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Manual de Salud Comunitaria (En Construcción) Capítulo: 2- I

CAPITULO 2-I: LA INTERVENCIÓN COMUNITARIA EN SALUD, MODELOS Y


PARTICIPANTES

¿Qué es la intervención comunitaria en Salud? Modelos de intervención en Salud


Comunitaria. Modelos de intervención y perspectivas teóricas. Fases de organización
del proyecto: Diagnóstico, Planificación, Ejecución y Evaluación.

¿Qué es la intervención comunitaria en Salud?

Es una acción organizada tomando en cuenta un modelo de trabajo social, con el


fin de emprender un proceso de organización y mejoramiento de las condiciones de salud
de una comunidad. El proyecto comunitario en salud obedece a un sistema metodológico
mixto en el cual la medicina y el trabajo social se mezclan y comparten con otras áreas del
conocimiento. La intervención social se caracteriza por el ejercicio de formas de cambio en
las comunidades. La intervención es una forma de control social y es un principio que rige
la política moderna, en la cual la presencia del Estado permea todos los ámbitos públicos,
imponiendo la intervención para el control de los sujetos sociales.
En el ámbito de la salud comunitaria, la intervención tiene como objetivo colaborar
en el fortalecimiento de las condiciones de vida de una comunidad enfocándose en los
factores de riesgos fundamentales para la salud individual y principalmente de la
colectiva. En su postura de control social la acción de la intervención recae normalmente
en los organismos y autoridades con la potestad otorgada por las leyes para tales fines, sin
embargo, en la actualidad se extiende la idea de una comunidad organizada trabajando en
conjunto con las autoridades, para así canalizar una intervención basada en la
participación ciudadana.
La intervención comunitaria en salud no es un asunto estrictamente médico, pero
estos profesionales tienen un lugar central en la dirección de dicho proceso. El médico en
la comunidad debe ser un profesional analítico y crítico de las condiciones integrales que
inciden en las condiciones de salud del grupo. No abandona su saber clínico, pero
tampoco se limita a éste, integra el conocimiento de lo social para hacer eficiente su
participación como promotor comunitario de la salud.
En la intervención comunitaria en salud, se trabaja en función de diversos actores,
tanto de origen externo como de origen interno. Externamente se identifica al equipo de
expertos en el ámbito biospsicosocial, entre ellos los profesionales: médicos, sociólogos,
ecologistas, trabajadores sociales y otros campos. Los participantes de origen interno son
representados por miembros de la comunidad: líderes comunitarios, consejeros, personas
con más tiempo viviendo en la comunidad. Juntos pueden conformar el equipo de salud el
cual se encargará de concertar esfuerzos con el fin de llevar a cabo un proyecto de
intervención. El equipo de salud adquiere un carácter abierto, interdisciplinario y
democrático. Se conjugan la experticia con la experiencia, por un lado los profesionales

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académicos en el área del trabajo social y por otro los habitantes de la comunidad que se
destacan como actores sociales de valor, para la movilización de las potencialidades de los
habitantes.
Así se concluye que la intervención comunitaria en salud es actualmente un asunto
mixto. Se mezclan los expertos con los miembros de la comunidad promoviendo mejores
canales para la participación ciudadana.

Modelos de intervención en Salud Comunitaria.

Para especificar los modelos que marcan tendencia en la intervención comunitaria,


se debe establecer el concepto de modelo. Un modelo de intervención se refiere a una
concepción teórica acerca del cómo debe organizarse un proceso de intervención en la
comunidad. Dichas maneras se originan de alguna percepción teórica de carácter
sociológico y del espacio de la salud pública. Igualmente el ejercicio del poder político
impone una manera de hacer las cosas, bajo una fundamentación filosófica, en ética y
principios socioculturales propios de cada colectividad o de quienes ejercen el poder. La
formulación de modelos es una constante en el trabajo social y hay que tener claro que si
bien existen preceptos generales, que se cumplen de forma similar en todas las
comunidades, siempre habrá variantes en la ejecución de las estrategias lo que genera
modelos específicos a cada particularidad comunitaria. Entonces existen modelos
generales que manifiestan de forma subrepticia en diseños específicos.

