuvo e incluso fue ligeramente creciente, pero desde 1958 en adelante el
índice de precios agrícolas respecto al salario rural cayó rápidamente y, en 1973, sólo era 29% del
nivel de 1957.37
Los elevados recursos que se canalizaban a la agricultura por medio de los distintos mecanismos de
la política sectorial, tales como: inversión pública en infraestructura, subsidios en el mantenimiento y
operación en las obras de irrigación, subsidios en maquinaria y otros bienes de capital, subvenciones
aplicadas a fertilizantes y otros insumos modernos, tasas preferenciales de crédito y apoyos más im-
portantes encaminados a disminuir los costos de la producción agrícola, beneficiaron fundamental-
mente a aquellos agricultores que usufructuaban las obras de infraestructura, empleaban maquinaria,
utilizaban insumos modernos y tenían acceso al crédito oficial. Es decir, fundamentalmente al sector
empresarial de la agricultura. Con estas políticas se polarizó socialmente más la agricultura. En los
distritos del norte del país se conformó un sector de empresarios agrícolas, ejidatarios o pequeños
propietarios, que gracias al apoyo gubernamental lograron transformar su actividad productiva, cam-
biaron sus cultivos de acuerdo con la demanda de los mercados nacionales e internacionales, mecani-
zaron y adoptaron el uso de agroquímicos y ampliaron su escala de producción a través del apoyo
crediticio de instituciones financieras gubernamentales. La pequeña irrigación, siempre marginada
del presupuesto público, ubicada en mayor medida en el centro y sur del país, se amplió a través de
pequeños sistemas de riego abastecidos en mayor medida por pozos, en áreas densamente pobladas,
formas de producción más campesina, sistemas menos complicados para el manejo y operación, y la
administración a cargo de los usuarios. Algunas zonas de riego con características campesinas dejaron
de ser zonas de atracción para convertirse en expulsoras de migrantes con destinos nacionales e
internacionales.
La caída de hasta 70% en el precio del maíz respecto del salario no podía quedar sin respuesta. Si
los agricultores empresariales sustituyeron el maíz por el sorgo, los campesinos sustituyeron la pro-
ducción de maíz por mayor trabajo asalariado, en lo que se identificó como el proceso calificado de
descampesinización, tema de debate en esa época entre académicos y funcionarios públicos.
El principal factor que explica directamente el rezago en el crecimiento del producto agropecuario
después de 1958 radica en el comportamiento de la inversión privada. Ésta, en general, seguía el
comportamiento de los precios relativos y tuvo por tanto un largo estancamiento, provocando la
descapitalización del sector agrícola a pesar del acelerado crecimiento de la inversión pública y de los
subsidios.
36
Gómez Oliver, Luis, op. cit., pp. 6-12.
37
Gómez Oliver, Ibídem.

25
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Con el control estatal centralizado del agua como insumo productivo en la agricultura, también se
establece un modelo de desarrollo diferenciador que promovió una agricultura empresarial altamen-
te capitalizada, con el paquete tecnológico de la Revolución verde, apoyo gubernamental a través del
crédito, comercialización, infraestructura hidroagrícola, investigación, insumos, etc., al lado de una
agricultura campesina y de subsistencia. En el entorno de los distritos de riego se conformaron
agriculturas periféricas con una escasa competitividad diferencial. El arreglo institucional y producti-
vo de los distritos de riego modificó el entorno económico de las agriculturas periféricas inmediatas,
indirectamente a causa de una competitividad desigual. Pero establecieron relaciones de
complementariedad, que a través de distintos mecanismos, apoyaron su desigualdad productiva.38
La insistencia en reanimar la agricultura a través del apoyo del sector público dio como resultado
un sistemático aumento en la participación relativa del Estado en el desarrollo sectorial. Tanto la
inversión pública como los subsidios fiscales canalizados al sector crecieron en forma acelerada. Entre
1965 y 1980 la inversión pública realizada en el sector agropecuario creció a una tasa de 12.4% anual
en términos reales. En el caso de los subsidios, la tasa de crecimiento es también semejante: 12.5%
anual entre 1970 y 1981. Pero mientras los recursos públicos canalizados a este sector crecían a altas
tasas, el producto sectorial lo hacía en apenas 2.2%.39 El crecimiento acumulativo de los apoyos fisca-
les a la agricultura alcanzó niveles máximos entre 1980 y 1981 como consecuencia del auge petrolero
y la política estatal expansionista. Esto provocaba un peso relativo cada vez mayor de los apoyos
estatales en el desarrollo agropecuario. Al mismo tiempo, la magnitud de los subsidios llegó a incidir
significativamente en las finanzas públicas del país.
A mediados de esa década empezaron a darse señales de que, así como era insostenible para las
finanzas públicas mantener el subsidio al sector agropecuario simultáneamente con políticas
macroeconómicas que lo desfavorecían, debían modificarse radicalmente las políticas de irrigación.
Sin embargo, todavía en 1975, el Plan Nacional Hidráulico consideraba necesario que las acciones del
sector estuvieron encaminadas básicamente a incrementar la oferta para suministrar el agua que los
diferentes sectores usuarios requerían.
Entre 1970 y 1977 se da un proceso de deterioro de la economía nacional que culminaría con la
devaluación de 1976. En este corto periodo creció el déficit fiscal y el déficit en la cuenta corriente de
la balanza comercial. Las importaciones agrícolas crecieron considerablemente, haciendo subir la
oferta externa por importaciones de productos básicos de 1% en 1966, a 14%. Esto provocó el
descongelamiento de precios agrícolas internos y el acelerado crecimiento del gasto público canaliza-
do hacia el sector. Esto llevó a que la inversión pública agropecuaria casi se duplicara de 1972 a 1975,
así como los subsidios.
Después de la devaluación de 1976 y de un periodo de estancamiento con inflación para toda la
economía nacional, se reanimaría la actividad gubernamental gracias al auge petrolero, pero parale-
lamente creció el nivel de endeudamiento público, pasando de 15 mil millones de dólares, en 1975, a
70 mil millones de dólares, en 1981.
La respuesta del gobierno mexicano al deterioro de la actividad agrícola fue la mayor centraliza-
ción en el gobierno federal. De esta manera se decide fusionar en 1976 a la SRH con la SAG, dando
origen a la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH) en la que se integrarían las
funciones de ambas. En ese momento existían 163 distritos, con una superficie de 2,895,904 hectá-
reas, que quedarían bajo responsabilidad de una dirección general, también responsable de las unida-
des de riego. Se inician los esfuerzos para integrar la programación de aguas superficiales con subte-
rráneas y se crean otros organismos especializados, tal como es la Comisión de Aguas del Valle de
México.
38
Cfr. Sanderson, Steven E., La trasnformación de la agricultura mexicana. Estructura internacional y política del cambio rural, Consejo Nacional
para la Cultura y las Artes, (Los Noventa), núm. 46, México, 1990. Se analiza el impacto de la Revolución verde y el proceso de
integración de cadenas productivas de hortalizas con las redes de comercio internacional, y sus consecuencias fuertemente diferenciadoras
en México.
39
Gómez Oliver, Luis, op. cit. p. 13.

26
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

En 1982 el gobierno mexicano enfrentó una profunda crisis evidenciada por la deuda externa. La
política de ajuste aplicada para reducir el déficit público y detener la inflación, con fuertes variaciones
en el tipo de cambio y la negociación de la deuda externa, afectó el gasto público, particularmente en
el sector agropecuario. A partir de entonces, con la desarticulación de la política económica del Esta-
do intervencionista y la consecuente reforma del régimen político para absorber el impacto de las
reformas en la política económica, se desordenan las formas de organización en que se realizaba la
regulación estatal de la actividad agrícola.
En 1982 y 1983, por primera vez desde la crisis de los años treinta, el producto interno disminuyó
en términos reales, a pesar de la posterior recuperación en 1986. La tasa de crecimiento del producto
interno bruto para el decenio de los años ochenta llegó sólo a 1.3% anual promedio. Esto necesaria-
mente afectó en muchos aspectos a la agricultura de riego. Hasta 1982 el país podía importar más de
lo que exportaba, invertir más de lo que ahorraba, el gobierno podía gastar más de lo que captaba y
la sociedad podía consumir más de lo que producía. Después de 1982, los signos se invirtieron.
La crisis económica, la inflación y el fin del boom petrolero a partir de 1983 hizo difícil destinar a los
distritos de riego los recursos con los que históricamente había contado para la operación y manteni-
miento de la infraestructura, haciendo cambiar la dirección de la política hidroagrícola. Las cuotas que
aportaban los agricultores por el servicio de riego para el pago de estos conceptos llegaron a represen-
tar sólo 20% del costo. Lo anterior originó que la década de los ochenta presenciara un gran deterioro
a través de la conservación diferida de la infraestructura, y también trajo como resultado una caída en
la eficiencia de la distribución del agua y, por tanto, en la productividad y en la producción.
En 1985 se fusionan las direcciones de Grande y Pequeña Irrigación de la SARH, integrando sus
estructuras orgánicas y sus recursos materiales y financieros en una sola unidad destinada a realizar
diferentes acciones, así como continuar con
la construcción de obras de irrigación y
drenaje. En el mismo año se inicia la fu-
sión de los distritos de riego con los de tem-
poral, cuya integración se institucionaliza
el 28 de diciembre de 1987 con la Ley de
Distritos de Desarrollo Rural, e implicaría
un considerable debilitamiento de la es-
tructura institucional que atendía la irri-
gación.
Durante la década de los años ochenta
se empieza a contemplar una serie de con-
diciones para el desarrollo de la gran irri-
gación, que antes no eran considerados
como relevantes, ante la evidencia que ya
En la década de los años ochenta la infraestructura hidráulica sufrió un gran presentaba el Plan Nacional Hidráulico
deterioro.
sobre el deterioro del recurso en muchas
partes del país, de la necesidad de lograr un nuevo arreglo institucional que permitiera resolver los
cada vez más generalizados conflictos por el agua, así como enfrentar la crisis fiscal del Estado mexi-
cano después del fin del modelo de desarrollo estabilizador y el breve periodo de auge petrolero.
Para lograr una orientación hacia el exterior de acuerdo con la necesidad de generar capacidad de
pago externo, la apertura comercial juega un papel esencial. La apertura de la economía crea una
ampliación en la oferta, menores precios y mayor competencia. Otra razón es la necesidad de incor-
porar el desarrollo tecnológico. Todo esto llevó a contemplar la reforma estructural, en donde la
modernización del Estado y la desregulación fueron considerados elementos centrales.
Se inició así la apertura comercial después de un periodo de fuerte desequilibrio económico oca-
sionado por la crisis petrolera y la crisis de la deuda externa. En 1986 se firma la entrada al Acuerdo
General de Comercio (GATT) y, en los años siguientes, los cambios en la política comercial fueron

27
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

muy significativos. Esto no sólo llevó definitivamente al fin del modelo de industrialización basado en
la sustitución de importaciones, sino también del Estado intervencionista y desarrollista. En el Estado
recayó la responsabilidad de lograr la estabilización, lo cual implicó una profunda reforma fiscal, la
desincorporación de las empresas públicas, un nuevo rol del Estado en la atención de la pobreza, así
como la desregulación de las actividades productivas y del control de mercados.
Este cambio drástico de estrategias llevó a cancelar la posibilidad de continuar con la estrategia de
desarrollo con participación estatal en las actividades productivas. Significó una nueva forma de in-
tervención en la que el Estado reasume su rol normativo liberando al mismo tiempo fuerzas produc-
tivas en un contexto de mayor autonomía para los agentes privados. No obstante, en un país con una
gran desigualdad del ingreso, en particular entre los productores agrícolas, ha sido necesario seguir
considerando la regulación como un instrumento para dar eficiencia a los mercados y lograr objetivos
de desarrollo.
El impacto más grave sobre la agricultura provino del ajuste fiscal y del desmantelamiento de la
política sectorial compensatoria. El desarrollo agrícola del país descansaba en gran medida en los
estímulos derivados de la inversión y del gasto público. Durante décadas la inversión pública desem-
peñó un papel esencial para promover la inversión privada en la agricultura a través de la dotación de
infraestructura física al medio rural en obras de irrigación, electrificación, comunicaciones e intro-
ducción de servicios generales para localidades pequeñas alejadas de los centros urbanos. A conse-
cuencia de la crisis de 1982, tanto la inversión pública agropecuaria como los subsidios y los gastos en
fomento agrícola se redujeron bruscamente a menos de la mitad, y después de 1983 siguieron una
tendencia acelerada decreciente. Para 1987 el total del subsidio a la agricultura ya era inferior a
medio punto del producto interno bruto (PIB). El impacto del ajuste fiscal sobre el sector agrícola fue
mucho mayor que el promedio. Al mismo tiempo que se presentaba una fuerte caída en el gasto
público global, la proporción del mismo que se canalizaba a la agricultura disminuía rápidamente: de
12% en 1980, a 9.6% en 1983, y a menos de 6% en 1989. Después de ser un sector altamente subsidiado,
la agricultura se ve enfrentada a la exigencia de convertirse en un sector altamente productivo y
competitivo; sin embargo, simultáneamente, el rezago del medio rural en infraestructura física, servi-
cios y condiciones de vida, lejos de haber sido superado, incluso se ha hecho más grave. El proceso de
desregulación general de la economía mexicana se expresó fuertemente en la agricultura. Los gran-
des sistemas de riego, antes fuertemente apoyados por el gobierno federal, entrarían en una fase de
paralización en muchas de sus actividades que los mantenían funcionando. Esta reducción en impor-
tancia y participación económica de la agricultura implicaría un proceso irreversible en la manera de
intervenir del gobierno federal en la gran irrigación.
En el caso de los recursos hidráulicos, se concluyó oficialmente que lo anterior desembocó en la
ausencia de un sistema equitativo de cobro por volumen y precios de equilibrio, generando entre los
usuarios un creciente desperdicio del recurso. A su vez, la carencia de este sistema no permitió que los
distritos de riego alcanzaran la autosuficiencia financiera, dando lugar a distorsiones y asignaciones
ineficientes en el uso de agua. La planeación de los aprovechamientos hidráulicos del país se había
hecho hasta hace pocos años desde el punto de vista de la oferta, ya que el gobierno, en su tarea de
asegurar la supervivencia del país a largo plazo, procuraba satisfacer unilateralmente las demandas de
la sociedad y actuaba en este campo como: financiero, constructor y operador de obras hidráulicas para
incrementar la oferta de agua. De esta manera, la tarea del gobierno con el agua se realizaba práctica-
mente en el ámbito del sistema hidrológico nacional. Una cuestión quedaba clara, el modelo de desa-
rrollo económico seguido durante tantos años había hecho crecer considerablemente la producción
agrícola con base en la irrigación, pero todo esto afectando considerablemente los ecosistemas, el ciclo
hidrológico y la disponibilidad del agua para otros usos, particularmente en las regiones con alta densi-
dad demográfica. Para cambiar esta situación tendría que cambiar el papel del Estado en la irrigación.
A medida que la población había crecido y desarrollado su economía, las demandas aumentaron
mientras que la oferta permaneció casi invariable, por lo que el aprovechamiento del recurso se hizo
complejo y conflictivo, de tal suerte que en algunos sitios fue necesario intervenir para reducir el
ritmo de crecimiento de la demanda.

28
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

1.2 De la gestión centralizada del riego a la gestión integral por cuenca

Desde mediados de la década de los años setenta se llevan a cabo reuniones mundiales donde se llama
a todos los gobiernos del mundo a cambiar las políticas de gestión de sus recursos naturales. Desde
entonces se ha extendido la idea de que los recursos naturales deben ser conservados a escala mundial,
a fin de sostener y mejorar las condiciones de vida humana en el planeta, presentes y futuras, así como
conservar los ecosistemas con su diversidad biológica. Se considera que esto sólo se puede lograr a
través del equilibrio entre las necesidades humanas y la capacidad de regeneración de los recursos
renovables que usamos. Esta idea es la base de lo que se concibe como desarrollo sostenible o sustentable,
la cual se ha tratado de incorporar en todas las líneas de política ambiental en todo el mundo, como ya
ha ocurrido con los recursos hídricos, en donde ahora también se considera imprescindible el lograr el
manejo adecuado del agua, de tal manera que se alcancen metas de desarrollo económico con distribu-
ción equitativa de la riqueza que se produce con el uso de los recursos entre los diferentes grupos
sociales, sin que se vean comprometidos los recursos hídricos en el mediano y largo plazos. Se asegura,
al mismo tiempo, que la posibilidad de alcanzar el desarrollo sustentable depende de la profunda
transformación de las formas en que se definen las reglas que regulan el acceso y aprovechamiento de
los recursos en cada sociedad, así como la manera en que se utilizan y distribuyen los productos resul-
tantes de su aprovechamiento: riqueza económica, contaminación y agotamiento de los ecosistemas.
De esta manera, a escala mundial se han estado promoviendo, durante ya varias décadas, profundas
transformaciones en el papel de los Estados nacionales en la regulación del uso del agua, con las cuales
se supone se logrará su uso sostenido a mediano y largo plazos. Estas son parte de las convicciones
asumidas a partir del año 2000 por el Foro Mundial del Agua y el Consejo Mundial del Agua: la nueva
organización a nivel mundial respecto al agua. Estos cambios se han llevado a cabo al mismo tiempo
que se da la reorientación de las políticas públicas, de carácter intervencionista y proteccionista de las
economías nacionales, hacia otras en las que se busca la integración de los procesos productivos locales
a la economía internacional, con base en la reducción del papel regulador de las entidades guberna-
mentales, comprendiendo además una serie de modificaciones en los arreglos institucionales y norma-
tivos que permitan cambiar la orientación de las políticas públicas, así como las diversas respuestas
económicas y sociales que se han dado.
Para enfrentar las serias dificultades en la gestión del agua —no sólo las evidentes dificultades por
las que pasaban los grandes sistemas de riego entre los años setenta y ochenta—, se consideró funda-
mental transformar radicalmente el papel del Estado en muchos países en desarrollo y desarrollados;
así, la agricultura perdió definitivamente importancia económica frente a otras actividades.
Era evidente que el Estado era ya inca-
paz de seguir financiando los sistemas de
gran irrigación como lo había hecho du-
rante varias décadas. En América Latina
fue recurrente la situación por más de cua-
renta años, en la que se manifestaba la in-
capacidad de los gobiernos para cobrar los
costos de operación y mantenimiento —
sin mencionar los costos de la inversión—
, a los usuarios de las instalaciones de rie-
go, y la consecuente falta de fondos públi-
cos. Dicha situación hizo que la infraestruc-
tura hidráulica fuera prácticamente insos-
tenible, encontrándose casos de sistemas
estatales de riego que fueron construidos
La descentralización de las actividades estatales se planteó como una forma
para vidas útiles de cincuenta años, pero
de reducir los déficit fiscales gubernamentales e inducir a los usuarios de la que tuvieron que ser rehabilitados en me-
infraestructura a participar en su sostenimiento. nos de diez.

29
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Se planteó, en primer lugar, la descentralización de las actividades estatales como una forma de
reducir los déficit fiscales gubernamentales e inducir a los propios usuarios de los servicios públicos a
participar en su sostenimiento, fuera a través del establecimiento de tarifas que cubrieran los costos
del servicio, o a partir de la cesión del servicio a los mismos interesados, quienes tendrían la capaci-
dad de definir las condiciones en que podrían sostener el servicio de riego. En segundo lugar, se ha
impulsado la participación privada o social en el suministro de los servicios y en su gestión, ya sea
para hacerse cargo parcial o total del servicio, no sólo como prestadores de éste, sino directamente
con base en la inversión necesaria para mantener y construir nueva infraestructura. Es una novedad
el hecho de que ahora se busque que privados sean dueños de obras hidráulicas. El caso más extremo
en este sentido dentro de América Latina se ha verificado en Chile, donde se impulsó la expedición
de títulos de propiedad sobre el recurso. En tercero, se considera que es necesario incorporar diversos
mecanismos de mercado para determinar el precio de los servicios de agua, la asignación de volúme-
nes entre distintos usos, la transferencia o transvase de agua una región a otra, así como para estable-
cer las formas de financiamiento del servicio y nueva infraestructura, con base en criterios que reco-
nozcan la distribución natural del agua. Finalmente, se considera que es imprescindible asumir una
unidad de gestión que permita relacionar las necesidades humanas con las condiciones naturales de
distribución del agua; esta unidad ha sido determinada en muchos países como la cuenca hidrológica,
en donde se pretende desarrollar una gestión integral de todos sus recursos naturales, teniendo como
eje al ciclo hidrológico, con base en los nuevas condiciones en que se desarrolla la política pública en
un proceso mundial de globalización y redefinición del papel de los Estados. La gestión de cuenca
debe tener un criterio integral, en el sentido de ligar en una sola instancia de gestión los elementos
necesarios para realizar una gestión con criterios de sustentabilidad. Esto plantea retos enormes. Uno
de los primeros en ser abordados es la necesaria incorporación de todos los sectores sociales en las
políticas de gestión ambiental y la reducción del centralismo estatal.
En este proceso, la agricultura de riego mantiene un lugar estratégico como actividad primaria y
principal consumidora de agua por el valor económico que aporta en cada país; como productora de
alimentos, insumos y generación de empleos; así como por el efecto global de la irrigación en el
desarrollo económico y social regional. Sin embargo, la agricultura como actividad primaria se ha
visto subordinada a los procesos de industrialización y terciarización de las economías; esto es, al desa-
rrollo de actividades económicas y productivas mucho más complejas y con mayor valor agregado que
las actividades primarias. En todos los países se vive un proceso de globalización, donde este tipo de
actividades con poco valor agregado están siendo desplazadas al interior de cada economía, y la
agricultura en los países desarrollados tiende a incorporar el cambio tecnológico fuera del esquema
de la Revolución verde, en el que el Estado garantizaba y apoyaba ese proceso de transformación
tecnológica. Podemos confirmar como irreversible este proceso, en tanto produce cambios sociales
profundos al expulsar población de las zonas rurales para concentrarla en las crecientes zonas urba-
nas e incorporar biotecnologías y cultivos transgénicos con base en la inversión privada.
El rápido crecimiento de la población mundial ha hecho que el uso eficiente del agua de riego sea
de importancia vital, particularmente en los países más pobres, donde el mayor potencial para au-
mentar la producción alimentaria y los ingresos rurales se encuentra frecuentemente en las zonas de
riego. En estas regiones las limitaciones de agua obligan a ser más eficientes. En algunos casos, como
ocurre en varias regiones de nuestro país, el aumento en las necesidades de agua para consumo
humano y actividades industriales y servicios implica necesariamente la reducción de la participación
de la agricultura en el uso de agua. Desde hace ya dos o tres décadas la humanidad ha empezado a
enfrentar déficit de disponibilidad de agua en lugares específicos, siendo estos indicadores que el
agua, como un recurso cuyos límites eran libres, se ha acabado. Ahora son cada vez más frecuentes las
crisis ambientales como resultado del deterioro en la calidad o cantidad disponible de agua, y en un
futuro, como han afirmado algunos autores, la lucha por el agua tenderá a ser más intensa, como ya
lo es un muchas cuencas compartidas a nivel internacional.

30
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Desde los años setenta, los gobiernos hispanoamericanos han adoptado programas para devolver
la responsabilidad del manejo de la irrigación a las organizaciones de usuarios del servicio de riego,
en gran medida presionados por los déficit fiscales y la frecuente incapacidad para reunir ingresos
suficientes mediante el cobro de tarifas a los usuarios del agua. En varios casos, sólo a iniciativa o con
participación de los mismos usuarios se había podido sostener el servicio de riego desde mediados de
la década de los años setenta, cuando en varios países se inicia la crisis fiscal de los Estados con
políticas públicas intervencionistas.
Este proceso lo podemos caracterizar en términos históricos como el paso de un modelo de gestión
con fuerte intervención del Estado en la distribución del agua, a otro en el que se pretende incorporar
a distintos sectores, sociales y privados, en su manejo y financiamiento, considerando la inclusión de
algunos mecanismos de asignación que concuerden con la lógica del mercado y las peculiaridades del
ciclo hidrológico. Este proceso, con todas las consideraciones respecto a las muchas diferencias posi-
bles, aparece de forma general en el ámbito mundial. En casi todos los países también se han adopta-
do políticas para transferir a los usuarios, si no la propiedad, al menos las funciones de operación y
mantenimiento. La principal dificultad que se presenta radica en la manera en que los sistemas han
sido diseñados, construidos y operados por dependencias de los gobiernos centrales. Los usuarios
estaban acostumbrados a depender excesivamente de éste y, por lo tanto, no todos están en condicio-
nes de asumir esta responsabilidad en forma inmediata.
En muchos países de América Latina los sistemas de riego han sido diseñados, construidos y ope-
rados por dependencias del gobierno central sin la menor participación de los usuarios ni considera-
ciones respecto a sus formas de organización. Por lo tanto, el actual proceso de transferencia de los
sistemas de riego ha obligado a reconsiderar y reajustar el papel que desempeña el Estado en la
gestión del agua, sin que se haya construido la capacidad de gestión de los sistemas de riego por parte
de los agricultores y teniendo que realizar importantes esfuerzos en contra de las tendencias
socioeconómicas. Este planteamiento implica un conjunto de acciones de la administración pública
relacionadas con el suministro del agua, la participación de los usuarios en la inversión y manejo de
los sistemas de riego, la creación de instituciones para la gestión del agua, los aspectos económicos y
sociales inherentes a su demanda, la utilización racional del agua, la ordenación del territorio y la
conservación del medio ambiente.40 Es decir, una "modernización de la administración del recurso
hídrico, descentralizada y participativa". De esta manera, con la crisis del modelo centralizado se
impuso un segundo modo de gestión, el cual se caracteriza por rápidos procesos de descentralización,
apertura comercial a una economía mundial con el agotamiento de la economía orientada al mercado
interno, sus formas políticas y formas sociales de organización mucho más complejas e integradas a
distintos niveles, y la necesidad de una gestión que vincule apropiadamente necesidades humanas
con las características del ciclo hidrológico.

Gestión descentralizada del riego en América Latina.

Argentina. El manejo del riego compete a los gobiernos provinciales. A raíz del proceso de
reforma del Estado implementado a partir de 1989, estos gobiernos asumieron la adminis-
tración de la totalidad de los distritos de riego y se iniciaron acciones para transferir a los
regantes el manejo de los sistemas. En el caso de la provincia de Mendoza, la transferencia
inició desde 1985.
Colombia. La transferencia de la gestión de los sistemas públicos de riego a asociaciones
de usuarios empezó en la segunda mitad de los años setenta. A principios de los años no-
venta, el gobierno introdujo modificaciones legales a partir de las cuales se transfieren los
distritos de riego, en manos del Estado, al sector privado, preferentemente a las asociacio-

40
Maldonado Rojas, T, Transferencia de sistemas de riego a los usuarios en países de América Latina y el Caribe, FAO, Santiago de Chile, 2000.

31
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

nes de usuarios que son representantes, operadoras y administradoras del distrito. Una vez
recuperado el valor de las inversiones públicas, las obras al servicio de los distritos ingresa-
rán al patrimonio de las respectivas asociaciones de usuarios. Éstas quedan autorizadas
para subcontratar la administración de los distritos con empresas especializadas.
Cuba. Dado el sustancial aumento de la superficie bajo riego, la política adoptada tiende a
asegurar una correcta operación y mantenimiento de los sistemas de riego existentes y a
incrementar la eficiencia y la productividad del agua en la agricultura. Existen organizacio-
nes intermedias de riego, que pueden ser empresas o cooperativas de usuarios, dependien-
do de sus dimensiones físicas y el volumen de agua que manejan, cuya misión es garantizar
tanto el vínculo entre el productor y los complejos hidráulicos como el uso racional del
agua.
Chile. Los regantes participan directamente en el manejo del agua con fines agrícolas, así
como en lo relativo a la construcción, explotación y conservación de la infraestructura hi-
dráulica, por intermedio de asociaciones y organizaciones de otros tipos. Estas instituciones
privadas, conocidas como comunidades de aguas, asociaciones de canalistas y juntas de
vigilancia, son totalmente independientes en sus acciones, operan sobre la base de un siste-
ma de autofinanciamiento y han desempeñado durante más de un siglo un papel activo en
la administración de los recursos hídricos y en el desarrollo de la infraestructura de riego y
drenaje. Estas organizaciones de usuarios poseen actualmente la mayor parte de las obras
de riego y drenaje, incluidos embalses y presas, y las instalaciones construidas con fondos
públicos se traspasan ulteriormente a los regantes para su explotación y mantenimiento.
Prácticamente, todas las decisiones de gestión relacionadas con el riego están en manos de
los agricultores y las organizaciones de usuarios de aguas.
Perú. La administración del agua se efectúa a través de las administraciones técnicas de los
distritos de riego, organismos dependientes de la Dirección General de Aguas y Suelos del
Ministerio de Agricultura, conjuntamente con las juntas de usuarios, organismos privados
con personalidad jurídica. Sus obligaciones, funciones y atribuciones están contenidas en la
Ley General de Aguas de 1969. Con la promulgación de la Ley de Promoción de las Inver-
siones en el Sector Agrario, la responsabilidad de administrar los sistemas de riego fue
transferida a las asociaciones de usuarios. Los usuarios del agua de cada distrito de riego se
organizan en comisiones de regantes para cada sector o subsector de riego y en una junta de
usuarios para todo el distrito.

Fuente: Maldonado Rojas, T., Transferencia de sistemas de riego a los usuarios en países de América Latina y el Caribe, FAO, Santi ago
de Chile, 2000.

En nuestro país, la forma de regulación centralizada se originó a partir de la centralización estatal


del control y regulación del uso de los recursos hídricos, desde finales del siglo XIX hasta la década de
los años ochenta del XX, con marcadas diferencias regionales y con muy distintos niveles de integra-
ción. En esa época el agua aparecía como una frontera abierta, a la cual se debía controlar para
hacerla útil mediante todo tipo de obras de abastecimiento y distribución. Este modelo favoreció los
grandes proyectos de infraestructura hidráulica con fuerte participación estatal, como fueron los dis-
tritos de riego, grandes presas y la infraestructura de agua potable y drenaje en las principales ciuda-
des del país.41 Ahora la frontera de uso del agua aparece muy restringida, sobreexplotada y contami-
nada, para lo cual se requiere de mayor inversión que sólo se puede lograr con la participación de la
iniciativa privada y de los usuarios de los distintos sistemas de distribución.

41
Durán, Juan Manuel, ¿Hacia una agricultura industrial? México: 1940-1980, Guadalajara, Universidad de Guadalajara, 1988.

32
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

El fenómeno de centralización del manejo del agua no fue un fenómeno estrictamente hidráulico;
es necesario considerar otros fenómenos económicos que caracterizaron a los Estados nacionales en
todo el mundo. Se debe relacionar con el uso del suelo, cambios demográficos y conflictos por otros
recursos productivos, entre otros. En nuestro caso, los distritos de riego o gran irrigación pueden ser
considerados como el ejemplo, por excelencia, de la centralización en el manejo del agua. También
en el caso del agua potable se pueden reconocer la existencia de fuertes procesos de centralización en
su manejo.

Mapa 1. Distritos de riego por regiones hidrológicas


Fuente: SINADR, 2001.

De acuerdo con Aboites, 42 la centralización del manejo del agua aparece como un proceso
acumulativo, casi lineal, que no conoce retrocesos o titubeos, aunque sí grandes confusiones y zigzagueos,
entre fines del siglo pasado y los años cuarenta. Dicha aseveración la podemos extrapolar hasta la
década de los años ochenta. En este periodo podemos reconocer una fuerte oposición de grupos a
perder derechos, facultades y control del agua, oposición de diversos grupos al predominio federal y
caracterizar la ruptura de la autonomía local en el manejo de los recursos productivos, en general, y
del agua, en particular, y la capacidad de grupos y autoridades locales para organizar formas de usar
los recursos productivos. El fortalecimiento del poder público y de la centralización tiene, como con-
trapartida, el debilitamiento de organizaciones sociales y autoridades políticas, las cuales ven reduci-
das sus facultades en el manejo de recursos y medios de producción.43 Esto es lo que, en términos de
la relación entre agricultores y sistema político, ha sido caracterizado como el núcleo central del
régimen corporativo mexicano.
42
Aboites, Luis, El agua de la nación, CIESAS, México, 1998.
43
Existen diversos casos en que, a pesar de recibir el agua de riego, las comunidades no aceptaban el control estatal del agua. Por ejemplo,
Cfr. Ortega S., Sylvia, Alfajayucan: un caso de resistencia de los pequeños propietarios locales a la introduccion de un sistema de riego, UAM,
Azcapotzalco, México, 1979.

33
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

La política del agua, y en particular la de desarrollo de los grandes sistemas de riego, tuvo un
fuerte contenido corporativo en la manera en que se conformó la participación social y se mediaron
los intereses económicos por parte del Estado. Las relaciones corporativas son una forma de regula-
ción de las relaciones entre los distintos intereses que existen en torno a un recurso, tal como el agua,
ya que permite la participación institucionalizada de organizaciones de intereses específicos en el
diseño y sostenimiento de las políticas generales del Estado. En el corporativismo, el Estado promue-
ve los intereses generales (en el sentido de estatales) sobre los sectoriales, prevaleciendo las relaciones
de cooperación institucionalizadas y formalizadas en una serie de órganos estatales para la toma de
decisiones nacionales. En general, se concibe lo corporativo como un espacio de negociación de inte-
reses a través de acuerdos y negociaciones entre los representantes del Estado y los intereses de las
organizaciones.
La gestión descentralizada pretende
redefinir el papel del Estado al conside-
rar que la base de la problemática de los
recursos hídricos no está tanto en cons-
truir más y mejor infraestructura con base
en los acuerdos de carácter corporativo
entre funcionarios públicos y grupos de
interés, lo cual fue enfatizado durante dé-
cadas, sino que se debe abordar desde el
enfoque que ha sido calificado de gestión
integral del agua, entendida como un pro-
ceso tanto técnico como social, en el cual se
incluye la administración, planeación, or-
ganización y división del trabajo para el
Figura 3. Inversión/infraestructura hidroagrícola 1980- control técnico, así como los mecanismos
1991. de dirección política y procesamiento de
las demandas y conflictos que existen en
Pesos 1978 torno del recurso. De esta manera, se pue-
de entender que la capacidad del Estado mexicano para frenar el deterioro de los recursos naturales
—agua, tierra, bosques, aire— no sólo está definida por un determinado desarrollo institucional y su
capacidad de generar consensos políticos, sino también por las situaciones sociales, económicas y
culturales a las que se enfrenta. En gran medida, son las formas sociales de producción las que empo-
brecen y expulsan o atraen población, y no exclusivamente la escasez o abundancia de recursos. Las
políticas del Estado tienen límites y, para poder rebasarlos, se requiere de formas inclusivas de parti-
cipación en las decisiones. La problemática que nos encontramos no se explica por la diversidad de
usos y usuarios, sino por las distintas formas sociales que intervienen en el uso, aprovechamiento y
sobreexplotación del agua. Para identificar los elementos y procesos sobre los que deben actuar los
actores sociales organizados en torno al agua en la región para frenar la sobreexplotación, se deben
reconocer las posiciones y restricciones de cada una de las formas sociales de uso del agua.
Existen muchos trayectos posibles a seguir para resolver los problemas del agua, que se pueden
encontrar entre el extremo paraestatal y el privado puro. La opción que se siga está determinada en
gran medida por los sistemas políticos y la organización social existente para su aprovechamiento,
como son los modelos de gestión a los que generalmente se alude. En cada modelo de gestión pode-
mos encontrar formas de mediación y regulación de intereses, reglas de acceso específicas, así como
relaciones muy diferentes entre la estructura institucional y las formas sociales de organización por el
agua. Incluso, hay especialistas en el tema de gestión del agua que afirman que en primera instancia
la gestión integral es gestión para minimizar los conflictos.44

44
Dourojeanni, Axel, Experiencias en la formación de organismos de cuenca en Iberoamérica, XI Jornadas de Derecho de Aguas, Zaragoza,
España, 14, 15 y 16 de marzo de 2001.

34
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

El Estado mexicano optó por la descen-


tralización del servicio de riego,
desregulación estatal y apertura comercial,
con la crisis de las formas de representa-
ción corporativa y el impulso de políticas
ambientales que pretenden alcanzar el de-
sarrollo sustentable de los recursos natu-
rales, así como por buscar la incorpora-
ción de ciertos mecanismos de mercado
para mejorar la distribución del agua, uso
eficiente y determinación de su precio.
Figura 4. Superficie irrigada por país. Este proceso se ha dado al mismo tiempo
que ocurren profundas transformaciones
(miles de hectáreas) sociales, económicas y políticas que alte-
ran la organización social en torno al agua.
Con la crisis del precio del petróleo y
la deuda externa en los años ochenta, y la consecuente transformación del Estado mexicano en sus
formas de procesamiento político de los intereses económicos, se llega a la reformulación de la polí-
tica económica y la gestión pública. En el caso del agua potable, desde principios de esta década se
inician los procesos de descentralización de los sistemas de agua, especialmente a partir de reformas
constitucionales que buscaban reforzar la autoridad municipal en la gestión del agua potable. En el
riego se plantea la necesidad de reducir el peso de las organizaciones corporativas y reubicar la agri-
cultura como actividad económica dentro de un sistema más complejo de relaciones entre sectores
productivos, en donde inevitablemente las actividades primarias siguen perdiendo importancia fren-
te a las ramas productivas de punta, tal como son los sectores de alta tecnología, industriales y servi-
cios.
Cuando en 1989 la Comisión Nacional del Agua (CNA) retoma a los distritos de riego, éstos mani-
festaban un gran rezago en inversión y conservación. El proceso de descentralizar el manejo del riego
del ámbito gubernamental implicó enfrentar los intereses corporativos, tanto de los funcionarios que
tradicionalmente se habían ubicado en esta función de mediación política con los agricultores, como
un sector específico de agricultores de riego que habían cumplido la función de representantes de los
usuarios del servicio de riego ante las instituciones gubernamentales. Esto implicaba que los distritos
fueran operados y conservados con mayor intervención de sus propios usuarios directos, bajo condi-
ciones que les permitieran responder inmediatamente a los cambios en el entorno económico, incor-
porar el cambio tecnológico, adecuarse a los procesos económicos mundiales; al mismo tiempo que se
definieran localmente, con la intervención directa de los usuarios del servicio de riego, las condicio-
nes y tiempos en que requieren el agua. Esto implicó cambiar tanto la intervención estatal como la
relación entre agricultores y sus organizaciones con las instituciones. Se puede afirmar que en México
se lleva a cabo con éxito, desde principios de la década de los noventa, uno de los programas de
traspaso de gestión más grandes y ambiciosos en el mundo, precisamente porque las todavía existen-
tes relaciones corporativas permitieron poner de acuerdo a los funcionarios de la CNA con los repre-
sentantes de los agricultores en los distritos que tenían mejores condiciones productivas.
Aunque en muchos países la agricultura de riego sigue siendo fuertemente subsidiada y se recono-
ce el papel social que cumplen muchos de estos proyectos, predomina la tendencia a procurar que se
autofinancien en el abastecimiento de su agua. Sin embargo, todavía es muy poco frecuente que el
sector agrícola tenga que pagar toda el agua que consume. Se estima que en la mayoría de los países
latinoamericanos el costo del agua corresponde a menos de 1% del costo total de la producción
agrícola, lo que contribuye a que se mantengan prácticas de riego inadecuadas y a que la eficiencia en
la utilización del agua sea baja.

35
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Es cada vez más clara la necesidad de los estados nacionales de regular el acceso al agua para
frenar el deterioro ambiental. Por esto se presenta una clara tendencia al establecimiento de una
normatividad estatal más comprensiva e integral, la cual reconoce la importancia de incorporar un
criterio regional o de cuenca para la mejor planeación, uso y distribución del agua. Pero al mismo
tiempo, estas soluciones recientes presentan una propuesta muy clara hacia modelos descentraliza-
dos, en contextos económicos de políticas de apertura comercial, privatización y desregulación esta-
tal, en los que se establecen nuevas funciones reguladoras en el uso del recurso al mercado y a la
sociedad civil (sectores sociales organizados y empresas privadas).
Desde su fundación en 1989, la CNA se propuso llevar a cabo cambios importantes, tal como son
los nuevos mecanismos institucionales para la asignación eficiente del agua y de los derechos de
aprovechamiento; un sistema de precios para incentivar la inversión y que, aun cuando el agua es un
bien público y el gobierno federal quien debe administrarla, permitiera participar a los usuarios bajo
la normatividad, autorización y supervi-
sión de la misma CNA. La solución que
propuso el gobierno federal residió en
transferir la administración del agua a los
mismos usuarios. Con esto se pretendió re-
novar la estructura hidroagrícola con la
coinversión estatal y de los interesados,
estableciendo, en el mediano plazo, la do-
tación y la medición volumétrica.45 La
CNA se planteó el reto de promover la par-
ticipación de los usuarios para generar una
nueva cultura del agua, basada en la eficien-
cia y productividad en el aprovechamiento
de los recursos hidráulicos. Ésta mayor
Desde su fundación, la CNA se propuso llevar a cabo acciones importantes participación sólo se logra —se afirma en
como los mecanismos para la asignación eficiente del agua y los derechos de
aprovechamiento, entre otras.
los lineamientos institucionales— con la
descentralización y concesión del servicio
de agua, y un sistema de precios y cuotas de agua sin las distorsiones generadas por los subsidios
públicos. Este sistema descentralizado tendría, como principal espacio de representación de intereses
y de coordinación entre los distintos niveles de gobierno, la cuenca hidrológica. Todavía nos encon-
tramos en el proceso de crear instancias descentralizadas con amplia representación de todos los
intereses en torno al agua.
En nuestro país, a partir de diversas experiencias a escala internacional en la gestión de los recur-
sos naturales y considerando las características ambientales, tal como son la geomorfología, los regí-
menes climáticos y los sistemas bióticos, se ha redefinido la unidad de gestión del agua, pasando de
una administración fundamentada en la división política a otra al nivel de cuenca hidrológica.
Con base en los trabajos elaborados por diversas instituciones desde el enfoque del planificador,
en particular los de la Comisión del Plan Nacional Hidráulico a principios de los años setenta hasta
1986, se propusieron varios apartados a la Ley de Aguas Nacionales de 1992, así como las profundas
transformaciones de la estructura institucional para el manejo del agua: en menos de seis años se
impuso una propuesta de gestión integral del agua, con base en la cuenca hidrológica como unidad
de gestión. En este sentido, es importante analizar las relaciones sociales que surgen en torno al uso y
distribución del agua de una cuenca hidrológica, dado que esto tiene un marcado impacto social.
Alrededor de la política del agua confluyen una multitud de factores e intereses que pueden generar
alianzas o conflictos por la distribución del recurso entre los usuarios del agua potable de las localida-
45
La primera corresponde a un monto de agua asignado por hectárea de acuerdo a la capacidad de la presa, y la segunda, a través de
medidores parcelarios, que permitan cuantificar el gasto de agua por predios.

36
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

des rurales y urbanas, así como entre los productores agropecuarios y los urbano industriales. Aún
hace falta un análisis global de este proceso de apropiación del agua que nos permita entender la
heterogeneidad de formas sociales que existen para acceder a ella, y la manera en que el acelerado
proceso de transformación económica y ambiental las está afectando.
Por otro lado, en las próximas décadas habrá más habitantes. Para suministrarles los servicios
básicos que requieren y sostener su actividad económica, especialmente en la agricultura de riego y
para uso urbano industrial, es indispensable consolidar un esquema ordenado de crecimiento territo-
rial, considerando como elementos rectores la disponibilidad del agua y la probabilidad de ocurren-
cia de daños como resultado de la presencia de fenómenos hidrometeorológicos extremos.
En la nueva política del agua destacan los siguientes aspectos fundamentales: consolidación del
manejo y planeación del uso del recurso hidráulico por cuencas y subcuencas hidrológicas, con crite-
rios de gestión integral, esto es, considerando los elementos biofísicos y los sociales que conforman
los fenómenos hidrológicos; y la definitiva y necesaria participación de los usuarios en la determina-
ción y evaluación de la problemática y la implantación de acciones necesarias para resolverla.
En la Ley de Aguas Nacionales queda establecida la instancia de gestión integral y representación
de intereses con respecto a un recurso hidráulico. Así, se define a los consejos de cuenca como una
instancia de concertación y coordinación que tiene como delimitación territorial el área geográfica
que comprenda la cuenca o cuencas hidrológicas. El consejo de cuenca es un foro de concertación y
coordinación donde participan los gobiernos federal, estatal y municipal, así como los representantes
de los usuarios.
La forma que se prevé en la ley respecto a la participación de los usuarios en los consejos de cuenca
consiste en la presentación de los principales problemas respecto del uso del agua y sus propuestas de
resolución. Se estipula que la CNA deberá propiciar la conformación de las asambleas de usuarios,
que serán las instancias donde se elijan los representantes de los consejos de cuenca.
Desde esta perspectiva, los usuarios se organizan en asambleas y nombran a sus representantes en
función de los diferentes usos del agua. Está previsto que la CNA recoge las aportaciones de los
diferentes integrantes del consejo y opta por los más acordes con los objetivos de la programación
hidráulica nacional.
La composición del consejo se ha ido abriendo a la mayor participación de los representantes de
los diferentes usos del agua, y se discute su cambio para incluir la gestión ambiental de todos los
recursos naturales por cuenca. El papel de los agricultores en este proceso es fundamental al ser los
principales consumidores de agua y tener todavía un precio del agua favorable. Se estima que es
necesario seguir reduciendo su consumo a través de la mayor eficiencia de los sistemas de riego, como
medida central para aumentar la disponibilidad para otros usos. Este proceso se manifiesta en la
confrontación de intereses en los consejos de cuenca.
El 13 de abril de 1989 el gobierno federal y los gobiernos de los estados de Guanajuato, Jalisco,
México, Michoacán y Querétaro firmaron un histórico Acuerdo de Coordinación para llevar a cabo el
Programa de Ordenamiento de los Aprovechamientos Hidráulicos y el Saneamiento de la Cuenca
Lerma-Chapala con cuatro objetivos: preservación de la calidad del agua y su saneamiento, ordena-
miento y regulación de los usos del agua, uso eficiente del agua, y manejo y conservación de las
cuencas y corrientes. Este se convirtió, años después, en el Consejo de la Cuenca Lerma-Chapala y, en
la actualidad, prácticamente en todo el territorio existe ya una instancia de gestión integral de cuenca
hidrológica. Ya para mediados de 2000, también en todo el territorio nacional existen consejos de
cuenca y están en proceso de creación las comisiones de cuenca (nivel de subcuenca), los comités de
cuenca (nivel de microcuenca) y los comités técnicos de agua subterránea (Cotas), que se convertirán
en organizaciones auxiliares de los consejos. En este orden de ideas se fortalecerá el manejo del agua
por cuencas hidrológicas, impulsando la participación de los usuarios en los consejos de cuenca para
lograr que los programas hidráulicos sean el punto de convergencia y elemento rector de las acciones
por emprender.

37
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Ley de Aguas Nacionales, de 1992. Artículo 13.

Los consejos de cuenca son una... "Instancia de coordinación y concertación entre La Comi-
sión, las dependencias y entidades de las instancias federal, estatal o municipal y los repre-
sentantes de los usuarios de la respectiva cuenca hidrológica, con objeto de formular y
ejecutar programas y acciones para la mejor administración de las aguas, el desarrollo de la
infraestructura hidráulica y de los servicios respectivos y la preservación de los recursos de
la cuenca."

Si resumimos brevemente el impacto futuro de un espacio de gestión como el consejo de cuenca, se


puede afirmar que si bien permitirá una mayor regulación de los aprovechamientos de los recursos
hídricos, pondrá, en un plano regional y organizará en un espacio institucional, los distintos intereses
en torno al agua y probablemente vuelva mucho más compleja la gestión de estos recursos pero con
mayor participación de la sociedad en las decisiones que les afectan al respecto.
También se tuvo que actualizar el registro de derechos sobre el agua, para lo cual se creó un nuevo
sistema de registro que permitiera ubicar físicamente el aprovechamiento, al mismo tiempo que con-
trolar el volumen que se le otorgaba. Esto obedeció al hecho de que no existía un sistema único ni
homogéneo de registro de derechos ni volúmenes. En algunos casos se comprobó que a lo largo de
décadas se habían dado más permisos de aprovechamiento que implicaban un volumen mayor al que
existe en la cuenca correspondiente. Desde hace una década se inició el reordenamiento de los dere-
chos sobre el agua a través de la determinación de los volúmenes correspondientes por usuario para
la utilización de las aguas nacionales, los cuales se establecen en dos documentos: título de concesión, en
el cual se autoriza el uso de aguas nacionales, zonas federales, extracción de materiales, así como la
construcción, operación o uso de la infraestructura hidráulica; y permiso, que autoriza la descarga de
aguas residuales a cuerpos receptores propiedad de la nación, considerando determinadas condicio-
nes de calidad. Asimismo, la Ley Federal de Derechos establece que los usuarios deben pagar una
contribución por el uso de las aguas nacionales y sus bienes inherentes, incorporando los principios
de que paga más quien utiliza más agua y quien descarga mayor carga de contaminante paga más, indepen-
dientemente de si se cuenta con el título o permiso correspondiente en el Registro Público de Dere-
chos de Agua (Repda).
De esta manera, nos encontramos que en cada región existe siempre un sector de aprovechamien-
tos irregulares, en tanto no se cuenta con ninguna documentación. Bajo estas condiciones nos encon-
tramos tres tipos de usuarios: regulares, que cumplen con los términos establecidos en sus concesiones,
permisos o algún otro tipo de autorización, así como con sus obligaciones fiscales; irregulares, que
contaban con autorización pero no respetaban las condiciones establecidas en los mismos, principal-
mente en cuanto al volumen a extraer y calidad del agua a descargar, o bien no cumplían con sus
obligaciones como contribuyentes; u otro tipo de irregulares, que no contaban con autorización algu-
na pero que cumplían con sus obligaciones fiscales; y clandestinos, que no cumplían con ninguna
obligación.
El sistema de gestión por cuenca hidrológica va a permitir consolidar los procesos de descentrali-
zación: transferencia de distritos de riego y paramunicipalización del agua potable. Asimismo, en este
nivel se plantea la relación entre los diversos mecanismos de intercambio de las concesiones de agua,
a cargo del Repda. Así, junto con las propuestas de gestión integral y federalización, nos encontramos
con la propuesta de generar mecanismos de mercado entre los usuarios de un mismo recurso hídrico
a nivel de cuenca.
Para que un sistema de gestión del uso múltiple del agua por cuenca o sistemas de cuencas funcio-
ne adecuadamente, cada sector usuario: riego, drenaje, agua potable, hidroenergía etc., debe ser
capaz de operar y mantener apropiadamente sus propios sistemas hidráulicos. Por ejemplo, la admi-

38
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

nistración del agua para la agricultura, en los distritos de riego y drenaje debería funcionar como una
"empresa de servicios de agua al agricultor". Se recomienda a los agricultores que contraten y organi-
cen dichos servicios si desean contar con un sistema estable para la operación, mantenimiento y
reparación de las obras hidráulicas destinadas al riego y drenaje, así como para el control de la explo-
tación de aguas subterráneas. Los agricultores sólo deben hacerse cargo en forma directa de las obras
hidráulicas menores que sean capaces de operar, mantener y reparar en forma individual en cada
propiedad. La transferencia del manejo de la irrigación y sus reformas ha sido apoyada por los prin-
cipales bancos internacionales de desarrollo. Estas reformas generalmente incluyen actividades para
organizar las asociaciones de usuarios del agua, capacitar a los futuros administradores, efectuar repa-
raciones estructurales esenciales y negociar y concretar acuerdos entre el gobierno y los usuarios del
agua. Como las reformas normalmente son motivadas por las presiones económicas e impulsadas por
los plazos establecidos por los donantes, se tiende a adoptar políticas de transferencia antes de iden-
tificar una estrategia práctica e integrada para la puesta en práctica. Sin embargo, existe una conside-
rable carencia de conocimientos acerca de los resultados reales de la transferencia del manejo de la
irrigación.
Uno de los grandes retos para los agricultores es asumir los costos del deterioro de los recurso
hídricos provocados por la sobreexplotación a que los llevan las estrategias de sobrevivencia económi-
ca a corto plazo, que resultan incompatibles con el uso sustentable de los recursos y su preservación a
largo plazo. Este es el caso en varias regiones áridas, donde para poder sostener económicamente el
funcionamiento de un pozo se requiere de cultivos muy rentables que, irónicamente, consumen más
agua. Esto los lleva a utilizar más agua mientras más caro es su aprovechamiento, generando mayor
deterioro del recurso. En muchas ocasiones se utilizan los recursos de forma inadecuada; en otros
muchos, la gente es consciente de esto y de que se les revierte, pero no pueden hacer otra cosa, y de
esto también son conscientes.
Existen varios supuestos del proceso de descentralización: la prestación de servicios es menos cos-
toso y más eficaz, y ésta alienta la participación de los propios usuarios en la conservación de sus
recursos y la apertura del sistema político. El gobierno federal central debe transferir a los usuarios la
responsabilidad y recursos para toma de decisiones, con el propósito de aliviar el congestionamiento
en el centro y así alcanzar un mayor grado de efectividad de la acción gubernamental. La regionalización
es una medida para descongestionar la toma de decisiones.
Algunas de estas medidas se realizaron
principalmente a partir de 1986, pero es
durante el periodo de 1988-1994 que se
formula la política de reestructuración más
profunda en todos los aspectos. En su diag-
nóstico, el Programa Nacional de Moder-
nización del Campo 1990-1994 considera
como factor limitante para la moderniza-
ción el exceso de intervención estatal en
el sector rural. Ésta se originó en un afán
institucional por proveer a los producto-
res de las condiciones necesarias para su
desarrollo, pero que, a lo largo de los años
se convirtió en un obstáculo central,
La regionalización es una medida para descongestionar la toma de decisiones. inhibiendo la fuerza social de los pro-
ductores y de sus organizaciones. Sin em-
bargo, estos cambios son apenas el principio de la profunda transformación que requiere la agricultu-
ra, en general, y el subsector de la agricultura de riego, en especial, a fin de enfrentar con posibilida-
des de éxito los desafíos que plantea el proceso de apertura y desregulación de la economía nacional,

39
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

donde esta actividad no puede retener los altos porcentajes de población ocupada, ni sostener una
balanza comercial que se ha vuelto en ocasiones deficitaria en cuanto se requiere de la compra de
volúmenes de algunos productos agrícolas producidos a precios competitivos en otras economías.
Como resultado de una evaluación realizada en 1987 los problemas en torno al agua mostraron ser
de los más persistentes y generalizados, se decide en 1989 la creación de la CNA como órgano
desconcentrado de la SARH, con la finalidad de dar unidad a todos los usos del agua y se instituye el
Programa Nacional para la Descentralización de los Distritos de Riego (o programa de transferencia)
diseñado para establecer un sistema de responsabilidad compartida entre la CNA y los usuarios. Así,
en 1990, cuando la CNA se hace cargo de los distritos de riego, plantea inmediatamente la necesidad
de su descentralización para llevarlos a una autosuficiencia financiera y elevar la productividad del
agua, la tierra y la infraestructura de riego.
El programa de descentralización de distritos de riego, iniciado a finales de 1989, consiste fun-
damentalmente en transferir a los usuarios de los mismos la responsabilidad de operar, conservar y
administrar la infraestructura de riego, actividad que anteriormente venía realizando el gobierno
federal. Para ello se les reorganiza en módulos, según criterios de eficiencia y compatibilidad con la
estructura del distrito. Con esto se pretende renovar la estructura hidroagrícola con la coinversión
estatal y de los interesados, estableciendo la dotación y la medición volumétrica.
El proceso de transferencia fue apoyado por acciones de carácter legal, tales como: la modificación
del artículo 27 constitucional, la nueva Ley Agraria, la Ley de Aguas Nacionales, la Ley de Contribu-
ción de Mejoras por Obras Públicas Federales de Infraestructura Hidráulica y la modificación y adap-
tación de diversas leyes fiscales, tales como la del Impuesto Sobre la Renta y la Ley Federal de Dere-
chos. En la primera fase del programa de transferencia, gradualmente se traspasaron los distritos de
riego manejados por el gobierno a las asociaciones de usuarios del agua (AUA) y cada AUA se hizo
responsable de la operación y mantenimiento dentro del módulo. En una segunda fase se crean
sociedades de responsabilidad limitada (SRL), que son federaciones de los módulos individuales den-
tro de un sólo distrito. Las SRL son entidades jurídicas responsables de operar todos los canales
principales, drenajes y caminos del distrito de riego. La CNA es responsable de manejar la fuente de
captación y desempeñar una función más amplia en la planificación general del desarrollo de los
recursos hídricos de país.
El programa de transferencia avanzó con gran rapidez durante los primeros años. Originalmente
consideraba transferir la infraestructura correspondiente a 1,963,230 ha localizadas en veinte distri-
tos de riego; posteriormente, la Ley de Aguas Nacionales, promulgada en diciembre de 1992, hizo
extensiva la transferencia a toda la superficie de los distritos de riego. Al 31 de diciembre de 2000 se
tenía transferida la infraestructura correspondiente a 3,309,761 ha, que representan 93% de la total
de los 82 distritos de riego del país existentes en ese momento. Con ello, se tenían 74 distritos total-
mente transferidos, seis parcialmente y sólo dos que aún faltaban transferir. Para ese entonces existían
diez SRL, las cuales ya prestan el servicio de operación y mantenimiento de las redes de mayores
canales, drenes y caminos de 142 asociaciones civiles, pertenecientes a diez distritos de riego que
abarcan 1,178,684 ha con 124,125 usuarios, que manejan 1,823 km de canales principales, 4,507 km
de drenes principales y colectores y 6,977 km de caminos.46
La transferencia de la infraestructura se hace a los usuarios debidamente organizados en asociacio-
nes, a las que se les otorga un Título de concesión de aguas y para la utilización de obras de infraestructura
hidráulica. En un distrito transferido, cuando así convenga, las asociaciones pueden constituir una
sociedad para que les preste el servicio de operar y conservar las redes de mayores canales y drenes,
sus respectivos caminos y alguna infraestructura de uso común. A cada sociedad se le otorga un título
de concesión para la utilización de la infraestructura hidráulica mayor. De acuerdo con lo estipulado

46
"Programa de transferencia de distritos de riego, revista Riego, año 1, Núm. 1, mayo-agosto de 1999. ANEI, México, p. 34.

40
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

en la condición tercera del título de concesión, la CNA conserva el carácter de autoridad en el distrito
al que pertenece el módulo, por lo que supervisará en todo tiempo que la concesionaria se apegue a
la Ley de Aguas Nacionales y su Reglamento, a lo estipulado en el propio título, al instructivo de
operación, conservación y administración y, en su oportunidad, al reglamento del módulo y al del
distrito47 .
La transferencia tiene profundas consecuencias en la estructura social de los distritos. En primer
lugar impone el costo real del servicio de riego, pretendiendo promover con esto el uso eficiente del
agua. En segundo lugar, se desarticulan los comités directivos de los distritos de riego, los cuales
funcionaron como los principales espacios de negociación y control corporativo en estas regiones,
entre los representantes de las instituciones públicas del sector rural y las organizaciones de produc-
tores, con lo que se altera el vínculo histórico entre Estado y agricultores. Además, la transferencia
reorganiza a los productores en módulos de riego y crea nuevas instancias de representación en las
asociaciones de usuarios del módulo de riego. Los distritos de riego constituían un espacio reconoci-
do para la representación y la resolución de conflictos de intereses por medio de la mediación
institucional, la que se ejerció en los comités directivos y otras instancias. Desde estos espacios se
promovieron el patrón productivo, el paquete tecnológico, crédito, insumos y comercialización, a
través de las instituciones públicas.
Los cambios en la estructura agraria están fuertemente relacionados con el agua como insumo
productivo en agricultura. Las reformas al artículo 27 y la nueva Ley Agraria alteran de manera
definitiva la anterior estructura agraria, abriendo las actividades agrícolas a la inversión privada.
Además de que, por una parte, estableciendo las condiciones para que con base en las economías de
escala, las unidades de producción con las condiciones económicas suficientes puedan responder a
estos cambios, y por otra, facilitando la movilización de fuerza de trabajo campesina que estaba unida
a la tierra y que, de alguna manera, era ya insostenible su situación económica.
Asimismo, establece un cambio central con respecto a la estructura institucional que corresponde a
las funciones reconocidas para la CNA. En primer lugar, la Ley del Agua para los distritos de riego
considera la constitución de comités hidráulicos que sustituyan a los anteriores comités directivos.
Estos vendrían a reproducir una forma de participación restringida de los productores en la gestión
del agua, pero en un contexto productivo en el que la intervención estatal es mínima.

Diez puntos de presentación de la iniciativa de ley.

Ley de Aguas Nacionales, 1992.

1 Nueva Cultura del Agua, dentro de la cual se haga un uso responsable del recurso, lleva
a redefinir el papel del Estado en su tarea de salvaguarda y administrador del patrimo-
nio nacional.
2 La Nación como propietaria originaria de las aguas. Se prevé que para el uso y aprove-
chamiento del recurso se realice mediante concesión otorgada por el Estado.
3 Adecuar esta ley con las reformas al artículo 27 constitucional.
4 Que el precio promedio del agua refleje el verdadero valor y costo social, buscando que
paguen más quienes más la usan, para así racionalizar la demanda del agua, aumentar
los ingresos de los organismos encargados de su administración, elevar la eficiencia en el
uso de la infraestructura hidráulica, propiciar cambio en los patrones tecnológicos y
servir de apoyo a la política de redistribución del ingreso.

47
CNA, op. cit., p. 23.

41
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

5 Propiciar la apertura de esquemas para la participación de la inversión privada y de la social


en la construcción y operación de presas, acueductos y demás infraestructura hidráulica
federal, así como para la prestación de los servicios correspondientes.
6 El considerar a la unidad de cuenca y acuífero como unidades de gestión para instrumentar
una regulación acorde con el interés general. La creación de consejos de cuenca que se
conciben como instancias de concertación y coordinación de las autoridades federales,
estatales y municipales con los representantes de los usuarios de la cuenca.
7 La consolidación de la programación hidráulica y de una autoridad federal única para la
administración del agua en cantidad y en calidad.
8 Seguridad jurídica en el uso y aprovechamiento del agua, que permita a los particulares
planear adecuadamente sus actividades a mediano y largo plazos, para lo que se creará
el Registro Público de Derechos de Agua, en el que se deberán inscribir los títulos de
concesión, asignación y permiso a que se refiere la legislación sobre aguas nacionales, así
como las operaciones de su transmisión. Introducir mecanismos de mercado en la trans-
misión de los derechos para que el agua tenga la misma movilidad que la tierra en el uso
agrícola.
9 Mayor participación de los particulares en los servicios hidráulicos y promover la libre
organización que decidan adoptar los usuarios para administrar las aguas que les han
sido concesionadas.
10 El gobierno participará junto con los productores rurales en el desarrollo de distritos y
unidades de riego por considerar que dicha infraestructura será administrada en todos
los casos por los propios usuarios.

Fuente: Comisión Nacional del Agua. Iniciativa de Ley de Aguas Nacionales. Julio 2, 1992. y Ley de Aguas Nacionales, Diario
Oficial de la Federación, diciembre 1 de 1992.

De igual manera se reorganiza el entramado institucional. Por un lado, la CNA reorganiza sus
gerencias regionales transformándolas en gerencias regionales de acuerdo con las grandes regiones
hidrológicas, en donde se organiza y coordina el manejo del agua, tomando en cuenta la naturaleza
regional del recurso, ya sea por cuenca hidrológica o por acuífero. Estas fronteras hidrológicas no
coinciden con la división política de estados y municipios. Para obtener un conocimiento más detalla-
do de los recursos hidráulicos y hacer más eficaz la administración y la planeación del agua, se ha
regionalizado el país en 314 cuencas hidrológicas agrupadas en 72 subregiones hidrológicas, 37 regio-
nes hidrológicas y seis regiones administrativas. La indispensable concertación de los legítimos intere-
ses de los diversos usuarios y la conciliación de posibles conflictos entre los mismos se logrará a través
de la consolidación y fortalecimiento de los consejos de cuenca los que, para dar un oportuno y debido
cumplimiento a la Ley de Aguas Nacionales, deberán ser instalados a la brevedad posible y cubrir todo
el territorio nacional. La primera fase del proceso consistió en la creación de 13 gerencias de la CNA,
delimitadas con criterios hidrológicos, y la publicación en el Diario Oficial de la Federación, en mayo de
1998, de los municipios que conforman cada una de las regiones hidrológico–administrativas.

42
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Mapa 2. Regiones administrativas.

1.3 La situación socioeconómica de la agricultura de riego

D0,,el total de la superficie cultivada en México, aproximadamente 70% se desarrolla en condiciones


de temporal, en tanto que 30% tiene acceso al riego. Se puede afirmar que la participación del riego
en la producción agrícola es más importante en nuestro país, dadas sus condiciones naturales de
aridez en dos tercios del territorio, y si se
compara con el promedio mundial de 84
y 16% de temporal y riego, respectivamen-
te. La frontera agrícola de riego aumentó
en México considerablemente durante el
periodo en el que el Estado centralizó la
gestión de los distritos de riego, lo que
puso al país en el séptimo lugar mundial
en superficie con infraestructura de rie-
go. El 54%de la superficie bajo riego co-
rresponde a 82 distritos de riego y 46% a
poco más de 39 mil unidades de riego.
A pesar del cambiante entorno econó-
mico y la pérdida de importancia econó-
mica del conjunto del sector primario, la
Figura 5. Superficie irrigada por país.
(miles de hectáreas). agricultura de riego ha venido cobrando
mayor importancia en los años recientes.
Fuente: CNA, Valuación económica del agua, 1995, y ajuste del La productividad en las áreas de riego es,
Instituto Mexicano de Tecnología del Agua. por lo menos, 3.6 veces mayor que la de

43
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

temporal, por lo que estas actividades representan más de la mitad de la producción agrícola nacio-
nal. El valor de la producción en los últimos 15 años en las zonas regadas ha superado 50% del total,
aunque, en promedio, el área de riego cosechada solamente ha sido de 27%. Cada ciclo agrícola varía
respecto al anterior, pero en general, la agricultura de riego utiliza alrededor de 76% del agua extraí-
da en el país. Los métodos aplicados son tradicionales en más de 80% de la superficie bajo riego y la
eficiencia promedio en el uso del agua se estima en 46%; con el empleo de tecnologías e infraestruc-
tura avanzadas, podría alcanzar 60%.48 Dada la magnitud de los volúmenes extraídos para riego,
aumentos modestos en la eficiencia de los sistemas de conducción, distribución y aplicación del agua
permitirían liberar volúmenes apreciables para otros usos en diversas regiones.
Desde que se institucionaliza la intervención gubernamental en la irrigación, con la creación de
la CNI en 1926, la agricultura de riego se ha clasificado en nuestro país en dos grandes sistemas: la
gran irrigación, constituida por los distritos de riego, y la pequeña irrigación, por las unidades de riego.
La primera diferencia —aunque parece obvia no lo es tanto— ha sido el tamaño de los sistemas. Hay
que reconocer que hasta antes de que la CNA retomara a los distritos, había sistemas muy pequeños
dentro de la gran irrigación.
Esta clasificación no se corresponde solamente en cuanto a su tamaño, sino que obedece tam-
bién a formas distintas de organización en torno al agua debido, principalmente, a que en los distritos
existió la intervención del gobierno federal en su construcción, operación y mantenimiento y, por
consecuencia, a la existencia de una burocracia estatal que organizó tanto el servicio de riego como a
los usuarios, estableciendo una fuerte relación en el desarrollo de la agricultura. Esto es una diferen-
cia fundamental con la pequeña irrigación, la cual se fue constituyendo con base en el esfuerzo de los
usuarios de los mismos sistemas que, durante una primera etapa, correspondió a los sistemas de agua
superficial manejados de manera colectiva por ejidatarios y propietarios privados propios, para des-
pués agregarse un considerable número de unidades conformadas por uno o varios usuarios en torno
a pozos profundos. La relación de este tipo de agricultores con el gobierno federal es distinta, en
tanto que no ha dependido de un equipo especializado de técnicos, canaleros y administradores para
poder acceder al agua.
Los distritos de riego son áreas agrícolas cuyos programas de producción se apoyan básicamente
en el servicio de riego que se proporciona a los terrenos de cultivo mediante las obras de infraestruc-
tura hidroagrícola construidas para tal propósito y, por sus múltiples relaciones con los diferentes
sectores de la economía regional, extiende su influencia a una amplia zona. Un distrito de riego se
integra por las áreas comprendidas dentro del perímetro, las obras de infraestructura hidráulica, las
aguas superficiales y el subsuelo destinadas al riego, vasos de almacenamiento y demás instalaciones
necesarias para su operación y funcionamiento.49 La creación de los distritos de riego se dio a partir
de decretos por parte del poder ejecutivo, en donde se fijaban su extensión, límites y áreas compren-
didas dentro de su perímetro. En la mayoría de los casos, los volúmenes de agua que se estimaron en
su momento de creación han variado considerablemente debido al aumento en su disponibilidad por
obras posteriores a su creación o, al contrario, por la reducción en su disponibilidad debido a la
creación de otras zonas de riego y a los crecimientos urbano e industrial. En cambio, muchas unidades
de riego se constituyeron únicamente con base en un permiso para la perforación de un pozo o la
construcción de una pequeña obra de aprovechamiento; esta es la razón por la cual ahora se busca
regularizar su situación para poder ordenar apropiadamente el uso del agua a un nivel de cuenca
hidrológica.
Las unidades de riego en donde existió alguna vez actividad gubernamental fueron llamadas uni-
dades de riego para el desarrollo rural (Urderales) durante varios años, las cuales se diferencian de las
unidades privadas —aquéllas en las que sus usuarios construyen, operan y mantienen sus sistemas de

48
Semarnap-CNA, El agua en México: retos y avances, México, 2000.
49
CNA, op. cit., México, 1994, p. 17.

44
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

riego. Estos sistemas pueden ir de unas pocas hectáreas hasta varios miles, pero en general no llegan
a los tamaños de los distritos ya que desde hace décadas la inversión privada ha estado excluida de la
construcción de grandes sistemas de riego. En los últimos años, a raíz de un acuerdo de la SARH en
1994, se les ha llamado unidades de riego organizadas a las unidades en las que intervino alguna
institución gubernamental, ya sea para la construcción del sistema, la tecnificación o equipamiento, y
que implicó que fuera incorporada en el registro que actualmente lleva la Secretaría de Agricultura,
Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) al respecto. Las otras unidades de riego
consideradas sin organizar, son aquéllas unidades privadas que no tuvieron este tipo de vínculo; sin
embargo, es necesario indicar que a la fecha es poco clara la situación de estas últimas.50
La superficie real de riego es difícil de especificar ya que existen distintos procesos por los que
en algunos lugares disminuye, en otros se incrementa y, en otros más, a pesar de contar con infraes-
tructura de riego, la superficie efectivamente regada año con año ha variado.
De acuerdo con una evaluación de 1996, realizada por El Colegio de Postgraduados,51 la infraes-
tructura de los distritos de riego abarca una superficie dominada de 3,366,651 ha, en donde existe
una superficie posible de regar de 3,084,198 ha, pero por diversas situaciones, algunas por problemas
de deterioro de la infraestructura, otras por falta de infraestructrura o, simplemente, a consecuencia
de los cambios productivos, la superficie que se riega es de 2,539,409 ha. En esta superficie hay
registrados 536,438 usuarios, lo que equivale a que en promedio cada usuario disponga de 4.7 ha. Sin
embargo, la pérdida de superficie en condiciones de regarse se compensa con la estrategia de los
productores en varios distritos de intensificar su producción.
En el caso de las unidades de riego, la situación actual de la superficie susceptible de regarse no se
conoce con detalle. De acuerdo con la misma evaluación de El Colegio de Postgraduados, para el mes
de junio de 1998 se tenían 22,734 unidades de riego organizadas en el Directorio oficial de la Sagar, que
abarcan una superficie de 2,061,677 ha; e información de otras 16,758 unidades de riego sin organi-
zar oficialmente, que dominan una superficie de 894,355 ha, lo que da un total de 39,492 unidades de
riego, con una superficie total dominada de 2,956,032 hectáreas.
El número total de usuarios beneficiados en estos aprovechamientos no se conoce con detalle; sin
embargo, en las unidades organizadas hay 574,338 usuarios, lo que equivale a una superficie promedio,
con posibilidades aparentes de riego por usuario, de 3.6 ha, lo cual es menor que en los distritos de
riego. En las unidades de riego sin organizar no se dispone de información. En conjunto, estas cifras se
aproximan a las 5,616,757 ha bajo riego
que se registraron en el VII Censo
Agropecuario de 1991.
Se estima que en las unidades de riego
(incluyendo las no organizadas), 70% del
área es regada con aguas del subsuelo. Si
bien el número total de pozos no se cono-
ce con precisión, existen 22,620 pozos re-
gistrados en las unidades controladas y se
presume que hay otros 12,400 en las no
controladas. El total, por lo tanto, oscila-
ría en torno a los 35 mil pozos. El número
de pozos de las unidades no controladas
fue estimado bajo el supuesto de que se
Las bajas eficiencias de la conducción del agua hasta las parcelas provoca pér- rieguen unas 470 mil ha, con un área pro-
didas de entre el 30 y el 50 por ciento. medio de riego por pozo de 38 ha. Las

50
Colegio de Postgraduados-CNA, Diagnóstico preliminar sobre superficies regables y volúmenes requeridos en las unidades de riego organizadas y sin
organizar, Informe final, 1998.
51
Colegio de Postgraduados, Ibídem.

