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DOCTOR MARIANO ARCAYA

Doctor en Ciencias Políticas (Universidad Central)


Economía (B. A. Cum laude) (Prlnceton Unlverslty)
Derecho (lL. B.) (George Washington Universlty)
Administración de Negocios (M. B. A.) (Columbia Universlty)
Relaciones Públicas e Internacionales (Princeton Unlverslty)

CODIGO CIVIL
Anotado y concordado con otras leyes: jurisprudencia
de instancia y casación hasta julio de 1968; síntesis de los
comentarios de los más renombrados tratadistas patrios;
algunas notas del autor; í';¡dlces por materia y por artículos.
El todo, artículo por artículo.

TOMO 111

Art. 1.133 al Art. 1.473

EMPRESA EL COJO ~ A
CARACAS 1966
Art. 1133

TITULO III

DE LAS OBLIGACIONES

CAPITULO 1

DE LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES


SECCION PRIMERA

De los contratos

§ 19

Disposiciones preliminares

Art. 1133

El contrato es una convención entre dos o más personas


para constituir, reglar, trasmitir, modificar o extinguir entre
ellas un vínculo jurídico.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. III, Pág. 330. No hizo otra cosa sino formular
una promesa unilateral de venta, que, como es sabido según
la doctrina, dicha promesa no es una venta todavía, sino
un antecontrato que le da derecho al acreedor del mismo
para adquirir la cosa prometida, pudiendo, como consecuen-
cia de ese derecho de crédito y para el caso de que al pre-
tender ejercitarlo, el promitente hubiese dejado de ser pro-
pietario de la cosa prometida, por cualquier circunstancia,
ejercer la acción de los daños y perjuicios correspondientes
y no la reivindicatoria contra el tercero que ha adquirido
legítimamente. CAIC2 de 29-5-53.

-5-
Art. 1133
2.-"Pero una vez que el contrato, sea cual fuere su objeto, ha
sido concluido, el derecho de corretaje se le debe al corredor,
aunque el contrato realizado por su intermedio no se ejecute
o sea resiliado". DFMSC2 de 13 abril de 1962.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-En materia de convenciones, compete a los jueces del fondo


de la causa, interpretar el verdadero sentido de las cláusulas
de un contrato, de tal modo, que la violación de él por este
respecto, no tiene el carácter de violación de la ley y por
consiguiente no puede invocarse como un medio de casa-
ción. M. 1909, t. 1, p. 471.

2.-La interpretación del contrato no cae bajo la censura de casa-


ción. M. 1921, p. 290.

3.-En materia de interpretación de contratos son soberanos los


jueces de instancia. M. 1919, p.370; M.1919; p.254; M. 1923,
p.353

4.-La facultad que tienen los Tribunales ordinarios para inves-


tigar la intención de las partes contratantes no les permite
extenderse hasta cambiar la naturaleza de los contratos expre-
samente definidos y caracterizados por la ley. M. 1904, p. 70.

5.-Aunque es soberana la apreciación de los jueces de instancia


al interpretar los contratos, no les está permitido a éstos
desnaturalizar el sentido claro y expreso de las convenciones,
ni prescindir de los preceptos legales a que éstas deben
someterse. M. 1920, p.260; M.1917, p.257; M.1920, p.395.

6.-Los Tribunales d~ instancia no pueden calificar a su antojo


los contratos y dar a éstos una denominación distinta que la
ley les atribuye, porque tal calificación legal cae bajo la cen-
sura de casación M. 1913, p. 186.

7. -Para la existencia de un contrato bilateral no es indispen-


sable la firma de ambas partes pues el consentimiento mis-
mo puede revestir varias maneras para ponerse de mani-
fiesto: expresamente, a viva voz, mediante la firma al pie del
documento y aún como tácito, sin que la obligación difiera
por tal circunstancia. G. F. T. 28, 2" etapa, p. 245.

-6-
Art. 1133
8.-Son cosas muy dístintas la invalidez de un contrato y la
fuerza probatoria de la escritura otorgada para compro-
barlo. G.F. T.9, 11/0 etapa, p. 347.

9. -Aún en tiempos en que se atribuía un sentido absoluto al


principio de la relatividad de los contratos se admitía que la
calificación de ''terceros'' no concernía en realidad sino a
aquellas personas que eran completamente extrañas al con-
trato, es decir, que no habían estado ni estarian jamás en
relación alguna con las partes. G.F. T.27, 2" etapa, p.58.

10.-Lo relativo a la interpretación de los contratos y a la deter-


minación de la voluntad e intención presunta de las partes,
es una cuestión de hecho que escapa a la censura de casación
y que debe ser resuelta por los jueces del mérito. 25 nov. 1964.
(En igual sentido: 22-4-65).

11.-Declarada la nulidad del documento de compra venta queda


extinguida en su totalidad la obligación y retrotrae las cosas
al mismo estado en que se hallaban en el momento de la
formación del convenio anulado. M. 1935, p. 258.

12. -Falta de cosa o de objeto vendido produce inexistencia del


contrato; al ser ajena la cosa no acarrea inexistencia sino
nulidad; pero la venta produce todos sus efectos mientras
. la nulidad no ha sido demandada. judicialmente. M. 1940,
t. 2, p. 394.

Art. 1134 Art. 1134


El contrato es unilateral, cuando una sola de las partes
se obliga; y bilateral, cuando se obligan recíprocamente.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

1.-" ... el contrato por el cual X se obligó a pagar a Z su crédito


hipotecario, es unilateral y no da acción resolutoria al de-
mandante ... " M. 1907, p. 97, t. 2.

2.-" ... La disposición legal (Art. 1134) define la naturaleza de los


contratos ... " . G. F. NQ 5, 1950, p. 304.

-7-
Art. 1135
Art. 1135

El contrato es a título oneroso cuando cada una de las


partes trata de procurarse una ventaja mediante un equi-
valente; es a título gratuito o de beneficencia cuando una
de las partes trata de procurar una ventaja a la otra sin
equivalente.

Art. 1136 Art. 1136

El contrato es aleatorio, cuando para ambos contra-


tantes o para uno de ellos, la ventaja depende de un hecho
casual.

Art. 1137 Art. 1137

El contrato se forma tan pronto como el autor de la


oferta tiene conocimiento de la aceptación de la otra parte.

La aceptación debe ser recibida por el autor de la


oferta en el plazo fij ado por ésta o en el plazo normal
exigido por la naturaleza del negocio.

El autor de la oferta puede tener por válida la acep-


tación tardía y considerar el contrato como perfecto siem-
pre que él lo haga saber inmediatamente a la otra parte.

El autor de la oferta puede revocarla mientras la


aceptación no haya llegado a su conocimiento. La acepta-
ción puede ser revocada entre tanto que ella no haya
llegado a conocimiento del autor de la oferta.

Si el autor de la oferta se ha obligado a mantenerla


durante cierto plazo, o si esta obligación resulta de la
naturaleza del negocio, la revocación antes de la expiración
del plazo no es obstáculo para la formación del contrato.

-8-
Art. 1137
La oferta, la aceptación o la revocación por una cual-
quiera de las partes, se presumen conocidas desde el
instante en que ellas llegan a la dirección del destinatario,
a menos que éste pruebe haberse hallado, sin su culpa, en
la imposibilidad de conocerla.

Una aceptación que modifica la oferta, tendrá única-


mente el valor de una nueva oferta.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

1.~A la recurrida la bastó con no deducir de ese documento ni


siquiera presunciones, que eran eminentemente lógicas a favor
de la damandada, la circunstancia de que "la firma P. no es
parte de este juicio, es un tercero, y que lo que se desprende
de él es la relación existente entre aquella Empresa y P.". Sólo
por esto se desechó en absoluto, de plano, dicho instrumento.
Tal argumentación no es procedente sino cuando se pretende
hacer producir al instrumento efectos contractuales, sobre todo
contra el contratante que no es parte del juicio, aunque sea en
contrato con tercero, pueden hacer prueba contra aquella, de
hechos simples, independientemente de los efectos contractua-
les, aunque el contrato adoleciese de vicos de nulidad, o de
inexistencia, o bien no hubiese llegado a ponerse en ejecución,
o se hubiese desistido de él. Ese instrumento, así como puede
servir para demostrar cual era el domicilio de la parte en la
fecha del contrato; qué profesión ejercía, por 10 que allí
hubiese afirmado la parte en juicio que lo suscribió, puede
también servir para acreditar la conexión que existía o que iba a
establecerse entre ese contrato con tercero, aunque nulo o
frustrado, y otro contrato que sí se discute en el juicio.
G. F. N9 14, 2l;1 etapa, pág. 420, Sent. del 27-7-53.

Art. 1138 Art. 1138


Si a solicitud de quien hace la oferta, o en razón de
la naturaleza del negocio, la ejecución por el aceptante
debe preceder a la respuesta, el contrato se forma en el
momento y en el lugar en que la ejecución se ha
comenzado.

-9-
Art. 1138
El comienzo de ejecución debe ser comunicado inme-
diatamente a la otra parte.

Art. 1139 Art. 1139

Quien promete públicamente remunerar una prestación


o un hecho, no puede revocar la promesa después que la
prestación o el hecho se han cumplido.

La revocación hecha con anterioridad debe fundarse


en una justa causa y hacerse pública en la misma, forma
que la promesa, o en una forma equivalente.

En este caso, el autor de la revocación está obligado


a reembolsar los gastos hechos por aquéllos que, de buena
fe y antes de la publicación de la revocación, han comen-
zado a ejecutar la prestación o el hecho, pero sin que la
suma total a reembolsar pueda exceder del montante de
la remuneración prometida.

La acción por reembolso de los gastos prescribe a los


seis meses de la publicación de la revocación.

Art. 1140 Art. 1140

Todos los contratos, tengan o no denominación especial,


están sometidos a las reglas generales establecidas en este
Título, sin perjuicio de las que se establezcan especialmente
en los Títulos respectivos para algunos de ellos en particu-
lar, en el Código de Comercio sobre las transacciones mer-
cantiles y en las demás leyes especiales.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l . -U Ent iende esta Sala que el Código de Comercio no es una


ley de excepción, sino una ley especial, tal como se desprende
de lo dispuesto en el Art. 1140 C. C., está destinado a re.gir,
no sólo las obligaciones de los comerciantes en sus operacio-

-10-
Art. 1140
nes Mercantiles, sino también los actos de comercio, aunque
sean ejecutados por no comerciantes ... " 26 nov. 1964. G.F.
N9 46, p. 625.

Art. 1141 Art. 1141


Las condiciones requeridas para la existencia del
zontrato son:
1? Consentimiento de las partes;
2~ Objeto que pueda ser materia de contrato; y
3~ Causa lícita.

ruRISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.--JTR. Vol. 11. Pág. 105. Las evidencias que se dejan expues-
tas conducen a la conclusión de que la dación en pago del
terreno objeto de este litigio, está revestida de característi-
cas contrarias a las buenas costumbres y también al orden
público, ya que las maniobras de G. para adquirir el terreno
por un precio diez veces inferior a su valor real, pueden con-
siderarse como perturbadoras del orden social".

En consecuencia, demostrados como están con las conside-


raciones que se dejan expuestas las características de la ili-
citud de la causa del contrato impugnado, no ha concurrido
en el caso concreto la tercera condición exigida para la exis-
tencia de los contratos por el artículo 1141 del Código Civil.
DFSC2 de 28-1-52.

2. -JTR. Vol. 11. Pág. 593. " ... Tanto de las palabras emplea-
das en el contrato, como de la conexión existente entre ellas
y de la intención manifestada allí, el contrato de 31 de octu-
bre de 1946 contiene una declaración actual de voluntad de
vender y de comprar un inmueble allí perfectamente deslin-
dado y por un precio determinado también. Así lo dan a en-
tender las expresiones empleadas por el vendedor de: "las
condiciones de la venta son las siguientes": me "comprometo
!t vender", "los veinte 'mil bolívares los imputaré al precio

-11-
Art. 1141
de la venta", de que "queda obligado a gestionar el permiso
respectivo para efectuar la venta", y la del comprador de
"estar en un todo conforme con el contrato de compra-venta
que antecede en las condiciones expuestas". Y como, pues,
hubo consentimiento sobre la cosa y sobre el precio, el con-
trato qued6 consumado desde la fecha misma del acto.
DFIC3 de 14-5-52.

3. -JTR. Vol. n. Pág. 153 Y 154. El que limitándose solamente


a afirmar, como lo hizo el apoderado de la actora, que un
contrato o acto es inexistente, sin probarlo, nada ha hecho.
Lo que realmente existe, aunque legalmente no tenga valor
alguno, es algo que no se puede despreciar; es, cuando menos,
un estorbo que importa eliminar, contentarse con negar que
tal estorbo existe es algo inocente en la práctica forense. Por
más que un acto jurídico tenga de tan s610 la apariencia, por
más que no tenga ningún valor legal, si produce una sítua-
ci6n equívoca es preciso aclararla; es una fuerza de destruc-
cion que hay que descubrir y hacer patente para combatir
hasta poner de manifiesto la inanidad del acto. S610 así se
desvanece el fantasma del acto nulo. Y para llegar a este
resultado, el que lo pretende necesita un arma, y este arma
es la acción, ZUICl de 9-6-52.

4.-JTR. Vol. XI, Pág. 77. "es inexistente la obligaci6n fundada


en causa falsa que equivale a no tener causa la obliga-
ci6n ... " MES de 8-5-63.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-No debe confundirse la nocion de causa de los contratos con


la del objeto de los mismos. Para la existencia de un contrato
bilateral no es indispensable la firma de ambas partes, por-
que el consentimiento puede revestir varias formas para
ponerse de manifiesto. La firma es un requisito de mera
forma. G.F. T. 28, p. 245.

2.-EI arto 1141 C. C. enumera entre las CONDICIONES REQUE-


RIDAS PARA LA EXISTENCIA DEL CONTRATO, el con-
sentimiento de las partes. Es obvio, pues, que si ese requi-
sito falta, el contrato es INEXISTENTE". 24 nov. 1967.

-12-
Art. 1141
COMENTARISTAS PATRIOS

Arcaya, Pedro M. 'Estudios Jurídicos".

INEFICACIA DE UNA PROMESA DE NO EJERCER


ALGUNA INDUSTRIA U OFICIO

Noviembre de 1917
(Código Civil de 1916)

Los señores X X Y Z Z, en carta privada dirigida el


16 de junio de 1916 al Presidente de la Compañía ACI, le
manifestaron que se obligaban gratuitamente con dicha
Compañía, en su propio nombre y el de la firma O. y T., a
no fabricar cigarrillos, no pudiendo tampoco ser Agentes
ni socios solidarios ni comanditarios de ninguna otra Em-
presa Cigarrera, y esto durante cinco años contados desde
la fecha en que quedó constituída esa Compañía.
La ACI vendió su activo social a la Compañía "IC",
quedando ésta encargada de cubrir íntegramente el pasivo
de aquélla y sustituyéndosela "en todos sus derechos y obli-
gaciones".
Se consulta si la promesa hecha por los señores XX y
ZZ en la citada carta constituye una obligación jurídica de
ellos hacia la "ACI", de modo que ésta hubiese adquirido
algún derecho capaz de ser traspasado a su cesionaria "IC".
Mi opinión es que nó, porque jamás estuvieron los se-
ñores XX y ZZ, individualmente ni la firma mercantil que
ellos constituyen, obligados jurídicamente, por razón de la
citada promesa, hacia la "ACI", que por tanto no pudo
traspasar a este respecto derecho alguno exigible de dichos
señores XX y ZZ.
Fundo esta opinión en las razones que paso a exponer:

-13-
Art.· 1141
I I

La estipulación de no ejercer alguna industria o co-


mercio no es lícita en general, por cuanto atenta a la libertad
individual. La Jurisprudencia no la considera válida sino
cuando se la limita en tiempo y lugar, como materia de un
contrato a título oneroso, en que la obligación de no hacer,
debidamente circunscrita, tiene por causa, para la parte que
la promete, las ventajas pecuniarias que deriva o se promete
derivar de las obligaciones que a su vez contrae hacia ella
la otra parte, como sucede por ejemplo cuando se pacta un
arrendamiento de servicios o una comisión. El dependiente
o comisionista puede obligarse válidamente a no ejercer por
cuenta propia ni por cuenta de otro que no sea su Principal
e Comitente, durante cierto tiempo y en regiones determi-
nadas, la industria o comercio que éstos explotan. El sala-
rio o comisión que devengará el promitente es la causa jurí-
dica que hace obligatoria la estipulación de no hacer que
contrae, porque el pago de ese salario o de. esa comisión
constituye la obligación que a su vez asume hacia él la otra
parte.

Mas cuando, como en el caso concreto, la promesa se


hace gratuitamente, sin que haya mediado obligación algu-
na que a su vez contrajese hacia XX y ZZ la "ACI", enton-
ces no hay causa jurídica de la promesa hecha, y no hay
por consiguiente contrato válido, porque según el artículo
1179 del Código Civil (1) para la validez de los contratos
se requiere, entre sus requisitos, el de causa lícita para
obligarse.

Sería absurdo pretender darle validez jurídica a la


promesa de que se trata viéndola como una liberalidad.
En efecto no puede ser materia u objeto de la donáción
sino la cosa de que el donante pueda desprenderse actual

(1) 1.141 del Código Civil vigente.

-,14-
Art. 1141
e irrevocablemente en favor del donatario que la acepta.
(Código Civil, artículo 1127 (2). Ahora bien, es evidente
que la obligación de no ejercer una industria no cabe en esa
definición. Esto prescindiendo, por innecesarias, de otras
consideraciones relativas a la forma del acto, que también
impedirían darle el valor de una eficaz donación a dicha
promesa.

Art. 1142 Art. 1142


El contrato puede ser anulado:
1Q Por incapacidad legal de las partes o de una de
ellas; y
2Q Por vicios del consentimiento.

JURISPRUDENCIA DE. CASACION

l.-"El arto 1.142 .C. C. establece que . el contrato puede ser


ANULADO por VICIOS DEL CONSENTIMIENTO. Es de-
cir, si hay consentimiento, pero está viciado, el contrato
puede ser anulado". 24 nov. 1967.

De los requisitos para la validez de los contratos

~I-

De la capacidad de las partes contratantes

Art. 1143 Art. 1143


Pueden contratar todas las personas que no estuvieren
declaradas incapaces por la ley.

(2) 1.431 y 1.438 C. C. vigente.

-15-
Art. 1144
Art. 1144

Son incapaces para contratar en los casos expresados


por la ley: los menores, los entredichos, los inhabilitados
y cualquiera otra persona a quien la ley le niega la facultad
de celebrar determinados contratos.

No tienen capacidad para adquirir bienes inmuebles


los institutos llamados de manos muertas, o sea, los que por
las leyes o reglamentos de su constitución no pueden
enaj enarlos.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

1 .-Se entiende por institutos de manos muertas aquellos que,


por leyes o reglamentos, no pueden enajenar sus bienes in-
muebles. Tales institutos no existen en el país. Quien alega su
existencia debe suministrar la prueba con los estatutos de
la ilegal institución u otros medios legales de pruebas.
M. 1936, p. 253.

Art. 1145 Art. 1145

La persona capaz de obligarse no puede oponer la inca-


pacidad del menor, del entredicho, ro del inhabilitado con
quien ha contratado.

La incapacidad que se deriva de la interdicción por


causa de condenación penal, puede oponerse por todos
aquellos a quienes interese.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. IV, Tomo I. Pág. 341. Solamente en el caso de


interdicción por condenación penal es cuando puede ser accio-
nada la nulidad por quien interese; de donde se desprende
que es necesario, en cualquier otro caso, ser parte de la con-
vención cuya nulidad se invoque para tener interés o cuali-
dad para sostener el juicio. lICl de 8-11-55.

-16-
·Ari. 1146
- 11-

De los vicios del consentimiento

Art. 1146

Aquel cuyo consentimiento haya sido dado a conse-


cuencia de un error excusable, o arrancado por violencia o
sorprendido por dolo, puede pedir la nulidad del contrato.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. IV, Tomo I. Pág. 340. Al contestarse la demanda


en este juicio los apoderados del demandado opusieron como
defensa perentoria la nulidad del contrato, alegando que
hubo error en la substancia de la cosa, o sea, del nombrado
camión Reo, ya que si hubiera conocido el estado inservible
en el cual se hallaba no lo hubiera comprado. Alegaron tam-
bién que el error no provino de falta de su representado sino
de dolo de la otra parte. De acuerdo con el artículo 1.146 del
Código Civil el que haya dado su consentimiento a conse-
cuencia de error excusable puede pedir la nulidad del con-
trato. Es preciso, por consiguiente, que el error que se invo-
que sea verdaderamente excusable para poderse pedir la nuli-
dad. En el presente caso, el señor de L. C. sabía que estaba
comprando una cosa usada y que no debía estar en perfectas
condiciones ya que todo lo usado tiene imperfecciones; lo
que obligaba a tomar las precauciones necesarias a fin de
cerciorarse del estado en que el vehículo se encontraba. Muy
bien podía haberlo probado, hacerlo examinar por persona
que conociera la materia y así es indudable que se hubiera
dado cuenta de las condiciones en que se encontraba la cosa
que estaba comprando. Por ello, el sentenciador considera
que el error que se alega no es excusable. lIC1 de 16-12-54.
16-12-54.

2.-JTR. Vol. IV, Tomo I. Pág. 342. Por lo que respecta a los
vicios de consentimiento como causal de nulidad, tienen que
ser también invocados por el otorgante de la convención, de
acuerdo con lo establecido en el artículo 1146 ejusdem, que
dice: " ... Aquel cuyo consentimiento haya sido dado a con-
secuencia de un error excusable, o arrancado por violencia
Art. 1146
o sorprendido por dolo, puede pedir la nulidad del contrato".
Por cuanto en el presente juicio tampoco se trata de una
acción por simulación, que seria el único caso en el cual
puede un tercero pedir la nulidad de una convención, y como
tampoco se trata de la acción pauliana, que se le llama tam-
bién acción revocatoria, ya que está destinada a hacer revo-
car los actos del deudor que causan perjuicios a los acreedo-
res cuando presentan carácter fraudulento", sino que se
trata de exigir el cumplimiento de una obligación de hacer,
el Tribunal considera que no tiene el actor cualidad para
intentar la presente acción, y así se declara. lIC1 de 8-11-55.

3.-JTR. Vol. IV. Tomo l. Pág. 343. Nuestro Derecho si reconoce


la acción de nulidad de un contrato por vicios del consentí-
miento, como lo consagra el artículo -1146 del Código Civil,
que dice: "Aquel cuyo consentimiento haya sido dado a con-
secuencia de un error excusable, o arrancado por violencia o
sorprendido por dolo puede pedir la nulidad del contrato". Y
por el artículo 1154 que dice: "El dolo es causa de anulabili-
dad del contrato ... " Ahora bien, del propio texto de esos
artículos se desprende que la acción la tiene el contratante
perjudicado, pues el artículo 1146 citado dice: "Aquel cuyo
consentimiento haya sido dado ... "; lo que quiere decir que
tal acción la tiene el perjudicado. en el contrato. Asimismo,
el artículo 1483 del Código Civil, al establecer que la venta
de la cosa ajena es anulable, da la acción al comprador y
establece que nunca podrá alegarse por el vendedor. Laurent,
en su Obra "Principios de Derecho Civil", tomo primero,
pág. 115, dice: "Debiéndose declarar por el Juez la nulidad,
es importante saber quien es el que tiene derecho de pedirla.
Podría creerse que cuando el legislador establece la nulidad
debe mantener la declaración que de ella ha sido hecha. Efee-
tivamente, ¿ de qué serviría la sanción, si la pena de nulidad
no era aplicada? Partiendo de alli podría decirse que toda
parte interesada debe tener el derecho de provocar la nulidad
del acto, y esto seria una garantía de que el acto nulo será
realmente nulificado, En efecto, este principio, está enseñado.
Pero reflexionando en ello, se ve que el principio descansa
sobre una base falsa. Supone que la nulidad está establecida
por un interés público, de manera que el legislador se inte-
resa en que se haga la nulüicación. Es cierto que en este
caso, siendo la nulidad de orden público, toda parte intere-
sada puede prevalerse de ella, pero hay también nulidades

-18-
Art. 1146
que establece el legislador por un interés privado. No estando
la sociedad ya interesada en que exista la nulificación,. no
hay razón para poner en movimiento todos los intereses, y
por el contrario, es necesario limitar el derecho sólo a aque-
llos a cuyo interés importa que se declare la nulidad. Esta
puede establecerse únicamente en provecho de una. de las par-
tes: tales son las nulidades que proceden de los vicios del
consentimiento y de la incapacidad de las partes contratan-
tes. Estas nulidades son relativas por su naturaleza misma".
Por lo consiguiente, siendo evidente que los demandados son
terceros en el contrato de redención celebrado entre E.O. y
la comunidad de San Antonio de los Altos, no tiene acción
para pedir la nulidad del título de redención, y por ello la
excepción opuesta por el demandado es procedente y debe
ser declarada con lugar. lIMC de 22-9-55.
. .
4. -JTR. Vol. IX. Pág. 609. " ... si el deudor paga ante .la ame-
naza de que si no paga será demandado, no podrá argüir que
hizo el pago bajo violencia ... " DFMICl de 12-6-61.
5.~TR. Vol. X, Pág. 163 " .. .la acción de repetición que se
intente en razón de haberse efectuado un pago indebido por
error de hecho en un convenimiento, es contrarIa a derecho
por que, sise la admitiera se estaría atacando la irrevoca-
bilidad del convenimiento".. DFlIHT7 de 17-5~62.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-Véase arto 1157, cita NQ 2.


2.-El dolo constituido por hechos, puede ser probado por todos
los medios de pruebas legales, incluso las presunciones.
G.F. T. 9, 1~ etapa, p. 260.

Art. lltt7 Art. 1147


El error de derecho produce la nulidad del contrato
sólo cuando ha sido la causa única o principal.

Art. 1148 Art. 1148


El error de hecho produce la anulabilidad del contrato
cuando recae sobre una cualidad de la. cosa o sobre una

--19-
Art. 1148
circunstancia que las partes han considerado como esen-
ciales, o que deben ser consideradas como tales en atención
a la buena fe y a las condiciones bajo las cuales ha sido
concluido el contrato.
Es también causa de anulabilidad el error sobre la
identidad o las cualidades de la persona con quien se ha
contratado, cuando esa identidad o esas cualidades han sido
la causa única o principal del contrato.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

1. -JTR. VoL VII. Tomo II, Pág. 998. El error de hecho da


lugar a la anulabilidad del contrato, cuando él ha sido causa
determinante de la celebración del mismo o cuando el error
se refiere a la identidad, o a las cualidades de la persona,
cuando esta identidad y estas cualidades han sido la causa
única o principal del mismo. El error de hecho puede recaer
no 'sólo sobre el objeto del negocio, o sobre la persona sino
también sobre otras circunstancias tales como aquellas que
se refieran a la extensión del objeto, la cantidad y todos
aquellos elementos que aun cuando puedan ser considerados
como secundarios, sean parte integrante y principal del con-
tenido del negocio. ZUSCT1 de 29-7-59.
2. -De todo lo expuesto es preciso concluir que el señor V. A. incu-
rrió en dolo, 10 cual, a su vez, hizo que el comprador incu-
rriera en error excusable, de conformidad con la primera
parte del artículo 1148 del Código Civil (por haber recaído
sobre circunstancias esenciales, en atención a la buena fe y
las condiciones bajo las cuales el contrato se concluyó), ya
que es indudable que si el vendedor hubiera manifestado al
comprador que el Balance no correspondía a la realidad eco-
nómica de la empresa, no hubiera efectuado la operación de
compra de acciones de dicha compañía, llevada a cabo el 12 de
febrero de 1955. En consecuencia, esta demanda debe ser
declarada con lugar, y así se decide. DFMSC1 de 20 de
enero de 1960.

JURISPRUDENCIA DE CASACION
l.-El formalizante, al denunciar como infringido por falta de
aplicación al artículo 1148, funda su alegato en la invocación

-20-
Art. 1148
de su error de hecho. Con efecto es una cuestión estricta-
mente de hecho al determinar la existencia de las circuns-
tancias que el demandado aduce como constitutivas de su
error, operación que incumbe a los jueces del mérito, con
vista de los recaudos y pruebas pertinentes. Por lo que para
que pueda alegarse en Casación las infracciones de los ar-
tículos citados precisan denunciar la infracción de la regla
legal expresa que haya sido violada por los jueces de instancia
en el establecimiento y comprobación de aquellas circunstancias
de hecho. G. F. NQ 9, pág. 257, Sent. del 4-5-51.

Art. 1149 Art. 1149


La parte que invoca su error para solicitar la anulación
de un contrato, está obligada a reparar a la otra parte los
perjuicios que le ocasione la invalidez de la convención, si
el error proviene de su propia falta y la otra parte no lo
ha conocido o no ha podido conocerlo.

No procederá la nulidad por error, si antes de dedu-


cirse la acción o hasta el acto de la contestación de la
demanda, la otra parte ofrece ejecutar su prestación
subsanando el error sin perjuicios para el otro contratante.

Art. 1150 Art. 1150


La violencia empleada contra el que ha contraído la
obligación es causa de anulabilidad, aun cuando haya sido
ejercida por una persona distinta de aquélla en cuyo pro-
vecho se ha celebrado la convención.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-Véase Art. 1146, cita NQ 4.

Art. 1151 Art. 1151


El consentimiento se reputa arrancado por violencia,
cuando ésta es tal que haga impresión sobre una persona

-21-
Art. 1151
sensata y que pueda inspirarle justo temor de exponer su
persona o sus bienes a un mal notable. Debe atenderse en
esta materia a la edad, sexo y condición de las personas.

•JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-Véase artículo 118, sentencia SUIC1 de 13-11-59.

2.-Véase Art. 1146, cita NQ 1.

Art. 1152 Art, 1152

La violencia es también causa de anulabilidad del


contrato, cuando se dirige contra la persona o los bienes
del cónyuge, de un descendiente o de un ascendiente del
contratante. Si se trata de otras personas, toca al Juez
pronunciar sobre la anulabilidad, según las circunstancias.

Art. 1153 Art. 1153

El solo temor reverencial, sin que se haya ejercido


violencia, no basta para anular el contrato.

Art. 1154 Art. 1154

El dolo es causa de anulabilidad del contrato, cuando


las maquinaciones practicadas por uno de los contratantes
o por un tercero, con su conocimiento, han sido tales que
sin ellas el otro no hubiera contratado.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. IV. Tomo 1, Pág. 341. Como se sabe, el dolo es


toda actitud contraria a las leyes de la honradez, dirigida a
provocar engaño en los demás; os una voluntad maliciosa
que opera mediante engaños para inducir a los demás al
error o mantenerla en el mismo, procurándose con el daño
ajeno un provecho. HC1 de 16-12-54.

2,":"':"Véase Art. 1148, cita NQ 2.

-22-
Art. 1154
JURISPRUDENCIA DE CASACION
l.-Es ciertamente doctrina y jurisprudencia generalmente admi-
tidas que el dolo, constituido por hechos, puede ser probado
por todos los medios de pruebas legales, incluso las presun-
ciones. Comentando este punto, un ilustre expositor francés
ha escrito: "Hay otro escollo, y es que se pretende probar
el dolo por inducciones más o menos arbitrarias. El articulo
1.353 ( 1.399) venezolano, ha tenido cuidado de exigir presun-
ciones graves, precisas y concordantes, y en este sentido se
ha juzgado que el dolo debe probarse, no por inducciones,
sino por hechos precisos". (Laurent, Tomo XVI, N9 530).
Y no en otro sentido debe entenderse la frase de la recurrida,
citada por el formalizante; todo cuanto ella significa es que
no bastan meras inducciones, sino que el dolo debe probarse
por hechos graves y precisos, dirigidos directamente a enga-
ñar al contratante, sin que con ello se desconozca el contenido
de los articulos 1.39,1 y 1.399, el primero de los cuales es una
definición de las presunciones y el segundo establece las pre-
sunciones, hominis, que los jueces de instancia son soberanos
para deducir y establecer. G.F. N9 9, 1l1o etapa, Págs. 260 y
261, sentencia del 4-5·51.

-111-

Del objeto de los contratos

Art. 1155 1155


El objeto del contrato debe ser posible, lícito, determi-
nado o determinable.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

I.-JTR. Vol. IX. Pág. 833. " ... siendo esencial al parcelamien-
to o urbanización la dotación de los servicios públicos ele-
mentales (V.G. agua, luz, cloacas), sin estos servicios no es
concebible la existencia del parcelamiento o urbanización, y
es imposible que se materialice fisicamente la parcela ven-
dida y que pueda ser entregada al comprador". DFMIC1
de 24·3-61.
Art. 1156
Art. 1156

Las cosas futuras pueden ser objeto de los contratos,


salvo disposición especial en contrario.

Sin embargo, no se puede renunciar a una sucesión


aún no abierta, ni celebrar ninguna estipulación sobre esta
sucesión, ni aun con el consentimiento de aquel de cuya
sucesión se trate.

JURISPRUDENCIA DE CASACION
l.-Véase Art. 1157, cita NQ 1.

-IV-

De la causa de los contratos

Art. 1157 Art. 1157

La obligación sin causa, o fundada en una causa falsa


o ilícita, no tiene ningún efecto.
La causa es ilícita cuando es contraria a la ley, a las
buenas costumbres o al orden público.
Quien luya pagado una obligación contraria a las
buenas costumbres, no puede ejercer la acción en repetición
sino cuando de su parte no haya habido violación de
aquéllas.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. IV. Tomo 1, Pág. 207. Pero el juzgador considera


que cuando el articulo 1157 del Código Civil establece que la
obligación sin causa o fundada en una causa ilícita no tiene
ningún efecto, no puede referirse al simple motivo jurídico del
contrato, sino a la llamada causa impulsiva o determinante de
lo contrario el referido artículo tendría escasísima aplicación
práctica y no llevaría a la finalidad querida por el legislador,

-24-
Art. 1157
que es evitar pactos en que en una forma y otra se viole el
orden público, la moral o las buenas costumbres, sea porque la
contraprestación buscada por una de las partes sea en sí
ilícita, sea porque el fin buscado con esa contraprestación sea
ilícito. Ahora bien, en el caso de autos, la causa de la
obligación de los inquilinos es perfectamente lícita, el gozar
de un determinado apartamiento para vivienda; en cambio, la
causa de la obligación del arrendador es ilícita, por cuanto él
pretende no obtener el canon de arrendamiento máximo permi-
tido por la Ley, esto es, el canon de arrendamiento máximo
fijado por el organismo administrativo competente en uso de
facultades legales, causa que sería lícita, sino obtener un
arrendamiento de un monto determinado, aun cuando la
regulación fuere menor al canon de arrendamiento convenido.
Que las normas que regulan lo relativo al canon máximo de
arrendamiento son de orden público. lIC2 de 24-5-55.

2.-JTR. Vol. VII, tomo 11, Pág. 397. "Cuando la obligación de


repetir lo indebidamente pagado se vincula a un contrato
mercantil, dicha obligación debe reputarse mercantil y por
tanto corresponde su conocimiento a los tribunales mercan-
tiles". lSC2 de 30-4-58.

3. -JTR. Vol. VII, tomo 11, Pág. 399. Constituye el error un


elemento fundamental para que proceda la repetición de lo
indebidamente pagado". YAICT de 24-10-58.

4. -JTR. Vol. 111, Pág. 59. Conviene tener presente que en el


Derecho Civil venezolano no existe el beneficio de la restitutio
in integrum, Este apareció en las leyes romanas en favor de
los menores y débiles de espíritu, contra todo acto que les
ocasionaba un perjuicio por causa de su condición. El efecto
de esta vía de derecho era que el acto quedaba válido jure
civili, aunque rescindido jure proetorio, y las cosas quedaban
en el estado que estaban antes de su conclusión.

En el Código Civil patrio sólo existe la rescisión por una


causa de lesión, en la hipótesis prevista en el artículo 1120
del Código Civil, cuando uno de los coherederos ha padecido
lesión por más de un cuarto de su parte en la partición.
DFSC2 de 3-8-52.

-25-
Art. 1157
JURISPRUDENCIA DE CASACION

1.-" ... aun considerando lo convenido por las hermanas del


doctor R. R. (cláusula mediante la cual pactaron que consien-
ten en dejar en comunidad los bienes que reciban los sobre-
vivientes en caso de muerte de los otros) no habrían podido
los jueces calificarlo de pacto sucesorio ni declararlo des-
provisto de causa, porque ésta en los contratos aleatorios
consiste en la esperanza de un beneficio posible, ni decir que
era ilícita la previsión de la muerte de las contratantes ...
pues idéntica condición es la que sirve de base a los contratos
de seguros de vida ... " . M. 1914, p. 101.

2. -"Es un principio jurídico que la validez de una convención no


depende, a menos que sea solemne, de la validez del escrito
que la constata. Puede suceder que el escrito sea nulo y que
el hecho jurídico sea válido. La convención será nula o in-
existente si el consentimiento está viciado o no existe, aunque
haya un escrito válido en la forma". M. 1928, p. 224.

3.-En los contratos sinalagmáticos la causa es la ejecución


prometida por la otra parte, y es ilícita la causa cuando es
contraria a la ley o las buenas costumbres (v. g. préstamo por
motivo de juego, donación en razón de concubinato). En la
compra-venta la causa es el precio para el vendedor y la cosa
para el comprador. No es causa ilicita invocar como título
de adquisición un acto jurídico nulo en una venta. G. F. N9 3,
21/0 etapa, p. 264.

Art. 1158 Art. 1158

El contrato es válido aunque la causa no se exprese.

La causa se presume que existe mientras no se pruebe


lo contrario.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. VII, tomo 1, Pág. 546. "El contrato es válido


aunque la causa no se exprese, pues ésta se presume hasta
prueba en contrario; y siendo su objeto un pago a término, no
puede presumirse que se trate de una liberalidad, para negarle

-26-
Art. 1158
los efectos al pago prometido, pues los contratos deben eje-
cutarse de buena fe conforme a lo expresado en ellos".
17SC2 de 27-11-58.

§ 39

De los efectos de los contratos

Art. 1159 Art. 1159


Los contratos tienen fuerza de ley entre las partes. No
pueden revocarse sino por mutuo consentimiento o por las
causas autorizadas por la ley.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. 1, Pág. 41. "El articulo 1159 ejusdem (C. C.) esta-
blece que "los contratos tienen fuerza de ley entre las partes"
y este precepto seria ilusorio si esa Ley particular no contara,
lo mismo. que la general, con una sanción que garantice su
exacto. y cabal cumplimiento. En materia contractual, esa
sanción es la acción que el propio contrato genera y que es la
que en cada caso ha de ser ejercida. Resulta, por tanto, anti-
jurídico que, como en el caso presente, un - arrendador obre
por vía interdictal contra su arrendatario para obtener la de-
volución de la cosa arrendada". " ... Contra tales detentadores
hay que proceder con la acción que nace ex-contractu o ex-
lege". DFSC2 de 23-1-51.

2.--'-JTR. Vol. IV' tomo 1, Pág. 351. Además, de acuerdo con el


artículo 1159 del Código Civil los contratos tienen fuerza de
Ley entre las partes. No pueden revocarse sino por mutuo
consentimiento o por las causas autorizadas por la Ley. De lo
expuesto se considera que el demandado ha debido atacar el
documento fundamental de la demanda, alegando, o bien la
revocatoria de él por mutuo disenso o por otra causa de las
establecidas en la Ley, pero nunca alegando que la transae-
ción no se había celebrado y de que el documento, en virtud
de haberse tachado la firma que 10 autorizaba no tenia valor
alguno.. Hel de 23-12-54.

-27-
Art. 1159
3.-Según el artículo 1159 del CÓdigo Civil, el contrato se resuelve
por mutuo disenso, que viene a ser la voluntad de las partes
de ponerle fin o de no continuar dando curso a los efectos
del contrato; este mutuo disenso puede ser expreso o tácíto,
como en el presente caso en el que la inactividad de los con-
tratantes hace presumir su voluntad de poner cese a la vigen-
cia del convenio. Esta consideración cobra especial relieve en
contratos como el que nos ocupa que es de naturaleza bilateral,
con prestaciones recíprocas e interdependientes, de ejecución
contínua (tracto sucesivo) y sin término establecido para su
duración.
La resolución del contrato por mutuo disenso en este caso
resulta obvia de los propios términos del libelo, ya que el
arrendatario entregó el inmueble y no continuó pagando las
pensiones de arrendamiento, y por su lado el arrendador pro-
cedió a alquilar el inmueble a un tercero sin reclamar ejecución
del contrato al actor. DFMSC2 de 26-3-63.
4.-(En caso de seguro con declaraciones falsas del asegurado)
"El artículo 1159 del Código Civil dispone que los contratos
tienen fuerza de ley entre las partes. En consecuencia, tra-
tándose el Seguro de un contrato solemne, es a su vez a su
contenido donde hay.que recurrir para analizar si el asegurado
ha cumplido con las obligaciones que generalmente ponen a su
cargo las compañías de Seguros". DFMSC2 de 23-11-64.

5.-La autonomía de los artículos 1159 y 1169 del Código Civil


está limitada solamente, por el artículo 6 del Código Civil pues
no pueden renunciarse ni relajarse por convenios particulares
las leyes en cuya observancia están interesados el orden público
y las buenas costumbres, estas se caracterizan, generalmente,
porque la Ley, luego de dada la norma, se encarga de consa-
grar, de modo expreso, su nulidad, empleando con frecuencia,
las frases "se prohibe", "son nulas", "es nula", "no se permi-
te", "no es válida", "se tiene por no escrita", "no es renuncia-
ble", "no se puede", y otras de similar tenor, que indican
claramente el carácter imperativo de la norma. DFMSC2
de 6-7-60. (En igual sentido: JTR. Vol. VI, tomo n, pág. 522).

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-Las partes son dueñas de celebrar contratos, resolverlos o


revocarlos (Art. 1159 C. C.) rehacer el contrato revocado ...

-28-
Art. 1159
sin necesidad de cumplir determinados requisitos o forma-
lidades. G. F. T. 17, p. 89.

2. -Bien puede demandarse la nulidad de' un contrato o de alguna


de sus cláusulas, en acción principal o incidentalmente; pero
de ello no se deduce la obligatoriedad de una solicitud expresa
de nulidad o invalidez. Al producirse para que surta efecto
un contrato, corresponde al Tribunal resolver acerca de la
validez de sus cláusulas, ateniéndose a los términos del
documento, como cuestión de mero derecho. G. F. T. 8,
2~ etapa, vol. 2, p. 64.

3.-Ha sido doctrina invariable de esta Corte que para la inter-


pretación y calificación de los contratos los jueces de instancia
se hallan investidos de plena soberanía; y, aun cuando tal poder
soberano no los faculta para desnaturalizar el carácter legal de
la convención, ya por un error de derecho, o por incurrir en
falso supuesto atribuyendo al instrumento respectivo menciones
que no contiene y que vendrían a suplantar la verdadera inten-
ción de los contratantes, no le es dado a la Corte censurar tal
conducta, a menos de hallarse en alguno de los casos de excep-
ción que consagra el artículo 435 del Código de Procedimiento
Civil. G. F. NQ 6, 2~ etapa, Vol. II, pág. 256. Sent. del 14-12-54.

Art. 1160 Art. 1160


Los contratos deben ejecutarse de buena fe y obligan
no solamente a cumplir 10 expresado en ellos, sino a todas
las consecuencias que se derivan de los mismos contratos,
según la equidad, el uso o la ley.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. VII, tomo 1, Pág. 552. "Tratándose de la venta de


un cuerpo cierto y determinado el comprador puede negarse
a recibir uno distinto. Es, pues, deber del vendedor entregar
la cosa que constituye el objeto de las estipulaciones contrac-
tuales ya que de lo contrario habría de su parte inejecución
de lo pactado". DFMSC2 de 12-11-59.

2. -JTR. Vol. IX, Pág. 99 " ... la conversión de un contrato de


arrendamiento -mediante la tácita reconducción- de con-

-29-
Art. 1160
trato por tiempo determinado en contrato por tiempo indeter-
minado, no exime al arrendatario de constituir la garantía
que prometió al celebrarse originalmente el contrato... ".
DFMIC1 de 7-12-61.

3. -JTR. Vol. IX, Pág. 832 " ... por cuanto parcelar o urbanizar
son actividades que implican la realización de determinados
trabajos para dotar de ciertos servicios públicos al parcela-
miento o urbanización de que se trate, aunque en el contrato
de venta de parcela no se haga mención expresa de dotar
el parcelamiento de estos servicios y atendiendo al principio
contenido en el Art. 1160 C. C. debe entenderse implícita dicha
obligación en todo contrato de esta naturaleza ... " . DFMIC1
de 24-3-61.

4.-JTR. Vw. X, Pág. 190 " ... la reclamación de daños y per-


juicios es subsidiaria de las acciones de resolución o de cum-
plimento de contrato. Solamente será autónoma dicha recla-
mación en los supuestos de cumplimiento defectuoso .de los
contratos ... ". DFMSC2 de 10-5-62.

.JURiSPRUDENCIA DE CASACION

l.-La Corte observa: Está bien fundada esta denuncia, porque la


obligación de ejecutar de buena fe un contrato incluye la de
cumplir lo que dejó de expresar en él, si ello estuvo en la
intención de las partes; y uno de los modos de satisfacer los
dictados de la buena fe contractual, es ese de aclarar, y aún
de rectificar el texto para conformado con la intención que
tuvieron los contratantes. M. 1940, tomo n, p. 404.

2.-Como en el contrato examinado por la recurrida se establece


el envío de muestrarios, informaciones, etc., la buena fe exige
que dichas muestras, informaciones etc., lleguen oportuna-
mente.
Por otra parte, tanto el actor como el reo admiten que hubo
demora en el referido envio de- muestras, informaciones, etc.
Luego es forzoso concluir que la obligación de efectuar el
envío en tiempo oportuno, de acuerdo con las condiciones y
necesidades imperantes en el mercado, deriva del propio con-
trato, interpretado a la luz de la buena fe. G. F. NQ 20,
21). etapa, p. 161. Sent. de 13-5-68.

-30-
Art. 1160
3. -La denominación que las partes u otorgantes den a sus actos
o contratos, por dolo o por ignorancia, no cambia la naturaleza
misma de esos actos o contratos, los cuales siguen siendo lo
que son, sin que nada ni nadie pueda cambiar su naturaleza
intima. La libertad de los particulares para contratar y cali-
ficar como quieran sus actos, crea, indudablemente, la. necesi-
dad de interpretarla o aclararlos, a fin de impartir conve-
nientemente la justicia. Sent. 13-2-29. M. 1930, p. 151.

Art. 1161 Art. 1161


En los contratos que tienen por objeto la trasmisión
de la propiedad u otro derecho, la propiedad o derecho se
trasmiten y se adquieren por efecto del consentimiento legí-
timamente manifestado; y la cosa queda a riesgo y peligro
del adquirente, aunque la tradición no se haya verificado.

•1URISPRUDENCIA DE INSTANCIA

1. -JTR. Vol. IX, Pág. 605 " ... la obligación de entregar las
acciones de una compañia, la propiedad de las cuales ya ha
sido trasmitida, es una obligación de hacer, consecuencia de
una obligación previa que es de dar. Cumplida, pues, la obli-
gación de dar en los términos contenidos en el Art. 1161 C. C.
y no siendo 'intuitu personae" la obligación consecuencial de
hacer, ésta es susceptible de cumplimiento forzoso en espe-
cie ... ". DFMIC1 de 7-4-61.

2.-JTR. Vol. IX, Pág. 5. En nuestro derecho positivo .y en el de


todos los países del mundo, la compra-venta transfiere la
propiedad de la cosa, independientemente del error cometido
por nuestro legislador, ya tradicional, cuando define este
contrato como aquel por el cual "el vendedor se obliga a trans-
ferir la propiedad de una cosa y el comprador a pagar el
precio", error que consiste en definir, no el contrato de venta
propiamente hablando, que transfiere de inmediato, solo con-
sensn, la propiedad de la cosa objeto de la contratación, sino
la promesa bilateral de comprar y de vender. Por una razón
de técnica jurídica, el legislador patrio no incluye entre las
obligaciones del vendedor, cuando reglamenta el contrato de
compra-venta, la de hacer entrega de la cosa vendida al com-

-31-
"rt. 1161
prador, porque tal materia había sido ya legislada en la teoría
general de las obligaciones, según se vé del texto del artículo
1161 del C. C., que es el siguiente: "En los contratos que
tienen por objeto la trasmisión de la propiedad u otros
derechos, la propiedad o derecho se trasmiten y se adquieren
por efecto del consentimiento legítimamente manifestado;
y la cosa queda a riesgo y peligro del adquiriente, aunque
la tradición no se haya verificado"; artículo que se comple-
menta con lo dispuesto en el artículo 1265 ejusdem, que
reza: "La obligación de dar lleva consigo la de entregar la
cosa y conservarla hasta la entrega. Si el deudor ha incu-
rrido en mora, la cosa queda a su riesgo y peligro, aunque
antes de la mora hubiere estado a riesgo y peligro del acree-
dor". Considera pues el Juzgador que la acción intentada
no tiene por objeto obligar al demandado a que cumpla en
hacer la tradición de la cosa mediante el otorgamiento del
respectivo título de propiedad, porque en tal caso, de la na-
rración del libelo, hubiera tenido necesariamente que des-
prenderse que el demandado no había cumplido con otorgar
dicho título, cuando, por el contrario, en el presente caso
se ha acompañado al libelo de la demanda el instrumento
protocolizado otorgado precisamente por el vendedor al de-
mandante, por lo que respecta a la parcela determinada en
ese instrumento. ZUIC2 de 17-3-61.

3.--JTR. Vol. IV, tomo I, Pág. 351. En nuestra Ley los con-
tratos se perfeccionan desde que las voluntades de las partes
están acordes y se prestó el consentimiento para realizar el
negocio, y si se lleva a escrito es con el fin de proveerse de
un medio probatorio, salvo los casos en que la ley exige como
requisito de forma el escrito con las formalidades legales.
HC1 de 23-12-54.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-La venta es perfecta desde que las partes están de acuerdo


en la cosa y en el precio .... Si el contrato existe, pero falta
el documento que lo contiene, al Juez tan solo corresponde
comprobar su existencia, y al hacerlo, el fallo reemplazará
el acta ... (27 julio 1955) ... ". Sent. 19 dic. 1965. (En igual
sentido: M. 1931, p. 275).

-32-
Art. 1161
2. ---'El otorgamiento de escritura no es requisito esencial del con-
trato de compra-venta, el cual, en ocasiones, puede suplirse
con el registro de la sentencia que declara la existencia del
contrato. Sent. 25-3-30 M. 1931, p. 275.

3.-Y este artículo tiene también aplicación en el caso del retrac-


to, en el cual el consentimiento de las partes estaría constituí-
do por el aviso que dá el vendedor o comprador y por la
manifestación de voluntad de ejercer el derecho de retracto
que hace el que tiene ese derecho De consiguiente, el retrac-
to queda consumado desde el momento en que ese consenti-
miento o acuerdo de voluntades tiene lugar en la forma dicha.
El tratadista italiano Roberto di Ruggiero al hablar del pacto
de retro venta, se expresa a este respecto así: "para ejercitar
el retracto no precisa que todos los pagos indicados se hayan
efectuado; basta que el vendedor declare de modo serio su
voluntad de ejercer el retracto sin que precise entablar acción
judicial ni hacer oferta del precio. En este momento, y no
en el que se efectúa el reembolso del precio, es cuando la
venta se resuelve y la propiedad vuelve libre al vendedor".
Sentencia del 19 de octubre de 1961.
4.-" ... de modo que la venta de la cosa sobre la que pesa una
prohibición de enajenar viene a ser INEFICAZ respecto a los
terceros, pero no INEXISTENTE ni NULA entre los contra-
tantes. Respecto a estos rige el Art. 1161 C. C. G. F. N9 15,
1957, p. 29.

Art. 1162 Art. 1162


Cuando por diversos contratos se hubiese alguien obli-
gado a dar o entregar alguna cosa mueble por naturaleza,
o un: título al portador, a diferentes personas, se preferirá
la .persona que primero haya tomado posesión efectiva con
buena fe, aunque su título sea posterior en fecha.

Art. 1163 Art.. 1163


Se presume que una persona ha contratado para sí y
para sus herederos y causahabientes, cuando no se ha con-
venido expresamente en lo contrario, o cuando no resulta
así de la naturaleza .del contrato.

-33-
Art. 1163
l.-Los actos, contratos o compromisos in re de los causantes
obligan a sus causahabientes a titulo particular, cuando han
sido realizados con anterioridad el acto creador de la relación
entre causante y causahabiente; pero ello no reza para los
actos, contratos o compromisos que realice el causante, después
de surgida la relación entre causante y causahabiente a titulo
particular. Sent. de 21 mayo 1965.

2.-EI principio de la relatividad de los contratos no tiene carácter


absoluto ... no concierne sino a los actos internos del contra-
to ... ". G. F. N9 27, 1960, p. 53.

Art. 1164 Art. 1164

Se puede estipular en nombre propio en provecho de


un tercero cuando se tiene un interés personal, material o
moral, en el cumplimiento de la obligación.

El estipulante no puede revocar la estipulación si el


tercero ha declarado que quiere aprovecharse de ella.

Salvo convención en contrario, por efecto de la esti-


pulación el tercero adquiere un derecho contra el promitente.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-:-JTR. Vol. IV, tomo 1, Pág. 652. Es cierto que el articulo 1164
del Código Civil permite la estipulación en nombre propio,
en provecho de un tercero, cuando se tíene un interés personal,
material o moral en el cumplimiento de la obligación; pero
es necesario demostrar plenamente tal estipulación, porque
ella va contra la presunción establecida en el articulo 1163
del mismo Código. 4IC de 30-3-54.

Art. 1165 Art. 1165

El que ha prometido la obligación o el hecho de un


tercero, está obligado a indemnizar al otro contratante si
el tercero rehusa obligarse o no cumple el hecho prometido.

-34-
Art. 1166
Art. 1166

Los contratos no tienen efecto sino entre las partes


contratantes; no dañan ni aprovechan a los terceros, excepto
en los casos establecidos por la ley.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. 11, Pág. 152. Además, considera que la regla del
artículo 1166 del Código Civil no puede tener aplicación en
estos casos, pues si bien es verdad que el citado artículo esta-
blece que los contratos no tienen efecto sino entre las partes
contratantes, agrega luego: "Excepto en los casos estable-
cidos por la Ley"; y la primera excepción a esa regla sería
la del mismo Código que manda registrar todo acto entre
vivos traslativo de propiedad de inmuebles si se quiere que
surta efectos contra terceros (Art, 1920 y 1924 del Código
Civil). ARIC de 9-5-52.

2.-JTR. Vol. V, Pág. 225. La ley sólo concede la accion de


nulidad al comprador de buena fe, no a las personas extrañas
al negocio, porque con respecto a éstas, la venta de la cosa
ajena, está regida por el principio general de los contratos,
contenido en el ya citado artículo 1166 del Código Civil.
lIC2 de 15-2-56.

3.--JTR. Vol. VI, tomo 1, Pág. 535. Al invocar la tesis de los


efectos de los contratos respecto a terceros, el mandatario de
la E de C. se está acogiendo a las pautas del artículo 1166
del Código Civil.

Esta disposición tiene su radio de acción limitada en principio


a las partes contratantes, y de ahí los propios términos del
artículo antes citado, que los contratos no dañan ni aprovechan
a los terceros, excepto en los casos establecidos por la Ley.
Corno dice Josseranda, es para los terceros que está instituído
el principio de la relatividad de las convenciones; "el contrato
en el cual ellos no han participado, en el que no han sido
representados, no puede hacerlos acreedores, ni deudores, ni
titulares de derecho real, y menos aún despojarlos de una
propiedad o de un derecho cualquiera" (Louis J osseranda,
Cours de Droit Civil Francaís, Tomo n, Página 158).

-35-
Art. 1166
La prevrsion del legislador de que los contratos celebrados
por otras personas no dañan ni aprovechan a los terceros,
es la consecuencia obligada de la libertad de acci6n de éstos,
dirigida a salvaguardar sus intereses. Desde luego, el tercero
también está amparado contra los perjuicios derivados de
actos o contratos emanados de otras personas en el Código
de Procedimiento Civil artículo 189, en el cual se da el derecho
a apelar de la sentencia definitiva, no s6lo a las partes, sino
a todo aquél que por tener interés inmediato en lo que sea
objeto o materia del juicio, resulta perjudicado por la decisi6n,
bien porque pueda hacerse ejecutoria contra él mismo, bien
porque haga nugatorio su derecho, lo menoscabe o desmejore.
lIC2 de 2-8-57.

4.-JTR. Vol. VI, torno 1, Pág. 541. Ya el Tribunal se ha pro-


nunciado en el sentido de que el pedimento en cuesti6n de la
demanda, en forma alguna roza con el artículo 69 del C6digo
Civil. Ahora agrega, que el debate sobre los hechos puede
entablarse entre las partes libremente, sin que esté de por
medio una cuesti6n de orden público, pues la disposici6n del
artículo 1166 del C6digo Civil, aducida en el caso concreto,
es relativa a las relaciones de los contratantes, derivadas de
las convenciones celebradas entre ellos sin que puedan dañar
ni aprovechar a los terceros, y la interpretaci6n o aplicación
de esa norma es extraña a los intereses generales del orden
público y de las buenas costumbres. nC2 de 2-8-57.

5. -JTR. Vol.' VI, torno 1, Pág. 544. Más aún, la aplicación del
artículo 1166 del Código Civil, de que los contratos no tienen
efecto sino entre las partes contratantes, y no dañan ni
aprovechan a terceros sino en los casos establecidos por la
ley, no implica categ6ricamente el rechazo de)a demanda y
la negativa de entrada al juicio, ya que ello sólo sucede en los
casos en que la ley lo establece expresamente, o cuando apare-
ce sin lugar a dudas la negativa de la ac~i6n deducida; pero
cuando circunstancias de hecho o de derecho son alegadas por
terceros, cuya solución en justicia no puede ser hecha en la
forma breve de una incidencia, ha de ser dejada por razones
de orden procesal y en respeto a la igualdad de las partes,
para ser incluídas en el fallo que ponga fin a la instancia.
nC2 de 2-8-57.
6.-JTR. Vol. VI, torno 1, Pág. 555. Seguidamente de la cuestión
precedente, hay que hacer resaltar ciertos aspectos del articulo

-36-
Art. 1166
1166 del Código Civil. Su texto establece: "Los contratos
no tienen efecto sino entre las partes contratantes; no dañan
ni aprovechan "a los terceros, excepto en los casos establecidos
por la Ley". Esta disposición está ligada con el artículo 1163
ejusdern, que dice así: "Se presume que una persona ha con-
tratado para sí y para su herederos y causahabientes, cuando
no se ha convenido expresamente en lo contrario, o cuando no
resulta así de la naturaleza del contrato".

El concepto de TERCERO en el artículo 1166 citado, está en


oposición con el de PARTES CONTRATANTES, sólo para
los efectos que se derivan de las convenciones celebradas
entre éstas; y en ello el legislador no ha hecho otra cosa
que ser consecuente con la noción de que los contratos tienen
fuerza de ley entre aquéllos que los han celebrado y obteniendo
esa fuerza por voluntad de los mismos intervinientes.
lIC2 de 2-8-57.

7.--JTR. Vol. VI, tomo 1, Pág. 562. En cuanto al alegato de que


la excepción opuesta se relaciona íntimamente con el fondo
del asunto, el Tribunal observa que no se encuentra esa rela-
ción con el fondo que haga improcedente la excepción opuesta
para ser decidida con los trámites de la excepción de inadmisi-
bilidad, se trata de una excepción pura y simplemente de ínad-
misibilidad, fundamentada en la expresada disposici6n del
artículo 1166 del Código Civil que establece que los contratos
no tienen efectos sino entre las partes contratantes, por lo
cual, al Tribunal sólo le corresponde averiguar si la deman-
dante es o no parte en el contrato cuya nulidad se pide y no
siéndolo evidentemente no tiene cualidad para intentar el
juicio y así se declara. lIMC de 25-1-57.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-El principio de la relatividad de los contratos no tiene el


carácter absoluto que ofrece a primera impresión. En efecto,
tal principio no significa que los terceros puedan y deban
desinteresarse a todo respecto de un contrato celebrado entre
otras personas. El principio de la relatividad no concierne
sino a los efectos internos del contrato, esto es, a los derechos
y obligaciones que de él se desprenden. Estos derechos y
obligaciones son ciertamente personales; no corresponden sino
a las partes y a sus herederos y causahabientes. Pero es

-37-
Art. 1166
necesario distinguir entre los efectos internos de un contrato
y la existencia del mismo Un contrato es, en efecto, un
hecho que los terceros no pueden ignorar; en otros términos,
los terceros están obligados a reconocer la existencia del
mismo y, por consiguiente, sus efectos entre las partes, y a
sufrir, llegado el caso, las consecuencias de esta existencia
sobre su propia conducta o su propio patrimonio. El contrato
-como hecho externo- existe por si mismo en el orden mate-
rial de las cosas cuyas consecuencias puede afectar a terceros
La distinción fundamental entre los efectos internos de un
contrato y su existencia es en la actualidad unánimemente
admitida en doctrina. Sent. del 15-2-60. G. F. NQ 27, 1960,
p. 53.

Art. 1167 Art. 1167

En el contrato bilateral, si una de las partes no ejecuta


su obligación, la otra puede a su elección reclamar judi-
cialmente la ejecución del contrato o la resolución del
mismo, con los daños y perjuicios en ambos casos si hubiere
lugar a ello.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-Véase articulo 1185, sentencia DFIC1 de 21-7-52, cita NQ 1.

2.-Véase artículo 1185, sentencia DFSC2 de 4-3-52, cita NQ 2.


3.-JTR. Vol. IV, tomo 1, Pág. 425. De manera que debe concluir-
se que puede haber ocasiones en que por algunas circunstan-
cias no proceda la demanda autónoma de daños y perjuicios,
pero ello no implica que en todo caso ésta pueda descartarse,
porque no existe prohibición directa ni indirecta de promover
la acción de daños y perjuicios independientemente de la de
resolución o cumplimiento del contrato. En consecuencia el
Tribunal declara improcedente el alegato planteado por el
demandado para ser decidido como punto previo de esta
sentencia. lIMC de 7-5-54.

4-JTR. Vol. IV, tomo 1, Pág. 426. La Corte de Casaci6n, en


sentencia de 10 de noviembre de 1953, publicada en la Gaceta
Forense NQ 2, Segunda etapa, págs. 231 y siguientes. ha esta-

-38-
Art. 1167
blecido lo siguiente: "No es cierto que la ley ordene que la
acción de daños y perjuicios contractuales se intente siempre
como subsidiara de la principal por ejecución o por resolución
del contrato, lo que es igual, que prohiba en forma absoluta
y general que se promuevan acciones de daños y perjuicios pro-
venientes de contratos, independientes o separadamente de la
acción por cumplimiento o resolución de éstos". Y más ade-
lante agrega el mismo fallo citado: "puede haber 'ocasiones
en que por alguna circunstancia no proceda la demanda autó-
noma de daños y perjuicios, pero ello no implica que en todo
caso esta pueda descartarse con la excepción de inadmisibilidad
que aún opuesta en la oportunidad de contestar el fondo de
la acción no pierde sus características".

De acuerdo con la doctrina antes expuesta, no puede genera-


lizarse el criterio de que en el caso de culpa contractual, la
acción por daños y perjuicios es necesariamente subsidiaria
al cumplimiento de un contrato o a la resolución del mismo,
porque sería generalizar la disposición del artículo 1167 del
Código Civil, cuando el legislador de cabida amplia a casos
en que esa acción tiene vida autónoma y pueda deducirse
después de cumplida la convención. 1SC2 de 28-2-55.

5.-JTR. Vol. VI, tomo 1, Pág. 291. El Tribunal considera y así


lo declara que la acción por daños y perjuicios en los casos
de retardo en el cumplimiento no está regido por el artículo
1167 del Código Civil, que condiciona el cobro de daños al
ejercicio de una acción de cumplimiento o de resolución,
pues en tales situaciones, no procederia el cumplimiento,
porque como en el caso de autos, ya éste se efectuó, y porque
el demandante puede tener interés en conservar la relación
contractual. 41C d 9-8-57..

6.-Véase artículo 1185 Sentencia 21C de 10-5-57, cita NQ 9.

7 ........JTR. Vol. VII, tomo 1, Pág. 554. "La pretensión de pago solo
procede cuando se ha demandado el cumplimiento del contrato
O su ejecución, pero nunca cuando se ha pedido la resolución,
pues lo que se resuelve es como si no hubiese tenido vida
jurídica". lSC2 de 25-6-58.

8.-JTR. VO;¡. VII, tomo 1, Pág. 555. "La resolución de los con-
tratos sólo puede fundamentarse en causas específicas ínhe-

-39-
Art. 1167
rentes a ellos mismos, previstos en la ley; en la falta de cum-
plimiento de las modalidades especiales que establezcan los
contratantes, o en los actos de las partes tendientes a des-
conocer los efectos contractuales o las disposiciones de la ley
que los regula". CA82 de 29-9-59.

9.-JTR. Vol. VII, tomo 1, Pág. 556. "El calüicativo de incum-


plimiento no puede por sí mismo servir para determinar si el
actor pide el cumplimiento o la resolución del contrato. El
incumplimiento demandado simplemente no podría servir en
ningún caso a la parte dispositiva de la sentencia". IOYAIC
de 23-4-58.

10.-JTR. Vol. VII, tomo 1, Pág. 674. "No basta en materia de


responsabilidad contractual que exista el incumplimiento de
las obligaciones contractuales por parte de uno de los contra-
tantes para que proceda ipso jure el resarcimiento de los daños
y perjuicios. Se requiere probar estos y sus causas".
DFMIM2 de 30-3-59.

ll.-JTR. Vol. VII, T. 1, Pág. 675. "El legislador contempla expre-


samente casos en que la acción de daños y pejuícios es autó-
noma y puede deducirse aun después de cumplidas la Conven-
ción" ... (y) ... La Casación venezolana, en doctrina con-
tenida en fallo dictado ellO de noviembre de mil novecientos
cincuenta y tres (Gaceta Forense, Segunda Estapa, NQ 2,
Septiembre-Diciembre de 1953, Págs. 431 y sgts) , ha modífí-
cado parcialmente los principios anteriormente señalados.
Aceptando que la acción por culpa aquiliana es siempre autó-
noma e independiente, advierte que no puede afirmarse
en forma general que la acción de daños y perjuicios
contractuales deba promoverse obligadamente como apéndice
de una solicitud de resolución de contrato o de cumplimiento
del mismo, puesto -que dice textualmente-c-, El legislador
contempla expresamente casos en que esa acción tiene vida
autónoma, y puede deducirse aun después de cumplida la con-
vención". Como ejemplo de excepción, expresamente conteni-
dos en la Ley cita los casos contenidos en los artículos 1264 y
1271 del Código Civil, en los cuales, a su juicio la acción de
daños y perjuicios que en ellos se consagra, es completamente
independiente de toda otra acción. Fuera de tales casos de
excepción, que se refiere según la Doctrina de la Casación,
a .las situaciones de "Contravención", es decir,. de cumplí-

-40..,...
Art. 1167
miento "defectuoso o deficiente" de las obligaciones contraídas,
recobra plena vigencia el principio señalado de que la acción
de daños y perjuicios por culpa contractual debe siempre in-
tentarse, para ser .idónea y jurídicamente eficaz, en forma
subsidiaria a Ia acción que demande el cumplimiento o la re-
.solución del contrato. DFMIM3 de 26-10-59.

12.-JTR. Vol. VII, tomo Il, Pág. 395. "Es improcedente la oferta
real y depósito si se demuestra que está pendiente un juicio
por resolución del contrato que constituye la fuente de la
obligación del deudor oferente". HC de 25-6-58.

13.-JTR. Vol. VI, tomo 1I, Págs. 444 y 445. Establece en esa
forma el legislador la vía accesible cuando se trata del no
cumplimiento de una convención, y esa vía sigue, ejerciendo
la acción que nace del contrato no cumplido, no otra, pues a
las partes contratantes no les es lícito escoger a su antojo las
acciones que más convengan a sus intereses, pues han de
someterse en el ejercicio de sus derechos a las normas que
para cada caso ha establecido la Ley, representadas en la
ocasión por la actio ex contractu, Ahora bien en el caso sub
judice está demostrado que entre demandante y demandado
existía un contrato de cuenta corriente de depósito; si ese
contrato no fue cumplido, la previsión legislativa demarcó
el camino a seguir, que es el indicado en el suprecitado
artículo 1167 del Código Civil, y al optarse por otro distinto
(Art, 1185) del Código. Civil, la acción quedó irremisiblemente
condenada al fracaso, no puede prosperar". 1SC3 de 22-1-57.

14.-Analizado el texto de ambas normas, se observa: el artículo


1167 se refiere al presupuesto de que un contratante haya cum-
plido plenamente su obligación y dota a éste de la acción de
resolución o de cumplimiento. El artículo se coloca ante una
ejecución contractual ya cumplida, respecto a la cual existe la
contrapartida del contratante, cuyas obligaciones se han esta-
blecido para ser cumplidas con posterioridad a las ejecutadas
por el accionante. En otras palabras: que el artículo 1167
coloca a los contratantes, en cuanto a la ejecución de lo con-
venido se refiere, en posiciones temporales diferentes. Uno, ya
habiendo ejecutado sus obligaciones; el otro todavia en pro-
ceso de ejecución.
En cambio, el artículo 1168 se refiere a obligaciones sinalag-
máticas pendientes, parcial o totalmente inejecutadas; a obli-

-41-
Art. 1167
gaciones con plazos, lOS cuales da por sentarlos expresamente.
Por ello, el legislador usa la expresión escueta "en el contrato"
cuando redacta el artículo 1167. Quiere referirse al instru-
mento que contiene la estipulación ya cumplida por parte de
uno de los contratantes, mientras que en el artículo 1168 usa
la expresión "en los contratos sinalagmáticos" que indica una
vinculación contractual en proceso de perfeccionamiento por
ambas partes. DFMSC2 de 2-2-60.

15.-La reclamación de daños y perjuicios debe proponerse, en


principio, como subsidiaria de los pedimentos de resolución
o de cumplimiento de contrato "pues si bien la Casación (sent.
10-11-53, G. F. N9 2, Segunda Etapa, pág. 431) ha modifi-
cado parcialmente este criterio, cabe señalar que los casos
allí especificados se refieren específicamente a los de cum-
plimiento defectuoso de las obligaciones. DFMSC2 de 8-2-65.

16.-JTR. Vol. VIII, Pág. 197. "Los términos "daño" y "perjui-


cio" significan exactamente lo mismo al relacionarlos con la
responsabilidad contractual tal como se desprende de la propia
legislación venezolana; y en consecuencia, no es necesario la
determinación detallada del monto de esas dos partidas en el
libelo de la demanda". DFMIM2 de 18-1-60.

17. -JTR. Vol. VIII, Pág. 220 " ... la determinación vaga de los
daños y perjuicios cuyo pago reclama el actor hace procedente
la excepción dilatoria de defecto de forma. de la demanda •.. ".
DFMIC1 de 22-7-60.

18.-JTR. Vol. X, Pág. 130. "El contrato por el cual una de las
partes se compromete a prestarle cuidados al ganado objeto
del derecho de propiedad de la otra, mediante el pago del
cincuenta por ciento de las utilidades líquidas que produzca
la venta del mismo, es un contrato bilateral. Por tanto, en
caso de incumplimiento, le es aplicable el Art. 1167 C. C.".
TAS1 de 6-8-62.

19. --JTR. Vol. X, Pág. 154 " ... el derecho de pedir la resolución
de un contrato bilateral cuando una de las partes no ejecuta
las obligaciones por ella asumidas, exige necesariamente
como presupuesto que el demandante haya a su vez cumplido
con las obligaciones que para él derivan de la relación contrac-
tual. .. ". DFMIM2 de 19-2-62.

-4.2-
ArI. 1167
20.-JTR. Vol. X, Pág. 157 " ... el vencimiento del plazo contrac-
tualmente pactado para el cumplimiento de una obligación,
es requisito esencial para demandar la ejecución de la obli-
gación. El incumplimiento parcial no puede considerarse
motivo suficiente para demandar la ejecución total de la
misma, salvo que así lo hubieren convenido las partes ... ".
GUS de 30-1-62.

21.-JTR. Vol. X, Pág. 198. "No basta demandar simplemente


por incumplimiento del contrato, sino que en vista de tal
afirmación debe también señalarse si se pide resolución o el
cumplimiento del negocio jurídico". DFMIM2 de 10-5-62.

22.-JTR. Vol. III, Pág. 49. " ... A juicio del sentenciador, no
existe ninguna disposición legal que prohiba a alguna de las
partes, en los contratos bilaterales pedir el cumplimiento de
las obligaciones contraídas por la otra. Al contrario, la
acción que se deduzca al respecto está plenamente ajustada
a la letra y al espíritu del artículo 1167 del C C., el cual
está concebido así: "En el contrato bilateral, si una de las
partes no ejecuta su obligación, la otra puede a su elección
reclamar judicialmente la ejecución del contrato o la resolución
del mismo, con los daños y perjuicios en ambos casos, si hubiere
lugar a ellos". Por otra parte, el artículo 1599 del C. C.
dispone que si el arrendamiento se ha hecho por tiempo deter-
minado, concluye en el día prefijado, sin necesidad de des-
haucío. Ante estas normas del C. C., el intérprete no puede
dar a las previsiones del Decreto-Ley de la Asamblea Nacional
Constituyente de 27 de septiembre de 1947, que reformó el
Decreto de Desalojo de Vivienda Urbana de 25 de enero del
mismo año ... sino el alcance de excepción que se propuso el
legislador, o sea, limitar su aplicación a los casos de arrenda-
mientos por tiempo indeterminado, por constituir una restric-
ción al derecho de propiedad, establecida con carácter de
emergencia, para contribuir a la solución del problema de la
escasez de viviendas en las ciudades de mayor densidad de
población. . .. La formalidad de autorización previa adminis-
trativa para pedir judicialmente la desocupación de inmuebles
urbanos, no es pertinente sino cuando existe un contrato de
arrendamiento por tiempo indeterminado, siempre que se com-
prueba alguna de las causales establecidas en el articulo 19
del citado Decreto-Ley. DFSC2 de 1953.
Art. 1167
23. -En primera instancia fue planteada como cuestión previa
por la parte demandada en sus informes que la acción por
daños y perjuicios intentada en el presente juicio en base al
contrato de arrendamiento del apartamento NQ 3I-A, del Edi-
ficio "Odeón", tercer piso, situado en la Avenida Universidad,
frente a la Plaza Bellas Artes o Las Tres Gracias, Urbani-
zación Los Chaguaramos, de esta ciudad, y que consta de
documento que fue producido en autos, no puede ser demanda-
do independientemente, como lo serían provenientes de hecho
ilícito, sino que esos daños y perjuicios deben ser demanda-
dos como una consecuencia de la demanda de resolución o
cumplimento del contrato que le ha dado origen; que la pre-
sente reclamación de daños y perjuicios debe estar subordina-
da a una acción principal de ejecución o rescisión del contrato
en referencia, ya que esos daños y perjuicios provienen del
incumplimiento de una de las cláusulas del mismo. El Juez
a-quo, en su sentencia apelada, acogió los expresados argu-
mentos y en dicho fallo se expresa en estos términos: "El
Juzgado necesariamente tiene que entrar a considerar la cues-
tión y observa que ya se había hecho costumbre en los Tribu-
nales de la República decidir las reclamaciones de daños y
perjuicios con el criterio de que, cuando la acción que persi-
gue la reparación debida a todo aquel que ha causado daño,
está basada en la obligación que proviene de un hecho ilícito
y amparada en la disposición contenida en el Art. 1185 del
Código Civil, dicha acción es autónoma por su naturaleza, es
decir, que puede ser propuesta independientemente de cual-
quiera otra acción. Pero que, por el contrario, cuando se tra-
ta de la acción de daños y perjuicios que proviene de la rela-
ción contractual, de conformidad con lo dispuesto en el Art.
1167 ejusdem, entonces es necesariamente subsidiaria a la
ejecución o resolución del contrato respectivo y de ninguna
manera podrá ser decidida con independencia de esa ejecución
o resolución. De esa manera encontramos decisiones de casi
todos los Tribunales de la República en las que se sostiene
en sentido categórico la necesaria subordinación de la acción
de daños y perjuicios por culpa contractual a la principal de
cumplimiento o resolución del contrato respectivo, a tal punto
de que pueda sostener que existía uniformidad en la inter-
pretación de ese concepto por parte de los jueces y que hacía
constante la jurisprudencia de los Tribunales en torno a la
procedencia de los daños y perjuicios que emanan de culpa
contractual, en ese sentido. Pero posteriormente la Corte

-44-
Art. 1167
de Casación en Sala Civil, Mercantil y del Trabajo, en su
decisión de fecha 10 de noviembre de 1953 que se encuentra
copiada en la Gaceta Forense NQ 2, Segunda Etapa, hizo cam-
biar el criterio que se venia sosteniendo al afirmar que: "No
es cierto que la Ley ordene que la acción de daños y perjui-
cios contractuales se intente siempre como subsidiaria de la
principal por ejecución o resolución del contrato, o lo que es
igual que prohiba en forma absoluta y general que se promue-
van acciones de daños y perjuicios provenientes de contratos,
independiente o separadamente de la acción por cumplimiento
o resolución de éstos". En esa misma decisión la señalada
Corte hace referencia de ciertos casos en los que resulta cla-
ramente la imposibilidad de que la reclamación de daños y
perjuicios por culpa contractual tenga en forma absoluta y
general que hacerse como subsidiaria de la principal de reso-
lución de contrato. Así, un contrato cumplido con retardo,
por ejemplo, el transporte de una mercancía que recibida con
retraso y por ello vendida con pérdidas o menor utilidad de la
prevista puede dar origen a una acción autónoma de daños y
perjuicios, pues resultaría absurdo pedir resolución o cum-
plimiento de un contrato de transporte de mercancías o de
frutos ya distribuidos o vendidos. También en un contrato de
arrendamiento de inmueble rural o urbano, extinguido por
vencimiento de plazo, recibida por el arrendador la cosa
arrendada y el precio del arrendamiento no se puede hablar
siquiera de resolución del contrato ni procederá una acción
pidiendo cumplimiento. Sin embargo, la ley da acción por
los deterioros causados al inmueble. Como se puede apreciar
de la cita de los casos anteriores como de los muchos que
podemos suponer surjan en las cotidianas prácticas de la ac-
tividad humana, resulta desacertado aseverar que la acción
de daños y perjuicios contractuales siempre debe estar su-
bordinada a la principal de resolución o cumplimiento del
contrato respectivo, porque en muchas situaciones la acción
de resolución o de ejecución no puede efectuarse por imposi-
bilidad material y entonces es cuando, de acuerdo con la rea-
lidad sostenida en la presente decisión que comentamos, la
acción de daños y perjuicios contractuales se puede y debe
intentar independientemente, ya que el contrato de donde ema-
nan no puede ser cumplido ni resuelto. De acuerdo con el
criterio implantado por la Doctrina expuesta, no se puede es-
tablecer generalización en cuanto a la reclamación de daños
y perjuicios provenientes de culpa contractual, en forma sub-

-45-
Art. 1167
sidiaria al cumplimiento del mismo o a su resolución. Porque
de acuerdo con las disposiciones contenidas en nuestro Código
Civil vigente, se permite en diversas situaciones que esa
acción sea deducida con vida autónoma. En este sentido ha de
entenderse que cabe a cada caso en concreto la situación que
le corresponde, ya sea que puede proceder independientemen-
te la reclamación de daños y perjuicios o que sea necesaria
su subordinación a la acción de ejecución o resolución de con-
trato. sé ha comprendido desde entonces la acertada modi-
ficación implantada por la Corte de Casación y los Tribunales
de la República la han venido acogiendo decididamente como
la orientación que se ajusta más a la realidad jurídica. Así
lo corroboramos refiriéndose a la decisión dictada por la Cor-
te Superior Segunda en lo Civil y Mercantil de la Circunscrip-
ción Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda, el día
2 de febrero de 1960 en donde dice: "En efecto, el objeto de
accionar por daños y perjuicios tanto la doctrina como la ju-
risprudencia, establecen diferencia entre la acción extra-
contractual y la proveniente de contrato. Aquella puede ser
ejercida en todo caso, independientemente, dada su naturale-
za. En cambio la contractual, que es la debatida en este juicio
no cabe en forma subsidiaria, a la de resolución o cumpli-
miento del contrato, conforme al texto mismo del Art. 1167
del Código Civil. Si bien la Casación Venezolana ha modifica-
do parcialmente este criterio en sentencia del año 1953 (Gace-
ta Forense Segunda Etapa, N9 2, pág. 431), cabe señalar que
los casos considerados por la Casación se refieren especí-
ficamente a los cumplimientos defectuosos de las obligaciones,
dejando en vigencia el principio según el cual la acción de
daños y perjuicios contractuales debe intentarse como conse-
cuencia de la resolución o del cumplimiento del contrato".
DFMSC2 de 10-5-62.

24. -En el presente caso, se trata de la condición resolutoria


tácita, admitida por el legislador patrio en el artículo 1167
del Código Civil, implícita en los contratos bilaterales, dada
la naturaleza de los mismos, en los cuales las obligaciones
de las partes contratantes se sirven recíprocamente,a la vez.
La condición resolutoria expresa o tácita al verüicarse de
acuerdo con el artículo 1168 del Código Civil, repone las
cosas al estado que tenían como si la obligación no se hubiese
jamás contraído. Es decir, las mismas vuelven a su prístino
estado como si el contrato no se hubiese celebrado. De este

-46-
Art. 1167
concepto se derivan consecuencias de orden jurídico entre los
contratantes, tales como en el presente caso de resolución
misma. Nuestro legislador nada prevé respecto a las mejo-
ras, bien se trate de un caso de resolución expresa o de
resolución tácita, pacto comisorio. Sólo en materia de retrac-
to convencional que viene a ser una venta bajo, condición
resolutoria, el artículo 1544 del Código Civil establece, que
al hacerse uso del derecho de retracto se debe reembolsar al
comprador no sólo el precio recibido, sino también los gastos
y costos de la venta, los de las reparaciones necesarias y los
de las mejoras que hayan aumentado el valor del fundo
hasta concurrencia del mayor valor que éste tenga.

Si nos vamos a la doctrina, nos encontramos con criterios


divergentes en relación con el pago de las mejoras cuando
se trata del pacto comisorio, o sea, de la condición resolu-
toria en los contratos bilaterales. En efecto, Henry de Page.
Traite Elementaire Droit Civil BeIge. Tome Deuxieme. Pág.
758, NQ 834, se expresa en estos términos: "Condición Reso-
lutoria Tácita. ¿ Es lo mismo en la condición resolutoria táci-
ta? A nuestro parecer no, porque la condición resolutoria
prevista por el artículo 1184 (Lex commissoria) es una san-
ción establecida contra la inejecución culposa por una de las
partes, de sus obligaciones.

Nosotros nos encontramos en presencia de un derecho en


germen que no -debe ser protegido sino en la medida limitada,
el cual ha sido establecido. Nosotros nos encontramos en
presencia de un incumplimiento, de una falta que si ella es
juzgada suficientemente grave sea por el Juez, sea por las
partes mismas: pacto comisorio expreso, lícita por aplicación
del artículo 1134 del Código Civil, ¿ataca al contrario de
muerte y justifica este aniquilamiento integral aún para su
pasado? ¿No es, pues, esto conforme a la intención de las
partes? Cómo admitir que en caso de un incumplimiento
grave justificando la resolución del contrato el demandante
no recupere su bien sino afectado de carga que lo graven pen-
diente un largo tiempo, que le priven del goce. Por otra
parte, ¿ no es el deudor que cae en falta el que debe soportar
toda la consecuencia de su conducta, comprendida la indem-
nización de aquellos a quienes ha dado el goce' del bien, espe-
cialmente por arrendamiento?"

-47-
Art. 1167
Más adelante, el anotado autor, se expresa en estos términos:
en relación con las mejoras, después de expresar que las
reglas que son propias a la restitución después de la' nulidad
o decisión de un contrato se aplican a la condición resolu-
toria tácita prevista por el artículo 1184, (Mejoras. Cuando
las mejoras han sido hechas al bien transmitido, y que el
título traslativo es posteriormente anulado, la teoría de las
impensas se aplica en proceso de aquel que ha efectuado
las mejoras. Ningún texto lo decide formalmente, pero la so-
lución resulta suficiente de los principios de nuestro derecho.
Los artículos 1673, 1674, 1635 Y 1381 lo indican claramente
y pueden ser invocados por analogía. Conforme a los prin-
cipios generales, las impensas necesarias deben ser integral-
mente reembolsadas; las impensas útiles, a concurrencia del
más valor solamente; las impensas suntuarias, en fin, no
dan lugar a ninguna indemnización). Sent. 7 de marzo 1967.
Corte Supo Tercera (D. F. Y E. M.).

JURISPRUDENCIA DE CA8ACION

1. - " ... en general la indemnización de daños y perjuicios es


un derecho accesorio del acreedor y un derecho que se puede
ejercer en punto de contratos sinalagmáticos por vía de acción
directa y exclusiva; esto es, independientemente de una acción
de ejecución o de resolución del contrato respectivo ... ".
M. 1921, p. 431.
2. -Para el ejercicio de la acción resolutoria implícita en los con-
tratos bilaterales no se requiere que la parte respecto de la
cual no se ha ejecutado la obligación deba previamente tratar
de que el deudor efectúe el pago. Nada dice el texto del ar-
ticulo en tal sentido. De modo que someter el ejercicio de la
acción resolutoria al previo requerimiento a que alude el
fallo es imponer el cumplimiento de un requisito no exigido
por el artículo (1167) C. C. Oct. 18, 1948.
3. _" ... (en esta acción) debe considerarse si el incumplimiento
arrastra íntegramente todo el contacto, quedando de una vez
privada la otra parte de todos los beneficios y utilidades ...
o si se trata del incumplimiento parcial ... que no afectan el
contrato en su totalidad. " En uno y otro caso no es posible
confundir las consecuencias que resulten de la inejecución
ni establecer paridad en los perjuicios que se deriven de
ellas ... " M. 1936, p. 383.

-48-
Art. 1167
4,.,-" ... la acción de daños y perjuicios por incumplimiento de con-
tratos ., .no necesita ser subordinada al 'ejercicio de ninguna
otra acción (pero si el actor así lo hace) el tribunal deberá
sentenciar de acuerdo con la forma en que fueron deducidas
las acciones ... " 1941, t. 2, p. 66.

5.-'-Hechos extraños no imputables a la parte no pueden ser


motivo de resolución. M. 1936, p. 381.

6. -Rechazar una demanda de cumplimiento a Una obligaci6n,


so pretexto de que ella puede conducir para su ejercicio a
actos de violencia contra la persona· del deudor, es tanto
como anticiparse a resolver un problema que sólo puede sur-
gir en ejecución del fallo, una vez que el condenado se niegue
a cumplir la obligación voluntariamente. G.F. T.9, 21) etapa,
p. 55.

7. -Si el contrato de venta existe pero falta el documento que


lo contiene, al Juez tan sólo corresponde comprobar su exis-
tencia y, al hacerlo, el fallo reemplazará al acta. Se trata de
una declaración extraña al consentimiento de las partes
puesto que ya éste existe y en la que el Juez se sustituye al
vendedor con el objeto de proveer de un título al comprador.
Que tal declaración se solicite en el libelo, o posteriormente,
en ejecucién del fallo, nada tiene que ver con la constitucio-
nalidaddel pedimento. G.F. T.9, 21) etapa, p.56.

S.-El Código Civil NO PROHIBE DIRECTA NI INDIRECTA-


. MENTE' QUE SE PROMUEVA ACCION DE .DA:f'tOS y
PERJUICIOS INDEPENDIENTEMENTE DE LA RESOLU-
CION O DE INCUMPLIMIENTO DE CONTRATO. G. F.
T: 12,2llo etapa, p. 166. (En idéntico sentido G. F. T. 2,
2llo etapa, p. 433.
9-Corresponde a la parte quien pide la ejecución de una obliga-
ción probar los hechos que dan nacimiento a la obligaci6n
demandada, pero no demostrar que su acci6n o derecho no
se han extinguido, toda vez que la 'prueba de su extinción
corresponde a quien pretenda haber sido liberada de ella.
G.F. T.27, p. 9.

10.-"; .. la: doctrina y la jurisprudencia han sostenido que en


loscoiltratos de prestaciones periódicas o sucesivas, o bien
de ejecución progresiva o gradual, que van cumpliéndose por

-49-
Art. 1167
partes, como sucede en el contrato de alquiler, en los arren-
damientos de servicios, contratos de obras o empresas de
construcción, no tiene aplicación el efecto retroactivo de la
resolución; que el incumplimiento, salvo una causa específica
que afecte a la obra misma, a su desempeño, no acarrea en
estos contratos una verdadera y propia resolución, o con su-
presión de los efectos pasados, sino tan sólo una resiliaci6n,
o sea, mera extinción del contrato para lo sucesivo, dejando
subsistir los efectos ya realizados ... " Fed. 5-12-44.

H.-Largo sería continuar haciendo comprobaciones en códigos y


comentadores; basta saber que este fen6menos de indefini-
ción de los dos conceptos, no es completamente arbitrario;
ese lindero flotante entre acciones de rescisión, de resoluci6n,
y puede agregarse de anulación, se explica, en' parte, porque
si bien cada una de ellas conduce a veces a resultados algo
diferentes, es lo cierto que cuando se trata de deshacer con-
contratos traslativos de propiedad, todas conducen a idénti-
cos resultados, por lo cual la denomir. ..ción que se les dé en
el libelo carece de importancia. Pensando en esto ha podido
muy bien decir Planiol: "En fin, se puede observar que las
acciones en nulidad o en rescisión hacen el oficio de condi-
ciones resolutorias, pues no se está seguro de antemano que
sean ejercidas y que triunfen, y cuando tienen éxito extin-
guen retroactivamente el acto anulado tal como lo haria una
condición resolutoria realizada". Tomo 1, página 809. Y en
la página 810, insiste así: "Las acciones en nulidad o en res-
cisión, cuando se dirigen contra una enajenación, producen
el mismo efecto que las condiciones resolutorias ... "

Comprendiéndolo así el propio legislador, al prever los moti-


vos de ruptura de contratos, en muchos casos no da a las
acciones que de tales motivos pueden nacer, una denomina-
ci6n característica, ni técnica, sino que prefiere' valerse de
expresiones genéricas triviales, tomadas al lenguaje corriente,
considerando función propia del Juez, precisar la índole y
consecuencias en cada caso, como por ejemplo: en el Código
Civil, artículo 1440 "no surtirá efectos", o "no producirá nin-
gún efecto"; artículos 1485-1496 in fine, 1498, 1499, 1639:
"podrá desistir del contrato"; 1673, 1677: "pedir o demandar
la extinción de la sociedad" (porque no se quiere continuar
en ella). En el Código de Comercio, artículo 318, "no se acaba

-50-
Art. 1167
la sociedad"; 387: "no se acaba el contrato de comisión";
artículo 492: "se concluye el contrato"; artículo 225: "deman-
dar la disolución".

Toda esta larga disquisición sobre la influencia que pueda


atribuirle el Juez al mero nombre dado a la acción en el libelo
fue necesaria para poder precisar el sentido que en el artículo
162, infringido, debe darse a la expresión "acción deducida",
y poder concluir, como lo hace ahora esta Corte, que se
infringe dicho artículo cuando el Juez, ateniéndose solamente
al nombre dado a la acción, se desentiende de la causa peten-
di, o sea, de los elementos intrínsecos o internos alegados,
como constitutivos de la razón de pedir. En este punto el
artículo 162 tiene su complemento explicativo en el artículo 12
ejusdem, cuando ordena a los jueces decidir de acuerdo con
lo alegado y probado, pues el solo nombre dado a una acción
no constituye un alegato, o medio de defensa. G.F. N9 6,
2'" etapa, p. 130.

12.-Si e-in relación al artículo 1.167 del Código Civil se decidiera


que la acción de daños y perjuicios debe ejercerse inevita-
blemente cuando se alega incumplimiento de contrato, la
misma razón obligaría a decidir que siempre debe ir acom-
pañado o precedida de la acción de resolución o de la ejecu-
ción, lo cual desmienten a diario la doctrina y la jursipru-
dencia, tanto porque el precepto se limita a decir "puede a
su elección", con miras a la economía de los procesos, como
porque esas tres acciones no son dependientes una de otra,
sino que todas son hermanas nacidas de una misma fuente,
que es el incumplimiento, y con base en éste puede ejercerse
aisladamente una cualquiera de ellas, con igual autonomía que
las otras, o acumularse las que no sean incompatibles, como lo
serían la resolución y la ejecución del contrato, o las mismas
incompatibles, una como subsidiaria de la otra. G. F. N9 8,
Vol. n, Segunda Etapa, Pág. 147. Sent. de 8-6-55.

Art. 1168 Art. 1168


En los contratos bilaterales, cada contratante puede
negarse a ejecutar su obligación si el otro no ejecuta la
suya, a menos que se hayan fijado fechas diferentes para
la ejecución de las dos obligaciones.

-51-
Art. 1168
JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA
l.-JTR. Vol. V, Pág. 226. Ahora bien, la referida disposición
legal, está basada en la equidad, pues no es justo que una
parte que no haya cumplido totalmente su compromiso pueda
exigir a la otra parte el total cumplimiento de su obligación
correlativa. Y conforme' a los principios doctrinales y juris-
prudenciales que informan la materia, es de libre apreciación
del Tribunal aquilatar si el incumplimiento de una parte
compensa el incumplimiento de la otra y así en el caso de
autos el Sentenciador considera que el incumplimiento parcial
de la demandada señora M. al no pagar a S. la cantidad de
Cinco Mil Quinientos Cuarenta y Tres Bolívares (Bs. 5.543,00)
anteriormente referida, está compensado por el incumplimiento
por parte de S., ya mencionado, de no colocarle al piso de
granito en cuestión, el friso o rodapié a que se comprometió
por el referido contrato, rodapié este que indudablemente
hubiera influido en un mayor valor del edificio. Todo lo cual
implica que está probado en el presente caso, a favor de la
demandada la existencia de la excepción prevista en el citado
artículo 1168' del Código Civil. 1SC2 de 24-1...56.

2.~JTR. Vol. V, Pág. 227. No puede en ninguna forma decirse


que el actor haya incumplido sus obligaciones; lo que ha hecho,
según lo alega el demandado, es 'negarse a recibir el pago;
pero al suceder ese caso le queda al reo su derecho de oferta
y depósito. 6IC de 26-1-56.

3.-Por lo que hace la excepcion non adimpleti coritractus, pre-


vista eh el artículo 1168 del Código Civil y opuesta como de
fondo por la demandada, cabe observar: En el caso de autos
resulta improcedente dicha excepción por la circunstancia
de no haberse demandado la ejecución del contrato sino su
resolución caso en el cual no cabe oponerla, En éfecto, dice
la norma que pauta esta excepción: "En los contratos bilate-
rales cada contratante puede negarse a ejecutar su obligación
si el otro no ejecuta la suya ... ". No estamos entonces bajo
el supuesto de hecho previsto. En tal sentido se ha pronuncia-
do nuestra Casación en la cual se asienta "Evidentemente, la
acción intentada es por resolución del contrato, en virtud de
la condición resolutoria, implícita en todo contrato bilateral,
según lo previsto en el artículo 1167 del Código Civil. La
excepción non adimpleti contractus, contemplada en el ar-

-52-
Art. 1168
tículo 1168 del Código Civil, tiene aplicación cuando uno de
los contratantes se niegue a ejecutar su obligación si el otro
no ejecuta la suya, es indispensable, pues, que una de las
partes pida el cumplimiento de las obligaciones derivadas
del contrato pura que la otra pueda poner la excepción de con-
trato no cumplido. Por lo tanto el artículo 1168 del citado
Código no es aplicable cuando ha sido ejercida la acción de
resolución de contrato como en el caso de autos. Es, pues,
indudable que el sentenciador ha aplicado mal el artículo 1168
del Código Civil, tratándose del ejercicio de la acción resolu-
toria prevista en el artículo 1167 ejusdem, y, en consecuen-
cia, que ambas disposiciones han sido infringidas; y así se
declara". (Sent. 8-6-60; Jurisprudenca de la Casación, Osear
Lazo, Código Civil, págs. 594 y 595).

Con base. en las anteriores consideraciones es claro que


no se hace lugar la 'excepción en estudio. Así se establece.
DFMSC3 de 29-4-66.

