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“Año del Diálogo y la Reconciliación Nacional”

UNIVERSIDAD NACIONAL

MAYOR DE SAN MARCOS

(Universidad del Perú, DECANA DE AMÉRICA)

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLITICA

E.A.P. DERECHO

Tema: “Asistencia Post-penitenciaria”

Formatted: Centered

CURSO : Derecho de Ejecución Penal Formatted: Indent: Left: 0.3", Hanging: 1.08"

PROFESOR : Dr. Germán Small Arana Formatted: Indent: Left: 0.3", Hanging: 1.48", Space
After: 8 pt
INTEGRANTES:

 Acco Manacyalle, Fransheska Cód. 13---


 Dextre Padilla Giovanna Victoria Cód. 13020254
 Ladera Córdova María Carolian Cód. 13020202
 Formatted: Tab stops: 3.84", Left + Not at 3.78"

AÑO : VI año
Cód. 13---
2018
Dedicatoria:

A nuestros padres que, con su esfuerzo y


ayuda contribuyen a nuestro desarrollo
personal y profesional.

2
ÍNDICE
Capítulo I

1. Alcances Generales
2. Diferencia entre un beneficio penitenciario y el beneficio Post-penitenciario Commented [CL1]: No podemos compararlos, porque el
3. Clases de asistencia post-penitenciaria tratamiento post penitenciario no es un bencicio

4. Tratamiento post-penitenciario: ¿Asistencia social o derecho fundamental? Commented [CL2]: Es lo mismo que el punto 5

5. Clases de Tratamiento Post-penitenciario


5.1. Asistencia o ayuda material
5.2. Asistencia moral o psicológica
5.3. Orientación social y supervisión
6. La población de asistencia Post-penitenciaria en el Perú
7. El perfil de la población liberada con asistencia post-penitenciaria
8. Políticas de reincersión post-penitenciaria
Capítulo II

9. Gestión de los Establecimientos Penitenciarios en el Perú


10. Antecedentes históricos de la gestión de los establecimientos penitenciarios
10.1. Periodo arcaico
10.2. Periodo colonial
10.3. Periodo Republicano

11. Instituto Nacional Penitenciario – INPE


11.1. Antecedentes históricos
11.2. Funciones
11.3. Objetivos estratégicos institucionales
11.4. Población penitenciaria: extra muro e intramuros
11.5. Programa de medio libre: intramuro
a. Programa “Creo”
b. Programa “Inpe de Vida”
c. Programa TAS
11.6. Programa de medio libre: extramuro
a. Programa Focos
b. Programa Reto
c. Programa Capa
d. Programa No más Problemas
12. Alcances y conclusiones
13. Bibliografía

PRESENTACIÓN

3
Para retornar a la sociedad el interno debe pasar por un tránsito por el
cual se le entreguen las herramientas necesarias para poder vivir en paz
y evitar la reincidencia delictiva en ese sentido nos hemos enfocado en
estudiar este tránsito que se encuentra a cargo del Instituto Nacional
Penitenciario y se desarrolla principalmente en los establecimientos de
medio libre y se lleva a cabo a través de la administración post
penitenciaria que tiene como fin principal ayudar al interno que ha
egresado del Penal a que su tránsito hacia su libertad y a la sociedad no
sea traumática, por lo que este estudio pretende aportar una posibilidad
de contribuir a solucionar el problema de la reincidencia, propiciando la
paz en sociedad de tal forma que contribuya a la seguridad ciudadanía.

En la temática de la resocialización y reinserción de la persona privada de


libertad, se ha discutido mucho acerca de la asistencia post-penitenciaria
o tratamiento post-penitenciario de la persona excarcelada. Una medida
que sin duda, toda persona que ha obtenido la libertad, tiene derecho a
recibir; porque el simple hecho que la persona al estar privado de su
libertad en un establecimiento penitenciario se ha convertido en una
víctima de su propio accionar delictivo y sufre –o puede sufrir- del efecto
de la prisionización; pues luego de ser liberados –de haber afrontado la
dura experiencia del encierro, con todos los problemas que aqueja el
sistema penitenciario-, estas personas afrontan un nuevo problema
respecto a su situación jurídica, social, psicológica, laboral y familiar.

Nos obstante, hablar del tratamiento post-penitenciario es un quimera,


pues el Estado peruano ha ignorado por completo los problemas del
sistema penitenciario.

En la actualidad, las cárceles más modernas, tienden a ser todas, cárceles


de máxima seguridad. La lucha contra la delincuencia y la inseguridad
ciudadana –promovido tanto por los políticos de turno como la prensa

4
mediata- cae en un acto extremadamente populista, al punto que ya no
se proponen reinsertar al delincuente en la sociedad, recuperar al
extraviado y mucho menos brindarle una asistencia post-penitenciaria,
como antes se proponía; ahora lo que prima –aunque no se mencione- es
el aislamiento de la persona privada de libertad y en cuanto a la persona
que sale en libertad, tras cumplir en todo o en parte la pena, el Estado los
abandona a su suerte, pero cuando estas personas -ante la ausencia de
oportunidades laborales y la estigmatización de la sociedad- vuelven
delinquir (reincidencia y habitualidad), el Estado les impone una sanción
mayor la pena prevista en el Código Penal.

En consecuencia, podemos decir que la cárcel “modelo” del fin de siglo no


tiene ni el más mínimo propósito resocializar ni mucho menos brindarle un
tratamiento post-penitenciario a la persona que salió en libertad.

CAPÍTULO I
1. Alcances Generales

5
El sistema penitenciario peruano presenta serios problemas, como la corrupción,
el escaso presupuesto estatal, el hacinamiento, la sobrepoblación, etc.1; y, entre
otros problemas, el principal factor que agrava la situación carcelaria es el
incremento desmedido de la población penitencias (en adelante POPE)2.

Cuadro N° 1
Población total del sistema penitenciario (POPE)

Población total del Sistema Penitenciario en el Perú 2017


98, 133

Establecimiento Penitenciario
Establecimiento de Medios
(Intramuros)
Libre
82, 023
(Extramuros)
16, 110

Procesados
Sentenciados Asistencia Pena
Post- limitativas de
Penitenciaria derechos

35, 499
46, 534
7, 635 8, 475

*CUADRO DE ELABORACIÓN PROPIA

La población penitenciaria peruana ha experimentos una desmedida evolución


(crecimiento) en los últimos años, así en 1997 había un total de 24, 297 internos

1
CARRANZA, Elías, 2009.
2
MAGÁN ZEVALLOS, Julio C. (2014), Situación actual del sistema penitenciario peruano
(Presentación), en el Taller: Estructuración de proyectos en el sector justicia, vinculado al
mecanismo de asociaciones público-privado (APP), Lima 03 de noviembre.

6
y en el 2011 se incrementó en más del 50% del total de los internos (52, 700)3.
Y según el Inpe, en el año 2012, la POPE era de un total 77, 515 personas, entre
la población de intramuros y extramuros, y en el 2016 había un total de 97, 651
personas (Inpe, 2016)4.
Cuadro N° 2
Evolución de la Población Penitenciaria (1997-2017)

Año 1997 2011 2012 2016 2017

POPE 24, 297 52, 700 77, 515 97, 651 98, 133

Fuente: Estadísticas del Inpe

En efecto, la situación del sistema penitenciario es muy crítico, y cada año la


población penal se incrementa en una medida descontrolada; pues solo basta
ver la evolución de la población penal en los años 2011, 2012 y 2017, para
darnos cuenta de la crisis institucional.