45
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

más altas concentraciones se dan en Guanajuato, Chihuahua, San Luis Potosí y Zacatecas, aunque
también en otros estados, tales como Aguascalientes, Yucatán, Durango, Nuevo León, Puebla, Jalisco
y Sonora existen unidades con numerosos pozos profundos.
En la agricultura se utiliza 79% del consumo total del agua en el país y se pierde entre 30 y 50% del
agua por bajas eficiencias de conducción hacia las parcelas, a tal grado que las pérdidas en conduc-
ción son mucho mayores que el volumen sumado de agua potable e industrial consumido en todo el
país durante un año. Igualmente, las pérdidas anuales sólo por sobreconsumo en los cultivos son del
orden de 10% del agua distribuida a pie de parcela, lo que representa 1.2 veces mayor que el consumo
nacional para uso industrial utilizado en el año de 1995.
Uno de los principales problemas que se enfrentaba a principios de la década de los años noventa
era el deterioro de la infraestructura por falta de trabajos de conservación debido principalmente al
desamparo, resultado de los cambios institucionales y de política económica. La respuesta de la CNA
ha sido impulsar diversas acciones para enfrentar esta situación, pero una vez transferidos los distritos
ha sido con la coparticipación de sus propios usuarios. Uno de los aspectos importantes de la transfe-
rencia ha consistido en tratar este aspecto ya que, aunque existe aún insuficiente disponibilidad de
recursos financieros para su conservación, la contracción del gasto público en muchas actividades
hace que cada vez sea más importante la participación de los usuarios en los costos de operación y
conservación de las obras.
Se tiene conocimiento de que las unidades de riego también han tenido un proceso de deterioro
de su infraestructura, en tanto que la caída en la rentabilidad de la agricultura ha hecho que muchos
sistemas de pequeña irrigación enfrenten problemas para conservar su infraestructura. Hasta media-
dos de la pasada década, los trabajos de evaluación llevados a cabo por la CNA para el Programa de
Uso Eficiente del Agua y la Energía, lo mostraban. En el caso de los pozos profundos, sus equipos de
bombeo y los mismos pozos evidenciaban esta necesidad de rehabilitación; las eficiencias electrome-
cánicas de los sistemas motor-bomba en muchos casos eran menores de 30%, lo que implica para los
usuarios altos costos para el agua bombeada y un elevado consumo de energía desperdiciada.
La persistencia de amplias superficies que todavía son regadas con métodos tradicionales que
implican bajas eficiencias en el uso del agua, han llevado a plantear la necesidad de establecer progra-
mas de tecnificación del riego como principal solución a la cada vez mayor escasez relativa del recur-
so. Si se tecnificara el riego por gravedad, optimizaran los métodos de riego (por ejemplo, riego por
aspersión y goteo), se lograran mejorar los métodos de conducción (por ejemplo, revestimiento de
canales) y se implantaran técnicas adecuadas para extender, sin riesgos para la salud humana, el uso
del agua residual tratada, podrían obtenerse ahorros importantes (mayores a 50%). Además del im-
pacto que tendría en ahorro de agua, la agricultura de riego sería beneficiada si se avanza en políticas
de apoyo al desarrollo tecnológico, capacitación a productores desde la fase de preparación de terre-
nos y siembra, hasta la comercialización de los productos; apoyo inclusive con subsidios explícitos al
cultivo de productos básicos, como se hace, por ejemplo, en EUA y Canadá, y la promoción del
cambio de patrones de consumo a productos económicamente más redituables, hasta cierto punto, ya
que el desarrollo sustentable nunca podrá estar reñido con la cultura alimenticia de un pueblo.
Anualmente se cosechan en el país alrededor de 5.5 millones de ha regadas, de las cuales 92% se
riega por gravedad, utilizándose, en muchos casos, métodos tradicionales sin control de los caudales
aplicados y con eficiencias bajas. Esas prácticas han propiciado la elevación de los mantos freáticos y
la salinización de los suelos en los distritos de riego costeros. En los métodos usados en los distritos se
aprecia que dos terceras partes de su superficie se riegan por surcos, siguiendo en importancia el uso
de melgas y de curvas de nivel.
También debe señalarse que en una proporción considerable de la superficie regada solamente se
aplican uno o dos riegos, por lo cual en estos casos los cultivos deben ser considerados de medio
riego. Asimismo, aún en los distritos donde se hace un mejor uso del agua, es frecuente que se apli-
quen los riegos en grandes láminas y con intervalos considerables, limitándose así el potencial pro-
ductivo de los suelos y los cultivos.

46
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

En 74% del área de los distritos se aplican menos de cuatro riegos. Por otra parte, puede deducirse
una relación entre la productividad de la tierra, el número de riegos aplicados y el tamaño de la lámina
por cada riego, concluyéndose que la productividad es directamente proporcional al número de riegos
e inversamente proporcional al tamaño de la lámina. Ello indica que es posible lograr una mayor pro-
ductividad de la tierra aplicando muchos riegos con láminas pequeñas, tal como es el caso del riego
presurizado o mecanizado.
Originalmente, el diseño de las obras de riego fue orientado por la prioridad de beneficiar a un
elevado número de productores, dominando la mayor superficie posible, sin dar importancia decisiva a
los requerimientos de agua de los cultivos para el logro de mejores rendimientos. Es por ello que la
mayoría de los distritos tiene obras para la distribución de considerables volúmenes de agua por sus
tomas, pero para regar con poca frecuencia. En muchos casos, la falta de capacidad de sus canales
principales no permite proporcionar los riegos con la frecuencia adecuada, lo cual constituye también
una seria limitante para el incremento de los rendimientos. Pero más grave aún es que en zonas de riego
nuevas, tal como es el caso de la Fuerte-Mayo, el diseño se haya realizado para regar grandes superficies
con poca agua, con la idea de beneficiar a un mayor número de usuarios.
La mayor parte del riego presurizado en el país se encuentra instalado donde el abastecimiento del
agua es por bombeo de pozos. El costo del agua bombeada es muy superior a la obtenida por gravedad,
con el agravante de la disminución de los subsidios a las tarifas eléctricas en fechas recientes. Ello está
induciendo a los productores a la reducción de sus pérdidas de agua, tanto de conducción como de
aplicación, entubándola y, en muchos casos, adoptando sistemas de riego mecanizados. Estos sistemas
mecanizados pueden ser fácilmente presurizados con costos relativamente bajos, mediante pequeñas
modificaciones al motor de la bomba.
Entre los sistemas de riego presurizados
el de uso más frecuente es el de aspersión,
que representa más de las tres cuartas par-
tes de los sistemas mecanizados. Le siguen
en orden de importancia el riego por go-
teo y el de microaspersión, cuyo uso en el
riego de frutales ha estado aumentando en
fechas recientes.
Los principales cultivos regados por as-
persión son los forrajes, tales como los pas-
tos y la alfalfa; los industriales, como el ta-
baco y la caña de azúcar; y hortofrutícolas,
como la papa y el plátano. El goteo se ha
establecido en importantes áreas de vid,
jitomate, papa y diferentes tipos de fruta-
les y, finalmente, la microaspersión es uti-
lizada para el riego de frutales, como los
Entre los sistemas de riego presurizado el de aspersión es el más utilizado.
cítricos y el plátano, especialmente.
En la mayor parte de los distritos de rie-
go se tienen pérdidas de conducción entre la red mayor y la menor, cercanas a 40%, mientras que en las
unidades de riego, y debido a que sus sistemas de conducción son de poca longitud, las pérdidas son
considerablemente menores. Sin embargo, el monto de dichas pérdidas depende en gran medida del
estado de los canales (si se encuentran o no revestidos), de los tipos de suelos dominantes y del estado
de conservación de la infraestructura.
Los precios de los productos agrícolas fueron liberados desde fines de la década de los ochenta,
cuando el país abrió totalmente su economía quitando los precios de garantía de la mayor parte de los
productos, con la excepción de algunos básicos. También se quitaron los subsidios a la mayor parte de
los insumos que originalmente conducía el gobierno, como fue el caso de los fertilizantes.

47
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Los resultados más dramáticos, como consecuencia de la transferencia, han sido de carácter finan-
ciero. A principios de los años ochenta el gobierno proveía alrededor de 80% de los recursos necesa-
rios para la operación y mantenimiento. Ahora, este es menor de 25%. Al mismo tiempo, la cuotas de
riego se incrementaron en más de cuatro veces. Muchas asociaciones están incursionando en otras
actividades económicas, tales como el apoyo a sus usuarios a través de la venta de insumos baratos,
renta de equipo y maquinaria, entre otras, e incluso la misma venta de ahorros de agua de un ciclo a
otros módulos de riego.
Sin embargo, 57% de la infraestructura está en mal estado, tanto por falta de mantenimiento como
por proyectos que no fueron diseñados adecuadamente o están inconclusos. No obstante, la produc-
ción agrícola que se genera en parcelas dotadas con infraestructura de riego es aproximadamente
55% de la producción total nacional y el resto se produce en superficies de temporal. De cualquier
manera, las expectativas de crecimiento de la infraestructura física de riego agrícola están muy limita-
das, ya que las mejores tierras para el cultivo están aprovechadas. Los costos para construir nuevas
obras de infraestructura hidroagrícola han llegado a un nivel difícil de justificar económicamente:
incorporar más áreas al riego, aun cuando socialmente este crecimiento es justificable.
Por otra parte, los usuarios de distritos de riego en México cubren, en promedio, alrededor de 70%
de los costos de operación, conservación y mantenimiento de la infraestructura y nada de los costos
de inversión; además, están exentos de pago de derechos por el uso del agua y por descarga. Los
problemas para ajustar las políticas de precio del agua para riego, si bien obedecen a una legislación
que impide el establecimiento de incentivos de precio y a fuertes presiones políticas, también son
producto de problemas estructurales de mercados castigados e imperfectos, patrones regresivos de
distribución del ingreso y crisis recurrentes.
Para explicar la situación actual de la agricultura de riego y los problemas que enfrentan las asocia-
ciones se tiene que hacer referencia a la situación económica de toda la agricultura y, cómo dentro de
ésta, la que cuenta con riego es donde los productores buscan aprovechar sus ventajas para adaptarse
a las transformaciones mundiales que han llevado al Estado mexicano a asumir políticas de
desregulación. Es en los distritos de riego donde podemos encontrar los esfuerzos más importantes
de los agricultores por incrementar su productividad, transformar su patrón de cultivos, incorporar
tecnología, impulsar procesos de agroindustrialización y organización para alguna o varias de las
acciones que les permitirán sobrevivir como productores. Una de éstas ha sido la conformación de las
asociaciones de usuarios en los módulos de riego transferidos, las cuales son, en primera instancia,
organizaciones de agricultores en torno al riego, pero por su mismo carácter tienen el potencial de
aglutinar de una manera novedosa a los productores en torno a un recurso estratégico.
En el mundo se da un proceso de deterioro de las formas tradicionales de agricultura frente al
desarrollo de nuevas tecnologías que permiten incrementar sustancialmente la productividad agríco-
la, tales como los cultivos transgénicos, que se están expandiendo con base en los grandes agronegocios,
fuera del esquema de apoyo gubernamental. En los EUA y naciones europeas, a pesar de los diferen-
ciales esquemas de apoyo a sus agricultores, se ha vivido un intenso proceso de concentración de los
recursos productivos y reducción de la población ocupada en actividades agropecuarias. Sólo de esta
manera el ingreso de los habitantes rurales de esos países ha logrado ser equiparable al promedio
nacional. En cambio en México, como en el resto de países en vías en desarrollo, la agricultura ma-
nifiesta un crecimiento limitado, con severos problemas ambientales en muchas partes, algunos de
ellos ocasionados por la sobreexplotación de los recursos hídricos y la marginación de la población
rural, al no existir en sus economías alternativas de empleo para la fuerza de trabajo que busca despla-
zarse hacia otras actividades.
El análisis particular del impacto de la modernización sobre la agricultura de riego no ha recibido
la suficiente atención por parte de los estudiosos del agro mexicano. Por tanto no se conoce con
precisión de qué modo el cambio de arreglo institucional ha afectado a las unidades productivas de
riego. Es necesario responder a las siguientes interrogantes con el fin de conocer las características
actuales de la agricultura de riego en el país y apoyar el diseño de medidas de política. Se puede
sostener que las respuestas de los agricultores a las políticas modernizadoras, denominadas estrate-
gias de sobrevivencia, no son excluyentes entre sí: concentración de los recursos productivos, integra-

48
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

ción a cadenas productivas con base en las agroindustrias y la agricultura por contrato, pluriactividad,
extensificación y expulsión o abandono de la actividad. Las estrategias de sobrevivencia están tam-
bién fuertemente relacionadas con las condiciones socioeconómicas de los agricultores, la forma de
organización productiva (campesina o agribusiness) y con relaciones sociopolíticas con su sociedad
local y regional. Las relaciones entre estos factores se pueden ver en términos de los cambios en la
calidad de vida de los agricultores con riego en la última década. La pérdida de rentabilidad en la
agricultura ha llevado a muchos productores a optar por la migración, la pluriactividad, dejar a la
agricultura como una actividad secundaria sólo para el autoconsumo, rentar sus tierras, lo que hace
que los indicadores de pobreza aumenten en zonas con riego.
Otro estudio realizado sobre el sector ejidal a nivel nacional plantea que las respuestas de los
productores ejidales han sido variadas. Se argumenta que los productores adoptan distintas estrate-
gias adversas al riesgo en función de la dotación de recursos disponible y que los ejidatarios han
optado por: acumular tierras y expandir la producción de maíz; diversificar las actividades extra-
agrícolas, entre ellas la migración hacia EUA; y acumular ganado. El autor mencionado sostiene que
las condiciones económicas adversas condujeron a que entre 1994 y 1997 la contribución de la agri-
cultura al ingreso total cayera 13%, mientras que la aportación de las actividades extra-agrícolas subió
11%. Los ingresos derivados de los nuevos apoyos federales, principalmente Procampo, se
incrementaron 25% (Davis, 2000).
Este resultado global, como es de esperarse, tiene un comportamiento diferente según el tamaño
del predio. La proporción del ingreso agrícola es mayor conforme se incrementa la extensión del
territorio, llegando a 60% en aquellos mayores a las 18 ha. Lo contrario ocurre en las unidades más
pequeñas, donde las actividades extra-agrícolas generan la mayor parte del ingreso (Davis, 2000).
En un reciente estudio realizado por la CNA, en el que se identifican nuevos proyectos hidroagrícolas
en fase de gran visión, los costos promedio por hectárea están entre 15 y 33% arriba de los beneficios
incrementales al producto interno agrícola que se esperarían obtener por invertir en la vida útil de
estos desarrollos. Aún cuando estos datos son relativos, dado que dependen del tipo de cultivo, el
rendimiento por hectárea, la tecnología utilizada y el valor del producto final en el mercado, es im-
portante considerar que los cinco cultivos predominantes en las áreas de riego en México son: maíz,
trigo, frijol, caña y sorgo, ya que ocupan casi 50% de la superficie sembrada bajo riego. No son,
precisamente, los de más alto valor en el mercado local. Por ejemplo, el maíz que se siembra aproxi-
madamente en 20% de la superficie total con infraestructura, sufre adicionalmente de una política de
precios muy castigada ya que constituye un grano básico en la dieta alimenticia mexicana.
Cuando se iniciaba la transferencia, en 1991, las productividades medias de la tierra y el agua en
áreas de riego fueron de $5,260 por ha y de $0.585 por m3 de agua, respectivamente. Aunque la
productividad de la tierra es mayor en las unidades de riego que en los distritos, el área media por
productor es todavía menor en las unidades, por lo que resulta en un ingreso menor para gran parte
de los productores. La causa de la mayor productividad del agua en las unidades de riego seguramen-
te se relaciona con las mayores pérdidas de agua por conducción y menor productividad de la tierra
en los distritos de riego. También contribuye a esa productividad el uso más racional del agua en las
unidades, debido a su mayor precio, pues una parte importante de ella proviene del subsuelo.

Cuadro 1.1 Productividad de tierra y agua en distritos y unidades de riego, 1991.

Tipo de sistema $ha $/m3

Distritos de riego 4.519 0.452


Unidades de riego 6.199 0.804
Promedio total de riego 5.260 0.585

Fuente: Elementos para el marco de referencia de la política hidroagrícola de mediano plazo en México. Informe principal. CNA-
FAO, 1994, p. 111.

49
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Entre 1981 y 1991, la agricultura de temporal había perdido relevancia, tanto en la generación de
empleos, como en su participación en el valor de la producción agrícola. Por otra parte, al interior del
subsector riego se destaca la importancia que adquirieron las unidades de riego, cuyo valor de pro-
ducción y nivel de productividad por hectárea superan a los obtenidos en los distritos de riego. Esa
conclusión se desprende de la comparación entre la participación porcentual en la superficie cosecha-
da y en el valor de la producción.

Cuadro 1.2. Área cosechada, valor de la producción y jornales, 1981 y 1991.

Concepto Total Temporal Riego Distritos Unidades

Año 1981
Área cosechada (millones de ha). 20,756 15,623 5,133 3,457 1,676
% del área total. 100 75.27 24.73 16.66 8.07
Valor de la producción (millones de N$). 374 205 169 92 77
% de la producción total. 100 54.76 45.24 24.67 20.57
Jornales de 8 h (millones). 369,489 278,163 91,326 59,179 32,148

Año 1991
Área cosechada (millones de ha). 17,107 11,975 5,132 2,995 2,137
% del área total. 100 70.0 30.0 17.5 12.5
Valor de la producción (millones de N$). 49,629 22,333 27,296 13,173 14,123
% de la producción total. 100 45.0 55.0 26.5 28.5
Jornales de 8 h (millones). 307,700 212,828 94,872 49,486 45,386

Fuente: Palacios V., Enrique, La agricultura de riego en México, Documento técnico Núm. 8,
Proyecto UTF/FAO/MEX 030, México, 1994.

Las zonas agrícolas más productivas, tanto en productos de exportación como en donde se ubican
los productores de granos básicos en mejores condiciones económicas, se concentran en las zonas con
riego por ser el agua un elemento fuertemente diferenciador entre una agricultura rentable y una
periférica. Pero se manifiesta al interior de la agricultura de riego una fuerte diferenciación producti-
va, ya que en los distritos existe un gran estrato de productores incapaces ya de sobrevivir a las condi-
ciones de mercado prevalecientes, lo que conlleva movimientos poblacionales y de cambio de activi-
dad económica de productores. Asimismo, se ha acelerado el proceso de concentración de la produc-
ción bajo múltiples mecanismos de reorganización productiva, pero que a la fecha no han implicado
un proceso significativo de inversión en la agricultura por parte de los grandes capitales.
El efecto de la nueva política hidroagrícola no se puede pensar aislado del efecto global del nuevo
contexto y la política agraria y alimenticia. En este contexto es difícil establecer el efecto neto que
tengan sobre lo productivo los cambios en la política hidroagrícola más allá del que tiene la transfor-
mación de todo su contexto, pero es claro que llevará a una mayor concentración de la producción
entre agricultores con rasgos más empresariales, pero al mismo tiempo portadores de nuevas formas
de organización para la producción.
Si bien la política hidroagrícola está de acuerdo con la política general del sector, la descentraliza-
ción de la gestión del agua abre la posibilidad de nuevas formas de participación en donde los pro-
ductores, con rasgos más empresariales y en un ambiente productivo mucho más complejo en el que
van a tener que generar nuevas formas de organización y representación —a mediano plazo—, puede
significar un cambio sustancial de la relación entre los productores y el ámbito institucional.

50
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

No obstante, se ha observado que ha habido un aumento de los rendimientos con incrementos en


la productividad de la tierra y el agua, y que el gobierno federal ha derivado recursos en apoyo al
campo, pero en muchas ocasiones la productividad se ha visto disminuida en términos reales al igual
que los apoyos, por la inflación y la falta de crédito. Así, apoyos al sector tal como el Procampo,
disminuyen en términos reales por el efecto inflacionario; además, otros apoyos como el que se da
para compensar las variaciones de los precios internacionales no siempre llegan a los productores
agrícolas, sino que se quedan en manos de quienes serializan la comercialización o en las agroindustrias.
A pesar de esta situación negativa, los productores han hecho notables esfuerzos por salir adelante,
teniendo algunas ventajas los productores con riego.
Es un hecho incuestionable el que las actividades primarias tienen menor peso dentro de las eco-
nomías en desarrollo. Esta pérdida de importancia económica se refleja no sólo en su participación en
el producto interno generado, sino también en una serie de procesos sociales que implican la respues-
ta que da esta población al deterioro en sus condiciones de vida. De esta manera, tenemos agriculto-
res que sostienen e incrementan su productividad volviéndose más competitivos, pero frente al éxito
de unos, hay muchos más que tienen que optar por otra actividad económica que complemente su
actividad agrícola o, en definitiva, el abandono de la producción. Estas estrategias asumidas necesa-
riamente impactan en el comportamiento de las asociaciones de usuarios en los módulos transferi-
dos. Así tenemos módulos donde la agricultura de subsistencia es muy importante, como ocurre en
varias regiones al centro y sur del país. En cambio, en otros, la agricultura ya es una actividad de
carácter empresarial y donde, en los últimos años, a pesar de la caída de rentabilidad de muchos
cultivos podemos constatar un sector de agricultores que han logrado modificar su proceso producti-
vo a través de la integración a procesos agroindustriales, nuevas tecnologías o la organización para la
producción; distintas maneras, no excluyentes entre sí, que han llevado a un sector de agricultores a
incrementar considerablemente sus rendimientos.
A pesar del subsidio que tuvieron los agricultores de los distritos de riego y del tamaño aparente-
mente mayor de sus unidades de producción, las condiciones de la gran irrigación frente a la pequeña
irrigación eran diferentes y divergentes a fines de la década de los años ochenta.
En México, la población ocupada en el
campo no ha disminuido en números ab-
solutos por la relativa incapacidad de los
demás sectores económicos para absorber
la mano de obra excedentes en las zonas
rurales. De acuerdo a la información dis-
ponible, la población ocupada en activi-
dades agropecuarias era de alrededor de
29% a fines de los años setenta, y para 1999
todavía estaba alrededor de 20%.52 En
cambio, el producto agrícola ha crecido de
manera mucho más lenta que el resto de
la economía, haciendo que su participa-
ción en la economía nacional se reduzca
En la década de los años noventa el PIB primario logró crecer en términos
considerablemente desde la década de los
reales en 1.3%, en promedio. años veinte, cuando alcanzaba una parti-
cipación de más de 20% del producto in-
terno bruto, a 4.5, en 1999.53 En la década de los años noventa esta situación se manifiesta en el hecho
de que entre 1990 y 1998 el PIB primario sólo logró crecer en términos reales en 1.3%, en promedio.

52
Cfr. Cuadro 2 del anexo estadístico.
53
Cfr. Cuadro 1 del anexo estadístico y figura 2.

51
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Este bajo crecimiento se ha reflejado en los ingresos de los agricultores, los cuales han tenido que
adoptar una serie de decisiones productivas que los han llevado a diferenciarse más entre sí, ya que las
estrategias productivas asumidas han hecho que exista un sector de agricultores con la capacidad de
transformarse productivamente, y otro que tiende a reducir el máximo su riesgo, regresando a una
economía de subsistencia o practicando la agricultura como una actividad secundaria. Este proceso se
refleja en el comportamiento productivo diferencial de los que cultivan en temporal, de los que cuen-
tan con riego, e inclusive se muestra en el distinto desempeño de los distritos de riego de distintas
partes del país.
La tasa promedio de crecimiento anual de las exportaciones agropecuarias fue de 7% entre 1980 y
1998. En este proceso algunas exportaciones tradicionales se reducen, como son las asociadas con la
exportación de carne, café y algodón, en tanto que las hortalizas y legumbres son el sector de produc-
tos más dinámico durante este periodo. 54 En cambio, nuestro país se ha convertido en importador
neto de granos y oleaginosas, al ser los precios de venta internacionales más bajos que los costos de
producción internos. Así, en 1996, se importaron diez millones de toneladas de granos, incluyendo
frijol, y cinco millones de toneladas de oleaginosas. Estas importaciones han aumentado entre 1998 y
1999 debido a las contingencias ambientales que han provocado un decrecimiento del sector del
orden de 6% en el primer semestre del año 1998. Estos cambios se reflejan también en el comporta-
miento a nivel nacional de las productividades de los distintos cultivos, respuesta de los agricultores
ante la presión por ser más competitivos en una economía abierta.
Es en este contexto económico donde se desenvuelve la agricultura de riego. Debemos agregar las
transformaciones demográficas, ya que al ser la agricultura —y en particular la de riego— la que
generaba un gran número de jornales, el cambio en sus patrones de cultivos y las decisiones produc-
tivas que afectan el uso de los distintos insumos ha llevado a que en muchas de las zonas donde se
ubica la irrigación se den fuertes procesos poblacionales que han sido caracterizados, en términos
generales, como de urbanización acelerada y dispersión en la población rural.
Además, se han dado un gran número de reformas, entre las que destaca el acceso a la tierra y la
respuesta que han tenido los distintos tipos de productores. Desde 1988, el sector ejidal se ha visto
afectado por una serie de cambios de política y perturbaciones exógenas. Los cambios han llevado a
un reordenamiento radical del marco de política y de la estructura de incentivos para los productores
ejidatarios. A éstos, el efecto acumulativo de tales reformas les ha dado, en teoría, libertad y flexibili-
dad para ajustarse a los cambios en los incentivos y emerger como productores viables y competitivos
en una economía cada vez más globalizada. Pero la respuesta ha sido muy desigual, de acuerdo con
sus capacidades productivas y alternativas de vida, que ha impulsado a un sector de productores a
salir de la actividad. El sector agrícola ha sufrido una importante transformación durante la década
actual debido a: el cambio del artículo 27 constitucional, las nuevas leyes de Reforma Agraria y de
Aguas Nacionales, así como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC).
La reducción marcada de los apoyos al sector, el notable aumento de los costos de los insumos
agropecuarios y la variabilidad —en muchos casos con tendencias a la reducción— de los precios de
los productos, han disminuido los márgenes de utilidad de los productores agropecuarios, llevándo-
los, en muchos casos, hasta la quiebra y salida del mercado y propiciando la concentración de la tierra
y el agua en un número menor de usuarios.
Posteriomente, la firma del TLC con EUA y Canadá supuso la consolidación de un nuevo tipo de
relación entre el Estado y el sector agrícola, en el que se destacaba que el mercado y la inversión
privada serían los mecanismos más adecuados para fomentar la eficiencia económica y la equidad. Se
suponía que libre de las distorsiones emanadas de una intervención pública discrecional, el sector
agrícola experimentaría una reconversión productiva, asignando los recursos hacia actividades de

54
Cfr. V Informe de gobierno, Ernesto Zedillo Ponce de León, 1999.

52
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

mayor valor agregado, especialmente frutas y hortalizas, en un contexto de mayor acceso al mercado
estadounidense merced al Tratado de Libre Comercio.
El análisis de la política agrícola sostiene que las respuestas han sido variadas: la rapidez de las
reformas y la supresión de los apoyos estatales condujo a un descenso de la rentabilidad en la agricul-
tura, misma que se vio sometida a una mayor competencia con las importaciones estadounidenses y
que no ha podido asignar sus recursos productivos hacia cultivos de mayor valor agregado, incorpo-
rar progreso técnico y mejorar la eficiencia económica, como se había estimado. Estos objetivos sí han
sido conseguidos por un reducido segmento de medianos y grandes productores vinculados a la ex-
portación hortofrutícola. Con las reformas, en términos productivos, se registra descenso en la pro-
ducción de las oleaginosas, crecimiento de los granos, mejora en la productividad de la tierra y reduc-
ción de la superficie cosechada, debido a que los productores menos competitivos están saliendo del
mercado. Estos cambios probablemente se deben más a la modificación de la estructura de incentivos
de la agricultura mexicana. Aquí hay que establecer hasta qué punto se relaciona la transferencia de
los sistemas de riego con los cambios en el patrón de cultivos, ya que, aunque la productividad no se
debe a la transferencia, sí determina la viabilidad económica de muchas zonas de riego ya que de ahí
parte la capacidad de cada asociación para la gestión del agua de sus módulos.
Al firmarse el TLC el gobierno liberó los precios apoyando un subsidio directo a los agricultores
denominado Procampo. Originalmente se dijo que los precios internacionales de los productos agrícolas
serían los que regirían; sin embargo, esta situación no ha prevalecido ya que hay muchos intermedia-
rios entre los productores y los consumidores finales de los productos agrícolas.
Como consecuencia, se ha observado que los precios de los productos del campo han tenido fuer-
tes variaciones, no siempre relacionadas con el cambio de los precios internacionales. Al asociar los
cambios en los precios de los productos agrícolas con los de los insumos, mediante los respectivos
índices de precios, se observa que a partir de 1985 los precios de los insumos han aumentado a mayor
velocidad que los agrícolas. Esta diferencia afecta negativamente a los productores al reducir sus
márgenes de utilidad; por esta razón, muchos de los usuarios de los distritos de riego han salido del
mercado, principalmente los del sector ejidal. En general, los productores dicen que la agricultura se
está convirtiendo en una actividad más técnica, por lo que los menos preparados no están en condi-
ciones de competir.
Esta situación de menores precios y mayores costos, aunada a la falta de crédito, altas tasas de
interés en el subsector, falta de asistencia técnica y apoyos reducidos, han afectado a los productores y
es una de las razones por las cuales ha sido muy difícil mantener las tarifas de riego, por lo menos, a
valores constantes.

Cuadro 1.3 Superficie y valor de la producción agrícola nacional, 1996.

Sectores Superficie (miles ha) Valores de la Valor de la Productividad


agrícola Sembrada Cosechada producción producción ($/ha)
(millones $) (%)

Total 21,323 19,965 120,519 100 6,037


Temporal 16,189 14,996 57,646 48 3,844
Riego 5,134 4,969 62,873 52 12,654
Distritos 2,778 31,344 26 11,282
Unidades 2,270 2,191 31,530 26 14,393

Fuente: Colegio de Postgraduados, 1996.

53
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Para mediados de la década pasada se observa que la superficie cosechada en los distritos de riego
apenas es de 2,778 miles de ha, que incluye segundos cultivos, lo que implica que la superficie física
regada probablemente estuvo en alrededor de las 2,500,000 ha; también en el caso de las unidades, se
observa que apenas rebasa los dos millones de ha. Esta situación prevalece desde hace ya varios años.
Así, la media de las superficies cosechadas en el periodo 1988-1996 es para: distritos de riego, 2,955,000
ha y unidades, 2,123,000 ha; en su totalidad, 5,078,000 hectáreas.55
En años recientes la producción de granos en las superficies regadas ha contribuido a minimizar la
diferencia entre la oferta y la demanda nacional. Así, por ejemplo, el cultivo del maíz, que en 1990
ocupaba una superficie en los distritos de riego de 539 mil ha, se aumentó hasta 793 mil ha en 1997,
pero lo más notable es que la producción del grano casi se triplicó ya que pasó de 1,998,000 tonela-
das, en 1990, hasta 5,932,000 toneladas en 1997, lo que representa la tercera parte de la producción
nacional y, en esto, contribuyó el notable aumento en rendimiento.
A pesar del enorme potencial que tiene la agricultura de riego, su desarrollo cuenta con problemas
significativos. Desde 1996 hasta la fecha, la superficie cosechada prácticamente ha permanecido cons-
tante. En efecto, la superficie cosechada media en este lapso ha sido de un poco más de cinco millones
de ha; sin embargo, la superficie cosechada en los distritos de riego ha venido disminuyendo, pero la
superficie cosechada total se ha compensado por un aumento en las superficies regadas en las unida-
des de riego.
En cambio, en la pequeña irrigación ha aumentado la superficie cosechada, principalmente a
partir de 1980, aunque debe señalarse que la mayor parte de la superficie nueva es regada con agua
de pozos profundos. Las unidades de riego por gravedad también se han deteriorado y dejado de
producir, ya que como se indicó con anterioridad, la superficie que se considera tiene infraestructura
es del orden de 2,956,000 ha, pero se cosechan apenas 2,100,000, incluyendo segundos cultivos.
El aumento de la superficie regadas en unidades de riego está propiciando la sobreexplotación de
los acuíferos. Así, de acuerdo con la información proporcionada por la Comisión Federal de Electrici-
dad (CFE), de 1992 a 1996 el consumo de energía en Tarifa 09, para uso agropecuario, principalmen-
te utilizada en los equipos de bombeo, aumentó en 1,883 Gigawatts-hora, cuyo equivalente en volu-
men de agua extraída del subsuelo es del orden de los 4,800 millones de m3. La mayor parte de este
volumen se extrae en los estados donde se tienen los acuíferos más sobre explotados.
Otro importante problema que confronta el subsector riego es la competencia por el uso del agua
con otros sectores económicos, principalmente el uso urbano doméstico y el industrial, así como la
utilización cada vez mayor de aguas residuales muy contaminadas que limitan su uso para riego de
cultivos de alta rentabilidad. La falta de asistencia técnica a los usuarios del agua es otro motivo de
problemas ya que además de favorecer el uso ineficiente del agua, en muchos casos, se tiene como
consecuencia problemas de drenaje y ensalitramiento de los suelos.
Dentro de la problemática que afecta al desarrollo sustentable del riego agrícola se encuentran:
escasa capitalización de la mayoría de los usuarios, dificultad para controlar el volumen de agua
entregado, aplicación de tarifas insuficientes por los servicios de riego y de energía eléctrica para
bombeo agrícola y exención de pago por el uso de agua empleada en el riego. Por la baja disponibi-
lidad de agua en las presas y la escasez de rentabilidad, tecnología y capitalización, en los últimos años
la superficie cosechada ha oscilado entre 80 y 90% de la superficie total bajo riego. Es necesario
señalar que las necesidades de inversión para ampliar la infraestructura existente y hacer más eficien-
te el uso del agua son superiores a los recursos disponibles. Esta deficiencia en cantidad y oportuni-
dad origina que las obras requeridas impliquen largos periodos de ejecución, lo que conduce a inver-
siones improductivas.
Igualmente, dentro de las áreas de riego encontramos diferencias de productividad de la tierra y el
agua, significativa entre las unidades y los distritos. En las unidades de riego esta productividad es

55
Colegio de Postgraduados, op, cit.

54
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

más elevada que en los distritos. En los últimos 15 años la productividad de la tierra en las unidades
ha seguido una tendencia ascendente y ha sido, en promedio, 30% mayor que la de los distritos. En el
año 1991 la productividad media de la tierra en los distritos de riego fue de $ 4,519/ha, mientras que
en las unidades fue 37% más elevada, pues alcanzó $ 6,199/ha. Para ese mismo año, la productividad
media del agua en los distritos fue de $452/m3 y en las unidades de $ 804/m3, o sea, 78% mayor.
En un estudio realizado en 1992 se estimó el ingreso bruto aparente por distrito, obteniendo
$29,800 por productor, y el neto en $17,700; sin embrago, su distribución resultó sumamente concen-
trada, pues 49% de los usuarios recibió un ingreso neto menor que un salario mínimo y 10% recibió
un ingreso neto negativo. El 75% de los productores recibió 32% de los ingresos, y el otro 25% de los
usuarios, recibió 68%.56 Lo mismo ocurre con la tierra. Sobre la base de una muestra de algo más de
6 mil unidades productivas distribuidas en diez distritos de riego del país, entre fines de 1992 y
principios de 1993, se comprobó que "existe un elevado grado de concentración del suelo agrícola en
producción, mismo que sigue un patrón de apropiación de ese recurso que favorece ampliamente al
10% más rico de la población de usuarios... el 80% de los usuarios que menos superficie controlan,
explotan una cantidad de hectáreas que corresponde al 29% del total de la superficie total en produc-
ción, es decir, 8 de cada 10 productores tiene una extensión que se encuentra muy por debajo de la
superficie que corresponde a una distri-
bución normativa de carácter democrático
100
(igual para todos)".57
% Superficie en producción

90
80 Diversas razones explican esas notables
70 diferencias. Por una parte, en las unida-
60 des existen patrones de cultivos más pro-
50 ductivos que en los distritos, como es el
40
caso de los frutales y las hortalizas. Por la
30
otra, como en general el agua ha sido más
20
10
cara en las unidades, sus usuarios tienen
0
un manejo más eficiente y cuidadoso del
0 20 40 60 80 100 recurso, lo cual les permite alcanzar ren-
10 30 50 70 90
% Usuarios dimientos más elevados. Así, es posible
mencionar que mientras en los distritos
Curva de Lorenz Equidistribución
se producen considerables pérdidas de
Figura 6. Superficie en producción. agua en la conducción por la extensa red
Diagrama de distribución. de canales, en las unidades esas pérdidas
no son tan significativas. Asimismo, en
éstas, 14% de su superficie es regada me-
Fuente: Villena, Sergio y Ma. Luisa Torregrosa. op. cit.
diante métodos presurizados, mientras
que en los distritos esa proporción apenas
alcanza 2.8%. El mencionado mayor costo del agua se origina en el hecho de que, mayoritariamente,
el volumen de agua utilizada por las unidades proviene de pozos profundos y, además, no han disfru-
tado del subsidio que beneficiaba y aún beneficia a numerosos distritos de riego.
Otra razón importante de la menor productividad de los distritos de riego radica en los problemas
de conservación y mantenimiento de la infraestructura que ya se mencionaron anteriormente. Ello se
ha manifestado desde la década pasada y ha obedecido principalmente a la falta o insuficiencia de
fondos, lo cual ha contribuido a demeritar importantes superficies por procesos de salinización y a
desmejorar los servicios de riego. Todo ello ha redundado en perjuicio de los rendimientos de los
cultivos y en una baja de la eficiencia en el uso del agua.

6
Palacios V. E., Productividad e ingreso en los distritos de riego de México, IMTA, 1992. Documento inédito, citado en FAO- CNA. Elementos
para el marco de referencia de la política hidroagrícola de mediano plazo en México, 1994. pag. 113.
57
Villena, Sergio y Ma. Luisa Torregrosa, Productores y tierra en diez distritos de riego. FLACSO-IMTA, abril de 1994. Mecanoscrito.

55
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

La insuficiencia de los recursos financieros destinados a los distritos de riego se debió, fundamen-
talmente, a la falta de participación de sus usuarios en los costos de operación y mantenimiento de las
obras. A fines de los años sesenta, la autosuficiencia financiera se elevaba 70%, pero debido a su
constante disminución, alcanzó un mínimo de 15% en los ochenta, con el agravante de que el gobier-
no federal ya no pudo mantener el volumen de subsidios necesario para cubrir en su totalidad los
mencionados costos de operación y mantenimiento.
Debido a las acciones realizadas y al aumento de la cuota por servicio de riego, el grado de autosu-
ficiencia financiera de los distritos pasó de 43%, en 1989, año en que se inició la transferencia, a 72%
en 1999. Al incrementarse las inversiones de las asociaciones de usuarios en la operación y conserva-
ción de los distritos de riego, los recursos fiscales que el gobierno federal destinaba a estos conceptos
se están aplicando al Programa de Desarrollo Parcelario (Prodep) y al de Rehabilitación y Moderniza-
ción de los Distritos, beneficiándose 1.3 millones de ha de 1991 a 1998. El esfuerzo por agrupar a los
productores se extiende ahora a las unidades de riego. Se ha iniciado un proyecto piloto para organi-
zar a los usuarios de las unidades de riego, que representan casi 50% de la superficie irrigada en el
país, lo que facilitará su tecnificación al agruparlos en módulos que tengan suficiencia económica
adecuada. La transferencia y sus programas complementarios han permitido disminuir el impacto de
las sequías y lograr paulatinamente un mejor uso del agua, pues no obstante que el volumen para
riego extraído de las fuentes de abastecimiento disminuyó en 30%, entre 1994 y 1999, la superficie
cosechada se redujo únicamente en 15%, ocasionando una disminución en el volumen utilizado por
hectárea, de 18 por ciento.
Por otra parte, la eficiencia en la conducción también ha registrado avances, ya que en el periodo
1994-1999 el incremento fue de tres puntos porcentuales. La productividad por unidad de agua
utilizada también ha aumentado, en buena medida gracias al Programa de Fertirrigación, en el que
colaboró la Sagar. En 1998 la productividad del agua utilizada en la agricultura a precios constantes
fue 10% mayor que la registrada en 1994.
Desde una perspectiva de cambios organizativos se puede destacar la apertura de espacios de
negociación entre usuarios y organismos estatales, los cuales presentan algunas características impor-
tantes. Los módulos de riego se están constituyendo en un espacio de negociación privilegiado, desde
donde los productores agrícolas pueden demandar recursos y programas de apoyo para el campo;
esto sin pasar necesariamente por la mediación de las organizaciones campesinas oficiales ni de los
partidos políticos.
La constitución de estos espacios de negociación ha sido un proceso de difícil consolidación. Las
asociaciones de usuarios se han enfrentado a problemas importantes, tales como las deterioradas
condiciones de los canales de riego; interferencia de grupos, organizaciones y partidos políticos que
han visto afectados sus intereses, además de las dificultades internas propias de la formación de las
nuevas asociaciones (falta de capacitación en torno al manejo de los sistemas de riego, poca participa-
ción de los usuarios, etc.).
El desarrollo de las distintas asociaciones de usuarios no ha sido parejo ni homogéneo, pues existe
gran heterogeneidad en los grados de consolidación y en los alcances de la gestión de cada asocia-
ción; es decir, existen módulos que han logrado una sólida constitución en sus servicios, así como una
considerable aceptación entre sus agremiados y otros que presentan serios problemas organizativos,
lo cual se refleja en una percepción negativa de sus socios.

1.4 Marco legal y normativo de uso y manejo de las aguas nacionales


La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos constituye el marco legal del uso y ma-
nejo de aguas nacionales. En el artículo 27 dispone sobre la propiedad y el dominio del agua:

"La propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites del territorio nacional corresponden
originariamente a la nación, la cual ha tenido y tiene el derecho de transmitir el dominio de ellas a los particu-
lares, constituyendo la propiedad privada."

56
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Son propiedad de la nación las aguas de los mares territoriales en la extensión y términos que fije
el derecho internacional, las aguas marinas interiores, las de lagunas y esteros que se comuniquen
permanente o intermitentemente con el mar, las de lagos interiores de formación natural que estén
ligados directamente a corrientes constantes; las de ríos y sus afluentes directos o indirectos, desde el
punto del cauce en que se inicien las primeras aguas permanentes, intermitentes o torrenciales, hasta
su desembocadura en el mar, lagos, lagunas o esteros de propiedad nacional; las de corrientes cons-
tantes o intermitentes y sus afluentes directos o indirectos, cuando el cauce de aquéllas en toda su
extensión o en parte de ellas, sirve de límite al territorio nacional o a dos entidades federativas, o
cuando pase de una entidad federativa a otra o cruce la línea divisoria de la República; las de lagos,
lagunas o esteros cuyos vasos, zonas o riberas estén cruzados por líneas divisorias de dos o más entida-
des o entre la república y un país vecino, o cuando el límite de las riberas sirva de lindero entre dos
entidades federativas o a la república con un país vecino; las de manantiales que broten en la playas,
zonas marítimas, cauces, vasos o riberas de los lagos, lagunas o esteros de propiedad nacional, y las
que se extraigan de las minas; y los cauces, lechos o riberas de los lagos y corrientes interiores en la
extensión que fije la ley.
Las aguas del subsuelo pueden ser libremente alumbradas mediante obras artificiales y apropiarse
por el dueño del terreno, pero cuando lo exija el interés público o se afecten otros aprovechamientos,
el ejecutivo federal podrá reglamentar su extracción y utilización y aun establecer zonas vedadas, al
igual que para las demás aguas de propiedad nacional.
La Ley de Aguas Nacionales da el sustento necesario e indispensable para la evolución del marco
institucional y la instrumentación de los elementos de la política hidráulica, en un horizonte de me-
diano y largo plazos.
Igualmente, esta disposición es el marco legal y normativo del proceso de transferencia de los
distritos de riego, dado el derecho de la nación de constituir la propiedad privada. Al mismo tiempo,
el artículo 27 constitucional establece los derechos de la nación para regular las modalidades de la
propiedad privada.

"La nación tendrá todo el tiempo el derecho de imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte de
interés público, así como el de regular, en beneficio social, el aprovechamiento de los elementos naturales
susceptibles de apropiación, con objeto de hacer una distribución equitativa de la riqueza pública, cuidar su
conservación, lograr el desarrollo equilibrado del país y el mejoramiento de las condiciones de vida de la pobla-
ción rural y urbana."

Para lo cual, en el artículo 73, fracción XVIII, se faculta al Congreso "... para expedir leyes sobre el
uso y aprovechamiento de las aguas de jurisdicción federal." En los párrafos cuarto y quinto del
artículo 27 constitucional se señala expresamente que la nación tiene la propiedad originaria sobre
las aguas interiores y los mares territoriales. El mismo artículo delimita la jurisdicción de las aguas en
lo federal y estatal, en función de su ubicación geográfica.
Además de las disposiciones sobre las aguas de propiedad nacional y aquellas susceptibles de apro-
piación por los particulares, destaca en el propio artículo 27, parte final del párrafo quinto, la defini-
ción de las aguas de jurisdicción estatal al indicar:

"Cualesquiera otras aguas no incluidas en la enumeración anterior, se considerarán como parte integrante de la
propiedad de los terrenos por los que corran o en los que se encuentren sus depósitos, pero si se localizaren en
dos o más predios, el aprovechamiento de estas aguas se considerará de utilidad pública, y quedara sujeto a las
disposiciones que dicten los Estados."

Es claro que la Constitución no habla de "aguas de propiedad estatal", sino de que las aguas no
consideradas como nacionales quedan sujetas a la regulación que dicten los estados federados; esto
es, aguas de jurisdicción estatal. La Constitución no transmite la propiedad de dichas aguas a los

57
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

estados, sino que otorga jurisdicción, competencia, a las entidades federativas para regularlas. Esta
facultad autoriza a los estados para emitir actos de autoridad legislativos, administrativos y judiciales
para normar el aprovechamiento de las aguas referidas, siempre reconociendo que se encuentran
afectadas a la satisfacción de necesidades colectivas.
El artículo 28 constitucional establece la facultad que tiene el Estado para, en casos de interés
general, concesionar la prestación de servicios públicos o bien, la explotación, uso o aprovechamiento
de los bienes de dominio de la federación. La misma disposición establece que las leyes fijarán las
modalidades y condiciones que aseguren la eficacia de la prestación de los servicios y la utilización
social de los bienes.
Por su parte, el artículo 73 constitucional, en dos de sus fracciones hace alusión al agua, al estable-
cer como facultades del Congreso expedir leyes sobre el uso o aprovechamiento de las aguas de
jurisdicción federal y al establecer las contribuciones sobre el uso, aprovechamiento y explotación de
los recursos naturales comprendidos en los párrafos cuarto y quinto del artículo 27.
Por otra parte, el artículo 115, fracción II, concibe al municipio libre y, en su fracción III, otorga a
estos la responsabilidad de prestar diversos servicios públicos, dentro de los que se encuentran el agua
potable, alcantarillado y saneamiento, con la actuación subsidiaria de los gobiernos estatales (cuando
fuere necesario y sí así lo determinen las leyes). Complementariamente, la Ley General de Bienes
Nacionales regula el patrimonio nacional, constituido por bienes del dominio público y del dominio
privado de la federación. En su artículo 3° señala como bienes del dominio privado las "tierras y aguas
de propiedad nacional no comprendidas en el artículo 2° de esta ley que sean susceptibles de enajena-
ción a los particulares". De esta manera, es claro que las aguas nacionales son bienes del dominio
público y, consecuentemente, en los términos de la propia Constitución Política y la Ley General de
Bienes Nacionales, son inalienables, imprescriptibles e inembargables.
El marco jurídico que regula toda la materia de aguas en México se sustenta en los preceptos
constitucionales antes enunciados, de los cuales derivan distintas leyes y una serie de disposiciones de
observancia general relativas a la administración del recurso hidráulico, fundamentalmente:

• Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, artículo 27, párrafo quinto, así como el
artículo 115.
• Ley de Aguas Nacionales, promulgada en diciembre de 1992 y reglamentaria del artículo 27
constitucional en materia de aguas nacionales.
• Reglamento de la Ley de Aguas Nacionales, publicado en el Diario Oficial de la Federación en
enero de 1994.
• Ley Federal de Derechos, promulgada en 1982 y actualizada anualmente.
• Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, promulgada en 1987.

De acuerdo con la Ley de Aguas Nacionales, CNA es la autoridad federal única, encargada de
definir la política hidráulica del país y administrar las aguas nacionales.
La Ley de Aguas Nacionales da el sustento necesario e indispensable para la evolución del marco
institucional y la instrumentación de los elementos de la política hidráulica, en un horizonte de me-
diano y largo plazos. A partir de 1994, una vez puesto en vigor el Reglamento de la Ley de Aguas
Nacionales, se inició un esfuerzo sin precedente para modernizar la administración del agua.
En los años siguientes los esfuerzos se han concentrado en la administración integral del agua,
mediante su simplificación progresiva para lograr una mayor participación de los usuarios agrícolas,
urbanos e industriales, en la regularización de los derechos de agua y el otorgamiento de los corres-
pondientes títulos de concesión o asignación para el uso, aprovechamiento o explotación de las aguas
nacionales, así como de los permisos de descarga de aguas residuales.
La experiencia adquirida durante los últimos años ha permitido identificar una serie de adecua-
ciones al marco reglamentario de la Ley de Aguas Nacionales, tanto para atender situaciones no
previstas como para mejorar distintos mecanismos que se contemplan en la legislación actual y, con

58
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

ello, imponer un mayor dinamismo a los instrumentos de regulación y control.


La política hidráulica posrevolucionaria del país ha tenido variaciones considerables desde la pri-
mera ley hidráulica de 1926, hasta hoy. La Ley sobre Irrigación y Aguas Federales, emitida el 9 de
enero de 1926, con la cual se crea la CNI, responsable, en gran parte, de la planeación hidráulica,
diseño, construcción y operación de la infraestructura de riego, drenaje y acueductos. Asimismo, se
crea el Fondo Nacional de Irrigación. Estas dos instituciones estaban destinadas para favorecer el
desarrollo de la agricultura de riego.
En 1927 se emite la Ley de Dotación y Restitución de Tierras y Aguas. En ella se definía una
dotación de tres a cinco ha de riego o humedad por productor. Pero es hasta el 6 de agosto de 1929
que se establece la primera Ley de Aguas de Propiedad Nacional. En ésta se consideraban todos los
aspectos relacionados con el manejo de las aguas nacionales, destacándose todas las normas relativas
a las concesiones de aguas, y la consideración de los casos en que concesionarios privados podrían
prestar servicios para usos domésticos, riego o generación de energía eléctrica. En el artículo 75 se
considera la prelación en el uso de las aguas, concediendo preferencia a los usos domésticos, públicos
y de transporte y ubicando, seguidamente, el uso para riego de terrenos ejidales, riego de parcelas no
excedentes a veinte ha, usos industriales y fuerza motriz. Como última prioridad se considera a los
usos industriales, el riego de los terrenos no tomados en cuenta anteriormente y para fuerza motriz.
También se establecen, en el capítulo 5, por primera vez, las normas para la formación de las socieda-
des de usuarios, a las cuales la nación podrá entregar, para su administración, obras de riego del
gobierno o que hayan sido enajenadas por el término de concesiones.
La segunda Ley de Aguas de Propiedad Nacional, del 30 de agosto de 1934, se constituyó en la
herramienta legal que normó la política hidráulica del país hasta el año 1971, en que fue derogada al
promulgarse la Ley Federal de Aguas. Debe señalarse que en la Ley de Aguas de Propiedad Nacional
ya se consideraban todos los aspectos relacionados con el manejo de las aguas nacionales que, con
algunas modificaciones, fueron tomados en cuenta en las leyes posteriores. Tanto la ley como su regla-
mento, del 24 de marzo de 1936, establecen franquicias para la adquisición de maquinaria, herra-
mientas, enseres, implementos, equipos y materiales destinados a estudios, construcción e instalación
de obras hidráulicas, o para la generación y transformación de energía. Al mismo tiempo, se trata todo
lo referente a la formación, derechos y obligaciones de las juntas de aguas, que en muchos casos se
hicieron cargo de la operación de los distritos de riego y de muchas obras de pequeña irrigación.
En diciembre de 1946, al tomar posesión el presidente Miguel Alemán, anunció la creación de la
SRH, responsable de la política hidráulica del país, la que, además de asumir todas las responsabilida-
des de la CNI se encargaría de los programas de abastecimiento de agua a las poblaciones y su respec-
tivo alcantarillado. En el mismo mes de diciembre se promulgó la Ley de Riegos, en la que se entregó
a la SAG la responsabilidad de operar, conservar y administrar los distritos de riego, algunos de los
cuales eran operados por las juntas de aguas. En esta misma ley se hizo la previsión de que los distritos
en operación podrían ser entregados a las mencionadas juntas o a las asociaciones de usuarios, como
era lo usual con las obras de pequeña irrigación. Sin embargo, la SAG tuvo problemas para la opera-
ción de los distritos, por lo que en febrero de 1951 se le confió a la SRH su operación y mantenimiento.
El 2 de enero de 1953, por acuerdo presidencial, se crearon los comités directivos agrícolas de los
distritos de riego para normar su operación y desarrollo. Los comités se integraron con un vocal
ejecutivo, el representante de la SRH; un vocal secretario, representante de la SAG; y dos vocales
representantes de los usuarios, uno por la pequeña propiedad y otro por el sector ejidal. Posterior-
mente, con el acuerdo presidencial del 2 de enero de 1953, se crearon los comités directivos, incluyen-
do como colaboradores de dichos comités a otras dependencias oficiales y organizaciones relaciona-
das con la agricultura. En este reglamento se definieron las funciones de cada uno de los integrantes
de los mencionados comités. A estos comités, mediante otro acuerdo presidencial emitido el 28 de
agosto de 1953, se adicionaron dos vocales de los Bancos Nacional de Crédito Agrícola y Ganadero, S.
A., y del Banco Nacional de Crédito Ejidal, S. A., derogándose además los Consejos de Administra-
ción e Inspección.

59
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Las normas de uso de aguas del subsuelo se establecen en Ley Reglamentaria del párrafo quinto
del artículo 27 constitucional, emitida el 29 de diciembre de 1956, complementada ésta con el decre-
to presidencial del 30 de diciembre de 1971, en la cual se reglamentó para explotación de los acuíferos.
Al inicio del sexenio presidencial 1970-1976 se despertó una seria inquietud referente a la legisla-
ción que normaba la utilización de los recursos agua y tierra, y se consideró la necesidad de revisar
las leyes vigentes para adecuarlas a una mayor intervención del Estado en la administración de estos
recursos básicos para el desarrollo del país. Como consecuencia de estas inquietudes, se gestaron
nuevas iniciativas de ley tanto en el aspecto hidráulico como en el agrario, resultando finalmente la
nueva Ley Federal de Aguas, del 30 de diciembre de 1971, y la Ley Federal de Reforma Agraria, del
16 de marzo de 1971.
Entre los cambios más relevantes de la nueva Ley Federal de Aguas de 1971, respecto a las leyes
anteriores, debe mencionarse la limitación en los servicios de riego a los pequeños propietarios de
los nuevos distritos de riego, hasta veinte ha, y a los ejidos y comunidades en las extensiones que
señaló la Ley Federal de Reforma Agraria. También se limitó la transmisión de los derechos de agua
de un predio a otro, permitiéndolo solamente en los casos en que era indispensable para evitar la
incosteabilidad de la producción en el predio originalmente registrado en el padrón de usuarios,
debido a la salinidad de las tierras, infestación del suelo, enfermedades, plagas u otros factores.
Asimismo, se definió un procedimiento para la distribución del agua en los casos de escasez, que a
pesar de ser utilizado desde hacía varios años, no estaba considerado en las leyes vigentes. En el
artículo 60 se indica que, cuando los recursos hidráulicos disponibles en el distrito sean insuficientes
para proporcionar riego a todos los predios registrados:

"El volumen disponible se dividirá entre el número de usuarios, para determinar con base en el coeficiente
promedio de riego que haya fijado la Secretaría, la superficie que pueda sembrar cada uno; y cuando la super-
ficie que pudiere sembrar el usuario sea menor que la inscrita en el padrón, los volúmenes excedentes se
distribuirán entre los demás usuarios."

Desde los comienzos del desarrollo de la agricultura de riego se consideró que los usuarios debe-
rían hacerse cargo de la operación y mantenimiento de la obras, bajo la supervisión de instituciones
gubernamentales. Fue así que se definió la forma de organización de las sociedades de usuarios o las
juntas de aguas. Con posterioridad se previó la entrega de su operación y conservación a las juntas de
agua o a las asociaciones de usuarios. En cambio, con la sanción de la Ley Federal de Aguas se estable-
ció la responsabilidad exclusiva de la SRH en la operación, conservación y administración de los distri-
tos de riego. Ello provocó que los usuarios se acostumbraran a depender de un subsidio cada vez
mayor, lo que propició una baja eficiencia y productividad en el uso del agua.
Para fines del sexenio 1982-1988 se formuló una estrategia para realizar la transferencia de los
distritos de riego a las asociaciones de usuarios que se debían organizar en cada caso. Sin embargo, ese
proceso de privatización no era consistente con la legislación vigente, según la cual los distritos debe-
rían ser operados, mantenidos y administrados por la SARH. Debido a esto, para el siguiente sexenio,
1988-1994, la modernización del sector agropecuario se constituyó en uno de los lineamientos estraté-
gicos centrales del Plan Nacional de Desarrollo, y en función de ello, se consideró necesaria la
reformulación de la política hidráulica nacional. Como paso inicial, por decreto presidencial con fecha
13 de enero de 1989, se creó la CNA como un organismo desconcentrado de la SARH, cuya función
primordial sería definir una nueva política nacional para el uso y manejo de los recursos hidráulicos de
México. La CNA recibió, entre otras, la responsabilidad de la reorganización y modernización de los
distritos de riego del país, y realizar la transferencia de la operación, conservación y administración de
sus obras a las asociaciones de usuarios. Para llevar a cabo gran parte de estas actividades, la CNA creó,
dentro de la Subdirección General de Infraestructura Hidroagrícola, la Gerencia de Programación y
Operación Transitoria. Ella asumió las funciones que en forma parcial cumplía anteriormente la des-
aparecida Dirección General de Distritos de Riego, pero tomando además la responsabilidad de la
organización de los usuarios para hacer efectiva la mencionada transferencia.

60
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Una prioridad relevante para la modernización de la agricultura de riego era transferir a los usua-
rios la responsabilidad de la operación, conservación y administración de las obras en los distritos de
riego, lo que permitiría alcanzar su autosuficiencia financiera. Sin embargo, la Ley Federal de Aguas
de 1971 señalaba, en sus artículos 46 y 58, que la administración de los distritos era una función
inherente a la SARH, surgiendo así la necesidad de introducir cambios a la ley. Por otra parte, el
proceso de modernización requería de otras modificaciones legales, por lo que se iniciaron los estu-
dios para la elaboración de una nueva ley que se adaptara de mejor manera a las necesidades de la
modernización.
Dado lo anterior, en diciembre de 1991 se modificó el artículo 27 constitucional y, como conse-
cuencia, se emitió la nueva Ley Agraria y fueron derogadas la Ley Federal de Reforma Agraria, la Ley
General de Crédito Rural, la Ley de Terrenos Baldíos Nacionales y Demasías, y la Ley del Seguro
Agropecuario y de Vida Campesino. Resultaba evidente que ante el notable cambio en la política
agraria que introdujo la nueva legislación era necesaria la reformulación de la política hidráulica del
país. A esos efectos fue sancionada la Ley de Aguas Nacionales y publicada en el Diario Oficial de la
Federación el 1 de diciembre de 1992. Esta permite transferir las responsabilidades de la administra-
ción, operación y mantenimiento de los distritos a las asociaciones de usuarios; se crea el Repda, lo
que facilita la apertura de un mercado de derechos de agua entre usuarios individuales y entre asocia-
ciones de usuarios, hechos que se daban en alguna forma en la práctica, pero que no estaban contem-
plados legalmente. El reglamento de la Ley de Aguas Nacionales de 1994 precisa el alcance y sentido
de las disposiciones de la ley.

Ley de Aguas Nacionales, de 1992. Artículo 14.

"La Comisión" acreditará, promoverá y apoyará la organización de los usuarios, para mejo-
rar el aprovechamiento del agua y la preservación y control de su calidad, y para impulsar la
participación de éstos a nivel estatal, regional o de cuencas en los términos de la presente
ley y su reglamento.

La Ley de Aguas Nacionales contempla en el artículo 14 la organización y participación de los


usuarios, los que podrán asociarse entre sí libremente para constituir personas morales, con el objeto
de integrar sistemas que permitan proporcionar servicios de riegos agrícolas a diversos usuarios. La
concesión de las aguas nacionales se otorgará a las personas morales que agrupen dichos usuarios. De
este modo los usuarios no tienen derechos individuales de agua, sino que cada asociación tiene dere-
cho proporcional al suministro disponible para el distrito en esa temporada.

Ley de Aguas Nacionales, de 1992. Artículo 59.

Las personas físicas o morales podrán conformar una persona moral y constituir una uni-
dad de riego que tenga por objeto:

I Construir y operar su propia infraestructura para prestar el servicio de riego a sus


miembros.
II Construir obras de infraestructura de riego en coinversión con recursos públicos fede-
rales, estatales y municipales y hacerse cargo de su operación, conservación y manteni-
miento para prestar el servicio de riego a sus miembros.
III Operar, conservar, mantener y rehabilitar infraestructura pública federal para la irri-
gación, cuyo uso o aprovechamiento haya solicitado en concesión a "La Comisión".

61
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

La ley dispone en el artículo 59 que las unidades de riego, a través de las asociaciones y los
distritos de riego, serán administradas, operadas, conservadas y mantenidas por los usuarios. Aunque
la construcción, operación y mantenimiento de la infraestructura hidráulica estarán a cargo de los
usuarios y serán normadas y vigiladas por la CNA. Los recursos necesarios para dichas actividades se
obtendrán de las cuotas de servicio de riego en el caso de los distritos, o construidas parcial o total-
mente por la CNA previa concertación con los productores .
Para la administración y operación de los sistemas, o para el aprovechamiento común de las aguas,
las personas morales deberán contar con un reglamento que incluya:58

I. La distribución y administración de las aguas concesionadas, así como la forma en que


se tomarán decisiones por el conjunto de usuarios.
II. La forma de garantizar y proteger los derechos individuales de sus miembros o de los
usuarios del servicio de riego y su participación en la administración y vigilancia del
sistema.
III. La forma de operación, conservación y mantenimiento, así como para efectuar inver-
siones para el mejoramiento de la infraestructura o sistema común, y la forma en que
se recuperarán los costos incurridos. Será obligatorio para los miembros o usuarios el
pago de cuotas fijas para seguir recibiendo el servicio o efectuar su aprovechamiento.
IV. Los derechos y obligaciones de los miembros o usuarios, así como las sanciones por
incumplimiento.
V. La forma y condiciones a las que se sujetará la transmisión de los derechos individuales
de explotación, uso o aprovechamiento de aguas entre los miembros o usuarios del
sistema común.
VI. Los términos y condiciones en los que se podrá trasmitir, total o parcialmente a terce-
ras personas, el título de concesión, o los excedentes de agua que obtengan.
VII. La forma en que sustanciarán las inconformidades de los miembros usuarios.
VIII.La forma y términos en que se procederá a la fusión, escisión, extinción y liquidación.

El artículo 51 también establece que, para modificar el reglamento, se requerirá el acuerdo


favorable de las dos terceras partes de los votos de la asamblea general convocada expresamente para
tal efecto.
La posibilidad de la transferencia de los derechos queda limitada por la ley en el artículo 34,
que señala "La Comisión... autorizará que se pueden efectuar transmisiones de los títulos respectivos,
dentro de una misma cuenca o acuífero, sin mayor trámite que su inscripción en el Registro Público
de Derechos de Agua." Es posible, por lo tanto, la transmisión de los derechos entre individuos de un
mismo distrito, sujetándose solamente al reglamento del distrito de riego. Para transmisiones a per-
sonas físicas o morales fuera del distrito de riego, se requerirá de la aprobación de la mayoría de la
asamblea general de las asociaciones de usuarios del distrito de riego, según el artículo 70 de la ley.
De acuerdo con el articulo 88 del Reglamento de la ley, se establece que las transmisiones de
derechos de agua en unidades y distritos de riego podrá ser temporal o definitiva. En una primera
instancia, se esperaría que la mayor parte de la transferencia de derechos estaría formada por tran-
sacciones informales y temporales entre los usuarios del agua que comparten una infraestructura.
Para que se dé la transferencia de derechos en un módulo o distrito de riego, debe darse el hecho de
que los beneficios para el comprador superen los costos de obtención del agua, mediante fuentes
alternativas, incluyendo los denominados costos de transacción, y que el costo de compra o de arren-
damiento del agua debe ser menor que los costos de otros medios para obtener este recurso.

58
Ley de Aguas Nacionales, de 1992. Artículo 51.

62
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Los títulos con los cuales se ha realizado la transferencia son aquellos cuyo objetivo es el uso de
explotación del agua y la concesión de uso de infraestructura. Desde luego, también se mencionan la
infraestructura que está concesionada. Dadas las condiciones en las que se hace la transferencia y bajo
las cuales se debe operar, se señalan las atribuciones, facultades y obligaciones que adquiere cada una
de las asociaciones a las que se les hace la transferencia. Asimismo, marca las obligaciones y facultades
que tiene la CNA como autoridad máxima en el manejo del agua. Los títulos constan de cinco anexos:

1. Contiene los planos del distrito y la fuente de alimentación del distrito de riego, así
como la infraestructura básica, los canales, drenes u obras de toma que en algunos casos
son utilizadas por las asociaciones. En esos planos del distrito se hace la división de
módulo y lleva, además, un plano a mayor escala, donde aparece el módulo e indica la
infraestructura que se está concesionando y los puntos de control. En él se estipula, por
último, que la CNA debe entregarlo a cada una de las asociaciones para que se encargue
de distribuirlo.
2. Es el inventario de la infraestructura que se concesiona.
3. Contiene el padrón de usuarios, no siempre debidamente actualizado, por lo que re-
quiere de trabajo en tal sentido, urgente en estos casos.
4. La escritura pública de la asociación a la cual se le otorga la concesión.
5. Se refiere al instructivo de operación, conservación y administración.

En paralelo con los cambios en la legislación y la política hidráulica se han adoptado una serie
de medidas fiscales de apoyo, con el objeto de resolver los serios problemas económicos y sociales
asociados a política mencionada. El gobierno requiere financiar, tanto la construcción de infraestruc-
tura de riego y drenaje, como la rehabilitación y modernización de los distritos de riego, además de
regular la explotación de los acuíferos y dar facilidades a las asociaciones de usuarios para que puedan
operar, conservar y administrar eficientemente las obras que se les están transfiriendo. Para ello, se
han actualizado las reformas fiscales iniciadas en 1985.
Así, en diciembre de 1991 se expidió una nueva Ley de Contribución de Mejoras por Obras
Públicas Federales de Infraestructura Hidráulica, que substituyó a la vigente desde 1987 y consigna el
mecanismo para recuperar parcialmente la inversión federal en obras de infraestructura hidráulica.
En relación al subsector riego, establece que para el cálculo del valor recuperable de la inversión
federal se debe distinguir entre la obra subsidiada y la que definitivamente no será recuperable. Para
la actualización de los cobros se establece el uso del Índice Nacional de Precios al Consumidor y se
amplían de 25 a cuarenta años los plazos para recuperación de la inversión en obras de riego.
También se efectuaron modificaciones a la Ley del Impuesto Sobre la Renta, con el fin de favorecer
el proceso de descentralización de la administración de los distritos de riego y para lograr que sean
financieramente autónomos y administrativamente independientes. Para ello, se establecieron exen-
ciones en el impuesto a la renta y al valor agregado para las asociaciones de usuarios y las sociedades
de responsabilidad limitada de interés público que administren sistemas públicos de riego. Al mismo
tiempo, se efectuaron modificaciones a la Ley Federal de Derechos de Agua en lo que respecta a la
estimación de derechos por suministro de agua en bloque para los distritos y unidades de riego
descentralizados.
Además de las anteriores normatividades encontramos las siguientes leyes relacionadas direc-
tamente con las políticas hidráulicas de México y el proceso de transferencia:

Ley de Ingresos de la Federación. Establece anualmente los presupuestos de ingresos, contribuciones del
agua y los criterios generales que permiten recuperar el costo de operación, conservación y manteni-
miento de la infraestructura hidráulica federal.

Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente. Fundamenta la obligación de cumplir con
normas oficiales mexicanas y permisos de descarga de aguas residuales a cuerpos receptores naciona-

63
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

les y locales, regula y obliga a la manifestación de impacto ambiental en construcción de obras que
constituyan o puedan constituir riesgos por contaminación de los recursos naturales y define las atri-
buciones de cada instancia: federal, estatal o municipal.

Ley de Metrología y Normalización. Fija los procedimientos para emitir normas en materia hidráulica y la
vigilancia para verificar el cumplimiento de las normas.

Leyes estatales en materia de agua potable. En ellas se establecen disposiciones legales que regulan la
prestación de servicios de agua potable, alcantarillado y saneamiento; funciones consagradas a los
gobiernos locales por reformas constitucionales emitidas en 1983.

Ley de Aguas Nacionales


Diario Oficial de la Federación, 1 de diciembre de 1992.

ARTÍCULO 96.- En las zonas de riego y en aquellas zonas de contaminación extendida o


dispersa, el manejo y aplicación de sustancias que puedan contaminar las aguas nacionales
superficiales o del subsuelo, deberán cumplir las normas, condiciones y disposiciones que
se desprendan de la presente ley y su reglamento.
"La Comisión" promoverá en el ámbito de su competencia, las normas o disposiciones que
se requieran para hacer compatible el uso de los suelos con el de las aguas, con el objeto de
preservar la calidad de las mismas dentro de un ecosistema, cuenca o acuífero.

Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente


(LGEEPA)

ARTICULO 28.- La evaluación del impacto ambiental es el procedimiento a través del cual
la Secretaría establece las condiciones a que se sujetará la realización de obras y actividades
que puedan causar desequilibrio ecológico o rebasar los límites y condiciones establecidos
en las disposiciones aplicables para proteger el ambiente y preservar y restaurar los
ecosistemas, a fin de evitar o reducir al mínimo sus efectos negativos sobre el ambiente. Para
ello, en los casos que determine el Reglamento que al efecto se expida, quienes pretendan
llevar a cabo alguna de las siguientes obras o actividades, requerirán previamente la autori-
zación en materia de impacto ambiental de la Secretaría:

I Obras hidráulicas, vías generales de comunicación, oleoductos, gasoductos, carboductos


y poliductos.

Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente


(LGEEPA)

ARTICULO 89.- Los criterios para el aprovechamiento sustentable del agua y de los
ecosistemas acuáticos, serán considerados en:
I La formulación e integración del Programa Nacional Hidráulico.
II El otorgamiento de concesiones, permisos, y en general toda clase de autorizaciones
para el aprovechamiento de recursos naturales o la realización de actividades que afec-
ten o puedan afectar el ciclo hidrológico.

