Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Los Andes Diversos se centra en oficios como el tejido, la talla, la alfarería y otras
creaciones artesanales, además de rendir tributo a las festividades del solsticio de invierno y
de la Navidad que se celebran en la región andina de Venezuela, con sus diferencias y
semejanzas, para así dar muestra de la multiculturalidad de la zona a través de una
selección de obras, objetos y fotografías pertenecientes a las colecciones del Centro de la
Diversidad Cultural.
Los estados andinos Táchira, Mérida y Trujillo, enmarcados en una geografía montañosa,
reflejan su riqueza cultural a través de una variada gama de oficios, fiestas y tradiciones
que, aunque se originan en raíces comunes, en sus manifestaciones evidencian diferencias
que se interrelacionan en armonía, para conformar la diversidad cultural andina.
Navidades Merideñas
Entre las costumbres típicas Andinas, que parecen dispuestas a conservarse, están
relacionadas íntimamente con las fiestas de la Natividad de Cristo y suelen presentar fases
de amplias proporciones sociales, las "Paraduras" y el "Robo del Niño" de origen colonial.
El "nacimiento", más conocido como "pesebre" se arma unos días antes de la Navidad; es
una actividad, esencialmente hogareña, la cual permite y exige la colaboración colectiva.
El Pesebre
Forma parte de las Navidades, éste es realizado por los merideños en diversas dimensiones,
grandes, pequeñas, lujosos y sencillos. En los pueblos Andinos se le dan numerosas formas
a los pesebres. Muchos obedecen a una mano artística que ha puesto sus notas, que ha
creado una obra cuando realiza las contorneadas figuras. Los pesebres son definidos por
ciertas características que los hacen más o menos uniformes.
Cada año, desde 1960 se celebra el Concurso Nacional de Marinera, organizado por el Club
Libertad de Trujillo a iniciativa de Guillermo Ganoza Vargas. Dicho concurso se realiza la
última semana de enero.
La marinera es una danza que desciende de la zamacueca y de la mozamala. Era conocida
también como chilena, hasta que el escritor huamachuquino Abelardo Gamarra (1850 –
1924) “El Tunante”, le dio el nombre de “marinera” como homenaje a la Marina peruana
por su participación heroica durante la guerra con Chile.
El hombre lleva sombrero de paja y pañuelo. La mujer descalza, luce vestido bordado.
CABALLITOS DE TOTORA:
El elemento representativo de esta antigua tradición es el uso del caballito de totora,
herencia fundamental de las culturas Mochica y Chimú que se ha mantenido a lo largo del
tiempo y constituye un símbolo representativo de su identidad, con un inmenso valor
histórico.
En Huanchaco existe espacio para la práctica de deportes acuáticos entre ellos el Surf.
Corría el año 1 674 y la ciudad de Trujillo se mostraba temerosa y amenazada por la peste
bubónica y una feroz plaga de insectos. Conociendo el panorama desolador, un hombre
propuso dejar la crítica situación en manos de Dios.
De esta manera, Antonio de Saavedra y Leiba, respetado deán de la catedral de Trujillo,
promovió entonces la peregrinación de una venerada imagen religiosa conocida en el
balneario de Huanchaco como la Virgen del Socorro.
Luego de trasladar con fe y emoción a la efigie de la madre de Cristo por las calles de la
ciudad primaveral, se produjo el milagro y los vestigios de la peste desaparecieron,
motivando encendidas muestras de agradecimiento en las familias trujillanas.
Años después y en respuesta al fervor popular, quedó establecida la bajada quinquenal de la
Virgen del Socorro, con itinerario y actos ceremoniales cuidadosamente programados que
han ido enriqueciéndose con el tiempo.
EL CORSO PRIMAVERAL:
TACHIRA
Esta es una tradición Española, que se celebra cada año en Táchira, durante el día conocido
como Jueves Santo. La visita a los Siete Templos simboliza el encarcelamiento de Jesús.
Hay una ceremonia de lavado de pies y de eucaristía, así como una misa tradicional. La
Visita a los Siete Templos es una hermosa tradición de Táchira para las personas católicas.
Este es un tipo de danza, en la cual bailan grupos de tres personas. Los hombres
acostumbran vestir con pantalones caqui y camisa blanca, mientras que las mujeres visten
con faldas no muy largas, ruanas, un sombrero y otros accesorios tradicionales.
