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El pulmón está constantemente expuesto a agentes patógenos que pueden llegar por las
vías aéreas, a través de la inhalación de aerosoles y gases o mediante la aspiración de
secreciones bucofaríngeas. Además, aunque con escasa frecuencia, algunas noxas
pueden alcanzar el pulmón por vía hematógena o por vía transtorácica. Los agentes
patógenos pertenecen a diversas categorías:
La exposición a estos agentes puede ocurrir de variadas formas, tales como inhalación
de partículas presentes normalmente en el aire (pólenes, esporas), exposición a
contaminación ambiental (SO2, ozono, partículas de polvo), exposición laboral (carbón,
sílice, enzimas), adicciones (tabaquismo), etc.
El aparato respiratorio está en permanente contacto con aerosoles, que para estos efectos
son las partículas sólidas o líquidas capaces de mantenerse en suspensión en el aire por
un tiempo suficiente como para ser inhaladas. Este tiempo depende del tamaño de la
partícula: aquellas mayores de 10 µ caen muy rápidamente, mientras que las más
pequeñas pueden mantenerse en suspensión casi indefinidamente, especialmente si el
aire está en movimiento. Las partículas líquidas pueden disminuir su tamaño por
evaporación, hecho que tiene importancia en las microgotas de secreciones respiratorias
que se eliminan al toser, estornudar o hablar (gotas de Pflügger), ya que ello les permite
mantenerse por mayor tiempo en suspensión.
A pesar de que las partículas de aerosol son capaces de mantenerse en
suspensión por tiempos largos, tienden a sedimentar por efecto de la gravedad, si existe
tiempo suficiente. A la inversa de la inercia, la sedimentación ocurre con mayor
facilidad cuando el aire está quieto, por lo cual este mecanismo adquiere mayor
importancia en las vías aéreas periféricas y en los alvéolos, donde la velocidad es
mínima o nula. Este mecanismo es el de mayor importancia en partículas de 0,2 a 5 µ y
explica por qué es conveniente mantenerse sin respirar durante 6-10 segundos después
de inhalar un medicamento en aerosol, ya que esta pausa aumenta el depósito del
fármaco en las vías aéreas periféricas.
Las partículas muy pequeñas se mueven al azar como consecuencia del
choque con moléculas gaseosas, lo que les transmite su movimiento browniano. Este
fenómeno sólo tiene importancia en el nivel alveolar para partículas de 0,1 µ o menos.
Los gases irritantes para las vías aéreas altas pueden provocar tos, estornudos, apnea,
etc., lo que generalmente determina que el individuo se retire del lugar contaminado.
Estudios con radioisótopos han demostrado que una gran proporción de los sujetos
normales aspira cantidades significativas de secreciones bucofaríngeas durante el sueño,
lo que permite la entrada de cantidades apreciables de microorganismos a las vías aéreas
inferiores. No obstante, el territorio subglótico permanece prácticamente estéril debido a
que los mecanismos defensivos específicos e inespecíficos son capaces de eliminar estos
gérmenes sin dificultad. En enfermedades o condiciones con alteración de conciencia
(TEC, alcohol, anestesia) o en problemas neurológicos que alteren la coordinación de la
deglución (AVE, tumores cerebrales, cirugía de base de cráneo, etc.), las cantidades
aspiradas pueden ser considerablemente mayores y sobrepasar la capacidad defensiva
normal.
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Para que los mecanismos defensivos del pulmón funcionen eficientemente es necesario
que el aire que llega a las vías aéreas inferiores y pulmón esté caliente y húmedo.
Durante la respiración tranquila, la nariz es capaz de calentar a 37°C y saturar
completamente el aire inspirado. Durante el ejercicio, en cambio, por la mayor cantidad
y alta velocidad del aire, las fosas nasales no alcanzan a cumplir este cometido, el cual
es completado por las vías aéreas más bajas. La falla de esta función puede ocurrir por
respiración bucal en diferentes trastornos nasales y en pacientes con vías aéreas
artificiales como tubos oro o nasotraqueales o traqueostomías. En ellos es importante
reemplazar la función nasal entregando un aire filtrado, calentado y humedecido.
Las partículas que llegan a las vías aéreas inferiores son procesadas por un complejo
conjunto de mecanismos formado por defensas inespecíficas y específicas, que son
altamente eficaces. Por ejemplo, si consideramos que en un sujeto normal entran al
aparato respiratorio aproximadamente 12.000 litros de aire diarios que, dependiendo del
lugar de residencia y de la exposición profesional, puede contener material sólido en
suspensión, es posible inhalar cantidades apreciables de estas sustancias a lo largo de
una vida. No obstante, la gran mayoría de este material es completamente eliminada por
los mecanismos de limpieza del pulmón y vías aéreas. A continuación analizaremos
brevemente los más importantes.
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La superficie de las vías aéreas está cubierta por secreción seromucosa que está
dispuesta en una capa líquida, en contacto con el epitelio, y una gelatinosa, superficial, a
la cual se adhieren las partículas que se depositan en las vías aéreas. Esta última capa se
mueve hacia la glotis, como una correa transportadora, por la acción de los cilios, que en
número de 200 por célula baten continua y coordinadamente, con un movimiento
propulsor rápido en el sentido del movimiento del mucus y uno de recuperación lento
hacia atrás (migura 17-1). La velocidad del mucus es mayor en la tráquea (21 mm/min) y
disminuye hacia distal. Se calcula que aproximadamente un 90% del mucus producido
es eliminado cada 24 horas. La velocidad de transporte es más lenta al aumentar la
viscosidad de las secreciones y durante el sueño.