En el del año 2011, el Sistema Penitenciario Peruano tenía la capacidad de


albergar a 28, 689 internos; sin embargo según las estadísticas del INPE informa
que el mes de julio del año 2011 había un total de 48, 858 internos generando
una sobre población de 20, 169 internos, con un grado de hacinamiento del 45%,
es decir había un total de 20, 169 internos más de la capacidad de albergue
(Inpe, 2011).
Cuadro N° 3
Capacidad de albergue vs la POPE (2011)

3
DE LA JARA, Ernesto (2012); Leyes, penas y cárceles: ¿Cuántos sirven (y cuanto no) para la
seguridad ciudadana? Abuso de la prisión preventiva, causas y consecuencias, Corporación
Andina de Fomento, Lima, Perú, p. 1-35.
4
Estadística del INPE-2016

7
2011 CAPA. POBLACI SOBRE HACINAMI
ALBERG ÓN TOTAL POBLACI ENTO
UE ÓN
%

SISTEMA
PENITENCIA
28,689 48,858 20,169 45%
RIO
PERUANO

Fuente: estadísticas del Inpe

En este mismo sentido, en el año 2012, el Sistema Penitenciario Peruano tenía


la capacidad de albergar a 28, 659 internos; sin embargo según las estadísticas
del INPE informa que el mes de julio del año 2012 había un total de 58, 681
internos generando una sobre población de 30, 022 internos, con un grado de
105% de sobrepoblación y hacinamiento, es decir había un total de 30, 022
internos más de la capacidad de albergue del Sistema Penitenciario Peruano
(Inpe, 2012).
Cuadro N° 4
Capacidad de albergue vs la POPE (2012)

CAPA. POBLACI SOBRE HACINAMIE


ALBERG ÓN POBLACI NTO
2012
UE TOTAL ÓN
%

SISTEMA 28,659 58,681 30,022 105%


PENITENCIA
RIO
PERUANO

Fuente: Instituto Nacional Penitenciario

8
Por otro lado, respecto a la asistencia social y el tratamiento en el sistema
penitenciario peruano no son los más adecuados, porque ni siquiera cuentan con
las implementaciones adecuadas para llevar a cabo estas medidas. Así, el
Ministerio de Justicia en conjunto con el INPE, señalaron que a nivel nacional
existe: 1 psicólogo por cada 378 internos, 1 medico por cada 885 internos, 1
asistente social por cada 442 internos, y 1 abogado por cada 885 internos.

Frente a este clima adverso del sistema penitenciario, el Ministerio de Justicia en


coordinación con el Instituto Nacional Penitenciario (en adelante Inpe) han
identificado este problema y han tomado cartas en el asunto; y, ambas
instituciones han elaborado un Plan de Reforma del Sistema Penitenciario
Nacional denominado “10 Medidas y reformas del Sistema Penitenciario” (Inpe-
Minjus, 2012)5 y fijaron algunos medidas a implementarse, las cuales son:
reducir la tendencia del hacinamiento al 2016 de 280% al 41%.

Al respecto, es de mencionar que no ha existido ni existe una política de


reinserción laboral; por mencionar que los talleres de formación y capacitación
no solo son insuficientes, sino que no se adecuan a las necesidades del mercado
y por consiguiente desalienta a los internos a desarrollar una labor dentro de las
cárceles. Y mucho me nos existe un tratamiento post-penitenciario para evitar
que la persona que salió en libertad no vuelva a reincidir en hechos delictivos y
regrese a la cárcel.

4. Tratamiento post-penitenciario: ¿asistencia social o derecho


fundamental?

En el ámbito académico del sistema penitenciario se han desarrollados sendas


investigaciones orientados a la reinserción social, los cuales –entendemos- son
de mucha utilidad en la mejora del sistema penitenciario. Al respecto, Fabra y
Heras, han señalado que es necesario e indispensable, acompañar, al proceso

5
MINISTERIO DE JUSTICIA Y DERECHOS HUMANOS – INPE (2012); 10 Medidas y reforma del
sistema penitenciario, informe estadístico.

9
de reincorporación del reo a la sociedad, las denominadas asistencias post-
penitenciarias6.

Esta medida es de suma importancia para disminuir el índice de hacinamiento


que agrava el sistema penitenciario del Perú, pues de no optar estas medidas,
las personas que obtienen su libertad, volverán a reincidir y regresaran a las
cárceles. Sin embargo, en nuestra realidad social y dentro de nuestro
ordenamiento jurídico, el tratamiento pos-penitenciario es un tema ignorado y
relegado por el propio Estado, e incluso, ha sido olvidado por los legisladores, y
todos los operadores del derecho7.

Entendemos que no debe soslayarse que la gran mayoría de liberados, luego de


ser excarcelados, afrontan un momento crucial respecto a su nueva situación
jurídica, social, psicológica, laboral y familiar, entre otras circunstancias que van
a repercutir en que su resocialización y reintegración social o reinserción social
sea efectiva; de no ser así, se auspiciaran circunstancias favorables para una
probable reincidencia o habitualidad delictiva o, inclusive, otras formas de
comportamiento desviado y antisocial. Debiendo por ello anotarse que no es
absolutamente cierto que el tratamiento intracarcelario (tratamiento
penitenciario) proporcione una cabal rehabilitación y reeducación del interno,
sino debe estimarse y priorizarse también la necesidad de un tratamiento post-
carcelario a fin de continuar y completar dicho proceso de reinserción social y
así evitar su actual crisis8

La asistencia post-penitenciaria9 es el conjunto de medidas de supervisión y de


ayuda material y moral, dirigidas fundamentalmente al reo liberado de una

6
FABRA y HERAS; La reinserción social post-penitenciario: un reto para la educación social, 2016;
MARTIN y VILA; Si nada cambia, todo continúa igual. La educación social y sus ausencias en el
ámbito penitenciario realizada en la población penitenciaria de Málaga, en Revista de Educación
Social-RES, 2016; LATORRE; La reinserción y reeducación en centros penitenciarios ¿es posible?,
Universidad de Jaumi, Valencia, 2015.
7
MONTORO SALAZAR, Hamilton; ¿”asistencia post-penitenciaria” o “tratamiento post-
penitenciario”? ¿es un derecho constitucional exigible o solo constituye auxilio y asistencia social
al liberado?, 2015.
8
SOLIS ESPINOZA, Alejandro; Ciencia penitenciaria y derecho de ejecución penal, Perú-Lima,
1999.
9
El normen juris “asistencia post-penitenciaria” hace alusión solo al socorro, favor o ayuda
facultativa que se presta a quien ha egresado de un centro carcelario si ningún tipo de exigencia

10
institución penal, a fin de permitir y facilitar a éste su efectiva reincorporación a
la sociedad libre. En ese sentido, la asistencia penitenciara tiene la función de
apoyo cercano del liberado en su camino de reinserción social por lo que las
personas encargadas de ejecutar esta medida asistencial dan un soporte a
través de los programas de intervención y la participación en talleres
conjuntamente con las asesorías.

Al respecto, Solís Espinoza, citando a Eugenio Cuello, señala que “el patronato
post-carcelario es la lógica continuación del tratamiento penitenciario y su fin es
ayudar al liberado para que en el crítico momento en que vuelve a la libertad
persevere en la reforma iniciada en establecimiento penal (...)”, por su parte
Sergio García, la define como el conjunto de medidas de supervisión y de ayuda
material y moral, dirigidas fundamentalmente al reo liberado de una institución
penal, a fin de permitir y facilitar a éste su efectiva reincorporación a la sociedad
libre10.

Autores como Bent Paludan - Muller, precisan que se da el nombre de asistencia


post-institucional a la atención y ayuda que se presta a un individuo que ha
obtenido su liberación, con el fin de ayudarlo a readaptarse a la comunidad libre.
Concepto último que, a juicio de Solís Espinoza, si bien resulta más escueto,
omitiendo las acciones de supervisión y medidas de tratamiento (con “ayuda”
material y psicológica), también lo es que no constituye derecho sino solo
asistencia social. Inclusive el citado autor, recalca que esta asistencia debe ser
voluntaria y no impuesta11.

Segundo, el artículo 139º, inc. 22, de nuestra Constitución Política, señala que “el
régimen penitenciario tiene por objeto la reeducación, rehabilitación y
reincorporación del penado a la sociedad”; esto es que el régimen penitenciario
no es en sí un medio sino es el ente que tiene como fin el hacer o materializar la

ni obligación. Lo cual, en definitiva, permite inferir que esta institución sólo sería de índole
asistencial exenta de cualquier contenido jurídico obligacional para el Estado.
10
SOLIS ESPINOZA, Alejandro; Ciencia penitenciaria y derecho de ejecución penal, Perú-Lima,
1999, p. 479.
11
SOLIS ESPINOZA, Alejandro; Ciencia penitenciaria y derecho de ejecución penal, Perú-Lima,
1999, p. 479.

11
triple finalidad de la pena; dado que corresponde al sistema penitenciario -
conformada por las normas y leyes del Derecho Penitenciario o de Ejecución
Penal- llevar a cabo la reeducación, rehabilitación y reinserción social no sólo del
penado sino también del liberado12.

Pues, si existe un régimen para el tratamiento penitenciario, también


equivalentemente y por el principio de igualdad, existe una regulación normativa
para el “tratamiento post-penitenciario” [mal denominada “asistencia
postpenitenciaria”], en donde ambos tipos de tratamiento coinciden en una
misma finalidad: rehabilitar y reinsertar a la comunidad tanto al penado -en una
primera fase- como al liberado o excarcelado -en una segunda y última fase-.

