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La emancipación fragmentaria
Caso Venezuela.
Índice.
A MANERA DE CONCLUSIÓN…………………………….……….…………………84
BIBLIOGRAFÍA…………………………………..……………………….…………..…85
La recaptura de un proceso……………………………………………………90
I. ¿Qué es eso que llaman “proceso”?.................................................................90
II. La cuestión de la democracia a la luz de las nuevas culturas
políticas…………………………………………………………………..…….95
III. Acerca del sujeto histórico y las nuevas fuerza motrices…………….……..99
IV. Sobre la organización revolucionaria………………………………………104
V. Algunos elementos sobre el Poder Popular local…………………..……....106
VI. De lo que se dice sobre el socialismo……………………………...………...111
A modo de introducción.
El énfasis fue puesto en sus posiciones ante las potencias extranjeras, unido a la
visión latinoamericana. Se buscó siempre la perspectiva, el arqueo, de algunas
proposiciones que pudieran servir para reflexionar sobre estos tópicos y apreciar sus
enseñanzas. Se estimó que si se lograba unir o sistematizar estos trozos dispersos del
proceder en una época, podrían aportarse algunos elementos de lo que ha significado la idea
hispanoamericanista. Proceso que orgánicamente se extiende hasta nuestros días y sigue
abierto a la discusión.
Un cuadro global de las condiciones económico sociales de finales del siglo XVIII y
comienzos del XIX estuvo caracterizado por los efectos del crecimiento capitalista con
ciertas contradicciones con el antiguo orden colonial. El ritmo aceleradamente expansivo
del capital pugnaba por una nueva división internacional a favor de los países más
avanzados. La menor composición orgánica del capital en los territorios americanos atraía
sobre todo a la economía inglesa, la cual desarrolló progresivamente su influencia en
desmedro del antiguo imperio colonial español. La revolución industrial se expresó en una
nueva división mundial en la cual los países adelantados en las etapas del capitalismo se
nutrían y financiaban su desarrollo a expensas de la periferia en formación. La crisis de la
sociedad colonial fue la expresión de esta variación estructural global, la cual venía
madurando siglos atrás. El capitalismo de libre concurrencia y su carácter librecambista
predominaba en la dinámica europea y alargaba sus raíces a las colonias americanas.
Según Manuel Pérez Vila, de acuerdo a listas redactadas entre 1825 y 1828, puede
deducirse que los hábitos de lectura de Bolívar, en una fase de desarrollo como individuo,
expresa los intereses de una clase. Tenía una marcada inclinación hacia la historia
napoleónica, biografías de eminentes tratadistas del siglo XVIII y obras de filósofos
franceses. Pérez Vila dice que en los inventarios hechos en 1803 se incluían obras de los
mercantilistas españoles como Ustariz y Campomanes, así como La riqueza de las
naciones de Adam Smith2.
Aunque no puede afirmarse que Bolívar leyera esos libros, por la claridad y
agudeza de sus convicciones, cabe suponer que algunos le fueron familiares. Aunado a ello,
sus viajes y estudios en Europa le permitieron un contacto directo con intelectuales e
ideólogos de las corrientes francesa de la época; también en su práctica político militar supo
aglutinar elementos avanzados de diferentes campos y disciplinas. “El gran hombre –dice
Plejanov- lo es no porque sus particularidades individuales imprimen una fisonomía
individual a los grandes acontecimientos históricos, sino porque está dotado de
particularidades que hacen al individuo más capaz de servir a las grandes necesidades de su
3
época, sumergidas bajo la influencia de causas generales y particulares”.
No hay dos congresos. ¿Cómo fomentarán el cisma los que no conocen la necesidad de la
unión? Lo que queremos es que esa unión sea efectiva y para animarnos a la gloriosa empresa
de nuestra libertad (...) Se discute en el Congreso Nacional lo que debiera estar definido. ¿Y qué
dicen? Que debemos comenzar por una federación, como si todos no estuviésemos
confederados contra la tiranía extranjera. Que debemos atender a los resultados de la política de
España. ¿Qué nos importa que España venda a Bonaparte sus esclavos o que los conserve, si
estamos resueltos a ser libres? (...) Pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad
5
sudamericana: vacilar es perdernos”
Ante esta indiferencia exhorta a los granadinos para la lucha y reta a los
venezolanos a incorporarse a la guerra de liberación: “Esperad patriotas al noble y virtuoso
pueblo granadino que volverá a recoger nuevos trofeos, a prestaros nuevos auxilios y
traeros de nuevo la libertad si antes vuestro valor no la adquiere.” 6
5
Bolívar, Simón. Obras completas, “Discurso pronunciado en la Sociedad Patriótica de Caracas, el 4 de julio
de 1811”, p. 535
6
Bolívar, Simón. Siete documentos esenciales, “Manifiesto de Carúpano”, Caracas, edic. de la Presidencia de
la República, 1973 p. 36
10
En un nuevo ingreso a Venezuela en 1817 trae reflexiones claras sobre los fracasos
independentistas: había que ampliar el marco social de la lucha. Los hombres quieren que
les sirvan al gusto de todos y el modo de agradarlos es convidándolos a participar.
La lucha guerrillera había sido una escuela de templanzas. Las grandes masas del
pueblo venezolano nutrían las filas de los combatientes. La nueva oficialidad provenía de
cunas muy humildes. El color de la piel no impedía el ascenso a las más altas jerarquías
militares.
La vinculación real con las masas la habían logrado otros, sin embargo, había que
buscar la unidad de todos los sectores involucrados y edificar un solo mando. Bolívar con
su gran don de político supo ganarse a estos caudillos mediante proclamas, decretos y
órdenes militares que encabezaba con los títulos de sus acciones exitosas en el pasado. Así
logra ubicarse como Jefe Supremo de la República de Venezuela y Capitán General de los
Ejércitos de Venezuela y Nueva Granada.
7
Bolívar, Simón. Siete documentos esenciales, Caracas, edic. de la Presidencia de la República,
1973 p. 38
8
Idem.
9
Ibídem. p. 39
10
Ibidem. , p. 40
11
Los pueblos originarios fueron parte de esa nacionalidad; corregir las injusticias que
por siglos impusieron los invasores sobre ellos fue parte de su utopía. En un decreto de
1820 ordena, en defensa de los indígenas de Cundinamarca: “Se devolverá a los naturales,
como propietarios legítimos, todas las tierras que formaban los resguardos según sus
títulos, cualquiera que sea el que aleguen para poseerlas los actuales tenedores”. Reconoce
que la diversidad étnica de América no puede traducirse en privilegios de casta y
discriminación social. Los descendientes de indígenas, africanos y europeos siendo
diferentes formaban parte de una única y nueva nación, que ahora buscaba una mayor
libertad, garantías sociales e igualdad ante la ley
Otro de sus fundamentos fue la soberanía nacional. Ella afirma la libertad del pueblo
frente a toda tiranía interna o externa, a la vez, la emancipación se podría especificar por
dos tesis capitales: nacionalidad afirmada como rechazo al vasallaje y algunos
acercamientos a la justicia social que por las limitaciones de la época se tradujo en dos
proposiciones: la libertad de los esclavos y su exigencia de crear el buen ciudadano11.
La soberanía y la dignidad del pueblo como única autoridad legítima de las naciones
es tratada en diferentes documentos. En defensa de ese ideal escribió en una de sus cartas:
“Lo mismo es para Venezuela combatir contra España que contra el mundo entero, si todo
el mundo la ofende”12. Aún en los momentos de su vida en donde la alternativa que
manejaba era la dictadura siempre apeló a la voluntad popular, aunque ésta conllevara la
división de varias repúblicas: “La dictadura con su omnipotencia fundirá todos los partidos,
y los hará entrar en el silencio, después se debe consultar la voluntad nacional para saber
qué quiere: luego es preciso hacer lo que ordene el soberano, y si el soberano divide sus
opiniones, que las divida; y si quiere hacer tres o cuatro repúblicas, que las haga” 13. Esta
consulta a la “voluntad nacional” o al “soberano” que se proclamaba no era absoluta, pues
en ella también obraba la dirección que la élite dirigente imprimía a sus necesidades de
clase y sus ideas relativas a la propiedad, el honor y a la vida política de los ciudadanos,
sobre todo las limitaciones que estipulaba para ser elector14.
11
Nota. El concepto de justicia social, tal como lo conocemos hoy, no se había formado para la época,
comenzó a utilizarse a fines del siglo XIX
12
Bolívar, O. C. Tom. I, p. 355
13
Bolívar, O. C. “Carta a Santander” 14/10/1826, doc.1203, p. 486
14
Ver Carta a Santander 31/12/1822, Obras Completas, t. I, doc. 616, p. 711
12
Bolívar luchó por transferir el poder de los privilegiados a todos los ciudadanos
activos de la nación. Para él no debía existir una autoridad superior a las leyes que el propio
pueblo libremente se dicte a sí mismo. “La aclamación libre de los ciudadanos es la única
fuente de legitimidad de todo poder humano”, afirmó Bolívar. En 1826 escribió: “Yo no
conozco más partido de salud, que el de devolver al pueblo su soberanía primitiva para que
rehaga su pacto social. No entiendo qué delito se cometa en ocurrir a la fuente de las leyes
para que remedie un mal que es del pueblo y que sólo el pueblo conoce15. Si el pueblo
soberano formado por seres libres e iguales es la fuente del poder, la forma del gobierno no
puede ser otra que la república. No es el gobierno de un hombre o una clase, es el gobierno
de todos los ciudadanos. Así Bolívar proponía un gobierno republicano cuyas bases debían
ser la soberanía del pueblo, la división de poderes, la libertad civil, la proscripción de la
esclavitud, la abolición de la monarquía y de los privilegios.
Yo creo que se puede salvar a América con estos cuatro elementos: primero, un grande
ejército para imponer y defendernos; segundo, política europea para quitar los primeros
golpes; tercero con la Inglaterra y cuarto con los Estados Unidos. Pero todo muy bien
manejado y muy bien combinado, porque sin buena dirección, no hay elemento bueno.
Además insto el Congreso del Istmo de todos los estados americanos, que es el quinto
elemento”16
Incluso, ante la injerencia de otros países encabezados por la Santa Alianza, llegó
a manejar la concepción de “guerra universal” dentro de un carácter popular y
prolongado. En carta a Sucre el 20/01/182517 le confiesa su preocupación por la Santa
Alianza quien apoyándose en Brasil buscaba destruir la revolución. Tres días después le
escribe a Santander: “Yo sé que al Brasil han llegado 2000 alemanes y 6000 rusos para
sostener el partido monárquico”18 . A dos meses de estas comunicaciones lanza las
siguientes orientaciones: “preparamos para sostener la contienda más ardua y más
grande de cuantas han ocupado y afligido a los hombres hasta ahora. Esta debe una
guerra universal. (…..) Prepararnos para una lucha muy prolongada, y muy ardua muy
importante”19.
Debemos, pues, en este caso, prepararnos para una larga contienda con la mayor parte de
la Europa. Creo que lo primero que debemos ejecutar, si la Santa Alianza se mezcla en
nuestros negocios, es que el Perú y Buenos Aires ocupen inmediatamente el Brasil;
Chile a Chiloé; Colombia, Guatemala y Méjico debe ocuparse de su propia defensa, y
15
Bolívar, O. C. Carta a Santander 14/10/1826, doc.1203, p. 486
16
Bolívar. O. C. Carta a Santander 11/3/25 doc. 859, p. 102
17
Bolívar, O. C. Carta a Sucre, doc. 839 p. 75
18
Bolivar, O. C. Carta a Santander, doc. 840 p. 77
19
Bolívar, O. C. Carta a Santander 11/3/1825, doc. 859, p. 104
13
toda la América formar una sola causa atendiendo todos a la vez a los puntos atacadas o
amenazados20
Años más tarde vuelve a producirse otra manifestación internacionalista cuando los
llaneros venezolanos se unen en Casanare con las tropas de Santander, pasan los Andes y el
7 de agosto de 1819 dan la victoriosa batalla de Boyacá, forjando la independencia de
Nueva Granada. Luego de desafiar serios problemas regionalistas en el Congreso de
Angostura proclama la unión de Venezuela y Colombia dejando como vicepresidente a un
neo-granadino: Don Francisco Antonio Zea quien preside los destinos de Venezuela al
continuar Bolívar su campaña.
Luego de Boyacá viene a Carabobo, y dos años más tarde inicia la Campaña del Sur
que lleva la independencia al Ecuador y al Alto y Bajo Perú. Para él, la dominación colonial
no podía ser derrotada en un sólo país: La Campaña del Sur la integran llaneros
20
Bolívar, O. C. Carta Santander. 30/5/25 , doc. 890, p. 144
21
Bolívar, O. C. Carta a Santander 23/02/1825, doc. 849. p. 91
14
En la marcha libertaria por los Andes peruanos, el general inglés Miller, se refiere a las
tropas que el Libertador dirigía:
Como parte de esa estrategia buscó apoyo en otra potencia: Inglaterra, era parte de
esa política de alianzas. Estaba consciente del riesgo de cambiar un “patrón” por otro, pero
en la coyuntura histórica esta alianza permitía “existir”, neutralizar en cierta medida a la
Santa Alianza y a la pujante potencia del norte.
El carácter de lucha continental del ideal bolivariano está planteado con nitidez en la
Carta de Jamaica. Veía desde 1815 por la historia de México, monarcas derrumbados por
conmociones populares, y después mandones fuertes y vitalicios. En este documento da su
visión de lo que serán las naciones que conforman América, precisando que se crearán 17
naciones con repúblicas en vez de monarquías y gobernadas por diversos modelos políticos.
En los primeros tratados de amistad que negocia con México, Perú, Chile, y Buenos
Aires, la Gran Colombia propone la formación de una liga mucho más estrecha que las que
forman en Europa contra las libertades de los pueblos. Se trataba de crear una sociedad de
22
Pividal, Francisco. Bolívar, en vivo y directo, Caracas, Venezuela, Edic. del Fondo Editorial “Carlos
Aponte” 1986, p. 34
23
Ibídem, p. 35
24
Mijares, Augusto, El Libertador, citando a Memorias del general Guillermo Miller, Madrid, 1910, tomo
II, p. 130
15
naciones hermanas, unidas fuerte y poderosamente contra las agresiones del poder
extranjero. La obra maestra de este internacionalismo sería el Congreso de Panamá.
En este mismo año, Bolívar argumentaba que se debían mancomunar todos los
patriotas, y por encima de ellos, la unidad de Venezuela y Nueva Granada. Efectivamente,
en 1813 habla de la necesidad de una confederación de naciones, única manera de no ser
derrotados por el colonialismo español. En relación a la unión de Venezuela y Nueva
Granada, escribe en Angostura el 20/12/1819, varios elementos que vale la pena citar en
extenso:
Poder, prosperidad, grandeza, estabilidad serán el resultado de esta feliz unión. (...) En diez
años de lucha y de trabajos indecibles; en diez años de sufrimientos que casi exceden a las
fuerzas humanas, hemos experimentado la indiferencia en toda la Europa y aun nuestros
hermanos del Norte, han permanecido tranquilos espectadores de nuestro exterminio. Entre
otras causas, puede asignarse como la primera, la multiplicidad de soberanías establecidas
hasta hoy. (...) La república de Colombia presenta cuantos medios y recursos son necesarios
para sostener el rango y la dignidad a que ha sido elevada, e inspira a los extranjeros la
confianza y la seguridad de que es capaz de sostenerlos. De aquí nacen la facilidad de
obtener aliados y de procurarse los auxilios que le faltan para consolidar su independencia.
Esta es también una de las poderosas razones que ha considerado el Congreso para la
reunión de las dos naciones, los dobles medios y por consiguiente el doble crédito que va a
resultarnos25.
25
Bolívar, O. C. Tom I , p. 407
26
Bolívar, Simón. Siete documentos esenciales, p. 61
16
Esta idea siempre estará presente en Bolívar, pero hay que tener el cuidado de
delimitar claramente el concepto de América en él; pues en situaciones particulares refirió a
ella no sólo con un criterio geográfico, sino también político; se refería singularmente a los
pueblos colonizados por España. Desde 1813, usa Bolívar una serie de sinónimos: América,
América Meridional, América del Sur y otros. Es muy preciso en un informe del 31 de
diciembre de 1813, al propugnar una alianza para la lucha:
Si en estos siglos de ignominia, en que un continente más poblado y más rico que la
España, fue la victima de las miras pérfidas del gabinete de Madrid; si este pudo desde
dos mil leguas de distancia, sin enormes fuerzas, mantener la América, desde Nuevo
México hasta Magallanes bajo su duro despotismo. ¿Por qué entre la Nueva Granada y
Venezuela no podrá hacerse una sólida reunión?27
27
Acosta Saignes. Miguel. Acción y utopía del hombre de las dificultades, Cuba, edit. Casa de las Américas,
1977, p.376
28
Bolívar, O. C., t. III, p. 614
29
Bolívar, O. C. doc. 555, t. III, p. 619
30
Bolívar, O. C. doc. 816, t. II, p. 54
17
Propone para la posteridad que: “Nuestras repúblicas se ligarán de tal modo, que no
parezcan en calidad de naciones sino de hermanas, unidas por todos los vehículos que nos
han estrechado en siglos pasados, con la diferencia de que entonces obedecían a una sola
tiranía y ahora vamos a abrazar una misma libertad con leyes diferentes y aun gobiernos
diversos; pues cada pueblo será libre a su modo y disfrutará de su soberanía, según la
voluntad de su conciencia”. Unidad en la diversidad, unidad para ser libres de decidir
opciones y modelos, pues el inicio de toda independencia comienza con la emancipación
del pensamiento.
Nosotros que apenas conservamos los vestigios de lo que en otro tiempo fue, y que por
otra parte no somos indios ni europeos sino una especie media entre los legítimos
propietarios del país y los usurpadores españoles.(...) Americanos por nacimiento y
nuestros derechos los de Europa, tenemos que disputar éstos a los del país y mantenernos
en él contra la invasión de los invasores; así, nuestro caso es el más extraordinario y
complicado”.32
En la misma carta afirma: “Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Nuevo
Mundo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya
que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería, por consiguiente,
tener un solo gobierno que confederase los diferentes Estados que hayan de formarse”.
31
Bolívar, O. C. Carta a Santander 6/01/25, doc. 832 , t. II, p. 70
32
Bolívar, Simón. Siete documentos esenciales, Caracas, edic. de la Presidencia de la República,1973, p. 47
18
Ligados mutuamente entre sí todas las repúblicas que combaten contra España por el
pacto implícito y ha virtud de la identidad de causa, principios e intereses, parece que
nuestra conducta debe ser uniforme y una misma. Nada puede pretender una contra la
otra que no sea perjudicial a ambas, y por el sentido contrario, cuando se erija a favor de
ésta, debe entenderse respeto de aquella. Debemos estrechar nuestras relaciones, no
como entre pueblos distintos, sino entre dos hermanos que mutuamente se sostienen,
protegen y defienden33.
Al General San Martín le dice el mismo año: “Mi primer pensamiento en el Campo
de Carabobo, cuando vi a mi patria libre, fue vuestra excelencia, el Perú y su ejército
libertador”.34
A partir de 1822 comienza a realizar Pactos de Unión. Liga y confederación que firma
Colombia con Perú, Chile, México, Centroamérica. Son pactos preparatorios donde las partes se
comprometen a confederarse entre sí y a interponer sus buenos oficios para lograr que lo hagan los
demás Estados de América, antes española.
El general Alvear, que según todas las noticias es el militar de más crédito, y que realmente
tiene mérito, se vuelve inmediatamente para Buenos Aires con grandes miras; él desea ponerse
de acuerdo conmigo en todo, y por todo: ha llegado a proponerme (como pensamiento secreto)
la reunión de la República Argentina y Boliviana, llevando toda ella mi nombre; él no abandona
este proyecto por nada, y menos aun de llamarme a fijar los destinos de Río de la Plata; él dice
que sin mí su patria vacilará largo tiempo, y que, exceptuando cuatro individuos del gobierno,
todo el mundo me desea como un ángel de protección. Chile y Buenos Aires están en un caso
igual y ambos me desean ardientemente”.36
Luego le confesará: “La liga de esta república con la Argentina la quisiera yo extensiva
a toda la América española, conforme al proyecto general de federación”. Entre 1824 –
1825 se desplegaron los preparativos para organizar una expedición liberadora a Cuba y
Puerto Rico. En relación con ello Bolívar determinó renovar la flotilla militar con base en
Cartagena la cual proyectaba utilizar para prevenir posibles acciones de España y escoltar
dicha expedición. Tras la victoria de Ayacucho, en carta al general Soublette del 9 de abril
33
Bolívar, Simón Obras Completas, p. 533
34
Op cit. P. 583
35
Bolívar, O. C. doc. 953, p. 229
36
Bolívar, O. C. Carta al señor General Carlos de Arvear 5/12/1825, doc. 1006, p. 283
19
de 1825, manifestó su disposición de enviar un ejército de siete mil hombres para participar
en la liberación de Cuba. Con ese mismo propósito el 28/02/1827, en una coyuntura
favorable para la liberación, le plantea al gran Mariscal Don Andrés de Santa Cruz, la
independencia de Cuba:
37
Bolívar, O. C. T. II , p. 567
38
Op cit, p. 533
39
Bolívar, O. C. t. II, p. 41
40
Bolívar, O. C. t. II, p. 229
20
Si me hubiese quedado un solo rayo de esperanza de que la América pudiese triunfar por si
sola, ninguno habría ambicionado más que yo el honor de servir a mi país, sin degradarlo a
la humillación de solicitar una protección extraña. Esta es la causa de mi separación de la
costa firme. Vengo a procurar auxilios: iré en su busca a esa soberbia capital; si fuese preciso
marcharé hasta el polo; y si todos son insensibles a la voz de la humanidad, habré llenado mi
41
deber aunque inútilmente y volveré a morir combatiendo en mi patria” .