Los modelos generales se pueden clasificar en función de dos aspectos


fundamentales: la visión de los expertos en el área del trabajo social comunitario en salud
y los entes a los cuales va dirigida la estrategia de intervención. El primer criterio se refiere
a la perspectiva teórica asumida por el equipo de intervención, la cual implica una visión
de los elementos intervinientes esencialmente la definición de comunidad y de la función
del experto. El segundo criterio obedece al motivo de acercamiento de los actores de
intervención. Esto quiere decir que existen motivaciones para la acción de intervención
comunitaria y que partiendo de esas motivaciones puede hacerse un abordaje tan
específico como a nivel individual o una acción amplia que implique a toda la comunidad.

Modelos de intervención y perspectivas teóricas.

En el ámbito de la intervención sanitaria existen tres visiones generales sobre la


manera como debe abordarse una comunidad. Estas son la visión externa, la del
empoderamiento comunitario y una tendencia mixta.

La visión externa, se basa en una la percepción de la comunidad como un objeto de


estudio donde el experto irá a ejecutar sus conocimientos teóricos sobre el proceso de
planificación. El equipo de salud acude con la posición de agentes externos que se dedican

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a conocer la comunidad y poner en práctica diseños de planificación basados en


conocimientos técnicos. Es un enfoque aportado por la sociología estadounidense de mitad
del siglo XX sobre todo desde la perspectiva funcionalista. Este modelo es heredero de la
visión epidemiológica de la comunidad. El equipo de salud tiene la ventaja de tener mayor
independencia en la ejecución de sus conocimientos técnicos y de contar con el apoyo de
las autoridades. La comunidad le entrega al equipo la potestad de decidir sobre los
asuntos importantes. Es un modelo más pragmático y eficaz pues al realizarse el proceso
de una manera más técnica se procura obtener resultados más rápidos y con mayor
garantía. Entre las desventajas se encuentra que la mayoría de las veces los expertos no
conocen la comunidad de forma total y por mucho esmero que apliquen para satisfacer a
toda la comunidad, siempre quedará un margen de insatisfacción. Por ello este modelo es
acusado de no ser democrático, pues no hay participación integral de los miembros de la
comunidad, lo que puede disminuir las potencialidades de la misma. Igualmente , como la
comunidad no es la que establece las demandas sino un equipo que responde en muchos
casos a autoridades superiores como gobiernos municipales o regionales, los resultados
pueden estar influidos por dichas posiciones de poder, es decir, el que paga impone sus
deseos. Esa situación puede generar que se caiga en comportamientos políticos
tendenciosos donde se obvien problemas fundamentales para la comunidad pero no para
los organismos de gobierno.

El modelo del empoderamiento de la comunidad¸ este modelo resulta contrario al


modelo externo, pues la comunidad adquiere relevancia en el proceso de diseño y
ejecución de las estrategias de intervención. Se deriva de las teorías marxistas de oposición
al poder establecido por el estado impositivo de corte burgués. En teoría, se aspira que la
comunidad reflexione en torno a sus problemas y proponga soluciones sin necesidad de
que expertos enviados por las autoridades gubernamentales acudan a la comunidad como
héroes salvadores. En este modelo la solución debe surgir del interior de la comunidad y
no venir de afuera, por ello representa la ventaja de que en el momento de priorizar los
problemas estos sean lo más cercanos a la realidad, porque la comunidad participa en el
diagnóstico. Los expertos en este modelo tienen limitado su campo de acción, pues deben
compartir su visión científico-técnica, con las propuestas de la comunidad. Lo anterior,
puede implicar aspectos contrapuestos, por un lado limita al experto, pero desde otras
perspectiva enriquece su experiencia metodológica conociendo opciones trascendentes la
técnica y más cercanas a la forma de pensar de la gente. Este modelo es también llamado
radicalista y es propio de grupos que se oponen al sistema establecido. Las limitaciones
más resaltantes a un modelo de este tipo son la dificultad en la organización y el riesgo de
caer en exceso de discusión crítica y no de acción eficiente. Muchas veces ocurre que se
pierde tiempo valioso en la solución de un problema por el simple hecho de no haber
consenso en una comunidad sobre las decisiones a tomar. Como el interés es interno a la
propia comunidad esta debe autogestionar sus recursos o reclamar los mismos ante las
comunidades competentes he aquí otra limitación al desarrollo pleno y rápido de una

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estrategia, pues la ejecución de estrategias de intervención son siempre una expresión de


poder.