En este sentido, se infiere que el tratamiento post-penitenciario es un derecho


constitucional exigible que se desprende del citado cuerpo constitucional. Y que,
en definitiva, lo goza tanto el interno recluido como la persona que ha sido
liberado de un Centro Carcelario; por tanto, dicho tratamiento será exigible y de
obligación para el Estado y no un mero servicio o auxilio social voluntario, como
actualmente se encuentra regulado. En consecuencia, si la resocialización o
reinserción social, entendida como intra y exocarcelaria, está tutelada en la Carta
Magna, no cabe duda que constituya un derecho constitucional de toda persona
que se encuentra recluida dentro de un establecimiento penitenciario e incluso
cuando sale del mismo. Lo cual, en suma, lleva a determinar que la naturaleza
jurídica del tratamiento post-carcelario es la de ser un derecho constitucional
exigible al Estado, ya que no es un servicio ni un favor que el Estado presta al
liberado, sino es una obligación y tutela que la propia Constitución Política
reconoce tanto al interno como al liberado, para que desde sus órganos
inmediatos se efectúen coordinaciones con las instituciones o personas
autorizadas encargadas de la culminación de la reinserción o resocialización de
la persona que ya egresó de un Establecimiento Penitenciario13

12
Cfr. MONTORO SALAZAR, Hamilton; ¿”asistencia post-penitenciaria” o “tratamiento post-
penitenciario”? ¿es un derecho constitucional exigible o solo constituye auxilio y asistencia social
al liberado?, 2015.
13
BARRETO SANTAMARÍA, Cecilio; Manual teórico-práctico de derecho penal excarcelario-casos
prácticos, ob., cit., p. 358.

12
5. Clases de tratamiento post-penitenciario

En el estudio doctrinario, a efectos académicos, se ha realizado una clasificación


de las clases de asistencia penitenciaria, que se supone que se debe impartir
entre las personas que obtienen la libertad14.

Al respecto, es de señalar que –en palabras de Solís Espinoza- “no todos los
liberados necesitan asistencia. Los que al ser puestos en libertad cuentan con
un hogar adecuado, trabajo en que laborar, estabilidad psico-social,
generalmente no requerirán de orientación postasilar”. Sin embargo a esta idea,
del todo no resulta exacto con el contraste de nuestro medio social; toda vez que
más del 90 % de reclusos provienen de estratos sociales bajos, y sólo una
minúscula diferencia es de superior nivel social. Pero no obtente ello, cualquiera
sea el origen del liberado –sostenemos- que debe recibir asistencia post-
penitenciaria, por el sólo hecho de que ella constituye un derecho subjetivo del
excarcelado15.

5.1. Asistencia o ayuda material: este tipo de asistencia o ayuda material,


está orientado a que la persona obtenga un alojamiento, alimentación,
vestimenta, trabajo y empleo, herramientas, transporte o su residencia de
origen y suministro de documento de identidad.

Con este tipo de asistencia se busca paliar las situaciones de carencia de


medios económicos de muchos excarcelados

5.2. Asistencia moral o psicológica: este tipo de asistencia moral o


psicológica, está orientado a que la persona reciba ayuda o tratamientos
para superar los complejos o temores de rechazo por parte de los
familiares y amistades.

14
SOLIS ESPINOZA, Alejandro; Ciencia penitenciaria y derecho de ejecución penal, Perú-Lima,
1999, p. 483.
15
SOLIS ESPINOZA, Alejandro; Ciencia penitenciaria y derecho de ejecución penal, Perú-Lima,
1999, p. 483.

13
Mediante este medio, se busca superar posibles problemas psicológicos
o emocionales que haya adquirido el liberado como consecuencia de su
encierro carcelario, tratamiento que debe estar encaminado hacia su
completa reintegración social.

5.3. Orientación social y supervisión: este tipo de asistencia moral o


psicológica, está orientado a que la persona reciba una asistencia
familiar al obtener la libertad.

Con esta medida se busca proporcionar, al liberado, asistencia adecuada


para que pueda afrontar las nuevas circunstancias sociales, tanto en el
ambiente familiar donde habrán ocurrido diversos cambios, por lo que a
veces les puede ser difícil reasumir el rol que desempeñaban, sobre todo
de padre o madre de familia, así como en el contexto social extra-familiar.
El personal encargado de este aspecto, debe trabajar también con el
entorno o los miembros del medio social donde va a reintegrarse el
liberado, para contribuir a un mejor ajuste social.

6. La población de asistencia post-penitenciaria en el Perú

La población de la asistencia post penitenciaria conforma a las personas


egresadas del penal, así como a personas sentenciadas a penas limitativas de
derechos, ésta población que se encuentra en el medio libre se encuentra en
tránsito al lograr su reinserción social y estado fuera de la cárcel, la educación
que se da a esta población se encuentra destinada a la reinserción eficaz del
liberado a la sociedad.

Esta población desarrolla sus actividades en los establecimientos asistenciales


post penitenciario de penas limitativas de derechos que tienen principal
característica de la libertad por lo que las actividades desarrolladas en estos
establecimientos son básicamente de persuasión y de reeducación a través de
talleres y otras formas de intervención que el personal penitenciario utiliza a fin
de que los liberados puedan capacitarse en algún oficio y posteriormente puedan
ser parte en una interacción con la sociedad.

14
La población del sistema penitenciario actual es de 98, 133 personas. De ellos,
el 83.5% se encuentran en establecimientos penitenciarios cumpliendo pena
privativa de libertad efectiva, mientras que el 16.5% personas asisten a
establecimientos de medio libre al haber sido sentenciados a penas que no
conllevan un internamiento en prisión y personas liberadas con beneficios
penitenciarios (internos egresados).

Cuadro N° 5
Internos egresados en asistencia post-penitenciaria a nivel
nacional

LIBERACIÓN
OFICINAS
CONDICIONAL
REGIONAL TOTA SEMILIBERTAD

ES L

T H M T H M

Norte- 1
Chiclayo 6 144
1289 1128 1060 68 17
1

Lima- 2513 1903 1699 204 610 530 80


Arequipa
Sur- 434 331 287 44 103 91 12
Arequipa
Centro- 1321 1188 1070 118 133 120 13
Huancayo
Oriente- 501 420 378 42 81 75 6
Huánuco

15
Sur- 613 482 445 37 131 107 24
Oriente-
Cusco
Nor- 650 614 583 31 36 31 5
Oriente-San
Martín
Altiplano- 314 232 180 52 82 67 15
Puno

TOTAL 1337
7635 6298 5702 596 1165 172

CUADRO DE ELABORACIÓN PROPIA: Estadística del INPE 2017.

Cuadro N° 6
Internos egresados en asistencia post-penitenciaria a nivel
región Lima

APPS CANTIDAD

Callao 310

Cañete 43

Caraz 129

Chimbote 106

Chincha 135

Ica 88

Huacho 196

Surquillo 1062

Lima Norte 444

16
TOTAL 2513

CUADRO DE ELABORACIÓN PROPIA: Estadística del INPE 2017


Cuadro N° 7
Internos egresados según el nivel de instrucción a nivel
nacional

Nivel T No Li Sur Cen Orie Su Nor Alti


educativo rte ma tro nte r Orie pla
Ori nte no
en
te

Analfabeto 144 36 16 1 29 12 17 23 10

Primaria
incompleta 1074 22 18 43 228 87 10 141 62
5 3 5
Primaria
completa 780 18 13 34 160 62 54 125 27
0 8
Secundaria
incompleta 1817 29 60 100 329 129 15 145 61
2 2 9
Secundaria
completa 2604 36 10 163 415 159 18 154 105
3 56 9
Sup.
Técnico 285 48 90 20 60 13 31 12 11
Incompleto
Sup.
Técnico 381 60 16 27 38 16 26 29 19
completo 6

17
Sup.
Universitar 257 40 11 20 36 12 20 9 8
Incompleto 2
Sup.
Universitar 293 45 15 26 26 11 12 12 11
Completa 0

TOTALES 7635 45 25 434 132 501 61 650 314


13 1 3
CUADRO DE ELABORACIÓN PROPIA: Estadística del INPE 2017

7. El perfil de la población liberada con asistencia post-penitenciaria

La población liberada con asistencia post-penitenciaria es predominantemente


masculina. Los hombres representan alrededor del 90% de la población post-
liberada en los últimos seis años16.