41
Bolívar, O. C. t. I, doc. 117, p. 138
42
Bolívar, O. C. doc. 844, p. 81
21
Fue tan cruel la actitud tomada en la guerra por los españoles, que Bolívar tuvo que
decretar “Guerra a Muerte”, contra todo enemigo de la liberación de estas naciones. Para
mayo de 1813 se produce el Decreto que entre otros elementos acusa a España de “haber
violado los derechos de gentes y de las naciones, infringiendo las capitulaciones y los
tratados más solemnes”. Finaliza diciendo que su comisión “...no tiene otro objeto que
amparar al americano y exterminar al español; destruir al gobierno intruso y reponer al
legítimo; y en fin, dar la libertad a la república de Venezuela”43.
El español feroz, vomitando sobre las costas de Colombia, para convertir la porción más
bella de la naturaleza en un vasto y odioso imperio de crueldad y rapiña (…) Señaló su
entrada en el nuevo mundo, era la muerte y la desolación: hizo desaparecer de la tierra su
casta primitiva; y cuando su saña rabiosa no halló mas seres que destruir, se volvió contra sus
propios hijos que tenia en el suelo que había usurpado44.
Efectivamente, Monteverde fue el que puso en práctica toda esta crueldad. El régimen
sanguinario a que sometió la colonia enloqueció, literalmente, a los patriotas, les inspiró
exceso por exceso, y les condujo a emplear tanta crueldad como mansedumbre habían
tenido hasta entonces. Esto a nivel interno, externamente lo lucha era más amplia, pues
España estaba apoyada en la Santa Alianza para continuar la lucha.
43
Bolívar, O. C. t. III, p. 554
44
Bolívar, O. C. t. I, doc. 51, p. 63
22
actuara como intermediaria para construir una paz por la cual se pudiera conservar el
sistema colonial. Como respuesta a ello, Bolívar, jefe supremo de la República, dice:
“Considerando que cuando el gobierno español solicita la mediación de las altas potencias
para restablecer su autoridad, a título de reconciliación sobre los pueblos libres e
independientes de América conviene declarar a la faz del mundo los sentimientos y
decisión de Venezuela por derecho divino y humano está emancipada de la nación
española, y constituida en un estado independiente, libre y soberano”.45
Así queda fijada la posición de Bolívar ante España y la Santa Alianza: Liberación
absoluta del yugo colonial español. En 1824, Bolívar a través innumerables acciones ha
independizado a parte de Latinoamérica. Pero continúa interponiéndose la retrógrada Santa
Alianza; al terminar la guerra fue la constante amenaza para los proyectos, de
reconstrucción y unificación.
... que ambos gobiernos se pusieron de acuerdo y manifestaron a la Europa que se oponían a
la política de la alianza y a los planes formados contra los países del continente Americano.
Así se esperaba que España abandonaría la idea de reconquistar las colonias; que el
reconocimiento de estos estados independientes era ya hecho sancionado por el tiempo y las
circunstancias: que las dos potencias sin embargo, no pondrían obstáculos a cualquier arreglo
amistoso entre aquellas colonias y España y, que si bien no pretendían para sí territorios de
dichas colonias, no verían con indiferencia que pasara ninguna de ellas a poder de otra
nación”47.
45
Bolívar citado por Acosta Saignes, Op cit, p. 268
46
Ampliar visión de las relaciones con la Gran Bretaña en Biord Harold, Vida pública de Don Pedro Gual, p.
410
47
Martínez, p. 69-70
23
Inglaterra también tenía una política hacia América, la cual empezó a consolidarse en
1810, al conferenciar Bolívar y Méndez con Wellesley. Como resultado de este
acercamiento los ingleses afinaron su rumbo hacia la cristalización y estabilización del
comercio Hispanoamericano. Por esta presencia la idea de conquistar o, de instigar la
independencia colonial con la intervención armada se fue debilitando. Lo que buscaban
asegurarse era que América no cayera en manos de Francia o de EEUU.
“La política inglesa” a la que se refería Bolívar, es el que Castlereagh, firmó un tratado
en Alianza con España en 1814 (julio), donde se comprometía a no prestar apoyo ni ayuda
a los insurgentes. Claro está que esto formaba parte de la doble política de Inglaterra pues,
con ello quedaba bien parado ante la Santa Alianza, y a su vez, establecía un comercio con
las colonias, en forma de contrabando.
48
Bolívar, O. C. Carta a Santander 10/07/1825, doc. 907, p 169.
49
Bolívar, O. C. Carta Wellesley, doc. 117, 27/5 /1815, p. 137
24
La Inglaterra, casi exclusivamente verá fluir en su país las prosperidades del hemisferio
que, casi exclusivamente debe contarla por su bienhechora50.
Con respecto a Europa diré V.S.H que tengo gacetas de Jamaica hasta el 5 de marzo. En
ellas están insertas muchas columnas del “Correo de Londres” que de un modo positivo
aseguran: primero, que la España no tiene medios propios, ni créditos actualmente con que
equipar un solo buque de guerra; así es que en Inglaterra, se ven estos proyectos de expediciones
de España como empresas quijotescas; segundo, que la Francia y el Austria, preguntadas
oficialmente por Inglaterra cuál sería su conducta política con respecto a la España y sus antigua
50
Bolívar, O. C. Carta a Sir Ricardo Wellesley, 27/05/1815, doc. 117, p. 137
51
Kauffmann, Willian. La política británica y la independencia de América Latina 1804-1828, edic. UCV,
1963, p 144
52
Los propósitos de Canning son considerados en Temperly, Canning, pág. 127. Para todo el proyecto inglés
véase Zubieta, Apuntaciones, pág. 428, n. 1, nota de Bierck, Harold, p. 435
25
colonias, ha contestado la primera que no tomará en esta cuestión la menor parte ni intervención,
y el Austria que sólo mediará por vías pacificas; tercero, la Inglaterra esta bien decidida a
reconocer la independencia de las republicas de Sur América, y mirar como acto hostil contra ella
cualquiera intervención de alguna potencia europea en los negocios de la América; cuarto, que
los Estados Unidos del Norte han declarado solamente que verán como acto hostil contra ellos,
cualquiera medida que tomen las potencias del continente contra la América y en favor de la
53
España .
Pero lo más importante es que esta reacción de Bolívar, era el carácter táctico; aún
cuando tenía presente el peligro que representaba esta Alianza, escribía a Santander: “Esta
alianza no tiene mas que un inconveniente y es el de los compromisos en que nos puede
meter la política inglesa, pero este inconveniente es eventual y quizás remoto… yo le
pongo a este inconveniente esta reflexión: la existencia es el primer bien; y el segundo es el
modo de existir: si nos ligamos perderemos infaliblemente. Luego es preferible el primer
caso”55.
Bolívar, que preveía una existencia de nación independiente, continúa en la misma carta
diciendo: “mientras tanto crecemos, nos fortificamos y seremos verdaderas naciones para
cuando podamos tener compromisos nocivos con nuestra aliada”, pues ya las alianzas y
fortaleza nuestra nos permitiría triunfar en este enfrentamiento, aún cuando sufren nuestras
naciones por la superioridad de Inglaterra. “este sufrimiento mismo será una prueba de que
existimos”.
Para Bolívar, la alianza con la Gran Bretaña les daría gran respetabilidad. Bajo su
sombra se podría crecer, instruirse y fortalecerse para presentarse entre las naciones en el
53
Bolívar, O. C. doc. 774, p. 958
54
Blanco Fombona, R. El espíritu de Bolívar, Caracas, Impresos Unidos, 1943, p. 211
55
Bolívar, O. C. 28/06/1825, doc. 900, p. 160
26
grado de civilización y de poder, que son necesarios a un gran pueblo. Pero también
acotaba: “Estas ventajas no disipan los temores de que esa poderosa nación sea en lo futuro
soberana de los consejos y decisiones de la asamblea: que su voz sea la más penetrante, y
que su voluntad y sus intereses sean el alma de la confederación, que no se atreverá a
disgustarla por no buscar echarse encima un enemigo irresistible. Este es, en mi concepto,
el mayor peligro que hay en mezclar a una nación tan fuerte con otras tan débiles"
Formado, "una vez el pacto con el fuerte, -dice- ya es eterna la obligación del débil. Todo
bien considerado, tendremos tutores en la juventud, amos en la madurez y en la vejez
seremos libertos”. (I-792)
Inglaterra movía muy bien sus cartas para edificar la nueva dependencia. Veamos
algunos casos: “la misión inglesa exige para reconocernos que sacrifiquemos algunos de
nuestros principios políticos –le dice Bolívar a Santander- El negocio es gravísimo. Si
sacrificamos nuestros principios políticos, adiós popularidad de los que hagan el sacrificio;
si no los sacrificamos, la Inglaterra nos disuelve como el humo, pues yo repito que su
omnipotencia es absoluta”56
En carta a Don José Larrea y Loredo, Bolívar detalla las recompensas que recibirá
Inglaterra por las deudas contraídas por Perú. El ofrecer y el pedir tenían sus costos sobre
Latinoamérica: “Como siempre estoy pensando en el Perú por sus deudas, me ha parecido
bien indicarle al gobierno que amortice la deuda nacional ofreciendo todas sus minas y
todas sus tierras baldías que son inmensas; añadiendo además todas sus propiedades raíces,
todos los derechos de invenciones y exclusivas y todos aquellos arbitrios útiles que el
gobierno pueda conceder. En fin, mi idea es que el gobierno dé todo cuanto le pertenece por
amortizar su deuda, a una o muchas compañías inglesas”57. Con estos Estados débiles por
las deudas contraídas también se daba paso al cambio de amo58.
Sin embargo, el Libertador seguía viendo sus ventajas positivas pues para él la
existencia era lo vital: “los temores son remotos y, aun cuando se realicen algún día, no
pueden balancear las ventajas positivas, próximas y sensibles que nos dan ahora. Nacer y
robustecernos es lo primero; lo demás viene después. En la infancia necesitamos apoyo,
que en la virilidad sabremos defendernos. Ahora nos es muy útil, y en lo futuro ya seremos
otra cosa”59. En una nueva misiva con Santander le arguye sobre esta alianza: “Yo he
hablado con el agente de Inglaterra aquí sobre la liga de Inglaterra con nosotros por medio
del congreso de Panamá (...) Esta ventaja será inmensa, pues tendríamos un garante contra
la España, contra la Santa Alianza y contra la anarquía”. 60 El Congreso de Panamá como
estrategia de unión y existencia era la mayor carta que se jugaba Bolívar ante la dispersión,
la anarquía y la agresión.
56
Bolívar, O. C. Carta a Santander 10/7/25, doc. 907, p. 169
57
Ver Bolívar, O. C. Carta a Don José Larrea y Loredo 17/10/1825, doc. 966, p. 242. Recompensas a
Inglaterra
58
Uno de los motivos del distanciamiento de Pedro Gual, hacia Inglaterra eran la prisión de agentes
colombianos en Inglaterra y la tasa inmoderada de intereses cobrada por los banqueros londinenses, Bierd,
Op. cit, p. 411
59
Bolívar, O. C. Carta al Sr. José Rafael Revenga. 17/02/1826, doc. 1032, p. 302
60
Bolívar, O. C. Carta a Santander 23/6/26, doc. 1139, p. 417
27
En una carta a José Joaquín Olmedo refuerza estas ideas diciendo: “Puede ser que
mi ejemplo estimule a otros americanos a imitar mi arrojo y al fin tendremos todo propio,
sin mendigar modelos”62.
61
Bolívar se llegó a referir al pueblo norteamericano como “el más libre y más bien constituido del universo”
Ver Bolívar O. C. Carta a William Tudor, doc. 866, t. II. P. 112
62
Bolívar, O. C. Carta a José Joaquín Olmedo. 02/06/26, doc. 1120, p. 394
28
63
Bolívar O. C., doc. 890, p. 148
64
Bolívar, O. C. t. II, p. 129
65
Idem. p. 137
66
Idem. p. 262
67
Bolívar, S. Obras de Simón Bolívar. Caracas: Ediciones de la CANTV,1982. t. II, doc. 620, p. 721-722]
68
Bolívar, O. C. t. I, Carta a Santander, 23/12/1822, doc. 614, p. 708
69
Bolívar, O. C. t. III, p. 279
29
desarrollo de los EE.UU. los conducirá a proyectarse en todo el continente, por tanto era
indispensable crear una fuerza que contrarrestara esa protección: la unidad de los pueblos
libres.
70
Kaufmann. W W La política británica y la independencia de América Latina 1804-1824. Caracas, UCV,
p. 166
71
Kaufmann. Op. cit. p. 163
72
Perkins, Monroe Doctrine, p. 70 passim, citado por Bierck Harol Vida pública de Don Pedro Gual, p. 310
73
Martínez, Ricardo. A. El Panamericanismo, doctrina y práctica imperialista, Buenos Aires, 1957, p. 49
74
The Life and Selected Writings of Th. Jefferson. New York, 1944, p. 391 citado por Anatoli Glinkin
“Simón Bolívar y los EEUU”. en Barrolleta, Nelson, Simón Bolívar en el pensamiento contemporáneo, p.
155
30
Los Estados Unidos a través de su agente Bautista Irvine, afirmaban que a ninguno
de los bandos se les dotaba de auxilios en hombres, dinero y barcos y municiones. La
práctica decía lo contrario, el contrabando continuo de barcos norteamericanos dotaba a los
españoles un sin fin de veces recursos logísticos, mientras los patriotas carecían de lo más
elemental. La reacción de Bolívar sobre esta política la encontramos plasmadas en varias
correspondencias enviadas por este agente de los Estados Unidos. “La imparcialidad que es
la gran base de la neutralidad –señalaba Bolívar- desaparece en el acto que se socorre a una
parte contra la voluntad bien expresada de la otra, que se opone justamente y que además
no exige ser ella socorrida”78. Bolívar se refiere a los contrabandos detectados por los
patriotas, en ayuda a España.
75
Pividal, Bolívar: pensamiento..., p. 60
76
Ver Pividal, Francisco. Bolívar: pensamiento precursor del antiimperialismo, p 103-114
77
Martínez, Ricardo. El panamericanismo, doctrina y práctica imperialista. Buenos Aires, 1957, p. 69
78
Bolívar, O. C. Carta al Señor Bautista Irvine, 20/08/1818, doc. 289, p. 328
31
Sobre este incidente existen diferentes cartas de Bolívar; por ser documentos claves
para entender su posición ante los EE.UU. vale la pena analizarlos en conjunto. El
Libertador en estas misivas denuncia la falsedad de la política de neutralidad y cataloga a
los EEUU como beligerantes contra la causa patriótica:
hispanoamericanos, a la vez, esta medida permitió comerciar con todos, robar a todos y
obtener utilidades de todos: “Contra la lenidad de las leyes americanas se ha visto imponer
una pena de diez años de prisión y diez mil pesos de multa, que equivale a la muerte, contra
los virtuosos ciudadanos que quisiesen proteger nuestra causa”.
En sus últimas misivas ante los “consejos” del estadounidense plantea la soberanía
de los países, tantas veces defendida en sus discursos. “Cada pueblo en guerra es árbitro
absoluto para decidir sobre la especie y número de tropas que debe emplear militarmente,
sin que ningún neutro pueda mezclarse en definir los que necesita para la empresa, porque
esto sería dictar leyes fuera de su jurisdicción. (...) No permitiré que se ultraje ni desprecie
al gobierno y los derechos de Venezuela”.
Finalmente, hace una reflexión sobre el empleo de fuerza de los imperios pero
levantando la perspectiva histórica de los pueblos libres: “El valor y la habilidad, señor
agente, suplen en ventajas al número. ¡Infelices los hombres si estas virtudes morales no
equilibrasen y aun no superasen las físicas! El amo del reino más poblado sería bien pronto
el señor de la tierra. Por fortuna se ha visto con frecuencia un puñado de hombres libres
vencer a imperios poderosos”. De esta manera da por culminado este desagradable episodio
con los norteamericanos.
Que miran con amistoso interés el establecimiento de soberanías independientes por las
provincias hispanas en América..., que vecinos y habitantes del mismo hemisferio, lo
80
Pividal, Francisco. p 68
81
Pividal, Francisco. Bolívar, pensamiento precursor del antiimperialismo, Cuba, edic. Casa de las
Américas, 1977, p. 58
33
Estados Unidos sienten profunda solicitud por su bienestar; y que, cuando esas
provincias hayan logrado su condición de naciones, por el justo ejercicio de sus
derechos, el senado y la cámara de representantes se unirán al Ejecutivo para establecer
con ellos, como estados soberanos e independientes, aquellas relaciones amistosas82.
Este fue el principio de una política dilatoria que tardó 12 años para reconocer los
triunfos de las naciones ya independientes. La “neutralidad” el “reconocimiento” y al
derecho a la “cláusula de nación más favorecidas” fueron los instrumentos para presionar a
las naciones en su provecho. Pese a que se mostraban “partidarios” de la independencia
siempre hubo una gran hostilidad a las revoluciones hispanoamericanas. Las misiones
enviadas a EE.UU. para reconocimiento de estas, fracasan, pero los norteamericanos sí
envían agentes a Caracas tras haberse decretado la libertad de comercios 83. Los intentos de
los gobiernos chocaban con el rechazo de la política Monroe.
Los ingleses y los norteamericanos son unos aliados eventuales y muy egoístas. Luego parece
político entrar en relaciones amistosas con los señores aliados, usando con ellos un lenguaje
dulce e insinuante para arrancarles su última decisión, y ganar tiempo, mientras tanto85.
Insistiendo en que “La federación con los EEUU nos va a comprometer con la Inglaterra,
porque los americanos son los únicos rivales de los ingleses con respecto a la América.86
82
Pividal, Francisco. Op cit. p. 59
83
Ver presiones del agente especial Charles Tood a Don Pedro Gual contra los impuestos a los artículos
americanos y la actitud de éste en Bierck, Harold, Vida pública de Don Pedro Gual, p. 379
84
Pividal, Bolivar: pensamiento... p. 63
85
Bolívar, O. C. Carta a Santander 8/3/25, doc. 856, p. 97
86
Bolívar, O. C. Carta a Santander 7/4/25 doc. 871, p. 116
34
Profundamente penetrado por estas ideas, invité en 1822, como presidente de la república
de Colombia, a los gobiernos de Méjico, Perú, Chile y Buenos Aires, para que
formásemos una confederación, y reuniésemos, en el Istmo de Panamá u otro punto
elegible a pluralidad, una asamblea de plenipotenciarios de cada estado que nos sirviera
de consejo en los grandes conflictos, de punto de contacto en los peligros comunes, de
fiel intérprete en los tratados públicos cuando ocurran dificultades, y de conciliador, en
87
fin, de nuestras diferencias .
Se precisa aquí cómo el pacto que se intenta crear comprende a las antiguas colonias
españolas, de acuerdo con el pensamiento constante de Bolívar. En la misma carta da las
mismas connotaciones “la América antes española”, “el mundo de Colón”, “reunidos bajo
los auspicios de la victoria, obtenida por nuestras armas contra el poder español”, etc. En el
propio Tratado firmado en el Congreso de Panamá, se invoca el “origen común” de los
firmantes como base del pacto.
87
Bolívar, O. C. T II, p. 52
35
que unen entre sí a las repúblicas americanas, antes colonias españolas, tengan una base
fundamental que eternice, si es posible, la duración de estos gobiernos”88. A los pocos
meses escribe: “cada vez que pienso en esto me encanta, porque la erección de un gigante
no es muy común (…) Su mera sombra nos salva del abismo, o nos prolonga la existencia,
por lo menos”89.