64
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

III El otorgamiento de autorizaciones para la desviación, extracción o derivación de aguas


de propiedad nacional.
IV El establecimiento de zonas reglamentadas, de veda o de reserva.
V Las suspensiones o revocaciones de permisos, autorizaciones, concesiones o asignacio-
nes otorgados conforme a las disposiciones previstas en la Ley de Aguas Nacionales, en
aquellos casos de obras o actividades que dañen los recursos hidráulicos nacionales o
que afecten el equilibrio ecológico.
VI La operación y administración de los sistemas de agua potable y alcantarillado que
sirven a los centros de población e industrias.
VII Las previsiones contenidas en el programa director para el desarrollo urbano del Dis-
trito Federal respecto de la política de reúso de aguas.
VIII Las políticas y programas para la protección de especies acuáticas endémicas, amena-
zadas, en peligro de extinción o sujetas a protección especial.
IX Las concesiones para la realización de actividades de acuacultura, en términos de lo
previsto en la Ley de Pesca.
X La creación y administración de áreas o zonas de protección pesquera.

Ley del Impuesto Sobre la Renta


Legislación fiscal 2000

 Artículo 70.- Para los efectos de esta Ley se consideran personas morales no contribuyen-
tes, además de las señaladas en el artículo 73, las siguientes:

V Asociaciones civiles y sociedades de responsabilidad limitada de interés público que ad-


ministren en forma descentralizada los distritos o unidades de riego, previa la concesión y
permiso respectivo.

65
2 LA IRRIGACIÓN EN
OCHO REGIONES
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

68
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

2.1 El agua en las regiones hidrológicas

Uno de los factores más importantes para el desempeño de la agricultura es el agua. Por esta razón,
muchas de las diferencias productivas entre distintas regiones del país está en la disponibilidad natu-
ral del agua, por lo que cada sistema tiene prácticas productivas distintas de acuerdo con su disponi-
bilidad específica. Además de este factor estrictamente hidrológico, podemos encontrar una serie de
marcadas diferencias debidas a factores económicos y sociales que explican la preponderancia de
determinados elementos o la ausencia de otros, tales como son las pautas de poblamiento de cada
región, las formas de acceso a la tierra, las características de la organización para la producción, la
existencia de determinadas prácticas o acuerdos en el manejo de sus recursos productivos, entre otros.
Existe la idea generalizada de que los productores del centro y sur del país mantienen formas de
organización de la producción de tipo tradicional por estar ubicados en lugares donde el poblamiento
y apertura de la frontera agrícola se hizo varios siglos atrás y conservan, como se hace referencia en el
primer capítulo, un posible legado de origen hispánico o indígena. Esto no es obstáculo para que en
cada región existan fuertes diferencias, como por ejemplo, que en el centro del país contraste el
sistema de producción agrícola y la organización del riego de los productores asociados con las
agroindustrias de exportación de El Bajío, quienes siempre han mantenido una agricultura comercial
frente a un variable sector ejidal que sostiene una estrategia de subsistencia de la agricultura de
carácter campesino. En cambio, en el norte del país, poblado más recientemente por personas que
venían de diversos orígenes y regiones de la nación, sin las restricciones que imponen las tradiciones
y la presión demográfica sobre la tierra, impulsaron una manera muy distinta de llevar a cabo la
agricultura que implicó también formas distintas de organizarse en torno al agua.
Estos estereotipos, que contrastan al agricultor campesino con respecto al agricultor empresarial,
fueron tema de amplio debate a principios del siglo XX, de cuyas conclusiones, en ese entonces, se
extrajeron criterios para definir hacia dónde debería desarrollarse el país, como así también las polí-
ticas públicas que permitirían que tanto los agricultores del norte como los del centro y sur se trans-
formaran a través del impacto de la infraestructura hidroagrícola.
En los últimos años se ha empezado a discutir esta dicotomía entre agricultura tecnificada y renta-
ble y la agricultura campesina de subsistencia. En el caso de la agricultura de riego este será un punto
de gran importancia en los próximos años, ya que el funcionamiento de las asociaciones de usuarios
del servicio de riego, tanto en la grande como la pequeña irrigación, tendrán que establecer sus
propias estrategias de desarrollo, como organización e instancia de representación de los intereses de
agricultores con riego. La existencia de grupos de productores campesinos mayoritarios en ciertos
módulos de riego, con estrategias de vida que los llevan a minimizar el riesgo económico y preferir
mantener una agricultura de subsistencia, asociada a la ganadería de traspatio, además de una multi-
tud de otras actividades económicas, condiciona necesariamente su funcionamiento y lo diferencia
considerablemente de aquellas asociaciones donde la agricultura empresarial, o por lo menos la pro-
ducción orientada al mercado, es la dominante. Así nos encontramos con que las condiciones
socioeconómicas en las que funcionan las asociaciones son muy contrastantes, lo que no implica que
sea mejor la que da servicio a agricultores empresariales y trabaje mejor como organización con
respecto a la que tiene como usuarios a campesinos de subsistencia.
De esta manera, para evaluar la actuación de las asociaciones de usuarios tenemos que caracterizar
los distintos contextos hidrológicos y sociales en los que funcionan, así como la manera en que están
respondiendo a los profundos cambios en la actividad agrícola que les da sentido como organización
de productores con riego.

69
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

En este capítulo se exponen las condiciones generales que enfrentan los agricultores de riego en
ocho regiones hidrológicas, haciendo referencia de forma general a los problemas asociados con el
acceso al agua, para posteriormente establecer los criterios con los cuales se analiza su situación actual
en los distintos aspectos que constituyen su funciones como asociaciones de usuarios. Para este fin se
utilizó información recopilada por la CNA en sus gerencia regionales, a partir del significativo proce-
so de reorientación de la gestión del agua en nuestro país, que busca vincular los aspectos hidrológicos
y biofísicos con las necesidades sociales y económicas desde un enfoque que establece a la cuenca
hidrológica como la unidad de manejo, planeación y representación de intereses.

Región I Península de Baja California

Esta región hidrológica comprende una extensión terri-


torial de 145,734 km2, la cual representa 7% del territo-
rio nacional. Abarca totalmente Baja California, con sus
cinco municipios; Baja California Sur, igualmente con
cinco municipios y la parte correspondiente a la superfi-
cie del distrito de riego 014, en el municipio de San Luis
Río Colorado, en Sonora. Siguiendo criterios de subdivi-
sión hidrológica, y para efectos de planeación, se ha divi-
dido en dos subregiones: Baja California (72,057 km2) y
Baja California Sur (73,677 km2).
Todo el norte del país se caracteriza por su aridez, lo
que ha hecho que el desarrollo de la agricultura sea prin-
cipalmente en donde se cuenta con alguna fuente de agua.
De esta manera, la expansión de la frontera agrícola se
dio en particular a partir de la década de los años cin-
cuenta, cuando la tecnología de extracción del agua subterránea con la perforación de pozos profun-
dos permitió aprovechar volúmenes antes no disponibles. Es así que, excluyendo el río Colorado, la
Región depende en gran medida de sus recursos hidráulicos subterráneos. Por su dispersión espacial
a lo largo de las áreas litorales de las dos entidades estatales, de los 88 acuíferos de la Región, los
acuíferos de Valle de Mexicali, Mesa Arenosa, Santo Domingo y Vizcaíno aportan 71% (1,107 Mm3)
del volumen y cuyo uso principal es el agrícola; el volumen restante corresponde a los otros 84 acuíferos.
El recurso hídrico subterráneo es de fundamental importancia para el futuro de la Región, ya que de
él depende la continuidad de las actividades productiva y abastecimiento de los crecientes usuarios
urbano industriales, especialmente en ciertas zonas donde ya se presentan distintos tipos de proble-
mas técnicos y sociales por el recurso.
Como ocurre en otros lugares en los que se depende de una sola fuente para abastecer distintos
usuarios que compiten por tener más agua, en esta Región ya están presentes diferentes signos de
agotamiento del recurso que es preciso enfrentar. La escasa precipitación produce una baja recarga de
los sistemas subterráneos que ascienden en total a 1,500 Mm3/año, cuando las explotaciones ya alcan-
zan los 1,731 Mm3/año. En adición, la calidad de algunos de los acuíferos más importantes se está
deteriorando de manera acelerada, debido a la sobreexplotación y al mal manejo del sistema agua
superficial/agua subterránea. En particular, los acuíferos de Mexicali y San Quintín, en la subregión
Baja California; y Santo Domingo, La Paz, Los Planes y Los Cabos, en la subregión Baja California
Sur, que presentan problemas de intrusión salina.
De acuerdo con los criterios de la CNA los recursos subterráneos se encuentran en condiciones
críticas por su sobreexplotación, especialmente en las zonas más pobladas, al no poderse aprovechar
los escasos escurrimientos superficiales.
En términos económicos, la región aporta 3.9% del PIB nacional. El que sea una región fronteriza

70
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

determina esto en gran medida, así como plantea enormes retos para el manejo del agua. Por un lado
se puede constatar que entre 1980 y 1998 registró una tasa media anual de crecimiento de 1.7%, la
cual es superior al crecimiento medio del país. Este crecimiento obedece particularmente a las activi-
dades productivas y de servicios que se realizan en las áreas urbanas de la frontera, ya que el peso que
tiene el sector terciario, referido a los servicios, representa 72% del PIB regional, en tanto que las
actividades secundarias, donde se ubican a las industrias, es de 18%, y el primario, arriba del prome-
dio nacional, pero muy por debajo de los otros dos, en 10 por ciento.
Como ocurre en todo el país, si correlacionamos la importancia económica con el uso del agua, se
contrasta el hecho de que siendo la agricultura la que genera menor valor a la economía, sigue siendo
la principal consumidora. De acuerdo con la CNA, las extracciones totales para usos consuntivos son,
aproximadamente, 3,788 Mm3 anuales. El 91.79% de este volumen corresponde al uso agrícola, 7.45%
es para público urbano, 0.08% para la industria y 0.68% para otros usos.
El usuario agrícola se encuentra distribuido en 328 mil ha de riego, de las cuales alrededor 73%
(241 mil ha) están organizadas como los distritos 014 Río Colorado, el más importante, y el distrito
066 Santo Domingo. El 27% restante (87 mil ha) se encuentra distribuido en los sistemas de pequeña
irrigación o unidades de riego. Para 1999 se estima que el área efectivamente regada alcanzó 220 mil
ha en los distritos, y 50 mil ha en las unidades. Del volumen total de agua distribuido (3,447 Mm3/
año) que representa 91.79% de todos los usos consuntivos, 54% (1,880 Mm3) es de origen superficial
y el 46% (1,597 Mm3) restante de origen subterráneo. La eficiencia media de riego ha sido de 53.5%
en los distritos y 73.0% en las unidades; esta diferencia se explica por la mayor importancia del agua
subterránea para estas últimas, que, además de ser más alto su costo de extracción que la cuota de
riego con aguas superficiales, es distribuida entre grupos más pequeños y compactos de usuarios,
generando menores pérdidas por evapotranspiración o filtración. Esto explica a su vez que las eficiencias
tanto en los distritos como en las unidades están por arriba del promedio nacional. Prácticamente no
existen unidades que utilicen agua superficial, por lo que se puede decir que de las 50 mil ha que se
cultivan en estos sistemas año con año, casi la totalidad de los 667 Mm3/año son extraídos de los
acuíferos. De igual manera, en el caso del distrito de riego 066 Santo Domingo, con 40 mil hectáreas,
se utilizan 210 Mm3/año de agua subterránea. Por los problemas que ahí se han presentado y los
intentos por establecer formas de ahorro de agua, en este último distrito se tienen sistemas presurizados
en 30% de su superficie irrigada. El distrito de riego 014 San Luis Río Colorado, con 180 mil ha,
utiliza agua subterránea en 31% de su superficie, que implica 800 Mm3 de un total de 2,600 Mm3 que
requiere anualmente.
Por ser una región fronteriza y, como dicen los agricultores de la región que el agua no tiene
fronteras políticas, el uso de las distintas fuentes superficiales y subterráneas ha generado una gran
variedad de conflictos y disputas por su uso, incluso desde el inicio del poblamiento de la región. Uno
de estos casos ha sido la distribución de aguas del río Colorado entre México y los EUA, en que los
cambios en el uso y demanda están generando severos impactos en el delta donde desemboca al mar
dicho río, así como la confrontación de intereses entre usuarios de uno y otro lado de la frontera. 1
Siguiendo el proceso de organización de los usuarios del agua en nuevas instancias de representa-
ción, en los últimos años se han logrado conformar el Consejo de Cuenca de Baja California y la
Comisión de Cuenca del Río Colorado en diciembre de 1999, y el Consejo de Cuenca de Baja California
Sur en marzo del 2000. Además, para enfrentar el deterioro del agua subterránea y por su valor
estratégico para los agricultores, se instalaron 16 Comités Técnicos de Agua Subterránea (Cotas), seis
en Baja California Sur y diez en Baja California,

1 Cfr. Cortez Lara, Alfonso A., “Dinámicas y conflictos por las aguas transfronterizas del río Colorado: el proyecto de All-American Canal
y la sociedad hidráulica del Valle de Mexicali”, en Frontera norte, núm. 11, enero-junio de 1999, y M.A. Samaniego López, “Agua y
frontera en el norte de México. La transformación del río Colorado y su impacto en el desarrollo capitalista, 1900-1920”, en Frontera
norte, núm. 20, vol. 10, julio-diciembre de 1998.

71
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Región II Noroeste

Esta región hidrológica comprende una superficie de


212,267 km2, la cual integra 72 municipios de Sonora y
siete de Chihuahua. De acuerdo con su clasificación por
subregiones hidrológicas, se subdividió en cinco: Río
Sonoíta, Río Concepción, Río Sonora, Río Yaqui y Río
Mayo. Hacia el norte abarca la parte extrema del noroes-
te de Sonora en la que están incluidos los desiertos de
Sonora y Altar, así como las cuencas de los ríos Sonoíta y
Concepción. Hacia el sur se encuentra las cuencas de los
ríos Sonora, Yaqui y Mayo, las cuales dan origen a una
importante región agrícola.
Como la región I, en toda esta zona se manifiesta la poca disponibilidad de agua, por lo que la
construcción de infraestructura hidráulica y el desarrollo de sistemas de riego ha sido fundamental,
particularmente en los valles y llanuras costeras. La CNA ha estimado que se cuenta con una oferta
natural de agua de 7,856 Mm3, de los cuales 30.5% coresponde a las aguas subterráneas y 69.5% a las
aguas superficiales. Los distintos usos consuntivos extraen 7,231 Mm3, correspondiendo a los aprove-
chamientos de agua superficial 65.6% de dicho volumen y 34.4%, de agua subterránea. Del volumen
total utilizado, 93.40% es para la agricultura de riego, 5.12% para el uso público urbano y el resto
para los otros usos. La dependencia de las fuentes de agua subterránea es mucho más marcada hacia
el norte de la región y la dependencia de las fuentes de agua superficial es mayor en las cuencas de los
ríos Yaqui, Mátape y Mayo.
El balance hidrológico de la Región manifiesta cierto desequilibrio ya que existe un superávit de
81.4 Mm3 en las aguas superficiales, en tanto que hay un déficit de 89.8 Mm3 en el balance de aguas
subterráneas. Este déficit en los hechos implica la sobreexplotación de varios acuíferos.
El volumen demandado por los agricultores asciende a 6,754.3 Mm3 para el riego de alrededor
de 648 mil ha. Existen siete distritos de riego y alrededor de 1,340 unidades de riego. Los aprovecha-
mientos del recurso para este uso se caracterizan por bajas eficiencias en las conducciones y aplicación
del riego.
Esta es una de las regiones más importantes en cuanto a infraestructura y capacidad productiva en
la agricultura de gran irrigación. Ha sido el destino de muchos de los esfuerzos importantes para
modernizar la irrigación y la agricultura y es, desde el punto de vista de su propia historia, una región
significativamente agrícola. Sin embargo, a pesar de ser la agricultura de riego históricamente muy
importante, ocurre que sólo representa el PIB primario, el 8.9% del PIB regional, teniendo ocupada
a 23.2% de la población económicamente activa.
La existencia de ríos torrenciales en las subregiones del Río Yaqui–Mátape y Río Mayo, y las gran-
des extensiones planas en la llanuras costeras, favoreció la construcción de importantes obras de
infraestructura hidroagrícola en amplias áreas, dando origen a los grandes desarrollos agrícolas, como
los distritos de riego 018 Colonias Yaqui, 038 Río Mayo, 041 Río Yaqui, y 084 Guaymas y el 083
Papigochi. Con excepción de este último, todos los distritos de riego se localizan en la franja costera
de Sonora.
La producción agrícola se ha visto limitada considerablemente debido a la disminución en la dis-
ponibilidad de agua, como consecuencia de la sequía que se ha presentado en los últimos años. Por tal
motivo, el distritos de riego 083 Papigochi empezó a explotar el acuífero para poder cubrir sus de-
mandas de agua. En el año agrícola 1998–1999, por ejemplo, sólo se sembró, en promedio, 64.7% de
la superficie regable.
Además de los grandes distritos de riego existe un número importante de hectáreas en las que sus
usuarios se han organizado a través de 1,344 unidades de riego, 131,532 ha, de las 723,423 ha de toda
la región, con un tamaño promedio de parcela de 5.8 ha por usuario.

72
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

En la región predominan la tenencia ejidal, con 68% de los usuarios de los distritos de riego. La
superficie promedio por usuario en tierras ejidales de los distritos es de 7.6 ha, mientras que en la
pequeña propiedad el tamaño promedio de la parcela es de 25.1 hectáreas.
La mayor parte de los distritos de la región presentan problemas de salinidad ocasionados por la
explotación excesiva de los acuíferos, que hace que por la cercanía con el mar y la poca altura de la
llanura costera exista intrusión salina, como son los casos de los distritos de Hermosillo y Guaymas.
Otro problema común en los distritos es resultado de falta de mantenimiento de la infraestructura y la
falta de técnicas adecuadas en la aplicación del riego.

Región III Pacífico Norte

En las regiones II y III se concentra la superficie de riego


más importante del país. La región Pacífico Norte abarca
151,885 km2 , cubriendo la totalidad de Sinaloa, parte de
Chihuahua, Durango, Zacatecas y Nayarit; de esta mane-
ra integra a 51 municipios. Considerando sus caracterís-
ticas hidrológicas, se dividió en 13 cuencas, pero para
fines de planeación la Región se divide en cinco
Subregiones: Norte, Centro Norte, Centro Sur, Tuxpan y
Valle del Guadiana.
El escurrimiento medio anual de la región III se cal-
cula en 24,239 millones de m3 y el rendimiento perma-
nente que captan los acuíferos regionales alcanza 1,520
Mm3. La demanda anual de agua para usos consuntivos
asciende a 13,128 Mm3, con lo que se calcula una dispo-
nibilidad de 12,631 Mm3. Sin embargo, esta disponibili-
dad global presenta diferencias subregionales significativas, entre cuencas y entre acuíferos. Esta Re-
gión se caracteriza por disponer de una amplia capacidad de almacenamiento de los escurrimientos
de los ríos que la cruzan.
En el PIB de la Región se destaca la mayor participación del sector primario en Nayarit, Sinaloa y
Zacatecas, con respecto a los respectivos comparativos de Chihuahua y Durango. El sector servicios
participa con 61% del PIB y usa 6.30% del agua: el sector industrial aporta 21.5% y usa 0.3% del agua
y, por último, el sector agrícola participa con el 17.5% y usa el 93.4% del agua. La agricultura consu-
me 93% del total del agua.
En la Región se atiende con servicio de riego a 875 mil ha distribuidas en unidades de riego y
nueve distritos. El 81.9% de la superficie se localiza en siete distritos, destacando por la magnitud de
la superficie beneficiada las cuencas de los ríos Fuerte, Culiacán, Sinaloa y San Lorenzo; y el restante
18%, en las unidades de riego y dos distritos de riego, en la cuenca del río San Pedro. La superficie
irrigada representa cerca de 15.45% de la superficie de riego nacional.
Los distritos de riego presentan en promedio una eficiencia de aplicación al nivel parcelario de
60%, con una variación entre distritos desde 52%, en el distrito de riego Mocorito, hasta 65% en el
distrito de riego San Pedro Mezquital. La lámina bruta promedio de riego regional es de 109 cm, con
valores mínimos de 79 cm en el distrito de riego San Pedro y máximos de 119 cm en Guasave, aspec-
tos que reflejan la baja eficiencia de los grandes sistemas. Los principales cultivos de la Región son el
algodón, maíz, jitomate y sorgo.

73
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Región IV Balsas

Cuenta con una superficie hidrológica de


117,405 km2. Incluye en su totalidad a
Morelos y parcialmente Tlaxcala, Puebla,
México. Oaxaca, Guerrero, Michoacán y
Jalisco, con un total de 421 municipios.
Para efectos de planeación, la Región se
dividió en tres subregiones: Alto Balsas
(50,409 km2), Medio Balsas (31,951 km2)
y Bajo Balsas (35,045 km2).
Del volumen que escurre en la región
del río Balsas se extrae para usos
consuntivos 7,219 Mm3/año, se tienen exportaciones a otras cuencas, como ocurre con el Sistema
Cutzamala, 629 Mm 3/año, y pérdidas por evaporación, 1,189 Mm3/año, para dar un volumen de
9,028 Mm 3/año; de manera que queda un volumen excedente de aguas superficiales de 15,456 Mm3/
año que se descarga al mar a través de la desembocadura del río Balsas, de los cuales, 12,669 Mm3
anuales, pasan previamente por las turbinas de las hidroeléctricas Infiernillo y La Villita.
El sector terciario participa con 58.50% del PIB regional y usa 5.73% del agua; el sector industrial
participa con 29.40% del PIB y usa 5.07% del agua, y el sector agrícola participa con 12.10% y usa
89.20% del agua.
En la Región se extraen 9,623 Mm3/año de agua para usos consuntivos, de los cuales 7,209, 80%,
proviene de fuentes superficiales y el restante 20% de aguas subterráneas. Del total de usos consuntivos,
8,453 Mm3/año, 88%, se destinan al uso agrícola, 781, 8%, al público urbano y los 389 restantes, 4%,
al industrial.
Las grandes superficies correspondientes a los distritos de riego se encuentran ya aprovechadas y
se ubican en la zona costera de Michoacán y en las partes altas de la Región en: Morelos, Puebla,
Tlaxcala, Guerrero y Michoacán. Para esta actividad se requiere un volumen de 8,453 Mm3/año, de los
cuales 6,719 corresponden a aguas superficiales y 1,733 a aguas subterráneas.

Región VI Río Bravo

Los municipios que integran la Región VI


Río Bravo comprenden una extensión de
376,700 km2 (cerca de 20% del territorio
nacional). La región toma parte de cinco
estados: 51% de la superficie total regio-
nal pertenece a Chihuahua, 30% a
Coahuila, 1% a Durango, 13% a Nuevo
León y 5% a Tamaulipas. La región se di-
vide en cuatro subregiones de planeación
denominadas: Bravo, Conchos, Cuencas
Cer radas del Norte y San Juan. La
subregión Bravo está conformada por 46
municipios que ocupan 35% de la superfi-
cie: 27 de Coahuila, nueve de Nuevo León, nueve de Tamaulipas y uno de Chihuahua. La subregión
Conchos está constituida por 38 municipios a que corresponde 33%: 37 de Chihuahua y uno de
Durango. La subregión Cuencas Cerradas del Norte representa 18% de la superficie donde se conta-

74
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

bilizan 14 municipios, todos de Chihuahua. Por último, la subregión San Juan, cuya superficie repre-
senta 14% de la regional y comprende 43 municipios: 38 de Nuevo León, cuatro de Coahuila y uno de
Tamaulipas.
El balance de aguas superficiales indica una condición deficitaria en seis de las diez cuencas
hidrológicas que la conforman, mientras que el resto presenta una condición promedio de equilibrio.
En el balance las aguas subterráneas se han identificado 101 acuíferos en explotación, de los cuales 39
se encuentran subexplotados, 12 en equilibrio y veinte sobreexplotados. El 79% se destina a uso
agrícola, 10% al público y 11% al industrial.
Dadas estas circunstancias de constante escasez se analizó la situación en el año de 1995, que
reflejó claramente los efectos de una serie consecutiva de años secos. Se observó que la suma de las
demandas regionales excede en 20% la suma de la disponibilidad aprovechable en años secos.
Aún al sobreexplotar los acuíferos, hay un déficit regional de 11%, que se concentra en las subregiones
Bravo, Conchos y San Juan. En años secos, como 1995, sólo se puede aprovechar 26% del escurrimiento
virgen promedio. Buena parte de la demanda es de zonas con derechos de riego que sólo se riegan en
años abundantes.
Al PIB de la Región ha contribuido el sector terciario (servicios, comercio y turismo) con 47%, el
secundario (industrial) con 37% y el primario (que incluye las actividades agropecuarias y la pesca)
con sólo 9%. El promedio del índice de marginalidad en la Región puede considerarse bajo.
Anualmente se utiliza un volumen de 9,406.2 Mm_ para los usos consuntivos: público urbano,
agrícola, industrial (usuarios que se autoabastecen), pecuario y generación de energía eléctrica (agua
utilizada para el enfriamiento de termoeléctricas). Como sucede a nivel nacional, el uso agrícola
utiliza la mayor parte del recurso hidráulico, 87% del total. El agua subterránea contribuye con 53%
del agua total utilizada.
Existen 12 distritos de riego en la Región, que en conjunto suman una superficie regable de 469,700
ha, de las cuales 75% corresponden a la superficie de tres distritos: el 025 Bajo Río Bravo con 43%, el
026 Bajo San Juan con 16% y el 005 Delicias con 16%; mientras que los otros nueve distritos suman el
25% restante de la superficie regable. Por otro lado, se tienen registradas un total de 4,455 unidades
de riego, que suman una superficie regable de 433 mil ha, de las cuales 35% se ubican en la subregión
Bravo. Los distritos de riego cuentan con 11.62 ha por usuario, mientras que las unidades de riego
con nueve ha; un promedio de 10.4 ha por usuario.
La superficie regada durante el año de 1995 (año seco) en los distritos de riego fue de 327 mil ha
con una lámina bruta de agua de 80 cm. Por otro lado, la superficie regada en el mismo año en las
unidades de riego fue de 310,100 ha, con una lámina de 180 cm. Debido a las sequías que se han
padecido en los últimos años dentro de la Región, las superficies regadas respecto a las regables son
demasiado bajas, sobretodo en los distritos de riego que dependen en su mayor parte de aguas super-
ficiales.
En términos generales se puede decir que, tanto en los distritos como en las unidades de riego, la
problemática en cuanto a la situación de la infraestructura existente es la misma. En todos los casos, la
falta de conservación y mantenimiento adecuado para los equipos de bombeo y para las estructuras
de operación y distribución ha provocado que muchos pozos y plantas de bombeo se encuentren
fuera de servicio y, en algunos casos, sin equipamiento debido a la falta de recursos económicos para
llevar a cabo el mantenimiento. Todo ello a pesar de los apoyos del programa de mantenimiento
preventivo y correctivo de la Gerencia de Distritos y Unidades de Riego y del Programa de Uso
Eficiente del Agua y la Energía Eléctrica. Los distritos de riego se encuentran organizados a través de
asociaciones civiles de responsabilidad limitada y módulos de riego.
Como ocurre con las otras cuencas compartidas con los EUA, en el caso del aprovechamiento de
las aguas del río Bravo existen diversos tratados y acuerdos que regulan la distribución entre los dos
países, siendo este un aspecto complicado, ya que las diferencias en uso y características productivas
generan diferencias en la demanda de agua que, con el tiempo, ha provocado mayor uso del lado

75
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

mexicano que del norteamericano. Entre los acuerdos que regulan el uso del agua están: la Conven-
ción para la Equitativa Repartición de las Aguas del Río Grande, firmado el 21 de mayo de 1906, en
el que se acuerda la concesión de un total de 74 Mm3 anuales que se entregarían a nuestro país arriba
de Ciudad Juárez, y reviste gran importancia en el ámbito del derecho internacional por haber sido el
primer tratado, propiamente dicho, entre dos naciones sobre división de aguas internacionales; y el
Tratado sobre Aguas Internacionales del 3 de febrero de 1944 para disponer de las aguas del río
Bravo: Estados Unidos para desarrollar la agricultura del sur de Texas y México para mantener el
desarrollo agrícola en el Valle de Mexicali. Desde entonces ha ocurrido varias veces que México no ha
entregado el volumen comprometido, teniendo que saldar su deuda en los ciclos siguientes.

Región VIII Lerma-Santiago-Pacífico

Desde el punto de vista de la gestión de los recursos


hídricos, una de las cuencas más importantes de nuestro
país es la cuenca Lerma-Chapala-Santiago, en la cual se
conjuntan una serie de circunstancias que la convierten
una de las más sobreexplotadas, pero al mismo tiempo,
es ahí donde se han iniciado importantes esfuerzos por
modificar los patrones de uso del agua, así como de con-
formar las primeras instancias de gestión por cuenca y
acuífero. Para tal efecto se ha clasificado a esta gran re-
gión hidrológica en dos grandes áreas: Lerma Chapala y
Santiago.
Esta gran región tiene su orígenes en la laguna de Almoloya del Río, en el Estado de México, hasta
su desembocadura en el océano Pacífico, en Nayarit. Mide aproximadamente 1,180 km de longitud.
Se encuentra dividido por una depresión que dio origen al almacenamiento natural de agua más
grande del país, el lago de Chapala. Desde sus orígenes hasta el lago, el colector recibe el nombre de
río Lerma, con una longitud de 705 km y un área de aportación directa de 50,136 km2. A partir del
lago de Chapala, hasta su desembocadura en el mar, el colector de 475 km de longitud recibe el
nombre de río Santiago, y cuenta con un área de aportación de 78,809 km2. El escurrimiento super-
ficial virgen promedio anual es de 9,415 Mm3, caracterizado por ocurrir el mayor volumen en la parte
baja del río Santiago, en 64 por ciento.
La región Santiago tiene una superficie de 78,419 km2 que representan 4% del territorio nacional.
Se conforma por Aguascalientes y algunos municipios de Guanajuato, Jalisco, Nayarit y Zacatecas, y a
una parte territorial de Durango y San Luis Potosí corresponden 16 km. Se divide en dos subregiones
de planeación: Alto Santiago y Bajo Santiago, y éstas a su vez, en 11 cuencas. Alto Santiago, que
comprende el área drenada por el cauce principal, desde la salida del lago de Chapala hasta la presa
Santa Rosa. Tiene una extensión territorial de 36,077 km2 y representa 47% del territorio regional y
tiene un total de seis cuencas. El Bajo Santiago es drenado por el cauce principal, desde la salida de
la presa Santa Rosa hasta su desembocadura en el océano Pacífico. La subregión Bajo Santiago sólo
cuenta con cinco cuencas y tiene una extensión de 42,342 km2. Se tienen identificados cuarenta acuíferos
actualmente en explotación, que en conjunto tienen una recarga total media de 1,401 Mm3/año, y
sostienen una extracción para los diversos usos que asciende a 1,299 Mm3/año, a través de 8,199 obras
de alumbramiento. Se tienen solamente siete acuíferos sobreexplotados de un total de cuarenta exis-
tentes, es decir, 18%. Esta situación geohidrológica coloca a esta subregión con una disponibilidad de
102 Mm3, sólo existiendo déficit en la región Alto Santiago, donde la totalidad de los acuíferos ubica-
dos en Aguascalientes presentan sobreexplotación, lo que afecta directamente a los usuarios al incre-
mentar los costos de extracción e indirectamente a la población en su conjunto, al generar costos
económicos ambientales.

76
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

La demanda consuntiva de agua superficial en la región es de 634 Mm3, 38% de su disponibilidad


natural. Del total de agua disponible, 75% se utiliza para prestar el servicio de riego a las áreas agríco-
las establecidas en la misma; le sigue en importancia el uso doméstico con 18%. El resto de agua se
destina a los usos pecuario e industrial. La demanda total de aguas subterráneas es de 1,299 Mm3; de
ella, se destina al uso agrícola 71%, 22% al público urbano y 7% al industrial. En estas condiciones, la
alta concentración de las extracciones de los usuarios en el sistema, principalmente en el Alto Santia-
go, provoca intensas presiones sobre la oferta. Esta situación prevalece notoriamente en la subregión.
La competencia por el agua se agudiza en los sectores público urbano y agrícola, lo que ha derivado
en un desequilibrio generalizado que se manifiesta como sobreexplotación y degradación ambiental.
La región Lerma contrasta considerablemente con la anterior. Tiene una extensión territorial
de 58,725 km2 que representa 3% del territorio nacional. Se divide en tres subregiones de planeación:
Alto Lerma, Medio Lerma y Bajo Lerma, y éstas a su vez en veinte cuencas distribuidas en su mayor
parte en la subregión Medio Lerma, haciendo de ésta la más extensa de la región ya que ocupa más de
la mitad del territorio regional. El Alto Lerma tiene una superficie de 13,781 km_, que representa
23% del territorio regional. Se conforma por siete cuencas. Comprende parte del Estado de México,
Michoacán, Querétaro y Guanajuato. El Medio Lerma tiene una extensión territorial de 30,541 km_
y ocupa 52% del territorio regional. Esta conformada por nueve cuencas. Su área se forma por parte
de Guanajuato, Michoacán y Querétaro. Finalmente, la subregión Bajo Lerma tiene una superficie de
14, 403 km_ y ocupa 25% del territorio regional. Se localiza en parte de Michoacán y Jalisco. Está
formada únicamente por cuatro cuencas.
Dentro de la Región se encuentran tres cuencas cerradas: Pátzcuaro, Cuitzeo y Sayula, las cuales en
conjunto representan un área de 8,199 km2, 14% del total regional. El escurrimiento superficial vir-
gen promedio anual, incluyendo las cuencas cerradas, es de 6,413 Mm3. Al nivel de subregión, en el
Bajo Lerma se genera la mayor parte del escurrimiento superficial, 35% del total regional, seguido
por el Alto y Medio Lerma, con 34 y 31%, respectivamente. Analizando la disponibilidad virgen bajo
el punto de vista rendimiento de agua por unidad de área (Mm 3/km2), se ratifica un valor alto para las
subregiones del Alto y Bajo Lerma con un valor de 0.16 y 0.15, respectivamente, y al final la subregión
del Medio Lerma con un valor de 0.07, o sea, 70 mil m3/km2. El promedio regional es de 0.11 Mm3/
km2. Cabe destacar que el escurrimiento que se genera en las cuencas cerradas es de 1,187 Mm3, 18%
del total regional. El balance hidráulico de las aguas superficiales de la región muestra que gran parte
de las cuencas que la integran presentan una situación deficitaria. Al nivel de las subregiones, las tres
son deficitarias. En la subregión Lerma, con una superficie de 58,335 km2, se tienen identificados
cuarenta acuíferos actualmente en explotación, que en conjunto tienen una recarga total media de
4,010 Mm3/año y una extracción, para los diversos usos que asciende a 4,553 Mm3/año y que tiene
lugar a través de 24,435 obras de alumbramiento. Existen 17 acuíferos sobreexplotados, y se tiene un
balance negativo de extracción–demanda de -543 Mm3/año. Esta situación geohidrológica ha sido
motivada por la explotación intensiva del agua subterránea verificada principalmente en el Alto Lerma,
en especial en los acuíferos Valle de Toluca y Atlacomulco-Ixtlahuaca; y en el Medio Lerma, funda-
mentalmente en los acuíferos de Querétaro, Celaya, León Turbio, y Pénjamo-Abasolo.
La contaminación de las aguas del subsuelo en las Subregiones Alto, Medio y Bajo Lerma reviste
gran importancia debido a que de dichas fuentes proviene la mayor parte del abastecimiento de agua
potable a las poblaciones. Los afluentes de origen doméstico e industrial, no tratados, afectan la
calidad del agua de los mismos acuíferos que constituyen a las principales fuentes de abastecimiento
de las ciudades que los producen.
El sector agrícola filtra contaminantes tóxicos en los acuíferos, en razón del uso excesivo de
agroquímicos; por otra parte, la magnitud de la contaminación así producida no ha sido evaluada aún
debido al deficiente monitoreo.
Los acuíferos sujetos a mayor sobreexplotación se localizan en Guanajuato y Querétaro, en la
subregión del Medio Lerma. Como reflejo de las condiciones geohidrológicas de los acuíferos, casi

77
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

todos los estados comprendidos en la región Lerma están sujetos a veda rígida o flexible por decreto
presidencial. El uso principal del recurso hidráulico en la región es la agricultura, que se lleva 85% del
total de aportaciones de agua. La generación de energía eléctrica, un uso no consuntivo, demanda
8%. La industria y el sector pecuario consumen 4 y 3%, respectivamente. La importancia productiva
del agua es innegable para esta zona y ha sido el factor que históricamente ha impulsado o detenido
el desarrollo de sus actividades económicas.
Desde el punto de vista de las subregiones, la principal demanda proviene del uso agrícola en el
caso del Medio Lerma, mientras que en el caso del Bajo Lerma, debido a las extracciones que se
realizan en lago de Chapala para abastecimiento de agua a la ciudad de Guadalajara, la importancia
relativa de la demanda de agua agrícola es menor.
En la región, la demanda total de aguas subterráneas es de 4,553 Mm3; de ésta se destina al uso
agrícola 71% (volumen del que más de la mitad es extraída en el Medio Lerma), 23% al uso público
urbano (volumen del que 94% se extrae en el Alto y Medio Lerma) y 6% al uso industrial (volumen del
que 55% se obtiene del Medio Lerma). En estas condiciones, la alta concentración de las extracciones
realizadas por los usuarios en el sistema Lerma provoca intensas presiones sobre la oferta. La compe-
tencia por el agua se agudiza en los sectores público urbano y agrícola, lo que ha derivado en un
desequilibrio generalizado que se manifiesta como sobreexplotación y degradación ambiental.
Este problema se debe a la importante concentración de demanda de agua agrícola y público
urbana, así como a bajos índices de escurrimiento; adicionalmente, también se cuentan entre las
causas del problema las condiciones de descuido de la vegetación y suelo de la cuenca que inciden,
por un lado, al mantener un entorno de altas temperaturas y de baja humedad, reduciendo la poten-
cialidad de las lluvias y, con ello, la capacidad de retención. Debido a esto el agua, en los inicios de la
temporada de lluvias, sólo se infiltra y en poco tiempo se evapora, mientras que cuando ya está en
plenitud la temporada de lluvias, las avenidas arrastran consigo una gran cantidad de sólidos, diná-
mica que finalmente reduce la capacidad de conducción de los cauces y la de almacenamiento de los
embalses, pues provoca que estos últimos presenten, para un volumen almacenado igual, una mayor
área expuesta, con lo que se propicia una mayor evaporación del agua.

Región IX Golfo Norte

Abarca una superficie de 127,867 km2, que representan


6.5% del territorio nacional. Hidrológicamente, la región
IX se localiza en la vertiente del golfo de México, com-
prendiendo casi en su totalidad a la región hidrológica
Núm. 25 San Fernando-Soto La Marina, una gran parte
de la región hidrológica Núm. 26 Pánuco y pequeñas
porciones de las regiones hidrológicas Núm. 27 Tuxpan-
Nautla y Núm. 37 El Salado. La Región está conformada
por 154 municipios de ocho entidades federativas: cua-
renta de Hidalgo, 36 de San Luis Potosí, treinta de
Tamaulipas, 23 de Veracruz, 14 de Querétaro, cinco de
Guanajuato, cinco de México y uno de Nuevo León.
La región Golfo Norte cuenta con 39 acuíferos distri-
buidos en los ocho estados que parcialmente se integran
a la región IX, teniendo: Tamaulipas, 12; Hidalgo, 11;
San Luis Potosí, siete; y siete entre Querétaro y el resto en
los otros estados. Los 39 acuíferos con que cuenta la re-
gión, en conjunto alcanzan una recarga media anual de
1,487.32 Mm3. De ese total se extraen para usos consuntivos 1,031.27 Mm3 y una descarga natural de
460.75 Mm3, por lo que resulta una diferencia de -4.7 Mm3 a nivel regional, quedando en situación de

78
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

déficit. Localmente existen seis acuíferos sobreexplotados, siendo los más importantes: San Juan del
Río y Tequisquiapan, en Querétaro, y Valle de Tulancingo y Huichapan-Tecozautla, en Hidalgo.
Respecto a la disponibilidad de aguas superficiales, éstas se integran por diversas corrientes que
descargan al golfo de México. El escurrimiento medio anual en la región es de 23,326 Mm3, constitui-
dos por 22,030 Mm3 de escurrimiento virgen propio de la región y una importación proveniente del
río Tula, afluente del Alto Pánuco, del orden de 91 Mm 3, que corresponden a descargas de aguas
residuales no tratadas del valle de México, 936 Mm3 de volumen retornado y 269 Mm3 provenientes
de aguas arriba.
El uso del agua tiene una conformación sectorial inversa a la generación del PIB, pues mientras
el sector agropecuario utiliza 86.4% del volumen total utilizado en la Región, apenas genera 14% del
PIB. Estas cifras pueden experimentar un cambio interesante si se adoptan programas para hacer
más eficiente el agua que actualmente oscila entre 35 y 50%, así como una adecuada elección del
padrón de cultivos. El mismo programa debe aplicarse en los sectores público urbano e industrial,
donde los niveles de eficiencia son también bajos. La dinámica del sector industrial hace esperar para
los próximos años un papel más importante en la generación del PIB en la subregión Pánuco.
De los 5,522.27 Mm3 de agua extraídos, 83.1% se destina para uso agrícola, 8.9% para uso público
urbano, 6% para uso industrial y el resto para generación de energía eléctrica y otros usos pecuario.
En las tres subregiones que conforman la subregión Golfo Norte, la oferta es mayor que la demanda
en aguas superficiales, no así en las aguas subterráneas, principalmente en la subregión Pánuco. En la
Región, el aprovechamiento del recurso hidráulico para el uso agrícola asciende a 4,599 Mm 3/año. La
superficie de riego en es superior a las 525,788 ha, de las cuales 257,689 ha se ubican dentro de los 11
distritos de riego y las 268,099 ha restantes corresponden a las unidades de riego, 958. Los distritos
de riego son: 086 Soto la Marina, 02 Mante, 029 Xicoténcatl, 39 Río Frío, 049 Río Verde, 60 El Higo,
92 Río Pánuco, 08 Meztitlán, 23 San Juan del Río y 28 Tulancingo.
Según los datos estadísticos de 1999, en los distritos de riego se riegan efectivamente 123 mil ha.
Cabe mencionar que se abastecen mediante la infraestructura de algunos distritos de riego a comuni-
dades rurales, lo que ocasiona que se mantengan grandes tirantes durante todo el año, reflejándose
en grandes pérdidas.

Región X Golfo Centro

La extensión territorial de la Región es de 106,003 km_,


de los cuales 22% corresponde a la subregión Norte, 10%
a la Centro, 12% a La Cañada, 15% al Medio Papaloapan,
18% al Bajo Papaloapan y 23% a la subregión
Coatzacoalcos. Se desarrolla en territorio de cuatro enti-
dades: Hidalgo, Veracruz, Oaxaca y Puebla, ocupando
un total de 443 municipios. Hidrológicamente, la Región
X Golfo Centro se forma dentro de tres regiones: par-
cialmente en la región hidrológica Coatzacoalcos, hasta
la margen izquierda del Río Tonalá; en la región
hidrológica Papaloapan y parcialmente en la región
hidrológica Tuxpan-Nautla y una mínima parte de la re-
gión hidrológica Balsas, municipio de Perote.
El sector agrícola y pecuario participa en 11% del PIB
y usa 50% del agua, el sector público urbano participa en
60% y usa un 19% de agua, y el sector industrial y de energía participa en 29% y usa 31% del agua.
Actualmente se emplean, para diferentes usos consuntivos, 3,745 Mm3 de agua, de los cuales 3,143
Mm3/año, el 84%, fueron de origen superficial y 602 Mm3/año, 16%, de origen subterráneo.

79
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Este volumen representa apenas 4% de la disponibilidad natural, que es bajo si se compara con el
17% que representan los usos consuntivos a nivel nacional. En términos de disponibilidad, de las
treinta cuencas que integran la Región, sólo la del río Actopan, perteneciente a la subregión Centro,
se encuentra en situación de equilibrio; el resto de las cuencas están clasificadas como con disponibi-
lidad o abundancia.
La oferta potencial anual global de agua es del orden de 111,468 Mm3/año. Está constituida por
107,906 Mm3/año de aguas superficiales correspondientes al escurrimiento virgen, 106,538 Mm3/
año, y a retornos utilizables, 1,368 Mm3/año; y por 3,562 Mm3/año que corresponden a la recarga de
aguas subterráneas. Se evaporan en embalses y lagunas aproximadamente 695 Mm3/año y se extraen
para usos consuntivos 3,143 Mm 3/año de aguas superficiales, más 602 Mm3/año de los acuíferos,
generando una disponibilidad bruta anual del orden de los 107,029 millones de metros cúbicos por
año.
Por otro lado, para la generación de energía en centrales hidroeléctricas se utiliza anualmente un
volumen de 18,300 Mm3/año, sin embargo este uso se considera no consuntivo.
La disponibilidad natural teórica per cápita es de aproximadamente 12 mil m3/hab/año, cantidad
2.4 veces superior a la media nacional y equiparable con el promedio registrado en EUA. Sobresale la
subregión Medio Papaloapan, donde este indicador se estima en 47 mil metros cúbicos por habitante
al año.
A nivel nacional, los principales centros de producción están localizados en las zonas con menor
disponibilidad de recursos hidráulicos, de manera similar en la Región X Golfo Centro, donde escu-
rre sólo 22%, se asienta 54% de la población y se genera 55% del producto interno bruto regional.
El recurso hidráulico subterráneo constituye para la Región apenas 26% del agua que se extrae
para satisfacer la demanda de los diferentes usos consuntivos.
A diferencia de otras regiones del país, donde el agua que se suministra a las ciudades proviene en
su totalidad del subsuelo, en la Región sólo es 34%. En la escala nacional, el uso agrícola extrae para
su aprovechamiento 66% del agua subterránea, en la Región este uso en porcentaje representa el 53.
Se tienen identificados 19 acuíferos, de los que destacan seis por su capacidad e importancia ya que en
conjunto representan 73% de la recarga anual. La recarga natural se estima en 3,562 millones de
metros cúbicos por año.
En general, no existen problemas de sobreexplotación debido a la intensa precipitación en la
Región y a que las extracciones representan sólo 17% de la recarga. Si bien el balance resulta positivo,
existen algunos problemas de sobreexplotación local, en zonas donde se concentran los aprovecha-
mientos creando conos de abatimiento que afectan la eficiencia y capacidad local de estos acuíferos.
El problema de la sobreexplotación local dentro de la Región se ha manifestado en los acuíferos
costeros de Veracruz y Coatzacoalcos. El efecto más grave de esta sobreexplotación, además del incre-
mento de los costos de extracción, puede ser sin duda el deterioro de la calidad del agua de los
acuíferos por intrusión salina.
El escurrimiento virgen de la región es de 106,538 Mm 3/año, que representa la cuarta parte del
escurrimiento anual promedio del país. Los principales almacenamientos en la zona se aprovechan
para la generación de energía y control de avenidas. La capacidad de los almacenamientos es de
12,910 Mm 3, lo que se traduce en una capacidad de regulación de 7,680 Mm3, de los cuales sólo 23
Mm3 se utilizan para usos consuntivos y el resto es exclusivamente para generación de energía y
control de avenidas. Destacan las presas Miguel Alemán, Temazcal, y Miguel de la Madrid, Cerro de Oro,
que en suma tienen una capacidad de 12,610 millones de metros cúbicos.
El periodo de lluvias abarca los meses de junio a octubre, generando un escurrimiento tan alto que
en ocasiones el drenaje natural resulta insuficiente, por lo que las inundaciones en este lapso son
frecuentes. La variabilidad temporal y espacial de los escurrimientos hace imposible aprovecharlos
totalmente, sobretodo en los meses en que más abunda.

80
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Entre los ríos más caudalosos de la Región y del país se encuentran: Papaloapan, Coatzacoalcos,
Tecolutla, Tuxpan, La Antigua, Nautla y Cazones.
Por otra parte, las sequías que se presentan en la Golfo Centro se pueden considerar como ligeras
y moderadas, además de que no se llegan a extender en la totalidad de la Región.
El número de años consecutivos con precipitaciones menores a 80% de la media en las estaciones
analizadas, difícilmente supera los tres años. Además las probabilidades de que a un año seco le siga
a otro similar son relativamente bajas.
El sector agrícola es dentro de los usos consuntivos el que mayor volumen extrae, con 50% del
total, seguido por el sector industrial que aprovecha 25% y el público urbano que utiliza 19 por
ciento.
La superficie disponible para las labores agrícolas de riego en la Región es de poco más de 121.5
mil ha. De este total 26 mil ha, 21%, se encuentran ociosas y las restantes 95.5 mil ha corresponden a
la superficie regada.

2.2 Evaluación de la actuación de las asociaciones civiles de usuarios y de las sociedades de


responsabilidad limitada en distritos de riego transferidos

A once años de iniciado el proceso de transferencia de los distritos de riego existen muchas interrogantes
respecto al desempeño que han tenido las asociaciones de usuarios, sobre la respuesta que han tenido
ante los grandes cambios surgidos en el contexto económico que alteró la base económica de la acti-
vidad agrícola sobre la que fundamentan su quehacer y razón de su existencia. Se pueden establecer
distintos parámetros de evaluación de las asociaciones. Algunos de ellos se pueden concentrar en la
manera en que distribuyen el agua, si aumentó o disminuyó la eficiencia del riego con el cambio de
responsables de su distribución, qué tan viables son financieramente o qué tanto cumplen con las
expectativas de sus usuarios, entre otras. Aquí nos interesa dar un panorama general de lo que son las
asociaciones y la manera en que sus mismos directivos perciben la problemática de las asociaciones en
términos de su desempeño, cuáles son sus problemas como organización de agricultores por el agua
e inferir de esto algunas de las consecuencias que para su futuro tienen las actuales tendencias
socioeconómicas. En este caso interesa hacerlo desde el ámbito propio de acción y responsabilidad de
las asociaciones, qué tan apropiado sienten del marco legal que las regula, qué tanto lo conocen o les
es útil, cómo han logrado financiarse, qué tantos problemas han tenido, cómo califican su propio
desempeño y los cambios que tienen que hacer para afrontarlos.
Es por esto que se consideró conveniente que los primeros en contestar estas preguntas tenían que
ser los mismos involucrados en el manejo del agua en los módulos de riego, ya que son los que como
nueva instancia organizativa han vivido estos cambios y requieren que las instituciones reconozcan sus
necesidades para adecuar las política del agua a las transformaciones, y así impulsar acciones apro-
piadas al momento que viven en cada región, reconociendo sus diferencias y concordancias en cuanto
a las diversas circunstancias.
En 1994 se realizó la primera evaluación, que comprendió 304 asociaciones y cinco sociedades que
venían operando al 31 de mayo de ese año. El objetivo fundamental fue evaluar la actuación de las
asociaciones de usuarios y las sociedades en los distritos de riego transferidos, mediante el análisis del
cumplimiento de los propósitos de la transferencia y de las obligaciones adquiridas por las
concesionarias, haciendo recomendaciones que permitieran corregir desviaciones y, en general, con-
solidar la actuación y desarrollo de las mismas. El presente documento se basa en la información
disponible en la segunda Evaluación de la actuación de las asociaciones civiles de usuarios y de las sociedades
de responsabilidad limitada en distritos de riego transferidos, realizada en 1999, a la que se buscó hacer
comparativa con la anterior, con el fin de establecer las principales tendencias en los distritos.

81
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

En este sentido, muchas de las preguntas hechas a las asociaciones estaban orientadas a identificar
qué tanto se ajustaban las acciones, necesidades y requerimientos de las asociaciones a los parámetros
que, desde el gobierno federal, se habían fijado, considerando que en varios aspectos es necesario
hacer transformaciones en su figura organizativa, e incluso en la jurídica, que las ampara.
Por otro lado, la CNA tiene a su cargo, entre otras actividades, el proponer la política hidráulica del
país, formular y mantener actualizado el Programa Nacional Hidráulico, ejecutar el sistema de pro-
gramación hidráulica y realizar acciones que requiera el aprovechamiento integral del agua. Está,
dentro del ámbito de su competencia, establecer las estrategias generales con las cuales se atienden
las necesidades, demandas o requerimientos que hicieran las asociaciones, así como responder, si se
justificará en alguna situación en la que las asociaciones ya no fueran capaces de seguir dando el
servicio por alguna razón.
La CNA debe seguir de cerca lo que ocurre en las asociaciones con el fin de responder de forma
apropiada, considerando que ya con el proceso de transferencia de la operación, conservación y ad-
ministración de la infraestructura de riego, la CNA ha reducido su estructura en los distritos al míni-
mo indispensable. La reducción de personal ha implicado que algunas actividades de dirección, con-
trol y evaluación que anteriormente se realizaban en forma rutinaria ya no se efectúen, por lo que es
indispensable hacer seguimiento mediante evaluaciones periódicas.
El programa de descentralización de distritos de riego ha consistido en transferir a sus usuarios
la responsabilidad de operar, conservar y administrar la infraestructura de riego, actividad que ante-
riormente realizaba el gobierno federal. La transferencia de la infraestructura se ha hecho a los usua-
rios debidamente organizados en asociaciones, a las cuales se les otorga un título de concesión de
aguas y de utilización de obras de infraestructura hidráulica. En un distrito transferido, cuando así
conviene, las asociaciones pueden constituir una sociedad para que les preste el servicio de operar y
conservar las redes de mayores canales y drenes, sus respectivos caminos y alguna infraestructura de
uso común. A cada sociedad se le otorga un título de concesión para utilizar la infraestructura hidráu-
lica mayor.
De acuerdo con lo estipulado en la condición tercera del título de concesión, la CNA conserva el
carácter de autoridad en el distrito al que pertenece el módulo, por lo que supervisará en todo tiempo
que la concesionaria se apegue a la Ley de Aguas Nacionales y su Reglamento, a lo estipulado en el
propio título, al instructivo de operación, conservación y administración y, en su oportunidad, a los
reglamentos del módulo y del distrito.
El programa de descentralización originalmente consideró transferir la infraestructura correspon-
diente a 1,963,230 ha localizadas en veinte distritos de riego, posteriormente la Ley de Aguas Nacio-
nales, promulgada en diciembre de 1992, hizo extensiva la transferencia a toda la superficie de los
distritos de riego y ha logrado que, hasta mediados de 2001, se encuentre transferida 97% de toda la
superficie.
La evaluación partió del criterio de considerar una parte representativa de toda la superficie trans-
ferida, para lo cual consideró, de entrada, a las asociaciones creadas a esa fecha.
El universo de trabajo lo constituyeron las asociaciones y sociedades de los distritos de riego que al
31 de diciembre de 1994 se encontraran totalmente transferidos, habiéndose eliminado únicamente
las correspondientes a los distritos 14 y 53. Así, el universo de trabajo quedó constituido por 237
asociaciones y nueve sociedades, conformando una superficie de 2,108,550 ha con 247,413 usuarios.
Se consideró conveniente organizar la evaluación mediante un cuestionario para aplicar a la asocia-
ción o a la sociedad de responsabilidad limitada en la misma jefatura del distrito, con apoyo de ésta.
El procedimiento para realizar la evaluación fue el siguiente: la Gerencia de Distritos y Unidades de
Riego envió a cada gerencia regional, estatal y distrito de riego involucrado, los cuestionarios para la
recopilación de la información. Los distritos de riego, una vez requisitados los cuestionarios y satisfe-

82
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

chas las demandas de documentación adicional los remitieron a la Gerencia de Distritos y Unidades
de Riego.
Resultado de este trabajo fue la aplicación del cuestionario a 215 asociaciones y ocho sociedades de
responsabilidad limitada de ocho regiones hidrológico administrativas de las 13 en que está dividido
el país.
Cuadro 2.1 Asociaciones civiles encuestadas.

Regiones Asociaciones Asociaciones %


1999 encuestadas
1999

I Península de Baja California 25 23 92


II Noroeste 63 59 94
III Pacífico Norte 55 47 85
IV Balsas 41 11 27
VI Río Bravo 56 38 68
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 84 28 33
IX Golfo Norte 41 4 10
X Golfo Centro 5 5 100
TOTAL 370 215 58

Se encuestó 55.4% de las asociaciones


400 existentes actualmente. Sólo en la Región
350 X Golfo Centro se encuestó a 100% de las
300 asociaciones, seguida por la Baja
250 California con 92%, la Noroeste con
200 89.3%, la Pacífico Norte con 85.4% y la
150 Río Bravo con 59.3%. Entre las que pre-
100 sentan menos de 50% de asociaciones
50
encuestadas están la Golfo Norte con 9.7%,
0
Balsas con 24.4% y Lerma con 32.1 por
I II III IV V VI VII VIII Total ciento.
Regiones
Las diferencias entre los porcentajes de
Asociaciones encuestadas Asociaciones existentes
algunas regiones se explica por que el pro-
ceso de transferencia se dio con mayor
Asociaciones de usuarios. fuerza en el norte del país, donde las ca-
racterísticas socioeconómicas de los usua-
rios de los módulos de riego, las condiciones de la infraes-tructura y la organización productiva fue-
ron más favorables para que este proceso se llevará a cabocon relativa facilidad. Asimismo, dado que
se seleccionaron asociaciones que tuvieran como condición el haber estado funcionando por varios
años, la muestra se concentró en determinadas regiones.

Los aspectos considerados en la evaluación fueron:

La organización de la asociación civil o sociedad de responsabilidad limitada. En este apartado se buscó hacer
un diagnóstico de la situación legal, funcional y financiera de la asociación, revisando los estatutos
sociales, cumplimiento de las diversas leyes aplicables, las facultades, atribuciones, funciones y obliga-
ciones de los consejos directivos y de vigilancia; así como de los asociados, los procesos de votación,
convocatoria y desarrollo de las asambleas.

83
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Estructura de organización. La estructura ocupacional, tomando en consideración las diversas funcio-


nes a desarrollar por la asociación o sociedad.

Cumplimiento de programas de operación: elaboración, desarrollo, control y cierre. Análisis del cumplimiento
de los programas de operación, así como su elaboración, desarrollo, control y cierre.

Conservación. Se evalúa la participación de las asociaciones o sociedad en la elaboración de los pro-


gramas de conservación y maquinaria, así como de los trabajos de conservación de la infraestructura
realizados.

Ingeniería de riego y drenaje. El objetivo fue conocer la problemática del riego y drenaje y la participa-
ción de la asociación.

Contabilidad y finanzas. La situación financiera de las asociaciones a partir de la cuota por servicio de
riego, el proceso de actualización y definición, así como de su aprobación por parte de los usuarios
del módulo.

84
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

85
DIAGNÓSTICO DE LAS
ASOCIACIONES CIVILES
3 Y LAS SOCIEDADES DE
RESPONSABILIDAD
LIMITADA
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

88
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

3.1 Las asociaciones de usuarios y las sociedades de responsabilidad limitada

En el ámbito mundial, el proceso de transferencia de los distritos de riego en México ha sido recono-
cido en todo el mundo como una experiencia exitosa. Se llevó a cabo con relativa prontitud al lograr,
en un periodo menor a cinco años, la aceptación de estos sistemas de riego por parte de los usuarios,
su organización y el inicio de la operación de los sistemas incrementando, en la mayoría de los casos,
la capacidad financiera de las asociaciones con base en la propia recaudación de la cuota de riego.
Es importante resaltar que el proceso fue más rápido en el norte del país, donde las condiciones
productivas de los agricultores son mejores y que se refleja en el tamaño promedio de las parcelas, en
tanto que, en algunos distritos del centro y sur del país, el proceso de organización y convencimiento
de los usuarios requirió de mayor tiempo debido a las mismas condiciones de la economía agrícola de
dichas regiones, en las que el número de productores por asociación y las necesidades de soporte han
sido mayores.
El proceso de transferencia de los módulos a las asociaciones de usuarios consiste, esencialmente, en
dos etapas. En la primera se realizan diversas actividades relacionadas con la organización de las asocia-
ciones y el dar a conocer a todos los usuarios en qué consiste el proceso, cuáles son las alternativas que
existen para afrontar el deterioro de la infraestructura, qué implica la conformación de una asociación
y cuáles son las condiciones que se requieren para que funcione lo mejor posible la asociación. De esta
manera se inicia el proceso, cuya primera
consecuencia es la conformación de la aso-
Promoción ciación civil de usuarios por módulo, con
base en un proceso concensuado entre to-
dos los agricultores de riego dentro del pe-
Definición de módulos
rímetro considerado.
En muchas ocasiones, con el fin de lo-
Organización de usuarios en asociaciones civiles grar el mejor arreglo posible, se ha modi-
ficado la propuesta original de delimita-
Protocolización de la asociación ante el notario
ción de los módulos elaborada por los fun-
cionarios a cargo del proceso en cada je-
fatura de distrito. Una vez conformada la
Reuniones para aceptación de compromisos CNA-usuarios
asociación y reconocida legalmente, se
negocian con la CNA las condiciones es-
Elaboración del título de concesión pecíficas mediante las cuales se inicia la
responsabilidad de la asociación en la ope-
Firma del título de concesión ración y mantenimiento de su sistema de
riego. Esto implica que durante cierto
Entrega, recepción de infraestructura, maquinaria y equipo
tiempo, como parte de los compromisos
que se establecen entre usuarios y funcio-
narios del distrito, se efectúa una opera-
Operación en paralelo, capacitación y entrenamiento
ción en paralelo que permita a la mesa
directiva de la asociación conformar su
Operación, conservación y administracion de la asociación
equipo de trabajo e instruirlo en cada una
de las tareas que deben desarrollar, así
Etapas del proceso de transferencia de los distritos de como en consolidar sus capacidades finan-
riego a los usuarios. cieras y técnicas.

89
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

En el acta compromiso de transferencia se estipula una serie de condiciones de suma importancia


para los usuarios, tales como son los compromisos de la CNA para mejorar las condiciones de la
infraestructura, transferencia junto con ésta de maquinaria y equipo para operación y conservación,
apoyos técnicos y capacitación necesarios para que reciban su dotación de agua con un volumen
establecido de acuerdo a la disponibilidad promedio de todo el distrito. A cada asociación se les
concesiona un volumen de agua y se le transfiere la operación, conservación y administración de las
redes secundarias de distribución y drenaje comprendidas dentro del módulo, así como la parte alí-
cuota o proporcional que le corresponda de las redes principales.

Diagnóstico del Distrito de Riego

Definición de la estructura de distrito en módulos

Promoción

Constitución de las asociaciones civiles Integración de paquetes técnicos por


módulo y por distrito
— Organización
— Acta de asamblea — De operación
— Permiso de la SER — De conservación
— Protocolización notarial — De riego y drenaje
— Inscripción en el Registro Público de — De administración
Propiedad — De capacitación
— De rehabilitación, mejoramiento y
modernización

Título de concesión de agua


Permiso para la utilización de canales y demás infraestructuras hidroagrícola secundaria
— Formulación
— Anexo 1. Plano general de distrito y el plano del módulo
— Anexo 2. Relación de la infraestructura
— Anexo 3. Padrón de usuarios
— Anexo 4. Acta constitutiva
— Anexo 5. Instructivo de operación, conservacion y administración
— Entrega del título

Entrega física del módulo


• Verificación del inventario
• Acta de entrega
• Recepción

Operación en paralelo
• Entrenamiento
• Capacitación
• Reestructuración del personal de la CNA

Integración de las asambleas de asociaciones civiles

Procedimientos para la institución de la transferencia. Primera etapa.

90
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Consolidada la primera etapa de la transferencia, con todos los módulos que integran el distrito ya
manejados por sus propios usuarios, las asociaciones tienen la posibilidad de conformar una asocia-
ción de segundo nivel que, como segunda etapa, se constituye en una asamblea de asociaciones y que,
con la anuencia de la CNA, decidirá la forma de organizarse para operar, conservar y administrar la
red principal de canales y la red de drenaje que corresponda, con sus respectivos caminos.
La forma organizativa de esta asociación de asociaciones será decidida de acuerdo con la figura
que mejor represente sus intereses y podrá optar por:

— Constitución de una sociedad de responsabilidad limitada (SRL) de interés público y capital


variable, como prestadora de servicios.
— Constitución de una sociedad de responsabilidad limitada de interés público y capital varia-
ble, que como organismo cúpula, además de ser prestadora de servicios, coordine y contro-
le las demás actividades del distrito.
— Dar la responsabilidad de la operación, conservación y administración de la red principal y
de drenaje a una o varias empresas privadas.
— Continuar con la operación y conservación de la red primaria por parte de la CNA, con
cargo a los usuarios.

Selección de operación, conservación y administración


de la red mayor y de drenaje

Formación de una S de RL, IP y CV Contratación de Por la Comisión


empresas privadas Nacional del Agua
A) Como prestadora de servicios
B) Como organismo cúpula

— Elección del consejo directivo y


del consejo de vigilancia
— Formulación del reglamento interno
de la sociedad
— Permiso de la secretaria de
Relaciones Exteriores
— Protocolización notarial
— Inscripción en el Registro Público de
Propiedad sector comercio
— Instructivo de operación,
conservación y administración
— Contratación de personal
— Capacitación
— Entrega física de la infraestructura,
maquinaria, equipo e instalaciones
a la asociaciones en su conjunto
— Acta de entrega-recepción

Supervisión permanente por la Comisión Nacional del Agua

Procedimientos para la institución de la transferencia. Segunda Etapa.

La delimitación de los módulos de riego por parte de la CNA se realizó siguiendo criterios precisos
que hicieran posible, desde el punto de vista técnico de manejo de sus sistemas como organizativo, el
mejor funcionamiento de las asociaciones, permitiendo su viabilidad económica y financiera, así como

91
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

elucidar al máximo las características de los sistemas a las capacidades de sus usuarios de manjar y
controlar ellos mismos el reparto del agua.
En el proceso de transferencia se propusieron perímetros de irrigación como base de los módulos
integrados por una o varias de las secciones de riego, conformando superficies, de preferencia entre
5 mil y 15 mil ha, que podrían variar atendiendo fundamentalmente a las características de la infraes-
tructura para facilitar la entrega, medición y distribución del agua, así como la conservación de las
obras, pudiendo llegar a ser, si se estima conveniente, del tamaño de una de las actuales unidades de
riego. De esta manera, el tamaño de los módulos acordado con los agricultores ha sido, en promedio,
de 9.3 miles de ha, aunque podemos encontrar módulos de riego con poco más de 500 ha hasta
aquellos que, por ser módulos únicos de todo un sistema, llegan a tener 70 mil ha. Otra situación
interesante ha sido que en algunos se dio la unión entre varios módulos, con el fin de reducir costos
administrativos y hacer más eficiente el manejo de agua.
En la formación de los módulos se tomó en cuenta el número de usuarios, la tenencia de la tierra
y la voluntad de asociarse, considerando para la transferencia un programa gradual de entrega del
distrito con base en la factibilidad del proyecto de cada uno de los módulos.
A continuación se muestran los resultados principales de una encuesta de evaluación verificada en
1999, en la que se ponen de manifiesto los grandes avances hasta ahora alcanzados por las asociacio-
nes al lograr consolidarse como organizaciones de riego capaces de operar sus propios sistemas de
riego y, al mismo tiempo, los enormes retos para consolidarlas en tanto los cambios en el entorno
económico y productivo hacen que las asociaciones tengan que tomar en el futuro decisiones difíciles
e importantes para obtener sustentabilidad económica y financiera para así convertirse en la instancia
apropiada para la concertación de intereses de todos los usuarios de riego. Mas también, en entidades
dirigidas hacia la promoción del mejor uso del agua y paquetes tecnológicos, ante las cada vez más
difíciles condiciones de acceso al agua en nuestro país.

Las asociaciones tienen la figura de asociación civil que se registra como persona moral, según el
código civil federal y estatal al que se circunscriban. Tienen por objeto:

1- Recibir en administración, por parte del poder ejecutivo federal —representado hasta 1994
por la SARH; de 1995 a 2000, por la Secretaría de Medio Ambiente Recursos Naturales y
Pesca (Semarnap), y desde fines de 2000 hasta la fecha, por la Secretaría de Medio Ambien-
te y Recursos Naturales (Semarnat)— y por conducto del órgano desconcentrado de la
Semarnat, la CNA: la operación, conservación y mejoramiento de las obras de infraestruc-
tura hidráulica, correspondiente a una red menor.
2- Proporcionar el servicio de riego a los asociados, recaudar y administrar las cuotas que se
establezcan por el servicio de riego.
3- Participar en los estudios socioeconómicos que se realicen para determinar el monto de las
cuotas por servicio de riego, así como en las revisiones periódicas que se efectúen para
mantenerlas actualizadas.
4- Celebrar los actos jurídicos necesarios para la correcta administración, operación y conser-
vación de la infraestructura, maquinaria y equipo de la asociación.
5- Adquirir los bienes muebles e inmuebles necesarios para cumplir con su objeto social.
6- Contratar créditos.
7- Enajenar o gravar solamente aquellos bienes de la exclusiva propiedad de la asociación.
8- Realizar las obras de conservación y mantenimiento necesarias en la infraestructura
hidroagrícola, correspondiente a este módulo.
9- Capacitar a los asociados en la optimización de uso de los recurso hidráulicos en su zona de
influencia.
10- Obtener de la CNA el título de concesión del agua y permiso para la utilización de obras de

92
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

infraestructura hidráulica del distrito con el fin, entre otros, de disponer de los recursos
necesarios para el cumplimiento de su objetivo social.
11- Llevar a cabo un inventario de la infraestructura hidroagrícola existente.
12- La ejecución de toda clase de actos y celebración de todo tipo de contratos, convenios o
permisos relacionados con los objetivos de la asociación, así como la expedición de todo
tipo de documentos necesarios y convenientes a los mismos objetivos.

La asociación se constituye por los propietarios o poseedores de título de terrenos localizados


dentro de los límites del módulo de riego; asimismo, deberá estar registrado en el padrón de usua-
rios.1 Los asociados tendrán derecho a:

1. Recibir en la bocatoma del canal correspondiente el suministro de agua para el riego.


2. Asistir e intervenir, en su caso, en las asambleas generales de la asociación.
3. Elegir y ser electo para cargos y comisiones en la asociación.
4. Pedir cuentas a los organismos de la asociación y representantes.

Entre los deberes que tienen se halla:

1. Participar en la administración, operación, conservación y mantenimiento del módulo de


riego.
2. Pagar las cuotas de servicio de riego establecidas conforme a los estatutos de la asociación.

Como asociaciones civiles se constituyen a partir de unos estatutos sociales que rigen su objeto y
capital social, lo mismo que la administración de ésta.

3.2 Creación y organización

Al inicio de la transferencia muchos distritos se encontraban en una situación de grave deterioro en


sus condiciones de operación y mantenimiento, ya que la reducción de los recursos fiscales disponi-
bles para su operación y mantenimiento durante ocho años habían llevado a que mucha de la conser-
vación fuera diferida, hasta requerir realmente de rehabilitación. Esto hizo que, incluso antes de
iniciarse el proceso de transferencia, existiera entre los usuarios de ciertos distritos el convencimiento
de que en manos de ellos mismos los problemas de manejo y operación se resolverían de forma más
rápida y adecuada. En estos distritos existían ya figuras asociativas que, de alguna manera, eran
organizaciones de productores de riego que reconocían que los problemas productivos ocasionados
las dificultades gubernamentales no iban a ser resueltos fácilmente por lo que, en algunos casos,
habían hecho acuerdos para participar directamente en los trabajos de reparación y conservación de
sus sistemas de conducción.
De esta manera, en la evaluación realizada en las ocho regiones del país, nos encontramos que
3.7% de las asociaciones, de las 215 encuestadas, se constituyen antes de 1990 como organizaciones
autónomas que ya propugnaban por un proceso de transferencia. El crecimiento de asociaciones
aumenta entre los años 1990 y 1993; 85.1% de las asociaciones se constituyen durante este periodo.
Un 6%, entre 1994 y 1997. Es 1992 el año con mayor número de asociaciones constituidas, con 30.6%,
seguido por 1990, con 24.8% y 1993, 20.9%. Esto implica que a sólo tres años de iniciado formalmen-
te el proceso de transferencia ya había comenzado el funcionamiento de 68% de las asociaciones
consideradas, las cuales, en términos de superficie, representaban 1.5 millones de ha, casi la mitad de
las poco más de tres millones de gran irrigación.
1
Artículos 57 y 59, fracción III, y los artículos 60, 63 y 64 de la Ley de Aguas Nacionales.

93
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Cuadro 3.1 Fecha de creación de los estaturos sociales (porcentaje).

