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Los conductistas a principios del siglo XX creían que la mente era como mucho
irrelevante y posiblemente ni siquiera existiese realmente y que la única cosa que
realmente importaba era el comportamiento del ser humano o el comportamiento de un
organismo.
Este punto de vista filosófico se volvió insostenible, así que el punto de vista de
que la mente era idéntica al cerebro se volvió ampliamente aceptada entre los
materialistas en las décadas de los 60 y 70. Se llamó "teoría de la identidad".
Esta es una manera bastante radical y extraña de mirar las cosas, pero actualmente
es bastante popular hoy en día entre los materialistas.
Hay una variedad de estudios clásicos en neurociencia que apoyan el punto de vista
de que algunos aspectos de la mente no son materiales y que refutan el
materialismo.
La visión está controlada por una zona muy diferenciada en los lóbulos occipitales,
sin embargo, las funciones intelectuales más altas, el pensamiento abstracto,
como las matemáticas, como pensar en la ética, cosas relacionadas con la
personalidad... no están localizadas de esa manera.
Casi del mismo modo el movimiento, los sentidos y sensaciones son localizables.
La creencia de que el pensamiento abstracto elevado iba a ser localizable fue
mantenida por los materialistas en el siglo XIX y desarrollaron la teoría de la
frenología.
De ahí la idea de que todas estas funciones intelectuales elevadas tienen una
localización en el cerebro que las controlaba y la frenología por supuesto ha sido
desacreditada, se ha demostrado equivocada.
Y estaba equivocada porque sólo ciertas cosas en el cerebro parecían ser mediadas
por el cerebro. Otros aspectos de la mente no tienen una localización en el cerebro
que parezca que las origine.
La implicación aquí es que éstas no son realmente materiales, que son un poder
inmaterial capaz de razonar y usar la lógica y francamente, esto es una idea
dualista muy antigua, fue una idea propuesta por Aristóteles y una idea que es
parte de la filosofía tomista.
Así que durante miles de años los dualistas han predicho eso, y la neurociencia
moderna lo confirma.
Fue reconocido por los cirujanos a mitad del siglo XX que si tú cortabas un manojo
de fibras que conectaba los dos hemisferios del cerebro, se podía prevenir que los
ataques se volvieran generalizados y se podía mejorar mucho la calidad de vida del
paciente.
Así que muchos pacientes tuvieron esta operación, llamada callosotomía, una
operación que yo he realizado y que muchos neurocirujanos han realizado y
sorprendentemente, después de la operación, los ataques del paciente mejoran, por
supuesto, pero ellos no eran muy diferentes realmente,... Sus cerebros
esencialmente fueron cortados por la mitad, pero ellos todavía parecían ser una
única persona, ellos todavía parecían ser bastante normales.
Y eso lo que implica es que la mente humana no está estrictamente generada por la
materia del cerebro. De otro modo, cortar el cerebro por la mitad habría tenido
profundos efectos en la mente humana: habría generado a dos personas.
Hay algunas diferencias sutiles, pero las diferencias sólo pueden ser detectadas
con, literalmente, una investigación de premio Nobel que muestre las pequeñas
diferencias en la percepción.
Primero es que observó repetidamente que había aspectos de la mente del paciente
que no importara lo que él hiciera, él no podía afectar. Ya sabes, el podía
desencadenar recuerdos al estimular una parte del cerebro; podía hacer que un
músculo se moviera o que un paciente tuviera una sensación; pero él no podía
cambiar su conciencia; él no podía cambiar su intelecto; no podía cambiar su
conciencia de sí mismo... Había un núcleo fundamental, el alma de la persona,
que no importara lo que él hiciera al cerebro, permanecía igual. Así que él dijo
que había algo que no podía conseguir utilizando cosas materiales.
La otra observación que hizo, que creo que es absolutamente fascinante, es que él
formuló la pregunta:
Así que Penfield dice: "¿Dónde están sus ataques intelectuales?". Si la mente
procede completamente del cerebro, la mente es material de alguna manera, bien,
entonces tú deberías tener ataques que te hicieran hacer sumas que tú no pudieras
parar; tú deberías tener ataques que hicieran que tú pensaras sobre política y que
no pudieras parar.
Pero no es así. Esto dice que no hay ataques intelectuales. Esto lo que implica es
que el intelecto no es el cerebro, porque de otra manera, tú tendrías ataques
intelectuales.