4. -Por lo que hace la excepción non adimpletí contractus, pre-


vista en el artículo 1168 del Código Civil y opuesta como de
fondo por la demandada, cabe observar En el caso de autos
resulta improcedente dicha excepción por la circunstancia
de no haberse demadado la ejecución del contrato sino su
resolución caso en el cual no cabe oponerla. En efecto, dice
la norma que pauta esta excepción: "En los contratos bila-
terales cada contratante puede negarse a ejecutar su obliga.
ción, si el otro no ejecuta la suya ... " . No estamos entonces
bajo el supuesto de hecho previsto. En tal sentido se ha
pronunciado nuestra Casación en la cual asienta: "Evidente-
mente, la acción intentada es por resolución del contrato, en
virtud de la condición resolutoria, Implícita en todo contrato
bilateral, según lo previsto en el artículo 1167 del Código Civil.
La excepción non adimpleti contractus, contemplada en el
artículo 1168 del Código Civil tiene aplicación cuando uno de
los contratantes se niegue a ejecutar su obligación si el otro
no ejecuta la suya, es indispensable, pues, que una de las
partes pida el cumplimiento de las obligaciones derivadas
del contrato para que la otra pueda oponer la excepción de
contrato no cumplido. Por lo tanto el artículo 1168 del citado
Código no es .aplicable cuando ha sido ejercida la acción de
resolución de contrato como en el caso de autos. Es, pues,
Indudable que el sentenciador ha aplicado mal el artículo 1168

-53 -'-
t\rt. 1168
del Código Civil, tratándose del ejercicio de la acción resolu-
toria prevista en el artículo 1167 ejusdem, y, en consecuencia,
que ambas disposiciones han sido infringidas, y así se declara".
(Sent. 8-6-60; Jurisprudencia de la Casación, Osear Lazo,
Código Civil. pág. 594 y 595) •.
Con base en las anteriores consideraciones es claro que no se
hace lugar la excepción en estudio. Así se establece.
DFMSC3 de 25-1-66.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-Es indispensable que una de las partes pida el cumplimiento


de las obligaciones derivadas del contrato, para que la otra
pueda oponer la excepción de contrato no cumplido. Por tanto,
el Art. 1168 C. C., no es aplicable cuando ha sido ejercida la
acción de resolución de contrato. G. F. T. 28, 2l!o etapa, p. 255.

§ 49

De la representación

Art. 1169 Art. 1169

Los actos cumplidos en los límites de sus poderes por


el representante en nombre del representado, producen
directamente sus efectos en provecho y en contra de
este último.
El poder para celebrar en nombre de otro un acto para
el cual exija la ley instrumento otorgado ante un Registra-
dor Subalterno, debe ser hecho en esta misma forma. Si el
poder se refiere a actos para los cuales es necesaria y sufi-
ciente la escritura privada, puede ser hecho en esta misma
forma, aunque el acto se otorgue ante un Registrador.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. V, Pág. 725. Este razonamiento a pesar de que es


inadmisible por la sencilla razón de que si un instrumento es
nulo todo el acto contenido en él también lo es, existiria en el

-54-
Art. 1169
presente caso la disposición del artículo 1169, el cual en con-
cordancia con el articulo 1685, 1920 Y 1924 del Código Civil,
ordena que el poder para celebrar en nombre de otro un acto
para el cual la ley exija instrumento otorgado ante un Regis-
trador Subalterno, debe ser hecho en la misma forma. Por lo
tanto, estando sometidos a las formalidades de Registro, todo
acto entre vivos sea a título gratuito, sea a título oneroso,
traslativo de propiedad de inmuebles o de otros bienes o
derechos susceptibles de hipoteca, es indudable que el mandato
para tales actos no puede constituirse por documento privado
ni verbal, sino por documento registrado. Por consiguiente,
suponiendo que el poder presentado por el doctor G. se hubiera
convertido en un instrumento privado por no haberse cumplido
con las formalidades ya señaladas, la representación del Dr.
G. no existiría, porque la ley le exigía para poder vender
inmuebles y ceder créditos, un poder registrado por estar estos
actos sometidos por la ley a la formalidad del Registro, y en el
presente caso, el poder original por él presentado que llenaba
la formalidad del Registro, era nulo por las razones ya
expuestas.
Esta disposición contenida en el artículo 1169 del Código
Civil considera el Tribunal que es una disposición de orden
público, establecida no sólo en favor de los terceros sino en
favor de las partes, pues la obliga a meditar sobre la impor-
tancia del tal acto que podría resultarle funesto (como en el
presente caso). La obligatoriedad del poder registrado para
los actos que la ley somete a la formalidad del Registro es
indispensable para la validez del acto, pues la ley dice "debe",
osea, que impone obligatoriamente a las partes, no siendo
facultativo para éstos recurrir a otros medios. En conse-
cuencia, la sanción para el caso de violación del artículo 1169
segunda parte es la nulidad del mandato. HC1 de 11-10-56.

2.-JTR. Vol. IV, tomo 1, Pág. 35 Y 36. El Tribunal estima que al


negársele validez a la representación que exhibieron los doc-
tores V. C. F. de G., J. Ch. R., como mandatarios de los accio-
nistas doctores E. A., P.K., y A. J. B., se violó el articulo 1169
del Código Civil, que establece el derecho que tiene toda
persona de hacerse representar por otra en la realización de
los actos jurídicos, pues tal disposición general debe ser
acatada, amenos que exista una disposición especial de la Ley
o de los Estatutos que la modifiquen la cual no existe en el
presente caso. 11IC de 17-8-55.

-55-
1169
S.-Ninguna disposici6n venezolana impone el que la liquidación
y participación de un acervo hereditario deba hacerse necesa-
riamente ante un Registrador Subalterno, y de consiguiente
no hay obligación de otorgar ante dicho funcionario los manda-
tos que puedan conferirse con tal fin, a lo que se agrega que
el artículo 1116 ejusdem, al atribuir en su contenido a la partí-
ci6n ser declarativo y no traslativo de la propiedad a los co-
herederos, excluye también el concepto de que ·la .partici6n
o los poderes para llevarla a cabo deban necesariamente cele-
brarse ante un Registrador Subalterno. La Corte, en conse-
cuencia, juzga que la aplicaci6n del citado artículo 1169, en lo
relacionado con los instrumentos que deban otorgarse ante un
Registrador, queda limitada a aquellos actos como las capitu-
laciones matrimoniales u otros, en que el legislador exija el
registro como necesidad de forma para la validez del acto.
Sentencia 2-6-49, Dr. Antonio Planchart H. "Jurisprudencia
Anotada", págs. 53 y 54.

.t -El análisis de la disposici6n transcrita evidencia que la for-


malidad del registro del poder s6lo es necesaria cuando la Ley
exija para la celebraci6n del acto mismo instrumento otorgado
ante un Registrador Subalterno. De modo de que cualquier
contrato consensual, aún traslativo de propiedad sobre in-
muebles, podría ser celebrado por apoderado constituído por
documento privado, ya que la formalidad del registro puede
cumplirse posteriormente, a los solos efectos de su oposici6n
a terceros. No es necesaria para la existencia jurídica, por
ejemplo.. de un contrato de compra-venta de un inmueble, el
otorgamiento de un instrumento ante el Registrador Subalterno.
La compra-venta existe antes de que ocurra este hecho, y es
precisamente porque existe por lo que el vendedor queda
obligado en tal sentido, al tenor de lo dispuesto en los
articulos 1486 y 1488 del C6digo Civil. DFIC1 de 15-10-48.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-Nada se opone a que las compañías mercantiles incurran en


las obligaciones de daños y perjuicios, por raz6n de los hechos,
aún los ilícitos, de sus agentes o representantes, según el
texto y el espíritu de nuestra legislación. Tal responsabilidad
viene a ser en definitiva la cualidad pasiva para estar en el
juicio que en aquélla se ventile. G. F. T.l,O, 1. etapa, p. 307.

-56-
Art. 1169
2.-" ... resulta improcedente la denuncia del Art. 1169 C. C.... ya
que la cuestión de .si el representante- procedió o no dentro
del límite de sus poderes, depende de la apreciación de los
instrumentos respeetivos de mandato hecha por los jueces del
mérito dentro de sus atribuciones legales ... " . Sent. del
28 mayo 1968.

Art. 1170 Art. 1170


El representado que había limitado o revocado la facul-
tad conferida al representante, no puede oponer esta limi-
tación o revocación a los terceros que no hayan tenido cono-
cimiento de ellas al tiempo de la celebración del acto o
contrato.

Art. 1111 J\rI. 1171


Ninguna persona puede, salvo disposición contraria de
la ley, contratar consigo mismo en nombre de. su represen-
tado, ni por cuenta propia, ni por cuenta de otro, sin la
autorización del representado. En todo caso, éste puede
ratificar el contrato.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-Esta Sala estima ajustada la interpretación (dada por la


recurrida al Art. 1171 C. C.) según la cual el referido texto
de Ley prohibe la representación simultánea de intereses
contrapuestos en un mismo negocio jurídico de carácter sina-
lagmático; en :el caso de autos de vendedor y compradores,
en que un solo declarante ha sido portavoz de todos los con-
tratantes. Tampoco consta autorización expresa del vendedor,
demandante, para celebrar el pacto impugnado, ni tampoco
de autos que dicho pacto hubiera sido ratificado. G. F. NQ 9,
1~ etapa, p. 578. Sent. del 13-12-54.

2.-"En cuanto al artículo 1171 del Código Civil, que también se


denuncia, alega el formalizante que esa disposición fUE! infrin-
gida por la recurrida al reconocerle la validez y eficacia a la
fianza otorgada por el señor M., como Administrador Gerente

-57-
Art. 1171
de la Compañía A ... , de F ... , a favor de la Compañía G... ,
La P ... , a pesar de que esa fianza fue prestada por aquél
para garantizar obligaciones personales del propio M ....

El referido artículo del Código Civil dice así

"Artículo U71.-Ninguna persona puede, salvo disposición


contraria de la ley, contratar consigo mismo en nombre de
su representado, ni por cuenta propia, ni por cuenta de otro,
sin la autorización del representado. En todo caso, éste pue-
de ratificar el contrato".

La sentencia recurrida estableció al respecto, de manera


escueta, que en el presente caso el señor M., no contrató
consigo mismo, como es la hipótesis contemplada en dicho
artículo, por lo cual éste no pudo ser violado.

La Corte comienza por observar que esta cuestión es de tal


importancia en el proceso, y también de tal trascendencia
general, que ello no es para ser decidida con un criterio tan
simplicista y casuístico como lo hace dicho fallo.

En virtud del fundamento jurídico y ético de dicha previsión


legal, es preciso, con vista de los términos en que está con-
cebida y la intención del legislador al dictarla, hacer un análisis
cuidadoso de la situación de derecho derivada del contrato de
fianza de que se trata.

Puede establecerse, ante todo, que antes de que esa fianza


fuera otorgada existía sólo una relación contractual directa
y simple entre P ... M... , y la Compañía G... La P ... , deri-
vada del contrato de subarrendamiento que existía entre ellos.
Esta situación cambió al otorgarse la fianza en nombre de
A. .. de F ... , pues, por medio de ella, se consumó la vincula-
ción de esta última a aquella relación contractual entre los
dos, y a la cual hasta entonces había sido completamente
extraña formándose así desde ese momento, una nueva relación
que podría decirse triangular.

En tal forma, pues, la fianza vino a constituir a A... de


F. .. en parte de una vinculación de la cual había sido hasta
entonces absolutamente extraña; y ese resultado, que vino a
erigirla en deudora solidaria de las obligaciones de P., M., fue

-58-
Art. 1171
obra de él mismo, actuando como representante de la misma
C ... , y tal operación fue llevada a cabo precisamente por él,
en su beneficio personal, por ser el deudor principal de las
obligaeiones 'objeto de su fianza.
Salta a la vista, pues, el evidente conflicto y oposición de
intereses entre P., M., representante del fiador, y P... M ... ,
deudor de la obligación afianzada, que lo obligaba a abstenerse
de intervenir, no sólo obedeciendo a las más elementales
consideraciones de delicadeza y de ética en el ejercicio de su
mandato, sino por virtud de la prohibición expresa contenida
en el mencionado artículo 1171 del Código Civil. Esa prohi-
bición, en concepto de este Supremo Tribunal, era indudable-
mente aplicable al caso.
Al basarse en una doctrina opuesta y reconocer validez y
eficacia a la referida fianza, cuya nulidad había sido oportuna-
mente invocada, la sentencia recurrida incurrió en infracción
del citado artículo 1171 del Código Civil. Así se declara.
Sentencia del 28 de mayo de 1968.

Art. 1172 Art. 1172


No se requiere que el representante tenga capacidad
para obligarse, basta que él sea capaz de representar a otro
conforme a la ley y que el acto de que se trate no esté
prohibido al representado.
Si la del representante está viciada, el acto es anula-
ble en beneficio del representado.
Si la voluntad del representado está viciada, el acto
es anulable siempre que el representante no haya hecho
sino expresar la voluntad del representado.

SECCION SEGUNDA

De la gestión de negocios

Art. 1173 Art. 1173


Quien sin estar obligado asume conscientemente la
gestiól1 de en negocio ajeno, contrae la obligación de contí-

-59-
Art. 1173
nuar la gestión comenzada y de llevarla a término hasta
que el dueño se halle en estado de proveer por sí mismo
a ella; y debe también someterse a todas las consecuencias
del mismo negocio y a todas las obligaciones que resul-
tarían de un mandato.

El gestor procurará mediante avisos por la prensa y por


cualquier otro medio ponerse en comunicación con el dueño.

Quien es incapaz de aceptar un mandato es también


incapaz de obligarse como gestor de negocios; será siempre
responsable de los daños que ha causado y estará obligado
en razón de su enriquecimiento sin causa.

Art. 1174 Art. 1174

Está también obligado a continuar la gestión, aun


cuando el dueño muera antes de que el negocio esté conclui-
do, hasta que el heredero pueda tomar su dirección.

Art. 1175 Art. 1175

Está igualmente obligado a poner en su gestión todo el


cuidado de un buen padre de familia. La autoridad judicial
puede, sin embargo, moderar el valor de los daños que
hayan provenido de culpa o negligencia del gestor, según
las circunstancias que lo han movido a encargarse del
negocio.

Art. 1176 Art. 1176

El dueño cuyo negocio ha sido bien administrado, debe


cumplir las obligaciones contraídas por el gestor en su
nombre, indemnizarlo de todas las obligaciones que haya
contraído y reembolsar los gastos necesarios o útiles, con
los intereses desde el día en que haya hecho esos gastos.

-60-
Art. 1176
Esta disposición no se aplica a la gestión comenzada o
a los actos de gestión ejecutados a pesar de la prohibición
del dueño, a menos que esta prohibición sea contraria a la
ley, al orden público o a las buenas costumbres.

Art. 1177 Art. 1177


La ratificación del dueño produce los efectos del
mandato en lo que concierne a la gestión, aunque ésta haya
sido cumplida por una persona que creía gestionar su
propio negocio.

SECCION TERCERA

Del pago de lo indebido

Art. 1178 Art. 1178


Todo pago supone una deuda: lo que ha sido pagado
sin deberse está sujeto a repetición.

. La repetición no se admite respecto de las obligaciones


naturales que se han pagado espontáneamente.

1. -JTR. Vol. VII, tomo 1, Pág. 1122. " ... El fiador constituido
para responder de las resultas de un juicio no puede ser obli-
gado a pagar todo lo que resulte deudor el fiado, si esto es
superior a la suma por la cual se obligó a responder conforme
al monto fijado por el Juez ... ". DFMIC1 de 30-6-59.

2 ~-JTR. Vol. VIII, Pág. 631 " ...la demanda por pago de lo in-
debido es de naturaleza esencialmente civil, por su objeto y
por las normas que la rigen ... ". DFMIT3 de 31-3-60.

3.-JTR. Vol. VIII, Pág. 634 " ... para que se configure la excep-
ción de cosa juzgada es menester que sea una misma la causa
pretendi en un juicio anterior y en el nuevo juicio. Ahora bien,
no existe esa identidad cuando en el primer juicio se condenó
al demandado a pagar una determinada suma, y en el nuevo

-61-
Art. 1178
proceso la parte condenada pide la repetición de una cantidad
indebidamente pagada en virtud de la sentencia que recayó
en el juicio anterior ... '. DFMIT4 de 29-7-60.

4. -Ahora bien, en el presente caso, el actor reclama al deman-


dado el pago indebido de la cantidad de doscientos doce mil
bolívares (Bs. 212.000,00) basado en el artículo 1178 del
Código Civil.

El pago de lo indebido está consagrado en nuestro Código


Civil por los artículos 1178 al 1183, en los que se prevén los
casos que dan lugar a la acción de repetición y los efectos del
mismo. Para que sea admisible la acción de repetición se
requiere que el transferimiento de cualquier bien del accionan-
te contra el accionado se haga a título de pago y que la entre-
ga de la cosa se haga en ejecución de una deuda supuesta.

Nuestra legislación prevé tres casos de pago de lo indebi-


do: 19 ) Cuando hay ausencia de deuda. 29 ) Cuando hay una
deuda que se paga a una persona que no es el acreedor y 39 )
Cuando hay una deuda pero pagada por un persona que no
es el deudor. Según la opinión dominante estos son los tres
casos posibles en los cuales se concibe el pago de 10 indebido.
En el primero, hay ausencia de deuda en el sentido absoluto de
la palabra; en el segundo hay deuda para el que paga, pero el
que recibe el pago no es el verdadero acreedor, y en el terce-
ro hay igualmente deuda pero no es deudor el que paga. En
todos los casos, el pago se hace, no tiene base, no tiene
razón de ser, no hay causa para aquel que paga.

La doctrina tiene admitido que cuando entre las partes media


un contrato, no se puede hablar de pago de lo indebido ya
que éstos se rigen por normas expresas en cuanto a su ejecu-
ción o inejecución, su nulidad y resolución, así mismo en
cuanto a los daños y perjuicios que puedan surgir de los mis-
mos por inejecución. A este respecto, la jurisprudencia tiene
consagrado que la acción de repetición no procede cuando el
pago ha tenido lugar en cumplimiento de una obligación, aún
en la hipótesis de que la otra parte no cumpla la obligación
que le es inherente porque falta la condición de la causa falsa.
DFMSC3 de 2-2-66.

-62-
Art. 1178
JURISPRUDENCIA DE CASACION

1. -Conforme al artículo 1178 del Código Civil: "Todo pago


supone una deuda; el que ha sido pagado sin deberse está
sujeto a repetición". Y según el artículo 1179 del mismo
Código "la persona que por error ha hecho un pago a quien
no era su acreedor, tiene derecho a repetir 10 que ha pagado.

Ahora bien, cuando la deuda la hay en virtud de una sentencia


definitivamente firme y en virtud de esa sentencia se paga,
mal puede alegarse error y estar ese pago sometido a repeti-
ción. Darse al perdidoso derecho para anular aquella senten-
cia por error de pago, en razón de no haberse traído oportuna-
mente a los autos, los elementos probatorios demostrativos
de la verdadera cantidad debida, es crear una causal de in-
validación de los juicios, cuando para éstos hay un proce-
dimiento especial con causales taxativas, en el Título ... XVlII
del Código de Procedimiento Civil Libro Tercero, Parte Pri-
mera. Sentencia del 26 de junio de 1963.

Art. 1179 Art. 1179

La persona que por error ha hecho un pago a quien no


era su acreedor, tiene el derecho de repetir lo que ha
pagado.

Este derecho no pertenece a aquel que, creyéndose


deudor, paga al verdadero acreedor, cuando éste se ha
privado de buena fe de su título o de las garantías de su
acreencia, o ha dejado prescribir su acción. En este caso,
el que ha pagado tiene un recurso contra el verdadero
deudor.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.--Quien alega haber pagado por "error" tiene que probar tal
error. Sent. del 2 de julio de 1968.

-63-
ArL 1180
Art. 1180

Si quien recibió el pago lo hizo de mala fe, esta obliga-


°
do a restituir tanto el capital como los intereses, los frutos
desde el día del pago.

JURISPRUDENCiA DE CASACION
l.-Para poder operar este" artículo (1180 C.C.) es necesario
que la demanda o reconvención sea declarada con lugar.
G. F. NQ 54, p. 482. Sent. del 14 die. 1966.

Art. 1181 Art, 1181

Quien ha recibido indebidamente una cosa determina-


da, está obligado a restituirla, si subsiste.
Quien la ha recibido de mala fe, estará obligado a res-
tituir el valor de la cosa que ha perecido o se ha deteriorado
aun por cosa fortuito, según la estimación que se haga para
el día del emplazamiento para la contestación de la deman-
da de restitución, salvo el derecho, para quien ha dado la
cosa indebida, de exigir la misma cosa deteriorada y además
una indemnización por la disminución de su valor.
Quien recibió de buena fe la cosa indebida estará
obligado, en caso de que no subsista o de deterioro, a la
indemnización hasta el monto de lo que se ha convertido
en su provecho.

ArL 1182 Art. 1182

Quien ha recibido la cosa de buena fe y la enajena


ante de conocer su obligación de restituirla, está obligado
<' restituir el equivalente por él recibido, o a ceder la acción
para obtenerlo. Sí la enajenación ha sido hecha a título
gratuito, el tercer adquirente queda obligado, dentro del
limite de su enriquecimiento, para con el que ha hecho
el pago indebido.

-64-
Art;. 1182
Quien ha recibido la cosa de buena fe, y la enajena
después de haber tenido conocimiento de su obligación de
restituir, queda obligado a restituir la cosa en especie o su
valor, según la estimación que se haga para el día en que
se exija la restitución, salvo, para quien haya pagado inde-
bidamente, el derecho de exigir la prestación recibida en
virtud de la enajenación o la acción para obtenerla. En
caso de enajenación a título gratuito, el adquirente, a falta
de restitución de parte del enajenante, queda obligado den-
tro del límite de su enriquecimiento para con el que ha
hecho el pago indebido.

Art. 1183 Art. 1183


Aquel a quien se hubiere restituido la cosa, deberá
reembolsar, aun al poseedor de mala fe, los gastos hechos
para la conservación de la cosa, así como los gastos útiles
de conformidad con el artículo 792.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-El pago de lo indebido está consagrado en nuestro Código


Civil por los artículos 1178 al 1183, en los que se prevén los
casos quedan lugar a la acción de repetición y los efectos del
mismo. Para que sea inadmisible la acción de repetición se
requiere que el transferimiento de cualquier bien del accionan-
te contra el accionado se haga a título de pago y que la entre-
ga de la cosa se haga en ejecución de una deuda supuesta.
Nuestra legislación prevé tres casos de pago de lo indebi-
do: 19 ) Cuando hay ausencia de deuda. 29 ) Cuando hay una
deuda que se paga a una persona que no es el creedor y 39 )
Cuando hay una deuda pero pagada por una persona que no
es el deudor. Según la opinión dominante estos son los tres
casos posibles en los cuales se concibe el pago de lo indebido.
En el primero, hay ausencia de deuda en el sentido absoluto de
la palabra; en el segundo hay deuda para el que paga, pero el
que recibe el pago no es el verdadero acreedor, y en el terce-
ro hay igualmente deuda pero no es el deudor el que paga. En
todos los casos, el pago que se hace, no tiene base, no tiene
razón de ser, no hay causa para aquel que paga.

-65-
Art. 1183
La doctrina tiene admitido que cuando entre las partes media
un contrato, no se puede hablar de pago de lo indebido ya
que éstos se rigen por normas expresas en cuanto a su ejecu-
ción o inejecución, su nulidad y resolución, así. mismo en
cuanto a los daños y perjuicios que puedan surgir de los mis-
mos por inejecución. A este respecto, la jurisprudencia tiene
consagrado que la acción de repetición no procede cuando el
pago ha tenido lugar en cumplimiento de una obligación, aún
en la hipótesis de que la otra parte no cumpla la obligación
que le es inherente porque falta la condición de la causa falsa.
DFMSC3 de 2-2-66.

SECCION CUARTA

Del enriquecimiento sin causa

Art. 1184 Art. 1184

Aquel que se enriquece sin causa en perjuicio de. otra


persona, está obligado a indemnizarla, dentro del límite
de su propio enriquecimiento, de todo lo que aquélla se
haya empobrecido.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. IV, tomo 1, Pág. 614. Esta disposición se incorporó


en nuestra legislación civil, tomándola del Proyecto de Código
de las Obligaciones franco-italiano, pero el principio venía ya
consagrado por la doctrina y la jurisprudencia, pues como
establece Josserand, Derecho Civil, Tomo 11. Volumen 1, Pág.
451, refiriéndose al enriquecimiento sin causa, como fuente
de las obligaciones: "en semejante eventualidad, el equilibrio
entre los dos patrimonios enfrentados se ha roto injustamente;
como en el .caso de delitos, pero en condiciones diferentes,
hay lesión injusta. Consistirá el remedio en dar al enriquece-
dor un crédito contra el enriquecido, lo mismo que se confiere
a la víctima de un delito una acción contra el autor del hecho
dañoso; en hacer así del enriquecimiento ilegítimo, lo mismo
que del delito o del cuasidelito, una fuente de obligaciones; en
armar al enriquecedor con una acción de indemnización, de
recuperación, que se llama acción de in rem verso. Esta

-66-
Art. 1184
2. -JTR. Vol. VI, tomo 1, Pág. 440. Esta accion es la que se ha
desequilibrio que se había producido sin causa jurídica en las
relaciones entre dos patrimonios. Al referirse a la primera
condición del enriquecimiento sin causa, en la pág. 456 de la
misma obra,dice: Es preciso que haya enriquecimiento, por
definición misma; un enriquecimiento cualquiera, material,
intelectual o moral". 17SC-215-1 de 26-9-55.

2.--JTR. Vol. VI, tomo 1, Pág. 440. Esta acción es la que se ha


denominado in rem verso, que nuestro legislador le ha dado una
fisonomía propia, catalogándola como acción subsidiaria. Es
menester, antes de entrar a resolver sobre el fondo, lo que en
derecho se entiende por enriquecimiento, y lo que en nuestra
legislación se denomina empobrecimiento, factores importan-
tes en la acción deducida, así como el concepto de causa que
es determinante en esta clase de juicios, ya que él comprende
a los dos conceptos, enriquecimiento y empobrecimiento, la
condición esencial en estas acciones la constituyen el enrique-
cimiento, que ha sido definido como la acción o efecto de
enriquecer a otro de todo provecho apreciable en dinero, en-
tendiéndose por esto último en el lenguaje jurídico, todo
aquello que regule la actividad humana en sus diversos aspec-
tos, ya sean físicos, pecuniarios o artísticos o de otra natura-
leza siempre. que sean apreciables en dinero. Ahora bien, el
empobrecimiento constituye también un factor importante en
esta clase de procesos, ya que está definido como el acto de
empobrecerse, privándosele a otro de sus recursos hasta el
estado de dejarlo pobre, es decir, ir perdiendo sucesivamente
lo que tenía y que constituía su patrimonio. El concepto de
causa, admitido en nuestra legislación, como requisito esencial
en los contratos, juega su papel importante en esta clase de
acciones, por Su naturaleza y alcance y por su eficiencia como
medio entre el enriquecimiento y. el empobrecimiento. Su
concepto amplio, ha dado lugar a diversas interpretaciones en
materia jurídica; pero sea en una u otra forma como se le
tome, él regula los actos y da vida a los contratos y las accio-
nes. 17SC de 12-4-57.

3. -"La doctrina y la jurisprudencia reconocen como fundamen-


tales (para la acción de enriquecimiento sin causa) los siguien-
tes: 1) que haya un enriquecimiento a expensas de otro, quien
se empobrece en la medida de aquel enriquecimiento y 2) que
no haya causa para el enriquecimiento, que éste no se justi-

-67-
Art. 1184
fique por alguna disposición legal o por la preexistencia de
alguna obligación contractual". Supo Primo D. F. Y E. M.
13 de enero 1964. (En igual sentido: DFMSC1 de 25-10-65)

4.-La acción in rem verso no puede prosperar, ni invocarse, cuan-


do la ley concede otras vías de acción. Supo Primo D. F. Y E. Mo
13-1-64.

5.-"Del carácter subsidiario de la acción de enriquecimiento se


desprenden las siguientes consecuencias: Cuando las partes
han regido sus relaciones por un contrato, es este contrato el
que debe ser aplicado, a menos que el enriquecimiento encuen-
tre su origen en un hecho absolutamente extraño al contrato,
o que el contrato haya sido declarado nulo, por lo que la ac-
ción in rem verso no puede ser invocada para suplir el incum-
plimiento y la ,prueba del contrato ni cuando la obligación se
haya extinguido por prescripción o caducidad o pretender
que la economía del contrato es injusta e inequitativa o para
facilitar a una de las partes la obtención de ventaja que el
contrato le niega". DFMSC3 de 10-8-65.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-Para la procedencia de la acción de rem verso, se requiere,


además de la prueba del perjuicio sufrido por el actor, la de un
beneficio CI ventaja de la parte demandada, y además, que tal
beneficio sea injusto o sin causa, es decir, que el enriquecido
no puede prevalerse de un hecho jurídico que lo autorice a
conservar el enriquecimiento. Sent. 24 marzo 1965.

2.-La acción in rem verso es, para la mayoría de los autores y


para la Corte, de naturaleza subsidiaria. Por tanto no puede
ejercitarse como principal. G. F. T. 20, p. 113.

COMENTARISTAS PATRIOS

Planchart Hernández, A. "Jurisprudencia Anotada" p. 14.


" Dicha acción requiere cuatro condiciones concu-
• o o

rrentes para que pueda prosperar, las cuales son: a) Enri-


quecimiento. b) Emprobrecimiento. e) Relación causal entre
el enriquecimiento y el empobrecimiento; y, d) Ausencia

-68-
Art. 1184
de causa. Por enriquecimiento hay que entender toda
adquisición de riqueza, bajo cualquier forma que sea, bien
adquiera el patrimonio .... o cuando se libre de una car-
ga .... o de un mayor valor que se ha incorporado a un
bien. .. No sólo la pérdida de la propiedad o del goce de
una cosa implican empobrecimiento, sino, también, una
pérdida de tiempo o de actividad por parte del empobre-
cido. . .. La ausencia de causa implica que el enriqueci-
miento, el empobrecimiento y la debida correlación entre
el uno y el otro no debe tener ninguna razón de ser, ninguna
justificación cualquiera que sea su naturaleza. Desde que
hay justificación cualquiera, hay enriquecimiento legíti-
mo. . . . La acción de enriquecimiento tiene un carácter
esencialmente subsidiario.... no se puede invocar el enri-
quecimiento sin causa si hay gestión de negocios, pago de
lo indebido, o gastos o construcción sobre el terreno de
otro .... "

SECCION QUINTA

De los hechos ilícitos

Art. 1185 Art. 1185


El que con intención, o por negligencia, o por impru-
dencia, ha causado un daño a otro, está obligado a repararlo.
Debe igualmente reparación quien haya causado un
daño a otro, excediendo en el ejercicio de su derecho, los
límites fijados por la buena fe o por el objeto en vista del
cual le ha sido conferido ese derecho.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

, l.-JTR. Vol. H, Pág. 175. "La acción deducida persigue el


resarcimiento de daños y perjuicios derivados, según el libelo
de demanda del incumplimiento parcial de una obligación con-
tractual, sin haberse demandado el cumplimiento de la misma
ni la resolución del contrato en el cual fue pactada. Según el
Derecho Civil Venezolano las fuentes de las obligaciones son

-69-
Arte 1185
los contratos, los cuasi-contratos y los hechos ilícitos y es de
doctrina y jurisprudencia entre nuestros tratadistas y los
Tribunales de la República que, cuando el hecho ilícito es la
fuente de la obligación que se demanda, la acción que persigue
la reparación debida a todo aquél a quien se ha causado un
daño y la cual esté regida por el artículo 1185 del Código Civil
(culpa aquiliana), es autónoma por su naturaleza, o sea, in-
. dependientementede toda otra acción y que, al contrario, en
el caso de que se trate de culpa contractual la acción de daños
y perjuicios, de conformidad con lo dispuesto en el artículo
11\37 ejusdem, es necesariamente subsidiaria a la ejecución
o resolución del contrato respectivo y, por lo tanto, no puede
ser deducida independientemente de la ejecución total o parcial
del mismo, según fuere el caso, o de su resolución. En el caso
de autos, con pretermisión de los principios expuestos, se ha
demandado en acción principal la reparación de daños y per-
juicios derivados, según se dice en el libelo de demanda, del
incumplimiento parcial de una obligación contractual y como
esta materia la acción de daños y perjuicios está subordinada
a la principal de la ejecución o resolución expresadas, la ac-
ción intentada contra el demandado es contraria a derecho y
así se declara". DFICl-202-1 de 21-7-52.

2.-JTR. Vol. n, Pág. 176. Ahora bien, la acción de daños y per-


juicios tiene en la legislación civil patria, diversas dísposícío-
nes que la rigen, ya se deriven los mismos de un hecho ilícito
o de relaciones contractuales entre los litigantes. La acción
que según el artículo 1185 del Código Civil tiene el que ha su-
frido daños, puede derivarse de la intención, de la negligencia
o de la imprudencia de otra persona, y en estos casos en que
el hecho ilícito es la fuente de la obligación que se demanda,
la acción de daños y perjuicios es autónoma, para lograr la re-
paración que la ley impone a todo aquel que cause un daño
a otro. Ello equivale a decir, que la acción aquilíana, para
reclamar daños causados por intención, negligencia o impru-
dencia, como también por exceso en el ejercicio de un derecho
más allá de los límites fijados por la buena fe, o por el objeto
en vista del cual le ha sido conferido ese derecho, es indepen-
diente de toda otra acción. Lo contrario acontece en el
caso de culpa contractual en que la acción por daños o perjui-
cios es necesariamente subsidiaria al cumplimiento de un
contrato o a la resolución del mismo, conforme al articulo
1167 del Código Civil. DFSC2-63-1 de 4-3-52.

-70-
Art. 1185
3;-JTR. Vol. 11, Pág. 179. La acción que según el artículo 1185
del Código Civil tiene el que ha sufrido daños, puede derivarse
de la intención, de la negligencia o de la imprudencia de otra
persona y en estos casos en que el hecho ilícito es la fuente
de la obligación que se demanda, la acción de daños y perjui-
cios es autónoma, para la reparación que la Ley impone a
todo aquél que causa un daño a otro. Ello equivale a decir
que la acción aquíliana, para reclamar daños causados por in-
tención, negligencia o imprudencia, como también por exceso
en el ejercicio de un derecho más allá de los limites fijados
por la buena fe, o por el objeto en vista del cual le ha sido
conferido ese derecho, es independiente de toda otra acción.
Lo contrario acontece en el caso de culpa contractual, en que
la acción por daños y perjuicios es necesariamente subsidiaria
al cumplimiento de un contrato o a la resolución del mismo,
conforme al artículo 1167 del Código Civil. DFSC2-263-1 de
10-10-52.

4.-JTR. Vol. 11, Pág. 182. Ahora bien, consideran los sentencia-
dores que en el problema de autos no se trata de daños y
perjuicios derivada del incumplimiento de un contrato, sino
de la obligación de reparación que la Ley impone a todo
'aquél que cause daño a otro. La acción que según el artículo
1.185 del Código Civil tiene el que ha sufrido daño puede
derivarse de la intención, de la negligencia o de la impruden-
cia de otra persona. En estos casos en que el hecho ilícito
es la fuente de la obligación que se demanda, la acción es
autónoma, lo contraria del supuesto proveniente de la culpa
contractual. La acción aquiliana para reclamar daños causa-
dos por intención, negligencia o imprudencia, como también
por exceso en el ejercicio de un derecho, más allá de los
límites fjados por la buena fe o por el objeto en vista del
cual le ha sido conferido ese derecho, es independiente de
toda otra. En consecuencia, se declara que la presente acción
de daños y perjuicios puede ser ejercida sin estar subordi-
nada a una acción princpal. DFSC2-52-1 de 21-2-52.

5.-JTR. Vol. 11. Pág. 182. En primer lugar, se observa que es


contrario a derecho pretendido por vía de reconvención, dedu-
cir una acción de daños y perjuicios de los efectos de las
medidas preventivas legalmente dictadas. DFSC2-64-3 de
6-3-52.

-71-
Art. 1185
6.-JTR. Vol. IV. Tomo I. Pág. 26. Observa el Tribunal, que en
el presente caso se está intentando la acción prevista en el
artículo 1185 del Código Civil que establece en su segunda
parte que, "debe igualmente reparación quien haya causado
un daño a otro excediendo, en el ejercicio de su derecho, los
limites fijados por la buena fe o por el objeto, en vista del
cual ha sido conferido ese derecho". Con esta disposición
el Legislador consagró expresamente, ya acogido por la Doc-
trina y la Jurisprudencia el principio sobre el abuso del
derecho. El abuso de derecho se ha definido "como el exceso
en el uso de una facultad, potestad o atribución cuando se
ejerce con intención de dañar a otro. Por su parte, Colin y
Capitant en su obra de Derecho Civil Francés, expone, que
"para que haya abuso de derecho, no es indispensable que
se encuentre en el actor del perjuicio causado o no, la inten-
ción de dañar, el ánimo nocendi. Es suficiente que se pueda
encontrar en su conducta la ausencia de precauciones que la
presencia de un hombre cuidadoso y diligente le habría ins-
pirado". lICl-178-1 de 28-10-55.

7.-JTR. Vol. IV. Tomo I. Pág. 29. Se fundamenta la presente


demanda en el artículo 1.185 del Código Civil vigente, el cual
establece "el que con intención o por negligencia, o por
imprudencia, ha causado un daño a otro está obligado a
repararlo Debe igualmente reparación quien haya causado
un daño a otro, excediendo, en el ejercicio de su derecho, los
limites fijados por la buena fe o por el objeto en vista del
cual le ha sido conferido ese derecho". En este artículo se
consagra expresamente el principio ya acogido por la doctri-
na y la jurisprudencia sobre el abuso del derecho. Ello signi-
fica que los derechos subjetivos, valores sociales, productos
sociales, concedidos por la sociedad, no son atribuídos abs-
tractamente y para que usemos de ello discrecionalmente:
cada uno de ellos tiene su razón de ser, su misión que cum-
plir; cada uno de ellos está animado de cierto espíritu que
no puede su titular desconocer o disfrazar; cuando los
ejercemos, debemos conformarnos con este espíritu y per-
manecer en la linea de la institución; sin lo cual apartarfa-
mos el derecho de su destino, haríamos mal uso de él, abu-
saríamos cometeríamos una culpa que comprometería nues-
tra responsabilidad.
. Se cree que el ejercicio de un derecho no podría ser ocasión
de responsabilidad delictual; quien usa de una prerrogativa

-72-
Art. 1185
jurídica no se expone a cometer un delito; la utilización de
una vía jurídica no podría ser equivocada, a lo que parece;
lo que es lícito, por definición misma, no puede tender al
delito; es decir, a lo ilícito, pero en esto, más que un error
hay una contraverdad; porque cuando se razona así se admite,
conscientemente o no el postulado del absolutismo de los
derechos; pero este postulado por lo expuesto anteriormente
es jurídica y socialmente inadmisible.

Las aplicaciones de la teoría del abuso del derecho son innu-


merables y entre ellas puede citarse el ejercicio de las vías
de derecho; que es el caso que aquí se ha planteado. El dere-
cho de recurrir a las vías legales, ejercitando una acción en
justicia, respondiendo a tal acción, ejercitando un recurso,
depositando una queja, recurriendo a una ejecución, ese dere-
cho parece ser absoluto y particularmente sagrado. En reali-
dad, es relativo y susceptible de abuso; debe ser ejercido
honesta y profundamente con buena voluntad. De no ser así,
se expone el culpable a una condena de daños y perjucíos. La
Corte de Casación francesa admite de acuerdo con la tradi-
ción remota la responsabilidad delictual de quien recurrió
a las vías judiciales "abusivamente, por malicia, o por espí-
ritu vejatorio o también por un error grosero equivalente al
dolo". Pero para apreciar este abuso es necesario de acuerdo
con la Casación francesa, la prueba de la malicia o de la
mala fe. Una simple culpa en el ejercicio de las vías de dere-
cho se juzga insuficiente. 12IC-18-1 de 30-3-54..

8.-JTR. Vol. VI. Tomo 1, Pág. 284. Es contrario a derecho pre-


tender, por vía de reconvención, deducir una acción de daños
y perjuicios de los efectos de las medidas preventivas legal-
mente dictadas y ejecutadas. Sería necesario, para que tal
acción procediera, que la demanda en que se causaron las
medidas de ejecución dañosa, fuera declarada sin lugar, de
manera que se pusiera de manifiesto la mala fe del deman-
dante; y en este caso la acción sería autónoma y posterior a
esa demanda. Las medidas preventivas tienen por objeto ase-
gurar los derechos deducidos en el pleito y, por consiguiente,
su suerte está intimamente ligada a la demanda que le sirve
de base. Aceptar que una de tales medidas pudiera engendrar,
por su ejecución, en el propio juicio, una contrademanda por
posibles daños y perjuicios, sería entrabar el derecho de la

-73-
Art. 1185
parte a solicitarla y la eficacia que de ella se deriva. Se
trata de una situación absurda que, por lo mismo, no puede
prosperar en derecho. 1SC2-G4"2 de 11-3-57.

9.-JTR. Vol. VI, Tomo 1, Pág. 288. Considera el Sentenciador


que tampoco señalan los accionistas en su libelo de demanda,
si la acción por daños y perjuicios intentada proviene de un
hecho ilícito o de relaciones contractuales. Es menester tal
indicación puesto que la acción por daños y perjuicios tiene
en nuestra Legislación Civil, díversaa . disposiciones que la
rigen, ya se deriven los mismos de un hecho ilícito o de rela-
ciones contractuales. La acción que según el artículo 1.185
del Código Civil, tiene el que ha sufrido daños, puede deri-
varse de la intención, de la negligencia, o de la imprudenca
de otra persona, y en estos casos en que el hecho ilícito es
la fuente de la obligación que se demanda, la acción de
daños y perjuicios es autónoma, para lograr la reparaci6n
que la Ley impone a todo aquel que causa un daño a otro.
Lo contrario sucede en el caso de culpa contractual, en que
la acción por daños y perjuicios es necesariamente subsidiaria
al cumplimiento de un contrato o a la resolución del mismo,
conforme al artículo 1.167 del Código Civil.

Observa el sentenciador que los actores en el petitorio del


libelo reclaman "los daños y perjuicios que se obligó a pagar
según queda expresado, pero no cumpliendo lo convenido,
por la construcción de una carretera dentro de "COCO DE
MONO", etc"; "los gastos y pérdidas que vienen confron-
tando nuestros mandantes, desde el 15 de julio de 1953, hasta
esta fecha, en épocas de lluvias, para evitar los expresados
daños y perjuicios que estimamos prudencialmente, etc."
Asimismo demandan "los daños y perjuicios subsiguientes
según las consecuencias que traeremos al expediente .... "
Como se aprecia, tampoco en el petitorio del libelo los acto-
res han especificado los daños y perjuicios invocados como
fundamento de su acción, ni las causas de los mismos, según
lo .exige nuestra Ley Procesal Civil y la jurisprudencia impe-
rante. 21C de 10-5-57.

10.-JTR. Vol. VII. Tomo I. Pág. 13. ' l • • • La persona que se ve


afectada por una denuncia penal, aunque luego aparezca
comprobada su inocencia, no tiene derecho a reclamar daños
y perjuicios al denunciante sino cuando éste ha consumado

-74-
Art. 1185
un delito como el de simulación de hechos punibles o de
inexcusable, o excediendo, en el ejercicio de su derecho, en
límites fijados por el objeto en vista del cual le ha sido con-
ferido ese derecho... Si el denunciante indica a una persona
que luego resulta inocente, como presunta autora del hecho
punible denunciado, el perjudicado no tiene ninguna indem-
nizacíón a menos que demuestre una de dos cosas: 19 ) que
el hecho denunciado, es falso; y 2) que el denunciante proce-
dió de mala fe cuando lo indicó como presunta autor del
hecho punible (articulo 92 del Código de Enjuiciamiento
Criminal, último aparte) ... " DFMIC1 de 26·11-59.

1L-JTR. Vol. VII. Tomo 1. Pág. 672. "La reclamación de daños


y perjuicios causados por medidas preventivas, cuando tales
daños y perjuicios no se relacionen con la actividad comer-
cial, es de naturaleza civil". 1SC2 de 30-4-58.

12. -JTR. Vol. VI. Tomo II. Pág. 440. La acción de daños y per-
juicios que permite el artículo 1.185 del Código Civil implica
hechos generadores del daño; relación de causa a efecto entre
el hecho generador del daño y perjuicio patrimonial, y, por
último, la prueba del perjuicio sufrido por el reclamante.
1SC3 de 12·8-57.

13.-JTR. Vol. VI. Tomo l. Pág. 286. Toda acción de reparación


de daños, cualquiera que sea el fundamento en que se apoya,
presupone un daño real causado al demandante. No basta
que se produzca una mera alteración en su patrimonio. 48 de
19-6-57.

14.e-JTR. Vol. III. Pág. 105. El Tribunal considera que la exten-


.si6n de esta indemnización debe limitarse sólo al tiempo neceo
sario para reparar los desperfectos del automóvil, pues esta-
ba dentro de las posibilidades del demandante observar mayor
diligencia para utilizarlo, ordenando de inmediato la repa-
ración por su cuenta, sin perjuicio de exigirla al :demandado
.posteríormente, Tal como lo pretende el actor, este perjuicio
asume el carácter de imprevisible. DFIC2 de 19·5-53.

15. ·-JTR.. Vol. VIII. Pág. 5. " ... el ejercicio de una acción judi-
cial no puede constituir hecho ilícito, capaz de comprometer
la responsabilidad de quien la intente, sino. cuando traspasen

-75-
Art. 1185
las exigencias de la buena fe, o cuando se actúa con un fin
distinto de aquel por el cual se ha conferido ·la acción ... "
DFMIC2 de 3-6-60.

16.-JTR.Vol. VIII. Pág. 7. "El ejercicio de una accion judicial,


no puede constituir hecho ilícito, sino cuando el demandante
actúa de mala fe (temerariamente), o cuando traspasa los
limites que tiene determinados el objeto en vista del cual se
ha conferido la acción. DFMSC2 de 26-10-60.

17.-JTR. Vol. VIII. Pág. 735. " ... la denuncia. engendra respon-
sabilidad civil extracontractual cuando resultare falso el
hecho o se demostrare la mala fe del denunciante en la
indicación de la persona a quien se imputa un hecho puni-
ble ... ". DFMIC1 de 23-6-60.

18. -JTR. Vol. IX, Pág. 259. " ... la acusacion penal formal-
mente intentada por un sujeto contra el presunto autor de
un delito, constituye una actitud completamente lícita. Si la
acusación no prosperó, ello por sí solo, no demuestra que el
acusador haya actuado maliciosamente con el objeto de per-
judicar al primero." MES 11-12-61.

19. -JTR. Vol. X. Pág. 204. " ... cuando se demanda la indemni-
zación de daños y perjuicios el actor debe expresar en qué con-
sisten tales daños y sus causas. No basta para admitir que
se prescinda de tales especificaciones el mero alegato del actor
de que le ha sido imposible precisar los perjuicios por un hecho
que imputa al demandado. LASCT de 15-1-62.

20.-JTR. Vol. V, Pág. 493. "La omisión de la Administración en


pronunciarse dentro del lapso establecido, constituye un
hecho que impone responsablidad frente a los intereses per-
judicados". DFMIC1 de 27-4-62.

21.-JTR. Vol. X. Pág. 496. " ... la lesión a una simple expecta-
tiva de Derecho o a un interés, no es suficiente para dar
lugar a una reparación por responsabilidad civiL .. " DFMIC1
de 27-4-62.

22.-JTR. Vol. X, Páe. 497. " ... para que la publicación de la


imagen, ajena pueaa generar daños y perjuicios es indispen-
sable demostrar la ilicitud del hecho de la publicidad, lo cual

-76-
ArL 1185
no ocurre si el reclamante ha dado su consentimiento para
que su fotografía pueda ser utilizada con fines de propa-
ganda". DFMIC2 de 26-2-62.

23. -JTR. Vol. X. Pág. 498. " ... la negligencia del depositario de
bienes embargados no puede comprometer la responsabilidad
de la parte que solicitó y obtuvo la medida de embargo".
DFMIM1 de 11-1-62.

24.-" ... el demandado formuló la denuncia que generó la averi-


guación sumaria terminada ... (pero) por el solo hecho de
que se acuse o se denuncie a una persona que luego resulta
inocente, no puede decirse que ha habido abuso de derecho,
porque ello no basta acomp!":;oar que se incurrió en exceso,
que se traspasaron los límites fijados por la buena fe, con-
cepto diferente a error, excusable o censurable ... la denun-
cia ,y la acusación son derechos consagrados por la ley, de
consiguiente es necesario demostrar que hubo exceso en todos
los límites fijados por la buena fe, es decir, que hubo mali-
cia". Supo Seg. D.F. y E.M. de 22 junio 1964.

25.-" ... todo 10 expuesto coincide con el criterio de nuestra casa-


ción (que dijo) "desde luego, no puede caber la menor duda
en que la solicitud del secuestro y su realización, y asimismo
de toda otra medida preventiva cuando en ellas se cumplan
los requisitos establecidos por el legislador, constituyen el
ejercicio de un derecho que otorga la Ley... El daño que
produzca la medida podría considerarse indemnizable, si
quien la obtuvo a su favor resulta a la postre vencido en el
litigio (M. 1944, t.2, p. '169) ... " DFMSC2 de 18 Feb. 1965.

26._"La responsabilidad aquiliana consagrada en nuestra legisla-


ción por los artículos anotados (1185 y 1196 C. C.) requiere
estos tres elementos)' un hecho culposo; b) daños sufridos,
y e) relación de causalidad, entre el hecho culposo y el daño
'sufrido; Sin la 'demostración de estos tres elementos esenciales
no se puede establecer el fenómeno de la responsabilidad
civil". DFMS3 de 26 Oct. 1966.
. 27. ---Constituye un verdadero abuso de derecho y la medida de
embargo se desnaturaliza (convirtiéndose) en un medio des-

tinado a causar perJUICIOS a la parte contra quien obra, al


embargar un bien valorado en Bs. 1.300.000,00 cundo el decre-

-77-
Art. 1185
to acordado por el Tribunal lo fue hasta por Bs. 124.000,00
Se es responsable por hecho ilícito no solamente cuando
la persona excede en el ejercicio de su derecho los límites
fijados por la buena fe, sino también cuando ese exceso se
produce por haber ido más allá del objeto en vista del cual
le ha sido conferido elderecho.Sup. Zulia Primero, de
4 Oct. 1966.

28.-EI Art. 82 de Ley de Aviación Civil reproduce respecto de


las personas o cosas que se encuentran en el territorio de la
República y en sus aguas territoriales el texto del Art. 1185
C. C., que consagra la responsabilidad civil por hecho ilícito;
es necesario puntualizar que la disposición que se analiza no
distingue si el daño producido a terceros es o no conexo con
accidentes' donde perdiera la vida pasajeros de la aeronave,
sino que se limita a establecer, respecto de los terceros, la
responsabilidad del derecho común ... (yen el presente caso
sometida la responsabilidad de Aerovías Venezolanas) al
derecho común se rigen por las disposiciones sobre respon-
sabilidad objetiva, o sea el Art. 1193 C. C.. . . DFMIM2 de
26' abril 1960.

29.-Véase Art, 1167, cita N9 13.

30.-Enel caso de 'autos, el actor atribuye falsedad al.actor de


la denuncia, y también,. como ya se dijo, negligencia; la fal-
sedad es un delito; y si se comete ante la administración de
justicia, en autos, que involucra pública sanción, es un delito
de acción pública, penado de oficio. La prueba de la falsedad,
por ende, para que dé origen a la reclamación civil, debe
constar de sentencia penal firme. A esta conclusión no obsta
el . artículo 1396 del Código Civil, pues éste se refiere a la
cosa juzgada penal que haya estatuído únicamente sobre la
culpabilidad del encausado. En autos no existe demostración
de que haya recaído sentencia de tal naturaleza en juicio
previo en la jurisdicción penal, y no puede alegarse, en
concepto de los sentenciadores, por. primera vez en la juris-
dicción civil. Así se declara. DFMSC2 de 7-4-60.

-78-
Art. 1185
31.~Constituyeun hecho ilícito el embargar a una persona distinta
de la deudora (debido a error inexcusable). DFMSCl de
7-12-60.

32.-La parte no es responsable de los daños causados por el


depositario a los bienes embargados. DFMSQl de 7-12-60.

33.-Se desprende de lo anterior que tanto el Juez de la causa,


como el depositario designado debían haber tomado las pro-
videncias necesarias para evitar la corrupción y posterior
pérdida de las mercancías embargadas, pero tal hecho estaba
más bien en el ámbito de la demandante, ya que la medida
había sido practicada a sus instancias y. por lo tanto debía
haber estado dentro de sus previsiones que tal cosa no llegara
a acontecer, !liás aún siendo como fue practicada la medida
sobre esta clase de bienes que no sobre otros, más fáciles de
guardar.

Por el contrario, siendo el negocio mercantil .de Miranda,


Bustillos, un establecimiento de poca envergadura comercial,
la medida practicada sobre bienes esenciales que lo confor-
man como son. mercancías, debía' como ,tuvo que ser y ocasio-
nar una' reducción. inmediata del activo, circunstancia que
podrían ocasionar forzosamente temores a cualquier persona
para constituir fianza y solicitar suspensión de medida y
mucho menos, garantía real para tal fin. No estaba tampoco
dentro de la Ley y por razón de ser demandado, en el ámbito
de Miranda, Bustillos, solicitar la suspensión pura y simple
de la medida o haber solicitado la venta de los bienes, pues
la Ley sólo le autoriza en principio a oponer las defensas a
que pudiera tener lugar, como tal procedió. Por otra parte,
no puede estimarse la responsabilidad en la persona del Depo-
sitario o del Juez. Este actúa a solicitud de parte y aquél es
un simple guardador designado .por el Tribunal, pero no es
la consecuencia directa de su hecho sino indirecta,derivado
de un hecho voluntario ejercido por la parte demandante. Y
siendo como es. consecuencia de aquel hecho (demanda y
embargo), toca a quien lo ejerció, responder de sus efectos
y consecuencias, como se dejó anotado en atraparte de esta
sentencia. En fuerza de lo anterior, considera esta Corte que
corresponde a la demandada Compañía Textil Venezolana
reparar ese daño consistente en la pérdida total de las mer-
cancías por un valor global de veintiún mil ochenta y seis

-79-
Art. 1185
bolívares (Bs, 21.086,00), sin que por las mismas razones
expuestas, pueda ser considerada exagerada la suma, y así
se declara. DFMSC1 de 4 de marzo de 1963.

34 .-Ahorabien en fallo dictado por la Corte de Casación, Sala


Civil, Mercantil y del Trabajo se estableció el criterio de que
basta la acusación, el auto de detención y la revocatoria de
éste para considerar que se había incurrido en abuso de dere-
cho (juicio Ernesto Valera contra Emilio González Laya,
20-10-53). Que conforme al artículo 1185 la obligación de
reparar el daño, ya sea moral o material, existirá siempre
que el autor responsable del mismo haya obrado con intención
o con imprudencia o negligencia, o bien, excediéndose en el
ejercicio de su derecho. Que quien excede en el ejercicio de
su derecho los límites de la buena fe o por el objeto en vista
. del cual le ha sido conferido ese derecho, y con ello causa
un daño a otro comete un hecho ilícito, lo mismo quien causa
ese daño no mediante el ejercicio abusivo de un derecho sino
con una intención, o por mera negligencia o imprudencia.
Que demostrado el hecho ilícito habrá obligación de reparar
el daño, sea moral o material. En este fallo hubo un voto
salvado que a juicio de la Corte establece el verdadero cri-
terio en esta materia y por ello es el aplicable en el caso
de autos. El tiene a su favor el respaldo de la doctrina que
más adelante se citará. En efecto el autor de dicho voto sal-
vado establece acertadamente que el artículo 1185 del Código
Civil contempla dos situaciones distintas y naturalmente fija
elementos que diferencian uno de otro. Que los Códigos ante-
riores contemplaban sólo el hecho ilícito por excelencia, el
causado a otro con intención, negligencia o por imprudencia
que estos dos aspectos del hecho ilícito estaban previstos en
los artículos 1217 y 1218 del Código Civil derogado, sinteti-
zados hoy en la primera parte del artículo 1185 del Código
Civil vigente. Que a este mandato general se añadió un párra-
fo especial en el cual se asimila al hecho ilícito "el abuso de
derecho"; pero como es natural "este hecho ilícito" diferente
al previsto en la primera parte del artículo citado tiene carac-
terísticas propias, requiere otros elementos prueba de hechos
y círcunstancias :que no es menester probar cuando se trata
del hecho ilícito propiamente dicho jurídicamente distinto;
aun cuando estén comprendidos en una misma disposición se
refieren a hechos o aspectos profundamente diferentes. Que
en el primer caso basta probar el daño causado por un hecho

-80-
Art. 1185
intencional, negligente o imprudente de otro; cuestión senci-
lla, casi elemental. En el segundo se trata de situación grave
y complicada de un delicado problema jurídico; precisar
cuándo se ha hecho uso racional de un derecho y cuándo se
ha abusado del mismo; cuándo el ejercicio de derecho, excede
"los límites fijados por la buena fe o por el objeto en vista
del cual ha sido conferido ese derecho".

Analizando la cuestión que se planteó en dicho fallo el autor


de dicho voto afirma que, detener o encerrar a un ciudadano
por la fuerza, y encerrarlo por la acción de la Justicia no es
cosa igual bajo ningún aspecto; no debe bastar pues en uno
y otro caso probar el encierro y los daños sufridos.

Que distintos los conceptos no pueden unos mismos hechos


comprobar el abuso del derecho y el acto delictuoso de quien,
procede ayuno de él; de lo contrario por prevenir un mal
posible se causaría otro cierto más grave destruir, o al
menos intimidar el derecho por el justo temor dé que al ejer-
cerlo con evidente buena fe, se fracase por una de las tantas
causas imprevistas y flaquezas humanas que influyen en las
actividades judiciales.

Que es evidente la capital diferencia que hay entre causar


un daño por acto voluntario e ilegítimo, y causarlo en pru-
dente ejercicio de un derecho; entre éste y su ejercicio inmo-
derado; por último, entre abusar del derecho por mano pro-
pia e incurrir en él :al dirigirse a los Tribunales.

Quien ocurre a la Justicia, tutelar institución de las socieda-


des civilizadas, lleva en. su favor presunción de buena fe.
La que ella resuelve es la verdad, lo que hace se supone que
está bien hecho, siempre que actúe dentro de sus facultades
o atribuciones.

De allí que no pueda considerarse bajo un mismo pie de


igualdad el abuso extrajudicial del derecho, forma de hacerse
justicia por sí mismo, y el que se cometa cuando se pide
justicia a los Tribunales encargados· de impartirla.

Que la presunción de buena fe se hace más respetable si en


el pretendido abuso del derecho han intervenido autoridades
legítimas con la función específica de evitar' abusos de toda

-81-
Art. 1185
especie, de aplicar la ley que garantice el equilibrio social,
en una palabra de hacer justicia. Que el solo hecho que se
acuse o denuncie a una persona que luego resulta inocente,
no puede decirse que ha habido abuso de derecho, porque ello
no basta con probar que se incurrió en exceso, que se traspa-
saron los límites fijados por la buena fe, concepto düerente
a error, excusable o censurable. Si en virtud de esa denuncia
o acusación se decreta detención, este acto es imputable al
Juez, soberano para acordarlo o negarlo, y sólo muy remota-
mente al denunciante.

Afirmase igualmente que, "cuando se ocurre a la justicia no


sólo se ejerce un derecho individual definido, reconocido por la
Ley sino que en cierto aspecto se cumple un fin social, pro-
curar vivir en paz por el respeto y reconocimiento del dere-
cho y la prevención y castigo de la delincuencia".

"El abuso del derecho estaba admitido por la doctrina y la


jurfsprudencia y conforme a ellas la denuncia de una per-
sona como autora de un hecho punible, y de consiguiente la
acusación, cuando eran desechados constituían el hecho gene-
rador de daños y perjuicios y bastante la prueba de aquéllos
y de que habían sido descartados para que prosperase la acción
correspondiente".

"Pero una vez previsto en la ley positiva, ya no quedó al


arbitrio de los jueces resolver en qué consiste el abuso de
derecho, pues el legislador precisó el concepto y fijó su
alcance".

En relación al abuso de derecho el profesor chileno Dr. Artu-


ro Alessandri Rodríguez (De la Responsabilidad Extracon-
tractual en el Derecho Chileno, pág. 281 Y siguientes) al
tratar las "Denuncias o querellas criminales falsas o infun-
dadas", dice: "La sociedad tiene interés en que los delitos
no queden impunes, con tal fin, no sólo autoriza a cualquiera
persona capaz de comparecer a juicio por sí misma para que-
rellarse ejercitando la acción pública (artículo 114 del C.P.C.)
y a todo el que tenga conocimiento de un hecho punible para
que lo denuncie, siempre que no sea incapaz de ejercer la
acción penal (artículos 104 y 109 del C.P.P.) sino que en
ciertos casos impone la obligación de denunciar y sancionar
criminalmente la omisión de esta obligación (artículo 105 a

-82-
Art. 1185
107 del C.PIP.). Es por eso por 10 que, tratándose del ejerci-
cio de acciones penales, el abuso de derecho no tiene igual
amplitud que respecto del ejercicio de actuaciones civiles".
Las denuncias y las querellas infundadas o falsas sólo impo-
nen responsabilidad a su autor si el Tribunal que conoció de
ellas las declara calumniosas por sentencia ejecutoriada.

En una nota el autor afirma que, "según una jurisprudencia


constante de la Corte de Casación de Francia, la víctima de
una denuncia calumniosa no puede obtener la reparación del
perjuicio que con ella se haya causado mientras los hechos
materia de la denuncia no sean declarados falsos previa-
mente por la autoridad competente, que es la justicia del cri-
men si esos hechos son delictuosos".

Que, "por lo que respecta a la denuncia, el artículo 108 es


bien explícito "al disponer que el demandante no contrae otra
responsabilidad que la correspondiente a los delitos que hu-
biera cometido por medio de la denuncia o con ocasión de
ella, delito que no es otro que el contemplado en el artículo
211 del C. P., excluye las demás responsabilidades a que
pudiere dar origen el hecho de formular la denuncia".

Luego en otro párrafo dice: "Por consiguiente, si el tribunal


que conoció de la denuncia o de la querella no la declara
calumniosa, el denunciante o querellante no incurre en res-
ponsabilidad civil, aunque el procesado o querellado haya sido
absuelto o sobreseído en definitiva, y la ausencia o querella
se hubiere formulado maliciosamente o con negligencia, si
el denunciante incurriere en responsabilidad por el solo hecho
de que el acusado fuera absuelto o sobreseído o probándo-
sele dolo o culpa, nadie denunciaría un delito ni se querellaría
ante el temor de esa responsabilidad, con lo cual se malogra-
ría el fin perseguido por el legislador".

El profesor Jorge Peirano Facio (Responsabilidad Extracon-


tractual, Mont¿video) al tratar de las hipótesis concretas
del abuso de derecho afirma que, está subyacente en todos
los fallos relativos a este asunto, el concepto de que el dere-
cho a recurrir a las vías procesales no es absoluto y que
las partes pueden incurrir en abusos de derecho al ejercer
sus facultades. Que en lo referente a la denuncia criminal
cuando "no tiene andamiento, cabe decir que la antigua

-83-
Art. 1185
jurisprudencia nacional parece haber considerado estos casos
como hipótesis de abuso del derecho si luego resultaba la abso-
lución del acusado". Que "esta tendencia, sin embargo, no
ha sido recogida por la Suprema Corte ni sostenida por las
nuevas corrientes jurisprudenciales de acuerdo a las cuales
se entiende que la denuncia criminal de un delito no consti-
tuye un hecho ilícito, pues es una facultad que otorga a los
ciudadanos el artículo 174 del Código de Instrucción Crimi-
nal y que ello no se altera por el hecho de sobreseerse, o ab-
solverse al acusado, pues esto, no implica que la denuncia
fuera en sí misma ilícita". En una nota en donde se citan
fallos sostiene que, sin embargo la jurisprudencia admite,
como es obvio, que la denuncia infundada constituye un caso
de abuso de derecho cuando es formulada con intención de
dañar" (pág. 301).

Marcelo Planiol y Jorge Ripert (Derecho Civil Francés,


N9 584) sostienen también que la querella, la denuncia y los
informes dados a la justicia constituyen el ejercicio de un
derecho y aun de un deber, no solamente en los casos en que
la ley obliga a denunciar. Que no obstante el sobreseimiento,
él no ha lugar o la absolución, solamente se incurre en res-
ponsabilidad cuando la denuncia hubiese sido hecha de mala
fe o con ligereza; y luego en una nota (2) dice: "Por otra
parte según la jurisprudencia, el que se queja de una denun-
cia calumniosa no podrá en principio obtener reparación
tanto en la vía civil como en la penal, sino cuando los hechos
denunciados hayan sido previamente declarados falsos por
la autoridad o la jurisdicción competente".

De todo los expuesto se concluye que la acción intentada es


improcedente por cuanto el demandante no demostró que, la
mencionada denuncia fuere intentada con intención de dañar-
lo, de modo "ligero", que los hechos denunciados son falsos;
que fuera declarada falsa, calumniosa por sentencia ejecu-
toriada. Lo que sí se desprende de la sentencia de la Corte
Superior Penal es que si el señor Morón incurrió en irregula-
ridades durante la administración del Edificio "Rental 26-08",
ellas no tipifican "por sí solas, hechos punibles que merezcan
pena corporal", o sea, que la jurisdicción criminal no averi-
guó si existían o no las irregularidades, pero pese a ello hay
dos decisiones ordenando la detención del señor Morón. Como
bien lo observa el Juez a quo por disparidad de criterio en

-84-
Art. 1185
cuanto a la calificación jurídica de los hechos imputados al
actor fue como logró su libertad, pero no porque esos sean
falsos. Por tanto, si existe algún responsable ellos serían los
Jueces que acordaron la detención.

Por las razones que anteceden, esta Corte administran-


do justicia en nombre de la República y por autoridad de la
Ley, declara sin lugar la demanda intentada por Luis
Morón S. contra el Instituto de Previsión y Asistencia Social
para el Personal del Ministerio de Educación (IPASME), ya
identificados, y por ser de derecho se le imponen las costas
al apelante. Sent. 30 de mayo de 1967. Corte Supo Segunda
(D. F. y E. M.)

35.-Por otra parte se observa: La Corte Suprema de Justicia


en. Sala Político-Administrativa ha decidido que los perso-
neros del Estado no requieren el consentimiento de la otra
parte para poder desistir del proceso expropiatorio. Que se
puede desistir de la expropiación mientras no se ha efec-
tuado el pago de la indemnización, aun cuando ya se haya
dictado sentencia. Y en el caso concreto del Instituto Agrario
Nacional, la misma Corte en sentencia de 27 de junio de
1963 decidió que, contrariamente a lo establecido en el artícu-
lo 206 del Código de Procedimiento Civil, el desistimiento
realizado. después de la contestación de la demanda no requiere
el consentimiento del demandado para que tenga validez, ya
que puede desistir del procedimiento desde el momento en
que el interés de la Reforma Agraria así lo aconseje y puede
volver a iniciarlo, si es que las circunstancias han variado y
aquel mismo interés público y social así lo determinen. Sen-
tencia del 16 de marzo de 1967, Corte Superior Segunda.
(D.F. y E.M.)

JURISPRUDENCIA DE CASACION

1.-" ... en principio, la sentencia que absuelve a un reo del cargo


de homicidio, aun involuntario, no obsta para que prospere
una demanda. por daños y perjuicios fundada en los mismos
hechos que sirvieron de base a la acusación criminaL ..
teoría que se justifica con la consideración de que una falta,
una negligencia o una imprudencia puede ser bastante grave
para empeñar la responsabilidad civil sin ser de naturaleza
tal que motive la aplicación de una pena ... " M. 1917, p. 289.

-85-
Art. 1185
2.-El daño, sea moral o material, es la consecuencia del hecho
ilícito, así consista éste en un acto voluntario, negligente o
imprudente, o en un acto abusivo del derecho. G.F. T. 2,
2!¡. etapa, p. 290.

3.-La acción para reclamar daños y perJUICIOS es de natura-


leza real. Tal concepto es eminentemente subjetivo, debe
determinarse concretamente refiriéndolo a la persona del
damnificado, por cuanto el daño indemnizable es el sufrido
por la persona misma, que incide directamente sobre su patri-
monio, como víctima directa del hecho ilícito. G.F. T. 33,
211- etapa, p. 186.

4.-No hay ninguna razón de índole jurídica que haga suponer


que un documento autenticado, por el solo hecho de serlo, sea
conocido de todos, hasta el punto de que su simple existencia
pueda dar origen a una acción de' daños y perjuicios contra
quien, por ignorarlo,haya ejecutado de buena fe algún acto
en contra de las estipulaciones de aquél. G.F. T. 11, 2l!o etapa,
p. 31.

5.-Para determinar la responsabilidad en la culpa, es necesario


que el efecto producido sea previsible, y que no obstante la
previsibilidad del evento, éste se produzca por haber obrado
el sujeto activo o agente con imprudencia o negligencia o im-
pericia; o por haber infringido reglamentos, órdenes o dispo-
siciones disciplinarias. G.F. T.8, 2l!o etapa, p. 65.

6.-El dueño del vehículo no es responsable por daños morales


en accidente de tráfico cuando no es el dueño el conductor.
14 Dic. 1966. G.F. N 954, p.486.

7.-"Ahora bien, no cabe duda acerca de que las prevísiones de


esta última -Código de Policía- no pueden tener sino un
alcance restringido por su naturaleza misma, es decir, están
limitadas a decidir policialmente, sin contención judicial, las
disputas que se susciten entre particulares en ocasión de daños
causados por ganados en plantaciones ajenas. No puede, pues,
tal Código de Policía ni, en general, ninguna ley local, inter-
ferir, obstaculizar o impedir el libre ejercicio ante los Tribu-
nales de Justicia de una acción consagrada en un Código Na-
cional y ejercitable sin condiciones. Es bien sabido que las
leyes nacionales privan sobre las estatales. En el caso de

-86-
Art. 1185
autos, si los demandantes hubiesen optado por hacer sus
reclamaciones policialmente, es claro que han debido some-
terse a lo que sobre el particular establece el Código de Poli-
cía del Estado; pero no obligados a hacerlo así, las disposi-
ciones de ese Código no podían impedir que ellos escogiesen
la vía judicial determinada en el Código Civil, caso en el cual
sólo quedan obligados a observar los preceptos de este último
texto legal y las que se refieren a la actividad procesal para
ejercer sus derechos. Por tanto, cuando la recurrida declara
extemporánea la acción deducida por no haberse observado
previamente lo que dispone el Código de Policía del Estado
Trujillo, desconoció que el ejercicio de la acción a que se
refiere el artículo 1185 del Código Civil, no está sometida a
aquellos requisitos, los cuales son de índole subalterna y local
con respecto al Código nacional y, de consiguiente, infringió
esa norma, por mala aplicación". G.F. NQ 18 pág. 259.

8.-"Los daños y perjuicios materiales son hechos cuya aprecia-


ción corresponde a los jueces del mérito por lo cual deben
comprobarse contradictoriamente con la parte a quien se
reclamen bien que se trate de daños ciertos -que se han
verificado ya o también porque existan causas que los pro-
ducirían inevitablemente en el futuro o bien que se contem-
plen daños eventuales por producirse. En el primer caso esos
hechos son susceptibles de ser probados directamente; pero
en el segundo, las pruebas deben versar además sobre estos
hechos pertinentes al debate abierto entre las partes, de modo
tal, que una vez comprobados esos hechos pueda inferirse de
ellos el derecho que se reclama, vale decir, deben comprobarse
las circunstancias de las cuales derive el lucro que se pre-
tende habrá de cesar como consecuencia del evento dañoso. En
ausencia de estas últimas pruebas, la acción no puede pros-
perar por no haber certidumbre acerca de la realización
futura del daño patrimonial". G.F. NQ 5, 1950, pág. 438.

9. -La acción para reclamar el resarcimiento de daños y perjui-


cios es de naturaleza personal, y no de naturaleza real. En
efe do, el daño resarcible es el que ha sufrido la víctima del
hecho ilícito, y el cual incide directamente sobre su patrimo-
nio. Sent. de 10 ogosto de 1961.

10.-En cuanto a la denuncia de infracción del artículo 1185 del


Código Civil por falta de aplicación, así como la del articulo

-87-
Art. 1185
552 del mismo Código, por confundir la recurrida el pagc de
frutos con pago de daños y perjuicios, la Corte observa: El
impugnante, en su escrito de impugnación, expresó lo siguiente:
"En el juicio que nos ocupa se hizo una calificación errada
de la acción consecuencial de la reivindicación y se habló de
daños y perjuicios. Sin embargo, al proceder a determinarlos,
se configuró otra situación, que se aclaró totalmente en los
informes de la Segunda Instancia, designándola como dere-
cho de accesión".

Conviene, pues, el apoderado de los actores (impugnante) en


que la acción fue propuesta como de daños y perjuicios; y esa
acción así propuesta no podía ser modificada en informes en
Segunda Instancia para "designarla como derecho de acce-
sión". Sería abusivo, dijo la Corte (sentencia del 5 de febrero
de 1943), permitir al actor cambiar durante el curso del juicio
la naturaleza de la acción deducida por él en su libelo, pues
ello equivaldría a establecer una preferencia en favor de una
de las partes, con perjuicio de la otra, rompiendo así la igual-
dad en que la Ley ordena a los tribunales mantenerlas.

Si era, pues, una acción de daños y perjuicios y no se tra-


taba de una situación contractual, ella cae necesariamente
en el campo de la responsabilidad extra-contractual regida por
el artículo 1185 del Código Civil y con todas las consecuencías
jurídicas que de ello se derivan.

Al declarar la recurrida que esa acción así propuesta no tenía


fundamento jurídico en el artículo 1185 del Código Civil, sino
más bien en el derecho de accesión de los frutos civiles defi-
nidos en el artículo 552 del mismo Código, infringió los cita-
dos artículos: el primero, por falta de aplicación, y el segun-
do, por mala aplicación. Sentencia del 7 de junio de 1960.

11. -Que el daño que acuerda la recurrida, no guarda una relación


inmediata y directa, de causa a efecto, con el incumplimiento
del contrato, atribuído a la demandada, porque fue necesario
para que se produjera el daño, un hecho de la libre elección
del actor; y por consiguiente, los daños y perjuicios acorda-
dos en la recurrida, se extendieron a más allá de los que
nacían de la inmediata y directa falta de cumplimiento impu-
tado a la parte. .Sentencia del 6 de agosto de 1935.

-88-
Art. 118S
12. -De acuerdo con la Ley de Tránsito Terrestre el propietario
es solidariamente responsable con el conductor, aun cuando
éste no haya sido identificado, POR LOS DA:srOS MATE-
RIALES CAUSADOS. Como se vé, esa responsabilidad espe-
cial de los dueños de vehículos, originada en dicha Ley,
ESTA LIMITADA A LOS DA:srOS MATERIALES causados.
De aquí resulta que al condenar la recurrida al dueño del
vehículo a pagar no sólo los daños materiales, sino también
daños morales aplicó mal esa disposición legal violando,
también, los Arts. 1185, 1195 y 1196 del C. C. G.F . NQ 54,
p. 485. Sent. de 14 de dic. 1966.

13.-"Es de señalar: que cuando por la creencia de la comisión de


un hecho punible se entera a las autoridades policiales o fun-
cionarios de instrucción en forma impersonal, esto es, sin de-
nunciar a nadie en particular, es de toda evidencia que de
la detención personal que contra un tercero se dictara, mal
podría culparse en forma alguna al informador, cuando pos-
teriormente aquella detención fuera revocada. Siendo de ad-
vertir: que con sujeción al artículo 182 del Código de Enjui-
ciamiento Criminal, para ser dictado auto de detención contra
el indiciado por el funcionario de instrucción, se requiere no
solo la comprobación de un hecho punible que merezca pena
corporal, sino además fundados indicios de culpabilidad. en el
indiciado, hechos que aprecia dicho funcionario". G. F. NQ 40,
211- etapa, pág. 522, Sent. del 2-5-63 ..

Art. 1186 Art. 1186


El incapaz queda obligado por sus actos ilícitos, siem-
pre que haya obrado con discernimiento.

Art. 1187 Art. 1187


En caso de daño causado por una persona privada de
discernimiento, si la víctima no ha podido obtener repara-
ción .de quien la tiene bajo su cuidado, los jueces pueden,
en consideración a la situación de las partes, condenar al
autor del daño a una indemnización equitativa.

-89-
Art. 1188
Art. 1188

No es responsable el que causa un daño a otro en su


legítima defensa o en defensa de un tercero.

El que causa un daño a otro para preservarse a sí mis-


mo o para proteger a un tercero de un daño inminente y
mucho más grave, no está obligado a reparación sino en la
medida en que el Juez lo estime equitativo.

Art. 1189 Art. 1189

Cuando el hecho de la víctima ha contribuido a causar


el daño, la obligación de repararlo se disminuirá en la
medida en que la víctima ha contribuido a aquél.

Art. 1190 Art. 1190

El padre, la madre, y a falta de éstos, el tutor, son


responsables del daño ocasionado por el hecho ilícito de los
menores que habiten con ellos.

Los preceptores y artesanos son responsables del daño


ocasionado por el hecho ilícito de sus alumnos y aprendices,
mientras permanezcan bajo su vigilancia.

La responsabilidad de estas personas no tiene efecto


alguno cuando ellas prueban que no han podido impedir
el hecho que ha dado origen a esa responsabilidad; pero
ella subsiste aun cuando el autor del acto sea irresponsable
por falta de discernimiento.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

1. - " ... la responsabilidad que impone la ley a los padres por los
hechos dañosos que ejecuten sus hijos menores de edad, se
deriva de la patria potestad y tiene por tanto un origen esen-
cialmente cívíl , .. " M. 1910, t. 1, p. 247.

-90-
Art. 1190
2.-No excluye la responsabilidad el padre el hecho de que en
el libelo de demanda no se precisaron los menores autores
del hecho ilícito por cuyos daños se demandaron, cuando la
parte demandada no opone la excepción correspondiente.
Sent. de 10 nov. 1967.1

Art. 1191 Art. 1191


Los dueños y los principales o directores son responsa-
bles del daño causado por el hecho ilícito de sus sirvientes
y dependientes, en el ejercicio de las funciones en que los
han empleado.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. IV, Tomo 11, Pág. 489. En este caso no es posible
la excusa de que no ha podido evitar el daño, porque la culpa
está, en el hecho de elegir personas inadecuadas a su servi-
cio. Conforme a la disposición citada, son responsables de los
daños causados por sus sirvientes y dependientes, los dueños
y los principales codirectores; pero para que tenga lugar esta
responsabilidad son necesarias tres condiciones: 1~ La calidad
de sirviente. o dependiente o de encargado del autor del hecho
culpado, en tanto que dependa de la autoridad del amo o del
comitente, el cual pueda darle órdenes, instrucciones en la
manera de realizar las incumbencias en sus ejecuciones; 2110 La
elección libre que el dueño haya hecho de su sirviente o depen-
diente, asegurándose de la aptitud y honradez para el cargo
que se le confíe, y S~ Que el hecho ilícito sea realizado por
el sirviente o dependiente en el ejercicio de aquella incumben-
cia. HCS de 4-10-55.

2.~JTR. Vol. IV, Tomo 11. Pág. 506. Si bien el actor invocó dis-
posiciones del derecho común, el Código Civil, en el presente
caso, en su artículo 1191, es el que rige la materia; pero nunca
en los casos en donde se producen daños o delitos provenien-
tes de la colisión de vehículos, pues la Ley de Tránsito, por
.excepción, sustrae del Código Civil lo que se refiere a la res-
ponsabilidad del dueño de automóviles. 171C1 de 5-3-54.

3-JTR. Vol. X. Pág. 500. "El empresario de una obra no es


un dependiente que comprometa la responsabilidad de la per-

-91-
Art. 1191
sona para quien ejecuta esa obra, ya que el contrato de esta
naturaleza tiene por esencia dejar incólume la independencia
de quien se obliga a realizar un trabajo determinado".
DFMSC2 de 3-.4-62.

4-JTR. Vol. VIII, Pág. 738. En accidentes de tránsito es aplica-


ble la Ley de Tránsito Terrestre y (no el Art. 1191 C. C.).
TAS2 de 28 Nov. 1960.

5.-El contratista de obras no se halla en el caso del Art. 1191


C.C. por cuanto su vínculo con el M.O.P. no es de subordina-
ción. DFMSC2 de 13 abril 1962.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

1. - " ... no se admite al dueño o director la prueba de que no ha


podido impedir el mal y, establecida así la doctrina, sí puede
decirse que la responsabilidad de los principales nace de una
presunción juris et de jure, puesto que así se llaman las que
no admiten prueba en contrario ... " M. 1917, p. 288.

2.-" ... (la doctrina) no vacila hoy en reconocer que las perso-
nas civiles son tan responsables de los daños que causen, como
lo son las personas naturales ..." M. 1909, t. 1, p. 531;
M. 1917, p. 228. y 284.

3.-"... no envuelve violación del Art. 1191 C.C. que la recurrida


haya establecido diferencia entre cuáles de los hechos reali-
zados por dependientes de laM.G.O.C. encajan dentro de las
funciones encomendadas a ellos y cuáles quedan fuera de la
órbita de esas funciones. Tal juicio o concepto comprendido
en el radio de la soberanía de apreciación de los jueces de
instancia, es incensurable en Casación (salvo denuncia de
regla legal)... Razona bien la recurrida al considerar que
cuando el proceder de un dependiente escapa a las funciones
propias del empleo, se requiere para responsabilizar al dueño
prueba de que aquél actuó por orden especial, pues es esa
orden y no el empleo, la que ha creado responsabilidad, puede
decirse que por una nueva función o cometido dado en forma
expresa •.. " G.F. NQ 1, 21J. etapa, p. 318.

4. -" ... el fundamento de esta acción, según la doctrina y la


jurisprudencia, no es la culpa, negligencia. o imprudencia del

-92-
Art~. 1191
empleado, sino la del superior o principal, por no haber sabido
elegir para el desempeño del oficio persona apta o por no haber
sabido vigilar las acciones de su empleado ... ". M. 1937,
t. 2, p. 34.
-~
5 .-Nada se opone a que las compañías mercantiles incurran en
las obligaciones de daños y perjuicios por razón .de los hechos,
aún los ilícitos, de sus agentes o representantes. G. F. NQ 10,
1~ etapa, p. 307.

6.-EI derecho que tiene su orígen en los hechos ilícitos, así como
la acción que lo respalda con fines a lograr el restablecimiento
del bien dañado, es de carácter personal, a los cuales necesaria-
mente han de aplicárseles las normas legales atinentes a su
nacimiento, existencia y extinción. G~ F. T. 28, 2~ etapa,
p. 149.
7.-EI Art. 1191 C. C., en virtud de la Ley especigl de tránsito
terrestre, no es aplicable en accidentes de tránsito. Fed. M.
1942, T. 1, p. 235.

COMENTARISTAS PATRIOS

Melich Orsini, J .. "Responsabilidades Civiles Extracontrac-


tuales",p. 13.
" ... Así no son dependientes en el sentido del Art. 1191
C. C. el mecánico que recibe de un cliente un automóvil
para engrasarlo o repararlo, el chofer de alquiler que trans-
porta a un pasajero, el dueño de un estacionamiento bajo
cuyo cuidado ha dejado su automóvil una persona, etc. En
ninguno de estos casos existe en efecto, la relación de de-
pendencia que es el supuesto del Art. 1191 C. C. . .. (la re-
lación de dependencia) es condición imprescindible (y) al
propio tiempo condición única. . .. la relación de dependen-
cia ... puede existir en ausencia de todo salario y aun de
toda dependencia económica ... "

Art. 1192 Art. 1192


El dueño de un animal o el que lo tiene. a su cuidado,
debe reparar el daño que éste cause, aunque se hubiera

-93-
Art. 1192
perdido o extraviado, a no ser que pruebe que el accidente
ocurrió por falta de la víctima o por el hecho de un tercero.

Art. 1193 Art. 1193

Toda persona es responsable del daño causado por las


cosas que tiene bajo su guarda, a menos que pruebe que el
daño ha sido ocasionado por falta de la víctima, por el hecho
de un tercero, o por caso fortuito o fuerza mayor.

Quien detenta, por cualquier título, todo o parte de un


inmueble, o bienes muebles, en los cuales se inicia un
incendio, no es responsable, respecto a terceros de los daños
causados, a menos que se demuestre que el incendio se
debió a su falta o al hecho de personas por cuyas faltas es
responsable.

JURISI>RUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. n, Pág. 523. La responsabilidad del daño causado


por la energía eléctrica incumbe, a la persona que la tenga
bajo su guarda, ya sea con el carácter de propietario, deposi-
tario o cualquier otro título que le obligue a mantener la vigi-
lancia y el cuidado necesario para evitar perjuicio a terceros.
De acuerdo con lo expresado anteriormente, se concluye que la
empresa produce y conduce la energía eléctrica del alumbrado
público y domiciliario de una determinada población, es civil-
mente responsable de todo daño causado por la corriente sumi-
nistrada, a menos que pruebe que el daño ha sido ocasionado
por causa de la víctima por el hecho de un tercero, o por caso
fortuito o por fuerza mayor. APS-28-2 de 21-3-52.

2.-JTR. Vol. IV, tomo n, Págs. 493 y 494. Hay circunstancias


de hecho cuya apreciación corresponde a los Jueces de Ins-
tancia, en que puede estar comprometida la responsabilidad
de una Empresa de energía eléctrica más allá de sus medi-
dores, cuando se demuestran accidentes ocurridos por falta
propia de quien tiene la guarda y distribución del flúido, que
no depende del suscriptor, y tal es el caso materia de esta litis.
Ha alegado la Compañía que. según el artículo 28 de su

-94-
Art~ 1193
Reglamento no acepta ninguna responsabilidad por los daños
que las instalaciones de sus suscriptores causen o puedan
causar a las personas o casas de los suscriptores o de terceros.
Este artículo del Reglamento de la demandada no rige respecto
a los terceros que puedan sufrir daños provenientes del servicio
de energía eléctrica, ya que para éstos no es la instalación
la que causa el hecho perjudicial, sino la corriente suminis-
trada por su productor o distribuidor, tenedor o guardián.
Desde luego que sin mediación de la energía, y por razones
exclusivamente atribuíbles a la instalación, los daños a que
ésta dé origen no comprometen a la Compañía que presta el
servicio.

Se explica razonablemente que cuando el daño es ocasionado


por la corriente, la responsable sea la Empresa productora o
distribuidora de aquélla, porque si bien es cierto que los
alambres, aisladores, etc., desde el lugar de medición o control,
son ajenos a la Compañía, y que es el suscriptor quien se
obliga a mantenerlos en buen estado y por su cuenta, tales
circunstancias no pueden derogar los principios generales en
materia de servidumbres de conductores eléctricos están vi-
gentes en la Ley respectiva, la cual, al dar derecho a vigilar
la conservación de los cables, compromete a la vez la respon-
sabilidad civil de la Compañía en caso de falta de inspección
de las líneas, negligencia en hacer reparar los deterioros por
el propietario interesado en la prestación del servicio, o im-
prudencia al no impedir que se lleven a cabo instalaciones
defectuosas, a partir de los medidores en que hace el contaje
de la fuerza suministrada. De ahí que las disposiciones del
citado Reglamento de la C. A. L. E de V. son inoperantes e
inaplicables, en el caso concreto, en contra de un tercero, a las
relaciones contractuales entre dicha Empresa y sus suscripto-
res, como es el señor A. de A. C., por razones de seguridad
social. lSC2 <le 22-9-54. '

3. -JTR. Vol. IV, tomo 11, Págs. 50S y 509. El artículo 1193 cita-
do, requiere, para que exista la responsabilidad de la persona
que la cosa que causa el daño la tenga bajo su guarda, sea
o no propietario de ella. No es, pues, una responsabilidad
ob rem, puesto que se fundamenta en la guarda y afecta
a aquel que ejerce esta guarda. Nuestros comentaristas
clásicos Sanojo, Dominici, nada dicen sobre el significado y
extensión que debe dársele a este concepto, y ello no es de

-95-
Art. 1193
extrañar, porque en el momento en que escribían no había
jurisprudencia basada en una interpretación más amplia del
artículo 1384 del Código Civil francés. Pero esta doctrina
y esta jurisprudencia extranjeras están acordes en que no
debe tomarse esta palabra en un sentido estricto o material
de vigilancia fisica y directa, que cesa cuando la cosa sale
de la órbita de acción del guardador para pasar a' un tercero.
Tal es, por otra parte, el significado que le atribuye el legis-
lador patrio cuando la usa en esta materia, y así lo manifiesta
claramente en el texto del artículo anterior al que se estudia
(1192), cuando obliga a reparar el daño al dueño de un
animal, o al que lo tiene a su cuidado, "aunque se hubiere
perdido o extraviado"; es decir, aun cuando el animal haya
escapado a su guarda directa' y materiaL... ,Debe adver-
tirse que, según el citado artículo, la responsabilidad deriva
de la guarda de la cosa y no de la cosa misma; dicho texto
legal no requiere que la parte demandante acredite, en juicio
que la cosa adolece de un defecto: o vicio capaz de causar el
daño, sino que basta que compruebe que la cosa lo ha produ-
cido. De igual manera, no haciendo el legislador, como lo
hace, diferencia de ninguna especie, todas las cosas quedan
comprendidas en la disposición indicada, salvo excepciones
que el mismo legislador ha establecido. Tales serian las con-
templadas en el segundo aparte de la misma disposición y las
:establecidas en los artículos 1192 y 1194 que se refieren a los
daños causados por animales o por edificios o cualquiera otra
construcción arraigada al suelo. HC1 de 13-1-54.

4. -JTR. Vol. VIII, Pág. 738 u •.• la responsabilidad civil derivada


de accidente de tránsito se rige por las normas del derecho
común, salvo las disposiciones de esa Ley; y justamente, el
Art. 16 Tránsito Terrestre, constituye una salvedad que debe
aplicarse en lugar del Art. 1193 C.C .... ". TAS2'de 28-11-60.

5.-Véase Art.. 1185, cita N9 28.

6.-Es decir, dicha demanda se fundamenta en el Art. 1193 del


Código Civil, que copiado textualmente dice: "Toda persona
es responsable del daño causado por las cosas que tiene bajo
su guarda, a menos que pruebe que el daño ha sido ocasionado
por falta de la víctima, por el hecho de un tercero, por caso
fortuito o fuerza mayor ... ".

-96-
Art.· 1193
Tanto la responsabilidad por los hechos de los hombres como
por las cosas a que se contrae dicho artículo, es de prin-
cipio que la irresponsabilidad es la regla y la responsabilidad
la excepción. Por lo que no hay responsabilidad sino cuando
hay falta, es decir, falta de destreza, de habilidad, de diligen-
cia, de prudencia, cuyo resultado pudo ser previsto al menos
implícitamente. Podemos decir que la responsabilidad está en
principio ligada a la culpabilidad y que la responsabilidad del
hecho de las cosas inanimadas no es una responsablidad,
ob-rem, es decir, no es por la cosa misma sino por la cul-
pabilidad del guardián de ella.
Dos extremos concurrentes, requiere el mencionado Art.
1193: a) Una cosa mueble o inmueble como lo tiene reconoci-
do así la jurisprudencia. Se exceptúan los edificios o cual-
quiera otra construcción, dado que la responsabilidad de estos
últimos está específicamente prevista por la Ley en el Art.
1194 ejusdem, y también se exceptúa la responsabilidad del
dueño de un animal porque también está prevista por el Art.
1192 del mismo Código Civil; b) La guarda de la cosa que
ha causado el daño. La noción de guarda implica el poder de
derecho o de hecho y el uso o la explotación de la cosa en su
provecho y pesa sobre aquél que ejerce la guarda de la cosa
o sobre el propietario o sobre aquél que se sirve de ella. En
el caso de autos está comprobado con los títulos de propiedad
y con la confesión misma del demandado en el acto de posi-
ciones que él es propietario de la casa colindante con la del
actor y, por lo tanto, el extremo dicho se encuentra lleno
en el presente caso. En cuanto a la culpabilidad del demandado
aparece evidente de la experticia promovida en este juicio.
En efecto, la letra a) de dicha experticia expresa que las
causas posibles del derrumbe ocurrido el 6 de mayo de 1959
son las filtraciones habidas en el talud, propiedad del deman-
dado debido a las aguas que caen en el jardín de la casa su-
perior, tanto las aguas de lluvia como las de riego de jardín.
Además, hubo cierta negligencia en el demandado al no tomar
las medidas necesarias para evitar dicho derrumbe, sobre
todo que el actor le advirtió el peligro que se corría en carta
de 11 de marzo de 1959. DFMSC2 de 30-5-62.

JURISPRUDENCIA DE CASACION
l.-Que el sentenciador, al aplicar los artículos 1217, 1218 y 1219
del Código Civil, no los ha infringido, porque se expresa en la

-97-
Art. 1193
recurrida, que estas disposiciones ordenan indemnizar el daño
causado, por las personas y las cosas, directa o indirectamente,
y que habiéndose comprobado que el hijo de la demandante le
había ocasionado la muerte, un hecho imputable a la deman-
dada, a ésta alcanzaba la sanción reparadora del daño
causado. Sentencia del 4 de abril de 1935.

COMENTARISTAS PATRIOS

Melich Orsini, J. "Responsabilidades Civiles Etxracontrac-


tuales," p. 259. .

" ... Para los partidarios del riesgo, puesto que el Art.
1193 C. C. no se basaría en la culpa sino en una pura rela-
ción objetiva de uso o provecho de la cosa, poco importa la
ínimputabilidad moral del guardián a los efectos de deter-
minar su responsabilidad. Para aquellos, en cambio, que
basan el Art. 1193 C. C. en una presunción de culpa, aunque
sea juris et de jure, la cuestión de la falta de discernimiento
del guardián plantea un verdadero problema: ¿cómo decir,
en efecto que el guardián es responsable por razón de una
culpa presunta cuando la concepción tradicional de la cul-
pa (Art. 1186 C. C.) supone necesariamente la aptitud psí-
quica para discernir el bien del mal? .... Nuestros tribu-
nales no han tenido ocasión de manifestarse al respecto
de esta delicada cuestión".

Art. 1194 Art. 1194

El propietario de un edificio o de cualquiera otra cons-


trucción arraigada al suelo, es responsable del daño causa-
do por la ruina de éstos, a menos que pruebe que la ruina
no ha ocurrido por falta de reparaciones o por vicios de
la construcción.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-El análisis de esta disposición, a la luz de los principios de la


ciencia jurídica, evidencia de manera indiscutible una dero-

-98-
·Art. 1194
gatoria de la regla general contenida en el artículo 1354
ejusdem, según la cual, quien pida la ejecución de una obliga-
ción debe probarla. La norma estudiada erea una presunción
de falta a cargo del propietario de un edüicio, y lo hace res-
ponsable del daño ocurrido, a menos que pruebe que la ruina
no ha ocurrido por las causas arriba señaladas: falta de re-
paraciones o vicios en la construcción. No significa esto en
modo alguno que el propietario deba hacer necesariamente la
prueba negativa de que la ruina no ha ocurrido por las dos
causas indicadas. Si llegare a demostrar de una manera
eficiente que el hecho ha ocurrido exclusivamente por otra
causa distinta, como sería una explosión, un terremoto, tam-
bién quedaría legalmente exonerado de responsabilidad.

Las consideraciones anteriores están basadas exclusivamente


en el estudio objetivo y cuidadoso de nuestro texto legal, ya
que la doctrina y la jurisprudencia francesa invocadas por las
partes no le son aplicables, por que la Ley de aquel país se
pronuncia en forma distinta a la nuestra, sin alterar la regla
general que pone la prueba a cargo del actor, así: "El pro-
pietario de un edificio es responsable del daño causado por
su ruina cuando ocurre como consecuencia de defecto en el
mantenimiento o vicio de construcción. DFIC1 de 7-5-48.

20-Véase Art. 1193, cita NQ 60

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-La actora se abstuvo de calificar de intencional la comisron


del hecho ilícito del cual deriva su acción, elemento que es
esencial característica del delito frente al cuasidelito, cuyo
elemento moral es la negligencia o imprudencia. La situa-
ción contemplada en el Arto 1194 C. C. prevé los cuasidelitos,
puesto que la falta de reparación o los vicios de construcción
de un edificio que pueden causar daño, pueden ocurrir por
negligencia o imprudencia de las personas. Se discute en
doctrina si la situación contemplada en el citado artículo
consagra la responsabilidad del propietario sólo después de
terminada la construcción, por corresponder antes, al cons-
tructor frente a los lesionados a causa de los vicios de la
construcción de la obra que realiza, o si la responsabilidad
en ambos casos le incumbe al propietario. Conforme al espí-
ritu que anima el Art. 1194 C. C., la ruina de una construcción

-99-
Art. 1194
consiste en su caída total o parcial, y el hecho de su caída, en
venir abajo o perder el equilibrio, por poco que sea, pero
causante de daño a otro .. ,.. y tratándose de construcciones
inmediatas, que por ese hecho dichas construcciones inmediatas
se dañen en alguna forma la cual a su vez por caída total o
parcial, esto es, por venir ellas abajo o perder el equilibrio, de
modo que no hay incorrección al aseverarse que las construc-
ciones inmediatas por aquel hecho, también se arruinan. La
recurrida ... atendió a los hechos fundamentales para atribuir
la responsabilidad a la demandada (Art. 1194) habiendo esta-
blecido que el ingeniero o constructor que dirigió la obra es
responsable para con el propietario en virtud del contrato, res-
ponsabilidad convencional de que los terceros perjudicados
no pueden valerse. Más como la responsabilidad del cons-
tructor no es a favor de terceros mal podría excluir la del pro-
pietario por fuerza del Art. 1194. Sent. del 11 agosto 1948.

COMENTARISTAS PATRIOS

Melich Orsini, J. op. cit. p. 516.

" .... la circunstancia de que nuestro Código en su Art.


