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Alteridades

ISSN: 0188-7017
alte@xanum.uam.mx
Universidad Autónoma Metropolitana Unidad
Iztapalapa
México

HERNÁNDEZ CASTILLO, ROSALVA AÍDA


Reseña de "Renato Rosaldo: Ensayos en antropología crítica" de Rodrigo Díaz Cruz (ed.)
Alteridades, vol. 18, núm. 35, enero-junio, 2008, pp. 141-144
Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa
Distrito Federal, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=74711467011

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Lecturas

literatura chicana y las teorizacio-


nes implícitas o explícitas que sobre
la identidad cultural hacen auto-
ras como Gloria Anzaldúa y Sandra

Renato Rosaldo: Cisneros. Los artículos de esta an-


tología me ayudaron a construir
un hilo conductor entre estos deba-
Ensayos en antropología crítica* tes y a entender, décadas más tar-
de, la trayectoria analítica que llevó
a Renato a conducirnos por esos
caminos poco ortodoxos de la teoría.
Es importante “situar el cono-
RESEÑADO POR ROSALVA AÍDA HERNÁNDEZ CASTILLO** cimiento” de Renato Rosaldo como
intelectual chicano comprometi-
do con su realidad. Junto con otros
intelectuales chicanos, Rosaldo ha
El libro Renato Rosaldo. Ensayos Al releer algunos de sus trabajos jugado un papel muy importante
en antropología crítica nos lleva por que ya había leído en inglés y acer- en la política académica de los Es-
un recorrido por el pensamiento de carme por primera vez a otros que tados Unidos, denunciando el etno-
Renato en distintas etapas de su desconocía, no pude evitar sentir centrismo de las ciencias sociales
desarrollo teórico y de su proyecto un déjà-vu ante aquellos debates y las humanidades y pugnando
personal. Los ensayos nos trans- teóricos e imágenes literarias a los por diversificar la currícula del tron-
portan desde las colinas del noroes- que me acerqué a principios de co común de las licenciaturas para
te de Manila, en las Filipinas, hasta los años noventa siendo estudian- incluir la historia, la literatura y la
las comunidades tzotziles de los te de Renato en la Universidad de producción académica en el sentido
Altos de Chiapas, viajando en el Stanford. Fue en esa época que leí amplio de los intelectuales “de co-
tiempo por los barrios obreros de por primera vez La formación de la lor”, pugnando por una formación
Londres en el siglo XIX (a través
clase obrera en Inglaterra y discu- que diera cuenta de las diversas
de su lectura crítica de la obra de
timos las estrategias metodológicas historias que han constituido el
E.P. Thompsom), pasando por los
de Thompson al construir una his- bagaje cultural de esa nación. Este
espacios de debate político de la
toria social que recuperaba el aná- activismo, aunado a su defensa
academia chicana. A pesar de las
lisis cultural para entender la for- de acción afirmativa le acarrearon
diferencias de perspectiva teórica
mación de las identidades de clase el rechazo de los sectores más con-
que vemos entre sus primeros tra-
y de la conciencia política. servadores de la academia nortea-
bajos de los años sesenta sobre los
En aquel entonces, al igual que mericana y hasta amenazas por
espacios rituales en Zinacantán y
sus reflexiones de carácter más éti- nos lo señala ahora en su capítu- parte del Ku Klux Klan (KKK).
co y metodológico sobre la escritura lo “Celebración de los héroes de En su participación en la política
etnográfica de las décadas de los Thompson: análisis social y antro- universitaria, en el debate público
ochenta y noventa, todos los ensa- pología”, Renato Rosaldo usaba el en los Estados Unidos y en su pen-
yos tienen el común denominador trabajo de este historiador inglés samiento crítico en la antropología,
de explorar formas imaginativas y como ejemplo de un tipo de histo- del que da cuenta Ensayos en antro-
poco convencionales de acercarse ria comprometida con los sectores pología crítica, Rosaldo ha denun-
a la antropología. En este sentido, subordinados que recupera la ciado lo que Walter Mignolo llama
podría decir que este libro es como agencia humana, pero a la vez cues- occidentalismo (en contraste con
su autor, sencillamente complejo, o tionaba al autor por no diferenciar el orientalismo denunciado por Ed-
complejamente sencillo, con un hu- sus propios conceptos de los de los ward Said), esto es, el impulso de
mor sutil que recorre sus páginas y actores sociales cuya historia re- integrar y silenciar la diversidad
con una creatividad constante que construye; en sus cursos descubrí a través de una producción teórica
vuelve cada idea un descubrimiento. también el humor y la pasión de la que utiliza la literatura, la filosofía

