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1. ¿Qué es un contrato?

Se denomina contrato a un documento legal que expresa un acuerdo


común entre dos o más personajes capacitadas para ello (conocidas como
las partes del contrato), que se obligan en virtud de este documento hacia una
determinada finalidad o cosa, cuyo cumplimiento debe darse de manera
siempre bilateral, o de otro modo el contrato se dará por roto e inválido.

En otras palabras, un contrato es un pacto de obligaciones y derechos


entre dos personas (jurídicas y/o naturales) que se comprometen a
respetar los términos acordados por escrito, y se someten a las leyes del país
para resolver cualquier disputa surgida en torno a los términos del acuerdo. En
cada país o región del mundo hay distintos requisitos para la elaboración de
un contrato, pero su esencia es siempre más o menos la misma.

Los contratos son una herencia del sistema jurídico del Imperio
Romano, en cuyo derecho se contemplaba la conventio (acuerdo), que
comprendía dos formas de manifestarse: el pactum cuando no había nombre ni
causa, y el contratus cuando sí los había. Estos últimos estaban tipificados y
nominados en el Derecho Romano y son los antecesores de nuestros
documentos actuales.

Ver además: Sindicato.

2. Tipos de contrato

Los
contratos nominados o típicos son aquellos previstos y regulados por la ley.

Los contratos pueden clasificarse en:


 Unilaterales y bilaterales. Los contratos serán unilaterales cuando
una sola de las partes involucrada sea la que adquiera las obligaciones,
mientras que en los bilaterales ambas partes adquieren obligaciones de
recíproco cumplimiento.
 Onerosos y gratuitos. Los contratos onerosos son aquellos en los que
hay gravámenes y beneficios recíprocos entre las partes, y a la vez
ambos emprenden una cierta cuota de sacrificio, como en el caso de las
compra-ventas. Los gratuitos, en cambio, brindan el beneficio para una
sola de las partes, dejando a la otra las obligaciones, como en los
contratos de comodato.
 Conmutativos y aleatorios. Esta clasificación aplica sólo a los
contratos bilaterales, ya que los conmutativos son aquellos en que las
prestaciones comprometidas por las partes son ciertas desde que se
celebra el acto jurídico, como en la venta de un inmueble. En los
aleatorios, en cambio, la prestación dependerá de algún evento futuro o
fortuito, como los testamentos.
 Principales y accesorios. Los contratos principales son piezas
autónomas de jurisprudencia, no dependen de nadie, mientras que los
contratos accesorios son suplementarios a un contrato principal del que
dependen.
 Instantáneos y de tracto sucesivo. Los contratos instantáneos o de
tracto único son los que se cumplen al instante mismo de celebrarse,
mientras que los sucesivos se cumplen en un período determinado y que
puede o no ser periódico, con interrupciones o intermitentes, según
mutuo acuerdo de las partes.
 Consensuales y reales. Los contratos consensuales son aquellos en los
que el acuerdo manifiesto de las partes basta y sobra para establecer el
acuerdo; mientras que los contratos reales concluyen cuando una parte
entregue a la otra la cosa sobre la que verse el acuerdo.
 Privados y públicos. Esta clasificación depende de si se trata de si las
personas que lo suscriben son entidades privadas (terceros), o si se trata
de una contratación con el Estado, respectivamente.
 Formales, solemnes o no solemnes e informales. Los contratos son
formales cuando la ley ordena que el consentimiento entre las partes se
manifieste por un determinado medio para validar el acuerdo, y serán
informales cuando ello no fuere necesario. Al mismo tiempo, los
contratos formales serán solemnes cuando requiere además de ciertos
ritos para cobrar vigencia (como el matrimonio) y no solemne cuando no
lo requiera.
 Nominados y atípicos. Los contratos nominados o típicos son aquellos
previstos y regulados por la ley, mientras que los innominados o atípicos
pueden ser híbridos entre varios contratos o acaso formas novedosos del
mismo, aún no contempladas en algún código legal respectivo.

3. Partes de un contrato
Los contratos comúnmente presentan mucha libertad formal, siempre y cuando
se incluya en ellos toda la información pertinente y necesaria. Sin embargo,
suelen contar con secciones como las siguientes:

 Título. En donde se indica la naturaleza del contrato.


 Cuerpo sustantivo. Primera sección en donde se identifica a las partes
involucradas y se brinda información contextual como la fecha de firma
del contrato, las representaciones intervinientes, la identificación de los
objetos o servicios comprometidos, etc.
 Exposición. Donde se da relación de los antecedentes y hechos
registrados, y se incluyen cláusulas explicativas necesarias más adelante.
 Cuerpo normativo. Donde se detallan los pactos suscritos entre las
partes y las eventuales sanciones de haberlas.
 Cierre. Fórmula de fin de contrato que abarca las firmas de las partes.
 Anexos. De ser necesarios.

4. Diferencia entre contrato y convenio

Los convenios
son acuerdos mutuos establecidos por las personas sin intervención de la ley.

En principio, todos los contratos son convenios, pero no todos los


convenios son contratos. Esto se debe a que los convenios son acuerdos
mutuos establecidos por las personas y que los obligan a cumplir con
el compromiso, pero sin la intervención de la ley. Por ello suelen ser orales y
dependen del compromiso y del talante ético y moral de los involucrados.

Los contratos, en cambio, se hacen frente a la ley y por ende están amparados
por las instituciones jurídicas del Estado. Por esa razón se hacen escritos y
registrados debidamente

Fuente: https://concepto.de/contrato-2/#ixzz6CSSFWlwS

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