1194 no haya mencionado expresamente el caso fortuito o
fuerza mayor, la culpa de la víctima y el hecho del tercero
como causales de exoneración, no excluye que los mismos
sean invocables por el presunto responsable, en tanto y en
cuanto esta prueba liberatoria es consecuencia del principio
general según el cual debe excluirse la responsabilidad
cuando aparezca demostrada una causa totalmente extraña
a la que sirve de fundamento para atribuir la responsabili-
dad al propietario en razón del Art. 1149; pero el silencio
de dichas causales generales de exoneración que se 'observa
en la citada disposición legal y que contrasta con la expresa
mención de ellas que hacen los Arts. 1192 y 1193 C. C.
excluye indudablemente toda posibilidad de admitir respec-
to del Art. 1194 C. C. algunas de las conclusiones que hemos
admitido o sugerido respecto de la responsabilidad por
guarda de cosas o animales. .. Cinco son los supuestos de
hecho que debe comprobar la víctima demandante para

-100-
Art. 1194
invocar con buen éxito el Art. 1194 e. C; a saber: que el
demandado es el propietario (19 ) del edificio o de la cons-
trucción arraigada al suelo (2 9 ) cuya ruina (3) le causó
(4 9) el daño (59) del cual reclama indemnización. Esta-
blecidas estos cinco supuestos, la ley extrae dos conclusio-
nes: a) que la ruina se debe a la falta de reparaciones o
vicios de construcción. b) que el propietario del edificio es
responsable de esas faltas que dieron origen a la ruina ....
El C. C. no sólo ha establecido una presunción juris et de
jure, según la cual una vez comprobado que la ruina del
edificio o construcción se debe a falta de reparación o vicio
de construcción responde el propietario, sino que ha presu-
mido también que toda ruina de un edificio o construcción
que ha causado un daño se debe precisamente a falta de
reparaciones o vicios de construcción. Pero esta última no
es sino (presunción) juris tantum . . . ."

Art. 1195 Art. 1195


Si el hecho ilícito es imputable a varias personas,
quedan obligadas solidariamente a reparar el daño causado.
Quien ha pagado íntegramente la totalidad del daño,
tiene acción contra cada uno de los coobligados por una
parte que fijará el Juez según la gravedad de la falta
cometida por cada uno de ellos. Si es imposible establecer
el grado de responsabilidad de los coobligados, la reparación
se hará por partes iguales.

Art. 1196 Art. 1196


La obligación de reparacion se extiende a todo daño
material o moral causado por el acto ilícito.
El Juez puede, especialmente, acordar una indemniza-
ción a la víctima en caso de lesión corporal, de atentado a
su honor, a su reputación, o a los de su familia, a su liber-
tad personal, como también en el caso de violación de su
domicilio o de un secreto concerniente a la parte lesionada.

-101-
Art. 1196
El Juez puede igualmente conceder una indemnización
a los parientes, afines, o cónyuge, como reparación del dolor
sufrido en caso de muerte de la víctima.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.--JTR. Vol. II, Pág. 173. En efecto, si bien el primer aparte


del citado artículo 1196 extiende la obligación de reparación
de todo daño material o moral causado por ei acto ilícito,
esta regla sólo es aplicable cuando el sujeto de la acción es la
propia víctima. Pero cuando ésta no puede exigir indemniza-
ción alguna, por haber desaparecido, la norma aplicable del
último de dicho artículo, que deja también al arbitrio del Juez
conceder una indemnización a los parientes, afines, o cón-
yuge, como reparación del dolor sufrido. Esta interpretación
de nuestra Ley no sólo está inspirada en las enseñanzas de la
más acreditadas doctrinas y de las más respetables jurispruden-
cias, sino que está en armonía con las normas expresas acogi-
das ya en algunos países. APS de 21-3-52.

2.-JTR. Vol. II, Pág. 174. "En cuanto al alegato reiteradamente


hecho por el demandado, de que el demandante es analfabeto,
pobre al extremo de haber solicitado el beneficio que la Ley
acuerda a tales personas, que ha pasado su vida en el campo
con pocas o escasas relaciones, no sirve en concepto del
juzgador para desconocer el daño moral causado, ya que por
humilde o pobre que sea una persona, tiene un patrimonio
moral que defender". MIS de 20-3-52.
3.-JTR. Vol. 111, Pág. 108. Con base al artículo 1196 del Código
Civil el demandado ha rechazado el derecho mismo del actor
a exigir judicialmente indemnización, fundado en que el señor
B. no puede considerarse víctima del accidente sufrido por su
hija menor N. Al parecer, el citado artículo 1196 otorga al
Juez libertad para acordar indemnización a los parientes de
la víctima, sólo en el caso de la muerte de ésta. Como en el
presente caso el actor reclama en nombre propio, pareciera
como si no tuviese derecho a pedir reparación de los daños
morales, ya que el reclamo debió formularlo en su carácter
de representante de NN. No cabe duda, de que el artículo
1196, que data de la reforma del Código Civil efectuada en
1942, requiere interpretación; y ésta no puede hacerse en
forma aislada, sino investigando el sentido que sobre dicha

- 102-
Art. 1196
disposición legal al ser confrontada con todo el ordenamiento
jurídico concebido como unidad. Imaginando que no se hubie-
se aceptado la disposición nueva, sería factible admitir que el
daño moral carecería de reparación y esta Corte responde lo
precedente en sentido negativo, porque en el supuesto de que
no se hallase vigente la expresada disposición del artículo 1196,
todavía sería procedente la indemnización del daño moral en
virtud de las prescripciones generales relativas a todo daño
establecidas en el Código Civil. Antes de 1942, aparece in-
demnizable todo daño material o moral, por aplicación del
articulo 1917 del Código Civil y sería atribuir una regresión
en el desenvolvimiento de la ley civil, que no se halla expresa,
si se entendiese en sentido limitativo el artículo 1196. El
concepto de daño moral susceptible de reparación es un pro-
ducto de la evolución del Derecho y representa dentro de
nuestra legislación un progreso. Importa saber si el artículo
1196, al hablar de la víctima siempre se está refieriendo a la
parte lesionada, pues si tal es el caso, solamente cuando muera
la parte lesionada, cabe la indemnización por los daños
morales sufridos a los parientes.... El artículo 1196 esta-
blece la norma general en su primera parte, al disponer: "La
obligación de reparación se extiende a todo daño material o
moral causado por el acto ilícito". Esto quiere decir que,
demostrados los hechos constitutivos de un daño moral por
una persona que los haya sufrido y comprobada la responsa-
bilidad de un tercero en cuanto al origen de ese daño, procede
la reparación acordada por la Ley. En cambio, al agregar el
artículo que el Juez puede especialmente acordar una indem-
nización a la víctima en caso de lesión corporal de atentado
a su honor, a su reputación o a los de su familia, está expre-
sando que los miembros de la familia, con sólo demostrar' el
vínculo de afección, pueden pedir indemnización por el dolor
moral que les haya producido la lesión corporal de la víctima.
Esos miembros de familia, ligados por los lazos estrechos de
afección y parentesco son, en definitiva, también víctimas
aunque indirectas. Analizada la disposición legal en referen-
cia a la luz de los conceptos precedentes ha de concluirse que
la numeración que en ella se encuentra constituye una cons-
trucción gramatical enunciativa y no restrictiva, ya que, de no
ser así, el legislador no hubiera empleado la frase "especial-
mente", ni aplicado en forma tan general la expresión víctima,
sin especificar si se trataba de víctima directa o indirecta del
hecho ilícito. Y viene a robustecer todavía más este criterio

- 103-
Art. 1196
acerca del derecho de reparación que asiste a la víctima in-
directa cuando se observa que el artículo 1196 la autoriza si
se trata de atentado a la reputación de su familia, pues sería
ilógico pensar que en caso de lesión corporal a un miembro
de esa familia, como es el de autos, un padre que sufrió zozo-
bras y angustias por las heridas causadas a su hija de seis
años por la mordedura de un perro, se le negara el derecho a
ser indemnizado por quien ha resultado responsable del hecho.
Es verdad que en casos de autos, el padre de la parte lesionada,
víctima indirecta él mismo, pudo formular su demanda por
daños morales en nombre de la hija, o sea, de la víctima direc-
ta, y sin embargo, no lo hizo; pero ello no puede ser óbice para
que su derecho a indemnización resulta reconocido, pues, como
ya se dijo, la interpretación integral del artículo 1196 del
Código Civil no puede considerarse limitativa, por ser ello
contrario a la doctrina, y a la lógica, sino concebida a título
de enumeración ilustrativa de la intención del legislador.
DFSCl de 27-3-53.
4.-JTR. Vol. IV, tomo 1, Pág. 411. Aunque el Código no define
de modo concreto el daño moral, de la enunciación de ellos,
que hace en el segundo y tercer aparte del artículo citado, se
puede inferir que entiende por tal, el menoscabo que las
personas puedan sufrir en sus bienes inmateriales, o sea, en
sus afecciones, sentimiento, relaciones de familia, y en general
todos aquellos que constituyen sus "bienes no patrimoniales".
De esta manera nuestro código ha acogido ampliamente la
doctrina que, después de las convincentes opiniones de Ihering
acerca de la función resarcitoria del dinero, ha obtenido la
adhesión de la doctrina y jurisprudencia moderna y la consa-
gración legislativa en varios países de Europa y América.
(Y) De acuerdo con la doctrina y la jurisprudencia, estos
hechos bastan para presumir la efectividad del daño moral
que la muerte del hijo ha tenido que causar al actor. El amor
paterno es un hecho normal y propio, no solo humano, sino
hasta común en los animales. Sólo excepcionalmente y cuando
se trata de personas desmedidamente inhumanas, puede un
padre permanecer insensible ante la muerte de su hijo. Por ello,
el dolor, la angustia, es decir, el daño moral, debe presumirse
mientras no exista, como no existe en estos autos, prueba en
contrario.
En cuanto a la fijación del monto o cuantía de la indemniza-
ción, el tercer aparte del artículo 1196 citado dispone que

- 104-
Art. 1196
"El Juez puede igualmente conceder una indemnización a los
parientes, afines o cónyuges, como reparación por el dolor
sufrido, en caso de muerte de la víctima".

Tal texto legal, si bien concede al Juez amplia facultad para


apreciar los hechos y estimar los daños, le impone también
cierto límite en cuanto a este último punto se refiere. En
efecto, la indemnización que en él se autoriza lo es como
"reparación del dolor sufrido"; y el vocablo "reparación" lo
define el diccionario de la Real Academia Española como
"desagravio, satisfacción completa de una ofensa, daño o
injuria". Por lo tanto, en ningún caso esa reparación ha de
convertirse en factor de enriquecimiento sin causa para el
reclamante. lIC1 de 13-1-54.

5.-JTR. Vol. IV, tomo 1, Pág. 416. En la exposicron que precede


está contenido el criterio del juzgador en orden a la materia
en estudio. Más, tal criterio que él hubera aplicado sin vaci-
lar, tiene que ceder en el presente caso ante la doctrina con-
traria establecida al respecto por la sentencia dictada por
mayoría de votos por la Corte de Casación en este juicio y en
cuyo considerando VI se dejó establecida la posibilidad de esti-
mar un daño moral por medio de expertos. Y ese criterio fue
ratificado en el auto dictado por aquel Alto Tribunal, al co-
nocer de la solicitud de aclaratoria hecha por la parte ejecu-
tada y en cuyo auto se dice: "Que los puntos dudosos que
pueden dar lugar a la aclaratoria de un fallo deben versar
sobre lo dispositivo del mismo y, en casos como el presente,
no resultar extraños a lo que ha sido materia del recurso, y ...
"que en cuanto a si puede el Juez ordenar una experticia para
la fijación del daño", es cuestión que quedó resuelta afirma-
tivamente en el Capítulo VI de la sentencia, y es este, precisa-
mente, uno de los puntos en que disiente de la sentencia el voto
salvado". Ante pronunciamiento tan categórico, sólo le resta
a este Juzgado darle aplicación en el caso sub-judice por obra
de la obligatoriedad conminatoria a que lo somete el artículo
439 del Código de Procedimiento Civil. lSC3-62-1 de 29-9-54.

6.-JTR. Vol. IV, tomo 1, Pág. 420. En el último aparte de este


artículo está contemplado el interés afectivo, cuando dice:
"El Juez puede igualmente conceder una indemnización a los
parientes, afines o cónyuges como reparación del dolor sufrido
en caso de muerte de la víctima". Como se observa, este

-105-
Art. 1196
artículo contempla la reparación del daño moral, facultando
al Juez para acordar una indemnización a la víctima en el caso
de atentado a su libertad personal, así como también en otras
situaciones que contempla. Es indudable que el demandado
ciudadano D. R. ejerció abusivamente de una vía de derecho al
intentar acción penal por difamación e injuria contra la
ciudadana E. F. N. de L., considerando el juzgador que lo
hizo única y exclusivamente por espíritu vejatorio, ya que no
puede ser de otra manera, pues se separó de la querella al no
presentar su escrito de cargos dentro de la oportunidad que le
señala la Ley, pero que, para esa época ya la demandante de
este juicio tenía varios días de detenida, motivo por el cual
hace necesario que el señor R. le resarza a su víctima los
posibles daños materiales y morales que hubiere sufrido. Es
innegable que dicha acusación, con toda la secuela de dili-
gencias procesales, ha debido y tiene que haberle causado a la
señora N. de L. un estado de temor, de angustia, así como
también de vergüenza para con su cónyuge y amistades.
Puesto que toda persona honesta y cumplidora de sus obliga-
ciones tiene que sentirse agobiada por una acusación inter-
puesta contra ella, por ante los Tribunales de Justicia, por poner
en tela de juicio sus condiciones de persona de bien y cum-
plidora de sus deberes para con sus semejantes; todo lo cual
reviste los caracteres de un daño moral que debe ser reparado.
Pero esta indemnización por daños no patrimoniales la fija el
Juez obrando en el ejercicio de dicha facultad prudencial-
mente. El Tribunal en el presente caso, acuerda a la deman-
dante a causa del daño moral sufrido por la detención de
cincuenta y nueve días, como consecuencia del juicio penal
que contra ella intentó el ciudadano D. R. por ante el Juzgado
de Primera Instancia en lo Penal de este Estado, el cual fue
sobreseído, una indemnización montante a la cántidad de
cuatro mil bolívares (B~ 4.000,00). 91 de 30-6-54.

7.-JTR. Vol. IV, tomo 11, Pág. 502. Es indudable que el actor,
a la muerte de su hijo J. de A. C., experimentó un perjuicio de
índole económica, además del dolor moral sufrido, ya que ese
hijo estaba obligado a suministrarle alimento, conforme al
Código Civil, y esto representa una pérdida material de indis-
cutible realidad. lSC2 de 22-9-54.

8.-JTR. Vol. VII, tomo 1, Pág. 690. "El descrédito que el de-
mandado desata contra la reputación profesional de una

-106-
Art. 1196
empresa, es susceptible de provocar un daño resarcible según
la doctrina generalmente aceptada". DFSMC1 de 9-3-59.

9.-Ahora bien, el artículo 1196 de nuestro Código Civil faculta


al Juez para conceder una indemnización a los parientes,
afines o cónyuge, como reparación del dolor sufrido, en caso
de muerte de la víctima. En el caso de autos se trata de unos
padres que han perdido como consecuencia del suceso a su
hija menor J. B., quien tenía aproximadamente cinco años de
edad. En ningún caso puede una indemnización pecuniaria
reparar el inmenso dolor que en todo ser normal tiene que
producir la pérdida de una hija, sobre todo en circunstancias
tan inesperadas y dolorosas como .las demostradas en este
proceso. Un hijo, así sólo tenga 'cinco años, ocupa un puesto
importantísimo en el seno de una familia; es una alegría pre-
sente y una esperanza para lo porvenir.
Los padres de la menor J. B., son gentes de condición econó-
mica precaria, como lo evidencia el hecho de vivir en una sola
habitación de una casa de vecindad con todos sus pequeños
hijos y la circunstancia de verse obligados a continuar allí a
pesar de la ruina que los amenazaba. Acordarles una indem-
nización, que quizás pueda brindarles el medio de cubrir en lo
futuro a sus otros hijos de un riesgo semejante, es un acto de
justicia y de humanidad. DFIC1 de 7-5-48.

10.-" ... La reparación del daño moral está supeditada a la comisión


de un hecho ilícito por la persona obligada a repararlo y no
se puede considerar como un hecho ilicito, por parte de
C. A. X., el haber solicitado y obtenido del Tribunal compe-
tente, el beneficio de atraso de conformidad con la Ley".
DFMIM2 de 8-5-64.

ll.-JTR Vol. VIII, 193. "Estando demostrado el hecho ilícito,


consistente en la culposa conducta observada por el deman-
dado, al denunciar al actor como agente activo de un delito
de apropiación indebida, a pesar de existir un convenio previo
que le quitaba tal carácter; es de presumir la existencia del
daño moral consistente en el atentado injusto contra el honor
y la reputación del actor y de su familia, y es por tanto la
reparación del daño moral". DFMIC1 de 13-6-60.

12. -JTR. Vol. VIII, Pág. 194 " ... el daño moral puede valorarse
mediante experticia complementaria del fallo, ya que el Art.

-107-
Art. 1196
174 C. de P. C. no hace distinción alguna respecto de la na.
turaleza o calidad de los daños objeto de la experticia ... ".
DFMSC1 de 12-8-60.

13. -JTR. Vol. IX, Pág. 257 " ... para la indemnización de los
daños materiales hay que alegar el hecho ilícito cometido,
determinar los daños y su monto exacto. Respecto a la in-
demnización por .daños morales basta alegar el hecho ilícito
y referirse a los daños pero sin la precisión requerida cuando
se trata de daños materiales ... ". DFMICDV de 2-10-61.

14.-JTR. Vol. IX, Pág. 258 " ... no es resarcible el daño moral
causado por el deterioro o la destrucción de cosas inanima-
das ... ". LAICT de i9-4-61.

15.-JTR. Vol. XI, Pág. 157. "La ejecución de una medida de


embargo sobre bienes que no estaban en posesión de la
persona contra la cual se libró la medida no genera por sí sola
resarcimiento de daños morales". DFMIM3 de 30-4-63.

16. -JTR. Vol. XI, Pág. 159. "El llamado valor de afección cuya
lesión podría constituir daño moral, no se refiere a toda
clase de bienes sino a aquellos que, en razón de la vinculación
íntima y directa que tienen con la persona, representan para
ella un valor especial por hallarse impregnados de la persona-
lidad del dueño". DFMSC2 de 12-3-63.

17. -La circunstancia de que se interponga una denuncia penal


y se le prohiba al denunciado la salida del país no configura,
por si misma, causal de daños morales. Es necesario la con-
currencia de otras circunstancias tales como el conocimiento
público del juicio y de la medida, la publicación por los pe-
riódicos, el conocimiento entre los amigos y entre personas
relacionadas con la víctima y en general un conjunto de hechos
que hagan presumir que de un modo efectivo se han causado
perjuicios morales. DFMSC2 de 10-6-66. (En igual sentido:
DFMICM de 9-3-67). .

18.-La fijación de un bolívar como daños morales por parte del


Juez constituye una violación del Art. 1196 C. C. DFMSC2
de 16-12-66.
19.-"La responsabilidad aquiliana consagrada en nuestra legisla-
ción por los artículos anotados (1185 y 1196 C. C.) requiere

-108-
Art. 1196
estos tres elementos: a) un hecho culposo; b) daños sufridos,
y c) relación de causalidad, entre el hecho culposo y el daño
sufrido. Sin la demostración de estos tres elementos esencia-
les no se puede establecer el fenómeno de la responsabilidad
civil". DFMSC3 de 26-10-66.

20. -El incumplimiento por parte del propietario de hacer uso del
inmueble acorde con la buena fe y el respeto de terceros da
lugar a responsabilidad por daños y perjuicios, si concurren
los siguientes requisitos: 1) exceso en el ejercicio del derecho,
con mala fe; 2) ejercicio anormal del derecho; 3) daño para
tercero. El cumplimiento de las obligaciones, en principio,
debe hacerse en especie. Pero, en el caso de hecho ilícito,
cuando resulta muy onerosa o inequitativa, la ejecución di-
recta, por razones de equidad, es reemplazada por el pago de
daños y perjuicios. DFMSC3 de 25-1-68.

21.-Ahora bien, de acuerdo con el ya citado artículo 1196 del


Código Civil, la obligación de reparar se extiende a todo
daño material o moral causado por el acto ilícito. Como
atinadamente se establece en el fallo apelado, la Ley espe-
cifica las personas a quienes corresponde esta indemnización:
la misma víctima, en caso de lesión corporal, atentado a su
honor, a su reputación á los de su familia, a su libertad personal
violación de domicilio o de secreto(aparte primero del artícu-
lo 1196 del Código Civil); y los parientes, afines o cónyuge,
"como reparación del dolor sufrido en caso de muerte de la
víctima" (parte último del citado artículo). Por otra parte,
según la doctrina y jurisprudencia constante, basta, para
ordenar la reparación del daño moral en caso de muerte, con
demostrarse la comisión del hecho ilícito causante de tal
muerte, sin que sea necesario probar perjuicio alguno que
se refleje sobre el patrimonio o peculio del reclamante, pues
el daño moral sólo afecta la sensibilidad física y los senti-
mientos afectivos. La indemnización, en caso de muerte,
está expresamente prevista en nuestro Código Civil, cuando
dice que "el Juez puede igualmente conceder una indemniza-
ción a los parientes, afines o cónyuge, como reparación del
dolor sufrido, en caso de muerte de la víctima". En con-
secuencia, probado que la demandante era la cónyuge del
difunto y que la demandada debe responder del hecho ilícito
cometido por su empleado, ha lugar a la reparación exigida
por este concepto de daño moral.

-109-
Art. 1196
Mas la cuestión estriba ep la determinación o monto de esa
reparación; y es el caso que, conforme se desprende del
transcrito texto legal, esta reparación queda sometida a la
soberana apreciación de los Jueces, ya que este daño, espe-
«ialmente el "dolor sufrido en caso de muerte de la víctima",
resulta, por su peculiar característica, de difícil apreciación
y valoración, por no haber ninguna medida equivalente entre
el sufrimiento y el dinero. Así, pues, el monto en dinero
de esta reparación queda al prudente arbitrio del Juez, quien
ha de fijarlo dentro de los límites racionales y de equidad,
porque así 10 deja ver la expresión "puede" que usa la Ley
al autorizarlo para conceder una indemnización de esta
naturaleza.
Ahora bien, en el libelo se reclama un millón de bolívares por
cada uno de los muertos, lo que hace un total de dos mi-
llones; mientras que el Tribunal de la causa la fijó en sólo
cien mil bolívares, esto es, cincuenta mil bolívares por cada
víctima. Y al respecto, la Corte, tal como lo asienta el
fallo apelado, advierte que, según la más calificada doctrina
y jurisprudencia, la reparación de ese dolor, por intenso
que sea, no ha de convertirse en factor de enriquecimiento
sin causa ni en desmesurado afán de lucro. Y, por eso, el
juzgador debe proceder con extremada prudencia y cautela
para establecer el monto de esta singular reparación, equi-
valente al daño o dolor moral, cuya verdadera intensidad es
de difícil, si no imposible, evaluación en dinero.
Ahora bien, esta Corte, al considerar el monto fijado por el
Tribunal de la causa, que, aun cuando aparece despropor-
cionado con el reclamado, pues de dos millones de bolívares
quedó reducido a cien mil bolívares, no encuentra razón
alguna para modificar tal fijación, hecha dentro de los ra-
cionales límites de prudente arbitrio que corresponde al
juzgador, y dado, además, lo ya expuesto acerca de la difi-
cultad en hacer adecuada evaluación; ello, desde luego, sin
entrar, por carecer de base cierta, a calificar el dolor y
sentimiento mismo que sufre una persona que, casi simul-
tánea, ha visto morir a su esposo y pequeño hijo, en la
trágica circunstancia de ser electrocutados por un cable eléc-
trico de mortífero poder.
Por lo tanto, ha de confirmarse la fijación que, por este res-
pecto, hizo el Tribunal del mérito, y así se declara. DFMSC2
de 24 mayo 1960.

-110-
Art. 1196
'URISPRUDENCIA DE CASACION

l.-Se infringe el Art, 1196 C. C. cuando se considera que él


establece una presunción legal que dispensa al actor de probar
los daños materiales que demanda. G. F. T. 8, 2~ etapa, p. 110.

2 ~ -La cualidad del padre para solicitar indemnización por sus


propios derechos, y el interés para deducir la acción, revelado
en la reparación de los daños y perjuicios que en su libelo dice
haber sufrido, es cosa distinta a la comprobación de los daños
reales y verdaderos: esa prueba siempre debe hacerse. G. F.
T. 8, 2~ etapa, p. 109.

3. -Como el dolor moral escapa a toda medida técnica, su estima-


ción queda a la prudencia del Juez, el que puede fijarla dentro
de los límites racionales. G. F. T. 5, 1~ etapa, p. 427.

4.-Los jueces están facultados para apreciar si el hecho ilícito


generador de perjuicios materiales, pudo ocasionar también
daños morales; y esa apreciación que al respecto hagan los
jueces de instancia, así como la compensación pecuniaria que
acuerden en uso de la facultad discrecional que les concede la
ley, son del resorte exclusivo de los jueces del mérito. Sent.
13 oct. 1964.

5. -La determinación de los elementos que caracterizan el hecho


ilícito corresponde a los jueces de instancia como cuestiones
de hecho que son y para cuya apreciación se hallan investidos
de plena soberanía. G. F. T. 2, 2~ etapa, p. 295.

'l.-El fundamento legal de la obligación de pagar el daño que se


cause a otro, consiste en lo que el legislador califica de
"hechos ilícitos" y en estos comprende no solo los actos inten-
cionales sino también los causados .por negligencia o por im-
prudencia. El hecho ilícito es apto y capaz para originar
tanto daño material como moral. G. F. T. 18, p. 145.

7.-La disposición del Art. 1196 C. C. no autoriza a los parientes


y afines indemnización alguna por lesiones personales sufridas
por la víctima, sino sólo por la muerte de ésta. Sent. 14 dic.
1966.

- t t t-
I\rt. 1196
S.-Los daños morales pueden proceder también en materia mer-
cantil. Sent. de 6 de junio de 1962

D.-Véase Art. 1185, cita NO;> 12.

10. -"El asalto a un banco en horas de la noche, frustrado por la


policía, con ser hecho penal grave, no causa daño moral ni
material; una bestia que como en un pajonal abandonado no
causa, en principio, daño alguno apreciable al dueño de ese
pajonal , .. (ni siquiera) los daños morales ... están amparados
con una presunción legal . .. ". G. F. NO;> S, 1955, p. 109.

COMENTARISTAS PATRIOS

De Sola, René. "Opinión Jurídica", p. 82.

LOS DAÑOS Y SU REPARACION

A los fines de la determinación de los daños y su repa-


ración, se analizarán separadamente el caso de las lesiones
y los de las muertes ocurridas.
En el primer libelo se dice que las lesiones de la menor
Yolanda Elena le han ocasionado daños materiales y mora-
les. Como daños morales, el dolor de verse privada de sus
ocupaciones infantiles, las molestias producídasle por la
curiosidad pública y el recuerdo del suceso en que estuvo a
punto de perder la vida.
A pesar de la distinción que hacen los demandantes,
todos los daños que narran tienen carácter exclusivamente
moral. El daño material es aquel que afecta el patrimonio
de la víctima ya actualmente o en el futuro, bien porque
se hayan afectado directamente sus bienes o porque se le
haya disminuído su capacidad de trabajo.
Los daños que afectan directamente a la víctima en su
persona física (quemaduras, eristema, etc.), así como el
dolor que estos hechos le produzcan, solo dan lugar a una
reparación de carácter moral, que será estimada por el Juez,

-112-
Art. 1196
al tenor de lo dispuesto en el segundo aparte del artículo
1196 del Código Civil. En forma tal, que la reparación de
daños materiales en el caso de la menor Yolanda Elena es
contraria a derecho, y así debe ser declarado por el Juz-
gador.

Por lo que respecta a la muerte del señor Julián Her-


nández y de la señora Leonidas Acosta de Gioiella, consi-
dera el Asesor que igualmente solo es procedente una repa-
ración de carácter moral.

En efecto, si bien el primer aparte del citado artículo


1196 extiende la obligación de reparación a todo daño mate-
rial o moral causado por el acto ilícito, esta regla solo es
aplicable cuando el sujeto de la acción es la propia víctima.
Pero cuando ésta no puede exigir indemnización alguna,
por haber desaparecido, la norma aplicable es el último
aparte de dicho artículo, que deja también al arbitrio del
Juez conceder una indemnización a los parientes, afines, o
cónyuge, como reparación del dolor sufrido.

Esta interpretación de nuestra Ley no sólo está inspira-


da en las enseñanzas de la más acreditada doctrina y de
la más respetable jurisprudencia, sino que está en armonía
con las normas expresas acogidas ya en algunos países. En-
tre otros, los códigos alemán y suizo limitan los daños
materiales exclusivamente a los gastos efectuados con oca-
sión de la muerte, especialmente los de inhumación, y sólo
cuando se pruebe que los reclamantes han sido privados por
este motivo de su sostenimiento, se les puede indemnizar
de esta pérdida.

El artículo 47 de este último Código estatuye que "el


Juez puede, teniendo en cuenta las circunstancias particu-
lares, acordar a la víctima de lesiones corporales o, en caso
de muerte, a la familia, una indemnización equitativa a tí.
tulo de reparación moral".

-113-
Art. 1196
En cuanto a la existencia misma del daño moral en los
casos analizados, el Asesor comparte la tesis de quienes
consideran que no amerita prueba especial cuando las cir-
cunstancias hacen presumirlo. "Téngase presente, además
que en muchos casos -dice Antonio Borrel Maciá- la
prueba no será precisa, porque es de sentido común que el
daño se da; tal es el caso del daño físico causado. El que
repercute en el honor de la persona, cabe presumirlo, por-
que la gran mayoría de los hombres, por naturaleza, sien-
ten el desprestigio de su honor. Cuando puede ofrecer
mayores dificultades es al tratarse del sentimiento produ-
cido por el daño causado a otras personas, y en tales casos
será preciso presumir, salvo prueba en contra, su existen-
cia cuando se trate de muerte de próximos parientes".
(Responsabilidades Derivadas de Culpa Extracontractual
Civil).

Queda sólo por determinar el monto de la indemniza-


ción que, como reparación moral debe pagar a los actores
la Compañía demandada en razón de las lesiones y muer-
tes ocurridas. De acuerdo con los apartes pertinentes del
artículo 1196 de nuestro Código Civil se deja al arbitrio
del Juez acordar dicha indemnización, y es a él, por tanto,
a quien también corresponde fijar su cuantía según las
circunstancias de cada caso.

Para llegar a una determinación equitativa por lo que


respecta a este aspecto del problema, el Juez debe tomar
en consideración las disposiciones que en nuestro Código
Civil regulan la extensión de la responsabilidad por faltas
contractuales, las normas expresadas de nuestra legislación
acerca de situaciones semejantes y las circunstancias par-
ticulares que rodean cada caso.

En primer lugar, tratándose de una responsabilidad


objetiva, en la que el deber de reparación se impone prin-
cipalmente por el mayor beneficio que la cosa procura, a su

- 114-
Art. 1196
propietario, no puede apartarse la consideración de la exis-
tencia de un contrato de suministro de luz que ligaba a las
partes, y que los propios actores han querido hacer valer
en este juicio como elemento de sus pruebas. Este contrato
evidencia, que si bien el suministro de energía eléctrica es
una fuente de utilidad para la Compañía demandada, no es
de ella el provecho exclusivo, desde el momento que las
víctimas obtenían mediante ese suministro también benefi-
cios, consistentes en la satisfacción de necesidades elemen-
tales y en mayores comodidades de vida.

Por otra parte, no ha sido comprobado que el hecho


haya ocurrido por dolo de la demandada (Art. 1274 del
Código Civil), sino antes por el contrario es de presumir
la ausencia de intención en un acto semejante. Esta cir-
cunstancia, unida a la existencia de un contrato, deben
servir de contralor al alcance de la indemnización que se
acuerde.

Con base en las consideraciones anteriores, el Asesor


estima equitativo que el Juez de la causa, vista la indem-
nización que en casos semejantes acuerdan nuestras Ley
del Trabajo y Ley de Seguro Obligatorio, debe acordar a
la menor víctima de las lesiones una reparación moral que
no sea menor de (Es. 8.000) ocho mil bolívares ni mayor
de (Es. 10.000) diez mil bolívares.

En cuanto a las muertes ocurridas, puede servir de ins-


piración al Juzgador las disposiciones contenidas en el ar-
tículo 80 de nuestra Ley de Aviación Civil y artículo 141
de nuestra Ley del Trabajo, que fijan el límite de la indem-
nización para los accidentes de tal magnitud en (Es. 10.000)
diez mil bolívares y (Es. 15.000) quince mil bolívares res-
pectivamente.

Habida consideración de que las víctimas en este pro-


ceso fueron padre y madre respectivamente de dos hogares,

-115-
Art. 1196
donde quedan gran número de huérfanos, y el dolor que la
pérdida de un ser tan querido produce en todo individuo
aun de la más elemental sensibilidad, el Asesor considera
que la indemnización que se acuerde por cada muerte ocu-
rrida, debe oscilar entre (Bs. 20.000) veinte mil bolívares y
(Bs. 30.000) treinta mil bolívares. Ahora bien, la cifra que
en definitiva se determine, debe ser objeto de una modera-
ción por lo que respecta a la muerte de la señora Leonidas
Acosta de Gioiella en razón de que debe apreciarse como
una falta de prudencia de su parte acercarse de nuevo al
mismo sitio donde poco antes había ocurrido la tragedia
de su hija, sin que hubieran sido tomadas las debidas pre-
cauciones en cuanto a la fuente de energía anormal que
causó su muerte.

Cree el Asesor que si la sentencia acoge el criterio


sentado, se establecerá la justa y equitativa reparación
moral que corresponde a los reclamantes, sin atentar contra
la estabilidad económica de una empresa que presta un
servicio a la colectividad, la cual, aunque ausente del juicio,
tiene igualmente derecho al respeto de sus intereses.

Dejo así cumplida la misión que me fue confiada, y


firmo éste dictamen en Caracas, a los trece días del mes
de enero de mil novecientos cincuenta.

-116-
Art. 1197

CAPITULO 11

DE LAS DIVERSAS ESPECIES DE OBLIGACIONES

SECCION PRIMERA

Obligaciones condicionadas

Art. 1197

La obligación es condicional cuando su existencia o


resolución depende de un acontecimiento futuro e incierto.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

1.-JTR. Vol. IX, Pág. 184 " ... condición o plazo pendiente
deben entenderse vinculados a los conceptos de obligaciones
condicionales o a término de que trata el C.C ... ". DFMIM2
de 24-1-61. (En igual sentido: Vol. X, p. 107 DFMIM2 de
12-2-62) .

2. -JTR. Vol. X, Pág. 413 " ... la cláusula estipulada en un


contrato privado de promesa de venta, por la cual una de las
partes se obliga a extender la escritura, tan pronto como un
tercero le transfiera en propiedad el mismo bien que ha pro-
metido, importa una condición y no un plazo ... ". ZUIC2
de 29-10-62.

3 .-(Se transcribe texto de la sentencia reseñada, en resumen, en la


cita N9 1 arriba, por los conceptos doctrinarios que contiene).
«El comercio jurídico de la vida diaria nos indica que el
vocablo condición es empleado en multitud de ocasiones sin
vincular con él una idea precisa. De esta manera, es posible
encontrar situaciones en las cuales se adopta para significar
un requisito esencial de algún hecho jurídico, como por ejem-
plo, cuando se dice que el consentimiento es condición esencial

-117-
Art. 1197
de un contrato (así, el artículo 1141 del Código Civil, al enun-
ciar "las condiciones requeridas para la existéncia del con-
trato"); en otras ocasiones, la palabra condición es usada en
el sentido de cláusula o pacto por medio del cual una parte
estipula ciertas ventajas o impone algunas cargas a la otra;
en otras oportunidades viene a significar la calidad de una
persona, como cuando se habla de la condición de padre de
familia. Sin embargo, todos estos sentidos se alejan del
significado riguroso y científico, que viene, en rigor, a estruc-
turar la condición como "un hecho ignorado, del que depende
la eficacia del acto jurídico", según la definición que nos trae
de ella el maestro italiano Francisco Carnelutti (Teoría
General del Derecho, número 154, página 401)>>.

«Con la definición anterior -que es acogida por el Tribu-


nal-, el eximio maestro italiano recalca la característica de
la condición como una circunstancia específica del acto jurídico
"en el sentido de que la juridicidad de éste, es decir, sus efec-
tos según el Derecho, dependen no tanto de su ligazón especial
con la historia o con el mundo en general, cuanto de su ligazón
con un hecho determinado". Igualmente, al incluir dentro
de los elementos de su definición el concepto de "hecho igno-
rado", es posible referirse tanto a los hechos pasados como a
los hechos futuros, de modo tal que también los primeros,
cuando sean "ignorados", puedan constituir requisitos condicio-
nales a los cuales se encuentre subordinada: la eficacia jurídica
del acto».
«Ahora bien, en cuanto a los hechos futuros, la doctrina ha
podido diferenciar aquellos que son ciertos de los inciertos.
La certeza del futuro es el resultado de una provisión hecha
según la regla de la experiencia; "cuando la experiencia
--continúa Carnelutti- es tal que no admite ninguna duda en
torno a la regularidad, o sea, a la uniformidad de un deter-
minado orden de fenómenos, adquirimos tal conocimiento del
futuro que nos permite atribuir también a éste la certeza.•..
En orden a su sede temporal, los acontecimientos futuros ciertos
pueden ser, a su vez, ciertos o inciertos; es decir, que se puede
prever con seguridad su acaecer, pero no el tiempo en que
acaecerá; y esto se llama acontecimiento certus an ineertus
cuando ... " (obra citada, NQ 154, página 410)>>.
«La doctrina ha tomado muy en cuenta esta düerenciación
.de los acontecimientos futuros en ciertos e inciertos y ha

-118-
Art. 1197
estudiado separadamente unos y otros: ha dado el nombre de
término a la investigación del acontecimiento futuro cierto y
el de condición a la del acontecimiento futuro incierto. Así lo
ha hecho también nuestro más Alto Tribunal, cuando en sen-
tencia de 9 de mayo de 1911, se refiere a la condición como
a un término inciertos,

«La condición y el término, de esta manera, se nos presentan


como especies de un género común, que es, precisamente, el
de "acto futuro, cierto o incierto, de cuyo acaecer o no acaecer
depende la eficacia del acto jurídico". Este género común
-siguiendo la terminología de Carnelutti- podría denominar-
se condición en sentido amplio, la cual incluiría a la condición
en sentido estricto, a saber, la condición incierta, y el término,
que sería la condición cierta».

<¡El concepto de término, se resume, por consiguiente, en in-


dicar la ligazón del acto con un hecho diferente posterior que
puede ser indicado mediante una determinación del tiempo,
y su diferencia esencial de la condición radica, precisamente,
en la certeza que en el término tiene el acontecimiento futuro
a que se encuentra vinculada la eficacia jurídica del actos.
«De lo expuesto anteriormente se deduce que la condición en
sentido amplio viene a constituir un elemento voluntario del
acto jurídico que forma parte integrante y substancial del
mismo. Al mismo tiempo, permite diferenciarla de las llamadas
condiciones legales, concepto heterogéneo e impreciso, dentro
del cual se incluyen los elementos más diversos: los elementos
esenciales y constitutivos de un negocio, los presupuestos de
hecho queridos por la ley o por la naturaleza de la relación
para que un negocio dotado de sus elementos constitutivos
pueda tener su particular eficacia o aquellos actos que no
siendo presupuestos, deben sobrevenir en virtud de la ley a un
negocio o a un hecho jurídico ya realizado para que éste
produzca sus efectos'>,

«En sentido estricto, según se dijo, la condición se caracteriza


por la incertidumbre, y este rasgo típico -aceptado unánime-
mente en la doctrina- es igualmente consagrado en nuestra
Legislación sustantiva. "La obligación es condicional -nOs
dice el artículo 1197 del Código Civil- cuando su existencia
o resolución depende de un acontecimiento futuro e incierto",
definición ésta en la cual deben considerarse incluidos los

-119-
Art. 1197
hechos pasados desconocidos, aunque los comentaristas patrios
sostienen que los hechos verüicadospero no conocidos no cons-
tituyen una condición (Luis Sanojo, Instituciones de Derecho
Civil Venezolano, Tomo IlI, NQ 50, pág. 60; Aníbal Dominici,
Comentarios al Código Civil Venezolano, Tomo n, pág. 624»>.

«Ahora bien, de la propia naturaleza de la condición resulta


que ésta puede ser: pendiente, cuando el hecho puede realizar-
se, pero que no se ha realizado todavía;realizada o cumplida,
cuando el hecho se ha verificado; y frustrada, cuando el hecho
no se ha verificado y ya no es posible que se verifique. Esta
distinción, como se ve, es de particular trascendencia respecto
del problema que se analiza de definir el alcance conceptual
de la excepción dilatoria prevista en el ordinal quinto del
artículo 248 del Código de Procedimiento Civil».

«El concepto de pendencia viene a señalar un modo de ser de


la condición en sentido amplio, es decir, del género común
que abarca la condición en sentido estricto (condición incierta)
y el término (condición cierta). Es un modo de ser intermedio
entre la eficacia y la ineficacia del acto jurídico, que puede
presentarse como dilación o como suspensión, según que de la
comprobación del requisito que faltaba dependa el cuando o el
sí de la eficacia: la dilación implica la incerteza de la eficacia
futura; la suspensión implica la incerteza de la eficacia
presente».

«"Si la dilación es una pendencia para continuar con las


palabras de Carnelutti, obra citada, NQ 159, pág. 413- que se
convertirá ciertamente en eficacia, el cumplimiento del requi-
sito que falta debe ser cierto; por eso la pendencia del acto
jurídico sujeto a un término es dilación. Si la suspensión es,
en cambio, una pendencia de la que es incierto que se convierta
en eficacia, el cumplimiento del requisito que falta debe ser
incierto; por eso es suspensión la pendencia del acto jurídico
sometido a condición (en sentido estricto); en otras palabras,
la condición en sentido estricto siempre es suspensiva"».

«En nada afecta lo expuesto a, la división tradicional entre


las condiciones resolutorias y las condiciones suspensivas, ya
que su diferencia no está en que la primera no tenga efecto
suspensivo, sino más bien en que tiene un efecto suspensivo de

- 120-
Art. 1197
clase diferente. En efecto, "hay suspensión tanto en el caso
en que dependa de un desenlace incierto el que el acto llegue
a existir (condición suspensiva), como cuando dependa de eso
el que el acto deba considerarse como si jamás hubiera existido
(condición resolutoria) ».

«El Juzgador ha considerado conveniente hacer las transcrip-


ciones anteriores que son fiel trasunto de la doctrina más
autorizada en la actualidad a los fines de lograr una total
clarificación conceptual en los conceptos que se vana manejar,
máxime si se toma en cuenta el laborioso estudio realizado
por la parte demandada, que presentara en el acto de
Informes».

«Lo expuesto permite concluir que desde el punto de vista de


la técnica jurídica -repetimos- el vocablo condición, en un
sentido estricto, significa todo acontecimiento futuro e incierto
del cual depende la eficacia de un acto jurídico, y sin que sea
necesario entrar a dilucidar el punto de si deben incluirse entre
tales acontecimientos, aquellos que ya han ocurrido, pero que
son ignorados por las partes -como lo significan nuestros
comentaristas-, por cuanto la solución de' tal planteamiento
ninguna relevancia tiene respecto del criterio a adoptarse en
esta sentencia».

«La condición se dice que está pendiente, cuando el aconteci-


miento futuro e incierto puede verificarse, pero no se ha
realizado todavía. La característica de pendencia, por 10
demás, no es exclusiva de la condición entendida en sentido
estricto, y tiene relevancia también respecto del término: se
dice que el término está pendiente cuando el acontecimiento
futuro y cierto no se ha realizado todavía. En consecuencia,
la pendencia es un atributo que puede referirse a la condición
entendida en sentido amplio, como acto futuro, cierto o in-
cierto, de cuyo acaecer o no acaecer depende la eficacia del
acto jurídico».

«Ahora bien, nuestro legislador procesal permite al demandado


proponer, en el acto de la contestación de la demanda, que se
resuelva como un incidente dilatorio la cuestión de "Condición
o plazo pendiente" (ordinal 5Q del artículo 248 del Código de
Procedimiento Civil) y en el artículo 256 del mismo .Código,

-121-
Art. 1197
establece que el efecto de la declaratoria con lugar de esta
excepción es "el de paralizar el juicio hasta que el plazo o la
condición pendientes se cumplan»,

«Considera este Tribunal que es de toda evidencia la finalidad


del Legislador procesal de incluir dentro del referido ordinal 59
del Art. 248 del Código de Procedimiento Civil, el concepto a
que antes nos hemos referido de condición en sentido amplio
y que únicamente en virtud de los diversos significados de la
palabra condición, para lograr una mayor claridad, procedió
a indicar las especies particulares de la misma, a saber: la
condición en sentido estricto (condición incierta) y el término
(condición cierta). En consecuencia, cuando se permite al
demandado oponer la excepción dilatoria de "condición pen-
diente" es únicamente en aquellos casos en los cuales la obliga-
ción cuyo cumplimiento exige la parte actora sea una "obliga-
ción condicional", es decir, aquellas "cuya existencia o resolu-
ción depende de un acontecimiento futuro e incierto", para
emplear las palabras del artículo 1197 del Código Civil arriba
transcrito. La excepción sólo procede frente a obligaciones
condicionales y son declaradas con lugar cuando la condición
se halla en estado de pendencia».

«En abono de la interpretación anterior se encuentra no sólo el


significado que desde un punto de vista de técnica jurldica
tiene el vocablo condición -que al sentir de este Tribunal es
decisivo-, sino también la contraposición que el propio Le-
gislador procesal hace entre condición pendiente y plazo pen-
diente, que concuerda perfectamente con la división de las
obligaciones en condicionales y a término que trae el Código
Civil».

«Aparte de estas razones, considera igualmente este Juzgador


que la interpretación efectuada se compagina en un todo con
la finalidad misma de las excepciones dilatorias -denomina-
das alongaderas en el derecho clásico español- que persiguen
la economía de esfuerzos inútiles mediante la eliminación de
ciertas cuestiones que embarazarían en lo futuro el desarrollo
del proceso. Es lógico conceder al deudor de una obligación
condicional el derecho a discutir previamente su exigibilidad en
todos aquellos casos en los cuales no se haya verificado el
acontecimiento futuro e incierto del cual depende la existencia
o resolución de la obligación accionada».

-122-
Art. 1197
«La excepción dilatoria que se analiza de condición pendiente,
en consecuencia, solamente cubre situaciones muy especiales,
aquéllas en que las partes estén ligadas por obligaciones
condicionales, a saber: obligaciones cuya existencia o resolución
-se repite- dependen de un acontecimiento futuro e incierto).
DFMIM2 de 24-1-61.

Art. 1198 J\rt. 1198


Es suspensiva la condición que hace depender la obli-
gación de un acontecimiento futuro e incierto.

Es resolutoria, cuando verificándose, repone las cosas


al estado que tenían, como si la obligación no se hubiese
jamás contraído.

Art. 1199 Art. 1199


La condición es casual, cuando depende enteramente
de un acontecimiento fortuito, que no está en la potestad
del acreedor ni del deudor.

Es potestativa, aquella cuyo cumplimiento depende de


la voluntad de una de las partes, y mixta cuando depende
a un mismo tiempo de la voluntad de las partes contratan-
tes y de la voluntad de un tercero, o del acaso.

Art. 1200 Art. 1200


La condición imposible o contraria a la ley o a las
buenas costumbres, hace nula la obligación que depende
de ella si es suspensiva; y se reputa no escrita si es
resolutoria.

En todo caso, la condición resolutoria contraria a la


ley o a las buenas costumbres, hace nula la obligación de la
cual ha sido causa determinante.

- 123..,.
Art. 1200
JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. IV, Pág. 119. No hay razón alguna para desviarse
de los principios del Art. 1200 C. C. en materia de aval.
DFMIM2 de 11-12-61.

Art. 1281 Art. 1201

La obligación contraída bajo la condición de no hacer


una cosa imposible, se reputa pura y simple.

Art. 1282 Art.1202

La obligación contraída bajo una condición que la hace


depender de la sola voluntad de aquel que se ha obligado,
es nula.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. VII, tomo n, Pág. 1011. "La promesa unilateral


de venta consiste en el compromiso contraído por el propietario
de una cosa, y por el cual se obliga a venderla a una persona
en el caso de que ésta quiere adquirirla, por un precio deter-
minado. El pacto o promesa de preferencia constituye sólo
una variedad de la promesa de venta y no cae bajo la sanción
de nulidad impuesta a las obligaciones contraídas bajo condi-
ción potestativa". 1SC2 de 12-5-58.

2.-Si fue el contratista quien no presentó las valuaciones dentro


del plazo señalado en el contrato, es él quien sufrirá la dilación
en cobrar la obra efectuada; si es el dueño de la obra el que
demoró aprobar esas valuaciones y ordenar el pago, sin
causa justificada, será el dueño de la obra el obligado a pagar
oportunamente la valuación como si hubiera sido aprobada
dentro del lapso. "Pensaron acertadamente los juzgadores
de la primera instancia al decir que en estos casos equivaldría
admitir que el pago del precio de la obra estará sometido a una
condición potestativa contemplada en el Art. 1202 C. C., la
cual es nula". DFMSC2 de 2-8-60.

-124-
Art. 1202
JURISPRUDENCIA DE CA8ACIüN

1. --La doctrina y la jurisprudencia en esta materia ofrecen muy


variadas soluciones según la naturaieza del hecho o hechos que
requieren el acto volitivo: si se trata de algo en que la decisión
puede fijarse al meró capricho del obligado, en la fornia clásica
"si voluero" o en leguaje rústico "si me dá la gana", se afianza
el concepto de nulidad de la obligación. Al contrario, si el
objeto del acto volitivo puede estar rodeado de circunstancias
o motivos más o menos contingentes, o tal vez necesarios, que
exijan del obligado una seria deliberación para resolver lo más
conveniente a sus intereses, entonces la obligación bajo con-
dición potestativa es válida. Entre estos dos extremos la
graduación se diversifica mucho, y es una fuente de vacilación
en los casos concretos. La aplicación del precepto, por con-
siguiente versa 'sobre cuestiones de hecho y escapa la censura
de casación. G. F. N9 8, 21). etapa, p. 158.

2. -Si bien la extinguida Corte de Casación en su sentencia del


20 de julio de 1954, que la recurrida transcribe en parte, dejó
establecido que "no es de rigor la oferta y consignación del
precio y demás costos para que se dé por consumado el ejer-
cicio del derecho de retracto", ello no quiere sin embargo decir
como lo asentó la recurrida, que "el actor puede reembolsar
a la demandada el precio de la venta y demás gastos a que
hubiere lugar, precisamente cuando quiera entrar en pose-
sión del inmueble", pues ello dejaría indeterminada y a la sola
voluntad del obligado el cumplimiento de esa "obligación de
reembolso", contra lo que establece el Art. 1202 del Cód. Civ.
según la cual es nula la obligación contraída bajo una condición
que depende solamente de la voluntad del obligado". Y si bien
es cierto que el Art. 1544 ejusdem establece un derecho de
retención a favor del demandado por retracto, al establecer
que "el retrayente no puede entrar en posesión de los bienes
sino después de haber satisfecho sus obligaciones de reembolso"
ello no indica que podrá continuar en forma indefinida esa
situación como se desprende del fallo recurrido, pues ello haría
de peor condición al demandado retraído, dándose el absurdo
de poner a éste en la difícil situación de no recibir el reembol-
so a que tiene derecho y no poder tampoco negociar con el in-
mueble que había adquirido, y todo ello por tiempo indefinido
hasta que el retrayente le venga en gana hacer dicho reembol-
so; absurdo que sube de punto, si se piensa que en el caso de

....; 125-
Art. 1202
autos, como aparece de la recurrida, la demandada retraída
señorita Rosa Cecilia Aristiguieta Badarasco ni siquiera pue-
de ejercer el derecho de retención antes referido, toda vez
que por la especialidad del caso, la casa objeto del retracto
estaba ya en posesión del retrayente como arrendatario del
inmueble. Habiéndose subrogado el retrayente en "las mismas
condiciones contenidas en el contrato de compra-venta", como
10 establece el Art. 1546 del Cód. Civ., y 10 declaró la parte
dispositiva del fallo, si en el documento de compra-venta no
se estableció ningún plazo para el pago del precio, éste debía
pagarse de inmediato; o si el Tribunal, por su parte, con-
sideraba que se hacía necesario tal plazo, debió haberlo fija-
do de conformidad con el Art. 1212 del Cód. Civ., más nunca
dejar sentado que el retrayente podía cumplir con su obli-
gación de reembolso; que sustituye al pago del precio por el
comprador demandado en retracto, "cuando quisiera entrar en
posesión del inmueble", pues ello dejaba indefinida esa obliga-
ción, dependiendo su cumplimiento de la sola voluntad del obli-
gado, con 10 cual resultaba nula al tenor del Art. 1202 del
Cód. Civ.

Fueron infringidos pues, los Arts. 1546, 1202 y 1212 del Cód.
Civ. Así se declara. Sent. 19 oct. 1961.

Art. 1203 Art. 1203

Cuando la obligación se contrae bajo condición suspen-


siva, y antes de su cumplimiento perece o se deteriora la
cosa que forma su objeto, se observará las reglas siguientes:

Si la cosa perece enteramente sin culpa del deudor, la


obligación se reputa no contraída.

Si la cosa se deteriora sin culpa del deudor, el acreedor


debe recibirla en el estado en que se encuentra, sin dismi-
nución del precio.

Si la cosa se deteriora por culpa del deudor, el acreedor


tiene el derecho de resolver la obligación, o de exigir la
cosa en el estado en que se encuentre, además del pago de
los daños.

-126-
Art. 1204
Art. 1204

La condición resolutoria no suspende la ejecución de la


obligación; obliga únicamente al acreedor a restituir 10 que
ha recibido, cuando se efectúe el acontecimiento previsto
en la condición.

Art. 1205

Toda condición debe cumplirse de la manera como las


partes han querido o entendido verosímilmente que lo fuese.

Art. 1206 Art. 1~06


Cuando una obligación se ha contraído bajo la condi-
ción de que un acontecimiento suceda en un tiempo deter-
minado, esta condición se tiene por no cumplida si el tiem-
po ha expirado sin que el acontecimiento se haya efectuado.
Si no se ha fijado tiempo, la condición puede cumplirse en
cualquier tiempo, y no se tiene por no cumplida sino cuan-
do es cierto que el acontecimiento no sucederá.

Art. 1207 Art. 1207


Cuando se ha contraído una obligación bajo la condi-
ción de que no suceda un acontecimiento en un tiempo
dado, la condición se juzga cumplida cuando ha expirado
este tiempo sin que el acontecimiento haya sucedido; se
juzga igualmente cumplida, si antes del término es cierto
que el acontecimiento no debe tener efecto; y si no se ha
fijado tiempo, no se tiene por cumplida sino cuando es
cierto que el acontecimiento no ha de cumplirse.

Art. 1208 Art. 1288


La condición se tiene por cumplida cuando el deudor
obligado bajo esa condición impide su cumplimiento.

-127-
Art. 1288
JURISPRUDENCIA DE CASACIO:N

1. -" ... es cierto .. , a que el cumplimiento de la condición incluida


en el contrato de compra-venta celebrado entre las partes no
dependía sólo del vendedor, sino que para tal cumplimiento
era necesaria la intervención directa de la voluntad de un
tercero, quien no estaba obligado a acceder a la proposición
de comprador y vendedor. Pero es verdad también que, hecha
la solicitud por las mencionadas partes, había' la posibilidad,
por remota que fuese, de que el Banco la aceptase, al paso de
que, no presentada, había la seguridad de que ese instituto
no podría manifestar su voluntad.... En otras palabras,
dejar de ocurrir al tercero equivalía a prescindir del negocio
pactado. Y entre un caso dudoso y uno cierto, es este último
el que ha debido pesar en el ánimo del Juez para dictar su
decisión.

Si el Banco no accedía a las pretensiones de los contratantes,


ya no era culpa de ellos. . ... Más, negado el vendedor a pre-
sentar al Banco la solicitud '" este hecho impidió cumplimien-
to de la condición '" porque no permitió su consideración y su
posible aceptación ... ". G. F. NQ 18, p. 253.

Art. 1209 Art. 1209

Cumplida la condición, se retrotrae al día en que la


obligación ha sido contraída, a menos que los efectos de la
obligación o su resolución deban ser referidos a un tiempo
diferente, por voluntad de las partes o por la naturaleza
del acto.

Art. 1218 Art. 1210

El acreedor puede, antes del cumplimiento de la condi-


ción, ejecutar todos los actos que tiendan a conservar sus
derechos.

-128-
Art. 1211
SECCION SEGUNDA

Obligaciones a término

Art. 1211

El término estipulado en las obligaciones difiere de la


condición en que suspende la obligación, y sólo fija el
momento de la ejecución o de la extinción de la misma.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. IX, Pág. 184 " ... condición o plazo deben enten-
derse vinculados a los conceptos de obligaciones condicionales
o a término de que trata el C. C ... ". DFMIM2 de 24-1-6l.
(En igual sentido: Vol. X,p. 107. DFMIM2 de 12-2-62).

2.-Véase importante sentencia en el Art. 1197, cita NQ 3 que


clarifica el sentir de los artículos 1197 y 1211.

Art. 1212 Art. 1212


Cuando no haya plazo estipulado, la obligación, deberá
cumplirse inmediatamente si la naturaleza de la obligación,
o la manera como debe ejecutarse, o el lugar designado
para cumplirla, no hagan necesario un término, que se
fijará por el Tribunal.

Si el plazo se hubiere dejado a la voluntad del deudor,


se fijará también por el Tribunal.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. VI, tomo n, Pág. 605. Razón por la cual no puede
admitirse que exista obligación de cumplimiento inmediato
puesto que la manera como debía ejecutarse la obligación de
pago, referida al momento del otorgamiento de los documentos
de venta respectivos, hacía necesario un término cuya fijación
debió solicitarse de un Tribunal de acuerdo con las normas

-129-
Art. 1212
del artículo 1212 del Código Civil. La devolución de los docu-
mentos que fueron entregados a K del cumplimiento de este
requisito previo de fijación de plazo por el Tribunal, requerido
por la manera como debía ejecutarse la obligación de pago
de M., esto es, al otorgarse las escrituras públicas de venta.
Por tales razones M. no incurrió en incumplimiento al no pagar
el precio fuera de la oportunidad convenida. lIC2 de 31-7-57.

2.-" ... como se trata de una obligación con vencimiento indeter-


minado cuya exigibilidad al no haberse estipulado plazo y de
conformidad con el Art. 1212 C. C. debe cumplirse inmediata-
mente, a menos que se desprenda lo contrario de su naturaleza,
de la manera que deba ejecutarse, del lugar designado para
cumplirla o de la circunstancia de que se hubiere dejado a la
voluntad del deudor la determinación del plazo ... ". DFMSC2
de 5-8-65.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-El término que se impone a las obligaciones puede ser expreso


.o tácito. El primero es el que aparece claramente establecido
por las partes en la convención. El segundo no. Esta última
se supone cuando la naturaleza de la obligación o la manera
cómo deba ejecutarse, o el lugar designado para cumplirla
lo hagan necesario, en cuyos casos los jueces lo fijarán. Si la
convención tiene una modalidad expresa no es aplicable el
Art. 1212 C. C. Sent. 16 marzo 1967.

Art. 1213 Art. 1213

Lo que se debe en un término fijo no puede exigirse


antes del vencimiento del término; pero no se puede repetir
lo que se ha pagado anticipadamente, aunque el deudor
ignorase la existencia del plazo.

Sin embargo, si el deudor pagó ignorando el término,


tiene el derecho de reclamar, en la medida de su perjuicio,
el enriquecimiento que su pago anticipado haya procurado
al acreedor.

-130-
Art. 1214
Art. 1214

Siempre que en los contratos se estipula un término o


plazo, se presume establecido en beneficio del deudor, a no
ser que del contrato mismo o de otras circunstancias, resul-
tare haberse puesto en favor del acreedor, o de las dos
partes.

Art. 1215 Art. 1215


Si el deudor se ha hecho insolvente, o por actos propios
hubiere disminuido las seguridades otorgadas al acreedor
para cumplimiento de la obligación, o no le hubiere dado
las garantías prometidas, no puede reclamar el beneficio
del término o plazo.

SECCION TERCERA

Obligaciones alternativas

Art. 1216 Art. 1216


El deudor de una obligación alternativa se liberta con
la entrega de una de las cosas separadamente comprendidas
en la obligación; pero no puede obligar al acreedor a recibir
parte de la una y parte de la otra.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA
l.-La frase en un documento por el cual una persona declara
recibir de otra, determinada cantidad "bien como préstamo
para devolver en el plazo de treinta días, o bien como pago
de las estanterías y mostradores de que por separado se hará
nota de inventario", contiene una obligación facultativa dis-
tinta de la obligación alternativa. DFMSC3 de 3-11-66.

Art. 1217 Art. 1217


En las obligaciones alternativas la elección pertenece
al deudor, si no ha sido expresamente concedida al acreedor.

-131 ....
Art. 1217
Si la elección debe ser hecha por varias personas, el
Juez puede señalar un plazo para que se acuerden y hagan
la declaración de su elección. A falta de declaración en
el tiempo fij ado, la elección será hecha por el Juez.

Cuando el deudor, condenado alternativamente a la


entrega de una de varias cosas, no cumple su obligación,
el acreedor puede hacerse poner en posesión de una cual-
quiera de ellas, a su elección, salvo para el deudor el de-
recho de libertarse entregando en ese momento al acreedor
cualquiera de las otras.

Si la elección corresponde al acreedor, y éste no la ha


ejercido después del vencimiento de la obligación, el Juez,
a solicitud del deudor, le acordará un plazo, transcurrido
el cual la opción la ejercerá el deudor.

Art. 1218 Art. 1218

Si sólo una de las cosas prometidas alternativamente


subsiste para el momento de la exigibilidad, la obligación
es pura y simple. De igual manera se considerará pura y
simple la obligación, cuando sólo una de las cosas prome-
tidas puede ser objeto de obligación.

El precio de la cosa que subsiste o que puede ser objeto


de la obligación, no puede ser ofrecido en su lugar.

Si todas las cosas han perecido y una lo ha sido por


culpa del deudor, éste debe pagar el precio de la última
que pereció.

Art. 1219 Art. 1219

Cuando la elección corresponde al acreedor, si han


perecido todas las cosas menos una sin culpa del deudor,
el acreedor debe recibir la que subsista; si han perecido

-132-
Art. 1219
por culpa del deudor, el acreedor puede exigir la que
subsista o el precio de cualquiera de las otras.

Si han perecido todas, ya sea que todas lo hayan sido


por culpa del deudor, ya que unas lo hayan sido y otras no,
el acreedor puede exigir el precio de cualquiera de ellas.

Art. 1220 Art. 1220


Si las cosas han perecido sin culpa del deudor y antes
que haya habido mora de su parte, la obligación se extingue
de conformidad con el artículo 1.344.

SECCION CUARTA

De las obligaciones solidarias

Disposiciones generales

Art. 1221 Art. 1221


La obligación es solidaria cuando varios deudores están
obligados a una misma cosa, de modo que cada uno puede
ser constreñido al pago por la totalidad, y que el pago hecho
por uno solo de ellos liberte a los otros, o cuando varios
acreedores tienen el derecho de exigir cada uno de ellos
el pago total de la acreencia y que el pago hecho a uno solo
de ellos liberte al deudor para con todos.

Art. 1222 Art. 1222


La obligación puede ser solidaria tanto en el caso de
que los deudores estén obligados cada uno de una manera
diferente, como en el de que el deudor común se encuentre
obligado de manera diferente para con cada uno de los
acreedores.

-133-
Art. 1223
Art. 1223

No hay solidaridad entre acreedores ni deudores, sino


en virtud de pacto expreso o disposición de la ley.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-"Al atribuirle esa cualidad el actor demandándola solidaria-


mente con su marido por el pago de dichas letras y reconocerla
la recurrida de manera expresa declarando sin lugar excep-
ción de falta de cualidad con las costas, que también quedaría
obligada a pagar la demandada con bienes de su patrimonio
particular, violó el artículo 1223 del Código Civil que ha de-
nunciado, al admitir una situación de solidaridad sin pacto
expreso ni disposición legal que así lo prescriba, confundiendo
esta situación jurídica con la prenda que pesa sobre todos los
bienes comunes para responder de las obligaciones a cargo de
la comunidad, con lo cual se violó también por mala aplicación
el artículo 165 ejusdem.

Por otra parte es el marido quien administra y dispone de la


comunidad conyugal y de consiguiente quien la representa
jurídica y judicialmente; durante el matrimonio y por obli-
gaciones de dichas comunidades no es posible demandar a la
mujer, carece de capacidad para ello; luego, si lo que con-
venga el marido obliga a la comunidad, si ésta queda cabal-
mente representada en el juicio con la acción que se dirija
contra él, si su convenimientoen la demanda pone fin al juicio
y sus defensas son de la comunidad conyugal, y a ésta
favorece el fallo absolutorio, si la sentencia condenatoria
obliga todos los bienes de la comunidad, la presencia de la
mujer en el juicio contra el marido por oblígaeiones contraídas
por éste como administrador y disponedor de los bienes
comunes, es innecesario, inútil, no tiene objeto procesal, nada
hace la mujer en la litis, en 'una palabra, carece de interés
para sostener el juicio". G. F. NQ 2, 1953, p. 432.

Art. 1224 Art. 1224

El deudor solidario puede oponer al acreedor todas las


excepciones que le son personales, y también las comunes

-134-
Art. 1224
a todos los codeudores; pero no puede oponerle las que sean
puramente personales a los demás codeudores.

Art. 1225 Art. 1225


Salvo disposición o convención en contrario, la obliga-
ción solidaria se divide en partes iguales entre los diferen-
tes deudores o entre los diferentes acreedores.

§ 19

De las obligaciones solidarias entre deudores

Art. 1226 Art. 1226


Las acciones judiciales intentadas contra uno de los
deudores, no impiden al acredor ejercerlas también contra
los otros.

Art. 1227 Art. 1227


Cada uno de los deudores solidarios responde sola-
mente de su propio hecho en la ejecución de la obligación,
y la mora de uno de ellos no tiene efecto respecto de
los otros.

Tampoco produce efecto contra los otros deudores soli-


darios el reconocimiento de la deuda por uno de ellos.

Art. 1228 Art. 1228


Las causas de interrupción y de suspensión de la pres-
cripción que existan respecto a uno de los deudores soli-
darios, no pueden ser invocadas contra los otros.

Sin embargo, el deudor que haya sido obligado a pagar,


conserva su acción contra sus codeudores, aun cuando hayan
sido liberados por la prescripción.

-135-
Art. 1228
JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-La doctrina admitida hasta (1942) y que consideraba a cada


deudor solidario como mandatario tácito de sus codeudores,
dejó el lugar a nuevos principios que fueron consagrados en el
Código actual, uno de los cuales es el establecido en el Art.
1228 C. C. Esta disposición implica la separación del cómputo
de la prescripcón para cada uno de los deudores solidarios.
Sent. 17 mayo 1967.

2.-Véase Art. 1969, cita NQ 7.

Art. 1229 Art. 1229

La novación hecha por el acreedor con uno de los


deudores solidarios liberta a todos los demás.

Sin embargo, si el acreedor ha exigido el consentimien-


to de los codeudores para la novación, y ellos rehúsan darlo,
la antigua acreencia subsiste.

Art. 1230 Art. 1230

El deudor solidario no puede oponer la compensación


de lo que el acreedor deba a su codeudor, sino por la
porción correspondiente a su codeudor en la deuda solidaria.

Art. 1231 Art. 1231

La remisión o condonación hecha a uno de los codeudo-


res solidarios no liberta a los otros, a menos que el acreedor
la haya declarado. La entrega voluntaria del título origi-
nal de crédito bajo documento privado, hecha por el acree-
dor a uno de los codeudores, es una prueba de liberación,
tanto en favor de este deudor como en el de todos los co-
deudores solidarios.

El acreedor que ha hecho la condonación no puede


perseguir a los otros deudores solidarios sino deduciendo

-136-
Art. 1231
la parte de aquél en cuyo favor hizo la remisión, a menos
que se haya reservado totalmente su derecho contra ellos.
En este último caso, el deudor que ha sido beneficiado por
la remisión, no queda libre del recurso de sus codeudores.

Art. 1232 Art. 1232


La confusión liberta a los otros cadeudores por la
parte que corresponda a aquel en quien se hayan reunido
las cualidades de acreedor y deudor.

Art. 1233 Arto 1233


El acreedor que renuncia a la solidaridad respecto de
uno de los codeudores, conserva su acción solidaria contra
los demás por el crédito íntegro.

Art. 1234 Art. 1234


Se presume que el acreedor ha renunciado a la solidari-
dad respecto a uno de los deudores:

19 Cuando recibe separadamente de uno de los deudo-


res su parte en la deuda, sin reservarse expresamente la
solidaridad o sus derechos en general; y

29 Cuando ha demandado a uno de los ca deudores por


su parte y éste ha convenido en la demanda o ha habido
sentencia condenatoria.

Art. 1235 Art. 1235


El acreedor que recibe separadamente y sin reservas
de uno de los codeudores su parte de frutos naturales o de
réditos o intereses de la deuda, no pierde la solidaridad en
cuanto a ese deudor, sino por los réditos o intereses venci-
dos y no respecto de los frutos ni del capital, a menos que
el pago separado haya continuado por diez años consecutivos.

-137-
Art. 1236
Art. 1236

La sentencia dictada contra uno de los deudores soli-


darios no produce los efectos de la cosa juzgada contra los
otros codeudores. La sentencia dictada en favor de uno
de los deudores aprovecha a los otros, a menos que se la
haya fundado en una causa personal al deudor favorecido.

Art. 1237 Art. 1237

El juramento rehusado por uno de los deudores soli-


darios o el juramento prestado por el acreedor a quien le
haya sido deferido por uno de los deudores, no daña a
los otros.

El juramento prestado por uno de los deudores solida-


rios aprovecha a los otros, siempre que le haya sido deferido
sobre la deuda y no sobre la solidaridad.

Art. 1238 Art. 1238

El codeudor solidario que ha pagado la deuda íntegra,


no puede repetir de los demás ca deudores sino por la parte
de cada uno.

Si alguno de ellos estaba insolvente, la pérdida ocasio-


nada por su insolvencia se distribuye por contribución entre
todos los codeudores solventes, inclusive el que ha hecho
el pago.

Art. 1239 Art. 1239

En el caso de que el acreedor haya renunciado a la soli-


daridad respecto de uno de los codeudores, si alguno de los
otros se hace insolvente, la parte de éste se repartirá por
contribución entre todos los deudores, incluyéndose a aquel
que había sido libertado de la solidaridad.

-138-
Art. 1240
Art. 1240

Si el negocio por el cual la deuda se contrajo solidaria-


mente, no concierne sino a uno de los deudores solidarios,
éste será responsable de toda ella a los otros ca deudores,
quienes respecto a él sólo se considerarán como fiadores.

De las obligaciones solidarias respecto de los acreedores

Art. 1241 Art. 1241


El deudor puede pagar a cualquiera de los acreedores
solidarios, mientras no haya sido notificado de que alguno
de ellos le haya reclamado judicialmente la deuda.

COMENTARISTAS PATRIOS

Tinoco, G. Alejandro,

LAS OBLIGACIONES SOLIDARIAS EN EL


CODIGO CIVIL VENEZOLANO

(Revista Colegio Abogados del D. F. NQ 125-126, p. 89).

LA SOLIDARIDAD

Acap. 1Q-Ubicación del Tiempo.

"La obligación es un vínculo de derecho que nos liga


necesariamente para cumplir una prestación". Así definía
Justiniano el concepto nuclear de la teoría de las obligacio-
nes.

Para investigar los elementos de este concepto, sus


caracteres, sus clases, sus modalidades, sus modos de extin

-139-
J\rt. 1241
ción, sus modos de prueba, se ha venido construyendo desde
los romenos una teoría, que ha influído poderosamente en
las legislaciones, y que constituye hoy uno de los más im-
portantes motivos de investigación. Y es necesario que
esto sea así pues el hombre "sujeto de derechos y obliga-
ciones" está incurriendo a diario en innumerables obliga-
ciones ya impuestas por la misma ley, ya impuestas por su
propia voluntad y las más de las veces impuestas por el
desarrollo mismo de la vida en sociedad.

Ya queda dicho que la teoría de las obligaciones se


ocupa de analizar las diversas formas en que un sujeto de
Derecho puede quedar obligado; de ahí que las diversas
clases de obligaciones forme, uno de los más importantes
capítulos de la teoría. Por eso hay obligaciones puras y
simples, obligaciones naturales, que carecen de exigibilidad,
condicionales y a término que están sujetas a modalidades
que determinan el comienzo de la exigibilidad o el fin de
la misma.

Pero hay otra clase de obligaciones en las cuales puede


haber complejidad del sujeto de las mismas o de la presta-
ción de ellas; éstas han recibido tradicionalmente el nom-
bre de obligaciones complejas.

En esta vinculación jurídica hay, al menos dos sujetos,


pero pueden ser más. Es el caso de un deudor de varios
acreedores o varios deudores de un solo acreedor; o final-
mente de varios deudores de varios acreedores.

Cuando existe esa complejidad en los sujetos de la obli-


gación, ésta puede descomponerse y producir un número
de obligaciones igual al número de los sujetos y puede darse
el caso de que no se descomponga porque lo han establecido
las partes, o porque la ley así lo determine; y este juego en
la composición del vínculo en relación a los sujetos de la
obligación da origen a las obligaciones conjuntas y solida.
rías.

-140-
Art. 1241
Hemos tratado, pues, de ubicar el objeto de nuestro
estudio en la teoría general de las obligaciones de lo cual
hemos obtenido, que definido el concepto de obligación,
analizados sus elementos, determinadas sus fuentes, es pre-
ciso investigar sus clases y que dentro de estas clases, po-
demos encontrar obligaciones de complejidad en su objeto
y en los sujetos de ella. Cuando existe esa complejidad en
el sujeto se pueden originar obligaciones conjuntas y obli-
gaciones solidarias. Son éstas el motivo de nuestra inves-
tigación.

Acap. 29- L a Correalidad


La "ratio scripta", la razón escrita, fue llamado el
Derecho Romano y con toda propiedad: tan grande en su
fuerza deductiva, su lógica incontrovertible, su poder ana-
lítico exhaustivo y por eso todo estudio de la legislación
moderna debe estar precedido de sus antecedentes romanos
y éste resulta tanto más verdadero cuanto que estamos
investigando un tema de Derecho Civil y en especial que
está incluido dentro de la teoría general de las Obligaciones
en cuya elaboración fueron los romanos los indiscutidos
maestros hasta tal punto que Valverde llega a afirmar que
"Consagraron las categorías fundamentales del pensamien-
to jurídico".

La modalidad de obligatoriedad que hoy conocemos


bajo el título de solidaridad, objeto de nuestro estudio, apa-
rece entre los romanos bajo el título de "Correalidad", pues
.a los deudores se les suponía reos de una misma deuda
"conreus" o "correus", de donde proceden las denominacío-
nes de correalidad y correal.

Pero los romanos distinguían muy sutilmente entre la


deuda correal y la obligación in solidum en tal forma que
podía haber obligados in solidum que no eran deudores
correales. En algo coincidían, esto es: que cada uno de ellos
podía ser constreñido al pago y que el pago de uno liberaba

-141-
Art. 1241
a los demás, pero tenían sus diferencias. Analizaremos
algunas: entre los deudores correales no había división de
deuda, en cambio a los deudores in solidum que tuvieran
una acción de buena fé se otorgaba división de deuda. Hay
en ejemplo clásico de esta división en la legislación romana
y son los tutores que han incurrido en falta común, cuando
el pupilo acciona contra ellos, bajo la condición de que
todos sean solventes, sólo se exige a cada uno de ellos la
parte de su deuda. Hay, pues aquí, un caso de obligados in
solidium que no incurren en las severas normas de la
correalidad.

Pero existe todavía una más notable diferencia. Se


trata de la negación de la acción de regreso bajo ciertas
circunstancias. Se alega pues, el derecho al pagador de
perseguir a sus codeudores cuando el acreedor ha fundado
demanda en el dolo del demandado o en el dolo general y
común de los deudores in solidium. De modo pues, que el
dolo viene a ser sancionado por los romanos en las obli-
gaciones in solidum puesto que cuando había ausencia de
dolo, el perseguido que había extinguido la obligación,
tenía normalmente o la acción pro socio que nacía en virtud
del carácter in solidum de la obligación, o porque el acree-
dor le cedía su acción en forma expresa o porque la acción
pasaba a él en forma tácita.

Es conveniente hacer esta distinción. pues con frecuen-


cia los romanistas hablan de obligaciones in solidum con
características muy diferenciadas de las correales, aún cuan-
do algunos como el maestro Ortolan, le nieguen todo valor
científico a esta distinción, también de Ruggiero. "El con-
cepto de la correalidad no fue en el Derecho Romano ni 10
es en el actual distinto del de la solidaridad".

El perspicaz criterio jurídico de los romanos se mani-


fiesta una vez más en esta institución de la correalidad
pues si se trataba de la correalidad entre deudores, podía

-142-
Art. 1241
el acreedor intentar la reclamación en contra del más sol-
vente de los deudores, sin la menor preocupación de que
alguno de ellos fuera menos solvente o insolvente por com-
pleto y además de este aspecto que envolvía seguridad en
las vinculaciones jurídicas, había otro, a saber: la facilidad
en el cobro pues se podía obtener el pago total dirigiéndose
solamente contra uno de los deudores.

y si se trata de correalidad entre deudores también


ésta ofrece ventajas considerables, pues en caso de ausencia
o de imposibilidad de uno, otro cualquiera podía hacer el
cobro por todos.

Hasta tal punto se apreció la utilidad de la institución


que las legislaciones modernas la acogieron y la reglamen-
taron, como se verá luego.

CAPITULO II

INNOVACIONES DEL CODIGO CIVIL VENEZOLANO

Acap. 1Q-La Generalización.

Nuestro Código Civil elaborado por una Comisión Codi-


ficadora, integrada por ilustres juristas, promulgado el 13
de agosto de 1942 y publicado en el Número 17, Extraor-
dinario, de la "Gaceta Oficial de los Estados Unidos de Ve-
nezuela", correspondientes al 1Q de septiembre, introdujo
innovaciones en la materia referente a las obligaciones
solidarias. Ello se debe a la influencia del Proyecto del
Código de Obligaciones y de Contratos, común a Francia
y a Italia aún cuando acoge en su articulado general, la
relación y contenido tradicionales de Códigos anteriores e
igualmente se nota la influencia de los vigentes Códigos
de Francia e Italia.

El Libro Tercero del Código Civil venezolano se refiere


a los modos de adquirir la propiedad y otros derechos, de

-143-
Art. 1241
ahí que el Codificador, va enumerando estos medios y se
refiere a la ocupación, a las sucesiones y a las obligaciones.
La primera variación que nos aparece entre el derogado
Código de 1922 y el vigente Código de 1942, es la introduc-
ción de un conjunto de artículos referentes a disposiciones
generales en que se generaliza el concepto de solidaridad,
esto es: que se habla de conceptos generales igualmente
aplicables a las obligaciones solidarias, llamadas por la
doctrina francesa: pasivas y activas. En el Código de 1922
no existía esta generalización, sino en dos artículos dife-
rentes (Arts. 1250 y 1252), se hacía referencia a la soli-
daridad activa, primero, y pasiva, luego. En nuestro vi-
gente Código se define en un artículo (Art. 1221), la soli-
daridad sea activa o pasiva.

La misma intención de generalizar se nota en los ar-


tículos siguientes en lo que se concentran principios que
con ligeras variaciones se encontraban en el Código anterior
en el parágrafo destinado a las obligaciones solidarias entre
deudores. Así: el caso de la pluralidad de vínculos, que
será estudiado luego (Art. 1222).
La disposición por la cual se señalan las fuentes de la
solidaridad (Art. 1223). Igualmente es muy significativo
en orden a confirmar esta generalización la derogación del
Artículo 1255 del Código de 1922 en que se hablaba de la
posibilidad de reclamar de uno de los deudores solidarios
la obligación, ya que en la disposición general del Artículo
1221 del Código de 1942 al hablar de la definición de la
obligación solidaria se ha dicho que "cada uno puede ser
constreñido al pago por la totalidad".
Pero en sir afán de colocar normas generalizadoras se
excedió el codificador; en efecto, el Artículo 1224, referente
a la facultad del deudor solidario de oponer las excepciones
personales y las comunes a los codeudores, tiene una
más cabal ubicación en la solidaridad pasiva, como 10 hacía
el Código derogado.

-144-
Art. 1241
Finalmente, el Artículo 1225 consagra la divisibilidad
de la obligación solidaria en partes iguales, generalizándola
también por medio de la expresión "entre los diferentes
deudores o entre los diferentes acreedores". En el Código
de 1922 sólo se refería a la solidaridad pasiva, pues en el
Artículo 1264.de ese Código sólo se hablaba de la división
entre los deudores.

Acap. 2Q-Otras variaciones

Hay otra variación de tipo puramente formal, aún


cuando en el fondo obedece a una razón de gran contenido:
a saberla mayor frecuencia de casos; se trata de la in-
versión de los parágrafos. En el Código de 1942 la solida-
ridad pasiva es colocada antes de la solidaridad activa, a la
inversa de la colocación del Código de 1922. En realidad
es de poca importancia, pues a los fines legislativos y prác-
ticos de investigación de las normas aplicables, la inver-
sión tiene un interés secundario, especialmente bajo el su-
puesto de que no hay ninguna jerarquía axiológica entre las
dos clases de solidaridad. En todo caso la inversión es más
conveniente por la razón apuntada de que se presenta con
mayor frecuencia la solidaridad pasiva que la activa.

Prosiguiendo esta revisión general de las reformas in-


troducidas por el codificador de 1942, nos encontramos al
comenzar el análisis de las obligaciones solidarias entre
deudores, una variación de gran importancia. En: el Código
de 1942 se establece que los deudores solidarios sólo res-
ponden de su propio hecho (Art. 1227), y en el Código de-
rogado se decía que aún cuando la cosa perezca por la culpa
de uno de los deudores los demás están obligados a pagar
el precio; si bien el acreedor intentará la acción contra
aquel de cuya falta provino el que la cosa pereciera, (Art,
1257, Cód. 1922). Lo mismo se puede decir con respecto
a la mora, en que incurre uno de los deudores que en el
Código vigente en nada afecta a los otros deudores y en el

..;;.145-
Art. 1241
Código derogado se suponía que los codeudores no se libe-
raban de la obligación de pagar el precio.

Igual modificación se nota con respecto al reconoci-


miento de la deuda hecho por uno de los deudores que en
el Código vigente no produce efecto alguno contra los otros
deudores (Art. 1227, Aparte 1<:>, Cód, 1942), en tanto que en
el Código derogado, el reconocimiento hecho por un deu-
dor tiene efecto con respecto a los demás (Art. 2047, Cód
1922) .

Semejantes variaciones tienen su razón de ser doctri-


nario. Así lo reconocen los codificadores venezolanos al
hacerse eco de los proyectistas franco-italiano quienes
dicen: -"El punto de partida del proyecto es pues el princi-
pio de que la obligación de cada deudor es, salvo para el
pago, independiente de la de los otros". Este principio de
la independencia de las obligaciones y la división en partes
iguales de la deuda inspiran las modificaciones explicadas.

Igualmente existe una alteración notable en lo refe-


rente a la interrupción y suspensión de la prescripción, ya
que el Código vigente expresa que en los casos de existen-
cia de causas de interrupción y suspensión de la prescrip-
ción para con uno de los deudores solidarios, estas causas
no pueden ser invocadas contra los otros. Al contrario to-
talmente de la norma del Código derogado que en su ar-
tículo 2.047 se refería a los actos de interrupción de la pres-
cripción que al ser notificados a uno de los deudores vin-
culados por nexos de solidaridad interrumpe la prescrip-
ción contra los demás.

Tal variación, de grave importancia por cierto, obede-


ce a la tendencia doctrinaria, que será explicada posterior-
mente, según la cual la antigua teoría del mandato recípro-
camente otorgado entre los deudores solidarios ha sufrido
una variación sustancial ya que aquella representación ab-

-146-
Arte 1241
soluta conducía a erróneas consecuencias, tales como la re-
misión de la deuda, de donde se infería gran perjuicio para
los coacreedores. En la parte doctrinaria de este estudio se
verá más ampliamente la naturaleza, contenido y conse-
cuencias de esta doctrina. Prosiguiendo este análisis del
nuevo articulado, nos encontramos, en el artículo siguien-
te (Art. 1.229), como una consecuencia de la unidad de ob-
jeto de las obligaciones solidarias, que cuando el acreedor
admite una novación con uno de los deudores solidarios
trae como consecuencia la liberación de los demás deudo-
res y es el mismo principio del Código derogado en el cual,
además se hablaba de la liberación de los fiadores cuando
se efectuaba una revocación respecto al deudor principal.
Demás está decir que la supresión hecha por el Código de
1942 es correcta, dado el carácter accesorio' de la fianza por
lo . que si se extingue la obligación por medio de la nova-
ción, queda sin lugar la fianza, en cumplimiento del prin-
cipio "Accesorium sequitur principale". Por 10 demás. se
repite el derecho establecido en el Código derogado, de
los codeudores de negar su consentimiento a la novación
en caso de que el acreedor lo pida, con la consecuente sub-
sistencia de la acreencia en caso de ser negado el consen-
timiento.

Otra consecuencia de la unidad de prestación, que cons-


tituye uno de los caracteres básicos de las obligaciones so-
lidarias, como se verá en la parte doctrinaria, está admiti-
da en el artículo 1.230 del Código vigente que en nada se
diferencia del 1.358 del Código derogado. Por este disposi-
tivo está impedido el deudor solidario de oponer en com-
pensación la deuda del acreedor solidario para con uno de
sus codeudores, a no ser que lo haga sólo por el monto de
la porción del codeudor solidario.

Innovación de gran importancia es la establecida en


el artículo siguiente (artículo 1231), en el que se prescribe
qus la remisión que se hace a un~ de los codeudores no Ii-

.... 147-
ArL 1241
bera a los otros salvo declaración expresa del acreedor.
Por consiguiente existe una presunción de que la remisión
hecha a un deudor no es extensible a los demás, si no me-
dia declaración del acreedor. En el Código derogado la
presunción era precisamente a la inversa, o sea que no pre-
sumía liberación de los codeudores ya que establecía (Art.
1.349), la obligación en que se encontraba el acreedor de
hacer reserva expresa de sus derechos contra los codeudo-
res, cuando no quería liberar a los demás. Coinciden am-
bos Códigos al establecer que la entrega del título decré-
dito a uno de los codeudores constituye prueba de libera-
ción para el deudor directamente beneficiado y para los
otros codeudores (Arts. 123 del Código de 1942, y 1.347 del
Código de 1922).

Consecuencia de la inversión de la presuncion en el


Código vigente es la de que el deudor a quien se ha hecho
la condonación queda a merced del recurso de sus codeu-
dores quienes de otra manera se verían perjudicados por
la liberación, ya que sobre ellos recaería la parte de la
deuda correspondiente al deudor sujeto de la remisión, en
caso de que el acreedor haya hecho reserva de sus dere-
chos contra los acreedores (Art. 1.231 del Código de 1942).

En el artículo siguiente del vigente Código Civil (Ar-


tículo 1.232), se apunta otra consecuencia como la anotada
anteriormente, de la unidad de objeto, principio rector de
la solidaridad. Esta consecuencia había sido también con-
templada en el Código derogado (Arts. 1.260 y 1.365) pero
en el Código vigente se advierte un notable progreso téc-
nico incluso en la forma externa de redacción. En efecto,
sin entrar a plantear el caso de la confusión, tan sólo afir-
ma que queda liberado en su parte aquel en quien se reú-
nan las cualidades de deudor y acreedor. El derogado Có-
digo hablaba de los dos casos en que se podía presentar la
confusión: "Cuando el deudor llega a ser heredero del
acreedor, o cuando el acreedor llega a ser heredero de uno

-148-
Art. 1241
de los deudores". (Art. 1.260). Como se vé, la supresión de
esta exposición es correcta pues basta decir "La Confusión
liberta a los otros codeudores" ... por la parte de la perso-
na en quien se haya verificado la confusión.

Igualmente queda suprimido, el artículo 1.3,65 del Có-


digo de 1922 en el que se hablaba del provecho obtenido
por los fiadores del deudor en quien se operaba la confu-
sión. También era supérflua dicha afirmación, toda vez
que en cumplimiento del principio de que "lo accesorio si-
gue la suerte de lo principal" se entienden liberados los
fiadores.

Por lo demás, esta ventaja técnica proviene del Pro-


yecto Franco-Italiano que en su artículo 140 consagra el
principio en la forma que ha tomado nuestro Codificador.

Otros de los principios rectores de la solidaridad es la


pluralidad de vínculos, como se verá en la parte doctrina-
ria, consecuencia de este principio es lo consagrado en el
artículo 1.233 del vigente Código en que establece el dere-
cho del acreedor que renuncia a la solidaridad respecto de
uno de los deudores, a conservar su acción solidaria con-
tra los otros codeudores por el crédito íntegro. En el Códi-
go derogado se establecía que "El acreedor que conviene
en la división de la deuda en favor de uno de los cadeudo-
res". (Artículo 1.261). Como se vé es la misma idea.

De igual contenido y diferente redacción son los ar-


tículos 1.234 y 1.262 de los Códigos vigente y derogado, res-
pectivamente. Se habla en ellos de que se presume la re-
nuncia de la solidaridad cuando se recibe la parte de la
deuda de uno de los codeudores. Esta renuncia opera sólo
a favor del codeudor que paga, a no ser que se haga reser-
va expresa de la solidaridad. Lo mismo sucede en los ca-
sos de demanda cuando hay convenimiento o sentencia
condenatoria. La redacción en forma positiva del Código

-149-
Art. 1241
vigente supera a la redacción en forma negativa al Códi-
go derogado, la cual se exponía a oscuridad de interpre-
tación.

El artículo 1.235 del Código vigente reproduce exac-


tamente el artículo 1.263 del Código derogado y se refiere
al caso del acreedor que recibe frutos réditos o intereses
de la deuda por parte de uno de los codeudores, y en este
caso la solidaridad prosigue aún contra el pagador, tan só-
lo se excluye lo pagado, a no ser que se haya pagado sepa-
radamente durante diez años consecutivos.

El artículo 1.236 del Código vigente tomado del 144 del


Proyecto Franco-Italiano es totalmente nuevo. La idea de
la representación, base fundamental de la teoría antigua
de las obligaciones solidarias, en nada influye en esta dis-
posición. Sencillamente en orden a buscar la justicia se es-
tablece que la sentencia condenatoria contra un codeudor
no afecta a los otros, pero la favorable sí aprovecha a los
demás. En el primer caso se aplica el principio de la cosa
juzgada. "Sententiapartis solummodo aut prodest; aut
nocet". "La sentencia aprovecha o daña tan sólo a las par"
tes". En el segundo caso se busca la ventaja de los obliga-
dos solidariamente a no ser que la sentencia se funde en
razones personales al deudor favorecido por la sentencia.

El juramento rehusado por alguno de los deudores


obligados solidariamente no daña a los otros. Esta es la
norma establecida en el artículo 1.238 del Código vigente.
Es otra repulsa a la teoría de la representación. En igual
forma cuando hay referimiento y el acreedor jura en con-
tra del deudor, este juramento para nada influye en los
codeudores. El Codificador del 22 guardaba total. silencio
sobre la prueba del juramento y su influencia en las obli-
gaciones solidarias. Con excepción de lo dispuesto en el ar-
tículo 1.444 en el que se expresa que en el caso de deferí-

-150-
Art. 1241
miento del juramento a uno de los deudores, su resultado
cprovecha a los codeudores, pero el Código vigente agrega
como condición que al deferirniento se haga sobre la deu-
da y no sobre la solidaridad. La prueba del juramento es
de muy escasa utilidad en los presentes momentos de la
vida del derecho.

El artículo 1.238 vigente es de idéntico contenído al


1.265 del Código derogado y hace referencia a la división
de la deuda entre los codeudores. Una vez pagada la deu-
da totalíter el codeudor que ha pagado tiene derecho a re-
petición, pero los demás codeudores pagan solamente la
parte de cada uno. Y en caso de insolvencia de alguno de
ellos, las consecuencias recaen en todos por igual, pues ca-
da uno de los deudores sufrirá una parte de la mengua del
codeudor insolvente. Y nada se opone a que los codeudo-
res repitan del insolvente si éste deviene a mejor fortuna.

En el artículo 1.239 se hace alusión a la renuncia de la


solidaridad que puede hacer el acreedor en beneficio de
un deudor y no tiene diferencia en su contenido con el ar-
tículo 1.266 del Código derogado. En caso de suceder esta
renuncia y además de que uno de los deudores llegue a ha-
cerse insolvente, esta insolvencia se repetirá por igual en
tre todos, incluyendo al deudor que fué liberado de la so-
lidaridad. La justicia de esta disposición está a la vista. El
deudor ha sido liberado de la solidaridad, pero no de la
deuda y sería claramente injusto que él no compartiera
con los codeudores la insolvencia de uno de ellos. .

En el caso de que la solidaridad se haya originado por


virtud de la actuación de uno solo de los deudores, éste
responde ante los demás, los cuales se consideran sólo. fia-
dores en relación a él. Tal es el contenido del artículo 1.240
del Código vigente y del 1.267 del Código derogado. Queda
pUes eliminado en este caso la acción de regreso.

-151-
Art. 1241
CAPITULO m

DOCTRINA

Acap. 1Q-Concepto.

La legislación y la doctrina dan un concepto uniforme


de las obligaciones solidarias, refiriéndose a su efecto prín-
cipal,a saber: "que el deudor puede ser obligado al pago
por la totalidad y que el acreedor puede exigir el pago por
la totalidad". Es éste, evidentemente, el principal efecto de
la solidaridad. Pero por el análisis de la naturaleza misma
de la obligación, quizás, lleguemos a una mayor precisión
de un género y especie.

a) Lo primero que se nos ocurre es que el contenido


de la relación jurídica tiene una valoración económica, la
cual admite una representación que viene a ser el total
que todos los deudores deben y del cual son todos acreedo-
res. Pero esto vendría a constituir una relación externa o
sea una vinculación existente entre los deudores y el acree-
dor y entre los acreedores y el deudor, pero es que además
la solidaridad presenta una relación jurídica interna; la
cual es común a todas las obligaciones complejas.

Esto es: no sólo hay una relación establecida entre el


que debe y aquel a quien se debe; es que además hay rela-
ción entre los que deben entre sí y entre aquellos a quie-
nes se le debe, entre sí. Esta relación interna, pues, existe
entre los deudores y los acreedores entre sí. Ahora bien, es-
ta relación interna es la que produce como consecuencia
que el deudor debe sólo su parte y que el acreedor de la
solidaridad entre acreedores sólo puede reclamar su parte
en la acreencia. Y esta característica de la relación inter-
na se opera por medio de la acción de regreso, mediante la
cual el que pagó debe recibir el reembolso de todos los

-152-
Art. 124t
deudores, en la cantidad de la parte de cada uno de ellos
e igualmente el acreedor de una solidaridad activa está
o bligado a reembolsara los demás en idéntica medida de
concurrencia en la relación solidaria.

Así pues, de este análisis obtenemos una doble rela-


ción interna y externa, la interna produce el cobro total
y la externa produce la división parcial.

b) Además de esta doble relación que tiene que ver


con la naturaleza íntima del vínculo mismo solidario, po-
demos enumerar además otros elementos de su intrínseca
naturaleza. De ello obtenemos: es una obligación compleja
por el sujeto, pues no hay obligación solidaria si no hay un
grupo de deudores o de acreedores frente a uno o más
acreedores o deudores. De todo lo dicho obtenemos:

lQ-La obligación solidaria es una de las formas de


obligarse,

2Q- Es una obligación compleja por el sujeto,

3Q- En su estructura hay una relación externa que


produce el pago total, y una relación interna que
produce el reembolso.

Aap. 2Q-Ontología Jurídica de las Obligaciones Solidarias

Los Civilistas han debatido sobre este tema incansa-


blemente. En el esfuerzo por presentar una visión 10 más
nítida posible de las obligaciones solidarias, no creo que sea
estéril mostrar sucintamente las principales concepciones;
contribuirá no poco a deslindar los campos doctrinarios, a
contemplar la evolución científica que produjo nuestro
moderno articulado.

Queda ya dicho que los romanistas discuten la diferen-


cia entre la Correalista y la Obligatio in solidum. Autores

-153-
del' prestigio de Windscheid, Bonfante, Francais, Genin y
que por lo demás tienen distintas nacionalidades, dedican
abundantes páginas de sus tratados a dilucidar este pro-
blema.

También expresamos nuestra opmion: en el Derecho


moderno la distinción no tiene razón de ser. Pero entre
los romanos no se puede discutir que la índole de ambos
era muy diferente y llevaba a aplicaciones prácticas
diversas.

Pero en este análisis de las teorías es preciso tener en


consideración la distinción, pues muchas de ellas partían
de aquella clásica discusión. En efecto el concepto moder-
no: Es el de la correalidad o el de la obligación in solidum?
O es un nuevo concepto? La obligación solidaria es una
y única o está compuesta de una pluralidad de obligacio-
nes? Qué explicación admite la propagación de los efec-
tos al grupo? Estos son los clásicos puntos de incertidumbre.

