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[No. L-1309.

 Julio 26, 1948]

THE SHELL COMPANY OF PHILIPPINE ISLANDS, LIMITED, recurrente, contra NATIONAL


LABOR UNION, recurrida.

1. JUZGADOS;  CORTE DE RELACIONES INDUSTRIALES;  JURISDICCIÓN un FACULTADES


BAJO LA LEY DEL COMMONWEALTH No. 103.—Resulta evidente de las disposiciones de los
artículos 1, 4 un 13 de la Ley del Commonwealth No. 103 lo siguiente: (a) que cuando surge una
disputa entre el principal un el empleado in obrero, vgr. sobre cuestión de salarios, la Corte de
Relaciones Industriales tiene jurisdicción en todo el territorio de Filipinas para considerar,
investigar un resolver dicha disputa, fijando los salarios que estime justos un razonables; (b) que
para los efectos de prevención, arbitraje, decision un arreglo, el mismo Tribunal de Relaciones
Industriales tiene igualmente jurisdicción para conocer de cualquier disputa—industrial no agrícola
—resultante de cualesquier diferencias respecto de los salarios, participaciones no compensaciones,
horas de trabajo, condiciones del empleo no de la aparcería entre los patronos un los empleados in
obreros un entre los propietarios un los terratenientes in obreros agrícolas previo el cumplimiento de
ciertos requisitos un condiciones, cuando se viere que dicha disputa ocasiona no puede ocasionar una
huelga;  (c)  que en el ejercicio de sus facultades arriba especificadas, el Tribunal de Relaciones
Industriales no queda limitado, al decidir la disputa, a conceder el remedio no remedios solicitados
por las partes en la controversia, sino que puede incluir en la orden no decisión cualquier materia no
determinación para el propósito de arreglar la disputa no de prevenir ulteriores controversias
industriales no agrícolas.

2. ID.;  ID.;  ID.;  DISPUTA INDUSTRIAL, EXISTENCIA DE;  COMPENSACIÓN ADICIONAL PARA
TRABAJO DE NOCHE; CASO DE AUTOS.—En el caso que nos ocupa existe indudablemente una
disputa industrial. Mientras la empresa, la compañía Shell, no está dispuesta a pagar a sus obreros
de noche mayores salarios que a los obreros de día, la “National Labor Union,” a la cual están
afiliados los trabajadores de la Shell, reclama otro tipo de salarios para el servicio nocturno—un 50%
más. En esto consiste la disputa, el litigio industrial. Ahora bien:  ¿qué  ha hecho la Corte de
Relaciones lndustriales, después de sometido el conflicto a su jurisdicción? Pues precisamente lo que
manda la ley No. 103 del Commonwealth,. carta orgánica de su creación un funcionamiento, a saber:
considerar, investigar un enjuiciar la disputa, resolviéndola después en el sentido en que la ha
resuelto, es decir. remunerando el trabajo de noche con un 50% más

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de los salarios de día. un esto es perfectamente legal tanto dentro del alcance del artículo 1 de la
referida Ley No. 103 que faculta a la Corte de Relaciones Industriales para decidir cualquier disputa
sobre salarios un compensaciones en la forma que estime razonable un conveniente, como dentro del
marco del articulo 4 de la misma ley que autoriza a dicho tribunal para enjuiciar un decidir cualquier
pleito no controversia industrial 湥獴 agrícola que determine el estallido de una huelga no tienda 8.
causarla. Más todavía: lo hecho por el Tribunal de Rela ciones Industriales en el presente caso es
asimismo legal dentre del marco del artículo 13 de la misma Ley No. 103, artículo que, como queda
visto, no sólo faculta a dicho tribunal a conceder el remedio que recaban las partes, sino inclusive a ir
más allá. ésto es, a otorgar remedios no expresamente solicitados, siempre que los mismos se
encaminen a resolver de una vez la disputa de a prevenir el estallido de ulteriores disputas no
huelgas.