* Rodrigo Díaz Cruz (ed.), Renato Rosaldo: Ensayos en antropología crítica, Casa Juan Pablos/Fundación Rockefeller/Univer-
sidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa (col. Estudios Transnacionales), México, 2006.
** Investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social.

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Renato Rosaldo: Ensayos en antropología crítica

y las ciencias sociales como dis- mente codificados y como si se repi- Aprender a extrañarnos de nues-
cursos de poder que representan el tieran siempre de la misma manera tras propias prácticas cotidianas,
desarrollo civilizatorio como unili- [...]eliminando las variaciones aplicando a su descripción etnográ-
neal y monocultural. significativas en cuanto a tiempo y fica las mismas estrategias textua-
Sus cuestionamientos a la obje- ritmo [...] y luchas o metas particu- les que usamos para describir a
tivación del discurso etnográfico y lares [la externalidad que se refiere otras culturas resulta fundamen-
a su distanciamiento agnóstico del a] la distancia con la que escriben tal para repensar críticamente las
dolor y las emociones de los actores los etnógrafos. Supuestamente esta formas y estilos narrativos con los
sociales sobre quienes se escribe distancia confiere objetividad, pero que describimos y construimos la
no son sólo una búsqueda estética a la vez objetiviza al producir des- otredad. Esto nos lo muestra de
de nuevas estrategias textuales, cripciones que no toman en conside- manera casi paródica Renato Ro-
sino reflejo de un compromiso ético ración la subjetividad de la gente saldo en su artículo “Donde reside
y político por tratar dar cuenta de descrita. [Y mediante la generalidad la objetividad: La retórica de la an-
las experiencias de exclusión, su- que] se refiere a la manera en la que tropología” al describir un desayu-
bordinación y sufrimiento a las que muchos relatos ponen énfasis no no familiar como ritual patriarcal;
muchas veces nos acercamos los en los sufrimientos particulares del o en los rituales corporales entre
antropólogos durante el trabajo de duelo, sino en recetas genéricas para los Nacirema (American leído al re-
campo. En este sentido, su vida y los rituales del luto. Quizá la idea de vés) que describe Horace Miner y
su obra contradicen las descalifica- cultura compartida lleva a los ana- que Rosaldo retoma para reflexio-
ciones que algunos autores, como listas a suponer que sólo deben ex-
nar, interrogándonos en los siguien-
Carlos Reynoso, han hecho de la plorar las formas idénticas que se
tes términos ¿Quién podría seguir
llamada antropología posmoderna, dan en un grupo (p. 221).
sintiéndose cómodo describiendo a
como apolítica y desmovilizado- otros pueblos en términos que sue-
ra, homogeneizando a autores de nan absurdos al aplicarlos a noso-
Esta preocupación por dar cuen-
distintas trayectorias académicas tros mismos? (p. 201).
ta en los escritos etnográficos de la
y políticas y ubicando a Renato Tal vez su sensibilidad ante la
experiencia de sufrimiento y dolor
como parte de esta corriente. Al imagen estereotipada y objetiva-
está presente en varios de los ensa-
respecto, en la introducción de este da de “los nativos” surge de su pro-
yos de esta antología y es desarro-
libro, Renato apunta: pia experiencia como chicano, cuya
llada en su libro Cultura y verdad.
cultura había sido representada por
Repensando el análisis social, pu-
Me acusan mucho de ser posmoder- varios antropólogos anglosajones
blicado por la editorial Grijalbo. La
no. Yo no me nombro posmoderno. como una expresión más de la cul-
experiencia ambivalente de sufri-
Para mí la palabra introduce mu- tura de la pobreza. En su capítulo
miento y rabia que experimenta
chos estereotipos, por ejemplo dicen: dedicado a los “Estudios chicanos
con la muerte de su primera esposa,
“Los posmodernos no tienen ética” 1970-1984” hace un recorrido por
Michel Rosaldo, lo lleva a acercarse
Yo digo [Cuando así me acusan]: “es las objeciones que antropólogos
a las etnografías sobre los rituales
en base a la ética que hago lo que chicanos, como Octavio Romano y
de muerte con una perspectiva crí-
hago”, esto es una visión de justicia, Américo Paredes, hacen a las repre-
tica. Sus artículos “Visitar entre
una visión de los derechos de los sentaciones irreales de la cultura
los ilongotes: gracia social y los rit-
grupos subordinados (p. 24). chicana popularizadas y legitima-
mos de la vida cotidiana”, “La muerte das por la antropología estadouni-
en el presente etnográfico” y “Donde dense. Refiriéndose a algunos de
Es esta visión de justicia lo que
reside la objetividad: La retórica los trabajos clásicos sobre comuni-
lo lleva a denunciar las estrategias
colonizadoras de la antropología de la antropología” ponen en duda dades mexicano-americanas de an-
positivista que niega la dimensión aquellas perspectivas de la cultu- tropólogos anglos, Renato, señala:
histórica de los actores sociales, ra como un todo homogéneo que
silencia sus propias conceptuali- se describe a partir de codificacio- Los errores etnográficos incluyen
zaciones, y homogeneiza sus pers- nes, desde una posición de sujeto entre otros, malas traducciones, la
pectivas del mundo, mediante la neutralizada y desculturalizada, en falta de apreciación de los dobles
formalidad es decir, donde son los otros los que tienen sentidos lingüísticos, el tomar de
cultura, mientras que el analista, manera literal lo que la gente decía
describiendo sucesos humanos como “voice in off” habla desde un de manera figurativa y tomar en
como si estos fueran normales, alta- lugar “sin cultura” y sin historia. serio lo que la gente decía en broma.