Vamos a analizarlos:

A) UNIDAD DE LA OBLIGACION

Los romanos, dicen sus defensores, así lo entendieron:


"eadem obligatio, una obligatío". Alegatos:

a) Por existir pluralidad de sujetos no tiene que haber


varias obligaciones; lo más que se puede admitir es
pluralidad de relaciones subjetivas.

b) , La unidad de la obligación está determinada por la


unidad del objeto.

c) Un solo vínculo puede incluir a varios sujetos de


derecho (Windscheid, Savigny,Ribbentrop)..

crJl_
AI't.' 1241
B) PLURALIDAD DE OBLIGACIONES
a) Existen tantas obligaciones como codeudores y
acreedores están vinculados pero estas obligaciones
tienen un nexo.

b) La persecución de un fin único o común constituye


ese un nexo.

e) La unidad de objeto lo que determina es la conexión


entré las varias obligaciones.

Citan en confirmación los textos romanos "plures


oblígatíones utraque obligatio" (Enneceerus, Ríccí,
Planiol, Van Thur).

C) UNIDAD Y PLURALIDAD.

La obligación es única en cuanto al objeto, pero múlti-


ple en cuanto .a los sujetos. Esta fórmula parece 10 más
simple y la más adecuada a los efectos de la solidaridad.
(Bandry, Lacantiverie, Sauvant, J osserand).

D) ES MANDATO TACITO RECIPROCO.

De todas las explicaciones doctrinarias que se han in-


tentado formular para penetrar en la intrínseca vida de la
solidaridad, ninguna ha alcanzado mayor difusión, que el
concepto de la representación. Avanzando el siglo XVII el
francés Renusson la propuso por vez primera en forma ex-
plícita y la escuela de la exégesis se hizo eco de ella (Au-
bry y Rau, Bríng, Valverde). Hasta hace poco la doctrina
y jurisprudencia de Europa, confiaba plenamente en esta
concepción, En efecto, los Códigos establecían que cuando
se ejercía una acción contra uno de los deudores solidarios
quedaban los otros deudores perjudicados. La idea nació
en la antigua doctrina francesa. Planiol nos explica que
Dumoulin afirmaba con errónea sutileza que los efectos

-155-
Art. 1241
que hacían diferenciar la obligación solidaria de la obliga-
ción indivisible no se explicaba por el hecho de existir
una obligación contraída por el todo, y con objeto de
salvar ese escollo, afirmó que el deudor solidario no está
obligado ad totum, sino totalitar.

Fué el punto de partida de la teoría, pues al ser insu-


ficiente la explicación de los efectos por ser obligación
contraída por el todo, se recurrió a buscar la existencia de
un mandato recíproco entre acreedores o deudores solida-
rios por el cual mandato se representan los unos a los otros.

La Jurisprudencia comenzó a hacerse eco de esta teo-


ría. Josserand cita casos de decisiones jurisprudenciales en
los que se habla de que el codeudor es "El contradictor le-
gítimo del acreedor y el representante necesario de sus
compañeros", su "representante legal y necesario" se ve
en él "un asociado que tiene la firma social".

y la Jurisprudencia española abundó en similares ra-


zonamíen tos.

Así en Jurisprudencia de 13 de marzo de 1943, citada


por Hernández, Gil.

"Constituye principio generalmente admitido en la


doctrina científica el de que por virtud de la existencia de
la solidaridad activa se produce un mandato recíproco de
exacción de crédito íntegro entre los acreedores y de aná-
loga manera en la solidaridad pasiva se dá también con
carácter recíproco un mandato de pago de la totalidad de
la deuda entre los deudores, doctrina la indicada que re-
fleja nuestro Código Civil el cual aparte las normas rela-
tivas a la solidaridad activa no atinentes al caso del pre-
sente litigio, ordena en su artículo 1.187 que cada deudor
solidario viene obligado a cumplir íntegramente la pres-
tación, establece en el artículo 1.141, apartado segundo,
que la acción ejercitada contra uno de los deudores solida-

-156-
Art. 1241
ríos perjudica a los demás, y consigna en el 1.148 que fren-
te a las pretensiones del acreedor, puede el deudor solida-
rio utilizar todas las exepciones que se derivan de la natu-
raleza de la obligación y las que le sean personales".

La doctrina reaccionó en contra de esta tendencia por


las absurdas soluciones a que dá lugar en la práctica. En
efecto es totalmente contrapuesto a la realidad pensar que
todos los obligados con vínculos de solidaridad se otorguen
un mandato recíproco cuando incluso podría suceder que
ni siquiera se conozcan. Y si se pretende aducir que no es
menester apelar al mandato, sino que por el hecho de la
solidaridad de la obligación, cada codeudor representa a
los otros, es necesario responder que los inconvenientes
producidos por tratar de explicar las instituciones jurídi-
cas por vía de ficción, han hecho en la actualidad poco re-
comendable este recurso.

Es necesario analizar los elementos que conjugan en la


institución jurídica misma con objeto de explicar la ratio
luris de la solidaridad y no acudir a otra institución jurí-
dica. En efecto, la característica fundamental de la solida-
ridad consiste en que cada uno de los codeudores esté obli-
gado por el todo y para justificar este capital efecto no es
necesario pensar en el mandato ni en la representación.

La obligación con relación al todo tiene de por sí una


suficiente virtualidad jurídica y fuerza cohesiva para ex-
plicar los efectos de la solidaridad. Y esta obligación res-
pecto del todo está fundamentada en la unidad de presta-
ción, como más adelante se explicará.

Nada extraño es que. autores como Demogne y Geny


dirijan toda su potencia de argumentación jurídica contra
esta doctrina. Así: Demogne afirma que el mandato encua-
dra poco en la realidad. No hay, dice, el mandatario extra-
ño, personalmente desinteresado; hay, por sobre todo, un
realizador de intereses comunes a muchos, que por tener

..... 157-
'Arte 1241
un' interés" propio para defender, defenderá por sí .el de
otros. En la solidaridad, dice Demogne, hay solamente "in-
terdependencia de personas colocadas en una situación ju-
rídica idéntica".

A Geny llama a la doctrina de la representación una


"pura explicación doctrinal de la ley", concepto ·falso en
sí mismo, manifiestamente contrario a la realidad de los
casos y que desde el punto de vista de los resultados, lejos
de constituir un progreso en la teoría de la solidaridad ha
introducido soluciones perniciosas y contrarias "a las exi-
gencias de la práctica. Es conveniente observar los artícu-
los aducidos por la sentencia española de que nos habla
Hernández Gil. Se cita en ella el artículo 1.13'7. Este ar-
tículo, que según la sentencia obliga a cada deudor a cum-
plír íntegramente la prestación, es el que define la solida-
ridad a sensu contrario. Nótese, en efecto; la singular re-
dacción del articulado español: "La concurrencia de dos o
más acreedores o de dos o más deudores en una sola obli-
gación 'no implica que cada uno de aquellos tenga derecho
él pedir, ni cada uno de estos debe prestar íntegramente las
cosas objeto de la misma, solamente habrá lugar a ésto,
cuando la obligación expresamente lo determina, constítu-
yéndose con el carácter de solaridad".

Penetrando en el sentido de la disposición (que por lo


demás, es común en casi todas las legislaciones, si no en
su redacción, si, muy claramente, en su contenido), lo que
resulta con evidencia es la estructura de la. relación jurí-
dica que es de tal naturaleza que la deuda para los deudo-
res y el crédito para los acreedores se extiende a un objeto
único y como consecuencia de ello aparece un derecho sub-
jetivo recíproco y un deber subjetivo también recíproco.

El que se quiera traer esta disposición como funda-


mento de la teoría del mandato, no es como consecuencia
del texto; obedece este empeño quizás, a que hay ya una

.... 1'58-
Art. 1241
idea premeditada y a ella se trata de adaptar la norma. Y
nótese bien, que, 'el texto legal no la rechaza ya que cada
acreedor puede exigir la prestación total como si hubiera
un mandato recíproco; pero el pretender transformar eso
en causa eficiente, esto es: al pretender decir: el acreedor
puede exigir la prestación total porque existe un mandato
recíproco es en donde los partidarios de esta teoría entro-
nizan el equívoco.

En efecto, existe una situación similar a la del manda-


to, pero esta situación no tiene como-fundamento el man-
dato.

En cuanto a los otros artículos citados por la sentencia


española que comentamos, diremos: El artículo 1.141 que
es expresión del por qué, se introdujo en la doctrina de la
representación y que hace alusión y a que la "Acción ejer-
citada contra uno de los deudores solidarios perjudican a
los demás" ya ha sido suprimido de los Códigos Modernos.

En efecto, el artículo 166 del Proyecto Franco-Italiano


dice: "La sentencia dictada contra uno de los deudores so-
lidarios no tiene la autoridad de la cosa juzgada contra los
otros codeudores", este artículo, reproducido en nuestro
Código vigente, constituye (artículo 1236), una de las más
poderosas innovaciones de nuestra actual legislación como
quedó explicado anteriormente. Y el artículo 1.148 que es
el otro citado por la sentencia y se refiere a que "El deudor
solidario puede utilizar todas las excepciones que se deri-
van de la naturaleza de la obligación y las que le sean per-
sonales", expresa pura y simplemente una consecuencia de
la solidaridad, es la ley la que quiere darle ese efecto por
la idea misma del vínculo solidario.

E) LA MUTUA FIDEIU8ION.

En esta breve síntesis de las principales concepciones


doctrinarias que han tratado de explicar la naturaleza de

'- t 59-
Art. 1241
la obligación solidaria no puede faltar un comentario a una
doctrina que popularizó el maestro Bonfante. La idea bá-
sica de esta teoría es: en las obligaciones solidarias los deu-
dores deben directamente su propia parte, pero además
indirectamente son fiadores de la parte de los demás. De
donde se deducen que cada uno debe el todo pero por dos
motivos diferentes. Se ve claramente que el fundamento
de esta teoría consiste en la diferencia entre la solidaridad
romana, que tenía carácter cumulativa y la moderna. Es-
to es, que entre los romanos la obligación es efectivamen-
te in solidum, pero en el derecho moderno la obligación es
de tal naturaleza que cada deudor solidario está realmente
obligado por una cuota, pero es a la vez fiador de las cuo-
tas de los demás .
.Esta es en líneas generales la idea de la mutua ñdeíu-
sión. Con las explicaciones anteriores se puede fácilmente
.desvirtuar esta teoría. Es verdad que la solidaridad ejerce
hoy, una función de garantía y además es verdad que tan-
to el crédito como la deuda se toman como si estuvieran
divididos entre los sujetos, pero recuérdese que se ha ex-
plicadoanteriormente como podemos distinguir en la soli-
daridad una relación interna y otra relación externa, efec-
tivamente en la relación interna podemos decir que es una
fianza, pero en la relación externa no, porque el acreedor
puede exigir el todo.

Por una parte, a nuestro modo de ver, esta concepción


adolece de profundas deficiencias. Resumiré la crítica:

1Q-Con esta teoría sólo quedaría explicada la solida-


ridad pasiva. La solidaridad activa no podría ja-
más explicarse por la "mutua fideusión" ni sería
suficiente defenderse diciendo que la solidaridad
activa tiene poco importancia porque se trata de
explicar el fundamento ideológico de una institu-
ción por lo que debe abarcar su fundamentación
todos los géneros de la institución.

-160-
Art. 1241
29-Recuérdese además que la fianza tiene un carácter
accesorio. "La fianza no puede constituirse sino
para garantizar una obligación válida", (artículo
1.805 del Código Civil de Venezuela) .

39 - Además, la fianza tiene un carácter de subsidiari-


dad manifiesto. ("Quien se constituye fiador de
una obligación queda obligado para con el acree-
dor a cumplirla si el deudor no la cumple"), ar-
tículo 1.804 del Código Civil de Venezuela. Esto
es: el fiador siempre tiene el beneficio de excu-
sión como defensa; pagará la deuda solamente si
no lo hace el deudor principaL Pero la excusión
repugna abiertamente a la solidaridad y prueba
palmaria de ello la tenemos en el artículo 1.813 del
Código Civil Venezolano que dice en su numeral
29 ; que no sería necesaria la excusión "Cuando se
haya obligado solidariamente con el deudor". Los
obligados de un vínculo solidario son deudores del
mismo grado. El acreedor podrá exigir el pago de
cualquiera de ellos en forma sucesiva o simultánea.

Está pues patente que la naturaleza de la solidaridad


f'S totalmente apuesta a la de la fianza.

Acap. 3!L-La verdadera estructura de las. Obligaciones


Solidarias.

Hemos resumido las corrientes de la doctrina que se


han esforzado en explicar la naturaleza de las obligacio-
nes solidarias, hemos observado que unas se fundamentan
en los elementos mismos de la relación jurídica y otras se
élgregan a instituciones jurídicas diferentes. En especial
estas últimas han sido duramente criticadas.
a) Elementos de la relación.
Tratemos ahora de fijar nuestro punto de vista.
Es preciso observar en primer término, los ele-

-161-
Art. 1241
mentos integrantes de la relación jurídica, la for-
ma en que se encuentran en ella y notar el fenó-
meno de que pese a que los sujetos se multiplican,
el crédito y la deuda no sufren alteración eco-
nómica.

b) Efectos de la relación.
El anterior análisis no es suficiente; además, la solida-
ridad trae una serie de consecuencias jurídicas, que están
expresadas en las disposiciones de los Códigos, ya que en
una institución jurídica se debe examinar no sólo los ele-
mentos que la integran sino también los efectos que pro-
duce.

De todo lo cual podemos obtener que la configuración


de las obligaciones solidarias según nuestro modo de ver
es la siguiente:

1Q-El objeto es umco "eadem res, eadem pecunia"


decían los textos antiguos. La doctrina coincide
en esto. Consecuencia de ello es que si los deu-
dores deben el todo, deben lo mismo y así lo dice
claramente nuestro Código vigente. "La obliga-
ción es solidaria cuando varios deudores están
obligados a una misma cosa", (Art. 1221). La
prestación, pues, es una sola, aunque esté atribui-
da a varios sujetos y por eso al cumplirse la pres-
tación se extingue la relación de solidaridad en
su configuración externa. Existe unidad de fin,
que es además común, pero no sólo eso. Entién-
dase, además, que al hablar de unidad de objeto,
no se ha de entender necesariamente como cosa.
Estamos ubicados en el campo de las obligaciones.
En la mayor parte de los casos de obligaciones so-
lidarias serán las cosas el contenido económico del
objeto, pero el objeto en sí es la prestación, y tal
es su significación jurídica exacta, la prestación

-162-
Art. 1241
como acto o sea como determinada conducta que
ha de realizar. el deudor, para satisfacer el crédito.
y no se opone a esta concepción de la unidad de
objeto, el hecho de que en la interna relación de los
deudores y los acreedores lo sean de determinadas
cuotas y que al fin se traduzcan en cuotas iguales.
2Q-Además de un solo objeto hay un fin común, el
cual tiene su vivencia jurídica en la causa obliga-
toria que es idéntica. Cuando se verifica la pres-
tación se produce una inmediata consecuencia:
atribución patrimonial responde a idéntica fina-
lidad, lo cual viene a ser una derivación de la
unidad de objeto que es por sobre todo jurídica. El
acto, el proceder material en el cual se cifra la
prestación puede ser el mismo, pero es lo cierto
que a causas distintas corresponden prestaciones
diferentes.
y cuando la obligación carece de esta unidad se
dice que tiene su expresión en una idéntica causa,
y nos encontramos con una categoría que los au-
tores franceses llaman obligaciones solidarias im-
propias o fortuitas.
3Q-Diversidad de Sujetos.
En el campo doctrinario jurídico se han lanzado las
más osadas opiniones. Una de ellas es la que ha
afirmado que por vía de "ficción" constituyen una
sola persona los obligados solidariamente. Pero
por lo demás todos reconocen y se impone como
evidencia que hay diversidad de sujetos.
Es claro que para los efectos procesales y en espe-
cial a los fines de la presunción de la cosa juzgada
se piensa que hay identidad de personas en los
casos de solidaridad.

4Q-Pluralidad de Vínculos.

-163-
Art. 1241
Con lo cual se quiere significar que hay tantas
relaciones cuanto sean los sujetos obligados ya en
concepto de deudores ya en concepto de acreedo-
res. y es el mismo derecho positivo, la conve-
niencia de la técnica, quienes nos permiten dedu-
cir esta pluralidad y no, como se ha pretendido,
por necesidad lógica, pues es claro que en el te-
rreno puramente conceptual podemos pensar en
una obligación que ligue a varios, sino por los im-
perativos de la práctica legislativa. En efecto:
desaparecido el fundamento normativo en el cual
estribaba la unidad de vínculos, sólo quedan aque-
llos efectos y situaciones que indican a las claras
la pluralidad, de ahí que el acreedor, puede ejer-
cer la acción contra uno de los deudores y a la
vez ejercerla contra los otros (Art. 1226, Código
Civil de Venezuela), y todavía es más explícito el
legislador cuando dice: "La obligación puede ser
solidaria tanto en el caso de que los deudores estén
obligados cada uno de una manera diferente, como
en el de que el deudor común se encuentre obli-
gado de manera diferente para con cada uno de
los acreedores (Art. 1222). Consecuencia de esto:
las modalidades de condición y término pueden
funcionar con independencia, el lugar del cum-
plimiento de la prestación puede ser diverso, uno
puede ser deudor principal, el otro puede ser
subsidiario.
He tratado de compendiar las notas determinantes
de las Obligaciones Solidarias. Ellas resultan del
estudio de las legislaciones y de los tratadistas, y
son:

19 ) Unidad de objeto,
29 ) Fin común,
39 ) Diversidad de Sujetos,
49 ) Pluralidad de Vínculos.

-164-
Art. 1241
CAPITULO 1 V

FUENTES

Se trató en los Capítulos anteriores de ubicar el tema


de las obligaciones solidarias, de hacer una revisión de las
innovaciones de nuestro Código y de explicar a la luz de
la doctrina y de las legislaciones, la naturaleza de las
obligaciones solidarias.

En este Capítulo se estudiará la procedencia de la so-


lidaridad. ¿Cuándo podemos afirmar que un sujeto de de-
recho se encuentra obligado?

Planiol asegura que son dos las fuentes de las obliga-


ciones. Prescindiendo de la crítica que tal reducción me-
rezca, a los fines de la clasificación práctica del tema que
nos ocupa, adoptaremos el criterio del Maestro Francés.

En efecto, las obligaciones provienen básicamente o de


la manifestación libre de la voluntad que trae el nacimien-
to de un vínculo obligacional o de hechos en que no inter-
vienen la determinación de la voluntad, pero que la ley
positiva les impone el efecto de producir vínculos jurídicos.

En la primera fuente quedarían incluídos los contratos


y las llamadas declaraciones unilaterales de voluntad.

En la segunda fuente quedarían incluídos: los hechos


ilícitos, los enriquecimientos sin causa, la gestión de nego-
cio y cualesquiera otras normas que contengan obligacio-
nes y alguna especie a un suj eto de derecho.

Esto parece corroborar nuestro legislador cuando dice:


"No hay solidaridad entre acreedores ni deudores sino en
Virtud de pacto expreso o disposición de la ley". (Art. 1223).

-165-
ArL 1241
A) Por Voluntad de las Partes.

Analicemos las dos fuentes capitales de las Obligaciones


Solidarias. En el artículo antes citado del Código Civil se
expresa claramente que debe haber pacto expreso. Así
pues, la solidaridad no se presume. Esta rotunda afirma-
ción se vé confirmada por el legislador civil pues se mues-
tra contrario a la solidaridad. Así: en el artículo 1662
refiriéndose a las obligaciones de los socios para con los
terceros en las Sociedades Civiles, dice: "En las Sociedades
que no sean de comercio los socios no son responsables so-
lidariamente de las deudas sociales".

Los tratadistas afirman que la no presunción de soli-


daridad proviene del Derecho Romano, solamente el ilustre
Romanista Bonfante ha objetado seriamente esta Doctrina
e incluso ha sostenido que hay una patente predisposición
a la solidaridad en el Derecho Romano.

Estas son sus argumentaciones: La naturaleza íntima


de la relación es la que determina el surgímiento de la
obligación solidaria.

En los contratos es cosa clara que domina la intención


de los contratantes, pero en las obligaciones constituidas
en un mismo acto debe interpretarse como regla general
que existe la solidaridad; tal principio es el dominante en
el Derecho Romano clásico y las disposiciones que presen-
tan la solidaridad como régimen de excepción y provenien-
te tan sólo de la voluntad de las partes, data del Derecho
de Justiniano.

Tal es el pensamiento del discutido romanista; de


modo que en su opinión, el requisito de expressis verbis no
lo es para la solidaridad sino para la stipulatio que es la
fuente normal de la solidaridad, luego se extiende a los
otros contratos, aún a los no formales y esta extensión de
las fuentes de nacimiento, coincide con la limitación de la

-166-
Art. 1241
vigencia de la solidaridad impuesta por la época bizantina
en que la compasión por el deudor prevalece sobre los ob-
jetivos inherentes al crédito. Todo ello va a dar origen a
los ordenamientos legales posteriores.

En este tema es singularmente elocuente el derecho


comparado, ya que las obligaciones y contratos es la disci-
plina jurídica más similar en sus dispositivos de legislación,
]0 que, por lo demás, es fácil de comprender, toda vez que
las realidades y supuestos contemplados en aquel derecho,
se presentan con caracteres muy similares en todas par-
tes del mundo. En esta revisión observaremos de paso
que el principio de la no presunción de solidaridad no
guarda una repetición histórica incontrovertida ni se pre-
senta tampoco como axioma absoluto del Derecho Civil.

Hagamos un sumario recorrido por los más importan-


tes sistemas legislativos.

A) ALEMANIA

En el Derecho Germánico antiguo la solidaridad técnica


y moderna era desconocida, pese a que su integración
social, basada en las instituciones comunicativas y vínculos
asociativos, parecería tender a imponer un régimen de so-
lidaridad. Pero es el hecho que sólo con la recepción del
Derecho Romano penetra la solidaridad; además, desde los
comienzos se acogió la fórmula de que no se presume la
solidaridad.

Los autores, sin embargo, citan versiones peculiarísi-


mas, similares a la solidaridad que desde muy remotos
tlempos eran observadas por aquel pueblo. Tal: las obli-
gaciones denominadas "en mano común" por medio de las
cuales cada uno de los codeudores estaba obligado a reali-
zar la prestación total pero debe ser realizada conjunta-
mente.

- 167 '-
Art. 1241
El vínculo solidario una vez acogido en Alemania, ad-
quiere fortaleza y se configura una especie de asociación
entre los co-obligados, que apoya sólidamente el derecho
de regreso apenas esbozado en el Derecho Romano.

B) ESPAÑA

Las partidas, en una forma muy singular, establecieron


la solidaridad como norma general y la parcialidad como
una excepción, siguiendo la interpretación del Derecho
Romano".

En la legislación española de la edad media se desco-


noce aún la palabra solidaridad y no existe regulación de
la institución, pero la idea de la correalidad está latente
en muchos dispositivos e incluso se aplicaba en diversas
situaciones legales como en la fianza.

Nótese esto, por vía de ejemplo, en el Fuero Real (3,


18, 4), que expresa: "Quando alguno tomase dos fiadores
o más por alguna cosa quier diga cada uno por todo, quien
non, en su voluntad sea de demandar a todos de sonno o a
cualquiera dellos: et si al uno demandare e lo él pagare,
sea tenudo de darle e de otorgarle la voz que él avía contra
los otros, o desí este que pagó puede demandar a cada uno
de los que con él fiador quel entreguen su parte de quanto
él pagó, et si cada uno fuere en su parte connoscida, non
sea tenudo de pagar más nin de responder por más".

y también en 3, 18, 3 donde se lee "Muchos omes en-


trando de fiadores en uno, e obligándose cada uno de ellos
en todo de dar e de facer alguna cosa por otrosi son tenudos
de lo cumplir en aquella manera que lo prometieron. De
guisa que aquel que reciba la fiadura, puede demandar a
todos, o cada uno por sí toda la deuda que le fiaron. E
pagando el uno son quitos los otros. Pero si los fiadores
non se obligasen cada uno por todo más dixessen simple-

-168-
Art. 1241
mente, non Somos fiadores por fulan, de dar o de facer tal
cosa, entonces si todos son valiosos para poder pagar la
fiadura: a la sazón que se demanda la deuda deximos, que
nos puede demandar la cosa, el señor de la deuda, a cada
uno de ellos, más de cuanto le cupiere de su parte. Et
si por ventura alguna de los fiadores fuessen tan pobres
que no Oniessen de que pagar aquella parte que les cabe,
entonces los otros que oniessen de que lo facer, quir fuessen
uno o muchos son tenudos de pagar toda la dedda principal
o de cumplir aquella cosa que fiaron".

Está muy clara la solidaridad. Se trata de fiadores


que concurren. Cada uno es fiador por el todo y por lo
tanto el acreedor puede exigir el cumplimiento de cualquie-
ra de ellos.

En esta revisión de Derecho comparado podemos dis-


tinguir tres grupos de legislación.

ler. Grupo.-Legislaciones que como la nuestra pres-


criben la no presunción de solidaridad y en consecuencia
piden una declaración de voluntad explícita para que haya
solidaridad.

Es este el carácter que le dá el legislador francés


cuando establece "La solidaridad no se presume: es preciso
que sea estipulada expresamente. Esta regla sólo cesa en
el caso de que la solidaridad tenga lugar de pleno derecho
en virtud de una disposición de la ley", (Art. 1202, Código
Civil Francés).

El Código Civil italiano de 1865, como fiel intérprete


que fue del texto napoleónico, reproduce casi textualmente
en el artículo 1197 la idea del Código de Francia.

Dentro de esta misma orientación se encuentran los


Códigos Ibero-americanos. Véase la redacción adoptada

-169-
Art. 1241
por el Código Chileno y que fue hecha por Don Andrés
Bello: "En general, cuando se ha contraído por muchas
personas o para con muchas la obligación de una cosa divi-
sible, cada uno de los deudores en el primer caso, es obli-
gado solamente a su parte o cuota en la deuda y cada uno
de los acreedores en el segundo, sólo tiene derecho para
demandar su parte o cuota en el crédito. Pero en virtud
de la convención, del testamento o de la ley puede exigirse
cada uno de los deudores o por cada uno de los acreedores
el total de la deuda y entonces la obligación es solidaria
o in solidum. La solidaridad debe ser expresamente decla-
rada en todos los casos en que no la establece la ley".

Así, pues, en la primera parte se pronuncia por la par-


cialidad de las obligaciones en general, en la segunda habla
de las fuentes de las obligaciones solidarias: convención,
testamento, ley; en la tercera enuncia claramente el prin-
cipio de la no presunción de la solidaridad.

Colombia, seguidora de las orientaciones de Bello, esta-


blece su ordenamiento en forma similar a Chile, pero con
la variante de que sólo en caso de obligaciones divisibles
tiene lugar el régimen indicado para la solidaridad (Art.
1568, Código Civil de Colombia).

El Código Civil Peruano (Art. 1300), afirma que "Si


dos o más se obligan juntamente sin mancomunidad expresa
y sin designar la parte de que cada uno se constituye res-
ponsable, quedan obligados por partes iguales". Así, pues,
la solidaridad es llamada por el legislador peruano manco-
munidad.

La disposición del Código Guatemalteco es casi idén-


tica en su contenido y redacción a la del Código peruano.

El Código Civil Argentino no es menos explícito (Art.


735) "para que la obligación sea solidaria es necesario que

-170-
Art. 1241
en ella esté expresa la solidaridad por términos inequívo-
cos, ya obligándose in solidum, o cada uno por el todo, o
el uno por los otros o que expresamente la ley la haya
declarado solidaria.

En el Código de Costa Rica es interesante observar


que en su artículo 636 se rechaza expresamente la solida-
ridad entre acreedores "no puede haber solidaridad entre
acreedores cuando por convenio o por testamento se con-
cedan a otra u otras personas los mismos derechos del
acreedor; dicha persona o personas se consideran como apo-
derados generales de éste".

2Q Grupo.-Otro conjunto de sistemas está formado


por los Códigos que impone un paliativo al rigor del prin-
cipio de la no presunción de solidaridad, ya que no exigen
manifestaciones expresas para que hayan obligaciones
solidarias.

El Código polaco de las obligaciones dice en su ar-


tículo 30: "Cuando concurren varios deudores o varios
acreedores y la prestación es divisible, la deuda y el crédito
se dividen en tantas partes iguales e independientes cuanto
sean los deudores y acreedores".

y en el artículo 11 se establece que cuando los codeu-


dores o coacreedores son entre sí copropietario o tienen un
ligamen contractual por una empresa o actividad común,
hace falta una convención expresa en contrario con objeto
de excluir la solidaridad.

y más explícito es todavía el Código Suizo de las


obligaciones. Que prescribe en su artículo 143 que "Existe
la solidaridad entre varios deudores cuando estos declaran
querer obligarse a una misma cosa, de manera que, res-
pecto del acreedor, cada uno de los deudores tiene que

-171-
Art. 1241
realizar la prestación total. En defecto de semejante de-
claración, la solidaridad no existe más que en los casos de-
terminados por la ley".

Así pues: Rige el principio de la no presunción pero


se puede notar que para que se produzca la solidaridad
no se exige una declaración expresa tal como sucede en
el primer grupo de legislaciones que comentamos, basta en
este caso, el querer obligarse por el todo.

También en el Código Soviético se suprime la obliga-


toriedad de una declaración expresa, (Art. 115); en este
artículo se afirma que la solidaridad proviene del contrato
o de la ley. Y en el siguiente, en el caso de pluralidad
de sujetos hace una distinción entre prestación divisible
e indivisible. En el primer caso deuda y crédito se reputan
solidarios y lo contrario en el segundo caso.

El Código de México establece similar criterio. Existe


la no presunción de solidaridad a no ser que la establezca
"la ley o la voluntad de las partes" (Art. 1988).

Pero luego la presunción queda invertida en el Art.


2006: "Cada uno de los que han contraído conjuntamente
una deuda indivisible está obligado por el todo aunque no
se haya estipulado la solidaridad. Lo mismo tiene lugar
respecto de los herederos de aquel que haya contraído una
obligación indivisible".

3er. Grupo.-Por último, no faltan legislaciones que


consagran la presunción contraria máxima en obligaciones
nacidas de contratos.

Así tenemos el Código Civil Alemán que es el aban-


derado de esta tendencia. El parágrafo 427 dice: "Si va-
rias personas mediante contrato, se obligan conjuntamente
a una prestación divisible, en la duda, no obligan como
deudores solidarios".

-172-
Art. 1241
Es claro, pues, que la presunción de solidaridad se
refiere a las deudas divisibles contractuales.

Además, si el objeto de la obligación es una prestación


indivisible, esto sólo basta para determinar la solidaridad
entre los deudores (parágrafo 431).

A pesar de esto, la corriente tradicional francesa tiene


su consagración atenuada por muchas excepciones.

En el parágrafo 420 en el que se habla en términos ge-


nerales de las deudas y los créditos, dice el legislador ale-
mán: "Cuando varios deben una prestación divisible o
pueden exigirla, en la duda, cada deudor sólo se obliga a
una parte igual y cada acreedor sólo tiene derecho a una
parte igual".

Pero el más explícito de todos es el novísimo Código


Italiano, que consagra sin limitación alguna la presunción
de solidaridad, traduciendo una tendencia que cada vez se
intensifica más. Este es el sentido del Art. 1224, en el que
se dice que toda deuda en la cual concurren dos o más
personas se presume solidaria, a menos que se pruebe lo
contrario, en virtud de un título o por imperativo de la ley.
y cuál es la tendencia de nuestro legislador? No se
atrevieron nuestros redactores a suprimir la no presun-
ción de solidaridad. Es más, ni siquiera siguieron la ten-
dencia del proyecto franco-italiano. Este proyecto está más
bien dentro de la tendencia del segundo grupo, pues dice
que la solidaridad "debe resultar de la voluntad de las
partes o de una disposición de la ley". Nótese la diferencia
con el Código francés y el antiguo Código italiano que
hablan de "expresamente estipulado" y el Proyecto que
habla de "voluntad de las partes", lo cual hace incluir al
Proyecto en el segundo grupo.
En cambio, nuestro Código Civil vigente en el Art.
1223, se aparta de su modelo y sigue claramente la antigua

-173-
Art. 1241
corriente. "No hay solidaridad entre acreedores ni deudo-
res, sino en virtud de pacto expreso o disposición de la ley".

De toda esta revisión podemos concluir razonablemen-


te que existe una tendencia a limitar el principio de la no
presunción de solidaridad.

EN MATERIA MERCANTIL

Demás está decir que en materia mercantil ha sido la


presunción de solidaridad la que ha regido siempre y ello
por la celeridad y facilidad que deben imperar en el tráfico
comercial lo cual facilita en grado sumo la creación de
vínculos jurídicos.

Curiosa ha sido la evolución en Francia recogida por


Drakidés. El Código de Comercio observa total silencio
sobre la solidaridad mercantil. Por lo tanto la doctrina y
la jurisprudencia han laborado por integrar un corpus doc-
trinal de la solidaridad.

En primer lugar la voluntad intencional de las partes


en que el negocio jurídico puede ser considerado como con-
tinuación de otro negocio en el que se estableció un vínculo
ha jugado un importante papel, especialmente en los casos
de que el negocio jurídico puede ser considerado como con-
tinuación de otro negocio en el que se estableció un vínculo
solidario. Sin embargo, preciso es advertir que esta ten-
dencia de la jurisprudencia francesa ha sido severamente
criticada por algunos tratadistas.

En segundo lugar se ha juzgado que la solidaridad


mercantil se deriva de la imposibilidad de determinar la
parte de cada deudor en la deuda total.

En tercer lugar, y es esto lo más significativo, la juris-


prudencia francesa ha tratado de buscar una fórmula ade-
cuada que permite sacar las obligaciones mercantiles del

-174-
Art. 1241
ámbito dominado por el principio de la no presunción de
solidaridad. La antigua doctrina francesa sostenía enfáti-
camente que el principio de la no presunción de solidaridad
se debía extender a la materia mercantil. Pero tal teoría,
si bien de lógica, tropezaba en la práctica con los impe-
rativos de la multiforme vida comercial. A la par de esta
teoría, otra corriente se pronunciaba por una derogación,
no decidida en materia mercantil que afirmaba que la
solidaridad podría deducirse aunque no hubiese expresa
convención de los actos mismos y su interpretación, además
de pruebas como la testifical.

La jurisprudencia fue mucho más allá, hubo decisiones


en que se afirmó que aún en la época anterior a la codi-
ficación existía un USO por el cual se reconocía la solida-
ridad pasiva en el campo mercantil y que este régimen
consuetudinario no contrariado por texto legal en los Có-
digos debía ser el imperante toda vez que el mismo Código
de Comercio remite a los usos cuando la ley nada dice.
Véase la decisión de la Chambre des Requétes de 4 de julio
de 1932: "Si a tenor del artículo 1202 del Código Civil la
solidaridad no se presume, este artículo no es aplicable en
materia comercial según en caso anterior al Código de
Comercio y mantenido después, la solidaridad se justifica
por el interés común de las partes".

En cuarto lugar el ilícito civil, en el cual el Código


francés no establece solidaridad entre los sujetos de
la Comisión, también ha ingresado en virtud de la elasti-
cidad tradicional de la jurisprudencia francesa, en el rango
de vínculo obligacional solidario y esto por virtud de que
el famoso artículo 1202 sólo se refiere a obligaciones pro-
venientes de contrato, luego fuera del ámbito contractual
no tiene por qué operar. Así pues, pese al silencio del
Código de Comercio francés la solidaridad mercantil se ha
considerado como un dogma por virtud

-175-
Art. 1241
a) Por la voluntad de las partes,

b) Por imposibilidad de determinar la parte de cada


deudor en la deuda total,

e) En virtud del uso, aún anterior a la codificación.

La jurisprudencia venezolana no ha tenido que afron-


tar este problema. El artículo 115 del Código de Comercio
vigente establece la presunción de solidaridad en los si-
guientes términos: "en las obligaciones mercantiles se pre-
sume que los codeudores se obligan solidariamente, si no
hay convención contraria".

B) POR DISPOSIC1l0N DE LA LEY

Es la solidaridad legal, en oposición a la anterior que


es convencional. Surge de pleno derecho por virtud de
la ley.

Estos casos legales han sido clasificados según diversos


criterios, especialmente por los tratadistas franceses y so-
bre todo por Colin y Capitant y Planiol y Ripert.

Sintetizamos estos casos de la ley según la clasifica-


ción francesa.

1Q-Por interpretación de la voluntad de las partes.


Muchas disposiciones del legislador sólo son en verdad
declaraciones de voluntad. Ejemplos de estos casos lega-
les abundan sobre todo en el Código Civil.

Así: en el caso de prestatario de la misma cosa, son


solidarios para con el prestamista en lo que se refiere a la
restitución (Art. 1730, Código Civil de Venezuela. "Si
son dos o más los comodatarios es solidaria su responsabili-
dad para con el comodante".

-176-
Arto. 1241
Otro caso muy notable es el de los Co-mandantes. Un
mandatario se ha encargado de un asunto común de varias
personas, ya se trate de un mandato oneroso o de un man-
dato gratuito, pero no legal, puesto que sólo se refiere aquí
al mandato convencional, en este caso los mandatarios son
solidarios para con el mandatario en todos los efectos del
mandato. Está consagrado en el artículo 1703 de nuestro
Código Civil: "Si el mandato se ha conferido por dos o
más personas para un negocio común, cada una de ellas es
responsable solidariamente al mandatario de todos los efec-
tos del mandato".

Dos casos más enumeran los tratadistas que se refieren


al Derecho Mercantil. Ya queda dicho que en el Código
de Comercio se invierte la presunción de solidaridad. Pero
hay dos casos en los cuales la presunción se presenta con
caracteres de absoluta y por consiguiente no admite que
SE: le desvirtúe. .

Uno de ellos es el de los socios de una compama en


nombre colectivo a los cuales obliga las deudas de la socie-
dad (Art. 233 del Código de Comercio: "La responsabilidad
ilimitada y solidaria de los socios para con terceros no pue-
de ser limitada por ninguna declaración o cláusula .del
contrato".

El otro caso es el de los firmantes aceptantes o endo-


santes de una letra de cambio. Quienes responden con
garantía solidaria para con el portador. (Art. 435 del
Código de Comercio): "Todos los que hayan librado, en-
dosado o hubieren sido avalistas en una letra de cambio
están obligados a la garantía solidaria a favor del portador".

Podemos notar en todos estos casos de solidaridad le-


gal, que existe entre los deudores intereses comunes: los
prestatarios en el primer caso; los co-mandantes, los miem-
bros de una sociedad en nombre colectivo, los firmantes
de una letra de cambio, en los otros casos.

-177-
Art. 1241
29-Por protección a un acreedor que necesita de pecu-
liar garantía en virtud de su situación especial.

Comprende este rótulo otras series de casos legales.


Entre los cuales cabe enumerar: el caso de los hijos de
mujer que contrajere ulteriores. nupcias. La mujer menor
de 18 años puede realizar los actos de simple administra-
ción de los bienes de sus menores hijos, con asistencia de
su marido .... " y siempre bajo la responsabilidad solida-
ria de ambos". (Art. 281 del Código Civil).

También el caso de los deudores solidarios, cuando el


fiador paga puede accionar contra cualquiera de los deu-
dores. .. "por la totalidad de la deuda" (Art. 1823 del Có-
digo Civil).

Existe una solidaridad legal muy peculiar, ubicada en


la Ley del Trabajo y es en el caso de sustitución del pa-
trón. Las obligaciones contraídas antes de la fecha de la
sustitución y por seis meses después de la misma son soli-
darias para el sustituido y sustituto. "La sustitución de
patronos no afectará los contratos de trabajo existentes.
El patrono sustituído será responsable con el nuevo patro-
no por las obligaciones derivadas de los contratos o de la
ley, nacidos antes de la fecha de su sustitución, hasta por
el término de seis meses y concluído este plazo, subsistirá
únicamente la responsabilidad del nuevo patrono (Art, 25
de la Ley del Trabajo).

La solidaridad puede establecerse también como san-


ción de una culpabilidad de 'varias personas. Es el caso de
las faltas en que incurren el tutor, protutor e integrantes
del Consejo de tutela, quienes responden solidariamente
de las faltas cometidas con motivo del inventario y de los
perjuicios ocasionados al menor (Art. 356 del Código Civil).

También bajo este rótulo podemos incluir la responsa-


bilidad de los albaceas, quienes están solidariamente obli-

-178-
ArL 1241
gados a la cuenta de los bienes a ellos confiados, a no ser
que el testamento haya dividido sus funciones (Art. 981
del Código Civil).

La más peculiar norma de solidaridad comprendida


en esta clasificación es la proveniente de culpa extracon-
tractual considerada en el Art. 1195 del Código Civil, "si
el hecho ilícito es imputable a varias personas, quedan obli-
gadas solidariamente a reparar el daño causado".

Los textos franceses incluyen aquí la culpa común. pero


no por norma expresa, si no por interpretación [uríspruden-
cial, ya que no hay texto legal que la consagre, sucede algo
similar a lo que ya acaece en la solidaridad mercantil.

Las sentencias eluden la refutación doctrinaria de que


no debe irse en contra de la regla de la solidaridad expresa,
afirmando que ésta sólo se refiere al campo contractual.

Otras sentencias se han fundado en aplicación analó-


gica del Código Penal y otras en la imposibilidad de pre-
cisar el quantum de la responsabilidad de los que incurren
en culpa aquiliana.

Nuestro Código, como el Alemán, Italiano y Suizo,


han obviado toda dificultad prescindiendo la solidaridad por
norma expresa.
Todavía añaden otro caso los tratadistas franceses: el
del arquitecto y contratista en la responsabilidad por riesgo
de edificios en caso de perecer en todo o en parte por vicio
de la construcción o del suelo. Tal responsabilidad está
consagrada por el artículo 1792 del Código Civil Francés,
pero nuestro Código en su artículo 1637 no habla de soli-
daridad, por lo que la opinión corriente es, de que no
puede inferirse solidaridad legal en este caso.
Tal es el sentir de Dominici, quien afirma: " ... la res-
ponsabilidad sobredicha no es solidaria, si han concurrido

-179-
Art. 1241
a la construcción dos o más empresarios, dos o más arqui-
tectos, o arquitectos y empresarios juntos. La ley no la
ha creado y sabemos que la solidaridad no se presume:
la acción procede entonces contra cada uno de ellos en
proporción de la parte que tuvieron en el trabajo y es in-
dudable que el empresario podrá ser responsable al arqui-
tecto si fue quien lo contrató y el daño proviene de falta
del arquitecto".

Art. 1242 Art. 1242

La sentencia condenatoria obtenida por uno de los


acreedores contra el deudor común, aprovecha a los otros.
La sentencia dictada en favor del deudor aprovecha a éste
contra todos los acreedores, a menos que se la haya funda-
do en una causa personal al acreedor demandante.

Art. 1243 Art. 1243

Todos los acreedores solidarios pueden aprovecharse


de la negativa del deudor a prestar el juramento deferido
por uno de ellos.

El juramento deferido por uno de los acreedores soli-


darios al deudor, no lo liberta sino por la parte correspon-
diente a ese acreedor.

Art. 1244 Art. 1244

El deudor no puede oponer a uno de los acreedores


solidarios la compensación de lo que otro de los acreedores
le deba, sino por la parte de este acreedor.

Art. 1245 Art. 1245

La confusión que se verifica por la reunión en la perso-


na de uno de los acreedores de las cualidades de deudor y
de acreedor, no extingue la deuda sino por su parte.

--180-
Art. 1246
Arto 1%46

La remisión hecha por uno de los acreedores solidarios


no liberta al deudor sino por la parte de este acreedor.

Arto 1247 Art. 1247


La novación hecha entre uno de los acreedores y el
deudor común, no produce ningún efecto respecto de los
otros acreedores.

Art. 1248 Art. 1248


La mora del deudor respecto de uno de los acreedores
solidarios aprovecha a todos los otros.

Arto 1249 Art. 1249


Todo acto que interrumpe la prescripción respecto de
uno de los acreedores solidarios aprovecha a los otros.
La suspensión de la prescripción respecto de uno de los
acreedores solidarios no aprovecha a los otros.

SECCION QUINTA

De las obligaciones divisibles y de las indivisibles

Art. 1250 Art. 1250


La obligación es indivisible cuando tiene por objeto
un hecho indivisible, la constitución o la transmisión de un
derecho no susceptible de división.

Arto 1251 Art. 1251


La obligación estipulada solidariamente no adquiere el
carácter de indivisibilidad.

-181-
Art. 1252

De la obligación divisible

Art. 1252

Aun cuando una obligación sea divisible, debe cumplir-


se entre el deudor y el acreedor como si fuera indivisible.

La divisibilidad no es aplicable sino respecto de los


herederos de uno y otro, los cuales no pueden demandar
el crédito, o no están obligados a pagar la deuda sino por
la parte que les corresponde o por aquella de que son res-
ponsables como representantes del acreedor o del deudor.

Art. 1253 Art. 1253

La obligación no es divisible entre los herederos


del deudor:

1Q Cuando se debe a un cuerpo determinado.

2Q Cuando uno solo de los herederos está encargado,


en virtud del título del cumplimiento de la obligación.

3Q Cuando aparece de la naturaleza de la obligación,


o de la cosa que forma su objeto, o del fin que se propusie-
ron los contratantes, que la intención de éstos fue que la
deuda no pudiera pagarse parcialmente.

El que posee la cosa y el que está encargado de pagar


la deuda, en los dos primeros casos, y cualquiera de los
herederos en el tercer caso, pueden ser demandados por el
todo, salvo su recurso contra los coherederos.

-182- -
Art.1254

De la obligación indivisible

Art. 1254

Quienes hubieran contraído conjuntamente una obliga-


ción indivisible, están obligados cada uno por la totalidad.

Esta disposición es aplicable a los herederos de quien


contrajo una obligación indivisible.

Art. 1255 Art. 1255

Cada uno de los herederos del acreedor puede exigir el


total cumplimiento de la obligación indivisible, con el
cargo de dar caución conveniente para la seguridad de los
demás coherederos, pero no puede remitir él solo la deuda
íntegra ni recibir el precio en lugar de la cosa.

Si uno solo de los herederos ha remitido la deuda o


recibido el precio de la cosa, el coheredero no puede pedir
la cosa indivisible, sino abandonando la parte del coherede-
ro que ha hecho remisión o recibido el precio.

Art. 1256 Art. 1256


El heredero del deudor de una obligación indivisible,
a quien se haya reclamado el pago de la totalidad de la
obligación, puede hacer citar a sus coherederos para que
vengan al juicio, a no ser que la obligación sea tal que 'sólo
pueda cumplirse por el heredero demandado, el cual en
este caso podrá ser condenado solo, salvo sus derechos
contra sus coherederos.

-183-
Art. 1257
SECCION SEXTA

De las obligaciones con cláusula penal

Art. 1257

Hay obligación con cláusula penal cuando el deudor,


para asegurar el cumplimiento de la obligación, se compro-
mete a dar o a hacer alguna cosa para el caso de inejecución
o retardo en el cumplimiento.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA
l.-JTR. Vol. IV, tomo 1, Pág. 228. Igualmente es sabido que la
cláusula penal no es sino la estimación, hecha de antemano
por los contratantes, de los daños y perjuicios a los cuales
puedan dar lugar la inejecución (daños y perjuicios morato-
rios) o retardo en la ejecución de la obligación (daños y
perjuicios moratorios), y con ella se persigue un doble obje-
tivo: primero, asegurar la ejecución de la obligación, y segun-
do, dado el caso de no poderse alcanzar este resultado, sustraer
al arbitrio del Juez la fijación del monto de esos daños y
perjuicios; y contrariamente a lo alegado por el defensor de
demandados, es de doctrina que cuando se establece una
cláusula penal, el actor en ningún momento tiene la obligación
de probar que ha sufrido daño o perjuicio alguno, pues esa
cláusula es la fijación, hecha por anticipado por las partes,
de los perjuicios que pudiere sufrir el contratante por su in-
cumplimiento. He1 de 26-9-55.

2. -JTR. Vol. XI, Pág. 104 " ... para pedir el cumplimiento de la
estipulación contenida en una cláusula penal debe probarse
la inejecución culposa, por parte del deudor, de la obligaci6n
principal .... ". DFMST de 3-12-63.

Art. 1258 Art. 1258

La cláusula penal es la compensación de los daños y


perjuicios causados por la inejecución de la obligación
principal.

-184-
Art. 1258
El acreedor no puede reclamar a un mismo tiempo la
cosa principal y la pena, si no la hubiere estipulado por el
simple retardo.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-Al aceptarse una cláusula penal no hay que comprobar los


daños y perjuicios al producirse el incumplimiento. Pero si
interesa al estado y los tribunales el que la estipulación de
tales daños no se llegue al establecimiento de situaciones
extralimitadoras del concepto mismo de lo que significa el
perjuicio que por un determinado incumplimiento pueda haber
sufrido alguna persona. De allí que el Art. 1260 C.C. acuerda
el derecho a las autoridades judiciales para disminuir la pena
DFMSCa de 7-4-64.

2.-JTR. Vol IV, tomo 1, Pág. 228. En cuanto al pedimento de


que el demandado pague la cantidad de ocho mil cuatrocientos
bolívares (Bs, 8.400,00), se observa que el actor reclama al
mismo tiempo el pago de las pensiones de arrendamiento por
vencerse, que constituyen la obligación principal, y la cantidad
de ocho mil cuatrocientos bolívares, que es la pena, lo cual es
improcedente, a tenor del artículo 1258 del Código Civil, y el
Tribunal así lo declara. nC2 de 28-6-55

Art. 1259 Art. 1259


El acreedor puede pedir al deudor que esté constituido
en mora, la ejecución de la obligación principal, en lugar
de la pena estipulada.

Art. 1260 Art. 1260


La pena puede disminuirse por la Autoridad Judicial
cuando la obligación principal se haya ejecutado en parte.

Art. 1261 Art. 1261


Cuando la obligación principal contraída con cláusula
penal sea indivisible, se incurre en la pena por contraven-

-185-
Art. 1261
ción de uno solo de los herederos del deudor; y puede de-
mandársela, ya íntegramente al contraventor, ya a cada
heredero por su parte correspondiente, salvo siempre el
recurso contra aquél por cuyo hecho se ha incurrido en la
pena.

Art. 1262 Art. 1262

Cuando la obligación principal contraída con cláusula


penal es divisible, no se incurre en la pena sino por el
heredero del deudor que contraviniere a la obligación, y
sólo por la parte que le corresponda cumplir en la obliga-
ción principal, sin que pueda obrar contra los que la han
cumplido.
Esto no sucede cuando habiéndose establecido la cláu-
sula penal para que no pueda hacerse parcialmente el pago,
un coheredero ha impedido que la obligación se cumpla
totalmente. En este caso puede exigirse de él la pena
íntegra, o bien a los demás herederos la porción correspon-
diente, salvo a éstos la acción de regreso contra aquél por
cuyo hecho se haya incurrido en la pena.

Arte 1263 Art. 1263

A falta de estipulación contraria, lo que se da en arras


al tiempo de la celebración del contrato o con anterioridad
a este acto, se considera como garantía de los daños y per-
juicios para el caso de contravención.

Si la parte que no ha incurrido en culpa no prefiere


exigir el cumplimiento de la convención, puede retener las
arras que haya recibido o exigir el doble de las que
haya dado. .

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. III, Pág. 47. Carece de todo fundamento como


.justificación de tal incumplimiento, la alegación aducida por

-1AS-
Art. 1263
el demandado de que el actor debía cubrir dichas pensiones
con la cantidad equivalente al monto de las mismas, que había
sido dado por concepto de arras según la cláusula duodécima.
Aceptar tal especie equivaldría tanto corno desconocer la
verdadera naturaleza y sentido de ese acto. Juridicamente
se entiende por arras la señal que se da corno prenda o seguridad
de cumplimiento de los contratos, perdiéndose la suma o el
objeto dado en arras si se falta a lo convenido. Consiguiente-
mente, mal podría pretenderse que la cantidad dada por arras
se imputara al pago de las pensiones de arrendamiento in-
solutas, ya que aquéllas venían a constituir, conforme a la
expresa voluntad consignada por las parles en el instrumento
contentivo de sus estipulaciones, la garantía de las obligacio-
nes contractuales contraídas por el arrendatario, entre las
cuales figura corno de las principales la de pagar la pensión
de arrendamiento en los términos convenidos. DFIC3 de
10-2-53.

NOTA DEL AUTOR

En materia de "arras" se ha suscitado grave problema


en las ventas de apartamientos en propiedad horizontal.
En general, en dichos contratos, se estipula que el que va a
adquirir un apartamento entrega, en calidad de arras deter-
minada suma, "y que" para indemnizar al vendedor en ca-
so de que el comprador no cumpla con la obligación de ad-
quirir. Lo curioso en estos contratos es que denominan
ARRAS una obligación UNILATERAL, o sea la del com-
prador indemnizar al vendedor los supuestos daños me-
diante lo que ellos denominan ARRAS. En efecto el Códi-
go Civil habla de ARRAS unicamente en el Art. 1263 y
SENALA CON PRECISION LA INSTITUCION DE LAS
ARRAS .ya que dice: "Si la parte que no ha incurrido en
culpa no prefiere exigir el cumplimiento de la convención,
debe retener las arras que haya exigido o exigir el doble
de las que haya dado", lo cual implica, necesariamente,
que para existir la institución de arras debe, a su vez, el
comprador del apartamiento tener derecho, caso de incum-
. plimiento del vendedor, exigir el doble de las arras que

-187-
Art. 1263
haya dado, lo cual no aparece en ninguno de los contratos
de "arras" en la venta de propiedad horizontal. Como las
partes pueden dar el nombre que quieran a sus contratos,
pero toca a la justicia determinar su verdadera naturale-
za, es evidente que los supuestos contratos de "arras", en
la compra venta de propiedad horizontal, no son otra cosa
que ENTREGAS DE DINERO A CUENTA DEL PRECIO
PACTADO EN LA COMPRA VENTA DE DICHOS APAR-
TAMIENTOS. Igual opinión, a la arriba sustentada, la
comparten los doctores Morris Sierraalta ("Las Arras en
la Propiedad Horizontal, Edíc. Fabreton, Caracas) y Er-
nesto Silva Tellería (La Ley Prohibe Las Arras, artículo
aparecido en "El Universal", Caracas, el 10-9-67).

-188-
Art. 1264

CAPITULO 111

DE LOS EFECTOS DE LAS OBLIGACIONES

Art. 1264

Las obligaciones deben cumplirse exactamente como


han sido contraídas. El deudor es responsable de daños y
perjuicios, en caso de contravención.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. XI, Pág. 412. "Cuando las partes han determinado
contractualmente el tipo de cambio en base al cual debe
calcularse una deuda expresada en signos monetarios extran-
jeros, es ese y no el vigente en el mercado de cambios para
el día del pago, el que debe ser tornado en cuenta". DFMIM2
de 7-1-63.

2.-Si se aceptara la tesis del demandado, en cierta forma acogi-


da por el sentenciador de primera instancia, de que la entrega
de una cosa mueble es una obligación de hacer, consecuencial
de la obligación de dar, Ilegaríamos a la inevitable conclusión
que no existen obligaciones de dar, porque toda obligación
de esta índole conIleva la entrega de la cosa sobre la cual se
atribuye el derecho real, el uso, la tenencia o la restitución.
La entrega no es una obligación de hacer en la cual se resuelve
en definitiva la de dar, sino que es el acto por el cual ésta se
materializa y concreta, es decir, el cumplimiento de la obli-
gación. Tan estrechamente ligados están ambos conceptos
que el diccionario lo da corno sinónimos, la ley italiana no
habla de dar sino de entregar, aunque mediante un razona-
miento técnico jurídico no exento de cierta sutileza, puedan
establecerse leves diferencias, corno sería la de considerar la

-189-
entrega como el cumplimiento de la obligación de dar y no la
obligación misma. Pero es fácil ver que cuando doy entrego
y cuando entrego doy. DFMSC1 de 15-10-63.

S.-Véase Art. 1167, cita NQ 11.

4.-Véase Art. 1285, cita N9 2.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-Fue violado el artículo 1264 del Código Civil porque él no


prohibe directa ni indirectamente que se promueva acción de
daños y perjuicios independientemente de la de resolución o
de cumplimiento del contrato; al contrario, ordena que las
obligaciones deben cumplirse exactamente como han sido con-
traídas haciendo responsable al deudor de daños y perjuicios
en caso de "contravención", concepto jurídicamente diferente
y de efectos distintos al de inejecución o incumplimiento,
cuestión ésta prevista antes en el artículo 1167 ejusdem.

A juicio de esta Corte aquella disposición contempla el caso


de cumplimiento defectuoso o deficiente ya considerado. G. F.
NQ 2, 2llo etapa, p. 434. Sent. de 10-11-53.

Art. 1265 Art. 1265

La obligación de dar lleva consigo la de entregar la


cosa y conservarla hasta la entrega.
Si el deudor ha incurrido en mora, la cosa queda a su
riesgo y peligro, aunque antes de la mora hubiere estado
a riesgo y peligro del acreedor.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

1. -JTR. Vol. IX, Pág. 5. En nuestro derecho positivo y en el de


todos los países del mundo, la compra-venta transfiere la
propiedad de la cosa, independientemente· del error cometido
por nuestro legislador, ya tradicional, cuando define este con-
trato como aquel por el cual "el vendedor se obliga a transferir
la propiedad de una cosa y el comprador a pagar el precio",
error que consiste en definir, no el contrato de venta propia-

-190-
,Art. 1265
mente hablando, que transfiere de inmediato, solo consensu, la
propiedad de la cosa objeto de la contratación, sino la promesa
bilateral de comprar y de vender. Por una razón de técnica
jurídica, el legislador patrio no incluye entre las obliga-
ciones del vendedor, cuando reglamenta el contrato de com-
pra-venta, la de hacer entrega de la cosa vendida al compra-
dor, porque tal materia había sido ya legislada en la teoría
general de las obligaciones, según se vé del texto del ar-
tículo 1161 del C. C., que es el siguiente: "En los contratos
que tienen por objeto la trasmisión de la propiedad u otros
derechos, la propiedad o derecho se trasmiten y se adquieren
por - efecto del consentimiento legítimamente manüestado;
y la cosa queda a riesgo y peligro del adquirente, aunque
la tradición no se haya verificado"; artículo que se comple-
menta con lo dispuesto en el artículo 1265 ejusdem, que
reza: "La obligación de dar lleva consigo la de entregar la
cosa y conservarla hasta la entrega. Si el deudor ha incu-
rrido en mora, la cosa queda a su riesgo y peligro, aunque
antes de la mora hubiere estado a riesgo y peligro del acree-
dor" Considera pues el Juzgador que la acción intentada
no tiene por objeto obligar al demandado a que cumpla en
hacer la tradición de la cosa mediante el otorgamiento del
respectivo título de propiedad, porque en tal caso, de la na-
rración del libelo, hubiera tenido necesariamente que des-
prenderse que el demandado no había cumplido con otorgar
dicho título, cuando, por el contrario, en el presente caso
se ha acompañado al libelo de la demanda el instrumento
protocolizado otorgado precisamente por el vendedor al de-
mandante, por lo que respecta a la parcela determínada en
ese instrumento. ZUIC2 de 17-3-61.

Art. 1266 Art. 1266


En caso de no ejecución de la obligación de hacer, el
acreedor puede ser autorizado para hacerla ejecutar él
mismo a costa del deudor.

Si la obligación es de no hacer, el deudor que contra-


viniere a ella quedará obligado a los daños y perjuicios
por el solo hecho de la contravención.

-191-
Art. 1266
JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA
l.-JTR. Vol. v, Pág. 690. Se entiende por obligación de hacer,
tal como la definió el profesor R. de Ruggiero, la realización
de una o varias acciones determinadas y lícitas, en rendir
servicios o hacer obras de diversa naturaleza, y en ellas dís-
tínguense las que tienen un carácter estrictamente personal,
en cuanto sólo pueden ser efectuadas por la persona del deudor
(en atención a sus cualidades personales o por la especial
situación en que se halla), y las que no tienen ese carácter,
pudiendo ser efectuadas con igual ventaja para el acreedor,
pudiendo ser autorizado el acreedor a obtener su cumplimiento
a expensas del deudor; y por obligación de dar se entiende
en la trasmisión de la propiedad u otro derecho real o en la
mera entrega de una cosa, en posesión, en uso o en depósito.
(V. su obra "Instituciones del Derecho Civil", traducción de la
411- edición italiana Instituto Editorial Reus, Tomo II, Págs.
34 r 35), o como lo aceptó el civilista P. Laurent, "obligación
de dar: comprende toda obligación que tiene por objeto una
causa, cualquiera que sea el objeto del contrato, ya se trate
de transferir la propiedad de la cosa, el uso o la posesión";
y la de hacer, la cual se resuelve en daños y perjuicios, en
caso de falta de cumplimiento del deudor; éste se obliga a
hacer una cosa para determinada persona. 17IC1 de 11-4-56.

2.-JTR. Vol. VII, tomo n, Pág. 1009. " ... La opción de venta
legítima y oportunamente ejercida por el comprador, tiene el
efecto de transferir a su provecho la propiedad de la cosa
objeto del contrato, y la sentencia que pueda recaer tendrá
un efecto exclusivamente declarativo". DFMSC1 de 29-10-59.

3. -Ahora bien, es principio de jurisprudencia que las obligaciones


de hacer son de una naturaleza especial, consistente en que
siendo más directa y poderosa la influencia de la voluntad del
deudor en su cumplimiento normal, puesto que éste ha de
consistir en un acto suyo, puede aquella voluntad rebelarse
en tales términos que su normal cumplimiento se haga imposi-
ble. En efecto, cuando se trata de la entrega de una cosa, es
fácil verificarlo aún contra la voluntad del deudor; pero al
tratarse de actos personales del deudor, no quedaría satis-
factoriamente cumplida la obligación sin la voluntad del mis-
mo, ya que no puede ser compelido a su ejecución, por el res-
peto guardado a la libertad humana y por la imposibilidad

-192-
'Art. 1266
material de imponerle la ejecución de los actos que rechaza.
Por ello, el cumplimiento exacto de estas obligaciones sólo
puede ser voluntario y no impuesto por la Ley, el Legislador
ha fijado normas supletorias que conduzcan a su cumplimiento,
las más apropiadas a satisfacer los derechos del acreedor.
En el caso concreto se pide el cumplimiento de una obligación
que consiste en hechos que requieren la voluntad del deman-
dado para ejecutarlos (tales como el señalamiento de los
sitios por donde debe ejercerse el derecho de servidumbre, re-
clamando, las obras necesarias para establecerlo); pero como
el demandado no puede ser compelido materialmente por la
fuerza física a ejecutar estos actos, por una parte y por la
otra, la Compañía actora no ha solicitado en el libelo la apli-
cación de las normas legales supletorias, previstas por el
Legislador en los casos de incumplimiento de la obligación
de hacer normas que no puede suplir el Tribunal por prohi-
bición expresa del artículo 12 del Código de Procedimiento
Civil, el Juzgador necesariamente tiene que declarar impro-
cedente esta demanda, porque aún en el caso de dictar sen-
tencia favorable a la aetora, el fallo sería inejecutable por los
motivos antes expuestos y violaría, en tal caso, la norma
general establecida por el artículo 162 del Código de Proce-
dimiento Civil para todas las decisiones judiciales. Diego
Arreaza 'Romero, págs. 76 y 77.
4.-Enel caso presente, como se trata de una promesa de sociedad,
que es una obligación de hacer, no es posible, jurídicamente,
compeler a una parte a que cumpla lo prometido, no quedando
a la otra parte que ha efectuado su compromiso otro recurso
que reclamar la indemnización de los daños y perjuicios deri-
vados del no cumplimiento de la otra parte. CSDF de 4-7-38,
Dr. Antonio Planchart, Jurisprudencia Anotada, págs. 20 y 21.

5.-JTR. Vol. XI, Pág. 403. "La obligación de otorgar un docu-


mento ante Oficina de Registro correspondiente no conlleva
necesariamente la ejecución forzosa de la misma. Es una
obligación cuyo cumplimiento puede ser suplido por el Juez
cuando éste decide que el fallo reemplace la escritura cuyo
otorgamiento ha sido demandado". DFMIC1 de 21-5-63.
6.-EI acreedor puede ser autorizado a ejecutar la obligación
a costa del deudor y esto es aplicable incluso a obligaciones
extra contractuales, debiendo venir dicha autorización de Juez
competente. Supo Seg. D. F. y E. M. 2 agosto 1962.

-193-
ArL 1266
7.-La obligación de poner al comprador en el goce pacífico de la
cosa comprada es una obligación de hacer y como tal, no puede
pedirse su ejecución en los Tribunales, pues a nadie se le puede
forzar a hacer algo si no quiere DFMSC2 de 7-5-62.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-Si es cierto que las obligacionees de hacer no pueden ser


objeto de ejecución forzosa, no por ello resultaría justo ni
legal privar al obligado del derecho de cumplirla voluntaria-
mente. G. F. T. 6, 2~ etapa, p. 136.
2.-Solicitar el cumplimiento de una obligación de hacer no es
inconstitucional; y si en el caso de negativa a cumplirla
voluntariamente, se ordenase ejecutarla en forma distinta a lo
previsto en el Art. 1266 C. C. sería esta disposición la infrin-
gida y no directamente algún mandato constitucional. G. F.
T. 8, 2~ etapa, p. 68. (En igual sentido G. F. NQ 9, 2~ etapa,
p. Q4).
3.-Solicitar el cumplimiento de una obligación de hacer no es
contrario a derecho; y en caso de negativa a cumplirla volun-
tariamente el obligado, procede su ejecución en la forma
prevista en el Art. 1266. G. F. T. 30, p. 353.
4~-----.La venta es perfecta desde que las partes están de acuerdo
en la cosa y en el precio (artículo 1161 del Código Civil).
El acta contentiva del contrato es apenas la prueba del mismo,
y su registro, el requisito necesario para que surta efecto
contra terceros. Si el contrato existe, pero falta el documento
que lo contiene, al Juez tan sólo corresponde comprobar' su
existencia, y al hacerlo, el fallo reemplazará el acta. No se
trata, pues, de una obligación para cuyo cumplimiento se
requerirá ocurrir a la violencia, porque sólo el deudor puede
cumplirla personalmente; trátase, en efecto, de una decla-
ración extraña al consentimiento de las partes, puesto que ya
éste existe ,yen la que el Juez se sustituye al vendedor con
el único objeto de proveer al comprador de un título. Que tal
declaración se solicita en el libelo, o posteriormente en eje-
cución de fallo, nada tiene que ver con lo constitucional del
pedimento, porque ella es la consecuencia natural del re-
conocimiento de la existencia del contrato, contenido en el
fallo que así viene a constituir su prueba. G. F. NQ 2,
2l/o etapa, Vol. n, Págs. 54 y 55. Sent. del 27-7-55.

-194-
Art. 1266
NOTA DEL AUTOR
Nuestra legislación está falla en materia de obligaciones "de
hacer" o "de dar". Son muchas las situaciones que se pre-
sentan, en la relación diaria entre ciudadanos, que requieren
que tales obligaciones de hacer o de dar sean cumplidas en
especie o los actos realizados por el obligado y su no cumpli-
mento, en muchos casos, no pueden ser sustituidos por "daños
y perjuicios". En otros países, v. g. Estados Unidos y Gran
Bretaña, existe la institución del "injunction" o sea orden judi-
cial del Juez o Corte al ciudadano ordenándolo hacer o dar o
no hacer o no dar, o abstenerse de ejecutar determinado acto
o de ejecutarlo, cuyo incumplimiento acarrea pena de cárcel al
renuente no en virtud de no hacer, sino por el hecho de Irres-
petar la orden judicial. .En futuras reformas al Código se
podría pensar en incorporar a nuestra legislación esa insti-
tución.

Arto 1267 Art. 1267


No se permite ni es válida la estipulación según la cual
una persona se comprometa a no enajenar ni gravar inmue-
bles determinados, por virtud de una negociación de présta-
mo como hipoteca.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA
l.-JTR. Vol. VI, tomo 1, Pág. 655. Con la estipulación en examen,
los causantes del deudor J. R. C. y del comprador del inmueble
hipotecado doctor S. V. B., en ninguna forma se comprome-
tieron a no enajenar ni gravar el inmueble que hipotecaron en
garantía del préstamo recibido. Lo que estipularon fue sola-
mente la pérdida del beneficio del término, en caso de enaje-
nación o gravamen sin el previo consentimiento del acreedor,
dado por escrito, que es circunstancia distinta de la de haberse
obligado a no enajenar ni gravar. Habiéndose realizado la
venta del inmueble hipotecado con fecha 5 de noviembre de
1956, sin el consentimiento del acreedor hipotecario, es evi-
dente, conforme a lo pactado por los causantes del deudor y
del comprador del inmueble hipotecado, que el deudor perdió
los plazos, por lo cual la obligación derivada del préstamo
es exigible y procedente, consecuencialmente, la ejecución
hipotecaria. 1IIC2 de 22-2-57.

-195-
Art. 1268
Art. 1268

El acreedor puede pedir que se destruya lo que se haya


hecho en contravención a la obligación de no hacer, y puede
ser autorizado para destruirlo a costa del deudor, salvo el
pago de los daños y perjuicios.

Art. 1269 Art. 1269

Si la obligación es de dar o de hacer, el deudor se cons-


tituye en mora por el solo vencimiento del plazo establecido
en la convención.

Si el plazo vence después de la muerte del deudor, el


heredero no quedará constituido en mora, sino por un re-
querimiento u otro acto equivalente; y únicamente ocho
días después del requerimiento.

Si no se establece ningún plazo en la convención, el


deudor no quedará constituido en mora sino por un requeri-
miento u otro acto equivalente.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

L-JTR. Vol VIII, Pág. 653 " ... es procedente la excepción


de plazo pendiente cuando los herederos del emitente de un
pagaré no han sido constituidos en mora conforme a las pres-
cripciones del Art. 1269 C. C ... ". DFMIM2 de 19-9-60.

Art. 1270 Art. 1270

La diligencia que debe ponerse en el cumplimiento de


la obligación, sea que ésta tenga por objeto la utilidad de
'una de las partes o la de ambas, será siempre la de un
buen padre de familia, salvo el caso de depósito.
Por lo demás, esa regla debe aplicarse con mayor o
menor rigor, según las disposiciones contenidas, para ciertos
casos, en el presente Código.

-196-
Art. 1270
JURISPRUDENCIA DE CASACIüN

l.-El artículo 1270 del Código Civil señala la diligencia que


observa un buen padre de familia como norma en el cumpli-
miento de las obligaciones contractuales, y en el caso de la
recurrida aparece que no la observó la demandada por el envío
tardío a la aetora de los muestrarios, listas de precios, etc.
Sentencia de 13-5-58, G. F. NQ 20, 2fl. etapa, p. 162.

Art. 1271 Art. 1271


El deudor será condenado al pago de los daños y per-
juicios, tanto por inejecución de la obligación como por el
retardo en la ejecución, si no le sea imputable, aunque de
su parte no haya habido mala fe.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. VII, tomo 1, Pág. 682. "La plusvalía no es un con-


cepto hipotético y conjetural si no un aspecto de la valoriza-
ción de los bienes, obtenidos sin intervención del propietario,
que puede ser comprobado, aun cuando su monto exacto sea
materia de experticia complementaria". DFMSC2 de 12-11-59.

2.-JTR. Vol. X, Pág. 187 " ... si bien la plusvalía es circunstan-


cia que puede constituir perjuicio a la parte que se ve privada
de la cosa objeto del contrato incumplido, ha de ser com-
probada cuando se aspire a la indemnización aun cuando su
monto sea determinado por medio de una experticia comple-
mentaria". DFMSC1 de 4-6-62.

3. -" ... el análisis concatenado (de los artículos 1271 y 1272 C. C.)
conduce a la conclusión de que la causa extraña no imputable,
viene a ser el género dentro de la teoría de la exención de
responsabilidad, y el caso fortuito y la fuerza mayor, junto
con otras circunstancias; la culpa del acreedor, el hecho de
tercero, la pérdida de la cosa debida, resultarían las especies
comprendidas dentro de aquél. En razón de ser de la libera-
ción del obligado en estos casos, resulta la ausencia de culpa
... y en los supuestos pautados faltaría la imputablidad ..".
la carga de la prueba de ... los eximentes, toca al deudor ....

-197-'-
Art. 1271
La doctrina y la jurisprudencia exigen para que puedan pros-
perar estas defensas, los siguientes requisitos 1) tiene que
'existir una imposibilidad absoluta de cumplimiento por un
hecho acaecido con posterioridad al nacimiento de la obliga-
ción; 2) este hecho debe ser imprevisible; 3) no puede mediar
culpa del deudor ... ". Supo Seg. D. F. y E.,M. 28 enero 1963.

4.-Véase Art. 1167, cita NQ 11.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

1.-" ... es máxima universal. .. que el género no perece (genera


non pereunt), que en aplicación de esta máxima, si quien
estaba obligado a proveerse de cosas determinadas sólo en su
genero no puede haberlas en cierto lugar o país por fuerza
mayor, este hecho no lo exime de la obligación de proveerse en
otros centros de producción del mismo género, aún a costa de
dificultades y gastos mayores ... ". Fed, 5-12-44.

2.-No es causa extraña, según el Art. 1271 C. C., el no enviar en


momento oportuno los muestrarios, listas de precios, etc. Es
causa imputable a la parte contratante. G. F. NQ 20, p. 162.

Pid. 1272 ArL 1272

El deudor no está obligado a pagar daños y perjuicios,


cuando, a consecuencia de un caso fortuito o de fuerza
mayor ha dejado de dar o de hacer aquello a que estaba
obligado o ha ejecutado lo que estaba prohibido.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

1. -" ... Nuestro Código en el Art. 1271, nos habla de causa exter-
na y en el Art. 1272 no menciona sino el caso fortuito y la
fuerza mayor, y en este sentido sigue el camino pautado por
las legislaciones extranjeras. En realidad, el Art. 1271 esta-
blece el principio general, la causa externa es el género, entre
cuyas aplicaciones específicas se encuentran el caso fortuito y
la fuerza mayor, aunque existen también otras circunstan-
cias aparte de ellos que también deben considerarse como causa
externa que exima de responsabilidad al deudor del cumpli-

-198-
Art. 1272
miento de sus obligaciones convencionales. En realidad, den-
tro del concepto de causa externa, deben incluirse no s610 el
caso fortuito y la fuerza mayor, sino también otras circuns-
tancias, entre las cúales es preciso mencionar el hecho de un
tercero, siempre que el deudor no sea responsable de ese
tercero; el hecho del propio acreedor que haya convertido en
imposible la ejecución, siempre y cuando no haya habido falta
del deudor; el hecho del Príncipe (impedimento) que resulta
de una orden o de una prohibición por parte de la autoridad
pública ... y la pérdida de la cosa debida sin falta del deudor •..
(pero) no basta la simple demostración de una causa externa
para que el deudor se considere eximido de su obligaci6n ...
(ella) debe reunir dos características debe producir la imposi-
bilidad absoluta de ejecución, no bastando una simple im-
posíbíldad relativa, es decir, que se trate de una imposibilidad
absoluta en la ejecución y no tan sólo que ésta se haya hecho
más difícil; ... debe ser exclusiva la intervenci6n... (y) no
puede ser causa externa aquélla que ha podido ser prevista
por el deudor ... ". DFMIM2 de 9-1-61.

Art. 1273 Art. 1273


Los daños y perjuicios se deben generalmente al acree-
dor, por la pérdida que haya sufrido y por la utilidad de
que se le haya privado, salvo las modificaciones y excep-
ciones establecidas a continuación.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. III, Pág. 107. En cuanto a los daños que díee le
han sido causados por la resolución unilateral del mismo
(contrato) por parte de la empresa demandada, observan los
sentenciadores que los Tribunales especiales del trabajo han
decidido en diversas oportunidades que los daños y perjuicios
ocasionados a un trabajador por la ruptura unilateral del
contrato de trabajo celebrado por tiempo determinado, por
culpa de la empresa, antes de la expiración del término con-
venido no podrían ser otros que los equivalentes al monto de
los sueldos o salarios que deje de percibir el trabajador durante
los meses que falten para la terminación del contrato; pero tal
criterio ha sido modificado sustancialmente por nuestra Corte

... 199 ....


Art., 1273
Federal y de Casación (Sala de Casación) en sentencia de
fecha 24 de octubre de 1950, y cuya doctrina consiste en la
circunstancia de que no habiendo en nuestro ordenamiento
-Iegal del trabajo disposiciones que regulen la materia de daños
y perjuicios en dichos contratos, ella debe regirse en todo caso
por los principios del derecho común, debiéndose en consecuen-
cia, probar tanto la causa o ruptura del contrato laboral, como
la existencia real de tales daños y perjuicios y sus causas, todo
en conformidad con lo establecido en los artículos 1273, 1274
Y 1275 del Código Civil, debiéndose considerar únicamente
aquellos que sean consecuencia inmediata y directa de la falta
de cumplimiento de la obligación. DFST2 de 18-11-53.

2.-J'fR. Vol. X, Pág. 183 " ... no habiendo demostrado el actor


el dolo del deudor en el incumplimiento de las prestaciones
contractuales, los daños y perjuicios resarcibles son única-
mente aquellos previstos o que hubieren podido proveerse en
el momento de la celebración del contrato ... ". DFMIM2
de 8-1-62.

Art.1274 Art. 1274

El deudor no queda obligado sino por los daños y per-


JUIcios previstos o que han podido preverse al tiempo de la
celebración del contrato, cuando la falta de cumplimiento
oe la obligación no proviene de su dolo.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. VII, tomo 1, Pág. 686. "No exige la ley que los
daños y perjuicios hayan sido previstos en un monto exacto.
Lo requerido es que los perjuicios no excedan de lo normal,
dada la naturaleza y características del contrato, esto es, 10
que fundamentalmente pudieron haber tenido en cuenta las
partes al establecer el vínculo jurídico que las liga". DFMSC2
de 12-11-59.

2.-El acreedor necesariamente está obligado a demostrar la


real existencia de los daños, pues de no hacerlo sería imposible
aplicar las normas contenidas en los Arts. 1274 y 1275 C. C.
DFMSC2 de 7-5-62.

-200-
1\rt.1274
JURISPRUDENCIA DE CASACION
l.-Según el Art. 1274 C. C. el deudor no queda obligado sino
por los daños y perjuicios previstos o que hayan podido
preveerse al tiempo de la celebración del contrato, cuando la
falta de cumplimiento de su obligación no proviene de su dolo.
La diferencia que esa disposición plantea entre el contratante
doloso y el meramente culposo, no exime al último de respon-
sabilidad por lucro cesante. Sent. del 18 junio 1963.

2. -La violación del Art. 1274 C. C. -<por contener bases funda-


mentales que el legislador ha fijado como norma para con-
denar por daños y perjuicios- acarrea casación cuando los
jueces lo traspasan o alteran. M. 1936, p. 383.

Art. 1275 Art. 1275


Aunque la falta de cumplimiento de la obligación resul-
te de dolo del deudor, los daños y perjuicios relativos a la
pérdida sufrida por el acreedor y a la utilidad de que se le
haya privado, no deben extenderse sino a los que son con-
secuencia inmediata y directa de la falta de cumplimiento
de la obligación.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-El que no ha cumplido con su obligación está obligado a


reparar a la otra todos los daños y perjuicios que este incum-
plimiento le haya ocasionado. Pero la responsabilidad surge
de la mora, del incumplimiento parcial y del defectuoso.
Ahora bien, el que demanda debe probar: a) existencia de un
contrato, pues si no hay contrato, no puede hablarse de daños
y perjuicios contractuales; b) incumplimiento culposo; pero de
conformidad con el Art. 1271 C. C. el deudor está exonerado
por inejecución de la obligación como del retardo en la
ejecución de la obligación, cuando prueba que la inejecución
o el retardo provienen de causa extraña que no le sea imputa-
ble; c) la existencia del daño, y que exista la relación de
causalidad entre el incumplimiento y el daño, relación de
causalidad exigida expresamente por el Art. 1275 C. C., y d)
que el deudor esté constituido en mora. DFMSC1 de 8-10-62.

-201-
Art. 1275
2.-"En el caso de autos, la pretensión del actor no es contraria
a derecho ... (es) el lucro cesante ... y ajustado al Art. 1275
... (el hecho de que el defensor del no presente, Art. 417 C. C.
no compareciera al acto de contestación de la demanda) causó
confesión ficta ... ". (Nota del Autor: Esta sentencia de la
Corte Supo Primera del D. F. Y E. M. de 21 de septiembre
1960, asume una posición contraria a lo sostenido por el autor
en la nota al Art. 417 de la presente obra, o sea, que en con-
cepto de la Corte, el Defensor del no presente, al tenor del
Art. 417 C. C. si puede incurrir en confesión fieta).

JUR!SPRUDENCIA DE CASACION

l.-En la aplicación del (hoy) Art. 1275 C. C. debe considerarse


si el incumplimiento arrastra íntegramente todo el contrato,
quedando de una vez privada la otra parte de todos los bene-
ficios y utilidades que le corresponden, o si se trata del in-
cumplimiento parcial que no afectan el contrato en su totalidad
(por posibilidad de cumplimiento sucesivo). En uno y otro
caso no es posible confundir las consecuencias que resulten
de la in ejecución ni establecer paridad en los perjuicios que
se deriven de ellos. M. 1936, p. 383.

2. --Siendo la acción de daños y perjuicios de naturaleza personal,


no puede entenderse comprendida en la enajenación del bien
afectado por el· hecho ilícito, sin que haya mediado cesión
expresa por parte de la víctima, a menos que el legi-
timado activo sea sucesor a título universal de esta última.
Sent. 10 agosto 1961.

Art. 1276 Art. 1276

Cuando en el contrato se hubiere estipulado que quien


deje de ejecutarlo debe pagar una cantidad determinada
por razón de daños y perjuicios, no puede el acreedor pedir
una mayor, ni el obligado pretender que se le reciba
una menor.

Sucede lo mismo cuando la determinación de los daños


y perjuicios se hace bajo la fórmula de cláusula penal o
por medio de arras.

-202-
Art. 1276
COMENTARISTAS PATRIOS

Kummerow, Gert, "LA FUNCION RESARCITORIA DE


LAS ARRAS", Fundación Rojas Astudillo, 1961.

1) Fijación de los límites del resarcimiento

Comprendida desde un ángulo rigurosamente técnico,


la llamada "seña confirmatoria" adopta la naturaleza de
una verdadera cláusula penal con modalidades particulares.
De admitirse este criterio básico, el tratamiento normativo
que habrá de dársele, empalma con el que se confiere a la
liquidación anticipada de los daños que la conducta con-
traria a la prescrita en la norma creada por el contrato
provoque en el patrimonio del responsable.

Sin embargo la elaborada construcción que la doctrina


tradicional ha sentado en torno al concepto promueve en
la actualidad -al menos en el derecho venezolano- serios
problemas interpretativos.

Dentro de la topografía trazada por el CC venezolano,


la norma contenida en el Art. 1263 apenas resulta un caso
especial de la cláusula penal. Por otra parte, el tratamien-
to indistinto que se confiere a las consecuencias jurídicas
tanto de la cláusula penal como de la seña (confirmatoria)
(art. 1276 CC) responde al mismo plan del CC italiano de
1865 (arts. 1217 y 1230) del que los preceptos mencionados
son transcripciones textuales, con escasas variantes que no
inciden en su contenido. El ordenamiento jurídico venezo-
lano no regula positivamente, por lo tanto, más que la "seña
confirmatoria" (según la terminología de Ricci) asimilada a
la cláusula penal. Ello, desde un punto de vista descripti-
vo, facilita en alto grado la labor de explicación teórica
en el marco de la doctrina general del contrato.

La aludida ubícacíón de la 'seña confirmatoria" no


destruye, sin embargo, la profunda analogía que la natu-

-203'-
Art., 1276
Ialeza de la sancion construída por la voluntad coinciden-
te de los contratantes pueda guardar con las "arras peni-
tenciales". Entre otras su carácter material (suma de di-
nero o de cosas fungibles) su aplicación a los negocios ju-
rídicos bilaterales por constituir una garantía recíproca
(y, por tanto, aprovechable por el obligado y el preten-
sor), y el carácter de la relación constitutiva: negocio real
cuya existencia depende de la efectiva tradición de la co-
sa por el dador.

La ubicación dentro del cuadro normativo del dere-


cho venezolano apareja un conjunto de consideraciones
marginales que ocupan otro lugar en esta exposición. Ta-
les consideraciones resultan del contacto que su estructu-
ra guarda con la cláusula penal. En esta forma, como san-
ción vinculada a la conducta antijurídica del incumplien-
te, la seña confirmatoria sólo resulta restituíble o puede
ser retenida, cuando en esa conducta se localiza el elemen-
to "culpa". Dicho en otra forma, sólo en los supuestos en
que el acto imputable al sujeto incumpliente constituya
una condición para que actúe la sanción dirigida contra
su patrimonio, funciona cabalmente la norma contenida
en el arto 1263 CC venezolano. El carácter sancionador de
las arras perfila, al propio tiempo, la evidente escisión que
se descubre con el derecho de opción exclusivo de las arras
penitenciales y que conforma una auténtica obligación fa-
cultativa. La constante resulta asimismo perceptible en
otros sistemas actualmente vigentes (CC brasileño, arto
1097. BGB, par. 338 (1 parte); CC italiano de 1942, arto
1385).

2) El problema de las arras como límites del resarcimiento.

A) Examen de la hipótesis del incumplimiento.

El examen de la construcción del precepto norrnado


en el arto 1263 CC venezolano y, en particular, en el arto
1276 del mismo texto, y la ostensible asimilación de las

-204 ....
Art. 1276
consecuencias predispuestas en el plano legislativo para
la cláusula penal, muestra a la "seña confirmatoria" como
una anticipada determinación del monto de los daños y
perjuicios imputables a la conducta antijurídica del obli-
gado. Como tal límite, el legitimado activo en la relación
resarcitoria no podría, en principio, exigir una cantidad
mayor ni el obligado pretender que se le reciba una menor.

La misma concordancia de las normas aplicables hace


ineficaz la acumulación de los daños y perjuicios con la
'pérdida de la seña o su restitución doblada, y la reclama-
ción simultánea de la obligación principal y de la "seña",
a menos que se la hubiere estipulado por el simple retar-
do (arg. CC venez. arts. 125 y 1263).

Sin embargo esta conclusión aparentemente sencilla


no ha sido aceptada rigurosamente por la tesis tradicional.
Por una parte, la acumulación de las arras y de los daños
y perjuicios se ha admitido, por alguna parcialidad, en los
casos de convenio expreso entre las partes (Chironi). Por
la otra, una vertiente de opinión, con propósitos concilia-
dores no disimulados, acepta la posibilidad de reclamar el
remanente de los daños causados cuando el monto de la
seña no cubre la totalidad del perjuicio efectivamente su-
frido. Estos puntos de vista carecen, no obstante, de fun-
damento de validez lo que obliga a rechazarlos, al menos
en nuestro ordenamiento positivo.

El anterior proceso discursivo, en consecuencia, obli-


ga a disponer las consecuencias previstas en el arto 1263
CC venezolano, no en forma aislada, sino en concordancia
con los dispositivos técnicos comprendidos en la regula-
ción normativa general de las obligaciones, cuya virtuali-
dad no desaparece con la incidencia del precepto. La dis-
posición fundamental que rige la sanción, conectada a la
hipótesis del incumplimiento del contrato bilateral, pre-
ceptúa que la parte no incumpliente puede optar por de-

-205-
Art. 1276
mandar la ejecución del convenio o la resolución del mis-
mo "con los daños y perjuicios en ambos casos si hubiere
lugar a ello" (CC., arto 1167). Frente a la vigencia de las
arras confirmatorias, los daños y perjuicios, en principio,
hallarían una enérgica limitación en su cuantía, a la can-
tidad dada en concepto de seña (CC., arto 1263, 1~ parte,
conc., arto 1276) dado el coincidente avalúo prefijado por
los intervinientes en el negocio constitutivo, y cuyo meca-
nismo opera de modo diferente cuando el legitimado de
la reparación es el dador o el accípíens, Pero la concate-
nación de la trilogía normativa citada (CC., arts. 1167, 1267
Y 1276) arroja un saldo de observaciones que se separan
del principio genérico. En primer término, la sanción en-
lazada al acto antijurídico (incumplimiento), y que se con-
trae a la pérdida de las arras o a su restitución duplicada,
rparentemente se realiza en el supuesto de que el acree-
dor demande la resolución del contrato o se limite a con-
siaerarlo resuelto reteniendo la cantidad o aceptando el
doble de la entregada. La admisión de este aserto condu-
cida a descartar un predicado similar cuando el acreedor
opte por pedir el cumplimiento de la prestación principal.
Serían, entonces, las disposiciones genéricas (art. 1167 CC
venezolano, en particular) las que presidirían la aplica-
ción del acto coactivo contra el patrimonio del infractor
y el cual se resolvería en la reparación integral de los da-
bos y perjuicios experimentados efectivamente. En segun-
00 lugar, la asimulación de las arras confirmatorias a la
cláusula penal, impediría la acumulación de la pena con
1Ft prestación, salvo cuando se la estipula por simple retar-
do (arg. arto 1258 CC venez.), con lo que en el terreno prác-
tico, se le impone al pretensor un problema previo de elec-
ción entre demandar el cumplimiento renunciando a las
arras, o pedir la resolución reteniendo la seña recibida o
reclamando el doble de la dada.

Las arras, así -y para las posturas tradicionales-


adoptan una duplicidad de función acorde con la facultad

-206-
Art. 1276
de optar por pedir el cumplimiento de la prestación o la
resolución del contrato, conferida a la parte no incum-
pliente.

En Italia, la cuestión, planteada durante la vigencia del


ce de 1865, recibió una respuesta coincidente de la doctri-
na y la jurisprudencia por el trasplante de los principios
aplicables tanto a la resolución como al cumplimiento de
los contratos.

La resolución tiende a restablecer la situación patri-


monial alterada por el incumplimiento culpable, y se con-
solidaría -mediante la seña- con el prefijado resarci-
miento de los daños y perjuicios. En la relación jurídica
creada por el pacto, la resolución desempeñaría el papel
de la condición a la que se subordina la adquisición defi-
nitiva de la propiedad de la cantidad entregada en arras,
o el deber de devolverla doblada. En cierto modo la mayor
ventaja de la constitución de la garantía reside en la eli-
minación de las dificultades inherentes a la prueba de los
daños en juicio, por cuanto la verificación del hecho anti-
jurídico provocaría la actuación de la norma sancionado-
ra aunque el demandado demuestre que no se causó per-
juicio alguno.

Los anteriores conceptos permiten el tratamiento de


la seña confirmatoria desde dos sentidos diversos:

a) La demanda por cumplimiento del contrato ga-


rantizado no agota la facultad de reclamar la reparación
de la totalidad de los perjuicios causados al patrimonio
del preten.sor por el acto antijurídico imputable al íncum-
pUente, aún cuando el "quantum" de los daños resarcibles
supere el límite de la prefijada determinación contenida
en la seña. En este caso, se logra la actuación simultánea
de todo el complejo normativo regulador del resarcimien-
to de los daños y perjuicios contractuales, y corresponde-

-207-
Art. 1276
ría al actor demostrar tanto el daño como su realidad y
los demás elementos condicionantes de la responsabilidad
civil contractual.

b) La demanda por resolución del contrato circunscri-


be el "quantum" de los daños a la cantidad limitada por
la seña confirmatoria, por aplicación del art. 1276 CC (con
la indudable ventaja para el legitimado activo antes se-
ñalada) .

El CC italiano de 1942 eliminó en el arto 1385 in fine,


las justificables dudas que pudo promover el arto 1230
del Código derogado. Pero los alcances de la nueva nor-
ma sancionadora del incumplimiento penetran más allá
de los criterios solutivos expuestos, al conferir al preten-
sor una triple opción: a) Rescindir el contrato reteniendo
la señal (en cuyo caso actúa como pacto comisorio), o re-
clamando la seña entregada y otro tanto; b) Demandar la
ejecución del contrato y la indemnización de los daños y
perjuicios conforme a las normas generales; e) Demandar
la resolución del contrato y la reparación de los daños y
perjuicios efectivamente causados, asimismo, conforme a
las normas generales sobre resarcimiento, facultad que
compete sólo al contratante no culpable.

B) Examen de las hipótesis de cumplimiento y de resolu-


ción por mutuo disenso o por causa extraña.

Si la realización de la condición prevista en la norma


contractual produce las consecuencias sancionadoras ano-
tadas en la sección anterior, la no ocurrencia de tal even-
to (o la desaparición de los elementos configuradores del
acto antijurídico) destruye la finalidad específica atribuí
da a la seña confirmatoria.

Tratada en el mismo rango de la cláusula penal, la


seña confirmatoria presenta aquí una mejor posibilidad
de examen,porque la base de sustentación de las hipótesis

-208-
Art. 1276
propuestas en el encabezamiento arrancaría necesariamen-
te la desaparición de la finalidad de la garantía, o de los
casos de extinción del deber de resarcir por causas no im-
putables a la conducta del deudor.

Esquemáticamente las situaciones jurídicas serían

a) El contrato adquiere vigencia y es normalmente


cumplido de modo voluntario. Lo dado en calidad de arras
se restituirá al dador. En el caso de los contratos con pa-
go escalonado o diferido, un sector de la doctrina admite
la imputación de las arras a la última cuota siempre que
la naturaleza de éstas lo permita y que la voluntad de los
intervinientes en la relación oblígacíonal. les "imprima ese
destino. Tal efecto lo produciría (al menos en el sistema
venezolano) el precepto edificado por lo voluntad concor-
dante de las partes y no un dispositivo técnico incrustado
en el plano legislativo. En sí misma esta subhipótesis refe-
rida al cumplimiento de las pretensiones, de modo volun-
tario, involucra la no realización de la condición a la que
se subordinó la adquisición de la seña o su restitución du-
plicada.

b) El contrato adquiere vigencia mas, antes de ser


integralmente cumplidas las prestaciones, pierde eficacia
por decisión de ambos contratantes. La actuación disiden-
te de las partes deja sin efecto la norma creada (resolu-
ción por mutuo disenso). Tal hipótesis acarrea la restitu-
ción de las arras por quien las recibiera en el estado en
que se halle la garantía y en forma pura y simple. En la
vertiente opuesta permanecería el incumplimiento por vo-
luntad unilateral que conformaría la condición específi-
ca para la aplicación de la sanción.

e) El contrato adquiere vigencia, pero su cumpli-


miento no se consuma por causas extrañas a la conducta
de los contratantes (caso fortuito o fuerza mayor ... ). Los
efectos que normalmente se adscriben a la verificación de

-209-
Art. 1276
la causa extraña residen en la ruptura del nexo causal que
liga la conducta dañosa y el perjuicio, tornando imposible
la configuración del deber jurídico de reparar a cargo del
obligado. Extinguido el deber jurídico desaparece la base
fundante de la garantía. Las arras confirmatorias de-
ben ser restituídas al dador. Los mismos resultados pue-
den aplicarse cuando la obligación contractual se extingue
por la verificación del evento erigido en condición reso-
lutoria por las partes.

3) Conclusiones.

El examen técnico del mecanismo cumplido en un de-


terminado sistema normativo por las arras confirmatorias
-y la explícación se refiere al ordenamiento jurídico ve-
nezolano, en particular- nos permite formular el siguien-
te balance cuya importancia se plasma en las observacio-
nes a que se consagra la sección final del trabajo:

A) En el ordenamiento jurídico-positivo venezolano


las "arras confirmatorias" desempeñan una misión similar
a la cláusula penal al menos desde el ángulo sancionador
que ellas cumplen.

B) En este mismo sistema, y en la mayoría de las le-


gislaciones actualmente en vigencia, las arras confirma-
torias desempeñan la función de una prefijada liquidación
de los daños y perjuicios exigibles por el pretensor, una
vez que se conforma la hipótesis constitutiva del acto an-
tijurídico. Por tanto, en principio, el legitimado activo en
la relación resarcitoria no podría exigir una suma mayor,
ni el obligado pretender que se le reciba una menor. (Arg.
arto 1276).

C) La consecuencia anterior .no es aplicable cuando


el contratante no culpable demanda la ejecución del con-
trato. Descartada la vía de la resolución, el actor podría
exigir la ejecución de la obligación principal en lugar de

-210-
Art. 1276
la pena (art. 1259 ce.). Si el pretensor demanda judicial-
mente la ejecución, tendría derecho de reclamar la inte-
gridad de la reparación siempre que el deudor esté consti
tuído en mora.

D) En el ordenamiento jurídico venezolano no se da


expresamente entrada a la seña penitencial. La seña peni-
tencial puede, sin embargo, configurarse con efectos aná-
logos a los estatuídos en algunas legislaciones extranjeras
mediante la creación de un dispositivo contractual a tra-
vés de los recursos permitidos por la autonomía privada.

En nuestro sistema positivo una cláusula sancionado-


ra del derecho de retractación en tal sentido, desempeña
su función más práctica en los convenios celebrados para
el suministro de créditos pagaderos en sumas periódicas,
en los cuales el arrepentimiento del obligado -sobre to-
do- acarrearía perjuicios patrimoniales difíciles de cal-
cular.