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: el humo del tabaco, el SO2 y otros contaminantes ambientales
pueden disminuirlo.
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: bronquitis crónica, asma, etc.
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: las infecciones virales y especialmente por micoplasma y
clamidia disminuyen el transporte por lapsos prolongados.
ï? u : especialmente por el uso de vías aéreas artificiales
sin la adecuada humidificación y calentamiento del aire.
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: por fallas estructurales de los cilios (síndrome del cilio
inmóvil), que determina una mayor susceptibilidad a infecciones, lo que causa
bronquiectasias. Esta condición, asociada a dextrocardia, constituye el síndrome
de Kartagener.
ï? : existen múltiples drogas que afectan el transporte mucociliar. Lo
aumentan los beta-2 adrenérgicos, colinérgicos, cromoglicato, teofilinas. Lo
disminuyen los beta bloqueadores, algunos anticolinérgicos, la aspirina, el
alcohol, los anestésicos generales, los opiáceos y el O2 en altas concentraciones.
es una enzima que actúa inespecíficamente contra la pared de bacterias,
especialmente Gram positivas. Su acción es aumentada por anticuerpos y complemento,
que exponen la zona más profunda de la pared bacteriana al efecto de la enzima.
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es un conjunto de moléculas de glicoproteínas producidas por linfocitos,
polimorfonucleares, macrófagos y fibroblastos, que sirven como mediadores de
actividad antiviral, antitumoral e inmunoregulatoria. El principal estímulo es la infección
viral, que determina un aumento de producción de interferones, los que median en otras
células la producción de polipéptidos activos.
este conjunto de proteínas plasmáticas se activa por la vía clásica (unión
antígeno-anticuerpo) o por la vía alternativa (contacto directo con bacterias, hongos,
etc.). Sus productos pueden producir daño en las membranas celulares o mediar procesos
inflamatorios. Además, los componentes de complemento recubren microorganismos y,
actuando como opsoninas, facilitan su fagocitosis. Su falla aislada es rara.
además de su acción sobre la tensión superficial, el surfactante tiene
propiedades de opsonina, con lo que facilita la fagocitosis.
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es una glicoproteína de alto peso molecular que normalmente cubre los
receptores celulares a los cuales se adhieren bacterias, especialmente Gram negativas. Su
disminución, producida por múltiples condiciones asociadas a mal estado general,
favorece la colonización por patógenos.
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en el intersticio existen múltiples enzimas
antiproteolíticas y antioxidantes capaces de neutralizar e inactivar los mediadores y
enzimas liberados por fagocitos, limitando su acción. La falla congénita de una de estas
enzimas proteolíticas, la alfa 1 antitripsina, es causa de una forma infrecuente de
enfisema pulmonar en gente relativamente joven. Se ha propuesto que un desbalance en
la actividad proteolítica y anti-proteolítica también explicaría la EPOC por tabaco. Entre
las enzimas antioxidantes más importantes están la superoxidodismutasa y las catalasas,
que estarían implicadas en la patogenia del distrés respiratorio del adulto (capítulo 57).
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en el tracto respiratorio están representados por los polimorfonucleares y los
macrófagos alveolares. Estas células pueden fagocitar diferentes sustancias en forma
inespecífica o después de la opsonización por anticuerpos, los que facilitan
marcadamente esta actividad.
Las respuestas inmunes del aparato respiratorio reflejan las respuestas sistémicas y,
probablemente, algunas locales. Además de los ganglios linfáticos, el aparato
respiratorio posee numerosos acúmulos de linfocitos, tales como los BALT (
), que probablemente cumplen funciones inmunológicas
restringidas al pulmón. La llegada de un alergeno al aparato respiratorio produce una
respuesta inmune localizada en el sitio de depósito: nariz para partículas grandes,
bronquios para pequeñas y alvéolos para las muy pequeñas. Si la exposición antigénica
es masiva y sobrepasa los sistemas locales de defensa, se produce una reacción
sistémica.
las alteraciones aisladas de la inmunidad humoral o celular son
relativamente raras. Más frecuentes son las condiciones en que se altera un conjunto de
funciones inmunes, específicas e inespecíficas, en las cuales puede predominar alguna
de éstas. Por ejemplo, si bien en las leucemias agudas el defecto básico es un déficit de
fagocitos, las drogas utilizadas en su tratamiento pueden alterar la inmunidad celular. A
la inversa, en los linfomas de Hodgkin el trastorno básico es celular, pero su tratamiento
con drogas y la esplenectomía hace a los pacientes más susceptibles a infecciones
propias de déficit humoral.
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Clásicamente se describen 4 tipos de daño tisular por mecanismos inmunes. Si bien cada
uno de ellos se puede describir en forma más o menos precisa, es habitual que en
diferentes enfermedades se mezclen.
*o celular, en la cual hay una reacción no mediada por anticuerpos sino por
linfocitos y macrófagos sensibilizados, dirigida generalmente contra células infectadas
por microorganismos intracelulares, como micobacterias, virus, hongos y legionella, o
contra células neoplásicas. Este tipo de hipersensibilidad se observa en la tuberculosis y
enfermedades micóticas y probablemente participa en otras enfermedades pulmonares.
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