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DESARROLLO HISTORICO DE LA ADORACION EN EL

ANTIGUO TESTAMENTO
EDUARDO VASQUEZ CARRASCO

INTRODUCCION

La adoración, como actividad humana que es, es dinámica. A lo largo del Antiguo
Testamento se puede ver cómo fueron evolucionando las formas, usos y
significados alrededor del acto de adorar.

Desde la época patriarcal, pasando por el gran quiebre que fue la ley mosaica,
hasta llegar a la madurez del pueblo bajo un reinado central, se puede apreciar el
desarrollo que tuvo la adoración. Cada momento histórico, como la salida de
Egipto, la construcción del templo en Jerusalén o la cautividad babilónica fue
gestando y formando el carácter único de la adoración, junto con sus ritos y
significados.

El propósito de la presente monografía es esbozar un breve resumen de este


desarrollo histórico, tanto de las formas externas como de los significados que
acompañaron estas formas. Es importante conocer la adoración del Antiguo
Testamento y su desarrollo histórico, ya que este influenció grandemente en la
adoración de la iglesia primitiva del Nuevo Testamento, y continúa haciéndolo
hasta los días actuales.
Quien conoce su historia está en ventaja de entender mejor las formas actuales y
está mejor preparado para responder a los desafíos presentes y futuros

LA ADORACION EN LA EPOCA PATRIARCAL

Desde épocas tempranas la adoración ha sido parte del vivir humano. En las
primeras páginas del Pentateuco se puede ver cómo la adoración se manifiesta en
épocas tan tempranas como las ofrendas de Caín y Abel, pasando por el altar
construido por Noé y los diezmos de Abraham a Melquisedec.
Sin duda la adoración es parte fundamental de la espiritualidad y religiosidad del
ser humano. Ha estado presente en todas las civilizaciones antiguas, en las
civilizaciones clásicas y hasta en las épocas más oscuras del medioevo. Empero,
con el advenimiento de la modernidad y la exaltación de la razón, la humanidad
fue cayendo en un secularismo y escepticismo cada vez más marcado. La fe, y la
adoración como una de las manifestaciones más acabadas de esta, dieron paso a
la ciencia y la tecnología.
A pesar de las promesas de bienestar y satisfacción hechas por la ciencia y la
razón, pronto la humanidad cayó en la cuenta que dichas promesas no se
cumplirían a cabalidad, por el contrario, muchos se desencantaron y
desilusionaron al ver los estragos de las guerras y las injusticias sociales. Abaticos
y descorazonados, hordas posmodernas se volcaron a la búsqueda de la
espiritualidad. Muchos han encontrado consuelo en las cosmovisiones orientales,
como el hinduismo y el budismo. Otros han sucumbido a las tretas de la nueva
era. Todos buscando satisfacer la necesidad de expresar su espiritualidad.
La iglesia tiene un gran reto. La iglesia tiene la oportunidad de guiar a esas masas
ingentes de personas a una adoración genuina al Dios verdadero. Pero hay un
obstáculo, la misma iglesia no se pone de acuerdo sobre las formas correctas y
los significados correctos de la adoración. Es pues primordial hacer un recuento
histórico y teológico de la adoración desde sus orígenes. Teniendo este
entendimiento claro y bíblico, la iglesia estará en condiciones de guiar a las
personas a un encuentro con el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, y cumplir así el
propósito por el que el ser humano fue creado, darle la gloria a su Creador.

1.1. ENTENDIMIENTO HEBREO DE LA ADORACION

La adoración era el medio del que disponían los antiguos hebreos para acercarse
a Dios. Cuando Dios se revelaba y comunicaba con las personas, estas
respondían en adoración a Dios. Caín y Abel se presentaron ante Dios con
ofrendas, Noé agradeció a Dios su protección edificando un altar, Abraham dio el
diezmo del botín de guerra a Melquisedec, Jacob adoró a Dios es respuesta al
sueño donde Dios se le reveló.
Por un lado, la adoración era el medio que usaban los hebreos para expresar su
amor y gratitud a Dios por las provisiones dadas. Por otro, la adoración siempre
era una respuesta a la revelación divina, es decir, que Dios era quien se revelaba
primeramente a los hombres, y estos respondían en adoración.