Ahora bien, en el plano reducido del pre-contrato, en


ocasiones resulta difícil, sin recurrir a una minuciosa in-
dagación de la voluntad de los contratantes, calificar la
norma sancionadora creada dentro del rubro de la seña pe-
nitencial según la terminología y el significado que le im-
prime la doctrina tradicional y los grupos legislativos ma-
nejados hasta ahora en el curso del trabajo, o -aún más-
dentro del rubro de la seña confirmatoria asimilable de
la cláusula penal. De una parte los obstáculos más enér-
gicos provienen de la definición del derecho de retracta-
ción, por cuanto si al término se le atribuye el sentido de
un mecanismo dirigido a provocar la resolución del con-
trato por voluntad unilateral del obligado, o del preten-
sor, se confundiría con la inejecución de la obligación
creada. De allí que la función interpretativa del organis-
mo jurisdisccional despliegue singular relevancia.

-211-
Art. 1276
V-INFERENCIAS PRACTICAS DE LA DACION
DE ARRAS

La sección final del trabajo se contrae a una investi-


gación sobre las implicaciones prácticas de las arras como
garantía del cumplimiento de las prestaciones engendra-
das por el negocio jurídico. Del temario se ha juzgado con-
veniente extraer los casos que rozan algunas cuestiones
laterales de la materia. No se alude, por tanto, a los pro-
blemas que, tratados en forma particularizada a menudo,
encajan en el esquema precedente.

1) Las arras y el contrato preliminar.


Las siguientes consideraciones se resuelven dentro de
un ámbito delimitado: el del contrato preliminar, caso típi-
co de formación progresiva de derechos y de deberes jurí-
dicos por la voluntad coincidente de dos o más sujetos.
1\1ediante el contrato preliminar (pre-contrato, promesa
de contratar, compromiso ... ). Los términos objetivos que
constructivamente toman parte en la creación de la rela-
ción obligacional, crean el dispositivo adecuado para esti-
pular otro contrato (futuro). El núcleo objetivo del con-
trato preliminar resulta, así, la promesa de concluir el con-
trato definitivo que vinculará a los mismos intervinientes
de la relación preliminar. En razón de su estructura (y
especialmente por estar dotado de un objeto definible y en
cierto modo autónomo), el preliminar es un contrato pre-
paratorio, 10 cual conceptualmente descarta cualquier asi-
milación de la figura a un contrato imperfecto o a un apén-
dice del convenio definitivo a ser concluído.

El contrato preliminar puede, asimismo, considerarse


como preparatorio de cualesquiera de las especies típicas
de la convención (consensual, real o solemne), según la
clasificación tradicionalmente recogida en el sistema nor-
mativo y en la doctrina. Como contrato, el preliminar
crea situaciones jurídicas generadoras de deberes a cargo

-212-
Art. 1276
de los estipulantes, el principal de los cuales se refiere a la
obligación de contratar (hacer) que una teoría, en vías
de franca superación, entendió como obligación inejecutable.

Las arras, en el contrato preliminar, desarrolla una


importante misión de garantía de esta última obligación
en dos sentidos distintos:

a) Como respaldo, por igual, de ambos contratantes


en el cumplimiento de las respectivas prestaciones;

b) Como liquidación de los eventuales daños produ-


cidos por el incumplimiento de la obligación a contratar.

La finalidad de garantía, conforme se observa, se cum-


ple por igual en el contrato preliminar y en el contrato
definitivo. No obstante la aplicación de la sanción contrac-
tualmente erigida por medio de las arras en la forma de
anticipada liquidación de los daños y perjuicios contrac-
tuales habrá de referirse sólo a uno de los aspectos de la
problemática analizada, al tratamiento de la seña como caso
particularizado de la cláusula penal.

Resulta evidente que, ante la hipótesis del incumpli-


miento de la obligación de contratar asumida, el pretensor
puede optar entre demandar la resolución del preliminar
(caso menos frecuente), en cuyo caso la función resarcito-
ria de las arras desempeña su cometido; o pedir la ejecu-
ción del convenio lo que en sí mismo sugiere el punto de
partida de una de las cuestiones controversiales más agu-
das, planteada en la teoría tradicional sobre la siguiente
interrogante: ¿es susceptible de ejecución específica la pro-
mesa de contratar?

Si se adopta una postura radicalmente adversa, el in-


cumplimiento de la obligación de concluir el futuro con-
trato se resolvería únicamente a través de la indemnización
de daños y perjuicios realmente sufridos por el promitente

-213-
Art. 1276
(Pothier). En presencia del pacto constitutivo de arras,
el quantum de la indemnización quedaría reducido a la
cantidad prefijada por las partes. Pero esta postura se
traduce en la liquidación de toda posible opción, por el
pretensor, de la ejecución específica de la obligación, dado
el carácter infungible que se le asigna.

Prescindiendo de las posiciones catalogadas como in-


termedias (Fagella, entre otros), la vertiente opues-
ta de la doctrina suscribe sin reservas la posibilidad de
lograr la ejecución forzada en forma específica del contrato
preliminar. Aun admitiendo que el pronunciamiento del
organismo jurisdiccional no pueda suplir el "querer" (vo-
luntad de concluir el contrato definitivo) no expresado por
el incumpliente, ni el contrato definitivo, la sentencia cons-
truiría el derecho al cual se tiende mediante la estipulación
del convenio preliminar. En otros términos, si bien la
ejecución forzada en forma específica resulta inadmisible
en cuanto a la suplantación del querer del obligado (por
ser una obligación infungible) la estructuración del dere-
cho por el fallo resultaría admisible, con lo cual la facultad
de optar entre la resolución del contrato preliminar y la
ejecución específica que corresponde al pretensor no in-
cumpliente, se trasladaría con todas sus implicaciones a las
soluciones presentadas respecto del incumplimiento del
contrato definitivo (supra.).

El precedente orden de ideas no descarta, en forma


alguna, la estipulación del derecho de retractación en el
preliminar como expediente para liberarse -unilateralmen-
te- de la obligación de hacer. Por aplicación técnica de
los principios estudiados (supra.) la facultad de arrepen-
tirse, y las resultantes derivadas de su ejercicio por cual-
quiera de los términos subjetivos intervinientes en el ne-
gocio, se acomodaría en sistemas como el nuestro, al nor-
mal empleo de los recursos que suministra la autonomía
privada. Así, tal facultad quedaría sancionada con la pér-

-214-
Art. 1276
dida de las arras, o su restitución duplicada, de acuerdo con
la estipulación concretada por la voluntad coincidente de
los contratantes (libertad de configuración interna). Aná-
lógicamente, caería en la esfera de la libertad general de
contratación, la estipulación de arras como seña y a cuenta
de precio.

2) Las arras y la obligación de escriturar.

La órbita de la obligación de escriturar se demarca


más expresivamente en los tipos contractuales cuya efica-
cia probatoria depende del otorgamiento de un documento
público. No obstante, mientras tal operación no actúe
como requisito esencial de validez de la relación negocíal,
el papel que se asigna al registro de la documentación co-
rrespondiente radica -ante todo y de manera primordial-
en la prueba de la relación creada frente a terceros. Desta-
ca este carácter en los ordenamientos normativos en los
que el primado del consensualismo en la transmisión de los
derechos (en particular, del dominio y de los demás dere-
chos reales) priva sobre el formalismo en la contratación
(V. CC. venez., arto 1161).

La obligación de escriturar no puede, por inferencia


lógica de lo antes expresado, confundirse con el contrato
preliminar. En los casos en que el consentimiento (legíti-
mamente manifestado) origina el traslado interpatrimonial
de los derechos, el contrato definitivo queda concluído al
producirse la concurrencia de las voluntades respectivas.
Con ello, la obligación de escriturar se estructura corno
una obligación de hacer consecuencial de la de dar cuyo
nacimiento y consumación se produjo.

Ahora bien, en un ordenamiento positivo en el que


las modalidades de la seña se hallen determinadas casi
exclusivamente por la actuación de la autonomía privada,
tanto las consecuencias jurídicas que la misma puedan pro-
yectar sobre el patrimonio de los contratantes, corno los

-215-
Art. 1276
supuestos de los cuales dependen, responden casi de modo
exclusivo de la voluntad de las partes. En un contrato
que prescriba la obligación de escriturar a cargo de alguna
de ellas, la seña, por ello mismo, puede asumir formas
múltiples: precio del arrepentimiento y parte del pago, o
pena convencional vinculada a la realización del incum-
plimiento culpable. La conducción jurídica de toda la
serie de consecuencias posibles empalmaría, en mayor o
menor grado, dentro del cuadro contenido en las secciones
anteriores.

Lo que conviene clarificar responde a un razonamiento


de distinto signo. Si las arras confirmatorias se discipli-
nan conforme a las reglas de la cláusula penal, habrá de
reconocerse al pretensor de la relación creada un derecho
de optar entre la retención de las arras y la ejecución "in
natura" del convenio. Ahora bien, la idea de que la obli-
gación de escriturar es una prestación infungible y perso-
nalísima, no susceptible de ejecución forzada, llevaría en
la práctica a reproducir con el mismo rigor los argumentos
negativos explicados en la sección anterior respecto del
contrato preliminar. No obstante, por lo que se refiere a
la transmisión del derecho de propiedad y de los demás
derechos reales, el proceso de traslación patrimonial se
agota con la concurrencia paralela de las voluntades ma-
nifestadas del trasmitente y del adquirente. El deber a
cargo del primero, referido al otorgamiento del documento
público, surgiría como una prestación de hacer consecuen-
cíal, como se dijo, susceptible de ejecución "in natura".
Para lograrlo bastaría la constatación, en el fallo que re-
suelva definitivamente el problema conflictual, de los ele-
mentos fundantes del contrato realizado y de su contenido.
La reasunción de los principios esbozados en las sec-
ciones anteriores y la aplicación técnica de los criterios
suministrados por las aportaciones jurísprudenciales en el
sistema venezolano, permite disponer las soluciones del
problema en estudio así:

-216-
Art. 1276
a) Las arras confirmatorias (arras en función de
cláusula penal) permiten provocar la extinción del con-
trato cuando el tra smitente del derecho real ha incumplido
la obligación de escriturar. Dado este supuesto, la conse-
cuencia ajustable residiría en la pérdida de la suma dada
en garantía;

b) La posibilidad de optar por la ejecución específica


de la obligación asumida, es posible en el sistema venezo-
lano dada la orientación actual de la jurisprudencia, en
tanto, se trate, únicamente, de lograr, a través del pronun-
ciamiento del órgano jurisdiccional, la constatación de la
existencia del contrato ya perfeccionado del cual sólo sub-
siste una obligación subordinada' (pero no esencial a su
validez): el otorgamiento del documento público;

c) La sentencia (declarativa), si bien no reemplaza


-con los mismos efectos que le otorga, por ej., el CC. ita-
liano actual (art. 2932)- el documento de propiedad o, en
general, el instrumento en que conste la traslación del de-
recho, facilita para el acreedor una prueba perfecta de su
vigencia.

3) La configuración del depósito caucional.

Rigurosamente tratadas, las arras confirmatorias díver-


gen por sus efectos del llamado "depósito caucional". En
esta materia, cuya armonía estructural sólo ha podido con-
seguirse en base a la función interpretativa de la juris-
prudencia, aparecen los conceptos apuntados como antité-
ticos y susceptibles de una disciplina autónoma sin mayo-
res puntos de contacto.

Como base de la diferenciación, la doctrina tradiciona1


adjudica al pacto de arras efectos transmísivos de la pro-
piedad de la cosa dada en calidad de tal con todas las con-
secuencias conexas que la mutación patrimonial del bien
apareja. Se trata, sin embargo, de una transferencia con-

-217-
Art. 1276
dicionada (suspensivamente) a la ocurrencia del evento del
incumplimiento de la prestación garantida y a la resolución
del contrato principal. Cuando no opera la transferencia
de la propiedad, varía la naturaleza de la garantía. El sig-
nificado de la anterior afirmación aumenta cuando se lo
coloca frente al mecanismo de realización de la garantía
en caso de incumplimiento de la prestación en los contratos
de ejecución sucesiva, y ejemplarmente se manifiesta en
el ordenamiento normativo venezolano.

Con anterioridad a la promulgación de la "Ley de


Regulación de Alquileres" (de 1 de Agosto de 1960), de
modo particular en el arrendamiento <le viviendas y loca-
les de comercio, se solía exigir en el tráfico jurídico corrien-
te al arrendatario -a título de "depósito"- una cantidad
equivalente a una o más mensualidades, como garantía de
las obligaciones primordiales asumidas . A falta de pre-
ceptos técnicos reguladores, la jurisprudencia nacional se
pronunció sistemáticamente por la subsunción de la ga-
rantía de tipo legal del Art. 1263 CC., asignando al "depó-
sito" el mismo régimen de las arras entendidas conforme
a las conceptuaciones de la doctrina tradicional.
Tal asimilación originó la aplicación anómala de dos esfe-
ras normativas diversas: la primitiva de la "seña" regulada
en el Código Civil, y la que eventualmente se ha delimitado
para el depósito en la teoría general del contrato. La pre-
citada Ley de Regulación de Alquileres, situó dentro de
linderos más rigurosos la figura del depósito caucional que
garantiza el cumplimiento de los deberes asumidos por el
arrendatario según el contenido de la relación creada. Fue-
ra- de la disciplina establecida en torno a la calidad y
monto máximo de la cantidad depositada (arts. 25 y 26) Y
la prohibición de exigir simultáneamente fianza y depó-
sito en efectivo (art. 26, par. único), el sistema regulador
especial ordena efectuar el "depósito" en el Banco Obrero
_o en el Instituto que al efecto determine el Ejecutivo Na-
cional cuando el arrendador se halle dentro de las sítua-

-218-
Art. 1276
ciones presupuestas por el Art. 27, esto es, cuando se trata:
a) de agencias administradoras de inmuebles; o b) de per-
sonas naturales o jurídicas que habitualmente se dediquen
é<. esta clase de negocios.

La libertad de configuración interna del depósito en


garantía (en los contratos de arrendamiento de viviendas
y locales comerciales) queda así circunscrita dentro de un
conjunto de preceptos dispositivos complementarios que
atienden a motivos de política del derecho y cuya justi-
ficación no amerita un análisis particularizado dentro de
un estudio exclusivamente reservado a la ordenación posi-
tiva. La limitación establecida se consuma no sólo con la
fijación del monto máximo de la garantía, sino en la impo-
sibilidad de retirarla sin la autorización del interesado,
otorgada en forma auténtica o ante el funcionario que de-
signe el Instituto (depositario) (Art. 28). Un conjunto de
normas de actuación de la Ley (Reglamento de 9 de Setiem-
bre de 1960), prácticamente despoja al "depósito" en el
contrato de arrendamiento de todo el carácter de arras que
erróneamente se le adjudicó con anterioridad a su entrada
en vigencia. Inclinado a este tipo de solución el sistema
venezolano, no obstante, deja insoluta la problemática que
un tipo similar de garantía pudiera promover en otros con-
tratos de ejecución sucesiva. Aún más, por los alcances
limitados en su ámbito material de validez, la regulación
especial no podría trasplantarse por vía analógica a los
contratos colocados en el rango expresado, para los cuales
perviven las mismas reservas que suscitara el depósito en
las relaciones arrendaticias contraídas antes de la entrada
en vigencia de la Ley de Regulación citada.

Art. 1277 Art. 1277


A falta de convenio en las obligaciones que tienen por
objeto una cantidad de dinero, los daños y perjuicios resul-
tantes del retardo en el cumplimiento consisten siempre en
el pago del interés legal, salvo disposiciones especiales.

-219-
Art. 1271
Se deben estos daños desde el día de la mora sin que el
acreedor esté obligado a comprobar ninguna pérdida.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. X, Pág. 144. "Los intereses moratorios por la re-


tención de las cantidades correspondientes a prestaciones so-
ciales se calculan a partir del momento en que se rompe el
vínculo jurídico laboral por causas imputables al patrono".
DMIT4 de 26-2-62.

2.-JTR. Vol. X, Pág. 349. "Los intereses moratorios deben ser


calculados a la rata del interés convenido para la obligación
principal durante el plazo fijo, y no a la rata legal". DMICl
de 18-1-62.

3.---4JTR. Vol. X, Pág. 351 "habiéndose pactado intereses a una


rata determinada que rijan durante el plazo fijo de un contrato,
los intereses moratorios se calculan al mismo tipo de interés
y no al tipo de interés legal ... " . DFMSC1 de 14-8-62.

4.-La obligación de pagar intereses presupone el estado de mora


del obligado por cantidad líquida. Tales presupuestos, a juicio
de la Corte, no concurren en la reclamación de honorarios
profesionales "a justa regulación de expertos", dada la in-
determinación de los mismos. DFMSC2 de 15-7-63.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-La regla contenida en el Art. 1277 C. C. constituye una excep-


ción a las reglas ordinarias relativas a la indemnización de
daños y perjuicios. Mientras que en las obligaciones que
tienen otro objeto, el deudor será condenado al pago de los
daños y perjuicios, tanto por inejecución de la obligación como
por retardo en la ejecución, en la situación prevista en el
Art. 1277, la indemnización de daños y perjuicios comprende
únicamente los moratorios. Siendo el caso a que se refiere
la sentencia impugnada la obligación contraida era la de trans-
ferir la propiedad de una parcela de terreno y no había lugar
en ese caso aplicar el Art. 1277 C. C. Sent. 31 oct. 1963.
2.-Estima, pues, la Sala que los intereses legales rigen para
determinar los daños y perjuicios provenientes de la mora

-220-
Art. 1277
cuando no se han estipulado los que devenga la obligación,
por lo que dicho interés legal no es aplicable (cuando) existe
un pacto expreso sobre la tasa de interés que había de producir
el capital dado en préstamo. Sent. 14 abril 1966, G. F. NQ 52,
p. 297; Sent. 8 junio 1966, G. F. NQ 52, p. 501.

COMENTARISTAS PATRIOS

Sanojo, L. Derecho Civil, T. III, p. 112. "Siendo la obli-


gación de dar una cantidad de dinero, el perjuicio se pre-
sume, y el deudor no es admitido a probar que el acreedor
no ha padecido. En nuestro concepto, cuando el retardo
tiene lugar en una deuda de dinero, que ha devengado inte-
reses en virtud de pacto, el principal seguirá produciendo
el rédito pactado, y los devengados producirán el interés
legal, a no ser que se haya pactado lo que por anatacisma
deba satisfacerse".

Art. 1278 Art. 1278


Los acreedores pueden ejercer, para el cobro de lo que
se les deba, los derechos y las acciones del deudor, excepto
los derechos que son exclusivamente inherentes a la perso-
na del deudor.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.---'La acción oblicua (Art. 1278 C. C.) es civil, no siendo obstáculo


para ello que el acreedor que la ejerce lo sea en virtud de
obligaciones mercantiles. Supo Seg. D. F. Y E. M. 3 febo 1964.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-El derecho de los acreedores para ejercer la accion oblicua


no llega hasta permitir su libre intervención en un proceso
instaurado contra su deudor, pues la intervención de los no
demandados en los procesos es cuestión taxativa y de orden
público G. F. T. 24, Civ. 21). etapa, p. 195.

..,.221-
Art. 1279
Art. 1279

Los acreedores pueden atacar en su propio nombre los


actos que el deudor haya ejecutado en fraude de sus
derechos.
Se consideran ejecutados en fraude de los derechos de
los acreedores los actos a título gratuito del deudor insol-
vente al tiempo de dichos actos, o que ha llegado a serlo
por consecuencia de ellos.

También se consideran ejecutados en fraude de los


derechos de los acreedores los actos a título oneroso del
deudor insolvente, cuando la insolvencia fuere notoria o
cuando la persona que contrató con el deudor haya tenido
motivo para conocerla.

Él acreedor quirografario que recibiere del deudor in-


solvente el pago de una deuda aún no vencida, quedará
obligado a restituir a la masa lo que recibió.
Presúmense fraudulentas de los derechos de los demás
acreedores, las garantías de deudas aún no vencidas que el
deudor insolvente hubiere dado a uno o más de los
acreedores.

La acción de que trata este artículo dura cinco años


a contar desde el día en que los acreedores tuvieron noticia
del acto que da origen a la acción, y la revocatoria no
aprovecha sino a los acreedores anteriores a dicho acto,
que la hayan demandado.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

1 .-JTR. Vol. IV, tomo 1, Pág. 37. El eminente Planiol al hablar


de la teoría y la definición de la acción revocatoria, dice:
"hay algo peor para los acreedores que la injuria del deudor:
Es su mala fe. Un' deudor cargado de deudas, que se siente
amenazado por persecuciones inminente, está naturalmente

-222-
Art. 1279
tentado de sustraer su activo a sus acreedores. Y tiene para
ello tantos medios. Puede entenderse con un tercero que será
reputado de adquirir su bien por compra o donación y que
reconocerá por acto secreto que no es propietario verdade-
ro" '" "desde luego, las relaciones que existen entre los
hombres y que son infinitamente variadas, ofrecen mil ocasio-
nes para defraudar a los acreedores bajo formas que no pueden
ser ni previstas ni determinadas con anticipación. La ley,
que debe siempre tratar de hacer reinar la buena fe, no podía
tolerar estas operaciones fraudulentas. Todas las veces que
es posible comprenderlas, ella abre a los acreedores una acción
especial que les permita evitar las consecuencias del fraude.
Esta acción que lleva el nombre de acción pauliana o revoca-
toria, puede ser definida una acción dada a los acreedores
para obtener la revocación de los actos cumplidos por su
deudor en fraude de sus derechos". El Dr. Luis 1. Bastidas
en sus "Comentarios y Reparos al Código de 1942", dice en las
páginas 415 y 416 del Tomo n. Artículo 1275 reproduce el
artículo 1299 del Código salvo que al último aparte se le
agregó el término revocatoria, por lo que dicho aparte termina
así: "y la revocatoria no aprovecha sino a los acreedores
anteriores a dicho acto que la hayan demandado". En este
artículo se ha realizado un proceso interesante. En los Códi-
gos del 62, 67 Y 73 se establece la acción de rescisión llamada
acción pauliana, pero en la forma que la traen los Códigos
Francés e italiano, reproducida del Derecho Romano, esto es,
con la obligación de parte del acreedor que la ejerce, de probar
el fraude en todo caso. En el Código de 1880 se mejoró nota-
blemente la condición del acreedor porque se creó la presun-
ción de fraude en los contratos a título gratuito, debiendo el
actor en razón de la presunción, probar sólo la insolvencia
que sobrevino al acto. La acción duró con sólo esta modifica-
ción hasta la reforma de 1916 en que se estableció la presun-
ción también en los contratos a títulos oneroso, en los términos
del aparte segundo del artículo del Códgo' vigente (1279).
En la Obra del Dr. Alejandro Pietri se dice según el citado
autor, produjo alguna alarma, motivo por el cual hace acerca
de ella una larga exposición la cual incluye el artículo del
Código de Brasil que trae la disposición introducida. Confor-
me al texto, el actor no necesita probar que la enajenación se
hizo, por parte de ambos contratantes, con el propósito de
burlar su crédito, sino que la insolvencia del enajenante era
notoria, o que el otro contratante tuvo motivos para conocer

-223-
Art. 1279
esa insolvencia, pues establecida la insolvencia, el fraude se
presume. Por lo demás, la presunción es juris tantum, es
decir, que admite prueba en contrario. Debe tenerse además
muy en cuenta que el actor ha de probar no que el adquirente
sabía que la otra parte, al hacer la enajenación quedaba sin
bienes, sino que quedaba sin bienes y con acreedores, porque
la insolvencia no es el estado de quien carece de bienes, que
es pobreza, sino el estado de quien carece de bienes y tiene
acreedores. El concepto expuesto de la insolvencia es de tan
rigurosa aplicación en este punto, que si hubiese la posibili-
dad de entenderla con otro sentido, sería necesario definirla
o expresarse que el adquirente sabía además que el enajenante
tenía acreedores 41C de 20-7-55.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

1. -" ... para que prospere (la acción pauliana) necesita dos con-
diciones que son: el perjuicio que resulta del acto atacado y
el fraude del deudor y del tercero con quien contrata a título
oneroso, de tal suerte esenciales que si falta la una, es in-
necesario examinar si se ha cumplido la otra ni si el actor es
o no acreedor ... ". M. 1914, p. 124.

2. .:» ... de modo que la fecha del documento no puede considerarse


como punto de partida (para contar el término sino) del día
en que los acreedores tuvieron noticia del acto que da origen
a la acción ... ". M. 1918, p. 276.

Art. 1280 Art. 1280

Dicha acción no puede intentarse por un acreedor cuya


acreencia sea posterior en fecha al acto cuya revocación
demanda, a menos que se presente como causahabiente de
un acreedor anterior.

En todos los casos la revocacion del acto no produce


efecto en perjuicio de los terceros que, no habiendo parti-
cipado en el fraude, han adquirido derecho sobre los in-
muebles con anterioridad al registro de la demanda por
revocación.

-224-
Art. 1280
Si los tercetos han procedido de mala fe, quedan no sólo
sujetos a la acción de revocación, sino también a la de
daños y perjuicios.

Art. 1281 A.rt. 1281


Los acreedores pueden también pedir la declaratoria
de simulación de los actos ejecutados por el deudor.

Esta acción dura cinco años a contar desde el día en


que los acreedores tuvieron noticia del acto simulado.
La simulación, una vez declarada, no produce efecto en
perjuicio de los terceros que, no teniendo conocimiento de
ella, han adquirido derechos sobre los inmuebles con ante-
rioridad al registro de la demanda por simulación.

Si los terceros han procedido de mala fe quedan no sólo


sujetos a la acción de simulación sino también a la de
daños y perjuicios.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. lB, Pág. 288. Ahora bien, cabe preguntar, por qué
el legislador venezolano, al prever el término hábil de cinco
años que consagra el artículo 1281 (del Código Civil), para
ejercitar la accón simulatoria, establece que dicho término se
cuenta desde el día en que los acreedores tuvimos noticia del
acto simulado, no expresando que se cuenta desde el día del
registro del instru~ento que contiene el acto simulado. A este
respecto, es bueno precisar que en derecho, la acepción noticia
tiene un significado más amplio que el concepto de protocoliza-
ción, entiéndese por aquéllas, el conocimiento que puede tener
una persona de la realización de un .determinado negocio
jurídico, por un medio cualquiera: como sería una información
verbal, una misiva privada, un instrumento protocolizado, una
notificación o citación judicial u otros medios indirectos.
SUIC1 de 20-3-53.

2.-JTR. Vol. 111, Pág. 289. En lo atinente al problema de la


prueba de la simulación al cual nuestra legislación no dedica

-225-
Art. 1281
especial atención, es necesario distinguir dos situaciones dis-
tintas, a saber: aquella en que una de las partes intervinientes
en el pretenso acto simulado lo ataca judicialmente con la
correspondiente acción; y aquella en que la acción la deduce
un tercero completamente extraño a la relación contractual.

En el primer caso se acepta generalmente que la prueba de la


simulación debe hacerse exclusivamente con la presentación
del contradocumento que altera o contraría lo pactado en el
instrumento que contiene el acto aparente, siendo de advertir
que ello es enteramente aplicable a los causahabientes a título
universal cuando accionan por un derecho correspondiente a su
causante, salvo cuando el heredero obra en virtud de un dere-
cho propio, pues en tal supuesto su situación es totalmente
equiparable a la de los terceros.

En el segundo caso, cuando la acción de simulación la intenta


un tercero, la doctrina casi unánimemente sostiene que el alu-
dido vicio puede ser demostrado con todos los medios de
prueba legales ya que por regla general el contradocumento es
un instrumento secreto redactado y suscrito a espaldas de
aquellos terceros contra quienes precisamente se dirigen los
efectos perjudiciales del acto simulado y se le colocaría en
una situación de imposibilidad material si se le exigiera la
prueba lateral de la simulación siendo conveniente señalar
que cuando las partes no concurren a realizar el acto personal-
mente, sino por intermedio de un mandatario no facilitado
para ello, o que obró dolosamente con objeto de perjudicar la
Ley o lesionar los derechos del mandante, se consideran terce-
ros, así como también se ha considerado tercero a la esposa
que ataca los actos ejecutados por el marido para perjudicar
sus derechos en la sociedad conyugal. APIC1 de 29-4-53.

3.-JTR. Vol. IV, tomo rr, Págs. 606 a 609. El legislador vene-
zolano no ha definido la figura jurídica de la simulación, a dife-
rencia de algunos legisladores extranjeros, limitándose, en el
artículo 1281 del Código Civil, a expresar quiénes pueden in-
tentar la acción correspondiente, el tiempo de la duración de
ella y los efectos que produce, después de declarada, con
relación a terceros.

Un acto o contrato es simulado cuando existe acuerdo de las


partes para dar una declaración de voluntad contraria al

-226-
Art.. 1281
designio de sus pensamientos, con el fin de engañar inocua-
mente, o en perjuicio de la Ley o de terceros. Cuando los
contratantes realizan un acto simulado, o lo que es lo mismo,
un negocio jurídico aparente, con interés de efectuar otro dis-
tinto, se da el caso de la simulación relativa, y cuando no se ha
tratado de verificar ningún acto jurídico se sucede la simula-
ción absoluta...... Quien alega la simulación debe probar
las circunstancias que conduzcan a la justicia a declarar su
procedencia; pero la situación respecto a las pruebas que
pueden aducirse cambia en su extensión y alcance cuando
impugna el acto una de las partes o lo hace un tercero; en la
primera hipótesis la simulación debe probarse mediante un
contra documento, en virtud de la previsión establecida en el
artículo 1385 del Código Civil, a menos que exista un principio
de prueba por escrito, en cuyo caso 'pueden hacerse valer todos
los medios probatorios autorizados por la Ley. Pero cuando
la simulación va en perjuicio de terceros, la prueba testimonial
es admisible ....
Respecto a terceros ajenos a la simulación, la prueba no sufre
restricciones. Si no tuvieran los terceros esa situación privi-
legiada respecto a la prueba de la simulación, carecerían de
medios para evitar ser burlados con enajenaciones ficticias, ya
que nadie va a exteriorizar su voluntad públicamente cuando
realiza un acto en forma aparente, y el fraude imperaría sin
sanción jurídica.
Por ello, la prueba de presunciones, en esta materia de simu-
lación, ha sido admitida con bastante uniformidad en relación
con los terceros, y viene desde el Derecho español antiguo y
está apoyada en la Ley 8~, Título 14; en la Ley 41, Título 16,
de la Partida 111; así como en la Ley 3~, Título 8, Libro 10,
de la Novísima Recopilación. lSC2 de 13-7-54.

4.-JTR. Vol. VII, tomo 1, Pág. 1079. " ... El poderdante tiene
como arma esencial de defensa contra los actos fraudulentos
del apoderado contra sus intereses el derecho de intentar la
acción de simulación de dichos actos. En consecuencia posee
cualidad para demandar rendición de cuentas a ese apoderado
sin que ello implique una autodemanda ... " lSC2 de 21-5-58.

5.~JTR. Vol. VII, tomo Il, Pág. 804. "El heredero legitimario
puede, por derecho propio, pedir la declaratoria de simulación
de los actos ejecutados por su causante", 17SCT1 de 22-5-59.

-227-
Art. 1281
6.-JTR. Vol. VII, tomo H, Pág. S06. " ... EI término de cinco
años que la ley concede a los acreedores para intentar la
acción de simulación es un lapso de caducidad. Toda otra
persona puede intentar la acción en cualquier tiempo y opor-
tunidad siempre que subsista el interés en impugnar el acto
simulado ... " . 17SCT1 de 22-5-59.

7.-JTR. VÓl. VII, tomo 11, Pág. 809. " ... La mujer que ataca
por simulación un acto celebrado por su marido, así como el
heredero legítimo que ataca también por simulación un acto
de su causante, son terceros pues no han participado directa
ni indirectamente en la celebración del acto. Como tales
pueden valerse de la prueba de testigos para demostrar la
simulación ... " . DFMSC2 de 6-10-59.

8.-JTR. Vol. XI, Pág. 16 " ... la acción de simulación puede ser
intentada como subsidiaria de la acción de inquisición de
paternidad ... ". ARrC de 25-7-63.

9.-JTR. Vol. XI, Pág. 538. "Las pruebas de testigos y las pre-
sunciones son elementos idóneos para comprobar los actos
simulados cuando la acción la ejercen los terceros, entre los
cuales no puedan incluirse los herederos del de cujus sino
cuando han aceptado la herencia a beneficio de inventario ...
debe tomarse en cuenta que los herederos se consideran como
los continuadores de la persona del de cujus y se equipara a
éste en todos sus derechos y obligaciones, de tal manera que
por una ficción legal son la misma persona, y en consecuencia
el mismo sistema de pruebas que rige para los contratantes
en un acto simulado, es el que debe regir para sus herede-
ros ... " . TRS2 de 18-4-63.
10. .:» ... conviene señalar que si bien las partes contratantes eran
hermanos, este hecho no es suficiente para probar la simula-
ción, pues aparte de que no existe disposición legal que prohiba
la venta entre hermanos, se trata de una circunstancia aislada
y que, por sí sola, no contribuye a calificar el negocio de
simulado... (tampoco las pruebas) evidencian de manera
plena que la operación fuese simulada por carecer el compra-
dor de capacidad económica ... ". Corte Supo Seg. D. F. y E. M.
Sent. 22-2-63.
H.-Comprobado que en la venta hecha por el hijo a la madre
(en perjuicio de la esposa) en la cual ésta aparecía comprando

-228-
Art. 1281
en efectivo, que la madre no tenía dinero y que el hijo vende-
dor no recibió el dinero, es simulada la venta. DFMSC1 de
11-11-65.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

1.-" ... la Corte observa: 19 , que conforme a sana doctrina, y por


no señalar nuestras leyes a la acción por simulación por
causa falsa ningún lapso especial de prescripción, dicha acción
debe considerarse sometida al lapso ordinario ... 29 , que la
aetora no actúa tampoco como acreedora de los demandados,
y su acción, por no ser la de simulación de actos ejecutados
por un deudor, no está sujeta a la prescripción quinquenal. .....
M. 1920, p. 249.

2. -La acción de simulación puede ser ejercida no sólo por los


acreedores contra su deudor, sino también por todo aquél que
aún sin esa calidad, tenga interés eventual o futuro en que se
declare la existencia del acto simulado. M. 1938, T. 2, p. 11.

3. -No basta la posibilidad de haber conocido el hecho simulado;


se requiere el conocimiento efectivo del mismo. M. 1938, t. 2,
p. 11.

4.-Como el artículo (hoy 1281) se refiere a una sola especie de


simulación los jueces para decidir la prescripción de esa acción
deben atenerse a la cualidad y al derecho de pedir invocados
en la demanda. M. 1938, t. 2, p. 11.

6. -" ... desde el momento en que se declara que un contrato es


simulado equivale a decir que ese contrato no existe ni ha
podido existir ... y todo lo que en él diga ... es de por sí nulo
y carece de valor...... M. 1932, p. 219.

6.-Registrado el libelo de simulación los terceros quedan afec-


tados por las resultas del juicio de simulación. M. 1934,
p. 284.

7.-Negar a la mujer casada durante el matrimonio la aecion de


simulación contra su esposo en resguardo del derecho de ella
a la mitad de las gananciales es violar el Art. 14 C. de P. C.
M. 1948, p. 413.

-229..,.
Art. 1281
COMENTARISTAS PATRIOS

Arcaya, Pedro M. "Estudios Jurídicos".

SIMULACION

VENTA POR EL PADRE A SU HIJO


OPINION JURIDICA

Habiendo sido consultado sobre los puntos que paso a


explicar queda expuesta mi opinión en seguida a la exposi-
ción de' cada uno de ellos.

I-

¿Puede considerarse prima facie simulada cualquier


venta que un padre haga de bienes de su propiedad o de la
sociedad conyugal a un hijo suyo, mayor de edad y en pleno
goce de sus derechos, mediante documento público?

Terminantemente: no, puesto que no habiendo, como


no la hay, ninguna prohibición legal que impida tal opera-
ción. o la sujete a determinados requisitos, ella, en el fondo
y en la forma, queda regida por los mismos principios que
si se hubiese realizado entre extraños. Le es aplicable,
por consiguiente, la presunción legal que establece el artícu-
lo 1360 del Código Civil según el cual el instrumento pú-
blico hace plena fe, así entre las partes como respecto a
terceros, de la verdad de las declaraciones formuladas por
los otorgantes acerca de la realización del hecho jurídico
a que el instrumento se contrae, salvo que, en los casos y
con los medios permitidos por la ley, se demuestre la
simulación.

-I I-

¿Cómo, cuándo y por quiénes se podría intentar la ac-


ción en declaración de simulación de la compra venta, con-

-230-
Art. 1281
ira el hijo adquirente de una propiedad que le haya vendi-
do su padre, operación que se pretenda haber sido anulada?

Excluyo la hipótesis, que sin embargo en algún caso


podría ocurrir, de que habiendo sido simulada la operación
con la sola mira, por parte del padre, de constituir a su
hijo, aparente comprador, (como presta-nombre suyo, sin
intención de trasmitirle la propiedad), se alce después con
ella el hijo. Me referiré a casos de más posible ocurrencia.

Tenemos, en primer término, el de acreedores del padre


que sostengan que la operación ha sido una maniobra del
vendedor para sacar la cosa, objeto del contrato, de la
prenda común en favor de aquellos, constituída por los
bienes del deudor. Dichos acreedores tendrían derecho a
intentar esta acción en declaración de simulación, al tenor
del artículo 1281 del Código Civil, más deberían probar tal
acción, siquiera con testigos fehacientes y presunciones
hastantes que contrarrestasen la legal de la buena fe del
antedicho artículo 1360, establecida además de un modo
general por el artículo 789 ejusdem que reza: "La buena
fe se presume siempre; y quien alegue la mala debe pro-
barla".

Trataré ahora el caso de que herederos legítimos del


padre vendedor sostengan que la venta hecha a su cohe-
redero, el hijo comprador, constituye una donación simulada.
Si se tratare de una donación no disfrazada ellos po-
drían reclamarle al coheredero donatario que trajese a
colación la cosa donada de conformidad con los artículos
1083 y 1109 del Código Civil.

Más cuando el caso es el de una venta que, con razón


o sin ella, califiquen los coherederos del comprador de
donación simulada, entonces éstos deben comenzar por
alegar la existencia de tal simulación. Su acción entonces
quedaría sujeta a los mismos requisitos de prueba que en el
caso de los acreedores, arriba expuesto. Como tendrían que

-231 -
Art. 1281
destruir las presunciones legales de la buena fe de los otor-
gantes y de la certeza de sus declaraciones consignadas en el
documento público, les sería menester acumular muy con-
vincentes hechos y presunciones para que su acción prospe-
rase. Así sucedería, por ejemplo, si mediante posiciones
juradas se obtuviese del demandado una confesión que
lo perjudicase, o que reconociera que hubo la simulación
al prestar un juramento decisorio. No sería bastante para
que se declarase la simulación, la prueba de que al tiempo
de la compra venta no tuviese el hijo comprador bienes
conocidos, tales como inmuebles o depósitos bancarios, pues
esto no excluiría la posibilidad de que en otra forma po-
seyese fondos aún en poder del mismo padre.

Por lo demás la acción a que vengo contrayéndome


solamente a los hermanos y sobrinos del adquirente en
virtud de la operación en cuestión podrían proponerla, pues
solo ellos tienen derecho a exigir la colación de lo que el
de cujus hubiese regalado al hermano o sobrino de los ac-
tores (artículo 1083 ya citado). Ni la misma viuda del
de cujus tendría ese derecho, aunque concurra a la herencia
junto con el hijo del vendedor.

Ahora bien, en la realidad se hace difícil suponer que


entre hermanos de padre y madre puedan ocurrir, hasta
llegar a los Tribunales, cuestiones de esa naturaleza. Si
son posibles cuando hay hijos de dos matrimonios o cuando
con los hijos del de cujus concurran nietos de éste, es decir
sobrinos de aquellos. Y aún mayor posibilidad de tales
cuestiones existe cuando además de los hijos legítimos de-
jara el de cujus otros naturales.

Convendría, por consiguiente, al padre que haya hecho


ventas a hijos suyos y prevea la posibilidad de los inconve-
nientes apuntados, que luego de verificadas esas operacio-
nes otorgue un testamento en que declare que fueron ope-
raciones ciertas y verdaderas, por lo cual prohibe a sus
hijos y nietos que le sobrevivan
, que por ningún respecto

-.232-
Art. 1281
se reclamen entre sí la colación de los bienes que les vendió
el otorgante, so pena de que el que lo hiciera pierda lo que
exceda de su porción legítima pues de la disponible, que
sería la mitad de la respectiva cuota total, deja el testador
instituido heredero al que fuese demandado o a los varios
que lo fueren.

En el mismo testamento y si el testador tiene hijos


naturales, convendría que los reconociese, o si no los tiene
o abriga dudas acerca de su paternidad, haga declaraciones
uue excluyan, en lo posible, reclamaciones sobre el par-
ticular. A este efecto paso a tratar el punto en la sección
que sigue.

- 11 1 -

Los hijos naturales del padre (los de la madre se equi-


paran a los legítimos) que tienen derecho a su herencia
son los que él mismo hubiese reconocido voluntariamente,
por documento auténtico o testamento, y los que en deman-
da contra él, hubiesen obtenido sentencia judicial declara-
tiva de filiación; y también los que después de muerto el
pretendido padre hubiesen obtenido sentencia que declare
que él les había dado, mientras vivía, posesión de estado,
de tales hijos suyos; aunque respecto a los que estén en
este último caso es muy discutible si la sentencia declara-
toria de la posesión de estado tiene efecto retroactivo para
fijar derechos sobre una herencia abierta con anterioridad.

De todos modos, si alguien que no ha reconocido volun-


tariamente hijos naturales ni se los ha atribuido, durante
su vida, ninguna sentencia judicial, ni a ninguno le ha
dado posesión de estado, muy bien podría declararlo así en
testamento, según lo que la conciencia le dictare conforme a
las circunstancias de los casos.

Si considerase justo reconocer en su testamento hijos


naturales nacidos antes de haber casado (a los que hubiese

-233-
Art. 1281
tenido después de casado no le es permitido reconocerlos)
y al mismo tiempo quisiera mejorar a los legítimos, puede
hacerlo, disponiendo de la parte disponible de lo que en la
herencia les correspondiense legalmente a los naturales.
Cada uno de estos tendrá por la ley una cuota equivalente
a la mitad de lo que le tocaría a cada hijo legítimo, pero
con esa disposición testamentaria solamente le tocaría a
cada hijo natural una porción igual a la cuarta parte de lo
que le correspondiese a cada legítimo.

-IV-

Se me consulta también si ha de presumirse simulada


toda venta que haga el marido de bienes suyos o de la socie-
dad conyugal a un tercero y que éste aparezca luego re-
vendiéndolo a la esposa del vendedor; y verse en conse-
cuencia prima facie tal operación como una maniobra frau-
dulenta, y por tanto sin valor legal, destinada a eludir la
prohibición del artículo 1418 del Código Civil que pauta:
"Entre marido y mujer no puede haber venta de bienes".

Así como en el caso del primero de los puntos tratados


en esta opinión, debo contestar rotundamente que no. Las
operaciones en referencia están protegidas como todos los
actos jurídicos, por las ya conocidas presunciones de la
buena fe y la certeza de lo que, siempre en los documentos,
y aun verbalmente en ciertos casos, se haya expresado. Por
supuesto que esa presunción de veracidad y seriedad puede
ser destruida mediante pruebas bastantes pero a este res-
pecto es menester comenzar por averiguar quienes tienen
interés o cualidad para intentar las acciones tendientes a
ese fin, pues bien sabido es que en derecho y en tratándose
de asuntos concernientes el patrimonio privado de cada
quien, no a todos les está permitido entrometerse en lo que
bien o mal hagan los demás.

-234-
Art. 1281
En la hipótesis de la consulta hallamos que los acree-
dores del marido sí tendrían la necesaria cualidad o interés
legítimo para hacer declarar simulada la operación de que
se trata, pero no por sólo que ellos la consideren tal sino
que, como en las situaciones arriba tratadas, deberían pre-
sentar elementos suficientes con que destruir la presunción
legal de la buena fe de los contratantes.

También los herederos del marido, así cuando con-


curren con la que fue esposa de aquél en su herencia, o no,
como podría suceder si ella se divorció, tendrían igual
cualidad o interés para intentar la acción respectiva y ha-
cer traer al acervo hereditario del de cujus los bienes que
en virtud de las operaciones supuestas habían salido apa-
rentemente de su patrimonio.

La necesidad de la acción judicial para hacer declarar


simuladas las operaciones a que vengo refiriéndome sub-
siste aunque en el traspaso hecho a la mujer casada, y en
que ésta exprese que la adquisición la ha hecho con dinero
de su patrimonio, no se hubiere explicado con claridad la
procedencia del dinero o fuese falsa la explicación sobre
tal procedencia. El fraude o falsedad deben probarse siem-
pre. El artículo 152 NQ 7, único aparte del Código Civil
lo requiere así, ya sea el marido o sea la esposa quien de-
clare fraudulentamente que la adquisición la ha hecho para
sí con dinero propio.

Por otra parte, ninguna necesidad hay de operaciones


simuladas si el marido quiere traspasarle a su esposa bienes
suyos. Puede perfectamente donárselos. Las donaciones
entre los cónyuges son válidas, sólo que también son re-
vocables a voluntad del donante (Código Civil, artículo
1451) y cuando sobreviniera el divorcio por culpa del cónyu-
ge donatario (artículo 195 ejusdem). Pero si no hubiere
revocación y para el tiempo de la muerte del cónyuge do-
nante hubiesen transcurrido diez años, ni siquiera quedaría
sujeta a reducción tal donación, aunque nada le quedare en

-235-
Art. 1281
calidad de herencia a los hijos u otros coherederos, pues
como la obligación de la colación sólo rige entre los her-
manos y sobrinos, el cónyuge superviviente no está sujeto
a ella, pero sí junto con los otros hermanos del de cujus
a la reducción de su donación si esta y las otras excedieran
de la cuota disponible y la muerte del donante hubiese
ocurrido dentro de los diez años posteriores a la liberalidad
según el artículo 1468 del Código Civil.

Si la muerte ocurriese antes sí habría la reducción,


pero esta sería descontando únicamente la porción legítima,
con lo cual quedaría la donataria, por el respecto de esa
donación, con la mitad de la herencia, y del resto le tocaría
lo que como heredera le correspondiese.

También puede el marido dejarle a su esposa por tes-


tamento la mitad de su herencia por vía de mejora, redu-
ciendo así la cuota de los descendientes o ascendientes a la
porción legítima. Al mismo tiempo la esposa, ya viuda,
recibiría como legitimario su cuota hereditaria, y todo esto
después de hecha la liquidación de la sociedad conyugal en
que ella le correspondería por gananciales la mitad del
total.

Caracas, 10 de abril de 1945.

Planchad Hernández, A. 'Jurisprudencia Anotada" p. 137.

" ... Las presunciones son la prueba por excelencia de


que pueden valerse los terceros para probar que un con-
trato es simulado. Deben ser graves, precisas y concor-
dantes. Numerosos son los hechos de los cuales pueden
surgir presunciones. Entre los más destacados, la doctri-
na señala los siguientes: A) El vínculo de parentesco en-
tre las partes contratantes, la amistad íntima, pues gene-
ralmente, para realizar negocios de carácter simulado se

-236 -
Art. 1281
busca a persona de confianza. Los extraños no constitu-
yen una garantía suficiente; B) Las condiciones de solven-
cia patrimonial del adquirente, pues es sosopechosa la ne-
gociación por quien no tiene medios necesarios para ello;
C) La inejecución material del contrato, en vista de que
cuando las partes interesadas no le dan ejecución al con-
trato por ellas celebradas, hace muy sospechoso el mismo
de simulación .... "

-237-
Art. 1282

CAPITULO IV

DE LA EXTINCION DE LAS OBLIGACIONES

Art. 1282

Las obligaciones se extinguen por los medios a que se


refiere este Capítulo y por los demás que establezca la ley.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-Hechas las anteriores' consideraciones sobre la quiebra pasa


la Corte a resolver el problema que se le ha planteado con
motivo de la apelación interpuesta contra la decisión del
Juzgado a quo que suspendió el remate por haber convenido
la señora María Cocabelos Souteyo de Rumbao en la quiebra
que contra la Sociedad Cocabelos y Cía., intentó el ciudadano
Jorge Ortega Ortega. De dicha acta se desprende que, el Tri-
bunal había concedido la buena pro de los bienes embargados
al actor Lauro Parmeggiani Marchi, bienes éstos que allí
se especifican (folio 2, línea 28 a 30). Esta decisión del Juez
a quo impone también considerar la validez de los pagos co-
activos y, respecto a la oportunidad en que es procedente
la acumulación.

En relación al primer punto, o sea, validez de los pagos


coactivos, la doctrina italiana y la francesa asimilan el hecho
puro y simple del pago (pago coactivo), cuando él se obtiene
mediante la utilización de los Tribunales, y más concreta-
mente aún, mediante la ejecución de sentencia, y a este
caso asimila, cuando se ha dictado medida preventiva de pro-
hibición de efectuar pagos y entregar mercancías al deman-
dado (Art, 882 ejusdem) con ocasión de la admisión de la de-
manda. Es numerosa la doctrina que sostiene este criterio,
fundándose en que debe asimilarse al pago en general el que
se obtiene mediante un remate (pago coactivo), estando los
mismos sujetos a la prohibición contemplada en el Párrafo

-239-
A.rt. 1282
segundo del articulo 932 el cual textualmente dice: "Al intro-
ducirse la demanda y en vista de los recaudos que la acompa-
ñen, podrá el Juez disponer como medida preventiva, la ocupa-
ción judicial de todos los bienes del demandado, sus libros,
correspondencia y documentos, nombrando un depositario de
dichos bienes y papeles. También podrá prohibir que se le
hagan pagos y se le entreguen mercancías. Estas medidas se
publicarán de igual manera que al auto declaratorio de la
quiebra. Contra ellas no se oirá apelación sino en un solo
efecto".

En el derecho inglés y en el de Estados Unidos de Norte


América se considera como acto de quiebra, o sea, que el
deudor puede ser declarado en quiebra, si se deja embargar o
vender sus bienes sin efectuar oposición o si permite, siendo
insolvente, que un acreedor se procure, mediante acción judicial
un derecho de preferencia (Gilbert Granchet "La actio de cessa-
tión des payement dans la faillite lerele reglement judiciare",
París 1962, pp. 41-50).

En el mismo sentido se pronuncia el autor Raimundo L. Fer-


nández (Tratado teórico práctico de la quiebra, fundamentos
de la quiebra", págs. 1000-1001 NQ 526 Y NQ 612) quien asimi-
la los pagos coactivos a los pagos ordinarios, a los fines de
su revocación o anulación dentro de la quiebra por haber sido
efectuados en perjuicios de la masa de acreedores..

El autor Salvatore Satla. "Instituciones del Derecho de quie-


bra" pág. 256, dice que la ley habla de actos extintivos y no
de pagos. En cambio, en la hipótesis legal los pagos coacti-
vos, aunque se hubieran producido con medios distintos del
dinero (como la asignación judicial, etc.) que son revocables,
si, pero fuera de la presunción.

En general la doctrina sustentada por autores -como Gustavo


Bonelli, Humberto Azzolina, Renzo Provinciali, Francesco
Ferrara y los que ya se han citado asimilan a los pagos
los denominados pagos coactivos con excepción de los autores
J. Percerou y M. Desserteaux, quienes en principio, combaten
la tesis de que los pagos coactivos pueden asimilarse a los pa-
gos ordinarios a los efectos de su revocatoria dentro de la
quiebra, pero atenúan su criterio al advertir que la interven-
ción de los jueces prevendrá los abusos, porque si conocen que

-240-
Arte 1282
el deudor ha cesado en sus pagos rehusarán a darle validez a
'un embargo ejecutivo. Admiten, también que puede atacarse
el pago coactivo cuando la sentencia de la cual provenga pueda
ser atacada por colusión y que la masa de acreedores me-
diante oposición de terceros (tercería en nuestra legislación),
puede atacar dicha decisión (J. Percerou y M. Desserteaux,
"Des faillites & banqueroutes et des liquidations judiciares",
2l1- edición, París 1935, pp. 931 Y 932, N9 678). Sent. 28 de
marzo 1967. Corte Supo Segunda (D. F. y E. M.).

SECCION PRIMERA

Del pago

Del pago en general

Art. 1283 Art. 1283


El pago puede ser hecho por toda persona que tenga
interés en ello, y aun por un tercero que no sea interesado,
con tal que obre en nombre y en descargo del deudor, y
de que si obra en su propio nombre no se subrogue en los
derechos del acreedor.

JURISPRUDENCIA DE CASACIüN

l.-El Art. 1304 C. C. (hoy 1283) declara la suerte de la obliga-


ción ante el pago efectuado por .un tercero, 'según que haya
sido hecha pura y simplemente o con subrogación, sin' ocuparse
en el nuevo estado jurídico creado por el pago en el primer
caso, ni de la supervivencia de la obligación, a pesar del pago,
en el segundo,y cómo se quiera que no hay discusión en cuanto
a los efectos del pago entre el deudor y sus acreedores pri-
mitivos; sino respecto de' la nueva obligación surgida entr~
éste' y el tercero pagador, lo deducible es que el mencionado
artículo no siendo aplicable en la decisión, ésta no lo podría
haber violado, conclusión que se hace más clara si en la for-
malización se consigna que por haber quedado extinguida la

-241-
Art. 1283
obligación entre el deudor y sus acreedores primitivos, el
pagador nada tiene que reclamarle a aquél cuando lo cierto
es que de tal extinción consumada por la forma de pago,
únicamente surge la nueva obligación del deudor para con el
pagador. Sent. 15-3-43. M. 1944, p. 51, t. 2.

Art. 1284 Art. 1284

La obligación de hacer no se puede cumplir por un


tercero contra la voluntad del acreedor, cuando éste tiene
interés en que se cumpla por el mismo deudor.

Art. 1285 Art. 1285

El pago de que tiene por objeto trasferir al acreedor la


propiedad de la cosa pagada, no es válido, sino en cuanto
el que paga es dueño de la cosa y capaz para enajenarla.
Sin embargo, cuando la cosa pagada es una cantidad de
dinero o una cosa que se consume por el uso, y el acreedor
la ha consumido de buena fe, se valida el pago aunque lo
haya hecho quien no era dueño o no tenía capacidad para
enajenarla.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. V, Pág. 224. Ahora bien, si es verdad que el artículo


1285 del Código Civil dispone que el pago que tiene por objeto
transferir al acreedor la propiedad de la cosa pagada, no es
válido, sino en cuanto el que paga es dueño de la cosa y capaz
para enajenarla, es igualmente cierto que la acción de nulidad
del pago sólo corresponde al acreedor y al deudor, pero nunca
al dueño de la cosa, para quien la acción en pago, es res inter
alios acta. Se priva de la acción al dueño, como una conse-
cuencia derivada del artículo 1166 del mismo Código, según
el cual los contratos no tienen efecto sino entre las partes
contratantes; no dañan ni aprovechan a los terceros, excepto
en los casos establecidos por la Ley. lIC2 de 15-2-56.

2.-(Voto salvado) " ... al punto que las obligaciones de hacer son
objeto de "pago" (Art. 1285 C. C.); al decirse que el pago es

-242-
Art. 1285
un medio de extinción de las obligaciones, se está diciendo
que es el cumplimiento de ellas, por manera que si tratara de
la deuda de un grupo cierto y determinado se paga haciendo
entrega de él, y si se han prestado especies el pago consiste
en la devolución de tales especies ... ". DFMSCl de 25-2-64.

Art. 1286 Art. 1286


El pago debe hacerse al acreedor o a una persona auto-
rizada por el acreedor mismo, por la Autoridad Judicial o
por la ley para recibirlo.

El pago hecho a quien no estaba autorizado por el


acreedor para recibirlo es válido cuando éste lo ratifica o
se ha aprovechado de él.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. VI, tomo n, Pág. 194. Entre estas normas genera-
les encuentra el Tribunal que son aplicables a las letras de
cambio la del referido artículo 1286 del Código Civil, pues
ésta es una disposición que, de manera amplia, se refiere al
pago como medio liberatorio, o de extinguir todas las obliga-
ciones siendo que entre éstas están las que pueden nacer de una
letra de cambio y, por tanto, sujetas las mismas a pago,
pago éste que prevé el artículo 446 y siguientes del Código
de Comercio, pero eI'\ ninguna de estas disposiciones especiales
se señala lo aplicable y pertinente para el caso de que el
librado pague el monto de la letra a quien no sea el legítimo
portador o beneficiario de la misma, por lo que frente a este
silencio se aplican, por mandato del artículo 8 del Código de
Comercio, y así se declara. Precisamente es el actor, cuando
funda su acción, quien está reconociendo esta aplicación, pues
invoca en su favor los artículos 1178, 1179 y 1180 del Código
Civil y no disposición alguna del Código de Comercio. De lo
anterior se colige entonces que surtiendo sus efectos la rati-
ficación hecha por el acreedor beneficiario de los efectos de
comercio legados, y cabiendo aplicar a las letras de cambio
la disposición general del artículo 1286 del Código Civil, es
obvio entonces la demanda de repetición incoada no puede
prosperar y así se declara. lSC2 de 12-6-57.

-243-
Ari.· 1286
2. -JTR. Vol. IX, Pág. 286 " ... el depositario de los bienes del
presunto fallido tiene cualidad para intentar acciones por'
cobro de bolívares contra terceros en beneficio de la masa de
acreedores, tal como corresponde al Síndico ... ". LAICT2
de 17-7-61.

3.-JTR. Vol. IX, Pág. 287. "El depositario de los bienes en el


juicio de quiebra está facultado para hacer efectivos los
créditos del fallido mediante las acciones judiciales corres-
pondientes". LASCT de 14-12-61.

Art. 1287
Art. 1287
El pago hecho de buena fe a quien estuviere en pose-
siÓn del crédito, es válido, aunque el poseedor haya sufrido
después evicción.

JURISPRUDENCIA DE CASACIüN

l.-Quien paga por ordenamiento judicial al poseedor del crédito,


paga bíeny porque paga de buena fe. M. 1937, t. 2, p. 82.

Art. 1288 Art. 1288

El pago hecho al acreedor no es válido, si éste era in-


capaz de recibirlo, a menos que el deudor pruebe que la cosa
pagada se ha convertido en utilidad del acreedor.

Art. 1289 Art. 1289

El pago hecho por el deudor a su acreedor, no obstante


embargó de la deuda o acto de oposición en las formas es-
tablecidas por la ley, no es válido respecto de los acreedo-
res en cuyo favor se ordenó el embargo, o de los oponentes:
éstos, en lo que les toca, pueden obligarlo a pagar de nue-
vo, salvo en este caso únicamente su recurso contra el
acreedor.

. -244-
Art. 1290
Art. 1290

No puede obligarse al acreedor a recibir una cosa dis-


tinta de la que se le debe, aunque el valor de la cosa ofreci-
da sea igual o aun superior al de aquélla.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

'l.~JTR. Vol. IX, Pág. 609. "La cláusula de pago en moneda


extranjera tiene validez cuando los signos circulantes en el
lugar de pago están revestidos de curso legal. No producirá
efectos si impera el curso forzoso". DFMIM2 de 15-5-61. .

2 .~La dación en pago, como contrato que es, según lo reconoce


expresamente el demandado en su escrito de contestación, para
ser válida requiere el consentimiento del acreedor legítima.
mente prestado. DFIC1 de 6-8-48.

3.~Véase Art.1285, cita NQ 2.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.~No es el artículo 1311 del Código (artículo 1290 del Código


Civil vigente) lo que ha aplicado en el presente caso la recurri-
da al negocio que se estudia, sino que tomándolo en referencia
para deducir lo que legalmente dedujo, es decir, que el pago
debe hacerse como está convenido en el contrato, que es el
nuevo compromiso que contrajo el deudor, o sea, el de pagar
en café y no en otra forma, aplicó en sana lógica los principios
de nuestro derecho positivo, por lo que no existe la infracción
que se denuncia. M. 1939, Tomo n,Pág. 52.

Arto 1291 Art. 1291


El deudor no puede constreñir al acreedor a recibir en
parte el pago de una deuda, aunque ésta fuere divisible.

Art. 1292 Art. 1292


Si la deuda fuere en parte líquida y en parte ilíquida,
podrá exigirse por el acreedor y hacerse por el deudor el

-245,-
Art. 1292
pago de la parte líquida, aun antes de que pueda efectuarse
el de la parte ilíquida, si no apareciere que debe procederse
de .otro modo.

Art. 1293 Arto 1293

El deudor de una cosa cierta y determinada se liberta


entregándola en el estado en que se encuentre al tiempo de
. la entrega, con tal que los deterioros que le hayan sobre-
venido no provengan de culpa o hecho del deudor o de las
personas de que él sea responsable, y que no se haya cons-
tituido en mora antes de haber sobrevenido los deterioros.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-"El concepto de pago como medio de extinción de las 'obligacio-


nes tiene indudablemente en la doctrina y en nuestro ordena-
miento jurídico la acepción amplia de cumplimiento de la
prestación prometida por lo que el deudor de la obligación
paga no sólo cuando entrega al acreedor sumas de dinero
debidas sino también cuando entrega cuerpos ciertos o realiza
el hecho a que se encuentra obligado por la Ley o el contrato.
. . . Los jueces de la recurrida, dentro de su amplitud de apre-
ciación de las pruebas, consideraron que el documento funda-
mental de la acción contenía un préstamo de dinero mediante
giros, y consecuentes con ese criterio establecieron que en el
caso concreto la expresión "este préstamo será pagado hasta
el plazo de un año", contenida en dicho documento, "tenía que
referirse a la cantidad que sumaban las letras dadas en prés-
tamo y de ninguna manera a tales efectos en sí '" (o sea) la
entrega de efectivo representante de un valor, ajeno o distin-
to al significado de liberación de una obligación". G. F. NQ 52,
p. 340, Sent. de 21 abril 19660

Art. 1294 Arto 1294

Si la deuda es de una cosa determinada únicamente


en especie, el deudor, para libertarse de la obligación, no
está obligado a dar una de la mejor calidad ni puede dar
una de la peor.

-246-
Art. 1295
Art. 1295

El pago debe hacerse en el lugar fijado por el contrato.


Si no se ha fijado el lugar, y se trata de cosa cierta y deter-
minada, el pago debe hacerse en el lugar donde se encon-
traba la cosa que forma su objeto, en la época del contrato.
Fuera de estos dos casos, el pago debe hacerse en el
domicilio del deudor, salvo lo que se establece en el artículo
1528.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA
l.-JTR. Vol. VI, tomo 1, Pág. 684. Esta apreciación surge de la
disposición contenida en el artículo 1295 del Código Civil
que dice: "El pago debe hacerse en el lugar fijado por el
contrato. Si no se ha fijado el lugar, y se trata de cosa cierta
y determinada, el pago debe hacerse en el lugar, donde se en-
contraba la cosa que forma su objeto, en la época-del contrato".
"Fuera de estos casos, el pago debe hacerse en el domicilio
del deudor, salvo lo que se establece en el artículo 1528". (Este
artículo se refiere al caso en que a falta de estipulación con-
tractual en lo referente a la designación de día y lugar en
que debe hacerse el pago en el caso de compra-venta, debe ser
hecho en el lugar y en la época en que debe hacerse la tradi-
ción"). Queda así establecido, pues, que el legislador ha dis-
puesto como principio general, que el pago debe hacerse en el
domicilio del deudor, vale decir, que es ese domicilio el lugar
nato para que el obligado ejecute su obligación a no ser que
las partes hubieren fijado en el contrato un lugar distinto,
o que siendo el objeto de la convención una cosa cierta y deter-
minada, ésta se encontrare en un lugar diferente para la
época en que se celebró el contrato. Al disponer el canón
antes transcrito que el pago se efectuará en el lugar fijado
en el contrato, está diciendo que tal fijación ha de constar
de manera expresa, pues de no hacerse así, hay que referirse,
ope legís, al domicilio del obligado. 1SC3 de 8-5-57.

Art. 1296 Art. 1296


Cuando la deuda sea de pensiones o de cualquiera otra
clase de cantidades que deben satisfacerse en períodos de-

-247-
Art. "1296
terminados, y se acreditare el pago de las cantidades corres-
pondientes a un período, se presumen pagadas las anteriores
salvo prueba en contrario.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-La prueba de haberse cancelado las últimas vacaciones a de-


terminado trabajador establece una presunción juris tantum
de que todas las vacaciones anteriores les fueron. canceladas,
DFMST de 13-3-64.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.':-Disponeel artículo 1296 del Código Civil que: "Cuando la


deuda sea de pensiones o de cualesquiera otra clase de cantida-
des que deben satisfacerse en períodos determinados y se
acredite el pago de las cantidades correspondientes a un perío-
do se presumen pagadas las .anteriores, salvo prueba en
contrario"; y como bien lo asienta el sentenciador de la primera
instancia, quedando establecida en los autos la prueba del pago
del último período de trabajo del actor, que fue en 28 de
Febrero de 1947, y que en 19 de Marzo del mismo año finalizó
su contrato, debe presumirse que los sueldos anteriores le
fueron .pagados, pues no existe en autos prueba alguna que
desvirtúe esa presunción, "juris tantum", G. F. N'9 5, p. 465,
Sent. del 28-7-50.

Art. 1297 Art. 1297

Los gastos del pago son de cuenta del deudor.

§ 29

Del pago con subrogación

Art.' 1298 Art. 1298

La subrogación en los derechos del acreedor a favor


de un tercero que paga, es convencional o legal.

-- 248-
Art~ ·1299
Art. 1299

La subrogación es convencional:

1Q Cuando el acreedor, al recibir el pago de un ter-


cero, lo subroga en los derechos, acciones, privilegios o
hipotecas, que tiene contra el deudor; esta subrogación debe
ser expresa y hecha al mismo tiempo que el pago.

29 Cuando el deudor toma prestada una cantidad a fin


de pagar su deuda y de subrogar al prestamista en los
derechos del acreedor.

Para la validez de esta subrogación es necesario que


el acto de préstamo y el de pago tengan fecha cierta; que
en el acto de préstamo se declare haberse tomado éste .para
hacer el pago, y que en el pago se declare que éste se ha
hecho con el dinero suministrado a este efecto por el nuevo
acreedor. Esta subrogación sé efectúa sin el concurso de
la voluntad del acreedor.

Art~ 1300 Art. 1300


La subrogación se verifica por disposición de la ley:

19 En provecho de quien, siendo acreedor, aun quiro-


grafario, paga a otro acreedor que tiene derecho a ser
preferido por razón de privilegio o hipoteca.

29 En provecho del adquirente de un inmueble que


emplea el precio de su adquisición en pagar a los acreedores
en cuyo favor está hipotecado el fundo.

39 En provecho de quien, estando obligado con otros


o por otros al pago de la deuda, tenía interés en pagarla.

-249-
Art. 1300
4Q En provecho del heredero a beneficio de inventa-
rio que ha pagado con sus propios fondos las deudas de
la herencia.

JURISPRUDENCIA DE CASACION
l.-El pago de su acreencía al acreedor hipotecario no subroga al
acreedor quirografario que adquiera por remate una parte
del inmueble, pues la correcta interpretación del ord. 19 Art.
1300 C, C. es que para que se dé la subrogación legal allí
prevista, el bien hipotecado tiene que ser en su totalidad pren-
da común. Sent. 29 nov. 1963.

Art. 1301 Art. 1301

La subrogación establecida en los artículos precedentes


ha lugar tanto contra los fiadores como contra los deudores.

El acreedor a quien se ha pagado en parte y quien le


ha hecho el pago parcial, concurren juntos para hacer valer
sus derechos, en proporción de lo que se les debe.

De la imputación de los pagos

Art. 1302 Art. 1302

Quien tuviere contra sí varias deudas de la misma


especie tendrá derecho de declarar, cuando pague, cuál de
ellas quiere pagar.

Art. 1303 Art. 1303

El obligado por una deuda que produce frutos o inte-


reses no podrá, sin el consentimiento del acreedor imputar

-250-
Art. 1303
sobre el capital lo que pague, con preferencia a los frutos
e intereses. El pago hecho a cuenta del capital e intereses,
si no fuere íntegro, se imputará primero a los intereses.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. VI, tomo n, Pág. 191. Y conforme al artículo 1303


ejusdem, el obligado por una deuda que produce frutos e
intereses, no podrá sin el consentimiento del acreedor imputar
sobre el capital lo que pague con preferencia a los frutos e
intereses. El pago hecho a cuenta del capital e intereses, si
no fuere íntegro, se imputará primero a los intereses, ya que
el derecho que tiene el deudor de imputar los intereses no
puede perjudicar al acreedor, debe tenerse en cuenta que la
imputación al capital dejando pendiente los intereses, podría
dar lugar a la prescripción de los mismos, dada la circuns-
tancia de que estos están sujetos a una prescripción más breve
y conforme a lo expresado, esos abonos deben imputarse a los
intereses de la suma adeudada, ya que no se puede constreñir
al acreedor a recibir en parte el pago de una deuda. lICl
de 25-7-57.

Art. 1304 Art. 1304


Si quien tuviere contra sí varias deudas en favor de
la misma persona aceptare un recibo en el cual el acreedor
imputare especialmente la cantidad recibida a una de ellas,
no podrá hacer la imputación sobre una deuda diferente,
cuando no haya habido dolo o sorpresa de parte del acreedor.

Art. 1305 Art. 1305


A falta de declaración el pago debe ser imputado
primero sobre la deuda vencida; entre varias deudas ven-
cidas sobre la que ofrezca menos seguridades para el
acreedor; entre varias igualmente garantizadas sobre la
más onerosa para el deudor; entre varias igualmente one-
rosas sobre la más antigua; y en igualdad de circunstancias
proporcionalmente a todas.

-251-
Art. 1306
§ 4

De la oferta de pago y el del depósito

Art, 1306

Cuando el acreedor rehusa recibir el pago, puede el


deudor obtener su liberación por medio del ofrecimiento
real y del depósito subsiguiente deia cosa debida.

Los intereses dejan de correr desde el día del depósito


legalmente efectuado, y la cosa depositada queda a riesgo
y peligro del acreedor.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

1. -JTR. Vol. VIII, Pág. 624 " ... dentro del procedimiento de
'la oferta real y del depósito no pueden deducirse otras ac-
ciones y obligaciones entre' las partes litigantes, como sería
la referente a la existencia del contrato; pues' de no existir
la deuda, no hay obligación de pagar ... ". DFMIC1 de 8-7-60.

2. -JTR. Vol. VIII, Pág. 626 " ... la oferta real y el subsiguiente
depósito no puede transformarse en un medio para estable-
-eer"oextinguir obligaciones contractuales ... " DFMIC1 de
8-7-60.

3. -JTR. vei. VIII, Pág. 629 " . , . la declaratoria de nulidad de l~


oferta real no prejuzga sobre los derechos que puedan tener las
partes, las cuales deben ser ventiladas en juicio ordinario ... "
DFMIC1 de 8-7-60.

4. -JTR. Vol. XI, Pág. 406. "Carece de validez la oferta real cuan-
do con antelación el oferido haya intentado demanda de reso-
lución del contrato contra el oferente, basado en el incumpli-
miento del contrato del cual nació la deuda que se pretende
extinguir con tal oferta". DFMSC2 de 18-2-63.

5.-" ... la oferta real de la cosa es el camino establecido por el


Art. 1306 C. C. por el cual se consagra el derecho de un
deudor a obtener su liberación de una obligación contraída

-252--
ltrl. 1306
para con su acreedor, cuando éste rehuse recibir el pago y
que de acuerdo con jurisprudencia de casación de 21 marzo
1949, basta para ello que del acta del ofrecimiento conste la
negativa a recibir de parte del acreedor, sin que sea permi-
tido admitir otro medio probatorio para demostrarlo ... "
DFMSC1 de 2-12-65.

'6. "::-Es válida y surte pleno efecto liberatorio la consignación 'he-


cha por el obligado cambiariamente (artículo 450 del Código
de Comercio), sin seguir el procedimiento de oferta real y de-
pósito establecidos en los Códigos Civil y de Procedimiento
Civil ; DFMSC2 de 11-11-63.

URISPRUDENCIA DE CA SACION

1. - " ... en el referido texto legal no hay expresion alguna que


autorice pensar en la necesidad de la comprobación previa de
la negativa del acreedor a recibir la prestación que le es de-
bida, como requisito esencial para que proceda válidamente
el ofrecimiento ... ", G. F. NI? 1, 11!- etapa, Pág. 137.

'2. .:» ... no ca be duda que la precedente disposición... son dis-


posiciones procedimentales incluidas en la ley sustantiva ...
y de preferente aplicación (a las del C. de P. C.) ... ". G.
F. NI? 1, 11!- etapa, Pág. 141.

3.-La forma procesal de pago es la de la oferta real y la con-


signación, procedimiento facultativo para el deudor cuando
el acreedor rehusa recibir el pago, pero sin quitar a aquél el
derecho de ventilar en juicio ordinario, la obligación corre-
lativa del acreedor; en el presente caso, la de la tradición
que desconoce la vendedora. Sent. 2-12-46, M. 1948, Pág. 281.
4.-No procede, como medio de liberación, la sola consignación que
hace el inquilino del canónde arrendamiento, sin acreditar la
validez ,de esa consignación mediante decisión judicial. Se
requiere, pues, el completo procedimientode oferta real y depó-
sito y no la mera consignación. G. F. NQ 48, p. 218. Sent.
del 11? de abril de 1965.

Art. 1307 Art. 1307


Para que el ofrecimiento real sea válido es necesario:

~253-
llrt. 1387
19 Que se haga al acreedor que sea capaz de exigir,
o a aquel que tenga facultad de recibir por él.

29 Que se haga por persona capaz de pagar.

39 Que comprenda la suma íntegra u otra cosa debida,


los frutos y los intereses debidos, los gastos líquidos y una
cantidad para los gastos ilíquidos con la reserva por cual-
quier suplemento.

49 Que el plazo esté vencido si se ha estipulado en


favor del acreedor.

59 Que se haya cumplido la condición bajo la cual se


ha contraído la deuda.

69 Que el ofrecimiento se haga en el lugar convenido


para el pago, y cuando no haya convención especial respec-
to del lugar del pago, que se haga a la persona del acreedor
o en su domicilio, o en el escogido para la ejecución del
contrato.

79 Que el ofrecimiento se haga por ministerio del


Juez.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

1 -JTR. Vol. VI. Tomo 11. Pág. 181. Sabemos que para que las
ofertas reales sean válidas, es necesario que sean por la totali-
dad de la suma exigible, desde luego que las ofertas hacen
las veces de pago, y por ello deben comprender todo lo que
el deudor deba al acreedor. De ahí pues, las condiciones esta-
blecidas por la Ley sustantiva para su validez. 10le1 de 21-5-57.

2.-JTR. Vol. VI. Tomo 11. Pág. 186. Por otra parte, considera este
Sentenciador que una decisión en sentido contrario, no consi-
derando el cheque como un medio e instrumento de pago,
crearía un estado de alarma, un estado de total desconfian-
za en el ánimo comercial del país, que no se compaginaría

-254-
Art. 1307
con el actual progreso y desenvolvimiento mercantil, cuan-
dos es universalmente aceptada tada transacción celebrada
por medio, incluso de los llamados cheques de viajeros.

Por todas estas razones, el Tribunal concluye establecien-


do que el cheque si es un medio legal para efectuarse cual-
quier pago y máxime cuando él esta garantizado por un
depósito bancario como se pudo constatar de la inspección
ocular aludida, y de consiguiente declara que el oferente
J. C. T. si utilizó un medio legal para rescatar la finca a
que se refiere este juicio. 13S .de 1-10-57.
(Nota: Esta opinión no es compartida por los Tribunales del
D. F. y E. M.).

3.-JTR. Vol. IX. Pág. 607. "Por cuanto el Código Civil artíeulo
1307 permite que el ofrecimiento se haga en la persona que
tenga facultad de recibir, es eficaz la oferta real hecha a
una Municipalidad en la persona del Recaudador de las Ren-
tas Municipales ... ". DFMICDV de 21-7-61.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

1.-" ... el ofrecimiento no conprendió la totalidad de lo debido


ni tampoco la identidad entre la cosa debida, y especificada
en el inventario dicho, y la cosa ofrecida, constante esta úl-
tima en el acta del depósito... (no produciendo, en conse-
cuencia, efectos la oferta) ... ". G. F. NQ 1, 1~ etapa, Pág. 145.

2.-Para que surta efecto la oferta ésta debe ser hecha a un


deudor capaz de recibir. M. 1932, Pág. 269.

S.-Para la validez de la oferta se requiere únicamente que los


requisitos del Art. 1307 C. C. se cumplan. Si ello aparece
de autos, poco importa que al pedirse la notificación al
acreedor de la oferta, se hubiere pedido junto con esa noti-
ficación otras notificaciones, pues en manera alguna éstas
desvirtuarían la oferta hecha al acreedor por el deudor.
Sent. de 11 nov. 1965.

4.-Es requsito esencial para la eficacia del ofrecimiento real,


que ésta comprenda los gastos Iíquidos y una cantidad para
los ilíquidos con la reserva para cualquier suplemento (Art.
1307, ord. 39 C. C.). G. F. T. 27, Pág. 182.

-255-
Art.· 1308
Art. 1308

Para la validez del depósito no es necesario que sea


autorizado por el Juez; basta para. ello:

1 9 . Que lo haya precedido un requerimiento hecho


al acreedor, que contenga la indicación del día, hora y
lugar en qué la cosa ofrecida se depositará.

29 Que el .deudor se haya desprendido de la posesión


de la. cosa ofrecida, consignándola, con los intereses corri-
dos hasta el día del depósito, en el lugar indicado por la
ley para recibir tales depósitos.

39 Que se levante un acta, por el Juez, en la cual se


indique la. especie de las cosas ofrecidas, la no aceptación
por parte del acreedor o su no comparecencia, y en fin, el
depósito.

49 Que cuando el acreedor no haya comparecido, se


Íe-notíñqueel acto del depósito, con la intimación. de tomar
la casi! depositada.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-La notificación del depósito y la citación del demandado


son requisitos necesarios para l~ validez. de la consignación
G F. NQ 1, lÍ!- etapa, Pág. 133.

J\rt. 1389 Art. 1309

Los gastos del ofrecimiento real y del depósito, si estos


fueren válidos, son de cargo del acreedor.

J\rt. 1310 Art. 1310

Mientras el acreedor no haya aceptado el depósito, el


deudor podrá retirarlo; y .si lo retira, sus codeudores y sus
fiadores no se libertan de la obligación.

. -:256-
Art. 1311
Art. 1311

Cuando el deudor ha obtenido una sentencia pasada


en autoridad de cosa juzgada, la cual haya declarado bue-
nos y válidos la oferta y el depósito, no puede, ni aun con
el consentimiento del acreedor, retirar el depósito en per-
juicio de sus codeudores o de sus fiadores.

Art. 1312 Art. 1312


El acreedor que ha consentido en que el deudor retire
el depósito, después que éste ha sido declarado válido por
una sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada, no
puede prevalerse, para el pago de su crédito, de los privi-
legios o hipotecas que lo garantizaban.

Art. 1313 Art. 1313


Si la cosa debida es un objeto determinado que debe
entregarse en el lugar donde se encuentra, el deudor reque-
rirá el acreedor para que la tome. Hecho este requeri-
miento, si el acreedor no toma la cosa, el deudor puede
hacerla depositar por medio del Tribunal en otro lugar.

Si el objeto de la deuda es un inmueble por su natu-


raleza o por su destinación, el deudor puede, después de
requerir al acreedor para que tome posesión de aquéllos,
obtener del J~ez que nombre un depositario.
Las disposiciones de los artículos 1309, 1310, 1311 Y 1312,
son aplicables a los casos previstos en este artículo.

SECCION SEGUNDA

De la novación

Art. 1314 Art. 1314


La novación se verifica:

-257-
Art~ 1314
1Q Cuando el deudor contrae para con su acreedor
nueva obligación en sustitución de la anterior, la cual queda
extinguida.

2,9 Cuando un nuevo deudor se sustituye al anterior


dejando el acreedor a éste libre de su obligación.

3Q Cuando, en fuerza de nueva obligación un nuevo


acreedor se sustituye al anterior, quedando libre el deudor
para con éste.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

1.-JTR. Vol. VI. Tomo II. Pág. 170. Confonne lo determina e:


articulo 1.314 del Código Civil, la novación es un acto jurídico
que produce un doble efecto: Extingue una obligación pre-
existente y la reemplaza por una nueva que hace nacer. Tres
elementos constituyen, en esa virtud la novación; una obliga-
ción anterior, una obligación nueva y la voluntad de las par-
tes -de sustituir una segunda obligación a la primera. Si falta
una obligación preexistente, no puede hablarse de novación
ya que éste es un medio de extinción y mal puede extinguir-
se lo que no existe. lIC1 de 2-8-57.

2.-JTR. Vol. V. Pág. 672. Tanto los comentaristas patrios co-


mo los extranjeros están contestes en decir que la novación
es una forma extintiva y, al mismo tiempo, una fuente crea-
dora de otra obligación, siendo elementos necesarios para
darle su vérdaders, fisonomía: a) la preexistencia de una
obligación; b) la extinción de la misma; c) el nacimiento
de una nueva; d) animus novandi, y e) capacidad para ex-
tinguir y crear ...

Como consecuencia de lo expuesto, el Tribunal concluye que


al operarse una novación, extinguiendo una obligaeión para
crear una nueva, los privilegios sobre la hipoteca legal
igualmente se extinguen en la obligación preexistente si
no se ha hecho reserva de ello. 10SC de 13-3~56.

S.-La novación es una forma de extinguirse las obligaeiones


pautadas en, los artículos 1314 y siguientes del Código Ci-

-258-
Art." 1314
vil, que opera por sustitución de una obligación por otra
o por sustitución del acreedor o del deudor en una relación
jurídica.

En el presente caso no se han cumplido tales supuestos ya


que permanece vigente la obligación de la deudora origina-
ria pero ello no significa que por no haberse operado cam-
bio del deudor sea improcedente la responsabilidad asumi-
da por el ejecutado constante en el mencionado documento
público.

A su vez la parte ha alegado que estamos en presencia del


supuesto previsto en el artículo 1317 del Código Civil que
dice: "La delegación por la cual un deudor designa al acree-
dor otro deudor, el cual se obliga hacia el acreedor, no pro-
duce novación, si el acreedor no ha declarado expresamente
su voluntad de libertar al deudor, que ha hecho la delega-
ción". La delegación es una figura jurídica en cuya virtud
un sujeto (delegante) obtiene de otro (delegado) que con-
venga en aceptar a un tercero (delegatorio). Aunque nues-
tro Código regule la delegación en la sección relativa a la
novación, se trata de una institución autónoma, como afirma
Planiol, La delegación puede ser perfecta si el delegatorio
libera al delegante de su obligación originaria, o imper-
fecta en caso de no mediar tal consecuencia.

En el primer caso sí se opera una novación por sustitución de


deudor; en el segundo supuesto, no hay tal novación, y su
efecto viene a ser como antes queda establecido, la produc-
ción de una garantía personal del delegado frente al acree-
dor.
En la obra Tratado Práctico de Derecho Civil de Planiol y
Ripert se expresa en relación con este punto: "Delegación
Imperfecta. Es la forma más viviente de la delegación. El
acreedor no tiene interés en oponerse a élla, puesto que al
no ir acompañada de novación tal delegación no le priva de
su primer deudor, sino que le da un segundo y desempeña
las funciones de una garantía personal, análoga a la soli-
daridad, ya que cada uno de los deudores puede ser deman-
dado por el total, en el primer término, y sin beneficio de
excusión. El delegatario dispone de las dos acciones y el
delegante no queda liberado sino cuando el delegado ha pa-
gado". DFMSC2 de 7-2-63.

-259-
J\rt. 1314
4. -JTR. Vol. IX, Pág. 830 " ... la venta del inmueble hipo-
tecado no convierte al comprador en deudor de la obliga-
ción garantizada, por cuando no produce novación. Si bien
el acreedor hipotecario puede trabar ejecución sobre la co-
sa hipotecada y hacerla rematar aún cuando esté poseída
por terceros, ello no implica que el deudor quede liberado
de su obligación". DFMIC2 12-5-61.

5. -JTR. Vol. XI, Pág. 86. "En el derecho positivo venezolano


la transmisión de una obligación desde el ángulo pasivo só-
lo puede efectuarse con el consentimiento del acreedor, pero
entonces 10 que se produce es novación y no transmisión de
la obligación (cesión de deuda) en sentido técnico". DFMIM2
de 7-1-63.

6.-"El autor patrio Anibal Dominici define (la novación) así:


La novación es un medio por el cual se extingue la obliga-
ción, a la vez que se produce otra nueva; o, en otros térmi-
nos, es la sustitución de una obligación por otra". En cuan-
to a los requisitos ellos son: a) Realidad de la obligación
originaria sin cuya exstencia no es posible; b) nuevo con-
venio que dé lugar a nueva obligación; e) "animus novan-
di" expreso o tácito. La novación, ya se refiera al sujeto,
o ya al objeto de la obligación, nunca se presume sino que
ha de resultar acreditada sin género alguno de dudas, 10
que puede deducirse cuando exista incompatibilidad entre
la nueva convención y la anterior, de modo que la una im-
pida el cumplimiento... (pero) las manifestaciones ni han
de hacerse en palabras sacramentales, ni en forma directa,
pues no se rechaza la expresión tácita de la voluntad indu-
ciéndola de la naturaleza y circunstancias de las convencio-
nes, de su irreductibilidad o incompatibilidad absoluta".
DFMSC de 23-10-66.

JURISPR,UDENCIA DE CASACION

1. -Cuando el ánimo de novar es expreso los jueces están en el


deber de admitirla, so pena de infringir la ley. Cuando es
tácita ellos tienen la facultad de interpretar el acto. M.
1931, Pág. 357.

2.-El animus novandi no es suficiente por sí solo para efectuar


una novación; precisa que ocurra además un cambio en el

-260-
Art. 1314
objeto de la misma o la sustitución de uno de los sujetos
de la relación contractual. El cambio ha de ser en la sus-
tancia de la cosa. La introducción de una simple modalidad,
de una condición, de un término o una mera estipulación so-
bre intereses, no basta. Se requiere un cambio de sujetos de
la obligación, o alteración de obligaciones originarias en
forma sustancial. M. 1942, t. 2, Pág. 32.

3. -Incumbe a los jueces establecer por medio de análisis y de


la interpretación la voluntad de novar (en casos de nova-
ción tácita alegada). M. 1942, t. 2, Pág. 25.

Art. 1315 Art. 1315


La novacion no se presume: es necesario que la volun-
tad de efectuarla aparezca claramente del acto.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. V, Pág. 670. Varias son las condiciones necesarias


para que proceda novación, entre otras, la existencia del
animus novandi, condición consagrada en nuestra legislación
positiva en el artículo 1315 del Código Civil, tocando al Juez,
interpretar si de la forma como se ha verificado el negocio
jurídico concreto, aparece o no la existencia del animus novan-
di. La factura acompañada dice: "para el pago de estas
cuotas libra hoy la A. V., veinte giros contra el señor R. R. R.,
que éste acepta y se obliga a pagar en Caracas en las fechas
de vencimiento indicadas en los mismos giros". Del contenido
mismo de la factura que acaba de transcribirse, concluye el
Tribunal, que no existe en el caso de autos, la voluntad por
parte de la aetora de transformar o sustituir una obligación
por otra, es decir, no existe el animus novandi. 11M1
de 27-4-56.

2. -JTR. Vol. V, Pág. 672. Tanto los comentaristas patrios como


los extranjeros están contestes en decir que la novación es
una forma extintiva y al mismo tiempo una fuente creadora
de otra obligación, siendo elementos necesarios para darle su
verdadera fisonomía: a) la preexistencia de una obligación;
b) la extinción de la misma; c) el nacimiento de una nueva;
d) "anímus novandi" y e) capacidad para extinguir y crear.
lOSC de 13-3-56.

-261-
Art. 1315
3. -JTR. Vol. XI, Pág. 402 " .. .la novación puede hacerse expresa
o tácitamente. La primera no requiere fórmulas sacramenta-
les. Para que se verüique la segunda basta que los actos
ocurridos entre las partes resulte claramente la voluntad de
efectuarla ... ". DFMIM2 de 7-1-63.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

1. -" ... no es pues necesario que la intención de novar deba ser


expresamente declarada por escrito; ella puede ser tácita y
corresponde a los jueces inducirla de las convenciones reali-
zadas o de las circunstancias exteriores ... ". M. 1942, t. 2,
p. 31.

2.-La novación es medio extintivo de una obligación y creador


de otra, y así puede ser expresa o tácita; lo primero, cuando
los declarantes hacen categórica declaración sobre ella; lo
segundo, cuando la voluntad de realizar resulta del acto mis-
mo, aun cuando las partes hayan guardado silencio a este
respecto. En el caso de novación expresa, los jueces se obli-
gan a admitirla bajo pena de infracción de la Ley, y en el
caso de novación tácita, los sentenciadores tienen facultad de
interpretar el acto realizado, para declarar soberanamente si
la novación tiene existencia o no. Sent. 29 de marzo de 1939,
M. 1940, t. 2, p. 53.

Art. 1316 Art, 1316

La novación que consiste en sustituir un nuevo deudor,


en lugar del primitivo, puede hacerse sin el consentimiento
de éste.

Art. 1317 Art. 1317

La delegación por la cual un deudor designa al acreedor


otro deudor, el cual se obliga hacia el acreedor, no produce
novación, si el acreedor no ha declarado expresamente su
voluntad deIibertar al deudor, que ha hecho la delegación.

-262-
Art. 1317
JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA
l.-JTR. Vol. IV, tomo n, Pág. 276. Sostiene el excepcionante
que él celebró con el ciudadano J. P. un contrato de arrenda-
miento, con opción de compra, de la finca agrícola "E.' P.",
determinada en el libelo de demanda; que luego cedió los dere-
chos que le otorgaba ese contrato a la C. A.P.; que, como con-
secuencia, de esa cesión, quedó desvinculado de sus obliga-
ciones para con P., y que, en consecuencia, no tenía cualidad
o interés para sostener este juicio.

Traduciendo los alegatos del excepcionante a términos jurídi-


cos, estima el juzgador que ha pretendido él fundamentar la
excepción opuesta en una novación por cambio de deudor que lo
liberaría de sus obligaciones para con el arrendador; pero, de
acuerdo con disposición expresa del artículo 1317 del Código
Civil, la delegación por la cual un deudor designa al acreedor
otro deudor, en la cual se obliga al acreedor, no produce
novación si el acreedor no ha declarado expresamente su
voluntad de libertar al deudor que ha hecho la delegación.
Esta declaración expresa de voluntad del. arrendador no ha
sido comprobada en autos: y, en consecuencia, sí tiene cualidad
e interés para sostener el juicio al demandado A. Ch. A. lIC1
de 13-1-54.

2.-Véase Art. 1314, cita NQ 3.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-La declaración de voluntad de liberar al deudor que ha hecho


la delegación tiene que ser expresa y no tácita. M. 1933, p. 419.

2.-La cesión de obligaciones no existe como acto unilateral. G. F.


NQ 6, 1954, p. 49.

Art 1318 Art. 1318


El acreedor que ha libertado al deudor por quien se ha
hecho la delegación, no tiene recurso contra él, si el dele-
gado se hace insolvente, a menos que el acto contenga re-
serva expresa, o que el delegado estuviese ya en estado de
insolvencia o quiebra en el momento de la delegación.

-263-
Art. 1319
Art. 1319

No produce novación la simple indicación hecha por el


deudor de una persona que debe pagaren su lugar.
Tampoco la produce la simple indicación hecha por el
acreedor de una persona que debe recibir por él.

Art. 1320 Art. 1320

Los privilegios e hipotecas del crédito anterior no pasan


al que lo sustituye, si el acreedor no ha hecho de ellos
reserva expresa.

JURISPRUDENCIA DE CASACION
l.-En el caso de perfecta novación, los privilegios e hipotecas del
crédito anterior, o extinguido, no pasan al nuevo deudor si el
acreedor no ha hecho de ellos reserva expresa; no así en la
de una promesa unilateral. M. 1939, t. 2, p. 66.

Art. 1321 Art. 1321

Cuando la novación se efectúa por la sustitución de un


nuevo deudor, los privilegiase hipotecas primitivos del
crédito no se transfieren a los bienes del nuevo deudor.

Art. 1322 Art. 1322

Si la novación se verifica entre el acreedor y uno de los


deudores solidarios, los privilegios y las hipotecas del cré-
dito anterior no pueden reservarse sino sobre los bienes del
deudor que contrae la nueva obligación.

Art. 1323 Art. 1323

El deudor que ha aceptado la delegación no puede


oponer al segundo acreedor las excepciones que había po-
dido oponer al acreedor primitivo, salvo su acción contra
este último.

-264-
Art. 1323
Sin embargo, tratándose de excepciones que dependen
de la cualidad de la persona, el deudor puede oponerlas, si
tal cualidad subsistía al tiempo en que se consintió en la
delegación.

Art. 1324 Art. 1324


La novación carece de efecto si la antigua obligación
era nula; a menos que la nueva haya sido contraída en mira
al mismo tiempo de confirmar la antigua, conforme a las
reglas legales, y de reemplazarla.

Art. 1325 Art. 1325


El que ha aceptado la delegación queda válidamente
obligado para con el delegatario, aun cuando su obligación
para con el delegante o del delegantepara con el delegata-
rio sea nula o esté sujeta a excepción.

SECCION TERCERA

De la remisión de la deuda

Art. 1326 Art. 1326


La entrega voluntaria del título original bajo docu-
mento privado, hecha por el acreedor al deudor, es una
prueba de liberación.

Art. 1327 Art. 1327


La entrega de la prenda no basta para hacer presumir
la remisión de la deuda.

Art. 1328 Art. 1328


La remisión o quita concedida al deudor principal apro-
vecha a sus fiadores; pero la otorgada a éstos no aprovecha
él. aquél.

-265-
Art. 1329
Art. 1329

La remisión hecha por el acreedor a uno de los fiadores


sin consentimiento de los demás, aprovecha a éstos por la
parte de deuda de aquel a quien se hizo la remisión.

Art. 1330 Art. 1330

En todo caso, lo que el acreedor haya recibido de up


fiador para libertarlo de la fianza, debe imputarse a la
deuda en descargo del deudor principal y de los demás
fiadores.

SECCION CUARTA

De la compensación

Art. 1331 Art. 1331

Cuando dos personas son recíprocamente deudoras, se


verifica entre ellas una compensación que extingue las dos
deudas, del modo y en los casos siguientes.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

1. -..JTR. Vol. X, Pág. 97 " ... incumbe al demandado la carga


de la prueba cuando por haber opuesto la compensación, él
mismo ha reconocido la existencia del derecho del actor ... ".
TRIe1 de 11-7-62.

2.-JTR. Vol IV, tomo 1, Pág. 215. Para que se le dé la figura


, jurídica de la compensación como medio extintivo de las obli-
gaciones es esencialmente requerido que dos personas sea!'
recíprocamente deudora, y no siendo en el caso de especie,
según las razones que se dejan apuntadas, P. R. N. de R. G.,
necesario es concluir que éste no puede oponer a aquél, con
plenitud de eficacia jurídica, la compensación que pretenae
con base en los diversos abonos en pago que afirma haber
. hecho al primitivo acreedor E. A. P., contra quien, de ser

-266-
Art. 133;~

estos ciertos, le quedan intactos todos los derechos y acciones


que por concepto de los mismos puedan derivarse. Así se
declara. HC3 de 21-7-55.

3.-No paraliza la compensación el hecho de producirse la sus-


pensión de pagos. DFMSC1 de 7-3-63.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-No procede la compensación entre deudas de un socio en


particular y de la firma en liquidación pues las compañías
constituyen personas jurídicas distintas de las de los socios.
M. 1907, t.1, p. 361.

2, -La compensación se verifica de pleno derecho, por la sola


fuerza de la ley y sin intervención alguna de la voluntad de
las partes, ni pronunciamiento judicial al respecto. Sent. de
12-6-63.

Art. 1333 Art. 1332


La compensación se efectúa de derecho en virtud de la
ley, y aun sin conocimiento de los deudores, en el momento
mismo de la existencia simultánea de las dos deudas, que
se extinguen recíprocamente por las cantidades concurren-
tes. .

Art. 1332 Art. 1333


La compensación no se efectúa sino entre dos deudas
que tiene igualmente por objeto una suma de dinero, o una
cantidad determinada de cosas de la misma especie, que
pueden en los pagos sustituirse las unas a las otras, y que
son igualmente líquidas y exigibles.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

1. -JTR. Vol. VII, tomo 1, Pág. 384. " ... La compensación legal
opera de derecho, en virtud de la Ley, cualquiera que sea el
origen de las deudas y aún sin conocimiento de los deudores,

-267-
Art. 1333
en el momento mismo de la existencia simultánea de las dos
deudas que se extinguen recíprocamente por las cantidades
concordantes ... ". DFMST de 2-4-59.

2. -JTR. Vol. X, Pág. 25 " ... entre los requisitos exigidos, para
que opere la compensación legal, se halla el de que las deudas
son líquidas. Para que una deuda sea líquida debe constar
que se debe y como se debe ... ". DFMSC1 de 1-10-62.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l._Respecto de un crédito hipotecario sometido a las contingencias


de un juicio que haya de seguirse, no se admite la compensa-
ción en presencia de una ejecución de costas en otro ya ter-
minado. Sent. de 15-1-41.

ArI. 1334 Art. 1334

Los plazos concedidos gratuitamente por el acreedor


no impiden la compensación.