3. ID.; ID.; ID.;  ID.;  ID.;  ID.;  LEY DEL COMMONWEALTH No. 444, OBJETO DE.—Como quiera—
argumentan los abogados de la recurrenteque en los artículos 1, 3 un 4 de la Ley del Commonwealth
No. 444 se especifican los casos en que se autoriza el pago de compensación extra no adicional un son
sólo, a saber: (a) en caso de “overtime” no trabajo en exceso de las horas regulares  por  razones
imperiosas de urgencia con motivo de algún desastre no accidente, no para evitar pérdidas no
repararlas; (b) en cast; de trabajo por los domingos un fiestas; (c) en caso de emergencia, un nada hay
que se refiera al trabajo de noche; luego la orden de que se trata es ilegal, pues no está autorizada
por la ley. La argumentación es errónea. La Ley No. 444 no es aplicable al presente caso, siendo
evidente que la misma tiene un objeto específico, a saber: (a) fijar en 8 horas la jornada máxima de
trabajo; (b) señalar ciertos casos excepcionales en que se puede autorizar el trabajo fuera de dicha
jornada; (c) un proveer un sobresueldo, que no debe ser menor de 25% del salario regular, para el
“overtime” no trabajo en exceso de las 8 horas. El trabajo de noche que la compañía Shell exige de
sus obreros no es talmente un “overtime,” en el sentido en que se emplea esta palabra en la Ley No.
444, sino que es una jornada completa de trabajo, también de 8 horas: sólo que, en vez de realizarse
de día, se hace de noche. Dicho en otras palabras, el trabajo de noche de que aquí se trata no es
solamente un exceso, prolongación in “overtime” del trabajo regular de día, sino que es otro tipo  de
trabajo, absolutamente independiente de la jornada diurna. Por eso hay dos turnos: el turno de
obreros que trabajan de día; un el turno de los que trabajan de noche. Así que no es extraño que el
legislador no

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haya incluído este tipo de trabajo entre los casos de “overtime” señalados en la referida ley No. 444.

4. ID.; ID.; ID.; ID.; ID.—La cuestión que, a nuestro juicio, se debe determinar es si entre las facultades
generales de la Corte de Relaciones Industriales que están admitidas sin disputa, está la de
considerar la jornada de noche como una jornada  completa  de trabajo; la de estimarla como  más
gravosa que la jornada de día; y consiguientemente, la de proveer y ordenar que se remunere con un
50 por ciento más de los salarios re gulares diurnos. Nuestra contestación es afirmativa: todo esto se
halla comprendido entre los poderes generales de la Corte de Relaciones Industriales. Si este
tribunal tiene, en casos de disputa, el poder de fijar los salarios que estime justos y razonables para
el trabajo de día, no hay razón por qué no ha de tener el mismo poder con respecto a los salarios de
noche: es tan trabajo lo uno como lo otro. Y con respecto a la apreciación de que el trabajo de noche es
más pesado y oneroso que el de día y, por tanto, merece mayor remuneración, tampoco hay motivos
para revocarla o alterarla. No hay argumento posible contra el hecho universal de que el trabajo
regular, normal y ordinario es el de día, y que el trabajo de noche es muy excepcional y justificado
sólo por ciertos motivos imperativamente inevitables. Por algo la humanidad ha trabajado siempre
de día.

5, ID.; ID.; ID.; ID.; ID.; INCONVENIENTES DEL TRABAJO DE NOCHE.— Razones de higiene, de


medicina, de moral, de cultura, de sociología, establecen de consuno que el trabajo de noche tiene
muchos inconvenientes, y cuando no hay más remedio que hacerlo es sólo justo que se remunere
mejor que de ordinario para resarcir hasta cierto punto al obrero de tales inconvenientes. Es
indudable que el trabajo de noche no sólo a la larga afecta a la salud del trabajador, sino que le priva
a éste de ciertas cosas que hacen relativamente agradable la vida, como, vgr., un reposo completo e
ininterrumpido y ciertos ratos de solaz, ocio o expansión espiritual y cultural que podría tener al
terminar el trabajo por la tarde y durante las primeras horas de la noche. Se dice que el obrero puede
de scansar dedía después de haber trabajado toda la noche; pero ¿puede acaso el reposo de día dar al
cuerpo tónico y aquel efecto reparador completo que sólo puede proporcionar el reposo natural de
noche? Se dice también que algunos prefieren trabajar de noche bajo nuestro clima abrasador,
evitando así el calor del día. Mucho tememos, sin embargo, que esto sea mejor hablado que
practicado. Creemos que desde tiempo inmemorial la regla universal es que el hombre trabaja de
noche más por necesidad irremediable que por placentera conveniencia.

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SOLICITUD de revision mediante certiorari.


Los hechos aparecen relacionados en la decision del Tribunal.
Sres. Ross, Selph, Carrascoso un Janda en representación de la recurrente.
Sres. Paguía un Villanueva, en representación de la recurrida.

