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FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN

1. Introducción

Desde sus orígenes en la Grecia clásica la Filosofía se constituye como el saber más
general y profundo sobre la realidad, porque se ocupa del conocimiento del ser en toda su
amplitud a la luz de las últimas causas y primeros principios. La Filosofía, por su propia
naturaleza, constituye un saber de segundo orden, pues sólo superando el plano
epistemológico del conocimiento espontáneo y científico es posible alcanzar la unidad de
sentido y universalidad a la que tiende la Filosofía.

En este contexto, la Filosofía de la Educación puede definirse como la aproximación al


mundo de los fenómenos educativos desde una perspectiva filosófica. Se encuadra, por tanto,
en el ámbito de la Filosofía Práctica pues constituye un saber de la acción, para la acción y
desde la acción. En consecuencia, su fin principal no es tanto la contemplación de la realidad
educativa como su mejora [Amilburu 2010].

La Filosofía de la Educación no siempre es valorada adecuadamente por parte de los


filósofos: algunos la consideran una filosofía “de segunda clase”, porque se trata de una de
las ramas de la Filosofía que toma otra actividad humana como objeto de estudio. En otras
ocasiones, el menosprecio hacia la Filosofía de la Educación tiene su origen en los prejuicios
de los propios educadores, que la consideran un saber bello pero inútil, incapaz de orientar
efectivamente la educación que es, ante todo, una tarea práctica.

Así, la Filosofía de la Educación ha sido denostada desde dos frentes: de una parte, por
filósofos que se empeñan en encajar las ideas entre sí de modo que formen un sistema
coherente en lugar de comprender su verdad y unidad esencial; de otra, por aquellos
educadores que conciben la propia tarea como una actividad fundamentalmente práctica, de
la que se esperan efectos beneficiosos inmediatos visibles y mensurables, en el ámbito del
aprendizaje.

Estas críticas no hacen justicia a la Filosofía de la Educación, aunque hay que reconocer
que en ocasiones tienen cierto fundamento sobre el que sustentarse porque, a veces, los
filósofos de la educación —urgidos por la necesidad de dar respuestas inmediatas a los
problemas concretos que plantea la práctica educativa— descuidan la profundidad y el rigor
metodológico que requiere una disciplina filosófica, y no hacen propiamente una Filosofía de
la Educación [White 2003]. Y otras veces, para contrarrestar esta opinión negativa extendida
entre los filósofos y demostrar que son ciudadanos de pleno derecho en la república de los
sabios, algunos filósofos de la educación se centran exclusivamente en análisis y cuestiones
autorreferenciales sobre la propia disciplina —como cuál es la naturaleza de esta materia, la
definición de su estatuto epistemológico, sus vinculaciones con otras ciencias, el lugar que
le corresponde en el conjunto de los saberes filosóficos o pedagógicos, etc. [Haldane 1989]—
. Esto supone, en realidad una “reflexión-sobre-la-reflexión acerca de la educación” —una
especie de “meta-Filosofía de la Educación” carente de interés para los educadores— que
aleja a la disciplina del ámbito de la práctica educativa real y de las preocupaciones concretas
de sus protagonistas. Se trata, en el mejor de los casos, de una sistematización abstracta sobre
temas académicos, sin incidencia en la educación tal y como la experimentan sus
protagonistas —padres, profesores y alumnos— en su actividad diaria.

Sin embargo, y a pesar de estas críticas, es comúnmente admitido que existe una Filosofía
de la Educación implícita en las obras de muchos filósofos —desde Platón a Gadamer— que
constituye, en algunos de ellos, el núcleo de su pensamiento.

2. La Filosofía de la Educación como “disciplina académica”

La diversificación de las disciplinas académicas obedece a su consideración como áreas


de estudio organizadas sistemáticamente; son ámbitos del saber y del hacer que tienen
objetos, metodologías y finalidades específicas. Más que conjuntos estáticos de saberes
objetivados, las disciplinas son modos de disponer un conjunto de actividades cognoscitivas
[Pring 2004].

Así, la Filosofía de la Educación se distingue de las demás materias filosóficas y


pedagógicas por su objeto de estudio, la metodología que emplea y el fin que se propone
alcanzar.

— Su objeto propio es el estudio del fenómeno educativo en toda su amplitud: los agentes,
procesos y escenarios donde se desarrolla el binomio enseñanza-aprendizaje.

— Emplea para su elaboración metodologías filosóficas.

— Tiene como fin inmediato la elaboración de un cuerpo de doctrina que facilite a los
profesionales de la educación la comprensión del sentido y las implicaciones antropológicas
y éticas de su tarea, para mejorar su actividad práctica.

En definitiva, la Filosofía de la Educación no pretende elaborar “una gran teoría” en el


sentido epistemológico fuerte de la palabra [Pring 1978] —un sistema unificado de
proposiciones, semejante a las teorías científicas—, sino llevar a cabo una reflexión crítica y
sistemática sobre la educación de la que se puedan extraen conclusiones que permitan
entender y afrontar mejor los problemas de la práctica educativa.

El asentamiento de la Filosofía de la Educación como disciplina académica a partir de


1960 se debe a Richard S. Peters, del Instituto de Educación (Institute of Education, IOE) de
la Universidad de Londres, quien lideró el trabajo de un grupo de expertos en Filosofía
Analítica, que aplicaron este método al estudio de la educación. Su objetivo principal se
orientaba a la clarificación filosófica de conceptos educativos fundamentales como, por
ejemplo, enseñanza, adoctrinamiento, autoridad, aprendizaje, creatividad, etc., que hasta ese
momento habían recibido poca atención por parte de los filósofos.

Peters definió la Filosofía de la Educación como una familia de investigaciones unidas


entre sí por su carácter filosófico y su relevancia en cuestiones educativas; señaló que debía
tomar como punto de partida los problemas de la educación, y había de construirse en diálogo
fecundo con la Ética, la Filosofía Social y la Teoría del Conocimiento, entre otros saberes
[Peters 1983].

Estos pioneros de la Filosofía de la Educación en Gran Bretaña pretendían que la


disciplina fuera auténticamente filosófica —y, por lo tanto, reconocida como tal por los
demás filósofos—; y demostrar su relevancia de cara a la formación del profesorado, de tal
forma que se incluyera en los planes de estudio de los futuros profesionales de la educación
a nivel nacional. Aunque en parte lograron estas metas, la Filosofía Analítica de la Educación
resultó excesivamente técnica y fría, y no contaba con una antropología definida sobre la que
sustentarse.