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Lecturas

históricos– se convierten en estrate- Los debates que alimentan sus teo-


gias de subordinación que no sólo rizaciones son descritos en esta an-
describen sus realidades sino que tología en los siguientes términos:
contribuyen a construirlas. En su
artículo “Retórica del control: los En parte como consecuencia acci-
ilongotes vistos como bandidos na- dental de sus propios puntos ciegos,
turales e indios salvajes” nos mues- la Nueva Izquierda en Estados Uni-
tra cómo funcionan estos meca- dos ayudó a producir una gama de
nismos de subordinación en los movimientos políticos que respon-
discursos coloniales y poscolonia- dían a formas de opresión basadas
les sobre los ilongotes, y en trabajos en el género, la preferencia sexual
más recientes nos ofrece meca- y la raza. Las mujeres, por ejem-
nismos similares utilizados por la plo, se empezaron a organizar, entre
antropología para construir una otras razones, porque la Nueva Iz-
imagen de la población mexicano- quierda las colocaba con mayor fre-
americana como personas “fatalis- cuencia en papeles secretariales que
tas, resignadas, apáticas, atadas a de liderazgo […] El racismo y la ho-
la tradición, orientadas por la tradi- mofobia condujeron a conclusiones
ción, emocionales, impetuosas…” similares en otros sectores socia-
(p. 296). les. El feminismo, el movimiento gay,
Su principal cuestionamiento a y lésbico, el movimiento de los nati-
estas representaciones etnográficas voamericanos, las luchas de los ne-
no es que sean inexactas sino que gros, de los chicanos, y de los puerto-
tienen efectos de poder sobre las rriqueños, exigían análisis sociales
vidas de los grupos subordinados globales que colocaban al centro las
a los que se refieren. En este sen- aspiraciones y demandas de aque-
tido, su búsqueda metodológica llos grupos pasados de largo por la
no es de carácter estético, sino éti- política progresista estándar, por
co y político. no mencionar la ideología nacional
En su preocupación por con- dominante. Aunque muchos antro-
frontar las construcciones homoge- pólogos que adquirieron la mayoría
Si los etnógrafos quieren ver más neizadoras de las culturas subalter- de edad a fines de los sesenta se in-
allá de los estereotipos, Paredes su- nas, Renato recupera en varios de volucraron en una u otra de estas
giere, deben adquirir un entendi- sus trabajos una perspectiva de gé- luchas, mi propia visión política se
miento profundo del lenguaje, un nero que nos habla de los procesos ha conformado de manera más di-
entendimiento preciso de las relacio- de diferenciación interna que mar- recta gracias a mi involucramiento
nes sociales y un sentido significa- can la vida de estos colectivos hu- en el movimiento chicano universi-
tivo del contexto social que por lo manos y de los distintos ejes de tario. Esta experiencia ha provisto,
menos permita distinguir una burla poder y subordinación que deben de un sentido de centralidad para la