Consolidar el poder de este gran cuerpo político, pertenece al ejercicio de una autoridad
sublime que dirija la política de nuestros gobiernos, cuyo influjo mantenga la
uniformidad de sus principios, y cuyo nombre solo calme nuestras tempestades. Tan
respetable autoridad no puede existir sino en una asamblea de plenipotenciarios,
nombrados por cada una de nuestras repúblicas, y reunidos bajo los auspicios de la
91
victoria obtenida por nuestras armas contra el poder español. .
Así, el 22 de junio de 1826, se instala el Congreso de Panamá para tratar, con las
naciones que allí se dieron cita, la confederación de Naciones Unidas. En él se hará
evidente las contradicciones existentes entre Estados Unidos e Inglaterra. Ambas doctrinas
hicieron acto de presencia en una forma u otra en el Congreso de Panamá. La invitación a
participar en este Congreso a Estados Unidos fue extendida por Santander y Gual,
coincidiendo en esto con los gobiernos de México y de Guatemala-América Central,
aunque declarando que sus delegados sólo tomarían parte en los debates relativos a los
derechos de los neutrales.
88
Bolívar, O. C. Carta a los gobiernos de las Repúblicas de Colombia, Méjico, Río de la Plata, Chile y
Guatemala. Lima, 7/12/1824, T. II, p. 52
89
Bolívar, O. C. Carta a Santander 07/04/1825, doc. 871, p. 117
90
Bolívar, O. C. Carta a Santander 6/01/25 doc. 832, p. 69
91
Bolívar, O. C. t. II, p. 52
36
Iba a ser difícil que pueblos formados en la servidumbre, un buen día, se pudiesen
dar a sí mismos los instrumentos para una integración dentro de la libertad. Pasados sólo
unos cuantos meses del triunfo de Ayacucho, las ambiciones de los caudillos y una serie de
intereses extraños se habían hecho de inmediato patentes, anulando así la posibilidad de
una integración que pudiese satisfacer a tan encontrados intereses. Más que la creación de
un nuevo orden bajo el signo de la libertad, lo que se buscaba ya era la manera de ocupar el
"vació de poder" que dejaba la metrópoli.
Los asistentes, que fueron pocos, llegaron llenos de reticencias, y sólo dispuestos a
compromisos muy generales. El Congreso sesionó desde el 22 de junio hasta el 15 de julio
de 1826. La principal divergencia entre los nuevos Estados consistía en el asunto de los
límites con miras al porvenir, Don Pedro Gual “trató de asegurar la adopción del principio
Uti possidetis de 1810, como base a la futura demarcación de esas fronteras. Otros
principios que él esperaba ver admitidos eran los del arbitraje, de la reciprocidad comercial
y de la ciudadanía conjunta”93. Se trataba de levantar barreras para impedir que se repitiese
la colonización que antes desarrollaron Estados de Europa en tierras americanas e impedir,
igualmente, que esas u otras naciones se inmiscuyesen en los asuntos domésticos de las
nuevas Repúblicas94.
92
Canning a Darwkins, marzo 18. 1826, ibid., 403-409; e ibid., II. Pan-Americanism, págs. 313, 360, nota
de Bierck, Harold, Op. cit. p. 469
93
Bierck, Harold. Vida pública de Don Pedro Gual. Venezuela, Edit. Ministerio de Educación Nacional,
1947, p. 324
94
Briceño Méndez a Revenga. Ag. 15, 1826, O’Leary, XXVIII, 569; artículos 27 y 21 del tratado
37
Después de escrita la anterior del 8 he estado meditando con mucha atención sobre la liga
federal y la liga militar que proponen algunos estados de América. Pienso que la primera no será
más que nominal, pues un pacto con el mundo entero viene a ser nulo en la realidad; por lo
mismo, ya que los mejicanos quieren una liga militar yo soy de la opinión de que la formemos
entre Colombia, Guatemala y Méjico, que son los únicos estados que temen ataques por parte del
Norte. El Perú y Bolivia no dejarán de auxiliar a Colombia a causa de los servicios que le deben,
95
y así, aun cuando no sean partes constituyentes de esta liga poco importa .
A manera de conclusión
La acción de Bolívar estuvo enmarcada en la crisis de la sociedad colonial. Fueron
tiempos de transición que permitieron buscar nuevos asideros e ideas para la creación de
otro orden de inspiración anti colonial. A partir del desarrollo del capitalismo europeo, y en
especial el avance de Inglaterra hacia las relaciones librecambistas, se produjo un desarrollo
desigual, creándose ciertas contradicciones con el antiguo orden colonial, liderizado por
España. Este capitalismo, en su transición mercantil-liberal pugnaba por una nueva división
internacional a su favor, al trasladarse esa dinámica hacia América se crean las condiciones
para el proceso de liberación americana.
El proceso independentista fue la escuela donde Bolívar se funde con las masas y
pasa a convertirse en un gran estratega de la revolución continental, trascendiendo la
influencia ideológica francesa a algunos elementos de la concepción de soberanía popular,
95
Bolívar, OC, T II, p. 461
96
Bolívar, O. C. Carta a Páez 4/8/26, doc. 1165 p. 447
38
en el marco anticolonial. Esta lucha a través del tiempo procesual pasaría a concebirse
como justicia social. Ella, unida a la libertad y la unión de los pueblo para resolver sus
problemas internos reforzaría la visión continental.
En la contienda interna por la liberación, la táctica fue “la unidad para la lucha”,
existir para construir con “rango y dignidad”, pero ella no fue aislada, sino que se proyectó
internacionalmente bajo un ideal anticolonial: el hispanoamericano. Bolívar, pensador
político adelantado, en comparación a los de su clase, logró definir toda una política
internacional, establecida sin saltar por encima del momento histórico, por lo que definió
como enemigo principal a España que mantenía subyugada a la América y de lo cual había
que liberarse, haciéndose necesario para ello buscar un apoyo que equilibrara la lucha,
escogiendo tácticamente a Inglaterra, potencia capitalista en pleno auge para la que el
imperio colonial español representaba una traba a su expansión.
Existir, existir, era el clamor de Bolívar, por eso negociaba, ampliaba relaciones,
edificaba alianzas. Todo formaría parte de un constructo que, aunque inconcluso, iba a ser
de nuevo capturado por futuras generaciones patrióticas.
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Nuestro pueblo, desde los fines del siglo XV, ha pasado por una serie de etapas de
dominación que deben examinarse conscientemente en función de su superación y con
miras a conformar un proyecto emancipador propio.
sus tierras comunales, fuente de su ser colectivo y cósmico, buscaron rematar el sentir de
los juntos. En esta primera etapa, el pueblo aborigen, que pobló el continente, conformó
una sociedad sustentada en la producción y reproducción de su vida material y espiritual,
fundamentada en relaciones sociales comunitarias (de cooperación y ayuda mutua,
solidarias en su esencia, generadoras de independencia en la toma de decisiones en
consenso comunitario). Todo era de todos. Imperaba el amor y el respeto hacia el resto de
la naturaleza, y, en particular, hacia "la madre tierra". Esta debe ser una primera referencia
de reconstrucción.
Una segunda etapa, se inicia con la invasión y concluye con la crisis del modelo
colonial (fines del siglo XVIII). A lo largo de 300 años se ponen de manifiesto los puntos
capaces de unir al pueblo en su lucha: la libertad, la superación de la dominación de clase,
la independencia, el derecho a la tierra, la resistencia cultural, la igualdad social, el acceso a
la toma de decisiones, a la educación, la soberanía; en fin, la justicia social.
El para qué gobernar lo expresa Bolívar así: "...un gobierno eminentemente popular,
eminentemente justo, eminentemente moral, que encadene la opresión, la anarquía y la
culpa ... un gobierno que haga triunfar... la igualdad y la libertad". En relación con las
elecciones, el Libertador expresó claramente sus limitaciones como instrumentos para
garantizar el ejercicio de la democracia. La esencia de esta última la ubica en la
participación activa, directa organizada y consciente del pueblo en la dirección de su
destino. Caracteriza el liderazgo en la conciencia de ser hombres libres luchan, dispuestos a
resistir y desarrollar una guerra prolongada; con un profundo sentido de la hermandad,
capaces de superar las fronteras impuestas por el invasor europeo. En fin, hombres que
colocan la lucha por la libertad del pueblo por encima de las ambiciones personales.
La otra patria, la oligárquica, estará sobredeterminada por los intereses del gran
capital extranjero y su "orden mundial". Se afirma así el intercambio desigual, la
dependencia y el saqueo; una mayor concentración de la tierra en pocas manos e
innumerables injusticias sociales. Entre 1830 y 1905 los cambios de forma obedecen a la
lucha entre los sectores cafetaleros y el sector cacaotero, que pugnaban por la dirección del
Estado para controlar de manera directa la relación con el mercado internacional. El Estado
asume los contenidos de una República militar, siendo su esencia el capitalismo
neocolonial.
Las décadas del sesenta y setenta, aún gloriosas, estaban limitadas por la
dependencia ideológica de las concepciones que las clases dominantes lograron imponer
desde 1830. Las denominadas "vanguardias" no se habían depurado de su origen pequeño
burgués, divorciándose del pueblo en buena parte. En estas condiciones era previsible la
derrota, con el triunfo del capital transnacional y sus aliados en el país, los cuales logran
controlar los partidos oficiales y al Alto Mando Militar.
Sin embargo, las contradicciones continúan su curso, nunca hay parálisis absoluta.
Sectores políticos y económicos se ven afectados en sus intereses por el proyecto
globalizante de las transnacionales y sus imposiciones antidemocráticas. Se rompe el
bloque dominante, mientras en el seno del pueblo se dan dos tendencias: una, la del
desprendimiento de las formas ideológicas, políticas e institucionales de la dominación y
otra, aún dispersa, intenta retomar el Proyecto Popular sistematizado por Bolívar. Son
expresiones de tales tendencias la lucha contra la burocracia sindical, aparición de
corrientes clasistas en el movimiento sindical, la abstención electoral consciente, la
descalificación de los partidos tradicionales y la aparición del patriotismo bolivariano en el
seno del ejército. Este despertar va acompañado de un sentir espontáneo de protesta en la
toma de carreteras, marchas, paros cívicos, cacerolazos, apagones, tomas de tierras,
manifestaciones religiosas por la vida, manifestaciones estudiantiles, etc. Todo esto, tuvo
un punto de efervescencia el 27 de febrero de 1989, situación que motiva y justifica los
levantamientos golpistas contra la corrupción y cuya inspiración se apoya, según dicen sus
protagonistas, en un árbol de tres raíces: Simón Rodríguez, el maestro que abraza la utopía;
Simón Bolívar, líder de la patria soberana independiente y Ezequiel Zamora, el líder de la
justicia social.
Surge un fervor popular; el pueblo quiere que la esperanza de esta propuesta de país
también los incluya, no como seguidores sino como constructores. Es también parte de una
lucha abrirse a otras variantes inmersas en una mundialización solidaria. En esta tendencia
los nuevos planteamientos retoman la bandera de la nación truncada e inconclusa que
somos. Plantean cohesionarse con los héroes que gestaron la nacionalidad para,
recompuestos, tener planes de futuro. Frente al desdibujo, cultural, social y político, que
implica la globalización neoliberal se afirman como portadores y refundadores de la
Nación. Ella se plantea como un nuevo escenario para articular las diferentes luchas; en un
mundo donde los movimientos sociales no se pueden agrupar en torno al eje de la clase
obrera, sino que incluyen variantes laborales de sobrevivencia, género, etnias y las mal
llamadas minorías.
Una Nación donde se pueda definir en conjunto qué significa ser “del país”, desde la
existencia de numerosos pueblos que conviven en un territorio, pero a la vez, un mundo
donde quepan muchos mundos ante el imposible esquivo de la mundialización. En esta
connotación existe una relación directa entre nación, lucha y soberanía. Si bien los
conflictos abiertos de clase parecieran perder espacios de expresión, la soberanía
amenazada (ya por tratados comerciales que destrozarían las economías, por
privatizaciones sin escrúpulos, por recetas y presión de la deuda externa, por extradiciones,
por tratados militares que legitiman la invasión, etc.), la soberanía ofrece un nuevo
escenario en el que reaparecen con otro ropaje los ciudadanos en defensa de los valores
patrios y de los recursos estratégicos de la nación.
47
En esta etapa que se abre han habido rápidos e importantes virajes. Hasta ahora los
movimientos armados latinoamericanos se levantaban contra el imperialismo, por una
sociedad sin clases, por el socialismo, pero nunca se proponían explícitamente luchas por la
patria ni por la democracia. La democracia se veía, más que como un fin en sí mismo, como
un medio para una “acumulación de fuerzas”. La evolución de la izquierda parte por
recuperar la bandera perdida de la democracia; su rectificación es parte de la toma de
conciencia por medio de la cual la izquierda se reinventa. De los dominantes es el Estado y
el mercado; de los dominados la nación y la patria. En otrora, la modernidad que llegaba a
nuestras tierras con el neoliberalismo tornaba obsoletos los conceptos de soberanía,
idiosincrasia nacional o nación. Para ellos éramos Estados rezagados.
Las ideas esbozadas en la dinámica planteada tienen que ver con la nación como
espacio de resistencia, el orgullo de ser nacional con aspiraciones de algo más. Donde la
gente pueda repensar en colectivo, se encante en la construcción de un modelo de nación,
sepa que cabe en esa propuesta de país, con claros objetivos, no populistas ni mesiánicos,
sino autogestionarios. Abiertos al país y a otras variantes no antagónicas. Por ello cualquier
movimiento político actual debe ser un instrumento donde las comunidades planteen sus
problemas de manera protagónica, tanto en lo local como en lo global.
Así cuando los intelectuales de las clases dominantes decretaron "el fin de la historia
y de las ideologías", nuestro pueblo se lanza en proyectos alternativos cuyo centro del
problema es: ¿Cómo retomar nuestra historia de lucha continental y nacional?, ¿Cómo no
colocarse una vez más a la cola de los intereses burgueses cualquiera sea su fracción?.
¿Cómo no ir solos al encuentro-choque globalizante? ¿Cómo crear un proyecto que de
verdad rompa con la lógica del mercado?
Para el Partido Liberal era más importante ofrecer que cumplir. Su composición
policlasista, estaba formada por terratenientes endeudados o marginados del poder, en
“unidad” con una masa popular de criados, artesanos, esclavos y manumisos que
expresaban una libertad dudosa, Todos enfrentados a una burguesía parasitaria, mercantil y
usurera como su enemiga principal.
Zamora levanta un proyecto paralelo a los dos bloques y se va con la gente que no
formaba parte ni de la burocracia, ni del reformismo liberal, señalando radicalmente a los
que se habían apropiado de la tierra ilegalmente.
50
Pero toda esta perspectiva se ve truncada en San Carlos, por un balazo a su líder
máximo, cuando ya avanzaban hacia la Capital. La ausencia de su pre claro dirigente, junto
a la carencia de un programa acabado y el predominio del pragmatismo sobre las
solicitudes colectivas, termina esta experiencia en grandes frustraciones populares y su afán
fallido de liquidar la sociedad oligárquica.
Este ha sido un proceso que recaptura a los héroes patrios, con una adhesión del
pueblo que viene superando, en buena parte, la exclusión y la ignorancia, aún cuando
persisten la mayoría de los componentes e instituciones del viejo Estado, por cuanto la
refundación no a eliminado el vetusto ordenamiento institucional y sigue complaciendo el
juego burgués electoralista. Nuestra estructura, por otro lado, sigue en manos del capital y
las potencias extranjeras, a través de las empresas mixtas que absorben buena parte de
nuestros recursos naturales. La tierra, eje nodal de nuestro sustento, a pesar de pasar a
nuevas manos, no ha logrado la autosuficiencia ni la soberanía alimenticia esperada.
Lastimosamente un balance reciente arroja que 88 fundos zamoranos actuales son
improductivos, y sólo dos vienen recuperándose.
¿Servirá de algo esta experiencia? ¿Podremos superar estas fallas y dar el salto
cualitativo de una revolución social, de verdad-verdad? ¿Se podrá comparar los resultados
del Tratado de Coche, con una posible situación de negociadora actual? ¿Será lo inconcluso
para nosotros un axioma o un anatema?
Introducción.
Introducirse en el carácter político-militar de la izquierda en los años 60 es
reconstruir un camino que yace disperso y a veces escondido, como si sus participantes
“oficiales” encararan un pacto convencional de sepultar ciertos acontecimientos. La
llamada lucha armada es uno de los episodios contemporáneos del que se poseen pocas
52
Una de las finalidades de este trabajo fue indagar en el hilo ductor de ese discurso
esparcido y con diferentes interpretaciones, de acuerdo a la posición y responsabilidad
política de cada participante. En ese sentido, se buscó captar las claves que permitieran
sistematizar el pensamiento en los contenidos escogidos y en sus diferentes etapas de
evolución. En este cometido se encontraron algunos nudos que permitieron apreciar
contradicciones principales y secundarias de los principales grupos de izquierda
participantes en el proceso.
Un punto de partida para entender este momento sería ubicar el gobierno de Pérez
Jiménez como parte de la política norteamericana en el período de guerra fría en donde
Estados Unidos hizo esfuerzos por alinear a América Latina contra el mundo socialista. En
tal sentido, en algunos países donde había crecimiento de las luchas populares y
emergencias de izquierda, se había favorecido a ciertas promociones de gobiernos fuertes y
dictatoriales. En los finales de los 50, como producto de su consolidación, EEUU, apoyó a
democracias nacientes que le garantizaran la paz laboral necesaria para sus inversiones, en
especial a gobiernos social demócratas que se identificaran con los Kennedy y el partido
demócrata de EE.UU. Desde 1948 los militares venezolanos ya tenían una serie de
“iniciativas” anticomunistas para ganar el favor del Departamento de Estado.
Para el momento, el Buró Político del PCV manejaba una concepción “etapista” del
proceso: afirmaban que no había finalizado, o no se había logrado, una revolución
burguesa; en consecuencia no pensaban en una revolución socialista. El esquema que se
planteaban tenía que ver con el pacto con la llamada “burguesía nacional”. El Buró Político
consideraba que el proceso tendría que ver con la toma del poder por la burguesía teniendo
ésta que enfrentarse al imperialismo y luego se iniciaría otro proceso de lucha por el
socialismo. Para el PCV, el pueblo y sus expectativas debían esperar. Para este fin se traza
una política de “Unidad Nacional” y diferentes búsquedas para lograr una estabilidad
democrática.
97
Domingo Alberto Rangel. “Balance de la lucha armada”, El Nuevo Venezolano, Nº 12, Caracas, 1979, p 13
55
Bajo estas circunstancias se preparan las elecciones de 1958; demás está señalar el
clima de libertades amplias, de participación popular en un amplio fervor hacia la naciente
democracia. “La gente sentía un poco, que comenzaba una nueva vida, y que todo era
posible. La democracia era la gran panacea para todos y ello significaba una gran
expectativa popular”.98
No podríamos hablar de que existía una real consolidación del aparato de poder. Se
mantenía cierta crisis en las FF.AA., se habían intentado dos golpes militares (Castro León
y Moncada Vidal) en medio de una gran movilización popular nacional (los campesinos
tomaron carreteras, hubo una huelga general, etc.) Todo ello hacía pensar a otros sectores
dentro de la izquierda que se debía ensanchar la plataforma revolucionaria.
Como producto de estas reflexiones se gestan dos corrientes dentro de la izquierda: una
planteaba la defensa del sistema democrático, y otra que concibió ampliar la plataforma de
lucha tomando en cuenta lo que consideraban un doble poder que existía en el país, siendo
la Junta Patriótica uno de ellos. Anselmo Natale afirma que el llamado del PCV al
advenimiento del pacto patronal es su decisión de aplazar toda aspiración popular de
mayores contenidos reivindicativos porque “se planteaba el robustecimiento de la
democracia conquistada, el fortalecimiento de la misma, su perfeccionamiento por la vía
electoral, constitucional, a consecuencia de ello el partido se traza como objetivo
fundamental ir a elecciones”99
debilita con la política de pacificación con lo cual se repliegan las direcciones tradicionales.
Luego el proceso insurreccional es continuado con el relevo de cuadros medios que oscilan
entre perseverar en la lucha armada o asumir nuevas caracterizaciones hechas para los
finales de los 60. Esto da como resultado un movimiento atomizado como producto de las
contradicciones internas y la identificación con variadas tendencias mundiales.