Regiones 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 Total

I Península de Baja California 0 0 0 0 13 22 43 17 0 0 0 96


II Noroeste 5 7 0 68 15 0 3 0 0 0 0 98
III Pacífico Norte 0 0 2 11 15 55 4 0 0 2 4 94
IV Balsas 0 0 0 0 0 9 45 18 0 0 0 73
VI Río Bravo 0 0 0 11 13 39 32 0 3 0 0 97
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 0 0 0 7 7 54 18 11 4 0 0 100
IX Golfo Norte 0 0 0 0 0 25 75 0 0 0 0 100
X Golfo Centro 0 0 0 0 0 0 80 0 20 0 0 100
Total 1 2 0 24 12 29 20 4 1 0 1 96
Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

En un análisis por regiones, encontramos que en Península de Baja California, 88% de las asocia-
ciones se constituyeron entre 1991 y 1994; el 12% restante de un total de 25 asociaciones que actual-
mente existen, se constituyeron después de 1997. Noroeste es la región que presenta el mayor núme-
ro de asociaciones creadas antes de los años noventa, y 87.8% de las asociaciones, de un total de 66
que actualmente existen, se constituyeron antes de 1994. En la Pacífico Norte, 74% de las asociacio-
nes, de un total de 55 que actualmente existen, se conformaron antes de 1994. Pacífico Norte y No-
roeste son las dos regiones donde se presenta la creación de asociaciones anteriores al inicio del proce-
so de transferencia. La región Balsas presenta la más tardía creación de asociaciones. En la región Río
Bravo, 57.8% de las asociaciones se constituyen en la primera mitad de la década de los noventa, y el
restante 42.1% a finales de la misma década; en total, 64 asociaciones. En la región Lerma Santiago,
32.1% de las asociaciones se constituyen en la primera mitad de la década de los noventa. En la región
Golfo Norte, 9.7% de 41 asociaciones se constituyeron entre 1992 y 1993, y 90.2% después de 1997. En
la Golfo Centro, 10% de las asociaciones existentes se constituyen entre 1993 y 1995.
Si se analiza el tamaño de los módulos de riego y la fecha de conformación de las asociaciones se
observa que existe cierta relación. Esto es explicable en tanto que los primeros módulos en ser transfe-
ridos fueron aquellos que se caracterizaban por tener mejores condiciones productivas, lo cual influyó
para que de alguna manera la conformación de los mismos se rigiera con los criterios de mayores
ventajas económicas y financieras para su funcionamiento, siendo en todo el norte del país, particular-
mente en la llanura costera del Pacífico, donde existen las mayores superficies compactas de riego.

Cuadro 3.2 Fecha de creación de los estatutos sociales de las SRL (número).
Distritos Años
1991 1992 1994 1995 1996

Alto Río Lerma 1


Culiacán-Humaya 1
Delicias 1 1
Río Fuerte
Río Mayo 1
Río Yaqui 1
Valle del Carrizo 1
Total 2 2 1 1 1

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

94
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

3.3 Funciones y objetivos

Al inicio del proceso de organización de las asociaciones se consideró conveniente que tuvieran una
figura jurídica de asociación civil, aparte de la cual se consolidarían como organizaciones orientadas
exclusivamente al manejo del riego en sus módulos, buscando con esto evitar los problemas propios
de las figuras jurídicas que las consideraran como empresas privadas o de carácter de representación
de intereses. Estas funciones quedaron establecidas en sus documentos de organización donde se
especifican sus derechos y obligaciones frente a sus usuarios y se establecen su relación con la Comi-
sión Nacional del Agua.
Uno de los aspectos de la evaluación era el identificar si con la figura jurídica que tienen, así como
con sus atribuciones, los representantes de las asociaciones consideran que están funcionando apro-
piadamente, y que tan dispuestos están a incorporar cambios en su funcionamiento, o bien, buscar
una nueva figura jurídica o nuevas atribuciones que les permitan afrontar la problemática que van
encontrando.
En este sentido, se les interrogó respecto a si se pueden hacer cambios a los estatutos o si ya se han
hecho. Cada pregunta, por tratarse de una parte de la encuesta que trataba de recuperar la percep-
ción de las mesas directivas de las asociaciones, no fueron contestadas en 100% de los casos. En estas
preguntas resalta el hecho de que en la primera pregunta la opinión está dividida entre 50% que
respondieron que no, y el restante 47% que respondió “Sí”. De esta forma, queda claro que práctica-
mente la mitad considera no necesario hacer adiciones y, en consecuencia, modificaciones, por lo que
la siguiente pregunta la contestan pocos. Sin embargo, resulta interesante que en todas las regiones
casi hay una constante de 10% de las asociaciones que considera que se pueden hacer cambios. Esto se
refleja en los pocos cambios que se han realizado en los estatutos, dado que 78.8% no han efectuado
cambios y sólo 21.1% lo ha hecho.
En un análisis por regiones es interesante notar el caso de la Noroeste, donde 90% considera que no
se pueden hacer adiciones. Esto contrasta con que, a pesar de que el mayor número de asociaciones
que no han realizado cambios en los estatutos, 72%, resulta que 25% sí los han efectuado. En el caso de
la Pacífico Norte, 68% de las asociaciones encuestadas considera que sí se pueden hacer adiciones en
los estatutos, y 9% considera que sí se pueden hacer cambios, teniendo 28% que sí lo ha hecho. La
región Baja California presenta el mayor porcentaje de asociaciones que han realizado cambios a los
estatutos, 43%, mientras que las regiones Balsas, Golfo Norte y Golfo Centro se caracterizan por no
haber hecho cambios; probablemente por encontrarse ahí las asociaciones con fecha de creación más
reciente, pero también a las particularidades y problemas de las asociaciones de dichas regiones.
Cuadro 3.3 Disposición a la modificación de los estatutos (porcentaje).

Regiones Se pueden hacer Se pueden hacer Ha habido cambios


adiciones cambios

No Sí No Sí No Sí
I Península de Baja California 13 87 0 100 57 43
II Noroeste 90 8 0 95 73 25
III Pacífico Norte 30 68 2 94 72 28
IV Balsas 36 45 9 82 100 0
VI Río Bravo 42 58 11 89 95 5
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 50 46 0 96 82 18
IX Golfo Norte 75 25 25 75 100 0
X Golfo Centro 20 80 0 100 80 0
Total 50 47 3 93 78 21

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

95
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Si comparamos las respuestas de las asociaciones con las de las ocho SRL encuestadas podemos
concluir que mientras las asociaciones tienen una cierta disposición a mantener sus estatutos actuales,
las SRL consideran en mayor medida la necesidad de incorporar cambios. Así nos encontramos que
las SRL más antiguas son de 1991 y 1992, las otras tres restantes se distribuyen en los tres años
siguientes, una para cada año. Las de 1991 corresponden a Río Mayo y Valle del Carrizo. Las de 1992
corresponden a Delicias y Río Yaqui.

Cuadro 3.4 Disposición a realizar cambios en estatutos en SRL (número).

Considera que se pueden Se pueden hacer Ha habido cambios en los


hacer adiciones a los cambios a los estatutos
estatutos estatutos

No Sí Sí No Sí
Alto Río Lerma 1 1 1
Culiacán-Humaya 1 1 1
Delicias 1 1 2 1 1
Río Fuerte
Río Mayo 1 1 1
Río Yaqui 1 1 1
Valle del Carrizo 1 1 1
Total 3 4 7 4 3
Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

La respuesta a la pregunta si considera que se pueden hacer adiciones a los estatutos, 37.5% contestó
que no y 50% contesto que sí. A la pregunta si se pueden hacer cambios a los estatutos, 87.5% contesto
que sí. A la pregunta si se han hecho cambio a los estatutos, 50% contestó que no y 37.5% que sí.
El principal objetivo de las asociaciones y las SRL, y por el cual fueron creadas, fue su orientación
hacia el manejo del agua de sus módulos, considerando todos los aspectos que tienen que ver con ello.
No obstante, con el paso del tiempo y como organizaciones de agricultores que son, se han convertido
en la principal, si no es que en la única opción, a partir de la cual los usuarios de un módulo pueden
enfrentar la problemática productiva de la agricultura, así como ver representados sus intereses. De
esta manera se han transformado en verdaderas instancias de gestión en todos los aspectos relativos al
manejo de los recursos productivos de los módulos, y no sólo del agua. La fuerza organizativa de las
asociaciones es innegable, por lo que en muchos casos los mismos asociados han buscado resolver
otros problemas, tal como son los de tipo productivo, gestión de programas gubernamentales y la
comercialización, entre otros.
Cuadro 3.5 Participación de la asociación en otras actividades (porcentaje).
Regiones Sí No Productiva Comercial Ser vicio
I Península de Baja California 65 35 9 22 22
II Noroeste 75 24 2 2 24
III Pacífico Norte 51 47 6 0 38
IV Balsas 82 18 0 18 0
VI Río Bravo 58 42 16 18 32
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 64 36 14 25 21
IX Golfo Norte 50 50 50 25 0
X Golfo Centro 60 40 20 20 0
Total 64 35 9 11 26
Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

96
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Cuadro 3.6 Debería participar la asociación en otras actividades, de qué tipo (porcentaje).
Regiones No Sí Productiva Comercial Servicio
I Península de Baja California 9 91 48 83 52
II Noroeste 2 97 95 20 24
III Pacífico Norte 13 83 62 28 43
IV Balsas 0 100 55 73 73
VI Río Bravo 3 95 55 58 53
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 11 89 54 75 57
IX Golfo Norte 25 75 75 75 25
X Golfo Centro 0 100 60 100 60
Total 7 92 67 48 44
Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

De las ocho regiones, todas han participado en otras actividades diferentes al manejo de agua. Del
total de encuestados, 64% han participado en actividades distintas a las estrictamente vinculadas con
el manejo del sistema de riego. En la región Balsas es donde han participado en mayor número de
asociaciones en otras actividades, con 82%, mientras que la menos participativa es la del Golfo, con
50%. En números absolutos, el mayor número de asociaciones que han participado, 44, se encuentra
en la Noroeste.
Actualmente, las asociaciones que realizan actividades adicionales lo hacen, principalmente, en la
prestación de servicios, seguida por la comercial y, al final, la productiva. El 50% de las regiones
desarrollan las tres actividades y el otro 50% entre dos y una actividad, presentándose el mayor núme-
ro de asociaciones en la Pacifico Norte, con 18 asociaciones dedicadas a los servicios, 38%. En la
actividad comercial, el Lerma presenta el más alto con siete asociaciones, 25%, y el mayor número
absoluto de asociaciones con otras actividades productivas se encuentra en Río Bravo, mas si se ve en
términos relativos, 50% de las asociaciones de la Golfo Norte lo hacen.
El hecho de que se encuentren realizando otras actividades lleva a muchas asociaciones a replantearse
las actividades que deberían efectuar para cubrir no sólo sus objetivos formales establecidos en los
estatutos, sino convertirse en la instancia más indicada para resolver de forma organizada los proble-
mas que enfrentan sus usuarios como agricultores de riego. En este sentido, nos encontramos que
92% considera que debería hacer otra actividad, siendo contrastante la opinión que se tiene sobre ello
en la región Golfo Norte, donde afirmaron en mayor proporción estar llevando a cabo actividades de
tipo productivo. El 48% afirmó que las asociaciones deberían tener actividades de tipo comercial,
siendo este el aspecto que en mayor medida consideran deberían tener las asociaciones, quedando en
segundo lugar los servicios. Las regiones donde se resalta el interés por incorporar funciones de tipo
comercial son: Península de Baja California y Golfo Centro, en tanto en las que predomina el punto
de vista que favorece las actividades de servicios son: Noroeste y Pacífico Norte. Se debe hacer notar
que esta última pregunta no era excluyente, por lo que algunos contestaron varias actividades.
Con respecto a las SRL ocurre una situación similar, ya que como organizaciones de segundo nivel
desde el punto de vista de sus mismas mesas directivas, aparecen como una instancia que puede llegar
a un papel estratégico en el funcionamiento de los módulos de riego.
Esta percepción compartida entre las organizaciones de usuarios respecto a sus funciones y la
necesidad de incorporar nuevas, refleja, de alguna manera, las distintas experiencias organizativas
que se tuvieron en décadas anteriores y que, con el impulso de los programas de organización para la
producción, principalmente en la década de los años setentas, se llevó a la creación de un sinnúmero
de figuras asociativas. Probablemente lo que está atrás de esta opinión expresada a través de la en-
cuesta sea la necesidad de recuperar el papel de las asociaciones como organizaciones de productores,
pero bajo un contexto muy distinto al que tuvieron en décadas anteriores. Ahora tienen la experiencia

97
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

de ser capaces de manejar por sí mismos sus sistemas de riego, lo que les plantea si son capaces de
impulsar sus propios procesos de desarrollo productivo mediante el potencial apoyo que pueden dar
a sus usuarios.

Cuadro 3.7 Posición respecto a la realización de otras actividades (número).

La asociación ha participado en Debería participar la asociación en


otras actividades. otras actividades.
No Sí Productivas Comercial De No Sí Productivas Comercial De
servicio ser vicio

Alto Río Lerma 1 1 1 1


Culiacán-Humaya 1 1 1 1
Delicias 2 2 2 1 1 2
Río Fuerte
Río Mayo 1 1 1 1
Río Yaqui 1 1 1 1
Valle del Carrizo 1 1 1
2 4 1 1 3 1 6 2 4 5

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Asamblea de asociados

Consejo directivo

Comité de vigilancia Presidente

Secretario administrativo Secretario técnico


• Un comisario ejidal
• Un comisario de la pequeña Tesorero
propiedad
• Un representante de la CNA
• Un representante del
gobierno del estado

Gerencia

Operación Conservación Administración

Estructura orgánica

98
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

3.4 Estructura y funcionamiento organizacional

Cuadro 3.8 Órganos de gobierno de las asociaciones (porcentaje).

Regiones Asamblea gral. Consejo directivo Consejo de vigilancia Otros órganos

I Península de Baja California 96 100 100 0


II Noroeste 98 98 98 3
III Pacífico Norte 100 98 96 0
IV Balsas 100 91 91 9
VI Río Bravo 97 97 95 3
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 100 100 100 14
IX Golfo Norte 100 100 100 25
X Golfo Centro 100 100 100 40
Total 99 98 97 5

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Cuadro 3.9 Posición respecto a la modificación de la estructura organizacional (porcentaje).


Regiones No Sí

I Península de Baja California 87 9


II Noroeste 98 0
III Pacífico Norte 94 0
IV Balsas 73 27
VI Río Bravo 92 3
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 100 0
IX Golfo Norte 100 0
X Golfo Centro 100 0
Total 94 3

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Dado que la estructura organizacional se da por ley, se esperaría que el total de las asociaciones
tuviesen contemplado, en sus estatutos, los diferentes órganos. La situación resulta contrastante en la
encuesta. La existencia de otros órganos puede ser significativa, ya que 5.1% los considera, sobresa-
liendo las regiones Lerma, con 14.28%; Golfo Norte, con 25% y Golfo Centro, con 40%. Sólo cuatro
de las regiones poseen en todas sus asociaciones los diferentes organismos de la estructura orgánica.

Cuadro 3.10 Problemas para elegir directivos de la asociación (porcentaje).

Regiones No Sí No quieren Existe rivalidad Existen intereses


participar política de grupo

I Península de Baja California 91 9 9 9 9


II Noroeste 93 3 3 2 0
III Pacífico Norte 79 21 0 11 17
IV Balsas 45 55 9 55 36
VI Río Bravo 66 34 24 8 21
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 82 18 7 11 7
IX Golfo Norte 75 25 0 0 25
X Golfo Centro 60 40 40 0 0
Total 80 19 8 9 12
Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

99
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Uno de los aspectos que más ha llamado la atención son los problemas que surgen cuando se
renuevan las mesas directivas de las asociaciones. Esto ocurre en tanto las asociaciones de usuarios se
han convertido en importantes actores políticos en sus localidades, al ser, muchas veces, la organiza-
ción que agrupa a mayor número de afiliados y tener una gran capacidad de convocatoria. A pesar de
esto, los conflictos con respecto a los proceso de cambio de las mesas directivas no ha sido alto,
pudiéndose afirmar que se concentra en determinadas regiones. Esto se explica por la misma situa-
ción de la agricultura que presentan los módulos con agricultura campesina, donde hay muchos
pequeños productores, generalmente menos interesados en las cuestiones relacionadas con el riego,
que los productores comerciales.
A la pregunta de si habían tenido problemas para elegir a sus directivos y representantes, 80%
contestaron que no y 19% que sí. Sobresalen las regiones Balsas y Golfo Centro, en tanto que es menor
en la Noroeste. La principal razón que dan es la existencia de intereses de grupo en 12% de los casos.

Cuadro 3.11 Estructura organizativa de SRL (número).

Existe asamblea Existe consejo Existe consejo Considera que Han tenido
general directivo de vigilancia debería haber problemas
modificaciones para
en la estructura directivos
organizacional

Sí Sí Sí No No
Alto Río Lerma 1 1 1 1 1
Culiacán-Humaya 1 1 1 1 1
Delicias 2 2 1 1
Río Fuerte
Río Mayo 1 1 1 1 1
Río Yaqui 1 1 1 1 1
Valle del Carrizo 1 1 1 1 1
Total 5 7 7 6 6

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

En el caso de las SRL, 62.5% contestó que existe una asamblea; el resto no contestó. Respecto a si
se tienen consejo directivo, 87.5% contestó que sí, y en el resto, 12.5%, no hay información. De si
tienen consejo de vigilancia, 87.5% contestó que sí, y el restante 12.5%, está sin dato. Sobre si se
considera que deberían hacerse modificaciones en la estructura organizacional, 75% contestó que no,
y el restante 25%, aparece sin dato. Acerca de si han tenido problemas para elegir directivos, 75%
contestó que no y el restante 25%, figura sin dato.
El poder supremo de la asociación reside en la asamblea general. Es la máxima autoridad interna,
tanto del módulo riego como de la asociación civil, y sus resoluciones obligan a todos los organismos
que la integran y a sus socios, individualmente considerados. Se integran por los usuarios de la zona
de riego registrados en el padrón, las cuales se organizan con la participación directa de todos los
asociados o sus representantes.

Entre sus funciones está:

— Elegir al consejo directivo.


— Conocer y, en su caso, aprobar o revocar las decisiones respectivas a la operación y manteni-
miento del módulo.

100
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Las asambleas son ordinarias y extraordinarias, presididas por quien encabeza el consejo directivo.

Cuadro 3.12 Funcionamiento de las asambleas generales (porcentaje).

Regiones Se convoca para Hay garantías para cumplir


asambleas los acuerdos de la asamblea

No Sí No Sí
I Península de Baja California 0 100 17 78
II Noroeste 0 97 2 97
III Pacífico Norte 0 100 17 81
IV Balsas 18 82 36 55
VI Río Bravo 0 100 45 53
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 0 100 18 75
IX Golfo Norte 0 100 50 50
X Golfo Centro 0 100 40 60
Total 1 98 20 77

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

La frecuencia de celebración de las con-


4.3%
vocatorias para las asambleas ordinarias
5.7% 2.8% varía entre una, dos, tres, cuatro, seis y 12
1.4% 1v
2v
veces al año. De las 215 asociaciones
3v encuestadas respondieron 207. De ellas,
4v 56% se reúne una vez al año; 28.98%, cada
28% 6v seis meses; 5.7%, trimestralmente; 4.3%,
12v mensualmente; 2.8%, de manera bimen-
56%
sual, y 1.4%, cada cuatro meses.
Siendo el órgano de mayor relevancia
Asociaciones de usuarios. dentro de la asociación resulta importan-
te el hecho de que existan problemas para
Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones su desarrollo, ya que 20% de los
de usuarios,1999. encuestados, en promedio, afirmó que
existen dificultades para hacer cumplir los acuerdos de asamblea, particularmente en el caso de los
módulos de las regiones Río Bravo, Golfo Norte y Golfo Centro. En el caso de las SRL, precisamente
en el distrito que corresponde a la región Río Bravo, se expresó la opinión respecto a las dificultades
para el cumplimiento de los acuerdos de asamblea.
Cuadro 3.13 Funcionamiento de las asambleas en las SRL (número).
Existen convocatorias Se garantiza el cumplimiento de los
para asambleas generales acuerdos de la asamblea
Sí No Sí
Alto Río Lerma 1  1
Culiacán-Humaya 1  1
Delicias 1 1 
Río Fuerte
Río Mayo 1  1
Río Yaqui 1  1
Valle del Carrizo 1  1
Total 6 1 5
Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

101
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

El consejo directivo es designado por la asamblea general. Es un órgano administrativo y ejecutor


de la asociación y se integra por un presidente, un tesorero, un secretario administrativo y un secreta-
rio técnico. Para ser integrante del consejo directivo, es condición ser miembro de la asociación.
El presidente tiene como función principal cuidar el apropiado cumplimiento de los estatutos
sociales y los acuerdos tomados en asambleas y por el propio consejo. Funge como representante legal
de la asociación y convoca y preside las asambleas.
El secretario administrativo coordina y mantiene al corriente el archivo de documentos y demás
informes a cargo de la asociación, tiene bajo custodia y responsabilidad los libros de actas de la asocia-
ción y es el encargado de redactar y asentar en los mismos las convocatorias, actas de asambleas y
reuniones de consejo directivo que se celebren de acuerdo con los estatutos.
El presidente y el secretario administrativo tienen carácter de apoderados o mandatarios de la
asociación. El tesorero es el depositario de los bienes, fondos y valores de la asociación y no puede
efectuar pagos o gastos que no hayan sido previamente autorizados por el consejo directivo, vigila que
se utilicen correctamente los fondos y recursos de la asociación y cuida que se lleven los registros
contables de la misma; es responsable también de los estados de cuenta mensuales. El secretario tiene
bajo su responsabilidad la vigilancia de los programas de diferentes obras de operación y la conserva-
ción de la infraestructura hidroagrícola del módulo.

Cuadro 3.14 Deben recibir sueldo los directivos de las asociaciones y quiénes (porcentaje).

Regiones No Sí Presidente Secretario Tesorero

I Península de Baja California 35 57 52 35 52


II Noroeste 88 12 12 7 12
III Pacífico Norte 72 28 28 9 11
IV Balsas 27 73 73 55 73
VI Río Bravo 68 29 29 16 24
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 61 39 39 36 36
IX Golfo Norte 75 25 25 25 25
X Golfo Centro 0 100 100 0 100
Total 67 32 32 18 27

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Cuadro 3.15 Se debe mantener la alternancia en la presidencia entre ejidatarios y pequeños


propietarios (porcentaje).

Regiones No Sí

I Península de Baja California 17 78


II Noroeste 2 97
III Pacífico Norte 17 81
IV Balsas 36 55
VI Río Bravo 45 53
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 18 75
IX Golfo Norte 50 50
X Golfo Centro 40 60
Total 20 77

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

102
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Uno de los aspectos discutidos ampliamente en las asociaciones es si quienes ejercen las funciones
directivas deben de ser remunerados y en qué medida. Es una cuestión importante, ya que en los
módulos que mantienen una actividad productiva fuerte, es común que los integrantes de la mesa
directiva —usuarios del mismo módulo—, se vean en la necesidad de destinar tiempo a sus propios
cultivos, pudiendo dejar sin atención suficiente asuntos de la asociación.
La existencia de una remuneración o la opinión favorable a ello manifiesta la necesidad de com-
prometer más a las mesas directivas en la atención de los asuntos del módulo. Pero, al mismo tiempo,
se ha insistido mucho en el carácter no remunerado de los puestos de elección dentro de la asociación
por la importancia que tiene el no estimular la competencia por el control de las mismas por parte de
quienes pretenden encontrar sólo un ingreso, desvirtuando así su carácter de representación de los
intereses comunes.
En las ocho regiones, 67% considera que no debe existir una remuneración a los directivos de la
asociación, en tanto que 32.5% considera que sí. Del total de las 69 asociaciones que contestaron que
sí, el mayor promedio de opiniones se concentra en los que piensan que el presidente es el que debe
tener salario, 32%; mientras que 27% considera que el tesorero también debería tener sueldo, y 18%
que el secretario debe tener salario.
Si lo analizamos por regiones, resulta contrastante que aun entre las regiones que tienen mayor
desarrollo agrícola y más tiempo sus asociaciones, existan diferencias considerables de opinión. Por
ejemplo, en la Noroeste resalta que 88% considera que no deberían tener sueldo y la Pacifico Norte,
72.3%; en Península de Baja California sólo 35% expresó esta opinión. En cambio, en las asociaciones
con mayor heterogeneidad entre sus productores, así como menor desarrollo productivo, es más
generalizado el rechazo a establecer tal medida.
Otro de los aspectos importantes respecto a las organizaciones de usuarios es la representatividad
de sus directivos, y si, de alguna manera existen cuestionamientos a la manera en que fueron electos,
fuerte competencia por ocupar el puesto directivo o, en su caso, problemas en los procesos de elec-
ción por la conformación de facciones opuestas. Uno de los principios considerados para que la
asociaciones no se convirtieran en instancias de competencia política y dejaran de cumplir sus funcio-
nes esencialmente referidas al riego, fue el establecimiento de la alternancia de la presidencia entre
las formas de propiedad privada y la tenencia ejidal, la cual, en cierto sentido, también ha sido cues-
tionada en algunos casos donde no existe una proporcionalidad entre las dos principales formas de
acceso a la tierra. Hay casos en los que más de 90% de la superficie en producción está en forma
ejidal, siendo las más representativas las regiones del Río Bravo, Golfo Norte y Golfo Centro, quienes
dividen su opinión entre 45.94, 50 y 40%, respectivamente, en no.
Cuadro 3.16 Se debe pagar sueldo a la mesa directiva y alternancia, según SRL (número).
Considera que los Presidente Secretario Tesorero Se debe mantener entre
directivos de la la alternancia
asociación en la presidencia
deberían tener ejidatarios y
sueldo pequeños propietarios

No Sí Sí Sí Sí No Sí
Alto Río Lerma  1 1 
Culiacán-Humaya  1
Delicias  1 1 1 1  2
Río Fuerte
Río Mayo
Río Yaqui 1   1
Valle del Carrizo  1 1 1 1  1
Total 1 3 2 2 2 1 5
Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

103
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

En las SRL, a la pregunta de si los directivos de la asociación deberían tener sueldo, sólo contestó
50% de los encuestados, de los que 75% respondió que sí y 25%, no. Sobre quiénes deberían tener
sueldo: presidente, secretario y tesorero, 40% respondió que sí a los tres, y deja a uno sin respuesta
entre los que contestaron que sí se debería pagar. De igual manera, existe la opinión de que se debe
mantener la alternancia en la presidencia entre ejidatarios y pequeños propietarios. Esta situación
expresa el tipo de relación que tienen las SRL con las asociaciones y usuarios, tendiendo a ser más
técnicas y de concertación con la CNA respecto a la operación de los sistemas. De idéntica forma,
donde existen las SRL, éstas tienden a realizar muchas actividades de vinculación entre las mismas
asociaciones y la Comisión Nacional del Agua.
Otro de las instancias importantes de las asociaciones es el consejo de vigilancia, integrado por dos
comisarios titulares, uno de cada sector: ejidal y pequeña propiedad; un representante de la CNA y un
representante del gobierno del estado. Los cargos de los comisarios deben ser ejercidos por personas
que no tengan nexos familiares con los miembros del consejo directivo para evitar conflicto de intere-
ses. La función de estos consejos es la de vigilar el buen funcionamiento de la asociación, tanto en lo
financiero como en lo administrativo. En algunas asociaciones se da el caso de ser mediadores en
conflictos con el consejo directivo y, como órgano, investiga las quejas de los asociados.

Cuadro 3.17 Cada que tiempo se elige el consejo de vigilancia (porcentaje).

Regiones Dos años Tres años

I Península de Baja California 0 100


II Noroeste 7 92
III Pacífico Norte 0 100
IV Balsas 0 100
VI Río Bravo 3 97
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 0 100
IX Golfo Norte 0 100
X Golfo Centro 0 100
Total 2 97

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Cuadro 3.18 Funcionamiento del consejo de vigilancia (porcentaje).

Regiones Funciona bien el consejo Debe tener obligaciones


de vigilancia adicionales

No Sí No Sí
I Península de Baja California 9 91 48 52
II Noroeste 0 98 93 5
III Pacífico Norte 4 94 68 30
IV Balsas 73 27 36 64
VI Río Bravo 18 82 58 42
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 4 96 75 25
IX Golfo Norte 0 100 75 25
X Golfo Centro 60 40 40 40
Total 11 88 70 29

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

104
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

En cuanto al cumplimiento de las funciones establecidas en los estatutos por parte de los consejos
de vigilancia y directivos, 87% contestaron no tener problemas para el cumplimiento de las obligacio-
nes. Sin embargo, 13% contestaron que sí existen dificultades. Encontrándose en mayor número de
casos en la Río Bravo, con 32% de los casos y 17% de las asociaciones encuestadas en la Pacífico Norte.
Las SRL tienen establecido tres años para la elección de los consejos de vigilancia, las que práctica-
mente en todos los casos así lo hacen. Sólo en una SRL se considera que es insuficiente el desempeño
del consejo de vigilancia.

Cuadro 3.19 Existen obligaciones en los estatutos no cumplidas por los consejos directivo y
vigilancia (porcentaje).

Regiones No Sí

I Península de Baja California 87 13


II Noroeste 95 3
III Pacífico Norte 81 17
IV Balsas 91 9
VI Río Bravo 68 32
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 96 4
IX Golfo Norte 100 0
X Golfo Centro 100 0
Total 87 13

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Los procesos de toma de decisiones requieren una base de legitimidad ante los asociados, así como
de otro proceso técnico y administrativo que les dé sustento. Mientras más consensuada es una deci-
sión, tales como son los aspectos económico y financiero de la asociación, los criterios de distribución
del agua de acuerdo a su disponibilidad, las acciones de conservación y mantenimiento de los sistemas,
se logra un mejor funcionamiento. Debe existir un proceso continuo y a la vez complejo de comunica-
ción entre los directivos de las asociaciones y los usuarios directos, y en la principal instancia de toma
de decisiones esto debe reflejarse. De las 215 encuestadas, 59% contestó que los acuerdos se toman en
asamblea y consejo; 35.8%, en la asamblea, y 3%, en consejo directivo, lo cual significa que en la
práctica son las asambleas de usuarios las que están en un primer orden de importancia; ello se mani-
fiesta en que el consejo directivo tiene una característica más ejecutiva y la asamblea, más de decisión.

Cuadro 3.20 Funcionamiento del consejo de vigilancia en SRL (número).

Cada que tiempo "Funciona bien "Hay obligaciones en los


se elige el consejo el consejo de vigilancia" estatutos que no han
de vigilancia" cumplidolos los consejos
directivos y de vigilancia"

3 No Sí No Sí
Alto Río Lerma 1  1 1 
Culiacán-Humaya 1  1  1
Delicias 2 1 1 2 
Río Fuerte
Río Mayo 1  1 1 
Río Yaqui 1  1 1 
Valle del Carrizo 1  1 1 
Total 7 1 6 6 1

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

105
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Cuadro 3.21 Instancia de dirección donde se toman los acuerdos (porcentaje).

Regiones Asamblea Consejo directivo Asamblea y consejo

I Península de Baja California 35 4 57


II Noroeste 19 0 80
III Pacífico Norte 32 2 66
IV Balsas 55 18 27
VI Río Bravo 53 8 39
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 46 0 54
IX Golfo Norte 100 0 0
X Golfo Centro 0 20 80
Total 36 4 60

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Cuadro 3.22 Funciones de las áreas administrativas de las asociaciones (porcentaje).

Regiones Determina y recauda Elabora los Pago de nómina de


las cuotas por servicio estados empleados y gastos
de riego financieros diversos

I Península de Baja California 4 70 74


II Noroeste 0 98 98
III Pacífico Norte 6 96 96
IV Balsas 55 27 73
VI Río Bravo 21 87 97
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 7 86 100
IX Golfo Norte 25 75 100
X Golfo Centro 20 100 100
Total 10 87 94

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

La sección administrativa de los módulos de usuarios tiene como función principal el pago de
nómina y gastos en 93.9% de las asociaciones, seguida de elaborar los estados financieros con 86.9%
y, por ultimo, determinar y recaudar las cuotas por servicio de riego en 10.2%. Este resultado es
paralelo entre las regiones.

Cuadro 3.23 Existen estudios para determinar si hay exceso o déficit de personal (porcentaje).

Regiones No Sí En el área de En el área de En el área de


conservación operación administración

I Península de Baja California 39 35 35 30 26


II Noroeste 15 81 61 69 69
III Pacífico Norte 32 68 49 51 38
IV Balsas 64 36 27 27 27
VI Río Bravo 58 39 37 34 24
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 43 54 43 54 39
IX Golfo Norte 75 25 25 25 25
X Golfo Centro 0 100 100 80 80
Total 36 60 47 50 43

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

106
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Otro de los aspectos ampliamente discutidos respecto al funcionamiento de las asociaciones ha


sido la posibilidad de que éstas cumplan sus funciones de manera más eficiente al considerar menor
número de empleados, en comparación con los que había funcionado el gobierno federal durante
varias décadas. Es decir, las asociaciones tienen que ser estructuras ágiles con una menor carga buro-
crática para la realización de sus tareas y resolución de los problemas que enfrenta. En cierta medida,
el primer gran impacto de la transferencia fue el hecho de que las decisiones se tomaran localmente,
pudiendo resolver muchos más problemas que si hubieran sido manejados de la forma anterior; esto
hubiera implicado un mayor costo administrativo y más personal para hacer lo mismo.
Es por esto que a las asociaciones se les inquirió respecto a la existencia de estudios para determi-
nar si hay exceso o déficit de personal, como un indicador de qué está pasando, desde su punto de
vista, con los procesos administrativos en el manejo de sus propios recursos humanos. En este sentido,
36% contestó que no cuentan con evaluaciones respecto a los recursos humanos que requieren o
utilizan, en tanto que 60% afirmó tener estudios. El 47% de las asociaciones los han realizado en el
área de conservación, 50% en el área de operaciones y 43% en el área de administración.
Como se observa, el porcentaje más alto está en operación. Los porcentajes no son acumulables
sino que corresponden al número de asociaciones que trabajan en estas áreas, muchas veces en dos, o
bien en las tres. En cuanto a las regiones Golfo Centro y Noroeste tienen 100 y 80% de asociaciones
donde existen estudios, ocupando los dos primeros lugares en este aspecto, seguidas por Pacífico
Norte, con 68% y Lerma Santiago, con 53%. Las que menos han desarrollado estos estudios son Golfo
Norte, con 75% y Baja California, con 35%, con no.

3.5 Capacidades y recursos para la gestión

Las asociaciones y SRL encuestadas cuentan con una experiencia importante para su funcionamien-
to, sin embargo, se requiere de comunicación constante entre ellas y sus usuarios y la CNA, para
contar con la información necesaria para desarrollar sus funciones apropiadamente. Uno de los pun-
tos que se deben reforzar es el de la consolidación de la formación y recursos humanos de las asocia-
ciones, tanto de los directivos que cambian como de los empleados técnicos de las asociaciones.
Uno de los aspectos importantes en la evaluación es caracterizar la cantidad de información y
formación de los miembros de las mesas directivas, respecto a la legislación en materia hidráulica.
Esto les permitiría hacer un mejor uso de las herramientas jurídicas en la administración de los
módulos o sistemas de riego. Un punto interesante en los módulos que tienen tiempo de transferidos
y han tenido que cambiar de mesas directivas en varias ocasiones, es que en muchas ocasiones los
nuevos miembros no conocen con detalle
Ley de Aguas
sus obligaciones y, por lo tanto, se requie-
Nacionales re un programa de inducción. De los 215
Ley Federal de casos encuestados, 92.5% de los directivos
41.8% Derechos en Materia de los módulos dicen conocer las leyes
de Agua
aplicables al uso del recurso agua y uso de
Ley General de
0% 89.76% Equilibrio Ecológico obras de infraestructura hidráulica. La le-
15.34%
Ley de Reforma
gislación hidráulica es el marco y funda-
Agraria mento de la reglamentación interna de las
asociaciones, distritos y cuencas, de ahí la
Conocimiento de la legislación hidráulica de los importancia de conocerlos.
directivos de las asociaciones. Sin embargo, entre estas leyes predo-
mina el conocimiento de la Ley de Aguas
Nacionales, seguida por la Ley Federal de
Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones
de usuarios, 1999.
Derechos en Materia de Agua, luego la Ley

107
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

de la Reforma Agraria y, particularmente, resulta contrastante el hecho de que todos desconocen la


Ley General de Equilibrio Ecológico, incluso en aquellas regiones en donde el uso de aguas residuales
o los problemas de sobreexplotación de los recursos hídricos implicaría tener presentes los principios
sobre los cuales se elaboró esta ley. Ello nos permite inferir que existe un conocimiento sobre las
normas que regulan el uso del recurso, pero se desconocen aquéllas que hacen referencia a la conser-
vación y calidad del recurso como un bien social. Otra cuestión de suma importancia es dar a conocer
la información referente a las asociaciones, con todo detalle, a las nuevas mesas directivas, ya que en
el cambio de una directiva a otra puede darse la pérdida de la capacidad de gestión y conocimiento
desarrollado durante un periodo, teniendo que empezar prácticamente de nuevo el proceso de capa-
citación a los nuevos directivos. Esto se muestra en el hecho de que en tres regiones de las ocho se
presentan casos en los cuales dicen no conocer la Ley de Aguas Nacionales. En segundo lugar, el
conocimiento de la Ley de Reforma Agraria disminuye en 42% de los casos. Al referirnos a la Ley
Federal de Derechos en Materia de Agua encontramos que el número de casos que dicen conocer la
ley es sólo 15%. Uno de los aspectos centrales del proceso de capacitación dentro de los próximos
años será lograr que las mesas directivas conozcan adecuadamente el marco jurídico que las rige. El
hecho de que iniciaran su funcionamiento de forma paralela permitió que conocieran de manera
práctica las reglas y normas que las rigen, pero en la resolución de conflictos internos o distribución
del agua a nivel de cuenca, será fundamental el que puedan expresar con claridad sus derechos y
cumplir cabalmente con sus obligaciones.

Cuadro 3.24 Conocimiento de las leyes del uso del agua (porcentaje).

Regiones No Sí

I Península de Baja California 9 87


II Noroeste 0 98
III Pacífico Norte 13 87
IV Balsas 18 82
VI Río Bravo 11 89
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 0 100
IX Golfo Norte 0 100
X Golfo Centro 0 100
Total 7 93

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Cuadro 3.25 Conocimiento del marco jurídico del agua (porcentaje).

Regiones Ley de Agua Ley Federal de Ley de Reforma


Nacionales Derechos en Agraria
Materia de Agua

I Península de Baja California 83 22 74


II Noroeste 95 5 17
III Pacífico Norte 85 26 40
IV Balsas 73 9 45
VI Río Bravo 87 21 42
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 100 4 68
IX Golfo Norte 100 75 0
X Golfo Centro 100 0 80
Total 90 15 42

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

108
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

En un análisis por regiones encontramos que, proporcionalmente, donde se desconoce la legisla-


ción hidráulica en mayor medida es en la región Balsas, pero en términos absolutos es en la región
Pacífico Norte. Esta situación también puede explicarse por el mismo proceso de transferencia, que
ha sido diferencial en cada región y cada distrito. Tenemos así situaciones que se explican por razones
distintas, como es el hecho de que en la Pacífico Norte exista 13% de sus asociaciones que afirmen no
conocer las leyes del agua, y cuando se les cuestiona sobre cada ley en particular, las respuestas mues-
tran que no es tan baja su percepción respecto a su manejo del marco jurídico.
Si bien en esta encuesta no se establecieron preguntas que permitieran identificar en qué medida
se conoce el marco jurídico, queda claro que es un punto a reforzarse en los próximos años, ya que si
bien los directivos de las asociaciones tienen una idea general de cómo funcionan sus sistemas y las
reglas de operación y relación con la CNA y sus usuarios, queda claro que mientras no tengan más
precisos sus derechos y obligaciones que les dan las mismas leyes, difícilmente podrán establecer una
relación clara con las otras instancias, particularmente en los consejos de cuenca, que mientras más
avancen en el proceso de su conformación y consolidación, los agricultores tendrán que establecer
estrategias jurídicamente fundamentadas para concertar con los representantes de los otros usos.

Cuadro 3.26 Conocimiento de facultades establecidas en el título de concesión (porcentaje).

Regiones No Sí

I Península de Baja California 0 100


II Noroeste 0 98
III Pacífico Norte 2 96
IV Balsas 27 73
VI Río Bravo 8 92
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 0 100
IX Golfo Norte 0 100
X Golfo Centro 0 100
Total 3 96

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Cuadro 3.27 Problemas en aspectos normativos de las asociaciones (porcentaje).

Regiones Par cumplir Para cumplir las Aspectos legales


las leyes del obligaciones del impiden el buen
uso del agua título de concesión funcionamiento

No Sí No Sí No Sí
I Península de Baja California 61 39 65 35 35 65
II Noroeste 98 0 98 0 92 7
III Pacífico Norte 91 9 91 9 68 21
IV Balsas 45 55 27 73 36 55
VI Río Bravo 74 26 68 32 68 29
VIII Lerma-Santiago- Pacífico 82 18 89 11 64 36
IX Golfo Norte 100 0 100 0 100 0
X Golfo Centro 40 60 60 40 40 60
Total 82 17 82 17 69 27

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Al igual que con la percepción que tienen de sí mismos y de su conocimiento sobre las leyes relacio-
nadas con el agua, los directivos de las asociaciones consideran que tienen un conocimiento suficiente
y apropiado de los títulos de concesión de la asociación. Sólo siete casos, 3.2% de la muestra total,
contestó que no lo conocían. Sobresale el caso de la región Balsas donde 27% de las asociaciones
manifestó desconocer lo que establece dicho título, en tanto que en la Río Bravo aparece 8% de las
asociaciones.

109
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

A la pregunta de si se han tenido problemas para cumplir con las leyes y reglamentos aplicables en
el uso del agua y de la infraestructura hidráulica, 17% contestaron que sí y 82% que no. Lo cual, en
promedio, es similar en las ocho regiones hidrográficas, aunque existen algunos cambios interesantes
tal como en la Balsas, donde hay un mayor porcentaje que afirmó que se tenían problemas para
cumplir las obligaciones del título de concesión.
En promedio, 27% de las asociaciones considera que existen aspectos legales que impiden el buen
funcionamiento de sus asociaciones. Esto, como se veía anteriormente, obedece a la percepción de las
mismas mesas directivas que, a pesar de estar de acuerdo con los compromisos establecidos en los
títulos de concesión, existe la percepción de incrementar las actividades de las asociaciones en varios
aspectos relacionados con las actividades productivas, comerciales y de servicios. Esto explica que sea
27% de las asociaciones que considera que hay limitantes jurídicas, entre las que resalta el caso de las
asociaciones de la Golfo Centro y Balsas y, en primer lugar, Baja California.
En cuanto a las SRL, la situación es similar. Los directivos afirmaron conocer la Ley de Aguas
Nacionales en mayor proporción, en tanto que el conocimiento del resto de las leyes es menor. Su
percepción respecto a los obstáculos existentes para el cumplimiento de las obligaciones de los títulos
de concesión y respecto de los aspectos legales que los limitan para su desempeño siguen la misma
tendencia que en el caso de las asociaciones: consideran que no hay mayores limitaciones para el
cumplimiento de las obligaciones establecidas en el título de concesión, a excepción de un caso, y en
las limitaciones legales crece el número que considera que existen limitaciones.

Cuadro 3.28 Conocimiento de las leyes del agua y problemas en SRL (número).

Ley del uso Ley de Ley Federal Ley de Conocen sus Tienen problemas Aspectos legales
del agua Aguas de derechos Reforma facultades para cumplir las que impiden
Nacionales en Materia Agraria establecidas obligaciones del un buen
de Agua en el título de título de funcionamiento
concesión concesión

Sí Sí Sí Sí Sí No Sí No Sí
Alto Río Lerma 1 1 1 1 1   1
Culiacán-Humaya 1 1 1 1  1 
Delicias 2 2 2 2 2  1 
Río Fuerte
Río Mayo 1 1 1  1  1
Río Yaqui 1 1 1 1  1 
Valle del Carrizo 1 1 1 1 1 1   1
Total 7 7 1 4 7 6 1 3 3

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

3.6 Reglamentación, operación e institucionalización


Cuadro 3.29 Existencia de reglamento de operación (porcentaje).
Regiones Para la asociación Para el distrito Para la cuenca

No Sí No Sí No Sí
I Península de Baja California 35 65 9 91 61 0
II Noroeste 2 98 3 97 98 2
III Pacífico Norte 57 43 40 60 94 2
IV Balsas 64 36 55 45 73 9
VI Río Bravo 74 26 66 32 89 5
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 71 29 25 75 46 54
IX Golfo Norte 100 0 25 75 100 0
X Golfo Centro 100 0 60 40 100 0
Total 47 53 30 69 84 9
Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

110
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

El proceso de consolidación de las asociaciones de usuarios implica que a partir del momento en
que empiezan a operar su propio sistema, se inicie un proceso de clarificación de las reglas internas
de operación; esto es, el establecer reglas precisas para el proceso de distribución de agua entre los
usuarios en condiciones normales y de escasez, las formas de solucionar controversias respecto a esta
distribución, así como la coordinación interna para la medición y entrega de volúmenes.
Este conjunto de reglas deben ser resultado de un proceso de discusión interna y del conocimiento
de todos los asociados. Se considera que muchos de los problemas existentes en la organización del
riego a nivel parcelario, de coordinación y de entendimiento entre los distintos grupos que intervie-
nen, o entre grupos de usuarios, son debidas a la indefinición y desacuerdo para tratar estos asuntos.
A las preguntas respecto a si existe reglamento de operación de la asociación, del distrito de riego y
de la cuenca, el mayor porcentaje, 69%, contestó que sí en el caso del distrito, siendo más bajo en el
caso de la región Río Bravo y más alto en las Noroeste y Península de Baja California. Con respecto a
los reglamentos por asociación este porcentaje baja ya que poco más de la mitad, 53%, afirmó que
existe un reglamento para la asociación. Comparativamente, los reglamento de operación existen en
mayor porcentaje en los distritos de riego, 69.6%, seguidos por los de módulo con 56%, después los
de asociación, 53.4% y, por último, los de cuenca con 10 por ciento.

Cuadro 3.30 Reglamento de operación en SRL (número).

Cuenta la asociación Existe reglamento


con reglamento de operación de la cuenca

No Sí No Sí
Alto Río Lerma  1  1
Culiacán-Humaya  1
Delicias 2  2 
Río Fuerte
Río Mayo 1  1 
Río Yaqui  1 1 
Valle del Carrizo  1 1 
Total 3 4 5 1

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

En las SRL, 50% respondieron que sí tienen un reglamento de operación y 37.5% que no. De éstas,
dos se ubican en Delicias y una en Río Mayo. Con respecto a la existencia del reglamento de cuenca,
en cinco casos afirmaron que no y uno que sí, siendo este último del Alto Río Lerma, ubicado en la
cuenca con mayor trayectoria de organización del organismo de cuenca.
Otro aspecto que genera conflictos dentro de las asociaciones es la existencia de transacciones de
volúmenes de agua entre usuarios y, en algunos casos, de derechos. Hay casos, tal como en asociacio-
nes de la Lerma Santiago, que con base en el ahorro de agua en sus propios cultivos han logrado
generar excedentes que luego venden a otras asociaciones, o como ha ocurrido en los últimos años en
que se acentuó la escasez de agua, se dan fuertes transacciones entre quienes tienen derechos de agua
en el distrito y los que utilizan agua subterránea.
Es importante que consideren dentro de sus reglamentos la posibilidad de la transmisión de dere-
chos, ya que el mismo proceso económico de la agricultura en todo el país está llevando a que no se
correspondan los derechos con los que realmente producen la tierra, pudiendo generarse procesos de
rentismo del agua, como ocurre ya con la tierra. Es por esto que 96% de las asociaciones ha conside-
rado la transmisión de derechos, aunque la forma respecto a si se debe considerar un pago a la
asociación por cambio de derechos, de que no perjudique a terceros, así como la claridad de dicha
operación, debe quedar especificada en los reglamentos.

111
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Cuadro 3.31 Se tiene considerado la transmisión de derechos en los reglamentos (porcentaje).

Regiones No Sí

I Península de Baja California 30 65


II Noroeste 0 100
III Pacífico Norte 49 43
IV Balsas 9 82
VI Río Bravo 32 63
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 25 75
IX Golfo Norte 75 25
X Golfo Centro 20 20
Total 25 70

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Cuadro 3.32 Se debe reglamentar la transmisión de derechos (porcentaje).

Regiones No Sí Se debe pagar Si no se Se debe


a la asociación perjudica a reglamentar la
por operación terceros operación

I Península de Baja California 9 87 65 74 65


II Noroeste 0 100 27 100 97
III Pacífico Norte 2 96 64 81 83
IV Balsas 0 91 55 64 64
VI Río Bravo 3 97 87 79 61
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 0 100 39 86 61
IX Golfo Norte 25 75 25 50 50
X Golfo Centro 0 100 60 100 80
Total 2 96 53 85 76

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

En la encuesta a asociaciones este punto es de importancia porque reglamenta la posibilidad de


desarrollar un mercado del agua entre las asociaciones. De éstas, 204, 73%, sí ha considerado en el
reglamento la transmisión de derechos de agua. Entre las razones que se dieron, 85% opina que se
debe hacer para no perjudicar a terceros, 76% que se debe reglamentar la operación y 53% porque se
debe garantizar un pago a la asociación por operación. Llama la atención que en último lugar se
encuentre la preocupación por el autofinanciamiento de la asociación. En las regiones donde ha
habido mayor escasez de agua y su falta genera una gran cantidad de diferencias y conflictos entre
usuarios, si no hay reglas claras y legitimadas de operación, se pueden generar controversias que
desgasten a las mesas directivas.
Cuadro 3.33 La transmisión de derechos en las SRL (número).
Se ha considerado en los Se debe reglamentar Porque de debe garantizar
reglamentos la la transmisión de un pago a la asociación
transmisión de derechos derechos por operación

Alto Río Lerma 1 1 1


Culiacán-Humaya 1 1 1
Delicias 1 1
Río Fuerte
Río Mayo 1 1 1
Río Yaqui 1 1
Valle del Carrizo 1 1
5 6 4
Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

112
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Entre las SRL es similar la tendencia y donde hay que resaltar que aumenta el porcentaje que
afirma que debe existir un pago a la organización por llevar a cabo dicho procedimiento de transmi-
sión.
Cuadro 3.34 Personal de la asociación (porcentaje).

Regiones Cambia el personal técnico Recibe capacitación


cuando cambia la directiva

No Sí No Sí
I Península de Baja California 87 13 4 96
II Noroeste 98 0 2 98
III Pacífico Norte 100 0 0 100
IV Balsas 18 82 9 91
VI Río Bravo 97 3 11 87
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 57 43 4 96
IX Golfo Norte 100 0 100 0
X Golfo Centro 60 40 0 100
Total 87 13 6 94

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Uno de los indicadores de la capacidad de las asociaciones para enfrentar los cambios es contar
con personal técnico estable en las asociaciones, capaz de evaluar las dificultades técnicas de los siste-
mas y responder inmediatamente a las necesidades de los usuarios de riego. Este proceso resulta
complejo en tanto la disponibilidad de técnicos capacitados y la concentración de las actividades de
los miembros de la mesas directivas en las actividades exclusivamente referidas al riego es difícil, ya
que la importancia de las asociaciones puede hacer que se den procesos de gran competencia por la
dirección de las mismas, así como por el peso económico que llegan a tener en ciertas regiones.
Un indicador de la estabilidad laboral de las asociaciones es la permanencia de los empleados
técnicos, que no dependan de la actuación de una determinada mesa directiva, sino fundamentalmen-
te de su propio trabajo. En este sentido se les preguntó a las asociaciones respecto a si el personal es
removido cuando llega una nueva mesa directiva. En 87% del total de la muestra dijeron que no,
resaltando el caso de la región Balsas, y en segundo lugar Lerma Santiago y Golfo Centro, donde existe
un buen porcentaje que considera que los empleados son cambiados junto con las directivas. Con
respecto a las sociedades de responsabilidad limitada, todos los directivos encuestados afirmaron que
el personal no cambia cuando cambia la directiva, pero dos de las ocho sociedades reconocieron que el
personal no ha recibido capacitación, y quienes la recibieron tienen que ver con la operación.

Cuadro 3.35 Personal de las SRL. (número)

Cambia el personal El personal ha recibido En cursos de planeación


técnico cuando cambia capacitación de la operacion
directiva

No No Sí Sí
Alto Río Lerma 1  1 1
Culiacán-Humaya 1 1 
Delicias 2 1 1 1
Río Fuerte 1  1
Río Mayo 1  1 1
Río Yaqui 1  1 1
Valle del Carrizo 1  1 1
8 2 6 5
Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

113
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

3.7 Calidad del agua y medio ambiente

Debido al crecimiento demográfico, los rápidos procesos de urbanización y transformación de las


actividades productivas en varias regiones del país, el acceso al agua se ha vuelto más competido entre
los distintos usos, lo cual ha implicado también el rápido crecimiento de aguas residuales de ciudades
e industrias que ha llevado a ampliar la superficie irrigada con aguas no tratadas.
Asimismo, el reúso del agua se incrementó considerablemente si se analiza desde la perspectiva de
cuenca, tal como es en el caso de la región Lerma Santiago, donde los volúmenes disponibles, en
ciertos puntos, son las aguas residuales de los usuarios de aguas arriba. Ello implica que la calidad en
varios cuerpos de agua haya caído sustancialmente, así como las condiciones de diversos recursos
hídricos: ríos y lagos del centro y occidente del país.
De igual manera, con la gestión integral del agua se busca implementar medidas que incorporen a
los distintos usuarios del agua en la aplicación de éstas para detener el deterioro, lo cual necesaria-
mente tendrá sus implicaciones económicas y sociales. Entre ellas se tiene la necesidad de establecer
cuotas de extracción del agua subterránea, tarifas por descarga de aguas residuales, medidas para
sostener las condiciones de varios ecosistemas, como ha sido el paso del agua para el lago de Chapala,
reduciendo la disponibilidad de agua, particularmente a los usuarios agrícolas de aguas arriba. Esta
problemática será cada vez más aguda, en tanto se tendrán que asegurar más volúmenes para el
consumo humano y otras actividades, haciendo más eficiente el consumo del principal consumidor
de agua: la agricultura.
En los distritos de riego ya se realizan distintas tareas vinculadas con la identificación de problemas
de calidad del agua que se extrae de las fuentes de abastecimiento y de las descargas y canales. Se
monitorea su calidad en diferentes puntos: obras de cabeza, recorrido por los canales, mantos freáticos,
drenes y sus descargas. El análisis de los resultados de laboratorio permiten establecer el uso correcto
del agua y definir los cultivos que se deben regar y medidas a tomar para evitar el riesgo de posibles
efectos dañinos.2 Esto particularmente en los distritos que se abastecen en especial de aguas residuales.
Aunque ninguna de las asociaciones dijo conocer la Ley de Equilibrio Ecológico, en todos los
reglamentos está presente. Existe un machote, sin embargo es necesario que la gente interiorice el
conocimiento.
La pregunta al respecto fue respondida por 95.3% de los encuestados, de los cuales 53.1% contestó
que sí consideraban en el reglamento aspectos de la conservación de la calidad del agua y 46.8% que
no. También, se sugiere el reglamentar las emisiones de aguas residuales de las industrias y ciudades
con 54.1% y sancionar a quien contamine el agua, con 64.3 por ciento.

Cuadro 3.36 Se ha considerado la conservación de la calidad del agua (porcentaje).

Reglamentar Sancionar a
las emisiones de quien contamine
Regiones No Sí aguas residuales

I Península de Baja California 39 57 39 43


II Noroeste 0 100 97 100
III Pacífico Norte 57 34 34 51
IV Balsas 55 36 55 82
VI Río Bravo 82 16 34 37
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 68 32 25 43
IX Golfo Norte 100 0 50 50
X Golfo Centro 0 40 20 40
Total 45 51 52 61
Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.
2
Transferencia de los distritos de riego en México, pp. 51-52.

114
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Cuadro 3.37 Conservación de la calidad del agua en las SRL (número).

Se ha considerado la conservación Sancionar a quien


de la calidad del agua contamine

No Sí Sí
Alto Río Lerma 1  1
Culiacán-Humaya  1 1
Delicias
Río Fuerte
Río Mayo  1 1
Río Yaqui  1 1
Valle del Carrizo 1 
2 3 4

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

A la pregunta si han considerado la conservación de la calidad del agua sólo 62.5% de las socieda-
des respondió, de las cuales 60% contestó que sí y 40% que no. El 50% respondió que sancionan a
quien contamina. El problema ecológico está muy presente, tanto en reglamentación y conservación,
como en calidad del agua. Existen grandes índices de contaminación de aguas superficiales y subte-
rráneas por los agroquímicos y la sobreexplotación de acuíferos.

3.8 Infraestructura disponible


Cuando se inició el proceso de transferencia de los distritos de riego la situación de la infraestructura
era bastante grave, ya que durante varios años la falta de recursos gubernamentales, así como la caída
en la participación económica de los usuarios en su mantenimiento provocó que ésta última actividad
fuera diferidas año con año.
Durante la mayor parte de la década de los años ochenta, las tarifas de riego no lograron sostener-
se en precios reales debido a que las dificultades económicas durante esa época, así como por la
integración de los distritos dentro de los distritos de desarrollo rural, hizo también que se redujeran
considerablemente los subsidios en términos reales. En algunos distritos existen obras construidas
desde hace más de cincuenta años, las cuales por sus características requieren de mayor inversión
para su casi total reconstrucción. En estos sistemas y otros con infraestructura más reciente se necesi-
tan mayores obras de control, e incluso en varios, la finalización de las obras proyectadas.
Al realizarse las primeras convocatorias para iniciar el proceso de transferencia, uno de los princi-
pales cuestionamientos de los usuarios para aceptarla fue la situación en la que se encontraban los
sistemas de distribución y drenaje de los distritos, los caminos y la maquinaria. Los agricultores per-
cibían que remontar la situación de deterioro sería muy difícil para ellos si es que no había un com-
promiso explícito de la CNA para entregarles los sistemas en condiciones que les permitieran operar,
ya que las obras y la maquinaria necesaria requerían en su mayoría de una inversión considerable
para operar eficientemente.
Por la magnitud de la inversión, la rehabilitación de la infraestructura y la dotación a las asociacio-
nes de la maquinaria necesaria ha requerido de un gran esfuerzo institucional por parte de la CNA
para allegarse los recursos que permitan cumplir con este compromiso establecido durante el proceso
de transferencia. Después de diez años de iniciada la conformación de asociaciones, son necesarias
nuevas inversiones, ya que aún existen muchos equipos en malas condiciones y, lo más preocupante,
en varios casos la maquinaria nueva tiene restricciones para su operación debido a la falta de fondos.3
3
Palacios Vélez, Enrique (Coord.), Problemas de segunda generación que tienen las asociaciones de usuarios del agua, Informe técnico, 1998. p.
60.

115
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Al inicio del proceso de transferencia de los distritos de riego a las organizaciones de usuarios, la
CNA consideró rehabilitar la infraestructura de dichos distritos, para lo cual negoció con el Banco
Interamericano de Desarrollo un crédito en la denominada modalidad Time Slice, consistente en
financiamiento de proyectos por un periodo corto (tres a cinco años) dentro de un programa a media-
no y largo plazos. De esta manera, el gobierno federal, a través de la CNA negoció un crédito interna-
cional de 1,250 millones de dólares, con los cuales se realizaron inversiones para la rehabilitación y
modernización de los distritos de riego. 4
La infraestructura a cargo de las asociaciones encuestadas en 1999 varía de una región a otra. Es
complicado determinar si la cantidad de canales, caminos o estructuras de control es suficiente o
insuficiente, dado que las condiciones hidrológicas y de operación de cada módulo pueden ser muy
distintas. Sin embargo, se puede observar la existencia de un gran capital en infraestructura en manos
de las asociaciones, la cual ya es operada y mantenida por ellos mismos.
De acuerdo con la información disponible para 1999, la densidad de canales por cada hectárea se
encuentra, en promedio, en 71 ha/km, y se destacan las asociaciones de usuarios del norte del país, en
las regiones I, II y III, donde se rebasa en mayor medida el promedio que, paralelamente, mantienen
las mejores condiciones productivas. En tanto que en el otro extremo se encuentra los módulos de las
asociaciones del Golfo Norte, Golfo Centro y Balsas, que manifiestan menor densidad de obra. Se
debe señalar que mientras hay más infraestructura, los costos de conservación de las obras para los
usuarios son necesariamente mayores, lo que se debe manifestar en la cuota de riego y en la organiza-
ción de las asociaciones.

Cuadro 3.38 Infraestructura de canales y caminos de las asociaciones de usuarios


encuestados, 1999

Regiones Canales Cancales Canales Total de Densidad de Caminos Caminos no Total de


revestidos no revestidos entubados canales canales revestidos revestidos caminos
Km km km km km km km km

I Península de
Baja California 1,806 359 4 2,168 99 1,495 667 2,163
II Noroeste 3,494 5,155 200 8,849 89 827 6,104 6,931
III Pacífico Norte 2,651 4,739 87 7,477 95 3,657 7,907 11,564
IV Balsas 556 347 0 903 57 87 777 863
VI Río Bravo
VIII Lerma- 1,646 3,235 66 4,946 75 2,637 3,973 6,610
Santiago- Pacífico 1,049 1,517 17 2,583 65 1,300 1,118 2,418
IX Golfo Norte 107 179 0 286 36 129 85 214
X Golfo Centro 311 522 4 837 50 748 275 1,022
TOTAL 11,619 16,053 378 28,050 71 10,879 20,907 31,786

Fuente: CNA. Sistema nacional de información hidroagrícola de distritos de riego, ver. 1.034, abril de 2001.

Del 100% de los canales, 41% corresponde a los revestidos, 57.8% a no revestidos y 1.5% son
canales entubados. La región con mayor número de canales es la región II, que representa 32.5% del
total. Dicha región también presenta el mayor número de canales revestidos y no revestidos. Los
canales entubados tienen su longitud más alta, también en la región representando 52.9% del total de
canales entubados.
Del 100% de los caminos, 40% son revestidos y 65.1 % no revestidos. La mayor longitud en cami-
nos la presenta la región III, que representa 37.39% del total, e igualmente presenta la mayor longi-
tud de caminos revestidos y no revestidos. Es directamente proporcional el tamaño del distrito en

4
Palacios Vélez, Enrique, Ibídem. p. 59.

116
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

relación con la infraestructura. La región III sobresale en los cuadros hasta ahora analizados, a pesar
de no tener el mayor número de asociaciones en la encuesta o en existencia.
De las estructuras, las más importantes son los canales, que representan 89.7%, luego los drenes
con 9.1% y, por último, los caminos con 1.2%. La región VIII presenta el mayor número de estructuras
con 59% del total. Sin embargo, en longitud no es ésta la región que tenga el dato mayor. Otra
cuestión importante de esta región es que los canales representan 98.8% de su infraestructura. Las
siguientes regiones en el número de infraestructura son: la región III y VI con 13.7% del total de las
estructuras. En estas regiones las estructuras de canales son las más importantes con 86.8 y 59.7%,
respectivamente, de su infraestructura. En drenes representa 25 y 36% y, por último, en caminos 1.3
y 4.3%, también respectivamente.

3.9 Conservación y mantenimiento de los módulos

Una de las acciones prioritarias en los distritos de riego es la conservación de las obras, cuya finalidad
es mantener en condiciones adecuadas de operación y servicio de infraestructura hidroagrícola para
proporcionar un servicio de riego oportuno y eficiente. Para conservar las obras se requiere efectuar
anualmente diferentes tipos de trabajo, tales como: desazolve, limpia y deshierbe en los canales de
drenes; extracción de plantas acuáticas; reparación de estructuras en canales y drenes; rastreo, con-
formación y reposición del revestimiento de caminos; reparación de sistemas electromecánicos en
presas, pozos y plantas de bombeo; además de la reparación de edificios y castas. La realización
periódica de estos trabajos evita el deterioro de la infraestructura y la consecuente disminución de la
eficiencia en la conducción en los canales, ya que de lo contrario se ocasiona una reducción de la
producción y la paroductividad.5 El azolve en los canales origina que se reduzca el área hidráulica;
esto ocasiona que no se pueda conducir el gasto necesario propiciando retrasos e insuficiencia en el
riego.
La falta de reparación de la obra civil y mantenimiento de los sistemas electromecánicos de las
estructuras producen, también, perjuicios en el servicio de riego. Descuidar el revestimiento de los
canales origina que se afecte un mayor número de losas, así como pérdidas de agua. Desatender los
caminos ocasiona problemas en la operación del distrito y trastornos a los agricultores en la introduc-
ción de insumos y la extracción de cosechas. 6 En cuanto a la red de drenaje, si ésta no se conserva en
buenas condiciones se ocasiona la sobreelevación de los niveles freáticos y el ensalitramiento de las
tierras. En temporada de lluvias se producen inundaciones y retraso en el desalojo de las aguas pluviales.
Antes de iniciarse el programa de transferencia de los distritos de riego, la conservación de las
obras estaba a cargo de la entonces SARH, sin embargo, la falta de recursos ocasionó rezagos signifi-
cativos en los trabajos de conservación, lo que provocó deficiencias en el servicio de riego. Como
parte del problema, el mayor porcentaje de la maquinaria pesada con que contaban los distritos para
realizar los trabajos de conservación había rebasado su vida útil y se encontraba en pésimas condicio-
nes por falta de mantenimiento y reparación. En 1988, de 1,100 máquinas, entre dragas, tractores,
retroexcavadoras y motoconformadoras, 720 estaban descompuestas. Al ponerse en marcha, en 1990,
el Programa de Transferencia de los Distritos de Riego, la ejecución de los trabajos de conservación
pasaron a ser responsabilidad de los usuarios junto con la operación y administración de las obras. Sin
embargo la CNA, como apoyo a las transferencias y dentro de sus posibilidades, realizó trabajos de
rehabilitación en algunos de los distritos con el fin de atender las necesidades más apremiantes. Para
1994, con la transferencia de los distritos de riego, se observó un incremento de 73% en términos
reales en el inversión destinada a trabajos de conservación con respecto a 1988, con lo que se lograron
satisfacer requerimientos mínimos.7

5
CNA, Transferencia de los distritos de riego en México, p. 45.
6
Idem.
7
Ibídem, p. 50.

117
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Para elaborar los programas de ejecución de los trabajos de conservación en los distritos de riego
transferidos, las asociaciones primero elaboran un diagnóstico de las condiciones de las obras y de la
maquinaria que requiere servicio de mantenimiento o reparación; después evalúan la necesidad del
trabajo y beneficio que aportarían al realizarlo y estiman el monto de la inversión necesaria. Con esta
información elaboran los programas de ejecución y de utilización de la maquinaria. Los directivos de
las asociaciones de usuarios formalizan los programas de ejecución y los someten a la aprobación de la
CNA, a la cual le entregan mensualmente un informe de avances de los trabajos y de su resultado,
tanto en lo que se refiere a las obras como a la maquinaria. Los trabajos se llevan a cabo por la adminis-
tración, por contrato, con la maquinaria permisionada a los usuarios y con mano de obra campesina.
Por su parte, personal de la CNA supervisa la ejecución de los trabajos. Al final de ejercicio evalúan los
resultados y, en su caso, se hacen las observaciones que se consideren pertinentes para corrección.8
Uno de los principales retos de las asociaciones será la conservación de la infraestructura que
tienen concesionada, en virtud de que todavía requieren del fortalecimiento de su capacidad financie-
ra. Por ello, la conservación tiene que ser planeada de manera limitada ya que la variable situación de
la economía agrícola y las condiciones pro-
ductivas no permiten la plena autosufi-
ciencia financiera.
De esta manera es posible constatar que
la conservación de las obras sigue tenien-
do serios problemas después de la trans-
ferencia debido a que muchas de las orga-
nizaciones de usuarios han tenido proble-
mas financieros, lo cuales se han visto agra-
vados por al falta de agua. Las tarifas de
riego no se han podido actualizar acorde
con la variación de los precios por los pro-
cesos inflacionarios que aquejan al país y,
en consecuencia, la disponibilidad de fon-
Inversiones en conservación de obras en D.R. dos para la conservación de las obras se
ha visto disminuida, en términos reales.
Fuente: Palacios Vélez, E., op. cit.. Si se analiza el comportamiento de las
inversiones directas en conservación y
mantenimiento realizadas por las asociaciones de usuarios, se puede observar que ha crecido siguien-
do el comportamiento de la economía nacional, pero ésta no ha compensado plenamente la disminu-
ción a precios reales de los recursos gubernamentales destinados a tales trabajos. La disminución de
la participación de la CNA en la conservación de obras, a partir de 1992, cuando las organizaciones
de usuarios empezaron a hacerse cargo de la administración de los distritos de riego, no ha podido
ser compensada con la participación de los usuarios.9
Dada la situación, de por sí precaria, de la infraestructura, por su antigüedad y conservación dife-
rida, es preocupante esta tendencia de menores inversiones en la conservación y mantenimiento de
las obras, lo cual puede ocasionar en un futuro relativamente cercano un serio problema operativo en
los distritos de riego, que finalmente se traduzcan en una disminución en la producción de la agricul-
tura de riego.
En el siguiente cuadro se muestra cómo han variado las inversiones por diferentes conceptos, a
precios constantes de 1993, donde se observa que la mayor proporción de la inversión va a la red de
canales, le siguen los drenes y las estructuras de caminos. Sin embargo, en general hay una disminu-

8
∫ 50.
9
Palacios Vélez, Enrique (Coord.), Ibídem., p. 60.

118
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

ción de la inversión, agudizándose en algunos conceptos; así, se nota que las inversiones en la red de
canales de 1997 se redujeron a un tercio de lo que se invertía en 1991; solamente en el caso de los
pozos se nota una recuperación de 1993 a 1997. En la encuesta a las asociaciones y las SRL de 1999,
se expresó una opinión variable de acuerdo con las propias condiciones de cada sistema de riego.

Cuadro 3.39 Inversión en distritos de riego a pesos constantes de 1993

Conceptos de inversión (millones de pesos de 1993)


Año Presas Derivadoras Canales Pozos Planta Estructuras Drenes Caminos Total
Alm. Bombeo

1989 4.474 2.936 41.962 1.678 4.898 12.986 16.982 11.897 97.903
1990 5.440 3.570 49.787 2.040 5.949 15.784 20.642 14.571 117.782
1991 7.105 4.412 61.533 2.521 6.970 19.891 25.512 18.007 145.952
1992 2.996 1.966 44.113 1.123 3.279 15.477 16.714 14.787 100.456
1993 1.911 1.254 41.863 0.716 2.090 14.809 26.014 12.702 101.359
1994 2.760 1.883 41.766 3.036 3.561 16.062 30.594 10.779 110.440
1995 1.054 0.740 46.258 6.092 1.776 10.376 15.471 7.317 89.084
1996 1.380 0.597 20.828 4.453 1.329 8.060 12.137 6.946 55.722
1997 1.831 0.770 29.107 3.166 1.706 9.574 18.240 8.588 72.983
Total 28.951 18.127 377.210 24.824 31.558 123.019 182.306 105.685 891.681
% 3.25 2.03 42.30 2.78 3.54 13.80 20.45 11.85 100.0

Fuente: Palacios Vélez, Enrique (Coord.) Ibídem, p. 61.

Cuadro 3.40 Actividades de conservación (porcentaje).

El programa anual La asociación participa en el


de conservación comité de conservación de
es revisado por la obras de la CNA
Regiones CNA No Sí

I Península de Baja California 100 13 87


II Noroeste 97 2 93
III Pacífico Norte 100 34 66
IV Balsas 91 27 73
VI Río Bravo 100 32 61
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 96 7 93
IX Golfo Norte 100 25 75
X Golfo Centro 100 0 100
Total 98 18 80

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

El 98% respondieron que el programa anual de conservación es revisado por la CNA y, respecto a
la participación de la asociación en el comité de conservación de las obras, 80% de los encuestados
respondieron que sí participan y sólo 18.2% que no. De las regiones el Golfo Centro, 100% de las
asociaciones participan en el comité de conservación de las obras. En la Noroeste 93% de las asocia-
ciones respondieron que sí participan, seguida de Lerma con prácticamente el mismo porcentaje,
después Baja California con 86.9% y la Golfo Norte con 75% y la Balsas con 72.7%. En el 100% de las
SRL el programa de conservación es revisado por la CNA. El 50% de las asociaciones participa en el
comité de conservación de obras de la CNA, 25% no participa y el otro 25% no contestó; en este caso,
las dos sociedades de Delicias.

119
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Cuadro 3.41 Funciones de conservación de las SRL.