Los ritmos del galerón tachirense y la coreografía de esta danza, hacen que esta sea una de
las tradiciones del estado de Táchira más populares.
3 – Bola de Candela
Esta es una tradición un poco nueva y algo peligrosa, pero es sin duda algo que hace de
Táchira un lugar original.
Algunos consideran la Bola de Candela un deporte, ya que se toman trapos y se mojan con
queroseno, para convertirlos en pequeñas bolas de fuego que las personas patean como
pelota de fútbol.
Aunque esta tradición ya no se practica tanto como antes, aún se sigue practicando durante
los juegos navideños y es algo que muchas personas disfrutan en Táchira.
La ciudad de San Cristóbal celebra todos los años durante el 19 y 27 de enero, la ya muy
famosa Feria Internacional de San Sebastián.
Durante esta feria, hay corridas de toros, deportes, bailes con orquestas, comidas y mucho
más. El 20 de Enero se celebra una misa en honor a San Sebastián, quien es el patrono de
la ciudad de San Cristóbal.
Como puede imaginarse, esta tradición se lleva a cabo cada 31 de diciembre a las doce de la
noche y es la manera de dar la bienvenida al año nuevo y dejar atrás el año que se acaba.
Durante estas ceremonias, hay fuegos artificiales y las personas crean un muñeco con
vestimentas representando a personajes de su historia actual y pasada, el cuál es quemado a
las doce de la noche del último día del año.
Se forma una gran fogata con el muñeco y las personas reciben el año nuevo en silencio por
unos momentos para después festejar y celebrar.
MITOS Y LEYENDAS
La Lombarda, relato popular: Se trata de una historia que alude a una familia muy
humilde que vivía en Mesa de Aura, Páramo del Zumbador. La familia la integraban los
esposos Gómez Mora y sus seis hijos. Entre ellos una joven que se destacaba por su belleza,
encanto y sus facetas artísticas. Quienes la oían cantar quedaban impresionados de su voz
angelical. Su nombre era Lombarda y por cariño la llamaban Lombardita. Sus padres la
cuidaban mucho y al ver que alguien la veía le llamaban la atención. El padre y el hijo
menor acostumbraban a cargar en la cintura un cuchillo para cuidar a Lombardita. A pesar
de todas las precauciones que tomó la familia, la joven se enamoró y escapaba por las
noches a verse con su amante. Cuando su madre la descubrió el joven huyó y Lombardita
recibió una paliza de su padre que la esperaba furioso. Lombarda resultó estar embarazada
de aquel joven y por lo tanto obligada a confesar el nombre de su amante y a casarse con él
cuando éste volviera. Al nacer el niño, resultó la alegría de la familia y lo llamaban
Lombardito.
Leyendas asociadas a espantos: Dentro de la comunidad de Macanillo hay muchas
creencias asociadas a seres del más allá cuyo objetivo es espantar a los habitantes sobre
todo en horas de las noches. Varias de estas creencias están tan arraigadas en la mayoría de
los habitantes, que muchos consideran peligroso andar de noche por temor a ser asustados
por estos espantos o espíritus. Entre estas creencias encontramos a la leyenda de La
Llorona, la cual se trata de un espanto de género femenino que vaga por las calles del
pueblo llorando por la muerte de su hijo. Entre otras leyendas también podemos nombrar a
El diablo, El chiflaperros (espíritu de hombre que se le pasa silbando por las calles), El
pescador y La gritona, quien es un espanto que canta en las noches oscuras.
Creencia en torno al canto de los gallos: Los gallos cantan, generalmente a las 12 de la
noche, pero cuando cantan a deshoras, es decir, a las 11 pm o a la 1 o 2 am, es señal de que
habrá un temblor, pleitos, heridos, guerra o muerte. Cuando cantan a las 4 de la tarde se
considera una señal más grave. Es importante decir, que el desastre que predice el canto del
gallo no ocurre necesariamente al día siguiente, puede ser a los tres días o incluso una
semana después... y si una gallina canta como un gallo, hay que matarla, para que no siga
llamando lo malo.
Leyenda de Anunciación de Ordúz: Dentro del cementerio de San Cristóbal se encuentra
la capilla del ánima de Anunciación de Ordúz. La historia cuenta que esta mujer era casada
y vivía por la calle 8 de barrio Obrero, en la Quinta Villasmil. Una noche cuando regresaba
de trabajar como servicio doméstico, su esposo, en estado de ebriedad se encontraba detrás
de una pared con un cuchillo, la tomó del cabello y la golpeó hasta dejarla casi inconciente.