Los internos que más se benefician con la semilibertad o libertad condicional


tienen entre 30 y 39 años de edad. Asimismo, la tendencia en los últimos seis
años muestra que estos beneficios han ido disminuyendo progresivamente
conforme se eleva la edad de los internos.

El grupo más significativo es aquel que cuenta con el nivel secundario completo,
seguido por el grupo que no culminó la secundaria. Entre ambos grupos
concentran alrededor de la mitad de la población con asistencia post-
penitenciaria, de modo que aquellos con niveles educativos de primaria, técnica
y universitaria representan porcentajes menores. Y la población con asistencia
post-penitenciaria se divide entre población activa, población pasiva y casos en
archivo definitivo. La población activa es aquella que cumple con reportar sus
actividades de manera periódica. En los últimos seis años, esta población ha ido
aumentando, pasando de 56.3% en el año 2010 a 68.4% en el año 2015.

16
CONSEJO NACIONAL DE POLÍTICA CRIMINAL; ¿Qué tanto sabes del sistema penitenciario en
el Perú?, Boletín N° I – 2016, p. 27.

18
Por su parte, la población pasiva es aquella que no asiste a dar cuenta de sus
actividades. Esta ha ido disminuyendo pasando de un 41.1% en el año 2010 a
un 28.2% en el año 2015. Finalmente, los casos que se archivan definitivamente
responden a motivos diversos, como el cumplimiento de las penas, revocatorias
o fallecimientos.

Y los delitos cometidos por la población que está fuera de los penales son
principalmente delitos contra el patrimonio, contra la seguridad pública, contra la
vida, el cuerpo y la salud, y contra la libertad. En los últimos seis años, estos
tipos de delitos se han mantenido como los más preponderantes; sin embargo,
la población con asistencia post-penitenciaria que fue sentenciada por delitos
contra el patrimonio ha disminuido, mientras que la población sentenciada por
delitos contra la vida, el cuerpo y la salud ha ido en aumento (ver gráfico 31).
Así, los delitos contra el patrimonio cometidos por esta población han pasado de
representar el 40.7% el año 2010 al 32.6% en el año 2015. Por otra parte, los
delitos contra la vida, el cuerpo y la salud han aumentado, pasando del 14.7%
en el año 2010 al 22.7% en el año 2015.
8. Políticas de reinserción post-penitenciaria

Las cárceles presentan muchos problemas, que agudizan el sistema penitenciario.


Y las políticas de reinserción post-penitenciaria, deben considerar los principios y
políticas que aseguren a reclusos y ex reclusos su derecho al trabajo, en las
mismas condiciones en las cuales las ejecutan en libertad, tiende a reconocerle
como ciudadanos, sujetos de derechos y obligaciones, colaborando con su familia
y porque no, con su propio mantenimiento en el recinto carcelario (durante su
tiempo dereclusión), pues de lo que se trata es de fortalecer sus relaciones
familiares y sociales y, de crearle un sentido de responsabilidad, acentuando su
rol social.

En este sentido, en la elaboración de estas políticas de asistencia post-


penitenciaria deben primar estos principios: participación de la sociedad, la
participación del Estado.

19
- Participación de la sociedad: a través del sector productivo, considerando
dentro de este a todas aquellas empresas, asociaciones (civiles o
mercantiles), organismos, e instituciones, cualquiera sea su actividad
social, que puedan ser consideradas como medianas y/o grandes
empresas, en atención a su capital, número de empleados, objeto social,
utilidades, entre otros factores.

- Participación del Estado: esta medida comprende la formulación de


planes, programas y políticas dirigidas a concretar la creación de un
Instituto Autónomo encargado de conducir la asistencia laboral
penitenciaria y postpenitenciaria, con representación de la Cámara
Empresarial, la precisión de las acciones a seguir y la especificación de
las formas de intervención del sector empresarial nacional (público y
privado).

CAPÍTULO II

9. Gestión de los establecimientos penitenciarios en el Perú

El sistema penitenciario peruano atraviesa desde hace varios años una situación
de emergencia cuya solución se vuelve una tarea impostergable. La capacidad

20
de recibir internos de las cárceles nacionales se encuentra rebasada, lo que
deviene en el caldo de cultivo para problemas de salud física y mental de la
población penitenciaria, y hace difícil, o casi imposible, la readaptación. De
acuerdo con el organismo competente, el Instituto Nacional Penitenciario (INPE),
esta situación origina escenarios de violencia y agresión, mayor dificultad en el
control de conductas y actividades ilícitas desde y al interior de los penales,
además de una mayor degradación y deterioro de la propia infraestructura
carcelaria.

La situación descrita pareciera exactamente la antítesis del enunciado contenido


en el Artículo IX del Título Preliminar del Código Penal, que como uno de sus
principios generales considera: «La pena tiene función preventiva, protectora y
resocializadora».

El Estado no ha tenido éxito en la reversión del problema de hacinamiento y los


efectos negativos que implica por la concurrencia de varios factores como el
retardo en la administración de justicia, las inadecuadas políticas penitenciarias,
la corrupción en el sistema penitenciario y la escasa inversión en infraestructura
carcelaria, entre otros.

Es respecto al último de estos factores que cobra relevancia la participación del


capital y la gestión privados bajo el esquema de asociaciones Asociaciones
público-privadas en el sistema penitenciario como una alternativa para mejorar
la situación carcelaria en el país, con el propósito de alcanzar la finalidad
constitucionalmente establecida que es la resocialización del interno, y reducir la
criminalidad creciente en un país donde los delincuentes salen de las cárceles
más avezados y peligrosos.

Los problemas del sistema penitenciario peruano constituyen una matriz


compleja que requiere de soluciones estructurales e integradas en distintos
frentes, lo que involucra a varios sectores. Por ello, esta investigación no
pretende mostrar una solución integral a una situación de esta naturaleza; sin
embargo, una APP es una alternativa que en otros países ha tenido éxito y
contribuido con un mejor sistema carcelario.

Según el INPE, dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, a


diciembre del 2013 las cárceles peruanas presentaban un índice de

21
sobrepoblación del 115%, con una tendencia al aumento de la población
carcelaria, por lo que el problema del hacinamiento y la falta de infraestructura
podría tornarse en incontrolable, al punto que, si la situación no se revierte, el
Estado necesitaría en teoría construir dos establecimientos penitenciarios por
año para albergar a la población penitenciaria.

El hacinamiento en las cárceles deviene a su vez en el origen de muchos otros


problemas no menos graves, como son las condiciones poco dignas para los
reclusos, la insalubridad física y psicológica, la violencia, la corrupción y la
delincuencia dentro y desde los establecimientos penitenciarios, «… pero lo
principal es que impide las acciones de resocialización del interno y fomenta la
reincidencia que afecta la seguridad ciudadana»

Por ello es que actualmente en las cárceles públicas se observa la


especialización y el incremento de la conducta delictiva, y estas son el centro de
planificación, dirección y/o ejecución de delitos de extorsión, secuestro y asaltos,
en perjuicio de la sociedad en su conjunto.

Por consiguiente, el hacinamiento no constituye un problema solo de los


reclusos, o al interior de las cárceles, sino que concierne e interesa tanto al
Estado como a la sociedad civil en su conjunto, pues sus consecuencias se
manifestarán en el incremento de la delincuencia en las ciudades, en la
inseguridad de los ciudadanos y en la amenaza de su integridad física y
psicológica.

Desafortunadamente, en nuestro acercamiento al tema no hemos encontrado


información nacional o internacional sobre el costo que significa para la sociedad
que un recluso no sea resocializado, pero sí queda claro que este es elevado
pues incluye el incremento de la delincuencia.

En este contexto resulta vigente, actual y relevante el análisis de la posibilidad


de participación del sector privado en la construcción, la operación y el
mantenimiento de establecimientos penitenciarios bajo el mecanismo de APP,
toda vez que en casi noventa años de gestión estatal la finalidad resocializadora
no se ha cumplido.

22
El análisis de este problema requiere establecer la factibilidad técnica y legal y,
por supuesto, determinar la viabilidad financiera, tanto para el Estado como para
el operador privado. En tal escenario, la experiencia internacional en
concesiones carcelarias resulta una fuente importante de aprendizaje a partir de
las medidas y las soluciones adoptadas para una eficaz gestión de los
establecimientos penitenciarios concesionados, el eficiente uso de su
infraestructura y la obtención de resultados de mejora en las condiciones de vida
y resocialización de la población carcelaria en un ambiente de respeto por las
normas del establecimiento, pero también de sus derechos fundamentales.