3. La Filosofía de la Educación y otras disciplinas pedagógicas

La Filosofía de la Educación no constituye un campo independiente, como una “reserva


acotada” de conocimiento, sino que debe cultivarse en diálogo interdisciplinar con los demás
saberes que se ocupan del estudio del ser humano y de la educación. En concreto, se sitúa en
la intersección de la Antropología, la Filosofía de la Cultura y las Ciencias de la Educación
cuando éstas tratan de comprender en plenitud al ser humano en cuanto educable, con vistas
a iluminar lúcidamente la acción educativa [Amilburu – García 2012].

En cuanto disciplina académica, se puede elaborar de diferentes maneras, muchas de ellas


válidas y complementarias entre sí. El hecho de que se cultive con una orientación más
histórica o sistemática, analítica o deductiva, etc., dependerá de las inclinaciones filosóficas
de los autores o de las circunstancias externas —requisitos legales, académicos, etc.— que
pesen sobre ellos.
3.1. Pedagogía, Ciencias de la Educación y Teoría de la Educación

En el ámbito de lengua española se llamó inicialmente “Pedagogía” a la rama del saber


que tenía como objeto específico describir y dar razón de la actividad educativa, y señalar el
modo de llevarla a cabo [Medina 2001: 309].

Con el paso del tiempo, la Pedagogía alcanzó un mayor nivel de especialización y


complejidad al adoptar la metodología propia de las ciencias experimentales, con las que ha
ido estableciendo vínculos cada vez más estrechos. Así, los pedagogos se interesaron
progresivamente por conocer e incorporar a su ámbito los métodos y resultados de la
Psicología, Biología, Sociología, Economía, etc. De esta manera, la Pedagogía se identificó
con el “estudio científico de la educación” ampliándose para albergar todos los saberes que
empezaron entonces a llamarse “Ciencias de la Educación”. Esto supuso simultáneamente un
parcelamiento del estudio del fenómeno educativo, favoreciendo el desarrollo diferenciado y
autónomo de diferentes áreas: Didáctica, Pedagogía Social, etc.

Sin embargo como las Ciencias de la Educación remiten un mismo fenómeno, se echaba
de menos una sistematización y visión de conjunto que permitiera comprender, interpretar,
describir, explicar, predecir, justificar, etc., las múltiples circunstancias que concurren en el
proceso educativo. Por eso se volvió nuevamente la mirada hacia la Pedagogía, como
“ciencia que aporta la fundamentación teórica, tecnológica y axiológica, dirigida a explicar,
interpretar, decidir y ordenar la práctica de la educación” [García Aretio 2011: 251]. Pero,
paradójicamente, la denominación “Pedagogía” perdió su carga “científica” y se dividió en
otras dos disciplinas —Teoría y Filosofía de la Educación—, conviviendo con ellas sin una
delimitación clara de sus fronteras.

En este contexto, la Teoría de la Educación buscaba configurarse como un saber de


carácter más descriptivo y demostrativo, mientras que la Filosofía de la Educación adoptaba
una intención normativa. La primera asumió el estudio de la educación desde un punto de
vista predominantemente fáctico, mientras que segunda lo hacía desde un enfoque
interpretativo. La Teoría de la Educación estaría orientada por tanto hacia el análisis de temas
inmediatos o circunstanciales, mientras que la Filosofía de la Educación busca fundamentar
reflexivamente la acción educativa [Quintana 1995].

3.2. Antropología de la Educación

La Antropología cumple una función propedéutica en cualquier estudio relacionado con


la educación, ya que disponer de un conocimiento adecuado del hombre —de su modo de ser
y de obrar— es una condición necesaria para poder plantear con acierto la tarea educativa
[Higgins 2011].

El estudio del ser humano puede abordarse desde ángulos muy diversos, desde la
experiencia inmediata al conocimiento científico y filosófico. Atendiendo a la distinción
establecida por Dilthey puede ser estudiado tanto por las Ciencias de la Naturaleza —Física,
Biología, Medicina…—, como por las del Espíritu: Historia, Sociología, Literatura, etc.

Entre los estudios antropológicos que revisten un mayor interés de cara a la educación se
puede distinguir dos grandes ámbitos: la Antropología Filosófica y las Antropologías
Positivas: estas últimas engloban a su vez los trabajos de la Antropología Física y la
Antropología Sociocultural [Choza 1985].

Mientras que las Antropologías Física y Sociocultural se ocupan de distintos aspectos de


la facticidad humana, empleando los métodos y procedimientos propios de las ciencias
particulares, la Antropología Filosófica se propone llegar a comprender el sentido de lo
humano, que incluye pero no se agota en su dimensión fáctica.

La consideración de las cuestiones antropológicas más estrechamente vinculadas al


proceso educativo ha dado origen a la Antropología de la Educación, una disciplina
relativamente joven, que se caracteriza por la diversificación de temáticas y metodologías
entre quienes la cultivan.

Las relaciones que se establecen entre la Filosofía y la Antropología de la Educación


dependerán del tipo de Antropología que se adopte en cada caso. La Antropología filosófica,
constituye un firme apoyo para la Filosofía de la Educación de cara a la consecución de su
objetivo: comprender qué es la educación en toda su radicalidad y los seres humanos en
cuanto educables, con el fin de mejorar la práctica educativa.

4. La Filosofía de la Educación y los educadores

La Filosofía —también la Filosofía de la Educación— no es un tipo de saber útil en el


sentido en que pueden serlo las matemáticas o la ingeniería; pero es de gran utilidad, porque
cumple una función esencial a la hora de iluminar la acción humana, que por tratarse de la
actividad de un ser racional debería estar orientada por el conocimiento. Por esa razón su
cultivo adquiere una gran importancia para los educadores.

La tarea educativa remite de suyo a cuestiones de gran calado filosófico que es necesario
abordar como, por ejemplo, qué significa conocer y qué valor tienen determinadas formas de
pensamiento (Epistemología), qué es valioso y por tanto merece ser enseñado y aprendido
(Ética), la naturaleza de las actividades mentales (Filosofía de la mente), etc. [Pring 1978].

La Filosofía de la Educación, no pretende determinar con qué medios, en qué


circunstancias y ambiente, o a qué individuo psicobiológico concreto hay que educar; sino
que se plantea cuestiones de carácter más amplio y general, del tipo: qué es la educación, por
qué es necesaria, quién es el sujeto de la educación metaempíricamente considerado, para
qué educamos, cómo es posible que alguien llegue a educarse, etc. [Sacristán 1994].