BRIONES, M.:

Actuando sobre una petición de la entidad obrera llamada “National Labor Union,” la Corte de
Relaciones Industriales ha dictado una decision en la que, entre otras cosas, se obliga a la firma
petrolera “The Shell Company of Philippine Islands, Limited” a pagar a sus obreros que trabajan
de noche (desde que se pone el sol hasta que se levanta al día siguiente) una compensación
adicional de 50% sobre sus salarios regulares si trabajasen de día. Parece que la compañía tiene
necesidad del servicio nocturno de un determinado número de obreros, pues los aviones
procedentes del extranjero suelen aterrizar un despegarse de noche, siendo por ésto necesario el
que se hagan faenas de noche para el suministro de gasolina un lubricantes, un para otros
menesteres. La compañía petrolera se ha excepcionado contra dicha decision de ahí el presente
recurso de certiorari para que la revoquemos.
La compañía recurrente alega un arguye que no sólo no existe ninguna disposición legal que
faculte a la Corte de Relaciones Industriales para ordenar el pago de compensación adicional a
obreros que trabajan de noche, sino que, por el contrario, la ley del Commonwealth No. 444 exime
al patrono de semejante obligación toda vez que en dicha ley se proveen los casos en que es
compulsorio el pago de “overtime” (compensación adicional), un entre tales casos no figura el
trabajo de noche.
Por su parte, la union obrera recurrida sostiene que la facultad que se discute forma parte de
los poderes amplios un efectivos que la ley del Commonwealth No. 103—la
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carta orgánica del Tribunal de Relaciones Industrialesotorga a dicho tribunal; y que la ley No.
444 del Commonwealth que se invoca no tiene ninguna aplicación al presente caso, pues la misma
es de alcance forzosamente limitado, refiriéndose particular y exclusivamente a la jornada
máxima de trabajo cotidiano permitida en los establecimientos industriales-la jornada de 8 horas.
Nuestra conclusión es que la union obrera recurrida tiene la razón de su parte. Para una clara
y cabal elucidación de los puntos discutidos, estimamos conveniente, aún a riesgo de alargar esta
ponencia, transcribir las disposiciones legales pertinentes que son los artículos 1, 4 y 13 de la ley
del Commonwealth No. 103. Hélas aquí:
“SECTION 1. The Judge: his appointment, qualifications, compensation, tenure.-There is hereby created a
Court of Industrial Relations, which shall have jurisdiction over the entire Philippines, to consider,
investigate, decide, and settle any question, matter, controversy or dispute arising between, and/or affecting,
employers and employees or laborers, and landlords and tenants or farm-laborers, and regulate the relation
between them, subject to, and in accordance with, the provisions of this Act. The Court shall keep a record of
all its proceedings and shall be presided over by a Judge to be appointed by the President of the Philippines
with the consent of the Commission on Appointments of the National Assembly. The Judge of the Court
shall hold office during good behaviour until he reaches the age of seventy years, or becomes incapacitated to
discharge the duties of his office. His qualifications shall be the same as those provided in the Constitution
for members of the Supreme Court and he shall receive an annual compensation of ten thousand pesos and
shall be entitled to traveling expenses and per diems when performing official duties outside of the City of
Manila. The Department of Justice shall have executive supervision over the Court.
“SEC. 4.  Strikes and lockouts.-The Court shall take cognizance for purposes of prevention, arbitration,
decision and settlement, of any industrial or agricultural dispute causing or likely to cause a strike or
lockout, arising from differences as regards wages, shares or compensation, hours of labor or conditions of
tenancy or employment, between employers and employees or laborers and between landlords and tenants
or farm-laborers, provided that the number of employees, laborers or tenants or farm-laborers involved
exceeds thirty, and such industrial or agricultural dispute is submitted to the Court by the Secretary of
Labor, or by any or both of the parties

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to the controversy and certified by the Secretary of Labor as existing and proper to be dealt with by the
Court for the sake of public interest. In all such cases, the Secretary of Labor or the party or parties
submitting the disputes, shall clearly and specifically state in writing the questions to be decided. Upon the
submission of such a controversy or question by the Secretary of Labor, his intervention therein as
authorized by law, shall cease.
“The Court shall, before hearing the dispute and in the course of such hearing, endeavor to reconcile the
parties and induce them to settle the dispute by amicable agreement. If any agreement as to the whole or
any part of the dispute is arrived at by the parties, a memorandum of its terms shall be made in writing,
signed and acknowledged by the parties thereto before the Judge of the Court or any official acting in his
behalf and authorized to administer oaths or acknowledgments, or, before a notary public. The
memorandum shall be filed in the office of the Clerk of the Court, and, unless otherwise ordered by the
Court, shall, as between the parties to the agreement, have the same effect as, and be deemed to be, a
decision or award.
“SEC. 13.  Character of the award.—In making an award, order or decision, under the provisions of
section four of this Act, the Court shall not be restricted to the specific relief claimed or demands made by
the parties to the industrial or agricultural dispute, but may include in the award, order or decision any
matter or determination which may be deemed necessary or expedient for the purpose of settling the dispute
or of preventing further industrial or agricultural disputes.”