El programa anual de La asociación participa en el


conservación es revisado comité de conservación de
por la CNA obras de la CNA

Sí No Sí
Alto Río Lerma 1  1
Culiacán-Humaya 1  1
Delicias 2
Río Fuerte 1 1 
Río Mayo 1 1 
Río Yaqui 1  1
Valle del Carrizo 1  1
Total 8 2 4

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Cuadro 3.42 Considera la infraestructura concesionada en buen estado y permite dar buen
servicio de riego (porcentaje).

Regiones No Sí

I Península de Baja California 26 70


II Noroeste 0 97
III Pacífico Norte 17 81
IV Balsas 64 36
VI Río Bravo 11 89
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 18 82
IX Golfo Norte 25 50
X Golfo Centro 80 20
Total 16 81

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

A diferencia de lo que se ha dicho del rezago de la infraestructura, la mayoría de las asociaciones


consideran que las asociaciones están en buen estado y permiten dar un buen servicio de riego: 83.3%
de las asociaciones contestaron que sí y el restante 16.7% contestaron que no. En mal estado sobresale
la región Golfo Centro con 80% de las asociaciones que afirmaron el mal estado. En cuanto a las SRL,
sólo la del Alto Río Lerma considera que no se encuentran en buen estado.

Cuadro 3.43 Considera las condiciones de la infraestructura concesionada en buen estado y


permite dar buen servicio de riego, según SRL (número).

No Sí

Alto Río Lerma 1 


Culiacán-Humaya  1
Delicias  2
Río Fuerte  1
Río Mayo  1
Río Yaqui  1
Valle del Carrizo  1
Total 1 7

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

120
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Dentro de las jefaturas de los distritos, las actividades de las oficinas de ingeniería de riego y
drenaje se desarrollan con el objetivo de alcanzar la sustentabilidad de los distritos de riego mediante
el rescate y mejoramiento de la productividad, la preservación de los recursos naturales y el máximo
aprovechamiento de las inversiones financieras. Su función fundamental es identificar las causas que
frenan la productividad del distrito para que, a partir de esa información, las áreas de operación y
conservación orienten sus programas de trabajo. Para ello, se concentra y analiza la información
específica generada en materia de uso del agua, calidad, cantidad y oportunidad; la eficiencia en el
manejo de los volúmenes de agua; y los conceptos de obra de conservación, incluyendo la duración y
época de su realización.10
Para apoyar estas tareas estudia las eficiencias de conducción de sus variaciones a través del ciclo
agrícola, determina la flexibilidad del plan de riegos derivada de la capacidad y eficiencia de la red de
distribución, y analiza la variación en el rendimiento de los cultivos, en función del paquete tecnoló-
gico aplicado. Esta información permite definir el patrón de cultivos más conveniente ya sea en tér-
minos de productividad física o económica, los cultivos que se riegan sobradamente en perjuicio de su
rendimiento y de la salinización del suelo, los tramos de canal o estructuras que resulten cuellos de
botella y el valor de la producción potencial que se puede obtener mejorando la operación del sistema
de riego. La racionalidad en la operación y conservación no se circunscribe solamente al ámbito físico
del distrito, sino que considera, además, el entorno ecológico y a los usuarios que de manera directa
e indirecta utilizan y/o consumen los productos del distrito. Para cumplir con su objetivo se lleva un
registro permanente de la calidad del agua, salinidad y freatimetría.

Cuadro 3.44 Participación en programas de desarrollo hidráulico del gobierno federal o estatal
(porcentaje).

Uso eficiente Rehabilitación y Uso pleno


Programa de del agua modernización de la
desarrollo y la de la Infraestructura
No Sí parcelario energía infraestructura hidráulica

I Península de Baja California 0 61 43 65 61 4


II Noroeste 31 37 25 53 58 0
III Pacífico Norte 2 26 66 68 77 47
IV Balsas 0 73 0 45 45 27
VI Río Bravo 8 39 47 68 68 21
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 4 36 46 57 25 32
IX Golfo Norte 0 100 25 75 100 25
X Golfo Centro 40 40 20 20 20 0
Total 12 40 41 60 59 20

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

10
Transferencia de los distritos de riego en México. p. 51.

121
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Cuadro 3.45 Participación en los programas de desarrollo hidráulico del gobierno federal o
estatal.
Sí Programa de desarrollo Rehabilitación y
parcelario modernización de la
infraestructura

Alto Río Lerma 1 1


Culiacán-Humaya 1 1
Delicias 2
Río Fuerte
Río Mayo 1 1 1
Río Yaqui 1 1 1
Valle del Carrizo 1 1
3 4 7

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

El 52% de los encuestados respondieron a la pregunta de si ha recibido beneficios de los progra-


mas de desarrollo hidráulico del gobierno federal o estatal. De éstos, 77.6% respondió que se han
recibido y 22.3% que no. Sin embargo, al responder sobre qué programas han recibido los beneficios
el número de casos aumenta: del programa parcelario, 41.3% del total de la población encuestada
respondió recibir beneficios; 59% en uso eficiente del agua y la energía; otro 59% recibe en rehabili-
tación y modernización de la infraestructura y 20.4% en uso de infraestructura.
Los programas más favorecidos son uso eficiente y rehabilitación, seguido de desarrollo parcelario
y, por ultimo, uso pleno de la infraestructura. En cuanto a las regiones que han recibido más beneficio
son la Golfo Norte con 100%, seguida de Balsas con 72.7% y Baja California con 60.8%; la menos
beneficiada es la Pacífico Norte con 25.5%. En cuanto al tipo de programa, Baja California y Lerma
se ha favorecido más de programas de uso eficiente del agua y la energía; la Noroeste, Pacífico Norte
y Golfo Norte, de rehabilitación y modernización de la infraestructura. Balsas y Río Bravo se han
beneficiado principalmente de uso eficiente y rehabilitación.
La región Pacífico Norte es la más favorecida en el desarrollo parcelario: 65.9%. La Golfo Norte y
Río Bravo son las más favorecidas en el uso eficiente del agua y la energía con 75 y 68.4%, respectiva-
mente. En el programa de rehabilitación, las más favorecidas son la Golfo Norte con 100% y Pacífico
Norte con 76.5%. En el programa de uso pleno, Pacífico Norte con 46.8 por ciento .
Uno de los aspectos importantes a impulsar en las asociaciones es la tecnificación del riego. Para
lograr esto, debe existir una estructura dentro de las asociaciones que permita realizar este proceso de
capacitación y divulgación del conocimiento y técnicas que posibiliten hacer un uso más apropiado
del agua. En este sentido, queda claro que las asociaciones requieren de apoyo en la manera en que
deben impulsar el cambio tecnológico y de prácticas productivas en el riego por parte de la CNA u
otras instituciones vinculadas con el apoyo al proceso agrícola. Para estimar la relación que mantie-
nen en este aspecto, se les preguntó si en el módulo se recibe orientación sobre cuánto, cómo y dónde
regar; 90% contestó que sí y el restante 10% que no.
Cuadro 3.46 El módulo recibe orientación sobre cuánto, cómo y dónde regar (porcentaje).
Regiones No Sí Recibe orientación Recibe orientación
suficiente regular

I Península de Baja California 9 91 96 96


II Noroeste 2 78 86 75
III Pacífico Norte 11 83 72 53
IV Balsas 27 73 55 45
VI Río Bravo 24 71 63 42
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 0 96 71 54
IX Golfo Norte 0 100 100 100
X Golfo Centro 0 100 100 100
Total 9 82 77 63
Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

122
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Otro de los aspectos asociados al anterior se encuentra en el apoyo, por parte de distintas entida-
des de gobierno, al uso apropiado del agua y sus procesos productivos. Uno de los compromisos
establecidos durante el proceso de transferencia fue apoyar a las asociaciones con distintos programas
que permitieran llevar a cabo la modernización productiva asociada a un mejor uso del agua, para lo
cual se diseñaron varios programas con objetivos específicos. Uno de ellos ha sido el Programa de
Desarrollo Parcelario (Prodep) y otros para la compra de maquinaria y rehabilitación de la infraes-
tructura. En este sentido, la percepción de las asociaciones es un poco contradictoria, en tanto que
probablemente consideran insuficiente la ayuda recibida, o no identifican claramente la estructura
institucional que la brinda. Tenemos así que 38% de las sociedades considera que sí ha recibido bene-
ficios de los programas de desarrollo hidráulico del gobierno federal o estatal, lo cual no concuerda
con las respuestas a las preguntas específicas de si han recibido beneficios en el programa de desarro-
llo parcelario, donde 50% contestó que sí; y que con respecto a la rehabilitación de la infraestructura,
88% respondió en sentido afirmativo.

3.10 Capacitación

Cuadro 3.47 Comité y programas de capacitación a directivos y usuarios (porcentaje).

Regiones No existe comité No existe programa Existe programa


de capacitación

I Península de Baja California 91 35 61


II Noroeste 98 3 95
III Pacífico Norte 98 32 68
IV Balsas 100 45 55
VI Río Bravo 100 68 32
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 93 39 57
IX Golfo Norte 100 100 0
X Golfo Centro 80 100 0
Total 97 35 63

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Cuadro 3.48 Temas abordados por los programas de capacitación (porcentaje).

Regiones Dirección y gestión Operación Conservación Administración

I Península de Baja California 43 57 57 48


II Noroeste 95 83 81 88
III Pacífico Norte 55 57 51 53
IV Balsas 18 36 27 18
VI Río Bravo 16 32 11 13
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 50 57 46 46
IX Golfo Norte 0 0 0 0
X Golfo Centro 0 0 0 0
Total 53 56 49 50

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Uno de los aspectos mencionado como sustanciales para lograr la consolidación de las asociaciones es
la formación permanente de sus miembros en los procesos que los involucran. De hecho, uno de los
principales retos de las asociaciones para los próximos años va a ser su capacidad para desarrollar
mecanismos internos que permitan ir transmitiendo el conocimiento que desarrolla cada mesa direc-
tiva respecto al manejo de sus sistemas, a las directivas que les sigan, así como la capacidad de éstas

123
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

para incorporar procesos de mejoramiento en sus procedimientos económicos, financieros, técnicos y


de comunicación y estímulo a la participación de sus usuarios.
Sin embargo, hasta ahora todas las capacidades de las asociaciones han estado centradas en su
consolidación como organizaciones, sin establecer todavía a su interior la planeación de procesos de
mejoramiento y capacitación que les permitan, en un mediano plazo, contar con personal más califi-
cado y conocimiento sobre las distintas técnicas y procedimientos en todos los ámbitos en que se
desenvuelve. Lo importante de este proceso es que sea una necesidad generada por los mismos usua-
rios y los involucrados en el funcionamiento de cada asociación, y no una propuesta solamente exter-
na.
De las 215 asociaciones encuestadas, 97% contestó que no cuenta con un comité de capacitación, lo
cual no significa que no se realice, pues ante la pregunta de si hay programas de capacitación a
directivos y usuarios, 63.2% contestó que sí existe. De acuerdo con su percepción, la capacitación se da
principalmente en operación, seguida muy de cerca por la orientada a reforzar la capacidad de direc-
ción y gestión, luego conservación y, por último, en administración, que resulta ser un área también
crítica dentro del manejo de los sistemas.
En las regiones Golfo Norte y Golfo Centro no contestaron la pregunta. De igual manera podemos
encontrar diferencias en cuanto a las regiones, ya que los programas se han establecido de acuerdo
con las necesidades más sentidas en cada una de ellas. En la región de Baja California se enfatiza en
la conservación y operación, seguida de la administración y, por último, en la dirección y gestión. En
el caso de la Región Noroeste se ha dado mayor énfasis a la dirección y gestión, seguida por la admi-
nistración y, finalmente, la conservación y operación. En las regiones Pacífico, Balsas, Bravo y Lerma
Norte se ha privilegiado la operación.

Cuadro 3.49 Capacitación en las SRL (número).

Existe un consejo Hay programas de capacitación a directivos y usuarios


o comité de
capacitación
No Sí No Sí En En En En
dirección operación Conservación Administración
y gestión

Alto Río Lerma 1   1 1 1 1


Culiacán-Humaya 1   1
Delicias 2   1 1 1 1 1
Río Fuerte
Río Mayo 1  1 
Río Yaqui 1 1 1 1 1 1
Valle del Carrizo 1   1 1 1 1
Total 6 1 1 5 3 4 3 4

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

El 75% contestó que no tiene un consejo encargado de la capacitación, mientras que sólo 12.5% sí
tiene, es decir, una sociedad, y una no respondió. Sin embargo, sí existen programas de capacitación
para directivos 62.5% de las sociedades; una no tiene y las otras dos no respondieron, una en Río
Fuerte y otra en Delicias.
A la pregunta de si la CNA ha organizado o apoyado la realización de cursos de capacitación,
respondieron 95.8% de los encuestados, de los cuales el 65.5 que sí y 33.5% que no. Las regiones más
favorecidas son Golfo Centro con 100%, Lerma Santiago con 96.4%, Baja California con 95.6% y
Pacífico Norte con 78.5% de sus asociaciones. Estos datos contrastan con la Golfo Norte y Noroeste,
donde sólo han recibido 25 y 27.1% de las asociaciones, respectivamente.

124
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Los cursos de capacitación que más se han ofrecido son de mejoramiento del riego por gravedad:
57.7% de los que respondieron, seguido de pronósticos de riego con 28.5%, luego aplicación de
paquetes tecnológicos con 27.6%, diseño de redes con 20.3% y, por ultimo, mejoramiento de redes de
sistemas presurizados con 13.5%. Se privilegian los que tienen que ver con la operación del riego.
Entre las regiones Baja California, Pacífico Norte, Balsas, Río Bravo y Lerma se privilegian los
cursos de mejoramiento del riego. Sólo en el caso de la Noroeste tienen igual peso los de mejoramien-
to y aplicación, y en la Golfo Centro se da en dos áreas: mejoramiento y pronóstico.
El curso de mejoramiento favoreció a la Golfo Centro con 100% de las asociaciones que lo toma-
ron, seguida por Lerma-Santiago con 96.4%. El de aplicación favoreció a Lerma con 57.1 de las
asociaciones. El de mejoramiento a la Pacífico Norte con 40.4%. De diseño, la Pacífico Norte con
40.4%. En pronósticos, la Golfo Centro con 100% y Lerma con 46.4%. Contrasta la poca participación
en la región Noroeste.

Cuadro 3.50 La CNA ha organizado o apoyado la realización de cursos de capacitación


(porcentaje).

Regiones No Sí

I Península de Baja California 0 96


II Noroeste 71 27
III Pacífico Norte 9 79
IV Balsas 64 36
VI Río Bravo 32 66
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 4 96
IX Golfo Norte 75 25
X Golfo Centro 0 100
Total 32 64

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

El otro aspecto importante respecto al personal técnico de operación de la asociación es si han


recibido capacitación, donde se manifestó 94% de los entrevistados que dijeron que sí, aunque en
ciertas regiones, como Golfo Norte, afirmaron que no. Los principales aspectos en los que reciben
capacitación son planeación de la operación, donde 83% afirmó tenerlo, en tanto que para control de
la operación y programación del riego y distribución fue sólo 53%. Las diferencias entre los porcenta-
jes obedecen a las diferencias de sus sistemas y a la composición y experiencia de los técnicos de cada
asociación, ya que hay regiones donde aún existe una fuerte vinculación entre funcionarios de la CNA
y los responsables de la distribución del agua, e incluso, la operación en paralelo se realizó durante
más años, aún existe, o quiénes fueron contratados por la asociación son exempleados de distrito.
Cuadro 3.51 Capacitación al personal de la asociación (porcentaje).
Regiones Planeación de la Programación del Control de la
operación riego y distribución de agua operación

I Península de Baja California 78 39 65


II Noroeste 98 53 90
III Pacífico Norte 83 53 70
IV Balsas 55 36 27
VI Río Bravo 79 42 55
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 82 82 68
IX Golfo Norte 0 0 0
X Golfo Centro 100 100 100
Total 83 53 69

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

125
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Cuadro 3.52 Cursos de capacitación recibidos por el personal de las asociaciones (porcentaje).

Regiones Mejoramiento Aplicación Mejoramiento Diseño de Pronóstico


del riego por de paquetes de sistemas redes del riego
gravedad tecnológicos presurizados interparcelarias

I Península de Baja California 83 43 0 4 4


II Noroeste 22 22 10 10 19
III Pacífico Norte 68 23 26 40 34
IV Balsas 36 9 0 9 9
VI Río Bravo 47 16 16 18 32
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 96 57 14 29 46
IX Golfo Norte 25 0 0 0 0
X Golfo Centro 100 0 0 0 100
Total 55 27 13 20 27

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Entre la capacitación recibida se encuentra la planeación de la operación (elaboración de planes


de riego, operación de fuentes de abastecimiento) en 83.6% de las asociaciones. En segundo lugar los
cursos en control de operación (medición de agua, estructuras de regulación y extracción, moderniza-
ción de canales de riego) con 69.6% de los encuestados. En tercera posición, programación del riego
y distribución de aguas con 52.8%. Sin embargo, evaluación de la operación (estadísticas agrícolas,
costos de producción, métodos de evaluación) sólo ha sido tomado por 11% de los encuestados. En
cuanto a otro tipo de cursos, sólo respondió una asociación el haberlos desarrollado; se privilegia la
capacitación en cuestiones de operación del sistema, quedando en segundo lugar mantenimiento y,
en tercero, administración.

3.11 Capacidad de servicio y condiciones de los módulos

Uno de los retos de las asociaciones va a ser el cambio tecnológico en el riego, el cual consistirá en una
serie de modificaciones en los patrones de uso del agua, asociado a los cambios productivos y a las
estrategias de vida de los agricultores. En las regiones donde cada vez sea más escasa el agua o costoso
su aprovechamiento, los agricultores tenderán a incorporar las distintas tecnologías a su alcance, pero
si en un determinado momento no tienen la capacidad de identificar la solución técnica apropiada a
sus características socioeconómicas, es muy probable que se afecten las potencialidades productivas
de los módulos, al tomar la decisión los usuarios de abandonar ciertos cultivos o dejar en un lugar
complementario a la agricultura.
En este sentido, es muy importante que las asociaciones impulsen los procesos de mejoramiento de
los métodos de riego, aumenten la eficiencia de sus sistemas de distribución e incorporen a sus usua-
rios en el uso de nuevas tecnologías que lleven paulatinamente al mejoramiento de la eficiencia del
riego parcelario y se eviten, así, los problemas de salinidad y deterioro de la tierra por malas aplica-
ciones de determinadas tecnologías de riego y producción. Las asociaciones de usuarios son la instan-
cia apropiada para impulsar este cambio tecnológico, por lo que tendrán una función de comunica-
ción y adiestramiento de sus usuarios en el mejor uso del agua.
Para desarrollar este tipo de actividades, las asociaciones han requerido de un importante apoyo
de las distintas instituciones vinculadas con el mejoramiento del uso del agua. Así, se han desarrolla-
do programas de tecnificación de riego que, en algunas regiones, empiezan a tener un impacto im-
portante en la eficiencia del riego. Sin embargo, de manera global, resalta que a nivel de módulo la
eficiencia del riego puede incrementarse considerablemente. Las asociaciones tienen ya cierta infra-
estructura y condiciones financieras y tecnológicas para cubrir esta función, las cuales, consideramos,

126
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

deben estar vinculadas con problemas específicos de cada región; es decir, debe haber sistemas de
información que les permitan tomar decisiones respecto a como enfrentar la expansión de suelos
salinos, el abatimiento de acuíferos, la contaminación y el uso de aguas residuales, entre otros, para lo
cual deben contar con ciertos recursos e infraestructura.
Entre las consideraciones deben tomarse en cuenta las distintas características socioeconómicas de
los usuarios, donde encontramos diferencias significativas por regiones. Por ejemplo, respecto a la
superficie total promedio más alta, se encuentra en la región de la Península de Baja California con
12.9 ha, que representan 4.5 ha arriba del promedio en las ocho regiones, que es de 8.4 ha por
productor. En seguida se encuentra la región Río Bravo, con 11.9, 3.5% sobre la media. La menor es
la región Golfo Norte con 1.9 ha, con 6.5 ha por debajo de la media. Sobre la media hay tres regiones
y abajo están las cinco restantes.
En cuanto a la superficie social promedio, principalmente la tenencia ejidal y algunas pequeñas
zonas comunales, aparece la región I con 13.6, 7.4 sobre la media. Sigue la región II con 7.9, 1.7 sobre
la media y la menor, la región IX, con 4.8 bajo la media. Sobre la media están tres regiones también y
las restantes cinco bajo la media.
En la superficie privada promedio, incluyendo a la tierra de los colonos, el más alto es la región II,
con 18.2, 5.8 sobre la media, continúa la región VI con 2.9 sobre la media y la menor en las regiones
IV y IX, con 2.6 y 9.8 bajo la media. Sobre la media también hay tres y cinco bajo la media.
Si comparamos el tamaño de las unidades de producción, con base en la superficie promedio por
usuario de cada módulo, podemos corroborar que son precisamente las regiones más desarrolladas
donde las asociaciones obtienen un ingreso mayor por cuota por el servicio de riego. Esto necesaria-
mente debe redundar en las condiciones en las que se encuentra la infraestructura y va aparejado con
las condiciones tecnológicas de sus usuarios. De esta manera tenemos que el ingreso por cuota de
superficie más alta está en la región de la Península de Baja California con 0.375 M$/ha, 0.113 por
encima del promedio. Siguen las regiones Noroeste y Pacífico Norte con 0.296 y 0.261. Los ingresos
más bajos por hectárea con riego son percibidos por las asociaciones ubicadas en la región Golfo
Norte y Balsas.

Cuadro 3.53 Se han instalado estructuras aforadoras para mejorar la entrega a nivel parcelario
(porcentaje).

Regiones No Sí

I Península de Baja California 83 13


II Noroeste 27 73
III Pacífico Norte 72 21
IV Balsas 100 0
VI Río Bravo 76 18
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 86 14
IX Golfo Norte 100 0
X Golfo Centro 40 60
Total 65 33

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Otra condición de las asociaciones se refiere al número de empleados con los que cuentan para dar
no sólo el servicio normal de riego, sino para enfrentar las solicitudes de los usuarios en cuanto a
apoyo técnico en el mejor uso del agua. Si consideramos la superficie que tiene atenderse por emplea-
do contratado por la asociación, nos encontramos con grandes diferencias entre las asociaciones. La
superficie por empleado más alta es la región Noroeste con 1,752 ha por empleado, con 1,065 sobre
el promedio de ha por empleado, seguida por la región Río Bravo con 734, 47 sobre el promedio

127
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

total. La más baja es la región Golfo Centro con 401 que corresponde a 286 bajo la media. Sobre la
media sólo hay dos regiones, las seis restantes están por abajo.

Cuadro 3.54 Se han instalado estructuras aforadoras para mejorar la entrega a nivel parcelario.

No Sí

Alto Río Lerma 1 


Culiacán-Humaya  1
Delicias  2
Río Fuerte
Río Mayo  1
Río Yaqui  1
Valle del Carrizo  1
Total 1 6

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Una de las condiciones importantes para observar el desempeño de las asociaciones en las activi-
dades relacionadas con el desarrollo de la tecnología de riego será el control sobre las superficies con
problemas de salinidad, y cómo se logra controlar el problema surgido del sobrerriego o mal manejo
del sistema de drenaje. La salinidad es un proceso asociado a la aplicación del agua en terrenos con
circunstancias distintas, que puede llegar a afectar fuertemente la productividad agrícola. En algunos
casos, como en los distritos ubicados cerca de la costa, se puede explicar por la intrusión salina en los
acuíferos resultado de la sobreexplotación de los acuíferos o por el mal drenaje existente al final de los
sistemas de riego.
Es importante conocer la calidad y cantidad de sales presentes en el perfil de suelos para definir
los cultivos que se pueden sembrar y los requerimientos de agua para lavado o remplazo de elementos
prejudiciales en las plantas, ya que en suelos salinos los rendimientos decrecen hasta 30%. La posición
del manto freático incide directamente en la aireación del suelo y en el ascenso capilar de sales. Por
ello, para conocer la época en que el subsuelo rebasa su capacidad natural de drenaje, así como el
origen de las aportaciones subterráneas, se monitorea la variación de su elevación mediante una red
de pozos de observación. Esta información permite definir los requerimientos de trabajo de conserva-
ción normal, de profundización de la red de drenaje e, inclusive, la necesidad de construir obra
complementaria.

Cuadro 3.55 Superficie promedio por tipo de acceso a la tierra, ingresos por ha, densidad de
canales y eficiencia global en el riego.

Región Ingresos por cuotas Superficie por Eficiencia global


por superficie empleado de riego
(M$/ha) (Ha/núm. empleados) (%)

I Península de Baja California 0.375 486 37


II Noroeste 0.296 1,752 35
III Pacífico Norte 0.261 643 35
IV Balsas 0.094 440 30
VI Río Bravo 0.205 734 30
VIII Lerma- Santiago-Pacífico 0.231 492 33
IX Golfo Norte 0.175 485 33
X Golfo Centro 0.259 401 30
TOTAL 0.262 687 33

Fuente: CNA. Sistema nacional de información hidroagrícola de distritos de riego, ver. 1.034, abril de 2001.

128
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Cuadro 3.56 Acceso al agua, precio e ingresos por cuota de riego, 1999.

Regiones Volumen Precio de Precio Ingresos Ingresp por


disponible ent. a los estimado de por cuota por
(Mm3) usuarios autosufiente cuotas superficie
($/Mm3) ($/Mm3) (M$) (M$/ha)

I Península de Baja California 2,377,971 58 84 78,297 0.375


II Noroeste 3,827,106 83 97 119,263 0.296
III Pacífico Norte 8,851,258 32 44 193,402 0.261
IV Balsas 495,117 22 54 4,663 0.094
VI Río Bravo 2,709,225 53 128 75,722 0.205
VIII Lerma-Santiago- Pacífico 2,172,450 44 52 41,459 0.231
IX Golfo Norte 64,327 12 21 1,952 0.175
X Golfo Centro 893,493 19 28 10,380 0.259
TOTAL 21,390,947 40 64 525,139 0.262

Fuente: CNA. Sistema nacional de información hidroagrícola de distritos de riego, ver. 1.034, abril de 2001

Respecto a este tema, en 1999 se identificaron alrededor de 296 mil ha con problemas de salinidad
en los 2 millones de ha que abarca la muestra de asociaciones encuestadas en las ocho regiones. En
términos absolutos, donde se encuentran las superficies con mayores extensiones afectadas son las
regiones Pacífico Norte, por estar ubicados los distritos de riego en la llanura costera, así como la
región del Río Bravo. Respecto a la problemática de drenaje, los directivos encuestados consideraron
en 52.7% que no, y 47.3% que sí. De ellos, la Pacífico Norte y Río Bravo identificaron que en sus
módulos existen los mayores problemas de drenaje. En cuanto a si existen problemas parcelarios, 70%
contestó que sí y 30% que no. De los que consideraron que tienen problemas de este tipo a nivel
parcelario fueron, precisamente, los de la Pacífico Norte y Río Bravo. A nivel de las sociedades, como
se ha visto, la percepción de 62.5% de las sociedades es de que tienen problemas con áreas de drenaje
en general, y 25% no tiene problemas.

Cuadro 3.57 Situación del drenaje (porcentaje).

Regiones Problemas de drenaje general Problemas de drenaje parcelario


No Sí No Sí

I Península de Baja California 87 9 26 70


II Noroeste 81 19 42 56
III Pacífico Norte 6 89 4 91
IV Balsas 45 36 45 27
VI Río Bravo 21 68 18 71
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 61 29 43 43
IX Golfo Norte 75 25 25 75
X Golfo Centro 60 40 60 40
Total 50 45 28 65

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Para impulsar este proceso de cambio tecnológico en el riego es fundamental que las asociaciones
cuenten con la infraestructura necesaria, de acuerdo con sus capacidades financieras y la problemáti-
ca específica de cada módulo. También debe considerarse que parte de esta infraestructura y funcio-
nes pueden ser financiadas de manera más efectiva si son las sociedades de responsabilidad limitada
las que, como asociaciones de segundo nivel, impulsen una serie de actividades para hacer más efi-
ciente el manejo del recurso a nivel de las asociaciones y de los usuarios de los módulos.
En este sentido tenemos la situación de los laboratorios de agua y tierra, los cuales, de acuerdo a la
encuesta, sólo 20% de las asociaciones cuentan con alguno. El 50% de las sociedades tienen laborato-

129
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

rios, 37.5% no tienen, en Alto Río Lerma y las dos de las Delicias. El 12.5% no respondió. De los
cuatro laboratorios, dos funcionan bien, en Río Yaqui y El Carrizo; uno, regular, en Río Mayo, y otro
se construye en Culiacán.

Cuadro 3.58 Condiciones de uso del suelo, 1999.

Regiones Sup. Sup. Sup. con Sup. Sup.


sembrada tecnificada drenaje afectada nivelada
(ha) con riego parcelario por sales o (ha)
(ha) (ha) m.f. (ha)

I Península de Baja California 185,606 1,413 543 33,004 208,800


II Noroeste 337,228 15,140 6,657 56,107 59,394
III Pacífico Norte 635,358 34,535 12,014 106,818 21,901
IV Balsas 27,782 0 400 110 700
VI Río Bravo 198,395 1,636 2,707 93,686 17,536
VIII Lerma Santiago Pacífico 125,910 2,543 104 6,593 3,718
IX Golfo Norte 8,145 4 0 15 42
X Golfo Centro 31,774 282 0 120 1,320
TOTAL 1,550,198 55,553 22,425 296,452 313,411

Fuente: CNA. Sistema nacional de información hidroagrícola de distritos de riego, ver. 1.034, abril de 2001

Cuadro 3.59 Existencia de áreas con problemas de drenaje según SRL (número).

Existen áreas con Existen áreas con


problemas de drenaje problemas de
general drenaje parcelario

No Sí No Sí
Alto Río Lerma 1  1 
Culiacán-Humaya  1  1
Delicias 1 1  2
Río Fuerte
Río Mayo  1  1
Río Yaqui  1  1
Valle del Carrizo  1  1
Total 2 5 1 6

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Cuadro 3.60 Infraestructura y condiciones del laboratorio de agua y suelo (porcentaje).

Regiones No tiene laboratorio Bien Regular Mal

I Península de Baja California 100 0 0 0


II Noroeste 22 75 3 0
III Pacífico Norte 28 11 28 0
IV Balsas 82 0 9 9
VI Río Bravo 26 42 29 0
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 79 0 21 0
IX Golfo Norte 100 0 0 0
X Golfo Centro 100 0 0 0
Total 46 30 15 0.5

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

130
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Otro elemento muy importante para el funcionamiento de las asociaciones es la disponibilidad de


recursos técnicos e infraestructura en la entrega de agua de manera volumétrica, para lo que se re-
quiere de estructuras aforadoras. En este sentido, 66.5% de los encuestados respondieron que no
cuentan con ellas, en tanto que 33.6% afirmó que sí. La Golfo Norte y Balsas no han recibido ninguna
instalación aforadora, seguida por Lerma con 85.7%, que no ha instalado infraestructura. Contrasta
con el Noroeste donde 72.8% sí ha instalado infraestructuras aforadoras. En la Golfo Centro 60% de
las asociaciones también las ha instalado. Las sociedades afirmaron que se han instalado estructuras
aforadoras para mejorar la entrega a nivel parcelario: 75% respondió que sí y 12.5% que no; el restan-
te 12.5% no contestó.

Cuadro 3.61 Disponibilidad de laboratorios de agua y tierra en las SRL (número).

Existencia o acceso a laboratorio Funcionamiento del


de agua-suelo-planta laboratorio

No tiene Sí tiene NR Bien Regular En reconstrucción


Alto Río Lerma 1  
Culiacán-Humaya  1    1
Delicias 2  
Río Fuerte   1
Río Mayo  1   1 
Río Yaqui  1  1  
Valle del Carrizo  1  1  
Total 3 4 1 2 1 1

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Cuadro 3.62 Volumen disponible por superficie en producción Mm3/ha. Superficie


por empleado (ha/núm.).
Incremento requerido en cuota para autosuficiencia (%).

Regiones Volumen disponible Superficie Incremento requerido en


por superficie en empleado cuota para autosificiencia
producción Mm3/ha (ha/núm.) (%)

I Península de Baja California 12.8 486 45


II Noroeste 11.3 1,752 17
III Pacífico Norte 13.9 643 39
IV Balsas 17.8 440 148
VI Río Bravo 13.7 734 140
VIII Lerma Santiago Pacífico 17.3 492 18
IX Golfo Norte 7.9 485 71
X Golfo Centro 28.1 401 51
TOTAL 13.8 687 58

Fuente: CNA. Sistema nacional de información hidroagrícola de distritos de riego, ver. 1.034, abril de 2001.

131
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Cuadro 3.63 Derechos y dotación de agua (porcentaje).

Regiones Se tiene definido el El reglamento de operación


derecho y dotación de incluye normatividad para
agua en los reglamentos condiciones de escasez

No Sí No Sí
I Península de Baja California 30 65 39 57
II Noroeste 0 100 0 100
III Pacífico Norte 36 55 47 34
IV Balsas 27 73 9 55
VI Río Bravo 47 50 39 42
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 25 75 71 29
IX Golfo Norte 75 25 75 25
X Golfo Centro 20 20 0 0
Total 26 70 33 55

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Cuadro 3.64 Medición y dotación volumétrica del agua (porcentaje).

Regiones En el Se lleva a Falta de Falta de Falta de Existe un


Reglamento cabo la estructuras voluntad disposición padrón de
la distribución distribución de medición política de los usuarios
volumétrica volumétrica autoridades usuarios volumétrico
de agua

No Sí No Sí Sí Sí Sí No Sí
I Península de Baja 17 78 100 0 100 17 17 87 9
California
II Noroeste 5 95 27 73 27 14 17 27 73
III Pacífico Norte 38 55 85 13 89 11 21 96 4
IV Balsas 18 82 91 9 91 18 36 100 0
VI Río Bravo 45 55 79 18 82 21 24 92 5
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 39 61 93 7 86 11 32 100 0
IX Golfo Norte 25 75 75 25 75 25 75 100 0
X Golfo Centro 20 20 100 0 100 40 20 100 0
Total 27 70 71 28 72 15 23 76 23

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Cuadro 3.65 Métodos de asignación del agua para cada parcela del módulo (porcentaje).

Regiones Por lámina neta Proporciona al número


según instructivo del módulo de ha del módulo con
derecho a riego

I Península de Baja California 70 87


II Noroeste 73 93
III Pacífico Norte 60 55
IV Balsas 91 82
VI Río Bravo 79 87
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 86 96
IX Golfo Norte 75 25
X Golfo Centro 100 60
Total 74 81

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

132
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Otro aspecto es la definición de derechos de agua, en tanto que los usuarios utilizarán mejor el
agua mientras tengan la percepción de que la ahorrada o mejor usada será en su beneficio. Ahora,
frecuentemente, tienen la opinión de que una vez pagado su riego sólo es de su incumbencia el buen
o mal uso que hagan del líquido. Al respecto, en 72.8% de las asociaciones se han definido los derecho
y dotación de agua en los reglamentos. En la Noroeste, 100% de los encuestados respondieron que sí
han definido los derechos de dotación de agua en los reglamentos; en la Lerma, 75% define derechos;
en la Balsas, 72.7%; en Pacífico Norte, 60.4% afirmó que se han definido los derechos, y en la Río
Bravo 51.3% definen derechos.
La solución técnica tiene que ver también con la capacidad de las asociaciones para prever las
situaciones tanto de escasez como de exceso de agua. Con regímenes de lluvias tan variables, estable-
cer una planeación para la escasez es necesario. Del total de la muestra sólo 87.9% contestó esta
pregunta. La Noroeste sigue encabezando la lista de las regiones, donde 100% de sus asociaciones
tienen plan para la emergencia. Llama la atención que en regiones como la Lerma, con problemas de
abastecimiento de agua, sólo 28.5% tienen prevista la emergencia en los reglamentos. Las regiones
Río Bravo y Norte presentan una distribución equitativa entre las que sí lo tienen y las que no. Esto es
necesario relacionarlo con la disponibilidad de agua en las regiones, en cuáles provoca mayor impac-
to no tener en cuenta un plan de emergencia.
Otro de los aspectos asociados al buen uso del agua es si ya se consideró en sus reglamentos y si ya
se inició la distribución volumétrica como se estipula en el programa de transferencia y en la Ley de
Aguas Nacionales. A este respecto, 28.2% afirmó que tiene implementada la distribución volumétrica,
en tanto que 71.8%, no. Esto permite observar que con referencia a cómo se mide el agua, el procedi-
miento de asignación sigue siendo variable. Por regiones, en Baja California y Golfo Centro ninguna
de las asociaciones aplica la distribución volumétrica. En la Pacífico Norte, 86% no la aplica. El 81%
no la aplica en Río Bravo. En Lerma Santiago, 92% no la usa. En el Noroeste, 72% aplican la distribu-
ción volumétrica, siendo este el más alto porcentaje por región. En la Balsas y Golfo Norte sólo una
asociación de cada una de las regiones la aplica. Es interesante ver que en el reglamento se ha consi-
derado la distribución volumétrica en 80% y sólo 28.2% la aplica como manda la ley. Se puede señalar
que existe una división entre lo que está incorporado en el reglamento y las prácticas que se llevan a
cabo. Entre las causas por las que no se ha aplicado esta distribución volumétrica como manda la ley
figura como las más alta la falta de estructuras de medición, con 72.3%, seguida por la falta de dispo-
sición de los usuarios, 23.4% y, por último, la falta de voluntad política de los directivos, 15.4%.
En cuanto a las razones por las que explican las dificultades para establecer una medición más
precisa del agua, los encuestados expresaron varias razones entre quienes definieron el problema
como estrictamente técnico y aquellos que lo ubican más como un problema de concenso con los
usuarios. En la encuesta de evaluación se mostró que en 100% de las asociaciones de Baja California
y Golfo Centro, las directivas consideraron que el problema para la medición es fundamentalmente
técnico, mientras que en la Noroeste las razones están bastante equilibradas: 27, 16.9 y 13%, respec-
tivamente. En la Pacífico Norte 89% se consideró de origen técnico; en la Balsas 90% y Río Bravo 81%
lo consideró técnico. En Lerma 85.7% y Golfo Norte, 75%, razón técnica. Resulta interesante el caso
de la Noroeste, ya que siendo un región con mejores condiciones en sus asociaciones y de las más
exitosas en su gestión, consideren la existencia de otras razones distintas a la meramente técnica.
Otro aspecto en el que tienen que avanzar las asociaciones es en determinar los volúmenes que
corresponden a cada usuario. Para ello, en primer lugar, deben establecer, padrones confiables, en los
que además, se definan los volúmenes correspondientes por usuario. A la pregunta de si existe un
padrón de usuarios volumétrico, 76.9% contestó que no y el restante 23.1% que sí. En cuanto a las
regiones, en la Noroeste 72.8% de las regiones poseen un padrón volumétrico. En cuestión de opera-
ción, esta región es pionera. Por el contrario, la Balsas, Lerma, Golfo Norte y Centro no lo han
considerado. En el caso de las sociedades de responsabilidad limitada, 62.5% ha definido el derecho
de dotación de agua en los reglamentos y han considerado en el reglamento de operación la distribu-
ción volumétrica de agua. En los dos casos, 37.5% de las sociedades no han definido o considerado.

133
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Cuadro 3.66 Definición de derechos volumétricos del agua en SRL (número).

Definido el Se ha No Sí Falta de Falta de


derecho y considerado estructuras voluntad
dotación de en el de política de
agua en los reglamento medición los
reglamentos de operación directivos
la distribución
volumétrica

Alto Río Lerma 1 1  1


Culiacán-Humaya 1 1 1  1
Delicias  1 1
Río Fuerte 
Río Mayo 1 1 1 1
Río Yaqui 1 1  1
Valle del Carrizo 1 1 1  1
Total 5 5 3 3 3 1

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Respecto a si se ha implementado la distribución volumétrica tal como lo establece la ley, sólo 75%
respondieron, de las cuales 50% lo ha considerado y 50% no. La causa principal es la falta de medi-
ción en 50% de los casos y 16.6% por falta de voluntad política de los directivos.

Cuadro 3.67 Registro de derechos de agua en Repda y padrón (porcentaje).

Regiones Está inscrito Repda El padrón de usuarios está actualizado


No Sí No Sí

I Península de Baja California 26 74 17 78


II Noroeste 2 98 2 98
III Pacífico Norte 23 72 11 89
IV Balsas 73 27 45 55
VI Río Bravo 29 68 42 58
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 50 50 32 68
IX Golfo Norte 50 50 25 75
X Golfo Centro 40 0 20 80
Total 26 72 20 80

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

En cuanto a la pregunta acerca de la inscripción en el Repda, fue contestada por 94% de las
asociaciones. El 71.6% de manera afirmativa a la fecha de la encuesta y 28%, negativa. La Noroeste
presenta el más alto índice de inscripción con 98% de asociaciones y el más bajo la Lerma Santiago
con 50% de no inscritos. Para controlar los derechos de usos del agua se lleva el registro del padrón de
usuarios. En él se registra el nombre de los usuarios, localización del predio, canal por el cual se surte
de agua y superficie con derecho a riego. Cabe señalar que a la CNA le corresponde establecer este
padrón y a las asociaciones de usuarios mantenerlo actualizado.

134
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

En el siguiente cuadro se presentan los datos que debe contener el Repda:

Título
Titular
Municipio
Estado
Volumen de extracción anual
Aprovechamientos superficiales Núm. anexo
Volumen de extracción
Región hidrológica
Afluente
Fuente
Superficie regada (ha)
Volumen de aprovechamientos superficiales
Núm. anexo
Volumen de extracción
Aprovechamientos subterráneos Región hidrológica
Superficie regada (ha)
Volumen de aprovechamientos subterráneos
Puntos de descargas
Volumen de descargas
Zonas federales
Superficie de zonas federales
Anotaciones marginales

El padrón de usuarios es muy importante pues define la participación en la asociación y los dere-
chos y deberes en ésta. El 80.3% respondió que lo tienen actualizado y 19.6% que no. Siendo la región
Río Bravo la que presenta el porcentaje más alto con 42.1% de los casos y Lerma con 32.1% que no. El
75% de las sociedades tienen el padrón de usuarios actualizado, Valle de El Carrizo no contestó y
Culiacán no está actualizado. Sólo 37.5% tienen el Repda actualizado.

Cuadro 3.68 Padrón de usuarios y registro de derechos en SRL (número).

El padrón de usuarios Está inscrito en el Registro


está actualizado Público de Derechos de Agua
(Repda)

No Sí No Sí
Alto Río Lerma  1  1
Culiacán-Humay 1  1 
Delicias  2
Río Fuerte  1
Río Mayo  1 1 
Río Yaqui  1  1
Valle del Carrizo  1
Total 1 6 2 3

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

135
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Cuadro 3.69 Presión sobre el recurso agua de riego (porcentaje).

Regiones Hay precaristas Existe renta o Existe rentismo


que usan agua del venta de derechos de tierra
módulo de agua entre
usuarios

No Sí No Sí No Sí
I Península de Baja California 65 35 22 78 0 100
II Noroeste 73 24 15 76 0 95
III Pacífico Norte 38 60 81 13 6 89
IV Balsas 55 45 82 18 36 64
VI Río Bravo 34 63 16 82 8 89
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 32 68 96 4 4 96
IX Golfo Norte 75 25 100 0 75 25
X Golfo Centro 20 80 80 20 20 80
Total 50 48 47 48 7 90

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Cuadro 3.70 Compra venta de volúmenes de agua entre asociaciones (porcentaje).

Vendió derechos de agua a Compró derechos de agua a otro


otro módulo en 1998 módulo en 1998

Regiones No Sí No Sí
I Península de Baja California 100 0 96 4
II Noroeste 37 63 27 66
III Pacífico Norte 89 9 77 19
IV Balsas 91 9 100 0
VI Río Bravo 87 13 87 11
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 100 0 100 0
IX Golfo Norte 100 0 100 0
X Golfo Centro 100 0 100 0
Total 78 22 72 25

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

A la pregunta si tienen precaristas que se abastecen de agua con la infraestructura del módulo
riego contestó 98.1% de los encuestados, de los cuales 51.1% contestó que no y 49% que sí. La región
Noroeste y Golfo Norte son las de menos porcentaje con precaristas, menos de 25%. Las que más
tienen precaristas son Golfo Centro con 80% de las asociaciones, Lerma Santiago con 67.9%, Río
Bravo con 64.9% y Pacífico Norte con 60.9 por ciento.
Si existe renta o venta de derechos de agua entre usuarios del módulo, 50% respondió que no, lo
cual da un ligero margen superior a los que contestaron sí, 51%. Entre las regiones que más poseen
renta o venta están Baja California, 78%; Noroeste, 83% y Río Bravo, 82%. Entre las que menos tienen
están Balsas, 18.2%; Lerma, 3.5% y Golfo Norte con 0 porcentaje.
Uno de los aspectos más discutidos respecto a la nueva política del agua en nuestro país es la de la
existencia de mercados de agua y la necesidad de regularlos, ya que a través de estos procesos se
pueden generar situaciones altamente conflictivas o desigualdad de acceso.
La venta y compra de derechos de agua entre módulos se presenta en porcentajes bajos: 22 y
24.5%, respectivamente. La región con mayor movimiento es la Noroeste, que vendió 62.7% y com-
pro 66.1% de las asociaciones. Las regiones Lerma, Golfo Centro y Golfo Norte ni compran ni venden
o, al menos, no declararon, ya que es conocido el caso de varias asociaciones de Lerma que han
logrado ahorrar volúmenes que venden a otras asociaciones.

136
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Uno de los indicadores de las estrategias que están tomando es la existencia de transacciones entre
usuarios de volúmenes de agua, generalmente por medio de la venta de volúmenes por un determi-
nado ciclo o riegos, lo cual resulta una cierta forma de reglas de mercado que permiten ubicar el agua
en usos más productivos. Peor surge el problema cuando, por ejemplo, ante la escasez de agua super-
ficial se dan procesos de sobreexplotación de acuíferos para sostener la producción de riego con base
en la venta de agua de pozo, que se realiza a un costo mucho más alto, o de transacciones irregulares.
Se considera necesario establecer algún tipo de reglamentación de las transacciones de agua, en
particular cuando pueden ir en contra de los intereses de terceros ya que, como el agua es un bien que
no puede ser movilizado fácilmente, puede ocasionar cambios en la disponibilidad puntual de la
misma.
Así como existen transacciones por agua, así también se dan procesos de renta de la tierra como
una forma de acumulación de quienes rentan la tierra, sin necesidad de invertir y congelar capital en
ella, y de aumentar por medio del crecimiento de la superficies en producción.
La pregunta no establece un rango, pero permite identificar la percepción de la intensidad del
fenómeno en las regiones estudiadas. En torno a si existe rentismo de tierra en el módulo, 91% lo
tiene. Noroeste y Baja California tiene rentismo en todos sus módulos. Golfo Norte tiene rentismo
inferior a 30 por ciento.
El 75% de las sociedades tienen precaristas y renta o venta de derechos de agua entre usuarios. El
25% vendió y compró derechos de agua y 38% de las sociedades tienen rentismo de tierra.

3.12 Planeación de desarrollo y de operación


Los programas de producción agrícola son la razón principal de la creación y permanencia de los
distritos de riego. En la mayor parte de ellos la magnitud de estos programas se rigen por los planes
anuales de riego que, a su vez, dependen de la disponibilidad de agua y de las condiciones de eficien-
cia con que se distribuye. Para elaborar un plan de riego es muy importante determinar los volúme-
nes de agua disponible en cada año agrícola y la forma más conveniente de utilizarlos. Además, se
deben considerar las políticas de producción agrícola fijados por la entonces Secretaría de Agricultu-
ra, Ganadería y Desarrollo Rural (Sagar) y las necesidades de los productores.
Los planes de riego que formulan las asociaciones son la base para la conformación del plan de
riego anual del distrito y constituyen el programa de trabajo alrededor del cual se generan los progra-
mas restantes, sean de apoyo o complementarios. Una vez elaborado y autorizado el plan de riego, los
productores definen sus programas de siembra. Cuando se definen la fecha en que se iniciará la
aplicación del riego a la parcela y las condiciones bajo las que se realizará, el usuario solicita al canalero
la entrega del agua que requiere en su toma-granja y le proporciona la información complementaria
—cultivo y superficie a regar— para que formule su programa de riego. Con ello se definen las
necesidades de agua del módulo para periodos de una semana. A partir de los programas de riego
semanales se integran los correspondientes a nivel de red mayor y de distrito, que son los indicadores
principales para programar las extracciones de las fuentes de abastecimiento.

Cuadro 3.71 Tipo de planes de desarrollo con los que cuentan (porcentaje).

Regiones A mediano plazo A largo plazo


No Sí No Sí

I Península de Baja California 30 48 22 52


II Noroeste 0 93 0 36
III Pacífico Norte 23 66 13 23
IV Balsas 91 9 64 0
VI Río Bravo 47 39 34 18
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 21 50 36 32
IX Golfo Norte 50 50 50 25
X Golfo Centro 80 20 80 20
Total 27 60 22 29
Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

137
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Cuadro 3.72 Elaboración y desarrollo del plan de riego (porcentaje).

Plan de riego Participaron los Se ajustó al plan Se hace


de acuerdo al usuarios en su en 1998 seguimiento y
anexo técnico elaboración en 1998 evaluación del
plan

Regiones No Sí No Sí No Sí Sí
I Península de Baja California 4 96 13 87 17 83 100
II Noroeste 0 100 2 98 75 25 100
III Pacífico Norte 2 96 57 40 64 30 98
IV Balsas 36 64 73 27 45 55 100
VI Río Bravo 3 97 55 39 61 39 95
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 0 100 57 43 93 7 100
IX Golfo Norte 100 0 100 0 100 0 100
X Golfo Centro 0 100 100 0 100 0 100
Total 5 94 40 59 66 33 99

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Estas actividades implican desarrollar una intensa labor de planeación con el fin de que se logre
entregar el agua a cada usuario en el momento en que la necesita, de acuerdo con la disponibilidad y
derechos del usuario. El desarrollo de estos planes implica tener una serie de consideraciones a corto,
mediano y largo plazos, ya que se requiere ir programando el riego en determinadas condiciones de
escasez y abundancia.
A su vez, las asociaciones tienen que desarrollar una programación de todas sus actividades, consi-
derando las condiciones presupuestales normales de cada año y, en determinado momento, contar
con planes de desarrollo a mediano y largo plazos. Así, en cuanto a desarrollo de planes, sólo 87%
respondió sobre los planes a mediano plazo. Noroeste presenta los más altos porcentajes en planes a
mediano plazo, 93%, mientras 35% tiene planes a largo plazo. Balsas cuenta con el porcentaje más
alto de los que no tienen planes, sólo 9% tiene planes a mediano plazo y nada a largo plazo. En la Río
Bravo, 54% no tiene planes a mediano plazo.
Respecto a si se cumple con los requerimientos técnicos establecidos en el proceso de transferencia
para mantener el servicio de riego, 94.8% de los encuestados sí elabora un plan de riego de acuerdo
al anexo técnico, sólo 5.2% no lo elabora. Las regiones Noroeste Lerma Santiago y Golfo centro con el
100%. Solamente en la Golfo Norte no realizan los planes de riego de acuerdo al anexo técnico.
Uno de los aspectos polémicos respecto al servicio de riego es sobre si la distribución es equitativa
y a tiempo. La solución a este tipo de controversias ha sido incorporar a los representantes de usuarios
o a usuarios directos en el proceso de elaboración del plan de riegos. Para ello se han establecido
varios procedimientos en distintas asociaciones que van desde reuniones parciales con delegados
hasta reuniones con asambleas de usuarios. El proceso de validación de los planes de riego es un
mecanismo muy importante de validación de la representatividad de las asambleas de usuarios, ya
que es un proceso mediante el cual, en situaciones de escasez o problemas de distribución, tienen que
avalarse las decisiones que, fundamentadas en un criterio técnico, toman las mesas directivas para
hacer un mejor uso de su agua. Las asociaciones encuestadas opinaron respecto a la participaron de
los usuarios en la elaboración del plan de riego de 1998, donde en 59.9% de los casos consideraron
que sí hubo participación de los usuarios, mientras que en 40.1% no existió dicha participación.
Sobresale la Noroeste como la más participativa, con 98.3%, seguida por Baja California con 86.9%.
En el otro extremo están Golfo Norte y Centro, donde en ningún caso consideraron los encuestados
que los usuarios participaron en la elaboración del plan.
Respecto a las modificaciones y ajustes al plan de riego, en 66.5% de los casos no realizaron ajustes,
mientras que 33.5% sí lo hizo. En la Golfo Norte y Golfo Centro no efectuaron modificaciones. En la

138
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Noroeste, 74.5% no realizó cambios. En la Pacífico Norte 63.8% no realizó ajustes. En contraste,
sobresale Baja California, donde 82.6% sí efectuó cambios, seguida de Balsas con 54.5% sí los realiza-
ron.
El 98.6% de las asociaciones dicen hacer seguimiento y evaluación de los planes de riego. Única-
mente en la Pacífico Norte y Río Bravo se encuentran uno y dos casos, respectivamente. El 50% de las
sociedades cuentan con planes a mediano plazos y sólo respondieron a la pregunta 62.5% de los
encuestados. En 50% de las sociedades participaron los usuarios en la elaboración del plan de riego
de 1998 y en 62.5% se realizaron ajustes al plan de riego de ese mismo año.

3.13 Programación del riego y distribución del agua

Para llevar a cabo apropiadamente las labores de distribución del agua entre los usuarios de los módu-
los de riego se desarrolla una intensa labor de coordinación con base en procedimientos establecidos
entre quien opera la infraestructura de almacenamiento, presas o pozos, y quien se la entrega en un
canal parcelario a uno o varios usuarios. La distribución del agua es el proceso mediante el cual se
conduce y distribuye el agua desde sus fuentes de abastecimiento hasta las tomas parcelarias, que son
los sitios de entrega de agua a los usuarios.
Las jefaturas de distrito entregan el agua a las asociaciones de usuarios en los módulos y, en su
caso, a las sociedades de responsabilidad limitada en la red mayor. Éstas, a su vez, al recibir el agua, la
contabilizan de acuerdo con ciertos procedimientos que les permiten asignarla de acuerdo con los
derechos establecidos y la demanda programada. Este proceso de operación de fuentes de abasteci-
miento y redes de distribución generan información útil para el seguimiento, evaluación y retroali-
mentación de los planes de riego.

Cuadro 3.73 Entrega del agua a la asociación nivel parcelario.

Método de Recibe el agua Mide el agua Entrega del agua


programación de en los puntos de entregada por con base al
aguas dedemanda control conforme el distrito de programa
semanal al título de riego o sociedad de riego
conseción de responsabilidad
limiutada en los
puntos de control

Regiones No Sí No Sí No Sí No Sí
I Península de Baja 0 100 4 96 0 100
California 4 96
II Noroeste 0 97 5 92 0 97 2 98
III Pacífico Norte 13 83 2 91 28 68 11 87
IV Balsas 36 64 0 100 45 55 45 55
VI Río Bravo 47 53 0 100 13 82 5 92
VIII Lerma- 7 93 0 100 21 79
Santiago-Pacífico 7 93
IX Golfo Norte 0 100 0 100 50 50 0 100
X Golfo Centro 0 100 0 100 60 40 0 100
Total 14 84 2 95 16 81 7 92

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

139
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Cuadro 3.74 Entrega del agua con base al programa de riegos a nivel parcelario.

Regiones No Sí

I Península de Baja California 4 96


II Noroeste 2 98
III Pacífico Norte 11 87
IV Balsas 45 55
VI Río Bravo 5 92
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 7 93
IX Golfo Norte 0 100
X Golfo Centro 0 100
Total 7 92
Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Cuadro 3.75 Distribución del agua a nivel parcelario (porcentaje).

Regiones Con oportunidad se La suficiente (cantidad) Control de las


realizan las entregas en la entrega de extracciónes
de agua a parcelas agua a los usuarios de aguas subterráneas

Buena Regular Mala Buena Regular Mala No Sí


I Península de Baja California 65 35 0 43 52 4 43 52
II Noroeste 86 12 0 86 14 0 42 58
III Pacífico Norte 45 47 9 51 40 9 57 38
IV Balsas 9 64 18 27 45 27 64 9
VI Río Bravo 42 53 3 50 45 5 79 16
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 43 57 0 46 50 4 61 39
IX Golfo Norte 75 25 0 75 25 0 75 25
X Golfo Centro 40 60 0 40 60 0 0 0
Total 56 39 3 58 37 5 55 39

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Cuadro 3.76 Distribución del agua a nivel parcelario (porcentaje).

Mantener la entrega de agua a las parcelas en el tiempo

Regiones Buena Regular Mala (variaciones


(variaciones de (variaciones entre mayores a 25%)
más o menos 10%) 10 y 25%)

I Península de Baja California 52 39 9


II Noroeste 86 12 0
III Pacífico Norte 55 43 2
IV Balsas 18 55 27
VI Río Bravo 53 45 3
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 43 57 0
IX Golfo Norte 25 75 0
X Golfo Centro 20 80 0
Total 58 38 3

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

El procedimiento más utilizado para la programación del riego es la demanda semanal. Del total
de los encuestados, 86% contestó de manera afirmativa, en tanto que el restante 14% contestó que no.
En Río Bravo 47.3% contestó que no realizan este método constituyéndose en el porcentaje más alto

140
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

por regiones. Le sigue Balsas con 33.3% que no aplica este método y luego Pacífico Norte en 13%. Por
el contrario, Baja California, Noroeste, Golfo Norte y Centro presentaron 100% de utilización del
método.
Con respecto a la entrega a los módulos del volumen concesionado, lo cual se indica en el título de
concesión de acuerdo con un determinado número de puntos de control, 98% contestó que sí lo
reciben en los puntos especificados, en tanto que 2% no, sin especificar las razones de ello. Los casos
en los que no sucede correspondieron a Baja California, Noroeste y Pacífico Norte.
En estos puntos de control es donde las asociaciones deben llevar a cabo la contabilidad del agua
que reciben de las jefaturas de los distrito de riego o de las sociedades de responsabilidad limitada.
Respecto a la medición, los encuestados afirmaron en 84% sí realizar la medición, en tanto que el
restante 16.3% contestó que no. Aunque pareciera significativo el hecho de que un alto porcentaje
mide el agua que recibe, es importante destacar que esto debería ser en todos los casos, ya que es a
partir de este punto donde se puede empezar a hacer un buen manejo del recurso, que, como se ha
observado, es un mecanismo de control que permite a las asociaciones hacer ahorros de agua e incre-
mentar su eficiencia a través de una correcta programación.
La medición del agua es un problema. En Baja California y Noroeste 100% de las asociaciones
miden el agua entregada por el distrito de riego. En cuanto a los módulos que no miden sobresalen la
región Golfo Centro con 60%, seguida por Golfo Norte con 50% y Balsas con 45.4%. La entrega del
agua a nivel parcelario se hace con base al programa de riegos. A esta pregunta contestó 99% de los
encuestados. De ellos, 92.4% respondió que sí y el restante 7.6% que no. En la Golfo Norte y Centro
100% sí entrega de acuerdo con el programa de riego. La región que presenta el porcentaje más alto
es Balsas, con 45% que no cumple el programa de riego, seguida por Pacífico Norte con 10.6% de los
casos que incumplen. Los otros casos no superan 5 por ciento.
A la pregunta con qué oportunidad se realizan las entregas de agua a parcelas del módulo —Buena
(conforme al programa), Regular (con desfase de uno a dos días) y Mala (con desfase de más de tres
días)—, contestó 98.6% de los encuestados. De ellos 57% respondió que buena, 39.6%, regular y 3%,
mala. El Noroeste presenta el porcentaje más alto, 86.4% de buena oportunidad con la que se entrega
el agua, seguida por Golfo Norte con 75% y luego por Baja California con 65.2%. El Balsas presenta
el porcentaje más alto de regular con 63.6%, seguida por Golfo Centro, 60% y Lerma Santiago, 57.1%.
Balsas presenta la tasa porcentual más alta de mala entrega de agua con 18.1%, seguida por Pacífico
Norte con 8.5%. En Pacífico Norte, en Río Bravo y Golfo Centro se distribuye equitativamente entre
buenas y regulares, mitad y mitad. Mientras en Balsas, Golfo Centro y Lerma Santiago la entrega
regular supera los otros porcentajes. Mientras en Baja California y Noroeste la buena entrega supera
la regular y no tiene mala.
Otra situación importante en muchos distritos es la relación existente entre el uso de las aguas
subterráneas y superficiales, ya que el buen uso de una implica el mejor uso de la otra. Para esto, es
importante considerar si se lleva un control de las extracciones de aguas subterráneas. A esta pregun-
ta contestó 93.9% de la muestra. De ellos, 58.9% respondió que no se lleva control de las extracciones
del agua subterránea y el restante 41.1% que sí. Estas respuestas son consecuentes con el poco control
que existe sobre la explotación de aguas subterráneas, seguramente porque aún no se han establecido
con claridad los volúmenes que les corresponden a los usuarios de los sistemas y, mientras tanto,
cuando existe escasez de agua superficial, los que cuentan con pozos tienden a compensar esto con
mayor uso del agua subterránea. Esto es importante, ya que la racionalidad económica de los usuarios
del servicio de riego está determinada por su patrón de cultivos y, en ese sentido, a las asociaciones de
usuarios les es muy difícil establecer limitaciones en el uso del agua subterránea si no existen los
instrumentos jurídicos y organizativos que lo permitan.
La península de Baja California y Noroeste presentan más de 50% de las asociaciones que llevan
control de las extracciones de aguas subterráneas, sin embargo éstas están en 52.1 y 57.6%, respecti-
vamente. Entre las regiones que no tienen control, Río Bravo es la más alta con 78.9%, seguida por
Golfo Centro con 75%, después Balsas con 63.3% y después Lerma Santiago con 60.7 por ciento.

141
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

En 100% de las sociedades se utiliza el método de programación de aguas de demanda semanal.


Reciben el agua en los puntos de control conforme el título de concesión y mide el agua entregada
por los distritos de riego en los puntos de control establecidos para tal fin. En 87.5% de los casos se
realiza la entrega de agua a nivel parcelario con base en el programa de riego. El 50% de las asociacio-
nes realiza las entregas conforme al programa y 37.5% en forma regular. El 62.5% considera que la
capacidad para mantener la entrega de agua es buena y 37.5% considera que es regular. El 75% de las
sociedades lleva el control de las extracciones de aguas subterráneas.

Cuadro 3.77 Sistemas de control de la asociación (porcentaje).

Se cuenta con un anexo Los avances de Existe un plan de


técnico para la siembras y cosechas se modernización de
forumulación de hacen con muestreo la operación
informes

Regiones No Sí Sí No

I Península de Baja California 9 87 96 26 70


II Noroeste 69 31 29 3 95
III Pacífico Norte 45 53 96 64 36
IV Balsas 64 27 64 82 18
VI Río Bravo 13 84 97 24 74
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 32 68 93 82 18
IX Golfo Norte 25 75 50 100 0
X Golfo Centro 0 100 100 60 40
Total 40 58 75 40 59

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Con respecto a si el módulo de riego cuenta con un anexo técnico o algún instructivo para la
formulación de informes de avances de siembra, cosechas y obtención de las estadísticas agrícolas,
contestó 98.1% de los encuestados, de los cuales 40.7% contestó que no y 59.3% que sí. La región
Golfo Centro con 100% contestó sí. La Península de Baja California presenta 86.9% de las asociacio-
nes que sí cuentan con anexo para presentar informes, seguida por la Río Bravo con 84.2%, Golfo
Centro con 75% y Lerma con 67.8%. Sólo en la región Noroeste el no supera al sí: 69.4 y 30.6%,
respectivamente.
Finalmente, uno de los objetivos de las asociaciones tiene que ser mejorar su servicio de riego, para
lo cual deben establecer una serie de medidas que les permitan, de forma ordenada y sistemática, ir
incrementando las eficiencias a través del cambio tecnológico, el mejoramiento de prácticas, la inver-
sión en infraestructura de control y la nivelación de tierras, entre otros rubros. Al respecto, a la pre-
gunta si el módulo de riego cuenta con un plan de modernización de la operación, sólo contestó de
forma afirmativa 58.6%, de los cuales la región de Noroeste ocupa el primer lugar con 94.9% de las
asociaciones que lo tienen, seguida por la Río Bravo con 73.6% y Península de Baja California con
69.5%. Entre los que no tienen un plan, ocupa el primer lugar la región Lerma con 82.2% que no
tienen; la sigue y Balsas con 81.9 por ciento .

3.14 Productividad agrícola y del agua

En las dos últimas décadas la agricultura mexicana ha enfrentado varias etapas de reestructuración
económica profunda, en tanto que, como actividad primaria, ha ido perdiendo importancia ante las
actividades secundarias y terciarias en una economía cada vez más compleja y desarrollada. Asimis-
mo, la crisis del modelo centralizado de la gestión del agua y las políticas económicas proteccionistas

142
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Cuadro 3.78 Acceso a la tierra en los módulos encuestados, 1999 (Resumen).

Regiones Total Total Superficie Superficie Superficie


superficie usuarios total social privada
(ha) promedio promedio promedio

I Península de Baja California 208,795 16,160 12.9 13.6 12.0


II Noroeste 402,987 34,994 11.5 7.9 18.2
III Pacífico Norte 741,072 88,880 8.3 6.1 14.5
IV Balsas 49,751 19,558 2.5 2.5 2.6
VI Río Bravo 370,063 31,128 11.9 7.6 15.3
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 179,720 34,513 5.2 3.8 9.8
IX Golfo Norte 11,150 5,833 1.9 1.4 2.6
X Golfo Centro 40,081 6,819 5.9 3.9 10.8
TOTAL 2,003,619 237,885 8.4 6.2 12.4

Fuente: CNA. Sistema Nacional de Información Hidroagrícola de Distritos de Riego, ver. 1.034, abril de 2001.

implicaron que los usuarios de los distritos se vieran impulsados a modificar sus estrategias producti-
vas y de vida para lograr sostenerse en la actividad agrícola, así como también ha ocurrido un proceso
de separación de la actividad de los sectores de productores menos ligados a la forma de vida campe-
sina y menos productivos.
De la misma forma como las políticas agrícolas implementadas en los últimos años han buscado
consolidar un sector competitivo de agricultores que, al hacer un uso más productivo de los recursos
con mayor inversión en tecnología, logren obtener mayores rendimientos por hectárea con menor
consumo de insumos, en el caso del agua se ha buscado incrementar su productividad económica y su
rendimiento productivo, es decir, aumentar el valor agregado de la irrigación, así como el volumen de
productos obtenidos por unidad de volumen de agua.
La productividad agrícola y del agua está en relación directa con las condiciones productivas de los
usuarios de los módulos. O sea, entre otros factores depende de un determinado monto de capital
invertido en infraestructura, tanto a nivel parcelario como del sistema de riego en su conjunto y del
desarrollo e incorporación de tecnología tanto en el proceso productivo como de la calificación de los
recursos humanos con los que se cuenta para desarrollar la actividad.
Un primer indicador de estas características productivas las tenemos en el tamaño de la unidad de
producción, que implica todos los procesos productivos asociados a la actividad agropecuaria bajo un
solo jefe de unidad; es decir, una persona responsable de decidir y manejar de manera conjunta los
recursos productivos con los que cuenta.
Esto implica que la información que se dispone sobre tenencia de la tierra o patrón productivo a
nivel productivo de los usuarios por módulo con base a los padrones de usuarios no sea la que de
manera efectiva están realizando los productores del módulo, ya que en primer lugar, hay que dife-
renciar entre usuarios formales del agua, aquellos que están inscritos en el padrón de usuarios, de los
usuarios reales del módulo, aquellos que son los que realmente están tomando las decisiones produc-
tivas que determinan las condiciones de funcionamiento de los sistemas de riego.
Además, como se menciona en la encuesta de evaluación, en prácticamente la totalidad de los
módulos existe un proceso de renta de la tierra, que implica que, un número variable de usuarios
formales del servicio de riego, no son usuarios reales y que, incluso, existan usuarios reales que no
están registrados con derechos, ya que, como ocurre en algunos distritos del centro y norte del país, la
agricultura por contrato lleve a que sean las empresas agroindustriales las que determinen en gran
medida las condiciones en que se va a realizar la producción.
Tomando en cuenta lo anterior, todavía es útil caracterizar a los usuarios por tipo de acceso a la
tierra, ya que estadísticamente se muestra que mientras más tenencia ejidal exista, más pequeñas son
las unidades de producción, así como más concentrada tienen su producción en granos básicos, y que

143
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

tecnológicamente tienden a sistemas productivos tradicionales y asocian su producción agrícola con


la pequeña ganadería de traspatio y otras actividades económicas.
Del total de los usuarios de las asociaciones encuestadas, 71.1% está representado por el sector
social y 28.8% por el sector privado. Proporción que se conserva en las regiones I, II, III, VIII, IX y X;
es decir, en estas regiones el sector social es mayoritario. Mientras que en las regiones IV y VI es
mayoritario el sector privado. Sin embargo, donde los usuarios del sector privado son mayoría, la
diferencia con los sociales no es tan alta como sí se presenta en el caso contrario. En la región número
III es donde se presenta la mayor diferencia entre los usuarios sociales y privados con 82.4 y 17.6%,
respectivamente. En la región VIII el sector social representa 76.9% de los usuarios y el privado 23.1
por ciento.
El tamaño de las asociaciones tiene relación con los costos y financiamiento del servicio de riego.
Mientras más fragmentada está la tenencia de la tierra, puede ser más complicado el riego parcelario,
en tanto que en superficies compactas la eficiencia del riego tiende a ser mayor. De esta manera, si
observamos a las asociaciones con el mayor número de usuarios, en promedio se concentran en la
región III, seguida de la II y la VIII. En la región III está 37.3% de los usuarios del total de las
asociaciones encuestadas. En la II 14.7% de los usuarios y en la VIII, 14.5%. Las que poseen el menor
número de usuarios son la IX y X, lo cual es proporcional al número de módulos que la componen. La
región III posee 33.6% de la superficie de las asociaciones encuestadas y la región II, 18.2% de la
superficie, proporcional al número de usuarios. En la región II y en la región VI el número de ha de
superficie es mayor en el sector privado, contrastando en el caso de la región II, donde es mayor el
número de usuarios del sector social, pero la superficie privada es mayor. Las regiones que presentan
mayor superficie privada son la II y la VI. La diferencia mayor entre el sector social y privado está en
la región III, en la cual 60% corresponde al sector social y 40% al privado, mientras que en la región
VI la diferencia entre el sector privado es de 72% frente al social de 28%. Estas son las dos regiones
donde se presentan situaciones de diferencias amplias; en el resto de las regiones las diferencias son
más sutiles.
De la superficie total, 80% es sembrada; 2.8%, tecnificada con riego; 1.1%, con drenaje parcelario
y 16.26% es superficie nivelada. No tenemos una relación de 100%, pues no son acumulativas. La
región que presenta la mayor superficie sembrada es la III con 41% del total de este tipo de superficie,
seguida por la región II, con 22%; la VI y la I con 12%. La región con menor superficie sembrada es
la IX con 0.5% del total de la superficie cultivada. Igualmente, la región III presenta el más alto
porcentaje de superficie tecnificada con riego, con 62.1% del total de la superficie tecnificada, segui-
da de la región II con 27.2%. La región IV no posee superficie tecnificada. La otras oscilan entre 2 y
3% de la superficie. No poseen dren parcelario las regiones IX y X, y la mayor superficie de nuevo se
encuentra en la región III con 53.6% del total de la superficie con dren, seguida por la región II, con
29.6 por ciento.
La región con más superficie nivelada es la región I con 66.6% del total de la superficie nivelada, le
sigue la región dos con 18.9% y después la región III con 6.9%. La región con menor superficie es la
IX con un porcentaje menor al 0.5 por ciento.
En la gráfica se observa, sobre el total de la superficie de los módulos, cuánta está sembrada y en
qué regiones existe más. La región III presenta 93.4% del total de su superficie como sembrada, le
sigue la región I con 91.6% y luego la región II con 83.6%. La de menor superficie sembrada es la
región VI con 53.2 por ciento.

144
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Cuadro 3.79 Indicadores de disponibilidad del agua, productividad económica del agua y
tierra, por región, 1999.

