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Ortega nos va a hacer ver que la conciencia del sujeto siempre es consciencia de
algo y no solo del sujeto, por lo tanto, la realidad básica y primaria de la que tiene
que partir la filosofía no es el sujeto independiente de las cosas, ni las cosas
independientes del sujeto, sino el sujeto estando en el mundo, el “yo” con las
cosas. En su obra, “¿Qué es filosofía?”, Ortega nos dice que para los antiguos la
realidad son las cosas, para los modernos la realidad es el yo, pero para nosotros
es el yo y las cosas.
A esta realidad radical la denominará Ortega vida, la cual plantea por medio de
su teoría circunstancialista: “yo soy yo y mis circunstancias”. La famosa frase va
más allá de la simple afirmación de que la sociedad influya sobre el sujeto. Lo que
plantea es que no existe un sujeto al margen de su mundo, lo mismo que no existe
dicho mundo con independencia del sujeto, sino como una concreta ordenación
de la realidad producida por este.
Ni que decir que estas no son las posiciones que mantiene Ortega, para quien sin
embargo es importante asumir de manera positiva la tesis básica del relativismo
que sostiene que la realidad es múltiple y que de ella caben múltiples
perspectivas. Pero tomando también del racionalismo otra tesis igualmente
básica, a saber, que la multiplicidad de perspectivas sobre la realidad tiene que
ser unificada desde algún principio rector. Y este principio consiste en que esas
diferentes y múltiples perspectivas no son radicalmente contradictorias y
excluyentes unas de otras, sino que se pueden integrar, pues en cada una hay un
atisbo, una gota de verdad.
En síntesis, el perspectivismo orteguiano se dirige primero contra el objetivismo de
la verdad entendido como dogmatismo (existe la verdad y es una y la misma para
todos los hombres y que debe ser entendida y comprendida en idénticos términos)
y segundo contra el subjetivismo (para el cual no había posible acuerdo entre los
sujetos pues la percepción de la verdad de cada uno seria exclusivamente la de
cada cual). Mientras que el objetivismo considera que el sujeto debe adaptarse a
la cosa u objeto que es siempre inalterable y siempre el mismo, el subjetivismo
estima lo contrario, toda percepción es subjetiva y no es posible objetividad
alguna. Ortega afirma que es necesario superar ambos planteamientos por
erróneos. El objetivismo falla al olvidar que cualquier percepción descansa en un
punto de vista que es inaudible, la perspectiva es algo intrínseco a la realidad
humana por lo que la percepción de la realidad no es única sino múltiple. El
subjetivismo falla al considerar que las peculiares perspectivas son irreconciliables
entre sí. La perspectiva falsa que es la que se elige en la única perspectiva la
verdad también es errónea, pues se da desde una perspectiva pero es posible
aprehenderla aunque cada cual la vea desde un punto de vista exclusivo .