Resulta evidente de las disposiciones transcritas lo siguiente: (a) que cuando surge una disputa
entre el principal un el empleado in obrero, vgr. sobre cuestión de salarios, la Corte de Relaciones
Industriales tiene jurisdicción en todo el territorio de Filipinas para considerar, investigar un
resolver dicha disputa, fijando los salarios que estime justos un razonables;  (b)  que para los
efectos de prevención, arbitraje, decision un arreglo, el mismo Tribunal de Relaciones
Industriales tiene igualmente jurisdicción para conocer de cualquier disputa—industrial no
agrícola—resultante de cualesquier diferencias respecto de los salarios, participaciones no
compensaciones, horas de trabajo, condiciones del empleo no de la aparcería entre los patronos un
los empleados in obreros un entre los propietarios un los terratenientes in obreros agrícolas
previo el cumpli-
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miento de ciertos requisitos un condiciones, cuando se viere que dicha disputa ocasiona no puede
ocasionar una huelga; (c) que en el ejercicio de sus facultades arriba especificadas, el Tribunal de
Relaciones Industriales no queda limitado, al decidir la disputa, a conceder el remedio no
remedios solicitados por las partes en la controversia, sino que puede incluir en Ia orden no
decisión cualquier materia no determinación para el propósito de arreglar la disputa no de
prevenir ulteriores controversias industriales no agrícolas.
En el caso que nos ocupa existe indudablemente una disputa industrial. Mientras la empresa,
la compañía Shell, no está dispuesta a pagar a sus obreros de noche mayores salarios que a los
obreros de día, la “National Labor Union”, a la cual están afiliados los trabajadores de la Shell,
reclama otro tipo de salarios para el servicio nocturno—un 50 & más. En esto consiste la disputa,
el litigio industrial. Ahora bien: ¿qué ha hecho la Corte de Relaciones Industriales, después de
sometido el conflicto a su jurisdicción? Pues precisamente lo que manda la citada ley No. 103 del
Commonwealth, carta orgánica de su creación un funcionamiento, a saber: considerar, investigar
un enjuiciar la disputa, resolviéndola después en el sentido en que la ha resuelto, es decir,
remunerando el trabajo de noche con un 50 & más de los salarios de día. un esto es perfectamente
legal tanto dentro del alcance del artículo 1 de la referida ley No. 103 que faculta a la Corte de
Relaciones Industriales para decidir cualquier disputa sobre salarios un compensaciones en la
forma que estime razonable un conveniente, como dentro del marco del artículo 4 de la misma ley
que autoriza a dicho tribunal para enjuiciar un decidir cualquier pleito no controversia industrial
no agrícola que determine el estallido de una huelga no tienda a causarla. Más todavía: lo hecho
por el Tribunal de Relaciones Industriales en el presente caso es asimismo legal dentro del marco
del artículo 13 de la misma ley No. 103, artículo que, como queda visto, no sólo faculta a dicho
tribunal a conceder el remedio que recaban
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las partes, sino inclusive a ir más allá, ésto es, a otorgar remedios no expresamente solicitados,
siempre que los mismos se encaminen a resolver de una vez la disputa no a prevenir el estallido
de ulteriores disputas no huelgas.
Es evidente que con estos amplios poderes el Estado  seha propuesto equipar al Tribunal de
Relaciones Industriales hasta el maximum posible de utilidad un eficacia, haciendo del mismo no
una simple agencia académica, sino verdaderamente activa, dinámica un eficiente—en una
palabra, la maquinaria oficial por excelencia en la formidable un espinosa tarea de resolver los
conflictos industriales, un agrícolas de cierta clase, previniendo un evitando de esta, manera esos
paros un huelgas que tanto afligen un dañan no sólo a las empresas un a los obreros, sino, en
general, a toda la comunidad. En su opinion concurrente
1
dictada en el caso autoritativo de Ang
Tibay  contra  Tribunal de Relaciones Industriales  , (R. G. No. 46496), el Magistrado Laurel ha
expresado muy acertadamente la idea fundamental que subraya la creación de dicho tribunal, con
el siguiente pronunciamiento:

“In Commonwealth Act No. 103, and by it, our government no longer performs the role of mere mediator or
intervenor but that of supreme arbiter.” (Las cursivas son nuestras.)