En concreto, una de las cuestiones filosóficas fundamentales que han de abordarse al tratar
el tema de la educación consiste en clarificar qué se entiende por un ser humano educado;
porque el ideal de humanidad que se asume es el motor que pone en marcha todo el proceso
educativo. Sólo después, una vez perfilada la cuestión del ideal al que se tiende, se podrán
acometer con acierto los estudios relacionados con los agentes y los medios educativos, pues
deben adecuarse a la promoción del ideal de persona que orienta el proceso. Y, sin duda,
para acertar en la formulación de ese ideal es preciso llevar a cabo una atenta reflexión de
carácter filosófico-antropológico.

Además de éstas, hay otras cuestiones filosóficas de gran interés para los educadores;
entre ellas, las que examinan las tensiones que se plantean en la sociedad contemporánea rara
reconciliar la responsabilidad social y la autonomía individual; el respeto por la tradición y
la el derecho a ofrecer una interpretación personal de la misma; la libertad personal y la
autoridad externa; el ámbito privado del individuo y el dominio público de la comunidad,
etc.

La Filosofía de la Educación se ocupa también de otros temas de gran importancia como,


la formulación del modelo antropológico que subyace en las distintas propuestas teóricas de
educación; la naturaleza específica de la relación educativa; la clarificación de los fines,
objetivos y valores educativos; el lugar que corresponden a la educación social, cívica,
política, religiosa, ética y estética en el currículum; la deontología profesional de los
docentes, etc.

Sólo tras una reflexión Filosófica, Antropológica y Ética sobre el sujeto de la educación
es posible formular conclusiones que tengan fuerza normativa en este ámbito. Y sólo
entonces los educadores estarán preparados para ejercer un juicio razonable sobre su propia
tarea, y hacer aportaciones substanciales en asuntos educativos de interés general, más allá
de los límites de su institución.

Como ya se ha mencionado, la Filosofía de la Educación, no busca directamente generar


nuevos conocimientos pedagógicos, sino permitir una comprensión más profunda de aquello
con lo que el educador está ya familiarizado; y ayudar a conocer las discusiones y los
problemas que tuvieron lugar en el pasado, y el modo en que fueron afrontados —y tal vez
solucionados— racionalmente [Smeyers 2010].

En concreto, hay tres campos de la Filosofía de la Educación que pueden proporcionar


una ayuda inestimable a los educadores:

a. El recurso al Análisis lógico del lenguaje, orientado a la clarificación de los términos y


teorías pedagógicas que se emplean en el lenguaje ordinario y el discurso académico
sobre la educación.

b. El modo de argumentación propio de la Filosofía práctica, que proporciona un


contrapeso y complemento a la abstracción de las ciencias teóricas y al pragmatismo
técnico [Amilburu 2014].

c. El conocimiento de la Historia de la Filosofía, que pone en contacto con las diferentes


respuestas que el ser humano ha formulado a los interrogantes últimos que se plantea,
desde perspectivas teóricas e ideológicas muy diversas.

En efecto, los conceptos que utilizamos actualmente en el ámbito educativo son el


producto terminal de un proceso histórico de transformación de nociones que se acuñaron
por primera vez en la Grecia clásica [Carr 1987]. Conviene conocer el desarrollo de las ideas
que se emplean, porque la evolución de su uso y su significado manifiestan cuestiones más
profundas que es necesario tener en cuenta para su adecuada comprensión. Porque, como
señala Boyer, no es posible adquirir un conocimiento adecuado de las realidades
específicamente humanas —y la educación es, sin duda, una de ellas— sin conocer su historia
[Boyer 1920].

Muchos filósofos han trabajado temas de interés para la educación. En todas las grandes
áreas de la Filosofía —Metafísica, Lógica, Ética, Epistemología, Antropología Filosófica,
Filosofía Moral y Política, etc.— se tratan de un modo u otro cuestiones que afectan
directamente al núcleo mismo de la acción educativa como, por ejemplo, la distinción entre
el bien y el mal, el ejercicio de la libertad, la posibilidad de que un ser humano enseñe a otro,
la dimensión social del ser humano, el fundamento de la autoridad, etc.

La Historia de la Filosofía pone al educador en contacto con las ideas que entretejen
nuestro modo de entender la educación, facilita el desarrollo del juicio propio y previene
frente al peligro del dogmatismo en aquellos ámbitos que están abiertos a la discusión, a la
diversidad de planteamientos, y a la crítica razonada.
No es este el momento de señalar el desarrollo del pensamiento educativo en la Historia
de la Filosofía. Remitimos al lector a las voces correspondientes a los distintos autores.

5. Historia de la Filosofía de la Educación como disciplina

5.1. La “prehistoria académica” de la Filosofía de la Educación

La Filosofía de la Educación como disciplina académica universitaria tiene una vida


relativamente corta [White 2003] pero, como ya se ha dicho, desde Sócrates, pensadores que
pertenecen a épocas y tradiciones filosóficas muy diversas han formulado “ideas filosóficas
acerca de la educación” [Hirst 1998].

Estas “ideas filosóficas sobre temas educativos” que han llegado hasta nosotros se pueden
agrupar en cuatro grandes tradiciones de pensamiento: la aristotélica –incluyendo en ésta el
pensamiento clásico y las aportaciones cristianas—; el racionalismo postcartesiano; la
filosofía empirista y el idealismo.

Sin embargo, hay que esperar hasta el siglo XX para poder hablar propiamente de
Filosofía de la Educación como “disciplina académica”. Muchos autores consideran a John
Dewey (1859-1952) el primer “filósofo de la educación”, porque planteó su trabajo como un
examen filosófico de los problemas que surgen en el desarrollo de la educación, y no como
pensamiento filosófico aplicado a la educación. Para Dewey los planteamientos teóricos
acerca de lo que hay que hacer en el ámbito educativo deben surgir como respuesta a los
problemas que presenta la propia tarea de educar; y las teorías deben probarse después en la
práctica, como él mismo hizo en la Escuela Laboratorio.

5.2. Richard S. Peters y el Instituto de Educación de Londres

Peters es, sin duda, una de las personas que ha contribuido más decisivamente a edificar
la Filosofía de la Educación en el siglo XX, reuniendo en el Instituto de Educación de la
Universidad de Londres un importante grupo de académicos entre quienes cabe destacar,
además del propio Peters, figuras como Paul Hirst, John Wilson, John White, etc. Bajo el
impulso y la dirección de Peters se cultivó un estilo nuevo de Filosofía de la Educación que
ha tenido gran repercusión en el desarrollo de esta disciplina, sobre todo en el ámbito
anglosajón [Cuypers – Martin 2009].

