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INDEPENDENCIA PERUANA
Introducción
El control a los funcionarios del Estado es una constante en las diversas sociedades de la
historia. Se puede mencionar a la Antigua Grecia y al Imperio Romano en la ejecución
de ciertos mecanismos de fiscalización. La democracia estaba – y está- ligada al servicio
de los funcionarios públicos para la comunidad, lo cual engarza además la respectiva
rendición de cuentas1.
El juicio de residencia será una institución clave en el control de los funcionarios en las
colonias. En el Perú, esta institución se mantendrá vigente durante los primeros años
republicanos, aunque con distintos matices, dadas las nuevas características de la
sociedad peruana en el orden político y social.
1
Diferentes juristas de la época colonial explican el origen del juicio de residencia tomando como
referencia las citas bíblicas. Las explicaciones obviamente resultan ambiguas. Según Mariluz Urquijo,
para el caso español, el juicio de residencia aparece de manera clara en las Partidas (Mariluz, 1952: 8).
funcionario, se apelaba a la recepción de denuncias, presentadas por los vecinos, incluso
de los indios. Este procedimiento, nos impulsa a creer que hubo algunos elementos
democráticos que estuvieron en germen durante el régimen español colonial. Aunque
también es adecuado mencionar que en muchas ocasiones ocurrían actos ilícitos en el
mismo proceso: manipulación de testigos y testimonios, lo cual tenía como
consecuencia dejar al residenciado libre de toda inculpación (Lorandi, 2004: 29). Fuera
cierto o no el resultado del juicio, si era culpable o exento de responsabilidades, lo
cierto es que se estaba confeccionado una pedagogía de la precaución. El funcionario
público debería comportarse de manera honrada mientras ejercía sus funciones.
El proceso para ejecutar el juicio de residencia, por lo general se dividía en dos partes:
En primer lugar, se investigaba de oficio la conducta del funcionario; luego, se atendían
las demandas que interponían algunos particulares. Para facilitar la investigación, el
enjuiciado era obligado a “residir” un tiempo donde estuvo ejerciendo sus funciones.
Los datos proporcionados por la investigación al residenciado, nos revela los altibajos
de sus carreras, las tentaciones a las que pudo caer (actos de corrupción), defectos de su
gestión. Aunque, vale reconocer que también hubo casos en los cuales se revelaban las
más elogiosas virtudes del funcionario, “el juez podía en el fallo realzar las buenas
cualidades del funcionario y por eso hubo procesados que imprimieron las sentencias,
para exhibirlas como certificados de su honorabilidad y competencia” (Durand,
1953:343). El Consejo de Indias, tuvo la atribución de informar al rey, por igual los
méritos y deméritos de los funcionarios coloniales.
No sólo los vecinos, las personas distinguidas españolas podían acceder a las denuncias,
en el Archivo General de la Nación se pueden ubicar muchos casos de indígenas
presentándose para realizar las denuncias ante los funcionarios públicos. Tal es el caso
del cacique principal de los pueblos de San Pedro y Virú, quien denuncia al marqués de
Bellavista, exigiendo que se le otorguen 200 pesos por agravios2.
“(…) todos los jueces y magistrados de cualquier estado y condición que sean están
obligados a dar cuenta y razón de su administración después que cesan en sus oficios,
para que satisfagan todas las condenaciones que en el juicio de sindicato les fueren
2
AGN, Real Audiencia de Lima, Juicios de Residencia, Leg. 244, Cua. 2112, ff. 15, 1784.
3
Para detalles de procesos y sentencias se puede consultar la obra de Mendiburu, el Diccionario
Histórico-Biográfico del Perú.
4
AGN, Real Audiencia, Juicios de Residencia, Leg. 40, Cua. 144, f.1., 1821.
hechas, por los agravios y daños que con su mal comportamiento infirieran a sus
súbditos.”5
Se puede agregar que el documento trae a colación citas bíblicas para dar peso a los
argumentos. Lo importante de resaltar en este expediente es el tiempo en el cual efectúa
la denuncia, una época de convulsión política social, donde el declive del virreinato
como sistema político no es impedimento para exigir el resarcimiento de los perjuicios
provocados por un funcionario público.
Es evidente que para la configuración de una nación democrática se tuvo que tomar en
cuenta instrumentos de control a los funcionarios. En ese sentido, se utilizaron
instituciones españolas para poder establecer un nuevo orden jurídico, político y social.
El juicio de Residencia aparece como una medida de control a los nuevos funcionarios
estatales.
2.1.- Legislación
El dominio español sufre una seria caía entre los años de 1820 y 1821. Los españoles se
verán obligados a abandonar Lima, ya que los patriotas estaban controlando la mayor
parte de la costa. El 28 de julio de 1821, se proclama simbólicamente la independencia
política del Perú. Sin embargo, el Perú no será independiente, en el aspecto político
5
Id, id, id, id, id, f.1.v.
6
Las guerras de independencia, proporcionaron el escenario adecuado para el surgimiento del
caudillismo, esto entendido como un “sistema político, que es usualmente definido como un sistema
basado en la voluntad del líder, quien accede al poder usando la fuerza” (Aljovín, 2000: 39).
claro está, hasta diciembre de 1824. La batalla de Ayacucho será el evento que marcará
la expulsión de las tropas realistas del Perú (Anna, 2003: 217).
