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EMBARAZOS EN LAS ADOLESCENTES.

América Latina y el Caribe tienen la segunda mayor tasa de embarazo adolescente del
mundo, dijo ayer la OPS, en un informe que recomienda más educación sexual y un
mayor uso de anticonceptivos para reducirla.

En la región, el 15% de los embarazos anuales ocurre en menores de 20 años, señaló


el reporte realizado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), oficina
regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS), UNICEF y el Fondo de
Población de las Naciones Unidas (UNFPA).

Mientras la tasa mundial de embarazos adolescentes se estima en 46 nacimientos por


cada 1.000 madres de entre 15 y 19 años, en América Latina y el Caribe es de 66,5
por 1.000, solo superada por la de África subsahariana.

Unos dos millones de niños nacen anualmente de madres adolescentes, según el


estudio, que destaca que el embarazo en menores de 20 años está asociado a un
mayor riesgo de muerte materna y a más posibilidades de problemas de salud en los
hijos y una vida en la pobreza.

“A menor edad materna, menor edad gestacional del hijo, menor peso al nacer, peor
estado de nutrición infantil y menor nivel de escolarización alcanzado”, indica el
estudio.

Las tasas más altas en la región están en Centroamérica, con Guatemala, Nicaragua y
Panamá a la cabeza. En el Caribe, esto ocurre con mayor incidencia en República
Dominicana y Guyana; en Sudamérica, en Bolivia y Venezuela.
“El embarazo en adolescentes. es una máquina de reproducción de miseria, de
reproducción de pobreza. Las debilidades estructurales de la economía dominicana y
la desigualdad repercuten en las vidas de los más jóvenes, por ello, estamos
generando políticas públicas inclusivas y que protejan a adolescentes en mayor
desventaja social”, afirmó la Vicepresidenta.

Destacó que para combatir el flagelo se requiere un trabajo conjunto desde las
escuelas y generar entre los estudiantes conciencia crítica y reflexiva; de igual
manera, sostuvo que la familia debe jugar un rol fundamental basado en la transmisión
de valores y principios que refuercen el buen accionar de las hijas e hijos.

Indicó que desde el programa Progresando con Solidaridad se fortalece y amplía el


proyecto Bebé, piénsalo bien, en alianza con las escuelas públicas y privadas para
darle a adolescentes las herramientas necesarias para prevenir un embarazo a
destiempo. La estrategia pretende alcanzar a 10 mil adolescentes por año en todo el
país.

“Tener un bebé a destiempo son situaciones que afectan las oportunidades


económicas y educativas y a veces hasta compromete la salud de nuestras
adolescentes, y por ende las oportunidades que tenemos como país para avanzar y
progresar”, sostuvo Margarita Cedeño.

A pesar de que las estadísticas muestran datos tan negativos y desesperanzadores,


es posible evitar los embarazos a temprana edad, pero se necesita el compromiso de
todos.

Las y los adolescentes tienen derecho a ser informados sobre los cambios que
suceden en su cuerpo, sobre la sexualidad y las relaciones sexuales, sobre las formas
de prevención del embarazo, del VIH y de las infecciones de transmisión sexual,
desde una perspectiva de derechos y de género.

Con información, servicios apropiados y otras medidas de prevención del embarazo


podemos lograr una mayor asertividad y toma de decisiones correctas, lo que se
traduce en oportunidades de vida y en la posibilidad de romper el círculo de pobreza.
LOS EMBARAZOS EN ADOLESCENTES CONSTITUYEN UN GRAVE
PROBLEMA SOCIAL Y AFECTAN EL DESARROLLO DE LAS
ADOLESCENTES Y LA SOBREVIVENCIA DE SUS HIJOS E HIJAS.

El país cuenta con el marco legislativo y político adecuado para prevenir el embarazo
en adolescentes, sin embargo, la falta de programas de educación y servicios de salud
sexual y reproductiva son un obstáculo para reducir la alta tasa que se presenta a nivel
nacional.

El embarazo a temprana edad afecta la salud de las adolescentes pues aumenta los
riesgos de complicaciones en el embarazo y en el parto que puede conducir a la
muerte. Según ENHOGAR 2009-2010, los riesgos de muerte por eclampsia,
obstrucción en el parto, hemorragia o infección entre las adolescentes son hasta tres
veces mayores que en las mujeres con edades entre 18 y 34 años. También pueden
tener efectos importantes sobre el estado de salud y sobrevivencia de sus hijos, tales
como el bajo peso al nacer, la prematuridad, malformaciones o problemas en el
desarrollo debido a aspectos de madurez fisiológica y emocional de las madres.

El embarazo a edad temprana es una de las principales causas de deserción escolar


entre las adolescentes (44%). Fuente: Cáreces y Morillo (2008)

Existe un fuerte vínculo entre la pobreza y el embarazo a temprana edad pues este es
más frecuente entre adolescentes pobres y con menor educación. Según la
ENHOGAR 2009-2010 el 33.2% de las adolescentes y mujeres jóvenes de las familias
del quintil más pobre se habían embarazado antes de cumplir los 20 años, en
comparación con el 11.6% en el quintil más rico. Del mismo modo, 42.7% de las
adolescentes que se había embarazado no tenían instrucción o sólo había alcanzado
algún grado del nivel básico.

SITUACIÓN EN REPÚBLICA DOMINICANA.


La fecundidad es una de las variables demográficas más importantes para evaluar la
tendencia de crecimiento de la población, variable que según la Endesa 2002
(Encuesta Demográfica y de Salud), ha descendido en forma significativa en el país
en la últimas décadas, situándose con una tasa de 3.0 hijos a finales de 1999, y según
la ENHOGAR-2006 experimentó un descenso durante la primera mitad de la década
del 2000 siendo actualmente la tasa global de fecundidad en el país de 2.6 hijos por
mujer, pero su nivel es todavía elevado en ciertos subgrupos poblacionales.

En ese sentido y conforme a la Endesa 2002 en el país hubo un incremento de la


fecundidad y maternidad en adolescentes debido a un aumento en la proporción de
mujeres entre 15 a 19 años que iniciaron el proceso de procreación, datos
corroborados por la ENHOGAR-2006 que revela que al llegar a los 19 años alrededor
del 42% de las adolescentes habían salido embarazadas, y 34% (33.9%) ya eran
madres.

Además la ENHOGAR-2006 revela que casi dos de cada cinco (36.8%) de las mujeres
con edades de 15 a 19 años no habían superado la enseñanza primaria. El 35.1% de
las más pobres se había embarazado alguna vez y el 30.1% ya era madre; mientras
que las pertenecientes al grupo económico más alto los casos se situaban entre 10.5%
y 6.2% respectivamente.

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