10. Antecedentes Históricos

Si bien a lo largo de la historia medieval y moderna existen figuras que tibiamente


se les asemejan, las concesiones de establecimientos penitenciarios tienen su
partida de nacimiento en la década de 1980 y su apogeo en la de 1990, en los
EUA, trasladándose posteriormente este modelo a otros países.

En el siglo XIX, el gobierno de los EUA comenzó a contratar empresas privadas


para que prestasen diferentes servicios en las prisiones, no con la estructura
actual sino con contratos de arrendamiento de la administración de las cárceles.

¿Qué generó el nacimiento del modelo de concesiones? En la década de 1970


se encontraba instaurado en EUA el régimen legal de la sentencia indeterminada
a través del cual los jueces, luego de dictado el veredicto de culpabilidad por
parte del jurado o que se declarase culpable el reo, se limitaban a señalar en la
sentencia que el reo quedaba condenado por el periodo establecido en la ley,
siendo el órgano administrativo penitenciario estatal, de la gobernación del
Estado o del poder legislativo estatal el que determinaba la extensión específica
de la pena (entre el mínimo y el máximo establecido por la ley) y aplicaba
beneficios de reducción de pena. Además, en materia de ejecución penal, los
jueces y los tribunales federales practicaban la política de hands off («no tocar»
o «manos fuera») consistente en no atender peticiones de enjuiciamiento de las
condiciones carcelarias, pues esto se veía como una usurpación de las funciones
de los gobiernos estatales.

23
Por estas razones, un gran número de asociaciones de derechos civiles,
académicas y de abogados ayudaron a los reclusos a organizarse y enfrentar
legalmente a las administraciones penitenciarias con el fin de cambiar la
deplorable situación de las cárceles estadounidenses caracterizadas por el
hacinamiento y la existencia de condiciones infrahumanas de habitabilidad y
salubridad, violencia cotidiana, abuso de poder y discriminación racial. Producto
de estas contiendas legales se dictaron dos sentencias del Tribunal Supremo
Federal de EUA (los casos Jones versus Cunningham, 371 U. S. 236, de 1963;
y Cooper versus Pate, 378 U. S. 546, de 1964) en las cuales se basaron una
serie de demandas contra los administradores de prisiones que culminaron en
órdenes judiciales para que los administradores Asociaciones público-privadas
en el sistema penitenciario penitenciarios ordenaran, mejoraran y humanizaran
las cárceles, dotándolas de recursos y medios adecuados, bajo apercibimiento
de responsabilidades penales y fuertes multas.

Sin embargo, realizar todo lo solicitado por los tribunales federales sobre la
humanización de las cárceles significaba que los gobiernos estatales ejecutaran
grandes programas de inversiones públicas lo que, conforme al modelo de
probabilidad Black-Cox, los electores presumiblemente no estarían dispuestos a
solventar con sus impuestos (Black & Cox, 1976). En este contexto, el
expresidente del Partido Republicano del estado de Tennessee, y empresario
inmobiliario y de seguros, Thomas Beasley propuso la idea de poner en marcha
penitenciarías privadas para así «... resolver el problema de las prisiones y, al
mismo tiempo, ganar dinero» (Hurst, 1983). El gobernador republicano del
estado, Lamar Alexander, le ofreció respaldo político y, con apoyo financiero del
grupo inversor Massey Birch Investment Group, propietario de Kentucky Fried
Chicken, la empresa de Beasley, Corrections Corporation of America (CCA), en
1983, construyó y operó la prisión de Silverdale, recinto para 500 internos situado
en la localidad de Chattanooga, condado de Hamilton.

La aparición de CCA modificó radicalmente la imagen que se tenía de las


cárceles. Los prisioneros pasaron a llamarse residentes, quienes vivían con
estándares de seguridad mínimos indispensables y de forma más libre; los
guardias se llamaron supervisores de residentes; desaparecieron las mafias, la
violencia, las corruptelas y los favoritismos. Además, el establecimiento era

24
dirigido por un administrador de recursos y un empleado del condado,
denominado monitor, era el encargado de inspeccionar que se cumpliera con el
contrato.

Paralelamente, en la década de 1970, la Oficina Federal de Prisiones celebró


contratos con empresas privadas para operar centros juveniles de detención y,
a partir de 1979, el sector privado inició su participación en los Servicios de
Inmigración y Naturalización para el control de inmigrantes ilegales pendientes
de ser juzgados para su deportación. Tres de los once centros de detención de
los Servicios de Inmigración y Naturalización de EUA, ubicados en las ciudades
de Denver (Colorado), Houston y Laredo (Texas), con una capacidad total de
625 internos, se dieron en concesión al sector privado.

El banco de inversión Morgan Lewis Githens & Ahn señalaba entre los años 1983
y 1990, 19 Estados otorgaron autorización legislativa (7 en forma explícita) para
la operación privada de establecimientos correccionales de adultos, y Tennessee
y Colorado consintieron la realización de proyectos piloto en condados. Sólo en
1990, los órganos legislativos de siete estados definieron su posición frente a la
privatización y permitieron la celebración de 15 contratos adicionales. Al año
2001, 42 Estados habían aprobado legislación que autorizaba la privatización de
sus sistemas correccionales (Rey Barbosa, 2004: 45). Hasta fines de 1997, las
prisiones privadas de EUA albergaban a 64,028 reclusos en 142
establecimientos penitenciarios distribuidos en 30 estados (Del Rosal, 1990).

Características generales

Las concesiones penitenciarias se sustentan en la existencia de una necesidad


pública de infraestructura penitenciaria y de servicios penitenciarios que el
Estado no tiene la capacidad de proveer con sus propios recursos.

El concedente conserva la función de imponer las penas a través de la dación


de las sentencias respectivas (administración de justicia) y el otorgamiento
efectivo de beneficios penitenciarios. Si bien puede conservar el tratamiento
penitenciario, la seguridad y la autoridad máxima del complejo penitenciario,
también se puede optar por su delegación al privado, dependiendo de la
legislación del país.

25
Dentro de la operación y el mantenimiento del establecimiento penitenciario, el
concesionario puede brindar, directa o indirectamente (tercerizando), los
servicios de administración penitenciaria, alimentación, hotelería, lavandería,
aseo, limpieza, control de plagas, salud, asistencia psicológica, economato,
seguridad penitenciaria interna y/o externa, reinserción social o tratamiento
penitenciario del reo (educación, capacitación, religión, factoría, talleres, deporte
y cultura, entre otros), archivo de legajos, clasificación de internos, tramitación
de beneficios penitenciarios, asistencia legal, asistencia social, tratamiento de
aguas residuales y transporte de reclusos, entre otros.

Respecto de la posibilidad de que el concesionario lleve a cabo la administración


penitenciaria, el tratamiento penitenciario del reo y la seguridad interna y/o
externa del establecimiento, se debe adelantar que estas actividades se
configuran como verdaderas funciones públicas que, para ser ejercidas por los
privados, deben ser delegadas por la administración pública pertinente, previa
autorización de los poderes Ejecutivo o Legislativo, según corresponda.

Este tipo de concesión, a diferencia de otras actividades dadas en concesión,


tiene una mayor rentabilidad social que financiera, por lo que se requerirá del
cofinanciamiento del Estado. Además, las concesiones penitenciarias necesitan
no solo de la suscripción de un contrato de concesión si no de la dación de
normas previas y de la suscripción de «convenios de encargo de gestión» a
efectos de que el concesionario pueda llevar adelante la ejecución contractual.

Existen distintos modelos de concesiones penitenciarias, los que varían de país


en país según la legislación y las particularidades de cada Estado. Entre los
principales modelos se encuentran:

• Modelo de concesión total o plena. Es aquel en el cual el concesionario se


encarga de todas las actividades y los servicios necesarios para el
funcionamiento del establecimiento penitenciario: financiamiento, diseño,
construcción, operación, administración y gestión, incluidos tratamiento y
seguridad penitenciaria (interna y externa); y el concedente asume un rol
supervisor, de manera directa o indirecta (organismo regulador ad hoc o un
supervisor privado contratado) que vigila el cumplimiento por parte del

26
concesionario del contrato de concesión. Además, el concesionario puede
contratar como mano de obra a los reclusos a favor de una empresa privada.