Así que Penfield fue un pensador muy profundo en esta materia, fue el pionero en el
estudio del cerebro, y él mostró concluyentemente, en mi opinión, que había un
aspecto inmaterial de la mente, particularmente el intelecto, la habilidad para
razonar, para usar la lógica. Y él empezó como materialista pero finalizó su
carrera como un apasionado dualista.
"Tengo la sensación de que la persona está ahí", que ellos entienden cosas.
Pero no hay evidencia clínica de ello. Tú los examinas, no hay ningún signo de
reacción y en el escáner sus cerebros se ven encogidos y obviamente severamente
dañados.
Así que Owen hizo un experimento fascinante: él usó la técnica llamada imagen por
resonancia magnética funcional, la cual es una máquina MRI que capta las imágenes
de los cambios en la circulación sanguínea del cerebro y que parece que se
relacionan con la función cerebral.
Así que lo que Owen hizo fue coger a una mujer, que había sido diagnosticada hacía
ya varios años de un estado vegetativo persistente por un accidente de coche, que
no mostraba ningún signo en absoluto de ningún tipo de conciencia, tenía un coma
profundo.
"Simula que estás jugando a tenis". O "imagina que estás caminando por la
habitación".
Él le pidió a ella que imaginara todas estas cosas y su cerebro se iluminó un poco
en algunos lugares.
Pero tú podrías decir que bien, que el cerebro se ilumine no quiere decir que ella
estuviera entendiendo algo. Eso sólo podría significar quizás que el sonido que
llega a sus oídos estaba causando un reflejo o algo parecido.
Así que lo que él hizo fue: el cogió a 15 personas normales y les hizo lo mismo.
Les puso en la máquina y les hizo las mismas preguntas.
Y entonces les pidió a los neurorradiólogos que miraran las imágenes del MRI
funcional de esa mujer y de las 15 personas normales y que vieran si podían decirle
alguna diferencia entre las dos. Y no pudieron.
Y él hizo algo que fue muy inteligente, que me fascina absolutamente. Y él dijo:
"Quizás la iluminación de áreas en el cerebro de ella y la iluminación de las áreas
en los cerebros de las personas normales no son a causa de entender lo que se
decía, sino que era a causa de la recepción del sonido y eso no significa que ella
realmente lo entendía".
Así que lo que él hizo entonces fue coger las mismas palabras que él había
utilizado antes para preguntarle y se las preguntó otra vez, pero mezcló la
secuencia de las palabras, para que no tuvieran ningún sentido.
Así que el trabajo de Owen fue un estudio trascendental e hizo que la gente
comenzara a preguntarse si estas personas que están en un estado vegetativo
persistente, ¿no estarán realmente conscientes?
Y hay algunos pacientes que pueden hacer matemáticas, que es lo que algunos
investigadores han hecho, les han preguntado a una persona en estado vegetativo
persistente que haga matemáticas sencillas: "¿Cuánto es 8 más 6?"
Así que, muy claramente, hay aspectos de la mente que no pueden ser destruidos por
un daño cerebral severo.
Eso es lo que el trabajo de Owen nos está mostrando. Nos está mostrando aspectos de
la mente que no están conectados estrechamente al cerebro, que son inmateriales.
Algunos de los más fascinantes trabajos en neurociencia han sido los de Benjamin
Libet, quien fue un neurocientífico en California hacia la mitad del siglo XX.
El experimento que Libet hizo fue que él pedía a una persona que apretara un botón
cuando él decidiera hacerlo. Así que puso un botón enfrente de él y tenía un reloj
con cronómetro y la persona se sentaría ahí y en cuanto lo decidiera, pensaría en
apretar el botón y apretaría el botón.
Les pedía que cuando ellos tomaran la decisión que apretaran el botón, no cuando lo
pulsaran, sino cuando ellos decidieran pulsarlo, date cuenta de la fracción de
segundo que marcaba el reloj. Al mismo tiempo él estaba registrando las ondas
cerebrales y quería encontrar el momento en el que decidías, lo que ocurría en tu
cerebro, y lo que encontró fue, bastante consistentemente... fue que
aproximadamente quizás medio segundo antes de que decidieras hacer algo, había un
pico en tu cerebro, un pico en tus ondas cerebrales, que el llamó "potencial de
preparación" y esto era antes de que tú fueras consciente de la decisión de hacer
algo.
Hay casi como un motivo inconsciente y entonces tú decidirías medio segundo más
tarde y lo harías. Así que él encontró esto bastante consistentemente, que habría
el pico en la actividad cerebral, entonces la percatación consciente de la decisión
y entonces tú seguirías adelante y harías lo que habías decidido.