Regiones Volumen Lámina bruta Valor de Productividad Productividad


utilizado 98-99 aplicada 98-99 producción media del agua media de la
(Mm3) (m) (M$) ($/m 3) Tierra (M$/ha)

I Península de Baja California 2,435,165 1.32 3,015,209 1.22 15.79


II Noroeste 2,984,493 0.87 3,752,239 1.41 11.93
III Pacífico Norte 5,253,480 0.84 8,901,392 1.77 13.13
IV Balsas 362,221 1.31 341,229.67 1.00 12.58
VI Río Bravo 1,047,294 0.90 1,356,412 1.19 8.43
VIII Lerma-Santiago- Pacífico 1,448,606 1.27 1,601,201 1.24 14.09
IX Golfo Norte 62,512 1.43 69,957 0.94 9.75
X Golfo Centro 656,612 2.00 653,651 1.01 20.26
TOTAL 14,250,384 1.24 19,691,290 1.22 13.24

Fuente: CNA. Sistema Nacional de Información Hidroagrícola de Distritos de Riego, ver. 1.034, abril de 2001.

Del volumen utilizado en el ciclo 1998-1999, la región III, con 36.8% del total, fue la que más
utilizó, lo cual es proporcional con el tamaño de superficie de la región y la sembrada, que es de las
mayores. La siguen la región II con 20.9% y la región I con 17%. Las tres guardan proporción con las
variables antes mencionadas.
La región con la lámina bruta más alta es la II con 27.6% del total, seguida por la región III con
19.1% y las regiones VI y VIII con 18%; las restantes regiones están bajo el 8 por ciento.
El valor de la producción más alto está en la región III con 45.2% del total, proporcional al volu-
men de agua utilizado; siguen las regiones I y II con 15.3 y 19%, respectivamente. La de menos valor
de producción es la IX con menos de 0.5% del total. En cuanto a la productividad media del agua, la
región II es la más alta con 32%, seguida por la región III con 29.3 % y luego la región VI con 17.3%.
La más baja es la región I con menos de 0.5%. La productividad más alta de la tierra está en la región
II con 31.1%, seguida por la región III con 24.9% y la VIII y VI con un 16.7 y 14.1%, respectivamente.
La de menor productividad es la región I con menos de 0.5 por ciento.

Cuadro 3.80 Se ha modificado el patrón de cultivo actual con respecto al inicio de la


transferencia (porcentaje).

Regiones No Sí

I Península de Baja California 9 91


II Noroeste 0 98
III Pacífico Norte 13 81
IV Balsas 55 45
VI Río Bravo 29 68
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 75 21
IX Golfo Norte 75 25
X Golfo Centro 100 0
Total 25 72

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

145
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Cuadro 3.81 Las razones por las que se ha modificado el patrón de cultivos (porcentaje).

Regiones Para obtener Debido a cambios


mayor en la disponibilidad
rentabilidad de agua

I Península de Baja California 65 0


II Noroeste 20 95
III Pacífico Norte 13 62
IV Balsas 18 0
VI Río Bravo 13 55
VIII Lerma-Santiago- Pacífico 14 0
IX Golfo Norte 0 0
X Golfo Centro 0 0
Total 20 49

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Con respecto a los cambios productivos, a pesar de que se ha insistido en los efectos que tienen la
apertura comercial y las nuevas políticas agrarias que buscan consolidar un sector moderno en la
agricultura, las respuestas resultan contrastantes. De los que respondieron la pregunta referente al
cambio en el patrón del cultivo, 74.1% contestó que desde la transferencia sí ha cambiado, en tanto
que 25.9% consideró que no. Entre las regiones sobresale el caso de la Noroeste, donde 98.3% de sus
asociaciones cambiaron, y la principal razón que argumentaron fue el cambio en la disponibilidad del
agua en 94.9% de las asociaciones de esa región, junto a razones ecológicas que esgrimió 64.4% de las
asociaciones. En contraste se presenta la región Golfo Centro, donde no se produjo cambio alguno a
nivel de las asociaciones. En la región de Baja California, 91.3% de las asociaciones han cambiado su
patrón de cultivo. El 62.5% dio como razón el cambio para obtener mayor rentabilidad y en la Río
Bravo 71% ha cambiado el patrón de cultivo dando como razón el cambio en la disponibilidad del
agua. Sólo tres regiones dan como razón para el cambio de patrón, el cambio en la disponibilidad del
agua: Noroeste, Pacífico Norte y Río Bravo. Las otras regiones colocan como razón la rentabilidad. En
la Lerma Santiago 75% de las asociaciones no han cambiado de patrón de cultivo y en la Balsas 54.5%
tampoco. El 75% de las sociedades han cambiado el patrón de cultivo desde el inicio de la transferen-
cia, solamente la Río Lerma no lo ha transformado. El 62.5% argumenta que por razones de mayor
rentabilidad y 50% que por disponibilidad del agua. Culiacán, Yaqui y una de Delicias colocan las dos
razones para el cambio.

3.15 Financiamiento
Cuadro 3.82 (Porcentaje).

Hay en los estatutos y reglametos reglas El establecimiento de cuotas está


para que la asociación pida préstamos reglamentado

Regiones No Sí No Sí

I Península de Baja California 74 26 0 96


II Noroeste 2 98 0 100
III Pacífico Norte 17 83 13 87
IV Balsas 100 0 9 91
VI Río Bravo 58 42 8 89
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 71 29 0 100
IX Golfo Norte 25 75 0 100
X Golfo Centro 60 40 0 100
Total 39 61 5 94

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

146
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Uno de los objetivos centrales del proceso de transferencia es lograr que las asociaciones sean
capaces de realizar todas sus actividades con el mayor nivel de autofinanciamiento, considerando que
son los mismos usuarios organizados en torno al agua quienes deben ser capaces de hacer más eficien-
te el uso de sus propios recursos, sin que exista intermediación gubernamental en el proceso de toma
de decisiones. En este sentido, las asociaciones han logrado desarrollar distintas estrategias de
financiamiento, alcanzando varias de ellas formas de obtención de recursos con actividades asociadas
al servicio de riego y al proceso productivo.
Ante la pregunta si se han considerado en los estatutos y reglamentos las reglas para que la asocia-
ción pueda pedir prestamos, contestó 100% de la muestra. De ella, 60.4% respondió que sí lo han
considerado y 39.5% que no. Por regiones, sobresale la Noroeste con 98% que sí ha considerado las
reglas y, al otro extremo, la Balsas que no las ha considerado, seguido por Baja California y Lerma con
menos de 30% que lo han considerado.
En cuanto a si el establecimiento de cuotas está reglamentado, respondió 99% de los encuestados,
de los cuales 95.3% contestó que sí y 4.6% que no. Este punto es de vital importancia porque la
subsistencia económica de las asociaciones se basa principalmente en las cuotas de agua. Sólo en la
Pacífico Norte con 12%, el más alto, no se ha reglamentado la cuota.
Respecto a si se toma un acuerdo para establecer cuotas extraordinarias contestó 98%. Un 95.7%
respondió que sí y el restante 4.2% que no. Estos acuerdos se toman, 90% en asamblea, y 10% en el
consejo directivo. Es importante resaltar que cuando se trata de cuestiones económicas que afectan a
los usuarios el poder real está en la asamblea y no en el comité directivo. En la región Río Bravo se
encuentra el porcentaje más alto con no, 13%. En Baja California, Noroeste, Lerma y Golfo Norte,
100% de sus asociaciones hacen asambleas extraordinarias para establecer cuotas. El 37.5% sí ha
considerado en los estatutos de reglamento las reglas para que la asociación pueda pedir préstamos y
el mismo porcentaje no lo ha considerado. El 25% no contestó la pregunta.

Cuadro 3.83 Se toma un acuerdo para establecer cuotas extraordinarias (porcentaje).

Regiones No Sí En asamblea En consejo directivo

I Península de Baja California 0 91 91 9


II Noroeste 0 98 97 7
III Pacífico Norte 2 98 98 4
IV Balsas 18 82 73 9
VI Río Bravo 13 84 79 18
VIII Lerma Santiago Pacífico 0 100 86 18
IX Golfo Norte 0 100 100 0
X Golfo Centro 20 80 80 0
Total 4 94 90 10

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

3.16 Contabilidad y finanzas

Las áreas administrativas de las asociaciones son las responsables de llevar la contabilidad de los
ingresos y el control de los egresos. En ellas descansa una buena parte del éxito económico de las
asociaciones, en tanto el buen control presupuestal les puede permitir desarrollar de manera eficien-
te sus actividades. Es así que nos encontramos con situaciones muy heterogéneas al respecto, ya que
existen asociaciones que tienen un sistema de control presupuestal bastante desarrollado y adaptado
a su situación específica, como los otros que realizan una contabilidad incipiente, con un bajo control
de los gastos.

147
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Cuadro 3.84 Se tienen al corriente los presupuestos de ingresos y egresos,


y por qué no (porcentaje).

Regiones No Sí Se han perdido No se han elaborado

I Península de Baja California 43 30 17 22


II Noroeste 7 92 3 2
III Pacífico Norte 11 87 4 4
IV Balsas 64 27 27 64
VI Río Bravo 18 82 11 11
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 21 79 7 18
IX Golfo Norte 25 75 25 0
X Golfo Centro 0 100 0 0
Total 19 77 8 11

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Respecto a la situación de si se tiene al corriente los ingresos y egresos, 80.5% contestó que sí y
4.2% que no. De las regiones, en la Golfo Centro 100% de sus asociaciones tienen al corriente el
presupuesto, seguida de la Noroeste con 91.5% y la Pacífico Norte con 87.2%. Las regiones donde
menos se encuentran al corriente son Balsas, donde sólo 27.2% está al corriente y Baja California con
30.4% de las asociaciones. Se han reportado pérdidas en 8.7% de las asociaciones y no se han elabora-
do en 11.6%. Por regiones, Baja California reporta perdidas de 17.3% de sus asociaciones y en Balsas
75% no ha elaborado presupuestos; son las dos más altas en cada una de las categorías.
Otro aspecto que genera mucha controversia en las asociaciones es el destino de los recursos, y si su
uso en determinados fines es el más apropiado. Por esto es importante que la programación de los
ingresos y gastos sea consensuado con los mismos usuarios o a través de sus representantes, y de que
exista al final de cada ejercicio fiscal información sobre en qué se utilizaron los recursos recaudados.
Desde el punto de vista de las mesas directivas encuestadas, los presupuestos son sujetos al conoci-
miento de la asamblea general de delegados en 92.1% de los casos, en tanto que 7.9% consideraron
que no se cumple con este criterio. En la Noroeste, Golfo Norte y Centro, 100% de las asociaciones
dan a conocer los presupuestos a la asamblea general, y en donde menos se dan a conocer a la
asamblea son la Balsas y Río Bravo, con 36.3 y 18.42%, respectivamente. El 100% de las sociedades de
responsabilidad limitada afirmaron tener al corriente sus presupuestos de ingresos y egresos y son de
conocimiento de la asamblea general.

Cuadro 3.85 Los presupuestos son sujetos al conocimiento de la asamblea general


de delegados (porcentaje).

Regiones No Sí

I Península de Baja California 9 61


II Noroeste 0 98
III Pacífico Norte 4 94
IV Balsas 36 55
VI Río Bravo 18 82
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 4 96
IX Golfo Norte 0 100
X Golfo Centro 0 100
Total 7 88

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

148
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

En general, en las asociaciones existen procesos administrativos que permiten dar transparencia al
manejo de recursos. Pero debido al mismo proceso de desarrollo de las asociaciones, hay un grupo de
éstas que no han logrado consolidar este proceso. Así nos encontramos que 83% de las asociaciones
dictaminan o auditan los estados financieros, y 17% que no. Por regiones podemos observar la Golfo
Centro con 100% y Noroeste, Pacífico Norte y Río Bravo con 89% de las asociaciones que sí dictami-
nan los estados financieros. Las que presentan más bajo porcentaje son Balsas con 64% que no auditan
sus estados financieros y Golfo Norte con 50%. Sobre quién realiza el dictamen, 75.8% expresó que lo
hace un despacho contable y 42.5% por diferentes despachos contables; los porcentajes no son
acumulativos, dado que algunas asociaciones realizan las auditorias con despachos contables y otras
oficinas diferentes, es el caso de Baja California, Pacífico Norte, Río Bravo y Lerma Santiago, donde
algunas de las asociaciones recurren a estos dos servicios. El dictamen lo realiza al término del año
fiscal 55.3% de los encuestados, Pacifico Norte , 70.2%; Noroeste, 64.4% y Golfo Centro, 60%. En las
sociedades, 100% de los estados financieros están auditados por un despacho contable.

Cuadro 3.86 Se dictaminan o auditan los estados financieros (porcentaje).

El dictamen lo El dictamen lo El dictamen se


Regiones No Sí realiza un realiza otra realiza al
despacho oficina diferente término del año
contable al despacho fiscal
contable

I Península de Baja California 9 65 57 61 48


II Noroeste 8 90 75 12 64
III Pacífico Norte 11 89 87 72 70
IV Balsas 55 36 27 18 27
VI Río Bravo 11 89 82 34 55
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 39 61 64 54 29
IX Golfo Norte 50 50 50 50 50
X Golfo Centro 0 100 100 20 60
Total 16 80 73 41 55

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

En cuanto a la pregunta si se han considerado indicadores para determinar si la distribución real


de los presupuestos es buena o deficiente, fue respondida por 94.4% de los encuestados, de los cuales
62.5% no los ha considerado y 37.5% sí.

Entre los indicadores considerados están:

Económicos 45 20.9%
Técnicos 0 0
Sociales 5 2.3%
Costos / área de trabajo 0 0
Infraestructura 19 8.8%
Distribución de personal 16 7.4%
Superficie / usuario 79 36.7%

En este sentido, uno de los aspectos centrales en la administración de las asociaciones será la
capacidad que generen internamente para controlar hacia dónde se dirigen los gastos y cómo orde-
nar los ingresos, sin que existan problemas financieros graves. Esto se logra teniendo un sistema de
contabilidad eficiente y personal que sepa realizar los procedimientos necesarios para organizar la

149
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

contabilidad y presentarla con claridad a los usuarios.


En este sentido, se han efectuado esfuerzos para capacitar a los responsables de la contabilidad de
las asociaciones, proveyéndolos de los recursos y conocimientos necesarios para llevar a cabo su tarea.
A la pregunta de si existe capacitación del personal en materia de contabilidad y finanzas, los directi-
vos de las asociaciones encuestadas contestaron, en 59%, que sí; en tanto que 41.3% afirmó que no. De
alguna manera esto se refleja en el hecho de que, con respecto a los resultados desfavorables en la
administración financiera de los módulos, 76% contestó que no han existido resultados desfavorables,
en tanto que 23.3% afirmó que sí.

Cuadro 3.87 Desempeño de la asociación (porcentaje).

Existen indicadores Hay capacitación del Ha habido resultados


para evaluar la personal en contabilidad desfavorables en la
distribución del y finanzas administración
presupuesto financiera

Regiones No Sí No Sí No Sí

I Península de Baja California 39 35 22 52 52 17


II Noroeste 69 27 10 85 81 12
III Pacífico Norte 36 60 28 72 77 21
IV Balsas 73 9 82 18 27 64
VI Río Bravo 66 34 66 34 71 29
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 82 18 71 29 79 21
IX Golfo Norte 50 50 75 25 75 25
X Golfo Centro 40 60 80 20 80 20
Total 59 35 40 56 72 22

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

3.17 La cuota por servicio de riego


Uno de los aspectos más polémicos entre los usuarios de los distritos de riego que continúa siendo
discutido con amplitud es la cuota de riego. Desde el inicio del proceso de transferencia se planteó la
necesidad de establecer, como condición indispensable para la que las asociaciones fueran viables
económicamente, que se definieran cuotas de autosuficiencia, que en la mayoría de los casos implica-
ron un incremento significativo comparadas con las de la década anterior a la transferencia. De forma
casi automática el tema de la cuota de riego de autosuficiencia se convirtió en uno de los puntos más
discutidos en casi todos los procesos de concertación y creación de las asociaciones y, posteriormente
a su constitución, sigue siendo un aspecto medular para las asociaciones.

Cuadro 3.88 Manera en que se determina la cuota de riego (porcentaje).

Regiones Con base al Por decisión de Por decisión de Por decisión


presupuesto estimado la asmblea la SRL de la CNA

I Península de Baja California 26 26 35 57


II Noroeste 83 7 7 73
III Pacífico Norte 57 89 2 53
IV Balsas 9 73 18 82
VI Río Bravo 79 32 11 63
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 43 61 29 54
IX Golfo Norte 50 100 0 50
X Golfo Centro 20 100 0 100
Total 60 46 13 63
Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

150
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Cuando se crea la CNA y propone la transferencia de distritos de riego a organizaciones de usua-


rios, aquéllos apenas recaudaban por cuotas por servicio de riego 27% de los costos de operación y
mantenimiento de ese entonces. De esta forma, el gobierno federal subsidiaba 73% de los gastos que
implicaban el manejo deficiente de los mencionados distritos de riego. Aun así, a principios de la
década de los años noventa los ingresos totales de los distritos, acumulando cuotas y subsidios, no
alcanzaba para cubrir el mínimo necesario para una operación y mantenimiento adecuado de la
infraestructura, ya que existía un rezago de casi una década en la que la conservación diferida se había
transformado en necesidades de rehabilitación en muchos de los sistemas de riego.
En el inicio del proceso de transferencia se debió convencer a los usuarios para que participaran en
mayor medida en el financiamiento de la operación y mantenimiento. Por ello se recurrió al primer
grupo de distritos de riego ya que por su patrón de cultivos y mejores condiciones económicas esta-
rían dispuestos a incrementar su aportación, con el fin de mejorar el servicio de riego. Como condi-
ción previa para la transferencia, ésta ha sido siempre una de las más difíciles de resolver. Al finalizar
1990 las finanzas de los distritos de riego estaban como muestra el siguiente cuadro.

Cuadro 3.89 Método de entrega agua de presa (porcentaje).

Regiones Por volumen Por hectárea Por tipo de Por otro método
entregado física anual cultivo

I Península de Baja California 61 4 0 0


II Noroeste 20 78 8 0
III Pacífico Norte 17 30 85 2
IV Balsas 18 73 18 9
VI Río Bravo 21 76 5 0
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 0 86 18 14
IX Golfo Norte 50 25 25 0
X Golfo Centro 0 80 60 0
Total 21 59 27 3

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Los fondos fiscales, denominados Capítulo 1000, se refieren al subsidio para cubrir el costo del
personal que operaba los distritos de riego, de manera que los fondos para inversión correspondían
a los dos primeros renglones del cuadro, es decir, 148.566 millones de pesos, de los cuales la Gerencia
de Distritos de Riego de la CNA destinó 73.5 millones de pesos, casi 50% de esta cantidad y 32.6% del
total disponible, para la conservación y mantenimiento. Como en ese año se regaron 3,052,551 ha, la
cuota media por servicio de riego que pagaron los usuarios por hectárea fue de $27.34, y el costo total
de operación de $73.92/ha. Sin embargo, la estimación del requerimiento de inversión para una
operación de mantenimiento adecuado era del orden de los 390 millones de pesos, por lo que se
suponía un déficit de 165 millones de pesos, es decir, solamente se estaba invirtiendo 58% de lo
necesario.
Conforme avanzó el proceso de transferencia de los distritos de riego se fue logrando una mayor
autosuficiencia financiera de las asociaciones de usuarios que se hicieron cargo de la operación, con-
servación y administración de los distritos de riego. En efecto, de 37% de autosuficiencia lograda en
1990, se pudo aumentar hasta 78% en 1993. No obstante, este dato sigue siendo engañoso debido a
que la realidad es que el subsidio del gobierno fue el que se redujo, ya que como se dijo anteriormen-
te, no se estaba disponiendo de los fondos necesarios para rescatar toda la conservación diferida
acumulada hasta la fecha y, lo más grave, es que seguía acumulando el requerimiento de conservación
por falta de fondos suficientes.
Aunque la CNA hizo inversiones considerables en rehabilitación y modernización de algunos dis-
tritos, principalmente del noroeste de México, la realidad es que la inversión fue totalmente insufi-

151
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

ciente para cubrir las necesidades de la mayor parte de los distritos de riego. La compra de maquina-
ria nueva que se entregó a los distritos, también contribuyó a mejorar la conservación y el manteni-
miento de la infraestructura, pero muy debajo de las necesidades reales de los distritos de riego.
La situación, desafortunadamente empeoró a partir de 1994 y se agravó después de 1995 con el
aceleramiento del proceso inflacionario. La inflación de los años 1993 y 1994, que se había reportado
de un dígito, se disparó en 1995 hasta un valor mayor de 50%, lo cual afectó en forma muy significa-
tiva la recaudación de la mayoría de las organizaciones de usuarios encargadas de operar los distritos
de riego transferidos. 11
Dada la situación, la CNA tuvo que incrementar su participación en la conservación de las obras en
1995 en lo referente a la conservación de obras, pero no fue suficiente para compensar la notable
disminución del ingreso de las asociaciones de usuarios.
Otro problema relacionado con la inflación fue que los ingresos de los productores agrícolas, en la
mayor parte de los casos, disminuyó, por lo cual no estuvieron anuentes a aumentar las tarifas de
riego a fin de compensar el efecto del proceso inflacionario. En el distrito de riego 011 Alto Río
Lerma, en 1990 se logró incrementar la tarifa de riego en más de 400%, con lo cual se logró transferir
el distrito a las asociaciones de usuarios en 1992. Obsérvese que en el distrito de riego 011 Alto Río
Lerma, el incremento de la tarifa de riego inicial fue muy considerable y que, posteriormente, ya
transferido el distrito de riego, los incrementos han sido poco significativos o nulos, por lo que en
términos reales la tarifa ha venido disminuyendo, excepto en los años 1992 y 1997, donde hubo una
pequeña recuperación pero insuficiente para llegar al nivel original de 1990. En contraste, en el
distrito de riego 09 Ciudad Juárez, los incrementos en el periodo de 1989 a 1994 fueron menores
pero relativamente constantes, lo que indica el esfuerzo desarrollado por la CNA. Sin embargo, el
problema es que en los últimos tres años ya no se continuó con los aumentos y, por lo mismo, no se
logró que el distrito tuviera autosuficiencia financiera. En el distrito de riego 09 Ciudad Juárez, Chih.,
que no ha sido transferido, también se observa que las tarifas de riego aumentaron, tanto en términos
reales como a precios corrientes hasta el año de 1994. A partir de 1995 se inició un rápido descenso
debido al efecto inflacionario y a que las tarifas han permanecido constantes, como se puede notar el
valor a precios corrientes.
Este distrito de riego actualmente recibe un subsidio de 52% en relación a sus gastos; sin embargo,
los ingresos totales, concluyendo el subsidio, es insuficiente para cubrir las necesidades de conserva-
ción, mantenimiento y operación.12
Las asociaciones han tenido que buscar distintas formas de consensuar con sus usuarios cualquier
incremento a la cuota de riego normal y en caso de existir cuotas extraordinarias. Los incrementos a
ésta deben reflejar la capacidad de concertación de las mesas directivas en las necesidades mínimas de
operación y conservación, así como también el guardar cierta relación con respecto al comportamien-
to de las condiciones económicas de los módulos de riego.
Cuando se transfirieron los distritos a las asociaciones de usuarios se les entrega un título de con-
cesión del agua, de la infraestructura de riego y del equipo; además, se les proporciona un instructivo
donde se encuentra de forma detallada la manera en que se deben estimar las tarifas por servicio de
riego. El método recomendado es el volumétrico, es decir, cobrar por millar de metros cúbicos de
agua servida, aunque esto todavía se encuentra en proceso de implementación en la mayoría de los
distritos. En realidad, en muchos módulos se calcula la cuota de acuerdo a la manera como se había
hecho antes de la transferencia. Por esta razón aún existe una gran variedad de formas de cálculo de
tarifas de riego: por hectárea regada anualmente, por hectárea y tipo de cultivo, por hectárea y tipo
de demanda de agua del cultivo —o sea, alta demanda, demanda media y baja demanda—, por
hectárea en 24 horas, por hora, con cierto gasto y en caso de bombeo, entre otros. Además, si se
consideran las grandes diferencias existentes entre el tamaño y número de usuarios por módulo y su
patrón de cultivos, se entiende por qué la cuota media por servicio de riego es variable. Como el
servicio de riego se cobra por hectárea riego anual, el ingreso de las asociaciones depende del número
de riegos que se da en cada uno de los módulos, el cual es variable en función del patrón de cultivo
dominante, del tipo de suelos y de las condiciones climáticas que hayan prevalecido. En algunos

152
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

casos, el cálculo se complica si se considera que existen módulos en los que se utilizan pozos de auxilio
al riego con agua superficial, que son operados por las mismas asociaciones con un costo diferente al
del agua superficial.
Entre los especialistas en irrigación y quienes han participado en el diseño de políticas de riego, se
ha discutido mucho el papel que debe tener la tarifa de riego como mecanismo de estímulo al uso
eficiente del agua y a la productividad, ya que mientras la tarifa sea baja y la asignación no sea por
volumen, es difícil evitar los sobrerriegos ocasionados por la falsa percepción de muchos usuarios de
que a más agua aplicada se logra garantizar mejor su producción, así como las prácticas inadecuadas.
Se estima que la cuota debe considerar una parte en proporción a la superficie beneficiada con el
riego para cubrir los gastos fijos de conservación y administración y, otra parte, en forma, volumétrica,
para fomentar el uso eficiente del agua.
De acuerdo con Palacios Vélez, esta forma mixta de estimar la cuota ya había sido establecida por
un decreto de 1934, en donde la cuota destinada a la conservación y administración debía ser cubierta
en su totalidad por adelantado, y la cuota volumétrica debería pagarse, igualmente por adelantado,
pero de acuerdo con los riegos solicitados por el usuario. Si se cobrara la tarifa de riego en esta forma,
las asociaciones de usuarios que cobran de forma volumétrica o por hectáreas-riego tendrían menos
problemas financieros. Por otra parte, las asociaciones que cobran tarifas por hectárea anual mejora-
rían el manejo del agua.
Con el fin de identificar la manera en que las asociaciones determinan su cuota de riego se
encuestó a los directivos, quedando establecido que utilizan más de un método para fijar la cuota.
Alrededor de 59.5% de las asociaciones lo hacen a través de la estimación de presupuesto, 45.5% por
decisión de la asamblea general, 12.5% por consideración de la sociedad de responsabilidad limitada
y 63.2% por parte de la CNA, siendo esta última la forma predominante. En la región de Baja California
aplica en forma mayoritaria, 56.5%, la decisión de la CNA, seguida por la de la SRL con 34.7%, lo cual
se vincula con el hecho de que en la mayor parte de la superficie irrigada existe una sociedad. En la
región Noroeste predomina el procedimiento de presupuesto estimado en 83%, seguido por el crite-
rio de la CNA en 72.8%. En la Pacífico Norte predomina la toma de decisión de la asamblea con
89.3%, seguida de presupuesto estimado con 57.4%. En la región Balsas predomina la decisión de la
CNA, 81.8%, seguida por asamblea general con 72.7%. En el Río Bravo predomina presupuesto
estimado con 78.9%, seguido por CNA con 63.1%. En el Lerma predomina el de la asamblea general,
60.7%, seguida de CNA con 53.5%. Contrastan los casos de Golfo Norte y Centro, donde en ambos
casos es por asamblea con 100%. Esta característica, de alguna manera refleja los distintos criterios
con los que son tomadas las decisiones en los distritos del norte del país con respecto a los del centro,
donde se requiere, por su carácter más heterogéneo, de consensuar la cuota con los distintos sectores
de usuarios.

Cuadro 3.90 Cuotas de riego extraordinarias (porcentaje).

Existen cuotas adicionales Al menos una vez al año se actualiza la cuota


Regiones No Sí No Sí

I Península de Baja California 22 52 17 57


II Noroeste 7 88 8 86
III Pacífico Norte 4 96 15 83
IV Balsas 36 55 73 27
VI Río Bravo 45 50 24 76
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 29 71 11 89
IX Golfo Norte 100 0 100 0
X Golfo Centro 40 60 80 20
Total 21 73 20 75

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

153
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

El método de cobro por hectárea física anual es el más utilizado en los diferentes tipos de agua de
presa o bombeo directo, aunque en el de pozo ocupa el segundo lugar. En el caso del agua de pozo se
privilegia por volumen entregado y tiene que ver con el sistema.

Cuadro 3.91 Fecha de la última actualización (año) (porcentaje).

Regiones Antes de 1998 1998 1999

I Península de Baja California 0 4 61


II Noroeste 2 78 0
III Pacífico Norte 6 66 2
IV Balsas 0 9 27
VI Río Bravo 11 37 21
VIII Lerma Santiago Pacífico 0 86 4
IX Golfo Norte 25 0 0
X Golfo Centro 0 20 0
Total 4 55 13

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

A la pregunta si existe otro tipo de cuota adicional a la cuota por servicio de riego contestó 94.4 de
los encuestados, de los cuales 77.3% contestaron que sí y 22.7% que no.
La región que presenta el más alto porcentaje de asociaciones con cuotas adicionales es la Pacífico
Norte con 95.7%, seguida por la Noroeste con 88.1% y Lerma con 71.4%. La región Golfo Norte es la
única donde no existe una cuota adicional en el cobro del agua, y el resto supera 50% de las asociacio-
nes de cada una de las regiones.
A la pregunta de si por lo menos una vez al año se actualiza la cuota por servicio de riego contestó
95.3% de las asociaciones, de las cuales 78.5% contestaron que sí y 21.4% que no. La Lerma-Santiago
presenta el más alto porcentaje de asociaciones que actualizan anualmente la cuota, con 89.2%, segui-
da por la Noroeste con 86.4% y Pacífico Norte con 82.9%. Las regiones que no actualizan son: Golfo
Norte, con 100% y Golfo Centro, sólo con 20%. El 54.8% de las asociaciones presentan como última
fecha de actualización el año de 1998 y 12.5%, 1999. Se supone que incide la fecha en que se realizó
la encuesta. La siguiente fecha es 1997, con 2.7%. La región del río Bravo es la que presenta 10.5% de
las asociaciones con actualizaciones anteriores a 1998.
A la pregunta si existen sanciones para usuarios que no cumplen con el pago del servicio contestó
94.9% de las asociaciones, de las cuales 69.6% contestó que sí y 30.4% que no. La regiones con el
porcentaje más alto son: Noroeste, con 91.5% de las asociaciones que tienen sanciones, seguida por la
Golfo Centro y Norte con 80 y 75%, respectivamente. La península de Baja California presenta el
porcentaje más bajo, 43.4% de asociaciones que tienen sanciones. El resto de las regiones están sobre
50% de asociaciones que tienen sanciones. Las sanciones de tipo administrativas son mayores que las
económicas, con 87.3 y 24.6%, respectivamente, porcentajes no acumulativos, pues una asociación
ejerce más de un tipo de sanción. Es el caso Lerma-Santiago, donde sólo 16 asociaciones de las 28
ejercen sanciones y, de éstas, 14 tienen sanciones de tipo económico y 14 de tipo administrativo, lo
cual indica que, por lo menos, 12 asociaciones tienen doble sanción. Igual circunstancia se presenta
en la del río Bravo, aunque en menor proporción. En el caso de Baja California, Balsas y Golfo Centro
y Golfo Norte, sólo presentan un tipo de sanción. Parece ser que la suspensión del servicio de riego no
se presenta como una de las sanciones utilizadas.
Sobre si existe otro tipo de ingreso diferente a la cuota por servicio de riego contestó 94.4% de los
encuestados, de los cuales 54.6% que sí y 45.3% que no. Sin embargo, estos ingresos se restringen a la
prestación del servicio de riego. El rubro de mayor ingreso es por multas e infracciones en 32%; por
cooperación, 29.6%, y por servicios y asesoráis, 1.4% de las asociaciones. Por regiones, la Pacífico
Norte recibe el mayor número: 87.9% de ingresos adicionales que se concentran en multas y coopera-

154
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Cuadro 3.92 Existen sanciones para usuarios que no cumplen con el pago del servicio,
y de qué tipo (porcentaje).

Regiones No Sí Sanciones Sanciones


económicas administrativas

I Península de Baja California 57 17 0 17


II Noroeste 5 92 2 90
III Pacífico Norte 34 64 9 62
IV Balsas 45 55 45 0
VI Río Bravo 29 66 29 45
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 43 57 50 50
IX Golfo Norte 25 75 0 75
X Golfo Centro 20 80 0 80
Total 29 66 16 58

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

ción. La Golfo Centro ocupa el segundo lugar con una proporción igual por multas y cooperación.
Contrasta con el Noroeste donde los ingresos adicionales son sólo en 22% de las asociaciones, presen-
tándose ésta como la proporción más baja.

Cuadro 3.93 Existe otro tipo de ingreso diferente a la cuota por servicio de riego,
y de qué tipo (porcentaje).

Por servicios de Multas por infracciones Cooperación


Regiones No Sí asesoría al reglamento acordada por
la asamblea

I Península de Baja 17 57 0 48 35
California
II Noroeste 75 22 0 15 15
III Pacífico Norte 28 66 2 32 40
IV Balsas 27 73 18 45 18
VI Río Bravo 39 61 0 45 26
VIII Lerma-
Santiago-Pacífico I 39 57 0 14 29
X Golfo Norte 25 75 0 75 75
X Golfo Centro 20 80 0 40 40
Total 43 52 1 31 28

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999

El 96.2% respondió a la pregunta sobre el fondo fijo. El 5.3% lo tiene y el restante 94.6% no lo
tiene. La cuota por contingencia está en 9.7% de las asociaciones encuestadas. La región Pacífico
Norte, con 23%, presenta el más alto porcentaje en este tipo de cuota. En las regiones Balsas, Golfo
Norte y Centro no está presente en ninguna de las asociaciones. La poca existencia de fondos de
contingencia se relaciona también con la poca existencia de cuotas para este fondo; puede ser falta de
previsión o recursos.

155
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Cuadro 3.94 Existe un fondo fijo o fondo de ahorro para enfrentar contingencias,
y de qué tipo (porcentaje).

Regiones No Sí Cuota de apoyo para casos


de contingencia

I Península de Baja California 70 4 9


II Noroeste 93 3 5
III Pacífico Norte 89 11 23
IV Balsas 91 9 0
VI Río Bravo 100 0 8
VIII Lerma Santiago Pacífico 96 4 4
IX Golfo Norte 75 25 0
X Golfo Centro 100 0 0
Total 91 5 9

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Cuadro 3.95 Disposición existente entre los usuarios para aceptar incrementos en la cuota por
el servicio de riego (porcentaje).

Regiones Buena Mala Existe renuencia al pago de


incrementos en la cuota

I Península de Baja California 30 43 30


II Noroeste 80 17 17
III Pacífico Norte 70 30 30
IV Balsas 9 82 64
VI Río Bravo 34 61 42
VIII Lerma-Santiago-Pacífico 39 57 46
IX Golfo Norte 0 100 100
X Golfo Centro 20 80 100
Total 53 42 35

Fuente: CNA, Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios,1999.

Cuadro 3.96 Ingresos para el manejo de los distritos de riego 1990.

Concepto Ingresos (millones $) (%)

Ingresos por cuota de usuarios 83.463 36.99


Fondos fiscales directos 65.103 28.85
Fondos fiscales (Cap. 1000) 77.065 34.16
Total 225.631 100.00

FuentePalacios Vélez, Enrique (Coord.), Ibídem, p. 47),

Cuadro 3.97 Módulos de riego cuya característica es la similitud entre la productividad, la


eficiencia y los ingresos que reciben.

Distrito de riego Módulo de riego Nombre del módulo

14 1 Usuarios Módulo 1 M. I. Río Colorado


14 2 Usuarios Módulo 2 M. I. Río Colorado
14 3 Usuarios Módulo 3 M. I. Río Colorado
14 9A Usuarios Módulo 9A M. D. Río Colorado
14 9B Usuarios Módulo 9B M. D. Río Colorado

156
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Distrito de riego Módulo de riego Nombre del módulo

38 10 Módulo 10
10 22 Prod. agrícolas del Distrito de Desarrollo Rural 136
10 23 El Grande
75 2-2 Módulo II-2 Ruiz Cortines
75 7-1 Módulo VII-1 Juncos
53 4 Módulo 4 Amela
53 6 Módulo 6 Cihuatlán M. Jalisco

A la pregunta sobre la disposición de los usuarios para el incremento de la cuota del servicio de
riego respondió 94.4% de los encuestados. De ellos, 55.6% contestó que buena y el restante 44.4%
contestó que mala. La renuencia al pago por incrementos en cuotas del servicio está en 37.4% de los
encuestados.

3.18 Tipología de asociaciones de usuarios

La transferencia de los módulos de riego a asociaciones de usuarios fue un proceso que asumió distin-
tas modalidades, de acuerdo con las características de los sistemas de riego, la organización de sus
usuarios y las condiciones productivas y sociopolíticas, las cuales, en conjunto, implicaron para los
responsables de llevar a cabo este proceso una serie de tareas de comunicación, negociación y
concertación de considerable magnitud, que en su mayoría y con el tiempo, tuvieron como resultado
el convencimiento de, al menos, un sector mayoritario de usuarios en cada módulo de riego, que
culminaría en la conformación de las asociaciones.
La convicción de la conveniencia de la transferencia se ha sostenido con el tiempo, pero problemas
de tipo técnico, administrativo, productivo, organizativo o político, han surgido de diversas maneras.
Una de los principales dificultades para la consolidación de un conjunto específico de asociaciones
son sus propias características socioeconómicas y productivas, las que no han permitido afrontar los
cambios en las condiciones económicas de la agricultura, tales como han sido la baja rentabilidad de
muchos cultivos y los procesos de globalización que fuerzan a la mayoría de los usuarios de los distri-
tos de riego a asumir nuevas estrategias productivas, algunas de las cuales ayudan a sostener el funcio-
namiento de las asociaciones, pero otras, las dificultan.
Así como no hubo procesos de transferencia iguales, tampoco existen las soluciones a los llamados
problemas de segunda generación, aquéllos surgidos una vez transferidos los sistemas.
Una primera condición para la consolidación de los sistemas de riego es el tamaño de los módulos
y número de sus miembros. Mientras más grandes son las asociaciones éstas pueden desarrollar estra-
tegias de economías de escala, así como tener una organización más compleja que responda mejor a
las necesidades de sus usuarios en los distintos aspectos no sólo de distribución del agua, sino en su
carácter de promotora del cambio tecnológico con respecto al riego y a los procesos productivos, y
también, de otras actividades en las que están incursionando como las organizaciones de agricultores
que son. Es de esperarse que el desarrollo de las asociaciones que abarcan superficies grandes y el de
las unidades de producción, cuyo tamaño es relativamente grande también, sea satisfactorio, en tanto
que, a pesar de las dificultades de sus agricultores por adaptarse a las cambiantes condiciones de me-
rcado de su producción, tienen el interés y las condiciones para sostener el servicio de rie
o e incorporar tecnología para hacer un uso más intensivo del agua y tierra, así como para organizarse-
para producir en superficies compactas o comercializar a nivel nacional o internacional. Pero en el c
so de las asociaciones en donde el tamaño de la unidad de producción es pequeño y el módulo
grande, existe una serie de dificultades para sostener el sistema de riego, que puede variar en inten-
sidad y combinación particular de factores de acuerdo a otras variables. Tenemos los casos de módu-

157
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

los donde el tamaño de la unidad de producción es menor a 2 ha, en módulos de más de 10 mil
hectáreas, lo cual hace que, simplemente para lograr el consenso respecto a ciertas decisiones impor-
tantes, tales como la cuota de riego o la elección de la mesa directiva, se presenten un sinnúmero de
dificultades. De igual manera, muchos usuarios en estos sistemas han optado por estrategias de vida
que los alejan de la agricultura como actividad económica principal. Así tenemos que, por ejemplo, la
pluriactividad, entendida como el desarrollo de dos o más actividades económicas, está muy extendi-
da en este tipo de módulos, así como la migración del usuario responsable de la producción durante
uno o varios meses al año o, definitivamente, dejando a la esposa encargada de la parcela. De esta
manera, tenemos en algunos módulos situaciones en las que el número de mujeres encargadas de la
producción agrícola es alto, existiendo altas tasas de ausentismo de los hombres o, en su caso, el
responsable de la parcela es el más viejo de la familia ya que los jóvenes prefieren dedicarse a otra
actividad, e incluso, subsidian la agricultura de subsistencia del padre. Este tipo de agricultor es muy
difícil de convencer para que participe en las decisiones respecto al agua de riego. Rechaza cualquier
incremento en la cuota, ya que afecta su estrategia de minimizar riesgos y costos en su producción de
subsistencia. Asimismo es muy difícil involucrarlo en hacer un uso más eficiente del agua. Entre estos
dos extremos existe una gran cantidad de situaciones, en las cuales están funcionando las asociacio-
nes.
Con el fin de caracterizar estos problemas, se elaboró una tipología que permitiera clasificar las
diversas situaciones en las que operan las asociaciones, considerando que a partir de las condiciones
de uso del agua y tierra como factores centrales, se pueden establecer propuestas para consolidarlas
como organizaciones de productores.
Con la información disponible en el Sistema de Información Hidrológica de Distritos de Riego,
desarrollado para la CNA por la Coordinación de Tecnología de Riego y Drenaje del IMTA, se elabo-
ró una tipología de módulos de riego utilizando las técnicas estadísticas de análisis factorial y análisis
de conglomerados. Estos métodos estadísticos son del tipo reductivo y, por lo tanto, permiten agrupar
los casos en estudio dentro de una estructura explicativa que da cuenta de los rasgos comunes entre
ellos. Para construir la tipología de los módulos de riego se recurrió a ambas técnicas ya que sus
resultados son complementarios y permiten encontrar las agrupaciones de los módulos de riego con
base en las relaciones y características del conjunto de sus observaciones o variables analíticas.
De esta forma, primero se realizó un análisis factorial con el propósito de hallar las características
que diferencian a los módulos de riego según las regularidades o relaciones existentes entre las varia-
bles de información disponibles para éstos. Posteriormente, en un segundo momento metodológico,
se efectuó un análisis cluster para agrupar los módulos de riego con base en esas características comu-
nes y diferentes encontradas en el análisis factorial.
La técnica estadística del análisis factorial consiste en resumir la información de cada módulo
constituida por un gran número de aspectos o variables, en un sólo índice que ubica a cada módulo en
una escala, el cual es llamado factor. Este procedimiento es similar al utilizado por Instituto Nacional
de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) para clasificar a los municipios y localidades del país
de acuerdo al índice de marginación. A partir de estos factores es posible establecer interrelaciones
del conjunto de las variables identificando cuáles factores explican a los demás.
Las variables consideradas en el análisis fueron: Parcela promedio (ha), Usuarios sector social,
Usuarios sector privado, Volumen utilizado 98-99 (Mm3) , Eficiencia global (%), Productividad media
del agua ($/M 3), Productividad media de la tierra (M$/ha) e Ingresos por hectárea (M$/ha).
Las variables utilizadas se concentraron en dos factores que pueden ser catalogados como: factor 1:
productividad, eficiencia e ingresos; y, factor 2: usuarios, volumen y tamaño de la parcela. Como se
explica más adelante, las relaciones entre las variables que conforman estos factores son las que defi-
nen y explican, a su vez, las características para que los módulos se agrupen con base en las condicio-
nes de estos dos factores. Los dos factores obtenidos explican 43% de la regularidad de las variables
entre los módulos bajo estudio. Puede decirse que un factor de diferenciación de los módulos de riego
es la diferencia en el número y tipo de usuarios y volumen de agua disponible, además de los tamaños

158
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

similares de las parcelas. Otra estructura común entre los módulos de riego está dada por la similitud
que posean en los niveles de productividad del agua y la tierra, la eficiencia global y los ingresos por
hectárea que perciben.
Así las cosas, los resultados de los factores plantean que los módulos de riego se parecen y relacio-
nan entre sí debido a tres grandes características: por las diferencias entre el número de usuarios
ejidales y privados además del volumen de agua que reciben (sin que haya evidencia para afirmar que
se trata de más o de menos volumen de agua respecto de los otros módulos, sino de que disponen de
una cantidad similar a ser distribuida entre ellos); por la similitud en los tamaños promedios de las
parcelas; y, por condiciones semejantes en la productividad de la tierra y el agua, la eficiencia global
que han alcanzado y por los ingresos por hectárea que reciben.
Si ordenamos nuestros resultados obtenemos que, dependiendo de las condiciones de los usuarios,
volumen y tamaño de la parcela; y según productividad, eficiencia e ingresos que perciben los módu-
los, existen 12 módulos de riego que pueden agruparse según las condiciones de similitud en sus
características de productividad, eficiencia e ingresos que perciben.
Del resto de módulos se identificaron los módulos de riego con características similares en el tama-
ño de la parcela de aquellos cuyo rasgo distintivo es, predominantemente, la diferencia en el número
de usuarios ejidales y privados y el volumen de agua recibido. Esto permitió establecer la existencia de
sólo seis módulos de riego con estas características de similitud entre ellos.
La utilización de las técnicas estadísticas permitió establecer una tipología de los módulos de riego
con base en dos factores explicativos: por un lado, los módulos de riego son similares entre sí debido
a las condiciones de productividad, eficiencia e ingresos que poseen mientras que, por otro lado, los
módulos de riego también se parecen (y diferencian) por las condiciones del número de usuarios
ejidales y privados, por el volumen de agua que reciben y por el tamaño promedio de la parcela.
En otras palabras, los factores obtenidos permiten plantear la existencia de tres tipos de módulos:
- Módulos de riego que se parecen entre sí y diferencian respecto de los demás módulos por tener
características similares de productividad del agua y la tierra, por la eficiencia global como utilizan el
agua y por los ingresos que reciben.
- Módulos de riego cuya característica particular la constituye el tener una diferencia importante
de usuarios ejidales respecto de usuarios privados y por recibir un volumen similar de agua (sin que
haya evidencia para afirmar que son volúmenes mayores o menores respecto de los otros módulos)
El último grupo de módulos de riego se caracteriza por tener un tamaño promedio de parcelas
parecidos entre sí.
Es necesario advertir que esta tipología de módulos de riego no permite afirmar que las caracterís-
ticas de cada grupo de módulos son mejores en comparación con los otros. La riqueza de la tipología
construida es para advertir la necesidad de realizar estudios más detallados que evalúen los módulos
según las características concretas identificadas. Los resultados sirven para generar más conocimiento
sobre los rasgos distintivos que tienen los módulos de riego y no para afirmar cuáles módulos de riego
son mejores que otros.

Cuadro 3.98 Módulos de riego cuya característica es el número de usuarios ejidales respecto de
los usuarios privados y el volumen de agua similar que reciben.

Distrito de riego Módulo de riego Nombre del módulo

43 2 Módulo 2 Río Santiago Margen izq.


63 11 AUPA Bamoa Módulo I-1
63 21 Módulo II-1 Petatlán
75 3-2 Módulo III-2 Taxtes
25 1-1 Módulo I-1
11 2 Productores del Módulo 2 Salvatierra

159
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Cuadro 3.99 Módulos de riego con tamaño similar de parcela y condición de productividad de
agua y tierra.

Distrito Nombre del módulo Productividad agua Productividad tierra

14 Usuarios Módulo 11 M. D. Río Colorado baja baja


14 Usuarios Módulo 12 M. D. Río Colorado baja baja
14 Usuarios Módulo 13 M. D. Río Colorado baja baja
14 Usuarios Módulo 14 M. D. Río Colorado baja baja
14 Usuarios Módulo 15 M. D. Río Colorado baja baja
14 Usuarios Módulo 17 M. D. Río Colorado baja baja
14 Usuarios Módulo 20 M. D. Río Colorado baja baja
38 Módulo 1 baja baja
38 Módulo 3 baja baja
38 Módulo 6 baja baja
38 Módulo 16 baja baja
41 Módulo 01 baja baja
41 Módulo 2 Canal Principal Alto,secc. K-61 y K-54 baja baja
41 Módulo 4 baja baja
41 Módulo 6 del Canal Principal Bajo baja baja
41 Módulo K-64 baja baja
41 Módulo K-66 baja baja
41 Módulo K-68 baja baja
41 Módulo 10 del Canal Principal Alto baja baja
41 Módulo 10 del Canal Principal Bajo baja baja
41 Módulo 02 baja baja
41 Módulo 2B baja baja
41 Módulo12 baja baja
41 Módulo 18 baja baja
41 Módulo 19 baja baja
41 Módulo 4P6 baja baja
41 Módulo 8 baja baja
41 Módulo Nainari baja baja
41 Módulo K-70 baja baja
41 Módulo K-73.8 baja baja
41 Módulo Bacame baja baja
41 Módulo K-95 baja baja
41 Módulo Santini I baja baja
41 Módulo Santini II baja baja
51 Módulo Único baja baja
10 La Palma baja baja
43 Módulo 1 baja baja
63 Módulo III-1 Sabinal baja baja
74 AUPA del Valle del Evora baja baja
74 AUPA Eustaquio Buelna baja baja
75 Módulo I-1 Guasave baja baja
75 Módulo I Río Fuerte baja baja
75 Módulo IV-1 Sevelloampo baja baja
75 Módulo IV-2 Pascola baja baja
75 Módulo V-1 Mavari baja baja
75 Módulo V-2 Cohuinahua baja baja
75 Módulo VII-2 Nohme baja baja
76 AUPA Módulo 1 baja baja
76 AUPA Módulo 3 baja baja
76 AUPA Módulo 5 baja baja
76 Módulo 6 La Capilla baja baja
76 Módulo 7 Los Llanos baja baja
30 Manuel Ávila Camacho baja baja

160
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Cuadro 3.99 Módulos de riego con tamaño similar de parcela y condición de productividad de
agua y tierra. (continuación)

Distrito Nombre del módulo Productividad agua Productividad tierra

30 Tlacotepec de Benito Juárez baja baja


30 Gral. Emiliano Zapata baja baja
30 Adolfo López Mateos baja baja
25 Módulo III-1 baja baja
26 Asociación Usuarios Miguel Alemán baja baja
26 Asociación Usuarios Camargo baja baja
26 Módulo II-2 baja baja
26 Asociación Usuarios El Barrote baja baja
26 Asociación Usuarios La Retama baja baja
26 Módulo II-5 baja baja
26 Módulo III-2 baja baja
26 Módulo III-3 baja baja
26 Módulo V baja baja
90 Módulo 1 Labor de Ojinaga baja baja
90 Módulo 4 Santa Teresa baja baja
103 Módulo 1 baja baja
103 Mód 2 Coronado López baja baja
1 Único baja baja
11 Productores del Módulo 4 Valle baja baja
11 Productores del Módulo 5 Cortazar baja baja
11 Productores del Módulo6 Salamanca baja baja
11 Productores del Módulo 9 Huanimaro baja baja
20 Valle Álvaro Obregón baja baja
20 Canal Zacapendo baja baja
85 Módulo 4 M. D. baja baja
28 Asociación Usuarios Módulo 1 Aguas Blancas baja baja
28 Asociación Usuarios Módulo 2 Aguas Negras baja baja
44 Módulo Único baja baja
14 Usuarios Módulo 5 M. D. Río Colorado baja media
14 Usuarios Módulo 6 M. D. Río Colorado baja media
14 Usuarios Módulo 7 M. D. Río Colorado baja media
14 Usuarios Módulo 10 M. D. Río Colorado baja media
14 Usuarios Módulo 16 M. D. Río Colorado baja media
14 Usuarios Módulo 21 M. I. Río Colorado baja media
14 Usuarios Módulo 22 M. I. Río Colorado baja media
41 Módulo Cocoraque CMD baja media
75 Módulo II-1 Leyva Solano baja media
30 Luciano Sánchez baja media
30 Lázaro Cárdenas baja media
98 Módulo 1 Guerrero baja media
98 Módulo 2 Michoacán baja media
5 Usuarios Módulo 3 baja media
5 Usuarios Módulo 4 baja media
5 Rosales baja media
5 Asoc. de agric. Octavio Legarreta baja media
5 Ing. César Ramos baja media
90 Módulo 5 Paso del Norte baja media
11 Productores del Módulo 1 Acámbaro baja media
11 Productores del Módulo 11 La Purísima baja media
20 Aguas de Morelia baja media
53 Módulo 1 Peñitas baja media
53 Módulo 2 Juárez baja media
82 Módulo II-1 Joachin baja media

161
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Cuadro 3.99 Módulos de riego con tamaño similar de parcela y condición de productividad de
agua y tierra. (continuación)

Distrito Nombre del módulo Productividad agua Productividad tierra

68 Módulo I-1 Presa Valerio Trujano baja alta


5 Unidad Conchos baja alta
5 Usuarios Módulo 5 baja alta
5 Usuarios 3 unidad Rubén Acosta baja alta
90 Módulo 3 El Mezquite y la Colmena baja alta
53 Módulo 5 Cihuatlán M. Colima baja alta
35 Módulo I-1 baja alta
35 Módulo II-1 Actopan baja alta
82 Módulo I-1 Piedras Negras baja alta
14 Usuarios Módulo 18 M. D. Río Colorado media baja
38 Módulo 2 media baja
38 Módulo 4 media baja
38 Módulo 12 media baja
38 Módulo 13 media baja
38 Módulo 14 media baja
41 Módulo 6 del Canal Principal Alto media baja
41 Módulo K-63 media baja
41 Módulo 14 media baja
41 Módulo 4P4 media baja
41 Módulo 4P8 media baja
41 Módulo P-10 media baja
41 Módulo K-105 media baja
41 Módulo K-73+500 media baja
41 Módulo K-91 sur media baja
76 AUPA Módulo2 media baja
76 AUPA Módulo 4 media baja
56 Mód 1 Canal Rojano media baja
56 Módulo 2 Canal San Diego media baja
25 Santa Rosa media baja
25 Módulo III-3 media baja
26 Asociación Usuarios Los Ángeles media baja
26 Módulo III-5 media baja
11 Productores del Módulo 3 Jaral media baja
20 Río Grande de Morelia media baja
20 Presa Malpaís media baja
85 Módulo 1 Neutla media baja
14 Usuarios Módulo 19 M. D. Río Colorado media media
38 Módulo 5 media media
41 Módulo 4P10 media media
41 Módulo 16 media media
41 Módulo 20 media media
41 Módulo K-79 media media
41 Módulo K-88.5 media media
11 Productores del Módulo 7 Irapuato media media
85 Módulo 2 Comonfort media media
14 Usuarios Módulo 4 M. D. Río Colorado media alta
14 Usuarios Módulo 8 M. D. Río Colorado media alta
75 Módulo II-3 Batequis media alta
5 Usuarios Módulo 2 media alta
90 Módulo 2 Llano de Dolores media alta
85 Módulo 3 M. izq. media alta
35 Módulo III-1 Puente Nacional media alta

162
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Cuadro 3.99 Módulos de riego con tamaño similar de parcela y condición de productividad de
agua y tierra. (continuación)

Distrito Nombre del módulo Productividad agua Productividad tierra

53 Módulo 3 Tecuanillo media


41 Módulo 22 alta baja
10 AUPA Bachimeto alta baja
10 AUPA Módulo V-1 alta baja
10 AUPA Módulo V-2 alta baja
43 Módulo 4 Río San Pedro M. D. alta baja
25 Módulo II-1 alta baja
25 Módulo II-2 alta baja
25 Módulo III-4 alta baja
25 Módulo IV-1 alta baja
25 Módulo IV-2 alta baja
26 Asociación Usuarios Guillermo Rhode alta baja
26 Módulo IV-1 alta baja
11 Productores del Módulo 8 Abasolo alta baja
11 Productores del Módulo 10 Corralejo alta baja
38 Módulo 8 alta media
41 Módulo 4P12 alta media
41 Módulo K-91 norte alta media
10 AUPA Otameto alta media
10 PANAC-7 alta media
10 Junta de usuarios de canal principal Humaya alta media
10 AUPA Montelargo alta media
43 Módulo 3 alta media
8 Usuarios Módulo 1 AC alta media
38 Módulo 7 alta alta
38 Módulo9 alta alta
38 Módulo 11 alta alta
41 Módulo 11 alta alta
83 Módulo Único alta alta
10 Culiacancito alta alta
10 AUPA Módulo IV-2 alta alta
63 Módulo I-2 Milpas alta alta
63 Módulo II-2 Tetameche alta alta
75 Módulo III-1 Santa Rosa alta alta

Debido a que el tercer grupo concentró la mayor cantidad de módulos (192) se procedió a realizar
una nueva tipología para este conjunto de módulos de riego, según sus características particulares
de productividad del agua y de la tierra. Esto llevó al agrupamiento de seis subgrupos de módulos
de riego de acuerdo con: baja productividad del agua, media productividad del agua, alta producti-
vidad del agua, baja productividad de la tierra, media productividad de la tierra y alta productivi-
dad de la tierra.

3.19 Conclusiones

Desde su creación, las asociaciones de usuarios han logrado avances. Entre ellos destacan el soste-
ner el servicio de riego con base en sus propios recursos y capacidades y, en algunos casos, mejorar
considerablemente los tiempos de entrega y distribución del agua. De esta manera, las asociaciones
han tenido que resolver un gran número de dificultades características del proceso de consolidación

163
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

de cada tipo de módulo de riego y formas productivas prevalecientes. El mismo hecho de mantener
sus sistemas de riego funcionando, con toda la infraestructura que recibieron en concesión, permite
afirmar que el proceso de transferencia fue un logro que ahora requiere de nuevas estrategias para
enfrentar los desafíos socioeconómicos y ambientales que aguardan a las asociaciones. Las estrategias
a implementar tienen que ser, por la misma naturaleza de los desafíos, distintas para cada tipo de
problemática que enfrentan las asociaciones, así como también tienen que atender los distintos asun-
tos que involucra la organización de agricultores en torno al agua. Estas estrategias tenderán a buscar
la consolidación de las capacidades propias de las asociaciones para resolver ellas mismas sus proble-
mas, antes que la concepción de soluciones desde el exterior a sus realidades concretas. Como se
desprende de esta evaluación, los retos ya están presentes ahora como parte de la problemática
organizativa y productiva de las asociaciones y sociedades de responsabilidad limitada.
Dentro de los aspectos analizados en la información que vertieron las mismas asociaciones, es
fácil ver que en este momento hay distintos tipos de asociaciones, en tanto tienen distintas condicio-
nes de funcionamiento, así como los procesos económicos y organizativos por los que pasan amplían
la heterogeneidad social y productiva entre ellas. De esta manera, existen asociaciones con un gran
desarrollo organizacional y capacidad de gestión, particularmente en donde las condiciones
socioeconómicas de sus usuarios ha permitido el desarrollo de una agricultura comercial a gran esca-
la, orientada en muchas ocasiones hacia las exportaciones o al mercado nacional de altos ingresos,
donde además, ya existe un proceso de reorganización de las estrategias económicas de las unidades
de producción. Ahí nos encontramos con que cuentan con la capacidad de incorporar nuevas tecno-
logías, en particular aquéllas que permiten hacer más eficiente el uso del agua.
Por otro lado, en las ocho regiones existen asociaciones que actúan en un contexto heterogéneo
o campesino, es decir, en módulos de riego donde conviven usuarios que mantienen una agricultura
de subsistencia junto con usuarios de carácter comercial y empresarial. La agricultura campesina en
los distritos de riego se caracteriza por incluir un sector variable de usuarios que producen granos
para autoconsumo o cultivos comerciales en pequeñas extensiones que sólo les permiten un ingreso
mínimo al año, por lo cual tienen que asumir estrategias de vida que les permitan reducir los riesgos
económicos lo más posible, tal como son el diversificar sus actividades económicas a través de, por
ejemplo, la ganadería de traspatio y actividades fuera de la parcela e, incluso, llegar hasta la migra-
ción temporal o definitiva, dejando como responsables de las parcelas a las mujeres o a los más ancia-
nos de la familia. Las condiciones en que producen este tipo de usuario necesariamente delimita las
condiciones en que se logrará la consolidación de las asociaciones. En este tipo de situaciones es
común encontrar entre los usuarios la percepción de que el gobierno federal debe seguir subsidiando
plenamente su producción y de que ellos, al no poder pagar una cuota de riego alta por los bajos
ingresos que obtienen de sus cultivos, se pueden sustraer de las actividades y costos del agua propios
de su módulo, a pesar de estar sus superficies en producción, siendo estos mismos usuarios los que en
menor medida participan en las asociaciones.
Entre los tipos de asociaciones que podemos encontrar en cada extremo, existen una gran di-
versidad de posibles amalgamas de condiciones hidrológicas de los sistemas y formas productivas, tal
y como se representa en la tipología de módulos. Sin pretender generalizar para todos los casos, se
puede identificar un conjunto de problemáticas comunes que enfrentarán en los próximos años las
asociaciones de usuarios y sociedades de responsabilidad limitada:

— Los retos productivos, ya que como organizaciones de productores se encuentran aquellos


relacionados directamente con los cambios en la estructura productiva por los cambios en la
economía. Entre estos tenemos los cambios en el patrón de cultivos que implica responder
a nuevas necesidades de agua por parte de los agricultores, tal y como puede ser el disponer
de riegos más eficientes y con mejores calidad de agua. Así también se encuentran las con-
diciones de uso del agua, los tiempos de entrega y la aplicación. Mientras se vaya especiali-

164
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

zando cada vez más la agricultura del mundo e incorporando las nuevas tecnologías que la
hacen más productiva, probablemente se requerirán de niveles de organización de los pro-
ductores, hasta ahora no desarrollados.

— Los retos organizativos, en tanto que se necesitan organizaciones fuertes y consolidadas,


acordes con las características productivas de cada módulo que les permitan ajustarse a los
cambios económicos, y para lo cual las asociaciones de usuarios pueden cumplir un papel
muy importante ya que son la principal organización existente de los agricultores con riego.

— Los retos en la operación y conservación, en tanto que se deben desarrollar reglas claras y
equitativas, consensuadas con todos los usuarios, que permitan distribuir el agua en condi-
ciones de creciente escasez de este recurso, así como de mayor competencia con sus otros
usos, que la limitan no sólo en cantidad, sino también en calidad.

— La participación de las asociaciones en la gestión integral por cuenca, en tanto que el mane-
jo de sus sistemas implica la interacción con otros usuarios del agua y otros sistemas de
riego, e incluso, con agricultores de temporal que buscan incorporarse al riego, ya que es a
este nivel en el que se definirá en las próximas décadas la distribución del agua disponible
entre usuarios, así como el establecimiento de medidas respecto a su calidad y las soluciones
económicas que permitirán hacer sustentable el manejo de los recursos hídricos de nuestro
país, mediano y largo plazos.

— El impulso al cambio tecnológico, en tanto que como organizaciones de productores en


torno al riego, son el ámbito adecuado para buscar las formas más apropiadas para que los
usuarios lleven a cabo la transformación tecnológica en términos productivos y como usua-
rios del agua, e incluso, sean las mismas asociaciones las que impulsen la transformación de
sus propios sistemas de distribución.

La consolidación financiera será uno de los desafíos más importantes, en tanto la agricultura como
actividad económica se encuentra a nivel mundial en un profundo proceso de reestructuración, el
cual, además de ser muy complejo, es difícil de enfrentar, ya que no sólo en nuestro país, sino incluso
en las economías más desarrolladas y aquellas que aún no se han incorporado a la economía globalizada,
existen fuertes tendencias a la exclusión o expulsión de los agricultores campesinos, siendo este pro-
ceso muy inconstante en términos geográficos y sociales dependiendo, en gran medida, de la propia
capacidad de respuesta que dan los productores para buscar su reincerción en una economía más
compleja. Pero no sólo la agricultura campesina está siendo forzada por las transformaciones econó-
micas para innovar sus procesos productivos, sino incluso la agricultura más desarrolla de nuestro
país tiene que incorporarse a profundas modificaciones para lograr sostenerse a largo plazo.
Este trabajo muestra una serie de alcances y problemáticas de las asociaciones de usuarios y socie-
dades de responsabilidad limitada. Aquí se presentan las diversas situaciones que enfrentan y las
propias percepciones de los directivos de las asociaciones. Sin embargo, lo que aquí se afirma no son
certezas irrebatibles, sino sólo parte de las realidades que vive cada asociación, las que se encuentran
en constante movimiento ya que cada ciclo productivo, cada año, las asociaciones se enfrentan a
nuevas situaciones y a problemáticas distintas.
Queda mucho más por decir de las asociaciones que lo que aquí se ha expresado. Para el futuro
cercano es fundamental impulsar el desarrollo de las capacidades de gestión de las asociaciones,
entendidas éstas como organizaciones de agricultores en torno al riego. Sólo con base en el desarro-
llo de la autogestión se logrará la consolidación organizativa que les permita a los usuarios de estos
sistemas afrontar los diversos retos que implica la transformación de la agricultura de riego.

165
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

ANEXO
ESTADÍSTICO

166
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

167
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

168
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Introducción

En los últimos años se ha desarrollado un considerable esfuerzo para organizar la información dispo-
nible sobre las asociaciones y los módulos de riego transferidos. En este sentido, se han elaborado
varias bases de información que reflejan los aspectos más importantes de la gestión del servicio de
riego.
Para la elaboración del presente anexo se contó con el Sistema de información hidroagrícola de distritos
de riego (Sinhdr), versión 1.034, de la Comisión Nacional del Agua, coordinado por el doctor Arturo
González Casillas, de la Coordinación de Tecnología de Riego y Drenaje del Instituto Mexicano de
Tecnología del Agua.
En este sistema se concentra la mayor cantidad de información disponible sobre la gran irrigación
a niveles de módulo, distrito, región, estado y nación, donde se obtuvieron datos actualizados acerca
de la operación, conservación, administración y producción de los distritos de riego del país.
Los aspectos centrales con los que se trabajó fueron: características de los distritos de riego, infra-
estructura, volúmenes de agua utilizados, tecnificación parcelaria, sistemas de riego, productividad,
operación y administración, personal, ingresos y egresos de las asociaciones, capacitación recibida e
impacto ambiental.
Las tablas correspondientes a la información por módulo fueron obtenidas basándose en dicho
sistema, mientras que las agrupaciones por regiones corresponden exclusivamente a las asociaciones
encuestadas.
Cabe mencionar que con la finalidad de hacer comparativa la información disponible del sistema
con la encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones se prefirió utilizar y, en su caso,
ajustar la información del sistema, ya que los datos referentes a las características físicas de los módu-
los de riego recabados en la encuesta no estaban registrados de forma homogénea y comparable
entre sí.

169
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Cuadro 1 Producto interno bruto y participación porcentual por gran división, 1990-1999.

Producto interno Agropecuario,


Año bruto silvicultura y pesca Sector industrial Servicios
(millones de pesos) (%) (%) (%)

1990 738,897.5 7.2 26.0 58.3


1991 949,147.6 6.9 25.6 58.9
1992 1,125,334.3 6.1 25.7 59.6
1993 1,256,196.0 5.8 24.7 61.5
1994 1,420,159.5 5.3 24.7 62.0
1995 1,837,019.1 5.0 25.5 60.9
1996 2,525,575.0 5.5 25.8 59.6
1997 3,174,275.2 5.0 25.9 59.6
1998 3,844,917.4 4.8 26.0 60.6
1999/p 4,622,788.8 4.5 25.8 61.0

Fuente: VI Informe presidencial del Lic. Ernesto Zedillo Ponce de León. Anexo estadístico, 2000.

Nota: La suma de la participación de los tres sectores no es igual a 100%, en tanto la diferencia que existe entre el PIB y el valor agregado
bruto.

Cuadro 2 Población ocupada total y en las actividades agropecuarias, 1991-1999.

Año Población ocupada Población ocupada Participación de población


total en actividades agropecuarias en actividades agrícolas
(miles de personas) (miles de personas) en el total (%)

1991 30,534 8,190 26.8


1993 32,833 8,843 26.9
1995 33,881 8,378 24.7
1996 35,226 7,922 22.5
1997 37,360 9,020 24.1
1998 38,618 7,817 20.2
1999/p 39,069 8,209 21.0

Fuente: VI Informe presidencial del Lic. Ernesto Zedillo Ponce de León. Anexo estadístico, 2000, con base en la Encuesta Nacional de Empleo, INEGI,
varios años.
Nota: La encuesta nacional de empleo es anual a partir de 1995.

170
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Cuadro 3 Inversión pública en obras de irrigación, 1990-200. (millones de pesos de 1993).

Concepto Total Grande Pequeña Operación y Rehabilitación Protección


irrigación irrigación conservación de áreas
de presas productivas

1990 878.9 359.5 215.2 21.8 226.4 56.0


1991 1,010.3 339.2 261.4 21.0 360.5 28.2
1992 1,054.5 360.1 203.9 40.0 395.5 55.0
1993 554.8 148.6 77.3 32.6 256.7 39.6
1994 504.5 153.7 65.5 29.8 213.4 42.1
1995 261.0 52.8 28.9 32.8 130.8 15.7
1996 290.0 66.1 40.7 46.4 98.7 38.1
1997 241.7 76.2 33.2 22.1 68.9 41.4
1998 380.8 79.8 16.2 23.3 240.5 21.1
1999 400.7 128.4 28.0 16.1 202.0 26.2
2000 339.8 169.7 41.7 13.2 103.3 11.8

Fuente: VI Informe presidencial del Lic. Ernesto Zedillo Ponce de León. Anexo estadístico, 2000.

Cuadro 4 Almacenamiento de agua. Volumen total por región, 1990-2000. (millones de m3).

Concepto Volumen total Noroeste Central Norte Noreste Centro Sur

1990 28,750 13,448 4,722 5,928 3,605 1,047


1991 33,683 16,498 6,434 5,181 4,955 615
1992 40,663 20,488 8,942 5,691 4,987 555
1993 35,760 17,914 5,898 6,426 4,839 683
1994 36,862 18,132 5,953 6,052 5,679 1,046
1995 25,629 12,685 2,613 4,453 5,165 713
1996 26,201 13,250 2,371 3,928 5,605 1,047
1997 31,166 15,936 5,718 3,440 4,993 1,079
1998 23,785 11,297 4,045 3,458 4,219 766
1999 22,539 9,652 4,399 1,191 6,152 1,145
2000 26,052 11,670 6,126 1,162 5,914 1,180

Fuente: VI Informe presidencial del Lic. Ernesto Zedillo Ponce de León. Anexo estadístico, 2000.

171
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Cuadro 5 Superficie incorporada a la producción de riego, 1990-2000. (miles de hectáreas).

Concepto Total Superficie Grande Pequeña Rehabilitada, Grande Pequeña


nueva irrigación irrigación modernizada y irrigación irrigación
mejorada

1990 81.8 38.0 20.2 17.8 43.8 39.2 4.6


1991 203.3 39.0 31.6 7.4 164.3 145.4 18.9
1992 208.4 32.1 27.3 4.8 176.3 144.4 31.9
1993 113.3 13.7 11.1 2.6 99.6 92.3 7.3
1994 127.2 10.9 7.9 3 116.3 105.5 10.8
1995 69.5 5.3 2.8 2.5 64.2 53.4 10.8
1996 48.1 9.8 6.5 3.3 38.3 26.8 11.5
1997 129.6 5.3 2.5 2.8 124.3 96.5 27.8
1998 198.2 6.3 4.5 1.8 191.9 131.6 60.3
1999 149 7.7 4.1 3.6 141.3 86.8 54.5
2000 110.4 5.7 3.7 2 104.7 65.2 39.5

Fuente: VI Informe presidencial del Lic. Ernesto Zedillo Ponce de León. Anexo estadístico, 2000.

Cuadro 6. Extracciones brutas de agua por uso, 1998.

Uso Origen (km3 ) Volumen total Porcentaje de la


Superficial Subterráneo (km3 ) extracción (%)

Agrícola 44.4 16.1 60.5 76.3


Público 4.1 9.4 13.5 17.0
Industrial (industria autoabastecida) 1.6 2.5 4.1 5.1
Acuícola 1.1 0 1.1 1.4
En termoeléctricas 0 0.2 0.2 0.2
Total 51.2 28.2 79.4 100.0

Fuente: CNA. Compendio básico del Agua en México, 1999.

Cuadro 7 Extracciones brutas de agua para uso agrícola, 1998, (hm3 ).

Región Origen Total


Superficial Subterránea

I 1,740 1,965 3,705


II 3,921 2,746 6,667
III 8,451 380 8,831
IV 4,964 1,443 6,407

172
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Región Origen Total


Superficial Subterránea

V 1,085 48 1,133
VI 5,878 2,249 8,127
VII 1,804 1,736 3,540
VIII 7,344 3,759 11,103
IX 4,951 619 5,570
X 1,921 254 2,175
XI 767 180 947
XII 120 545 665
XIII 1,470 147 1,617
Total 44,416 16,071 60,487

Fuente: CNA. Compendio Básico del Agua en México, 1999.

Cuadro 8 Láminas promedio utilizadas en los distritos de riego, 1990-1998.

Ciclo Cultivo Lámina (cm)


Neta* Bruta**

Otoño-Invierno Frijol 31 54
Maíz 67 112
Trigo 68 98
Primavera-Verano Algodón 97 131
Maíz 54 92
Sorgo 31 54
Perennes Alfalfa 138 308
Caña de Azúcar 87 155

Fuente: CNA. Compendio básico del Agua en México, 1999.

