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El cannabis ha sido ilegal en la mayoría de los países desde los años 30. Sin embargo corresponden
a las drogas ilegales más ampliamente usadas alrededor del mundo. Su consumo extendido está
asociado a la creencia extendida en la población que es una droga que produce bajo daño, siendo
usado ampliamente por la población adolescente. Este se encuentra tradicionalmente como
marihuana (hierba) o como hashish (resina).
El canabidiol tiene poca afinidad con los receptores CB1, pero es capaz de desplazar al THC a bajas
concentraciones, pudiendo actual de forma antagónica contra los agonistas de CB1. Parece que
bloquea o mejora muchos de los efectos del THC, por ejemplo reduciendo la taquicardia, los
efectos ansiogenos y los efectos sobre la percepción y la memoria que produce este.
Psicosis y Cannabis
Los pacientes psicóticos que usan cannabis, agudos y crónicos, que continúan con el consumo
tienen mayores tasas de recaídas, mayor número de hospitalizaciones, mayor duración de las
hospitalizaciones y síntomas positivos más graves, que los que descontinúan el consumo o los no
consumidores.
También, se ha establecido que al producir una estimulación sobre los receptores CB1 disminuyen
la actividad inhibitoria GABAergica al nivel de la corteza, produciendo una hiperactivación de
regiones sensoriales y límbicas, que llevarían a una mayor distraibilidad, y una disminución en la
capacidad de distinguir entre estímulos internos y externos, llevando a largo plazo a la aparición
de alucinaciones y alteraciones del pensamiento. Los sujetos esquizofrénicos al tener un déficit
basal de la neurotransmisión del GABA, serían más sensibles a los efectos del cannabis sobre este
sistema. Por otro lado, los cannabinoides reducen la neurotransmisión glutamatergica, que se ha
relacionado también con la producción de sintomatología esquizofreniforme en humanos.
Se ha descrito que el sistema endocannabinoide juega un papel importante en varios procesos del
neurodesarrollo, incluidos neurogenesis, maduración y especificación neuronal, migración,
elongación axonal y formación de la glía. Durante la adolescencia y la juventud temprana
estructuras como el hipocampo y la corteza prefrontal presentan notables cambios madurativos,
representando la adolescencia un periodo de ventana donde el sistema nervioso central está
particularmente vulnerable a los efectos de estímulos o noxas ambientales. Durante la
adolescencia la expresión de los receptoresCB1 incrementa y se especifica en ciertas regiones
como la corteza, el cuerpo estriado y el hipocampo.
Hallazgos epidemiológicos muestran que aquellos individuos que iniciaron consumo de cannabis
más precozmente se relacionaron con mayor riesgo de presentar síntomas psicóticos y desarrollar
esquizofrenia. Se propone, que el sistema endocannabinoide juega un rol crucial en la maduración
de las sinapsis glutamatergicas durante la adolescencia, especialmente en la corteza prefrontal.
Por lo que la exposición sostenida a cannabinoides exógenos, especialmente al THC, durante este
periodo produciría alteraciones a nivel del funcionamiento del receptor CBQ, entorpeciendo el
normal proceso de eliminación selectiva de sinapsis excitatorias y alterando la migración de
conexiones a través de la sustancia blanca, lo que entre otras cosas se ha relacionado con la
aparición de la esquizofrenia.
Por otro lado, en los últimos años se han desarrollado agonistas sintéticos del receptor
cannabinoide, tambien conocido como marihuana sintética o Spice. A diferencia del THC, que es
un agonista parcial del receptor CB1, los cannabinoides sintéticos son agonistas completos y tiene
una alta afinidad. Estudios han determinado que el uso de cannabinoides sintéticos tiene un
posibilidad 30 veces mayores de terminar en una sala de emergencia, que con el uso de cannabis
regular.
Los estudios han establecidos que las personas que usan cannabis de alta potencia diariamente
tienen 5 veces más riesgo de sufrir un trastorno psicótico, que los no consumidores. Mientras que
los consumidores de hashish tienen un riesgo menor de sufrir un cuadro psicótico, en vista a su
mayor concentración de cannabidiol y menor de THC, los tipos de cannabis con altas
concentraciones de THC tienen un riesgo incrementado de cursar con psicosis.
De igual forma, la evidencia apunta que psicosis más crónicas tienen más riesgo de ocurrir en
usuarios persistentes de cannabinoides sintéticos. Como los cannabinoides sintéticos son más
potentes que el THC, se ha asociado con una posibilidad de causar una mayor estimulación
dopaminergica, que podría explicar la frecuente aparición de síntomas psicóticos con el uso de
estos compuestos.
Aproximación Terapéutica
En pacientes que se niegan o son incapaces de dejar el consumo de cannabis, puede usarse el
aripiprazol en dosis de 10mg/día para evitar la aparición de síntomas psicóticos, ya que evita la
sintomatología psicótica sin alterar los niveles de cannabis. La terapia electroconvulsiva ha sido
utilizada para tratar la psicosis inducida por cannabis con una mejoría importante posterior a la
misma.
Sin embargo, falta mayor investigación en la materia para determinar una terapéutica adecuada.
Bibliografía