Ella gritaba y pedía auxilio, pero ningún vecino se atrevió a salir. El esposo, lleno de celos,
sacó el cuchillo y comenzó a apuñalarla, ella logró escapar y corrió hacia un monte en
donde finalmente murió. Se cree que el ánima de esta persona ha realizado muchos
milagros a personas creyentes en ella.
Creencias sobre los caniculares: Se conoce como caniculares cuando llueve al mismo
tiempo y hace un fuerte sol y en la noche un frío tremendo. Se cree que los caniculares
enferman las plantas y los animales, porque los parásitos se alborotan en el pasto tierno.
Cuando esto pasa, se limpia la maleza para dejar sanitos los potreros.
Leyenda del tesoro perdido: Cuenta Luisa Sánchez que en el solar de su casa había oro
enterrado. El mismo estaba protegido por un hombre vestido de blanco, al cual todos
conocían como El espanto. Este personaje salía después de las 12 de la noche. Esta leyenda
data aproximadamente del año 1910.
Leyenda de Manaure El Cacique: Muchos pobladores de la región han oído hablar del
Cacique Manaure. Todos los pueblos alrededor del Parque Nacional El Tamá tienen
leyendas sobre su existencia en las montañas. Se cuenta que el cacique Manaure vivió en
otras épocas, aunque se dice que está todavía en esas minas que brillan, hacia los lados de
Santa Ana. La mujer de Manaure estaba en Colombia, en un cerro que se llama el Cerro de
la Vieja. La iconografía de Manaure lo ilustra como un hombre que infunde temor y
respeto; en otros relatos aparece como un hombre encantador, del que se dice: "antes iba la
gente a mirarlo y sí lo podían ver y hablar con él; a otros les formaba unas tronasones y
lluvias; algunos lo encontraban convertido en un pato en una laguna y decían que ese era el
hombre". La comunidad del sector Chorro de El Indio afirma que allí mora el cacique
Manaure, que él los cuida y que además es un sitio encantado donde se pierde la gente, se
ven indígenas, entre otros fenómenos. Cuando Eustoquio Gómez comenzó a construir la
carretera de El Corozo se le atravesó Manaure y no lo dejó hacer la carretera, diciéndole:
No me haga carretera por ahí, porque por ahí no se la dejo hacer; y tuvo que hacerla por
otro lado, porque el cacique tenía minas ahí y había una cruz de oro que sale desde Machirí
hasta Santa Ana, va por debajo de San Cristóbal y es de Manaure. De acuerdo al relato del
señor Domingo Moreno "cuando estaban abriendo la carretera se crecía el chorro y no los
dejaba pasar porque de una vez bajaba otro derrumbe y tapaba la vía. Entonces vinieron
unos que sabían que había que pedirle permiso al cacique, quien les dijo: Sí les voy a dar
permiso pa' que pasen, pero primero tengo que sacar unos coroticos que tengo ahí. Cuenta
un señor que como a los tres días bajó una abundada bastante fuerte y bajaron pailas, barras
de oro, canoas, corotos y todas las cosas que tenía Manaure. Después les dijo: Ahora sí,
ahora pueden seguir la carretera, y ahí fue que lo pudieron hacer.
Leyenda de la potranca del diablo: Hacia la década de 1930 el pasaje acueducto era un
lugar sumamente tranquilo y pocas personas en hora de la noche transitaban por él.
Respecto a ese lugar se cuentan historias de personas que en la noche lo transitaban; como
es el caso del sonido de cascos de caballo proveniente desde el liceo Simón Bolívar hacia la
parte alta de la ciudad para luego perderse en la montaña. Se dice que era un jinete envuelto
en una capa oscura que montaba una potranca alazana cuyos cascos no tocaban el piso pero
que sin embargo parecía que sus herraduras echaban chispas en el concreto y se iluminaban
las calles oscuras. A esta aparición los lugareños la llaman la potranca del diablo.
Leyenda de la gritona: En diferentes localidades del municipio Rafael Urdaneta, sobre
todo en la aldea Las Lajas, desde hace muchos años se ha oído la leyenda de la gritona que
aparece en las cercanías de la quebrada La Cocoroca. Cuenta la historia que una mujer que
vivía en el sector, al quedar embarazada y dar a luz, ahogaba a sus hijos en las aguas de la
quebrada. Cuando hizo esto con el cuarto hijo la pena no la dejó vivir y murió ahogada.