En estas condiciones las posiciones de derecha en el seno del PCV se repliegan, pero
las posiciones de izquierda no están solidamente consolidadas, ni las posiciones
consecuentes dentro de ellas se apoyan en una política clasista, proletaria, marxista-
leninista. Esto da pie para que la pequeña burguesía radicalizada encuentre el terreno
abonado y le impriman a la dirección una orientación ultrista, más bien izquierdizante,
aventurera, precipitada, sin la sistemática preparación del partido y de las masas para
el enfrentamiento que se avecinaba.100
Una consigna de solución al problema del poder político no puede ser otra que la
sustitución del tipo de gobierno que hoy tenemos por un gobierno democrático y
patriótico. Por eso precisamente somos un partido de oposición al actual gobierno. Por
que queremos un gobierno patriótico y democrático.101
Por otra parte el MIR en su órgano nacional, luego de analizar los constantes errores
del PCV en anteriores coyunturas, justifican la necesidad de otra vanguardia marxista,
motivo por el cual se salen de AD; en tal sentido, precisan:
104
Blanco Muñoz, Agustín. La conspiración cívico-militar: Guairazo, Barcelonazo, Carupanazo y
Porteñazo. Caracas, Venezuela, Coediciones Expediente, UCV, FACES, 1981, p. 6
105
PCV, III Congreso, citado por Blanco Muñoz, Agustín, Venezuela 1961. ‘Disparar primero y averiguar
después! Caracas, Cátedra Pío Tamayo, UCV, 1991, p. 28
59
El triunfo de Raúl Leoni abre una polémica en el seno del PCV y el MIR. Domingo
Alberto Rangel (MIR) y Pedro Ortega Díaz (PCV) aglutinan sectores que se oponen a la
lucha armada por considerarla un error fatal; en ese sentido, piden la capitulación
inmediata. Pompeyo Márquez, Alberto Lovera, Teodoro Petkoff, Douglas Bravo y gran
parte de la juventud comunista mantienen el camino de la lucha armada buscando corregir
60
errores. Sáez Mérida y Américo Martín mantienen la misma posición; Fabricio Ojeda, por
su parte, logra aglutinar cuadros de URD y de Vanguardia Popular Nacionalista (VPN).
Las apreciaciones de Juan Luna en su libro ¿Votar para qué? sobre la táctica electoral
de 1963, parte por catalogar que la lucha armada en estos tiempos tenía una orientación
aventurera. “Se buscaba hacer acciones que impactaran a la opinión pública, que
impresionaran a los aliados y estimularan el golpe de estado”107. Las guerrillas rurales
tenían un papel de presión sobre las negociaciones y maniobras políticas. Estima que para
el momento no se había trazado una línea para organizar la lucha armada en el campo. La
prensa de izquierda estaba en función de la tesis del detonante. La política de alianzas se
limitaba a maniobras oportunistas y se utilizaba el discurso democrático como táctica para
“acumular fuerzas” y no como objetivo estratégico. Se sustituía la movilización popular por
las acciones militares propagandísticas.
106
Blanco Muñoz, Agustín, op. cit. P. 142
107
Luna; Juan, ¿Votar para qué? Caracas. Edic. Proceso, 1971, p.27
61
El IV Pleno del PCV (1964) acentúa la polaridad. Ortega Díaz, Jesús Farias (tendencia
URSS) se declaraban abiertamente contra la lucha armada. García Ponce (para el momento
de tendencia moderada) planteaba acciones armadas que influyeran políticamente.
Finalmente triunfa la tendencia hacia la lucha armada, lo que se llamó luego “desviación
guerrillera”, pues sostenían la supremacía de la guerrilla rural sobre las otras vertientes.
Entre las afirmaciones de Douglas Bravo estaba la precisión de que esta lucha no era una
guerra campesina. Argumentaba la supremacía el capitalismo dominante y dependiente
sobre otras formaciones socio-económicas y la concentración urbana como producto del
desarrollo del capitalismo hacia las ciudades. Afirmaba el carácter de guerra prolongada
con predominio rural por considerar que la montaña debía ser el punto de unión de las
demás vertientes pues permitía la permanencia de un poder militar. Divide la lucha armada
en cuatro vertientes: urbana, rural, suburbana y militar de carrera. Las críticas que se
manejaron ante esta tendencia rural tenían que ver con el traslado mecánico de la
experiencia China siendo Venezuela un país urbano, con lo que se fortalecería el
aislamiento ante la despoblación y el desgaste en objetivos secundarios.
Entre mayo y junio de 1964 se realiza en Falcón la V Conferencia Político Militar del
Frente Guerrillero José Leonardo Chirinos con asistencia de miembros de URD. PRN, VPN
y miembros del PCV en el frente. En él se aprueba la tesis de insurrección combinada bajo
la estrategia de “Liberación nacional y socialismo”. A partir de este pleno se producen
nuevos reagrupamientos bajo los principios de la guerra prolongada del PCV y el MIR
siguiendo el esquema chino, aun cuando en la práctica sólo el MIR los practicaba pues en el
PCV seguía imperando las posiciones golpistas.
En los términos de la lucha armada la recuperación era baja, esto se hace notar en el VII
pleno del PCV. Ante la debilidad de la guerrilla urbana y rural surgen tres tesis: 1. Retiro
general. 2. Hacer maniobras para estimular el golpe. 3. Pasar a la ofensiva.
108
PRV. “Quinto aniversario...” , p. 9
62
Este documento del Buró era respaldado por Ortega Díaz. Surgió otro documento del
ala izquierdista o tendencia teodorista; sus resoluciones y conclusiones son casi iguales en
cuanto al repliegue de las guerrillas y el cambio de táctica para poner énfasis en las
iniciativas políticas, sólo se diferencia por ciertos matices. Núñez Tenorio y Douglas Bravo
rebatían ambos documentos por su carácter capitulador. Ante la dificultad por conformar un
tercer documento por la correlación de fuerza presentes, se decide pasar la decisión a un
VIII pleno, pero de hecho la proposición del BP estaba propagada por tener jerarquía de
dirección.
El VII pleno del Comité Central (abril de 1965) lanzó una nueva consigna. “Gobierno
de Paz democrática y contra el hambre”. De este pleno sale una proposición de línea
general que contemplaba las condiciones para la paz: “Amnistía general. Legalización del
PCV y el MIR. Vigencia plena de la Constitución. Libertad de prensa y contra la ley
Mordaza. Por medidas económicas a favor de las masas populares, contra el alto costo de la
vida, el desempleo y los bajos salarios. Por una política de amistad con todos los pueblos
del mundo”110
109
Urdaneta, Ignacio. Polémica en la revolución. Caracas, Edic. Nueva Izquierda, 1969, p. 19
110
PCV. “Un programa para la paz democrática”, Tribuna Popular, Caracas, mayo, 1965, p. 6-7
63
El nuevo partido sigue arrastrando los mismos esquemas pecevistas, desde su fijación
golpista hasta las tendencias foquistas y personalistas. Con una fuerte composición rural
pareciera que algunos no se caracterizaron por ser grandes estudiosos del marxismo y sus
instrumentos de organización. Un ejemplo de esta apreciación sería el Comandante Magoya
quien afirmó en una entrevista que “la mayoría de los grupos guerrilleros no creían en el
partido, por la situación que se había presentado en el PCV”112 pero sí en la tendencia
“caudillista” pues “si Douglas estaba al frente de ese partido, que era el hombre que había
tenido enfrentamientos con el PCV, entonces nosotros estábamos con el nuevo partido”113
La situación política hacia 1966, coincide con el decaimiento del gobierno de Amplia
Base pues salen URD y FND de ella, pero el PCV y el MIR no estaban en capacidad de
aglutinar estas fuerzas democráticas debido a su propia crisis interna. No tenía un plan
táctico y estratégico coherente que deviniera en alternativa. Para esta época la claudicación
de los dirigentes afianza la desmoralización y el escepticismo entre los combatientes
militantes con lo que se deteriora más el llamado movimiento revolucionario, situación
aprovechada por los sectores oficialistas para afianzar la represión y el cerco.
Julio Escalona, bajo el seudónimo de Juan Luna, concluye sobre esos momentos: “con
las derrotas del movimiento popular los monopolios nacionales e internacionales
consolidaron su control del poder, el Alto Mando Militar alcanzó una influencia
determinante en las decisiones del ejecutivo (se convirtieron en verdadero poder detrás del
trono), los partidos políticos definitivamente pasaron a ocupar una posición secundaria”115.
Dentro de este descenso de la actividad política entre las masas por los sectores de
111
PRV. “Quinto aniversario del Partido de la Revolución”. Revista Fuego Nº 4 y 5, s/l, mayo 1971, p. 19-20
112
Blanco Muñoz, Agustín: La Lucha Armada; Entrevista a Elegido Sibada, Caracas, coediciones Expediente,
UCV, FACES, 1981, p. 43
113
Idem.
114
MIR. “Declaración Política”. Revista Izquierda Nº 10, marzo de 1965, p. 4
115
Luna, Juan. ¿Votar para qué?. Caracas, edic. Proceso, 1971, p. 35
64
izquierda se llega a las elecciones de 1968 con tres posiciones: 1. El electoralismo abierto
del PCV (Unión Para Avanzar. UPA). 2, El electoralismo encubierto. (MIR). 3. La no
participación (sector douglista y finalmente el MIR).
El MIR planteaba la llamada táctica de las dos fases. En una primera etapa se lucharía
por participar en las elecciones siempre que se dieran determinadas condiciones como la
libertad de los presos, cese a la represión y el ventajismo, acuerdos unitarios con la
oposición legal en torno a un candidato y un programa. En este período se organizaría un
importante movimiento de masas dirigido a lograr estas condiciones. En tanto no se hubiese
demostrado ante las masas la imposibilidad de que esas condiciones pudieran obtenerse, no
debería intentarse el desenmascaramiento del proceso electoral como una farsa, a lo sumo
podía decirse que tendía a serlo y señalar las condiciones en que él se estaba
desenvolviendo y demostrar que estas limitaban la libre discusión.
La segunda etapa se iniciaría cuando la dirección considerase que se habían agotado las
posibilidades para lograr las condiciones que permitieran la participación electoral.
Entonces, solo entonces, se llamaría a la abstención. Afirmarían a su tiempo que: “Las
elecciones se desarrollaban en medio de un marco represivo (...) un ventajismo declarado
(...) para concluir que existiendo estas condiciones el partido no debe votar, debe
abstenerse”116. La presión popular, la movilización, la denuncia sobre el ventajismo y la
represión, no se realiza, se produce sólo la pose de la abstención como acto moral contra “la
farsa electoral”, es decir, sin política, sin táctica.
116
Ibídem. P 45
65
consistió en llamar al pueblo a abstenerse, utilizando tres formas: “no inscribirse en los
registros electorales, no votar o votar nulo...”117
117
MIR: “Declaración de la Comisión Política del Comando Nacional del MIR”. Izquierda, Nº 1, Marzo de
1969, p. 1.
118
Frente Guerrillero Antonio José de Sucre. Julio Escalona. “El MIR demanda ocho puntos”. 1968.
119
Liga Socialista. Historia de un proyecto revolucionario, Caracas, Venezuela, edic. Liga Socialista, 1996, p.
28
66
1.- En Venezuela esta planteada la toma del poder por la violencia, por una guerra
revolucionaria que tomará forma de guerra popular. Para ello, se irán creando
destacamentos en el campo para el desarrollo incesante de la guerra de guerrillas.
Interrogado Moisés Moleiro -para el momento Comandante y secretario general -
encargado- del MIR- “si la violencia es inevitable ¿es la guerrilla el único camino?”,
contestó: “Si, se sabe que hay otras formas de violencia, que la lucha guerrillera no es la
única. Lo que sucede es que se trata de la más efectiva. La violencia del pueblo no puede
improvisarse, ni nacerá al conjuro mágico de algunos dirigentes. Debe organizarse
pacientemente. Su objetivo es derrotar a quienes tienen las armas, el dinero y la legalidad
de su parte. 124
123
MIR. Comando Nacional de Emergencia. “Acerca de la táctica del Movimiento Revolucionario”.
Mimeograf. 1968, p. 1
124
MIR. “Entrevista al Comandante Moisés Moleiro”. Izquierda Nº 57, Órgano Nacional del MIR. 1967, p.5
68
La lucha armada debía estar dirigida por un frente que agrupara a revolucionarios
venezolanos y, en lo militar por un ejército del pueblo, conduciendo ello a la afirmación de
que librarían una guerra nacional liberadora, aún cuando en sus primeras etapas tendría
forma de guerra civil, puesto que el imperialismo antes de su intervención lanzaría a la
lucha al ejército títere y utilizaría sectores político-sociales serviles, esto lo afirman
tomando como ejemplo lo sucedido en Santo Domingo, donde la insurrección fue urbana,
derrotando al ejército nacional pero no al imperialista, significando con ello un retardo en el
avance revolucionario de aquel país. Culmina diciendo: “por lo tanto es indispensable la
guerra de guerrillas en el campo, por ser el núcleo insustituible por medio del cual se creará
el ejército popular y se hará soldado a la masa campesina”125
Cuando afirman la necesidad de que la lucha armada, este dirigida por un grupo de
revolucionarios, hacen mención al documento lanzado por esta organización en pro de la
reconstrucción de los organismos centrales del FLN-FALN, de cuyos párrafos se sustrae lo
siguiente: “Consideramos un deber arribar a entendimientos unificados sobre la base de los
principios y echando de lado el sectarismo. La condición del FLN debe estar en manos de
los revolucionarios consecuentes, los más claros y esforzados luchadores (...) En el FLN
militarán fuerzas antiimperialista de diversa extracción, pues es una necesidad histórica”126
125
MIR, CNE. “Acerca de la táctica ...”. 1968, p. 6
126
MIR. “Nuevo llamamiento del MIR”. Izquierda. Nº 52. 1966, p. 6
127
MIR. “El MIR y la pacificación”, revista del MIR, p. 36
69
128
Ibídem., p. 37
129
Ibídem. p 38
130
MIR, “El MIR y la...” P. 39
131
Moisés Moleiro. “Carta al editor Miguel Ángel Capriles”, [ aproximadamente 1968] mimeografiado,, p. 2.
70
Con lo anterior, se llega a afirmar como característica propia que, “la revolución
venezolana en esta etapa tiene un carácter nacional y democrático”. Nacional por su
propósito liberador de las manos extranjeras; por ende, es una revolución antiimperialista.
Es democrática por proponerse destruir vivencias semi-feudales y lograr el poder de la
mayoría. Al alcanzar las fuerzas nacionalistas y democráticas los objetivos económicos,
políticos y sociales de esta etapa, se quema un paso hacia la etapa socialista.
Las etapas han sido divididas en períodos, por lo que, considera un primer período
las tareas antibetancouristas. Plantea que la búsqueda del partido en ese momento es el
logro de un cambio político progresista a favor de las libertades democráticas, la soberanía
nacional y el desarrollo independiente del país. Este sería un período dentro de la etapa
antiimperialista y anti-feudal de la revolución venezolana.
132
García Ponce, Guillermo. Cinco temas de organización y sobre la estrategia revolucionaria en Venezuela,
Caracas, edic. Cantaclaro, 1969.
71
García Ponce plantea el tránsito no pacífico hacia la liberación nacional sobre la base de
que, la superioridad política conduce a la superioridad militar, lo cual se logra con los
objetivos antes planteados.
Nuestra realidad histórica es caracterizada por el PCV con los siguientes elementos:
- Ejercicio de un poder dictatorial y represivo
- Intervención de grupos militares en la vida política
- Carencia de tradición constitucional, parlamentaria y jurídica
- Solución de contradicciones políticas con golpes de Estado
- Ventajismo y adulteración del proceso electoral por parte de grupos dominantes
- Gran peso del aparato militar y policial en el Estado
- Interferencia de EEUA y el capital monopolista en nuestro país
- Política de guerra y agresión del imperialismo yanqui
Con todo ello reafirma el por qué la liberación no podrá ser pacífica, lo cual considera
válida para todo el proceso revolucionario, pero previendo diversas estrategias en el
desarrollo de la lucha armada.
La política de alianza planteada por el PCV, tiene dos formas: alianza durante todo el
proceso que corresponde a la conformación del FLN con fuerzas adeptas contra el
imperialismo y el anti-feudalismo, todo ello en función de la consolidación definitiva del
poder democrático nacional. La otra forma corresponde a alianzas transitorias, como sería
el caso de un frente anti-betancouristas.
133
García Ponce, Guillermo, op. cit. P. 68
72
Finalmente, las tareas tácticas que se fija el partido, se determinaban principalmente por
dos factores:
- Actividades enfiladas al logro del Frente Nacional Antibetancouristas y conquistar
un cambio a favor de las libertades democráticas, la soberanía nacional y el
desarrollo independiente de Venezuela.
- Preservar fuerzas, evitando enfrentamientos donde el enemigo tenga evidente
superioridad.
Es necesario precisar dos fundaciones de las FALN, una a inicios de los 60 y otra
refundada luego de la división del PCV y el surgimiento del douglismo PRV-FALN.
La experiencia armada estuvo permeada por tres polos internacionales que introdujeron
desviaciones, pareceres y dogmatismos que contribuyeron a dar perfiles diferentes de la
realidad venezolana. Estos puntos referenciales son:
134
INDAL, Movimientos revolucionarios en América Latina, Caracas, tipografía Avilante, T. I, 1974, p. 122
73
Otro elemento, criticado para la época, fue la coexistencia pacífica pregonada por la
URSS: “en el XX Congreso del PCUS se dieron pasos acelerados en el abandono del
marxismo, expresados en la formulación de la coexistencia pacífica que, desconociendo en
forma definitiva el papel de la lucha de clases en la transformación revolucionaria, la
sustituye por la ‘emulación y colaboración pacífica’ entre distintos países de regímenes
sociales diferentes135
La coexistencia pacífica es pues, uno de los principios del PCUS, el cual determina
la línea general exterior para los demás partidos comunistas, al mismo tiempo que
reactualiza el viejo parlamentarismo en decadencia de la social-democracia internacional,
bajo la estrategia de la política de la alianza antimonopolista. Sobre esta línea general el
movimiento comunista puede tomar el Estado y “utilizarlo al servicio del pueblo”, así
como también para el “paso revolucionario al socialismo por vías pacíficas”136.
Tales son los efectos políticos que generan la línea adoptada por los PC pro-
soviéticos en nombre de la aplicación de la democracia y de la alianza antimonopolista, los
cuales llegaron a promover acuerdos de paz social ( caso 23 de enero) o contratos sociales
con sus respectivas burguesías. En los países dependientes apoyan a las llamadas
burguesías progresistas en el desarrollo de una industrialización dependiente, tales como los
procesos de sustitución de importaciones. En nombre de la Unidad Nacional, y contra la
“desestabilización” rechazan cualquier estímulo a la lucha de clases. Para el MRT, en su
balance crítico, todo esto contribuyó a crear un clima de “estabilidad” sobre el cual el
capital perpetuó su dominación.
135
Movimiento Revolucionario de los Trabajadores (MRT). “Anteproyecto de declaración programática”.
Folleto impreso, 1979, P. 7
136
Idem.
74
En líneas generales ésta política influyó en el PCV, desde la llamada paz laboral, el
“apoyo crítico” a Betancourt, el reforzamiento del parlamentarismo burgués sin combinar
otras formas de lucha, la política de Unidad Nacional, la política “Paz democrática”, la
necesidad de “quemar etapas”, la política de la creación de un gobierno democrático
burgués que abriera posibilidades de desarrollo, etc.
En las apreciaciones de la tendencia del MRT, “con esta miopía política el PCV no
podía entender que la Junta Patriótica fue en su momento una forma de poder popular, ni
entendió la existencia de un doble poder, ni la naturaleza general del período, de ahí su
apresuramiento a celebrar elecciones, lo que significaba en definitiva mediatizar el proceso
afianzando el régimen constitucional”137.
De alguna manera así lo ratifica uno de los más connotados dirigentes del PCV,
Teodoro Petkoff: “La política comunista no iba más allá de desear el establecimiento de
una democracia, un gobierno democrático burgués y que se abriera un camino de
institución democrática en el país” Y continua: “Ahora, ¿Cuál es el camino de la
revolución?, ¿Estaba la revolución como proyecto en la política del PCV?. No, no estaba.
Vieron la crisis y no la vieron”138.
