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I.

ESTUDIOS DE LA CULTURA Y MOVIMIENTOS SOCIALES EN AMÉRICA


LATINA: CULTURA POPULAR, FEMINISMO, INDIGENISMO

El abordaje de este apartado presentará la postura de los estudios culturales en


cuanto a la cultura y los movimientos que surgen en América latina, con el fin de
referirse a la inclusión de temas como: cultura popular, feminismo, indigenismo entre
otros. Por tal razón, se puede exponer que los estudios culturales tienen una variación
de temáticas en las cuales se extiende su campo investigativo, presentarán toda
información de la cultura con movimientos que surgen mediante el estudio de los
comportamientos sociales.

En primer lugar, para ahondar en el marco que se mueven los estudios culturales
referente a la cultura es necesario responder la interrogante que expone el autor Richar,
N. (2010) ¿Qué se gana con la defensa de la “transdisciplinariedad” que practican los
Estudios Culturales? en respuesta, se puede decir que la transdisdiciplinariedad abarca
varias disciplinas en forma trasversal y que esta por sobre todas estas. Vale decir que su
ámbito de acción es superior al de cada una de las disciplinas, y emerge de la
confrontación de las disciplinas y los nuevos datos que las articulan entre sí, ofrece una
visión de la investigación más ligada a la realidad socio-cultural de las personas.

Es por ello que los estudios culturales tratan de ir más allá de ser una rama de
conocimientos en cuanto a un objeto de estudio, en este caso la cultura, sino más bien
traspasando el hecho de la diversidad de temas con más complejidad. De esta manera,
los estudios culturales ayudan a realizarse como estrategia en muchas disciplinas que se
desarrollan en las sociedades donde los individuos se mueven y en las cuales se
enfrentan como problemas inherentes a ellos. Así, la siguiente cita confirma dicha
explicación.

El autor Richar, N. (2010) propone que “…los Estudios Culturales sirven


como una provocación táctica para nombrar algo distinto a lo que reconocen
como “propio” y “exclusivo” las disciplinas tradicionales: literatura, arte,
sociología, economía, historia, antropología, etc. Por el momento, en una fase
que es todavía de emergencia y no de consolidación, permiten designar una
zona de problemáticas que atraviesa los bordes y las fronteras de los saberes
establecidos, interrogando las convenciones académicas de pertinencia”.
(Richard, N. (2010) p.77)
Por lo tanto, los estudios de la cultura se vuelven en gran medida un aporte
disciplinario con bases críticas a los movimientos culturales que se desarrollan y
evolucionan en la sociedad, donde se encuentran diferentes etapas que abren un proceso
en ámbitos académicos, políticos y sociales.

1.1 Cultura popular


Según, (Escosteguy, 2002) algunas alteraciones del contexto socio político
económico que toman forma en la década de los 70, contribuyen para que surja la
tendencia de análisis del papel de los medios en la transformación de las culturas
nacionales. De esta forma, se enfrenta a una nueva coyuntura política y cultural, fue
necesario abandonar una concepción de dominación entendida solamente como mera
estrategia de imposición cultural que desconozca los modos de apropiación y
resignificación de los mensajes hegemónicos, esto es, los usos que los diversos grupos
sociales hacen de los medios y de los productos masivos.

También dirá Escosteguy (2002), de esta forma, la investigación centrada en la


teoría de la dependencia cultural y lectura ideológica de los mensajes de los medios de
comunicación pasó a ser profundamente cuestionada. Un factor que contribuyó de
forma imperativa a la reevaluación del los modelos de análisis fue la atención que
mereció la efervescencia del medio social latinoamericano. Se expandieron
movimientos sociales que llevaron adelante luchas contra la represión y la
discriminación y, también, movilizaciones de los sectores populares de la sociedad que
luchaban por la apropiación de bienes y servicios y presionaban al sistema político para
que atendiera sus demandas sociales.

Para Almeida y Ulate (2007) “en América Latina, en los últimos 25 años, se ha
presenciado un renovado auge de la movilización popular. En los gobiernos
militares, y de los conflictos violentos de la década del 80, dio paso a nuevas luchas
y a un clima relativamente más democrático. Desde el norte de México al sur de
Argentina, los movimientos sociales en los años 90 y, especialmente en los 2000,
han alcanzado nuevos picos de participación popular”. (p.13).