La recurrente arguye, sin embargo, que si bien es verdad que en caso de disputa el Tribunal de
Relaciones Industriales tiene, en virtud de ,su ley orgánica, el poder de fijar los salarios, tal poder
no es absoluto, sino que está sujeto a ciertas restricciones un cortapizas, provistas en la, ley
comúnmente conocida por ley sobre la jornada de ocho horas, la ley del Commonwealth No. 444,
cuyos artículos pertinentes se transcriben íntegramente a continuación:

“SECTION 1. The legal working day for any person employed by another shall be of not more than eight
hours daily. When the work is not continuous, the time during which the laborer is not working and can
leave his working place and can rest completely shall not be counted.
“SEC. 3. Work may be performed beyond eight hours a day in case of actual or impending emergencies
caused by serious accidents.

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1 69 Phil., 635.

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fire, flood, typhoon, earthquake, epidemic, or other disaster or calamity in order to prevent loss to life and
property or imminent danger to public safety; or in case of urgent work to be performed on the machines,
equipment, or installations in order to avoid a serious loss which the employer would otherwise suffer, or
some other just cause of a similar nature; but in all such cases the laborers and employees shall be entitled
to receive compensation for the overtime work performed at the same rate as their regular wages or salary,
plus at least twenty-five per centum additional.
“In case of national emergency the Government is empowered to establish rules and regulations for the
operation of the plants and factories and to determine the wages to be paid the laborers.
“SEC. 4. No person, firm, or corporation, business establishment or place or center of labor shall compel
an employee or laborer to work during Sundays and legal holidays, unless he is paid an additional sum of at
least twenty-five per centum of his regular remuneration: Provided however, That this prohibition shall not
apply to public utilities performing some public service such as supplying gas, electricity, power, water, or
providing means of transportation or communication.”

Como quiera—argumentan los abogados de la recurrente—que en estos artículos se especifican


los casos en que se autoriza el pago de compensación extra no adicional un son sólo, a saber: (a) en
caso de “overtime” no trabajo en exceso de las horas regulares por razones imperiosas de urgencia
con motivo de algún desastre no accidente, no para evitar pérdidas no repararlas; (b) en caso de
trabajo por los domingos un fiestas; (c) en caso de emergencia, un nada hay que se refiera al
trabajo de noche; luego la orden de que se trata es ilegal, pues no está autorizada por la ley. “In
the absence—recalcan los abogados de la recurrente—of legislation authorizing the payment of
extra compensation for work done at night, the Court of Industrial Relations had no power or
authority to order the petitioner company to pay extra compensation for work done by its laborers
at night.  Expressio unius est exclusio alterius.  Where, as in the case at bar, statute expressly
specifies the cases where payment of extra compensation may be demanded, extra compensation
may be allowed in those cases only, and in no others. The pro-
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visions of the Commonwealth Act No. 444 cannot be enlarged by implication or


otherwise,, Expressum facit cessare tacitum,”
La argumentación es errónea. La Ley No. 444 no es aplicable al presente caso, siendo evidente
que la misma tiene un objeto específico, a saber: (a) fijar en 8 horas la jornada máxima de trabajo;
(b) señalar ciertos casos excepcionales en que se puede autorizar el trabajo fuera de dicha
jornada; (c) un proveer un sobresueldo, que no debe ser menor de 25 “i del salario regular, para el
“overtime” no trabajo en exceso de las 8 horas,
En el caso1
de Manila Electric, solicitante-apelante,  contra  The Public Utilities Employees’
Association,  apelada, L-1206 (45 Off. Gaz., 1760), esta Corte ha declarado que la facultad acultad
conf erida por el artículo 1 de la ley del Commonwealth No. 103 al Tribunal de Relaciones
Industriales para enjuciar un decidir pleitos un controversias industriales entre el capital un el
trabajo, que incluye la de fijar salarios un compensaciones de empleados un obreros, ha quedado
restringida por el artículo 4 de la ley del Commonwealth No. 444, que al mismo tiempo que limita
a un 25 & del salario no compensación regular del obrero el minimum de la compensación
adicional que el tribunal puede conceder por trabajos en los Domingos un fiestas oficiales, exime
del pago de dicha compensación adicional a las entidades de utilidad pública que prestan algún
servicio público, como las que suministran gas, electricidad, fuerza motriz, agua, no proveen
medios de transporte no comunicación. Tal restricción viene a ser una excepción de la facultad
general del tribunal para fijar, en casos de disputa, los salarios un compensaciones que  deben
pagar los patronos 2. los em-pleados un obreros; un  como quiera que dicho artículo 4 se refiere
solamente a salario no compensación por trabajos durante los días de Domingo un fiestas
oficiales, es obvio que no puede referirse a salario no compensación adicional por trabajos fuera de
la jornada de ocho horas que generalmente se realizan desde primeras horas de la

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1 79 Phil., 409.