Aunque en este punto de la historia la adoración todavía no estaba sistematiza y


elaborada, como lo llegó a estar con la ley mosaica, se puede ver cierto estándar,
que se repite en todos los casos de adoración registrados en el Pentateuco. Este
estándar es el uso del rito para adorar a Dios.

La adoración se manifestaba a través del rito. Este estaba bien definido y se exigía
del adorador que lo siguiera al pie de la letra. El adorador debía observar
cuidadosamente cada elemento del rito si quería que su adoración sea aprobada
por Dios. Incluso sin la presencia de una ley que sistematizara rigurosamente el
rito, los adoradores tempranos tenían consciencia de la importancia de observar el
rito escrupulosamente, y se esforzaban por conseguirlo.

Junto con el rito estaba el significado que este entrañaba. Cada elemento del rito
tenía un significado espiritual, y ahí radicaba la importancia de seguirlo al pie de la
letra. El significado del rito iba más allá del mismo rito. Su significado era
espiritual, comunicaba y graficaba realidades espirituales y servía al adorador de
ayuda didáctica para poder comunicar sus deseos e intenciones a Dios y para
entender la naturaleza divina.

La adoración iba acompañada de una actitud definida. Aunque a lo largo del


desarrollo histórico se fue aclarando el entendimiento de la actitud genuina que
debía acompañar al rito de adoración, ya en las etapas tempranas se podía
apreciar la necesidad del adorador de acompañar su adoración con una actitud
genuina y sincera. Los hebreos no tenían inconvenientes en expresar gozo,
alabanza, acción de gracias, peticiones, lamentos, hostilidad o incluso odio.
Los hebreos entendieron que la adoración era un momento para abrir el corazón a
Dios y mostrarlo tal cual, expresando los sentimientos que les embargaban en ese
momento. La experiencia de la adoración era una experiencia plena, abierta,
honesta y rica en significado.

1.2. LA ADORACION EN GENESIS

Una de las características resaltantes en la adoración registrada en Génesis es la


práctica del culto individual y familiar. En una época donde el pueblo de Israel
todavía estaba en gestación, los individuos y sus familias elevaban la adoración a
Dios tribalmente. Individuos como Abel, Abraham, Noé, Jacob y sus familias se
acercaban a Dios para adorarle.
Un medio a través del cual se expresaba la adoración a Dios era a través de la
ofrenda. Esta era una dádiva ofrecida a Dios en gratitud y reconocimiento por los
favores recibidos. La ofrenda era dada de lo mejor que la persona poseía, ya que
buscaba agradar a Dios en respuesta a la provisión divina. La ofrenda iba
acompañada de una actitud genuina de gratitud y reconocimiento de la grandeza y
bondad de Dios.
Otra práctica encontrada en esta época es el uso de los altares. El altar era el
lugar donde se sacrificaba y ofrecía la ofrenda, ya sea un animal y algún producto
agrícola. El altar podía ser no más que un montón de piedras apiladas. En una
época donde no había un lugar específico donde ofrecer adoración a Dios, los
altares personales y familiares eran los lugares de culto.
Junto con la ofrenda y el altar, la postración era otra práctica de adoración. La
misma palabra adoración tiene su origen en esta idea. Las personas literalmente
se postraban en tierra ante Dios, es decir tocaban el suelo con su frente, en señal
de humillación y sometimiento. Era la expresión gráfica de la actitud que
demandaba la adoración a Dios.
Todas estas prácticas primitivas fueron evolucionando y dieron lugar, más
adelante, a formas más elaboradas de adoración. Pero desde ya, se puede ver
como las ideas de acción de gracias, sacrificio, humillación y sometimiento están
presentes y cómo se va a volver vez tras vez sobre estos mismos principios a lo
largo del peregrinaje histórico de Israel.

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