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Una tutora de un centro de educación especial realiza una demanda de intervención al

orientador del centro sobre un alumno de 15 años con discapacidad intelectual moderada y
que presenta un nivel de competencia curricular en matemáticas y lengua castellana y
literatura equivalente a 5º - 6º curso de Educación Primaria, así como buenas habilidades de
autonomía personal. Como orientador del centro defina el proceso de intervención y las
medidas y alternativas para responder a las necesidades educativas del alumno.
Las funciones del orientador en educación especial, están recogidas en la resolución de 28 de
julio de 2005. Esta normativa plantea que la figura del orientador en estos centros, cobra vital
importancia tanto por su contribución a la mejora de las estructuras organizativas de los
centros como por su colaboración en la planificación y desarrollo del conjunto de medidas
docentes, habilitadoras, adaptativas, ocupacionales y de orientación laboral que han de llevar a
cabo específicamente este tipo de centros.
La orientación en los centros de educación especial tiene asignadas como funciones esenciales
las de promover la coordinación entre todos los profesionales, que intervienen en la atención
del alumnado, y establecer cauces de coordinación con el conjunto de centros y servicios de
sector.
En el caso que se nos plantea, nuestra intervención ha de partir en primer lugar de una
evaluación psicopedagógica, y además dado que el alumno tiene 15, dicha evaluación debe
servir de base para elaborar el Plan de Transito Personalizado. Dicho plan, que se debe elaborar
para todos los alumnos escolarizados en centros de educación especial, al término de la
Enseñanza Básica Obligatoria, supone la plasmación de un documento de un proyecto de vida,
que sirve de base para orientar la respuesta educativa que se va a proponer al alumno para la
educación postobligatoria.
El Plan de Transito, regulado por la RESOLUCIÓN de 20 de mayo de 1999, incluirá aspectos
tales como:
a) Datos referidos al nivel de desarrollo actual de las capacidades del alumno necesarias
para desenvolverse con autonomía en la vida diaria, integrarse en la comunidad y, en
su caso, desempeñar una ocupación laboral.
b) Identificación de las metas que estarán vinculadas al futuro que se prevé para el
alumno al finalizar la escolarización en el programa de formación para la transición a la
vida adulta. Si es posible, se concretará una salida orientada hacia un centro
ocupacional, centro especial de empleo, empresa ordinaria con apoyo, centro de día,
etc. En determinados casos se podrá proponer la participación en un Programa
Profesional en lugar de continuar en el programa de formación para la transición a la
vida adulta.
c) Previsión de los apoyos personales y materiales necesarios
d) Orientaciones para realizar la adaptación individualizada
e) Posibles actuaciones de la familia para su participación en el plan.
f) Previsión de los recursos de la comunidad que el alumno habrá de utilizar.

Para organizar el proceso de evaluación debemos recabar las siguiente información a toma de
decisiones seguiremos los siguientes paso:
 Reunirnos con la familia, solicitar autorización para la realización de la evaluación, y
aprovechar para obtener datos actualizados de la situación familiar y del desarrollo y
nivel de autonomía del alumno en el entorno familiar y social. Para llevar a cabo esta
entrevista, podemos contar con la figura del Profesor Técnico de Servicios a la
Comunidad.
 Una vez obtenida esta autorización, se pasará a actualizar la información sobre el
DESARROLLO ACTUAL DEL ALUMNO. Se valorará:
o La capacidad intelectual del alumno con pruebas estandarizadas, el WISC-IV,
para chicos de 6 a 16 años y 11 meses, ofrece información sobre la Capacidad
Intelectual general del alumno (CI total) y sobre su funcionamiento en las
principales áreas específicas de la inteligencia: Comprensión verbal,
Razonamiento perceptivo, Memoria de trabajo y Velocidad de procesamiento.
o La conducta adaptativa y desarrollo social Se puede emplear la observación,
entrevista y pruebas estandarizadas, como el ABAS II, con el que obtenemos un
resultado estandarizado sobre las habilidades de autonomía personal en
diversos contextos de la vida cotidiana (en el hogar, en la escuela, ocio,
seguridad, higiene…).
o El nivel de competencia Curricular: además de la información aportada por el
tutor, la observación de trabajos escolares, etc. También se aplicarán pruebas
estandarizadas, seleccionadas partiendo de su edad de desarrollo actual y no
de su edad cronológica.
 PROLEC- R: de 6 a 12 años. Evalúan no solo la capacidad lectora sino
los procesos cognitivos implicados y las estrategias utilizadas.
 PROESC: de 8 a 15 años. Evalúa los aspectos que constituyen el sistema
de escritura, desde los más complejos como puede ser la planificación
de las ideas, a los más simples como puede ser la escritura de sílabas.
 TEMA 3 : de 3 a 8 años. Evalúa conceptos y habilidades formales e
informales en diferentes campos: Conteo, comparación de números,
lectura de los números y los signos, dominio de los hechos numéricos,
habilidades de cálculo y comprensión de conceptos