Desde entonces varias personas por las noches escuchan gritos desgarradores de una mujer
que causan miedo y escalofrío. También dicen que cuando la mujer está furiosa provoca
crecidas en la quebrada desbocándola de su cauce. Sus principales víctimas han sido los
arrieros quienes tenían que atravesar estos caminos a altas horas de la madrugada para
llevar sus cargas a los mercados de Delicias, Rubio y San Cristóbal. Los hombres que han
tenido la desafortunada experiencia de verla la describen como una mujer alta de larga
cabellera negra, su rostro es una calavera que emite fuego por los ojos, sus ropas son negras
y desgarradas, a sus pies una jauría de perros negros de ojos rojos la muerden. El propósito
de este espanto es matar a las personas que alcanza; quienes se han logrado salvar es
gracias a escapularios que ahuyentan a la gritona. Los pobladores saben que si la mujer
grita no se le debe contestar, pues de inmediato aparece a buscar a quien lo hace. En el
poblado Las Lajas existe otra versión de esta leyenda que refiere la experiencia de un
hombre que se levantaba muy temprano a realizar de madrugada queso para vender en el
mercado municipal. Una madrugada, por tiempo de cuaresma, cuando iba por el camino
real en el sector llamado Pabellón, escuchó unos gritos aterradores, que lo llenaron de
espanto. Allí estaba una mujer, con vestidos rasgados, pelo negro y muy largo, y ojos que
arrojaban fuego. El hombre huyó despavorido, ante la terrible aparición. Se dice desde
entonces que la gritona se aparece por tiempos de cuaresma y Semana santa a viajeros
intrépidos que van en búsqueda de dinero, o a vender algo en el mercado, y pasan por esos
senderos de Pabellón.
Leyenda del espanto del diablo: Se trata de una leyenda muy difundida en el poblado que
reza de la siguiente manera: Se acercaba la hora de la media noche, y Ramón iba por el
camino real, acompañado de su esposa y su hija primogénita Rosa. Era uno de esos días
muy fríos y nublados en donde apenas se puede ver a medio metro de distancia debido al
manto blanco y espeso que forma la niebla. La pequeña Rosa estaba muy cansada, ya que
llevaban muchas horas de camino debido a que venían de Herrán, Colombia, donde
asistieron a la misa del primer viernes de mes. La esposa de Ramón sintió una actitud
extraña de la niña; al cargarla temblaba de manera muy extraña. De repente sintió cómo los
perros de las casas vecinas al camino comenzaron a aullar como locos y los gallos cantaban
como si sintieran un peligro cercano. !Apure mija!, fueron la palabras de Ramón mientras
se persignaba. Al cruzar el camino hacia su casa, tomó a su mujer bruscamente de la mano
apartándose del camino y se escondiódetrás de una mata de fique. A los pocos segundos
escucharon un ruido como si de la montaña hubiese bajado en una avalancha de piedras, y
al momento vieron bajar una gran sombra negra con grandes cachos que se desplazaban a
gran velocidad. Luego de ese gran susto quedaron desconcertados, pero no detuvieron el
paso hasta llegar a su hogar. La mujer preguntó a su esposo por lo sucedido y él contestó:
Dios y la Virgen nos protegieron; eso que vimos es el capataz –el diablo– que baja
buscando almas para llevarlas para el otro lado. de la piedra Se cuenta que un 28 de junio,
un grupo de trabajadores de Las Lajas, entre ellos Richard Capacho, Natividad Masaroba,
Gonzalo Bautista, Dionisio Bautista, Belén Lizcano, Jesús Bautista, José Lizcano, estaban
picando piedra para una obra en la comunidad. Hacia las dos de la tarde, cuando estaban
picando una laja grande se percataron de que la roca no se abrió, y luego se sorprendieron
al ver en ella la imagen de la Virgen. Aunque muchos la veían con claridad otros decían que
no la distinguían. Llamaron a más personas de la comunidad para que observaran lo que
habían encontrado. Al ser consultado el párroco de la comunidad afirmó que la imagen de
la piedra se parecía a la Virgen del Carmen. Más tarde fue llevada a la capilla y poco a poco
fue tomando un color brillante. Actualmente se guarda allí con mucha devoción y es
considerada la protectora de la de la aldea.