Richard S. Peters estudió Filosofía en las Universidades de Oxford y Londres. En 1962


sucedió a Louis A. Reid en la Cátedra de Filosofía del IOE hasta 1983. Por influjo de G. E.
Moore y B. Russell, el Análisis Lógico del Lenguaje se convirtió a inicios del siglo XX en el
instrumento imprescindible para la clarificación del significado de los conceptos y la
justificación de su valor de verdad. Esta clarificación se realiza reduciendo el concepto a
elementos atómicos que son comprobables a través de la experiencia sensible.
Posteriormente, el pensamiento del segundo Wittgenstein centró el análisis lógico en el
examen del uso que se hace del lenguaje, tanto del lenguaje científico como del ordinario.
Peters se formó en el seno de esta tradición filosófica; de ahí que propusiera la aplicación del
análisis lógico del lenguaje ordinario a los enunciados que se emplean en el ámbito de la
educación con el fin de clarificar el contenido de los principales conceptos utilizados en este
campo como, por ejemplo, motivación, emoción, autonomía, castigo, aprendizaje,
enseñanza, curriculum, etc. Y, en primer lugar, el concepto mismo de educación.

En resumen, Peters defendió que la Filosofía de la Educación debía ocuparse en primer


término del análisis lógico de los conceptos empleados en el discurso pedagógico y de
la fundamentación de los conocimientos, creencias, acciones y actividades educativas, antes
de responder a las cuestiones relativas a su justificación y la normatividad. De ahí que las
dos preguntas que enmarcan el paradigma de la Filosofía de la Educación planteado por
Peters son:

a. ¿Qué se entiende por educación? (“What do you mean?”: Análisis conceptual)

b. ¿Cómo se puede mostrar que la educación es algo valioso? (“How do you


know?”: Justificación)

Peters desarrolló su trabajo en cuatro áreas fundamentales [Peters 1966]:

1. El análisis filosófico de los conceptos propios del campo de la educación que pueden
ser estudiados también desde la Psicología Filosófica y la Filosofía Social

2. La aplicación de la Ética y la Filosofía Social a los contenidos y procedimientos


deseables para la educación

3. El examen de los esquemas conceptuales que emplean los psicólogos de la educación


en el estudio de los procesos educativos

4. El examen filosófico del contenido y organización del curriculum y otras cuestiones


relacionadas con el aprendizaje.

Entre sus escritos hay que destacar la Conferencia Inaugural pronunciada en el IOE en
1964, que llevaba por título “La Educación como iniciación”. En ella presentaba de modo
paradigmático su manera de entender la tarea educativa como la introducción del sujeto que
se educa en las tradiciones públicas de la cultura a la que pertenece [Peters 1966]. Ésta es
una de las aportaciones más originales de Peters, con la que se abrió una nueva línea de
comprensión y desarrollo de la disciplina.

La “iniciación” es el rito de paso que se cumple en la pubertad y que, una vez superado,
introduce a los jóvenes en la vida adulta como sujetos de pleno derecho. La imagen de la
“iniciación” sostiene que la educación tiene como fin familiarizar a los seres humanos más
jóvenes con el mundo de las tradiciones culturales a las que pertenecen para que puedan vivir
en él como personas adultas, autónomas y responsables.

Peters parte del ideal de “persona educada” que se forjó en el siglo XIX —aquella que se
ha desarrollado moral, intelectual y espiritualmente—, y describe la educación como la
actividad mediante la cual la propia cultura es “entregada” por una generación a la siguiente
y se desarrollan en quienes aprenden estados mentales estables valiosos.

Hacia el final de su vida académica, dedicada a la teorización filosófica a un alto nivel,


Peters reconoció que el trabajo que debería desarrollarse en el futuro tendría que asumir un
carácter más “pegado a la tierra”, aunque también afirmó que no se debe perder de vista que
no será posible solucionar los problemas educativos concretos si los educadores no los
abordan primero desde una aproximación filosófica coherente [Peters 1983].

Efectivamente, la Filosofía de la Educación elaborada por Peters, al ser analítica y


fundante, contribuyó a dar claridad, estructura argumentativa, seriedad y respetabilidad a la
disciplina, pero —como él mismo intuyó—, de alguna manera reclama un complemento que
contrarreste su carácter excesivamente formalista y analítico.

5.3. Corrientes actuales en Filosofía de la Educación

La nota característica del pensamiento filosófico educativo actual es su fragmentación:


por el modo de entender la naturaleza de esta disciplina, por los diferentes tipos de preguntas
que se formulan quienes la cultivan, por las respuestas —muchas veces incompatibles entre
sí— que ofrecen las distintas escuelas o tradiciones de pensamiento, etc. [Carr 2005].

Así, se observa que conviven en la actualidad Filosofías de la Educación de corte Analítico


junto con otras aproximaciones influidas por la filosofía Crítica, el Deconstruccionismo, la
Fenomenología, el Neomarxismo, el Existencialismo, el Personalismo, la Hermenéutica, o el
Neoaristotelismo, por citar sólo las más señaladas.
Si bien algunas de las cuestiones educativas que se plantean en la actualidad son
cuestiones permanentes, otras han ido surgiendo al hilo del desarrollo histórico humano,
como las que hacen referencia, por ejemplo, a la educación multicultural en un mundo
globalizado, la educación para la democracia, para el desarrollo sostenible, etc., pues los
filósofos de la educación contemporáneos son herederos de una tradición multisecular que
está en continuo desarrollo.

La Filosofía de la Educación de cada autor es deudora de su planteamiento filosófico y


del modo de concebir las relaciones entre la Filosofía y la Educación. Algunos autores
sostienen que entre ambas disciplinas se da una íntima vinculación, otros defienden su
absoluta independencia, y —como en todo— también existen posturas intermedias.

En conjunto, se puede hablar de seis grandes metodologías utilizadas para elaborar la


Filosofía de la Educación, que son las que diferencian unos estilos filosóficos de otros:

1. La Filosofía de la Educación descriptiva analiza filosóficamente lo que sucede en el


proceso educativo.

2. La “Filosofía de la Educación para educadores” elabora una especie de antología de


cuestiones filosóficas que se consideran de interés para los profesionales.

3. Se ha cultivado también una Filosofía de la Educación como “Análisis Metafísico de


cuestiones educativas” —la estructura entitativa del ser educacional, la esencia de la
educación y sus causas, la teleología ordenadora de todo el proceso, etc.

4. La Filosofía Analítica de la Educación trata de clarificar el contenido conceptual de los


términos del lenguaje que se emplea en el contexto de la educación.