137
Ibídem. P 9
138
Blanco Muñoz, Agustín. Op. cit. 1980, p. 183
75
Una lucha de liberación nacional sobre la base antiimperialista no puede ser llevada a
cabo bajo la égida del marxismo-leninismo y de la clase obrera en las condiciones
latinoamericanas caracterizadas por la existencia de una clase obrera numéricamente
poco elevada, con frecuencia penetrada por el reformismo y aristocratizada de hecho
por los salarios relativamente elevados que se pagan en las grandes empresas
extranjeras y nacionales. En cuanto al Partido se formarán y seleccionarán sus cuadros
a través de la promoción natural de la lucha de liberación tal como ocurrió en Cuba141
139
Debray, Regis. Ensayos latinoamericanos, Argentina, edic. La Rosa Blindada, 1967, p. 193
140
Ibidem, p. 185
141
Ibídem. p. 93
142
Ortega, Pedro. América Latina realidad y perspectiva, Caracas, edic. Cantaclaro, 1969, p. 49
76
Otra de las discusiones que se libra en este balance es que no se debió provocar que
los sectores progresistas de AD (MIR, ARS) salieran de ese partido, pues podía intentarse
una derrota a Betancourt internamente. En las apreciaciones fragmentadas que se recogen
de varios actores trabajados por Agustín Blanco Muñoz se infiere que toda la fuerza
acumulada por el llamado “movimiento popular y revolucionario” se fue perdiendo
parceladamente, creando condiciones para la derrota. Por lo tanto el enfrentamiento militar,
sin haber condiciones, fue para el movimiento revolucionario una derrota política; revés
que se agravará en 1965 al ir dando bandazos de la guerra a la paz, de la lucha clandestina
guerrillera a la legalidad electoral que culmina con la deserción de la dirección del PCV. A
la vez, es elemental pensar que el gobierno y los sectores de la burguesía que le apoyaban
contaban con un apreciable respaldo militar que constituía la base misma de sustentación
del régimen junto con la fuerza popular y el poder económico que proporciona la burguesía.
A esa conclusión llega Blanco Muñoz cuando dice:
143
MIR. “Ponencia para la tercera conferencia: El foquismo en la formación de los cuadros revolucionarios”,
mimeograf. 1968, p. 18
144
Blanco Muñoz, Agustín. Lucha armada y paz democrática. T. VI, Caracas, UCV, 1997, p. 23
77
asume la forma, obligada por la historia, de una guerra revolucionaria prolongada desde el
mismo momento en que se hace pública y abierta su disposición subversiva contra la
democracia representativa”145.
Núñez Tenorio considera que no se obtuvo bajo una política, por lo menos, la
neutralidad de las masas populares y, finalmente la deserción del CC del PCV cuya
posición fue de pacificación, la cual no hubiera sido errada si se hubieran planteado otras
condiciones menos desesperada por la legalidad. De acuerdo a este autor se hubiera
organizado una retirada ordenada, sin desbandada, sin deserción de los dirigentes, lo cual
hubiese evitado la muerte de muchos militantes, el presidio de otros y el paso a los cuerpos
represivos de algunos.
145
Núñez, Tenorio. La izquierda y la lucha por el poder en Venezuela, Caracas, edit. Ateneo, Col Actualidad
Política, 1979, P. 133
146
Idem. p. 124
78
En otro de los balances se toma en cuenta el bajo nivel de las masas. Juan Luna
manifiesta en su libro El voto nulo algunas posibles causas que buscan explicar esta
debilidad. Entre ellas plantea la capacidad de cooptación del sistema para desviar o
absorber los conflictos populares. En esto estaría intrínseco el peso de las organizaciones
reformistas y sindicales y la influencia del aparato político ideológico. En relación con el
sector militar afirma que “Este es uno de los más poderosos de América Latina y es
empleado a fondo y con gran violencia tras el objetivo de mantener el nivel de protesta de
las masas dentro de los límites permitidos por el sistema”147. Finalmente, ratifica la
ausencia de una política revolucionaria y de una perspectiva que pueda despertar confianza
en las masas para ponerlas en movimiento y elevar su combatividad.
La mencionada Política de Cuestionamiento del MIR fue clave para dejar al desnudo
toda una serie de contradicciones internas que conllevaron al surgimiento de varios grupos.
La dirección del MIR, encabezada por Moisés Moleiro, Simón Sáez Mérida, Américo
Martín y otros sería la tendencia calificada como burocrática y derechista, que busca la vía
electoral; las otras dos derivaron de quienes se mantenían en la lucha armada,
particularmente los del Frente Guerrillero Antonio José de Sucre ubicado en el oriente del
país. De su seno surgieron dos tendencias: la Organización de Revolucionarios (OR) que
buscaba rectificar hacia una línea político militar más hacia las ciudades, concretamente
hacia la formación de lo que llamaban un “militante integral político-militar”. Su énfasis de
actuación serían las zonas suburbanas y los cinturones de miseria, buscando penetrar las
fábricas; la otra organización fue Bandera Roja (BR) surgidos de la Comandancia del
FGAJS, los que para el momento ratificaban la guerrilla rural en una tendencia que fue
calificada de “militarista” por sus detractores.
147
Luna, Juan. Voto Nulo. Una línea electoral revolucionaria. Caracas, edic. Proceso, 1973, P.10
79
148
Julio Escalona, Marcos Gómez, Frenando Soto Rojas, “Circular interna”, mimeografiado, 1970, p.3
149
Puerta, Gabriel y Silva Américo. “Los comandantes no podemos ser cuestionados por el partido”.
Deslinde. Mimeografiado, 1969, p.2.
80
En cuanto a la situación de las FAN, Julio Escalona, dirigente de OR, hace algunas
consideraciones. Afirma que al ser el principal sostén del poder en ellas se manifiestan las
disputas internas del bloque dominante. Plantea que “pese a los esfuerzos de la misión
militar norteamericana, en el seno de las FAN se desarrollan corrientes democráticas, muy
tímidas e incoherentes, pero de indudable existencia”151 Considera el autor que estas
corrientes democráticas son débiles y están constantemente amenazadas pero que el
crecimiento de las luchas populares y la penetración imperialista en el ejército venezolano,
hará que sus contradicciones se presenten de manera más nítida. Partiendo de esta
valoración plantea que:
Por la pertinencia con este trabajo consideramos necesario hacer síntesis de los
planteamientos de esta tendencia. Considera Escalona que en el seno de las FAN se
manifiestan las divergencias entre los distintos grupos monopolistas, tanto nacionales como
extranjeros; las diferencias entre los monopolios y la burguesía media; las contradicciones
entre el pueblo venezolano y la burguesía y el imperialismo. Este juego es acelerado por el
proceso de desnacionalización de los mandos de las FAN y el incremento de las luchas
populares por cuanto la Misión Militar Norteamericana viene convirtiendo a las FAN en un
instrumento para el desarrollo de la guerra especial, lo que las coloca en última instancia en
enfrentamiento con el pueblo. Considera que para el momento (fue escrito entre 1970-71) la
descomposición de las FAN es mayor que en cualquier otra etapa.
150
Liga Socialista. Historia de un proyecto revolucionario, Caracas, Venezuela, edic. LS, 1996, p. 36
151
Luna, Juan. ¿Votar para qué? Edic. Proceso, Caracas; Venezuela, 1971, p. 75
152
Luna, Juan. Op. cit. 1971, P.76
81
generales han pasado a ser accionistas de grandes empresas y están tratando de intervenir
en el control de las empresas del Estado.
Los partidos intensifican su labor entre los oficiales pero no dirigen su conducta, más
bien considera que sectores de las FAN imponen puntos de vista en el seno de las
direcciones de los partidos COPEI, AD, el MEP, URD, etc. Entre las tendencias existentes
en las FAN, Julio Escalona enumera las siguientes:
El otro agrupamiento importante de las FAN es el sector influido por AD. También este
grupo es fiel a la Misión Militar Norteamericana; pero sus vínculos partidistas son más
definidos y precisos. Muchos de los más importantes jefes de este grupo son hijos,
sobrinos, etc., de viejos líderes de AD y poseen nexos directos con este partido. AD ha
dispuesto de una mayor flexibilidad para manejar los conflictos en el seno de las FAN y
sortear algunas presiones. Los mandos militares no están subordinados incondicionalmente
a esta dirección. Este grupo se siente desplazado de los puestos de comando más
importantes; no ignora los planes del grupo pentágono y siente un descontento por la
política de pacificación, cuestión que es aprovechada `por AD. El apoyo parlamentario de
AD al régimen depende mucho del desenvolvimiento de la crisis interna en el seno de las
FAN; en algunas oportunidades utiliza el chantaje para forzar a Caldera a que impida el
desplazamiento de oficiales ligados a AD de los puestos que ocupan.
Finalmente está el llamado “Grupo Perú”. Este nucleamiento tiende a reflejar a los
intereses de la burguesía media y sectores de URD y el MEP. Es un grupo menos fuerte que
los anteriores; difícilmente podría impulsar un estallido conspirativo exitoso. Son oficiales
de escalas medias inspirados en la junta de gobierno peruana. Considera Escalona que “en
82
una estrategia guerra prolongada, este sector debe ser valorado correctamente, sin
subestimar ni sobreestimar su papel”153.
Rodríguez, planteó férreamente la vinculación del militante con las masas; impulsó con
argumentos, basados en la formación de los movimientos de izquierda, que el partido
153
Luna, Juan. ¿Votar para qué? Caracas, Edic. Proceso, 1971, p. 80
154
Morales Mena, Guillermo. “Ideas sobre el partido proletario”, Espartaco, Nº 3, p. 30
83
A manera de conclusión.
Los documentos revisados colocan en entre dicho que en Venezuela haya existido un
partido con las características de una vanguardia revolucionaria vista según los patrones de
la teoría marxista leninista. En el comportamiento de la izquierda en las distintas
coyunturas históricas (y en particular en la década de los 60) se observan contradicciones
entre la teoría y la práctica. Al existir desvinculaciones entre una y otra ninguna de las dos
fue revolucionaria. Hubo diferentes puestas prácticas que no estaban acordes con la
situación del momento por lo cual se podría considerar que la particularidad de la
contradicción entre teoría y practica era la teoría y sin ella no podía haber movimiento
revolucionario.
Dentro de la carencia teórica está el hecho de haber producido caracterizaciones
alejadas de la realidad venezolana; se afirmó el mecanicismo y el copismo de realidades
ajenas y de experiencias históricamente diferentes, lo que redundó en un alejamiento de la
dinámica social venezolana.
En ese vacío teórico estuvo también la carencia de una línea militar coherente; se
fracturaron procesos en los instrumentos de poder, se declaró una enfrentamiento abierto
sin haber agotado la autodefensa; luego, en posteriores caracterizaciones, no hubo
adaptación entre los objetivos políticos estratégicos y su instrumentación. Se confundió
insurrección con guerra popular y ésta con guerra revolucionaria. Ante la falta de ubicación
y jerarquización entre las luchas urbanas, rurales, suburbanas y militar de carrera se
esgrimió la tesis de “insurrección combinada” por cuadros medios que no valoraron el
cambio de condiciones en un país eminentemente urbano y con aspiraciones de
profundización democrática.
Muchas de estas poses armadas de la dirección del PCV lo que hacían era esconder su
verdadera postura: su esencia era golpista más que de movilización, organización y
profundización de la democracia recién nacida. Por sus “declaraciones de principios” la
izquierda pierde por mucho tiempo la bandera de la democracia, pregonando una dictadura
proletaria que pocos entendían.
Este proceder y esa fijación golpista encontró asidero en los agrupamientos militares
nacionalistas que por lo visto existieron en toda la época; pese a las constantes
depuraciones del aparato militar, pareciera que siempre logró existir un sector de militares
que apoyaba a la izquierda. La unidad nunca fue monolítica.
Un tema tratado en estos balances de los 60 fue la cuestión del poder y la pasividad de
las masas. En la construcción del nuevo orden, inspirado en la socialdemocracia, lo
oligárquico y lo popular se mezclaron en construir un Estado con un doble carácter de
coalición y de clase. El paternalismo populista basado en la represión-negociación-
concesión-convenio, buscó frenar, reencausar, recuperar o anular cualquier rebeldía. Se
creó un mimetismo donde la burguesía hablaba como proletaria y el gobierno se disfrazaba
de pueblo, arrebatando banderas y símbolos y haciendo que la oposición también
reprodujera estos vicios. Su resultado fue la cooptación; un ciudadano conformista, facilista
y apático. Esta cultura del poder permeó a políticos, civiles, militares, profesionales, a
obreros y campesinos conformando una mentalidad reacia al cambio. Se educó la
85
BIBLIOGRAFÍA.
1. Fuentes primarias:
1. 1. Recopilaciones documentales.
Frente Guerrillero Antonio José de Sucre. Montañas de Oriente, Julio Esca1ona. “El
MIR demanda ocho puntos”, 1968. pp. 38
MIR. “Acerca de la táctica del Movimiento Revolucionario”. Comando Nacional de
Emergencia. 1968. pp. 38
MIR. Decreto de Rehabilitación del PCV. Declaración Política de Julio Escalona.
Revista del MIR 1969, pp. 94
MIR. “Algunos elementos esenciales del carácter de la Revoluci6n Venezolana”.
1966. pp. 11.
MIR. Ponencias para la III Conferencia Nacional. Caracas. Editado por el MIR. 1971.
pp. 86
MIR. Carta Pública ( Carlos Betancourt y Marcos Gómez ). Montañas de Oriente.
1968.
Morales Mena, Guillermo. Ideas Sobre el Partido Proletario. Caracas. Edic. Espartaco.
Nº 3. pp. 145
____________________ “El camino hacia la formación del partido único de los
revolucionarios venezolanos”. 1969, Mimeografiado, pp. 28
MIR. Entrevista al Comandante ( encargado ) del MIR. Moisés Moleiro. Revista del
MIR, 1968. pp. 38
MIR. “Ponencias para la III Conferencia Nacional del MIR Poder Democrático
Local”. Edic. MIR, Venezuela, 1971,pp. 80
JMIR. “Carta a los oficiales, clases y soldados”. Montañas de oriente, 20 de
noviembre de 1969. pp. 8
87
Douglas Bravo. “La Guerrilla rural”.. Edt. Chimiro. 1970. pp. 16.
Francisco Prada. “En el camino de la lucha”. Edic. Continente Libre, Nº 12, 1972, pp.
28
PRV: “Resoluciones de la reunión de los delegados del MIR y FLN-FALN, realizadas
el 11 de junio del 69”. Edic Continente libre Nº 9, Caracas, 1970, pp. 28
PRV. “Copia de la carta de Douglas Bravo para Alí Rodríguez 26 de junio de 1969”.
Edic Continente libre Nº 9, Caracas, 1970, pp. 28
PRV. “Grabación de la reunión de diciembre entre el FLN-FALN y el Frente
Guerrillero Antonio José de Sucre. Diciembre de 1969”. Edic Continente libre Nº 9,
Caracas, 1970, pp. 28
1.2. Libros basados en artículos y entrevistas a protagonistas.
77.
Fuego. Órgano ideológico del CC del PRV. Mayo. Nº 4 y 5, 1971. pp. 116
Principios. Revista del Comité Central del PCV. “Sobre la Discusión política en
la Conferencia del PCV”. ( García Ponce) Caracas, Nº 8, Mayo de 1961, pp. 71
Izquierda ( Órgano Nacional del MIR ). Nº 52; Dic. 1966. Nº 57; Nov. 1967,
Nº 58; Oct. 1968
El Nuevo Venezolano. Balance de la Lucha Armada. ( 1960—1965 ). Caracas.
Oct. Nº 12. 1979. pp. 24.
2. Fuentes secundarias.
2.1 Libros.
La recaptura de un proceso
Breve comentario introductorio. El presente trabajo es un intento de sistematizar algunas
ideas que vienen discutiendo varios colectivos e individualidades, en publicaciones y
conversas. Estos en su mayoría no son citados, pero están identificados con la compleja
tarea de la construcción de un nuevo orden. Por ello, en algunas de sus partes, no se fija una
posición sino que se cita una manera de concebir, de interpretar las subjetividades diversas
presentes en este proceso con el cual el venezolano común se ve reconocido y
comprometido ante la historia y el mundo que espera este difícil parto. La idea es facilitar y
compartir estos puntos de vista para ampliar la discusión en los colectivos que diariamente
asumen con su práctica la construcción de un nuevo rumbo en la Republica Bolivariana de
Venezuela.
En nuestro continente se han dado diferentes experiencias que son necesarias recordar
para poder caracterizar el momento que vivimos, sobre todo porque las categorías de
análisis que poseemos son insuficientes para nuestros tiempos. Los conceptos debe abrirse,
entender sus evoluciones; nada es estático. En todo caso, vale crear distinciones que
permitan acercarse al objeto de estudio. En ese sentido, el escritor Sergio Aranda, utiliza la
categoría Modo de Desarrollo para buscar explicar procesos contemporáneos de algunos
países latinoamericanos. Creemos que ella puede ser válida para explicar algunas
situaciones que se presentan en el caso venezolano.
ponerla en práctica es preciso que se lleve a cabo dentro del Estado. Las transformaciones
son siempre conflictivas y contradictorias en sus resultados. Adicionalmente, el logro de los
objetivos va modificando lentamente las estructuras iniciales, en términos políticos,
económicos, sociales y culturales y creando contradicciones y desequilibrios, hasta hacerlos
incompatibles con el modo de desarrollo vigente. Ello se expresa en forma de crisis, que
afecta a todo el sistema”.
1. El trabajo que desarrolló la izquierda desde la década de los 60, aún con sus tumbos
e incapacidades, ha sido continuado por la constancia y el relevo de grupos que han
perseverado en el discurso radical. En 40 años, si bien la democracia representativa
desapareció a casi una generación de luchadores, la idea, la resistencia, la herencia cultural
y sanguínea ha dejado frutos. Recuérdese además, la incidencia que tenía la izquierda en los
grupos nacionalistas que protagonizaron El Porteñazo, El Carupanazo, y que por muchos
años la izquierda tradicional siempre tuvo una aspiración golpista. Sobre esta pretensión se
mandaban a estudiar a jóvenes influenciados por la izquierda a los cuarteles y en los cuales
pudo mantenerse, por lo menos, el ideal patriótico.
2. El constante discurso neoliberal y la puesta en práctica de paquetes que han
significado la restricción paulatina del gasto público. Si bien el modelo neoliberal planteado
sólo se ha puesto en práctica de manera tímida, por el temor a la ira popular y a perder los
votos que ellos representan, él siempre significó una amenaza latente que las masas
populares esperaban con angustia e incertidumbre. La respuesta que dieron los sectores
populares el 27 de febrero de 1989 es parte de este sentimiento represado y que por demás
marcó un hito en el desenvolvimiento posterior de la política venezolana.
3. El avance del fenómeno de la globalización, la desfronterización, el proyecto de
grandes áreas de libre mercado, el peligro de la pérdida de identidad nacional, la fuerza
centrífuga que atomiza países pero que a la vez los une por la defensa de su soberanía y su
historia, sería otro indicador de la irrupción nacionalista.
4. El proyecto neoliberal de convertir los ejércitos profesionales en simples policías
antidroga, hizo que los sectores militares se adhirieran mas al ideal patriótico de vocación
soberana.
92
El 'Caracazo' de febrero 1989 tomó a los conspiradores por sorpresa y sin capacidad de reaccionar,
entre otras cosas porque todavía no contaban con el imprescindible comando de tropas. Al mismo tiempo,
sirvió para radicalizar su determinación de levantarse en contra del presidente Carlos Andrés Pérez. Les había
provocado particular indignación que un régimen considerado ilegítimo hubiera utilizado a las fuerzas
armadas para reprimir a la población, una actitud que, además, respondía a un sentido del papel profesional de
las fuerzas armadas ampliamente divulgado en la institución. Cuando, en 1992, se produjeron los dos
levantamientos militares (del 4 de febrero y él del 27 de noviembre) se evidenció que el malestar en las
fuerzas armadas se extendía más allá del círculo de los conspiradores del ejercito y abarcaba también a
oficiales de mayor jerarquía y de otras ramas de las fuerzas armadas. También se puso de manifiesto que
había motivos adicionales para el descontento en las fuerzas armadas: el Contralmirante Grüber Odreman,
quien encabezara el levantamiento del 27 de noviembre, ha señalado la indignación provocada por una actitud
supuestamente conciliadora y entreguista del presidente Carlos Andrés Pérez hacia Colombia y la
preocupación que generaban las presiones de los Estados Unidos dirigidas a involucrar a las fuerzas armadas
en la lucha contra el narcotráfico, tarea considerada de carácter policial y ajena a la vocación profesional de
los militares. Si la primera de estas preocupaciones nutría un nacionalismo cerrado signado por el tradicional
celo de las fuerzas armadas respecto a los problemas limítrofes, la segunda, compartida por las fuerzas
armadas de otros países latinoamericanos, apuntaba hacia la necesidad de una reacción conjunta frente a las
pretensiones de los Estados Unidos de reducir a las fuerzas armadas latinoamericanas a un papel de
guardianes policiales, con el consiguiente menoscabo de sus funciones en defensa de la soberanía nacional
(Citando a Grüber, 1993; Jácome, 1999, 409)
155
Parker, Dick, “El chavismo: populismo radical y potencial revolucionario” Rev. Venez. de Eco. Y Ciencias Sociales,
2000, Vol. 7 Nº 1, pp. 11-42
156
La preocupación al respecto quedó manifiesto en la Conferencia de los Ejércitos Americanos en 1996 cuando la
cuestión de la pobreza fue planteada como una de las amenazas para la seguridad, frente a las cuales los ejércitos deben
generar respuestas (Diamint, 1999, 14).