ArI. 1335 Art. 1335

La compensación se efectúa cualesquiera que sean las


causas de una u otra deuda, excepto en los siguientes casos:

19 Cuando se trata de la demanda de restitución de la


cosa de que ha sido injustamente despojado el propietario.

29 Cuando se trata de la demanda de la restitución


de un depósito o de un comodato.

39 Cuando se trata de un crédito inembargable.

49 Cuando el deudor ha renunciado previamente a la


compensación.

Tampoco se admite la compensación respecto de lo que


se deba a la Nación, a los Estados o a sus Secciones por
impuestos o contribuciones.

-268-
Art. 1335
JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA
l.-JTR. Vol. IV, tomo 1, Pág. 234. El argumento del actor de
que la compensación no puede establecerse porque su deuda
es mercantil y la del demandado es de trabajo, estaría en
pugna con lo dispuesto en el artículo 1335 del Código Civil
que expresa que la compensación se efectua cualesquiera que
sean las causas de una u otra deuda. Y así se declara, por no
encajar la deuda del actor en ninguna de las cuatro excepcio-
nes que el artículo mencionado establece. DFST2 de 13-10-55.
13-10-55.

Art. 1336 Art. 1336


El fiador puede oponer la compensación de lo que el
acreedor deba a su deudor principal, pero éste no puede
oponer la compensación de lo que el' acreedor deba al
fiador.

Art. 1337 Art. 1337


El deudor que ha consentido sin condición ni reserva
en la cesión que el acreedor ha hecho de sus derechos a un
tercero, no puede oponer al cesionario la compensación que
habría podido oponer al cedente antes de la aceptación.
En todo caso, la cesión no aceptada por el deudor, pero
que le ha sido notificada, no impide la compensación, sino
de los créditos posteriores a la notificación.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA
l.-JTR. Vol. IV, tomo 1, Pág. 214. Establece el artículo 1337
del Código Civil que "el deudor que ha consentido sin condición
ni reserva en la cesión que el acreedor ha hecho de sus dere-
chos a un tercero, no puede oponer al cesionario la compen-
sación que había podido oponer al cedente antes de la acepta-
ción". En relación con el contenido de esta disposición, ha
alegado G. que aunque él fue notificado de la cesión, oportuna-
mente hizo protesta de la misma, mediante carta que dirigió
a A. P. y por lo tanto quedaba en perfecta capacidad para
oponer la compensación, como en efecto así lo había hecho.

-269-
Art. - 1337
Sin embargo, al examinar el Tribunal el instrumento público
acompañado a la solicitud de ejecución y del cual se derivan
inmediatamente los derechos que pretende ejercer N. mediante
el procedimiento de ejecución, aparece que en el mismo G.
declara recibir de A. P., en calidad de préstamo en dinero
efectivo, a su entera satisfacción, la cantidad de veinte y cinco
mil bolívares, que se compromete a devolver a él o a su orden.
Pues bien, contraída de tal forma la obligación, es concluyente,
como lo asienta en su informe el ejecutante, que para la cesión
no se requería la expresa notificación del deudor cedido, ya
que conforme al artículo 1551 del Código precitado, al esta-
blecer que el deudor queda válidamente libre si paga el cedente
antes que por éste o por el cesionario se la haya notificado la
cesión, .hace excepción al caso de los documentos que llevan
la aceptación implícita del deudor, circunstancia esta última
que es la que ocurre en el documento a que se viene aludiendo.
I

Al referirse a la primera parte de la disposición antes trans-


crita, dice Sanojo (Instituciones de Derecho Civil Venezolano,
Tomo III, pág. 338, Ed. 1873): "Esta es una consecuencia de
lo dicho en los artículos anteriores, porque si la cesión no
tiene ningún efecto respecto del deudor antes de la notificación,
es claro que debe considerarse como su acreedor al cedente.
Aquí también rige la excepción de que hemos hablado anterior-
mente acerca de los documentos que llevan la aceptación
explícita o implícita, y por consiguiente el que pague al
acreedor primitivo un crédito que consta de un documento a
la orden sin que se lo presente, tendrá luego que satisfacer a
a cualquier endosatario que ocurra cobrándoselo, sin que
pueda oponer a éste las excepciones que pudiera oponer a
aquél".

(Y) en recapitulación de todo lo expuesto, encuentra el sen-


tenciador que conforme a 10 preceptuado en el artículo 1331
ejusdem, para que se dé la figura jurídica de la compensación
como medio extintivo de las obligaciones es esencialmente
requerido que dos personas sean recíprocamente deudoras, y
no siéndolo en el caso de 'especie según las razones que se
dejan apuntadas, P. R. N. de R. G., necesario es concluir que
éste no puede oponer a aquél, con plenitud de eficacia jurídica,
la compensación que pretende con base en los diversos abonos
en pago que afirma haber hecho al primitivo acreedor E. A. P.,

-270-
Art. 1337
contra quién, de ser éstos ciertos, le quedan intactos todos los
derechos y acciones que por concepto de los mismos pueden
derivarse. Así se declara. lIC3-354-1 de 21-7-55.

Art. 1338 Art. 1338


Las deudas pagaderas en diferentes lugares pueden
compensarse mediante la indemnización de los gastos de
transporte o cambio al lugar del pago.

Art. 1339 Art. 1339


Cuando la misma persona tenga varias deudas compen-
sables, se observarán para la compensación las mismas re-
glas que se han establecido para la imputación en el artículo
1305.

Art. 1340 Art. 1340


La compensación no se verifica con perjuicio de dere-
chos adquiridos por un tercero.

Sin embargo, el que, siendo deudor, llega a ser acreedor


después del embargo hecho en bienes suyos a favor de un
tercero, no puede oponer la compensación en perjuicio de
quien ha obtenido el embargo.

Art. 1341 Art. 1341


Quien ha pagado una deuda que estaba extinguida de
derecho en virtud de la compensación, y que después per-
sigue el crédito por el cual no ha opuesto la compensación,
no puede en perjuicio de terceros, prevalerse de los privi-
legios, hipotecas o fianzas unidas a su crédito, a menos que
haya tenido justa causa para ignorar el crédito que habría
debido compensar su deuda.

-271-
Art. 1342
SECCION QUINTA

De la confusión

Art. 1342

Cuando las cualidades de acreedor y de deudor se reú-


nen en la misma persona, la obligación se extingue por
confusión.

Art. 1343 Art. 1343

La confusión que se efectúa en la persona del deudor


principal aprovecha a sus fiadores.

La que se efectúa en la persona del fiador, no envuelve


la extinción de la obligación principal.

SECCION SEXTA

De la pérdida de la cosa debida

Art. 1344 Art. 1344

Cuando una cosa determinada, que constituía el objeto


de la obligación, perece, o queda fuera del comercio, o se
pierde de modo que se ignore absolutamente su existencia,
la obligación se extingue, si la cosa ha perecido o se ha
puesto fuera del comercio o perdido, sin culpa del deudor y
antes de que haya incurrido en mora.

Aun cuando el deudor haya incurrido en mora, si no ha


tomado a su cargo el peligro de los casos fortuitos, se ex-
tingue la obligación, si la cosa hubiera perecido igualmen-
te en poder del acreedor, caso de que se le hubiese
entregado.

-272-
Art. 1344
El deudor está obligado a probar el caso fortuito que
alega.

De cualquier manera que haya perecido o se haya per-


dido una cosa indebidamente sustraída, su pérdida no dis-
pensa a aquel que la ha sustraído de restituir su valor.

Art. 1345 Art. 1345


Cuando la cosa ha perecido, se ha puesto fuera del co-
mercio o se ha perdido sin culpa del deudor, los derechos
y las acciones que le pertenecían respecto de esta cosa
pasan a su acreedor.

SECCION SEPTIMA

De las acciones de nulidad

Art. 1346 Art. 1346


La acción para pedir la nulidad de una convención dura
cinco años, salvo disposición especial de la ley.

Este tiempo no empieza a correr en caso de violencia,


sino desde el día en que ésta ha cesado; en caso de error o
de dolo, desde el día en que han sido descubiertos; respecto
de los actos de los entredichos o inhabilitados, desde el
día, en que haya sido alzada la interdicción o inhabilita-
ción; y respecto de los actos de los menores desde el día de
su mayoridad.

En todo caso, la nulidad puede ser opuesta por aquel


que ha sido demandado por la ejecución del contrato.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

1. -JTR. Vol. n. Pág. 521. En relación con los alegatos de la


parte actora sobre la diferencia de la acción de rescisión, por

-273-
Art. 1346
lesión en la partición y de la acción de nulidad de los contra-
tos, conviene recordar que la doctrina desde hace tiempo, tiene
reconocida la sinonimia de ambas acciones, y que el Código
Civil las equipara, aun cuando al referirse a la lesión, use el
vocablo rescisión, pues en el articulo 1120 alude a la rescisión
de los contratos. .Se evidencia dicha equiparación, notable-
mente, si se considera que en la Sección VII, Capítulo IV, Ti-
tulo III del Libro Tercero del Código Civil de 1922, la materia
llevaba el mote siguiente: "De las acciones de nulidad o de
rescisión" y que el Legislador de 1942, por considerarlas sin
duda, redundantes, suprimió de allí las palabras "o de resci-
sión". DFIC2 de 18-11-52.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.--EI lapso previsto en el Art. 1346 CC. es de prescripción y


no de caducidad. Sent. de 16 julio de 1965. (Ratificada la
doctrina: Sent. de 7 Dic. 1967).

2. -La demanda intentada contiene la aceren de nulidad de


dación en pago hecha al demandado por los causantes del
actor, alegándose que el consentimiento de éstos le fue
arrancado por aquél usando de medios violentos. Ahora
bien, para que el Juez hubiera tenido que entrar a conocer
del lapso de caducidad de la acción, era indispensable que
la violencia ejercida hubiera quedado demostrada en las
actas procesales en todas sus circunstancias, pues sin este
elemento básico se carecía del material necesario para hacer
el cómputo, y como la recurrida, al hacer el análisis de las
probanzas del actor, llegó a la conclusión de que los hechos
violentos alegados no aparecen demostrados en los autos,
mal podría pretenderse que sin la existencia procesal de
esta fundamental circunstancia pudiera la recurrida en modo
alguno considerar y precisar el comienzo del lapso de
caducidad previsto en el artículo 1.346 del Código Civil, por
lo que ,al ignorar su consideración, no lo ha infringido, y
así se declara. Sen. 30-6~59, G.F. NQ 24, Pág. 311.

3.-La nulidad, una vez pronunciada, extingue en su totalidad


la obligación sobre que recae, y .produce como efecto las
cosas al mismo estado en que se hallaban en el momento
de la formación de la obligación anulada. Sent. 27-2-34,
M:. 1935, Pág. 260.

-274-
Art., 1346
4._"La Corte observa al respecto que esas disposiciones que se
invocan como excluyentes de la prescripción del Art. 1346 C.
C. sólo contienen requisitos y formalidades que deben cum-
plirse en la venta de terrenos a que se contraen. Ellas po-
drían acaso fundamentar el alegato de nulidad de las opera-
ciones hechas en contravención de esos preceptos, pero nada
tienen que hacer con el punto de la prescriptibilidad o no de
esas acciones, ni con el tiempo de prescribir. Nada se estable-
ce allí contra la norma general consagrada en el citado Art.
1346 C. C., por lo que tal principio tiene en el caso cabal
aplicación". G. F. NQ 52, Pág. 390. Sent. de 4 mayo 1966.

Art. 1347 Art. 1347


En las obligaciones de los menores, la acción por nulidad
se admite:

1c;> Cuando el menor no emancipado ha ejecutado por


su cuenta un acto, sin la intervención de su legítimo repre-
sentante.

2Q Cuanlio el menor emancipado ha ejecutado por su


cuenta un acto para el cual la ley requiere la asistencia
del curador.

3Q Cuando no se han observado las formalidades esta-


blecidas para ciertos actos por disposiciones especiales de
la ley.

Art. 1348 Art. 1348


La obligación no puede atacarse por el menor que, por
maquinaciones o medios dolosos, ha ocultado su minoridad.
La simple declaración de ser mayor hecha por el menor no
basta para probar que ha obrado con dolo.

Art. 1349 Art. 1349


Nadie puede reclamar el reembolso de lo que ha pagado
n un incapaz, en virtud de una obligación que queda anula-

...,275-
Art. 1349
da, si no prueba que lo que ha pagado se ha convertido en
provecho de tal persona.

Art. 1350 Art. 1350

La rescisión por causa de lesión no puede intentarse


aun cuando se trate de menores, sino en los casos y bajo
las condiciones especialmente expresadas en la ley.

Dicha acción, en los casos en que se admite, no produce


efecto respecto de los terceros que han adquirido derechos
sobre los inmuebles con anterioridad al registro de la
demanda por rescisión.

Art. 1351 Art. 1351

El acto de confirmación o ratificación de una obliga-


ción, contra la cual admite la ley acción de nulidad, no es
válido si no contiene la sustancia de la misma obligación,
el motivo que la hace viciosa, y la declaración de que se
trata de rectificar el vicio sobre el cual está fundada aquella
acción.

A falta de acto de confirmación o ratificación, basta


que la obligación sea ejecutada voluntariamente, en totali-
dad o en parte, por quien conoce el vicio, después de llegado
el tiempo en que la obligación podía ser válidamente con-
firmada o ratificada.

La confirmación, ratificación o ejecución voluntaria,


según las formas y en los plazos preceptuados por la ley,
produce la renuncia a los medios y a las excepciones que
podían oponerse a este acto, salvo los derechos de terceros.

Las disposiciones de este artículo no se aplican a la


acción en rescisión por causa de lesión.

-276-
Art. 1351
JURISPRUDENCIA DE CASACION
1. -El Art. 1351 C. C. sólo rige la confirmatoria o ratificación
de contratos afectados de algún vicio que acarree su nulidad.
La ratificación escueta del contrato no lo mejora; queda con
su misma dolencia; para librarlo de ella es menester expre-
sar cuál es el vicio que se quiere corregir con la ratificación.
Pero tratándose de disposición especial no puede aplicarse a
otros actos ni a contratos legalmente válidos por reunir los
requisitos legales. G. F. NQ 17, Pág. 89.

Art. 1352 Art. 1352


No se puede hacer desaparecer por ningún acto confir-
matorio los vicios de un acto absolutamente nulo por falta
de formalidades.

Art. 1353 Art. 1353


La confirmación, ratificación o ejecución voluntaria,
de una donación o disposición testamentaria por parte de
los herederos o causahabientes del donador o testador, des-
pués de la muerte de éstos, lleva consigo la renuncia a
oponer los vicios de forma y cualquier otra excepción.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-El Art. 1353 constituye una excepción con respecto a las


solemnidades de forma en actos de donación o de última vo-
luntad. Debe aplicarse en sentido estricto, únicamente en los
casos expresamente determinados y no trasciende a los ca.
sos del Art. 406 C. C. M. 1926, Pág. 472.

-277-
Art. 1354

CAPITULO V

DE LA PRUEBA DE LAS OBLIGACIONES Y DE


SU EXTINCION

Art. 1354

Quien pide la ejecución de una obligación debe pro-


barla, y quien pretenda que ha sido libertado de ella debe
por su parte probar el pago o el hecho que ha producido
la extinción de su obligación.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. I. Pág. 15. Igualmente la sentenciadora no encuen-


tra ninguna concordancia entre el artículo 138 del Código Ci-
vil que trata del deber que tiene la mujer de seguir a su ma-
rido, a donde quiera que fije su residencia, y el artículo 1354
ejusdem, que versa sobre la carga de la prueba de la existen-
cia de una obligación o la liberación de la misma, materias
éstas completamente ajenas al extremo de voluntariedad en
el abandono exigido por la causal 2~ del artículo 185 del Có-
digo Civil. LASC de 15-5-51.

2.-JTR. Vol. IV. Tomo 11. r>ág. 423. La carga de la prueba, se-
gún nos dicen los principios generales del Derecho, no es
obligación que el juzgador impone caprichosamente a una
cualesquiera de las partes; esa obligación se tiene según la
posición del litigante en la litis; así al demandante toca la
prueba de los hechos que alega, según el conocido aforismo
.del jurisconsulto Paulo: incumbit probatio qui dicit,non qui
negat; o sea, que incumbe probar a quien afirma la existencia
de un hecho, no a quien lo niegue; más el demandado puede
tocar la prueba de los hechos en que se basa su excepción, en
virtud de otro principio de derecho: reus in excípiendo fit
actor, al tornarse el demandado actor ,a su vez ,en ·la exeep-

-279-
Art. 1354
cion; este principio se armoniza con el primero, y, en conse-
cuencia, sólo cuando el demandado alegue en la excepción
hechos nuevos toca a él la prueba correspondiente. 17IC2
de 28-3-55.

3.-JTR. Vol. VII. Tomo 1. Pág. 909. " ... Sólo puede declararse
sin lugar la oposición, cuando el acto jurídico invocado por
el tercero en apoyo a sus pretensiones, sea inexistente, como
textualmente dice la Ley. Pero investigar la veracidad de las
operaciones contenidas en el título presentado, no corres-
ponde al Juzgador sino a la parte interesada ... " DFMIM2
de 27-11-58.

4.-JTR. Vol. VII. Tomo n. Pág. 535. "Cuando al absolver posi-


ciones juradas se confiesa la existencia de la obligación, pe-
ro se alega un hecho liberatorio, la confesión se hace com-
pleja y, por ende, indivisible". 12SC2 de 16-5-58.

5.-JTR. Vol. VII. Tomo n. Pág. 640. "La excepción que invierte
la carga de la prueba es, no una referencia incidental hecha 1}
mayor abundamiento por un demandado que niega categórica-
mente tanto los hechos como el derecho, sino aquella en la
cual el reo se pretende liberado de una obligación por el he-
cho del pago o por cualquier otro hecho que haya producido
la extinción de la obligación". 2IC de 14-8-58.

6.-JTR. Vol. vn, Tomo n, Pág. 642. "El que alega un hecho
nuevo contrario a la posición que adquirió su adversario, de-
be probar la verdad de este hecho", 15IC de 30-7-58.

7.-JTR. Vol. In. Pág. 257. La doctrina y la jurisprudencia están


acordes en admitir de manera unánime que en los contratos
de ejecución progresiva, como lo es el arrendamiento, en que
se apoya la acción deducida en este juicio, le basta al actor
demostrar o probar la existencia auténtica de esa relación ju-
rídica que obliga a su demandado, sin que pueda estar com-
pelido a demostrar el hecho negativo del incumplimiento del
mismo; esto es, que, probada la existencia del arrendamiento
en forma auténtica, es el demandado quien debe probar que
ésta solvente en sus obligaciones de pago. DFIM de 23-2-53.

8.-JTR. Vol. n. Pág. 504. El Juzgador, antes de pasar a analí-


zar el mérito de las pruebas precedentes, deja consignada la

-280-
Art. 1354
observación de que si bien es cierto que al actor incumbe la
carga de la prueba, no es menos cierto, como lo reconoce la
doctrina y lo prescriben elementales principios de lógica pro-
batoria, que, tratándose de contratos, es suficiente que el
acreedor compruebe la existencia de la obligación, sin que
esté obligado a probar que la deuda no se ha extinguido, pues
es sabido que las obligaciones indefinidas no son susceptibles
de pruebas a causa de su imposibilidad lógica y material;
es ésta la doctrina consagrada, por lo demás, en el artículo
1354 del Código Civil. DFICl de 7-11-52.

9.-JTR. Vol. 11. Pág. 506. En el principio consagrado por el ar-


tículo 1.354 del Código Civil, el cual, bien interpretado, lo que
dice es: que el demandado le incumbe la carga de la prueba
cuando por la naturaleza de su defensa él mismo ha recono-
cido que la obligación que se le demanda, o sea, el derecho
del actor, si existió, pero que por un nuevo hecho alegado
por él ya se extinguió tal obligación. Fuera de estos casos de
excepción, el solo hecho de que el demandado no se defienda,
no exime al actor de la carga de probar su acción, máxime
cuando contradice la demanda en todas y cada una de sus par-
tes, tanto en los hechos como en el derecho, sin que constitu-
ya causa de inversión en la carga probatoria el haber alega-
do, además de la contradicción total, defensas específicas que
no acreditan el hecho del cual se hace surgir la obligación
demandada.
Las anteriores motivaciones privan en el ánimo del juzgador
para concluir en que el demandado, por no haber opuesto ex-
cepción perentoria alguna modüicativa o extintiva de la ac-
ción deducida, está exento de hacer prueba alguna en este
juicio. DFIM de 31-7-52.

10.-JTR. Vol. VIII. Pág. 103. "Cuando se demanda la entrega de


las acciones suscritas en una Compañía, la carga de la prue-
ba recae sobre la parte demandada, ya que si el actor pagó las
acciones que suscribió y le fueron entregadas en la misma
oportunidad, la compañía tenía que hacerse de un documento
que acreditara tal circunstancia, no siendo suficiente la prue-
ba de que el demandante los hubiera firmado" DFMSCl de
11-7-60.

11.-JTR. Vol. VIII. Pág. 829. " ... el hecho negativo es suscepti-
ble de prueba (? ?)". CAS de 29-6-60.

-281-
Art. 1354
12.-JTR~ Vol. XI. Pág. 128. "Siendo imposible la prueba' directa
de la existencia' del contrato verbal ésta puede demostrarse
'con el cumplimiento de las obligaciones por alguno de los
contratantes que asumió por dicho contrato y si el otro pre-
sunto contratante no demuestra que dichas obligaciones tu-
vieron otra causa ... ". DFMICl de 21-10-63.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-Quien pide la ejecución de una obligación debe probarla.


Aplicando este principio general se llega a la conclusión de
que es a la persona que se pretende acreedora, a la que ejer-
cita la 'acción de daños y perjuicios de esa índole, a quien co-
rresponde la carga de la prueba del cumplimiento de las con-
diciones que la ley exige para el nacimiento de su derecho
de acreencia. Debe demostrar: la culpa del demandado; que
se ha causado un perjuicio y que este daño o perjuicio sufri-
do es resultante de la falta cometida. G. F. T. 5, 11lo etapa,
Pág. 438.

2.-El hecho de que el Codo de Comercio use el verbo "ejercitar"


(en acción de letras de cambio) y el Art. 1354 C. C. use "eje-
cutar" no quiere decir que esta última disposición no sea
aplicable en los juicios mercantiles. G. F. T. 26, Pág. 102.

3.-El principio de la distribución del riesgo se establece en el


Art. 1354 C. C. y se funda en la distinción, como dice Carne-
lutti, entre defensa u contradicción pura y simple de .la pre-
tensión y excepción manifestación de determinada razón pa-
ra contener la pretensión, sin discutir propiamente ésta.
G. F. T. 22, Pág. 74.

4.,--" ...la aplicación de la parte final del Art. 1354 C. C. supone


la comprobación previa de la existencia de la obligación, y si
ésta no existe o no se ha comprobado su existencia, es obvio
que no hay lugar a comprobar la existencia .de lo que legal-
mente no existe ... ". Sent. del 31 enero 1967.

5.-Existiendo para el momento de la entrega de dinero un con-


trato de trabajo, es indudable que a la trabajadora deman-
dada la amparaba la presunción de que esas sumas recibidas, a
falta de otra prueba, eran una gratificación o donación.
Sent. del 14 febrero, 1967. '

-282-
Art. 1354
6. -De la sola prueba de las ganancias anteriores a la termina-
ción del contrato no puede deducirse que después de ésta el
actor las obtuviera iguales. Si al actor le es imposible hacer
la demostración directa de las ganancias eventuales que dejó
de percibir después del incumplimiento del contrato, puede
demostrar en su lugar, con determinados hechos, que con
anterioridad al incumplimiento de la demandada existieron
las mismas circunstancias que dieron lugar al lucro percibi-
do por él antes de la terminación del contrato. Sent. del
16 julio 1965.

7.-El actor debe, en principio, probar la existencia de la obliga-


ción alegada por él. siempre que el demandado no alegue al-
go que lo favorezca, pues en este último caso la prueba debe
ser hecha por éste, y no sólo cuando se trate de la extinción
de la obligación, que es lo previsto en el segundo caso del
Art. 1354 C. C. sino también cuando se alegue un hecho mo-
dificativo y aun impeditivo de la misma. Sent. del 16 marzo
1967.

8.-"En cuanto al denunciado Art. 1354 C. C. donde se distribu-


ye la carga de la prueba, si fue infringido por el Juez de al-
zada, al establecer que la reconviniente ha debido comprobar
los fundamentos de la reconvención, pues pesando contra el
actor reconvenido la presunción de confesión ficta, nada tenia
que demostrar la parte reconviniente". Sent. del 29-3-67.

9 .-Corresponde a quien pide la ejecución de una obligación pro-


bar los hechos que dan nacimiento a la obligación demanda-
da; pero no demostrar que su acción o derecho no se han ex-
tinguido, toda vez que la prueba de su extinción corresponde
a quien ha sido libertado de ella". Sent. del 11 enero 1960.

10.-Ya esta Corte, en ocasión anterior, ha establecido el concepto


de la persona a quien corresponde hacer prueba en casos como
el comentado. Se ha dicho, en efecto: "Quienquiera que
siente como base de su demanda o excepción la afirmación
o la negación de un hecho, está obligado a suministrar la
prueba de la existencia o de la no existencia del hecho, toda
vez que sin esta demostración, o la excepción no resulta funda-
da. (Memoria de 1948, Pág. 333). Sent. del 7-5-58. G. F.
N9 20, 2f!. etapa, pág. 128.

-283-
Art. 1354
11. -Al contradecir la demanda en todas sus partes se negó la
existencia de la obligación, y el precepto denunciado a lo que
se refiere es al alegato de haberse extinguido o pagado una
obligación que sí existió. Quien se limita a contradecir la
demanda no asume la carga de la prueba. G. F. NQ 17,
2f!. etapa, pág. 63. Sentencia del 17-7-57.

12.-EI precepto y la doctrina que lo explica, sobre que el acreedor


debe probar su acción, o bien que quien pide el cumplimiento
de una obligación debe probarla, sólo se refiere a la prueba
de los hechos que dieron nacimiento a la acción o a la obli-
gación demandada, esto es, hechos constitutivos o generadores
del derecho deducido; no necesita el actor probar que su ac-
ción o su derecho no han sido extinguidos; una vez que la
acción o la obligación han tenido nacimiento. La continuidad
o el mantenimiento de ellos constituyen una situación normal,
que, según la doctrina no requiere ser probada por el actor.
La situación anormal vendría a ser, en este caso, la caducidad
de la acción o del derecho ya nacidos. El demandado que
pretende que la acción ha caducado alega un hecho super-
viviente posterior al nacimiento de la del actor, y la Ley le
impone la obligación de probarlo, sin lo cual el fallo debe
serle adverso en cuanto a ese punto. Esto no impide al actor
probar, si lo cree conveniente, el hecho contrario a la caduci-
dad, y la ineficacia de tal prueba no le daña. Sent. del 22-1-37,
M. 1938, t. n, pág. 14.

13.-Conforme a los principios que regulan la obligación de probar


sancionados por el artículo 1380 del Código Civil (articulo
1354 del Código vigente) el cargo de la prueba no depende
de la afirmación o negativa de un hecho, sino directamente
de la obligación de probar el fundamento de lo alegado en
juicio. En el caso de autos, la remuneración del mandato,
reclamada por el demandante, está sujeta al fiel cumplimiento
del contrato, pero no la ejecución de las obligaciones del
mandatario, de cuyo hecho se deriva el derecho al salario esti-
pulado; y como en el acto de la litis-contestación el demandado
se limitó simplemente a negar este hecho, su negativa no
puede considerarse como una excepción de pago o de libera-
ción de la obligación, que le hubiera impuesto la carga de la
prueba. De acuerdo con lo expuesto, los sentenciadores esti-
maron las pruebas producidas por las partes, ciñéndose a los

-284-
Art. 1354
principios establecidos por el artículo 1380 del Código Civil
(1354) sin invertir la carga de la prueba ni infringir por tanto,
el artículo denunciado. Sent. del 17-11-33, M. 1934, pág. 441.

14.-Al atribuir la carga de la prueba, la doctrina moderna atiende


a la condición jurídica que tiene en el juicio en que invoca el
hecho enunciado, y no a la cualidad del hecho que se ha de
probar. En nuestro país, esa doctrina reposa sobre el artículo
1354 del Código Civil, que, aun cuando sólo se trate de la
prueba de las obligaciones, debe entenderse aplicable a las
demás materias del derecho. Esta Corte ha decidido que "la
carga de la prueba de las obligaciones no depende de la afir-
mación o negativa de un hecho, sino directamente de la obli-
gación de probar el fundamento de lo alegado en juicio"
(sentencia de 17 de noviembre de 1933, Memoria 1934, página
441). En efecto, quien quiera que sienta como base de su
acción o de su excepción, la afirmación o negación de un
hecho está abligado a suministrar la prueba de la existencia
o de la no existencia del hecho, toda vez que sin esta demos-
tración la demanda o excepción no resulta fundada. N o es
hoy admisible como norma absoluta la vieja regla jurídica
conforme a la cual los hechos negativos no pueden ser pro-
bados, pues cabe lo sean por hechos o circunstancias positivas
contrarias. En el presente caso, el sentenciador consideró que
"a través de lo alegado y probado en autos", la Compañía de-
mandante no ha desvirtuado el hecho positivo por ella alegado
de que W. C. S. no era representante legal de la empresa, "y
la carga de la prueba le correspondía lógicamente a la parte
demandante". Sentencia del 7 de noviembre de 1960.
G. F. NQ 30, p. 22.

15.-Ciertamente, como lo observa el formalizante, el derecho mo-


derno no admite la distinción entre hechos positivos y hechos
negativos, encaminada a establecer que la prueba de los últi-
mos no puede ser impuesta a un litigante, por no ser posible,
por su naturaleza misma, la prueba de los hechos negativos.
En realidad, como lo ha decidido en numerosos casos esta
Sala, y hoy lo reitera, el peso de la prueba no puede depender
de la circunstancia de afirmar o negar un hecho, sino de la
obligación que se tiene de demostrar el fundamento de cuanto
se pretende en juicio, dado que ninguna demanda o excepción
puede prosperar si no se demuestra. Sentencia del 13-11-61.

-285-
Art. 1354
16. --Según el Art. 1354 del Código Civil el que pida la ejecu-
ción de una obligación debe probarla y quien pretenda que ha
sido libertado de ella, debe probar el hecho de la extinción.
Este precepto legal no es más que la aplicación de la regla
onu s probandi incumbit actoris, sed reus in exceptione fit
actor, con lo cual se quiere decir que el actor debe, en prin-
cipio, probar la existencia de la obligación alegada por él,
siempre que el demandado no alegue algo que lo favorezca,
pues en este último caso la prueba debe ser hecha por éste;
y no sólo cuando se trata de la extinción de la obligación,
que es lo previsto en el segundo caso del texto legal contem-
plado, sino también -yen esto se sigue el criterio de los
JurisconsuItos- cuando se alegue un hecho modificativo y aun
impeditivo de la misma, pues, en estos últimos cobra vigen-
cia el otro principio doctrinario que complementa a aquél
onus probandi ei qui dicit. La recurrida violó el Art. 1354
del Código Civil porque no obstante haber el demandado ale-
gado un hecho impeditivo que enerva el ejercicio del derecho
reclamado por los actores, como es que la obligación deman-
dada es inexigible por estar sometida al cumplimiento de
una condición, declaró sin lugar la demanda porque el actor
no hizo la prueba de su cumplimiento, cuando en realidad la
prueba del tal hecho impeditivo correspondía al demandado
hacerla, a tenor de la doctrina que encabeza la presente re-
solución. Es, por este motivo, procedente la presente denun-
cia. Sent. 16 de marzo de 1967.

17. -El denunciado Art, 1354 CC. ha resultado flagrantemente vio-


lado. Es verdad que la simple inasistencia al trabajo no
conlleva la ruptura del contrato sino cuando es injustificada,
pero corresponde al trabajador probar la justificación de su
no asistencia. G. F. NQ 21, p. 73.

NOTA DEL AUTOR

Se sugiere a los interesados consultar la obra: "Código de


Procedimiento Civil, anotado y concordado", El Cojo, 1966,
del Dr. Mariano Arcaya, Volumen In donde aparecen rese-
fiadas todas las citas de jurisprudencia de instancia y casa-
ción sobre pruebas, e igualmente, síntesis de las opiniones
de los más renombrados comentaristas patrios sobre la
materia.

-286-
/tri. 1355
SECCION PRIMERA

De la prueba por escrito

Art. 1355

El instrumento redactado por las partes y contentivo


de sus convenciones es sólo un medio probatorio; su vali-
dez o su nulidad no tiene ninguna influencia sobre la vali-
dez del hecho jurídico que está destinado a probar, salvo
los casos en que el instrumento se requiera como solemni-
dad del acto..

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

1.--11'R. Vol. VII, tomo 1, Pág. 565. "No tienen valor probatorio
las copias fotostáticas", lSC2 de 20-1-58.

2.-JTR. Vol. VII, tomo 1, Pág. 565. "Las copias fotostáticas no


tienen valor probatorio". 1SC2 de 21-5-58.
3.--1TR. Vol. VII, tomo 1, Pág. 566. "En nuestro ordenamiento
jurídico las copias fotostáticas no se consideran medios idóneos
de prueba". 10lC1 de 13-2-58.
4.-JTR. Vol. VII, tomo 1, Pág. 567. "Las copias fotostáticas
que cursan en autos, no tienen valor probatorio, si no hay
constancia de que son traslado fiel de cheques realmente
emitidos y pagados por el Banco, y además porque la omisión
de presentación de los originales impidió reconocer pericial-
mente las firmas respectivas". DFMRP de 16-3-59.
5. -JTR. Vol. X, Pág. 224 " ... según el artículo 1355 del Código
Civil, la prueba escrita no puede considerarse como prueba
"absoluta" de la realidad de un hecho, desde el punto de
vista de la certidumbre de la prueba ... ". DFMIM2 de
17-9-62.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-Una cosa es la prueba y otra el valor jurídico de un acto o


contrato; la prueba puede constar perfectamente en un ins-

-287-
Art. 1355
trumento, aun cuando la convencion que contenga sea nula
o anulable; tanto más cuanto que las convenciones viciadas de
nulidad relativa subsisten y son válidas mientras los Tribu-
nales no declaren a petición de parte que son nulas. M. 1934,
p. 473.

2.-Véase Art. 1877, cita NQ 7.

Art. 1356 Art. 1356

La prueba por escrito resulta de un instrumento pú-


blico o de un instrumento privado.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. 1, Pág. 113. El artículo 288 del Código de Procedi-


miento Civil establece que: "Los medios de prueba que
podrán emplearse en juicio serán únicamente los que deter-
mine el Código Civil". Entre los expresados medios señala el
dicho Código la prueba por escrito que el artículo 1356 ejusdem
dice que resulta de un instrumento público o de un instrumento
privado. Para hacer valer en juicio tales instrumentos, tanto
el Código Civil como el de Procedimiento pautan las reglas
cuyo cumplimiento es impretermitible, a fin de garantizar la
igualdad entre las partes y poder alcanzar el propósito de
certeza perseguido por la ley. En este sentido, el reconoci-
miento de instrumentos privados, como fórmula para validar
el contenido y la firma del mismo, está reservada por el
artículo 324 del Código de Procedimiento Civil a las partes en
el juicio y no puede serIe pedido a una persona extraña al
litigio, como lo es sin duda un testigo. DFSCl-16-1 de 28-3-51.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-El Art. 1356 C. C. no contiene la adecuada o apropiada regla


de valoración de prueba instrumental que puede servir para
alegar un pretendido falso supuesto consistente en que la
inexactitud de los hechos derivados por la recurrida de la
prueba de confesión, aparece demostrada con el contenido de
un documento privado y con partes de la expresada confesión
contenida en un documento público. Sent del 15 junio 1966.
G. F. NQ 52, p. 535.

-288-
Art. 1356
2.-Son documentos públicos los planos e informe, sellados y fir-
mados por quienes aparecen como funcionarios públicos ac-
tuando dentro de los límites de su competencia. 6 abril 1960.

3. -Un documento privado, previamente reconocido, posterior-


mente protocolizado no confiere a dicho instrumentoelcarác-
ter de público o auténtico. El documento público es aquel
que ha nacido bajo la autoridad del funcionario competente
para darle fe pública; su autenticidad debe existir desde el
propio instante de su formación. G. F. N9 26, p. 73.

4.-La inspección ocular es un documento público o auténtico.


G. F. N9 5, 2~ etapa, p. 329.

5.-EI justificativo judicial (sin contención) no. es un documento


público auténtico. M. 1939, t. 2, p. 122.

6. -Las traducciones hechas por. Intérpretes Públicos no son do-


cumentos públicos o auténticos. G. F. N9 22, p. 11.

7.-Véase Jurisprudencia en Art. 1359.

8. -"En otras palabras, el mencionado Art. 1356 C. C. no contiene


regla alguna de valoración de la prueba documental, y, por
tanto, su pretendida infracción no puede ser alegada en
conexión con el último caso de falso supuesto previsto en el
Art. 435, ord. 39 , del C. de P. C. G. F. N9. 52, p. 535
Sent. del 15 junio 1966.

Del instrumento público

Art. 1357 Art. 1357


Instrumento público o auténtico es el que ha sido auto-
rizado con las solemnidades legales por un Registrador,
por un Juez u otro funcionario o empleado público que
tenga facultad para darle fe pública, en el lugar donde el
instrumento se haya autorizado.

-289-
Art. 1357
JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR Vol. IV, tomo 1, Pág. 552. De acuerdo con lo expuesto,


se encuentra que, en favor del accionante sólo cursa en autos
una planilla del Impuesto sobre la Renta contentiva de su
declaración jurada, la cual carece de mérito probatorio alguno,
por cuanto que sólo envuelve un acto unilateral del deman-
dante (y) en consecuencia careciendo el instrumento aludido
de los requisitos que según el artículo 1357 del Código Civil
otorgan a un documento el carácter de público o auténtico,
es por lo que le niega el valor que la promovente le ha querido
dar. DFIT1 de 19-12-55.

2.-.JTR. Vol. V, Pág. 878. Cumpliéndose dichas formalidades y


luego habérsele protocolizado dicho instrumento tiene el ca-
rácter de público a tenor de lo dispuesto en el artículo 1357
en armonía con lo dispuesto en el artículo 1360 ambos del
Código Civil. Elevado dicho documento. a la categoría de
público, sólo se permiten ejercer las defensas que conciernan
a la tacha del mismo, y no las de desconocimiento de la firma
pues ese argumento sólo lo resiste y le es oponible a los docu-
mentos privados, pues cuando interviene un funcionario pú-
blico con facultades de darle fe pública a los instrumentos,
sólo es procedente la tacha. En consecuencia, la defensa
planteada es improcedente en derecho. 17IC1 de 11-4-56.

3.-JTR. Vol. VII, tomo 1, Pág. 848. "El instrumento Público es


definido por el Código Civil en el artículo 1357. Las solem-
nidades legales que se requieren para dar a un documento el
carácter de público o auténtico las fija la Ley en cada caso,
según los poderes del funcionario que actúa". lSC2 de 21-5-58.

4.-JTR. Vol. VI, tomo 1, Pág. 529. Para que el instrumento


tenga el carácter que le atribuye la precedente definición es
necesario la intervención del Registrador, del Juez o de otro
funcionario público; es decir, que sea de su competencia con
arreglo a las atribuciones que le están señaladas legalmente.
lIC1 de 18-11-57.

5.-JTR. Vol. VI, tomo 1, Pág. 176. La parte demandante, en su


informe, ha impugnado la validez del oficio de la Dirección
de Obras Municipales, alegando que el Director de dicha ofici
na no tiene facultad legal para expedir esa certificación y

-290-
Art. ·1357
porque ésta no es auténtica, ya que sus dos primeras páginas
carecen de firma y. de sello. Emanada de una oficina pública,
debe presumirse como regularmente expedida, autorizada por
el Gobernador del Distrito Federal, primera Autoridad ejecu-
tiva .del Distrito Federal. Cuanto al alegato de la falta de
sello y firma en sus dos primeras páginas, constituye una
simple sutileza; desde luego que, guardando su contenido
íntima relación ideológica y gramatical (las palabras finales
de las dos primeras páginas y se parten para continuar en las
subsiguientes), basta que esté firmada y sellada la última
página de la certificación para merecer fe de que ella emana
de la mencionada Dirección de Obras Municipales.. lIC2 de
9-10-57.

6.-JTR. Vol. V, Pág. 723. Este acto fue nulo porque, como ante-
riormente se expuso, nuestra legislación no permite que se
otorgue un poder judicial por documento privado reconocido,
pues éstos no reúnen los requisitos exigidos por la Ley para
que el acto sea público, conforme a lo dispuesto en el artículo
1357 del Código Civil, y ello es así por carecer de autenticidad
objetiva, indispensable de todo documento público.. lIC1 de
11-10-56.

7.-JTR. Vol. 11, Pág. 246. Manifiesta el oponente que su dere-


cho a poseer emana de un acto eficaz, cual es el celebrado
ante la: Inspectoría Subalterna de Vehículos en este Distrito,
en virtud del cual compró al demandado G. dos camionetas;
pero es el caso que tal documento sólo puede tener el valor
probatorio que la Ley le atribuye a los de carácter privado 'y
no puede, en consecuencia, surtir efectos contra terceros, pues
el funcionario que los suscribió, y ante el cual se efectuó la
operación de venta, no es de los autorizados para dar fe
pública conforme al artículo 1357 del Código Civil y, por tanto,
este acto no constituye la prueba fehaciente del derecho a
poseer prevista por la disposición legal en que el opositor
se funda. CAIC2de 12-8-52. .

8.-Los títulos supletorios, aun asimilándolos a documentos públi-


cos, no pueden ni podrán tener la eficacia que los actores le
atribuyen: prueba erga omnes. El funcionario, cualquier Juez
ante el cual se evacuen las diligencias preparatorias con tal
fin, dan únicamente fe de haber oído los testimonios, y hasta
ahí su intervenci6n. Cuando un Juez. de Instancia declara

-29.1-
Art. 1357
las actuaciones títulos de propiedad a favor de determinada
persona, la Ley le ordena imperativamente que deje a salvo
en todo caso los derechos de terceros, requisito impretermiti-
ble que el funcionario está obligado a cumplir. Tal mandato
del legislador no puede considerarse, como 10 alega el opode-
rado actor, como una mención superflua. Para los terceros,
que en nada han intervenido en su' formación, tales títulos
carecen de la eficacia probatoria que la aetora aspira a atri-
buirles. Es indispensable que los fundamentos en que se apoyó
el Juez para expedir tales títulos sean ratificados en el juicio
donde han de surtir efectos, ya que, aun aceptando la tesis
de que fuesen documentos públicos, de 10 único que darían fe,
conforme al artículo 1359 del Código Civil, es del hecho jurídico
de que el Juez presenció la declaracón de los testigos, pero no
de la veracidad del contenido de tales declaraciones con fuerza
plena de prueba. La Casación venezolana se ha pronunciado
en el sentido de que los títulos supletorios, para que surtan
efectos contra terceros, han de ser ratificados en el juicio
contradictorio. Sentencia 14 de marzo de 1947. M. 1948. Dr.
Antonio Planchart R., Páginas. 125 y 126. "Jurisprudencia
Anotada".

9.-JTR. Vol. VIII, Pág. 298. "Los oficios emanados de funcio-


nario público dentro de sus atribuciones, constituyen documen-
tos públicos que hacen fe mientras no sean declarados falsos.
La única forma de desvirtuar el contenido de tales documentos
es mediante la tacha de falsedad". DFMIM2 de 7-1-60.

10.-JTR. Vol. IX, Pág. 428. "El poder judicial otorgado por do-
cumento autenticado no es bastante para dar cumplimiento
al articulo 40 del Código de Procedimiento Civil". DFMSC1
de 15-10-63.

11.-"Consideran los sentenciadores que contrariamente a lo afir-


mado por el Juez de Primera Instancia, el documento presen-
tado por la tercera opositoria, autenticado como fue ante la
Notaria Pública El Recreo, si constituye prueba fehaciente del
derecho a poseer la parcela". DFMSC1 de 7-12-65.

12.-Ahora bien, el examen cuidadoso del instrumento en que se


funda el actor para solicitar el embargo ejecutivo conduce a
establecer que él por sí solo no reúne todos los requisitos que
exige el artículo 523 mecionado; en efecto, es verdad que se

-292-
Art. 1357
trata de una Resolución emanada de organismos oficiales
Competentes y con atribuciones expresas para hacer la liquida-
ción de la suma a reintegrar por el arrendador al arrendatario
de algún inmueble urbano, y, por lo tanto, es así documento
público o auténtico, a tenor de lo previsto en el artículo 1357
del Código de Procedimiento Civil, salvo el derecho de tacha;
más no basta con que sea documento público o auténtico o que
el mismo se refiera a cantidad de dinero que una persona
adeude a otra, toda vez que la Ley requiere que sea líquida y
de plazo cumplido o vencido, esto es, líquida y exigible, y que
ello aparezca así "clara y ciertamente"; un análisis de la
resolución y de las disposiciones legales aplicables revela que
esto no ocurre en el presente caso, pues se advierte que la
resolución es apelable dentro de los cinco días siguientes, por
lo cual tiene mero carácter transitorio, ya que será la decisión
que pronuncie el superior jerárquico o en grado la que podrá
considerarse firme y ejecutoriada; lo resuelto por el inferior
permanece en suspenso y sin ejecución posible hasta ser
sustituído por la sentencia de la alzada, sin importar que el
asunto sea judicial o administrativo (véase sentencia de
nuestra Corte de Casación Sala Civil, Mercantil y del Trabajo,
de 5-11-57, Gaceta Forense, Segunda Etapa, número 18,
página 106), salvo, pues, que el interesado no hubiere hecho
uso del recurso legal. DFMSC2 de 20-1-60.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-La fe pública de esta disposición se cuestiona con la acci6n


de falsedad; la del Art. 1386 (hoy 1362) por simulación; y la
del Art. 1389 (hoy 1363) con prueba en contrario. De allí la
diferencia entre instrumento· público, documento público y
escritura pública, expresiones éstas usadas como sin6nimas
en nuestro Derecho Positivo, e instrumento privado reconocido
o tenido legalmente por reconocido, o sea, instrumento autén-
tico. Cuando se requiere el instrumento público ad solemnl-
tatem, como en el contrato de donación, que es solemne ...
éste debe ser otorgado ante el Registro Público so pena de
nulidad ... " . M. 1930, p. 179.

2.-Cuando un documento no tiene fuerza de público por incom-


petencia del funcionario o por defecto de forma, es válido como
documento privado, pero ello siempre que haya sido firmado
por las partes. Sent. del 26 julio 1960.

-293-
Art. 1357
3 .-Losoficios contentlvos de autorizaciones concedidas por el
Intendente de Tierras, Bosques y Aguas del M. de A. C., en
ejercicio -de sus funciones, son documentos públicos. Sent. del
26-7-60.

4. .:» ... este Alto Tribunal juzga que la recurrida infringió los
Arts. 1357, 1359 Y 1384 C. C. al desconocerla fe inherente al
documento reconocido ... (reconocimiento voluntario) que se
-equiparan a los autenticados conforme a los Arts. 790 v 791
C. de P. C ... ". Sent. del 21 junio 1965.

5. -":El Art. 1357 C. C. no es norma contentiva de regla expresa


-para valorar el mérito de la prueba, pues dicho artículo se
limita a definir el concepto de documento -público. Sent. del
10 mayo 1967. (En igual sentido: 9 novembre 1967 y 5 de
mayo 1968).

6.-Véase Jurisprudencia al Art. 1359, citas NQ 6 y NQ 5.

7.-"La Casación venezolana viene repitiendo incesantemente que


no se desconoce el mérito probatorio de los documentos pú-
blicos cuando se decide que ellos no dicen, o que no se des-
prende de los mismos, lo que se quiso probar, sino otra cosa.
El desconocimiento del mérito es cuestión de calidad del docu-
mento, en cuanto si hace o no fe pública de su contenido, sin
avanzar nada en cuanto a la discusión sobre el alcance de sus
expresiones". (G. F., NQ 8, 1955, pág. 156) (2 110 etapa).
Sentencia 6-4-60.

8~.-Los planos y el informe aludidos, sellados y firmados por


quienes aparecen como funcionarios públicos actúan dentro
de los límites de su competencia, son documentos públicos.
Sent. de 6-4-60.
9.-La protocolización en una Oficina Subalterna de Registro de
un documento privado, previamente reconocido ante un Juez,
no confiere a ese instrumento el carácter de público o autén-
tico; El documento público es aquel que ha nacido bajo la
autoridad del funcionario competente para darle fe pública.
Su autenticidad debe existir desde el propio instante de su
formación. N o es admisible la tesis de que un instrumento,
privado inicialmente, se convierta posteriormente, por el acto
de la protocolización, en documento público. G. F. NQ 26,
2110 etapa, pág. 18. 'Sentencia del 3~11-59.

-'294-'
Art. 1357
10.-Los Intérpreces Públicos son auxiliares de la Administración
de Justicia en las 'labores que le son atribuídas; pero de ello
no puede deducirse que todas las actuaciones en que inter-
vengan actos o traducciones, equivalgan o se equiparen en sus
efectos o consecuencias a los instrumentos públicos, pues
con ello se consideraría a los intérpretes investidos de una
categoría de que en realidad carecen. Es cierto que nuestra
Ley Penal asimila a los intérpretes a funcionarios públicos
durante el ejercicio de sus funciones; pero ello es únicamente
para efectos y consecuencias penales, como claramente lo
estatuye el artículo 236 del Código Penal. De manera que,
en el caso, la versión de frases hecha por Intérprete Público
de inglés al castellano, y consignados por los interesados, no
puede dársele carácter de documento público, y al decidirlo
así el sentenciador no violó el artículo 1357 del Código Civil,
por disposición que establece con precisión las personas com-
petentes en razón de sus funciones para autorizar los instru-
mentos públicos. G. F. NQ 22, 2~ etapa, p. 11. Sent. del
20-10-58.

n.-El artículo 1357 sólo define el documento público o auténtico


y le da fe pública, pero no es regla de valoración del mérito.
Sentencia del 7-5-58 G. F. NQ 20, 2~ etapa, p. 144. En igual
sentido sentencia del 5-8-57, G. F. NQ 17, 2~ etapa, p. 120.

12.-Los recaudos escritos relativos a la inspección ocular a que se


refiere este Capitulo tienen la fuerza de un documento público
o auténtico, puesto que llenan las condiciones previstas por el
artículo 1357 del Código Civil. G. F. NQ 5, 2~ etapa, págs.
329 y 330. Sentencia 3-8-54.
13.-Un justificativo instruido sin contención de parte, al presen-
tarse en juicio, sin pedirse la ratificación de sus declaraciones,
equivale a no promoverse prueba alguna testimonial, y la parte
contra quien obra no tiene, en razón de derecho, necesidad
alguna de impugnarla, y menos tacharla, por no constituir
ella 'propiamente un documento público. Al decidir como
decidió la recurrida, negándole todo valor a aquel justificativo,
lejos de infringir la Ley la acató en todas sus partes, sin
incurrir en el vicio que se le atribuye. Sent, del 18-6-38. M.
1939, Tomo JI, pág. 122.
14.-La Corte considera que los documentos de que 'se trata (notas
oficiales del Intendente de Tierras Baldías y Ejidos) emanan

-295-
Art. 1357
de un funcionado público y fueron expedidos sobre materia
de su competencia. Sent. del 8-8-29, M. 1930, pág. 215.

15.-Ahora bien, los documentos emanados de los funcionarios del


Instituto del Seguro Social, como funcionarios de un Instituto
autónomo, son empleados de Hacienda... (y) ... sin embargo,
como dichas planillas se expiden y liquidan con base a la de-
claración que formula unilateralmente el patrono, de confor-
midad con el artículo 50 del Reglamento del Seguro Social,
esa planilla podrá hacerse valer como prueba contra el patrono
pero no por éste contra el trabajador asegurado, quien ignora
y desconoce y no ha intervenido para nada en la dicha decla-
ración del patrono, que sirvió de base a la liquidación de la
correspondiente planilla ... ". Sent. del 26 de julio de 1960.
16.-La inspección ocular, de conformidad con lo establecido por el
artículo 338 del Código citado, tiene por fin el permitir al
Juez imponerse en el lugar donde haya ocurrido el hecho o
donde se encuentra la cosa litigiosa de aquella circunstancia
que no podrían acreditarse de otra manera, y, de acuerdo con
el artículo 1429 del Código Civil, puede promoverse aún antes
del juicio. A esa prueba, por lo tanto, debe reconocérsele el
valor legal que la misma tiene, y no puede rechazársela por
el presunto hecho suplido por la recurrida de que "está dando,
en todo caso", una opinión. Al negársele valor a esa prueba,
presentada por la querellante, se le desconoce la fe, que, como
instrumento público o auténtico, merece esa acta, en cuanto
a los hechos jurídicos que el funcionario público declaró haber
visto u oído, infringiéndose los artículos 1357 y 1359 del Código
Civil y 1430 ejusdem. Sentencia del 28-9-60.
17. -La anterior cuestión fue resuelta por la Corte Superior, en
los siguientes términos: "El Alguacil y los testigos dan fe de
haber citado el representante legal de la ejecutada, y la Se-
cretaria del Despacho afirma haberle entregado en la taqui-
lla del archivo a F. A. H. boleta en la que se le notifica, en
su carácter de Presidente de "Parcelamiento Turumo", de la
declaración del funcionario que hizo la citación. Esta citación
ha dicho la Corte de Casación constituye una actuación pública
judicial, que no puede ser atacada sino por vía de tacha en
que declarasen los funcionarios que han dado fe del acto: La
prueba testimonial no es admisible contra tal actuación sino
en el incidente de tacha. (24 abril de 1941, Memoria 1942,
Tomo JI, pág. 128).

-296-
Art. 1351
Dicha sentencia cita además, otro fallo de Casación de mayo
de 1950, en la cual se establece que cuando el acta de la ex-
posición del Alguacil, no ha sido tachada de falsedad reviste
autenticidad. Ajustado a derecho, como 10 está el razonamiento
de la recurrida y no habiendo, por tanto, motivo legal para
suponer la existencia de algún vicio en la citación resulta en
consecuencia, improcedente la denuncia. G. F. N9 53, Se-
gunda Etapa, Pág. 361. Sentencia del 28-9-66.

I8.-Véase Art. 1356, cita N9 3.

NOTA DEL AUTOR


En la práctica se ha venido generalizando el uso de un llamado
documento reconocido voluntariamente". es decir, un docu-
mento mediante el cual determinada persona o personas com-
parecen, voluntariamente, ya sea ante un Juez o ante una
Notaría, y declaran que el contenido del documento que pre-
sentan y sus firmas son ciertas. Acto seguido el Juez, o el
Notario, según el caso, levantan acta dejando constancia de
dicho reconocimiento y el acta es firmada por el Juez o Notario,
el Secretario y los Otorgantes, SIN FIRMA DE TESTIGOS.
Esta especie de documento se ha prestado, y sigue prestán-
dose, en muchos casos, para estafar a terceros, pues, se pres-
tan, fácilmente, para suplantar como otorgantes a falsos
comparecientes en lugar del supuesto verdadero otorgante.
Tenemos a la vista, entre muchos otros casos, el escandaloso
asunto que afectó al Banco Venezolano de Crédito, Caracas.
en algo más de cuatro millones de bolívares mediante el uso
de un supuesto poder, otorgado en Maracaibo, para hipotecar
y vender propiedades en Caracas, poder otorgado supuesta-
mente por el propietario de dichos bienes raíces, lo cual era falso.
Es evidente que, tales casos de estafa son posibles. únicamente,
por el uso de una "institución" creada, arbitrariamente, por
costumbre y NO CONTEMPLADA POR LA LEY. En el
caso de documentos "reconocidos voluntariamente" no quedan
copias, es un instrumento único que, protocolizado. se hace
desaparecer y, con ello, el cuerpo del delito de falsüicación.
En nuestro ordenamiento jurídico sólo existe. como documento
reconocido. el reconocimiento forzoso para preparar la vía
ejecutiva y el reconocimiento incidental en juicio contencioso.
No existe otro. Ha sido por interpretación dada al Art.

-297-
AI'I.t3'5i
790<1el Código de Procedimiento Civil por la Corte Suprema
de .Justicia, en sentencias del 15 de marzo de 1955 y 21 de
junio de 1965,que tales documentos de reconocimiento volun-
tario se equiparan a los documentos autenticados previstos
por el C. de P. C. En nuestra opinión esas dos sentencias de
la Corte Suprema son funestas y en el fondo legislativas;
sus consecuencias están a la vista en los múltiples casos de
estafas practicadas por inescrupulosas personas. Otro ejem-
plo más de la imprevisión en cuanto a las consecuencias de
sentencias dictadas, fuera del ordenamiento jurídico, y sin
meditar sobre sus repercusiones.

Pero hay más, aun aceptando, hipotéticamente, que las sen-


tencias criticadas de la Corte se ajusten a derecho, es el caso
que tales documentos "reconocidos voluntariamente" están,
en su forma, VICIADOS DE INEXISTENCIA ya que, como
hemos apuntado arriba, NO LLEVAN LA FIRMA DE TES-
TIGOS, lo cual, al equipararse a los autenticados del Art.
790 C. de P. C. (única razón para su existencia, en virtud
de las sentencias de la Corte), así resultan ya que el requi-
sito de la firma de testigos, en los documentos autenticados,
es INDISPENSABLE Y SIN ELLO EL DOCUMENTO ES
INEXISTENTE.

Art. 1358 Art. 1358

El instrumento que no tiene la fuerza de público por


incompetencia del funcionario o por defecto de forma, es
válido como instrumento privado, cuando ha sido firmado
por las partes.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. VIII, Pág. 302. "La certificación expedida por un


médico de un Hospital, no tiene el valor de documento público,
si dicha persona carece de facultades para dar fe pública de
las aseveraciones que constan en el instrumento; de manera
que debe ser promovido como instrumento privado para su
reconocimiento por el respectivo testigo, para que sea aprecia-
do judicialmente". DFMST de 24-5-60.

-298 ....
Art.1359
Arto 1359

El instrumento público hace plena fe, así entre las


partes como respecto de terceros, mientras no sea declarado
falso: 1Q, de los hechos jurídicos que el funcionario público
declara haber efectuado, si tenía facultad para efectuarlos;
2Q, ' de los hechos jurídicos que el funcionario público decla-
ra haber visto u oído, siempre que esté facultado para
hacerlos constar.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. VI, tomo 1, Pág. 361. La fuerza probatoria del


instrumento público, es, en tal virtud, -eompleta entre las
partes y respecto de terceros, conforme a las disposiciones
últimamente citadas. Si el funcionario público faltó a la
verdad de sus afirmaciones, el documento es impugnado como
falso; si las partes han hecho declaraciones mentirosas, el
instrumento es atacable por simulación; En el primer caso
se va contra la validez del instrumento; en el segundo, contra
la verdad de las declaraciones de los otorgantes. Una y otra
acción son por esa razón de diferente' índole y producirán
lógicamente efectos distintos. IC1 de 31-7-57.

2.-JTR. Vol. IX, Pág. 315. "El procedimiento para impugnar


la veracidad de las declaraciones del funcionario en un docu-
mento público es la tacha de falsedad. No es posible, en virtud
de lo expuesto, admitir que el funcionario público que efectuó
el acto lo desvirtúe por una declaración en contrario".
DFMSC1 de 16-10-61.

3.-JTR. Vo). XI, Pág. 228. "Los terceros a quienes les es


oponible el instrumento público, pueden ejercer, igualmente,
. el recurso de tacha de falsedad para destruir la fuerza pro-
batoria del documento". DFMIC1 de 31-1-63.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

1.-" ... de esa disposición legal se desprende de manera clara e


inequívoca que mientras el documento público no haya sido
victoriosamente impugnado, la verdad extrínseca material o

-299-
Art. 1359
aparente de la convenClOn o de la declaración que contiene y
que para el efecto basta, hace plena fe, es decir, hace fe
respecto de todo el mundo y en toda la extensión en que ha sido
hecha ..• " . M. 1916, p. 133.

2.-Este principio es de doctrina y legislación basado en que es


de necesidad ingente la protección de la fe que merecen los
instrumentos públicos y en la improbabilidad de la falsedad
de dichos instrumentos; por lo cual sólo es permitido atacar
esa fe por el procedimiento de la querella de falsedad, que ha
sido rodeado por el legislador de las mayores garantías, y que
es el único que permite obtener una prueba segura de la
falsedad. Sentencia del 19-11-37, M. 1938, Tomo H, pág. 134.

3. -En una palabra: una cosa es verdad formal del documento y


otra la verdad de los hechos materiales manifestados por los
interesados o por los concurrentes a su formación. Es en
contra de aquellas declaraciones formales que el legislador
veda, en el artículo 1414 del Código Civil (artículo 1387 del
Código Civil vigente), la prueba de simples testigos, por
tratarse, sin duda, de ese otro testigo privilegiado y solemne,
el funcionario público actuando en la esfera de sus competen-
cias a cuyos dichos atribuye el legislador mismo un valor
excepcional; pero no contra los meros hechos confesados por
los interesados, que por lo mismo de ser meros hechos quedan
sujetos a toda clase de pruebas. Sentencia del 7-4-41, M. 1942,
pág. 101.

4. -Siendo el acta de deslinde, especialmente después de proto-


colizada, un documento público, ella hace prueba erga omnes
de las declaraciones que contenga propias del acto a que se
contrae. Sentencia del 10-6-43, M. 1944, Tomo n, pág. 136.

5. -En efecto, la autenticidad acredita la identidad del compa-


reciente al otorgamiento con el firmante del instrumento o del
que rogó ante el Registrador que otro firmase por él; por ello
la autenticidad es el medio de comprobar que el instrumento
emana del compareciente y que la firma estampada ante el
funcionario es de éste. Ahora bien, cuando una decisión judi-
cial, al reconocer la validez o la verdad de un instrumento, se
ha basado en los hechos perfectamente comprobados de que al
comparecimiento se le leyó el instrumento y manifestó su con-
formalidad, y por impedimento físico para firmar rogó a otro

-300-
Art.1359
que lo hiciese por él, no se puede negar, por la fe pública que
merece el funcionario, que esto es un desconocimiento de la
autenticidad del acto y, por tanto, del instrumento mismo.
Sent. del 8-12-43, M. 1944, Tomo n, pág. 274.

6.-Una cosa es rechazar la fuerza que da la Ley a los documen-


tos públicos o privados, y otra establecer que, en circunstan-
cias o casos dados, tales instrumentos son insuficientes o
ineptos para constituir determinada evidencia. En el primer
caso se viola flagrantemente la Ley; en el segundo, se ejercita
por los juzgadores una legal facultad. G. F. N9 2, 21/0 etapa.
págs. 322 y 323. Sentencia del 21-10-53.

7.-La Casación venezolana viene repitiendo incesantemente que


no se desconoce el mérito probatorio de los documentos pú-
blicos cuando se decide que ellos no dicen o que no se des-
prende de los mismos lo que se quiso probar sino otra cosa.
El desconocimiento del mérito es cuestión de calidad del do-
cumento, en cuanto si hace o no fe pública de su contenido.
sin avanzar nada en cuanto a la discusión sobre el alcance
de sus expresiones. G. F. N9 8,Vol. n, 21/0 etapa, pág. 156.
Sentencia del 8-6-55.

8.-No puede negarse el carácter de ínstrumento : público que


reviste el acta de una actuación realizada por un. tribunal. en
ejercicio de sus funciones. G. F. Tomo 10, 11/0 etapa pág. 299.

9. -Son dos cosas absolutamente distintas el desconocer la fe que


merecen los documentos públicos y el decidirse por uno de
ellos cuando se trata de posiciones contrapuestas de las partes.
G. F. NQ 14, 21/0 etapa, pág. 90. Sentencia del 5-11-56.

Hl.-Las actas que contienen declaraciones de testigos son instru-


mentos públicos de naturaleza procesal, susceptibles de ser
declarados falsos por el Tribunal que conoce de la causa.
G. F. Tomo 6, 21/0 etapa, pág. 81.

n.-El acta de restitución en un procedimiento interdictal no es


acto intangible ni puede catalogarse entre los instrumentos
públicos a que se refiere el artículo 1359 del Código Civil.
G. F. Tomo 14, 21/0 etapa, pág. 13.
12.-La recurrida no ha negado que el acta del remate hace fe,
respecto de terceros, del hecho jurídico del embargo efectuado.

-301 -
Art.· 1359
puesto que ese embargo, en realidad, no está en discusión y se
ha admitido corno existente; pero son dos cosas muy distintas
la existencia del embargo y los derechos que' puedan ejercerse
contra éste por vía de oposición. Todas las actas de embargo,
por el solo hecho de ser auténticas, hacen fe entre las parles
respecto de terceros; pero si por esta sola circunstancia no
pudieran los terceros oponerse al embargo, el legislador no
habria procedido cuerdamente al introducir en el Código de
Procedmiento Civil la Sección 4l!o del Título VII, relativa a la
oposición al embargo. La tesis del íormalizante conduciría
a la conclusión de ser perfectamente inútil el artículo 469,
pues las oposiciones de terceros que allí autoriza el legislador
se refieren siempre a embargos contenidos en actas auténticas.
G. F. N9 20, 2l!o etapa, págs. 29 y 30. Sentencia del 9-4-58.

13. -Según este precepto, el documento público hace plena fe de los


.hechos jurídicos que el funcionario declara haber efectuado;
pero en el presente caso no se ha discutido el carácter o natu-
raleza de público de los documentos o actas, ni se les ha nega-
do su fe pública; la discrepancia se ha limitado al alcance del
contenido de aquellas actas, a las cuales la recurrida no les
ha atribuído menciones determinadas, sino simplemente ha
derivado de las mismas conclusiones, por vía de interpretación,
sobre lo que, a juicio del juzgador, se desprende de las tales
actas de embargo y desembargo. G. F. N9 21, 2l!o etapa,
pág. 67. Sent. del 4-8-58.

14.-A la versión de frases hechas por intérprete público de un


idioma extranjero al castellano y consignada por los interesa-
dos no puede dársele carácter de documento público. G. F.
Torno 22, 2l!o etapa, pág. 11.

15.-La protocolización en una Oficina de Registro de un documento


privado previamente reconocido ante un Juez, no confiere a
ese instrumento el carácter de público o auténtico. El docu-
mento público es aquél que ha nacido bajo la autoridad del
funcionario competente para darle fe pública. Su autenticidad
debe existir desde el propio instante de su formación. G. F.
Torno 26, 2l!o etapa, pág.' 73.

16.-.Las actuaciones judiciales corno el acto de contestación de la


demanda son documentos públicos. G. F, Torno 27, 21). etapa,
pág. 39.

-302-
Ad. 135.9
17.-No debe confundirse la fe que merece el funcionario público
respecto de los hechos jurídicos que declara haber efectuado,
visto u. oído, con la significación y efectos que ellos tengan
en el campo del derecho. G. F. Tomo 1, 2~ etapa, pág. 323.

lS.-En la sentencia de Casación que anuló la anterior recurrida


al declararse sin lugar la denuncia de la infracción de los
artículos 12, 21 Y 162 del Código de Procedimiento Civil, se
estableció como fundamento, que en el libelo se había pedido
a los demandados: "La ejecución fiel de las obligaciones asu-
midas como vendedores en el contrato de compra-venta. de ac-
ciones y que en la sentencia se había declarado que las obli-
gaciones contractuales a cargo de los vendedores y derivados
de ese contrato se había cumplido, sin existir faltas contrac-
tuales a cargo de los vendedores". Esto es cuanto al recurso
de forma, al quebrantamiento denunciado en la recurrida de
las normas procesales, con independencia del recurso de fondo
declarado con lugar en la misma sentencia al considerar pro-
cedente la denuncia de la infracción de los artículos 12 del
Código de Procedimiento Civil y 1359, 1360, 1361 Y 1362 del
Código Civil y 124 del Código de Comercio, por haberse esta-
blecido erróneamente en la sentencia anulada que el balance
del 30 de noviembre de 1952, en el contrato de compra-venta
de acciones era' unainención incidental, cuando en realidad
era una de las condiciones de dicho contrato de compra-venta,
balance que debía demostrar con evidencia y exactitud los
beneficios efectivamente obtenidos y las pérdidas experimen-
tadas, para cumplir con lo establecido en el artículo 309 del
Código de Comercio. Sentencia del 2 de agostó de 1962;
19.-" ... un documento puede ser público y sinembargo no probar
lo que de él se espera, sino una cosa diferente ... " G. F. N9
54, 1966, p. 166.
20. -Puede expedirse copia certificada de determinadas actuaciones
del Tribunal. No se requere copia íntegra del expediente.
G. F. N 911, 1952, p. 573.
2L-La contestación de la demanda (acta) es un instrumento pú-
blico y el Juez no puede, posteriormente, haeer constar la no
presencia del apoderado actor pues no aparece en el acta
misma. G. F. N9 27, 1960, p. 39.
22.-El auto dictado por un funcionario judicial, como, lo es una
sentencia, es documento público. G. F. N9 18, 1957, p. ,149.

-303-
Art. 1360
Art. 1360

El instrumento público hace plena fe, así entre las


partes como respecto de terceros, de la verdad de las de-
claraciones formuladas por los otorgantes acerca de la rea-
lización del hecho jurídico a que el instrumento se contrae,
salvo que en los casos y con los medios permitidos por la
ley se demuestre la simulación.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA
l.-JTR. Vol. VII, tomo 11, Pág. 809. " ... La mujer que ataca
por simulación un acto celebrado por su. marido, así como el
heredero legítimo que ataca también por simulación un acto
de su causante, son terceros pues no han. participado directa
ni indirectamente en la celebración del acto. Como tales
pueden valerse de la prueba de testigos para demostrar la
simulación ... ". DFMS2 de 6-10-59.
2.-JTR. Vol. IX, Pág. 210 " ... existe contrato de obras - y no
de trabajo- cuando la relación jurídica que vincula a las
partes carece de uno de los elementos del contrato de trabajo,
como lo es la subordinación, por hallarse obligado el contratista
a ejecutar las labores por su cuenta y riesgo y sólo de acuerdo
con las especificaciones que le fueron suministradas por el
empresario ... ". DFMT2 de 6-10-61.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l."'-No está ajustada a nuestro ordenamiento civil la aseveración


de que la falta de registro del documento relativo a la tras-
lación del derecho de propiedad sobre un inmueble engendra la
nulidad del acto. Al contrario los documentos privados re-
conocidos o autenticados y los públicos, aunque no estén re-
gistrados, producen plenos efectos entre las partes y respecto
de terceros. Sent. del 7 julio 1966. G. F. N9 54, p. 103.
2.-A este respecto cabe recordar que este Supremo Tríbunal tiene
establecido que cuando el sentenciador aprecia la prueba ins-
trumental lo hace en uso de la soberanía de que está investido
y ello no es revisable en casación, a menos que incurra en
infracción expresa para la valorización de la prueba. Sent.
del 14-2-67.

-304-
Art. 1360
3. -La prueba de testigos es admisible para desvirtuar las men-
ciones referenciales contenidas en instrumentos públicos ya
que éstas no producen fe pública. Sent. del 18-11"59. (En igual
sentido: M. 1942, t. 2, p. 98).

4.-No hay razón de índole jurídica que haga suponer que un


documento autenticado, por el solo hecho de serlo, sea conoci-
do de todos, hasta el punto de que su simple existencia pueda
dar origen a una acción de daños y perjuicios contra quien,
por ignorarla, haya ejecutado de buena fe algún acto en
contra de las estipulaciones de aquél. Y en este sentido no deben
confundirse los efectos del documento autenticado con los de
los instrumentos protocolizados por mandato de la Ley. En el
caso de estos últimos, los terceros todos deben estar precavi-
dos contra las operaciones que se hagan con relación a las
cosas cuyos títulos requieren el paso por un registro público,
y, además, tienen a su alcance, sin vacilaciones ni dudas, la
oficina ante la cual pueden ocurrir a hacer sus averiguaciones.
G. F. NQ!l, 21). etapa, Vol. n, pág. 31, Sentencia del 7-2-56.

5.-El artículo 1360, sobre la fe que merece el instrumento público


se dice infringido porque el instrumento de dación en pago,
no respetado por el fallo, es un documento público debida-
mente protocolizado. Observa esta Sala' que este mismo pre-
cepto hace la salvedad, al final, en los casos en que se' demues-
tre la simulación del documento público con los medios per-
mitidos por la Ley. Ahora bien, la simulación puede probarse
legalmente hasta con presunciones graves, precisas y. concor-
dantes, y en el presente caso se la encontró demostrada con la
confesión de los demandados, que es la más segura de las
pruebas. G. F. NQ10, 21). etapa, Vol. rr, Pago 15. Sent, 11-10-55.

Art. 1361 Art. 1361


Igual fuerza probatoria que determinada en el artículo
anterior producen el instrumento público y el instrumento
privado, entre las partes, aun de las cosas que no han sido
expresadas sino de una manera enunciativa, con tal que
la enunciación tenga una relación directa con el acto.

Las enunciaciones extrañas al acto sólo pueden servir


de principio de prueba.

-305-
·ArI. 1361
JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

1. .......Por otra parte, el artículo 1384 del Código Civil indica que
"los traslados y las copias o testimonios de los instrumentos
públicos o de cualquier otro documento auténtico hacen fe, si
los ha expedido el funcionario competente con arreglo a las
Leyes", previendo el artículo 1385 que las partes no pueden
exigir que el original o la copia que esten depositadas en la
Oficina Pública sean presentadas en el lugar del juicio, pero
sí pueden exigir, en todo caso, "la confrontación de la copia
con el original y la copia depositada en la Oficina Pública".
De aquí se sigue que la copia o testimonio debe ser del texto
o tenor del documento mismo, pues, de lo contrario, se le cer-
cenaría a la parte el derecho de exigir su confrontación con
el original o la copia pertinente que ha sido objeto de tras-
lado. Así, pues, los funcionarios que, corno el Notario, están
autorizados para expedir copia o testimonio de documentos
depositados en sus oficinas, sólo pueden hacerlo de algún do-
cumento allí existente, para que dicha copia tenga la misma
fe que el original en sí; tal es la única manera establecida
por nuestra Ley para llevar a juicio los instrumentos públi-
cos. o auténticos no originales.

El conjunto de las disposiciones que informan nuestro


ordenamiento juridico positivo no permite hacer valer en jui-
cio los instrumentos sino mediante la presentación del origi-
nal o de alguna copia o traslado del mismo, tal corno se des-
prende de los artículos 1360, 1361, 1363, 1364, 1367, 1368, 1371,
1372, 1374, 1375, 1377, 1379, 1380, 1381, 1383; 1384; 1385 Y
1387 del Código Civil Sección quinta, título Il, Libro II del
Código de Procedimiento Civil y otras dísposíeíones :más de
este Código, deparan en los procedimientos especiales, al tra-
tar de los instrumentos que se deben acompañar en ciertas
demandas (vía ejecutiva, ejecución de hipoteca, juicio de cuen-
tas, deslinde, etc.). En fin, pues, considera esta Corte que
únicamente los originales o copias debidamente expedidas
de los instrumentos con los que pueden usarse en juicio para
comprobar determinado hecho o acto alegado. Así se declara.

Sentado lo anterior, la Corte observa: La certüicación


expedida por el Notario de El Recreo no se contrae a tras-
ladar el texto de algún instrumento que esté archivado o
depositado en esa oficina, sino de un asiento del Libro Día-

-306-
rio que lleva, y que deja constancia de un instrumento reco-
nocido, y cuyo texto se reproduce, sustancialmente, en dicho
asiento; ello no es el documento mismo, ni tampoco copia auto-
"rizada que surta efectos. El Libro Diario que llevan las No-
tarías, al igual que el previsto en el artículo 206 del Código
de Procedimiento Civil y en el artículo 63 de la Ley de Re-
gistro Público, tiene por objeto anotar, en extracto, todos los
autos en que intervenga el funcionario. Así, pues, aun cuan-
do el diario hace fe de los asientos en él contenidos, la cir-
cunstancia de que "el asiento se refiere al tenor de algún ins-
trumento en que haya intervenido el funcionario no basta pa-
ra demostrar el hecho a que se contrae dicho instrumento,
con traer a los autos el contenido del pertinente asiento, pues
es necesario, sin duda alguna, presentar el documento mismo
(o copia auténtica), a fin de que la parte contra quien sur-
tiría efectos, con vista de ello, haga las pertinentes alegacio-
nes y ejerza, pues, las defensas que crea conveniente formu-
lar contra el contenido del documento, bien por vía de des-
conocimiento (si el documento es privado) o mediante la ta-
cha de falsedad por los motivos que permite la Ley. ¿ Cómo
puede la parte interesada desconocer o tachar algún docu-
mento que no consta en autos? La imposibilidad de hacerlo
conduce a establecer que la certificación, extraída del Libro
Diario de la Oficina, acerca de la realización del acto incorpo-
rado en un instrumento, no puede suplirlo ni ha de dársele,
pues, el mismo valor atribuíble al instrumento que podría
ser objeto de desconocimiento, tacha o impugnación.
DFMSC1 de 3 marzo 1960.

JURISPRUDENCIA DE CASACIüN

l.-Esto en cuanto al recurso de forma, al quebrantamiento de-


nunciado en la recurrida de las normas procesales, con inde-
pendencia del recurso de fondo declarado con lugar en la mis-
ma sentencia al considerar procedente la denuncia de la in-
fracción de los artículos 12 del Código de Procedimiento Ci-
vil y 1.359, 1.360, 1.361 y 1.363 del Código Civil y 124 del Có-
digo de Comercio, por haberse establecido erróneamente en
la sentencia anulada que el balance del 30 de noviembre de
1952, en el contrato de compra-venta de acciones era una
mención incidental, cuando en realidad era una de las condi-
ciones de dicho contrato compra-venta, balance que debía de-
mostrar con evidencia y exactitud los beneficios efectivamen-

-307-
Art. 1361
te obtenidos y las pérdidas experimentadas, para cumplir con
lo establecido en el artículo 309 del Código de Comercio.

En la nueva sentencia, se establece: "Que en el caso' de au-


tos la acción principal tiene que prosperar por cuanto for-
mando el balance parte del contrato, las acciones vendidas
tenían que tener el valor contable que el comprador pagó to-
mando por base ese documento". "Que por fundarse la ac-
ción en el hecho de que el balance no se ajustaba a la rea-
lidad, en razón de tener alguna partida del activo un valor
real inferior y en razón de no haber sido mencionadas en di-
cho balance partidas del pasivo que resultaron después real-
mente debidas por la Compañía, era necesario analizar las
pruebas promovidas y evacuadas en autos". Y con posteriori-
dad a dicho análisis, la nueva sentencia ha declarado par-
cialmente con lugar la acción principal, y per ende, condena a
los demandados a pagar a la parte actora, la cantidad de
Es. 302.068,15, mitad de la suma de Es. 604.136,30 a que mon-
ta según lo establecido en el fallo, la comprobación de los
cargos formulados por la parte actora contra los demanda-
dos, sin entrar a considerar la acción subsidiaria por ser inne-
cesario en virtud a la procedencia parcial de la acción prin-
cipal.
En consecuencia, la doctrina de casación establecida en el fa-
llo de 28 de octubre de 1959, está cumplida en el nuevo fallo
de 23 de octubre de 1961, dictada por la Corte Superior Pri-
mera en lo Civil y Mercantil de la Circunscripción Judicial
del Distrito Federal y Estado Miranda.
Por las razones expuestas, esta Corte administrando justicia
en nombre de la República por autoridad de la Ley declara
sin lugar el pedimento de la actora sobre la perención del re-
curso de nulidad intentado por la demandada y sin lugar el
recurso en referencia. Sent. del 2-3-62. G. F. N9 37, (Segunda
etapa), Pág. 132.

Art. 1362 Art. 1362

Los instrumentos privados, hechos para alterar o con-


trariar lo pactado en instrumento público, no producen
efecto sino entre los contratantes y sus sucesores a título
universal. No se los puede oponer a terceros.

-308-
Art.1362
JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-El acto simulado es aquel en el cual las partes, de mutuo


acuerdo, hacen una declaración de voluntad distinta, en todo
o en parte, de su verdadero y real propósito, con el objeto de
engañar sin daño, o en perjuicio de la Ley o de terceros; la
simulación es el defecto que vicia tal acto, yel contradocu-
mento, según la definición del expositor, Cámara, es el es-
crito, generalmente secreto, que comprueba y reconoce la si-
mulación total o parcial de Un acto.
De esta definición se deduce, que, además de la capacidad y
consentimiento de las partes, el contradocumento debe ser
siempre escrito. Como escritura privada está sometido a los
príncipos generales aplicables a todo documento, y, por lo
tanto, debe estar firmado por los contratantes o sus mandata-
rios, o por la parte a quien se opone, si es una manifestación
de voluntad unilateral; no requiere fórmulas sacramentales
para su redacción, pero sí debe referirse el negocio ostensi-
blemente ficticio y constar en escritos distintos del que mo-
difica o destruye. Diego Arreaza Romero, Págs. 31 y 32.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-"Ahora bien, en esas condiciones la recurrida admite la con-


fesión acerca de los hechos contenidos en un documento pri-
vado, cuya firma al menos, no fué negada por el demandado.
Se reconoce así que por efecto de las posiciones estampadas
quedó ratificado aquél con posterioridad al documen.to públi-
co, y en tal virtud, el referido instrumento privado, hecho pa-
ra contrariar lo pactado en el documento público, produce
efectos entre los contratantes, al tenor de lo dispuesto en el
Art, 1362 C. C.". G. F. N9 39, Pág. 177.

§ 21)

De los instrumentos privados

Art. 1363
Art. 1363
El instrumento privado reconocido o tenido legalmente
por reconocido, tiene entre las partes y respecto de terce-

-309-
Arto. '1363
ros, la misma fuerza probatoria que el instrumento público
en 10 que se refiere al hecho material de las declaraciones;
hace fe, hasta prueba en contrario, de la verdad de esas
declaraciones.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. IV, Tomo 1, Pág. 554. Tratándose de la oposición de


la fuerza probatoria de un documento privado reconocido a
un tercero, se repite el artículo 1363 del Código, Civil da o
constituye plena prueba en lo referente al HECHO MATE-
RIAL DE LAS DECLARACIONES y admite la prueba en
contrario sobre LA VERDAD DE ESAS DECLARACIONES.
De todo lo expuesto se concluye: como en el caso de autos se
trata de la oposición a un tercero de la fuerza probatoria de
un documento privado. reconocido, el oponente del documen-
to tiene a su favor la presunción de ser verdad el hecho mate-
°rial de las declaraciones de las partes en ese documento y la
parte a quien se le opuso el documento tiene a su favor la fa-
cultad de hacer prueba en contrario sobre la verdad de esas
mismas declaraciones. Como corolario a todo lo expuesto hay
que hacer notar que si la objeción de la parte a quien se hizo
la oposición del documento privado reconocido va más lejos
de desconocer el hecho material de la verdad de las declara-
ciones de las partes, y ya llega a objetar la actuación judi-
cial misma del reconocimiento judicial, entonces esa parte a
quien se ha opuesto el documento privado reconocido si debe
hacer uso de la tacha de falsedad por los motivos que la mis-
ma Ley consagra, sin bastar un simple desconocimiento.
17IC1 de 27-5-55.

2.-JTR. Vol. VI. Tomo I. Pág. 248. El legislador, cuando se


refiere a los documentos privados y su fuerza probatoria,
contenido en el artículo 1.363 y siguientes del Código Civil,
lo está haciendo con aquellos suscritos con firma autógrafa
original, no por copia de ellas ni de su contenido, mediante
°

fotografías, como lo es una copia fotostática; por tal motivo,


no es posible asimilar una copia fotostática a un instrumento
privado que sería el único medio de prueba en que se podría
subsumir la copia fotostática. El legislador ha sido celoso en
establecer los medios de pruebas' admisibles en juicio, no

-310-
Art. 1363
dándole cabida sino aquellos que no dejan lugar a dudas acer-
ca de la veracidad e intención de las partes contratantes.
lIM1 de 13-8-57.

3.-JTR. Vol. VI. Tomo 1. Pág. 392. Con documentos privados


pueden probarse todos los actos o contratos que por dispo-
sición de la Ley no requieran ser extendidos en escritura
pública o revestir solemnidades especiales. Pero esa clase de
instrumentos no valen por si mismos nada mientras no son
reconocidos por la parte a quien se oponen o tenidos legal-
mente por reconocidos. El documento privado adquiere enton-
ces fuerza de escritura pública entre los que 10 han suscrito,
o contra el que lo ha escrito, si es uno solo, o, mejor dicho,
entre las partes del acto o contrato contenido en él, y entre
sus herederos o causahabientes.

Para destruir la plena prueba que del documento se des-


prenda sería menester tacharlo de falso, corno a un docu-
mento público, porque sólo probando que el acto ha sido falsi-
ficado es como se pueden echar abajo las declaraciones que
contiene. 21C de 8-11-57.

4.~Con tal reconocimiento, el documento, en cuanto se refiere al


hecho material de las declaraciones que contiene, hace fe de
ellas, conforme a las prescripciones del artículo 1.363 del
Código Civil. Y de consiguiente surte todos sus efectos, inclu-
sive la fecha del mismo, entre los causahabientes de la señora
A. de M.B., hasta prueba en contrario. Debe, en consecuen-
cia (salvo lo dicho de que hubiera prueba en contrario) tener-
se como cierta la fecha que denuncia: 10 de diciembre de
1946. Los demandados no han traído prueba alguna que des-
virtúe lo anteriormente expresado. En cambio, los actores,
con los testimonios de los señores .... han confirmado con
el conjunto de sus respectivas declaraciones no sólo que inclu-
sive el doctor G.V., el día 10 de diciembre de 1946, en pre-
sencia de los declarantes, sino también que ellos presencia-
ron e intervinieron, con el carácter que el acto atribuye a
cada uno de los testigos. Por otra parte, dado que los docu-
mentos firmados otorgados por el mandatario se consideran
otorgados por el mandante, tales documentos tienen fuerza
probatoria y fecha cierta con respecto al mandante y su causa-
habientes. En el caso de autos no fue desconocida la firma
del susodicho documento por los demandados, y, por ende, tal

-311-
Art. 1363
documento tiene fecha cierta, aun cuando no hubiese sido
reconocido. Sentencia del 2-6-49. Dr. Antonio Planchart.
"Jurisprudencia Anotada".

5.-JTR. Vol. X. Pág. 228. " ... habiendo reconocido el deman-


dado la firma estampada al pie de un documento privado, sin
formular tacha alguna deben producirse todos los efectos
probatorios establecidos en el Art. 1.363 C.C." DFMSC2 de
13-4-62.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-El silencio en el acto en que le opuso el documento invocado


por el actor equivale al reconocimiento del expresado docu-
mento. M.1905, Pág. 23. (Contra) M.1922, Pág. 196.

2. -" ... las partes a quienes se oponen un documento privado no


están obligados a admitirlo o tacharlo, sino cuando proviene
de ellas .... " M.1917, Pág. 148.

3.-" ... y aparece realmente que esa enmendatura no está sal-


vada lo que quita su fuerza al documento y no permite que
se tenga legalmente por reconocido ... ". M. 1894, pág. 31.

4.-En la expresión instrumentos o documentos privados se com-


prenden todos los actos o escritos que emanan de las partes,
sin la intervención del Registrador o de algún funcionario
competente, y que se refieren a hechos jurídicos a los cuales
pueden servir de prueba. G. F. Tomo 11, Primera Etapa,
Pág. 363.

5.-Tanto la doctrina como la jurisprudencia enseñan que el con-


tratante en cuyo poder se encuentra el instrumento firmado
por la contraparte puede en cualquier momento estamparle
su propia firma y, más aún, presentarlo sin su dicha firma en
juicio con plena eficiencia jurídica, porque ese acto suyo equivale
al hecho de que lo diese autorizado con su firma. G.F. N9 9,
Primera Etapa, Pág. 278. Sentencia del 4-5-51. .

6.-'No ha desconocido el sentenciador que los documentos pro-


ducidos por las partes han quedado reconocidos y que tienen
la misma fuerza probatoria que el instrumento público. Aceptó
la recurrida que se había celebrado un contrato de arrenda-

-312-
ArI.1363
miento según el instrumento privado producido por el actor;
pero consideró que dicho contrato había quedado sin valor en
virtud de una nota estampada y firmada por el actor en el
ejemplar del contrato en poder del demandado.

Entre la fuerza probatoria que esos instrumentos ofrecen,


según el citado artículo, el sentenciador juzgó que el segundo
anulaba o revocaba el primero; con ello, lejos de menospre-
ciar la disposición citada, la acató, reconociéndole mérito pro-
batorio a un instrumento privado. Si al sacar esa conclusión
incurrió en error, hizo un mala apreciación, esta Sala no
puede averiguarlo por no haberse hecho denuncia que excep-
cionalmente permita examinar las actas procesales para
resolver si en el establecimiento de los hechos, por parte de
los sentenciadores, se ha incurrido en alguno de los errores
previstos en el artículo 435 del Código de Procedimiento Civil.
G.F. NQ 17, Segunda Etapa, Págs. 85 y 86. Sentencia del
30-7-57.

7. -Ciertamente, el legislador exige que el documento privado


esté firmado por la parte a quien se opone: previó sólo una
relación contractual entre dos partes, pero entre las deficien-
cias de la ley que deben ser suplidas por el Juez está la falta
de previsión o la imposibilidad de prever todas las formas
de los contratos. G.F. Tomo 18, Segunda Etapa, Pág. 291.

8. -La norma del artículo 1.363 del Código Civil es inaplicable al


escrito de contestación de demanda. Sentencia de 10 de
mayo de 1967.

9.-Véase Art. 1.381, cita NQ 2.

10. -La Sala ... tiene decidido reiteradamente que no desconoce


el sentenciador el valor probatorio del instrumento público
auténtico cuando, al analizarlo, llega a determinadas conclu-
siones que son el resultado de su soberana facultad de apre-
ciación .... " G. F. NQ 19, 1958, p. 15; G. G. NQ 2, 1958,
p. 322.

Art. 1364
Art.1364
Aquel contra quien se produce o a quien se exige el
reconocimiento de un instrumento privado, está obligado

-313-
Art. 1364·
a reconocerlo o negarlo formalmente. Si no lo hiciere, se
tendrá igualmente como reconocido.

Los herederos o causahabientes pueden limitarse a de-


clarar que no conocen la firma de su causante.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-JTR. Vol. V, Pág. 381. A mayor abundamiento el Tribunal hace


constar que el articulo 1364 del Código Civil establece, "aquel
contra quien se produce o a quien se exige el reconocimiento
de un documento privado, está obligado a reconocerlo o ne-
garlo formalmente. Si no 10 hiciere, se declara igualmente
como reconocido". La jurisprudencia ha consagrado que la
acción de reconocimiento de un instrumento privado es como
cualquier otra de carácter esencialmente declarativo. 11C1
de 29-2-56.
2.-JTR. Vol. VI. Tomo I. Pág. 385. Tampoco considera el Tri-
bunal que el desconocimiento debe ser razonado; el Código
Civil, en su artículo 1.364 impone a aquel contra quien se
produce o a quien se exige el reconocimiento de un instrumen-
to privado que 10 reconozca o 10 niegue formalmente; y agrega
que los herederos o causahabientes pueden limitarse a decla-
rar que no conocen la firma de su causante. En el caso de
autos el demandado negó, no dió por cierto el contenido del
documento, al rechazar la validez del aval por no haber sido
prestado por su causante; pudo negar o limitarse a declarar
que no conocía la firma de su causante; que en el presente
caso es una persona jurídica T.Y.P., que sólo actúa mediante
personas físicas por virtud de la representación. Además de
tal negativa que es la que impone la ley, y que consta de
autos, desconoció por no emanar de su persona el instrumento
principal en que se apoya el demandante. 11M1 de 20-8-57.

3. -JTR. Vol. IX, p. 319. "El reconocimiento o desconocimiento


de un instrumento privado, en nuestra legislación, se refiere
únicamente a la firma. Si la parte reconoce la firma estam-
pada en el documento pero alega la alteración del contenido de
éste, es preciso proceder a la tacha". DFMIM2 de 23-6-61.

4. -JTR. Vol. IX, p. 655. " ... los periódicos o diarios no son
documentos de ninguna clase ... " DFMSC2 de 10-5-61.

-314-
JURISPRUDENCIA DE CASACION

1. --~on dos cosas distintas, hacer una afirmación contraria a lo


que se dice en el documento y desconocer el documento.
M. 1944, t. 2, p. 168.

2.-Desconocer el documento se refiere a la negación de la escri-


tura o de la firma; es un desconocimiento de la procedencia
del documento; es negar que tal documento emana de la per-
sona a quien se le opone, independientemente de que el con-'
tenido sea falso o erróneo. Puede reconocerse el contenido y
la firma ... y sin embargo pretender el autor que lo que dijo
allí no es la verdad, que fue víctima de un error .... Pero a
pesar de esto, el documento ha quedado reconocido como ema-
nado de aquél a quien se le opuso. " ." G.F. N9 4, 2~ etapa,
p. 561.

3. -"La ley sólo exige para el desconocimiento del documento


privado por aquel contra quien se produce, que lo niegue
formalmente, esto es, que manifieste de modo categórico, que
no ofrezca dudas, su negativa a reconocer como suyo el do-
cumento. N o ha querido el legislador el empleo de fórmulas
sacramentales ni el cumplimiento de determinados requisitos,
bastando por consiguiente que de algún modo aparezca
clara la voluntad de la parte " G. F. N9 30, 1960, p. 52.

4.-El Art. 1364 no es regla expresa para valorar el mérito de la


prueba. G. F. N9 26, 1959, p. 45.

Nota del Autor: Se sugiere consultar la obra Código de


Procedimiento Civil, Anotado y Concordado", del Dr. Mariano
Arcaya, El Cojo, 1966, Volumen lIl, páginas 347 y siguien-
tes, donde aparece amplia jurisprudencia, desde el punto de
vista procesal sobre esta materia.

Art. 1365 Art. 1365


Cuando la parte niega su firma o cuando sus herederos
o causahabientes declaran no conocerla, se procederá a la
comprobación del instrumento como se establece en el
Código de Procedimiento Civil.

-315-
Art. 1366
Art. 1366

Se tienen por reconocidos los instrumentos autentica-


dos ante un Juez con las formalidades establecidas en el
Código de Procedimiento Civil.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

1. -JTR. Vol. XI. Pág. 226. "La fe del documento auténtico, en


cuanto al contenido del acto. se limita al hecho mismo de las
declaraciones. Por ello es necesario tachar la autenticación
cuando el documento emana en realidad de aquel a quien se
le opone, con el objeto de evidenciar que tales declaraciones
no fueron hechas". DFMSC1 de 15-11-63.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-Consecuente con lo expuesto, la jurisprudencia de esta Corte


es constante en el sentido de que la interpretación de los
actos y contratos corresponde a la soberanía de los Tribunales
de Instancia, sin otra excepción que la de aquellos casos en
que se alegase la infracción de regla legal expresa para valo-
rar el mérito de la prueba conforme a los ordinales primero,
segundo y tercero del artículo 435 del Código de Procedi-
miento Civil. En el caso concreto, la denunciada infracción
del artículo 1.366 del Código Civil no se hizo en concordancia
expresa a alguno de los casos de excepción señalados: y, a
mayor abundamiento, dicha denuncia tampoco corresponde a
algunos de los casos de excepción, pues ni se ha dado por
probado hechos con pruebas que por la Ley sean improceden-
tes para demostrarlos ni se trata de una prueba que no reúna
los requisitos exigidos por la Ley, ni configura ninguno de
los casos de falso supuesto. Sentencia del 20 de diciembre
de 1960.

2. -Néase Art. 1357, cita NQ 4.

NOTA DEL AUTOR

Véase "Nota del Autor" al Art. 1357.

-316-
Art. 1367
Art. 1367

Aun cuando el instrumento privado haya sido recono-


cido por la parte contra quien se produce, le quedarán a
ésta a salvo las acciones o excepciones que le correspondan
respecto a las obligaciones expresadas en el mismo, aunque
no haya hecho ninguna reserva en el momento del recono-
cimiento.

Art. 1368 Art. 1368


El instrumento privado debe estar suscrito por el obli-
gado, y, además, debe expresarse en letras la cantidad en
el cuerpo del documento, en aquellos en que una sola de
las partes se obligue hacia otra a entregarle una cantidad
de dinero u otra cosa apreciable en dinero.

Si el otorgante no supiere o no pudiere firmar, y se


tratare de obligaciones para cuya prueba se admiten tes-
tigos, el instrumento deberá estar suscrito por persona ma-
yor de edad que firme a ruego de aquél y, además, por
dos testigos.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

1. -JTR. Vol. VI, Tomo 1, Pág. 383. El Tribunal pasa a analizar


la referida copia fotostática, y, en consecuencia, establece
que ala expresada copia fotostática no se le puede dar valor
probatorio por cuanto ella no está autenticada por un Nota-
rio, que debe naturalmente, cotejarla con el original, y, por
lo tanto, no se le puede dar la misma fe que a cualquier otro
documento, porque la autenticación notarial es la que le da
fuerza probatoria. Por otra parte, del conjunto de las cir-
cunstancias procesales no surgen elementos bastantes para
convencer de la fidelidad, ni indicios que puedan ser admisi-
bles para poder apreciar una copia fotostática como docu-
mento privado. Para la validez del instrumento privado, la
única formalidad esencial es la firma, y ello se infiere lógi-
camente de términos usados en el artículo 1358 del Código

-317-
Arl. 1368
Civil y 1.368 ejusdem, que imponen tal requisito y condición.
La escritura privada no prueba su origen como lo hace el docu-
mento público o auténtico, porque falta toda garantía acerca
de que quien aparece como .firmante lo haya firmado real-
mente. HC1 de 26-4-57.