5. Hay autores que defienden una Filosofía de la Educación “reflexiva”, sobre los
supuestos profundos de la educación, que integre un buen conocimiento de la Historia,
y las conclusiones de la Antropología Filosófica.

6. El enfoque deductivo en la Filosofía de la Educación, o estudio de las Escuelas de


Filosofía —llamado coloquialmente “de los -ismos”—, busca explicitar las
consecuencias educativas que se pueden extraer de los principales sistemas filosóficos
—racionalismo, empirismo, existencialismo, etc.-.

Las críticas a este tipo de Filosofía de la Educación señalan que una postura metafísica o
epistemológica no puede tener implicaciones lógicas necesarias que sean aplicables en el
campo de la teoría y la práctica educativas; y sostienen también que dos filósofos que
pertenezcan a una misma escuela filosófica pueden estar en desacuerdo respecto a cómo
deben llevarse a cabo determinadas prácticas educativas y, por el contrario, personas que
coinciden sobre cuestiones educativas pueden sostener posturas filosóficas muy diferentes.

Aun siendo esto verdad, es posible descubrir rasgos recurrentes en la Filosofía de la


Educación que elaboran pensadores que pertenecen a una corriente filosófica determinada
[Bigge 1982], y que existe un cierto “aire de familia” en las respuestas que ofrecen a
las preguntas fundamentales que se plantea la Filosofía de la Educación. Podrían resumirse
así [Amilburu – García 2012: 118]:

Fin de la Cómo se Cómo se Qué se


Educación aprende enseña enseña
Realismo Formar virtudes Disciplina Mostrando la Verdades
clásico intelectuales y intelectual verdad y el fundamentale
morales bien s
Teísmo Salvación eterna Demostración Disciplina de la Matemáticas.
dualista racional inteligencia Lógica
Empirismo Eficacia Estímulo- Desde fuera. Ciencias
respuesta y Estimular naturales
refuerzo
Filosofía Examinar Refinando el Enseñar a Proposiciones
analítica creencias para razonamiento razonar verificables
ser racionales lógicamente
Existencialism Autorrealizació Cultivando Despertar la Lo que quiera
o n del individuo. sentimientos responsabilida el alumno
Autoconciencia d personal
Conductismo Formar patrones Haciendo, Seleccionar Estudios
intelectuales y resolviendo experiencias. sociales,
de conducta problemas Interés experimentos
Cognitivismo Reconstruir la Cambio en Suscitar y
vida cambiando comportamiento resolver
patrones de s problemas.
pensamiento Investigar

6. Sociedades, Congresos y Revistas de Filosofía de la Educación

Aunque la Filosofía de la Educación tiene una vida relativamente corta como disciplina
académica, constituye un área de conocimiento muy dinámica si se tienen en cuenta las
Sociedades profesionales, publicaciones y reuniones científicas que se celebran, aunque sea
reducido el número de personas que se dedican a su cultivo. Esto se debe en parte a las propias
características de la disciplina y también a que los recortes presupuestarios llevados a cabo
en casi todas las Universidades han perjudicado directamente a los Departamentos de
Humanidades y, de modo especial, a las materias relacionadas con la Filosofía.
En general, hay dos cuestiones que preocupan a los filósofos de la educación de cara al
desarrollo futuro de esta disciplina: en primer lugar, el hecho de que aunque ellos desarrollen
una gran actividad investigadora y de difusión de sus trabajos, éstos tienen poco impacto
entre quienes diseñan la política educativa de los diferentes países: de hecho, ejercen poca
influencia en la toma de decisiones prácticas, que se adoptan habitualmente por criterios de
corte más ideológico y utilitarista que pedagógico. Y en segundo término, como
consecuencia de la mentalidad mercantilista extendida en Occidente, cada vez son más
escasos los recursos destinados por los gobiernos a la investigación y a la dotación de plazas
en los departamentos universitarios en este área.

6.1. Sociedades de Filosofía de la Educación

Sólo se mencionarán en este apartado las principales Sociedades que reúnen a quienes se
dedican específicamente al cultivo de la Filosofía de la Educación.

6.1.1. Philosophy of Education Society (PES)

Link: www.philosophyofeducation.org

Es la principal Asociación de filósofos de la educación de Norteamérica. Fue fundada en


1941 con el propósito de:

— Promover el tratamiento filosófico de los problemas educativos.

— Buscar la clarificación de los acuerdos y discrepancias entre las diferentes tendencias


de la Filosofía de la Educación, facilitando esta tarea por medio de las discusiones
científicas en las reuniones anuales de la Sociedad.

— Hacer avanzar y mejorar la calidad de la enseñanza de la Filosofía de la Educación,


tanto en los centros donde se forman los futuros profesores como en otras instituciones
educativas.

— Cultivar las relaciones fructíferas entre los que cultivan la Filosofía en general y quienes
se dedican a la Filosofía de la Educación.

— Fomentar las relaciones entre quienes trabajan en Filosofía de la Educación y quienes


lo hacen en el resto de las disciplinas pedagógicas.
La Philosophy of Education Society organiza un Congreso anual en diferentes ciudades
de los Estados Unidos, y publica trimestralmente la Revista Educational Theory, además
del Philosophy of Education Yearbook,

6.1.2. Philosophy of Education Society of Great Britain (PESGB)

Link: www.philosophy-of-education.org

Fundada en 1964 en torno a la figura de R.S. Peters, esta Sociedad tiene como finalidad
promover el estudio, la enseñanza y la aplicación práctica de la Filosofía de la Educación.
Sus miembros, junto con profesores universitarios de Filosofía de la Educación de todo el
mundo, se reúnen anualmente en Oxford en un Seminario de tres días de duración. Además,
las distintas ramas locales de ls Sociedad promueven reuniones de estudio y organizan
Conferencias y Seminarios a lo largo del año en diferentes ciudades del Reino Unido.

La Revista oficial de la Philosophy of Education Society of Great Britain es The Journal


of Philosophy of Education, que se publica cuatro veces al año, uno de ellos sobre un tema
monográfico de particular relevancia, coordinado por un especialista en la materia. También
se distribuye anualmente entre los miembros de la Sociedad una Newsletter con información
más práctica e informal.

6.1.3. International Network of Philosophers of Education (INPE)

Link: www.ucm.es/info/inpe

La International Network of Philosophers of Education, constituida en 1988, tiene como


objetivos:

— Fomentar el diálogo entre los filósofos de la educación globalmente.

— Promover la tolerancia en el campo de la educación y facilitar un mejor entendimiento


entre pensadores de diferentes escuelas de pensamiento.