Dirá Almeida & Ulate, (2007) por las multitudinarias marchas en las calles de
Costa Rica contra el acuerdo del Tratado de Libre Comercio de América Central en
2007, las Marchas Blancas en El Salvador contra la privatización de los servicios de
salud y las Marchas Negras en Panamá contra la reforma del sistema de pensiones, junto
a las masivas movilizaciones indígenas en Bolivia, Ecuador y Perú. Asimismo, países
del Cono Sur como Argentina, Paraguay y Uruguay experimentaron una amplia
movilización contra las políticas de liberalización económica a principios del 2000.

Así, Álvarez (1998) propone que nuevos actores y organizaciones sociales


emergieron en la escena política, como los movimientos sociales con identidades
ambientales, feministas, de gays/lesbianas y de consumidores incluso los movimientos
sociales “tradicionales”, como los sindicatos, continuaron desempeñando un papel
importante dentro del campo de los movimientos sociales en las campañas contra la
austeridad, el ajuste, las privatizaciones y el libre comercio, creando así, campos a
estudiar referente a la cultura popular.

Según Laraña, (1994) los nuevos movimientos sociales más novedosos y menos
tradicionales han surgido en la escena política en toda América Latina. Estos incluyen
grupos feministas, organizaciones civiles de raigambre ecológica, colectividades de
gays y lesbianas, y grupos de defensa del consumidor. El componente clave que define a
estos movimientos sociales es que no pueden reducirse únicamente a divisiones de clase
social. Representan otros conflictos sociales sobre estilos de vida, identidad y de
solidaridad con otras causas.

1.2 Feminismo

El aporte a esta temática se orienta en lo que explica Hollowsel, J. (2005) “el


feminismo también tuvo un impacto sobre el mundo académico anglosajón a través de
la institucionalización de cursos e itinerarios de Estudios de las Mujeres”. En esta vía
las mujeres según el autor moverán una etapa de resistencia para empoderarse como el
sexo que se tenía menos preciado, pero será el cual pasa de una etapa de relajación a
tomar actividad, movimiento, valor y poder social. Para ello, surgen varios textos con el
fin de buscar la aceptación he incorporación de la mujer, abriendo espacios tanto en el
mundo laboral, académico, político y cultural de una sociedad. Así, surgirá una gama de
estudios y autores que produjeron mayor crecimiento al movimiento feminista.

De esta forma, la incorporación del feminismo a los estudios académicos se


relaciona con la pregunta que se hacía M. Foucault: “¿Cómo hacer entrar en juego los
saberes locales, discontinuos, descalificados, no legitimados, contra la instancia
teórica unitaria que pretende filtrarlos, jerarquizarlos, ordenarlos en nombre del
conocimiento verdadero?” La teoría feminista ha demostrado que el saber trascendente
supuestamente neutro y desinteresado de la ciencia y la filosofía hace que lo masculino-
dominante se ampare en el subterfugio de lo neutro (de lo imparcial) para postular la
objetividad del conocimiento. El feminismo formula un cuestionamiento político a la
epistemología del conocimiento.

En esta vía continuará exponiendo Hollowsel, J. (2005) el grupo editorial de


Women Take Issue, levanta y pone de manifiesto que la incorporación de la mujer
empezó por los grupos de feministas que trabajaban por desarrollar y compartir los
conocimientos poniendo atención a las destrezas de cada mujer con el fin de ser
reconocidas en todos los ámbitos sociales. Esto ayudo a tomar conciencia de la
prescindencia de mujeres en diferentes puestos de trabajo que cada vez se hizo más
necesario.

Expone Castro, (s.f.) “la seriedad” ejercida por nuestras sociedades ante los
movimientos feministas es muy cuestionable, pero sí que podemos afirmar que el
movimiento feminista es uno de los movimientos más originales de este siglo. Es así,
que en el caso de América Latina, esta originalidad todavía ofrece una gran capacidad
de sorpresa, si bien no podemos hablar de movimientos feministas en su totalidad, y si
de movimientos femeninos o de mujeres, tanto en cuanto estos movimientos no
siempre significan reivindicaciones estrictamente de género, sino de un cambio social
para una mejora en la calidad de vida y en el reconocimiento de los derechos a la
ciudadanía en las clases populares.

Para Castro, (s.f.) el feminismo no ha dejado de cuestionarse el hecho de que las


mujeres siempre se involucraran en las luchas de la comunidad y de la sociedad a partir
de su rol tradicional de reproductora, y tanto en cuanto es un rol así determinado de
forma exclusiva por el sistema patriarcal, estas luchas no representaran un verdadero
desafío ni una liberación de su condición conyugada, sino una proyección de esta de lo
domestico a lo público.