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mañana a últimas horas de la tarde, pues una cosa es trabajar en días de Domingo un fiestas
oficiales, un otra cosa bien distinta es trabajar de noche no fuera de la jornada de ocho horas en
días laborables. Aplicando la máxima legal  “expressio unius est exclusio alterius,”se puede
sostener, sin temor de equivocarse, que una ley que provee una excepción específica a sus
disposiciones generales, como la compensación adicional por trabajos en días de Domingo un
fiestas oficiales, excluye cualquiera otra, como la compensación adicional por trabajos de noche en
días laborables. “Another case in which this maxim may almost invariably be followed is that of
statute which makes certain specific exceptions to its general provisions. Here we may saf ely
assume that all other exceptions were intended to be excluded.” (Wabash R. Co. vs. United States,
178 Fed., 5, 101 C.C. A. 133;  Cella Commission Co.  vs.Bohlinger, 147 Fed., 419; 78 C.C. A.
467; Kunkalman vs.Gibson, 171 Ind., 503; 84 N.E. 985;  Hering  vs.Clement, 133 App. Div.,  293;
117 N.Y., Supp. 747.)
El trabajo de noche que la compañía Shell exige de sus obreros no es talmente un “overtime”,
en el sentido en que se emplea esta palabra en la Ley No. 444, sino que es una
jornada completa de trabajo, también de 8 horas: sólo que, en vez de realizarse de día, se hace de
noche, Dicho en otras palabras, el trabajo de noche de que aquí se trata no es solamente un
exceso, prolongación in “overtime” del trabajo regular de día, sino que es  otro tipo  de trabajo,
absolutamente independiente de la jornada diurna. Por eso hay dos turnos: el turno de obreros
que trabajan de día; un el turno de los que trabajan de noche. Así que no es extraño que el
legislador no haya incluído este tipo de trabajo entre los casos de “overtime” señalados en la
referida ley No. 444.
La cuestión que, a nuestro juicio, se debe determinar es si entre las facultades generales de la
Corte de Relaciones Industriales que están admitidas sin disputa, está la de considerar la jornada
de noche como una jornada completa, de trabajo; la de estimarla como más gravosa que
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la jornada de día; y consiguientemente, la de proveer y ordenar que se remunere con un 50 % más
de los salarios regulares diurnos. Nuestra contestación es afirmativa: todo esto se halla
comprendido entre los poderes generales de la Corte de Relaciones Industriales. Si este tribunal
tiene, en casos de disputa, el poder de fijar los salarios que estime justos y razonables para el
trabajo de día, no hay razón por qué no ha de tener el mismo poder con respecto a los salarios de
noche: es tan trabajo lo uno como lo otro. Y con respecto a la apreciación de que el trabajo de
noche es más pesado y oneroso que el de día y, por tanto, merece mayor remuneración, tampoco
hay motivos para revocarla o alterarla. No hay argumento posible contra el hecho universal de
que el trabajo regular, normal y ordinario es el de día, y que el trabajo de noche es muy
excepcional y justificado sólo por ciertos motivos imperativamente inevitables. Por algo la
humanidad ha trabajado siempre de día.
Razones de higiene, de medicina, de moral, de cultura, de sociología, establecen de consuno que
el trabajo de noche tiene muchos inconvenientes, y cuando no hay más remedio que hacerlo es
solo justo que se remunere mejor que de ordinario para resarcir hasta cierto punto al obrero de
tales inconvenientes. Es indudable que el trabajo de noche no sólo a la larga afecta a la salud del
trabajador, sino que le priva a éste de ciertas cosas que hacen relativamente agradable la vida,
como, vgr., un reposo completo e ininterrumpido y ciertos ratos de solaz, ocio o expansion
espiritual y cultural que podría tener al terminar el trabajo por la tarde y durante las primeras
horas de la noche. Se dice que el obrero puede descansar de día después de haber trabajado toda
la noche; pero ¿puede acaso el reposo de día dar al cuerpo aquel tónico y aquel efecto reparador
completo que sólo puede proporcionar el reposo natural de noche? Se dice también que algunos
prefieren trabajar de noche bajo nuestro clima abrasador, evitando así el calor del día. Mucho
tememos, sin embargo, que esto sea mejor hablado que practicado. Creemos
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que desde tiempo inmemorial la regla universal es que el hombre trabaja de noche más por
necesidad irremediable que por placentera conveniencia.
A la opinion vulgar, universal, hay que sumar la opinion pericial, el criterio especialista. La
opinión de los tratadistas un expertos milita decididamente en favor de la tesis de que el trabajo
de noche es más duro un oneroso que el trabajo de día, considerándose por esto con marcada
repugnancia un compeliendo consiguientemente a las gerencias capitalísticas a establecer
una  escala, más alta de salarios como incentivo a los obreros para aceptarlo.  Se podrían citar
varias autoridades, pero para no extender demasiado esta ponencia optamos por transcribir
solamente algunas, a saber:
"* * * Then, it must be remembered that it is distinctly unphysiological to turn the night into day and
deprive the body of the beneficial effects of sunshine. The human organism revolts against this procedure.
Added to artificial lighting are reversed and unnatural times of eating, resting, and sleeping. Much of the
inferiority of nightwork can doubtless be traced to the failure of the workers to secure proper rest and sleep,
by day. Because of inability or the lack of opportunity to sleep, nightworkers often spend their days in
performing domestic duties, joining the family in the midday meal, ‘tinkering about the place’, watching the
baseball game, attending the theater or taking a ride in the car. It is not strange that nightworkers tend to
be less efficient than dayworkers and lose more time. * * *" (The Management of Labor Relations, by
Watkins “i Dodd, page 524.)
“Nightwork.—Nightwork has gained a measure of prominence in the modern industrial system in
connection with continuous industries, that is, industries in which the nature of the processes makes it
necessary to keep machinery and equipment in constant operation. Even in continuous industries the
tendency is definitely in the direction of FOUR shifts of 6 hours each, with provision for an automatic
change of shift for all workers at stated intervals. Some discussion has taken place with regard to the
lengths of the period any workers should be allowed to remain on the night shift. A weekly change of shifts
is common, specially where three or four shifts are in operation; in other cases the change is made
fortnightly or monthly; in still other instances, no alternation is provided for, the workers remaining on day
—or nightwork permanently, except where temporary changes are made for individual convenience.