— Intercambiar información, fomentar la investigación conjunta y comparativa,


compartiendo materiales y cooperando en la publicación de escritos de interés en este
campo.

— Organizar Congresos para facilitar la discusión en profundidad de las materias de más


actualidad en el ámbito de la Filosofía de la Educación y desarrollar nuevas iniciativas
en este campo.
Los Congresos promovidos por la INPE se celebran cada dos años, en ciudades distintas
de los cinco continentes. La publicación oficial de la International Network of Philosophers
of Education es la Revista Ethics and Education que se publica trimestralmente.

6.2. Otras Sociedades de Educación y reuniones científicas

Además de las Sociedades dedicadas específicamente al cultivo de la Filosofía de la


Educación, en muchos Congresos o Reuniones Científicas de otras Sociedades filosóficas o
educativas como, por ejemplo, la American Philosophical Association (www.apaonline.org)
la Federation International de Societés de Philosophie (www.fisp.org) o la European
Education Research Association (www.eera-ecer.eu), por citar sólo los más numerosos, hay
secciones especiales dedicadas a la Filosofía de la Educación.

6.3. Publicaciones especializadas

Las principales Revistas especializadas de investigación en Filosofía de la Educación son


las siguientes:

6.3.1. Educational Theory

Link: www.education.illinois.edu/eps/educational-theory

Revista copublicada por la John Dewey Society, los Colleges of Education de la


Universidad de Illinois y la Philosophy of Education Society, de la que constituye su órgano
oficial de expresión. Se publica cuatrimestralmente.

6.3.2. Educational Philosophy and Theory

Link: http://www.tandfonline.com/loi/rept20

Auspiciada por la Universidad de Western Sydney, es la publicación oficial de


la Philosophy of Education Society of Australasia. Está dedicada la difusión de artículos
sobre Filosofía de la Educación aunque, en ocasiones, también se hayan incluido de otras
áreas como, planificación curricular, etc.

6.3.3. Journal of Philosophy of Education

Link: http://onlinelibrary.wiley.com/journal/10.1111/(ISSN)1467-9752
Revista oficial de la Philosophy of Education Society of Great Britain, publica artículos
que representan una variada muestra de tradiciones filosóficas, desde el examen de cuestiones
básicas de Filosofía en su relación con la actividad educativa hasta críticas detalladas de
prácticas educativas o políticas de la educación, analizados desde una perspectiva filosófica.
Entre los ámbitos que abarcan sus artículos pueden destacarse cuestiones sobre las
dimensiones éticas, estéticas, políticas y epistemológicas de la Filosofía de la Educación.

6.3.4. Philosophy of Education Yearbook

Link: onlinebooks.library.upenn.edu/webbin/book

Anuario de Filosofía de la Educación publicado por la Philosophy of Education Society,


donde se recogen artículos altamente especializados.

6.3.5. Prospero

Link: http://www.worldcat.org/title/prospero-magazine-for-philosophical-and-
educational-renewal/oclc/749005807

Publicación oficial del Group for Philosophical and Education Renewal (PER). Pretende
fomentar un nuevo modo de pensar en y acerca de los fundamentos de la educación. Parte
del supuesto de que es necesario un modo diferente de concebir la Filosofía —como una
manera de hacer avanzar las propias perspectivas, no tanto como una tarea metafísica o
lógica— para mejorar la Pedagogía.

6.3.6. British Journal of Educational Studies

Link: www.tandf.co.uk/journals/rbje

Editada por la Standing Conference on Studies in Education de Londres, comenzó a


publicarse en 1952 y es una de las principales revistas británicas de Educación. Incluye
artículos especializados de investigación, especialmente sobre las fuentes históricas,
filosóficas y sociológicas. Tiene, además, una sección que se ocupa del desarrollo de la
política educativa en Inglaterra y otra, muy amplia, dedicada a reseña de los libros que se
publican en el área.

6.3.7. Interchange

Revista especializada en la discusión de cuestiones fundamentales sobre Filosofía de la


Educación desde la perspectiva de la Filosofía y de las Ciencias Sociales. Trata de promover
el intercambio de opiniones entre los profesores, quienes se dedican a la política de la
educación e investigadores en el ámbito pedagógico, ofreciendo un foro para discutir
problemas educativos y tendencias pedagógicas.

6.3.8. Journal of Aesthetic Education

Link: www.press.uillinois.edu/journals/jae.html

Revista interdisciplinar que se dirige a un amplio público que va desde educadores en el


ámbito de las artes y las humanidades, a administradores y políticos de la educación o
cualquier persona interesada en las consideraciones filosóficas implicadas en la enseñanza
de las artes.

6.3.9. Journal of Moral Education

Link: www.tandf.co.uk/journals/titles/03057240.asp

Publicada en Londres por la NFER, ofrece un amplísimo foro interdisciplinar para la


discusión de las cuestiones relacionadas con la educación moral. Entre sus artículos pueden
hallarse análisis filosóficos, resultados de investigaciones empíricas, evaluación de
estrategias educativas y procedimientos de valoración a nivel teórico y práctico, individual y
social. Publica además periódicamente números monográficos especiales sobre cuestiones
de interés en el área de la educación moral.

6.3.10. Studies in Philosophy and Education

Link: http://link.springer.com/journal/11217

Revista internacional que publica estudios sobre los principales problemas filosóficos,
normativos y conceptuales de la investigación, práctica y política educativas. No representa
ninguna escuela filosófica o tradición cultural, sino que promueve el intercambio y
colaboración entre filósofos, filósofos de la educación, investigadores en educación y
ciencias sociales, y quienes se dedican a elaborar las políticas educativas.

6.4. La Filosofía de la Educación en lengua española

En el ámbito de lengua española no existe propiamente una Sociedad de Filosofía de la


Educación, pero la presencia de esta disciplina en reuniones científicas ha empezado a cobrar
fuerza especialmente a partir de los años 80 [Jover 2002].

En el VI Congreso Nacional de Pedagogía celebrado en Madrid en 1979, se otorgó cierto


protagonismo —quizá por primera vez— a la Filosofía de la Educación, dedicando una de
las Secciones a esta materia. Desde entonces se ha ido consolidado la participación de esta
disciplina en esa reunión científica anual.

Por iniciativa de un grupo de profesores de Teoría de la Educación, al inicio de la década


de los 80 comenzaron los Seminarios Interuniversitarios de Teoría de la
Educación (SITE, www.ucm.es/info/site) como reuniones de trabajo restringidas a una
pequeña representación de profesores de cada universidad española. Siempre han asistido
como invitados al SITE profesores de Filosofía de la Educación.