93
subsistencia, cómo sobrevivir, en primer lugar. Luego, otros, con mayores niveles de
conciencia han resistido de variadas formas hasta buscar transgredir el orden, ideando
atisbos de otros modelos de vida que en esencia son poscapitalistas. Socializan, pero si son
socialistas no lo son porque precisamente una fórmula científica lo decrete. Es porque
fundamentalmente no hay camino dentro del capitalismo. Después del capitalismo no hay
nada, solo muerte. No hay bosque, no hay aguas, no hay petróleo, no hay planeta. Pero
muchos creen que después del capitalismo en su fase más destructiva está el socialismo;
que la magia de la historia nos empuja hacia el horizonte socialista y luego hacia el
comunismo. No se han detenido a pensar que sólo las luchas del pueblo por la
sobrevivencia, la resistencia y la subversión, son las que han mantenido el ideal socialista y
comunista en el mundo entero. Aquí lo que hay es una historia (o muchas) que nos avisa
que hay un pueblo que lucha y que pretende sobrevivir. De esta precisión se derivan
muchos procederes.
Las teorías sólo son retóricas sino se llevan a la practica, y el mundo es muy complejo
para encasillarlo en un solo concepto, aparte de lo difícil que es llevar plenamente a la
práctica una teoría preconcebida. El primer tipo de conciencia es la fe. Hay que creer en
94
algo –dice la gente- y las creencias no son racionales, es fe, no ciencia. Lo que une,
mantiene y sostiene este proceso, además de los precios del petróleo, es el amor y la
ilusión de un mundo mejor. También está la teoría del caos, que actúa sobre la
incertidumbre como elemento conformador. Pero universalmente hay una evolución natural
en donde las contradicciones fundamentales se van convirtiendo en antagónicas y ya no hay
cabida dentro de la forma societal capitalista. Eso lo tiene que evidenciar un colectivo de
vanguardia, de intelligetsia o como se quiera llamar, porque la gente está suficientemente
ocupada como para reflexionar el hecho en sí mismo.
La mayoría de los movimientos toman el poder para implantar otro poder sin que el
pueblo tome las riendas. Conciben el poder como una cosa que se puede “tomar” en un
rápido asalto. La experiencia histórica enseña que por lo general el Estado es reducido a
una maquinaria policial-militar, subestimando las trincheras y refugios de los grupos
económicos, mafias sindicales, medios de comunicación, escuelas, etc., que cumplen
funciones hegemónicas y moldean el sentir y pensar de la población. El reformismo
generaría una profunda frustración popular difícil de superar en mucho tiempo.
algo que defender para continuar un proceso en el cual una vida no basta para ver
plasmado todo lo que quisiéramos.
La democracia no debe ser sólo electoral, debe incluir muchos aspectos de la vida
democrática del país. Existen otras democracias no representativas que tienen función de
potestad y de gobierno en las comunidades; subsiste una democracia comunitaria en
algunos sindicatos, organizaciones estudiantiles y comunidades rurales. El concepto de
democracia es muy amplio y hay que abrirlo, en ello estriba parte de la esencia de ser
democrático, en reconocer otras formas de democracia: democracia directa, asambleas,
democracia social, democracia de participación, democracia de calle. Se trata de combinar
la democracia representativa con otras formas participativas en el marco de un enfoque
intercultural y social.
quien no sirva; quienes detentan el poder pueden estar sujetos a la valoración, examen y
sanción por parte de la sociedad a que pertenecen.
La democracia es un modo de vida donde los seres sociales –en las relaciones
cotidianas- viven, crean y recrean valores que contribuyen a la realización de las
posibilidades inmanentes a la humanidad. Una democracia no es la suma de todos, ni la
síntesis de todos, sino la red del diálogo, que no procura el consenso estéril sino la sangre
de la diversidad. Una sustanciación de la democracia comienza con poner en el centro al
ser humano en su permanente búsqueda hacia la objetivización (de su actividad de trabajo
como productividad humana), hacia la socialidad, la universalidad, la autoconciencia y la
libertad. Este planteamiento es parte de una línea teórica que concibe la democracia como
una praxis activa de las clases subalternas.
Hugo Zemelman (1994) desarrolla un marco conceptual que prioriza “el movimiento
interno del sujeto”, enfocando “la temporalidad como despliegue en el tiempo” y la
motivación de las acciones. Villasante (1995) también enfatiza sobre los dinamismos
socioculturales endógenos del sujeto. Otros ven los cambios a través de una resistencia
individual-familiar-grupal por una formación dirigida hacia valores y lecturas compartidas
y que la han dado a llamar subversión intracultural.
Cualquier sistema político debe tener soporte social, debe confrontarse con la
sociedad, con una concepción abierta a las críticas. Las críticas no necesariamente son en tu
contra, no necesariamente son tu enemigo. El modelo de marxismo ortodoxo así las veía:
“si me criticas es que no eres revolucionario, eres reaccionario, o eres un ignorante que no
entiende el papel de vanguardia”. Se siguen manejando las mismas categorías y las mismas
discriminaciones. Si no se es de izquierda, se es de derecha; si no se es revolucionario se es
reformista. Resulta que fenómenos nuevos son analizados con parámetros viejos, y la
resultante es un engendro de difícil comprensión. Se colocan membretes y etiquetas a todo
98
La sola lucha por la dignidad –que engloba aquellos conceptos de respeto, espacios
de participación, reconocimiento, libertad de expresión, autodeterminación de los pueblos
para elegir su propio destino, trabajo, seguridad, acceso a la cultura y a la educación,
etcétera –es en sí revolucionaria- y aunque se tenga razón al calificar de reformista a
cualquier movimiento que busque transformaciones dentro del mismo sistema, también
hace revolución quien lucha por la dignidad, puesto que en el sistema actual ésta es
inviable, y eso quiere decir que conseguirla significa transformar profundamente las
relaciones sociales y las estructuras de poder del Estado. No plantearse en estos momentos
una transformación socialista de la propiedad de los medios de producción, no significa que
un movimiento no sea revolucionario. Más que una tendencia reformista podría ser un
proceso revolucionario que intenta abrir espacios que permitan una revolución en
conciencia mañana, en la cual participen abiertamente las masas populares.
carnaval donde afectivamente cada cual se despoje de la máscara que le habían puesto.
Mirando hacia atrás para caminar hacia adelante. Esto también tiene que ver con la
relación: revolución- cultura y con las mil flores que pretendieron abrir en China, pero
también con la democratización de los medios. Agnes Heller opina que “La idea de la
comunicación libre de dominación, vinculada con el interés emancipatorio de todos, puede
ser caracterizada más propiamente como democracia radical”. Ya en Venezuela empiezan a
abrirse caminos para estos “empoderamientos” donde lo comunitario domine sobre el
amarillismo, la contrainformación y el abuso del mercado unilineal de la información.
Para el presidente Chávez, las fuerzas motrices estarían más cercanas al quehacer
político y al poder movilizador de las ideas. En una entrevista con Luis Bilbao, sostiene: “
... aquí hay una fuerza moral que despertó, que estaba adormecida. Y ésa es una fuerza
motriz. Es un curso moral, es un curso de ideas. Aquí hay ideas motrices: Bolívar se ha
convertido en una idea motriz; un generador de fuerzas políticas, de fuerzas ideológicas, de
fuerzas reales, contundentes”157.
Existe toda una discusión sobre lo que puede significar o a significado el sujeto
157
Bilbao, Luis. “Chavez y la Revolución Bolivariana” edit. Fuego vivo, , Caracas, Venezuela, 2002, p. 27
100
Hay un potencial revolucionario que pudiera ir más allá de los resultados que ha tenido
el populismo en América Latina. Dick Parker, caracteriza el chavismo como “populismo
con potenciales revolucionarios”: Se trata de un discurso político que se distingue por
interpelar y calar profundamente entre los sectores populares, a la vez que logra estimular
un entusiasmo y un potencial de movilización entre estos mismos sectores que abre
perspectivas de profundos cambios en la sociedad. A diferencia del populismo clásico, el
populismo chavista viene construyendo instrumentos que pudieran dar autonomía a las
clases populares, cosa que lo diferencia notablemente del “Estado intermediario”.
En la actualidad buena parte de los nuevos movimientos desconoce el rol histórico de los
trabajadores como clase dirigente de la revolución socialista. Bastaría un movimiento
pluriclasista, amorfo, y sin doctrina de clase, para conducir por decreto la lucha por el
socialismo. En las nuevas complejidades sociales se acusa un desdibujamiento del sujeto
histórico tradicional. Este nuevo tipo de trabajador parece ser más dinámico,
cuentapropista, nómada y sin ningún sentido de destino que no sea su sobrevivencia. En ese
sentido, Heinz Dieterich habla de un “bloque histórico de distintas fuerzas sociales”
nucleado en torno a los principales protagonistas del proceso.
La propuesta de los Altos mirandinos al XXI Congreso del PCV estima que
Concluyen estas reflexiones estimando que “..se puede constatar que su debilidad actual
representa, en buena medida, una importante limitación temporal para imprimirle un
carácter más consecuentemente revolucionario al Estado”. En consecuencia sentencian: “En
la actualidad, no podemos esperar que los cambios hacia la sustitución del modo de
producción capitalista, a favor del socialismo, se sucedan de forma rápida e intempestiva.
Ello en virtud del propio carácter de la actual fase de la revolución, de la necesidad de
preservar y fortalecer, con todo lo compleja y contradictoria que sea, la unidad nacional
antiimperialista y sobre todo, en virtud de la pronunciada debilidad generalizada del sujeto
social del objetivo socialista, la clase obrera venezolana”.
Con lo que se entiende que para el PCV lo principal en estos momentos es la lucha
por la liberación nacional. Ya en otras oportunidades, en las luchas de los 60, se dio una
simultaneidad en estrategias diferentes como era unir liberación nacional al unísono con el
socialismo. Es de recordar que para los clásicos del marxismo las luchas de liberación
nacional engloban fuerzas policlasistas en las que se incluye la supuesta “burguesía
nacional” afectada por el imperio. En consecuencia, se plantean un Frente antiimperialista;
en cambio las luchas por el socialismo, de acuerdo a la lógica marxista-leninista, implicaría
un instrumento más monolítico nucleado en un “bloque de clases explotadas” con un
Partido identificado plenamente con una sociedad comunitaria. Ambas estrategias implican
objetivos diferentes en el programa de lucha.
sociales y contribuyó a su fragmentación, la misma izquierda eligió mirar para otro lado,
ignorando ahora a su "nuevo sujeto".
A los que definen a los excluidos de los barrios marginados como la fuerza social de
Chávez, tendrían que precisar mediante estudios serios quiénes conforman este
conglomerado social. El hecho de vivir en barrios podría tener más una connotación
habitacional como producto del déficit de vivienda que verlos como “marginados de la
producción y del trabajo”.
Pareciera que todavía no hay conciencia profunda del ser político en las mayorías. Las
tareas de “organización” sin perfiles estratégicos se van haciendo inofensivas y funcionales
al sistema mismo. Para muestra Argentina, donde existen múltiples organizaciones que no
se han materializado en una sociedad diferente. Perón desarrolló una inmensa clase obrera,
organizó gremios, desarrolló la industria, pero como intermediario entre las clases nunca
dio el salto.
En la experiencia chiapaneca, Ana Esther Ceceña, ofrece una síntesis de su visión: "El
sujeto revolucionario, el portador de la resistencia cotidiana y callada que se visibiliza en
1994, es muy distinto al de las expectativas trazadas por las teorías políticas dominantes. Su
lugar no es la fábrica sino las profundidades sociales. Su nombre no es proletario sino ser
humano; su carácter no es el de explotado sino el de excluido. Su lenguaje es metafórico, su
condición indígena, su convicción democrática, su ser, colectivo158"
Sería bueno recordar los aportes que han hecho los zapatistas sobre el entramado social
contemporáneo. Ubican la visión de una conflictividad ligada al hecho de que los
trabajadores son desposeídos del fruto de su trabajo. Los explotados de los que hablan los
zapatistas no son únicamente los obreros que trabajan en las fábricas y en zonas urbanas
sino todos aquellos que dependen de su fuerza de trabajo para vivir o sobrevivir, sin
importar si tienen o no la ocasión de utilizarla. Su invocación no sólo es a los excluidos,
también a las estructuras organizativas gremiales, de clase, o lo que se ha entendido como
tales hasta hace poco tiempo.
158
Ana Esther Ceceña, "Líneas centrales del discurso zapatista", CLACSO, 2001.
103
Pareciera una estratificación social, no ya por clases sociales sino por categorías de
ciudadanos.
Podría ser que el movimiento zapatista sea la expresión moderna de la lucha de clases
y con el tiempo se pueda encontrar el significado que tienen las clases en esta nueva etapa
del desarrollo capitalista.
Sobre los nuevos sujetos sociales, el zapatismo ha dado pie para producir sobre las
posibles emergencias sociales. Ana Esther Ceceña, realiza algunas hipótesis que parten de
las nuevas condiciones entre el capital y el trabajo. En la medida en que avanza la
concentración del capital y el dominio sobre espacios no capitalistas, lo hace también la
desposesión o exclusión de amplias capas sociales de las decisiones del poder que, por ello,
se ven compelidos a reclamar por diferentes vías sus derechos ciudadanos. “Aquello que ha
sido conceptuado por muchos como los nuevos sujetos sociales, en realidad es expresión de
la nueva versatilidad del sujeto que comparte con el anterior, mucho más preciso y
tangible, el desposeimiento de capacidad decisoria social y la necesidad de convertirse en
real sujeto de la historia para lograr su emancipación. En los últimos años observamos un
desplazamiento de las bases de organización social desde la esfera de la producción hacia la
de la reproducción y, por tanto, reivindicaciones de ciudadanía, de pertenencia a la nación y
de igualdad de derechos más que propiamente de clase.
Renace la ciudadanía en los nuevos Estados en construcción, pero una nueva sociedad
solamente puede construirse a condición de que el viejo Estado sea destruido
completamente. El Estado, por naturaleza clasista e histórica, es un aparato de opresión, y
resulta ingenuo creer que sus reformas o modificaciones pueden realizarse a favor de los
pobres y por su emancipación total. Lenin aconsejaba, al sintetizar la experiencia de lucha
por ganarse a las masas populares y trabajadoras “Vivir en lo más profundo de la masa.
Conocer su estado de ánimo. Conocerlo todo. Comprender a la masa. Saber abordarla.
159
Dussel, Enrique, citado por Susan Street, “La palabra verdadera...” Ob cit p. 89
104
Pudiera decirse que existen muchos elementos que demarcan la existencia de una
vanguardia política. Tanto importantes sectores del pueblo, como el mismo núcleo de
Chávez han actuado como vanguardia; han sabido defender la revolución para aplicar su
programa (Constitución) y han sabido criticar al poder constituido, aunque sea de forma
insuficiente. Ahora, la cuestión estaría en determinar si esa vanguardia además de política
es revolucionaria. La otra vanguardia, la popular, además de silvestre y con características
de espontaneidad, también se ha venido dando mediante unificación del movimiento
popular en torno al líder en 1998 y la apertura a gran escala de la discusión del programa
bolivariano.
160
V.I. Lenin. Plan de las tesis “Sobre el papel y las tareas de los sindicatos en las condiciones de la Nueva
política económicas”. O.C., t. 44, p. 497.
105
Para definir y construir una vanguardia política se deben tener en cuenta que ella
está inserta en la lucha entre dinámicas: la dinámica del poder constituido, la dinámica del
poder constituyente y la dinámica de la contrarrevolución.
Para los que defienden al partido clásico la cuestión crucial estaría en la disyuntiva
entre partido de la burocracia o partido de la revolución. Conciben una organización
revolucionaria inserta en dinámicas sociales. Una vanguardia del protagonista cotidiano de
la revolución, que tenga en cuenta lo que hemos sido y somos, que no considere al
ciudadano indígena o al ciudadano urbano-rural como simple observador de la dinámica de
la democracia representativa institucional, sino como el sujeto principal de cualquier
cambio revolucionario. Un sujeto colectivo en una praxis consciente162 para que se
produzca el salto social en la humanidad: el socialismo como alternativa al capitalismo.
Estamos hablando de un proceso de comprensión realizado por un sujeto colectivo
integrado por millones de almas y no sólo de un sujeto de cuadros de vanguardia. Un poder
popular más horizontal, más cercano a la vida de la gente que originó la revolución. Con
Asambleas Populares decisorias que se entiendan directamente con los gobernantes. Ello
introduciría una profundización en el programa de la revolución y conllevaría a definir
objetivos estratégicos del movimiento popular.
En la llamada Nueva Cultura Política el asociado tiene que ayudar a que su compañero
escuche, más que hable; consense, más que imponga; acompañe, más que vanguardice.
Algunas premisas serían:
161
Dieterich, Heinz. Hugo Chávez y el socialismo del siglo XXI, editado por Carlos Julio Morillo, 2005.
162
Dieterich, Heinz. Chávez y el socialismo del siglo XXI. Obra citada.
106
“El Colectivo militante se organiza en función de trabajar porque sean las masas las que
progresivamente tomen la iniciativa.
No inventa formas de lucha: descubre, sistematiza, orienta, generaliza e impulsa el desarrollo hacia
niveles superiores, de aquellos que dentro de la práctica social del pueblo ocupan un papel
secundario y determinan el valor que pueden tener dentro de una política de largo alcance.
No estimula la organización y educación del pueblo por la simple finalidad de controlar las
organizaciones populares o de lograr militantes para su tendencia. El propósito fundamental de la
organización y educación del pueblo, es impulsar el proceso de acumulación de fuerzas entre el
pueblo y sus enemigos en la medida en que el pueblo va tomando la iniciativa.
La organización revolucionaria se construye desde abajo hacia arriba en correspondencia con las
163
necesidades presentes y futuras del movimiento de masas”.
163
LS. Historia de un proyecto revolucionario, edic. LS, Venezuela, 1996, p. 101
107
Una primera tarea es buscar lograr, en el plano inmediato, innovaciones que impliquen
control y veto de las comunidades que vayan, a su vez, teniendo un peso en la vida
nacional. Ellas deben ser vistas como un nivel de conciencia que permita delinear objetivos
de movilización social contra el capital. Lo dominante es crear la conciencia de poder que
vaya, en acciones continuas, desenmascarando, erosionando, desprestigiando lo que queda
del antiguo orden. Buscar los mecanismo para desbordarlas apelando a la participación
directa de los ciudadanos. En Chiapas, la manera de desbordar mecanismos e instituciones
fue a través del concepto intersubjetivo de dignidad, ella siempre tendrá una connotación
diferente, y difícilmente se detendrá en un tope. En Brasil, el concepto de desborde se
implementó a través del mecanismo del Presupuesto Participativo, pues como afirmaba
Marx: “las necesidades son crecientes”.
Envolvería además, explorar las tradiciones de convivencia que impulsan una visión
de la vida en muchos niveles, en donde se le otorga un gran peso al papel del trabajo. Los
pueblos tienen sus tradiciones y necesidades que alguna vez estuvieron resueltas. Se trataría
108
entonces de promover una economía social paralela a las grandes aspiraciones del capital
tales como la cogestión (empresas o préstamos estatales con asociaciones locales)
asociacionismo, cooperativismo, autogestión, corresponsabilidad, lo cual pudiera motivar el
desarrollo de cadenas productivas, distribuitivas y de servicios con relativa autonomía,
generadoras de procesos acumulativos de riqueza que tiendan a la socialización. Este
desarrollo local sustentable podría articularse con el desarrollo endógeno que se viene
construyendo nacionalmente. Recuérdese que desde 1968 se vino erigiendo un modelo de
crecimiento hacia fuera con el cual se disminuyó la producción nacional y en consecuencia
nuestro mercado interno se fue estrangulando, tanto por la quiebra de los pequeños y
medianos productores y empleadores, como por los salarios miserables para poder
garantizar el bajo costo de la mercancía y poder competir internacionalmente.
Con estos basamentos culturales, económicos y políticos se edificará una relación que
recupere la intimidad de los individuos y los grupos, poniendo en algunos casos como
centro la religiosidad, es decir, un sentido de respeto y de trascendencia. Las luchas
religiosas han logrado un sentido teológico de liberación que unidas a sentimientos,
conocimientos antiguos y a ciertas hibridaciones que colocan al hombre como centro, crean
un sincretismo interesante para la cohesión y el hacer.