• Modelo de concesión parcial o semiplena. Es aquel en el cual el concesionario


se encarga de una o varias actividades y servicios necesarios para el
funcionamiento del establecimiento penitenciario, y deja al concedente la
seguridad interna y externa del establecimiento, además del tratamiento
penitenciario de los internos. La concesión penitenciaria aparece así como una
alternativa a la gestión pública de los centros de reclusión.

CAPÍTULO III

11. Instituto Nacional Penitenciario – INPE

27
El INPE es un organismo ejecutor del sector Justicia, rector del sistema
penitenciario nacional, con personería jurídica de derecho público y con
autonomía económica, técnica, financiera y administrativa. Forma pliego
presupuestario y se rige por el Código de Ejecución Penal y su Reglamento. 17

La población del sistema penitenciario nacional está compuesta por las


personas procesadas con medidas de detención y personas sentenciadas a
pena privativa de libertad que se encuentran en los establecimientos
penitenciarios, asimismo, personas liberadas con beneficio penitenciario de
semilibertad o liberación condicional y personas sentenciadas a pena limitativa
de derechos, que son atendidas en los establecimientos de medio libre.

El INPE está descentralizado en ocho Oficinas Regionales,18 las que a su vez


tienen a su cargo establecimientos penitenciarios para personas privadas de
libertad y establecimientos de medio libre para personas liberadas con
beneficios penitenciarios y sentenciados a penas limitativas de derechos. La
población del sistema penitenciario al mes de octubre 2017 es de 103,317
personas.

De ellos, 85,6212 se encuentran en establecimientos penitenciarios al tener


mandato de detención judicial o pena privativa de libertad efectiva, mientras que
17,69619 personas asisten a establecimientos de medio libre al haber sido
sentenciados a penas limitativas de derechos o liberados con beneficio
penitenciario de semilibertad ó liberación condicional.

- VISIÓN:
En el Perú se respetan los derechos humanos en un contexto de cultura
de la legalidad y convivencia social armónica, con bajas tasas de

17
https://www.inpe.gob.pe/component/k2/item/1466-programa-capas.html
18
El Instituto Nacional Penitenciario se distribuye a nivel nacional en ocho Oficinas Regionales (OR), las
que no coinciden con los departamentos, provincias y distritos geopolíticos del Perú. Estas son: OR Norte-
Chiclayo (Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad y Cajamarca); OR Lima (Ancash, Lima y Ica); OR Sur-
Arequipa (Arequipa, Moquegua y Tacna); OR Centro-Huancayo (Junín, Huancavelica y Ayacucho); OR
Oriente-Pucallpa (Huánuco, Cerro de Pasco y Ucayali); OR Sur Oriente-Cusco (Apurímac, Cusco y Madre
de Dios); OR Nor Oriente-San Martín (Amazonas, San Martín y Loreto); y OR Altiplano-Puno (Puno y parte
de Tacna).
19
Los establecimientos transitorios de Lima y Lurigancho, en los cuales existe población que ingresa para
su clasificación a un establecimiento penal y para asistir a sus diligencias judiciales de manera respectiva,
actualmente, albergan de manera conjunta una población de 68 personas privadas de libertad; esta
cantidad corresponde al 0.08% de la población intramuros. Estas poblaciones no están consideradas en el
análisis del presente informe.

28
criminalidad y discriminación, donde toda persona goza de seguridad
jurídica y tiene acceso a una justicia inclusiva confiable, gracias a un
Estado moderno y transparente que protege efectivamente los intereses
del país y de sus ciudadanos.

- MISIÓN:
Ejercer la rectoría del sistema penitenciario nacional, reinsertando social
y positivamente la población penitenciaria intramuros y extramuros, con
condiciones de vida adecuada y con personal altamente calificado.

- LEMA:

“Humanizar y dignificar para resocializar”

11.1. Antecedentes históricos


- 1924
Los antecedentes históricos del INPE relatan que por fin, el artículo 26 del
Código Penal de 1924, recoge la opinión de los entendidos en la materia al
establecer la creación de la Inspección General de Prisiones. Esta institución
se encargaría a partir de esa fecha de la dirección de todos los
establecimientos carcelarios del país, siendo su primer director (Inspector
General) el doctor Augusto Llontop.

- 1927
Tres años después, el 12 de febrero de 1927, el Decreto Supremo Nº 70 crea
la Escuela de Vigilancia, dando paso al funcionamiento del Servicio de
Identificación Dactiloscópica como órgano de la Inspección General de
Prisiones, y la publicación del Boletín de Criminología, revista que dejó de
circular el año 1992.

- 1928
El 26 de marzo de 1928, el Dr. Bernardino León y León asume la dirección de
la Inspección General de Prisioneros. Se pone en marcha grandes reformas
al sistema penitenciario, como por ejemplo, el cambio de nombre por el de
Dirección General de Prisiones. El 14 de enero de 1929 se dicta el

29
Reglamento de Clasificación de Conducta de los Penados; y en febrero se da
a conocer el Reglamento del Instituto de Criminología.

- 1944
Los años subsiguientes evidenciaron un abandono del tema penitenciario,
hasta que el 16 de agosto de 1937, mediante D.S. Nº 97 se dicta un nuevo
reglamento de penitenciaría de Lima. Siete años después, el 2 de junio de
1944, se abre la Escuela de Vigilantes que funcionó hasta mediados de
diciembre de 1945.

- 1946
Los vaivenes del sistema penitenciario son de conocimiento del entonces
presidente de la República Luis Bustamante y Rivero, quien el 12 de marzo
de 1946 ordena el funcionamiento de la Escuela de Personal Auxiliar de los
Establecimientos Penales y de Tutela, institución que tuvo vigencia hasta
diciembre de 1948. La administración Bustamante reorganiza los servicios
médicos en los establecimientos penales y de tutela, elabora la ficha psico-
física de reclusos y tutelados, crea el servicio social para esos centros, e inicia
las investigaciones de las condiciones antropológicas y sociales de la
penitenciaría, entre otras medidas. Pero, muchas de esas disposiciones
quedaron truncas, como consecuencia del golpe de estado.

- 1951 - 1968
En 1951 se crea la colonia penal agrícola “El Sepa”. Años después, el primer
gobierno del presidente Fernando Belaunde Terry construye el Centro
Penitenciario de Lurigancho, en Lima, e inicia la construcción del Centro
Penitenciario de Ica (Cachiche) y la cárcel de Quenqoro, en el Cusco. Por
Resolución Suprema Nº 211 del 13 de mayo de 1965, se establecen los
estatutos para la creación del Centro de Capacitación Penitenciaria, que
funcionó hasta setiembre de 1968.Luego, el gobierno del General Juan
Velasco Alvarado, dicta dispositivos legales referentes al derecho
penitenciario peruano, y por Decreto Ley 17519 establece que la Dirección
General de Establecimientos Penales forme parte de la estructura del
Ministerio del Interior.

- 1979

30
Durante ese mismo gobierno se crea el Centro de Formación y Capacitación
Penitenciaria (CEFOCAP), con la finalidad de formar agentes penitenciarios.
Sería después el siguiente gobierno militar, esta vez el de Francisco Morales
Bermúdez que, de conformidad con lo establecido en la Constitución de 1979,
reapertura el Ministerio de Justicia, incluyendo en su estructura a la Dirección
General de Establecimientos Penales.

En el segundo gobierno del arquitecto Fernando Belaunde Terry, a través de


la Ley Orgánica del Ministerio de Justicia, se incluye a la Dirección General
de Establecimientos Penales y Readaptación Social como uno de los órganos
del sector Justicia.

- 1985
El 06 de marzo de 1985, por Decreto Legislativo Nº 330 se promulga el
Código de Ejecución Penal, dando origen así al INSTITUTO NACIONAL
PENITENCIARIO y por Decreto Supremo Nº 012 del 12 de junio del mismo
año se aprueba su reglamentación, definiéndolo como el organismo público
descentralizado, rector del Sistema Penitenciario Nacional integrante del
Sector Justicia.20

11.2. Funciones
Sus funciones principales son:
- Dirigir y administrar el Sistema Nacional Penitenciario.
- Realizar investigaciones sobre criminalidad y elaborar políticas de
prevención del delito.
- Brindar asistencia post penitenciaria.
- Dictar normas técnicas y administrativas sobre el planeamiento y
construcción de infraestructura penitenciaria.