Desde 1988 la Universidad Nacional de Educación a Distancia ha organizado con


regularidad Seminarios de Trabajo y Congresos Internacionales de Filosofía de la Educación.
Los Congresos se celebran cada cuatro años. Se han publicado las Actas de estos Congresos
con los textos de las ponencias y comunicaciones presentadas, contribuyendo así a la
formación de un corpus de literatura especializada en castellano de gran interés para la
investigación sobre esta materia.

En el ámbito de lengua castellana no existe ninguna Revista científica que se dedique en


exclusiva a la Filosofía de la Educación; sin embargo, algunas de las publicaciones
académicas más prestigiosas del área de la educación incluyen artículos de esta materia.

Por ejemplo:

— Revista Española de Pedagogía (www.ucm.es/info/quiron/rep.htm)

— Bordón (www.uv.es/soespe/bordon.htm)

— Revista de Ciencias de la Educación (www.icceciberaula.es)

— Revista Interuniversitaria de Teoría de la


Educación (www.campus.usal.es/~revistas_trabajo/index.php/1130-3743)

— Educación XX1 (www.uned.es/educacionXX1)

— Estudios sobre Educación (ESE) (www.unav.es/educacion/ese)


7. Bibliografía citada en esta voz y otra bibliografía de interés

7.1. Obras de referencia

BAILEY, R. – BARROW, R. – MCCARTHY, C. (eds.), The Sage Handbook of Philosophy of


Education, Sage, London 2010.

BLAKE, N. (ed.), The Blackwell Guide to the Philosophy of Education, Blackwell, Oxford
2002.

CARR, W. (ed.), The Routledge Falmer Reader in Philosophy of Education, Routledge,


London 2005.

CURREN, R. (ed.), A Companion to the Philosophy of Education, Blackwell, Oxford 2003.

—, Philosophy of Education: an Anthology, Blackwell, Oxford 2006.

PALMER, J. A., (ed.), Fifty Mayor Thinkers on Education, Routledge, London 2001.

RORTY, A. O., Philosophers on Education. Historical Perspectives, Routledge, London


1998.

SIEGEL, H. (ed.), The Oxford Handbook of Philosophy of Education, Oxford University


Press, Oxford 2009.

VV.AA., La Filosofía de la Educación en Europa, Dykinson, Madrid 1985.

7.2. Otras obras

Además de los trabajos citados en el artículo, se mencionan algunas obras fundamentales


de Filosofía de la Educación, clásicas y más recientes. No se incluyen trabajos dedicados a
cuestiones particulares dentro de la disciplina.

AMILBURU, M. G. (ed.), Claves de la Filosofía de la Educación, Dykinson, Madrid 2003.

AMILBURU, M. G. – GARCÍA GUTIÉRREZ, J., Filosofía de la Educación. Cuestiones de hoy


y de siempre, Narcea, Madrid 2012.
AMILBURU, M. G., Aprendiendo a ser humanos. Una Antropología de la Educación,
Eunsa, Pamplona 20103.

—, Filosofía y actitud filosófica: sus aportaciones a la educación, «Revista Española de


Pedagogía», 258 (2014), pp. 231-247.

BIGGE, M. L., Educational Philosophies for Teachers, Charles E. Merrill Publishing Co.,
Columbus, Ohio 1982.

BOYER, C., History of Education, George G. Harrap & Co., London 1920.

CARR, D., El sentido de la educación. Una introducción a la filosofía y a la teoría de la


educación y de la enseñanza, Grao, Barcelona 2005.

CARR, W., What is an Educational Practice?, «Journal of Philosophy of Education», 21


(1987), pp. 163-175.

CHAMBLISS, J.J., Philosophy of Education Today, «Educational Theory», 59/2 (2009), pp.
233-251.

CHOZA, J., Antropologías Positivas y Antropología Filosófica, Cenlit, Tafalla 1985.

CUYPERS, S. – MARTIN, C. (eds.), Reading R.S. Peters Today, «Journal of Philosophy of


Education», 43 (2009) Supplement 1.

DEWEY, J., Democracy and Education, Free Press, New York 1916.

GADAMER, H.-G., La educación es educarse, Paidós, Barcelona 2000.

GARCÍA ARETIO, L. et al., Claves para la educación. Actores, agentes y escenarios en la


sociedad actual, UNED-Narcea, Madrid 2009.

HALDANE, J. Metaphysics in the Philosophy of Education, «Journal of Philosophy of


Education», 23 (1989), pp. 171-183.

HAYDON, G. (ed.), 50 Years of Philosophy of Education. Progress and Prospects, IOE


University of London, London 1998.

HIGGINS, C., The Good Life of Teaching, Wiley-Blackwell, London 2011.


HIRST, P. (ed.), Educational Theory and its Foundation Disciplines, Routledge, London
1983.

HIRST, P., Philosophy of Education: the Evolution of a Discipline, en HAYDON, G.


(ed.), 50 Years of Philosophy of Education. Progress and Prospects, IOE,
University of London, London 1998, pp. 1-22.

JOVER, G., La Filosofía de la Educación en España: revisión y perspectivas de futuro, en


VV.AA., Educación, Ética y Ciudadanía, UNED, Madrid 2002, pp. 369-384.

MEDINA, R., La educación, objeto de reflexión científica, en VV.AA., Teoría de la


Educación, UNED, Madrid 2001, pp. 297-316.

PETERS, R. S., Ethics and Education, Allen & Unwin, London, 1966.

—, Philosophy of Education, en HIRST, P. (ed.), Educational Theory and its Foundation


Disciplines, Routledge, London 1983, pp. 30-61.

PRING, R., Philosophical Issues, en LAWTON, D. et al., Theory and Practice of


Curriculum Studies, Routledge, London 1978, pp. 19-28.

—, Philosophy of Education. Aims, Theory, Common Sense and Research, Continuum,


London 2004.

QUINTANA, J. M., Teoría de la Educación. Concepción antinómica de la


educación, Dykinson, Madrid 1995.

SACRISTÁN, D., La formación filosófico-educativa del profesorado ¿Un lujo o una


necesidad?, en Actas del III Simposi Internacional de Filosofía de
l’Educació, Universidad de Barcelona, Barcelona 1994, vol. 1, pp. 145-175.

SMEYERS, P., Revisiting Philosophy of Education, «Revista Interuniversitaria de Teoría


de la Educación», 22/2 (2010), pp. 91-116.

SOLTIS, J. F., Philosophy and Education, 80th Yearbook of the NSSE, Chicago University
Press, Chicago 1981.