Para Don José de San Martín es inminente el triunfo patriota, lo cual conlleva a
reflexionar cómo mantener el control del territorio ganado y organizarlo. Para eludir un
vacío administrativo, jurídico e institucional, se hace urgente y necesario una normativa,
es así que en Huaura, el 12 de febrero de 1821, establece un Reglamento Provisional.
“1. Todo funcionario público está sujeto a residencia; y el juez que la tomare, a
responsabilidad efectiva por acción popular.
2. Los que actualmente gobiernan las provincias, y de cuya conducta reclamaren los
habitantes de ellas, serán pesquisados conforme las leyes; quedando sujeto el
pesquisador a la responsabilidad que indica el artículo 1º.
3. Los gobernantes que resultaren criminales, se declaran desde luego inhábiles para
éstos y otros destinos” (CDIP, 1975: 65-66).
Como se puede apreciar, aún está presenta la voluntad de fiscalizar y controlar a los
representantes del Estado, pero esto se verá seriamente amenazado por la inestabilidad
reinante. Ya no existe aquí la figura del rey que controla, sino la del pueblo que
fiscaliza. Pero, esto es ambiguo, hay un vacío de poder que por la violencia y el no
reconocimiento de las normas quiebran los pactos progresivamente establecidos.
En 1822 se instaló el Congreso, este tuvo como objetivo establecer una constitución y la
forma de gobierno que el Perú tendría. Al año siguiente se formó una junta de gobierno,
integrado por José de La Mar, Felipe Antonio Alvarado y Manuel Salazar Baquíjano.
Terminando el breve periodo de gobierno de la junta, los tres miembros se reincorporan
al congreso. Pero ellos mismos solicitan el 27 de febrero de 1823 al Congreso que se les
tome un juicio de residencia. Aquí se emplea a la institución como un mecanismo de
representación de honor, que hasta toma ciertas características demagógicas. Los
miembros de la Junta de Gobierno exponen que: “(…) tanto su honor como el decoro de
la Soberanía Nacional, exigen la más estricta observancia de aquel indispensable
requisito” (Congreso Constituyente, 1895: 87). Es decir, tratan de dar un ejemplo a los
demás funcionarios y consolidar la legitimidad de las funciones ejercidas, estas con
probidad. Más adelante mencionan que:
La comisión de justicia del Congreso, ante tal incertidumbre, resuelve que los gastos
deben costearse por el erario de la República. Aquí, para el pago del escribano se trae a
colación la legislatura española:
“En cuanto a los derechos del escribano, se advierte que en las leyes de Castilla, 23
tít. IV, lib. 2º, y 20 tít. VII lib 4º está proveído que en las demandas públicas paguen
las partes respectivas costas, y en la pesquisa secreta no llevan derechos al
residenciado; pero para los salarios, gastos y escribiente se saque los necesarios de
gastos de justicia, o no los habiendo de penas de cámara” (Congreso Constituyente,
1895: 90)
Sin embargo, siendo un caso especial ya que se está inaugurando un nuevo periodo
político, no se sigue al pie de la letra estas disposiciones. Se ven en la necesidad que el
dinero salga del erario público, específicamente, de los beneficios que resultaron de los
fondos secuestrados, estos es, de los bienes incautados a los españoles que optaron por
la migración forzosa o se pasaron al bando realista:
“Con arreglo, pues, á estas leyes, y lo que enseñan los prácticos, y con respecto á lo
singular y decoroso de esta residencia, opina la comisión, que en defecto de gastos de
justicia y penas de cámara, de los fondos secuestrados en el juzgado de secuestros se
libre la cantidad competente para la residencia secreta, la cantidad que regulare á
juicio prudente del Congreso, y por los respectivo á demandare se observe lo
prevenido en las leyes citadas” (Congreso Constituyente, 1895: 90).
Finalmente, los únicos departamentos fueron Trujillo y Lima que respondieron a los
pedidos de si eran responsables de algún agravio o perjuicio los miembros de la junta de
gobierno. Se venció el plazo para presentar las quejas, y los departamentos no
remitieron documentos. Entonces el Congreso luego de recabar la información, decretó
lo siguiente:
“Quedan absueltos los individuos que compusieron la Junta Gubernativa del juicio y
libres de todo cargo y responsabilidad, quedando satisfecho el Congreso de su
laudable conducta y celo en el desempeño de sus deberes; y que en su virtud deben
restituirse a su seno, conforme a lo resuelto en el decreto de su creación” (Congreso
Constituyente, 1895: 91).
Los cambios expuestos en la naturaleza del juicio de residencia son notorias, en tiempos
coloniales tiene ciertos elementos democráticos, al momento de aceptar las quejas o
denuncias de todos. Luego se convierte en arma política y demagógica. Una de las
conclusiones que se evidencian será que el vacío de poder, permite el surgimiento de
grupos autoritarios que no respetan las medidas de fiscalización. Las constantes pugnas,
permiten no pactar decisiones para el bien de la sociedad civil. Todo ello trae como
consecuencia la desnaturalización de la política. La política rebasa los linderos del voto,
está ligada al bien común y al respeto del erario colectivo. Toda esta cuestión es urgente
de desarrollar.
FUENTES DOCUMENTALES
FUENTE ÉDITA
CONGRESO CONSTITUYENTE. (1895). Anales parlamentarios del Perú. Lima:
Imprenta del Estado.
BIBLIOGRAFÍA
MARILUZ, José. (1952). Ensayo sobre los juicios de residencia indianos. Sevilla:
Escuela de Estudios Hispano-Americanos de Sevilla.