Para algunas comunidades que poseen cohesión y sentido de propiedad identidaria los
vínculos directos entre los pobladores no son otra cosa que recuperar el derecho
consuetudinario. Allí se sabe quién es quien y lo que cada individuo representa para la
comunidad. La organización es la parte clave del asunto. En los mismos barrios urbanos se
podrían recuperar territorios en tanto se pongan en operación los vínculos entre las
personas, en tanto se recircule la energía colectiva que parte de la experiencia individual de
quienes decidieron organizarse. De quienes decidieron consensar.
diversidad debe tener puntos de partida reconocidos y aceptados. Se trata de construir con
riqueza cultural la lucha social, creando una subjetividad con nuevos sentidos y semánticas
colectivas.
Los valores compartidos, las utopías como retos simbólicos, actúan como signos
que desafían al lenguaje y los códigos que han hecho una minoría. Se trata de cuestionar la
racionalidad instrumental que guía a los aparatos del poder basados unilinealmente en la
eficiencia y la efectividad. Ante la cifra macroeconómica hay que anteponer el para qué y el
para quién de los fines y valores. Con construcciones de imaginarios colectivos que
contraataquen con sus propias seducciones y complicidades comunales, relativizando las
imágenes dominantes del capital. Imaginar futuros posibles, crear fisuras en las apariencias
de normalidad/naturalidad del orden social y proponer otras formas de mirar/concebir ese
orden hasta ahora instituido, explicitando sus contradicciones, riesgos y debilidades.
Develar que la manera como está concebido el funcionar del viejo orden sólo va a llegar a
un punto de soluciones no profundas.
Sobre estos riesgos para la vida una de las propuestas es buscar atomizar el poder
que podría tener la reacción en la localidad. Se trata, entre otras connotaciones, de detectar
los centros de poder de la vieja mentalidad en el seno del pueblo y lograr políticas para su
neutralización. Estos centros pueden ser familias referenciales, instituciones, personajes
populares que mantienen, por prestigio y tradición, la ascendencia sobre la comunidad
conservando ideológicamente las antiguas relaciones. Algunas veces son
microdespotismos, que se han introducidos en el ámbito de las relaciones humanas y en la
vida cotidiana, que hay que desarmar. No siempre personifican el enemigo principal a
vencer, pero son sus representantes concientes o inconscientes. El verlos como humanos,
quizá también como víctimas, ayudaría a acercarse a ellos, conocer sus debilidades, para
contrarrestar su influencia.
Hay que asumir el desarrollo local como un proceso complejo, allí hay un espacio
humano concreto que es necesario caracterizar, conocer sus intereses, sus vivencias
particulares, buscar las alianzas posibles entre actores no antagónicos, superando las
contradicciones en el seno del pueblo. Esto con el fin inmediato de bienestar colectivo. En
la medida que los pobladores logren configura un patrón de organización que se mantenga
en el tiempo y logren ver que ellos mismos resuelven en virtud de haber adquirido
capacidades autogenerativas y capacidades de mejorar las condiciones ambientales
podríamos hablar de cierta sostenibilidad.
El lugar de la teoría (y del análisis teórico) en los movimientos políticos y sociales suele
obviarse. La caracterización, el estudio metódico de las experiencias, la esencia teórica del
espacio socio cultural donde se milita es determinante. Una acertada relación de
interioridad con los sectores que lo integran y un sabio repliegue a la exterioridad, para
acercarse a la experiencia universal, sería parte de una teoría del conocimiento que hay que
practicar. Un movimiento debe producir su propia reflexión teórica. En ella puede
incorporar la práctica transformadora de ese movimiento. No hablamos de teorías
acabadas, que como tal no existen. Importa el camino, el rumbo, la tendencia. Siempre hay
que recordar las enseñanzas de los clásicos para inspirarse en nuestra propia realidad. La
unidad entre la teoría y la práctica es la constante, recordando que “cuando la práctica no se
desarrolla guiada por la teoría, ésta puede degenerar en oportunismo o aventurerismo;
cuando la teoría se desvincula con la práctica se corrompe y se convierte en dogma. La
práctica necesita de la guía de la teoría, y ésta para afirmarse y enriquecerse, necesita de la
práctica. Son elementos que atraviesan un proceso permanente de unidad y lucha”.
Sin el retrato comunitario (la experiencia compartida y masticada por los habitantes) es
difícil que exista la identidad, y como tal que exista impulso para oponerse a la corriente,
para ejercer la autonomía. La narración conjunta, la recuperación propia de la localidad, es
el requisito fundamental para todo proyecto autogestionario. Edifiquemos, lo más
horizontalmente posible, un gran movimiento cultural donde se abran mil capullos. Las
opiniones, historias, testimonios, mitos, leyendas, comentarios, rumores, experiencias y
111
conocimientos comunes serían los fragmentos que hay que unir en este autorretrato
conjunto.
El socialismo como concepto ha significado una idea general, una transición particular,
un horizonte alcanzable, no abstracto sino concreto, una alternativa real al modo de
producción capitalista, en condiciones históricas determinadas, espacios físicos
singulares y culturas específicas. José Carlos Mariátegui, decía: "no queremos que el
socialismo sea, en nuestro continente, un calco; tampoco queremos que sea copia”.
Tiene que ser una creación heroica y con una visión cosmológica ancestral, que prediga
que somos de la misma sangre que circula por la naturaleza en toda su plenitud.
Se debería establecer el estado de lo que ha sido este debate para ver qué ha
quedado en limpio de estas elaboraciones para una eventual formulación "Socialista" en
tiempos posmodernos. Anteriores intentos estuvieron fundados en una visión cientificista
de las más atrasadas del historial del la Modernidad. Su resultado defraudó a media
humanidad; un pensamiento básicamente reaccionario en todos los frentes (de la estética a
la física, de la sociología a la poesía) El "Socialismo" de tipo soviético fue una aberración
histórica que contradijo letra a letra toda la construcción teórica del pensamiento libertario
(Marx incluido)
Una herencia que nos legó es la marca desastrosa de la mentalidad burocrática que
llevada hasta el paroxismo en el terreno teórico ha inhabilitado a varias generaciones para
pensar cualquier cosa que valga la pena. Llevamos un disquete de manuales chino-
soviéticos que parece imposible de desgrabar. Muchos camaradas entusiastas confunden las
consignas y el jolgorio practicista con la responsabilidad político-intelectual de crear una
nueva teoría de la transformación de la sociedad, de hacer síntesis cultivada o por lo menos
ubicarnos en dónde estamos metidos.
En esta reinvención habrá que hacerlo todo y a lo mejor el socialismo vendrá tan
cambiado que no lo reconoceremos. Probablemente al socialismo que conocemos sólo le
quede la opción de desaparecer como modelo para reaparecer cambiado en la praxis
colectiva de lucha. La lectura de ese camino es concebir un punto de partida y no de
llegada, con mayor autonomía y autogobiernos que se vayan apropiando de la riqueza
capitalista para pasarla a la administración autogestionaria de base, ampliando los derechos,
más radicales y profundos bajo un cúmulo de territorios liberados del viejo orden que abran
paso a un nuevo modo de producción y de vida. Su construcción posiblemente tenga un
desarrollo desigual, partiendo de la heterogeneidad estructural económica, social y cultural
que nos signa. Sus visos podrían tener características de desborde popular, tanto en lo
nacional como en lo latinoamericano. Sería parecido al “comunismo en movimiento” de
Marx y Engels. La utopía realizable florecería en una revolución permanente y continental,
un socialismo de acción, libertario, enraizado e identitario y antiburocrático.
Romper las barreras clásicas implicaría hurgar sobre el ideal de la liberación social
vista no como un cambio radical e inmediato sino como proceso continuo y abierto,
destapando cantidades de movimientos con intensidades singulares que se proyecten sin
necesidad de etiquetas. El propio Marx habló de un Movimiento en construcción cuya labor
práctica es ejercida por aquellos que llevan las razones e intereses de clase. Un aprendizaje
continuo donde los explotados experimentarán formas y maneras de comenzar su propio
proceso de liberación anti-capitalista.
las catacumbas", que luego se pierde con su conversión en Iglesia imperial. Otra atracción
educativa se encuentra también en la praxis individual de Jesús. La ética de la solidaridad,
del respeto al otro, de la opción por el pobre, el excluido, el discriminado, por la igualdad
de derechos humanos y oportunidades prácticas de vida, que predicaba y practicaba el
Nazareno. Buena parte de esto fue sin duda, un elemento progresista y antisistémico.
Bajo estas premisas se pretende combinar Magia, Ciencia y “Socialismo del Siglo
XXI”. Hay una vía de fe, como fase, con metáforas cuya moraleja consiste en el deber
moral de repartir equitativamente, superando la “Caridad” como concepto eclesiástico
occidental. Podría ser que la esperanza cristiana se convierta en el puente que sirva como
elemento mediador entre la utopía y el marxismo.
Un balance de “los años gloriosos de los 60” es que parte de la derrota fue
teórica. Se mecanizó y se copió fórmulas y modelos al margen de las condiciones histórico-
concretas, lo que condujo a ignorar las particularidades e idiosincrasia de nuestro pueblo.
Venezuela es desordenada, bonachona, sincrética. Nuestra identidad es imposible de
definir. La comida es híbrida: pasta italiana, con arepas indígenas y café etiope, conviven
junto al suchi, la pizza, el arroz chino, las salchichas alemanas y los tamales. Acá
compramos lo que nos vendan en cualquier parte del mundo. Lo usamos y nos aburrimos al
mes y seguimos huérfanos de esa identidad a la cual se nos quiere centrar con la retórica de
114
Algunas ideas del “deber ser” del socialismo que ahora se dicen, serían:
1. Debe ser un socialismo nacional, popular y democrático: con visos hacia un Socialismo
Latinoamericano Caribeño.
2. Se debe construir sin desconocer los aportes de los grandes forjadores: con las
contribuciones de todos aquellos que desde nuestra América bregaron por un socialismo no
enajenado, criollo, enraizado con las luchas históricas populares, enfrentado al
imperialismo y transitando el camino de la liberación nacional.
3. Se trata de un socialismo que en nada se parece al capitalismo de Estado ni menos a las
lógicas totalitarias que en otras latitudes se reprodujeron en otros tiempos. No es
estatificación de la economía sino una construcción colectiva de trabajadores e
intelectuales.
115
Circunstancialmente, una parte de los grupos avanzados que están con el proceso
bolivariano considera que de las experiencias socialistas pasadas ninguna es apta para
imitar o tomar como modelo. Aunque no todas las prácticas del Socialismo europeo fueron
similares, pero ninguna pudo evadir ser permeada por el capital.
Los intentos de transformar radicalmente la lógica del capital llevan varios siglos
sin lograr mayor cosa. Esta capacidad de auto-reproducción del capitalismo como lógica de
la sociedad sigue siendo hoy la cuestión cardinal de cualquier proyecto que se proponga en
serio la instauración de una nueva lógica para la vida en común.
Entre los caminos transitados una tentativa que posee peso actual es el modelo de
socialismo de mercado. En él se socializa la relación de capital bajo el mando de gerentes
por razón de su capacidad de expandirse en instituciones nacionales o internacionales de
corte financiero, comercial o humanitario.
su identificación con la lógica socialista, pero con cambios sustanciales de un tipo a otro.
Las prácticas de socialismo mencionadas dejan ver la posibilidad de cuánto ha cambiado,
qué se ha abandonado de esta concepción, y qué idea podría conducir a una transformación
socialista de manera inédita y sostenible. Una experiencia a evaluar es la noción de un
socialismo desconectado, basado en la hipótesis de confiar en sí mismo o lo que también se
podría llamar “socialismo hacia adentro”, y bajo el concepto del desarrollo de la transición
socialista con altos niveles de planificación centralizada por el Estado, así como la
subestimación del papel de las relaciones monetario-mercantiles para conducir los procesos
económicos. Esto fue parte de lo que se denominó “socialismo real”.
164
Pablo González Casanova “El socialismo como alternativa global” (Una perspectiva del Sur)
117
ajenas al socialismo, y como tal -según este criterio- deben limitarse mediante marcos
rígidos.
Algunas ideas de Lenin sugieren la posibilidad de que en la transición socialista se
puedan emplear las herramientas del mercado, reguladas por el Estado, de manera que este
determine el orden y las formas de acción a través de vigilancia y control. En ello da
particular prioridad no solo al Estado, sino a la preparación política ideológica y cultural de
las masas trabajadoras que enfrentarán el proceso. Lenin deja claro además la irresoluble
contradicción entre el trabajo y el capital. Ello ayuda a reflexionar en torno a los procesos
del desarrollo socialismo conectado y desconectado al mercado y a la lógica de la
globalización.
Aunque la idea de aplicación del socialismo de mercado es más “reciente”, es
posible observar la misma en los escritos de Vladimir Ilich Lenin con particular
singularidad, al avizorar algunas de las condiciones que deberían tomarse en cuenta en la
introducción del mercado en una economía socialista. Lenin plantea que “un Estado
proletario, sin variar su esencia puede admitir la libertad de comercio y el "desarrollo de
relaciones capitalistas de producción, sólo hasta ciertos límites, y únicamente a condición de
una regulación por parte del Estado (vigilancia, control, determinación de formas, orden)"165.
Más allá de estas lógicas etapistas, la nueva sociedad a construir estaría interpretada
como la máxima posibilidad de organizar nuestras vidas. Esto tendría que ver con la
autodeterminación, la organización social y la promoción de las fuerzas productivas, no
necesariamente desarrolladas por la burguesía. Su organicidad democrática parte de cuatro
vertientes:
- La Económica, dada por el desarrollo de las fuerzas productivas (desarrollo endógeno y
sus prácticas experimentales de cogestión, autogestión, corresponsabilidad, cooperativismo,
etc.)
- La Cultural dada por el cambio de modo de vida (otra racionalidad, cambios de patrones
de consumo, sentimiento colectivo, construcción de la subjetividad socialista, etc.)
- La integración social y ética que privilegia al Poder Popular, la autonomía de clase y la
formación del nuevo ciudadano.
- La Militar que representa la defensa de nuestra comunidad (Unidad cívico-militar,
reservas, milicias activas de autodefensa, preparación masiva de guerra asimétrica,
inteligencia social, etc.)
- La Política que implicaría organizar democráticamente estas vertientes, con un
predominio horizontal y superando los contenidos históricos utilizados por las clases
dominantes.
dinámicos complejos que no se dejan organizar ni se auto organizan de manera invariante a toda
escala, para cumplir con las fantasías neoplatónicas de los homines novi de San Agustín. En otro
aparte, Fidel analiza otro problema clave: “Creer que alguien sabía de socialismo, fue nuestro error
más grave”, dice el Comandante. Si no había fuente de conocimiento auténtico sobre la
construcción del socialismo, ¿cuáles son las que hoy existen? Y, ¿qué tipo de sociedad fue la que
nació de esta génesis?. A estas alturas, son preguntas bien planteadas que sacuden la ortodoxia. En
ese contexto, un gran horizonte se abre y posiblemente el camino sea más rico y esplendoroso que
la misma meta.
Las autores referenciales utilizados en este trabajo fueron: V. Ulianof Lenin, Heinz Dieterich,
Fernando Ramón Bossi, Rigoberto Lanz, Carlos Lanz, Katherine Sifontes, Jesús Silva, Roland Denis, Ana Esther
Ceceña, Luis Bilbao, Agustín Calzadilla, Enrique Dussel, Susan Street, Dick Parker, Fidel Castro, Sergio Aranda,
Juan José Madariaga, Pablo González Casanova, Fernando Ramón Bossi, Colectivos de Aragua y Lara, entre otros.
Los elementos del Nuevo Estado presentes en el texto constitucional tienen que ver
con: Una economía popular y un desarrollo social equilibrado. Énfasis en el desarrollo integral del
ser humano. Garantía de la propiedad privada y la libre competencia. Principios rectores: justicia
social, la productividad y solidaridad en función de una existencia digna y provechosa para la
colectividad.
De la misma manera se observa que no son ni la clase obrera, ni las fuerzas políticas
más consecuentes las que dictan la estrategia del Estado actual. Tanto en relación a la clase obrera
y sus aliados naturales, como en cuanto a sus vanguardias múltiples, se puede constatar que su
debilidad actual representa, en buena medida, una importante limitación temporal para imprimirle
un carácter más consecuentemente revolucionario al Estado.
Para el proceso actual el Ejecutivo es de vital importancia, tanto por los rasgos
esencialmente presidencialistas de nuestro sistema político, como por el hecho de ser ejercido por
la máxima figura de la revolución bolivariana. Un segundo Poder lo constituye el Legislativo, que
123
La iglesia católica, por su parte, ha jugado un muy activo papel dentro de las fuerzas
de la contrarrevolución, lo cual se refleja en las acciones y declaraciones de sus máximos
representantes. Esta situación es totalmente comprensible a la luz del carácter profundamente
conservador y del rol que históricamente ha jugado esta institución en contra de los cambios
revolucionarios. A estas posiciones se suman las numerosas sectas religiosas al servicio del
imperialismo. No obstante, existen numerosas comunidades cristianas de base, algunas de ellas
orientadas por la «teología de la liberación», que se han solidarizado con el proceso de cambio.
Esta situación, aunada a la condición predominantemente cristiana de nuestro pueblo, incluyendo
al máximo líder del proceso.
Con un mayor protagonismo aún han actuado los medios de comunicación (TV,
radio y prensa escrita). Estos se han convertido en los principales operadores políticos de la
oposición al cambio. Dichos medios se encuentran mayoritariamente en manos de grupos
económicos nacionales, que responden plenamente (en lo informativo, propagandístico y cultural)
a los dictados del Departamento de Estado del gobierno de los EE.UU., como reflejo de los
mecanismos de dominación del pensamiento de las grandes masas por parte del imperialismo. Con
la finalidad de romper el monopolio mediático del gran capital y establecer una verdadera libertad
de prensa y expresión, en general, el Estado venezolano ha ampliado la capacidad de difusión de
las televisoras y radios públicas y ha estimulado el desarrollo de los medios alternativos, populares
124
Habrán otros factores políticos, económicos y religiosos, quizás más importantes, que
intervienen en el auge o no de la resistencia, pero sin la condición humana ninguna Nación puede
sobrevivir. Existen otros componentes también importantes: la receptividad, la paciencia o el
acomodo, para que la resistencia étnica sea triunfante. En el salto cualitativo, a veces resulta más
efectivo el astuto que el valiente o más fuerte.
Esta tenacidad está muy ligada a la llamada “Corriente histórica social”. Bajo el imaginario
de ser continuadores de la lucha de Guacaipuro, se ha creado una visión de largo aliento que, de
manera sostenida y prolongada, da una sustentación para el perdural societal. Nuestra complejidad
histórica espiritual, afincada en “lo popular”, fabrica imaginarios para resistir, donde el guerrero, o
persona referencial de lucha tiene una especie de síndrome de la eternidad frente a la muerte. El
que resiste nunca muere, caso Argimiro Gabaldón o Emiliano Zapata, quienes siguen vivos
produciendo fantasías capaces de crear acción, de ahí su importancia pues se traducen en hechos
prácticos transformadores.
125
Podría ser un gen memorial comunitario o eso que llaman proceso, por lo inconcluso y por
hacer. Si no, ¿de dónde vendrá esa insistencia de persistir en lo imposible? Es una constante
reinvención para adaptarse a los nuevos tiempos y complejidades. Una nueva praxis con mayores
contenidos conceptuales pero que en el fondo no es más que algo presentido y por realizar. Lo no
nacido impulsa más a la acción.
Una de las formas de neocolonizarnos fue sembrar la idea del pasado como cosa
atrasada. Es el tiempo de redescubrirnos. Desenterrar para comprender lo que fuimos. Lo autentico
que queda, traerlo al ahora y ubicarnos en el presente sin que sea una repetición, pues ha salido de
una subjetividad de lucha, alterna en las periferias insurgentes de nuestra complejidad social. El
nuevo orden nunca nacerá del centro del poder.
Jan de Vos en “Paisajes rebeldes. Una larga noche de resistencia indígena”, define
tres estrategias aplicadas a lo largo de cuatro siglos y medio de dominación colonial y neocolonial:
la resistencia abierta, la resistencia velada y la resistencia negociada. La primera forma de
resistencia consistió en levantamientos armados en momentos de opresión particularmente aguda,
pero incluyó también los movimientos de retirada territorial efectuados por varios grupos o
individuos hacia los despoblados, fuera del control gubernamental.
La segunda forma se refiere al conjunto de prácticas cotidianas, de alguna manera
permitidas por las autoridades civiles y eclesiásticas por ser consideradas inofensivas o imposibles
de erradicar. Entre ellas, cabe mencionar también a las que pudieran pasar por inadvertidas, ya que
sus autores las llevaban a cabo a escondidas, en la intimidad del hogar o el aislamiento del monte.