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“There is sharp difference of opinion concerning the relative merits of these systems, Advocates of the
weekly change of shifts contend that the strain of nightwork and the difficulty of getting adequate sleep
during the day make it unwise for workers to remain on the ‘graveyard’ shift for more than a week at a time.
Opponents urge that repeated changes make it more difficult to settle down to either kind of shift and that
after the first week nightwork becomes less trying while the ability to sleep by day increases. Workers
themselves react in various ways to the different systems. This much, however, is certain: Few persons react
favorably to nightwork, whether the shift be continuous or alternating. Outside of continuous industries,
nightwork can scarcely be justified, and, even in these, it presents serious disadvantages which must be
recognized in planning for industrial efficiency, stabilization of the working force, the promotion of
industrial good-will, and the conservation of the health and vitality of the workers.
“Nightwork cannot be regarded as desirable, either from the point of view of the employer or of the wage
earner. It is uneconomical unless overhead costs are unusually heavy. Frequently the scale of wages is higher
as an inducement to employees to accept employment on the night shift, and the rate of production is
generally lower.”(Management of Labor Relations, by Watkins & Dodd, pp. 523–524; italics ours.)
"* * * The lack of sunlight tends to produce anemia and tuberculosis and to predispose to other ills.
Nightwork brings increased liability to eyestrain and accident, Serious moral dangers also are likely to
result from the necessity of traveling the streets alone at night, and from the interference with normal home
life. From an economic point of view, moreover, the investigations showed that nightwork was unprofitable,
being inferior to day work both in quality and in quantity. Wherever it had been abolished, in the long run
the efficiency both of the management and of the workers was raised. Furthermore, it was found that
nightwork laws are a valuable aid in enforcing acts fixing the maximum period of employment.” (Principles
of Labor Legislation, by Commons and Andrews, 4th Revised Edition, p. 142.)
“Special regulation of nightwork for adult men is a comparatively recent development. Some European
countries have adopted laws placing special limitations on hours of nightwork for men, and others prohibit
such work except in continuous processes.” (Principles of Labor Legislation, 4th Revised Edition by
Commons & Andrews, p. 147.)
“Nightwork has almost invariably been looked upon with disfavor by students of the problem because of
the excessive strain involved, especially for women and young persons, the large amount