Los materialistas han usado esto para sugerir que nosotros somos engañados al creer
que tenemos libre albedrío, que lo que realmente ocurre realmente es que nuestro
cerebro material toma la decisión y entonces nosotros pensamos como si nosotros lo
hubiéramos decidido, pero no lo hicimos, fueron nuestros neurotransmisores y
sustancias químicas neurales.
Libet señaló que el pedía a estos sujetos hacer algo más. Él dijo: "Cuando tú
decidas hacer algo entonces decide no hacerlo". Entonces tú decides: "Voy a pulsar
el botón... ¡Oh, no! No voy a pulsar el botón". Cuando ellos hacían eso, él halló
que había un potencial de preparación para decidir pulsar el botón, pero no había
un potencial de preparación para decidir no pulsarlo.
Él dijo que lo que vemos que está pasando en el cerebro con sus experimentos es que
somos bombardeados con lo que son probablemente motivos preconscientes o
inconscientes y que somos libremente capaces de decidir si cumplir con ellos o no y
la decisión de cumplir con ellos no es material.
Uno podría decir casi en un sentido que tenemos un océano de datos, un océano de
respuestas, pero que nos hemos olvidado de cuáles son las preguntas.
Hemos olvidado las preguntas que se supone que debemos responder. Y cuando miras
estos estudios y la neurociencia cognitiva cuidadosamente éstas nos están dando una
respuesta muy clara a una cuestión fundamental en neurociencia y ésta es:
Y la respuesta que nos están dando es que no lo es. Y este punto de vista
particular de que la neurociencia había sido malinterpretada por la ideología
materialista ha sido abordado en profundidad por dos personas que trabajan en este
campo, que creo que han realizado un trabajo fascinante.
Así que recomiendo encarecidamente la obra de Benett y Hacker, que proporciona una
maravillosa base filosófica para obtener una visión más profunda de la
neurociencia.
En el siglo XIX un filósofo alemán llamado Franz Brentano hizo una pregunta muy
importante y creo que la respondió muy bien.
Tendemos a pensar que la mente y la materia son cosas diferentes, ¿pero qué es lo
que hace que una cosa sea mental, como opuesta a lo físico?
Así que la habilidad para que un pensamiento trate sobre algo es único a la mente,
porque ningún objeto físico trata acerca de algo en la ausencia de una mente. Una
roca puesta en una playa no trata acerca de nada, un árbol no trata acerca de nada,
sólo un pensamiento puede tratar acerca de algo.
Así que Brentano dijo que si queremos entender la mente tenemos que entender la
intencionalidad. Tenemos que entender cómo puede un pensamiento tratar acerca de
algo, y por supuesto, no puedes explicar la intencionalidad usando preceptos
materialistas, porque la materia nunca trata acerca de algo intrínsecamente.
Teleológicamente parece ser para lo que está diseñada la bellota: para convertirse
en un roble. La bellota no se convierte en un océano o en un Corvette o en una
flor, se vuelve un roble.
No se puede explicar un ser vivo sin explicar cuál es el propósito de las partes de
ese ser vivo.
Bueno, esos propósitos son como una intencionalidad, son como una mente, y la
implicación es que detrás del universo hay una mente, una gran mente.
Una mente que es reflejada en la manera en la que el universo trabaja y como Santo
Tomás hubiera dicho eso es lo que todos los hombres llaman Dios.
Es como decir que 2+2 son 5 en matemáticas. No son realmente matemáticas, es sólo
un error.
La mejor filosofía sobre esto se originó con los antiguos griegos, particularmente
con Aristóteles. Y lo que Aristóteles propuso, y lo que realmente se convirtió en
la metafísica dominante, para filósofos como Santo Tomás de Aquino, los filósofos
escolásticos,... es que las cosas que existen en el mundo son compuestos de forma y
materia y esa forma es el aspecto inteligible de las cosas y esa materia es lo que
hace que algo sea algo individual y no sólo algo teórico, pero la realidad, la
inteligibilidad de algo está en la forma, no en la materia.
La forma es lo que hace que las cosas sean reales y lo que yo creo que el
materialismo hace en la ciencia moderna es que niega que la forma de las cosas
sea el aspecto más importante de ellas, que necesitamos... por ejemplo en biología,
necesitamos centrarnos en los propósitos de las estructuras biológicas, no sólo en
los detalles de la estructura en sí, necesitamos saber por qué están haciendo lo
que están haciendo.
Y una vez que empiezas a buscar propósitos, empiezas a mirar los aspectos
inmateriales de la naturaleza en la forma y eso te deja fuera del materialismo.
¡No!