11.3 Objetivos estratégicos institucionales

Sus objetivos estratégicos se articulan con los del Plan Estratégico Sectorial
Multianual del Sector Justicia y Derechos Humanos (PESEM): “Fortalecer la

20
https://www.inpe.gob.pe/component/k2/item/1466-programa-capas.html

31
política criminal y el sistema penitenciario para reducir los niveles de
delincuencia y crimen organizado”.

Entre ellos están:


- Reinsertar social y positivamente a la población penitenciaria.
- Garantizar la seguridad integral en los establecimientos penitenciarios y
dependencias conexas.
- Mejorar las condiciones de vida adecuada a la población penitenciaria.21

11.4. Población penitenciaria: extra muro e intramuros

El presente informe mensual se inicia con un resumen de la población


intramuros y extramuros a partir de las oficinas regionales del INPE. En
adelante se realizará el análisis de la población penitenciaria intramuros y
extramuros. Asimismo, significa un aporte que este documento tenga un
análisis de la población penitenciaria por cada uno de los establecimientos
penitenciarios del país, el cual pretende proyectar datos significativos para ser
utilizados en el planeamiento o elaboración de programas de tratamiento al
privado de libertad, o mecanismos de prevención.22

POBLACIÓN DEL SISTEMA PENITENCIARIO NACIONAL


POBLACION TOTAL: 103,317
ESTABLECIMIENTOS PENITENCIARIOS: 85,621
Procesados: 35,361
Sentenciados: 50,260
ESTABLECIMIENTOS DE MEDIO LIBRE: 17,696
Asistencia Post Penitenciaria: 6,86523
Penas Limitantitas de Derechos: 10,259

21
Elías Carranza. “Cárcel y Justicia Penal: El modelo de Derechos y Obligaciones de las Naciones Unidas, y
una Política Integral de seguridad de los habitantes frente al delito”. Cárcel y Justicia Penal en América
Latina y el Caribe: Cómo implementar el modelo de derechos y obligaciones de las Naciones Unidas.
Primera Edición. ILANUD. 2009. Pág. 63.
22
Fuente: Unidades de Registro Penitenciario Elaboración: INPE/Unidad de Estadística
https://www.inpe.gob.pe/component/k2/item/1466-programa-capas.html
23
Fuente: Unidades de Registro Penitenciario Elaboración: INPE/Unidad de Estadística
https://www.inpe.gob.pe/component/k2/item/1466-programa-capas.html

32
Medidas Alternativas: 572

11.5. Programa de medio libre


Son un equipo de profesionales conformado por especialistas en áreas de
psicología, trabajo social, derecho, educación y otras. Estamos
comprometidos con la reinserción social de las personas que estuvieron
recluidos en penales, pero que ahora cumplen el resto de sus condenas en
libertad. Además nos encargamos de aquellos que recibieron penas
alternativas al encierro dictadas por el juez, gracias a la obtención de los
beneficios penitenciarios.

¿Qué hacemos?
Nuestros esfuerzos se encaminan a promover la reeducación de nuestra
población mediante talleres individuales, grupales, familiares y laborales,
diseñados para mejorar sus competencias sociales, a fin de no caer
nuevamente en el delito o falta.

Hemos diseñado programas de tratamiento enfocados a distintos públicos


objetivos, los cuales están dando buenos resultados. Director: Delia Atúncar
Irribari

De acuerdo al Decreto Supremo que aprueba el Reglamento del Decreto


Legislativo N° 1343, Decreto Legislativo para la Promoción e
Implementación de Cárceles Productivas: DECRETO SUPREMO: Nº 025-
2017-JU:

CONDICIONES GENERALES PARA EL DESARROLLO DE LAS


ACTIVIDADES PRODUCTIVAS

TÍTULO VI: ACTIVIDADES PRODUCTIVAS EN MEDIO LIBRE

Artículo 47.- Promoción de actividades productivas en Medio Libre


47.1 Los directores o responsables de medio libre promocionan las
actividades productivas en los internos liberados mediante alianzas
estratégicas con personas naturales, jurídicas, gremios de comerciantes,
entre otros; con el fin de complementar su rehabilitación por medio del trabajo

33
y en el marco del cumplimiento de las reglas de conducta de conformidad a
su sentencia condenatoria.

47.2 La Dirección de Medio Libre de la Sede Central del INPE articula e


impulsa convenios con entidades públicas, personas naturales y personas
jurídicas para coadyuvar a la reinserción laboral de la población penitenciaria
en medio libre.

Artículo 48.- Cuota de Participación de sentenciados en medio libre en


Empresas que cuentan con convenio con el INPE
El INPE procurará la inclusión de una cuota de participación para
sentenciados en medio libre en aquellas empresas que administran talleres
productivos. El sentenciado en medio libre es recomendado por la Dirección
de Medio Libre, tomando en consideración el nivel de progresividad alcanzado
para su reinserción; asimismo, la Dirección de Medio Libre supervisa su buena
conducta en coordinación con la empresa empleadora.

Artículo 49.- Certificación al buen desempeño del liberado


La Dirección de Medio Libre del INPE velará por que las personas naturales o
jurídicas de derecho privado otorguen la certificación por el trabajo
desempeñado a la población penitenciaria en medio libre que contratan. Dicha
certificación no hace mención a su calidad de sentenciado en medio libre.

Artículo 50.- Comercialización de Productos elaborados de sentenciados


en medio libre
El INPE y las entidades intervinientes, a través de sus bazares, instalaciones,
sedes, entre otros, promueven e impulsan la comercialización y difusión de
las actividades y productos elaborados por los sentenciados en medio libre.

TÍTULO VIII: INSTRUMENTOS PARA IMPULSAR LA REINSERCIÓN


LABORAL DE PERSONAS EN MEDIO LIBRE Y LOS QUE HAN CUMPLIDO
SU PENA

Artículo 54.- Bolsas de Trabajo


El Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo y el INPE solicitan las ofertas
laborales a los gremios empresariales, quienes comunicarán las vacantes
disponibles para las personas en medio libre y las personas que hayan

34
cumplido su pena hasta por un periodo de dos años de alcanzada su condición
de liberado o con la pena cumplida. Asimismo, promueven convenios con el
sector privado para que en los portales institucionales de las empresas, se
publique el requerimiento de personal para la población penitenciaria en
medio libre y las personas que hayan cumplido su pena.

El Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo verifica el grado de


cumplimiento de las ofertas que emiten los gremios y empresas ofertantes de
oportunidades laborales para personas en medio libre y los que hayan
cumplido su pena.

Artículo 55.- Apoyo a la gestión y desarrollo empresarial


55.1 El Ministerio de la Producción a través de su plataforma de servicios
empresariales, pone a disposición de la población penitenciaria en medio libre
y los que hayan cumplido su pena, la información sobre mecanismos de
formalización de empresas, financiamiento, emprendimiento, capacitación,
entre otros.

55.2 El INPE promociona la orientación técnica con la finalidad de generar


auto empleo y actividades de emprendimiento.

Artículo 56.- Programas Sociales y Socio productivos


El gobierno nacional, los gobiernos regionales y locales, a través de sus
programas sociales y socio productivos, según corresponda, en el marco de
sus respectivas competencias, coadyuvan a la rehabilitación y asistencia post
penitenciaria de la población penitenciaria en medio libre y los que hayan
cumplido su pena, siempre y cuando domicilien en su jurisdicción, de
conformidad a su normatividad vigente por periodo determinado.

Artículo 57.- Acciones Preventivas


La Dirección de Medio Libre del INPE supervisa la participación de personas
en medio libre cuando realicen actividades productivas. Asimismo,
implementa mecanismos de alerta a fin de recibir hechos de indisciplina por
parte de las personas naturales y jurídicas que los contraten.

En caso tener conocimiento de algún hecho de indisciplina o que menoscabe


el tratamiento penitenciario en medio libre, la Dirección de Medio Libre

35
comunica tales hechos a la Policía Nacional del Perú, Ministerio Público o
Poder Judicial, conforme corresponda.

Artículo 58.- Proceso de inducción a la salida de un establecimiento


penitenciario
El taller integral de inducción para la población penitenciaria se brinda
cuando el interno esté próximo a salir del establecimiento penitenciario. En
dicha etapa se establecen asesorías permanentes en materia de integración
familiar, laboral, legal, su desarrollo personal, salud mental y las que fueran
necesarias para evitar su reincidencia delictiva.