El tercer enfoque teórico obedece a un modelo mixto¸ en este modelo se conjugan las
dos visiones anteriores. Aplica sobre todo en aquellas comunidades donde no hay una
base organizativa eficiente, pues los vecinos no están muy compenetrados en la dinámica
comunitaria. Se diseña en base a dos fases, en la cual el equipo de expertos y la comunidad
comparten protagonismo. En un principio el equipo de profesionales se acerca a la
comunidad con la visión de expertos pero integra a los vecinos al proceso de estudio. Se le
enseña a la comunidad a integrarse y organizarse en base a la solución de los problemas.
Se forman líderes comunitarios, voceros, monitores sanitarios, promotores de salud
provenientes de la misma comunidad los cuales se convertirán en vigilantes de las
estrategias aplicadas en el proyecto. En una segunda fase, una vez consolidada la
organización comunitaria, los expertos y los vecinos podrán actuar de forma
mancomunada para lograr los fines del proyecto sociosanitario. Este modelo involucra
mayor cantidad de tiempo para su ejecución. Sus resultados suelen ser más eficientes en el
tiempo porque le otorgan a la comunidad independencia en base a un conocimiento
científico técnico y también a la experiencia propia. Una comunidad que se deje guiar por
el equipo de trabajo social podrá alcanzar muchas metas importantes a mediano y largo
plazo.

Modelos de intervención y sus niveles.

Este tipo de modelos se estructuran en base el motivo o el interés inicial del


abordaje de la situación de salud. Se organizan bajo la figura de casos y pueden partir
desde lo individual hasta llegar a la colectividad. Un proyecto de intervención
sociosanitaria puede iniciarse por la situación específica de un paciente el cual su estado
de vulnerabilidad social puede ser atenuado con la participación de sus vecinos. Un caso
familiar puede ser también un motivo de organización de un proyecto comunitario.
Grupos de jóvenes o personas de la llamada tercera edad, pueden ser el principio de
iniciativas comunitarias. Y por último, la comunidad en pleno puede ser el destinatario de
las acciones del proceso de intervención. En este sentido se entiende que el modelo de
organización se realiza en base a niveles de atención o de intervención, lo cuales pueden
ser a nivel: individual, familiar, grupal y comunitario. Los primeros dos niveles tienden a
ser abordados desde la perspectiva de los expertos o de modelos con base externa. Los
grupos y la colectividad en general se relacionan más con una perspectiva comunitaria o
mixta de consideración más colectiva y con relevancia en la participación ciudadana.

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Fases de organización del proyecto: Diagnóstico, Planificación, Ejecución y Evaluación.

Independientemente del modelo o perspectiva teórica bajo el cual se organice el


proyecto de intervención, este siempre cumple unas fases primordiales para su
estructuración. Dichas fases se ejecutan bajo los principios lógicos de la investigación de
campo que implica el trabajo en una comunidad. Se parte de un diagnóstico de las
condiciones generales de la comunidad, este proceso es el que implica el uso de técnicas de
investigación tradicionales del campo sociológico. Una vez se tiene una imagen clara de la
situación de salud de la comunidad se procede a un proceso de planificación de las
acciones a tomar para resolver la problemática comunitaria, este proceso demanda
integración grupal y técnicas de planificación estratégica en la solución de problemas, el
equipo de salud adquiere mayor relevancia en esta etapa pues tiene los conocimientos
técnicos para una propuesta planificada de soluciones. El resultado de esta fase es la
presentación de un plan de acción comunitaria el cual una vez aceptado por la comunidad
o los entes interesados, dará inicio a la próxima fase. La fase de ejecución remite a la puesta
en práctica de las acciones diseñadas, en esta fase es importante aglomerar la sinergia
comunitaria para que se desarrollen las actividades de forma eficiente. La fase final
comprende la evaluación de los procesos desarrollados durante todo el proyecto. Está fase
es fundamental porque permite redirigir acciones y sembrar la posibilidad del continuo
administrativo de las políticas de intervención.

Diseño de Proyecto de Intervención Comunitaria

Fase
Diagnóstico
Fase
Clave: Planificación
Técnicas de Fase
Investigación Clave: Ejecución
Diálogo Clave: Fase
profesional Sinergia Evaluación
comunitaria Clave:
Eficiencia

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