* Lámina considerada a nivel toma granja del usuario.


** Lámina considerada a nivel de fuente de abastecimiento.

173
Cuadro 9 Gran irrigación. Superficie transferida (ha).

174
Región Distrito SUPERFICIE MÓDULOS TRANSFERIDOS
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 Total

I 014 Río Colorado 0 0 38,447 58,668 109,235 32,058 0 0 0 2,279 0 0 240,687


I 066 Santo Domingo 0 0 0 0 0 38,101 0 0 0 0 0 0 38,101
 Subtotal 0 0 38,447 58,668 109,235 70,159 0 0 0 2,279 0 0 278,788
II 018 Colonias Yaquis 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
II 037 Altar Pitiquito 0 0 0 0 55,207 55,207 0 2,380 0 0 0 0 112,794
II 038 Río Mayo 97,046 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 97,046
II 041 Río Yaqui 0 143,525 89,419 0 0 0 0 0 0 0 0 0 232,944
II 051 Costa de Hermosillo 0 0 0 66,296 0 0 0 0 0 0 0 0 66,296
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

II 083 Papigochic 0 0 0 5,267 0 0 0 0 0 0 3,680 0 8,947


II 084 Guaymas 0 0 0 0 0 0 16,667 0 0 0 0 0 16,667
 Subtotal 97,046 143,525 89,419 71,563 55,207 55,207 16,667 2,380 0 0 3,680 0 534,694
III 010 Culiacán-Humaya 23,701 198,133 50,973 0 0 0 0 2,620 0 0 577 0 276,004
III 043 Estado de Nayarit 0 0 9,898 33,334 0 0 0 0 0 0 0 0 43,232
III 052 Estado de Durango 0 0 0 0 0 20,872 0 0 0 0 0 0 20,872
III 063 Guasave 0 0 100,125 0 0 0 0 0 0 0 0 0 100,125
III 074 Mocorito 0 0 0 40,742 0 0 0 0 0 0 0 0 40,742
III 075 Río Fuerte 0 0 207,888 0 19,630 0 0 0 0 0 0 0 227,518
III 076 Valle del Carrizo 0 43,259 0 0 0 0 0 8,422 0 0 0 0 51,681
III 108 Elota Piaxtla 0 0 18,256 0 0 0 0 0 4,559 0 0 0 22,815
III 109 San Lorenzo 0 0 0 0 0 0 0 5,267 0 0 269 0 5,536
III Fuerte Mayo, Sin. 0 0 0 0 0 0 15,073 0 0 0 0 0 15,073
III Fuerte Mayo, Son. 0 0 0 0 0 0 5,710 0 0 0 0 0 5,710
 Subtotal 23,701 241,392 387,140 74,076 19,630 20,872 20,783 16,309 4,559 0 846 0 809,308
IV 016 Estado de Morelos 0 0 0 0 0 17,915 10,556 0 0 0 1,362 3,821 33,654
IV 030 Valsequillo 0 0 0 31,117 2,703 0 0 0 0 0 0 0 33,820
IV 045 Tuxpan 0 0 0 0 0 0 12,052 6,117 0 0 1,207 0 19,376
IV 056 Atoyac Zahuapan 0 0 4,247 0 0 0 0 0 0 0 0 4,247
IV 057 Amuco Cutzamala 0 0 0 0 0 26,456 0 0 0 8,059 0 0 34,515
IV 068 Tepecoacuilco 0 0 0 1,991 0 0 0 0 0 0 0 0 1,991
IV 097 Lázaro Cárdenas 0 0 0 34,879 10,928 5,133 11,873 0 0 0 0 0 62,813
IV 098 José María Morelos 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
IV 099 Quitupan Magdalena 0 0 0 5,120 0 0 0 0 0 0 0 0 5,120
 Subtotal 0 0 0 77,354 13,631 49,504 34,481 6,117 0 8,059 2,569 3,821 195,536
V 019 Tehuantepec 0 0 0 0 0 0 0 8,601 4,848 0 12,314 0 25,763
V 095 Atoyac 0 0 0 0 0 5,016 0 0 0 0 0 0 5,016
V 104 Cuajinicuilapa 0 0 0 6,720 0 0 0 0 0 0 0 0 6,720
V 105 Nexpa 0 0 0 14,549 0 0 0 0 0 0 0 0 14,549
V Río Verde-Progreso 0 0 0 0 0 5,030 0 0 0 0 0 0 5,030
 Subtotal 0 0 0 21,269 0 10,046 0 8,601 4,848 0 12,314 0 57,078
VI 004 Don Martín 0 0 29,605 0 0 0 0 0 0 0 0 0 29,605
VI 005 Delicias 0 36,193 39,027 0 0 0 0 0 0 0 7,104 0 82,324
VI 006 Palestina 0 0 0 0 0 0 0 0 12,964 0 0 0 12,964
VI 009 Valle de Juárez 0 0 0 0 0 0 0 0 9,758 0 11,620 0 21,378
VI 025 Bajo Río Bravo 0 0 0 248,001 0 0 0 0 0 0 0 0 248,001
VI 026 Bajo Río San Juan 0 0 84,984 1,118 0 0 0 0 0 0 0 0 86,102
VI 031 Las Lajas 0 0 3,693 0 0 0 0 0 0 0 0 0 3,693
VI 042 Buenaventura 0 0 0 7,718 0 0 0 0 0 0 0 0 7,718
VI 050 Acuña Falcón 0 0 0 0 0 0 6,784 0 0 0 6,120 0 12,904
VI 089 El Carmen 0 0 0 20,805 0 0 0 0 0 0 0 0 20,805
VI 090 Bajo Río Conchos 0 0 0 1,406 9,307 0 0 0 0 0 2,600 0 13,313
VI 103 Río Florido 0 0 0 8,723 0 0 0 0 0 0 241 0 8,964
VI Labores Viejas 0 0 0 0 0 0 0 0 0 3,712 0 0 3,712
 Subtotal 0 36,193 157,309 287,771 9,307 0 6,784 0 22,722 3,712 27,685 0 551,483
VII 017 Región Lagunera 0 4,048 24,329 12,486 17,441 23,218 0 32,706 9,393 3,797 0 472 127,890
 Subtotal 0 4,048 24,329 12,486 17,441 23,218 0 32,706 9,393 3,797 0 472 127,890
VIII 001 Pabellón 0 0 11,938 0 0 0 0 0 0 0 0 0 11,938
VIII 011 Alto Río Lerma 0 0 112,772 0 0 0 0 0 0 0 0 0 112,772
VIII 013 Estado de Jalisco 0 0 29,618 15,640 0 4,353 3,806 0 0 0 0 599 54,016
VIII 020 Morelia 0 0 0 0 19,646 1,019 0 0 0 0 0 0 20,665
VIII 024 Ciénega de Chapala 0 0 0 0 0 45,176 0 0 0 0 0 0 45,176
VIII 033 Estado de México 0 0 0 0 0 0 3,148 0 0 0 9,721 0 12,869
VIII 034 Estado de Zacatecas 0 0 4,585 10,387 500 2,588 0 0 0 0 0 0 18,060
VIII 053 Estado de Colima 0 0 21,917 0 0 2,677 0 0 0 7,537 0 0 32,131

175
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios
VIII 061 Zamora 0 0 0 17,982 0 0 0 0 0 0 0 0 17,982

176
VIII 085 La Begoña 0 0 10,251 572 0 0 0 0 0 0 0 0 10,823
VIII 087 Rosario Mezquite 0 0 12,530 34,912 0 11,160 0 4,235 0 0 0 0 62,837
VIII 093 Tomatlán 0 0 0 2,746 0 17,027 0 0 0 0 0 0 19,773
VIII 094 Jalisco Sur 9,817 0 2,029 0 0 2,990 0 0 0 2,104 0 0 16,940
 Subtotal 9,817 0 205,640 82,239 20,146 86,990 6,954 4,235 0 9,641 9,721 599 435,982
IX 002 Mante 0 0 0 0 0 0 18,094 0 0 0 0 0 18,094
IX 008 Metztitlán 0 0 0 4,876 0 0 0 0 0 0 0 0 4,876
IX 023 San Juan del Río 0 0 10,447 601 0 0 0 0 0 0 0 0 11,048
IX 028 Tulancingo 0 0 0 753 0 0 0 0 0 0 0 0 753
IX 029 Xicotencatl 0 0 0 14,183 0 0 9,838 0 0 0 0 0 24,021
IX 044 Jilotepec 0 0 5,507 0 0 0 0 0 0 0 0 0 5,507
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

IX 049 Río Verde 0 0 0 0 0 2,271 0 0 0 0 0 0 2,271


IX 060 El Higo 0 0 0 0 0 0 1,870 380 0 0 0 0 2,250
IX 086 Soto la Marina 0 0 0 5,760 0 30,165 0 0 0 0 0 0 35,925
IX 092 Río Pánuco 0 0 0 0 2,615 0 29,335 36,229 22,089 50,479 0 0 140,747
IX 096 Arroyozarco 0 0 18,866 0 0 0 0 0 0 0 0 0 18,866
 Subtotal 0 0 34,820 26,173 2,615 32,436 59,137 36,609 22,089 50,479 0 0 264,358
X 035 La Antigua 0 0 0 10,338 6,740 0 4,773 0 0 0 0 0 21,851
X 082 Río Blanco 0 0 0 0 14,134 0 0 0 0 0 0 0 14,134
 Subtotal 0 0 0 10,338 20,874 0 4773 0 0 0 0 0 35,985
XI 046 Cacahotan Suchiate 0 0 7,972 0 0 501 0 0 0 0 0 0 8,473
XI 059 Río Blanco 0 0 0 0 0 1,361 0 3,053 4,018 0 0 0 8,432
XI 101 Cuxtepeques 0 0 0 0 0 0 8,267 0 0 0 0 0 8,267
XI 107 San Gregorio 0 0 0 0 0 0 0 11,227 0 0 0 0 11,227
 Subtotal 0 0 7,972 0 0 1,862 8,267 14,280 4,018 0 0 0 36,399
XII 048 Ticul 0 0 0 4,153 0 0 1,034 0 4,502 0 0 0 9,689
XII 081 Estado de Campeche 0 0 0 0 0 0 0 29,491 0 0 0 0 29,491
XII 102 Río Hondo 0 0 0 0 0 0 0 7,173 0 0 0 0 7,173
 Subtotal 0 0 0 4,153 0 0 1,034 36,664 4,502 0 0 0 46,353
XIII 003 Tula 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 5,273 15,891 21,164
XIII 073 La Concepción 0 0 0 0 0 0 964 0 0 0 0 0 964
XIII 088 Chiconautla 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
XIII 100 Alfajayucan 0 0 0 0 0 0 0 0 0 12,996 8,232 0 21,228
 Subtotal 0 0 0 0 0 0 964 0 0 12,996 13,505 15,891 43,356
TOTAL 130,564 425,158 945,076 726,090 268,086 350,294 159,844 157,901 72,131 90,963 70,320 20,783 3,417,210

Fuente: CNA. Programa de Transferencia de distritos de riego. Avance. Varios años.

Regiones: I Península de Baja California, II Noroeste, III Pacífico Norte, IV Balsas, V Pacífico Sur, VI Río Bravo, VII Cuencas Centrales del Norte, VIII Lerma Santiago Pacífico, IX
Golfo Norte, X Golfo Centro, XI Frontera Sur, XII Península de Yucatán, XIII Valle de México.

Cuadro 10 Usuarios de módulos transferidos.

Región Distrito USUARIOS MÓDULOS TRANSFERIDOS


1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 Total

I 014 Río Colorado 0 0 2,728 4,384 7,582 1,930 0 0 0 0 0 0 16,624


I 066 Santo Domingo 0 0 0 0 0 1,333 0 0 0 0 0 0 1,333
 Subtotal 0 0 2,728 4,384 7,582 3,263 0 0 0 0 0 0 17,957
II 018 Colonias Yaquis 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
II 037 Altar Pitiquito 0 0 0 0 2,850 0 292 0 0 0 0 0 3,142
II 038 Río Mayo 11,563 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 11,563
II 041 Río Yaqui 0 13,590 8,466 0 0 0 0 0 0 0 0 0 22,056
II 051 Costa de Hermosillo 0 0 0 2,361 0 0 0 0 0 0 0 0 2,361
II 083 Papigochic 0 0 0 632 0 0 0 0 0 0 379 0 1,011
II 084 Guaymas 0 0 0 0 0 0 2,179 0 0 0 0 0 2,179
 Subtotal 11,563 13,590 8,466 2,993 2,850 0 2,471 0 0 0 379 0 42,312
III 010 Culiacán-Humaya 1,308 19,972 6,219 0 0 0 0 0 0 0 927 0 28,426
III 043 Estado de Nayarit 0 0 1,632 5,411 0 0 0 0 0 0 0 0 7,043
III 052 Estado de Durango 0 0 0 0 0 4,189 0 0 0 0 0 0 4,189
III 063 Guasave 0 0 14,448 0 0 0 0 0 0 0 0 0 14,448
III 074 Mocorito 0 0 0 5,767 0 0 0 0 0 0 0 0 5,767
III 075 Río Fuerte 0 0 19,525 0 1,855 0 0 0 0 0 0 0 21,380
III 076 Valle del Carrizo 0 4,604 0 0 0 0 0 1,469 0 0 0 0 6,073

177
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios
III 108 Elota Piaxtla 0 0 1,740 0 0 0 0 0 171 0 0 0 1,911

178
III 109 San Lorenzo 0 0 0 0 0 0 0 0 0 542 0 542
III Fuerte Mayo, Sin. 0 0 0 0 0 0 1,820 0 0 0 0 0 1,820
III Fuerte Mayo, Son. 0 0 0 0 0 0 2,140 0 0 0 0 0 2,140
 Subtotal 1,308 24,576 43,564 11,178 1,855 4,189 3,960 1,469 171 0 1,469 0 93,739
IV 016 Estado de Morelos 0 0 0 0 0 10,078 5,329 0 0 0 1,192 1,931 18,530
IV 030 Valsequillo 0 0 0 12,458 883 0 0 0 0 0 0 13,341
IV 045 Tuxpan 0 0 0 0 0 0 4,044 1,966 0 0 430 0 6,440
IV 056 Atoyac Zahuapan 0 0 0 8,302 0 0 0 0 0 0 0 0 8,302
IV 057 Amuco Cutzamala 0 0 0 0 0 11,157 0 0 0 2,812 0 0 13,969
IV 068 Tepecoacuilco 0 0 0 753 0 0 0 0 0 0 0 0 753
IV 097 Lázaro Cárdenas 0 0 0 5,013 2,057 878 2,602 0 0 0 0 0 10,550
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

IV 098 José María Morelos 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0


IV 099 Quitupan Magdalena 0 0 0 1,105 0 0 0 0 0 0 0 0 1,105
 Subtotal 0 0 0 27,631 2,940 22,113 11,975 1,966 0 2,812 1,622 1,931 72,990
V 019 Tehuantepec 0 0 0 0 0 0 0 1,765 299 0 2,782 0 4,846
V 095 Atoyac 0 0 0 0 0 1,121 0 0 0 0 0 0 1,121
V 104 Cuajinicuilapa 0 0 0 1,122 0 0 0 0 0 0 0 0 1,122
V 105 Nexpa 0 0 0 3,617 0 0 0 0 0 0 0 0 3,617
V Río Verde-Progreso 0 0 0 0 0 409 0 0 0 0 0 0 409
 Subtotal 0 0 0 4,739 0 1,530 0 1,765 299 0 2,782 0 11,115
VI 004 Don Martín 0 0 1,903 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1,903
VI 005 Delicias 0 3,720 5,349 0 0 0 0 0 0 0 2,414 0 11,483
VI 006 Palestina 0 0 0 0 0 0 0 0 1,429 0 0 1,429
VI 009 Valle de Juárez 0 0 0 0 0 0 0 0 826 0 1,023 0 1,849
VI 025 Bajo Río Bravo 0 0 0 14,182 0 0 0 0 0 0 0 0 14,182
VI 026 Bajo Río San Juan 0 0 4,853 85 0 0 0 0 0 0 0 0 4,938
VI 031 Las Lajas 0 0 203 0 0 0 0 0 0 0 0 0 203
VI 042 Buenaventura 0 0 0 1,296 0 0 0 0 0 0 0 0 1,296
VI 050 Acuña Falcón 0 0 0 0 0 0 293 0 0 0 62 0 355
VI 089 El Carmen 0 0 0 1,087 0 0 0 0 0 0 0 1,087
VI 090 Bajo Río Conchos 0 0 0 207 1,001 0 0 0 0 0 450 0 1,658
VI 103 Río Florido 0 0 0 1,358 0 0 0 0 0 0 85 0 1,443
VI Labores Viejas 0 0 0 0 0 0 0 0 0 490 0 490
 Subtotal 0 3,720 12,308 18,215 1,001 0 293 0 2,255 490 4,034 0 42,316
VII 017 Región Lagunera 0 1,634 8,470 4,665 7,057 10,791 0 5,719 2,936 1,009 0 323 42,604
 Subtotal 0 1,634 8,470 4,665 7,057 10,791 0 5,719 2,936 1,009 0 323 42,604
VIII 001 Pabellón 0 0 1,987 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1,987
VIII 011 Alto Río Lerma 0 0 22,676 0 0 0 0 0 0 0 0 0 22,676
VIII 013 Estado de Jalisco 0 0 7,174 5,012 0 741 741 0 0 0 827 352 14,847
VIII 020 Morelia 0 0 0 0 5,510 410 0 0 0 0 0 0 5,920
VIII 024 Ciénega de Chapala 0 0 0 0 0 14,881 0 0 0 0 0 0 14,881
VIII 033 Estado de México 0 0 0 0 0 0 3,891 0 0 0 8,586 0 12,477
VIII 034 Estado de Zacatecas 0 0 579 4,273 145 846 0 0 0 0 0 0 5,843
VIII 053 Estado de Colima 0 0 1,885 0 0 203 0 0 0 360 0 0 2,448
VIII 061 Zamora 0 0 0 4,168 0 0 0 0 0 0 0 0 4,168
VIII 085 La Begoña 0 0 2,736 162 0 0 0 0 0 0 0 0 2,898
VIII 087 Rosario Mezquite 0 0 3,971 8,241 0 3,834 0 770 0 0 0 0 16,816
VIII 093 Tomatlán 0 0 0 374 0 2,490 0 0 0 0 0 0 2,864
VIII 094 Jalisco Sur 1,257 0 581 0 0 543 0 0 0 475 0 0 2,856
 Subtotal 1,257 0 41,589 22,230 5,655 23,948 4,632 770 0 835 9,413 352 110,681
IX 002 Mante 0 0 0 0 0 0 2,323 0 0 0 0 0 2,323
IX 008 Metztitlán 0 0 0 2,850 0 0 0 0 0 0 0 0 2,850
IX 023 San Juan del Río 0 0 2,125 100 0 0 0 0 0 0 0 0 2,225
IX 028 Tulancingo 0 0 0 406 0 0 0 0 0 0 0 0 406
IX 029 Xicotencatl 0 0 0 849 0 0 990 0 0 0 0 0 1,839
IX 044 Jilotepec 0 0 2,150 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2,150
IX 049 Río Verde 0 0 0 0 0 1,409 0 0 0 0 0 0 1,409
IX 060 El Higo 0 0 0 0 0 0 377 103 0 0 0 0 480
IX 086 Soto la Marina 0 0 0 445 0 2,725 0 0 0 0 0 0 3,170
IX 092 Río Pánuco 0 0 0 0 274 0 2,247 2,963 1,801 3,428 0 0 10,713
IX 096 Arroyozarco 0 0 6,300 0 0 0 0 0 0 0 0 0 6,300
 Subtotal 0 0 10,575 4,650 274 4,134 5,937 3,066 1,801 3,428 0 0 33,865
X 035 La Antigua 0 0 0 2,046 2,051 0 505 0 0 0 0 0 4,602
X 082 Río Blanco 0 0 0 0 1,579 0 0 0 0 0 0 0 1,579
 Subtotal 0 0 19,025 8,396 4,178 8,268 10,056 6,132 3,602 6,856 0 0 66,513
XI 046 Cacahotan Suchiate 0 0 546 0 0 43 0 0 0 0 0 0 589
XI 059 Río Blanco 0 0 0 0 0 617 0 935 828 0 0 0 2,380

179
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios
XI 101 Cuxtepeques 0 0 0 0 0 0 1,649 0 0 0 0 0 1,649

180
XI 107 San Gregorio 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
 Subtotal 0 0 546 0 0 660 1,649 935 828 0 0 0 4,618
XII 048 Ticul 0 0 0 2,543 0 0 1,036 0 3,370 0 0 0 6,949
XII 081 Estado de Campeche 0 0 0 0 0 0 0 6,377 0 0 0 0 6,377
XII 102 Río Hondo 0 0 0 0 0 0 0 1,010 0 0 0 0 1,010
 Subtotal 0 0 0 2,543 0 0 1,036 7,387 3,370 0 0 0 14,336
XIII 003 Tula 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2,419 13,314 15,733
XIII 073 La Concepción 0 0 0 0 0 0 509 0 0 0 0 0 509
XIII 088 Chiconautla 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
XIII 100 Alfajayucan 0 0 0 0 0 0 0 0 0 6,209 11,716 0 17,925
 Subtotal 0 0 0 0 0 0 509 0 0 6,209 14,135 13,314 34,167
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

TOTAL 28,256 87,040 275,517 216,898 66,236 149,524 74,976 52,286 26,922 30,213 53,533 18,526 526,881

Fuente: CNA. Programa de Transferencia de distritos de riego. Avance. Varios años.

Regiones: I Península de Baja California, II Noroeste, III Pacífico Norte, IV Balsas, V Pacífico Sur, VI Río Bravo, VII Cuencas Centrales del Norte, VIII Lerma Santiago Pacífico, IX Golfo
Norte, X Golfo Centro, XI Frontera Sur, XII Península de Yucatán, XIII Valle de México.

Cuadro 11 Módulos transferidos.

Región Distrito MÓDULOS TRANSFERIDOS


1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 Total

I 014 Río Colorado 0 0 6 7 10 1 0 0 0 0 0 0 24


I 066 Santo Domingo 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 1
 Subtotal 0 0 6 7 10 2 0 0 0 0 0 0 25
II 018 Colonias Yaquis 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
II 037 Altar Pitiquito 0 0 0 0 1 0 1 0 0 0 0 0 2
II 038 Río Mayo 16 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 16
II 041 Río Yaqui 0 32 19 0 0 0 0 0 0 -9 0 0 42
II 051 Costa de Hermosillo 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 1
II 083 Papigochic 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 3 0 4
II 084 Guaymas 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 1
 Subtotal 16 32 19 2 1 0 2 0 0 -9 3 0 66
III 010 Culiacán-Humaya 2 11 3 0 0 0 0 0 0 0 0 0 16
III 043 Estado de Nayarit 0 0 1 3 0 0 0 0 0 0 0 0 4
III 052 Estado de Durango 0 0 0 0 0 5 0 0 0 0 0 0 5
III 063 Guasave 0 0 5 0 0 0 0 0 0 0 0 0 5
III 074 Mocorito 0 0 0 2 0 0 0 0 0 0 0 0 2
III 075 Río Fuerte 0 0 11 0 2 0 0 0 0 0 0 0 13
III 076 Valle del Carrizo 0 4 0 0 0 0 0 3 0 0 0 0 7
III 108 Elota Piaxtla 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1
III 109 San Lorenzo 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
III Fuerte Mayo, Sin. 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 1
III Fuerte Mayo, Son. 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 1
 Subtotal 2 15 21 5 2 5 2 3 0 0 0 0 55
IV 016 Estado de Morelos 0 0 0 0 0 4 1 0 0 0 1 2 8
IV 030 Valsequillo 0 0 0 5 1 0 0 0 0 0 0 0 6
IV 045 Tuxpan 0 0 0 0 0 0 4 2 0 0 1 0 7
IV 056 Atoyac Zahuapan 0 0 0 5 0 0 0 0 0 0 0 0 5
IV 057 Amuco Cutzamala 0 0 0 0 0 4 0 0 0 0 0 0 4
IV 068 Tepecoacuilco 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 1
IV 097 Lázaro Cárdenas 0 0 0 7 3 1 1 0 0 0 0 0 12
IV 098 José María Morelos 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
IV 099 Quitupan Magdalena 0 0 0 2 0 0 0 0 0 0 0 0 2
 Subtotal 0 0 0 20 4 9 6 2 0 0 2 2 45
V 019 Tehuantepec 0 0 0 0 0 0 0 2 1 0 2 0 5
V 095 Atoyac 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 1
V 104 Cuajinicuilapa 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 1
V 105 Nexpa 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 1
V Río Verde-Progreso 0 0 0 0 0 2 0 0 0 0 0 0 2
 Subtotal 0 0 0 2 0 3 0 2 1 0 2 0 10
VI 004 Don Martín 0 0 7 0 0 0 0 0 0 0 0 0 7
VI 005 Delicias 0 5 4 0 0 0 0 0 0 0 1 0 10
VI 006 Palestina 0 0 0 0 0 0 0 0 3 0 0 0 3
VI 009 Valle de Juárez 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 5 0 6
VI 025 Bajo Río Bravo 0 0 0 9 0 0 0 0 0 0 0 0 9

181
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios
182
VI 026 Bajo Río San Juan 0 0 12 1 0 0 0 0 0 0 0 0 13
VI 031 Las Lajas 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1
VI 042 Buenaventura 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 1
VI 050 Acuña Falcón 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 1 0 2
VI 089 El Carmen 0 0 0 3 0 0 0 0 0 0 0 0 3
VI 090 Bajo Río Conchos 0 0 0 1 4 0 0 0 0 0 1 0 6
VI 103 Río Florido 0 0 0 2 0 0 0 0 0 0 0 0 2
VI Labores Viejas 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 1
 Subtotal 0 5 24 17 4 0 1 0 4 1 8 0 64
VII 017 Región Lagunera 0 1 5 3 3 5 0 2 2 1 0 0 22
 Subtotal 0 1 5 3 3 5 0 2 2 1 0 0 22
VIII 001 Pabellón 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

VIII 011 Alto Río Lerma 0 0 11 0 0 0 0 0 0 0 0 0 11


VIII 013 Estado de Jalisco 0 0 11 13 0 3 1 0 0 0 1 1 30
VIII 020 Morelia 0 0 0 0 5 1 0 0 0 0 0 0 6
VIII 024 Ciénega de Chapala 0 0 0 0 0 3 0 0 0 0 0 0 3
VIII 033 Estado de México 0 0 0 0 0 0 2 0 0 0 1 0 3
VIII 034 Estado de Zacatecas 0 0 1 3 1 1 0 0 0 0 0 0 6
VIII 053 Estado de Colima 0 0 4 0 0 2 0 0 0 1 0 0 7
VIII 061 Zamora 0 0 0 4 0 0 0 0 0 0 0 0 4
VIII 085 La Begoña 0 0 3 1 0 0 0 0 0 0 0 0 4
VIII 087 Rosario Mezquite 0 0 1 4 0 1 0 1 0 0 0 0 7
VIII 093 Tomatlán 0 0 0 1 0 1 0 0 0 0 0 0 2
VIII 094 Jalisco Sur 1 0 1 0 0 1 0 0 0 0 0 0 3
 Subtotal 1 0 33 26 6 13 3 1 0 1 2 1 87
IX 002 Mante 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 1
IX 008 Metztitlán 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 1
IX 023 San Juan del Río 0 0 2 1 0 0 0 0 0 0 0 0 3
IX 028 Tulancingo 0 0 0 2 0 0 0 0 0 0 0 0 2
IX 029 Xicotencatl 0 0 0 1 0 0 1 0 0 0 0 0 2
IX 044 Jilotepec 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1
IX 049 Río Verde 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 1
IX 060 El Higo 0 0 0 0 0 0 1 1 0 0 0 0 2
IX 086 Soto la Marina 0 0 0 1 0 5 0 0 0 0 0 0 6
IX 092 Río Pánuco 0 0 0 0 1 0 4 5 3 7 0 0 20
IX 096 Arroyozarco 0 0 2 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2
 Subtotal 0 0 5 6 1 6 7 6 3 7 0 0 41
X 035 La Antigua 0 0 0 1 1 0 1 0 0 0 0 0 3
X 082 Río Blanco 0 0 0 0 2 0 0 0 0 0 0 0 2
 Subtotal 0 0 8 11 5 12 14 12 6 14 0 0 82
XI 046 Cacahotan Suchiate 0 0 1 0 0 1 0 0 0 0 0 0 2
XI 059 Río Blanco 0 0 0 0 0 1 0 1 1 0 0 0 3
XI 101 Cuxtepeques 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 1
XI 107 San Gregorio 0 0 0 0 0 0 0 2 0 0 0 0 2
 Subtotal 0 0 1 0 0 2 1 3 1 0 0 0 8
XII 048 Ticul 0 0 0 8 0 0 1 0 0 0 0 0 9
XII 081 Estado de Campeche 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
XII 102 Río Hondo 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
 Subtotal 0 0 0 8 0 0 1 0 0 0 0 0 9
XIII 003 Tula 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2 2 4
XIII 073 La Concepción 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 1
XIII 088 Chiconautla 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
XIII 100 Alfajayucan 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 2 0 3
 Subtotal 0 0 0 0 0 0 1 0 0 1 4 2 8
TOTAL 19 53 114 97 34 45 25 19 11 2 21 5 445

Fuente: CNA. Programa de Transferencia de distritos de riego. Avance. Varios años.


Regiones: I Península de Baja California, II Noroeste, III Pacífico Norte, IV Balsas, V Pacífico Sur, VI Río Bravo, VII Cuencas Centrales del Norte, VIII Lerma Santiago Pacífico, IX Golfo
Norte, X Golfo Centro, XI Frontera Sur, XII Península de Yucatán, XIII Valle de México.

Nota: En los DR 041 las 51 módulos reportados hasta noviembre de 1999 se redujeron a 42 módulos.

Cuadro 12 Sociedades de responsabilidad limitada

Distritos Nombre de las sociedades Año de Módulos que Superficie Usuarios


creación atiende

DR 004 Asociación de Usuarios Anáhuac 1994 7 29,605 1,903


DR 005 Sociedad de Asociaciones de Usuarios Unidad Conchos 1992 5 36,193 5,039
DR 005 Canal principal San Pedro Segunda y Tercera Unidad 1995 4 39,027 4,030

183
DR 010, 074 Sistema Humaya, Distritos 010 y 074 1996 8 153,974 15,694
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios
DR 011 Productores Agrícolas de los Módulos del Distrito de riego 011 Alto Río Lerma 1997 11 112,772 22,676

184
DR 014 Distrito de riego Río Colorado SRL 1998 23 208,805 15,182
DR 038 Distrito de riego Río Mayo SRL 1992 16 97,046 11,563
DR 041 Distrito de riego del Río Yaqui SRL 1992 51 232,944 22,056
DR 075 Red del Valle del Fuerte 1995 13 227,518 21,378
DR 076 Distrito de Riego del Valle del Carrizo SRL 1992 4 43,259 4,604
Total 142 1,181,143 124,125

Fuente: CNA. Programa de Transferencia de distritos de riego. Avance. Varios años.

Cuadro 13 Acceso a la tierra en las asociaciones encuestadas.


Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Región Núm. Distrito Estado Asociación de usuarios Total Usuarios Usuarios Total Superficie Superficie
usuarios sector sector superficie sector sector
social privado (ha) social privado
(ha) (ha)

I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 1 M.I. Río Colorado 804 497 307 11,016 6,640 4,376
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 2 M.I. Río Colorado 521 141 380 6,665 1,591 5,074
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 3 M.I. Río Colorado 633 482 151 9,535 7,125 2,410
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 4 M.D. Río Colorado 926 417 509 13,599 6,282 7,317
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 5 M.D. Río Colorado 611 601 10 9,944 9,854 90
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 6 M.D. Río Colorado 460 337 123 6,334 4,844 1,489
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 7 M.D. Río Colorado 813 556 257 12,959 9,792 3,168
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 8 M.D. Río Colorado 899 400 499 10,342 3,900 6,442
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 9A M.D. Río Colorado 660 224 436 9,115 3640 5,475
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 9B M.D. Río Colorado 681 212 469 9,884 3,122 6,762
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 10 M.D. Río Colorado 982 856 126 13,327 11,831 1,496
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 11 M.D. Río Colorado 702 629 73 9,443 8,499 944
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 12 M.D. Río Colorado 820 506 314 9,709 6,361 3,348
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 13 M.D. Río Colorado 643 540 103 7,541 6,486 1,055
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 14 M.D. Río Colorado 646 514 132 8,752 7,216 1,536
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 15 M.D. Río Colorado 730 552 178 9,916 7,949 1,967
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 16 M.D. Río Colorado 801 171 630 6,721 1,761 4,960
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 17 M.D. Río Colorado 722 629 93 9,219 8,256 963
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 18 M.D. Río Colorado 778 300 478 8,049 3,110 4,939
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 19 M.D. Río Colorado 702 182 520 8,648 2,532 6,116
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 20 M.D. Río Colorado 591 205 386 6,124 1,922 4,202
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 21 M.I. Río Colorado 531 334 197 6,857 4,287 2,570
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 22 M.I. Río Colorado 504 209 295 5,095 2,034 3,061
    SUBTOTAL 16,160 9,494 6,666 208,795 129,034 79,761
II 38 Río Mayo Son. Módulo 1 1,087 695 392 7,952 4,231 3,721
II 38 Río Mayo Son. Módulo 2 1,010 781 229 8,741 6,181 2,560
II 38 Río Mayo Son. Módulo 3 430 365 65 5,256 4,322 935
II 38 Río Mayo Son. Módulo 4 885 534 351 5,820 3,107 2,713
II 38 Río Mayo Son. Módulo 5 984 327 657 5,213 1,327 3,886
II 38 Río Mayo Son. Módulo 6 871 516 355 7,839 2,320 5,519
II 38 Río Mayo Son. Módulo 7 1,146 1,109 37 7,898 5,983 1,914
II 38 Río Mayo Son. Módulo 8 304 214 90 3,737 2,326 1,410
II 38 Río Mayo Son. Módulo9 367 297 70 6,065 2,757 3,308
II 38 Río Mayo Son. Módulo 10 431 341 90 5,210 2,881 2,329
II 38 Río Mayo Son. Módulo 11 391 350 41 5,116 3,292 1,824
II 38 Río Mayo Son. Módulo 12 171 27 144 6,967 433 6,534
II 38 Río Mayo Son. Módulo 13 348 274 74 6,482 2,842 3,640
II 38 Río Mayo Son. Módulo 14 742 473 269 4,903 2,427 2,477
II 38 Río Mayo Son. Módulo 16 1,249 364 885 4,004 1,770 2,234
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 1 687 644 43 8,531 7,924 607
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 2 C.P. Alto (secc. K-61,K-54) 1,049 953 96 8,416 6,646 1,769
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4 867 752 115 9,919 6735 3,184
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 6 del Canal principal Alto 1,077 548 529 10,823 2,585 8,237
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 6 del Canal principal Bajo 680 566 114 8,921 5,443 3,478
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-63 172 120 52 1,015 470 544
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-64 158 114 44 2,768 1,820 949
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-66 208 124 84 3,598 1,851 1,747
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-68 456 364 92 4,420 2,522 1,898
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 10 del Canal Principal Alto 701 560 141 9,787 7,664 2,123
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 10 del Canal Principal Bajo 778 570 208 8,797 4,093 4,705

185
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios
186
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4P10 140 0 140 2,104 0 2,104
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 02 928 900 28 5,052 4,573 478
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 2B 528 487 41 6,359 5,576 783
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 11 1,639 751 888 12,170 4,581 7,589
II 41 Río Yaqui Son. Módulo12 460 393 67 7,661 5,652 2,009
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 14 613 512 101 7,513 5,848 1,665
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 16 914 711 203 9,053 4,892 4,160
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 18 200 58 142 2,277 346 1,930
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 19 242 49 193 3,996 354 3,642
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 20 534 410 124 4,730 2,061 2,669
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 22 438 128 310 4,441 988 3,453
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4P4 613 546 67 5,426 3,955 1,471
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4P6 470 250 220 4,902 1,679 3,223
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4P8 705 238 467 8,243 2,679 5,563
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 8 675 407 268 8,172 3,979 4,193
II 41 Río Yaqui Son. Módulo P-10 203 111 92 1,277 650 627
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-105 218 167 51 3,705 1,400 2,306
II 41 Río Yaqui Son. Módulo Nainari 145 93 52 1,187 709 478
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-70 289 254 35 1,975 1,286 689
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-73+500 123 103 20 895 555 340
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-73.8 386 324 62 4,359 2,508 1,851
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-79 601 426 175 7,956 3,814 4,142
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-88.5 523 279 244 5,901 1,820 4,081
II 41 Río Yaqui Son. Módulo Cocoraque CMD 467 386 79 4,501 2,517 1,985
II 41 Río Yaqui Son. Módulo Bacame 247 209 38 4,085 3,819 266
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-91 sur 580 521 59 7,987 6,804 1,182
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-95 295 158 137 2,682 800 1,883
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-91 norte 350 63 287 4,629 343 4,286
II 41 Río Yaqui Son. Módulo Santini I 928 900 28 5,052 4,573 478
II 41 Río Yaqui Son. Módulo Santini II 491 469 22 2,709 2,406 302
II 51 Costa de Hermosillo Son. Módulo único 1,767 216 1,551 74,000 2,634 71,366

II 83 Papigochic Chih. Módulo único 659 55 604 4,666 174 4,492


    SUBTOTAL 34,994 22,809 12,183 402,987 181,268
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Bachimeto 547 284 263 6,604 1,699 4,905
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Otameto 1,238 847 391 13,731 5,463 8,268
III 10 Culiacán-Humaya Sin. PANAC-7 3,148 2,500 648 26,818 17,575 9,243
III 10 Culiacán-Humaya Sin. Prod. agrícolas del DDR 136 544 283 261 14,318 2,524 11,794
III 10 Culiacán-Humaya Sin. El Grande 1,217 612 605 29,346 6,160 23,186
III 10 Culiacán-Humaya Sin. Módulo III-1 2,241 2,015 226 20,835 n.d. n.d.
III 10 Culiacán-Humaya Sin. Módulo III-2 1,020 903 111 10,335 n.d. n.d.
III 10 Culiacán-Humaya Sin. Culiacancito 1,771 1,298 473 14,248 8,130 6,117
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Módulo IV-2 1,311 949 362 11,800 6,806 4,994
III 10 Culiacán-Humaya Sin. J. de U. del Canal Principal Humaya 755 388 367 8,890 3,250 5,640
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Montelargo 1,450 1,163 287 14,340 9,500 4,840
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Módulo V-1 2,356 2,060 296 22,231 18,161 4,070
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Módulo V-2 2,784 1,844 940 28,319 17,134 11,185
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Viejo colorado 2,345 2,224 121 16,357 n.d. n.d.
III 10 Culiacán-Humaya Sin. Módulo VI-2 2,914 2,765 149 21,750 n.d. n.d.
III 43 Nayarit Nay. Módulo 1 2,333 2,143 190 10,000 7,787 2,213
III 43 Nayarit Nay. Módulo 2 Río Santiago MI 3,886 3,671 215 19,887 15,137 4,750
III 43 Nayarit Nay. Módulo 3 910 112 798 5,744 4,397 1,347
III 43 Nayarit Nay. Módulo 4 Río San Pedro MD 1,959 1,959 0 8,417 8,417 0
III 63 Guasave Sin. AUPA Bamoa Módulo I-1 3,933 3,400 533 29,009 24,402 4,607
III 63 Guasave Sin. Módulo I-2 Milpas 2,209 1,508 701 24,618 11,062 13,556
III 63 Guasave Sin. Módulo II-1 Petatlán 3,644 3,467 177 24,242 22,498 1,745
III 63 Guasave Sin. Módulo II-2 Tetameche 2,554 2,173 381 20,305 16,215 4,090
III 63 Guasave Sin. Módulo III-1 Sabinal 1,716 1,685 31 10,690 10,378 312
III 74 Mocorito Sin. AUPA del Valle del Evora 2,928 2,093 835 24,901 17,287 7,613
III 74 Mocorito Sin. AUPA Eustaquio Buelna 2,026 1,712 314 18,539 14,492 4,047
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo I-1 Guasave 2,744 2,386 358 21,212 15,273 5,939
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo I Río Fuerte 2,871 2,468 403 23,573 16,977 6,595
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo II-1 Leyva Solano 1,379 1,051 328 14,569 7,123 7,446
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo II-2 Ruíz Cortines 1,639 1,240 399 18,158 9,717 8,441
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo II-3 Batequis 1,160 964 196 11,577 8,417 3,160
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo III-1 Santa Rosa 3,011 2,707 304 32,961 23,503 9,457
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo III-2 Taxtes 3,801 3,405 396 24,793 21,225 3,568

187
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios
188
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo IV-2 Pascola 1,856 1,442 414 18,221 11,786 6,435
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo V-1 Mavari 2,048 1,583 465 14,290 10,146 4,144
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo V-2 Cohuinahua 1,428 807 621 6,709 2,879 3,830
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo VII-1 Juncos 1,097 868 229 12,500 6,449 6,051
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo VII-2 Nohme 976 929 47 7,265 6,371 894
III 76 Valle del Carrizo Sin. AUPA Módulo 1 1,139 1,136 3 7,709 7,634 76
III 76 Valle del Carrizo Sin. AUPA Módulo2 1,001 868 133 6,263 4,803 1,460
III 76 Valle del Carrizo Sin. AUPA Módulo 3 1,436 1,244 192 10,284 7,505 2,779
III 76 Valle del Carrizo Sin. AUPA Módulo 4 1,140 940 200 8,504 5,680 2,825
III 76 Valle del Carrizo Sin. AUPA Módulo 5 1,820 1,777 43 11,409 10,523 886
III 76 Valle del Carrizo Sin. Módulo 6 La Capilla 372 253 119 1,446 848 597
III 76 Valle del Carrizo Sin. Módulo 7 Los Llanos 636 497 139 2,398 1,386 1,013
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

    SUBTOTAL 88,880 73,291 15,583 741,072 445,365 226,430


IV 30 Valsequillo Pue. Luciano Sanchez 2,322 535 1,787 5,245 1,349 3,896
IV 30 Valsequillo Pue. Lázaro Cárdenas 2,649 1,058 1,591 6,633 2,807 3,827
IV 30 Valsequillo Pue. Manuel Ávila Camacho 1,368 1,061 307 3,584 2,212 1,372
IV 30 Valsequillo Pue. Tlacotepec de Benito Juárez 3,571 1,117 2,454 8,490 2,416 6,073
IV 30 Valsequillo Pue. Gral. Emiliano Zapata 883 661 222 2,703 2,116 586
IV 30 Valsequillo Pue. Adolfo López Mateos 2,575 693 1,882 7,166 1,723 5,443
IV 56 Atoyac-Zahuapan Tlax. Mód 1 Canal Rojano 3,122 1,330 1,792 1,305 619 687
IV 56 Atoyac-Zahuapan Tlax. Módulo 2 Canal San Diego 528 463 65 410 315 96
IV 68 Tepecoacuilco Gro. Módulo I-1 Presa Valerio Trujano 753 493 260 7,087 3,842 3,245
IV 98 José María Morelos Mich. Módulo 1 Guerrero 662 592 70 3225 2,354 871
IV 98 José María Morelos Mich. Módulo 2 Michoacán 1,125 775 350 3902 1,990 1,912
    SUBTOTAL 19,558 8,778 10,780 49,751 21,744 28,007
VI 5 Delicias Chih. Unidad Conchos 801 230 571 4,582 770 3,812
VI 5 Delicias Chih. Módulo 2 585 144 441 5,947 573 5,375
VI 5 Delicias Chih. Módulo 3 363 27 336 5,635 218 5,417
VI 5 Delicias Chih. Módulo 4 677 227 450 7,582 1,359 6,223
VI 5 Delicias Chih. Módulo 5 1,162 531 631 10,484 2,923 7,560
VI 5 Delicias Chih. Rosales 692 418 274 4,704 2,171 2,533
VI 5 Delicias Chih. Asoc. de agric. Octavio Legarreta 2,235 1,207 1,028 21,577 7,565 14,012
VI 5 Delicias Chih. Ing. César Ramos 1,383 1,382 1 6,270 6,222 47
VI 5 Delicias Chih. Usuarios 3 unidad Rubén Acosta 1,024 78 946 5,051 238 4,813
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo I-1 5,350 3,629 1,721 51,947 30,727 21,220
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo II-1 1,547 136 1,411 25,752 1,013 24,739
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo II-2 2,290 703 1,587 28,947 6,765 22,183
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo III-1 513 358 155 7,092 3,741 3,352
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Santa Rosa 794 480 314 12,108 6,114 5,994
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo III-3 1,171 283 888 21,947 2,965 18,981
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo III-4 757 186 571 20,660 1,672 18,987
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo IV-1 1,549 585 964 20,222 4,792 15,430
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo IV-2 1,128 133 995 13,874 1,316 12,558
VI 26 Bajo Río San JuanTam. Asociación usuarios M. Alemán 291 0 291 4,930 0 4,930
VI 26 Bajo Río San JuanTam. Asociación usuarios Camargo 429 306 123 5,215 3,097 2,118
VI 26 Bajo Río San JuanTam. Módulo II-2 459 82 377 8,006 811 7,195
VI 26 Bajo Río San JuanTam. Asociación usuarios El Barrote 447 236 211 6,165 2,156 4,009
VI 26 Bajo Río San JuanTam. Asociación usuarios La Retama 199 84 115 3,309 866 2,442
VI 26 Bajo Río San JuanTam. Módulo II-5 174 118 56 2,017 1,064 952
VI 26 Bajo Río San JuanTam. Asociación usuarios Los Ángeles 398 130 268 7,908 1,426 6,483
VI 26 Bajo Río San JuanTam. Módulo III-2 342 131 211 6,948 1,510 5,439
VI 26 Bajo Río San JuanTam. Módulo III-3 214 43 171 6,237 367 5,871
VI 26 Bajo Río San JuanTam. Asociación Guillermo Rhode 206 31 175 8,157 239 7,918
VI 26 Bajo Río San JuanTam. Módulo III-5 272 37 235 7,743 358 7,385
VI 26 Bajo Río San JuanTam. Módulo IV-1 746 110 636 8,969 800 8,169
VI 26 Bajo Río San JuanTam. Módulo V 87 0 87 1,086 0 1,086
VI 90 Bajo Río Conchos Chih. Módulo 1 Labor de Ojinaga 251 4 247 1,394 23 1,371
VI 90 Bajo Río Conchos Chih. Módulo 2 Llano de Dolores 107 106 1 828 819 10
VI 90 Bajo Río Conchos Chih. Módulo 3 El Mezquite y la Colmena 181 139 42 1,653 1,131 522
VI 90 Bajo Río Conchos Chih. Módulo 4 Santa Teresa 408 193 215 2,812 1,315 1,496
VI 90 Bajo Río Conchos Chih. Módulo 5 Paso del Norte 571 303 268 4,028 1,561 2,467
VI 103 Río Florido Chih. Módulo 1 281 173 108 1,248 534 714
VI 103 Río Florido Chih. Mód 2 Coronado López 1,044 699 345 7,029 4,094 2,934
    SUBTOTAL 31,128 13,662 17,466 370,063 103,316 266,748
VIII 1 Pabellón Ags. Único 1,987 1,554 433 11,879 6,465 5,414
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 1 Acámbaro 1,732 1,497 235 8,579 6,306 2,272
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 2 Salvatierra 5,600 4,968 632 15,985 13,660 2,325
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 3 Jaral 1,413 1,091 322 6,604 3,209

189
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 4 Valle 2,163 1,739 424 13,116 7,068 6,048

190
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 5 Cortazar 2,978 2,030 948 18,097 9,580 8,517
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 6 Salamanca 2,313 1,099 1,214 13,835 5,066 8769
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 7 Irapuato 1,229 965 264 8,213 4,071 4,142
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 8 Abasolo 2,240 1,200 1,040 14,807 4,614 10,193
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 9 Huanímaro 835 674 161 3,742 2,253 1,489
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 10 Corralejo 322 307 15 1,542 1,226 317
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 11 La Purísima 1,123 996 127 4,750 3721 1,029
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Aguas de Morelia 400 298 102 1,453 983 470
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Río Grande de Morelia 390 251 139 1,182 856 326
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Valle Álvaro Obregón 2,265 1,767 498 8,923 6,040 2,883
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Canal Zacapendo 907 826 81 3,802 2,986 816
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Presa Malpaís 1,334 1,311 23 4,955 4,561 394
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Lázaro Cárdenas 450 360 90 1,019 n.d. n.d.
VIII 53 Colima Col. Módulo 1 Peñitas 1,000 670 330 10,086 4,863 5,223
VIII 53 Colima Col. Módulo 2 Juárez 262 251 11 1,614 1,337 277
VIII 53 Colima Col. Módulo 3 Tecuanillo 416 292 124 6,265 2,839 3,426
VIII 53 Colima Col. Módulo 4 Amela 119 0 119 5,603 0 5,603
VIII 53 Colima Col. Módulo 5 Cihuatlán margen Colima 92 70 22 1,117 465 652
VIII 53 Colima Col. Módulo 6 Cihuatlán margen Jalisco 113 60 53 1,032 223 809
VIII 85 La Begoña Gto. Módulo 1 Neutla 182 169 13 837 792 45
VIII 85 La Begoña Gto. Módulo 2 Comonfort 498 156 342 1,180 376 803
VIII 85 La Begoña Gto. Módulo 3 M.I. 497 446 51 2,038 1,732 306
VIII 85 La Begoña Gto. Módulo 4 M.D. 1,653 1,525 128 7,464 5,659 1,805
    SUBTOTAL 34,513 26,572 7,941 179,720 100,950 77,750
IX 8 Metztitlán Hgo. Módulo 1 AC 2,978 1,588 1,390 4,914 1,579 3,335
IX 28 Tulancingo Hgo. Módulo 1 Aguas Blancas 253 222 31 403 291 113
IX 28 Tulancingo Hgo. Módulo 2 Aguas Negras 155 155 0 350 350 0
IX 44 Jilotepec Mex. Módulo único 2,447 1,460 987 5,483 2,624 2,859
    SUBTOTAL 5,833 3,425 2,408 11,150 4,844 6,306
X 35 La Antigua Ver. Módulo I-1 2,163 1690 473 8,386 4,201 4,185
X 35 La Antigua Ver. Módulo II-1 Actopan 2,143 1,759 384 10,743 7,042 3,700
X 35 La Antigua Ver. Módulo III-1 Puente Nacional 492 278 214 4,733 1,800 2,933
X 82 Río Blanco Ver. Módulo I-1 Piedras Negras 1,116 804 312 8,247 3,890 4,357
X 82 Río Blanco Ver. Módulo II-1 Joachin 905 318 587 7,973 1,906 6,068
    SUBTOTAL 6,819 4,849 1,970 40,081 18,839 21,242
TOTAL 237,885 162,880 74,997 2,003,619 1,005,360 927,963

Fuente: CNA-IMTA. Sistema de Información Hidroagrícola de Distritos de Riego, versión abril de 2001, y Encuesta de evaluación de la actuación de las asociaciones de usuarios, 1999.

Regiones: I Península de Baja California, II Noroeste, III Pacífico Norte, IV Balsas, VI Río Bravo, VIII Lerma Santiago Pacífico, IX Golfo Norte, X Golfo Centro.

Cuadro 14 Infraestructura de canales y drenes de las asociaciones de usuarios encuestadas, 1999.

Región Núm. Distrito Estado Asociación de usuarios Longitud Longitud Longitud Longitud Longitud Longitud Longitud
canales canales no canales total de caminos caminos total de
revestidos revestidos entubados canales revestidos revestidos caminos
(km) (km) (km) (km) (km) (km) (km)

I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 1 M. I. Río Colorado 53 20 4 77 0 74 74


I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 2 M. I. Río Colorado 58 0 0 58 58 0 58
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 3 M. I. Río Colorado 103 0 0 103 103 0 103
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 4 M. D. Río Colorado 77 27 0 104 17 87 104
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 5 M. D. Río Colorado 36 37 0 72 24 50 74
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 6 M. D. Río Colorado 28 34 0 61 10 51 61
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 7 M. D. Río Colorado 56 28 0 84 12 72 84
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 8 M. D. Río Colorado 128 0 0 128 128 0 128
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 9A M. D. Río Colorado 109 0 0 109 109 0 109
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 9B M. D. Río Colorado 72 0 0 72 72 0 72
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 10 M. D. Río Colorado 136 0 0 136 71 62 132
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 11 M. D. Río Colorado 91 0 0 91 60 31 91
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 12 M. D. Río Colorado 121 0 0 121 81 40 121
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 13 M. D. Río Colorado 97 0 0 97 92 5 97
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 14 M. D. Río Colorado 113 0 0 113 113 0 113
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 15 M. D. Río Colorado 80 16 0 96 77 19 96
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 16 M. D. Río Colorado 72 0 0 72 61 11 72
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 17 M. D. Río Colorado 107 0 0 107 59 48 107
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 18 M. D. Río Colorado 42 50 0 92 42 50 92

191
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 20 M. D. Río Colorado 10 85 0 95 78 17 95

192
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 21 M. I. Río Colorado 90 17 0 107 84 23 107
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 22 M. I. Río Colorado 79 6 0 84 79 6 84
 SUBTOTAL 1,806 359 4 2,168 1,495 667 2,163
II 38 Río Mayo Son. Módulo 1 15 68 0 83 15 129 144
II 38 Río Mayo Son. Módulo 2 31 46 0 77 34 76 110
II 38 Río Mayo Son. Módulo 3 3 55 0 58 7 107 113
II 38 Río Mayo Son. Módulo 4 9 54 0 63 8 115 123
II 38 Río Mayo Son. Módulo 5 9 53 0 61 9 86 95
II 38 Río Mayo Son. Módulo 6 14 81 0 95 6 184 189
II 38 Río Mayo Son. Módulo 7 3 77 0 80 3 152 155
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

II 38 Río Mayo Son. Módulo 8 2 30 0 31 0 63 63


II 38 Río Mayo Son. Módulo9 4 60 0 63 7 93 100
II 38 Río Mayo Son. Módulo 10 0 44 0 44 11 67 78
II 38 Río Mayo Son. Módulo 11 9 26 0 35 6 63 69
II 38 Río Mayo Son. Módulo 12 7 55 0 62 24 100 124
II 38 Río Mayo Son. Módulo 13 0 60 0 60 18 102 120
II 38 Río Mayo Son. Módulo 14 0 58 0 58 0 116 116
II 38 Río Mayo Son. Módulo 16 1 60 0 61 20 72 92
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 1 17 82 0 100 0 102 102
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 2 C.P.Alto (secc.K-61,K-54) 5 103 0 108 0 103 103
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4 2 130 0 132 0 163 163
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 6 del Canal Principal Alto 0 145 0 145 0 145 145
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 6 del Canal Principal Bajo 0 162 0 162 0 162 162
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-63 0 6 0 6 0 6 6
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-64 0 30 0 30 0 30 30
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-66 0 44 0 44 0 44 44
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-68 0 66 0 66 0 66 66
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 10 del Canal Principal Alto 1 170 0 170 0 170 170
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 10 del Canal Principal Bajo 8 93 0 101 0 101 101
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4P12 10 31 0 41 0 41 41
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4P10 13 14 0 27 0 13 13
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 02 9 101 0 111 0 111 111
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 11 102 35 0 137 0 137 137
II 41 Río Yaqui Son. Módulo12 0 134 0 134 0 134 134
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 14 4 113 0 117 0 117 117
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 16 1 105 0 106 0 105 105
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 18 0 36 0 36 0 36 36
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 19 0 50 0 50 0 50 50
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 20 0 55 0 55 0 55 55
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 22 0 66 0 66 0 66 66
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4P4 10 23 0 34 0 34 34
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4P6 10 45 0 55 0 55 55
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4P8 6 44 0 50 0 50 50
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 8 5 146 0 150 0 150 150
II 41 Río Yaqui Son. Módulo P-10 0 17 0 17 0 17 17
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-105 0 43 0 43 0 43 43
II 41 Río Yaqui Son. Módulo Nainari 0 18 0 18 0 19 19
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-70 0 9 0 9 0 9 9
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-73+500 0 8 0 8 0 8 8
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-73.8 0 61 0 61 0 61 61
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-79 1 73 0 75 25 75 100
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-88.5 6 70 0 77 0 77 77
II 41 Río Yaqui Son. Módulo Cocoraque CMD 0 39 0 39 12 37 48
II 41 Río Yaqui Son. Módulo Bacame 0 78 0 78 4 78 82
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-91 sur 0 183 0 183 0 183 183
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-95 0 29 0 29 0 29 29
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-91 norte 0 50 0 50 0 50 50
II 41 Río Yaqui Son. Módulo Santini I 54 0 0 54 0 54 54
II 41 Río Yaqui Son. Módulo Santini II 27 5 0 32 0 32 32
II 51 Costa de Hermosillo Son. Módulo único 3,000 1,500 200 4,700 575 1,400 1,975
II 83 Papigochic Chih. Módulo único 46 41 0 87 45 43 87
 SUBTOTAL 3,494 5,155 200 8,849 827 6,104 6,931
III 10 Culiacán-Humaya Sin. La Palma 12 77 0 89 66 0 66
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Bachimeto 7 148 0 155 41 31 72
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Otameto 7 252 6 265 111 37 147

193
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios
III 10 Culiacán-Humaya Sin. Prod. agrícolas del DDR 136 0 160 0 160 4 3 7

194
III 10 Culiacán-Humaya Sin. El Grande 50 260 1 311 14 56 70
III 10 Culiacán-Humaya Sin. Módulo III-1 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d.
III 10 Culiacán-Humaya Sin. Módulo III-2 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d.
III 10 Culiacán-Humaya Sin. Culiacancito 155 3 0 158 144 38 182
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Módulo IV-2 87 28 0 115 13 65 78
III 10 Culiacán-Humaya Sin. J. de U. del Canal Principal Humaya 106 0 2 107 53 3 55
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Montelargo 85 0 3 88 22 49 71
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Módulo V-1 293 10 18 321 100 162 262
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Módulo V-2 289 35 0 323 176 4 179
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Viejo colorado n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d.
III 10 Culiacán-Humaya Sin. Módulo VI-2 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d.
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

III 43 Nayarit Nay. Módulo 1 136 0 10 146 146 0 146


III 43 Nayarit Nay. Módulo 2 Río Santiago M.I. 301 0 0 301 301 0 301
III 43 Nayarit Nay. Módulo 3 40 0 0 40 40 0 40
III 43 Nayarit Nay. Módulo 4 Río San Pedro M. D. 49 29 0 78 71 7 78
III 63 Guasave Sin. AUPA Bamoa Módulo I-1 120 152 2 273 295 23 318
III 63 Guasave Sin. Módulo I-2 Milpas 59 166 0 224 223 89 311
III 63 Guasave Sin. Módulo II-1 Petatlán 211 74 0 285 222 614 836
III 63 Guasave Sin. Módulo II-2 Tetameche 60 96 7 163 48 142 190
III 63 Guasave Sin. Módulo III-1 Sabinal 147 3 0 149 163 104 266
III 74 Mocorito Sin. AUPA del Valle del Evora 157 105 0 262 322 0 322
III 74 Mocorito Sin. AUPA Eustaquio Buelna 40 132 0 172 172 0 172
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo I-1 Guasave 25 197 7 229 44 652 696
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo I Río Fuerte 31 179 0 209 87 629 715
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo II-1 Leyva Solano 0 92 0 92 20 253 273
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo II-2 Ruíz Cortines 0 144 0 144 21 305 326
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo II-3 Batequis 0 91 0 91 34 157 191
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo III-1 Santa Rosa 0 301 0 301 51 611 662
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo III-2 Taxtes 4 213 0 217 69 860 929
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo IV-1 Sevelloampo 14 224 0 237 84 373 457
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo IV-2 Pascola 17 193 0 210 72 403 475
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo V-1 Mavari 15 250 0 265 99 663 762
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo V-2 Cohuinahua 36 61 0 97 81 51 132
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo VII-1 Juncos 0 59 26 85 0 213 213
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo VII-2 Nohme 0 81 0 81 0 70 70
III 76 Valle del Carrizo Sin. AUPA Módulo 1 4 109 1 114 27 441 468
III 76 Valle del Carrizo Sin. AUPA Módulo2 2 87 3 92 44 30 74
III 76 Valle del Carrizo Sin. AUPA Módulo 3 3 124 1 128 44 55 99
III 76 Valle del Carrizo Sin. AUPA Módulo 4 2 103 1 106 66 499 566
III 76 Valle del Carrizo Sin. AUPA Módulo 5 4 53 0 56 25 31 56
III 76 Valle del Carrizo Sin. Módulo 6 La Capilla 38 6 0 44 0 44 44
III 76 Valle del Carrizo Sin. Módulo 7 Los Llanos 45 19 0 64 16 48 64
 SUBTOTAL 2,651 4,739 87 7,477 3,657 7,907 11,564
IV 30 Valsequillo Pue. Luciano Sanchez 13 58 0 71 13 63 75
IV 30 Valsequillo Pue. Lázaro Cárdenas 51 58 0 109 0 99 99
IV 30 Valsequillo Pue. Manuel Ávila Camacho 48 16 0 63 0 31 31
IV 30 Valsequillo Pue. Tlacotepec de Benito Juárez 37 81 0 118 0 92 92
IV 30 Valsequillo Pue. Gral. Emiliano Zapata 12 43 0 55 0 54 54
IV 30 Valsequillo Pue. Adolfo López Mateos 28 76 0 104 0 101 101
IV 56 Atoyac-Zahuapan Tlax. Mód 1 Canal Rojano 43 10 0 53 12 35 47
IV 56 Atoyac-Zahuapan Tlax. Módulo 2 Canal San Diego 12 5 0 17 0 6 6
IV 68 Tepecoacuilco Gro. Módulo I-1 Presa Valerio Trujano 47 1 0 48 22 76 98
IV 98 José María Morelos Mich. Módulo 1 Guerrero 121 0 0 121 10 109 119
IV 98 José María Morelos Mich. Módulo 2 Michoacán 144 0 0 144 30 112 142
 SUBTOTAL 556 347 0 903 87 777 863
VI 5 Delicias Chih. Unidad Conchos 22 84 0 107 73 137 211
VI 5 Delicias Chih. Módulo 2 30 59 2 91 118 137 254
VI 5 Delicias Chih. Módulo 3 91 22 0 113 97 74 171
VI 5 Delicias Chih. Módulo 4 100 19 0 119 122 65 187
VI 5 Delicias Chih. Módulo 5 54 208 0 262 137 102 239
VI 5 Delicias Chih. Rosales 42 42 0 84 53 71 124
VI 5 Delicias Chih. Asoc. de agric. Octavio Legarreta 183 132 0 315 300 319 620
VI 5 Delicias Chih. Ing. César Ramos 105 13 0 119 119 136 254
VI 5 Delicias Chih. Usuarios 3 unidad Rubén Acosta 37 56 0 93 67 88 155
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo I-1 90 527 0 617 129 491 620
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo II-1 0 267 0 267 63 327 390
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo II-2 16 289 0 305 90 406 496

195
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo III-1 0 52 0 52 46 62 108

196
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Santa Rosa 1 113 0 114 38 29 67
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo III-3 0 354 0 354 100 17 117
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo III-4 7 141 0 148 74 648 722
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo IV-1 9 196 0 205 185 240 425
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo IV-2 15 159 0 174 50 46 96
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Asociación usuarios M. Alemán 108 22 0 130 92 188 280
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Asociación usuarios Camargo 48 71 0 119 49 4 53
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo II-2 53 114 0 166 23 53 76
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Asociación usuarios El Barrote 41 43 0 85 62 14 76
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Asociación usuarios La Retama 12 36 0 48 23 16 39
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo II-5 8 8 0 16 16 0 16
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Asociación usuarios Los Ángeles 52 33 0 85 38 16 54


VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo III-2 9 17 0 26 12 41 53
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo III-3 13 24 0 38 20 61 80
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Asociación Guillermo Rhode 27 36 62 124 12 64 76
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo III-5 12 42 0 55 28 60 88
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo IV-1 0 0 0 0 0 15 15
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo V 21 1 0 22 41 4 45
VI 90 Bajo Río Conchos Chih. Módulo 1 Labor de Ojinaga 25 3 0 28 30 0 30
VI 90 Bajo Río Conchos Chih. Módulo 2 Llano de Dolores 24 0 0 24 23 0 23
VI 90 Bajo Río Conchos Chih. Módulo 3 El Mezquite y la Colmena 42 0 0 42 42 0 42
VI 90 Bajo Río Conchos Chih. Módulo 4 Santa Teresa 60 0 0 60 57 0 57
VI 90 Bajo Río Conchos Chih. Módulo 5 Paso del Norte 65 0 0 65 86 0 86
VI 103 Río Florido Chih. Módulo 1 59 6 0 65 33 0 33
VI 103 Río Florido Chih. Mód 2 Coronado López 164 43 2 209 91 43 134
 SUBTOTAL 1,646 3,235 66 4,946 2,637 3,973 6,610
VIII 1 Pabellón Ags. Único 72 56 0 129 166 76 242
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 1 Acámbaro 77 69 0 146 73 78 151
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 2 Salvatierra 52 197 0 249 12 104 116
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 3 Jaral 27 66 0 93 35 71 107
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 4 Valle 27 158 0 184 55 98 153
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 5 Cortazar 10 245 3 258 65 82 147
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 6 Salamanca 6 168 0 174 23 39 62
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 7 Irapuato 8 94 0 102 13 30 43
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 8 Abasolo 0 141 0 141 28 62 90
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 9 Huanímaro 2 42 0 44 27 6 33
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 10 Corralejo 0 12 4 16 4 0 4
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 11 La Purísima 47 19 0 66 75 22 97
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Aguas de Morelia 1 30 0 30 7 42 49
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Río Grande de Morelia 0 30 0 30 0 7 7
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Valle Álvaro Obregón 57 70 0 128 163 121 284
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Canal Zacapendo 14 41 0 55 54 68 123
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Presa Malpaís 8 29 0 37 11 77 88
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Lázaro Cárdenas n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d.
VIII 53 Colima Col. Módulo 1 Peñitas 181 1 4 187 174 3 177
VIII 53 Colima Col. Módulo 2 Juárez 38 0 0 38 36 0 36
VIII 53 Colima Col. Módulo 3 Tecuanillo 116 10 0 126 86 0 86
VIII 53 Colima Col. Módulo 4 Amela 102 12 0 114 32 0 32
VIII 53 Colima Col. Módulo 5 Cihuatlán margen Colima 9 18 0 27 7 0 7
VIII 53 Colima Col. Módulo 6 Cihuatlán margen Jalisco 26 9 0 36 27 0 27
VIII 85 La Begoña Gto. Módulo 1 Neutla 26 0 0 26 7 19 26
VIII 85 La Begoña Gto. Módulo 2 Comonfort 0 0 0 0 0 25 25
VIII 85 La Begoña Gto. Módulo 3 M.I. 24 0 0 24 7 21 28
VIII 85 La Begoña Gto. Módulo 4 M. D. 117 0 6 123 113 68 180
 SUBTOTAL 1,049 1,517 17 2,583 1,300 1,118 2,418
IX 8 Metztitlán Hgo. Módulo 1 AC 21 62 0 83 57 0 57
IX 28 Tulancingo Hgo. Módulo 1 Aguas Blancas 22 0 0 22 0 4 4
IX 28 Tulancingo Hgo. Módulo 2 Aguas Negras 10 0 0 10 0 3 3
IX 44 Jilotepec Mex. Módulo único 55 116 0 171 72 78 150
 SUBTOTAL 107 179 0 286 129 85 214
X 35 La Antigua Ver. Módulo I-1 121 124 2 247 151 137 288
X 35 La Antigua Ver. Módulo II-1 Actopan 61 115 0 176 139 104 243
X 35 La Antigua Ver. Módulo III-1 Puente Nacional 83 0 0 83 140 0 140
X 82 Río Blanco Ver. Módulo I-1 Piedras Negras 43 125 1 169 153 8 161
X 82 Río Blanco Ver. Módulo II-1 Joachin 3 158 1 162 164 26 190
 SUBTOTAL 311 522 4 837 748 275 1,022
TOTAL 11,619 16,053 378 28,050 10,879 20,907 31,786

Fuente: CNA-IMTA. Sistema de Información Hidroagrícola de Distritos de Riego, versión abril de 2001.

197
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

Regiones: I Península de Baja California, II Noroeste, III Pacífico Norte, IV Balsas, VI Río Bravo, VIII Lerma Santiago Pacífico, IX Golfo Norte, X Golfo Centro.
Cuadro 15 Estructuras de control en las asociaciones encuestadas, 1999.

