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Introducción

Una de las noches más importantes del año para los creyentes después de pascua y
pentecostés, es la noche de navidad. Por eso, en medio de los preparativos, los regalos y la
cena, no deje de sacar un ratito para festejar al cumpleañero con un momento de oración en
familia.
En el nacimiento del Señor, agradecemos sobre todo el gesto de humildad y amor eterno con
que Dios ha querido unirse enteramente al género humano para salvarle y llevarle a la plenitud.
Por eso, con mucho amor he preparado una guía de oración sencilla que pueda usar para
unirse a los suyos en oración en Noche buena.

Ambientación
Ya nuestra casa está decorada, probablemente muy bella, pero ahora, ayuda preparar un
lugar junto al pesebre para reunir a la familia. Puede, por ejemplo, colocar velas, para cada
participante y algo que tenga olor como unas ramas de ciprés, eucalipto o un difusor. Esto
generará una experiencia más grata a la familia.
A una hora convenida por todos, se pide a la familia reunirse en ese lugar previamente
preparado. Antes de empezar se es les invita a apagar celulares, sentarse y guardar un momento
de silencio sagrado para prepararse a encontrarse como familia con el Señor.

Oración
SI TODA LA FAMILIA es católica se signan “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”
Sino se hace la indicación qué vamos a comenzar la oración y los miembros católicos lo harán
con la signación mientras los no católicos podrán hacerlo de la manera que se acostumbre
según su tradición de fe. Si se sabe que hay un no creyente, se le indicará guardar un momento
de silencio en respeto a las personas creyentes de la familia.

Encendido de las velas


Cada miembro de la familia enciende una vela y se presente a Jesús de manera espontánea
(también podría hacerlo diciendo HINENI expresión hebrea de “Aquí estoy”)

Canto
Se sugiere este canto y otro alusivo a este momento.
Venid, fieles todos, a Belén marchemos:
con gozo triunfante y llenos de amor;
Cristo ha nacido, Cristo el Rey divino
Venid, adoremos, venid, adoremos.
Venid, adoremos a Cristo el Señor.

Del valle al establo suben los pastores


Ofrecen sus dones al Dios de Israel
Demos por dones nuestros corazones.

Bendita la noche, qué nos trajo el día


Bendita la noche de la Navidad
Desde el pesebre el Señor nos llama

Proclamación de la Palabra de Dios


Todos los miembros de la familia cantan o dicen la antífona en negrita, mientras algunas
personas previamente elegidas van diciendo las estrofas.

Salmo 97
Todos cantamos o decimos “Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro
Dios”
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo.
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel.
“Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios”
Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad:
tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor.
“Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios”
Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos, aclamen los montes
al Señor, que llega para regir la tierra.
Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud.

Lectura de Evangelio
Todos nos ponemos en pie y nos signamos
† Lectura del santo Evangelio según San Lucas 2, 1-14
Gloria a ti, Señor.
Por aquellos días el emperador Augusto promulgó un decreto ordenando que hiciera el censo
de los habitantes del imperio. Este censo fue el primero que se hizo durante el mandato de
Quirino, gobernador de Siria. Todos iban a inscribirse a su ciudad de origen.
También José, por ser de la descendencia y familia de David, subió desde Galilea, desde la
ciudad de Nazareth, a Judea, a la ciudad de David que se llama Belén, para inscribirse con
María, su esposa, que estaba encinta. Mientras estaban en Belén le llegó a María el tiempo del
parto, y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre,
porque no había sitio para ellos en la posada.
Había en aquellos campos unos pastores que pasaban la noche en pleno campo cuidando sus
rebaños por turnos. Un ángel del Señor se les presentó, y la gloria del Señor los envolvió con su
luz. Entonces sintieron mucho miedo, pero el ángel les dijo:
«No teman, pues les anuncio una gran alegría, que lo será para ustedes y para todo el pueblo:
les ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Esto les
servirá de señal: encontrarán un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre».
Y de repente se reunieron con el ángel muchos otros ángeles del cielo, que alababan a Dios
diciendo:
«¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres que gozan de su amor!»
Palabra del Señor.

Reflexión
En la vida hay cosas que no podemos controlar. Quien iba a decir que en un viaje imprevisto y
completamente político (en sentido que no era una peregrinación religiosa), María iba a dar a
luz a Jesús. Sin embargo, ese acontecimiento “inesperado” es la oportunidad que Dios usa para
que los más pobres y despreciados puedan adorar al Dios hecho carne. Así es nuestro Señor, el
Dios que nos sale siempre al encuentro.
La sencillez de la escena es grandiosa, ellos (los pastores) pueden acercarse porque el Mesías
es sencillo como ellos. En nuestra pequeñez EL REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES nos sale al
encuentro frágil, pequeño y pobre. No hay porque temer no estar a su altura, Él se ha abajado a
la nuestra. Esto es hermoso, no cabe aquí el sentimiento de ser pecador o pequeño, solo la
experiencia de creer en la voz de los mensajeros de Dios, que nos traen esa buena noticia.
Cómo decía un santo “La gloria de Dios es que el pobre viva”, es por ello que en medio de la
pequeñez también surge el cantico glorioso de los Ángeles, es la unión de lo pequeño y lo
sobrenatural a la vez. Y así termina el Evangelio dando gloria a Dios, quien es dueño del
tiempo y del espacio, de lo grande y lo pequeño, ofreciéndonos la PAZ, probablemente en el
sentido del hebreo “Shalom” que es más que paz, según los judíos ES TODO, la bonanza, la paz,
la vida, la alegría y toda clase de bendición o aquello que estemos necesitando, para que
también podamos ofrecerlo a los demás.
Nuestra familia es donde Dios acontece cada día en lo ordinario y extraordinario para amarnos
y bendecirnos ¿Lo creemos? Quizá, si no es así, hoy sea el día de dejar Señor anunciarnos su
paz en nuestra familia.
Pidamos a Dios en un momento de silencio al contemplar a Jesús recibir en nuestro corazón toda
esa paz que recibieron los pastores aquella noche. (guardamos el momento de silencio,
podemos poner si ayuda una música instrumental de fondo)
NOTA: Otra posible opción, si se desea, puede ser, ofrecer a cada persona tener un momento
de oración privada adorando al Señor con la ayuda de la imagen del niño (recordemos que no
estamos adorando la estatuita, sino al Señor mismo).

Oración por la familia


Terminamos con una oración en común
Sagrada Familia de Nazaret, hoy nos reunimos entorno de su misterio de amor
Queremos ser una familia unida como ustedes, especialmente en momentos de desconcierto y
dificultad.
Damos gracias por su testimonio de vida, que nos llama a la esperanza y nos pone delante de la
Hoy pedimos por nuestra familia, por cada uno de nosotros aquí reunidos para que podamos ser
una familia donde la vida de Jesús nuestro Señor se manifieste.

Donde cómo otras Marías podamos ser madres que escuchan a Dios en la Palabra
y la hagan realidad en lo cotidiano.

Donde cada varón sea un justo José, practicando la sabiduría y a vida recta.
Con mucha fe y esperanza, pedimos sobre nosotros la bendición
que recibieron los pastores la noche de navidad.
Amén.

Terminamos nuestra oración con un abrazo de paz entre todos

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