Según Castro (s.f.) los movimientos de mujeres en América Latina han desafiado la
barrera tradicional que separa lo público de lo privado para hacer una política de la vida
cotidiana. Es por eso que en este trabajo colocamos el movimiento de mujeres en
América Latina como puente entre el sujeto histórico individual, y la comunidad en la
que se inserta. Por otro lado, una cuestión primaria a tratar cuando hablamos de las
mujeres en América Latina, para prevenirnos del etnocentrismo de que tanto pecamos
los y las “occidentales”, es la relacionada con el binomio Género y Desarrollo.

Según Castro, (s.f.) a rasgos generales, podríamos decir que los movimientos
feministas nacen en el seno de la clase burguesa, tanto en Europa como en América
Latina, y precisamente la riqueza de su originalidad pueda residir en romper la visión
clásica del marxismo, según la cual parece ser que “los dominados” lo son únicamente
por razones de clase.p.32 Por lo tanto, el movimiento feminista intenta reproducir un
estado de poder que estará a favor de las clases sociales más imponentes, o sea, con un
estatus de economía relevante puesto que los intereses indispensablemente serán
económicos.

1.3 Indigenismo

Según Robinson, (2008) “los grupos indígenas y rurales también se unieron en


oposición a la última ronda de integración de América Latina a la economía mundial
capitalista”. p.79 Entonces, se puede observar que la sociedad presenta para esta
período otro de los temas destacados y controversiales para la cultura como objeto de
estudio. Así, el indigenismo es uno de los grupos que apoyan la integración de nuevos
elementos para la conformación de una importancia monetaria a nivel general de un
país.

Prosiguiendo dirá Wickham, C, Timothy & Eckstein (2017) lo que es más


importante en el contexto inmediato, se muestra que los movimientos indígenas se
preocupan por lograr derechos y recursos materiales y políticos que las desigualdades de
clase existentes y la falta de privilegios estamentales establecidos, de larga data, les
habían negado. Por consiguiente, los análisis sugieren que esas preocupaciones
movilizadoras deben ser centrales en la teorización de los movimientos sociales.

En este sentido, el siglo XIX se considera que cada individuo, grupo social,
comunidad o país tiene su propia identidad, y es necesario plantearse desde el estado
una política que integre, oriente y defienda la cultura de su determinado territorio,
dando paso a las políticas culturales.
Néstor García Canclini (2005) define el concepto de política cultural: al conjunto
de intervenciones realizadas por el estado, las instituciones civiles y los grupos
comunitarios organizados a fin de orientar el desarrollo simbólico, satisfacer las
necesidades culturales de la población y obtener consenso para un tipo de orden o de
transformación social; el cual contempla la toma de decisiones desde el Estado sobre el
patrimonio, el estímulo a la creatividad artística y la difusión del arte y la cultura.

Para concluir la idea, el consumo cultural se entiende como la manera en que


adquirimos ciertos productos que tienen un valor para cierta comunidad, pero estos los
adquieren otras comunidades para conocer sobre dicha comunidad o dar a conocer su
cultura en otras regiones. La mayoría de personas tienen una identidad que quieren
proteger y respetan; pero al mismo tiempo la muestran a las demás personas para darse
a conocer.
REFERENCIAS

El consumo Cultural en México: una propuesta Teórica, (1993) Néstor García Canclini
(Coord.). Conaculta, México. Retomado de:
http://www.academia.edu/7897579/El_consumo_cultural_en_Mexico_Nestor_G
arcia_Canclini_

Almeida, P. D. (2007). Movilización Defensiva: Movimientos Populares contra los


ajustes de la economía y política en América Latina. 34(3), pp. 39-123.

Castro, R. (s.f.). Apuntes sobre movimientos de mujeres y feminismo en América Latina.


Facultad de Ciencias Políticas y Sociología (UCM).Miembro de SODEPAZ.

Escosteguy, A, Carolina. (Junio, 2002). "Una mirada sobre los estudios culturales
latinoamericanos”. 8 (15).Colima, pp.35-55.

Hollows, J. (2005) feminismo, estudios culturales y cultura popular.

Richard, N. (2010) Entorno a los estudios culturales localidades, trayectorias y


disputas. Universidad ARCIS, Santiago de Chile. CLACSO

Robinson, W. (2008). “América Latina y la globalización capitalista: una perspectiva


crítica”. (Baltimore: Johns Hopkins University Press).

Wickham, Crowley, Timothy, P. &,Eckstein, S, E. (2017). “Los movimientos sociales


latinoamericanos y la ratificación del poder de las teorías estructurales” en
Paul Almeida y Allen Cordero Ulate, Eds., Movimientos Sociales en América
Latina: Perspectivas, Tendencias y Casos.Buenos Aires: CLACSO.Pp. 49-82

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