2.-No es dable oponer, para que surta los efectos señalados en


las leyes sustantivas y adjetivas respecto a reconocimiento,
un instrumento privado que no lleve la firma de la persona
contra quien se produce. Sent. del 6-8-48. (René de Sola).

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-La regla contenida en el aparte del Art. 1.368 C.C. no pueds


entenderse como dirigida al caso de excepción relativo a la
expresión en letras de la cantidad, sino que es una regla
general para toda clase de instrumentos privados. G.F. T.27,
21)0 etapa, p. 108.

2.-Si la escritura no está firmada, no hace por tanto, fe contra


nadie, de donde se sigue que para procurarse un medio de
prueba con la escritura privada es indispensable que se en-
cuentre firmada por aquel o aquellos que han contraído la
obligación de que se pretende ofrecer la prueba. De· ahí se
infiere que ningún valor tienen las suscritas con cruces u
otros signos, ni aquellas otras que no ofrezcan la garantía
de la firma, considerada como requisito esencial, siendo sólo
cuando la firma esté contenida en el cuerpo del documento
cuando puede decirse que esos actos han alcanzado la eficacia
de escritura privada.

Es obvio, pues, que careciendo los fotostatos presentados de


la firma, esto es, de la suscripción de puño y letra de la parte
a quien la fueron opuestas, no eran ellos documentos pri-
vados, y, en consecuencia, admisibles, para adquirir la fe
indispensable para hacer prueba documental en el juicio donde
fueron presentados. G.F. NQ 1, Segunda Etapa, Pág. 355.
Sentencia del 23-6-53.

3.-Si se examina el artículo denunciado, se observará que él


contiene diversas normas acerca de los instrumentos privados
en general, empezando por establecer que debe ser suscrito
por el obligado, y por vía de excepción, ordena que se exprese

-318-
Arl. 1368
en letras la cantidad cuando una sola de las partes se obligue
hacia otra a entregarle una cantidad de dinero. La siguiente
regla contenida en el aparte del :citado artículo, no puede
entenderse como dirigida igualmente al caso de excepción
anotado, sino que es una regla también general para toda
clase de instrumentos privados. La jurisprudencia de. Casa-
ción traída por el recurrente en -nada ayuda a su tesis, pues
la Corte tuvo buen cuidado de decir que se estaba refiriendo
a la "primera parte del denunciado artículo, que es la perti-
nente al caso de "autos".

De consiguiente, la recurrida aplicó correctamente el artículo


1.368 del Código Civil toda vez que el aparte del mismo artícu-
lo aplicable al presente asunto no se refiere al caso de excep-
ción de las obligaciones unilaterales, sino a toda clase de
obhgaciones contenidas en un documento privado, y así se
declara. Sent. del 7-3-60.

Art. 1369 Art. 1369


La fecha de los instrumentos privados no se cuenta,
respecto de terceros, sino desde que alguno de los que hayan
firmado haya muerto o haya quedado en la imposibilidad
física de escribir; o desde que el instrumento se haya co-
piado o incorporado en algún Registro público, o conste
habérselo presentado en juicio o que ha tomado razón de
él o lo ha inventariado un funcionario público, o que se
haya archivado en una Oficina de Registro u otra com-
petente.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.--JTR. Vol. n. Pág. 226. El documento de venta del carmen


que corre al folio 59, anotado en los libros llevados en la
Inspectoría de Vehículos del Estado Barinas no tiene el carác-
ter de documento público, toda vez que carece de solemnida-
des en su otorgamiento, pues la Oficina donde fue anotado
carece de tales facultades, teniendo sólo entre sus funciones
la de vigilar el cumplimiento de la Ley del Tránsito Terres-
tre, considerando por tanto, que ese instrumento, sólo tiene
valor entre las partes y no contra terceros; por lo que se

-319-
Art. 1369
hace necesario aplicar lo establecido en el artículo 1.369 del
Código Civil según el cual, la fecha de ese instrumento, sólo
se cuenta desde el día en que fue presentado a juicio, o sea, des-
puésde practicado el embargo. LASC de 13-3-5!.

2.-JTR. VoL VII. Tomo 1. Pág. 831... "El reconocimiento de la


firma de su otorgante es una de las circunstancias que dan
certeza a la fecha de los documentos privados". lIC4 de
16-6-58.

3.-JTR. VQ1. VII. Tomo 1. Pág. 837... "El instrumento con fecha
cierta sigue siendo un instrumento privado, si es de aquellos
que, conforme a la ley, son presentados ante un Juez o un
Notario con el único fin de que se imprima certeza a la fecha
del mismo. En consecuencia un documento de esa naturaleza
no puede ser considerado como documento auténtico ni como
instrumento legalmente reconocido." 91C de 16-1-58.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

1.-" ... cuando (el Art. 1.369 C.C.) dice que "la fecha de los ins-
trumentos privados no se cuenta, respecto de terceros, sino
desde que algunos de los que hayan firmado haya muerto ... "
se está refiriendo a los documentos privados que tienen fecha,
para evitar los peligros inherentes a una antedata, principio
que con más fuerza, si cabe, rige también sobre aquellos que
carecen de fecha; que propende a establecer la sinceridad de
la de los instrumentos privados contentivos de convenciones
con su especial y delimitado campo de aplicación en el juicio
civil. .. " G.F. N<? 3, 11!- etapa, p. 278.

2.-Por terceros a los efectos del Art. 1.369 C.C. se entienden no


sólo los que hayan adquirido derechos sobre el inmueble arren-
dado, sino cualesquiera otras personas. Sent. del 7-3-60.
G. F. NQ 27, 1960, p. 110.

Art. 1370 Art. 1370

El instrumento privado tiene la fuerza probatoria que


le atribuyen los artículos anteriores, aunque no esté exten-
dido en papel sellado, ni conste haberse satisfecho el ím-

-320-
Art. 1378
puesto de estampillas correspondiente. Esto sin perjuicio
de la responsabilidad en que hayan incurrido los otorgan-
tes por tales omisiones.

Art. 1371 Art. 1371


Pueden hacerse valer en JUICIO como prueba o princi-
pio de prueba por escrito, las cartas misivas dirigidas por
una de las partes a la otra, siempre que en ellas se trate de
la existencia de una obligación o de su extinción, así como
de cualquier otro hecho jurídico relacionado con los puntos
que se contraviertan.

El autor de la carta puede exigir la presentación de


ésta a la persona a quien fue destinada o ésta producirla
en juicio para los efectos mencionados.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

·1.-JTR. Vol. 11. Pág. 101. En relación con la tercera de las car-
tas acompañadas al libelo de la demanda en copia. fotostáti-
ca, se observa que no fue producida como prueba por los
medios establecidos en nuestro ordenamiento jurídico, pues
de conformidad con lo dispuesto en el artículo 1.371 del Código
Civil, debió exigirse su presentación al demandado, a quien
se supone que la tiene en su poder, o en todo caso, corres-
pondía a ésta producirla como medio de prueba. DFICl
de 16-5-52.

2. -JTR. Vol. VII. Tomo 1. Pág. 307. " ... El cheque en ningún
caso puede considerarse como carta misiva a los efectos con-
templados en los artículos 1.371 y 1.372 del Código Civil".
DFMSCl de 21-10-59.

lL-JTR. Vol. 1. Pág. 61. El mérito probatorio de las manifes-


taciones contenidas en misivas dirigidas por una parte a la
otra, aun dando por sentada la autenticidad de esas misivas,
es, pues, muy relativo en materia de divorcio; tales manifes-
taciones, por más categóricas y concluyentes que fuesen, resul-
tarían ineficaces por sí solas como elementos probatorios de
la acción. ZUSC de 4-7-51.

-- 321 -
Art. 1371
4.-JTR. Vol VI, Tomo 1, Pág. 167. Aunque revista la apariencia
de una carta misiva, en este proceso, el documento examinado
carece realmente de tal carácter, en el estricto sentido del
articulo 1.371 del Código Civil, o sea, el de que haya posibili-
dad de hacerla valer en la litis como prueba o principio de
prueba por escrito, porque aun cuando él se refiere a un
hecho jurídico en relación con los puntos controvertidos, lo
cierto es que la falta de requisito esencial para darle el valor
de aquella prueba; desde luego que no va dirigida por una
de las partes a la otra, pues ni que decir hay que M.A.S.C.,
de quien emana, es persona enteramente extraña al presente
juicio.
Bajo el aspecto de instrumento privado reconocido, el docu-
mento cuyo estudio nos ocupa encubre, en verdad, declara-
ciones sobre un hecho juridico, emanadas de una tercera per-
sona que no podría ser calificada en materia procesal, sino
como testigo; resultando, en último análisis, que no habiendo
sido promovida la prueba testifical del señor C.S., para que
el presente juicio rindiera las declaraciones a que se contrae
la carta bajo juramento, y dándosele a la contraparte la opor-
tunidad de ejercer el derecho de tachar al testigo y controlar
su declaración por medio del interrogatorio de preguntas,
aquellas declaraciones carecen absolutamente de valor en este
juicio. lIC2 de 29-10-57.

. 5.-JTR. Vol. 11. Pág. 102. La demandante acompañó al libelo


dos cartas misivas que asevera le fueron dirigidas por el
demandado, como también produjo en la misma ocasión una
copia fotostática de otra carta que la misma señora C. U. de
C. R. dirigió a su marido. A este respecto es de advertir que
esta clase de pruebas en los juicios de divorcio no surten
efectos cuando persiguen la finalidad de dejar establecidos los
hechos constitutivos de una causal de divorcio, ya que entonces
se llegaría por esta vía a la disolución del vínculo matrimonial
por el mutuo consentimiento de los cónyuges, con sólo diri-
gir el uno al otro cartas al efecto. Sin embargo, cuando no
se evidencia de la propia misiva que ella ha sido obra de esa
intención antes aludida, el Juzgador puede apreciarla con-
forme a la Ley. DFSC2 de 23-7-52.

6.-Conforme al Art. 1371 C. C. sólo pueden hacerse valer en juicio


las misivas cruzadas entre las partes mismas; conforme al
Art. 1372 C. C. no puede una parte requerir la presentación

-322-
Art. 1371
de una carta dirigida a un tercero por alguno de los interesa-
dos en el juicio o por extraños, si el tercero y el autor de la
carta no presenta su consentimiento, pero las cartas dirigidas
y recibidas entre terceros, no pueden,' en ningún caso, emplear-
se como medio de prueba en juicio por personas para las
cuales los terceros no eran causantes o mandatarios. DFMSC2
de 17-1-63.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-La ley confía en que los jueces sabrán distinguir bien entre
las cartas cuya índole y materias las constituyen en una
verdadera prueba instrumental y otras cartas, muy socorridas,
cuya sola finalidad es la de obtener por escrito declaraciones
de personas, cuyo papel en el juicio no podría ser nunca otro
sino el de testigos, por lo que tales declaraciones aunque es-
critas y auténticas deben ser acompañadas con el escrito de
promoción de pruebas, para que se ratifiquen en el término
probatorio, bajo juramento (con) derecho a la parte contraria
a repreguntar a los autores de dichas misivas. M. 1939, T. 2,
p. 286.

2.-La copia fotostática, sin firma, no es prueba alguna. Sent.


del 28-6-67.

3.-Véase Art. 1371, cita NQ 2.

Art. 1372 Art. 1372


N O puede una parte requerir la presentación de una
carta dirigida a un tercero por alguno de los interesados en
el juicio, o por personas extrañas, si el tercero y el autor
de la carta no prestan su consentimiento para ello. El
tercero tampoco puede valerse de la carta como prueba,
contra la voluntad del autor de ella.

Las cartas misivas, dirigidas y recibidas entre terceros,


no pueden, en ningún caso, emplearse como medios de
prueba en juicio por personas para las cuales los terceros
no eran causantes o mandatarios.

-323-
Art. 1372
Los herederos o causahabientes de las personas que di-
rigieron o recibieron las cartas misivas antedichas, pueden
emplearlas como medios de prueba en los mismos casos en
que aquéllas habrían podido hacer uso de ellas.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. 1, Pág. 60. Se trata en el presente caso de la exhi-


bición de unas cartas, y requieren, por tanto, para su presen-
tación en juicio, el consentimiento del tercero en cuyo poder
se encuentran y a quien se pide su exhibición. Pero este
consentimiento puede darlo o negarlo el tercero en el momento
en que se le notifique la exhibición. La Ley no exige que sea
previo a la promoción de la prueba, más si se tiene en cuenta
que el Instituto destinatario de las aludidas cartas, puede, en
cualquier momento, negarse a su presentación en juicio.
DFSC1 de 11-5-51.

2.-JTR. Vol. IV, tomo 1, pág. 203. La forma, auténtica o no, es


indiferente a los efectos argumentados; pero lo que sí es
esencial ante la Leyes que el Dr. H. M. B. preste su consen-
timiento para la presentación de una misiva en el presente
juicio, pues, siendo él un tercero, es de imperiosa necesidad
el que preste su consentimiento, y de actas no surge el que
se haya accedido a esa presentación; no hay constancia de
que el Br. o Dr. H. M. B., haya dado su consentimiento para
que la misiva que le dirigiera al Dr. R. M. G. se presentara
en este juicio, en donde él M. B., es un tercero, extraño a la
presente causa. Por los motivos expuestos, los sentenciadores
no entran a analizar el contenido de dicha misiva, por no
haberse obrado en la forma pautada por el precepto civil ya
analizado. 17IC1 de 28-3-55.

3. -JTR. Vol. VI, tomo 11, Pág. 361. Es obvio, entonces en con-
cepto de este Tribunal, que no se trata aquí de presentar
cartas misivas sino de que el testigo declare acerca del envío
de las mismas. Además, la presentación de estas cartas no
está en contravención con el artículo 1372 del Código Civil
invocado por el opositor, pues la presentación de una carta
dirigida a un tercero por alguno de los interesados en el juicio
y en el caso de autos se trata de cartas dirigidas por terceros
a una de las partes y que sólo se han presentado a fin de que

-324-
Art. 1372
estos terceros, declarando como testigos, tengan a la vista
dichos instrumentos y digan si son los mismos a que se refie-
ren en su disposición. Se trata, en síntesis, pues, de una
prueba testifical que no es impertinente ni ilegal por lo que la
oposición formulada no puede prosperar en cuanto a esto
concierne. lSC2 de 13-5-57.

4.-JTR. Vol. IX, Pág. 411 " ... el consentimiento del autor de la
carta y del tercero que la recibió, a que -se refiere el Art. 1372
C. C., tienen que ser anteriores a la promoción de la prue-
ba ... ". DFMSC1 de 8-8-61.

5. -JTR. Vol. X, Pág. 79. " ... la inspección ocular de las cartas
es inadmisible ya que no puede requerirse la presentación de
una carta dirigida a un tercero por alguno de los litigantes
o por personas extrañas, si el tercero y el autor de la carta no
prestan su consentimiento para ello ... ". DFMSC1 de 18-10-62.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-El concepto de tercero es una teoría difícil. Del elemental


y literal concepto de tercero hay que excluir a la persona que,
sin haber firmado el contrato, los mismos contratantes lo han
señalado como primordial interesado en la ejecución o cumpli-
miento del contrato y cuyas estipulaciones vinculadas a éste
-las partes mismas han convenido en que serán necesariamente
atendidas en el cumplimiento de lo pactado. G. F. NQ 18,
p. 292.

2. .:» ... el determinar si un documento presentado como (carta


misiva) lo constituye o no, es cuestión de la sola apreciación
del Juez y ajena a la censura de Casación ... ". G. F. NQ 6,
1954, p. 213.

NOTA DEL AUTOR

El artículo 1372 es representativo de disposiciones totalmente


anacrónicas en materia de pruebas. Ese artículo, al igual
que otros, tanto en el C. C. como en el de Procedimiento,
significan mayores dificultades para poder presentar la verdad
a los ojos de la justicia. En futuras reformas al Código debe
ser estudiado, a fondo, este problema.

-325-
ArI~1373
Art. 1373

Las cartas misivas de carácter confidencial, es decir,


en que no se trate de los asuntos expresados en el artículo
1371, no pueden publicarse ni presentarse en juicio, sin el
xonsentimíento del autor y de la persona a quien fueron
dirigidas.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA
l.--¡JTR. Vol. IV, tomo 1, Pág. 202. El artículo 1373 del Código
Civií establece concretamente lo siguiente: "las cartas misivas
de carácter confidencial, es decir, en que no se trata de los
asuntos expresados en el artículo 1371 no pueden publicarse ni
presentarse en juicio, sin el consentimiento del autor y de la
persona a quien fuere dirigida". Tal misiva fue suscrita por el
Dr. R. M. G., admitiéndola en forma condicional, o sea, siem-
pre que el destinatario prestase en forma auténtica su con-.
sentimiento. La forma auténtica, o no, es indiferente a los
efectos argumentados, pero lo que sí es esencial ante la ley,
es que el Br. o Dr. H. M. B. preste su consentimiento para la
presentación de esta misiva en el presente juicio, pues siendo
él un tercero, es de imperiosa necesidad el que preste su con-
sentimiento, y de actas no surge de que se haya accedido a esa
presentación, no hay constancia de que el Br, o Dr. H. M. B.
haya dado su consentimiento para que la misiva que le diri-
giera al Dr. R. M. G. se presentara en este juicio, en donde él,
M. B., es un tercero, extraño a la presente causa. Por los
motivos expuestos, los sentenciadores no entran a analizar el
contenido de dicha misiva por no haberse obrado en la forma
pautada por el precepto civil ya analizado. 17IC1 de 28-3-55.

Art. 1374 Art. 1374

La fuerza probatoria de las cartas misivas producidas


en juicio, se determina por las reglas establecidas en la ley
respecto de los instrumentos privados y del principio de
prueba por escrito; pero carecerán de valor las que no estén
firmadas por la persona a quien se atribuyan, salvo que
hubieren sido escritas de su puño y letra, y remitidas a su
destino.

-326-
Art., 1374
El Juez desestimará las que se hayan presentado en
contravención con la ley, sin perjuicio de los derechos que
correspondan al agraviado por violación del secreto debido
a la correspondencia epistolar.
....
JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-En efecto, el artículo 1374 del Código Civil establece que la


fuerza probatoria de las cartas misivas producidas en juicio,
se determinan por las reglas establecidas en la Ley respectiva
de instrumentos privados; y sabido es que, por mandato del
artículo 1369 del mismo Código Civil, la fecha de los instru-
mentos privados no se cuenta respecto de terceros, sino desde
que alguno de los que hayan firmado haya muerto o haya
quedado en la imposibilidad de escribir; o desde que el instru-
mento se haya copiado o incorporado en un Registro Público;
o conste habérselo presentado en juicio o que haya tomado
razón de él o inventariado un funcionario público; o que se
haya archivado en una Oficina de Registro u otra competente.
Conforme a la anterior disposición, es indudable que la admi-
tida carta de notificación de la cesión a la deudora, no adquirió
fecha cierta con respecto a terceros sino desde el. día 19 de
enero de 1960, fecha en que la deudora aceptó la cesión al
exhibirle al Tribunal Comisionado copia de ella y tomar éste
nota de la misma .momento antes de practicarse el embargo.
Por consiguiente, fue desde ese momento cuanto la cesionaria
Emmaines Gazulli de Guacci tuvo derechos contra terceros,
pudiendo oponerles la cesión que le fue hecha en el citado
documento privado. Sent. 1-3-61.

2.-Las cartas misivas en las cuales se trata de la existencia de


una obligación, sí pueden hacerse valer en juicio, pues no son
misivas de carácter confidencial. Sent del 20 dic. 1960.

Art. 1375 Art. 1375


El telegrama hace fe como instrumento privado, cuando
el original lleva la firma de la persona designada en él
como remitente, o cuando se prueba que el original se ha

-327-
Art. '1375
entregado o hecho entregar en la Oficina Telegráfica en
nombre de la misma persona, aunque ésta no lo haya fir-
mado, siempre que la escritura sea autógrafa.

Si la firma del original se ha autenticado legalmente,


se aplicarán las disposiciones que quedan establecidas res-
pecto de los instrumentos privados.

Si la identidad de la persona que lo ha firmado o que


ha entregado el original, se ha comprobado por otros medios
establecidos en los reglamentos telegráficos, se admitirá
In prueba contraria.

La fecha del telegrama establece, hasta prueba de lo


contrario, el día y la hora en que fue efectivamente expe-
dido o recibido por las Oficinas Telegráficas.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-"EI Tribunal, y de conformidad con el Art. 1375 e. e., des-


estima el telegrama en referencia, debido a que' no le acredita
valor probatorio alguno, pues no se trata de un telegrama
original sino de una copia, no se probó que el mismo se haya
entregado en Oficina Telegráfica a nombre de la persona que
lo remitia". DFMSC2 de 12-7-62.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

1.-" ... La Corte observa que en efecto el Tribunal de Instancia


dió por efectiva la reconciliación de los cónyuges ... basándola
en el traslado de un telegrama que no reúne las condiciones
de la ley para su validez en juicio como instrumento priva-
do ... "" M. 1920, p. 481.

Art. 1376 Art. 1376

En los casos de error, alteraciones o retardo en los tele-


gramas, las rectificaciones a que haya lugar deben resultar
de la prueba que se haga, y a ella se atendrá el Tribunal;

-328-
Art. 1376
sin que esto obste a las responsabilidades legales que pue-
dan originarse de la falta. Si quien envía el telegrama ha
tenido cuidado de hacerlo verificar o repetir, o de certifi-
carlo, según las disposiciones de las reglamentos telegrá-
:ficos, se presume que no hay falta.

Art. 1377 Art. 1377


Los libros de los comerciantes hacen fe contra ellos;
pero la parte contraria no podrá aceptar lo favorable sin
admitir también lo adverso que ellos contengan.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-En materia de examen en juicio de los libros de los comer-


ciantes, hay dos formas distintas: son la exhibición y la co-
municación. La primera versa sobre todos los libros, sin
limitación alguna, presentándose todos los libros al Tribunal,
y sólo se admite en determinados casos. La segunda se limita
a lo que tenga relación con el juicio y se hace con inspección
ocular en la misma oficina o establecimiento de su dueño,
dejándose copia de lo conducente. G. F. NQ 18, p. 301.

2.-La persona a quien se opone una contabilidad, cuyos asientos


niega en todo o en parte, deberá rechazarla en absoluto,
tanto en lo que le favorece como en lo que le perjudica, y
entrar a comprobar por los medios legales las operaciones
que motivan la controversia, si ésta tiene por objeto deter-
minar el balance entre las partes. G. F. NQ 5, l!!- etapa, p. 471.
3. -Si el elemento bilateral no existe, es decir, si una de las
partes no está obligada a llevar los libros mercantiles, como
es el caso del no comerciante, los asientos de los libros
llevados por la que es comerciante, sólo producen efectos
contra ésta no contra aquélla. G. F. T. 30, p. 132.
4. -Entre dos litigantes obligados a llevar libros de comercio,
los del uno pueden hacer prueba en su favor contra el otro,
sin necesidad de que éste pida inspecciones oculares correlati-
vas en loe libros de su contendor, porque es a éste a quien le
corresponde hacer con los suyos la contraprueba que le con-
venga. G. F. NQ 18, p. 297.

-329-
Art. 1378
Art. 1378

Los registros y papeles domésticos no hacen fe en favor


de quien los ha escrito; pero hacen fe contra él:

1Q Cuando enuncian formalmente un pago que se le


ha hecho.

2<1 Cuando contienen mención expresa de haberse


hecho la anotación para suplir la falta de documento en
favor del acreedor.

Art. 1379 Art. 1379

Toda anotación puesta por el acreedor a continuación,


al margen o al dorso de su título de crédito, cuando tiende
a demostrar la liberación del deudor, hace fe, aunque no
lleve la fecha ni la firma del acreedor, con tal que el título
haya permanecido siempre en sus manos.

Lo mismo sucederá con las anotaciones puestas por el


acreedor a continuación, al margen o al dorso del duplicado
de un título personal al deudor, o de un recibo precedente,
con tal que este documento se encuentre en manos del
deudor.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. IV, tomo 1, Pág. 346. Las anotaciones puestas por el
autor al ejemplar del contrato en poder del demandado, decla-
rando que el mismo no tiene valor alguno, constituyen, de
acuerdo con dicha norma legal, una liberación total de las
obligaciones del demandado; más si se tiene en cuenta que
dicha nota lleva la firma del actor H. e. lo que, en concepto
de la doctrina constituye una prueba directa de dicha libera-
ción. lSel de 6-7-55.

-330-
Art. 1380

De la falsedad de los instrumentos

Art. 1380

El instrumento público o que tenga las apariencias de


tal puede tacharse con acción principal o redargüírse inci-
dentalmente falso, cuando se alegare cualquiera de las
siguientes causales:

ll;t Que no ha habido la intervención del funcionario


público que aparezca autorizándola, sino que la firma de
éste fue falsificada.

2l¡l Que aun cuando sea auténtica la firma del funcio-


nario público, la del que apareciere como otorgante del
acto fue falsificada.

31;t Que es falsa la comparecencia del otorgante ante


el funcionario, certificada por éste, sea que el funcionario
haya procedido maliciosamente o que se le haya sorpren-
dido en cuanto a la identidad del otorgante.

41;1. Que aun siendo auténtica la firma del funcionario


público y cierta la comparecencia del otorgante ante aquél,
el primero atribuya al segundo declaraciones que éste no
ha hecho; pero esta causal no podrá alegarse por el otor-
gante que haya firmado el acta, ni respecto de él.

59 Que, aun siendo ciertas las firmas del funcionario


y del otorgante, se hubiesen hecho, con posterioridad al
otorgamiento, alteraciones materiales en el cuerpo de la'
escritura capaces de modificar su sentido o alcance.

Esta causal puede alegarse aun respecto de los instru-


mentos que sólo aparezcan suscritos por el funcionario
público que tenga la facultad de autorizarlos.

-331-
Art. 1380
6l.t Que, aun siendo ciertas las firmas del funcionario
y los otorgantes, el primero hubiese hecho constar falsa-
mente y en fraude de la ley o perjuicio de terceros, que el
acto se efectuó en fecha o lugar diferentes de los de su
verdadera realización.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. V, Pág. 385. Todas las causas alegadas por los
apoderados de la señora B. vienen a ser más bien faltas o
vicios cometidos en el otorgamiento del mencionado poder que
por ningún motivo puede ser causa para fundamentar una
tacha; pues siguiendo las autorizadas enseñanzas del Dr. Borjas,
éste dice, que el instrumento puede adolecer de falta de forma
o del vicio consiguiente a la incompetencia del funcionario
que lo autorizó sin que por ello deje de ser cierto su contenido,
y en tal hipótesis, si estuviere suscrito por las partes, será
válido, según se ha dicho antes como instrumento privado.
Pero que si fuese un título público, ad substantiam, tampoco
valdrá como privada. N o es falso sino público imperfecto y su
validez como documento público puede ser solicitada por de-
manda, u opuesta como excepción en la forma ordinaria, pero
no conforme al procedimiento especial de falsedad. nC1
de 11-10-56.

2.-Esta Corte no comparte el criterio del Juez a quo contenido


en las transcripciones anteriores, en el sentido de considerar
de eminente orden público, la disposición contenida en el
ordinal 14 del artículo 322 del Código de Procedimiento Civil,
pues se estima que el Fiscal del Ministerio Público, como parte
de buena fe que es en esta clase de juicios, bien ha podido no
asistir a las experticias practicadas, reservándose para emitir
su opinión sobre las mismas y sobre todo el juicio, en el
Informe que estaba obligado a presentar antes de sentencia,
de conformidad con el citado ordinal 14 del artículo 322 del
Código de Procedimiento Civil; por lo que, constando en autos
que el Fiscal del Ministerio Público fue notificado de la inicia-
ción de este juicio, requisito éste si esencial, bien ha podido
convalidarse su no notificación de la continuación del mismo,
ya que estuvo paralizado con la presentación antes de senten-
cia, del referido Informe; y así se declara.

-332-
Art. 1380
Este criterio aparece corroborado con la opinión sustentada
por el Dr. Humberto Bello .Lozano, en su obra "Pruebas",
Tomo 2, página 109, que dice así: "El Tribunal, en el juicio
que nos ocupa, deberá designar un Fiscal del Ministerio Público
que intervenga en la articulación e informe para sentencia o
transacción como parte de buena fe, estando la razón de esto,
en que la tacha tiene por objeto destruir la fe pública que
tiene en sí el documento público. El legislador ha creído ne-
cesaria la intervención de un Fiscal que represente el interés
social, que no puede ser otro sino averiguar la verdad y esta-
blecer la veracidad o falsedad del documento, y quien no actúa
en defensa del instrumento público, sino como parte de buena
fe".

Ahora bien: corre en autos un escrito presentado por el Fiscal


del Ministerio Público que no puede esta Corte considerar como
su Informe, por haber sido presentado al Juez de la causa
después del acto de Informes; y que ni siquiera fue ratificado
por ante esta Corte.

En virtud de las consideraciones anteriores, esta Corte, ad-


ministrando justicia en nombre de la República y por auto-
ridad de la Ley modifica la sentencia apelada, en el sentido
de reponer el presente juicio al estado de que se dicte sentencia
en Primera Instancia, previo el Informe del Fiscal del Minis-
terio Público, quedando en consecuencia, en todo su valor,
todas las actuaciones practicadas en el presente juicio. Sen-
tencia del 27-2-67. Corte Superior Segunda (D. F. y E. M.).

JURISPRUDENCIA DE CA8ACION

l.-El término para tachar o para desconocer un documento pri-


vado no acompañado al libelo es de cinco audiencias después de
producido, sea en juicio ordinario o breve (Tomo 49 , 2~ etapa,
pág. 573).

2.-El artículo 322 del Código de Procedimiento Civil prevé sólo


el caso de la existencia de juicio penal por razón de los hechos
sobre que versare la tacha. Más la Sala no encuentra adecuado
fundamento para negar que esa norma pueda ser también
aplicada, analógicamente, cuando se trate de tacha incidental
dentro del juicio civil. (Tomo 21, Vol. Civil, pág. 35).

-333-
Art. 1380
3.-La tacha de falsedad de los documentos, cuando 'se intenta
como acción principal, debe proponerse por demanda escrita; y
cuando se hace valer incidentalmente, debe formalizarse con
explanación de los motivos y exposición de los hechos perti-
nentes. En este segundo caso, la articulación relativa a la
tacha se instruye y decide como si fuera un juicio ordinario
intercalado dentro del juicio principal. (Tomo 28, Vol. Civil,
pág. 292).
4. --Producido un documento junto con el escrito de promoción
de pruebas y en presencia de lo dispuesto en el artículo 212
del Código de Procedimiento Civil, sólo en la audiencia si-
guiente a aquélla en que venza el' lapso de promoción será
cuando el instrumento podrá considerarse "producido en juicio"
y, en consecuencia, será desde dicha audiencia cuando deberá
empezarse a contar el lapso de tacha. (Tomo 35, Vol. Civil,
pág. 6).

COMENTARISTAS PATRIOS
Van Der Biest, Eudoro "LA TACHA INCIDENTAL DE
DOCUMENTOS PUBLICaS". Revista Colegio de Abo-
gados, D. F. NQ 102, Enero-Abril, Año XX.
La tacha incidental de documentos públicos o que se
quiera hacer valer como tal, ha presentado en los Tribuna-
les ciertas dificultades en cuanto al procedimiento que deba
seguirse para ello. Las decisiones de los Tribunales no
han sido uniformes. Ello se debe a la falta de claridad del
artículo 320 del Código de Procedimiento Civil, el cual está
redactado así:
"Art. 320.--Cuando un instrumento público, o que se
quiera hacer valer como tal, fuere tachado por acción prin-
cipal, el demandante expondrá en su libelo los motivos en
que funde la acción, expresando pormenorizadamente los
hechos que le sirvan de apoyo y que se propongan probar;
'jO el demandado, en su contestación a la demanda, declarará
si quiere o nó hacer valer el instrumento; en caso afirma- .
tivo, expondrá los fundamentos y los hechos circunstancia-
dos con que se proponga combatir la impugnación".

..,.334-
Arto. 1388
"Si presentado el instrumento en cualquier estado y
grado de la causa, fuere tachado incidentalmente, el tachan-
te, dentro de la quinta audiencia presentará escrito forma-
lizando la tacha, con explanación de los motivos y exposi-
ción de los hechos circunstanciados que quedan expresa-
dos; y el presentante del instrumento contestará en la ter-
cera audiencia, declarando así mismo expresamente si in-
siste o nó en hacer valer el instrumento, y los motivos y
hechos circunstanciados con que se proponga combatir la
tacha".

La redacción del artículo es sumamente infeliz. Cuando


el documento se presenta con la demanda, la tacha debe
hacerse en el acto de la contestación de la demanda, y cuan-
do se presenta durante el lapso de promoción de pruebas,
la tacha debe hacerse en los tres días siguientes al venci-
miento del lapso de promoción. Sobre esto no hay dudas; la
dificultad se presenta cuando el documento se produce en
cualquier otro estado y grado de la causa, pues entonces la
tacha debe hacerse dentro de los cinco días siguientes a su
presentación y el tachante presentará un escrito formali-
zando la tacha. Esta última forma de presentación y tacha
de los documentos públicos no ha sido uniformemente in-
terpretada por los Tribunales ni por los profesionales del
derecho.

Algunas decisiones judiciales se basan en la redacción


del único aparte del artículo 320 ya transcrito, para de ello
interpretar que deben distinguirse dos momentos: a) el
acto de tacha, y J::¡) la formalización de la tacha. Es decir
que según esa jurisprudencia el tachante debe primero
tachar el documento y luego presentar un escrito formali-
zante de la tacha.

De acuerdo con este orden de ideas, los cinco días de


que habla el artículo, debería interpretarse entonces a
partir del acto de tacha y no podría explicarse que el ins-
trumento público deba ser tachado dentro de los cinco días

...,335-
Art. 1380
de su presentación. Esto no es lógico. Además no se per-
cibe cual sea la ventaja de hacer esta distinción, es decir,
de tachar Un documento primero y luego formalizar la tacha,
si ambas cosas deben hacerse dentro de los cinco días si-
guientes a la presentación de este instrumento; pues la
ventaja de tal distinción entre el acto de tacha y la forma-
lización, podría explicarse en que tal vez el tachante no
tenga tiempo de formalizar la tacha y por ello lo tacha
primero para evitar la caducidad de tacha, para luego
formalizarla, pero con ello no gana nada, pues no impide
la caducidad de la acción de tacha y el tiempo siempre es
el mismo, pues todos deben hacerlo dentro de los cinco
días de la presentación del instrumento.

El criterio más lógico de interpretació del único aparte


del artículo 320 citado, que dice: "Si presentado el instru-
mento en cualquier estado y grado de la causa, fuere ta-
chado incidentalmente, el tachante, dentro de la quinta au-
diencia presentará escrito formalizando la tacha, .... ".

Esta quinta audiencia debe contarse a partir de la pre-


sentación del instrumento, pues dicho artículo se refiere a
eu presentación.

El empleo del verbo fuere, indica una hipótesis porque


está en subjuntivo-hipotético, y por lo tanto supone que la
persona que piensa tachar un instrumento deberá presen-
tar la formalización de la tacha dentro de la quinta audien-
cia de su presentación. No debe pues dividirse en dos
actos, el acto de tacha y la formalización, sino uno solo, la
tacha, que se hace por un escrito de formalización o expli-
cación del motivo o los motivos de la tacha.

Sobre este particular del subjuntivo hipotético, dice


Don Andrés Bello en su Gramática Castellana, lo siguiente:

"El subjuntivo hipotético no tiene más que una forma


simple, cantara, (o fuere), ni, por lo tanto, más que una

~336-
Ari. 1380
forma compuesta, "hubiere cantado". Luego cita un ejem-
plo de Cervantes, que dice: "No sabemos quien sea esa
buena señora que decís; que si ella fuere de tanta hermo-
sura como significáis, de buena gana y sin apremio alguno
confesáremos la verdad". Aquí fuere presenta como una
hipótesis la hermosura presente de la señora. Cuando de-
cimos: "Si él tiene poderosos valedores conseguirá sin duda
el empleo", el tener poderosos valedores es una hipótesis
(expresada por el condicional si), sobre la cual afirmamos
la consecución del empleo, pero sin afirmar ni negar la
hipótesis, o más bien dando a entender que no la consi-
deramos inverosímil. Más .otra cosa sería si en lugar de
tiene, pusiéramos tuviese o tuviere (subjuntivo), pues en-
tonces insinuaríamos que la persona de que se trata no
tiene o no tendrá valedores poderosos y por lo tanto no
alcanzaría el empleo. El subjuntivo fuere es hipotético.

Por consiguiente, cuando el legislador dice "si presen-


tado el instrumento en cualquier estado y grado de la causa
fuere tachado incidentalmente.... ", está expresando una
hipótesis de tacha, es decir, el documento aún no ha sido
tachado, y si hubiere de serlo, el tachante lo hará dentro
de la quinta audiencia presentado un escrito de tacha. En
otras palabras, la tacha misma se hace con el escrito de
formalización de tacha: con explanación de los motivos y
exposición de los hechos circunstanciales que le sirvan de
base.

Si no fuera así, el Código hubiere dicho: "Si presentado


él instrumento en cualquier estado y grado de la causa, es
tachado incidentalmente, el tachante dentro de la quinta
audiencia formalizará la tacha". Y como dice es que pre-
sentará su escrito de tacha si hubiere de tacharse sería
ilógico, por ejemplo, que presentado un instrumento en
primera instancia, pasaran veinte audiencias por ejemplo,
después de la presentación, se sentencia el asunto y en se-
gunda instancia la otra parte después que ha visto infini-

-337-
Art. 1380
dad de veces dicho documento, se le ocurre tacharlo. Esto
es inadmisible, porque moralmente una persona que ha
visto tantas veces un documento, no puede dejar pasar tanto
tiempo para percatarse de su falsedad.

Refuerza la interpretación que ha dado del artículo, la


circunstancia de la primera parte del mismo, al referirse
a la tacha principal, dice: "Cuando un instrumento públi-
co o que se quiera hacer valer como tal, fuere tachado por
acción principal, el demandado expondrá en su libelo los
motivos en que funde su acción ... ".

Aquí también se emplea el subjuntivo "fuere tachado"


y no se puede pensar que haya que distinguir dos fases:
el acto de tacha y la demanda de tacha. Como se ve el
subjuntivo fuere indica que para el caso de que se intente
la tacha, deben expresarse los motivos y circunstancias de
la tacha, tanto en la principal como en la incidental. En
ambos casos la tacha es un acto único: consiste en la pre-
sentación de la demanda principal o del escrito incidental
de tacha.

En uno y otro caso, el subjuntivo fuere es hipotético,


y si la hipótesis de tacha se cumple, es decir, si se desea
tachar el documento, el tachante lo hará por medio de su
libelo únicamente, con expresión de los motivos y demás
requisitos legales, cuando se trata de tacha principal; o
presentando su escrito de formalización de tacha incidental,
también con los requisitos requeridos, si la tacha fuere de
esta especie. Por eso dice el Dr. Feo que "la incidencia de
tacha nace tras la presentación del documento sea cual
fuere la oportunidad y la instancia de esa presentación".
(Pág. 118 del Tomo II de sus Estudios sobre el Cód. de Proc.
Civil) .

El Dr. Arminio Borjas, respecto de este punto se expre-


sa así: "El escrito de tacha incidental, si bien puede ser
presentado en todo estado y grado del negocio hasta los

-338-
Art. 1380
últimos informes, debe seguir inmediata y necesariamente
la producción de dicho instrumento, y no podrá presentarse
sino dentro de las cinco audiencias siguientes al día en que
aquél fue producido. La contraparte del tachante, sin ne-
cesidad de citación, se tendrá por emplazada para la ter-
cera audiencia siguiente a aquella en que se de por pre-
sentado el escrito de formalización de la tacha". (Comen-
tarios al Cód. de Proc. Civil Venezolano, Tomo lII, Pág.
381).

Es principio de hermenéutica jurídica que cuando se


trata de aplicar la ley debe atribuírsele el sentido que apa-
rece evidente del significado propio de las palabras según
la conexión de ella entre sí y según la intención del legis-
lador. Y si una controversia no pudiere decidirse con una
disposición expresa de la ley, se tendrá en consideración
las disposiciones que regulan casos semejantes o materias
análogas (Art. 4 del Código Civil). Según nuestro Código
de Procedimiento Civil la tacha de documentos privados se
hará en la quinta audiencia después de producidos en juicio
(Art. 323), y lo mismo para la tacha de testigos, la quinta
audiencia después de admitida la prueba (Art. 364).

Es recomendable que en una próxima revisión del Có-


digo de Procedimiento Civil se reformara dicho artículo,
y podría ser redactado en la siguiente forma:

Art..... -"Cuando se quiera tachar un instrumento


público o que se quiera hacer valer como tal, por acción
principal, el demandante expondrá en su libelo los mo-
tivos ..... "

"Si fuere presentado el instrumento en cualquier estado


y grado de la causa, después de contestada la demanda, la
tacha incidental del mismo deberá hacerse dentro de la
quinta audiencia siguiente a su presentación y el tachante
deberá exponer los motivos y hechos circunstanciados que

-339-
Art. 1380
le sirven de apoyo y que se proponga probar; y el presen-
tante del instrumento contestará en la tercera audiencia,
declarando asimismo expresamente si insiste o no en hacer
valer el instrumento, y los motivos y hechos circunstancia-
dos con que se proponga combatir la tacha".

Art. 1381 Art. 1381

Sin perjuicio de que la parte a quien se exija el reco-


nocimiento de un instrumento privado se limite a desco-
nocerlo, puede también tacharlo formalmente, con acción
principal o incidental.

1Q Cuando haya habido falsificación de firmas.

2Q Cuando la escritura misma se hubiese extendido


maliciosamente, y sin conocimiento de quien aparezca como
otorgante, encima de una firma en blanco suya.

3Q Cuando en el cuerpo de la escritura se hubiesen


hecho alteraciones materiales capaces de variar el sentido
de lo que firmó el otorgante.

Estas causales no podrán alegarse, ni aun podrá desco-


nocerse el instrumento privado, después de reconocido en
acto auténtico, a menos que se tache el acto mismo del re-
conocimiento o que las alteraciones a que se refiere la cau-
sal 3~ se hayan hecho posteriormente a éste.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

1. -JTR. Vol. VII, tomo 1, Pág. 861. " ... No es motivo de tacha
de un documento la circunstancia de que una firma aparezca
repasada con tinta por haber sido hecha primeramente con
lápiz ... "'. 17ICl de 5-5-58.

2. -"Del análisis concatenado de las diversas normas, tanto


sustantivas como adjetivas, que regulan la materia hay que
concluir que existen dos modos diferentes para impugnar los

.,...340-
Art. 1381
documentos privados: a) el desconocimiento o negativa de
la firma que se refiere solamente al otorgamiento, en cuyo
caso la insistencia de la contraparte origina la incidencia
prevista en el artículo 329 del Código de Procedimiento Civil;
b) la tacha de falsedad con base en las causales contenidas
en el artículo 1381 del Código Civil.

Por manera que no se puede desconocer en un documento


privado, mediante la forma específica prevista en el artículo
324 del Código de Procedimiento Civil, el contenido mismo
del instrumento; si el texto ha sido adulterado procede la tacha
de falsedad, pero no el desconocimiento.

En tal sentido se ha pronunciado reiteradamente nuestra


jurisprudencia al afirmar: "El reconocimiento o desconoci-
miento de un documento privado en nuestra legislación se
refiere únicamente a la firma. Si la parte reconoce la firma
estampada en el documento, pero alega alteración del conte-
nido de éste, es preciso proceder a la tacha". (Jurispruden-
cia de los Tribunales de la República; volumen IX, pág. 319).
En este punto cabe señalar la excepción que sufren las cartas
misivas, caso de que sean escritas de puño y letra por la
persona a quien se atribuyen las cuales tienen validez, sin estar
firmadas según el Art. 1374 C. C., en cuyo caso el desconoci-
miento versaría sobre el texto; y el telegrama, que tiene un
régimen legal de validez pautado expresamente en el Art.
1375 C. C.". DFMSC3 de 18-5-66.

3.-La disposición del Art. 1381 C. C. señala taxativamente los


casos en que procede la tacha de documentos privados.
DFMSCl de 26-11-63.

4.-En el presente juicio se ha invocado para fundamentar la


tacha la interpolación de ciertas frases en el texto del instru-
mento de referencia, pero no ha dicho que éstas son posteriores
al reconocimiento, ni se ha alegado la falsificación de firmas,
ni la tacha versa sobre el reconocimiento mismo, por todo lo
cual la excepción debe prosperar, ya que la acción no haya
asidero en ninguna causal de aquellas según las cuales la Ley
permite admitirla.

Nótese que el actor ha dicho que el documento objeto de la


acción fue adulterado con posterioridad al día en que 10 firmó,

-341 ~
Art. 1381
22 de septiembre de 1959, pues se le añadió la frase "aún no
hemos levantado el plano topográfico"; pero ya esa expresión
aparecía en su texto para el momento en que fue consignado
y para la oportunidad en que dejó de desconocerse y tacharse.
De ahí precisamente, del hecho de haber quedado reconocido
con la inserción de la expresada frase, proviene la presente
acción. Por manera que no se invoca un hecho acaecido con
posterioridad al acto del reconocimiento, caso en el cual sí
cabría la acción según lo previsto en el artículo 1381 del Código
Civil. Cabe apuntar aquí la diferencia que la doctrina esta-
blece entre el documento público y el reconocido, o tenido
legalmente por tal: el primero de ellos contra su naturaleza
y surte sus efectos probatorios desde el momento mismo de su
constitución, y pervive como tal hasta tanto sea desechado por
un pronunciamiento judicial que lo invalida; en cambio, el
segundo requiere el hecho del reconocimiento para surtir los
efectos probatorios que le asigna el artículo 1363 del Código
Civil, por lo cual puede decirse que vive dos momentos: desde
su constitución hasta el reconocimiento, y de esta oportunidad
en adelante.
Ahora bien: al quedar reconocido, se tiene por tal todo el
instrumento en la forma como aparecía hasta el momento del
reconocimiento, de ahí que las impugnaciones que se admiten
posteriormente tiene que versar: o sobre el acto del reconoci-
miento, o sobré alteraciones hechas en el cuerpo de la escritura
capaces de variar su sentido, siempre que éstas fuesen reali-
zadas con posterioridad al acto por el cual el documento quedó
reconocido. La necesidad de estas restricciones es obvia, ya
que de no existir se harían nugatorios los efectos del re-
conocimiento.
Es fácil de imaginar el caos que surgrrra en este campo si se
permitiera invocar como causal de tacha alteraciones o falsi-
ficaciones hechas en el documento reconocido desde su naci-
miento hasta el momento del reconocimiento. La oportunidad
para alegar tales hechos fenece al cobrar el instrumento el
carácter de reconocido. En el caso concreto bajo estudio, tal
oportunidad prec1uyó al no desconocerse ni tacharse el docu-
mento objeto de la acción en la quinta audiencia después de
haber sido producido.
Por lo que hace al argumento sostenido por el sentenciador
de la Primera Instancia, en el sentido de que el silencio de la

-342-
ArL 1381
parte contra quien se produzcan en juicio un documento priva-
do no le da de suyo el carácter de reconocido, sino que éste
deriva del pronunciamiento de órgano jurisdiccional, la Corte
lo considera desechable por cuanto el reconocimiento en este
caso proviene de la voluntad de la Ley, por manera que cons-
tatados los hechos en otro proceso puede declararlos el Juez
sin esperar la decisión que al respecto recaiga en el juicio en
el cual se produjo el instrumento.

Finalmente, la Corte no comparte el criterio del a-que en lo que


respecta a la imposibilidad de emitir el pronunciamiento in
limine litis en este caso.

La improcedencia por inoportunos de tales pronunciamientos


tiene lugar cuando se entrelaza de tal forma la cuestión de
fondo con la materia misma de la excepción que resulta im-
posible separarlas, sólo entonces debe el sentenciador evitar
la decisión previa y posponerla para la definitiva. Pero en
este juicio, los hechos constatados en la forma anterior son
suficientes para evidenciar la naturaleza y el alcance de la
controversia, y permiten aplicar a ella la normativa legal, sin
necesidad de esperar que culmine el proceso.

Con base en todo lo antes analizado y expuesto, esta Corte,


administrando justicia en nombre de la República y por
autoridad de la ley, declara CON LUGAR la excepción de
inadmisibilidad opuesta por la parte demandada en el presente
juicio, contemplada en el numeral 49 del artículo 257 del
Código de Procedimento Civil. DFMSC2 de 30-4-64.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-Véase la Jurisprudencia al Art. 1380.

2.-El documento privado puede tacharse en accion principal


o incidentalmente en un jucio, Así lo consagran los artículos
1381 del Código Civil y 323 del de Procedimiento Civil.

En efecto el primero de los artículos citados dispone que


la parte a quien se exige el reconocimiento de un instrumento
privado, puede tacharse formalmente, con acción principal
o- incidental, por las tres causales que el propio artículo enu-

-343-
1381
mera agregando que dichas causales no podrán alegarse
después de reconocido el documento en acto auténtico, a menos
que se tache el acto mismo del reconocimiento o que. las altera-
ciones a que se refiere la causal 3l1- se hayan hecho posterior-
mente al reconocimiento.

Por su parte, el artículo mencionado en segundo término


establece que la tacha del documento privado puede serlo por
los motivos especificados en el Código Civil y deberá efectuar-
se: a) en el acto del reconocimiento; b) o en la contestación de
la demanda; oc) en la quinta audiencia después de produci-
dos en juicio, si antes no se les hubiera presentado para el
reconocimiento, o en apoyo de la demanda. Si la parte a quien
se opone -agrega el mismo artículo 323- dejare pasar esas
oportunidades sin tacharlos, se tendrán por reconocidos. Igual-
mente, al tenor del artículo 324 ejusdem, se tendrán por reco-
nocidos, si la parte guardare silencio en cuanto a reconocerlos
o negarlos formalmente.

Sostiene la formalización que cuando el legislador habla


de "reconocimiento en acto auténtico", se está refiriendo al
"reconocimiento expreso" que haga la parte de quien emanó
el documento privado y no al "reconocimiento tácito", o sea,
el que se produce por no haber sido tachado en la oportunidad
señalada en el artículo 323 del Código de Procedimiento Civil,
.o bien porque aquél contra quien se produjo o se exigió su
reconocimiento no lo hizo, como lo disponen el artículo 136·1
del Código Civil y el 324 del de Procedimiento Civil.

Ahora bien: cuando el artículo 1381 del Código Civil habla


de instrumento reconocido en acto auténtico, no distingue
entre reconocimiento expreso y tácito, como lo sostiene la
formalización, y por consiguiente, mal podría el intérprete
distinguir donde el legislador no lo hizo, tanto más cuanto que
tan auténtico es el acto en que una parte reconoce un documen-
to privado expresamente, como el acto de la contestación de la
demanda en que opuesto un documento, éste se tiene por reco-
nocido por no haber concurrido la parte a dicho acto a recono-
cerlo o negarlo formalmente o a tacharlo en las oportunidades
anteriormente referidas. "Reconocido expresamente o com-
probado el instrumento de la manera antes referida (cotejo
o .pidiendo que la parte contraria escriba y firme en presencia
del Juez lo que éste dicte) resolviéndose este último en re-

-344-
Art. 1381
conocimiento, aquél acto adquirere autenticidad y su fuerza
probatoria es plena", dice un autor patrio; y agrega: Lo mis-
mo ocurre cuando la parte a quien se opone no lo niega
formalmente, porque su silencio equivale a reconocimiento
tácito; y a igual finalidad se llega cuando el instrumento ha
sido autenticado ante un Juez con las formalidades que pres-
cribe el Código de Procedimiento Civil, conforme al artículo
1366, porque en tal caso el instrumento se tiene por reconocido,
dada la razón de que aquellas formalidades, cumplidas por
funcionarios competentes, demuestran evidentemente el hecho
material de las declaraciones en dicho instrumento contenidas".
(Florencio Ramírez -Anotaciones de Derecho Civil- Tomo
111, página 67).

Es cierto que el artículo 1363 del Código Civil establece que


el instrumento privado reconocido, o tenido legalmente por
reconocido, hace fe, hasta prueba en contrario, de la verdad
de las declaraciones en él contenidas, pero ello no significa,
-como lo pretende el formalizante-, que esa prueba en con-
trario se pueda hacer mediante la tacha, contra lo prohibido
por el artículo 1381 del mismo Código. Lo que el artículo
1363 citado se consagró fue el derecho a demostrar lo contrario
que arrojen las declaraciones contenidas en el documento priva-
do reconocido o tenido por reconocido, cuando éste hubiere
sido alterado o falsificado. con posterioridad a su reconocimien-
to; o bien-como dice el autor antes citado- porque la prueba
en contrario resulta de la declaración de simulación o de nuli-
dad de la obligación, pues una cosa es el reconocimiento del
instrumento privado y otra la aceptación de las obligaciones
en él consignadas. Es así como pueden conciliarse ambas dis-
posiciones (1381 Y 1363 del Código Civil), ya que la otra inter-
pretación (la del recurrente) colocaría en abierta contradic-
ción a los artículos citados.

De consiguiente, cuando el sentenciador de la recurrida consi-


deró como acto auténtico a los efectos del reconocimiento de
un documento privado y su tacha, todo acto en que, revestido
de autenticidad, un documento quede reconocido o pueda ser
tenido como tal, lejos de infringir por mala aplicación el
artículo 1381 del Código Civil, lo explicó correctamente.
4 nov. 1964. G. F. N9 46, p. 492 ss,

-345-
Art. 1382
Art. 1382

No dan motivo a la tacha del instrumento, la simula-


ción, el fraude, ni el dolo en que hubieren incurrido sus
otorgantes, sino a las acciones o excepciones que se refie-
ran al acto jurídico mismo que aparezca expresado en el
instrumento.

§ 49

De las tarjas

Art. 1383 Art. 1383

Las tarjas que corresponden con sus patrones hacen


fe entre las personas que acostumbran comprobar con ellas
las provisiones que hacen o reciban en detal.

§ 59

De las copias de documentos auténticos

Art. 1384 Art. 1384

Los traslados y las copias o testimonios de los instru-


mentos públicos o de cualquier otro documento auténtico,
hacen fe, si los ha expedido el funcionario competente con
arreglo a las leyes.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-La formalización parece entender que basta la expedición


judicial de una copia certificada de cualquier escrito, no
firmado por quienes deben otorgarlo, para que tal papel
adquiera el carácter de documento público. Tal creencia es
errónea, porque conforme al Art. 1384 C. C. solamente los
traslados o copias de documentos auténticos, son los que hacen
fe si los ha expedido el funcionario competente. Sent. 7 julio
1966, G. F. NQ 53, p. 109.

-346-
Art. 1384
2. -La falta de inserción en los testimonios o certificaciones expe-
didos por los Secretarios del decreto del Juez que autoriza tal
expedición no le quita autenticidad al acto ni el valor proba-
torio que emana de su contenido, siempre que lleve el sello
del Tribunal. G.. NQ 8, 211- etapa, p. 125.

3.-La omisión en el Libro Diario de la Oficina de Registro de la


constancia de haberse expedido la copia certificada no le
quita su valor. M. 1946, T. 2, p. 193.

4.-Véase Art. 1969, cita NQ 2.

5 .-"Esta Corte tiene establecido en sentencias del 28-3-60 y 13-7-60,


que para que. una copia certificada alcance autenticidad no le
basta solamente la presencia del Secretario que la expide, sino
que es necesario, junto con ella, el cumplimiento estricto de los
requerimientos establecidos por la Ley para su expedici6n,
pues as así como el legislador le ha asignado fe especial al
acto, a tenor del artículo 1384 del Código Civil. Por consi-
guiente, la copia certificada acompañada a la solicitud, carece
de validez por no aparecer al pie de la misma el auto del Juez
ordenando expedirla. G. F. NQ 30, 2~ etapa, Vol. II, p. 234.
Sent. del 12-12-60. (En igual sentido: G. F. NQ 29, 1960,
p. 49; G. F. NQ 27, 1960, p. 150).

Art. 1385 Art. 1385


Las partes no pueden exigir que el original o la copia
que estén depositados en una Oficina pública, sean presen-
tados en el lugar donde está pendiente el juicio; pero sí
pueden exigir, en todo caso, la confrontación de la copia
con el original o la copia depositada en la Oficina pública.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-Es premisa del Art. 1385 C. C. para solicitar la confrontación


de documentos que se dude de la exactitud de la copia y que
se alegue tal inexactitud. DFMSC2 de 1-8-66.

-347-
Art. 1386

ve los instrumentos de reconocimiento

·Art. 1386

Los nuevos títulos o instrumentos de reconocimiento


hacen fe contra el deudor, sus herederos y causahabientes,
si éstos no probaren, con la presentación del título primiti-
\'0 que ha habido error o exceso en el nuevo título o instru-
mento de reconocimiento.

Entre varios instrumentos de reconocimiento prevalece


el más reciente.

SECCION SEGUNDA

De la prueba de testigos

Art. 1387 Art. 1387

No es admisible la prueba de testigos para probar la


existencia de una convención celebrada con el fin de esta-
blecer una obligación o de extinguirla, cuando el valor del
objeto exceda de dos mil bolívares.

Tampoco es admisible para probar lo contrario de una


convención contenida en instrumentos públicos o privados
o lo que la modifique, ni para justificar lo que se hubiese
dicho antes, al tiempo o después de su otorgamiento, aun-
que se trate en ellos de un valor menor de dos mil bolívares.

Queda, sin embargo, en vigor lo que se establece en las


leyes relativas al comercio.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-Véase artfculo 1574, sentencia ARS de 31-1·56.

-348-
Art. 1387
2. -JTR. Vol. II, Pág. 545. " ... Entr'e las partes contratantes, la
simulación debe probarse por medio de un contradocumento
en vista de la prohibición del artículo 1387 del Código Civil,
salvo que exista un principio de prueba por escrito, pues en-
tonces, pueden valerse de todos los medios probatorios. Para
los terceros la simulación es un hecho y para probarla pueden
valerse de todos los medios probatorios. La mujer que ataca
un acto de su marido por simulación, así como el heredero
legítimo que ataca también por simulación un acto de su
causante como en el presente caso, son considerados por la
doctrina y la jurisprudencia como terceros, en razón de que
ellos ejercen derechos propios que les confiere la ley y no deri-
vados del causante. En todo juicio por simulación, es de gran
importancia determinar la causa de la misma, es decir, el
motivo, el porqué de ella, los actores en su libelo alegan como
causa de simulación el propósito de M. P. D. de evitar que su
hijo legítimo S. P. A. después de su muerte, disipara el único
bien de su patrimonio lo cual era su preocupación, dada la
conducta derrochadora de su prenombrado hijo ... ". DFSC1~
45-1 de 21-5-52.

3.-JTR. Vol. III, Pág. 299. Acerca de la admisión de la prueba de


testigos existen reglas precisas en nuestra legislación. En efec-
to, el artículo 1387 del Código Civil en su primer aparte, esta-
blece lo siguiente: "no es admisible la prueba de testigos para
probar la existencia de una convención celebrada con el fin da
establecer una obligación o de extinguirla, cuando el valor del
objeto exceda de dos mil bolívares". He aquí el principio
general, el cual admite excepciones, como es la contenida en el
artículo 1392 del mismo Código, según el cual la prueba de
testigos es admisible, aunque tienda a demostrar una conven-
ción que exceda de dos mil bolívares, si hay un principio de
prueba por escrito. Existe en autos el documento ya mencio-
nado en que aparecen como otorgantes R. D. y J. D. de G., esta
última viuda de L. D. R. D. y L. D., son los acreedores hipote-
carios que se hacen a sí mismo dación en pago de la mitad
del bien dado en garantía para cancelar la deuda hipotecaria.
Pero. no siendo tal documento de dación en pago emanado de
los demandantes, carece de las condiciones exigidas por el
articulo 1392 citado, para ser presentado como principio dl>
prueba por escrito, que haga admisible la prueba testimo-
nial. . .. En informes el apoderado de la parte apelante aduce
que parte del interrogatorio formulado a los testigos se refiere

~349-
A.rt. 1387
a hechos sucedidos y que estos hechos no pueden considerarse
incluidos en la prohibición establecida para la prueba de testi-
gos en el articulo 1387 del Código Civil. Se observa: que no
se está aquí frente a un hecho de los que la doctrina denomina
complejos, es decir, que se componen en parte de elementos
jurídicos y en parte de elementos materiales. Aun cuando el
apoderado de la demandada pretende invocar la presencia en
autos de hechos susceptibles de ser probados con testigos, la
verdad es que lo esencial de su defensa radica en un hecho
juridico: la dación en pago: y acerca de ésta gira todo su
impulso procesal. Situación distinta se planteará si los hechos
que se requieren probar fueran daños y perjuicios, posesión
de estado, el uso de una servidumbre, prescripción, etc., o sea,
cualesquiera de aquellos hechos que puedan dar origen, sin
convención a derecho y obligaciones. DFSC1 de 26-12-53.

4. -JTR. Vol. VI, tomo 1, Pág. 361. Existiendo un titulo de pro-


piedad, el cual consta de documento registrado en la Oficina
Subalterna de Registro del Distrito Sucre del Estado Miranda
el 12 de junio de 1954, bajo el NQ 79, al folio 222 del Protocolo
1Q tomo 2Q. Este título es un instrumento público que hace
fe entre las partes como referente a terceros mientras no sea
declarado falso y por ello, está haciendo fe de los linderos
expresados en ese documento, tanto entre las partes como re-
ferente a terceros pues así lo estatuyen los artículos 1359 y
1360 del Código Civil. La fuerza probatoria del documento
público es en tal virtud, completa entre las partes y respecto
de terceros, conforme a las disposiciones últimamente citadas.
Si el funcionario público faltó a la verdad de sus afirmaciones,
el documento es impugnado como falso; si las partes han hecho
declaraciones mentirosas, el instrumento es atacable por si-
mulación. En el primer caso, se va contra la validez del ins-
trumento; en el segundo contra la verdad de las declaraciones
de los otorgantes. Una y otra acción son por esa razón de
diferente índole y producirán lógicamente efectos distintos.
Por otra parte, la expresada prueba testifical tiende a modifi-
car lo contrario de la convención que consta en un instrumen-
to público, o a modificar los linderos que constan en el expresa-
do documento y 'por ello tampoco es admisible conforme lo
preceptúa el Art. 1387 del C. C. el legislador consagra la res-
tricción preindicada para el caso de que se quiera probar
haberse celebrado una convención con el fin de establecer una
obligación de extinguirla, cuando excedan esas convenciones

-350-
Art. 1387
de dos mil bolívares e igual forma tampoco es admisible para
probar lo contrario de una Conveción contenida en instrumento
público. lIC1 de 31-7-57.

5.-JTR. Vol. VI, tomo 11, Pág. 368. Si bien el artículo 1387 del
Código Civil prohibe la admisión de la prueba de testigos para
probar lo contrario de una convención contenida en instrumen-
tos públicos o privados o que la modifiquen, ni para justüicar
lo que se hubiese dicho antes, al tiempo o después de su otorga-
miento; es lo cierto que es prematuro decir en un auto de
admisión de pruebas que los testigos que van a declarar sobre
los particulares del interrogatorio tratan de comprobar lo
contrario del contenido en un documento público, tal como es
el acta del testamento otorgado por la señorita A. C. B., pues
ésta es apreciación que debe hacerse en la oportunidad de
sentencia definitiva; o sea, al sentenciarse el fondo del asunto,
y no resolverse en una mera incidencia de oposición, por cuyo
motivo es procedente dicha admisión, a reserva de su aprecia-
ción en la definitiva y así se declara. lSC3 de 18-6-57.

6.-JTR. Vol. VII, tomo 11, Pág. 881. "La prueba del salario,
cualquiera sea su monto, puede hacerse por medio de testigos".
DFST- de 4-2-58.

7.-JTR. Vol. VII, tomo 11, Pág. 900. "En los juicios interdicta-
les no puede el Juzgador prescindir de las pruebas testimonia-
les, aunque el valor de la cosa sea considerable, porque los
hechos juegan el papel principal. En consecuencia debe re-
ponerse la causa al estado de dictar nueva sentencia en pri-
mera instancia, para subsanar tal apreciación de pruebas".
17SC2 de 29-7-58.

8.-JTR. Vol. VII, tomo 11, Pág. 930. " ... La prueba de testigos
es admisible para probar obligaciones cuyo valor exceda de
dos mil bolívares (Bs. 2.000,00) cuando se dan los presupuestos
del artículo 1392 del Código CiviL .. ". DFMIC1 de 20-4-59.

9.-JTR. Vol. VII, tomo 11, Pág. 932. " ... La prohibición estable-
cida en el artículo 1387 del Código Civil en cuanto a la ínad-
misibilidad de la prueba de testigos para probar lo contrario
de una convención contenida en instrumentos públicos o priva-
dos o lo que la modifique, ni para justificar lo que se hubiere

-351-
Art. 1387
dicho antes, al tiempo o después de su otorgamiento, no se
extiende a terceros que han permanecido extraños a la con-
fesión del instrumento contentivo de la convención ... " .
DFMIC2 de 30-11-59.
10.-JTR. Vol. VIII, Pág. 823 " ... la prueba de testigos es admi-
sible para demostrar las causas susceptibles de provocar la
nulidad de un testamento porque la prohibición establecida en
el Art. 1387 C. C. se refiere a la no admisibilidad de dicha
prueba cuando se pretenda demostrar lo contrario de lo esta-
blecido en una convención que conste en un documento público
o privado, y el testamento no es una convención ... "
DFMIC1 de 10-8-60.

11. ":""'J'Í'R. Vol. X, Pág. 539 " ... la prueba de testigos es inadmisi-
ble para desvirtuar las convenciones contenidas en un instru-
mento público ... ". ZUIC2 de 2-2-63.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

1.-;Los honorarios profesionales, aun cuando sobrepasen de dos


'mil bolívares, pueden ser comprobados por testigos. "Puede
establecerse de fijo que no estuvo en el pensamiento del legis-
lador que este género de servicios debiera figurar en la clase
de convenciones que el legislador quiso se consignaran por
escrito". G. F. T. 2, 2~ etapa, p. 373.

2. -Aunque los contratos de compra-venta se perfeccionan por la


simple voluntad de las partes, y basta sólo evidenciar esa
voluntad y consentimiento, si el objeto de dicho contrato excede
de dos mil bolívares no puede aceptarse la prueba de testigos.
G. F. T. 14, p. 141.

3. -Ahora bien, denunciada la infracción de los artículos 1387 y


1392 del Código Civil, debe esta Corte, para poder decidir
acerca de la existencia o no de la mentada infracción examinar
tanto el auto atacado por este recurso como la condición de los
documentos alegados por el apoderado actor, y no desde el
punto de vista de su verosimilitud en cuanto a los hechos a
que se refiere el juicio, por ser esta materia sólo revisable
en casación cuando en ella se viole regla legal expresa para
valorar la prueba, sino en lo que toca a las demás circunstan-
cias envueltas en la disposición legal citada en último término.

-352-
J\rt. 1387
Sin tal análisis de esos documentos, imposible sería a esta
Corte resolver con conocimiento de causa sobre las infracciones,
acusadas. (G. F., NQ 12, 1952, pág. 131).

4.-La doctrina y la jurisprudencia está de acuerdo en admitirla


(la prueba de testigos) non contra, sed justa scriptum, esto es,
cuando quien promueve la prueba tiende sólo al fin de inter-
pretar el contenido de un documento, es decir, aclarar por
medio de testigos las dudas o vaguedades a que éstos den
lugar. Así, pues, no procede cuando se quiera modificar o
destruir su contenido, pero sí para aclararlo. Sent. del 8-6-60.

5.-La prohibición del Art. 1387 C. C. no es absoluta, puesto que


la prueba testimonial es admisible, entre otros casos, cuando
hay un principio de prueba por escrito. G. F. NQ 17, p. 136.

6.-"Se refiere, pues, a un caso de inadmisibilidad de la prueba


de testigos, que es cosa muy distinta de inadmisibilidad del
testigo, pues la in admisibilidad según el precepto del Código
Civil, es independiente de la condición y circunstancias per-
sonales del testigo, y de si es verdad o no lo que haya aseve-
rado. Estas condiciones y circunstancias originan casos de
inhabilidad, en tanto que la inadmisibilidad es un concepto
a priori, para cuya aplicación no se necesita esperar la de-
mostración, de si el testigo es o no pariente en los grados
previstos, de alguna de las partes, o amigo íntimo, o enemigo,
o interesado en las resultas del pleito etc.; la ley sólo toma
en cuenta la naturaleza de la prueba, así se trate de los testi-
gos más honorables e insospechables. Y es en consideración
a la condición y circunstancias personales de cada testigo, en
relación con el caso, a lo que se refiere el artículo 367 denun-
ciado al decir que el Tribunal desechará en la sentencia "la
declaración del testigo inhábil. .. , aunque no hubiere sido ta-
chado ... " . Claramente se ve que el precepto se limita a las
inhabilidades que enumeran los artículos 343, 344, 345 y 346
del Código de Procedimiento Civil, y no a la inadmisibilidad
de cualquier testigo, porque con prueba de esta naturaleza
no se puede desvirtuar lo dicho en el documento público, según
el Código Civil.

Sin embargo, como pudiera haber profesionales y jueces a


quienes no convenga esta interpretación del artículo 367, y
opinen que al ordenar este precepto que se deseche al testigo

-353-
Art. 1387
inhábil, no se ha concretado expresamente al sentido estrecho
de inhabilidad según las disposiciones del Código de Proce-
dimiento, sino que el legislador empleó la palabra inhábil en el
sentido amplio y genérico, de cualquier motivo legal que obli-
gue a desechar la declaración del testigo; la Sala, con motivo
de las denuncias de los artículos 367 del Código de Procedí-
to Civil y 288 Y 292, respetando esta posible opinión, aunque
no la comparte, pasa a hacer el examen de las pruebas perti-
nentes y principales, como debieron hacerlo los jueces de ins-
tancia". (G. F., N9 16, pág. 106, 1956) (2 110 etapa).

7.-"Se denuncia infracción del Art. 1387.... La Corte observa:


que para determinar si la prueba testimonial en cuestión era
tendiente en realidad o no a. probar lo contrario de lo estable-
cido en el instrumento, seria indispensable entrar a examinar
y apreciar el contenido de éste; y aquí, al igual que en la
denuncia anterior de las pruebas es materia que compete a los
jueces de instancia, en la cual no les es dado intervenir a este
Altó Tribunal, sino mediante denuncia de regla legal expresa
para la valoración de la prueba". Sent. del 21 junio 1967.

8.-Se permite la prueba de testigos para comprobar la retención


indebida de sumas de dinero independientemente del monto
de las de ellas. Sent. del 21 marzo 1968.

9.-La prueba de testigos es admisible para desvirtuar las men-


ciones referenciales contenidas en instrumentos públicos ya que
éstas no producen fe pública. Sent. del 18 nov. 1959.

10.-La prueba de testigos no es admisible para contradecir los


linderos que aparecen en documento público. G. F. N9 24,
p. 164.

n.-No es admisible la prueba de testigos para comprobar la re-


solución de un contrato de arrendamiento por escrito cuyo valor
excede de dos mil bolívares. G. F. N9 24, p. 110.

12.-Cabe observar, por otra parte, que si bien es cierto que el


artículo 1387 del Código Civil declara inadmisible la prueba de
testigos para "probar lo contrario de una convención contenida
en instrumentos públicos o privados o lo que la modifique ni
para justificar lo que se hubiese dicho antes, al tiempo o
después de su otorgamiento ... ", tal prohibición no rige cuando

-354-
Art.· 1387
hay un principio de prueba por escrito, según lo dispone el
artículo 1392 ejusdem. Al apreciar, pues la recurrida, el tes-
timonio del vendedor, fundada en la existencia de un principio
de prueba por escrito, y con el fin de establecer el carácter
con que obraba el comprador, lejos de infringir la disposición
últimamente citada, hizo correcta aplicación de ella. G. F.
N9 6, 2~ etapa, p. 142, Sent. del 17-11-54.

Art. 1388 Art. 1388


La prueba de testigos se admite en el caso de que la
acción exceda de dos mil bolívares, cuando el exceso se deba
a la acumulación de los intereses.

Art. 1389 Art. 1389


A quien proponga una demanda por una suma que
exceda de dos mil bolívares, no se le admitirá la prueba de
testigos, aun cuando restrinja su primitiva demanda.

Art. 1396 Art. 1398


La prueba de testigos no puede admitirse cuando se
demanda una cantidad menor de dos mil bolívares, si re-
sulta que ésta es resíduo o parte de un crédito mayor que
no está probado por escrito.

Art. 1391 Art. 1391


Si en un mismo juicio se demandan varias cantidades
que reunidas excedan de dos mil bolívares, puede admitirse
la prueba de testigos respecto de los créditos que procedan
de diferentes causas o que se hayan contraído en épocas
distintas y si ninguno de ellos excediere de dos mil bolí-
vares.

-355-
Art.· 1392
Art. 1392

También es admisible la prueba de testigos cuando hay


un principio de prueba por escrito. Este principio de
prueba resulta de todo escrito emanado de aquel a quien
se le opone, o de aquel a quien él representa, que haga
verosímil el hecho alegado.

Es, asimismo, admisible dicha prueba, cuando las pre-


sunciones o indicios resultantes de hechos ciertos probados,
no por testigos, sean bastantes para determinar la admisión
de esa prueba.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-Véase artículo 1387, sentencia DFMIC1 de 20-4-59. (7)


2.----,La nota de débito que no ha podido ser apreciada por el Tri-
bunal como una prueba de la dación en pago alegada, si reúne
los caracteres necesarios para que se la estime como un prin-
cipio de prueba por escrito que haga admisible la de testigos,
no obstante que el valor del objeto de las obligaciones que se
dicen extinguidas excede de dos mil bolívares. DFIC1 de
6-8-48.
3. -La prohibición de la admisión de la prueba de testigos del
Art. 1387 C. C. está atemperada por la excepción del Art.
1392 C. C. Este principio de prueba por escrito resulta de
todo escrito emanado de aquél quien lo opone, o de aquél a
quien él representa, que haga verosimil el hecho alegado.
Pero también es admsible dicha prueba de testigos cuando las
presunciones o indicios resultantes de hechos ciertos probados
no por testigos, sean bastantes para determinar la admisión
de esa prueba. DFMSC1 de 28-10-66.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-Los libros de los comerciantes no constituyen principio de


prueba contra los no comerciantes. M. 1934, p. 309.
2.-La apreciación del documento que constituya principio de
prueba por escrito, no puede hacerse aisladamente sino en

-356-
Art. 1392
conexion con una prueba de testigos a la cual sirva aquélla
de soporte o de apoyo. G. F. T. 3, 2ll- etapa, p. 279.
3.-El Art. 1392 contiene regla expresa de valoración de principio
de prueba, cuando exige que las menciones del escrito hagan
verosímil el hecho alegado. La doctrina y la jurisprudencia
han asentado no ser necesario que el principio de prueba se
contraiga al hecho que se trate de probar; que basta que com-
pruebe otro hecho que haga verosímil el alegado; que no es
preciso que el escrito establezca algunos de los elementos del
hecho que ha de probarse, pues basta que sea el punto de
partida de un razonamiento para el Juez; que la verosimilitud
no es la apariencia de la verdad, sino la probabilidad. G. F.
T. 9, 2~ etapa, p. 97.
4. -Una factura constituye principio de prueba por escrito. Sent.
13 marzo 1968.
5.-"Así, por ejemplo, de una carta en que el autor reconoce estar
agradecido del favor que recibió y que oportunamente lo pa-
gará, bien puede el Juez presumir que se trata del préstamo
cuyo pago se demanda, o sea, el principio de prueba por escrito
que permite la prueba de testigos aun cuando se tratare de
obligación de más de dos mil bolívares". G. F., NQ 17, pág.
175, 1957.
6.-Es requisito del Art. 1392 que el documento emane del deman-
dado. G. F. T. 2, 2~ etapa, p. 343.

Art. 1393 Art. 1393


Es igualmente admisible la prueba de testigos en los
casos siguientes:

19 En todos los casos en que haya existido para el


acreedor la imposibilidad material o moral de obtener una
prueba escrita de la obligación.

29 Cuando el acreedor haya perdido el título que le


servía de prueba, como consecuencia de un caso fortuito
o de fuerza mayor; y
39 Cuando el acto es atacado por ilicitud de la causa.

-357-
Art. '1393
JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. IV, tomo n, Pág. 615. Este Tribunal observa que,
si bien existe la disposición invocada por la parte demandada,
no se trata aquí de probar la existencia de una obligación
sino de evidenciar la utilidad que dice obtenida el actor en un
establecimiento de taller de reparación de radios y aparatos de
televisión. Se trata de una demanda de daños y perjuicios y,
por tanto se está en la situación que prevé el ordinal 19 del
artículo 1393 del Código Civil en virtud de lo cual la prueba
impugnada es admisible y, por tanto, la apelación interpuesta,
en lo que a esto concierne no puede prosperar y así se declara.
1SC2 de 3-4-57.

SECCION TERCERA

De las presunciones

Art. 1394
Art. 1394
Las presunciones son las consecuencias que la ley o el
Juez sacan de un hecho conocido para establecer uno des-
conocido.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l._U ... (este artículo) deja a la prudencia de los jueces admitir


o no las presunciones no establecidas por la ley ... " . M. 1883,
p. 67; M. 1897, p. 264; M. 1914, p. 125; M. 1912, p. 207;
M. 1917, p. 167; M. 1919, p. 400; M. 1923, p. 237.

2. -Los jueces tienen amplia facultad para apreciar y valorar las


presunciones no establecidas por la ley, pudiendo ser casado
el fallo solamente cuando ~l Juez desconoce la verdad que
aparezca del propio expediente. Sent. del '12 enero 1967.

'3.-UNo solamente por la definición legal de presunción, sino


hasta por el simple sentido común, toda presunción tiene que
reposar en la realidad del hecho que le sirve de base, o sea,
en la prueba del hecho distinto del cual el legislador des-
prende, como consecuencia, la presunción. Cuando se dice

-358-
Art. 1394
que la presuncion legal dispensa de toda prueba a quien la
tiene en su favor, no ha querido el legislador excluir la prueba
del hecho o del acto de donde se origina la presunción. No
requerir la prueba de ese hecho fundamental, elemento cons-
titutivo de la presunción, conduciría al absurdo de basar una
presunción legal sobre otra presunción, o sea, sobre un hecho
hipotético o meramente alegado y no establecido en los autos".
G. F., NQ 5, 1954, pág. 398, 2l1o etapa.

4.-El dolo debe probarse por hechos grave~ y precisos por todos
los medios de prueba, incluso las presunciones. G. F. N9 9,
1951, p. 260.

5.-Jamás puede prescindir el Juez de apreciar el valor relativo


de los indicios; mientras menos valor tengan, se requerirla un
mayor número de ellos, si son valiosos o medianamente fuertes,
dos o tres; si hay uno solo de valor excepcional, este puede
bastar para comprobar la simulación. G. F. N9 17, 1957,
p.229.

§ 19

De las presunciones establecidas por la ley

ArL 1395 Art. 1395


La presunción legal es la que una disposición especial
de la ley atribuye a ciertos actos o a ciertos hechos.

Tales son:

19 Los actos quqe la ley declara nulos sin atender más


que a su cualidad, como hechos en fraude de sus dispo-
siciones.

29 Los casos en que la ley declara que la propiedad o


la liberación resultan de algunas circunstancias determi-
nadas.

39 La autoridad que da la ley a la cosa juzgada.

-359-
Art. 1395
La autoridad de la cosa juzgada no procede sino res-
pecto de lo que ha sido objeto de la sentencia. Es nece-
sario que la cosa demandada sea la misma; que la nueva
demanda esté fundada sobre la misma causa; que sea
entre las mismas partes, y que éstas vengan al juicio con
el mismo carácter que en el anterior.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. IV, tomo 1, Pág. 361. De manera que, como lo


asienta fundamentalmente el Juez a quo "las partes han
venido a este nuevo juicio con el mismo carácter anterior,
es decir, discutiendo la culpabilidad y responsabilidad sub-
siguiente del ciudadano J. V. L. conductor de una unidad dis-
tinguida con la placa NQ 3-1.319 del Distrito Federal, propiedad
de la C. A. A. E. V., con motivo del choque ocurrido en la
esquina del Corazón de Jesús, el día 14 de mayo de 1953",
punto ya decidido entre los mismos, conforme al fallo del
Tribunal del Trabajo, por lo cual quedan cumplidos los requisi-
tos que, para que proceda la cosa juzgada, exige el ordinal
tercero del artículo 1395 del Código Civil. HC1 de 27-10-54.

2.-JTR. Vol. IV, tomo 1, Pág. 362. Siguiendo este orden de ideas,
cabe decir que según enseñanza de la doctrina procesal, la
cosa juzgada establece la presunción juris et de jure de que la
ejecutoria se tiene por verdad legal inalterable, en el sentido
de que contiene la verdadera y exacta aplicación de la norma
legal a un caso concreto, y no puede, por tanto, ímpugnarse,
ni modificarse por motivo, autoridad, ni Tribunal ninguno.
Más, para que este postulado de derecho pueda funcionar
de manera eficaz como hecho excluyente de la posibilidad de
abrir nuevo debate sobre una cuestión ya decidida, son precisos
ciertos requisitos concurrentes: que la cosa demandada sea la
misma; que la nueva demanda este fundada sobre la misma
causa; que sea entre las mismas partes; y que éstas vengan
al juicio con el mismo carácter que en el anterior (Art. 1395
del Código Civil). Si falta alguna de estas identidades, es
obvio que la cosa juzgada no se produce.... Ahora bien, si
dentro de estas nociones se examinan nuevamente los puntos
básicos de la controversia, conforme a los cuales quedó fijada
la relación jurídico procesal entre las partes litigantes, una
que sostiene su absoluto desconocimiento de todo efecto jurí-

-360-
Art. 1395
dico de un juicio que aparece como definitivamente concluído,
en razón de no haber sido parte en él; y la otra, que al
contrario, invoca toda la autoridad de la sentencia con fuerza
ejecutoria recaída en el mismo, por haberse cumplido en su
secuela todas las formalidades legales, se hace relevante la
importancia que para el proceso que se estudia, reviste el
requisito relativo a la identidad de las partes, arriba enuncia-
do, ello en virtud de los principios de que la sentencia dictada,
en juicio no alcanza ni obliga sino a las personas que contendie
ron como partes, y de que nadie puede ser condenado sin haber
sido oído en el respectivo proceso, siendo así que quienes no
hayan figurado en éste no se verán afectados por la cosa juzga-
da y permanecen por tanto extraños a ella conforme a la regla
res inter alios judicati neque prodes se neque nocere potest.
HC3 de 7-6-54.

3. -JTR. Vol. IV, tomo I, Pág. 364. De allí que el artículo 1395
del Código Civil, al enumerar las presunciones juris et de juris,
es decir, las que no admiten prueba en contrario, en su nu-
meral 39 se expresa así: "La autoridad que da la Ley a la
cosa juzgada". Más, para que tal presunción pueda ser tenida
con el carácter de intangible con que el legislador la ha
rodeado, se requiere la invocación y prueba subsiguiente que
para hacerla procedente establece el aparte único del supra-
citado artículo ejusdem, que se pronuncia en esta forma:
"La autoridad de la cosa juzgada no procede sino respecto
de lo que ha sido objeto de la sentencia. Es necesario que la
cosa demandada sea la misma; que la nueva demanda esté
fundada sobre la misma causa; que sea entre las mismas partes
y que estas vengan al juicio con el mismo carácter que en el
anterior". En este punto el Juzgador se pregunta: ¿Están
llenos en el caso de autos los referidos extremos? En res-
puesta reproduce y hace suyos los conceptos emitidos, al res-
pecto por el Juez a quo, que así dicen: El Tribunal considera
que dicha transacción, como se evidencia de los autos, se
refiere exclusivamente a otro juicio y no al motivo de éste,
donde ha de decidirse si el excepcionante está o no obligado a
reintegrar al actor el valor de las letras de cambio que le
endosó como cláusula de la referida transacción y si dichas
letras fueron o no canceladas. Por tanto, el motivo de esta
acción no ha sido juzgado, ya que ella se funda en la presun-
ción del actor de que las aludidas letras de cambio no pueden
cobrarse porque, según él fueron ya canceladas por el deman-

-361-
Art. 1395
dado. En consecuencia, no existe la cosa juzgada que se in-
voca como fundamento de la segunda excepción. Asi se decla-
ra". 1SC3 de 24-4-54.

.4-JTR. Vol. VI, tomo 1, Pág. 251. Ahora bien, según el ar-
tículo 1395 del Código Civil la autoridad de la cosa juzgada
es una de las presunciones establecidas por la Ley. De acuer-
do con el aparte único de ese articulo, la autoridad de la cosa
juzgada no procede sino respecto de lo que ha sido objeto de
la demanda. Y tres condiciones pauta al respecto el legislador
en esta materia, que la cosa demandada sea la misma, que la
nueva demanda esté fundada sobre la misma causa; que sea
entre las mismas prtes, y que éstas vengan al juicio con el
mismo carácter que en el anterior. lIC2 de 2-8-57.

5.-JTR. Vol. VI, tomo 1, Pág. 256. Surgen de manera clara y


evidente de esa disposición los requisitos que nuestra Ley
exige para que se produzca la cosa juzgada. Y es manifiesto
que existe identidad entre las partes litigantes, ya que de
cualquier modo que se haya figurado como parte en un
proceso, llena la condición exigida por la Ley; de tal suerte,
pues, que es sólo condición especial que quienes hayan sido
anteriormente partes en discusión, vuelvan a serlo para dejar
cumplida la pauta legal. Y con la copia certificada de la
disolución del matrimonio acompañada al juicio queda fuera
de toda duda que existe identidad de personas y del carácter
con que estas han actuado. Queda únicamente por deter-
minar si la misma identidad existe con respecto a la cosa
y causa. Y es innegable que existe también identidad de la
causa, ya que ésta no es otra cosa que el fundamento inmediato
del derecho a beneficio legal que hace valer una de las partes.
y en efecto, si se considera como causa pretendi el funda-
mento principal, el origen de la acción y la razón de pedir,
se ve claramente que ella . deviene del vínculo matrimonial
disuelto, de donde surgió para el demandante, J. E. C. G" el
derecho de la patria potestad con todas las obligaciones y
derechos que de esa institución se derivan.

Más, a juicio de este Tribunal Superior, no ocurre lo mismo


en lo referente a la cosa demandada, o sea, el objeto que se
pretende, ya que en el primer juicio, lo que se demandó fue la
disolución del vínculo matrimonial, y ahora lo que se pretende
es la privación de la patria potestad. 17SC2 de 8-8-57.

-362-
Arte 1395
6.-JTR. Vol. VI, tomo 11, Pág. 423. Para finalizar el estudio
del caso de autos, cabe advertir que interponer recursos ten-
dientes a detener o enervar la ejecución de las sentencias
firmes es ir contra la Ley, pues ello equivale a contrariar
la disposición contenida en el artículo 1395 del Código Civil,
que en su ordinal 39 coloca entre las presunciones legales,
"la autoridad que da la Ley a la cosa juzgada", y tales pre-
sunciones son de las denominadas juris et de jure, es decir,
·que no admiten prueba en contrario. 1SC3 de 29-4-57.

7.-JTR. Vol. VII, tomo 1, Pág. 573. Es jurisprudencia constante


de la Casación venezolana que no hay cosa juzgada sino en
las decisiones dictadas en juicio contradictorio o contencioso.
Se requiere así que un fallo venga a dirimir diferencias entre
partes y que éstas aparezcan en el juicio en una posición
relativa bien distinta para discutir un mismo derecho. 'lSP3
de 25-2-58.

8.--...JTR. Vol. VII, tomo 1, Pág. 574. "Es jurisprudencia constante


de los Tribunales de Menores que en materia de guarda de
menores las decisiones que en tal sentido se tomen no produ-
cen cosa juzgada pues son medidas que, por naturaleza, pro-
ducen sólo ejecutoria provisional". DFM2 de 11-3-58.

9.-JTR. Vol. VII, tomo 1, Pág. 574. "El pronunciamiento sobre


atribución de la patria potestad a uno de los padres, contenido
en la sentencia de divorcio, no obsta para que el padre o la
madre que la ejerce sean .privados de la patria potestad
cuando incurran en alguna de las causales establecidas en el
artículo 278 del Código Civil". DFM2 de 15-12-58.

10.-JTR. Vol. VII, tomo 1, Pág. 575. "Las decisiones de los Tri-
bunales de Menores, dictadas en su función tutelar de los
menores, no producen cosa juzgada". DFMM2 de 8-10-59.

11.-JTR. Vol. VII, tomo 1, Pág. 576. "Para que sea procedente la
excepción de cosa juzgada deben concurrir los siguientes
requisitos en relación al fallo: a) Que la decisión haya recaído
en juicio contencioso; b) Que la sentencia sea definitiva; c)
que esté ejecutoriada; y d) Que emane de una autoridad judi-
cial venezolana o que haya obtenido de ella la fuerza ejecu-
toria. No concurren estos requisitos en los casos de oposi-
ciones a la adjudicación de terrenos ejidos puesto que las

-363-
Art. 1395
mismas se ventilan por un procedimiento de neto corte admi-
nistrativo que sólo tiene valor en cuanto al régimen interno
municipal". 17SC1 de 23-10-58.

12. ---JTR. Vol. X, Pág. 166. "La institución de la cosa juzgada


entre sus requisitos exige que la nueva demanda se funde en
los mismos hechos que la anterior. No será procedente la
excepción de cosa juzgada en el juicio de divorcio si la causal
invocada como fundamento es distinta de la alegada en el
primer proceso, y si ios hechos fundantes son, también,
diversos". DFMIC3 de 6-12-63.

13. -JTR. Vol. X, Pág. 169 " ... la excepción de cosa juzgada pro-
cede cuando se demanda un derecho que tiene como presupues-
to necesario otro derecho sobre cuya existencia se ha dictado
sentencia definitivamente firme ... ". ZUSCT1 de 16-2-62.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-No causa cosa juzgada la decisión sobre una partición no


contenciosa. M. 1918, p. 185.

2.-Los considerandos de un fallo no producen cosa juzgada.


M. 1912, p. 303; M. 1904, p. 174; M. 1910, p. 307.

3. -Ese artículo no fija las reglas legales que deben aplicarse


para saber si una sentencia está ejecutoriada o no, es aprecia-
ble o no, es apelable o no, en todo o en parte. Ese artículo
fija las condiciones necesarias para que una sentencia ya
firme produzca presunción de verdad legal en un pleito dis-
tinto, en una nueva demanda; y no se refiere en absoluto a la
comparación que hacen los recurrentes de dos sentencias de
un mismo juicio. M. 1904, p. 82; M. 1909, t. 1, p. 329.

4. -No hay cosa juzgada mientras esté pendiente el recurso de


casación. Oct. 13, 1948.

5.-Se consideran dos demandas fundadas en la misma causa


cuando en apoyo de la segunda se presenta un medio nuevo,
sacado de una disposición de la ley, que se había dejado de
invocar en el momento de la primera; o cuando se ofrece la
prueba de hechos que no se articularon en el primer juicio.
G. F. T. 7, 1!!- etapa, p. 104.

-364-
Art. 1395
6.-Un nuevo medio o razón de pedir no autoriza al demandante
para instaurar un nuevo proceso. G. F. T. 7, 111- etapa, p. 105.

7. -No puede haber cosa juzgada sino en decisiones judiciales,


no en los meros actos de tramitación. El dictamen de exper-
tos no tiene carácter de decisión judicial mientras no haya sido
acogido por el Juez. G. F. T. 18, 211- etapa, p. 309.

8.-No hay cosa juzgada en la patria potestad. G. F. N9 32,


2~ etapa, p. 77.

9. ---<La cosa juzgada proveniente de sentencia dictada contra una


persona, no es oponible a su causahabiente a título particular,
sino cuando éste ha adquirido la cosa o el derecho respectivo,
con posterioridad a la sentencia. Sent. del 3 julio 1962.

10.-Se razona mal cuando se dice que el tercero perjudicado por


un fallo sólo tiene el derecho de oponerse en el mismo proceso,
a la medida judicial o el de apelar, o el de ocurrir a tercerías;
éstas son facultades o derechos, no una condición indispensa-
ble para escapar del perjuicio. La omisión involuntaria de
tales recursos no excluye la vía interdictal; el legislador, al
crear esos derechos del tercero, no ha pretendido que éste adi-
vine que existe el proceso que pueda perjudicarle, ni que está
corriendo contra él, ignorante, de lo que sucede, un lapso para
defenderse. Los terceros, que por algún motivo no pudieron
aprovechar oportunamente esos medios para salvarse del fallo
o de la medida judicial, siguen amparados por la ley, que li-
mita a las partes la fuerza de la' cosa juzgada. El artículo
1395 del Código Civil limita la autoridad de la cosa juzgada
a la unidad de objeto de la sentencia; a que la cosa demandada
sea la misma; a la unidad de causa, y muy especialmente para
el caso actual a que sea entre las mismas partes y vengan al
juicio con el mismo carácter que tuvieron en el anterior.
Este es el precepto que el Juez de Primera Instancia echó de
menos cuando dijo: "Es inadmisible y ninguna norma legal
sanciona que mediante una acción interdictal iniciada por un
tercero, se detenga la ejecución de una medida judicial recaída
en juicio entre otras partes".

En este precepto sobre la relativa fuerza de la cosa juzgada,


encerró el legislador, junto con otros principios, la máxima
romana de Ulpiano, desatendida en los fallos de instancia. Y

-365-
Art. 1395
cabalmente al referirse a este precepto, ya comentándolo o
aplicándolo, los autores y la jurisprudencia se remiten a
aquella máxima latina, copiándola casi siempre textualmente
en alguna de sus formas tradicionales, y otras veces glosán-
dola. Se dice "en alguna de sus formas", porque en diversos
tiempos, ocasiones y pasajes el mismo Ulpiano y otros juristas
romanos, y romanistas modernos, presentan variantes de
redacción, como por ejemplo ésta: "Res inter alios acta, vel
judicata aliis nec nocere nec prodesse potest".

Es tan fundamental, tan racional y humana esta limitación de


la fuerza de la cosa juzgada a los que fueron parte en el
juicio y a sus causahabientes, que Laurent, admirado, dice:
Este principio es tan natural que no se comprende cómo los
magistrados lo hayan desconocido". G. F. NQ 6, 1954, p. 95
y siguientes.

n.-Causan cosa juzgada, no sólo las sentencias firmes, sino


también la transacción (Art, 1713 C. C.); la conciliación del
Art. 200 C. de P. C.; el desistimiento del Art. 205 C. de P. C.
G. F. NQ 20, p. 195.

12.-Los interdictos no causan cosa juzgada. G. F. NQ 14, p. 87.

13.-La identidad en lo tocante a la cosa demandada que precisa


considerar cuando se opone la cosa juzgada, no es la identidad
material o matemática, sino la jurídica. La causa petendi
puede ser una y dar lugar a acciones de diversa naturaleza, en
cuyo caso es necesario decidir, según las situaciones, si la
segunda demanda presenta o no una cuestión distinta a la
suscitada al intentar la primera. M. 1948, p. 391.

14.-"El artículo 1395 del Código Civil en su ordinal tercero esta-


blece que: "La autoridad de la cosa juzgada no procede sino
respecto de lo que ha sido objeto de la sentencia ... ". De este
modo el legislador consagra el principio general de que la
eficacia de la cosa juzgada queda circunscripta a lo que fue
objeto de la decisión del Juez, 10 cual precisa aún más cuando
en la misma disposición afirma que es necesario que la cosa
demandada sea la misma; que la nueva demanda esté funda-
da sobre la misma causa; que sea entre las mismas partes
y que éstas vengan al juicio con el mismo carácter que en el
anterior. La cosa juzgada es la que está decidida por una

-366-
Art. 1395
sentencia válida que ya no puede ser revisada ni modificada
por Tribunal alguno y su autoridad o eficacia no va más allá
de lo estrictamente decidido sin que en ningún caso pueda
admitirse la existencia de la cosa juzgada fuera de lo que
fue objeto de la sentencia. Tal es el sentido del artículo 1395
del Código Civil.

Estas argumentaciones llevan a esta Corte a concluir que al


decidir la recurrida que el convenio de separación de cuerpos
celebrado entre las mismas partes de este litigio produce
cosa juzgada en el presente juicio de divorcio, está dando ésta
un alcance mayor al que le atribuye el ordinal 39 del artículo
1395 del Código Civil, limitado a lo que ha sido objeto de la
sentencia. Y como es el caso que la recurrida hace proce-
dente la autoridad de la cosa juzgada respecto al presente
juicio de divorcio que no ha sido objeto de la declaración
judicial que tuvo lugar con motivo de la manífestación o
convenio de separación de cuerpos y de bienes hecha por los
cónyuges que aquí litigan, violó el artículo 1395 del Código
Civil en su numeral tercero, puesto que el divorcio aquí soli-
citado es completamente distinto a la separación de cuerpos
convenida por los mismos cónyuges y por lo tanto, ésta no
podría tener autoridad de cosa juzgada en aquél, y así se
declara". G. F., N9 8, 1955, pág. 115, 21). etapa.