198
Región Núm. Distrito Estado Asociación de usuarios Estructuras Estructuras Estructuras Total
en canales en drenes en caminosde estructuras

I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 1 M. I. Río Colorado 407 0 0 407


I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 2 M. I. Río Colorado 249 0 0 249
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 3 M. I. Río Colorado 437 0 3 440
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 4 M. D. Río Colorado 519 0 0 519
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 5 M. D. Río Colorado 417 0 0 417
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 6 M. D. Río Colorado 292 0 0 292
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 7 M. D. Río Colorado 495 0 0 495
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 8 M. D. Río Colorado 417 0 0 417


I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 9A M. D. Río Colorado 356 0 0 356
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 9B M. D. Río Colorado 339 0 0 339
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 10 M. D. Río Colorado 543 0 0 543
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 11 M. D. Río Colorado 367 0 0 367
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 12 M. D. Río Colorado 386 0 0 386
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 13 M. D. Río Colorado 322 0 0 322
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 14 M. D. Río Colorado 403 0 0 403
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 15 M. D. Río Colorado 359 0 0 359
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 16 M. D. Río Colorado 293 0 0 293
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 17 M. D. Río Colorado 507 0 0 507
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 18 M. D. Río Colorado 295 0 0 295
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 19 M. D. Río Colorado 318 0 0 318
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 20 M. D. Río Colorado 274 0 0 274
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 21 M. I. Río Colorado 399 0 0 399
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 22 M. I. Río Colorado 337 0 20 357
 SUBTOTAL 8,731 0 23 8,754
II 38 Río Mayo Son. Módulo 1 495 0 0 495
II 38 Río Mayo Son. Módulo 2 353 0 0 353
II 38 Río Mayo Son. Módulo 3 311 0 0 311
II 38 Río Mayo Son. Módulo 4 266 0 0 266
II 38 Río Mayo Son. Módulo 5 300 0 0 300
II 38 Río Mayo Son. Módulo 6 401 0 0 401
II 38 Río Mayo Son. Módulo 7 301 0 0 301
II 38 Río Mayo Son. Módulo 8 170 0 0 170
II 38 Río Mayo Son. Módulo9 202 0 0 202
II 38 Río Mayo Son. Módulo 10 206 0 0 206
II 38 Río Mayo Son. Módulo 11 177 0 0 177
II 38 Río Mayo Son. Módulo 12 275 0 0 275
II 38 Río Mayo Son. Módulo 13 246 0 0 246
II 38 Río Mayo Son. Módulo 14 321 0 0 321
II 38 Río Mayo Son. Módulo 16 266 0 0 266
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 1 464 0 2 466
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 2 C. P. Alto (secc. K-61,K-54) 551 0 3 554
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4 504 0 3 507
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 6 del Canal Principal Alto 466 0 2 468 S
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 6 del Canal Principal Bajo 333 0 3 336
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-63 16 0 0 16
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-64 55 0 1 56
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-66 134 0 2 136
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-68 180 0 2 182
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 10 del Canal Principal Alto 334 0 2 336
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 10 del Canal Principal Bajo 283 0 3 286
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4P12 117 0 0 117
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4P10 43 0 0 43
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 02 351 0 3 354
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 2B 277 0 2 279
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 11 518 0 3 521
II 41 Río Yaqui Son. Módulo12 437 0 3 440
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 14 294 0 3 297
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 16 384 0 1 385
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 18 121 0 0 121
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 19 145 0 1 146
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 20 174 0 1 175
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 22 337 0 0 337
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4P4 94 0 1 95
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4P6 155 0 2 157

199
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4P8 129 0 1 130

200
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 8 375 0 3 378
II 41 Río Yaqui Son. Módulo P-10 55 0 0 55
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-105 283 0 3 286
II 41 Río Yaqui Son. Módulo Nainari 95 0 0 95
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-70 41 14 0 55
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-73+500 24 0 0 24
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-73.8 159 0 0 159
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-79 312 0 2 314
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-88.5 188 0 1 189
II 41 Río Yaqui Son. Módulo Cocoraque CMD 105 0 1 106
II 41 Río Yaqui Son. Módulo Bacame 230 0 0 230
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-91 sur 308 0 1 309


II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-95 107 0 0 107
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-91 norte 206 0 2 208
II 41 Río Yaqui Son. Módulo Santini I 169 0 0 169
II 41 Río Yaqui Son. Módulo Santini II 104 0 0 104
II 51 Costa de Hermosillo Son. Módulo único 0 0 0 0
II 83 Papigochic Chih. Módulo único 504 10 21 535
 SUBTOTAL 14,451 24 78 14,553
III 10 Culiacán-Humaya Sin. La Palma 728 45 72 845
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Bachimeto 685 134 80 899
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Otameto 1,644 230 58 1,932
III 10 Culiacán-Humaya Sin. PANAC-7 1,259 867 0 2,126
III 10 Culiacán-Humaya Sin. Prod. agrícolas del DDR 136 404 307 0 711
III 10 Culiacán-Humaya Sin. El Grande 716 437 0 1,153
III 10 Culiacán-Humaya Sin. Módulo III-1 n.d. n.d. n.d. n.d.
III 10 Culiacán-Humaya Sin. Módulo III-2 n.d. n.d. n.d. n.d.
III 10 Culiacán-Humaya Sin. Culiacancito 1,584 244 0 1,828
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Módulo IV-2 1,041 140 0 1,181
III 10 Culiacán-Humaya Sin. J. de U. del Canal Principal Humaya 678 69 0 747
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Montelargo 2,192 108 0 2,300
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Módulo V-1 0 0 0 0
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Módulo V-2 2,262 396 0 2,658
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Viejo colorado n.d. n.d. n.d. n.d.
III 10 Culiacán-Humaya Sin. Módulo VI-2 n.d. n.d. n.d. n.d.
III 43 Nayarit Nay. Módulo 1 783 157 34 974
III 43 Nayarit Nay. Módulo 2 Río Santiago M.I. 1,056 29 12 1,097
III 43 Nayarit Nay. Módulo 3 185 6 2 193
III 43 Nayarit Nay. Módulo 4 Río San Pedro M. D. 241 23 2 266
III 63 Guasave Sin. AUPA Bamoa Módulo I-1 892 485 0 1,377
III 63 Guasave Sin. Módulo I-2 Milpas 914 154 0 1,068
III 63 Guasave Sin. Módulo II-1 Petatlán 712 179 3 894
III 63 Guasave Sin. Módulo II-2 Tetameche 328 179 0 507
III 63 Guasave Sin. Módulo III-1 Sabinal 447 214 0 661
III 74 Mocorito Sin. AUPA del Valle del Evora 1,076 265 0 1,341
III 74 Mocorito Sin. AUPA Eustaquio Buelna 804 442 44 1,290
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo I-1 Guasave 701 280 29 1,010
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo I Río Fuerte 716 473 49 1,238
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo II-1 Leyva Solano 24 32 18 74
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo II-2 Ruíz Cortines 410 340 22 772
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo II-3 Batequis 268 182 0 450
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo III-1 Santa Rosa 686 568 0 1,254
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo III-2 Taxtes 390 230 0 620
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo IV-1 Sevelloampo 730 518 0 1,248
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo IV-2 Pascola 641 320 0 961
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo V-1 Mavari 970 309 0 1,279
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo V-2 Cohuinahua 484 93 0 577
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo VII-1 Juncos 83 61 12 156
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo VII-2 Nohme 348 71 0 419
III 76 Valle del Carrizo Sin. AUPA Módulo 1 491 394 32 917
III 76 Valle del Carrizo Sin. AUPA Módulo2 478 763 47 1,288
III 76 Valle del Carrizo Sin. AUPA Módulo 3 572 315 28 915
III 76 Valle del Carrizo Sin. AUPA Módulo 4 416 274 22 712
III 76 Valle del Carrizo Sin. AUPA Módulo 5 421 55 0 476
III 76 Valle del Carrizo Sin. Módulo 6 La Capilla 404 0 0 404
III 76 Valle del Carrizo Sin. Módulo 7 Los Llanos 10 0 3 13
 SUBTOTAL 29,874 10,388 569 40,831

201
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios
IV 30 Valsequillo Pue. Luciano Sanchez 886 9 12 907

202
IV 30 Valsequillo Pue. Lázaro Cárdenas 1,030 9 4 1,043
IV 30 Valsequillo Pue. Manuel Ávila Camacho 687 10 11 708
IV 30 Valsequillo Pue. Tlacotepec de Benito Juárez 1,979 14 16 2,009
IV 30 Valsequillo Pue. Gral. Emiliano Zapata 951 3 12 966
IV 30 Valsequillo Pue. Adolfo López Mateos 1,119 13 14 1,146
IV 56 Atoyac-Zahuapan Tlax. Mód 1 Canal Rojano 253 30 0 283
IV 56 Atoyac-Zahuapan Tlax. Módulo 2 Canal San Diego 59 0 0 59
IV 68 Tepecoacuilco Gro. Módulo I-1 Presa Valerio Trujano 376 47 4 427
IV 98 José María Morelos Mich. Módulo 1 Guerrero 1,089 0 0 1,089
IV 98 José María Morelos Mich. Módulo 2 Michoacán 1,008 0 0 1,008
 SUBTOTAL 9,437 135 73 9,645
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

VI 5 Delicias Chih. Unidad Conchos 724 40 0 764


VI 5 Delicias Chih. Módulo 2 890 78 0 968
VI 5 Delicias Chih. Módulo 3 1,076 77 0 1,153
VI 5 Delicias Chih. Módulo 4 856 51 0 907
VI 5 Delicias Chih. Módulo 5 2,146 155 0 2,301
VI 5 Delicias Chih. Rosales 994 33 0 1,027
VI 5 Delicias Chih. Asoc. de agric. Octavio Legarreta 2,330 381 0 2,711
VI 5 Delicias Chih. Ing. César Ramos 439 334 0 773
VI 5 Delicias Chih. Usuarios 3 unidad Rubén Acosta 381 86 0 467
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo I-1 1,757 1,924 185 3,866
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo II-1 1,044 1,717 18 2,779
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo II-2 1,177 2,553 22 3,752
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo III-1 316 30 38 384
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Santa Rosa 724 125 145 994
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo III-3 820 1,356 410 2,586
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo III-4 687 936 276 1,899
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo IV-1 760 1,214 165 2,139
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo IV-2 371 596 72 1,039
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Asociación usuarios M. Alemán 669 214 84 967
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Asociación usuarios Camargo 553 120 25 698
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo II-2 558 248 31 837
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Asociación usuarios El Barrote 471 342 28 841
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Asociación usuarios La Retama 315 47 0 362
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo II-5 105 230 2 337
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Asociación usuarios Los Ángeles 407 163 57 627
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo III-2 255 674 63 992
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo III-3 162 172 18 352
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Asociación Guillermo Rhode 219 187 14 420
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo III-5 201 198 67 466
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo IV-1 0 25 0 25
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo V 86 0 0 86
VI 90 Bajo Río Conchos Chih. Módulo 1 Labor de Ojinaga 120 5 9 134
VI 90 Bajo Río Conchos Chih. Módulo 2 Llano de Dolores 127 15 0 142
VI 90 Bajo Río Conchos Chih. Módulo 3 El Mezquite y la Colmena 319 21 0 340
VI 90 Bajo Río Conchos Chih. Módulo 4 Santa Teresa 389 118 0 507
VI 90 Bajo Río Conchos Chih. Módulo 5 Paso del Norte 318 53 0 371
VI 103 Río Florido Chih. Módulo 1 755 0 34 789
VI 103 Río Florido Chih. Mód 2 Coronado López 798 91 0 889
 SUBTOTAL 24,319 14,609 1,763 40,691
VIII 1 Pabellón Ags. Único 505 0 87 592
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 1 Acámbaro 545 88 0 633
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 2 Salvatierra 764 250 0 1,014
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 3 Jaral 316 261 0 577
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 4 Valle 614 79 0 693
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 5 Cortazar 794 35 0 829
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 6 Salamanca 258 80 0 338
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 7 Irapuato 449 65 0 514
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 8 Abasolo 639 74 0 713
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 9 Huanímaro 107 22 0 129
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 10 Corralejo 374 59 0 433
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 11 La Purísima 545 88 0 633
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Aguas de Morelia 85 32 0 117
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Río Grande de Morelia 25 0 0 25
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Valle Álvaro Obregón 383 147 45 575
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Canal Zacapendo 68 22 0 90
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Presa Malpaís 40 27 8 75

203
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Lázaro Cárdenas n.d. n.d. n.d. n.d.

204
VIII 53 Colima Col. Módulo 1 Peñitas 1,669 90 0 1,759
VIII 53 Colima Col. Módulo 2 Juárez 371 0 0 371
VIII 53 Colima Col. Módulo 3 Tecuanillo 2,093 61 0 2,154
VIII 53 Colima Col. Módulo 4 Amela 161,221 0 0 161,221
VIII 53 Colima Col. Módulo 5 Cihuatlán margen Colima 335 11 0 346
VIII 53 Colima Col. Módulo 6 Cihuatlán margen Jalisco 440 22 0 462
VIII 85 La Begoña Gto. Módulo 1 Neutla 81 10 0 91
VIII 85 La Begoña Gto. Módulo 2 Comonfort 0 0 0 0
VIII 85 La Begoña Gto. Módulo 3 M.I. 70 14 0 84
VIII 85 La Begoña Gto. Módulo 4 M. D. 308 339 0 647
 SUBTOTAL 173,099 1,876 140 175,115
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

IX 8 Metztitlán Hgo. Módulo 1 AC 480 6 0 486


IX 28 Tulancingo Hgo. Módulo 1 Aguas Blancas 295 25 0 320
IX 28 Tulancingo Hgo. Módulo 2 Aguas Negras 151 45 0 196
IX 44 Jilotepec Mex. Módulo único 753 0 236 989
 SUBTOTAL 1,679 76 236 1,991
X 35 La Antigua Ver. Módulo I-1 1,180 97 29 1,306
X 35 La Antigua Ver. Módulo II-1 Actopan 1,174 14 53 1,241
X 35 La Antigua Ver. Módulo III-1 Puente Nacional 682 0 0 682
X 82 Río Blanco Ver. Módulo I-1 Piedras Negras 668 30 50 748
X 82 Río Blanco Ver. Módulo II-1 Joachin 1,014 18 12 1,044
 SUBTOTAL 4,718 159 144 5,021
TOTAL 266,308 27,267 3,026 296,601

Fuente: CNA-IMTA. Sistema de Información Hidroagrícola de Distritos de Riego, versión abril de 2001.

Regiones: I Península de Baja California, II Noroeste, III Pacífico Norte, IV Balsas, VI Río Bravo, VIII Lerma Santiago Pacífico, IX Golfo Norte, X Golfo Centro.
Cuadro 16 Superficie tecnificada y afectada por salinidad.

Región Núm. Distrito Estado Asociación de usuarios Superficie Superficie Superficie Superficie Superficie Superficie
sembrada tecnificada con drenaje afectada por nivelada total
(ha) con riego parcelario sales o m.f. (ha) (ha)
(ha) (ha) (ha)

I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 1 M.I. Río Colorado 10,547 174 0 76 11,021 10,682
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 2 M.I. Río Colorado 6,331 70 0 115 6,665 6,463
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 3 M.I. Río Colorado 9,789 0 0 72 9,535 9,246
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 4 M.D. Río Colorado 12,032 150 0 759 13,599 13,187
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 5 M.D. Río Colorado 9,523 0 0 76 9,944 9,643
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 6 M.D. Río Colorado 6,363 0 0 333 6,334 6,141
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 7 M.D. Río Colorado 10,976 0 0 336 12,959 12,566
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 8 M.D. Río Colorado 8,683 135 0 3,435 10,342 10,029
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 9A M.D. Río Colorado 10,270 632 0 541 9,115 8,838
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 9B M.D. Río Colorado 8,658 252 0 502 9,884 9,585
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 10 M.D. Río Colorado 11,851 0 131 2,046 13,327 12,923
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 11 M.D. Río Colorado 7,613 0 150 1,184 9,443 9,157
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 12 M.D. Río Colorado 8,591 0 0 2,992 9,709 9,414
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 13 M.D. Río Colorado 7,841 0 14 742 7,541 7,312
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 14 M.D. Río Colorado 8,492 0 30 1,243 8,752 8,486
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 15 M.D. Río Colorado 7,682 0 74 2,500 9,916 9,615
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 16 M.D. Río Colorado 3,825 0 27 1,006 6,721 6,518
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 17 M.D. Río Colorado 8,617 0 52 2,699 9,219 8,939
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 18 M.D. Río Colorado 9,431 0 51 4,455 8,049 7,805
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 19 M.D. Río Colorado 5,644 0 0 1,867 8,648 8,385
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 20 M.D. Río Colorado 3,504 0 0 1,718 6,124 5,938
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 21 M.I. Río Colorado 4,763 0 0 1,943 6,857 6,649
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 22 M.I. Río Colorado 4,580 0 15 2,365 5,095 4,940
    SUBTOTAL 185,606 1,413 543 33,004 208,800 202,462
II 38 Río Mayo Son. Módulo 1 6,326 0 663 1,370 741 7,952
II 38 Río Mayo Son. Módulo 2 7,745 0 700 300 0 8,741

205
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios
II 38 Río Mayo Son. Módulo 5 3,660 15 175 1,500 600 5,213

206
II 38 Río Mayo Son. Módulo 6 4,581 92 92 2,800 300 7,839
II 38 Río Mayo Son. Módulo 7 8,208 470 400 0 400 7,898
II 38 Río Mayo Son. Módulo 8 2,971 0 720 300 700 3,737
II 38 Río Mayo Son. Módulo9 5,542 503 567 20 269 6,065
II 38 Río Mayo Son. Módulo 10 5,154 22 20 133 50 5,210
II 38 Río Mayo Son. Módulo 11 4,743 150 148 89 250 5,116
II 38 Río Mayo Son. Módulo 12 6,357 5 50 100 933 6,967
II 38 Río Mayo Son. Módulo 13 6,208 451 485 300 177 6,482
II 38 Río Mayo Son. Módulo 14 4,613 3 33 100 82 4,903
II 38 Río Mayo Son. Módulo 16 5,053 0 0 0 250 4,004
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

II 41 Río Yaqui Son. Módulo 1 4,509 0 0 0 50 8,531


II 41 Río Yaqui Son. Módulo 2 C.P.Alto (secc. K-61, K-54) 7,874 0 311 103 141 8,416
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4 8,452 0 25 945 323 9,919
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 6 del Canal Principal Alto 10,301 105 110 1,507 120 10,823
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 6 del Canal Principal Bajo 7,810 10 120 1,624 851 8,921
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-63 1,030 0 0 67 0 1,015
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-64 2,532 0 0 260 130 2,768
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-66 3,322 0 0 130 60 3,598
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-68 4,209 0 0 403 120 4,420
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 10 del Canal Principal Alto 8,966 0 0 529 450 9,787
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 10 del Canal Principal Bajo 7,802 15 30 1,279 462 8,797
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4P12 3,861 0 65 2,726 875 5,128
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4P10 1,525 0 177 586 665 2,104
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 02 6,415 0 0 0 120 5,052
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 2B 5,112 0 0 0 890 6,359
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 11 8,980 0 0 560 713 12,170
II 41 Río Yaqui Son. Módulo12 5,983 46 180 2,419 530 7,661
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 14 7,159 80 0 2,763 100 7,513
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 16 7,256 143 125 6,706 745 9,053
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 18 2,064 0 120 532 0 2,277
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 19 3,045 20 0 226 7 3,996
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 20 4,100 261 100 762 0 4,730
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4P4 6,622 0 0 405 1,801 5,426
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4P6 4,484 0 150 1,166 813 4,902
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4P8 5,964 0 0 2,148 1,393 8,243
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 8 7,384 68 110 1,734 310 8,172
II 41 Río Yaqui Son. Módulo P-10 1,243 0 0 186 0 1,277
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-105 3,683 0 0 241 205 3,705
II 41 Río Yaqui Son. Módulo Nainari 879 0 0 142 247 1,187
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-70 1,873 0 0 63 0 1,975
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-73+500 663 0 40 62 40 895
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-73.8 4,188 0 0 1,385 350 4,359
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-79 7,453 0 417 432 0 7,956
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-88.5 5,407 121 0 2,635 150 5,901
II 41 Río Yaqui Son. Módulo Cocoraque CMD 4,287 65 13 480 539 4,501
II 41 Río Yaqui Son. Módulo Bacame 2,836 0 0 0 260 4,085
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-91 sur 7,532 0 100 1,271 160 7,987
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-95 2,532 0 0 139 160 2,682
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-91 norte 4,615 0 115 976 20 4,629
II 41 Río Yaqui Son. Módulo Santini I 4,484 0 0 0 120 5,052
II 41 Río Yaqui Son. Módulo Santini II 2,525 0 0 0 120 2,709
II 51 Costa de Hermosillo Son. Módulo único 48,887 12,258 0 8,700 40,000 74,000
II 83 Papigochic Chih. Módulo único 3,013 197 0 700 200 4,666
    SUBTOTAL 337,228 15,140 6,657 56,107 59,394 402,987
III 10 Culiacán-Humaya Sin. La Palma 10,295 658 0 3,170 238 8,478
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Bachimeto 10,884 1,000 0 4,537 170 6,604
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Otameto 16,856 525 246 9,211 1,250 13,731
III 10 Culiacán-Humaya Sin. PANAC-7 29,130 1,100 0 2,250 0 26,818
III 10 Culiacán-Humaya Sin. Prod. agrícolas del DDR 136 12,306 7,000 900 700 7,350 14,318
III 10 Culiacán-Humaya Sin. El Grande 25,791 4,325 66 481 1,587 29,346
III 10 Culiacán-Humaya Sin. Módulo III-1 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d.
III 10 Culiacán-Humaya Sin. Módulo III-2 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d.
III 10 Culiacán-Humaya Sin. Culiacancito 10,779 1,220 105 1,581 350 14,248
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Módulo IV-2 11,732 600 0 1,500 75 11,800
III 10 Culiacán-Humaya Sin. J. de U. del Canal Principal Humaya 7,841 350 0 200 40 8,890

207
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios
208
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Módulo V-1 21,718 493 68 1,495 105 22,231
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Módulo V-2 27,982 390 0 448 0 28,319
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Viejo colorado n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d.
III 10 Culiacán-Humaya Sin. Módulo VI-2 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d.
III 43 Nayarit Nay. Módulo 1 6,113 122 0 350 250 10,000
III 43 Nayarit Nay. Módulo 2 Río Santiago M.I. 19,138 203 0 650 1,236 19,887
III 43 Nayarit Nay. Módulo 3 6,213 419 0 200 1,025 5,744
III 43 Nayarit Nay. Módulo 4 Río San Pedro M.D. 7,656 243 0 250 370 8,417
III 63 Guasave Sin. AUPA Bamoa Módulo I-1 33,399 1,364 8 384 225 29,009
III 63 Guasave Sin. Módulo I-2 Milpas 25,133 1,096 710 5,423 6 24,618
III 63 Guasave Sin. Módulo II-1 Petatlán 25,173 0 11 1,812 76 24,242
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

III 63 Guasave Sin. Módulo II-2 Tetameche 18,063 54 205 355 53 20,305
III 63 Guasave Sin. Módulo III-1 Sabinal 15,510 0 0 0 0 10,690
III 74 Mocorito Sin. AUPA del Valle del Evora 20,550 70 61 1,200 97 24,901
III 74 Mocorito Sin. AUPA Eustaquio Buelna 15,052 0 0 2,055 150 18,539
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo I-1 Guasave 18,127 522 199 8,494 1,193 21,212
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo I Río Fuerte 18,443 382 150 7,441 104 23,573
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo II-1 Leyva Solano 12,025 994 1,438 4,500 970 14,569
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo II-2 Ruíz Cortines 17,483 1,310 296 2,376 1,489 18,158
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo II-3 Batequis 10,419 486 0 1,030 58 11,577
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo III-1 Santa Rosa 28,701 4,036 250 7,000 68 32,961
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo III-2 Taxtes 22,648 808 58 490 358 24,793
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo IV-1 Sevelloampo 20,927 241 206 4,553 0 22,479
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo IV-2 Pascola 15,051 1,091 460 7,600 600 18,221
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo V-1 Mavari 15,515 314 0 5,942 0 14,290
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo V-2 Cohuinahua 7,618 116 0 438 0 6,709
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo VII-1 Juncos 11,765 1,844 0 350 0 12,500
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo VII-2 Nohme 6,733 184 60 550 185 7,265
III 76 Valle del Carrizo Sin. AUPA Módulo 1 7,578 31 1,638 2,500 150 7,709
III 76 Valle del Carrizo Sin. AUPA Módulo2 6,297 140 1,587 4,650 1,371 6,263
III 76 Valle del Carrizo Sin. AUPA Módulo 3 9,300 0 1,625 5,000 354 10,284
III 76 Valle del Carrizo Sin. AUPA Módulo 4 9,021 0 1,667 5,130 260 8,504
III 76 Valle del Carrizo Sin. AUPA Módulo 5 4,500 0 0 330 80 11,409
III 76 Valle del Carrizo Sin. Módulo 7 Los Llanos 1,524 0 0 0 0 2,398
    SUBTOTAL 635,358 34,535 12,014 106,818 21,901 671,795
IV 30 Valsequillo Pue. Luciano Sanchez 2,803 0 0 0 0 5,245
IV 30 Valsequillo Pue. Lázaro Cárdenas 3,889 0 0 0 0 6,633
IV 30 Valsequillo Pue. Manuel Ávila Camacho 2,978 0 0 0 0 3,584
IV 30 Valsequillo Pue. Tlacotepec de Benito Juárez 5,585 0 0 0 0 8,490
IV 30 Valsequillo Pue. Gral. Emiliano Zapata 2,850 0 0 0 0 2,703
IV 30 Valsequillo Pue. Adolfo López Mateos 3,574 0 0 0 0 7,166
IV 56 Atoyac-Zahuapan Tlax. Mód 1 Canal Rojano 1,355 0 400 110 700 1,305
IV 56 Atoyac-Zahuapan Tlax. Módulo 2 Canal San Diego 366 0 0 0 0 410
IV 68 Tepecoacuilco Gro. Módulo I-1 Presa Valerio Trujano 1,089 0 0 0 0 7,087
IV 98 José María Morelos Mich. Módulo 1 Guerrero 1,276 0 0 0 0 3,225
IV 98 José María Morelos Mich. Módulo 2 Michoacán 2,017 0 0 0 0 3,902
    SUBTOTAL 27,782 0 400 110 700 49,751
VI 5 Delicias Chih. Unidad Conchos 1,876 60 0 300 109 4,582
VI 5 Delicias Chih. Módulo 2 2,579 0 0 850 450 5,947
VI 5 Delicias Chih. Módulo 3 1,649 307 0 350 447 5,635
VI 5 Delicias Chih. Módulo 4 1,702 0 0 690 370 7,582
VI 5 Delicias Chih. Módulo 5 3,335 90 0 690 2,650 10,484
VI 5 Delicias Chih. Rosales 2,264 35 0 100 50 4,704
VI 5 Delicias Chih. Asoc. de agric. Octavio Legarreta 5,991 480 0 4,625 250 21,577
VI 5 Delicias Chih. Ing. César Ramos 1,832 0 0 550 360 6,270
VI 5 Delicias Chih. Usuarios 3 unidad Rubén Acosta 1,756 80 0 500 500 5,051
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo I-1 33,202 200 0 20,000 100 51,947
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo II-1 17,071 0 0 8,100 350 25,752
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo II-2 18,706 0 100 10,000 500 28,947
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo III-1 4,167 0 20 200 120 7,092
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Santa Rosa 7,775 100 200 5,000 0 12,108
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo III-3 13,773 100 300 9,800 80 21,947
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo III-4 13,048 0 1,325 9,500 400 20,660
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo IV-1 12,582 0 0 4,500 1,500 20,222
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo IV-2 8,911 0 0 4,000 1,000 13,874
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Asociación usuarios M. Alemán 2,303 0 0 100 2,820 4,930

209
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo II-2 4,219 0 0 200 2,000 8,006

210
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Asociación usuarios El Barrote 4,284 0 0 300 2,523 6,165
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Asociación usuarios La Retama 2,189 0 0 133 12 3,309
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo II-5 1,216 0 0 0 0 2,017
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Asociación usuarios Los Ángeles 3,435 0 0 500 100 7,908
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo III-2 3,214 3 100 450 200 6,948
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo III-3 2,564 0 150 150 240 6,237
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Asociación Guillermo Rhode 3,769 0 312 2,960 0 8,157
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo III-5 3,746 0 200 800 35 7,743
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo IV-1 5,562 90 0 80 100 8,969
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo V 650 0 0 0 0 1,086
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

VI 90 Bajo Río Conchos Chih. Módulo 1 Labor de Ojinaga 1,001 0 0 64 0 1,394


VI 90 Bajo Río Conchos Chih. Módulo 2 Llano de Dolores 64 0 0 701 0 828
VI 90 Bajo Río Conchos Chih. Módulo 3 El Mezquite y la Colmena 431 0 0 1,059 0 1,653
VI 90 Bajo Río Conchos Chih. Módulo 4 Santa Teresa 841 0 0 2,478 0 2,812
VI 90 Bajo Río Conchos Chih. Módulo 5 Paso del Norte 1,308 0 0 3,654 0 4,028
VI 103 Río Florido Chih. Módulo 1 523 0 0 20 0 1,248
VI 103 Río Florido Chih. Mód 2 Coronado López 3,134 16 0 252 270 7,029
    SUBTOTAL 198,395 1,636 2,707 93,686 17,536 370,063
VIII 1 Pabellón Ags. Único 2,200 0 0 0 620 11,879
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 1 Acámbaro 10,411 0 0 0 50 8,579
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 2 Salvatierra 10,423 0 0 0 90 15,985
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 3 Jaral 3,464 0 0 0 590 6,604
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 4 Valle 7,361 0 0 0 989 13,116
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 5 Cortazar 9,723 0 0 0 97 18,097
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo6 Salamanca 8,848 0 0 0 129 13,835
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 7 Irapuato 3,121 5 0 0 70 8,213
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 8 Abasolo 17,644 0 0 0 100 14,807
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 9 Huanímaro 4,288 0 0 0 120 3,742
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 10 Corralejo 1,153 0 0 0 30 1,542
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 11 La Purísima 1,884 0 0 0 64 4,750
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Aguas de Morelia 592 0 0 0 0 1,453
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Río Grande de Morelia 1,135 0 0 0 0 1,182
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Canal Zacapendo 3,919 0 0 1,213 20 3,802
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Presa Malpaís 4,616 0 4 486 250 4,955
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Lázaro Cárdenas
VIII 53 Colima Col. Módulo 1 Peñitas 7,065 516 0 120 120 10,086
VIII 53 Colima Col. Módulo 2 Juárez 1,361 0 0 0 0 1,614
VIII 53 Colima Col. Módulo 3 Tecuanillo 5,751 543 0 119 0 6,265
VIII 53 Colima Col. Módulo 4 Amela 5,231 1,288 100 1,440 0 5,603
VIII 53 Colima Col. Módulo 5 Cihuatlán margen Colima 862 23 0 0 0 1,117
VIII 53 Colima Col. Módulo 6 Cihuatlán margen Jalisco 970 121 0 0 0 1,032
VIII 85 La Begoña Gto. Módulo 1 Neutla 540 0 0 0 0 837
VIII 85 La Begoña Gto. Módulo 2 Comonfort 402 0 0 0 14 1,180
VIII 85 La Begoña Gto. Módulo 3 M.I. 872 0 0 60 60 2,038
VIII 85 La Begoña Gto. Módulo 4 M.D. 2,728 0 0 0 5 7,464
    SUBTOTAL 125,910 2,543 104 6,593 3,718 178,701
IX 8 Metztitlán Hgo. Módulo 1 AC 3,452 4 0 9 42 4,914
IX 28 Tulancingo Hgo. Módulo 1 Aguas Blancas 221 0 0 0 0 403
IX 28 Tulancingo Hgo. Módulo 2 Aguas Negras 350 0 0 6 0 350
IX 44 Jilotepec Mex. Módulo único 4,122 0 0 0 0 5,483
    SUBTOTAL 8,145 4 0 15 42 11,150
X 35 La Antigua Ver. Módulo I-1 6,550 188 0 80 800 8,386
X 35 La Antigua Ver. Módulo II-1 Actopan 9,871 0 0 40 400 10,743
X 35 La Antigua Ver. Módulo III-1 Puente Nacional 3,618 94 0 0 0 4,733
X 82 Río Blanco Ver. Módulo I-1 Piedras Negras 6,232 0 0 0 120 8,247
X 82 Río Blanco Ver. Módulo II-1 Joachin 5,502 0 0 0 0 7,973
    SUBTOTAL 31,774 282 0 120 1,320 40,081
TOTAL 1,550,198 55,553 22,425 296,452 313,411 1,926,990

Fuente: CNA-IMTA. Sistema de Información Hidroagrícola de Distritos de Riego, versión abril de 2001.

211
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios
Cuadro 17 Indicadores de disponibilidad de agua, productividad económica de agua y tierra por módulo.

212
Región Núm. Distrito Estado Asociación de usuarios Volumen Lámina bruta Valor de la Productividad Productividad
utilizado aplicada 98-99 producción media del agua media de la
98-99 (m) (M$) ($/m3) tierra
(Mm3) (M$/ha)

I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 1 M. I. Río Colorado 139,204 1.32 222,235 1.60 21.07
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 2 M. I. Río Colorado 63,785 1.01 146,078 2.29 23.07
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 3 M. I. Río Colorado 145,139 1.48 161,576 1.11 16.51
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 4 M. D. Río Colorado 184,772 1.54 244,826 1.33 20.35
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 5 M. D. Río Colorado 133,919 1.41 137,576 1.03 14.45
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 6 M. D. Río Colorado 80,989 1.27 85,180 1.05 13.39
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 7 M. D. Río Colorado 134,256 1.22 161,399 1.20 14.70
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 8 M. D. Río Colorado 134,179 1.55 197,739 1.47 22.77
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 9A M. D. Río Colorado 141,921 1.38 306,203 2.16 29.82
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 9B M. D. Río Colorado 126,441 1.46 251,111 1.99 29.00
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 10 M. D. Río Colorado 138,944 1.17 173,288 1.25 14.62
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 11 M. D. Río Colorado 100,830 1.32 91,406 0.91 12.01
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 12 M. D. Río Colorado 112,128 1.31 80,601 0.72 9.38
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 13 M. D. Río Colorado 121,902 1.55 96,845 0.79 12.35
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 14 M. D. Río Colorado 116,407 1.37 88,355 0.76 10.40
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 15 M. D. Río Colorado 99,201 1.29 85,816 0.87 11.17
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 16 M. D. Río Colorado 55,249 1.44 50,812 0.92 13.28
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 17 M. D. Río Colorado 91,620 1.06 102,757 1.12 11.92
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 18 M. D. Río Colorado 57,766 0.61 73,552 1.27 7.80
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 19 M. D. Río Colorado 67,401 1.19 86,435 1.28 15.31
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 20 M. D. Río Colorado 34,488 0.98 42,663 1.24 12.18
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 21 M. I. Río Colorado 74,436 1.56 64,297 0.86 13.50
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 22 M. I. Río Colorado 80,189 1.75 64,458 0.80 14.07
    SUBTOTAL 2,435,165 1.32 3,015,209 1.22 15.79
II 38 Río Mayo Son. Módulo 1 57,468 0.91 66,270 1.15 10.48
II 38 Río Mayo Son. Módulo 2 52,556 0.68 66,421 1.26 8.58
II 38 Río Mayo Son. Módulo 3 40,731 0.95 40,172 0.99 9.38
II 38 Río Mayo Son. Módulo 4 28,508 0.62 40,763 1.43 8.84
II 38 Río Mayo Son. Módulo 5 32,948 0.90 50,986 1.55 13.93
II 38 Río Mayo Son. Módulo 6 49,196 1.07 56,783 1.15 12.40
II 38 Río Mayo Son. Módulo 7 54,302 0.66 215,063 3.96 26.20
II 38 Río Mayo Son. Módulo 8 21,136 0.71 39,216 1.86 13.20
II 38 Río Mayo Son. Módulo9 40,583 0.73 89,596 2.21 16.17
II 38 Río Mayo Son. Módulo 10 41,341 0.80 152,817 3.70 29.65
II 38 Río Mayo Son. Módulo 11 35,950 0.76 95,139 2.65 20.06
II 38 Río Mayo Son. Módulo 12 37,543 0.59 49,570 1.32 7.80
II 38 Río Mayo Son. Módulo 13 41,928 0.68 63,544 1.52 10.24
II 38 Río Mayo Son. Módulo 14 38,370 0.83 52,769 1.38 11.44
II 38 Río Mayo Son. Módulo 16 64,003 1.27 52,479 0.82 10.39
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 1 39,114 0.87 42,241 1.08 9.37
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 2 C.P. Alto (secc. K-61, K-54) 78,972 1.00 91,471 1.16 11.62
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4 81,778 0.97 95,450 1.17 11.29
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 6 del Canal Principal Alto 96,123 0.93 123,116 1.28 11.95
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 6 del Canal Principal Bajo 78,581 1.01 86,539 1.10 11.08
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-63 6,524 0.63 9,669 1.48 9.39
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-64 22,297 0.88 25,684 1.15 10.14
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-66 34,567 1.04 39,634 1.15 11.93
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-68 36,644 0.87 43,275 1.18 10.28
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 10 del Canal Principal Alto 77,899 0.87 83,403 1.07 9.30
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 10 del Canal Principal Bajo 73,936 0.95 91,060 1.23 11.67
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4P12 28,617 0.74 52,568 1.84 13.62
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4P10 13,571 0.89 22,037 1.62 14.45
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 02 76,476 1.19 67,929 0.89 10.59
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 2B 44,896 0.88 42,872 0.95 8.39
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 11 82,254 0.92 162,956 1.98 18.15
II 41 Río Yaqui Son. Módulo12 64,725 1.08 71,745 1.11 11.99
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 14 62,749 0.88 88,094 1.40 12.31
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 16 69,697 0.96 98,185 1.41 13.53
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 18 16,319 0.79 19,944 1.22 9.66
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 19 31,175 1.02 30,968 0.99 10.17
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 20 40,072 0.98 55,140 1.38 13.45
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 22 30,133 0.70 51,425 1.71 11.93
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4P4 47,318 0.71 62,930 1.33 9.50

213
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4P6 41,486 0.93 47,412 1.14 10.57

214
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4P8 49,925 0.84 71,577 1.43 12.00
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 8 64,160 0.87 79,154 1.23 10.72
II 41 Río Yaqui Son. Módulo P-10 9,018 0.73 12,620 1.40 10.15
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-105 26,118 0.71 40,119 1.54 10.89
II 41 Río Yaqui Son. Módulo Nainari 7,449 0.85 8,606 1.16 9.79
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-70 14,818 0.79 15,286 1.03 8.16
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-73+500 4,543 0.69 7,095 1.56 10.70
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-73.8 38,785 0.93 43,773 1.13 10.45
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-79 73,318 0.98 115,395 1.57 15.48
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-88.5 47,391 0.88 69,725 1.47 12.90
II 41 Río Yaqui Son. Módulo Cocoraque CMD 47,360 1.10 54,952 1.16 12.82
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

II 41 Río Yaqui Son. Módulo Bacame 30,557 1.08 26,291 0.86 9.27
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-91 sur 61,408 0.82 82,596 1.35 10.97
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-95 24,474 0.97 24,459 1.00 9.66
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-91 norte 33,098 0.72 65,164 1.97 14.12
II 41 Río Yaqui Son. Módulo Santini I 41,447 0.92 37,619 0.91 8.39
II 41 Río Yaqui Son. Módulo Santini II 23,817 0.94 21,356 0.90 8.46
II 51 Costa de Hermosillo Son. Módulo único 442,746 0.91 179,066 0.40 3.66
II 83 Papigochic Chih. Módulo único 31,576 1.05 60,053 1.90 19.93
    SUBTOTAL 2,984,493 0.87 3,752,239 1.41 11.93
III 10 Culiacán-Humaya Sin. La Palma 73,973 0.72 27,640 0.37 2.68
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Bachimeto 75,168 0.69 128,182 1.71 11.78
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Otameto 55,433 0.33 225,120 4.06 13.36
III 10 Culiacán-Humaya Sin. PANAC-7 197,087 0.68 428,936 2.18 14.72
III 10 Culiacán-Humaya Sin. Prod. agrícolas del DDR 136 81,098 0.66 253,126 3.12 20.57
III 10 Culiacán-Humaya Sin. El Grande 175,637 0.68 803,875 4.58 31.17
III 10 Culiacán-Humaya Sin. Módulo III-1 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d.
III 10 Culiacán-Humaya Sin. Módulo III-2 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d.
III 10 Culiacán-Humaya Sin. Culiacancito 66,476 0.62 182,766 2.75 16.96
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Módulo IV-2 56,389 0.48 191,056 3.39 16.29
III 10 Culiacán-Humaya Sin. J. de U. del Canal Principal Humaya 43,130 0.55 104,363 2.42 13.31
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Montelargo 68,517 0.51 181,661 2.65 13.64
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Módulo V-1 113,696 0.52 219,783 1.93 10.12
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Módulo V-2 133,018 0.48 275,908 2.07 9.86
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Viejo colorado n.d. n.d. n.d. n.d. n.d.
III 10 Culiacán-Humaya Sin. Módulo VI-2 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d.
III 43 Nayarit Nay. Módulo 1 58,441 0.96 62,108 1.06 10.16
III 43 Nayarit Nay. Módulo 2 Río Santiago M.I. 114,418 0.60 233,162 2.04 12.18
III 43 Nayarit Nay. Módulo 3 32,475 0.52 90,153 2.78 14.51
III 43 Nayarit Nay. Módulo 4 Río San Pedro M. D. 27,095 0.35 93,334 3.44 12.19
III 63 Guasave Sin. AUPA Bamoa Módulo I-1 233,651 0.70 376,000 1.61 11.26
III 63 Guasave Sin. Módulo I-2 Milpas 205,829 0.82 400,000 1.94 15.92
III 63 Guasave Sin. Módulo II-1 Petatlán 215,882 0.86 316,912 1.47 12.59
III 63 Guasave Sin. Módulo II-2 Tetameche 159,301 0.88 359,577 2.26 19.91
III 63 Guasave Sin. Módulo III-1 Sabinal 201,253 1.30 129,536 0.64 8.35
III 74 Mocorito Sin. AUPA del Valle del Evora 129,879 0.63 151,240 1.16 7.36
III 74 Mocorito Sin. AUPA Eustaquio Buelna 76,121 0.51 86,408 1.14 5.74
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo I-1 Guasave 205,401 1.13 214,846 1.05 11.85
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo I Río Fuerte 213,805 1.16 198,972 0.93 10.79
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo II-1 Leyva Solano 135,309 1.13 165,934 1.23 13.80
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo II-2 Ruíz Cortines 172,856 0.99 465,135 2.69 26.60
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo II-3 Batequis 120,658 1.16 197,919 1.64 19.00
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo III-1 Santa Rosa 317,738 1.11 636,185 2.00 22.17
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo III-2 Taxtes 236,379 1.04 332,308 1.41 14.67
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo IV-1 Sevelloampo 242,566 1.16 236,799 0.98 11.32
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo IV-2 Pascola 243,379 1.62 176,002 0.72 11.69
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo V-1 Mavari 155,551 1.00 178,145 1.15 11.48
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo V-2 Cohuinahua 84,612 1.11 76,242 0.90 10.01
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo VII-1 Juncos 111,005 0.94 256,996 2.32 21.84
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo VII-2 Nohme 72,254 1.07 77,988 1.08 11.58
III 76 Valle del Carrizo Sin. AUPA Módulo 1 89,296 1.18 41,655 0.47 5.50
III 76 Valle del Carrizo Sin. AUPA Módulo2 49,685 0.79 65,983 1.33 10.48
III 76 Valle del Carrizo Sin. AUPA Módulo 3 82,783 0.89 99,497 1.20 10.70
III 76 Valle del Carrizo Sin. AUPA Módulo 4 69,428 0.77 103,256 1.49 11.45
III 76 Valle del Carrizo Sin. AUPA Módulo 5 30,021 0.67 34,806 1.16 7.74
III 76 Valle del Carrizo Sin. Módulo 6 La Capilla 8,981 0.86 9,487 1.06 9.03
III 76 Valle del Carrizo Sin. Módulo 7 Los Llanos 17,806 1.17 12,392 0.70 8.13

215
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios
    SUBTOTAL 5,253,480 0.84 8,901,392 1.77 13.13

216
IV 30 Valsequillo Pue. Luciano Sanchez 36,594 1.31 36,417 1.00 12.99
IV 30 Valsequillo Pue. Lázaro Cárdenas 52,598 1.35 53,540 1.02 13.77
IV 30 Valsequillo Pue. Manuel Ávila Camacho 35,435 1.19 35,605 1.00 11.96
IV 30 Valsequillo Pue. Tlacotepec de Benito Juárez 70,187 1.26 67,659 0.96 12.11
IV 30 Valsequillo Pue. Gral. Emiliano Zapata 31,140 1.09 27,852 0.89 9.77
IV 30 Valsequillo Pue. Adolfo López Mateos 37,936 1.06 34,079 0.90 9.54
IV 56 Atoyac-Zahuapan Tlax. Mód 1 Canal Rojano 9,697 0.72 12,349 1.27 9.11
IV 56 Atoyac-Zahuapan Tlax. Módulo 2 Canal San Diego 2,598 0.71 3,606 1.39 9.85
IV 68 Tepecoacuilco Gro. Módulo I-1 Presa Valerio Trujano 19,875 1.83 22,003 1.11 20.20
IV 98 José María Morelos Mich. Módulo 1 Guerrero 22,230 1.74 18,281 0.82 14.32
IV 98 José María Morelos Mich. Módulo 2 Michoacán 43,931 2.18 29,839 0.68 14.80
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

    SUBTOTAL 362,221 1.31 341,229.67 1.00 12.58


VI 5 Delicias Chih. Unidad Conchos 30,845 1.64 36,301 1.18 19.35
VI 5 Delicias Chih. Módulo 2 33,879 1.31 50,289 1.48 19.50
VI 5 Delicias Chih. Módulo 3 33,720 2.04 23,078 0.68 14.00
VI 5 Delicias Chih. Módulo 4 39,039 2.29 26,165 0.67 15.37
VI 5 Delicias Chih. Módulo 5 64,247 1.93 65,331 1.02 19.59
VI 5 Delicias Chih. Rosales 47,759 2.11 30,483 0.64 13.46
VI 5 Delicias Chih. Asoc. de agric. Octavio Legarreta 91,004 1.52 86,894 0.95 14.50
VI 5 Delicias Chih. Ing. César Ramos 24,282 1.33 24,106 0.99 13.16
VI 5 Delicias Chih. Usuarios 3 unidad Rubén Acosta 35,151 2.00 29,563 0.84 16.84
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo I-1 117,430 0.35 211,549 1.80 6.37
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo II-1 45,393 0.27 116,402 2.56 6.82
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo II-2 58,155 0.31 126,558 2.18 6.77
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo III-1 11,566 0.28 11,223 0.97 2.69
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Santa Rosa 27,980 0.36 42,455 1.52 5.46
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo III-3 44,193 0.32 70,989 1.61 5.15
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo III-4 44,568 0.34 78,444 1.76 6.01
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo IV-1 22,699 0.18 73,566 3.24 5.85
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo IV-2 25,524 0.29 47,031 1.84 5.28
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Asociación usuarios M. Alemán 7,969 0.35 5,513 0.69 2.39
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Asociación usuarios Camargo 4,731 0.27 2,057 0.43 1.19
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo II-2 12,106 0.29 10,839 0.90 2.57
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Asociación usuarios El Barrote 12,741 0.30 9,322 0.73 2.18
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Asociación usuarios La Retama 6,162 0.28 4,403 0.71 2.01
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo II-5 4,189 0.34 2,638 0.63 2.17
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Asociación usuarios Los Ángeles 7,799 0.23 10,782 1.38 3.14
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo III-2 7,242 0.23 8,608 1.19 2.68
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo III-3 5,845 0.23 618 0.11 0.24
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Asociación usuarios Guillermo Rhode 5,845 0.16 13,574 2.32 3.60
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo III-5 7,806 0.21 11,389 1.46 3.04
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo IV-1 19,223 0.35 38,065 1.98 6.84
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo V 2,543 0.39 2,327 0.92 3.58
VI 90 Bajo Río Conchos Chih. Módulo 1 Labor de Ojinaga 19,723 1.97 11,029 0.56 11.02
VI 90 Bajo Río Conchos Chih. Módulo 2 Llano de Dolores 784 1.22 1,100 1.40 17.18
VI 90 Bajo Río Conchos Chih. Módulo 3 El Mezquite y la Colmena 7,095 1.65 6,844 0.96 15.88
VI 90 Bajo Río Conchos Chih. Módulo 4 Santa Teresa 16,733 1.99 8,919 0.53 10.60
VI 90 Bajo Río Conchos Chih. Módulo 5 Paso del Norte 24,937 1.91 19,070 0.76 14.58
VI 103 Río Florido Chih. Módulo 1 4,520 0.86 4,295 0.95 8.21
VI 103 Río Florido Chih. Mód 2 Coronado López 71,867 2.29 34,594 0.48 11.04
    SUBTOTAL 1,047,294 0.90 1,356,412 1.19 8.43
VIII 1 Pabellón Ags. Único 25,346 1.15 22,528 0.89 10.24
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 1 Acámbaro 106,884 1.03 132,183 1.24 12.70
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 2 Salvatierra 107,013 1.03 132,871 1.24 12.75
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 3 Jaral 29,841 0.86 37,518 1.26 10.83
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 4 Valle 65,442 0.89 66,567 1.02 9.04
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 5 Cortazar 102,501 1.05 99,610 0.97 10.24
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 6 Salamanca 102,100 1.15 95,933 0.94 10.84
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 7 Irapuato 34,643 1.11 46,931 1.35 15.04
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 8 Abasolo 96,569 0.55 186,233 1.93 10.56
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 9 Huanímaro 28,986 0.68 34,132 1.18 7.96
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 10 Corralejo 4,382 0.38 13,322 3.04 11.55
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 11 La Purísima 21,498 1.14 25,584 1.19 13.58
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Aguas de Morelia 9,599 1.62 8,864 0.92 14.99
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Río Grande de Morelia 4,113 0.36 5,786 1.41 5.10
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Valle Álvaro Obregón 76,850 0.82 91,052 1.18 9.74
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Canal Zacapendo 27,382 0.70 25,080 0.92 6.40

217
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Presa Malpaís 24,462 0.53 31,587 1.29 6.84

218
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Lázaro Cárdenas
VIII 53 Colima Col. Módulo 1 Peñitas 209,218 2.96 93,538 0.45 13.24
VIII 53 Colima Col. Módulo 2 Juárez 42,472 3.12 21,163 0.50 15.55
VIII 53 Colima Col. Módulo 3 Tecuanillo 138,676 2.41 180,313 1.30 31.35
VIII 53 Colima Col. Módulo 4 Amela 90,865 1.74 136,698 1.50 26.13
VIII 53 Colima Col. Módulo 5 Cihuatlán margen Colima 24,624 2.86 26,884 1.09 31.19
VIII 53 Colima Col. Módulo 6 Cihuatlán margen Jalisco 21,570 2.22 33,862 1.57 34.91
VIII 85 La Begoña Gto. Módulo 1 Neutla 1,959 0.36 2,946 1.50 5.46
VIII 85 La Begoña Gto. Módulo 2 Comonfort 4,421 1.10 6,327 1.43 15.74
VIII 85 La Begoña Gto. Módulo 3 M.I. 10,971 1.26 15,810 1.44 18.13
VIII 85 La Begoña Gto. Módulo 4 M. D. 36,219 1.33 27,879 0.77 10.22
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

    SUBTOTAL 1,448,606 1.27 1,601,201 1.24 14.09


IX 8 Metztitlán Hgo. Módulo 1 AC 26,611 0.77 49,588 1.86 14.37
IX 28 Tulancingo Hgo. Módulo 1 Aguas Blancas 2,453 1.11 2,196 0.90 9.92
IX 28 Tulancingo Hgo. Módulo 2 Aguas Negras 11,504 3.29 3,941 0.34 11.27
IX 44 Jilotepec Mex. Módulo único 21,944 0.53 14,232 0.65 3.45
    SUBTOTAL 62,512 1.43 69,957 0.94 9.75
X 35 La Antigua Ver. Módulo I-1 169,665 2.59 180,715 1.07 27.59
X 35 La Antigua Ver. Módulo II-1 Actopan 221,214 2.24 218,432 0.99 22.13
X 35 La Antigua Ver. Módulo III-1 Puente Nacional 61,275 1.69 79,301 1.29 21.92
X 82 Río Blanco Ver. Módulo I-1 Piedras Negras 112,167 1.80 103,337 0.92 16.58
X 82 Río Blanco Ver. Módulo II-1 Joachin 92,292 1.68 71,865 0.78 13.06
    SUBTOTAL 656,612 2.00 653,651 1.01 20.26
TOTAL 14,250,384 1.24 19,691,290 1.22 13.24

Fuente: CNA-IMTA. Sistema de Información Hidroagrícola de Distritos de Riego, versión abril de 2001.

Regiones: I Península de Baja California, II Noroeste, III Pacífico Norte, IV Balsas, VI Río Bravo, VIII Lerma Santiago Pacífico, IX Golfo Norte, X Golfo Centro.
Cuadro 18 Superficie promedio por tipo de acceso a la tierra, ingresos de la asociación por hectárea, densidad de canales y
eficiencia global en el riego.

Región Núm. Distrito Estado Asociación de usuarios Superficie Superficie Superficie Ingresos Superficie Densidad Eficiencia
total total privada por cuota por de canales global
promedio promedio promedio por empleado (ha/km) del
superficie (ha/núm. riego
(M$/ha) empleados) (%)

I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 1 M.I. Río Colorado 13.7 13.4 14.3 0.608 459 142 39
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 2 M.I. Río Colorado 12.8 11.3 13.4 0.644 513 114 39
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 3 M.I. Río Colorado 15.1 14.8 16.0 0.707 502 92 39
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 4 M.D. Río Colorado 14.7 15.1 14.4 0.536 591 131 34
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 5 M.D. Río Colorado 16.3 16.4 9.0 0.371 829 137 36
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 6 M.D. Río Colorado 13.8 14.4 12.1 0.506 59 103 34
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 7 M.D. Río Colorado 15.9 17.6 12.3 0.247 762 154 36
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 8 M.D. Río Colorado 11.5 9.7 12.9 0.304 689 81 39
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 9A M.D. Río Colorado 13.8 16.3 12.6 0.312 456 84 39
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 9B M.D. Río Colorado 14.5 14.7 14.4 0.256 824 137 39
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 10 M.D. Río Colorado 13.6 13.8 11.9 0.307 579 98 36
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 11 M.D. Río Colorado 13.5 13.5 12.9 0.272 555 104 36
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 12 M.D. Río Colorado 11.8 12.6 10.7 0.288 422 80 39
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 13 M.D. Río Colorado 11.7 12.0 10.2 0.265 1,077 78 39
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 14 M.D. Río Colorado 13.5 14.0 11.6 0.284 1,094 77 39
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 15 M.D. Río Colorado 13.6 14.4 11.0 0.217 551 103 39
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 16 M.D. Río Colorado 8.4 10.3 7.9 0.319 960 94 39
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 17 M.D. Río Colorado 12.8 13.1 10.4 0.231 838 86 39
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 18 M.D. Río Colorado 10.3 10.4 10.3 0.353 805 88 32
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 19 M.D. Río Colorado 12.3 13.9 11.8 0.389 865 100 32
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 20 M.D. Río Colorado 10.4 9.4 10.9 0.188 875 64 32
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 21 M.I. Río Colorado 12.9 12.8 13.0 0.560 571 64 39
I 14 Río Colorado BC y Son. Módulo 22 M.I. Río Colorado 10.1 9.7 10.4 0.610 340 60 39
    SUBTOTAL 12.9 13.6 12.0 0.375 486 99 37
II 38 Río Mayo Son. Módulo 1 7.3 6.1 9.5 0.119 1,136 95 32
II 38 Río Mayo Son. Módulo 2 8.7 7.9 11.2 0.132 1,093 114 35

219
II 38 Río Mayo Son. Módulo 3 12.2 11.8 14.4 0.177 876 90 32
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios
II 38 Río Mayo Son. Módulo 4 6.6 5.8 7.7 0.214 831 92 30

220
II 38 Río Mayo Son. Módulo 5 5.3 4.1 5.9 0.184 652 85 27
II 38 Río Mayo Son. Módulo 6 9.0 4.5 15.5 0.193 980 83 30
II 38 Río Mayo Son. Módulo 7 6.9 5.4 51.7 0.145 790 98 32
II 38 Río Mayo Son. Módulo 8 12.3 10.9 15.7 0.168 747 120 35
II 38 Río Mayo Son. Módulo9 16.5 9.3 47.3 0.173 1,213 96 32
II 38 Río Mayo Son. Módulo 10 12.1 8.4 25.9 0.203 579 119 33
II 38 Río Mayo Son. Módulo 11 13.1 9.4 44.5 0.206 640 146 37
II 38 Río Mayo Son. Módulo 12 40.7 16.1 45.4 0.161 774 112 35
II 38 Río Mayo Son. Módulo 13 18.6 10.4 49.2 0.257 810 108 37
II 38 Río Mayo Son. Módulo 14 6.6 5.1 9.2 0.233 817 85 34
II 38 Río Mayo Son. Módulo 16 3.2 4.9 2.5 0.272 667 65 28
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

II 41 Río Yaqui Son. Módulo 1 12.4 12.3 14.1 0.434 2,844 85 34


II 41 Río Yaqui Son. Módulo 2 C.P.Alto(secc. K-61,K-54) 8.0 7.0 18.4 0.561 1,683 78 44
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4 11.4 9.0 27.7 0.468 3,306 75 35
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 6 del Canal Principal Alto 10.0 4.7 15.6 0.324 3,608 75 32
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 6 del Canal Principal Bajo 13.1 9.6 30.5 0.371 2,974 55 38
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-63 5.9 3.9 10.5 0.245 1,015 159 30
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-64 17.5 16.0 21.6 0.199 1,384 91 34
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-66 17.3 14.9 20.8 0.453 1,799 81 34
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-68 9.7 6.9 20.6 0.512 2,210 67 38
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 10 del Canal Principal Alto 14.0 13.7 15.1 0.178 3,262 58 33
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 10 del Canal Principal Bajo 11.3 7.2 22.6 0.440 2,932 87 39
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4P12 13.7 13.2 14.8 0.921 2,564 124 32
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4P10 15.0 0.0 15.0 0.387 1,052 78 32
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 02 5.4 5.1 17.1 0.552 2,526 46 39
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 2B 12.0 11.5 19.1 0.403 3,180 52 34
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 11 7.4 6.1 8.5 0.409 4,057 89 32
II 41 Río Yaqui Son. Módulo12 16.7 14.4 30.0 0.508 2,554 57 34
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 14 12.3 11.4 16.5 0.508 2,504 64 34
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 16 9.9 6.9 20.5 0.328 3,018 85 34
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 18 11.4 6.0 13.6 0.365 1,138 63 38
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 19 16.5 7.2 18.9 0.852 1,998 80 34
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 20 8.9 5.0 21.5 0.358 2,365 86 32
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 22 10.1 7.7 11.1 0.499 1,480 68 33
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4P4 8.9 7.2 22.0 0.797 775 161 38
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4P6 10.4 6.7 14.7 0.265 2,451 90 36
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 4P8 11.7 11.3 11.9 0.192 4,121 166 34
II 41 Río Yaqui Son. Módulo 8 12.1 9.8 15.6 0.458 2,724 54 44
II 41 Río Yaqui Son. Módulo P-10 6.3 5.9 6.8 0.270 1,277 75 37
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-105 17.0 8.4 45.2 0.165 1,853 87 35
II 41 Río Yaqui Son. Módulo Nainari 8.2 7.6 9.2 0.394 594 64 38
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-70 6.8 5.1 19.7 0.379 987 217 34
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-73+500 7.3 5.4 17.0 0.459 895 108 36
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-73.8 11.3 7.7 29.9 0.436 1,453 71 38
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-79 13.2 9.0 23.7 0.558 2,652 106 33
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-88.5 11.3 6.5 16.7 0.282 2,950 77 38
II 41 Río Yaqui Son. Módulo Cocoraque CMD 9.6 6.5 25.1 0.676 2,251 116 37
II 41 Río Yaqui Son. Módulo Bacame 16.5 18.3 7.0 0.089 2,043 52 37
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-91 sur 13.8 13.1 20.0 0.368 2,662 44 36
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-95 9.1 5.1 13.7 0.220 1,341 91 37
II 41 Río Yaqui Son. Módulo K-91 norte 13.2 5.4 14.9 0.360 2,314 92 36
II 41 Río Yaqui Son. Módulo Santini I 5.4 5.1 17.1 0.552 2,526 93 36
II 41 Río Yaqui Son. Módulo Santini II 5.5 5.1 13.7 0.664 1,354 86 32
II 51 Costa de Hermosillo Son. Módulo único 41.9 12.2 46.0 0.026 9,250 16 45
II 83 Papigochic Chih. Módulo único 7.1 3.2 7.4 0.225 583 54 33
    SUBTOTAL 11.5 7.9 18.2 0.296 1,752 89 35
III 10 Culiacán-Humaya Sin. La Palma 7.3 4.7 12.4 0.388 369 95 24
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Bachimeto 12.1 6.0 18.6 1.001 348 43 21
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Otameto 11.1 6.5 21.1 0.210 528 52 18
III 10 Culiacán-Humaya Sin. PANAC-7 8.5 7.0 14.3 0.343 1,031 63 36
III 10 Culiacán-Humaya Sin. Prod. agrícolas del DDR 136 26.3 8.9 45.2 0.223 477 89 50
III 10 Culiacán-Humaya Sin. El Grande 24.1 10.1 38.3 0.223 838 94 45
III 10 Culiacán-Humaya Sin. Módulo III-1 9.3 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d.
III 10 Culiacán-Humaya Sin. Módulo III-2 10.1 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d.
III 10 Culiacán-Humaya Sin. Culiacancito 8.0 6.3 12.9 0.269 432 90 40
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Módulo IV-2 9.0 7.2 13.8 0.386 1,073 103 33
III 10 Culiacán-Humaya Sin. J.de U. del Canal Principal Humaya 11.8 8.4 15.4 0.297 593 83 28

221
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Montelargo 9.9 8.2 16.9 0.500 463 163 31

222
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Módulo V-1 9.4 8.8 13.8 0.320 618 69 34
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Módulo V-2 10.2 9.3 11.9 0.240 578 88 31
III 10 Culiacán-Humaya Sin. AUPA Viejo colorado 7.0 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d.
III 10 Culiacán-Humaya Sin. Módulo VI-2 7.5 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d.
III 43 Nayarit Nay. Módulo 1 4.3 3.6 11.6 0.226 833 68 30
III 43 Nayarit Nay. Módulo 2 Río Santiago M.I. 5.1 4.1 22.1 0.127 1,170 66 35
III 43 Nayarit Nay. Módulo 3 6.3 39.3 1.7 0.231 821 144 33
III 43 Nayarit Nay. Módulo 4 Río San Pedro M.D. 4.3 4.3 0.0 0.104 765 108 23
III 63 Guasave Sin. AUPA Bamoa Módulo I-1 7.4 7.2 8.6 0.449 744 106 36
III 63 Guasave Sin. Módulo I-2 Milpas 11.1 7.3 19.3 0.285 560 110 36
III 63 Guasave Sin. Módulo II-1 Petatlán 6.7 6.5 9.9 0.273 385 85 35
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

III 63 Guasave Sin. Módulo II-2 Tetameche 8.0 7.5 10.7 0.196 725 125 36
III 63 Guasave Sin. Módulo III-1 Sabinal 6.2 6.2 10.1 0.254 369 72 34
III 74 Mocorito Sin. AUPA del Valle del Evora 8.5 8.3 9.1 0.232 922 95 32
III 74 Mocorito Sin. AUPA Eustaquio Buelna 9.2 8.5 12.9 0.232 772 108 35
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo I-1 Guasave 7.7 6.4 16.6 0.313 505 93 29
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo I Río Fuerte 8.2 6.9 16.4 0.278 786 113 31
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo II-1 Leyva Solano 10.6 6.8 22.7 0.197 662 159 47
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo II-2 Ruíz Cortines 11.1 7.8 21.2 0.274 534 126 43
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo II-3 Batequis 10.0 8.7 16.1 0.252 503 128 39
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo III-1 Santa Rosa 10.9 8.7 31.1 0.328 969 109 28
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo III-2 Taxtes 6.5 6.2 9.0 0.214 800 114 36
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo IV-1 Sevelloampo 9.3 7.9 14.1 0.332 608 95 35
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo IV-2 Pascola 9.8 8.2 15.5 0.325 337 87 29
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo V-1 Mavari 7.0 6.4 8.9 0.299 461 54 29
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo V-2 Cohuinahua 4.7 3.6 6.2 0.435 419 69 36
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo VII-1 Juncos 11.4 7.4 26.4 0.221 781 147 46
III 75 Río Fuerte Sin. Módulo VII-2 Nohme 7.4 6.9 19.0 0.287 130 89 41
III 76 Valle del Carrizo Sin. AUPA Módulo 1 6.8 6.7 25.2 0.198 771 67 38
III 76 Valle del Carrizo Sin. AUPA Módulo2 6.3 5.5 11.0 0.351 272 68 39
III 76 Valle del Carrizo Sin. AUPA Módulo 3 7.2 6.0 14.5 0.522 467 80 39
III 76 Valle del Carrizo Sin. AUPA Módulo 4 7.5 6.0 14.1 0.305 425 80 38
III 76 Valle del Carrizo Sin. AUPA Módulo 5 6.3 5.9 20.6 0.093 1,426 202 35
III 76 Valle del Carrizo Sin. Módulo 6 La Capilla 3.9 3.4 5.0 0.304 361 33 37
III 76 Valle del Carrizo Sin. Módulo 7 Los Llanos 3.8 2.8 7.3 0.204 480 37 39
    SUBTOTAL 8.3 6.1 14.5 0.261 643 95 35
IV 30 Valsequillo Pue. Luciano Sanchez 2.3 2.5 2.2 0.085 477 74 32
IV 30 Valsequillo Pue. Lázaro Cárdenas 2.5 2.7 2.4 0.108 510 61 37
IV 30 Valsequillo Pue. Manuel Ávila Camacho 2.6 2.1 4.5 0.150 326 57 41
IV 30 Valsequillo Pue. Tlacotepec de Benito Juárez 2.4 2.2 2.5 0.106 303 72 37
IV 30 Valsequillo Pue. Gral. Emiliano Zapata 3.1 3.2 2.6 0.157 300 50 37
IV 30 Valsequillo Pue. Adolfo López Mateos 2.8 2.5 2.9 0.086 796 69 35
IV 56 Atoyac-Zahuapan Tlax. Mód 1 Canal Rojano 0.4 0.5 0.4 0.049 218 25 19
IV 56 Atoyac-Zahuapan Tlax. Módulo 2 Canal San Diego 0.8 0.7 1.5 0.052 103 24 18
IV 68 Tepecoacuilco Gro. Módulo I-1 Presa Valerio Trujano 9.4 7.8 12.5 0.053 886 148 24
IV 98 José María Morelos Mich. Módulo 1 Guerrero 4.9 4.0 12.4 0.063 806 27 24
IV 98 José María Morelos Mich. Módulo 2 Michoacán 3.5 2.6 5.5 0.092 390 27 25
    SUBTOTAL 2.5 2.5 2.6 0.094 440 57 30
VI 5 Delicias Chih. Unidad Conchos 5.7 3.3 6.7 0.401 417 43 31
VI 5 Delicias Chih. Módulo 2 10.2 4.0 12.2 0.354 496 65 34
VI 5 Delicias Chih. Módulo 3 15.5 8.1 16.1 0.372 704 50 37
VI 5 Delicias Chih. Módulo 4 11.2 6.0 13.8 0.352 689 64 37
VI 5 Delicias Chih. Módulo 5 9.0 5.5 12.0 0.303 617 40 35
VI 5 Delicias Chih. Rosales 6.8 5.2 9.2 0.326 588 56 31
VI 5 Delicias Chih. Asoc. de agric. Octavio Legarreta 9.7 6.3 13.6 0.280 450 68 31
VI 5 Delicias Chih. Ing. César Ramos 4.5 4.5 47.4 0.255 697 53 32
VI 5 Delicias Chih. Usuarios 3 unidad Rubén Acosta 4.9 3.1 5.1 0.512 316 54 38
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo I-1 9.7 8.5 12.3 0.138 721 84 20
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo II-1 16.6 7.5 17.5 0.205 1,030 96 28
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo II-2 12.6 9.6 14.0 0.174 1,378 95 27
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo III-1 13.8 10.4 21.6 0.168 1,182 137 27
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Santa Rosa 15.2 12.7 19.1 0.168 757 106 28
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo III-3 18.7 10.5 21.4 0.168 844 62 28
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo III-4 27.3 9.0 33.3 0.314 504 139 28
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo IV-1 13.1 8.2 16.0 0.220 919 98 27
VI 25 Bajo Río Bravo Tam. Módulo IV-2 12.3 9.9 12.6 0.174 991 80 24
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Asociación usuarios M. Alemán 16.9 0.0 16.9 0.176 616 38 33

223
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Asociación usuarios Camargo 12.2 10.1 17.2 0.061 435 44 30

224
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo II-2 17.4 9.9 19.1 0.151 667 48 24
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Asociación usuarios El Barrote 13.8 9.1 19.0 0.446 617 73 22
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Asociación usuarios La Retama 16.6 10.3 21.2 0.395 662 69 27
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo II-5 11.6 9.0 17.0 0.117 1,008 129 30
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Asociación usuarios Los Ángeles 19.9 11.0 24.2 0.147 1,130 93 27
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo III-2 20.3 11.5 25.8 0.097 1,158 270 29
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo III-3 29.1 8.5 34.3 0.101 1,040 165 29
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Asociación Guillermo Rhode 39.6 7.7 45.2 0.094 1,359 66 28
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo III-5 28.5 9.7 31.4 0.102 1,290 142 30
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo IV-1 12.0 7.3 12.8 0.028 1,495 n.d. 33
VI 26 Bajo Río San Juan Tam. Módulo V 12.5 0.0 12.5 0.268 1,086 50 31
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

VI 90 Bajo Río Conchos Chih. Módulo 1 Labor de Ojinaga 5.6 5.7 5.5 0.213 465 49 33
VI 90 Bajo Río Conchos Chih. Módulo 2 Llano de Dolores 7.7 7.7 9.9 0.045 828 35 33
VI 90 Bajo Río Conchos Chih. Módulo 3 El Mezquite y la Colmena 9.1 8.1 12.4 0.073 826 39 33
VI 90 Bajo Río Conchos Chih. Módulo 4 Santa Teresa 6.9 6.8 7.0 0.158 703 47 34
VI 90 Bajo Río Conchos Chih. Módulo 5 Paso del Norte 7.1 5.2 9.2 0.112 1,007 62 34
VI 103 Río Florido Chih. Módulo 1 4.4 3.1 6.6 0.110 416 19 31
VI 103 Río Florido Chih. Mód 2 Coronado López 6.7 5.9 8.5 0.226 413 34 33
    SUBTOTAL 11.9 7.6 15.3 0.205 734 75 30
VIII 1 Pabellón Ags. Único 6.0 4.2 12.5 0.109 183 92 36
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 1 Acámbaro 5.0 4.2 9.7 0.153 343 59 32
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 2 Salvatierra 2.9 2.7 3.7 0.286 533 64 29
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 3 Jaral 4.7 2.9 10.5 0.259 472 71 35
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 4 Valle 6.1 4.1 14.3 0.255 656 71 35
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 5 Cortazar 6.1 4.7 9.0 0.237 787 70 37
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 6 Salamanca 6.0 4.6 7.2 0.215 512 80 37
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 7 Irapuato 6.7 4.2 15.7 0.173 587 80 39
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 8 Abasolo 6.6 3.8 9.8 0.209 925 105 38
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 9 Huanímaro 4.5 3.3 9.3 0.223 416 86 40
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 10 Corralejo 4.8 4.0 21.1 0.164 386 95 39
VIII 11 Alto Río Lerma Gto. Módulo 11 La Purísima 4.2 3.7 8.1 0.211 792 72 39
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Aguas de Morelia 3.6 3.3 4.6 0.154 208 48 25
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Río Grande de Morelia 3.0 3.4 2.3 0.080 295 39 25
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Valle Álvaro Obregón 3.9 3.4 5.8 0.119 595 70 27
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Canal Zacapendo 4.2 3.6 10.1 0.170 543 69 26
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Presa Malpaís 3.7 3.5 17.1 0.175 551 134 29
VIII 20 Morelia Queréndaro Mich. Lázaro Cárdenas 2.3 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d.
VIII 53 Colima Col. Módulo 1 Peñitas 10.1 7.3 15.8 0.223 917 54 13
VIII 53 Colima Col. Módulo 2 Juárez 6.2 5.3 25.2 0.121 807 43 18
VIII 53 Colima Col. Módulo 3 Tecuanillo 15.1 9.7 27.6 0.346 522 50 26
VIII 53 Colima Col. Módulo 4 Amela 47.1 0.0 47.1 0.351 509 49 38
VIII 53 Colima Col. Módulo 5 Cihuatlán margen Colima 12.1 6.6 29.6 0.259 558 41 31
VIII 53 Colima Col. Módulo 6 Cihuatlán margen Jalisco 9.1 3.7 15.3 0.581 344 29 35
VIII 85 La Begoña Gto. Módulo 1 Neutla 4.6 4.7 3.5 0.064 837 33 36
VIII 85 La Begoña Gto. Módulo 2 Comonfort 2.4 2.4 2.3 0.144 590 n.d. 49
VIII 85 La Begoña Gto. Módulo 3 M.I. 4.1 3.9 6.0 0.479 340 85 32
VIII 85 La Begoña Gto. Módulo 4 M.D. 4.5 3.7 14.1 0.509 373 61 32
    SUBTOTAL 5.2 3.8 9.8 0.231 492 65 33
IX 8 Metztitlán Hgo. Módulo 1 AC 1.7 1.0 2.4 0.178 410 59 34
IX 28 Tulancingo Hgo. Módulo 1 Aguas Blancas 1.6 1.3 3.6 0.108 202 18 30
IX 28 Tulancingo Hgo. Módulo 2 Aguas Negras 2.3 2.3 0.0 0.374 175 35 33
IX 44 Jilotepec Mex. Módulo único 2.2 1.8 2.9 0.165 783 32 35
    SUBTOTAL 1.9 1.4 2.6 0.175 485 36 33
X 35 La Antigua Ver. Módulo I-1 3.9 2.5 8.8 0.420 365 34 21
X 35 La Antigua Ver. Módulo II-1 Actopan 5.0 4.0 9.6 0.219 370 61 31
X 35 La Antigua Ver. Módulo III-1 Puente Nacional 9.6 6.5 13.7 0.241 430 57 40
X 82 Río Blanco Ver. Módulo I-1 Piedras Negras 7.4 4.8 14.0 0.241 485 49 32
X 82 Río Blanco Ver. Módulo II-1 Joachin 8.8 6.0 10.3 0.172 399 49 28
    SUBTOTAL 5.9 3.9 10.8 0.259 401 50 30
TOTAL 8.4 6.2 12.4 0.262 687 566 263

Fuente: CNA-IMTA. Sistema de Información Hidroagrícola de Distritos de Riego, versión abril de 2001.

Regiones: I Península de Baja California, II Noroeste, III Pacífico Norte, IV Balsas, VI Río Bravo, VIII Lerma Santiago Pacífico, IX Golfo Norte, X Golfo Centro.

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Tranferencia de distritos de riego a los usuarios
Tranferencia de distritos de riego a los usuarios

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El libro Transferencia de distritos de riego a los usuarios.


Propuesta de acciones para el mejoramiento del desempeño
de las asociaciones de usuarios y sus sociedades se terminó
de imprimir el mes de noviembre de 2001 en los
talleres de Carlos Alvarado Bremer-Impresión y
Diseño, Av. Río Churubusco 2005, Col. El Rodeo,
Delegación Iztacalco, 08510, México, DF. La edición
consta de 15 ejemplares.

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