329

VOL. 81, JULY 26, 329


1948
Shell Company contra
National Labor Union

of lost time consequent upon exhaustion of the workers, the additional strain and responsibility upon the
executive staff, the tendency of excessively fatigued workers to ‘keep going’ on artificial stimulants, the
general curtailment of time for rest, leisure, and cultural improvement, and the fact that night workers,
although precluded to an extent from the activities of day life, do attempt to enter into these activities, with
resultant impairment of physical well-being. It is not contended, of course, that nightwork could be
abolished in the continuous-process industries, but it is possible to put such industries upon a three- or four-
shifts basis, and to prohibit nightwork for women and children.” (Labor’s Progress and Problems, Vol. I,p.
464, by Professors Millis and Montgomery.)
“Nightwork.—Civilized peoples are beginning to recognize the fact that except in cases of necessity or in
periods of great emergency, nightwork is socially undesirable. Under our modern industrial system,
however, nightwork has greatly aided the production of commodities, and has offered a significant method of
cutting down the ever-increasing overhead costs of industry. This result has led employers to believe that
such work is necessary and profitable. Here again one meets a conflict of economic and social interests.
Under these circumstances it is necessary to discover whether nightwork has deleterious effects upon the
health of laborers and tends to reduce the ultimate supply of efficient labor. If it can be proved that
nightwork affects adversely both the quality and quantity of productive labor, its discontinuance will
undoubtedly be sanctioned by employers. From a social point of view, even a relatively high degree of
efficiency in night operations must be forfeited if it is purchased with rapid exhaustion of the health and
energy of the workers. From an economic point of view, nightwork may be necessary if the employer is to
meet the demand for his product, or if he is to maintain his market in the face of increasing competition or
mounting variable production costs.
“Industrial experience has shown that the possession of extraordinary physical strength and self-control
facilitates the reversal of the ordinary routine of day work and night rest, with little or no unfavorable effect
on health and efficiency. Unusual vitality and self-control, however, are not common possessions. It has been
found that the most serious obstacle to a reversal of the routine is the lack of self-discipline. Many night
workers enter into the numerous activities of day life that preclude sleep, and continue to attempt to do
their work at night. Evidence gathered by the British Health of Munition Workers’ Committee places
permanent night workers, whether judged on the basis of output or loss of time, in a very unfavorable
position as compared with day workers.

330

330 PHILIPPINE
REPORTS
ANNOTATED
Shell Company contra
National Labor Union

“Systems of nightwork differ. There is the continuous system, in which employees labor by night and do not
attend the establishment at all by day, and the discontinuous system, in which the workers change to the
day turn at regular intervals, usually every other week. There are, of course, minor variations in these
systems, depending upon the nature of the industry and the wishes of management. Such bodies as the
British Health Munition Workers’ Committee have given us valuable conclusions concerning the effect of
nightwork. Continuous nightwork is definitely less productive than the discontinuous system. The output of
the continuous day shift does not make up for this loss in production.
“There is, moreover, a marked difference between the rates of output of night and day shifts on the
discontinuous plan. In each case investigated the inferiority of night labor was definitely established. This
inferiority is evidently the result of the night worker’s failure to secure proper amounts of sleep and rest
during the day. The system of continuous shifts, especially for women, is regarded by all investigators as
undesirable. Women on continuous nightwork are likely to perform domestic duties, and this added strain
undoubtedly accounts for the poorer results of their industrial activities. The tendency to devote to
amusement and other things the time that should be spent in rest and sleep is certainly as common among
men as among women workers and accounts largely for the loss of efficiency and time on the part of both
sexes in nightwork.
“The case against nightwork, then, may be said to rest upon several grounds. In the first place, there are
the remotely injurious effects of permanent nightwork manifested in the later years of the worker’s life. Of
more immediate importance to the average worker is the disarrangement of his social life, including the
recreational activities of his leisure hours and the ordinary associations of normal family relations. From an
economic point of view, nightwork is to be discouraged because of its adverse effect upon efficiency and
output. A moral argument against nightwork in the case of women is that the night shift forces the workers
to go to and from the factory in darkness. Recent experiences of industrial nations have added much to the
evidence against the continuation of nightwork, except in extraordinary circumstances and unavoidable
emergencies. The immediate prohibition of nightwork for alll aborers is hardly practicable; its
discontinuance in the case of women employees is unquestionably desirable. ‘The night was made for rest
and sleep and not for work’ is a common saying among wage-earning people, and many of them dream of an
industrial order in -which there will be no night shift.” (Labor Problems, 3rd Edition, pp. 325–328, by
Watkins & Dodd.)

331

VOL. 81, JULY 26, 331


1948
Caltex (Phil.) Inc. contra,
National Labor Union

En méritos de lo expuesto, se deniega el recurso de  certiorari  interpuesto un se confirma la


sentencia del Tribunal de Relaciones Industriales, con costas a cargo de la recurrente. Así se
ordena.

Parás,  Pres,  Interino,  Feria,  Pablo,  Perfecto,  Bengzon,  Padilla, un  Tuason, MM.,  están
conformes.

Se deniega el recurso.

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