o un chiste de algo dicho con serie- ser considerados en el análisis de lucha política y de urgencia de pres-
dad total (p. 300). los procesos culturales. Estas pers- tar cuidadosa atención a las percep-
pectivas críticas de la cultura y ciones y aspiraciones de los grupos
Una constante en su análisis de el poder son en parte producto del subordinados (p. 167).
la etnografía chicana y de la etno- contexto político en el que él se for-
grafía de los ilongotes es su preocu- ma como antropólogo y desarrolla Es esta preocupación por iden-
pación por develar las estrategias sus investigaciones. Se trata de una tificar los distintos ejes de subor-
de poder, de lo que Chandra Mohanty coyuntura en la que se da a la ta- dinación lo que lo lleva a explorar
ha llamado el colonialismo discur- rea de responder a las represen- una revisión al patriarcado des-
sivo, es decir, por develar la mane- taciones ahistóricas y homogenei- de la perspectiva masculina, y lo
ra en que las representaciones tex- zantes del análisis funcionalista y hace reconociendo las dificulta-
tuales de aquellos sujetos sociales a las descripciones dicotómicas de des que tiene desarrollar una pers-
–construidos como los otros en los estudios marxistas que sólo re- pectiva crítica desde una posición
distintos contextos geográficos e conocen las desigualdades de clase. de privilegio, ya que al acoplarse

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Renato Rosaldo: Ensayos en antropología crítica

con las normas sociales dominan- la orientación sexual, sano respecto Sin ser un tema central en la
tes el privilegio masculino resulta a la salud, adulto con respecto a la obra de Renato, la crítica al patriar-
invisible incluso para sí mismo, edad, inodoro con respecto al olor”. cado está presente en muchos de
como admite en su capítulo: “Notas Para descentrar este privilegio mas- sus escritos y en sus esfuerzos por
para una crítica al patriarcado desde culino, Renato se vale de una serie reconocer su privilegio masculino,
una perspectiva masculina”. de escritos literarios de hombres y problematizarlo y desnaturalizar-
Así como al argumentar en con- mujeres chicanas que desmitifican lo a partir de la voces de feministas
tra del colonialismo discursivo de la la descendencia patriarcal y cons- chicanas que inspiran gran parte
antropología Renato llama a ver truyen un antihéroe que tiene olo- de su trabajo sobre identidad y ciu-
la dimensión cultural de nuestras res, se echa pedos, suda y en vez de dadanía cultural y su más reciente
propias prácticas, de igual manera la espada del héroe vikingo recibe trabajo literario, en el que nueva-
nos conmina a dejar de ver el privi- un bat que confunde con un palo mente nos propone formas creati-
legio masculino como “neutro res- para matar iguanas y que le es en- vas de pensamiento crítico que rom-
pecto al género, normal respecto a tregado por la línea materna. pen cánones y cruzan fronteras.

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