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GLOBAL IDEAS

La plantación de pequeños bosques, de árbol a árbol: https://www.dw.com/es/la-


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Mientras las ciudades continúan creciendo en todo el mundo, la destrucción de los bosques
salvajes continua sin cesar. Una solución: Llevar los bosques dentro de las ciudades. ¿Imposible?
Conozca a Shubhendu Sharma.

El fundador de Afforestt, Shubhendu Sharma en el trabajo.

Shubhendu Sharma solo tenía 22 años y el inicio de una prometedora carrera como ingeniero
industrial en Toyota, cuando un encuentro con algunos árboles y un botánico famoso le llevaron a
dar un giro en su vida.

Akira Miyawaki fue al área para plantar un bosque cerca de la planta de producción de
automóviles en Bangalore y Sharma se ofreció para ayudar. Se dio cuenta que los habitantes de la
ciudad necesitan árboles y abrió su mente a una forma de vida distinta.

“Me inspiré y asumí la silvicultura como una profesión a tiempo completo”, djio Sharma.

Empezó con una pequeña plantación de terreno en su patio trasero y al cabo de dos años ya había
una densidad de árboles que daban sombra.

Desde entonces, convirtió pequeñas áreas de tierra en las selvas de Bangalore en pequeños
bosques de árboles y plantas autóctonas.

También fundó Afforestt, una pequeña empresa que está empezando a ser contratada para
plantar bosques para otros. Ahora, en su quinto año de funcionamiento, emplea a seis personas y
tiene cuenta con grupos de voluntarios dispuestos a enfrentar el calor ardiente para plantar
árboles.

“El reto es encontrar las personas adecuadas, porque es un trabajo muy duro”, dijo Sharma.

Lo que puede hacer una diferencia de cinco meses.

Se necesitan más manos y hay mucho que hacer. Como Sharma puntualiza con dolor, el planeta
está perdiendo el equivalente de 36 campos de fútbol de bosques cada minuto de cada día.

Y en las ciudades, que se prevé que continuarán creciendo durante las próximas décadas, la
presión de construir en los espacios vacíos es imparable, a pesar de que los árboles
proporcionan servicios medioambientales como la sombra, que refresca la ciudad, absorben el
agua de la lluvia, previenen las inundaciones y ayudan a rellenar los acuíferos.

¿Cuán verdes deberían ser nuestras ciudades?

Pero Divya Gopal, una especialista de ecología del paisaje radicada en Berlín, dice que es
importante de tomar una visión comedida. “La ciudad es la ciudad, de la cual no puede esperarse
que sea verde y respetuosa con el medio ambiente como nos gustaría que lo fuera”, dijo,
añadiendo que una vez que los árboles están en el terreno, a menudo se dejan abandonados a su
suerte. “Después del entusiasmo inicial, el interés en los árboles, tiende a desaparecer”.

Esto deja a los nuevos árboles urbanos expuestos al estrés medioambiental, tales como la
contaminación y la escasez de agua.

Mientras, normalmente, un bosque puede requerir cien años para crecer, el propietario de
Afforest dice que su enfoque necesita solo entre 2 y 3 años para producir pequeños terrenos de
árboles tan altos como 10 metros. Y como explicó en su charla TED en Vancouver, su proceso tiene
la ventaja añadida de absorber la contaminación a nivel de suelo y el CO2 de la atmósfera a niveles
hasta 30 veces más altos que los bosques convencionales.

Se precisan muchas manos para hacer el trabajo.

Además de acelerar la madurez del árbol, Sharma aplicó el conocimiento que adquirió en la planta
de la fábrica para estandarizar el proceso de la plantación de árboles, reduciendo a solo ocho días
el periodo de tiempo para plantar un bosque en un terreno.

“Estamos permitiendo a nuestros clientes hacer bosques como nosotros”, dijo Sharma, que ofrece
consultoría a las partes interesadas, ya sea en el sitio y en línea. La media de los bosques de
Afforest es de 100 metros cuadrados, comprendiendo islas del tamaño de una pista de tenis, que
proporcionan sombra y apoyo a las especies autóctonas. Hasta ahora, su incipiente negocio ha
construido 75 micro bosques en 25 ciudades de todo el mundo.
Los árboles en las ciudades proporcionan servicios medioambientales.

Una solución orgánica para un problema artificial

El proceso de la forestación urbana de Sharma, el cual es completamente orgánico, es bastante


sencillo. Empieza con una zanja, de unos 20 a 30 centímetros de profundidad, mezcla la tierra
vegetal con materiales orgánicos fácilmente disponibles, tales como el estiércol descompuesto, el
bagazo y las cáscaras de coco, para crear abono para los árboles.

Estos desechos proporcionan nutrientes que aceleran la tasa de crecimiento de los árboles, y les
permiten crear un micro hábitat donde absorben el agua y los nutrientes que les hacen más
resistentes a las enfermedades y sequías.

Como Sharma tiene muchas ganas de ver nuestros paisajes urbanos dotados con el máximo de
bosques posible, postea cada proyecto en línea, proporcionando las instrucciones paso a paso y
comparte las experiencias de sus clientes.

Hasta ahora, su incursión en el mundo de árboles ha resultado fructífera en términos de


reforestación de ciudades. También destaca el poder inherente de la naturaleza y aunque las
tecnologías complejas diseñadas para impedir el aumento de temperaturas tienen su lugar en la
lucha contra el cambio climático, la aplicación de los principios ecológicos puede servir con éxito
para resolver los problemas fundamentales.

“Muchas cuestiones pueden resolverse plantando árboles. Necesitamos plantar árboles en las
ciudades y dejar que crezcan”, concluyó Sharma.

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