Leyenda de la luz: Cuentan que un fin de semana, unos arrieros se reunieron a tomarse un
guarapito, y a contar las anécdotas que encontraban en el camino. Uno de ellos cuyo
nombre era Luis le preguntó a otro llamado Ramón cómo era el cuento de la luz, pues Luis
pensaba que esa historia era invención de la gente para asustar a quienes les gusta trabajar y
salir a cualquier hora con sus mulas cargadas. El interpelado, quitándose el sombrero y
rascándose la cabeza, le respondió: Pues usted no cree compadre, pero la luz es un espanto
que hay que respetar, yo que usted no le hacía burla y mucho la estaría invocando, mejor
bébase un guarapo y cojamos temprano para el rancho. Luis pensó que era broma y cuando
se dirigía hacia su casa, observó que su caballo se trancó y por más que le diera con el rejo
no caminaba y allí quieto levantaba sus orejas como si escuchara algo. El hombre con
asombro y muerto del susto vio pasar cerca de ellos una gran luz, resplandeciente que se
desaparecía entre un ramal. Salió corriendo a toda velocidad hasta su casa. Al abrirle la
puerta, su mujer se asustó mucho y le dijo Hombre: ¿qué le pasa?,si parece un papel de lo
blanco que está. Pero Luis sólo respondía La luz, la luz, la luz. Después de un rato el
hombre contó lo sucedido y la mujer lo regañó diciéndole: Eso es para que aprenda a
respetar, agradezca que es un buen cristiano y Dios escucha mis oraciones o si no la luz se
lo hubiera cargado.
Leyenda de los duendes de Villa Páez: Los nonos o abuelos siempre cuentan a los niños
que en Villa Páez suelen salir duendes. Estos son unos personajes de baja estatura y muy
pícaros. Hay quienes afirman que eran ángeles, pero por ser desobedientes los echaron del
cielo. Dicen que no hay que tenerles miedo porque no son seres malos, sino que sólo se
entretienen haciendo picardías como esconder las cosas. Aunque también afirman que
esconden a los niños sin bautizar y se los pasan por el cuerpo para recordar cuando estaban
con Dios. Este tipo de historias son contadas más para entretener que para intimidar a los
más pequeños.
Leyenda del cojito: Se dice que una vez dos niños estaban jugando y entreteniéndose con
lo que encontraban. Uno de ellos, Julián, vio un árbol muy alto y retó a su primo Pedro y su
hermano Pablo a que se encaramaran. En eso se les hizo tarde y cuando se dieron cuenta ya
la noche estaba cayendo. Asustados por la oscuridad aceleraron paso. De pronto, en una
parte de la montaña, vieron que subía un ser muy extraño, su cabeza parecía una vejiga de
res gigante y de color morado, al hombro cargaba una pata, pegaba brincos y hacia sonidos
extraños. Los niños salieron corriendo y su mamá salió a esperarlos al escuchar desde lejos
como lloraban y gritaban !mamita, mamita!. Ella los abrazó y les dio un posillo de
aguamiel y cuajada para que se abrigaran y les pasará el susto. Ellos describieron con
mucho detalle la aparición y la madre los abrazó diciéndoles: !Mijiticos! eso es para que no
se entretengan en el camino y hagan caso. Eso que ustedes vieron ese era el cojito que
busca niños en las noches, se roba los pañales de los chiquitos y agarra a los grandes y
nadie los vuelve a ver, gracias a Dios que cargan sus escapularios benditos, pero deben
aprender y venirse para la casa, apenas los suelten de clase.
Leyenda de las luces del páramo del Tamá: Según habitantes de Betania y Villa Páez hay
dos luces que se ven a los lejos, en el páramo del Tamá, y llaman la atención porque se
cruzan en el aire. Cuentan los pobladores que las han visto desde hace más de ochenta años
y cuando pasan cerca de ellas, éstas sacan chispas y toman forma de dos piernas. Cuenta
José Avilio Sierra que esas luces son las extremidades de un arriero que fue mutilado para
robarle su carga de cacería. Quienes dicen haberlas visto cuentan que no se les quitaban de
encima, provocándoles un gran susto.