WHITE, J., La Filosofía de la Educación como disciplina académica, en AMILBURU, M.


G. (ed.), Claves de la Filosofía de la Educación, Dykinson, Madrid 2003, pp.
171-186.
¿Cómo citar esta voz?

La enciclopedia mantiene un archivo dividido por años, en el que se conservan tanto la


versión inicial de cada voz, como sus eventuales actualizaciones a lo largo del tiempo. Al
momento de citar, conviene hacer referencia al ejemplar de archivo que corresponde al estado
de la voz en el momento en el que se ha sido consultada. Por esta razón, sugerimos el
siguiente modo de citar, que contiene los datos editoriales necesarios para la atribución de la
obra a sus autores y su consulta, tal y como se encontraba en la red en el momento en que fue
consultada:

AMILBURU, María G., Filosofía de la educación, en FERNÁNDEZ LABASTIDA, Francisco


– MERCADO, Juan Andrés (editores), Philosophica: Enciclopedia filosófica
on line,
URL: http://www.philosophica.info/archivo/2014/voces/filosofia_de_la_edu
cacion/Filosofia_de_la_Educacion.html

Información bibliográfica en formato BibTeX: mga2014b.bib

Digital Object Identifier (DOI): 10.17421/2035_8326_2014_MGA_2-1

La educación, su historia, método y filosofía


La educación como la conocemos hoy, ha pasado por múltiples cambios que en suma han
contribuido al desarrollo de un sistema que emplea un método determinado para difundir
conocimientos entre los alumnos que componen las piezas más básicas de una familia y por
supuesto, de la sociedad.

En la antigua Grecia, como la historia de la civilización occidental empieza con el imperio


Helenista, no existían las escuelas ya que la educación obligatoria era cosa de esclavos. En
Esparta por ejemplo, los discípulos que no obtenían los resultados esperados eran sometidos
a castigos con el fin de modelar su conducta por medio del dolor. Las escuelas platónicas,
eran más bien espacios de expresión y razonamiento colectivo, de ahí que se les atribuye la
invención del dialogo a los griegos.

Ya en la edad media, a raíz de la conversión del emperador romano Constantino, años más
tarde el emperador Justiniano había realizado lo que hoy se conoce como la primera reforma
educativa de la historia, ya que llamó al silencio a las escuelas que no se alineaban con la
nueva confesión religiosa del imperio, el catolicismo, y esto marcó el inicio de la Escolástica,
una corriente teológica y filosófica que utilizó parte de la filosofía grecolatina clásica para
comprender la revelación religiosa del cristianismo. Aunque también es un método de trabajo
intelectual: todo pensamiento debía someterse al principio de autoridad, y la enseñanza se
podía limitar en principio a la repetición de los textos antiguos, y sobre todo de la Biblia
(principal fuente de conocimiento).De ahí que la memoria era algo fundamental para la
escolástica.

En las grandes universidades medievales, tales como las de Bolonia, Padua, Oxford o París,
se estimulaba la discusión. Pero toda discusión debía versar sobre asuntos conocidos y debía
ceñirse a las Sagradas Escrituras, dicho de otro modo, el pensamiento científico estaba
prohibido. La meta de la discusión era afinar los argumentos en favor de la sana doctrina.
(“Se practicaba la razón pero se la sometía a la fe. La de los escolásticos era una razón
enjaulada.” Mario Bunge).
La escuela como la conocemos actualmente, surge tras la revolución francesa de 1789 en el
ahora extinto imperio de Prusia con el objeto de socavar las revueltas ciudadanas. El sistema
prusiano estaba basado en la disciplina y la obediencia teniendo para guardar coherencia con
el mencionado objetivo y así poder formar a ciudadanos dóciles y obedientes. El éxito del
sistema prusiano rápidamente se expandió por Europa, principalmente por Inglaterra, en
plena era victoriana, que venía de perder sus preciosas 13 colonias, hoy EEUU. El segundo
cisma de la iglesia también contribuyó en la evolución de la educación, ya que su ideólogo,
Martín Lutero había marcado un antes y un después con la reforma ya que con su
replanteamiento todo protestante debía conocer necesariamente las escrituras a diferencia de
los fieles católicos de la época que volcaban su Fe más bien hacia los Sacramentos. De ahí
que se puede alcanzar la santidad en la vida siendo analfabeto como un Martín de Porres pero
ni siquiera se puede ser protestante siendo analfabeto.

En Paraguay, el modelo prusiano de edades y grados académicos llegó en 1882 bajo el


Gobierno del General Bernardino Caballero, dejando atrás el modelo de las “primeras letras”,
modo de enseñanza instituido ya en época de la Colonia y en coherencia con el modelo de
instrucción español, indicaba el Dr. David Velásquez. La era industrial, en pleno apogeo no
se quería perder la fiesta. Domingo Faustino Sarmiento en la Argentina había importado el
modelo de grados creando la escuela norma del Paraná en 1870 para lo cual había viajado a
Harvard para obtener asesoría. ¿El financiamiento? Fue ahí donde Sarmiento destacó su
sagacidad ya que se dirigió ante los miembros de la poderosa Asociación Rural Argentina a
solicitar fondos diciendo: “No lo hagan por caridad, háganlo por codicia”. Adelantando que
el modelo agro exportador sería depuesto por el industrial y para eso había que obtener mano
de obra calificada, instruida y disciplinada.

Los exámenes estandarizados, el verticalismo, el sistema de premios y castigos, las


calificaciones, son sólo uno de los varios componentes que los empresarios que solventaban
el caro sistema educativo requerían para que su inversión, a través de impuestos y
contribuciones, obtuviera los mejores resultados con el menor esfuerzo posible. Las leyes
generales, el sistema de cadena de ensamblaje (fordismo), la sistematización de los tiempos
de trabajo (taylorismo), también son otros aspectos que se destacan en el sistema educativo
incluso hasta en nuestros días.

Actualmente, la educación en el mundo a raíz de la cuarta revolución industrial o era digital


esta siendo replanteada, tal como lo hizo Justiniano, por una cuestión de coherencia. La era
en que vivimos exige creatividad para innovar, pensamiento crítico para la generación de
conocimiento científico y por sobre todo un cambio de paradigmas sobre los errores en los
procesos. Las penalizaciones por los errores en los sistemas educativos más sofisticados están
cada vez más siendo dejados de lado como una forma de erradicar la estigmatización al
fracaso y así aumentar nuestro nivel de comprensión sobre los intrincados procesos de
aprendizaje.

Fuente: https://www.5dias.com.py/2018/01/la-educacion-su-historia-metodo-y-filosofia/

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