o Por último recabaremos información sobre aspectos emocionales y estilo de


aprendizaje, motivación, persistencia en las tareas , y otros aspectos
relevantes de cara a determinar su capacidad para desenvolverse con
autonomía en la vida diaria, integrarse en la comunidad y, en su caso,
desempeñar una ocupación laboral. La entrevista al tutor, al propio alumno y la
observación, tanto en el aula, como en el recreo, y en el comedor, aportaran
información muy relevante de este ámbito.

En función de toda la información obtenida, se pasará a la IDENTIFICACIÓN DE METAS, el


segundo punto del Plan de Transito, en el caso que nos ocupa, y a la vista de los resultados
recogidos tras la evaluación, y siempre una vez que cumpla 16 años, se podrían plantear
diversas opciones :

1. Continúa en el centro de educación especial y cursar un Programa de Transición a la


Vida Adulta, en el que se incluyen materias que fomentan la autonomía y la conducta
adaptiva de cara a una futura inserción socio-laboral en un empleo protegido o su
futura incorporación a un Centro Ocupacional.
2. Otra posibilidad podría ser el acceso a un ciclo de Formación Profesional Básica
Especial, que le iniciaría en un campo profesional, obteniendo, si superara ambos
cursos, un certificado profesional con un Nivel I de cualificación.
3. Por otra parte, en función de los resultados, se podría plantear que alumno
permaneciera en EBO, con el fin de afianzar sus habilidades y destrezas, dos años más.

Esta decisión se toma en colaboración con el equipo docente y la familia del alumno, e
implicando al propio alumno en la medida de lo posible, atendiendo a sus motivaciones e
intereses.

Por último y para completar el plan de Transito habrá que determinar:


1. Previsión de los apoyos personales y materiales necesarios.
2. Orientaciones para realizar la adaptación individualizada.
3. Posibles actuaciones de la familia para su participación en el plan.
4. Previsión de los recursos de la comunidad que el alumno habrá de utilizar.

Una vez elaborado el Plan de Transito y realizada la devolución a todas las partes implicadas,
estableceremos coordinaciones puntuales con la tutora para realizar un seguimiento, por si
fuera necesario realizar algún ajuste.

Esta actuación, al igual que todas las llevadas a cabo por el orientador del centro, quedarán
recogidas en la memoria que se realizará a final de curso, junto con las correspondientes
propuestas de mejora.
Bibliografia
- Real Decreto 696/1995, de 28 de abril, de ordenación de la educación de los alumnos
con necesidades educativas especiales. (BOE de 2 de junio).

- ORDEN de 22 de marzo de 1999 por la que se regulan los programas de formación para
la transición a la vida adulta destinados a los alumnos con necesidades educativas
especiales escolarizados en Centros de Educación Especial (B.O.E. de 10 de abril).

- RESOLUCIÓN de 20 de mayo de 1999, de la Secretaría General de Educación y


Formación Profesional, por la que se propone un modelo de programas de formación
para la transición a la vida adulta, con el fin de orientar la respuesta educativa dirigida
al alumnado con necesidades educativas especiales, escolarizado en centros de
Educación Especial en la etapa posobligatoria (B.O.E. de 3 de junio).

- Resolución de 21 de junio de 2006, del Director General de Centros Docentes, por la


que se regula la organización y funcionamiento de las prácticas en centros de trabajo
del alumnado escolarizado en centros públicos de educación especial que cursa
programas de transición a la vida adulta (Resolución de 21 de junio de 2006).

- Resolución de 21 de junio de 2006, del Director General de Centros Docentes, por la


que se regula la organización y funcionamiento de las prácticas en centros de trabajo
del alumnado escolarizado en centros públicos de educación especial que cursa
programas de transición a la vida adulta.

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