Ruda, planta medicinal: Planta aromática que crece hasta 150 cm, de tallos fuertes y
ramificados y hojas verdes y amarillentas. La ruda es una planta que se cultiva desde hace
muchos años en el municipio. Se considera que posee diferentes propiedades aprovechadas
por los curanderos de la zona, quienes la emplean en los remedios y recetas que ofrecen a
sus enfermos. Combinada con leche ayuda a sanar el mal de estómago. Asimismo, la ruda
se utiliza en baños para limpieza de malas energías del cuerpo y para darle sabor al calentao
hecho a base de miche.
Creencias en torno a la sábila: La planta de sábila es muy apreciada por sus valores
medicinales, por ejemplo para curar heridas. Además se tiene por costumbre colocar una
penca de esta planta en el sitio donde se reciben las visitas. Se cree que una planta de sábila
amarrada con cinta de color rojo y verde atrae el amor entre los miembros de la familia y la
buena suerte. Asimismo se cree que la sábila colgada detrás de la puerta aleja espíritus que
rondan las montañas y las malas energías como la envidia, la pereza. También se cree que
ahuyenta las brujas y los espantos. Se dice que si la planta crece frondosa y fresca durante
años es señal de buena suerte; cuando se marchita, es porque ha absorbido las malas
energías.
Leyenda del hachonero: Es un relato que ha permanecido a través del tiempo como una
leyenda de la comunidad, causando pavor para el que por la tarde o noche transita estas
tierras. Refiere la leyenda que una mujer estaba sola en la finca Miralindo, porque su
esposo se había ido para Herrán desde muy temprano en la mañana. Ya era muy tarde
cuando oyó llegar el caballo al que reconoció por su relincho. La mujer salió pensando que
el patrón había llegado, pero el caballo venía sin jinete, y se preocupó porque su esposo no
estaba sobre la bestia. Entró a la casa y llamó a su pequeño hermano Pedro para que lo
ayudara a quitarle las riendas y la silla al animal. La luna llena y clara permitía divisar todo
el lugar. Cuando estaban cerrando el portillo, resplandeció una luz fuerte como una llama
de candela, cerca de una piedra que la llamó la testigo. Asustada, la mujer le dijo a su
hermano que corrieran. En ese momento les salió el hachonero, de quien ya habían tenido
noticia por comentarios de la gente. Corrieron y corrieron asustados. La mujer se refugió en
una casa de barro que estaban construyendo y aún no había sido completada, la cual tenía
aún muchos huecos y esperó allí a su hermano mientras recordaba las palabras de su madre
que decía que el miedo no entrara donde había techo. Comenzó a rezar asustada, invocando
a todos los santos para que la protegieran, pensando en su esposo y su hermano. Cuando se
acercó el hachonero su corazón se aceleró y le temblaron las piernas; pensó que iba a entrar
pero no pasó. La figura fantasmal era un hueso pelado, alrededor salía candela que daba
vueltas y ráfagas, era enorme y flotaba por el aire porque la casa estaba bastante alta del
camino y sobrepasaba el lugar. El espanto pasó de largo y la mujer salió corriendo a buscar
a su hermano a ver que le había pasado. Cuando más tarde apareció su esposo, arañado por
las plantas de moro, él le contó que alguien lo había bajado del caballo apartándolo del
camino.
Leyenda del espanto de Mata de Guadua: Cuenta la leyenda que era la hora de la
madrugada cuando un arriero llamado Clemente debía atravesar el camino real que
conducía a la población de Ragonvalia (Colombia), tomando la vía que baja a Puente
Alianza y permite el cruce del río Táchira, los tiempos eran difíciles y el trabajo de arriero
producía apenas el sustento del hogar. Iluminó el camino con la pequeña luz que producía
su tabaco y empezó su descenso; cuando llegó al sector El Limoncito sintió un escalofrío
que le erizó toda la piel, pero trató de ignorar el miedo y arreó su bestia para acelerar el
paso. Después de pasar no aguantó las ganas de voltear al sentir una presencia que lo
observaba. El tabaco se le cayó del susto al observar una extraña figura que
inexplicablemente aumentaba de tamaño y parecía estar cada vez más cerca. Esta vez sin
pensarlo dos veces golpeó a su mula con el rejo, bajando el camino con la velocidad del
rayo, mientras se metía a la boca un crucifijoque siempre colgaba de su pecho. Después de
esa experiencia no volvió a cruzar esos caminos de noche, además de repetirse la
inexplicable experiencia con varios arrieros de la zona que desconocían la aparición de un
espanto en Mata de Guadua.