Programa de medio libre: intramuro

a. Programa: “Creo”
¿Quiénes somos?
Somos un equipo de profesionales de diferentes ramas que trabajamos mediante
el programa de intervención “CONSTRUYENDO RUTAS DE ESPERANZAS Y
OPORTUNIDADES” – CREO, dirigido a una población penitenciaria joven
adulta, primaria, caracterizado por la aplicación de una metodología
multidisciplinaria e interdisciplinaria orientado a disminuir la probabilidad de
reincidencia delictiva o a disminuir factores de riesgo criminógeno.

¿Qué hacemos?
Desarrollamos competencias pro social en los internos participantes, en un
contexto de respeto de los derechos humanos e inclusión social, a fin de que
asuma la responsabilidad de alcanzar metas del tratamiento propuesto.

Tenemos como meta otorgar a los internos mayores capacidades de inserción


social positiva mediante: el incremento en el nivel de empleabilidad de los
internos, incremento en las habilidades sociales y cognitivas, el fortalecimiento
social familiar, el mantenimiento y promoción del estado psicológico, la
generación de factores que mejoren el estilo de vida de los internos.

b. Programa: “INPE de Vida”

36
¿Quiénes somos?
Somos un equipo interdisciplinario que actúa mediante el
programa “INTERVENCIÓN EN PERSONAS CON ABUSO Y DEPENDENCIA
DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS RECLUIDAS EN LOS
ESTABLECIMIENTOS PENITENCIARIOS PERUANOS”, enmarcado dentro del
convenio con “La Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas” –
DEVIDA. Está dirigido a población penitenciaria joven adulta (18 a 30 años),
sentenciados por delitos contra el patrimonio, primarios, con consumo de drogas
e historial delictivo asociado al consumo de drogas, enmarcado dentro del
modelo biopsicosocial, cognitivo conductual.

c. Programa: “TAS”
¿Quiénes somos?
Somos un grupo de profesionales que trabajamos aplicando el programa
especializado de intervención interdisciplinario para el “TRATAMIENTO DE LA
AGRESIÓN SEXUAL” – TAS, dirigido a personas encarceladas por delitos contra
la libertad sexual en su modalidad de violación sexual o tentativa y actos contra
el pudor, con la finalidad de generar conductas pro sociales y responsables y de
esta manera puedan llevar un estilo de vida saludable.

¿Qué hacemos?
Desarrollamos competencias personales y sociales para vivir una sexualidad
responsable y desarrollar crecimiento personal. En nuestra labor consideramos
las siguientes variables: psicoterapia, participación familiar, habilidades pro
sociales y autonomía moral, actividades educativas, actividades laborales,
coordinación y orientación legal, promoción y prevención en salud y actividades
integradoras.

El propósito del programa TAS es contribuir con la resocialización de los internos,


buscando una explicación científica del delito de agresión sexual y la generación
de pautas correctivas y soluciones consensuadas. Todo ello en el marco de la
normativa vigente, contribuyendo así a la seguridad ciudadana y al bienestar
social del país.

11.6. Programa de medio libre: extramuro

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a. Programa “Focos”
El programa FOCOS (Fortaleciendo Competencias Sociales para Liberados)
está orientado a fortalecer las habilidades sociales para una convivencia pacífica
en personas que egresan de los establecimientos penales con beneficios de
semilibertad y liberación condicional.

Busca que los participantes entrenen estrategias para afrontar conductas de


riesgo delictivo, disminuyendo la probabilidad de reincidencia.

Ya se aplican en 9 establecimientos de Medio Libre a escala nacional entre ellos


Chiclayo, Cusco, Piura, Trujillo, Huánuco, Huancayo y Lima

Beneficiarios:
 Preferentemente personas por delitos contra el patrimonio
 Con 1 o 2 ingresos a penales
 Con capacidad de lecto-escritura
 Que no presenten patologías ni conductas asociadas al consumo de drogas

Áreas que interviene:


 Habilidades sociales para la no reincidencia
 Desarrollo social
 Familiar
 Técnico laboral

Fase intervención:
 Se desarrolla en 14 sesiones grupales
 Es de corte psicoeducativos
 Acompañamiento individual
 Capacitación técnica laboral
 Asesoramiento familiar

Fase de monitoreo:
 Asesoramiento personal
 Talleres grupales bimensuales de reforzamiento de habilidades sociales
 Monitoreo familia

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b. Programa “Reto”

El programa RETO (Retomando Eficacia Tomando Oportunidades) tiene como


objetivo entrenar a sus participantes en las competencias personales y sociales
para que puedan enfrentar con éxito la conducta de riesgo del consumo de
drogas, asimismo busca promover adecuadas relaciones familiares y fortalecer
sus capacidades laborales.

Talleres
RETO desarrolla diversos talleres tales como:

 Habilidades cognitivas
 Fortalecimiento de competencias emocionales
 Educación moral
 Habilidades sociales
El personal profesional de Medio Libre tiene la esmerada labor de entrenar a
hombres y mujeres en conductas que les permitan una adecuada convivencia
con la familia y la sociedad, para lo cual desarrolla un acompañamiento cercano
con los participantes.

Tiempo de duración
El programa está dividida en 4 fases:

1. Fase de motivación

2. Fase de sensibilización

3. Fase de intervención

4. Fase de reinserción social

Las sesiones grupales presenciales duran una hora y media, acompañadas de


sesiones individuales.

Requisitos
Solo se necesita el compromiso y la decisión de inscribirse en el programa, así
como el rechazo al consumo de drogas.

c. Programa “CAPAS”

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El programa CAPAS (Capacidades personales para afrontar situaciones de
riesgo con éxito) busca mejorar en las personas intervenidas las capacidades
para identificar los riesgos de transgredir la ley, así como desarrollar estrategias
para afrontar estos riesgos con éxito.

Objetivo:
Entrenar a sus participantes en las competencias personales para:
 Identificar los riesgos para trasgredir las normas, provenientes del entorno y
de la propia persona.
 Usar estrategias para afrontar las situaciones de riesgo con éxito y evitar
problemas con la ley.
 Establecer relaciones familiares positivas a fin de que sean más saludables.
Dirigido a:
Sentenciados a reserva de fallo condenatorio y suspensión de la ejecución de la
pena, así como a liberados con beneficio penitenciario de semilibertad o
liberación condicional sin distinción de género, edad, tipo penal cometido, que
tenga una sentencia por delito menor, con estudios primarios completos como
mínimo, de preferencia que se encuentre incluido en algún grupo familiar y que
tenga algún trabajo habitual.

Estructura del programa:


El programa se ejecuta en tres fases:

1.- Fase de inducción: Los participantes son evaluados y motivados a participar


con compromiso.
2.- Fase de intervención:
 Con los participantes quienes son entrenados en identificar los
factores de riesgo provenientes del entorno (familia, amigos,
comunidad) y de la propia persona (poco control emocional, déficit de
habilidades sociales) que conlleva a la trasgresión de normas. Los
participantes aprenden estrategias de afrontamiento a situaciones de
riesgo personales: estrategia de afrontamiento a la presión social, así
como técnicas de control emocional.

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 Con los participantes y sus familiares identifican y analizan
problemas de comunicación e inician mejoras en sus relaciones
familiares.
3.- Fase de cierre:
Los participantes consolidan sus aprendizajes y son evaluados
para determinar los efectos del programa.

d. Programa “No más problemas”


Es un programa que se centra en enseñar a pensar y en desarrollar habilidades
para relacionarse bien. Está orientado a dotar de habilidades para mejorar las
relaciones interpersonales, así como la capacidad de ponerse en el lugar del
otro.

Las personas con conductas irreflexivas o agresivas suelen carecer de estas


habilidades cognitivas, solo ven una salida, la conducta violenta. El lema y
propuesta del programa es: Pensar antes de actuar nos es difícil.24
Beneficiarios
Las personas con dificultades para relacionarse bien.

Que hayan transgredido normas contra la persona en la modalidad de lesiones.

Que quieran fortalecer competencias para resolver problemas interpersonales.

Objetivos
Entrenar en habilidades esenciales (pensamiento) para relacionarse bien:

 Pensamiento causal
 Pensamiento alternativo
 Pensamiento consecuencial
 Pensamiento de perspectiva
 Pensamiento medio-fin
Metodología
 Se realiza en nueve sesiones
 90 minutos cada sesión
 Talleres participativos: reflexivos y lúdicos

24
https://www.inpe.gob.pe/component/k2/item/1466-programa-capas.html

41
12. Alcances y Conclusiones

13. Bibliografía

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penal excarcelario. Casos prácticos, Editoria FECAT-EIRL, Lima, 1997.

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