El silencio, que siempre tenemos, la suspicacia recelosa ante lo extraño, también nos ha permitido
mantener nuestro perfil cultural, como forma de sobrevivencia.
126
La dispersión social y regional ocurrida por lo que Briceño Iragorry llama “feudalismo
anárquico” ha impedido la unidad nacional: “El feudalismo anárquico, que insurgió con la
exaltación de los caudillos, llevó a la disgregación de los grupos que pudieron haber realizado en el
campo cívico una obra perseverante de superación y que hubieran podido crear un tono reflexivo
para nuestras tareas político–culturales”(Briceño, Dimensión…p.141) Aún con esta aparente falta
de “homogeneidad histórica” la resistencia siguió perseverando en nuestra formación social.
Nuestro pueblo, excluido de lo más elemental para la vida tuvo que crear una cultura de
sobrevivencia. Tomó sobras de la bonanza enriquecedora de otros para resistir. Agarrar aunque sea
fallo fue la razón imperante. Pero la resistencia continuaba su sino; ante el atropello generalizado
se realzó la reciprocidad y la solidaridad como herencia histórica, resemantizada y resignificada en
las nuevas condiciones. Encerrados en laberintos urbanos impenetrables crearon una privacidad
colectiva en su gran vida cotidiana pública, compartida solidariamente para sobrellevar las
carencias y aupar juntos la esperanza revolucionaria.
La síntesis de un sujeto social con rasgos irreductibles se fue tejiendo en una urdimbre
afectiva, Se conforma una trama de relaciones familiares, grupos de paisanos y compadres. La vida
urbana después de continuas migraciones y mudanzas, generó nuevas redes. La relación juvenil de
la misma escuela, del mismo curso o generación en la universidad, sobre todo, cuando los ligó una
actividad organizativa o política o de grupos de estudio y diversión. En el barrio, los compinches
de toda la infancia y juventud, los convives de la pandilla de aventuras y fechorías. Los que
después fueron compañeros de curso en el cuartel, en la cárcel. Los que estuvieron juntos en el
trabajo juvenil y que participaron en diversas actividades reivindicativas. Los que se ligaron en
excursiones y respetaron la naturaleza, reforzados por los cuentos de sus padres de un pasado
bucólico reciente. Los compinches de “palos de los fines de semana o días libres. Toda esta trama
viene a ser parte de la vida habitual de los venezolanos. Estas cotidianidades van conformando una
gran familia de grupos sociales vivenciales, creando lugares de encuentro, identificación con
proyectos y vivencias socializantes que han formado lazos de por vida.
violentando constantemente el poder constituido. Creando medicinas sociales para la curación, re-
generación y renacimiento del buen vivir
Por eso es necesario desarrollar una nueva cultura política, otra concepción de la vida
que permita generar en el hombre una conducta diferente ante a sí mismo y frente a la naturaleza.
Empleando formas de lucha diferenciadas de las conocidas hasta hoy, en la perspectiva de una
rebelión popular universal. Demoler el bunker de la ortodoxia y en definitiva inventar, resistiendo
y haciendo.
Sin orden jerárquico se puede empezar mencionando en primer lugar, el estrecho contacto y
equilibrio con que vivían las etnias con su ambiente y la protección del mismo, lo cual han
demostrado a través de los siglos. La construcción de presas, canales terrazas agrícolas y el uso
racional de la flora y la fauna son excelentes ejemplos de conservación del ambiente.
Para tener una idea de la manera de pensar, actuar y filosofar de la vida cotidiana del
indígena, es necesario deslastrarse de las lógicas de la cultura occidental. “Desnudarse”
conceptualmente para sentir, intentando minimizar la tendencia al juicio sobre “lo que debiera de
ser”, actitud que nos impide comprender otras lógicas, otros tiempos mentales. Nuestros juicios
siempre sepultan cuando chocan con otra estructura mental, otras formas de ver la vida que
deberían de ser totalmente respetables.
Para lograr algunas aproximaciones a la vida cotidiana indígena, se tomó como referencia
un testimonio oral de Rigoberta Menchú, indígena guatemalteca. Seguir su voz, significa
sumergirnos en nuestro interior extraviado, porque sus lógicas despiertan sentimientos que
creíamos caducos, encerrados como estamos dentro de nuestro universo inhumano y artificial,
donde nos hemos acostumbrado a lo horroroso y ya nos parece normal. No se trata, en ningún caso,
de una actitud maniqueista de pensar que lo que dicen es lo más acertado; es más, la
129
heterogeneidad de los grupos étnicos y los diferentes cambios que han ocurrido en sus
mentalidades como producto del hambre, la influencia de la industria cultural, la marginalidad
estructural etc., no garantizan que una muestra sea representativa de un conglomerado no
uniforme. Aún así ahí van estas lógicas.
Lo que nos dice Rigoberta Menchú es verdadero y simple, esa voz indígena nos conduce a
un universo conmovedor, poético, y a menudo trágico. “Dentro de la cultura Maya, todo está
previamente calculado, esta es la razón por la cual todo acontecimiento presente debe encontrar su
explicación en el pasado, debe estar ritualizado para ser integrado a lo cotidiano, porque lo
cotidiano también es ritual”.
Desde el mismo momento en que el niño nace, se le hace una bolsita, donde lleva ajo, un
poco de cal, sal, tabaco, (que es una planta sagrada)... “ese morralito se le pone al niño al cuello.
Esto significa que el niño sabrá enfrentar todo lo malo que existe. El mal para nosotros es como un
espíritu, que sólo imaginamos que existe. Un mal sería que el niño sea chismoso; el niño sabrá
respetar todo lo que sea de nuestros antepasados. Es un poco la idea del morral”.
Los grupos familiares más cercanos, junto a los representantes comunales hacen un
compromiso con el niño: “Que tienen que seguir enseñándole al niño cuando sea grande y que ese
niño tiene que ser un ejemplo como los señores elegidos. Así se hace una pequeña charla, cuando
los padres hacen también el compromiso y lo integran a la comunidad, hacen un compromiso con
los antepasados de enseñarle a guardar todos los secretos, que nadie puede acabar con nuestra
cultura, con nuestros secretos”. Se produce una transmutación entre el niño y los elementos
naturales mediante una oración que dice: “Ni un terrateniente podrá acabar con todo, ni los ricos
acabar con nuestras costumbres. Y nuestros hijos, aunque sean trabajadores, aunque sean
130
sirvientes, sabrán respetar y guardar sus secretos” Y así se menciona el maíz, el frijol, a las yerbas
más importantes. Se le dice al niño que se va a alimentar de maíz y desde luego, está formado de
maíz ya que su madre comió maíz cuando el niño se formó. Entonces, el niño sabrá respetar y
coger un grano de maíz cuando esté tirado en el suelo, ya que el maíz cuesta el sacrificio de la
tierra que también es humana”.
En lo referente al Dios occidental y sus concepciones naturistas: “Tal vez dios, esa palabra
no la tenemos, pero es relacionada porque es el padre único que existe. Pero como canal para llegar
a ese único, hay que amar al maíz, al frijol, a la tierra. El padre único es el corazón del cielo que es
el sol. Es masculino porque la madre que nosotros consideramos es la luna. Es una madre tierna y
al mismo tiempo alumbra”. “Aceptar la religión católica no es como aceptar una condición,
abandonar nuestra cultura, sino que es como otro medio. Si todo el pueblo cree en ese medio, es
como otro medio por el que nosotros nos expresamos. Es igual como que nos expresáramos con un
árbol, por ejemplo, consideramos que el árbol es un ser, parte de la naturaleza y que ese árbol tiene
su imagen, su representante o su nahual para canalizar nuestros sentimientos al dios único. Esa es
nuestra concepción indígena”.
Lo sexual es visto como lo más natural, lo que da vida, la cosecha humana, por ello no
comparten los controles de natalidad. “Para nosotros indígenas, no hacemos distinción entre el
homosexual y el que no lo es, porque eso ya surge cuando uno baja a otros lugares. No hay tanto
rechazo por un homosexual como hay entre los ladinos que es algo que no pueden mirar. Lo bueno
entre nosotros es que todo lo consideramos parte de la naturaleza. Entonces, por ejemplo un
animalito que no salió bien, es parte de la naturaleza y así una cosecha que no dio tanto, decimos
que no se ambiciona más de lo que se puede recibir. Es una cosa que llega con el ladino. Un
fenómeno que llega con el extranjero...”.
Como naturaleza misma no comparten los controles de vida. “Lo que pasa es que para
nosotros tomar una planta para no tener hijos, es como matar los propios hijos. Es destruir la ley de
nuestros antepasados de querer todo lo que existe. Lo que pasa es que nuestros hijos se mueren
antes de nacer o unos dos años después, pero ya no es nuestra culpa. Es la culpa de otra gente”.
El compromiso que adquiere el novio al buscar su pareja no es solo con ella sino con sus
padres, la comunidad y los antepasados. Este proceso de “pedir la mano” lleva cuatro ceremonias
de visita con los parientes del contrayente en donde se pide perdón por las afrentas hechas a la
historia de sus antepasados y se brinda por el porvenir de las nuevas generaciones. La bebida y el
tabaco adquieren otros significados: “Después seguirá el cigarro, y las copas que significan mucho.
Por cada copa se dice como una oración: que era el vino sagrado de nuestros antepasados, que ellos
no estaban privados de hacer su propio guaro (licor de ágave). Que hoy el mundo es diferente.
Ahora nos privan de nuestra propia bebida. Entonces, esta bebida es sagrada, dicen ellos. Esta
bebida nos hace mucho pensar. Viene la segunda copa, también es diferente la oración. Esta
oración dice que nos comprometemos a defender nuestra bebida. Que aunque escondidos, la vamos
a hacer y la seguiremos haciendo. Que nuestros hijos seguirán haciendo esta bebida, hasta cuando
pasen todas las generaciones que van a pasar”... “Después dejamos el guaro que traen, porque no
se toma todo. Nadie se emborracha, porque tiene que ser una fiesta sagrada. Dejan todos los
restos”. Y viene el compromiso de resistencia cultural: “también dice, veremos a hijos muertos,
antes de ser mayores pero con esto tendremos que seguir viviendo como indígenas. Y ya
prometemos los dos: ‘Entre los dos trataremos de dejar dos, tres semillas que sigan reproduciendo
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lo que nuestros antepasados. Aunque nuestros hijos se mueran antes de tiempo, pero quedarán
siempre algunos para seguir viviendo”.
La resistencia y referencia constante al pasado se destila a cada paso: “La mayor parte del
pueblo no sabe leer, pero por cultura oral se dice que los españoles violaron a los mejores hijos de
los antepasados, a la gente más humildes y en honor a esa gente más humildes nosotros tenemos
que seguir guardando nuestros secretos”
Miguel Angel Asturias escribió en la obra “Hombres de maíz: “Aquella noche que pasó
aullando como coyote, mientras dormía como gente”. Esto tiene su explicación en la cultura
indígena. Todo niño nace con su nahual. “Su nahual es como su sombra. Van a vivir paralelamente
y casi siempre es un animal el nahual. El niño tiene que dialogar con la naturaleza. Para nosotros el
nahual es un representante de la tierra, es un representante de los animales y un representante del
agua y el sol. Y todo eso hace que nosotros nos formaremos una imagen de ese representante. Es
como una persona paralela al hombre. Se le enseña al niño que si se mata a un animal el dueño de
ese animal se va a enojar con la persona, porque le está matando al nahual. Todo animal tiene su
correspondiente hombre y al hacerle daño se le hace daño al animal.
Partiendo de esta creencia se crea una especie de zodíaco que permite analizar y predecir
psicológicamente la conducta del niño: “Nosotros tenemos divididos los días en perros, en gatos,
en toros, en pájaros. Cada día tiene un nahual. Si el niño nació el día miércoles, por ejemplo, su
nahual sería una ovejita. El nahual está determinado por el día de su nacimiento. Entonces para ese
niño, todos los miércoles serán su día especial. Si el niño nació el día martes, es la peor situación
que tiene el niño porque será muy enojado. Los padres saben la actitud del niño por el día en que
nació. Porque si le tocó como nahualito un toro, los papás dicen que el torito siempre se enoja. Al
gato le gustará pelear mucho con sus hermanitos.
Estos son algunos de sus conceptos, muchas de sus afirmaciones no hay que tomarlas para
la generalidad de los indígenas, pero son un cuadro referencial básico para entender nuestras
culturas mesoamericanas.
Estos pueblos construyen sus derechos ciudadanos que se encontraban secuestrados por los
“usos y costumbres” del poder. En ellos se encuentran lecciones milenarias de resistencia que
implican necesariamente el silencio, el secreto y la clandestinidad ya reseñada en el mismo Popol
Vuh. El silencio al hablar con extraños sobre su situación actual es una estrategia de sobrevivencia
que ha sido largamente empleada por los mayas. El silencio se ha convertido en una afirmación de
la identidad y un capital simbólico con el que los grupos subalternos construyen frágiles defensas
respecto a los centros de poder. La táctica del silencio implica también, asumir una actitud de no
colocarse al nivel del otro, dejarlo que se embriague y ahogue en el mismo jugo de sus
contradicciones. Incólume ante los deseos y maneras de ser de una patología ajena y occidental.
Esto tiene que ver con haber concebido o sentirse parte de un proyecto de larga duración histórica.
Lo que se observa en las llamadas comunidades en resistencia, es que los indígenas en vez
de racionalizar la violencia, buscan otros sentidos mediante la creatividad y la imaginación en las
estrategias cotidianas de reconstrucción. Parte de su identidad se reconfigura, a través de nuevos y
dolorosos caminos. En la medida en que la violencia sucia y el terror destruyen el sentido de lo
amado, la gente se esfuerza por recrearlo a través de la resistencia, el respeto mutuo, el humor, la
ironía, la esperanza y la voluntad.
Para nuestros pueblos originarios la trampa positivista del progreso se evade con recelo y
audacia. Han desplegado lo que podríamos llamar su dimensión utópica. Es decir, trabajan para
construir ese futuro que ya es nuestro. Reiteran un proyecto de una vida digna para todos.
Proponen un mundo en que nadie los venga a cuidar ni a representar. Quieren diseñar y aplicar sus
propios proyectos para salir de la pobreza en que vivimos, sin necesidad de ser dependientes, ni de
pedir permiso o autorizaciones. Una nueva relación con sus gobernantes porque así nos respetan y
los respetamos, nos obedecen y los sabemos obedecer.
Estas comunidades del sureste de México son una muestra de una reconstrucción en todos
los sentidos: casas, economías, definiciones personales y culturales. Lo que se va a crear nunca
podrá ser igual a lo que existía. La inspiración en un socialismo milenario se palpa en cada acto. A
las personas que realizan labores organizativas en los trabajos comunales no se les llama
autoridades, sino “Gente con trabajo” (ayteya’tel). Se subraya así que su función no es mandar,
sino servir. Quien obedece la palabra dada por la comunidad, “obedece la palabra que manda
trabajo colectivo”. Ch’ujun significa no sólo obedecer sino también creer en lo que se hace. Las
autoridades elegidas no obedecen en forma superficial sino que creen y realizan el “acuerdo”
comunal. En ello opera “la palabra” como cosa santa. Los cargos imponen rotación y un constante
ir y venir en la consulta colectiva.
ya que es la forma de quedarse solo. El individuo tiene que estar con la comunidad y estar contra
ella es como estar contra sí mismo.
En ellos existe la categoría: “ver lo bueno”, “ver lo bueno de los compadres, de los
ancianos, de todos aquellos con los que no queremos pelearnos o estar mal”. Son formas de
relación personal ritualizadas, referenciales de lo sagrado. Estas formas fortalecen las dinámicas
comunitarias de solidaridad. Antonio Paoli da un ejemplo de estas relaciones personales en el
diálogo de despedida de dos comadres:
- Que tengas el poder de mirarte a ti misma permanentemente. Cuida bien a los niños, mira
bien a los niños que ellos sólo están felices.
Esta “extraña” despedida quiere subrayar la gran diferencia de conceptos que tienen los
tzeltales en relación con el mundo occidental. No se le dice a la comadre que esté bien, sino se
desea que aplique el mecanismo para estar bien, y eso es verse a sí mismo, conocerse. Relaciones
de cortesía como esta con frecuencia hace que los encuentros personales sean agradables y la
comunidad se fortalezca. La visita lleva a la inmediata comida y la despedida a un obsequio. El
respeto es una forma de estrechar vínculos, de prever conflictos. La falta de él herirá y entorpecerá
diversos procesos comunales. Estiman que “si no hay un medio ambiente de paz, tampoco habrá
respeto entre nosotros y el respeto es lo verdaderamente nuestro, nuestro derecho a la vida
profunda”.
El ts’ikel está unido al sujtesel co’tantic (“el regreso a nuestros corazones”). Esta
connotación va más allá del “perdón” cristiano. En algunas oportunidades cuando alguno o algunos
protagonistas de un conflicto no pueden realizar el “juicio de regreso al corazón” puede recibir
castigos de la comunidad. Podría permanecer amarrado a la intemperie por varios días con sus
noches, sin comer ni beber, hasta que entre en razón.
nuestros corazones porque así nace la vida (...) el ambiente de paz regresa otra vez porque ya
somos un solo corazón”.
Para ello se apela a estas actitudes virtuosas, se teoriza sobre ellas, se practican, se
ritualizan, para constituir un conocimiento aplicado sistemáticamente, controlado mediante el
discurso y la observación social, que no atañe sólo a los adultos. Una moral social donde también
los niños son copartícipes del regreso del corazón para conformar la vida del espíritu. El sentido de
estas prácticas se expresa como la búsqueda de un lelkilcuxlejal (la buena vida).
El acceso a la tierra y el uso del ecosistema pasan por los valores y las regulaciones de la
comunidad, por sus trabajos, por sus arreglos, su cooperación y su justicia. Si desaparece el trabajo
común y el sentido colectivo de la tierra inevitablemente desaparecerán estas formas de ser y de
pensar. El nosotros predomina no sólo en el hablar, sino también en la vida, en el actuar, en la
manera de ser del pueblo.
Uno de los signos más relevantes de esta lucha por encontrarse a sí mismos es la búsqueda
de una salida política y social ante la cultura del “progreso”. Por ello refuerzan “el darle peso a la
“palabra”, se intenta con esta práctica recuperar el valor de las personas, donde los compromisos
tengan el valor que les confieren las personas. Se procura crear un equilibrio entre la historia, la
tradición (lo que permanece) y lo que aparece renovado en la transformación continua.
Alfredo López Austin define la situación de este modo: “Una vida en la que se parte del
individuo, pero porque representa un gran valor dentro de su comunidad. Considerando que dentro
del conjunto de sus tradiciones, su sentido de colaboración es un valor importante, algo contrario al
desgaste del individuo en la sociedad neoliberal. No es lo mismo atomizar que individualizar”. El
modelo que puede surgir es que el individuo vale porque no está aislado sino potenciado por su
pertenencia a distintos órdenes sociales.
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La lucha de los pueblos indígenas se inscribe en una perspectiva histórica de largo alcance
que les permite vislumbrar la posibilidad de modos de organización social distintos. Obligados por
los constantes desplazamiento, despojos de sus tierras, enfrentamientos entre sí y después a
convivir, las comunidades refuerzan sus prácticas de relación consensual, aprenden a concebir la
diversidad sin jerarquías y respeto por el otro. Tejen redes de resistencia muy horizontales.
Tradición y realidad se combinan para ir construyendo la utopía de un mundo en el que quepan
muchos mundos como una modalidad posible y diferente.
La resistencia es per se, una actitud rebelde ante cualquier forma de poder. Un des
etiquetarse existencial frente al reduccionista perenne. A nadie debe juzgarse con el criterio del
opresor. En el desafío de actuar de manera diferente al estándar diseñado, comienza la sedición
simbólica de tejer la subjetividad naciente. Las nuevas sensibilidades buscan cautivar para crear
estilos de vida discrepantes. La cotidianidad abordada con otras miradas busca anunciar profundos
cambios en nuestras vidas, diferentes a la interminable crueldad con el que fuimos construidos,
afortunadamente seguimos pendientes e inacabados.
Nadie debe temer a buscar la raíz del maleficio. Dejar de ser espectador y caricatura
andante, para autenticar nuestros propios procederes, donde cada humano en la colmena sea su
mismo dibujante, es la intención. Asirnos de una subversión intracultural que toque todas las
aristas que recuperen nuestro ser y nuestro entorno, sería el timonel.
Sin materia prima armónica no pueden forjarse sociedades superiores. Habría que perfilar
un gran salón de fiesta que permita la alegría, el encantamiento comunal, amigarse superando
querellas no antagónicas, ejercitar el derecho a la discrepancia, el pensamiento crítico, mirándonos,
porque ahorcando nuestros hábitos perturbados, podríamos cambiar todo.