Origen milagroso de la imagen del Santo Cristo de La Grita: En 1610, a causa del
terremoto que destruyó la ciudad, los frailes franciscanos se trasladaron a un campo
llamado Tadea. Entre ellos se encontraba un escultor que se distinguía por su piedad y no
por sus dotes artísticas, de nombre fray Francisco. Aterrorizado por el sismo, ofreció al
cielo realizar una imagen del crucificado para rendirle culto especial y consagrarle la nueva
ciudad. Trazó en un gran tronco de cedro la imagen y pronto se exhibió una figura humana,
la cual no tenía las características del Cristo moribundo. Pasaron los días y fray Francisco
no lograba interpretar la expresión sublime. Una tarde comenzó a orar y un éxtasis
profundo lo embargó y cuando volvió en sí, ya tarde en la noche, escuchó que en la pieza
de su trabajo golpeaban los formones y el raedor pasaba por las fibras de la madera. Se
acercó y algo como una figura humana envuelta en una ráfaga de luz, salió a través de la
puerta, encandilándolo. Le contó a sus hermanos y a los albores del día, fueron todos al
lugar donde se encontraba la imagen y la hallaron terminada. Fray Francisco lloró de placer
en aquella paz divina, pues en la imagen estaban los rasgos que él había concebido y que en
vano le fue posible expresar. Esta es la historia de la sagrada imagen del Santo Cristo de La
Grita, valorada por la comunidad como su santo patrono.
Mujeres misteriosas de la plaza Jáuregui: Las personas mayores cuentan que a los
trasnochadores enamorados se les aparece una bella mujer, vestida de blanco, que, al ser
abordada, comienza a crecer en altura y los persigue. También se ve una mujer joven,
bonita, vestida de negro, sentada en los escalones de la puerta de la Iglesia Nuestra Señora
de los Ángeles, que aparece en las madrugadas frías. Mientras no sea molestada esta
aparición permanece inmóvil pero si le hablan dicen que se transforma en una horrible vieja
dientona y malhumorada que ataca a los hombres. El señor Dionisio Contreras, ya difunto,
contaba que siendo muy joven posaba donde los Duque y a media noche llegó un joven
medio muerto del susto, cayó desmayado en el zaguán y al abrirle la puerta observó la
imagen blanca y alta que se le acercaba, tiró la puerta y se puso a rezar para ahuyentarla.
Esta leyenda se remonta a principios del siglo XX y actualmente es contada por las
personas mayores para que los jóvenes tengan cuidado.
Leyenda de Carmelo Niño y el diablo: Carmelo Niño era un personaje al que se le
recuerda como peón de hacienda, cantante, bailarín y apostador. Residente de la comunidad
de Veracruz, se le reconoce la composición de muchas coplas y corridos. Según la tradición
oral, un día le salió una gran culebra en el barranco del puente La Ratona y el susto fue tan
fuerte que cayó privado y lo dieron por muerto. A la media hora del velorio se paró de la
urna ya que se encontraba en el estado conocido como catalepsia histérica. Se fue en mula a
pagar el milagro a la Virgen de la Chiquinquirá y compuso un corrido. Se dice que cantó
con el diablo en San Joaquín en 1887, en una feria del café. Finalmente murió en un pleito
entre sanjoaquineros y santaneros por el agua. La leyenda de Carmelo se originó 50 años
antes a la 1º edición de Florentino y el diablo de Alberto ArveloTorrealba.
Leyenda de la hija de Manaure: Se dice que era hija de un indio que llegó al poblado
después de acabarse la Guerra Federal procedente del estado Falcón, huyendo para que no
le arrebataran un tesoro que traía, botín que enterró en el cerro La Mina. Algunos
pobladores afirman que ven al indio en la esquina del mercado, mientras que otros aseguran
que con el empleo de conocimientos sobrenaturales encantó a su hija en el mismo cerrocon
todo el tesoro, para que ella lo cuidara. Se dice que podía controlar elementos de la
naturaleza como el rayo y la tempestad, podía ayudar para obtener una buena pesca y
buenas cosechas y tornar de color oscuro la montaña cuando estaba molesto, aparte de
poder desaparecer o convertirse en cualquier animal. Cuando la gente quiere invocarlo y
pedirle ayuda le ofrecen chimó, tabaco y miche, por ser algunos de sus productos
preferidos.