15.-Para que proceda la autoridad de la cosa juzgada, según se


desprende del artículo 1395 del Código Civil, es necesario,
además de la identidad de objeto y causa, que las personas
que hayan actuado en el proceso sean jurídicamente las mis-
mas que hayan venido al nuevo juicio. Para que las personas
sean jurídicamente las mismas, es a la vez necesrio, que las
partes que intervienen en el nuevo juicio hayan figurado
personalmente en el primero, o que al menos hayan estado
representada en él, y que hayan venido al juicio con el mismo
carácter que en el anterior. Aún no habiendo figurado en el
proceso anterior, los causahabientes a título universal de las
personas que hayan figurado en el primer juicio, se reputan
representadas en él. En cuanto a los causahabientes a título
particular, según la doctrina dominante, que esta Corte acoge,
no les es oponible la sentencia, dictada en contra del causante
sino siempre que dichos causahabientes hubiesen adquirido
el derecho a la cosa con posterioridad a aquélla. Sent. del
2 de julio 1962.

-367-
Art. 1395
16. -"El asunto sentenciado por la Corte Superior llegó a su cono-
cimiento en virtud de la apelación intentada por el demandado
al ser declarada con lugar la demanda en la sentencia de
Primera Instancia contentiva también de un dispositivo de
expresa exención de costas el cual no pudo estar comprendido
en esa apelación. Como tampoco la intentó el demandante,
parte perjudicada por esa parte de la decisión, es necesario
concluir que en el particular la sentencia quedó firme y
adquirió carácter de cosa juzgada, y mal podía ser revisado
por la alzada el dispositivo relativo a las costas, en virtud
del principio tantum devolutum appelatum, conforme a la
reiterada jurisprudencia de este Alto Tribunal. Al hacerlo es
evidente que la recurrida incurrió en el desconocimiento de la
autoridad de la cosa juzgada y violó el numeral 39 del
artículo 1395 del Código Civil y por ende los articulos 12 y 21
del Código de Procedimiento Civil. Resulta por tanto funda-
da la denuncia formulada y así se declara. Sent. del 28-6-67.

17.-Ya se dejó establecido en este mismo fallo que si es posible la


distinción entre cosa juzgada sustancial y cosa juzgada formal,
en la manera que lo hizo la recurrida, ya que tratándose, por
ejemplo, de patria potestad, guarda o educación de menores,
siempre sería posible modífícar la guarda atribuida a un padre
por esa cosa juzgada, si como lo expresó la recurrida un cambio
de circunstancias obligara a modificar posteriormente lo deci-
dido en esa sentencia firme. Lo contrario sería sostener que
a un padre a quien se atribuyó la patria potestad por sentencia
firme, no puede ser privado de ella o modificado el ejercicio de
alguno de sus atributos, no obstante que dicho padre se haya
colocado en situaciones que hagan procedentes esas medidas.
G. F. N9 30, 211- etapa, p. 81, Sent. del 12-12-60.

NOTA DEL AUTOR


Se recomienda a los interesados, ver la obra: "Código de
Procedimiento Civil, Anotada y Concordada", del Dr. Mariano
Arcaya, Empresa El Cojo, 1966, Volumen III, páginas 37 y
siguientes, donde aparecen reseñadas numerosas sentencias,
tanto de instancia como de casación, sobre la cosa juzgada,
como excepción de inadmisibilidad.

-368-
Art. 1396
Art. 1396

La demanda de daños y perjuicios por razón de los


causados por un acto ilícito, no puede ser desechada por la
excepción de cosa juzgada que resulte de la decisión de una
jurisdicción penal que, al estatuir exclusivamente sobre
la cuestión de culpabilidad, hubiera pronunciado la abso-
lución o el sobreseimiento del encausado.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA
1.-JTR. Vol. H, Pág. 26. En efecto, si según dicha disposición,
no puede oponerse la excepción de cosa juzgada que resulte
de la decisión penal que al estatuir exclusivamente sobre la
cuestión de culpabilidad, pronuncie la absolución o el sobre-
seimiento mucho menos puede oponerse la excepción de
<

cuestión prejudicial cuando el caso civil se propone sobre la


base de un hecho ilícito civil. En estos casos no existe el
peligro de sentencia contradictorias. DFIC3 de 5-5-52.

JURISPRUDENCIA DE CASACION
l.-La exención de responsabilidad criminal conlleva la exencion
de responsabilidad civil, salvo los casos que la ley establece,
pero ello en cuanto a que el hecho es delito, pues en cuanto al
hecho ilícito, si podría todavía ser responsable. Sent. del
30-11-59. G. F. N9 26, p. 181 ss.
2.-La demanda por daños y perjuicios consistentes en lesiones
personales y daños al vehículo, ocasionados en un choque, no
puede ser rechazada por la excepcón de la cosa juzgada que
resulte de la decisión de la jurisdicción penal .que declaró
terminada la averiguación porque los hechos denunciados no
revestían carácter penal, al tenor del Art. 1396 C. C. Sent. del
30~il-59. G. F. NI? 26, p. 181 ss.
3. -"Es oportuno advertir que, aunque el Art 1396 C. C. establece
que la demanda de daños y perjuicios causados por un acto
ilícito, no puede ser desechada por la excepción de cosa juzgada
que resulte de una jurisdicción penal, tal disposición no puede
referirse sino a los perjuicios derivados del acto ilícito civil
y no a los provenientes del delito penal". Sent. del 10-8-66.
G. F. N9 53, p. 238.

-369-
Art. 1397
Art. 1397

La presunción legal dispensa de toda prueba a quien


la tiene en su favor.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-"Tampoco puede aceptarse la denuncia de infracción del


Art. 1397 C. C. pues esta disposición asienta el principio de
que la presunción legal dispensa de toda prueba a quien la
tenga a su favor, y el caso de autos no corresponde precisa-
. mente a las situaciones características de presunción legal,
únicas, contenidas en el Art. 1395 ejusdem". G. F. NQ 40,
p. 560, Sent. del 21 mayo 1963.

2. -Al aseverarse que la actora no ofreció prueba se desconoeió


la citada presunción, importante elemento probatorio que en
favQr del trabajador establece (la Ley del Trabajo) y el Art.
1397 C. C. que determina el alcance de esa presunción, o sea,
que en el caso de autos, el demandante está dispensado de
comprobar que fue empleado de la demandada, demostrada
como está la prestación de servicios. G. F; N9 7, 1955, p. 79.

Art. 1398 Art 1398

No se admite ninguna prueba contra la presunción


legal, cuando, fundada en esta presunción, la ley anula
ciertos actos o niega en justicia, a menos que haya reservado
la prueba en contrario.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-"Por otra parte, en los casos indicados en el C. C., el acreedor


a quien es opuesta la prescripción, no puede combatir ·la pre-
sunción de pago sobre la cual se funda la prescripción mediante
una prueba distinta de la resultante del juramento decisorio ....
En efecto conforme al Art. 1398 C. C. no se admite ninguna
prueba contra la presunción legal, cuando .fundada en esta
presunción, la Ley niega acción en justicia o anula ciertos
actos, a menos que haya reservado la prueba en contrario... ".
G. F. N9 28, 1960, p. 221.

-370-
Art.·1398
2 .-Se infringe al Art. 1398 C. C. al no dar valor a las presun-
ciones del Art. 230 del Código de Comercio, G. F. N9 20,
1958, p. 46.

De las presunciones no establecidas por la ley

Art. 1399 Art. 1399


Las presunciones que no estén establecidas por la ley
quedarán a la prudencia del Juez, quien no debe admitir
sino las que sean graves, precisas y concordantes, y sola-
mente en los casos en que la ley admite la prueba testi-
monial.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. 1, Pág. 235. Todos los hechos y circunstancias


anotados hasta ahora hacen pensar a la Corte que si en verdad
el hierro o señal que marca a un animal no es una prueba
definitiva y concluyente de la propiedad sobre éste, si es una
presunción grave, que, adminiculada con otros. elementos,
puede determinarla o demostrarla. ZUSC de 16-5-51.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-En materia de presunciones no establecida por la ley, los


jueces son soberanos para la apreciación de los hechos que
las constituyen, estando a la conclusión a que lleguen fuera
del alcance de la censura de casación. G. F. T. 5, 11!- etapa,
p. 381; G. F. NQ 24, p. 36 Y múltiples otros fallos en idéntico
sentido.

2. -Da lugar a casación el hecho de que en la sentencia se dejen


de precisar cuáles son las presunciones alegadas y cómo es
que resultan probados los hechos de los cuales se inducen
aquéllas. G. F. T. 1, 1lJ. etapa, p. 280.

3. -No es cierto que de un documento no pueden deducirse presun-


ciones; la ley habla, sin limitación, de hecho conocido del

-371-
Art. 1399
cual puede deducirse uno desconocido; y no se alcanza porque
de un documento público o privado no pueda apreciarse la
prueba de un hecho, y, fundado en él, deducir otro el senten-
ciador. G. F. NQ 17, p. 174.

4. -Del silencio de la contraparte ante un documento producido


junto a la diligencia de apelación, sin ser el documento emana-
do de ella, no puede presumirse aceptación u otro efecto
similar. G. F. '1'. 28, p. 30.

5.-La admisión de presunciones no establecidas por la ley,


quedan a la prudencia del Juez. Sentencias de fechas: 2-2-60;
20-12-60; 3-2-65; G. F. NQ 39, p. 222.

6.---J)e la autocalificación de comerciante que haga una persona,


no se deriva presunción alguna. Sent. del 13 marzo 1968.

7. -"En sentencias de 14-6-65 y 20-12-60 esta Corte dejó estable-


cido que es amplia facultad de los jueces para apreciar las
presunciones no establecidas por la ley, y el valor que se
otorgue a esta clase de presunciones, se hallará ordinaria-
mente tan ligado. a los demás elementos del proceso, que sería
censurable entrabar la libertad del criterio de que se hallan
previsto los jueces para derivarlas en grado y categoría, en
su valor y requisitos. Y sólo cuando el Juez desconozca la
verdad que aparezca del propio expediente, o los principios
que rigen la prueba de presunciones, habrá un fallo casable".
Sent. del 12-1-67.

8.-" ... pero esa libertad para establecerlas (presunciones homi-


nis) es siempre que el Juez no desconozca la verdad que
aparezca del propio expediente o los principios que rigen la
prueba de presunciones ... ". Sent. del 12-1-67.

9. -Dividió, pues, el sentenciador la aludida confesión en perjuicio


del confesante, para establecer la presunción de que "el con-
trato de compra-venta que se discute como simulado no fue
ejecutado y reforzar así su decisión de que en realidad no
hubo venta", con lo cual esa presunción, por la misma razón
no resulta precisa y concordante, pues si bien es verdad que
las presunciones hominis quedan a la prudencia del Juez, al
tenor del artículo 1399 del Código Civil, lo que a su vez al
establecimiento de las mismas no sería censurable en casación,

-372-
Art. 1399
esa libertad para establecerlas es siempre que "el Juez no
desconozca la verdad que aparezca del propio expediente, o los
principios que rigen la prueba de presunciones, pues en caso
contrario, el fallo sí sería casable", como lo estableció la
Corte en sentencia 14-6-54 y 20-12-60, que es precisamente
lo que ocurre en el caso de autos, según se deja demostrado.
Todo lo cual hace procedentes las denuncias examinadas.
Sent. de 12 enero 1967.

10.-Véase Art. 1394, cita NQ 4.

NOTA DEL AUTOR

Se sugiere a los interesados leer un profundo estudio sobre el


significado de los "Indicios y Presunciones" del Dr. Pedro M.
Arcaya, el cual aparece reproducido en la obra "Código de
Enjuiciamiento Criminal, Anotado y Concordado", Empresa
El Cojo, 1968, del Dr. Mariano Arcaya, en el Volumen n,
páginas 179 a 200.

SECCION CUARTA

De la confesión

Art. 1400 Art. 1400


La confesión es judicial o extrajudicial.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. I, Pág. 76. No es opinión de este Tribunal que la


prueba en cuestión pueda aplicarse con semejante amplitud
en todos los procesos, puesto que en aquellos donde esté inte-
resado el orden público, como son el de divorcio, capacidad
y estado civil de las personas, no es operante.TRSC de
24-4-51.

2.-JTR. Vol. n, Pág. 475. Hay, además, otros aspectos de


diversa índole que tampoco pueden quedar fuera del alcance
de la prueba de confesión, los cuales, sin rozar la causal
invocada como fundamento del juicio, tienen necesidad de ser

-373-
Art. 1400
dilucidados en el curso del proceso, como son aquellos que
tocan a la situación de los hijos habidos durante el matrimonio,
a los bienes patrimoniales de los cónyuges y de los de la
comunidad. Indudablemente que sobre estas cuestiones puede
legalmente promoverse y evacuarse la confesión de ambos eón-
yuges, para ser estimada o desechada en la sentencia definitiva
por el juzgador del mérito. DFSC2 de 17-3-52.
3.-JTR. Vol. 11, Pág. 472. En lo que se refiere a la prueba de
posiciones juradas, declarada inadmisible en el auto apelado,
la Corte observa que dicha prueba no es contraria a la Ley,
ya que no existe ninguna prohibición legal que paute su
inadmisibilidad en los juicios de divorcio. El único distingo
que han hecho la doctrina y la jurisprudencia respecto de la
prueba de posiciones juradas en los juicios de divorcio es
en éstos está interesado el orden público, y, por tanto, las
dichas posiciones no pueden referirse a la disoluci6n del
vínculo mismo, porque los expresados juicios está regidos por
el principio de contradicción a la demanda, y la Ley obliga
a las partes a cumplir los trámites del procedimiento especial
que al respecto ha pautado; pero ello no significa que las
posiciones sean inadmisibles en esta clase de juicios, sino que
los efectos de la prueba y su apreciación, en definitiva, es
diferente de la que haría el Juez en otra clase de juicios.
DFSC1 de 28-5-52.
4.-JTR. Vol. IV, tomo 11, Pág. 349. La confesi6n judicial pro-
vocada, prueba por excelencia, consiste en el te.\timonio que
sobre hechos rinde una de las partes contra si misma. Entre
esa prueba y la declaración de testigos, el legislador no s610
establece diferencias relativas a los efectos jurídicos de cada
una, en la medida de apreciación del Juez, sino que señala
expresamente, entre otras, como formalidad indispensable a
la validez del acto de posiciones, que no al de declaraci6n de
testigos, que' el absolvente y el solicitante de las posiciones
sean parte en el juicio. 11M1 de 25-10-55.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-La confesión extrajudicial tiene que ser probada como cual-


quier otro hecho jurídico. G. F. T. 1, 1~ etapa, p. 249.

2. -N o es cierto que el libelo de demanda, tomado así en toda su


extensi6n, constituye una confesión del actor, pues en los

-374-
Art. 1400
libelos se afirman hechos indiferentes que no resultan ni
favorables ni adversos como para influir en la parte dispositi-
va; y hechos favorables al mismo actor. En uno y otros falta
el animus confitendi. G. F. T. 16, p. 100.

3.-Bien puede ocurrir que resultaren dos declaraciones (confe-


siones) contradictorias sobre la existencia de un mismo hecho,
pero en este caso, queda a la libre apreciacón del sentenciador
establecer cuál de ellas obra contra el confesante. G. F.
T. 16, p. 43.

4.-En materia de confesión ninguna regla legal expresa contiene


la ley para su apreciación, a diferencia de lo que ocurre en lo
relativo a la prueba de testigos. G. F. T. 18, p. 116.

ó. -El opositor en los casos de ejecución de hipoteca concurre para


pedir protección jurídica y llevar a cabo el ejercicio de una
acción. No acude, pues, con "animus confitendi". G. F.
T. 22, p. 7.

6. -iN o puede rechazarse de manera absoluta la prueba de confesión


en los juicios de divorcio. G. F. T. 2, 2fl. etapa, p. 337.

7.-En materia de confesión la doctrina suele distinguir la confe-


sión pura y simple, cuando el absolvente admite, sin restric-
ción alguna, los hechos alegados por el preguntante; confesión
calificada, cuando el reconocimiento del hecho ocurre bajo
ciertas modificaciones que alteran las condiciones mismas del
nacimiento del derecho; y confesión compleja, en la cual la
reserva aportada por el deudor al reconocimiento del derecho
se apoya sobre hechos posteriores al nacimiento de éste. En
otros términos, la confesión es calificada o compleja, según
que el hecho alegado en descargo sea contemporáneo o poste-
rior al nacimiento de la obligación invocada. La confesi6n
calificada no puede nunca dividirse. La doctrina admite la
divisibilidad de la confesión compleja cuando una de las
partes de la confesión es manifiestamente falsa, contradic-
toria o inverosímil, o cuando entre el hecho aducido en des-
cargo y la obligación invocada exista s6lo una relación remota
y ocasional. Sent. del 7 junio 1960.

8.-"La posición formulada es cuestión de derecho que había


de resolverse en otra parte de la sentencia... y la cual en

.... 375-
Art. 1400
realidad no podía ser materia de la prueba de posrciones,
la cual SIEMPRE DEBE VERSAR SOBRE HECHOS".
Sent. del 28 mayo 1968.

Art. 1401 Art. 1401

La confesión hecha por la parte o por su apoderado


dentro de los límites del mandato, ante un Juez, aunque
ésta sea incompetente, hace contra ella plena prueba.

JURISPRUDENCIA DE CASACION
l.-Al admitirse el libelo de demanda las declaraciones que con-
tenía adquirieron fuerza indiscutible de confesión. No le
quita el carácter el hecho de haber sido retirada la demanda
antes de la litis-contestación. Sent del 3 julio 1962.

2.-La confesión hecha por la parte, ANTE UN JUEZ AUNQUE


ESTE SEA INCOMPETENTE, hace contra ella plena prueba.
, En el presente caso la confesión fue hecha EN ESTE MISMO
JUICIO, ante el Juez comisionado para practicar el embargo
como consta en el acta respectiva, y ello es lo que se necesita
para ser considerada como una confesión judiciaL... Entre
los expositores se discute si la confesión rendida en un proceso
puede invocarse en otro, como tal confesión judicial. Esta
Corte (es del) criterio de que sólo puede invocarse con tal
carácter en el mismo juicio. Sent. del 8 julio 1964.

3.-<El Juez, ante quien se haga confesión puede resultar incom-


petente, más no por ello dejará de tener valor la confesión,
ya que esa incompetencia no le resta autoridad para dar fe
de los actos legalmente realizados ante él. Sent del 12-7-62.

4. -Acerca de la denuncia del Art. 1401 C. C. señálase: que es


cuando la confesión obra en perjuicio del confesante, que hace
plena prueba contra éste, caso que no es el de la demandada
en la recurrida, pues la confesión de aquélla obra en su favor,
según en ésa se establece, sin incurrir en falso supuesto
alguno. Sent. del 19 agosto 1962.
5. -El animus confitendi, esto es, el elemento que revela en el con-
fesante la intención de reconocer un hecho en su contra puede
estar implícito .en la manüestación que se haga, o sea, si su

-376-
Art. 1401
reconocimiento favorece el derecho de la contraparte y al mismo
tiempo resulta contrapuesto a la posición tomada en el juicio
por aquél.

Es este el criterio seguido por esta Corte en sentencia de fecha


13 de marzo de 1957, Tomo XV, Gaceta Forense, Pág. 100,
Segunda Etapa, y que ahora sustenta. G. F. NQ 30, Segunda
Etapa, Vol. 11, Pág. 124, Sentencia del 13-12-60.

6. -La confesión, medio de prueba por excelencia, es indivisible


en el sentido de que no se puede acoger su parte principal y
desechar la excepción que contenga, a menos que ésta no
guarde relación alguna con aquella. Pero si no es dado re-
chazar la excepción que explica el modo de ser del derecho
nacido del hecho principal del interrogatorio si lo es combatirla
con otras pruebas que aparezcan de autos; y justamente ésto
es lo que ha ocurrido en el presente caso. G. F. NQ 29,
Segunda Etapa, Vol. 11, Pág. 10, Sentencia del 8-6-60.

7.-En realidad, para que haya "confesión" la declaración debe


ser hecha por la parte con la intención de suministrar del hecho
confesado, una prueba que pueda serie opuesta. Así, no se
puede considerar como confesión los alegatos hechos por un
litigante en apoyo de su demanda o de su excepción. Estos
medios de defensa, según la doctrina, no constituyen confesión,
y así lo ha decidido esta Corte en sentencia de 24 de abril de
1935, Memoria 1936, página 300. Lo que significa que no in-
fringió el sentenciador la citada disposición del Código Civil,
pues no había lugar a aplicarla. Sentencia del 7-3-60, G. F.
NQ 27 Segunda Etapa, Vol. n, Pág. 96.

8.-Es de observar, por otra parte, que no toda declaración en-


vuelve una confesión. Para que ella exista, ha dicho esta
Corte "se requiere que esta verse sobre un hecho capaz de
tener la justicidad suficiente de determinar el reconocimiento
de un derecho a favor de quen se hace la confesión y la exis-
tencia de una obligación en quien confiesa ... ". Tales extre-
mos no concurren en el caso de la declaración a que se refieren
los formalizantes, pues ella, tiende, antes que a reconocer
ningún derecho a favor del demandado, a confirmar el que ha
sido alegado por la aetora. G. F. NQ 6, Segunda Etapa,
Vol. n, Pág. 141, Sentencia del 17-11-54.

-377-
Art. 1401
9.-Tiene decidido esta Sala en jurisprudencia constante que la
contradicción entre el libelo y las posiciones no constituye
perjurio, pues en el primero nada se afirma bajo juramento.
Sentencia del 27-6-52, G. F. N9 11, Pág. 428.

10.-Es, pues, un hecho cierto en el presente juicio la existencia


del convenimiento en la demanda de ejecución hipotecaria,
con la modalidad dicha de que no se obtuvo la autorización
judicial previa para celebrarlo por lo que respecta a los para
entonces menores S. R., representados en el acto por su madre
la señora J. A. de S. R., hechos estos de los cuales la parte
demandante pretende derivar el derecho que reclama. La exis-
tancia de esa circunstancia de hecho ha sido desconocida por los
jueces de la accionada al decidir que "No existe en autos
prueba del convenimiento que se pretende anular", cuando han
debido tener en cuenta el acuerdo de las partes en litigio sobre
el hecho concreto aquí contemplado, y entrar a decidir las
defensas de fondos alegadas por la demandada, máxime cuando
dicho acuerdo aparece corroborado también por las posiciones
y ha incurrido en infracción, por defecto de aplicación del
artículo 262 del Código de Procedimiento Civil y del artículo
1401 del Código Civil que regula el alcance probatorio de la
prueba de confesión judicial. Dichas violaciones acarrean la
de. los artículos 12 y 162 del Código de Procedimiento Civil,
también denunciados como infringidos, pues es manifiesta la
incongruencia de la recurrida con la acción deducida y las
defensas opuestas, así como lo alegado y probado. en' autos.
Así se declara. G. F. NQ 9, Pág. 350, Sentencia del 29-10-51.

ll.-Para finalizar, cabe señalar, que según sentencia de este


Supremo Tribunal de fecha 12 de diciembre. de 1910 (Memoria
1911, pág. 303), "la apreciación que hacen los jueces de si la
parte que absuelve posiciones ha contestado o no de una
manera terminante está sometida a la prudencia e imparcialidad
de aquellos". Y por tratarse de hechos apreciados por los
sentenciadores, como los consideran, tanto los formalizantes
como los impugnantes, su establecimiento escapa al control
de esta Corte. Pero, en el caso, por considerarlo conveniente
y habérsele solicitado, ha procedido al análisis de ellos, en
razón del falso supuesto denunciado, el que encuentra existir
en autos. G. F. NQ 53, Segunda Etapa, Pág. 300, Sentencia
del 10-8-66.

-378-
Art. 1402
Arto 1402

La confesión extrajudicial produce el mismo efecto, si


se hace a la parte misma o a quien la representa.
Si se hace a un tercero produce sólo un indicio.

JURISPRUDENCIA DE CASAClüN

l.-Infringe el Art. 1402 C. C. el juzgador al desconocer valor


probatorio al dicho de varios testigos contestes, que acredita
la confesión extrajudicial de la demandada, hecha en presencia
de aquéllos al demandante. Sent. del 17-7-45 (G. O. 22~9-45)o

2.-Se viola el Art. 1402 C. C. al dar a la confesión extrajudicial


hecha a terceros el carácter de prueba plena y no el de simple
indicio. G. F. NQ 14, p. 177.

3.-La prueba de testigos es el medio corriente universalmente


aceptado para probar la confesión extrajudicial. M. 1946,
T. 2, p. 155.

4.-La confesión extrajudicial es una confesión otorgada por una


parte procesalmente incapaz de postulación, o no otorgada en
la forma descrita, una confesión anterior o posterior al proce-
so en los escritos preparatorios. Es un indicio de la verdad
de los hechos admitidos. Su fuerza probatoria depende de las
circunstancias del caso; pero será tanto mayor cuanto más
consciente sea el declarante de, la importancia de su confesión;
por ello, por regla general se le atribuye fuerza probatoria
plena a una confesión hecha en el proceso por el abogado, por
la misma parte o por escrito; o en un documento público, salvo,
prueba en contrario. El declarante no puede retirar su con-
fesión so pretexto de que quien ha de ser favorecido no ha
declarado que quiere aprovecharse de ella, pero puede ser re-
vocada cuando ha sido hecha como resultado de un error de
hecho que debe indispensablemente probarse. Sent. del 12-7-62.
5.-La Leyes terminante al respecto, cuando en el artículo 1401
ejusdem habla de la confesión hecha por la parte o por un
apoderado. Ello está corroborado además, por 10 que dispone
el artículo 296 del Código de Procedimiento Civil, es decir, que
"quien sea parte en el juicio estará obligado a contestar. oo".
y en cuanto a lo que debe entenderse por partes en un litigio,

-379-
Art. 1402
basta con leer el artículo 16 del último Código citado, que dice
que cuanto la ley hable de partes se entenderá que se refiere
así a los litigantes como a sus representantes en el juicio; a
menos que, por la naturaleza del acto a que se contraiga la ley,
o por otra circunstancia derivada de ésta, debe entenderse que
se refiere sólo a los litigantes mismos o a algunos de ellos.
De manera que, aplicando esta disposición al asunto en examen,
es visto que en este proceso únicamente podría traerse como
confesión, judicial o extrajudicial, la hecha por el actor y por
su cesionario y la rendida por la demandada, unos y otra, per-
sonalmente o por sus representantes debidamente autorizados.
No existe, pues, infracción del artículo 1402 del Código Civil
ni la del artículo 12 del Código de Procedimiento Civil, pues
esta última se hace depender de la primera, ya que no se da
ninguna razón específica para considerarla independientemente.
Sentencia del 25-1-54. G. F. N9 3, Segunda Etapa, Pág. 281.
6.-La confesión hecha por escrito fuera del juicio, es una prueba
literal y será o no auténtica según la forma en que haya sido
hecha. En el procedente capítulo de este fallo ha quedado
decidido que el de autos es un documento que debe tenerse
como reconocido por el actor, a quien le fuera opuesto en el
acto de la contestación a la demanda, cuya oposición que fue
hecha en los siguientes términos: "Presento y opongo al de-
mandante a fin de que manífieste si lo reconoce o lo niega el
documento que acompaña marcado "A" firmado por él en el
cual aparece el texto íntegro de las preguntas que se le hicieron
y de las declaraciones que dio a ellas cuando se hizo la averi-
guación de los hechos que, como ya se ha dicho, motivaron su
despido". Probada en tal forma la confesión extrajudicial del
actor a su contraparte, el artículo 1402 del Código Civil que
regula el alcance probatorio de aquélla resulta cabalmente
cumplido en la recurrida, al recoger los sentenciadores dicha
confesión extrajudicial, como prueba plena, de los hechos
confesados, pues tal es el valor que le asigna el referido ar-
tículo en concordancia con el artículo 1401 ejusdem, G. F.
N9 11, Pág. 365, Sentencia del 26-5-52.

Arl.. 1403 Art. 1403

La confesión extrajudicial no puede probarse por


testigos, sino en los casos en que la ley admite la prueba
de testigos.

-380-
Art. 1484
Art. 1404

La confesión judicial o extrajudicial no puede dividirse


en perjuicio del confesante. Este no puede revocarla si
no prueba que ella ha sido resultado de un error de hecho.
N o puede revocarse so pretexto de un error de derecho.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. IV, tomo 1, Pág. 261. Tal opinión no es acogida


por los sentenciadores de esta instancia, puesto que las referi-
das cartas que corren a los folios 3 y 4 del expediente, con-
tienen ambas una confesión calificada conexa, que no es posible
dividir en perjuicio del confesante, de conformidad con el
artículo 1404 del Código Civil. Está disposición legal no tiene
excepciones: la confesión no puede dividirse en perjuicio del
confesante; en teoría, la doctrina admite únicamente un caso
en que la confesión puede dividirse, cuando se trata de una
confesión compleja no conexa, yeso los autores que aceptan
la clasificación de pura y simple, calificada, no conexa, com-
pleja y no compleja. Pero esa división es ilusoria, no es real,
puesto que la confesión compleja se asemeja a un racimo,
contiene adiciones que no tienen relación con el asunto, no
tienen conexidad, no pueden perjudicar al confesante, y la
separación de esas adiciones no conexas que no perjudican al
confesante, en realidad no son confesiones, pues confesión
jurídicamente hablando es la declaración de un hecho que
perjudica al declarante; si ese hecho declarado no le perjudica,
mal puede decirse que se trata de una confesión. DF8Tl de
30-6-54.

2.-JTR. Vol. V, Pág. 180. La confesión judicial o extrajudicial


no puede dividirse en perjuicio del confesante, (artículo 1404
del Código Civil). Esta regla quiere decir, que el que quiera
valerse de las declaraciones judiciales o extrajudiciales del
adversario no puede aceptar lo que le favorezca y rechazar
lo que le sea adverso. Ella debe tomarse íntegramente, por
lo que, la expresada confesión del ejecutado debe aceptarse
en toda su integridad, en el sentido de que si bien es cierto
que S. abonó los intereses en referencia al acreedor hipoteca-
rio B., lo hizo a cuenta del sueldo del ejecutado G. El hecho
de que la confesión haya sido rendida en el acto de la contes-

-381-
Art.· 1484
tación de la demanda, no cambia la naturaleza de la misma,
ni invierte la carga de la prueba como lo pretende el apoderado
del actor en sus informes de esta Instancia. 1SCl de 26-11-56.

3.-JTR. Vol. X, Pág. 114. "La confesión es indivisible siempre


que la declaración accesoria que encierra se refiera directa-
mente al hecho principal alegado por la contraparte". TRICl
de 11-7-62.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-No debe tomarse en cuenta la indivisibilidad de la confesión


cuando sólo se le aprecia como principio de prueba. G. F.
T. 9, 2~ etapa, p. 99.

2. -La confesión constituye prueba en contra pero no en favor


de quien la hace; no se puede aceptar como verdadero lo que
el absolvente afirma en el sentido que le conviene, sino sólo
que no se debe descartar la afirmación favorable cuando se ha
acogido la confesión adversa. G. F. T. 10, 2~ etapa, p. 82.

3. -La norma de la indivisibilidad de la confesión no se aplica


sino a las confesiones simples y a las calificadas, no a las
complejas que si pueden dividirse. G. F. T. 16, p. 57.

4.-Todo lo que haya dicho el actor en diversos momentos del


juicio, o contestando a múltiples posiciones, no puede sumarse
en una sola confesión a los efectos de la indivisibilidad.
Entre confesiones contradictorias puede el Juez acogerse a la
que aparezca confirmada por otra prueba. G. F. T. 18, p. 59.

5.-Para el concepto de divisibilidad o indivisibilidad hay que


atenerse a cada confesión aislada. Contra la confesión rotun-
da y concreta de una posición, no se puede invocar lo que se
dijo como excusa en otra posición anterior. G. F. T. 18, p. 186.
6.~La confesión, medio de prueba por excelencia, es indivisible en
el sentido de que no se puede acoger su parte principal y
desechar la excepción que contenga, a menos que ésta no
guarde relación alguna con aquella. Pero si no es dado
rechazar la excepción que explica el modo de ser del derecho
nacido del hecho principal del interrogatorio, sí lo es comba-
tirla con otras pruebas que aparezcan de autos. G. F. T. 29,
p. 10.

-382-
Art. 1404
7 ....:-No puede rechazarse de manera absoluta la prueba de la
confesión en los juicios de divorcio. G. F. T. 2, 2l!o etapa, p. 337.

8.-Véase Jurisprudencia en Art. 1400.

9.-La indivisibilidad de la confesión se aplica sólo cuando la


declaración accesoria que contenga se refiera directamente al
hecho principal objeto de la confesión. Sent. del 10-2-65.

10. -Para existir confesión debe haber el ánímus confitendi.


G. F. T. 22, p. 70.

1L-"Efectivamente violó la recurrida, por errónea aplicación, el


artículo 1404, porque no se trataba aquí de una confesión in-
divisible. En su contestación a una posición sobre que debía
alquileres desde el 15 de abril hasta el 23 de junio de 1953,
como lo reconoce la misma sentencia recurrida, el demandado
dijo que era cierta su deuda, pero que la propietaria de la
casa le era deudora de algunas cantidades.
Esta última parte agregada a la verdadera confesión de la
deuda, es un hecho nuevo, sin conexión lógica con la primera
parte y que no es materia de este juicio, pues no fue alegado
en la contestación de la demanda, y, caso de ser cierto, ese
hecho ha debido hacérselo valer por vía de reconvención, para
darle oportunidad al actor de contradecirlo, y de hacer la
contra-prueba, o de convenir en él y aceptar la compensación
que procediese, si se trataba de una deuda líquida y exigible.
Tal contestación es perfectamente divisible, como lo recono-
cen la doctrina y la jurisprudencia y no deben los jueces am-
parar subterfugios como éste en que el hecho o defensa no
invocado por el demandado en la única oportunidad fijada
por la ley, y que, por lo tanto quedó fuera del problema judi-
cial, planteado en la demanda y su contestación, se lo agregue
como un pesgote a una confesión en posiciones, para sorpren-
der al magistrado con el falso alegato de indivisibilidad de la
confesión. Y por la misma razón de no haber acogido el
valor probatorio de lo contestado a la posición referida, en
favor de la aetora, violó también la recurrida los artículos 301
del Código de Procedimiento Civil y 1401 del Código Civil".
G. F., NQ 17, pág. 62, 1957, 2l!o etapa.

12.-No se divide la confesión por la circunstancia de que el Juez


estime en conjunto las consecuencias jurídicas que se des-

-383-
Art. 1404
prenden de los hechos constantes en la confesión, pues tiene
facultad de hacerlo así. G. F. NQ 9, 111- etapa, p. 425.
13. -La doctrina distingue entre confesión pura y simple, confesión
calificada y confesión compleja. La confesión pura y simple
es la admisión sin restricción alguna de los hechos alegados.
La confesión es calificada cuando el reconocimiento del hecho
ocurre bajo ciertas modificaciones que alteran las condiciones
mismas del nacimiento del derecho. Es compleja aquella en
la cual la reserva aportada por el deudor al reconocimiento
del derecho se apoya sobre hechos posteriores al nacimiento
de éste. La confesión calificada no puede nunca dividirse.
La doctrina admite la divisibilidad de la confesión compleja
cuando una de las partes de la confesión es manifiestamente
falsa, contradictoria o inverosímil; cuando entre el hecho de-
ducido en descargo y la obligación invocada exista sólo una
relación remota y ocasional. G. F. T. 21, p. SO.
14.-Las confesiones sólo pueden versar sobre hechos, no opiniones.
Si el confesante acepta los hechos y opina sobre su creencia
de que tenía derecho a hacer lo que hizo, talcs apreciaciones
no son parte de la confesión. G. F. N9 17, p. 119.

Art. 1405 Art. 1405

Para que la confesión produzca efecto debe hacerse


por persona capaz de obligarse en el asunto sobre que recae.
JURISPRUDENCIA DE CASACION
1. -La confesión voluntaria, a diferencia de las posiciones juradas,
pueden rendirse válidamente en cualquier estado o acto del
juicio, y sin juramento. Sent. del S Oct. 1965.
2.-La norma del Art. 1405 C. C. no es aplicable a la confesión
ficta. M. 1929, p. 469.

SECCION QUINTA
Del juramento

Art. 1406 Art. 1406

El juramento debe prestarse siempre personalmente, y


no por medio de mandatario.

-384-
Art. 1407
Art. 1407

El juramento es de dos especies:

19 El que una parte defiere a la otra para hacer de-


pender de él la decisión del juicio, y se llama decisorio.
29 El que defiere el Juez, de oficio, a una u otra parte.

Del juramento decisorio

Art. 1408 Art. 1488


El juramento decisorio puede deferirse en toda especie
de juicio civil.

No puede deferirse sobre un hecho delictuoso, ni sobre


una convención para cuya validez exige la ley un acto
escrito; ni para contradecir un hecho que un instrumento
público atestigua haber pasado en el acto mismo ante el
funcionario público que lo ha recibido.

JURISPRUDENCIA DE CASACIÜN

l.-El juramento decisorio es el que una parte defiere a la otra


para que de él dependa la -sentencia del litigio. Por esto el!
que se le llama litis-decisorio. Su condición esencial es que
la parte que lo defiere tiene la voluntad de ofrecer una tran-
sacción definitiva. El juramento viene a ser una afirmación
judicial de la verdad o de la falsedad de un hecho. La prueba
que resulta del juramento prestado o rehusado, excluye toda
otra prueba en contrario. G. F. T. 8, 1~ etapa, p. 330 ss.

2.-En materia de trabajo no es admisible para combatir la pres-


cripción el juramento deferido a quienes la opongan. G. F.
T. 28, p. 220 ss,

-385-
Art. 1409
Art. 1409

No puede deferirse sino sobre un hecho determinado


y personal de aquel a quien se le defiere; o sobre el simple
conocimiento de un hecho.

Art. 1410 Art. 1410

Puede deferirse en cualquier estado de la causa y aun


cuando no haya ningún principio de prueba de la demanda
o de la excepción sobre las cuales se defiere el juramento.

Art•. 1411 Art. 1411

La parte a quien se defiere el juramento puede defe-


rízlo a su adversario.

Art. 1412 Art. 1412

Aquel a quien se defiere el juramento y rehusa preso


tarlo, y no lo defiere a su adversario, debe sucumbir en la
demanda o la excepción; y del mismo modo debe sucumbir
aquel a quien se le ha deferido, si rehusa prestarlo.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

1. -Según la doctrina, el juramento decisorio es una transacción


que ofrece la parte que defiere el juramento y que debe acep-
tar la parte de la que es deferido. La transacción es un con-
trato por el cual las partes terminan un litigio que ha surgido,
o evitan una disputa por surgir. Si aquél a quien el juramento
lo presta, gana en la causa; esta es la consecuencia de la tran-
sacción que la otra parte ha propuesto. Si rehusa prestar el
juramento, pierde, pues esta alternativa está comprendida en
la transacción, y es seguramente en ella en la que descansa
la parte que confirió el juramento. La negativa de prestar
el juramento implica la confesión tácita de que la demanda
formulada es legitima. G. F. NQ 8, Pág. 330, Sent. del 7-6-51.

-386-
Art.. 1413
Art. 1413

La parte a quien se ha deferido el juramento no puede


deferirlo después que ha declarado que está dispuesto a
prestarlo.

Art. 1414 Art. 1414


No puede deferirse el juramento cuando el hecho sobre
que ha de recaer no es común a las dos partes, sino personal
de aquella a quien se ha deferido.

Art. 1415 Art. 1415


Si se ha prestado el juramento deferido o referido, no
se admite a la otra parte probar su falsedad.

Art. 1416 Art. 1416


El que ha deferido o referido el juramento puede dis-
pensar de prestarlo a su adversario que haya declarado
estar dispuesto a hacerlo; pero el juramento se considera
como prestado en contra de quien lo dispensa.

Art. 1417 . Art. 1417


La parte que ha deferido el juramento puede retrac-
tarse mientras que su adversario no haya declarado que lo
acepta o lo refiere, o mientras que no haya recaído decisión
irrevocable sobre la admisión del juramento.

Puede retractarse aún después de la decisión, y des-


pués que la parte contraria ha declarado que está dispuesta
a prestarlo, si la fórmula propuesta se ha cambiado en la
decisión a menos que por un acto posterior a éste haya
aceptado la alteración de la fórmula.

-387-
Art. 1417
La parte que ha referido el juramento no puede retrae-
1tarse si la otra parte ha declarado que está dispuesta a
prestarlo.

Art. 1418 Art. 1418

El juramento prestado o rehusado no hace prueba, sino


en provecho o en contra de quien lo ha deferido, y de sus
herederos o causahabientes.

Deferido al deudor principal, liberta igualmente a los


fiadores.

Deferido al fiador, aprovecha al deudor principal.

En el último caso, el juramento del fiador no aprovecha


al deudor principal, sino cuando se ha deferido sobre la
deuda, y no sobre el hecho de la fianza.

Del juramento deferido de oficio

Art. 1419 Art. 1419

En los juicios sobre obligaciones civiles, procedentes


de hecho ilícito, culpa o dolo, puede el Juez deferir el jura-
mento al demandante, con las circunstancias y efectos
siguientes:

1Q El hecho ilícito, la culpa o el dolo, han de resultar


debidamente probados.
2Q La duda del Juez ha de recaer sobre el número o
valor real de las cosas o el importe de los daños y perjuicios.
3Q Que sea imposible probar de otra manera el nú-
mero o valor de las cosas demandadas o el importe de los
daños y perjuicios.

-388-
Art. 1420
Art. 1420

El Juez puede moderar a su prudente arbitrio la fija-


ción hecha por el demandante.

Art. 1421 Art. 1421


El juramento deferido de oficio a una de las partes no
puede referirse por ésta a la otra parte.

SECCION SEXTA

De la experticia

Art. 1422 Art. 1422


Siempre que se trate de una comprobación o de una
apreciación que exija conocimientos especiales, puede pro-
cederse a una experticia.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

1. -JTR. Vol. 1, Pág. 138. Carece de todo valor esa experticia


porque las preguntas que a los expertos se hacen son hipo-
téticas, sin base o información concreta de hechos comproba-
dos en autos. DFSC1 de 14-3-51.

2.-JTR. Vol. 1, Pág. 146. Es de principio que el que promueva


alguna diligencia tiene la obligación de sufragarla, a reserva
de que se le reintegre el gasto hecho si su contrario resulta
condenado en las costas. En el caso concreto, los actores
promoventes debían satisfacer los derechos que habían de
devengar los peritos por la realización de sus labores. Los
emolumentos que suelen percibir estos auxiliares de justicia
son legales o convencionales según hayan de cobrarse y satis-
facerse con arreglo a la Ley de Arancel Judicial o a los con-
venios celebrados por la parte o partes con ellos, como lo
permite la misma Ley. En uno y otro caso pueden los referi-
dos auxiliares pedir la previa consignación de sus derechos;

-389-
Art.- 1422
pero la falta de ésta o su inoportunidad no es causa legítima
que puedan invocar para dejar de cumplir su encargo, si lo
han aceptado ya. DFSCl de 8-2-51.

3.-JTR. Vol. II, Pág. 278. Los peritos avaluadores no son fun-
cionarios judiciales, sino más bien, como los tilda nuestra
doctrina y jurisprudencia, auxiliares de la Administración de
Justicia, que, en vista de los conocimientos prácticos que
tienen sobre las materias para las que son llamados a estudiar
y emitir su opinión, se introducen en el juicio. DFICl de
23-5-52.

4.-JTR. Vol. III, Pág. U7. La Ley no exige en los expertos


cualidades científicas o técnicas, y menos aún, ser titulares
de una ciencia, arte o industria, sino que tengan conocimientos
prácticos en la materia a que se refiere la experticia. DFSC2
de 3-8-53.

5.-JTR. Vol. VIII, Pág. 194. "El daño moral puede valorarse
mediante experticia complementaria del fallo". DFMSCl de
12-8-60.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-Tanto la experticia como la inspección ocular en materia civil


no son propiamente un medio de prueba sino un auxiliar de la
prueba y por eso queda al arbitrio del Juez la determinación
de su fuerza probatoria. G. F. T. 8, 1~ etapa, p. 304.

2. -Esta disposición contiene una regla expresa sobre la natura-


leza de los hechos que se pueden articular en la prueba de
peritos e influye en la valoración del mérito de este medio.
Sent. del 26 julio 1945.

3.-El Art. 1422 C. C. tiene por objeto dar entrada o iniciar la


prueba auxiliar de experticia. G. F. NQ 22, p. 12.

Art. 1423 Art. 1423

La experticia se hará por tres expertos,. a menos que


las partes convengan en que la haga uno solo.

-390-
AIl'I. 1423
JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.--JTR Vol. IX, Pág. 326 " ... no atenta contra el orden público
la cláusula contractualmente establecida en virtud de la cual
las partes convienen que de trabarse la ejecución hipotecaria,
solamente se nombrará un perito, y se publicará un cartel de
remate ... ". DFMIC1 de 23-11-61.
2. -JTR. Vol. X, Pág. 244 " ... el convenio contenido en un do-
cumento de constitución de hipoteca por el cual las partes
acuerdan que sólo se designará un perito y se publicará un
solo cartel, llegado el caso de remate, es válido ... " . DFMSC1
de 24-9-62; (En igual sentido: Vol. XI, p. 233 DFMIC1 de
8-7-63; DFMSC3 de 16-3-64).

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-Da lugar a casación la infracción del Art. 1322 (hoy 1423) C. C.


cuando se practica la experticia sin los tres expertos a menos
que haya convenio expreso que lo sea con uno. M. 1885, p. 8.
(Añeja doctrina ratificada en posteriores sentencias: G. F.
NQ 18, 2/10 etapa, p. 299).

Art. 1424 Art. 1424


Los expertos serán nombrados por las partes, de co-
mún acuerdo, y a falta de acuerdo de las partes, cada una
de ellas nombrará un experto y el Tribunal nombrará el
otro.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. VI, tomo 1, Pág. 512. El artículo 1424 del Código
Civil expresa: "Los expertos serán nombrados por las partes,
de común acuerdo, y a falta de acuerdo entre las partes, cada
una de ellas nombrará un experto y el Tribunal nombrará el
otro". De la lectura de este precepto se desprende que la
designación de expertos la hacen las partes de común acuerdo,
pero cuando entre ellas no hay acuerdo, cada parte nombrará
un experto, y el Tribunal designará otro. Ahora bien, fijado
el día y la hora para que el acto del nombramiento. de exper-
tos tenga lugar, es evidente que si una de las partes no con-

-391-
Art. 1424
curre el Tribunal asume la facultad de designar experto por
la .parte no concurrente al acto. E igualmente si una de las
partes está integrada por varios actores o varios demandados,
como su derecho implica la facultad de nombrar un solo exper-
to, debe haber acuerdo entre ellos para la designación de ese
único experto que les corresponde nombrar. lSC3 de 23-9-57.
2.-JTR. Vol. VIII, Pág. 346 " ... cuando una de las partes para
obstaculizar el juicio designa en varias oportunidades peritos
de imposible localización o que se excusan de aceptar, el
Tribunal debe fijar una última oportunidad para que la dicha
parte nombre perito, advirtiéndole que si el nuevo nombra-
miento (no surte efecto) el Tribunal hará sus veces nombran-
do por ella dicho perito ... ". DFMSC2 de 11-5-60.
3. -JTR. Vol. IX, Pág. 416 " ... si el experto designado por el
Tribunal en representación de la parte inasistente al primer
acto de nombramiento de expertos, se excusa de aceptar, esa
parte vuelve a tener oportunidad para designar per se al
experto que le corresponde ". DFMSC2 de 11-7-61.
4. -JTR. Vol. IX, Pág. 418 " cuando ninguna de las partes
concurre al acto de nombramiento de los expertos, el Juez
debe designarlos y no puede abstenerse de hacerlo, pues, de lo
contrario, la reposición puede ser acordada de oficio ya que se
trata de materia que interesa al orden público ... ". ZUIC2
de 13-3-61.

.JURISPRUDENCIA DE CASACION
1. -" ... los artículos pueden contener una o más reglas, uno o más
requisitos, uno o más puntos, y se hace necesario que el Juez
exprese claramente cuál de esas reglas fue la quebrantada....
Así, por ejemplo, el Juez desechó la experticia fundado en el
Art. 1424 C. C. pero es el caso que no se sabe si fue porque
los expertos no se nombraron de común acuerdo por las partes;
o porque a falta de este acuerdo cada una de ellas no nombró
uno y el Tribunal otro ... " . Sent. del 7 agosto 1962.

2.-La primera denuncia de infracción, o sea, la del artículo 1425


del Código Civil, debida a la falta de motivación de la experticia,
no es procedente, a juicio de esta Sala. El artículo en referen-
cia, al hablar de que el dictamen de los expertos debe ser
motivado, circunstancia sin la cual no tendrá la experticia
ningún valor, se refiere evidentmente, a la experticia judicial,

-392-
Art. 1424
prueba ésta que figura en el Capítulo V, Título IlI, Libro III
del Código Civil. Dicho Capítulo V trata de la prueba de las
obligaciones y de su extinción, correspondiéndole a la prueba
de experticia la Sección Sexta. En ella se habla de que los
expertos serán nombrados por "Las Partes", de común acuerdo,
y a falta de tal cosa cada parte nombrará un experto y el
Tribunal nombrará el otro (artículo 1424); debiendo el dictamen
extenderse en un sólo acto, y ser motivado para que tenga
valor, (artículo 1425), pudiendo los Tribunales ordenar de
oficio nueva experticía, si no se encontraren en el dictamen la
claridad suficiente (artículo 1426) y facultándose a los jueces,
en último término, para no seguir el dictamen de los expertos
si su convicción se opone a ello (artículo 1427). La motivación
exigida por el artículo 1425, es requísito indispensable para la
experticia judicial, ya que ella está destinada a convencer al
Juez, el cual está facultado para desecharla, si su convicción
se opone a ello.
En la experticia extra-judicial, convenida de común acuerdo
por las partes, para zanjar una dificultad, y cuyas bases y
forma la determinan las partes libremente, la motivación no es
un requisito sine que non, ya que, como medio de ejecución
de un contrato, es condición esencial la obligación de las partes
de someterse al resultado de la experticia, cualquiera que fuere
dicho resultado. Razonada o no, la experticia, es en este caso,
obligatoria para las partes; se deja a la libre voluntad de éstas,
a la confianza que a ellas puedan inspirar determinadas
personas. Tales peritos no se encuentran sujetos a expresas
disposiciones de la ley para su cometido. Pueden actuar según
su leal saber y entender, de la misma manera como lo hacen
los amigables componedores, sin más obstáculo o valla en su
actuación. Esto, aparte que, los contratantes, apoderados de
las partes al firmar el convenio mediante el cual se remitían al
dictamen de los peritos, se obligaban a respetarle "cualquiera
que él fuese". Se rechaza de consíguente por improcedente,
la infracción denunciada del artículo 1425 del Código Civil.
G. F. NQ 12, Pág. 149, Sentencia del 11-11-52.

Art. 1425 Art. 1425


El dictamen de la mayoría de los expertos se extenderá
en un solo acto que suscribirán todos, y debe ser motivado,
circunstancia sin la cual no tendrá ningún valor.

-393-
Art. 1425
Si no hubiere unanimidad, podrá indicarse las diferen-
tes opiniones y sus fundamentos.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

L-JTR. Vol. IV, tomo 1, Pág. 662. La falta de precision en las


conclusiones del dictamen de los expertos priva a éste del
carácter de plena prueba para demostrar que la falta de
precauciones en la construcción del edificio del demandado
sea la verdadera causa de los daños experimentados por la
casa de la demandante. HC2 de 14-7-54.

2.-JTR. Vol. IV, tomo 1, Pág. 664. Aun cuando en el nombra-


miento de los expertos, en lo atinente a la experticia promovida
por J. A. S. T., se llenaron todos los extremos legales, adolece
del vicio de que los expertos no presentaron conjuntamente
el informe respectivo, sino en la forma que se dijo en la parte
narrativa, por lo que carece de validez dicha experticia. 8UC
de 26-5-54.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-La motivación exigida por el Art. 1425 C. C. es requisito indis-


pensable para la experticia judicial, ya que ella está destinada
a convencer al Juez. G. F. N9 12, 111- etapa, p. 149.

2.-En la experticia extrajudicial convenida por las partes libre-


mente la motivación no es un requisito indispensable. G. F.
T. 12, 111- etapa, p. 150.

3.-Cuando el legislador exige que el informe de los expertos sea


motivado, sólo ha podido referirse a los puntos que necesiten
ser justificados, pues en las experticias no todas las afirmacio-
nes requieren ser explicadas. G. F. T. 5, 211- etapa, p. 376.

4.-Lo que exige la ley en cuanto a la motivación de los expertos


es sólo a los puntos que necesitan ser justificados ya que no
todas las conclusiones de los expertos requieren ser explicadas.
Sent. del 13 Nov. 1961.

5. -La unidad del dictamen es formalidad esencial para la validez


de la prueba. G. F. T. 5, 211- etapa, p. 375.

-394-
Art.. 1425
6. _"No carece de validez un peritaje por el hecho de que los
Peritos rindan su informe vencido el término que el Juez
les haya señalado para cumplir su encargo.

Es un principio indiscutible que las nulidades son de dere-


cho estricto. Sólo hay lugar a ellas cuando el legislador
expresamente así lo haya establecido, o cuando se ha omi-
tido un requisito esencial para la validez del acto. La apli-
cación analógica no se hace lugar en esta materia.

Ahora bien: cuando el legislador quiso consagrar la nuli-


dad de la experticia así lo estableció. Tal es el caso del
articulo 1425 del Código Civil, conforme al cual "el dicta-
men de la mayoría de los expertos se extenderá en un solo
acto que suscribirán todos, y debe ser motivado, circuns-
tancia, sin la cual no tendrá ningún valor".

Asimismo, el artículo 480 del Código de Procedimiento Civil


dispone que "los jueces no podrán desechar el peritaje
practicado, sino en el caso de haberse obrado ilegalmente,
o teniendo por base datos erróneos, o con manifiesta o
comprobada parcialidad de los peritos"; disposición ésta
que consagra el derecho de solicitar, por esos motivos, la
nulidad de una experticia, como lo interpretó la Corte en
sentencia del 8-3-35.

En el caso del artículo 386 del Código de Procedimiento


Civil el legislador se limita a sancionar con multa a los
expertos que dejaren de cumplir su cometido, sin agregar
que la presentación extemporánea del informe, es decir,
después de vencidos los treinta días como máximo que allí
se establecen, acarreará su nulidad. En tales circunstan-
cias, no puede sostenerse que bajo este artículo, el peritaje
de autos carece de validez por haber sido presentado ven-
cidas las ochos audiencias que se dieron a los expertos para
la presentación de su informe sobre el cotejo.

Es de observar que los artículos 336, 478 Y 664 del Código


de Procedimiento Civil, demuestran que el legislador apela
siempre a la multa para sancionar a los expertos omisos o
remisos en cumplir su encargo; pero nunca a la nulidad de
su informe, peritaje o experticia. Más aún: de ellos se des-
prende la posibilidad de actuar después del día o término

-395-
Art. 1425
fijado. Así, el artículo 478 dice que "el Juez fijará luego el
día en que deban reunirse en el Tribunal para el justipre-
cio; y podrá apremiar con multas de cien bolívares a los
no concurrentes"; y el artículo 664 más claramente en rela-
ción con el juicio de cuentas dice que "podrá apremiarse
a los peritos, cuando no llenen su encargo en el término
prefijado, con multas que principiarán por diez bolívares
y que continuarán duplicándose diariamente". Todo lo cual
indica que pueden "llenar su encargo" después del término
fijado, bajo apremio pecunario en la forma dicha.

Por otra parte, la extinguida Corte de Casación, en sen-


tencia de 20-11-35, dejó sentado que "el hecho de que los
peritos valuadores rindan su informe sin haberles dado
plazo para ello, no constituye un vicio de procedimiento";
lo que permite concluir que el informe también puede ren-
dirse después del término que haya sido fijado expresa-
mente, con la única consecuencia de la multa allí prevista
para los expertos. Considera la Corte -como lo afirma la
impugnación- que ese término tiene por finalidad única-
mente impedir que la presentación del informe de los exper-
tos quede a voluntad de éstos, corriéndose así el riesgo de
una demora indefinida porque así lo han querido los expertos.
Sent. del 15-5-63. G. F. NQ 40, p. 546, 21). etapa.

Art. 1426 Art. 1426

Si los Tribunales no encontraren en el dictamen de los


expertos la claridad suficiente, podrán ordenar de oficio
nueva experticia por uno o más expertos, que también
nombrarán de oficio, siempre en número impar, los cuales
podrán pedir a los anteriores expertos las noticias que
juzguen convenientes.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-La parte actora alega que esta prueba ha sido promovida de


nuevo para corregir vicios ocurridos en el proceso de evacua-
ción de la misma, pero es de observar que la prueba en refe-
rencia fue promovida por el actor pura y simplemente, sin
invocar que en la evacuación de la misma han ocurrido vicios
que vulneran su estabilidad y deben ser corregidos, como lo

-396-
Art. 1426
hace ahora en informes, por lo cual este alegato es insuficiente
porque el Art. 1426 C. C. establece que si los tribunales no
encuentran en el dictamen de los expertos la claridad sufi-
ciente, podrán ordenar de oficio nueva experticia ... (y) la
falta de impugnación en la evacuación de la primera experti-
cia, al ser promovida por segunda vez, excluye el derecho del
actor para reproducirla de nuevo y seguir simultáneamente
dos procesos de evacuación de una misma prueba, lo cual es
contrario a toda norma de procedimiento. DFMSC1 de 22-6-60.

2.-JTR. Vol. IV, tomo 1, Pág. 547. Es cierto que el artículo 1426
del Código Civil faculta a los tribunales, cuando no encon-
traren claridad suficiente en el dictamen de los expertos,
para ordenar de oficio nueva experticia por uno o más exper-
tos, que también nombrarán de oficio, siempre en número
impar, los cuales podrán pedir a los anteriores expertos las
noticias que juzguen convenientes; que esta disposición no se
refiere a la experticia de tipo específico a que alude el
Parágrafo 3Q , Sección Quinta, Título II del Libro 11 del
Código de Procedimiento Civil, porque de aceptarse el criterio
de que puede hacerse una nueva experticia en materia de
confrontación y verificación de firmas que han sido descono-
cidas, se implantaría la figura jurídica procesal de doble
cotejo, que el legislador venezolano no ha sancionado; que esa
nueva experticia ordenada por el Juzgado de la causa es pro-
cedente sólo cuando el reconocimiento del documento privado
presentado por el actor ha sido propuesto por vía de acción
principal, de conformidad con el artículo 330 del Código de
Procedimiento Civil, en que no es aplicable el artículo 329
ejusdem, por estar sujeto el juicio al procedimiento ordinario.
ISC2 de 28-9-54.

JURISPRUDENCIA DE CASACIüN

l.-Si el sentenciador no está obligado a aceptar el dictamen de


los expertos, es porque éstos no son funcionarios aunque en
la Ley puedan ser recusados como tales, no constituyendo la
experticia una prueba absoluta. Son testigos los expertos
cuando en su informe declaran sobre hechos. G. F. T. 14,
2l!- etapa, p. 173.

2. -El Art. 1426 C. C. no impone a los jueces la obligación de


ordenar de oficio nueva experticia. Puesto que el precepto

-397-
Art.· 1426
dice "podrán" y se entiende que los autoriza para proceder
a su prudente arbitrio. El dictamen es de libre apreciación
del Juez y esta última no admite censura. G. F. T. 18, p. 82.

3.-En el caso concreto, la expertícia fue promovida como medio


probatorio, vale decir, como prueba por parte demandante
en el juicio y como tal, y por aplicación(de los Arts. 1426 C. C.
y 407 C. de P. C.) no podía llevarse a cabo vencida y cerrada
ya la relación de esos juicios. Sent. del 7 Dic. 1961.

Art. 1427 Art. 1427

Los jueces no están obligados a seguir el dictamen de


los expertos, si su convicción se opone a ello.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

1 . -La convicción que el juzgador pueda oponer al dictamen


pericial no ha de ser arbitraria, sino basada en los principios
generales aceptados en materia de crítica. G. F. T. 14,
21). etapa, p. 174.

2. -Los jueces no están obligados a seguir el dictamen de los


expertos, pero, si lo acogen, no pueden ser censurados por no
haber hecho uso de su facultad de apartarse del mismo.
Sent. del 22-4-65. (En igual sentido: G. F. T. 9, 11). etapa, p. 555;
G. F. T. 22, p. 97; G. F. T. 15, p. 91).

SECCIONSEPTIMA

De la inspección ocular

Art. 1428 Art. 1428

El reconocimiento, o inspección ocular puede promo-


verse como prueba en juicio, para hacer constar las cir-
cunstancias o el estado de los lugares o de las cosas que no
pueda o no sea fácil acreditar de otra manera, sin exten-
derse a apreciaciones que necesiten conocímíentos peri-
ciales.

-398-
Art. 1428
JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA

1 .-JTR. Vol. I1, Pág. 378. Los artículos 1428 y 338 de los Códi-
gos Civil y de Procedimiento· Civil, respectivamente, establecen
como requisito indispensable para dar entrada a la prueba de
la inspección ocular, que no se pueda o no sea fácil probar
de otra manera los hechos o circunstancias a que ella se refíere.
Ahora bien, en el caso en estudio, tal imposibilidad no existe,
puesto que bien puede el promovente hacerse de esa probanza
(Padrón NQ 36.415 de la Parroquia El Recreo, correspondiente
al Censo levantado en 1941, que reposa en la Dirección de
Estadística del Ministerio de Fomento), por medio de una
copia certificada pedida con observancia a lo pautado para
el caso en la Ley de Ministerios. DFSC2 de 9-12-52.

2.-JTR. Vol. V, Pág. 570. La prueba de inspección ocular se


emplea frecuentemente para determinar hechos y circunstan-
cias que no podrían acreditarse de otra manera conforme a la
norma del artículo 338 del Código de Procedimiento Civil, y
señaladamente para la fijación de linderos, en las controversias
sobre servidumbre, etc., etc., sin que ello obste para que la
emplee también en el examen de documentos y libros de
comercio, pues a eIlo no se opone ni el mencionado artículo
ni el 1428 del Código Civil, siendo frecuente su práctica en
los Tribunales de la República. DFST1 de 31-1-56.

3.-JTR. Vol. VII, tomo I1, Pág. 102. " ... La prueba de Inspec-
ción Ocular promovida para dejar constancia de los saldos
deudores de una de las partes que aparezcan en un balance
no es manüiestamente impertinente y está de acuerdo con el
régimen de dicha prueba ... ". DFMIM2 de 24-11-59.

4.-JTR. Vol. VII, tomo H, Pág. 104. " ... No es admisible la


prueba de inspección ocular cuando la misma se extiende a
apreciaciones que requieran conocimientos periciales ... ".
DFMSC2 de 23-6-59.

5.-JTR. Vol. VII, tomo II, Pág. 106. " ... Es inadmisible la
prueba de inspección ocular promovida en una oficina de
telégráfos para dejar constancia de los originales de los tele-
gramas remitidos entre las partes, pues el telegrama hace fe
entre las partes luego de que se demuestre fehacientemente la
firma del remitente o de la persona que lo entregó en su

-399~
Art. 1428
nombre. Circunstancias para cuya demostración no es pro-
cedente la inspección ocular ... ". DFMSC2 de 6-10-59.

6.-JTR. Vol. VII, tomo 11, Pág. lOS. "No es admisible la prueba
de inspección ocular cuando no se limite a dejar simple cons-
tancia del estado de los lugares o de las cosas sino que com-
prende apreciaciones que son materia de experticia". DFMST
de 1-12-59.

7. -JTR. Vol. VII, tomo 11, Pág. 110. " ... Las declaraciones de
testigos contenidas en el acta de una inspección ocular, no
pueden ser apreciadas como medio de prueba, pues aunque el
funcionario judicial haya dado fe de tales exposiciones, ellas
escapan al objeto mismo de la prueba de inspección ocular,
y son materia de otra prueba que debe ser promovida y eva-
cuada conforme a las disposiciones procedimentales para su
validez ... ". DFMIT4 de 25-11-59.

8.-JTR. Vol. 1I, Pág. 377. La promoción del demandado en el


Capítulo IV de su escrito de pruebas está hecha para que se
deje constancia de la forma de vida que llevan los menores
A. V. y R. H. O., así como de las condiciones higiénicas de
los mismos. Estos hechos no son materia de una inspección
ocular, pues no se limita con ella a poner simple constancia del
estado en los lugares o de las cosas, para lo cual no se necesi-
ta examen de peritos, sino que comprende apreciaciones sobre
la forma y condiciones de vida en la casa aludida de los meno-
res ya nombrados, que es materia de otra prueba. En conse-
cuencia, no es admisible en derecho esta promoción. DFSC2
de 29-4-52.
9. -JTR. Vol. VI, tomo 1, Pág. S05. La determinación exacta de
un saldo no puede hacerse por una simple inspección ocular,
en que el papel del Juez se limita a dejar constancia de las
circunstancias o del estado de los lugares o de las cosas que
no se pueda o no sea fácil acreditar de otra manera, sin
extenderse a apreciaciones que necesiten conocimientos peri-
ciales; y es lo que sucede en el presente caso: se pretende
dejar constancia de un saldo, operación que requiere conoci-
mientos periciales, con una simple inspección ocular, cuando
lo legal habría sido la prueba de experticia. 11M2 de 7-11-57.

10.-JTR. Vol. IV, tomo 11, Pág. 121. El Tribunal desestima esta
última inspección ocular por haber sido efectuada con viola-

-400-
Art. 1428
ción del artículo 1428 del Código Civil, pues se oyeron declara-
ciones de testigos que han podido muy bien acreditarse de
otra manera, desfigurando así la verdadera razón de la ins-
pección ocular. 10SC de 8-11-55.

n.-En cuanto a la inspección ocular, también evacuada extra-


juicio por la parte demandada, no puede ser apreciada por el
Tribunal, no sólo por la circunstancia de que su verificación
no estuvo sometida al control de la contraparte ya que en
muchos casos se hace difícil o imposible, sino porque su reali-
zación misma adolece de defecto sustanciales que desnatura-
lizan su alcance y la despojan de todo mérito. En efecto, en
dicha inspección ocular el Juez se extiende a apreciaciones
que necesitan conocimientos periciales y pone constancia sobre
hechos que no aparecen a la vista, sino que supone haber
ocurrido o existido en alguna forma. DFIC1 de 7-5-48.

12.-JTR. Vol. IX, Pág. 501. "El campo de la inspección ocular


se circunscribe a la comprobación de circunstancias que no
pueden acreditarse fácilmente de otra manera, limitándose la
función del Juez a extender una relación de los hechos que
estén a la vista, sin permitirse que haga apreciaciones o emita
opinión sobre ellos". DFMSC1 de 19-9-61.

13.-JTR. Vol. IX, Pág. 716. "Aun cuando la inspección ocular,


por ser practicada por un funcionario que da fe pública, tiene
el valor de un acto o documento auténtico, lo cierto es que los
instrumentos públicos admisibles en Segunda Instancia, con-
forme al Art. 410 C. de P. C. son aquellos emanados de las
partes y los de carácter oficial". ARS de 7-3-61.

14.-JTR. Vol. XI, Pág. 311. "La inspección ocular es UJl& prueba
que no puede ser promovida en Segunda Instancía". TRS1
de 14-1-63.

15. -JTR. V0,1. X, Pág.. 79 " ... la inspección ocular de las cartas
es inadmisible ya que no puede requerirse la presentación de
una carta dirigida a un tercero por alguno de los litigantes o
por personas extrañas, si el tercero y el autor de la carta no
prestan su consentimiento a ello ... ". DFMSC1 de 18-10-62.

16. -JTR. Vol. X, Pág. 389 "... si bien no puede acordarse el


examen general de los libros de los comerciantes en el curso

-401 -
Art. 1428
de un juicio es admisible la prueba de inspección ocular sobre
aquellos asientos de los mismos que tengan relación con el
problema debatido en el juicio, siempre que se cumplan las
formalidades en cuanto a la exhibición de los libros que pre-
ceptúa el Código de Comercio ... ". ZUSCT1 de 12-4-62.

17.-JTR. Vol. XI, Pág. 501. "El campo de la inspección ocular se


circunscribe a la comprobación de circunstancias que no pueden
acreditarse fácilmente de otra manera, limitándose la función
del Juez a extender una relación de los hechos que estén a la
vista, sin permitirse que haga apreciaciones o emita opinión
sobre ellas". DFMSC1 de 19-9-61.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-Es evidente que la ley no admite la inspección ocular sino


cuando sea imposible o difícil para la parte que la solicita,
acreditar de otra manera las circunstancias que desea com-
probar. G. F. T. 1, 11!- etapa, p. 56.

2.-No es procedente la prueba de inspección ocular promovida


para obtener el traslado en copias certificadas de documentos
que reposan en oficinas públicas. G. F. T. 1, 1llo etapa, p. 56.
(En contra: 14 dic. 1966).

3. -La inspección ocular debe limitarse escuetamente a poner


constancia de los hechos sin sacar en ningún momento conse-
cuencia de éstos. G. F. T. 5, 1lJ. etapa, p. 56.

4. -La prueba de inspección ocular no puede versar sino sobre


hechos materiales que sólo caen bajo la acción del sentido u
"Órgano a que se contrae. G. F. T. 2, 2lJ. etapa, p. 29.

5.-Bien puede hacerse constar en una inspección ocular que en


unas "columnas de pago" figura determinado nombre y apelli-
do, pero no que ellos corresponden a la firma de la persona
señalada. G. F. T. 14, p. 40.

6.-La solicitud de que en una inspección ocular deje el Tribunal


"una memoria gráfica" y que el propio Tribunal "ordene el
levantamiento de un croquis, hecho por persona legalmente
idónea que se habrá de nombrar previamente al efecto por el
Juez de la evacuación de la prueba", no responde al espíritu

-402-
Art. 1428
ni a la letra de la ley venezolana en lo tocante a la índole,
esencia y naturaleza de la prueba promovida. La inspección
ocular no puede practícarsa jamás por personas distintas
de los prácticos, y menos, distintas de los jueces mismos y
menos aún por técnicos o expertos en dibujo, pues entonces
ya no se trataría de una inspección ocular sino de una exper-
ticia. G. F. NQ 16,Fed., 228.

7. -El Art. 1428 C. C. no está en la clase de regla expresa de


valoración del mérito de la prueba de inspección ocular, que
obligue a la Sala a entrar al establecimiento de los hechos.
G. F. T. 20, p. 149.

8.-" ... la prueba de inspección ocular, sólo sirve para poner


constancia de hechos que caen bajo el dominio de la vista ...
así lo tiene establecido esta Corte ... ". Sent. del 3-4-63.

9.-Es válida la inspección ocular de un documento público en la


oficina donde se halla, Es difícil concebir que, dada la natu-
raleza simple de esta prueba y del casi absoluto predominio
del Juez en su evacuación ... el propósito del legislador fuera
rechazar de plano su factibilidad cuando el hecho que le sirve
de fundamento es susceptible de ser llevado a los autos de
otra manera. Lo que debe entenderse más bien es que esta
condición la impone la ley no porque la. prueba en sí sea
inepta o poco convincente sino porque es innecesario traer
la prueba de aquelIas circunstancias mediante el visu del Juez,
cuando por otro modo puede hacerse lo mismo. De consi-
guiente si la prueba es admitida por el Juez y evacuada la
prueba (debe) ser apreciada. Sent. del 14-12-66. (Doctrina ra-
tificada: 27-3-68).

10.-"Conforme al artículo 1428 del Código Civil, el reconocimiento


o inspección ocular puede promoverse. como prueba en un
juicio, para hacer constar las circunstancias o el estado de
los lugares o de las cosas que no se pueda o no sea fácil
acreditar de otra manera, sin extenderse a apreciaciones que
necesiten .conocimientos periciales. Conforme al artículo 338
del Código de Procedimiento Civil, el Juez se trasladará al
lugar donde haya ocurrido el hecho de que se trata o donde
se encuentra la cosa litigiosa para imponerse de aquellas cir-
cunstancias que no podrían acreditarse de otra manera.
Luego es evidente que la ley no admite la inspección ocular sino

-403-
Art. 1428
cuando sea· imposible o difícil para la parte que la solicita
acreditar de otra manera las circunstancias que desea com-
probar". (G. F., pág. 98, N9 6, 1950). (En contra: 14-12-66 y
27-3-68).

ll.-"De manera que esos oficios producidos con posterioridad a la


negativa de la prueba en referencia, evidencian que se hace,
si no imposible muy difícil, para el promovente, hacer la
prueba aludida, y que en tal virtud, aparecen llenos los extre-
mos previstos en el Art. 1428 C. C. y 338 C. de P. C. para que
se acuerde la prueba de inspección ocular. G. F. N9 8, 1951,
p. 240.

12.-La inspección ocular, como lo afirman los impugnadores de la


formalización, al tenor de lo dispuesto en el artículo 289 del
Código de Procedimiento Civil, faculta para promover la prueba
en referencia en todo el curso del término probatorio "salvo
cualquier otra disposición especial de la ley" y consideran los
mismos impugnantes que esas disposiciones especiales de la
ley son los artículos 799 del Código de Procedimento Civil y
1429 (no el 1249) del Código Civil conforme a las cuales, es-
pecialmente la última, la inspección ocular podría promoverse
y evacuarse antes de juicio. Esto es así, pero no en todo caso,
sino que, como lo asienta el formalizante en su réplica, la
promoción de la inspección antes del juicio, es "cuando pueda
sobrevenir perjuicio por retardo", en cuyo caso, se practica la
inspección ocular "para hacer constar el estado o circunstancias
que puedan desaparecer o modificarse con el transcurso del
tiempo", cosa que en realidad no podía ocurrir con asientos
existentes en los libros de contabilidad del Banco. De modo
que, practicada la referida inspección ocular antes del juicio
sin que concurrieran las circunstancias anotadas, el Juez de la
recurrida no debió haberla apreciado como prueba válida, con
lo cual infringió los artículos 1428 y 1429 del Código Civil.
G. F. N<? 26, 21/- etapa, Vol. n, p. 22. Sentencia del 21-10-59.

13. -"Por lo demás, en la inspección ocular lo que ha visto el Juez


o escrito o anotado en un libro de comercio, sí puede tras-
ladorlo al acto por escrito también en copia o en extracto.
Tratándose de menciones o notas en español, no se necesita
para ello de conocimientos especiales de expertos en lengua
extraña ni técnica contable, sino de los conocimientos generales
de una persona siquiera medianamente culta, aunque se haga

.,.,404-
Art. 1428
constar la clase de madera y que ls entregas montan a más de
un millón de bolívares. No se trata en esta prueba de exhibi-
ción de libros sino se límita a las entregas de madera, contrata-
das". G. F. N9 18, 2l!- etapa, Vol. n, p. 303, Sentencia del
4-12-57.

14. -Las pruebas de confesión, experticia e inspección ocular pueden


promoverse en todo el curso del término probatorio antes de su
conclusión, salvo cualquier disposición especial de la Ley.
Pueden ser promovidas hasta el último día inclusive, del térmi-
no probatorio, lo que revela que su evacuación puede hacerse
válidamente después de concluído aquel término. En el caso
de autos la aludida inspección ocular fue promovida por el
querellado en el curso de la articulación y evacuada después
de terminada ésta, y antes de comenzar la relación de la causa.
El sentenciador debió, por tanto, haber apreciado el resultado
de dicha inspección. G. F. N9 27, 2l!- etapa, p. 24, Sent. del
26-1-60.

15.-La inspección ocular permite lograr con mejor eficacia que las
demás pruebas, la convicción del Juez, en cuanto ella procura
al Magistrado la precisa apreciación de las características y
exterioridades de los inspeccionados; pero nuestro Legislador
se muestra parco en el uso de esta prueba, y la circunscribe
a las oportunidades en que los hechos no se puedan o no sean
fáciles acreditar de otra manera.

La doctrina enseña, que tal moderación en el amplio de esta


prueba, tuvo origen, en la inclinación de los jueces a provocarla
para procurarla emolumentos por la diligencia; pero hoy cuando
el Estado soporta el pago de la justicia del cortapista aparece
justificada por razones de economía procesal. Así pues, la
inspección ocular no debe admitirse sino cuando es absoluta-
mente necesaria debiendo descartarse cuando existan otros
medios igualmente idóneos para integrar el conocimiento del
Juez. En nuestro sistema procesal de pertienencia y admisi-
bilidad de las pruebas, el Juez está autorizado para impedir la
entrada de las que aparezcan manifiestamente impertinentes
o ilegales, por manera que se halla entre sus poderes resolver
con vista de los elementos constitutivos de la litis sobre la
eficacia o no eficacia de los medios probativos, los cuales en
materia de lo decidido en el fallo recurrido sino que la juzgada
impertinencia de la prueba se tramitó como una incidencia del

-405-
Art. 1428
juicio, en que la empresa formalizantes no agotó todos los
recursos que le concede la Ley hallándose la incidencia ejecuto-
riada. No hay pues materia sobre que decidir y por las mismas
razones es improcedente la reposición solicitada ante esta Sala
por extemporánea. G. F. NQ 14, 21/0 etapa, p. 376, Sent. del
30-6-53.

J\rt. 1429 Art. 1429

En los casos en que pudiera sobrevenir perjuicio por


retardo, los interesados podrán promover la inspección
ocular antes del juicio, para hacer constar el estado o cir-
cunstancias que puedan desaparecer o modificarse con el
transcurso del tiempo.

JUR.Il:SPRUDENCIA DE INSTANCIA

l.-JTR. Vol. 11, Pág. 379. Conforme a dicho artículo, se permite


la práctica de la inspección ocular antes del juicio "para hacer
constar el estado o circunstancias que puedan desaparecer o
modificarse con el transcurso del tiempo". Esa prueba, en
tales circunstancias, es plena, en el sentido de que no requiere
ratificación posterior para su validez, porque su mérito reposa
precisamente en las mismas circunstancias que le dan vida
y que es posible desaparezcan o se modifiquen y en el hecho
de estar autorizadas por un funcionario judicial depositario
de fe pública.... Legítimo temor podría abrigar el actor de
que así ocurriera, y a este respecto, es menester advertir
que la posibilidad de desaparición o modificación de ciertas
circunstancias, a que se refiere el artículo 1429, no es sólo
con ocasión del simple transcurso del tiempo, sino por la
acción de parte interesada. DFSC2 de 6-3-52.

2. -JTR. Vol. VII, tomo n, Pág. 112 "El artículo 1429 del Código
Civil faculta a los interesados para promover y practicar la
inspección ocular antes de iniciarse el litigio, por ello, y por
cuanto los jueces están autorizados para apreciar las pruebas
en cuestión, resultaría improcedente una ratificación ulterior
del acta de la inspección por los prácticos que actuaron en
ella". 2IC de 14-8-58.

-406-
Art. 1429
3 -J'l'R. Vol. X, Pág. 328. "Los recaudos relativos a la inspec-
o

ción ocular practicada antes del juicio, tienen la fuerza pro-


batoria de un documento público. Su valor debe reconocerse
aun cuando en dicha inspección no haya intervenido la parte
contra quien, ulteriormente, se oponga en juicio". DFMSC1
de 12-2-62.

4.--En la inspección ocular practicada antes del juicio deben


concurrir: a) que haya o pueda sobrevenir perjuicio por retar-
do; b) que con el transcurso del tiempo puedan desaparecer
o modificarse el estado de las cosas. No habiendo porque
suponer perjuicio por retardo y ser el objeto del examen los
archivos de un Instituto Autónomo (no hay riesgo de pérdida)
no puede estimarse la prueba. DFMSC2 de 22-10-63.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-IComo prueba auxiliar califican los autores a las inspecciones


previstas en el Art. 1429 C. C. y dado su carácter especial en
que es necesario tomar en consideración diversas cuestiones
de mero hecho, se dejan ellas enteramente al criterio y apre-
ciación del Juez. G. F. T. 18, p. 23.

2.-EI Art. 1429 C. C. es una disposición procedimental y de


aplicación preferente. Ella autoriza 'de manera expresa la
práctica de inspecciones oculares antes de promoverse el
juicio. G. F. r. 13, 1~ etapa, p. 158.

3 o _" o • de modo que, practicada la referida inspección ocular


o

antes del juicio sin que concurrieran las circunstancias


(expresamente señaladas por el Art. 1429 C. C.) el Juez de
la recurrida no debió haberla apreciado como prueba váli-
da .. o". G. F. N9 26, p. 22.

4. __u ••• en opinión de esta Sala a esa prueba (inspección ocular


antes de juicio y traída a otro en copia certificada) debe re-
conocérsele el valor de tal, aun cuando en ello no haya inter-
venido la parte contra quien, ulteriormente, se oponga en
juicio. Exigir la citación de esta última para practicar
las diligencias haría, las más de las veces, frustratoria una
medida que, por su naturaleza, es corrientemente de urgencia.
Así pues el Juez no puede rechazar de una vez una inspección

~407-
Art. 1429
ocular evacuada fuera del juicio por el sólo hecho de que en
ella no haya intervenido la parte contra la cual lile hace
obrar ... ". G. F. NI? 5, 2l1- etapa, p. 329.

Art. 1430 Art. 1430


Los jueces estimarán en su oportunidad el mérito de la
prueba dicha.

JURISPRUDENCIA DE CA SACION
1. -" ... con respecto a la denuncia del Art. 1430 C. C. se observa
que éste sólo dice, en relación con la inspección ocular, que
los jueces estimarán en su oportunidad el mérito de la prueba
dicha, lo cual es suficiente -sin insistir en la soberanía de la
instancia para la apreciación de las pruebas- para desechar
la denuncia, pues los jueces en la oportunidad de dictar sen-
tencia definitiva se pronunciaron sobre el mérito de la inspec-
ción ocular aludida y dieron cumplimiento a la disposición
denunciada ... ". G. F. NI? 52, p. 291, Sent. del 14 abril 1966.

2.-"No faltó la estimación de la prueba; si dicha estimación fue


insuficiente o errónea, el Art. denunciable no era el 1430".
G. F. NQ 17, p. 162.

-408-
Art. 1431

TITULO I V

DE LA DONACION

Art. 1431

La donación es el contrato por el cual una persona


transfiere gratuitamente una cosa u otro derecho de su
patrimonio a otra persona que lo acepta.

JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-En la donación se requiere documento público como requisito


ad solemnitatem, debe ser otorgado ante Registro Público so
pena de nulidad. M. 1930, p. 179.

2.-La donación de que trata el Art. 1431 C. C. debe ser de cosas


o derechos bienes PRESENTES del donante. G. F. N9 8,
2~ etapa, p. 276.

COMENTARISTAS PATRIOS

Arcaya, Pedro M. "Estudios Jurídicos".

DONACION DE INMUEBLE CON CARGA DE CONSTI-


TUCION EN HOGAR. POSIBILIDAD DE SU ENAJENA-
eren SIN HABER CUMPLIDO EL DONATARIO
CON CARGA

NN, mayor soltera y hábil otorgó una escritura que


dice así: "Hago donación perfecta e irrevocable a mi sobrino
"señor XX de esta vecindad de una casa de mi propiedad
"cuyo usufructo conserva el donatario (así reza la copia
"simple que tengo a la vista, no se si ha habido error y si
"diría más bien el documento "cuyo usufructo conserva

-409-
Art. 1431
"la donante" o bien si ya el donatario era de hecho usufrtzc-
"tuario de la casa, paréntesis míos) situada en (siguen la
"determinación y linderos de la casa). Comprende esta
"donación la mencionada casa con todos sus accesorios, el
"terreno sobre está construída y todas sus dependencia bajo
"la condición expresa que el donatario no podrá enajenarla,
"gravarla, hipotecarla ni darla en garantía en ninguna otra
"forma, así como tampoco ser causa de ejecución por ningún
"respecto e igualmente no arrendarla por un tiempo no
"mayor de cinco años consecutivos, pues el fin que persigo
"es que su destino sea para habitación del favorecido, o que
"perciba su renta equivalente sin gravámenes de ninguna
"especie, Igualmente ha sido convenido que la casa será
"constituida en hogar por el donatario para sí y para su
"familia inmediatamente que el presente documento sea
"registrado; y que para el caso en que el donatario muriere
"antes que yo, quedará esta en beneficio de sus herederos,
"con la condición expresa que el inmueble no podrá enaje-
"narse ni gravarse en forma alguna hasta tanto que los
"hijos legítimos no llegaren a esa mayor edad". El dona-
"tario aceptó la donación en la misma escritura.

Murió la donante sin que el donatario hubiera hecho


la constitución en hogar de la casa donada, que tampoco
ha sido hecho después.

Se pregunta si puede enajenarse la casa y si la enaje-


nación será válida.

Para el estudio de esta cuestión conviene tener pre-


sente la naturaleza de la obligación impuesta por la do-
nante y aceptada por el donatario de que éste constituyese
en hogar la casa. Esta es una obligación positiva de hacer.
La prohibición de enajenarla no puede extenderse sino co-
mo consecuencia legal del cumplimiento de dicha obliga-
ción positiva la cual no tiene nada contrario al orden pú-
blico ni a las buenas costumbres. Más bien la constitu-

-410-
Art. 1431
cíón en hogar es un acto laudable protegido y estimulado
por el legislador. Por consiguiente el donatario ha debido
y debe cumplir la obligación que a tal respecto asumió.
Aunque en la escritura de donación se estipuló que debía
hacer inmediatamente tal constitución, esa expresión no
equivale, como es claro, a la fíjacíón de un plazo determi-
nado de modo que aun puede, o mejor dicho, debe, el do-
natario proceder a su cumplimiento, es decir a formular la
respectiva solicitud ante el Tribunal competente. Si éste
la negare, él habría cumplido lo que le tocaba, y después
de esa negativa sí podría vender libremente la casa, y lo
mismo después de constituído el hogar, si conforme a las
disposiciones que rigen esta institución lo autorizase el
Juez. .

Si ahora pusiese en venta la casa infringiría su obliga-


ción de constituirla en hogar. La donación podría ser re-
vocada en virtud de 10 dispuesto en los artículos 1154 y 1231
del Código Civil de 1922 y anularse por consiguiente la
venta que se hiciere.
Otras serían las conclusiones que resultarían si la do-
nante se hubiese limitado a estipular con el donatario la
prohibición para éste de no enajenar la casa. Tal estipu-
lación no valdría nada sino por el lapso de dos años pre-
vistos en el artículo 1287 del mismo Código pues aunque se
contrae a los efectos de una prohibición de este género
aceptada en virtud de una negociación especial, la validez
de ella cuando figura en una donación no podría objetarse
como contraria a la ley y las buenas costumbres pero sí
reducirse a ese plazo porque es el máximum que aquélla
consideró compatible con el principio económico de que no
debe estancarse la propiedad sino facilitarse su movimiento.
Hoy el artículo 1267 del Código Civil vigente correspondien-
te al ya citado 1287 del anterior ha modificado a este en un
sentido en que contra todos los precedentes y principios del
derecho moderno hace lícita la estipulación de no enajenar-
se excepto cuando es accesoria a un préstamo con hipo-

-411 -
Art. 1431
teca. Desde este punto de vista la cláusula prohibitiva
de la enajenación contenida en la donación que estudio no
resultaría contraria a derecho y por consiguiente su in-
fracción en cualquier tiempo acarrearía la revocación de la
donación, pero la sorprendente disposición del nuevo Có-
digo no es aplicable a este caso en fuerza del principio de la
irretroactividad de las leyes.

Caracas, Feb. 1943.

Sanojo, Luis, op. cit. T. 2, Pág. 398 (Arts. 1431 a 1434).

"La donación es un acto de liberalidad espontánea por


el cual el donante se desprende actual e irrevocablemente
de la cosa donada en favor del donatario que la acepta. (Es
un contrato) y es necesario que el consentimiento esté exen-
to de los vicios de error, dolo, violencia, so pena de nulidad".

Art. 1432 Art. 1432

También es donación la liberalidad hecha por agrade-


cimiento al donatario, o en consideración de sus méritos,
o por especial remuneración, así como la que va acompa-
ñada de alguna obligación impuesta al donatario.

Art. 1433 Art. 1433

La donación no puede comprender sino bienes presen-


tes del donante: si comprende bienes futuros es nula res-
pecto de éstos.

Sin embargo, cuando se trate de una universalidad de


cosas, cuyo goce y tenencia haya conservado el donante,
se considera que las cosas que haya podido ir agregando
quedan comprendidas en la donación, salvo que el donante
haya expresado una voluntad diferente.

-412-
Art. 1434
Art. 1434

La donación que tenga por objeto prestaciones perlo-


dicas, se extingue con la muerte del donante, a menos que
del contrato resulte una voluntad distinta.

-413-
Art~ 1435

CAPITULO I

DE LA CAPACIDAD PARA DISPONER Y PARA


RECIBIR LA DONACION

Art. 1435

No pueden donar quienes no tienen la libre disposición


de sus bienes, salvo lo dispuesto en los artículos 146 y 147.
A partir del día en que se promueva el juicio de inha-
bilitación, serán nulas las donaciones que haga el inhabi-
litado.

Art. 1436 Art. 1436


No pueden adquirir por donación, ni aun bajo el nom-
bre de personas interpuestas, los incapaces de recibir por
testamento, en los casos y del modo establecido en el Capí-
tulo que trata de las sucesiones testamentarias.

Art. 1437 Art. 1437


Toda donación hecha en favor de una persona incapaz
para recibirla, es nula, aunque se la presente bajo la forma
de cualquier otro contrato.

•JURISPRUDENCIA DE CASACION

l.-En cuanto al artículo 523 (artículo 545 del Código Civil vigen-
te), que también se dice violado, es de observar que si por esta
regla se estatuye la libre facultad de disposición que tiene el
propietario de las cosas que le pertenecen, siempre que no
haga de ellas un uso prohibido por la Ley, su acatamiento no
tuvo lugar más bien en la recurrida por lo que respecta a la

-415-
Art. 1437
restricción apuntada, ya que ésta se armoniza con la decla-
ratoria de nulidad de un contrato que contiene una donación
a un incapaz, en cuanto se la tiene precisada, a base del
respectivo medio de prueba, como encubierta bajo la forma
de un contrato oneroso, según la sanción que expresamente
prevé el artículo 1137 del Código Civil derogado, igual al 1437
del vigente. Sentencia del 11-11-43, M. 1944, Tomo II, p. 353.

Art. 1438 Art. 1438

El mandato para donar debe determinar la cosa o


derecho objeto de la donación. El donante debe igualmente
mencionar la persona del donatario, o por lo menos auto-
rizar al mandatario para que la elija entre varias personas
que le indique, o perteneciente a familias o a cuerpos mora-
les designados por el mismo donante.

Además, el mandato habrá de otorgarse en forma au-


téntica, si se trata de cosas o derechos cuya donación deba
hacerse en dicha forma.

-416-
Art. 1439

CAPITULO II

DE LA FORMA Y EFECTO DE LAS DONACIONES

Art. 1439

Para que sean válidas las donaciones, deben hacerse en


forma auténtica, y del mismo modo debe otorgarse su
aceptación; pero cuando se refieran a inmuebles, no surti-
rán efecto alguno contra terceros sino después que sean
registrados ambos actos.
Cuando la donación sea de cosa mueble, cuyo valor no
exceda de dos mil bolívares, no se necesitará escritura de
ninguna especie.

JURISPRUDENCIA DE INSTANCIA
l.-Para evitar futuro error por parte del Tribunal a quo, se le
llama la ateción por haber dicho enfáticamente que la dona-
ción es un contrato solemne y debe constar de documento públi-
co. Es así cuando se trate de inmuebles, pero para los mue-
bles rige el principio general sobre pruebas. DFMIC1 de
1c;> agosto 1966.

JURISPRUDENCIA DE CASACION
1. -Es cierto que los jueces no pueden, so pretexto de interpreta-
ción, desnaturalizar los contratos y que pudiera considerarse
que al aprobar el verdadero dueño la venta de una cosa por
quien no es propietario, le hace donación de ella; pero se obser-
va que lo más en que pudiera convenirse es que tal donación
es una donación indirecta, calificación que tienen las que resul-
tan "de un acto unilateral o sinalagmático que tiene por sí
mismo existencia propia y que se comprende independientemente
de la intención de. liberalidad que sirve inmediatamente a rea-
lizar", como sucede en el presente caso. Ahora bien, las dona-

-417-
Art: 1439
ciones indirectas aunque sometidas a todas las reglas de
forma como es la necesidad de que conste de escritura pública;
y como todo el interés de la cuestión consiste en la nulidad
por la falta de escritura pública, la infracción cometida al
cambiar la naturaleza de la declaratoria, si en ella se hubiera
incurrido en nada influiría en la parte dispositiva y, en con-
secuencia ( no daría lugar al recurso de casación. Este mismo
razonamiento puede aplicarse a todas las supuestas infraccio-
nes, ya estudiadas, relativas a la nulidad de la donación, por
razón de la forma. Sent. 15 de Oct. 1915, M. 1916, p. 168.
2.-La Corte observa: que la recurrida, fundándose en el ar-
tículo 1133 del Código Civil, establece en su quinto Consíde-
rando "que la donación es un contrato solemne, por lo que el
instrumento público es indispensable para darle existencia
jurídica, y la "falta de dicha solemnidad, que es ad substantiam,
implica la inexistencia para todos de la donación misma",
con lo cual, lejos de interpretar falsamente dicho artículo, ni
de contradecir el texto y el espíritu del 1383 los interpreta
y aplica ajustándose a la letra y espíritu de sus disposiciones.
No existen, pues, las infracciones denunciadas y así se declara.
Sent. del 11 de abril de 1929, M. 1930, p. 177.
3. ---Que la jurisprudencia universal tiene" reconcidas como de
orden público todas las prescripciones legales correspondien-
tes a las solemnidades de forma en el otorgamiento de los
actos de donación ode última voluntad; que no pueden renun-
ciarse ni relajarse por convenios particulares las leyes en
cuya observancia estén interesados el orden público o las
buenas costumbres; y que si bien esta disposición legal, con
respecto a las donaciones y testamentos, tiene una excepción
en el artículo 1379 del Código Civil, por el cual "la confir-
mación, ratificación o ejecución voluntaria de una donación
o disposición testamentaria por parte de los herederos o
causahabientes del donador o testador, después de la muerte
de éstos, lleva consigo la renuncia a oponer los vicios de
forma y cualquiera otra excepción", tal excepción debe apli-
carse en sentido estricto, únicamente a los casos "expresamente
determinados en ella, y no trasciende por consiguinte a la
prescripción del artículo 435 citado, concebido por el legis-
lador sin ninguna distinción. Sent. del 8 de Dic. de 1925,
M. 1926, p. 472.
4.-En cuanto al artículo 523 que también se dice violado, es de
observar que si por esta regla se estatuye la "libre facultad de

-418-
Art. 1439
disposición que tiene el propietario de las cosas que le perte-
necen siempre que no haga de ellas un uso prohibido por la
ley su acatamiento tuvo lugar, más bien en la recurrida por lo
que respecta a la restricción apuntada, ya que ésta Be armo-
niza con la declaratoria de nulidad de un contrato que contiene
una donación a un incapaz en cuanto se la tiene precisada a
base del respectivo medio de prueba como encuebierta bajo la
forma de un contrato oneroso, según la sanción que expresa-
mente prevé el artículo 1137 del Código Civil derogado, igual
al 1437 del vigente Sent. del 11 de Dic. de 1943, M. 1944,
T. n, p. 353.
Art. 1440 Art. 1440
No produce efecto la donación sino cuando el donante
esté en conocimiento de la aceptación, personalmente o por
medio del mandatario que hubiere constituido para la do-
nación. La aceptación debe ser hecha en vida del donante.
Art. 1441 Art. 1441
Si el donatario es mayor, la aceptación debe prestarse
por él en persona, o por mandatario cuyo mandato se ha-
ya otorgado en forma auténtica y que exprese la facultad
de aceptar una donación determinada, o la general de acep-
tar donaciones.
Art. 1442 Art. 1442
El menor emancipado y el inhabilitado pueden tam-
bién aceptar donaciones. Sólo cuando estén sujetas a
cargas o condiciones, se requiere, además, el consentimien-
to del curador.
Los otros menores y los entredichos prestarán su con-
sentimiento por medio de sus representantes legales; de-
biendo procederse como en el caso del artículo 268 cuando
el tutor no quiera o no pueda aceptar una donación.
Art. 1443 Art. 1443
Los hijos por nacer de una persona viva determinada
pueden recibir donaciones, aunque todavía no se hayan
concebido.

-419-
ArL 1443
Para la aceptación, los hijos no concebidos serán re-
presentados por el padre o por la madre indicados por el
donante, según el casó.
A menos que el donante disponga otra cosa, la admi-
nistración de los bienes donados la ejercerá él, y en su de-
fecto, sus herederos, quienes pueden ser obligados a pres-
tar caución.

Art. 1444 Art. 1444


Las donaciones hechas a los cuerpos jurídicos no pue-
den aceptarse sino conforme a sus reglamentos.

Art. 1445 Art. 1445


Si la aceptación no se presta según las disposiciones de
los artículos precedentes, la nulidad de la donación puede
solicitarse aún por el donante, sus herederos o causaha-
bientes.

Art. 1446 Art. 1446


La donación debidamente aceptada es perfecta y se
trasmite la propiedad de los objetos donados sin necesidad
de tradición, desde que el donante esté en conocimiento
"e la aceptación.
No pueden atacarse por falta de aceptación las dona-
ciones hechas en atención a un matrimonio futuro deter-
minado, bien sea por los esposos entre sí, bien por un ter-
cero en favor de los esposos, o de los descendientes por na-
cer de su matrimonio.

JURISPRUDENCIA DE CASACION
l.-Así, pues, la DüNAClüN que el demandado A. L. R. quiere
hacer a la Nación venezolana es una liberalidad condicionada
no sólo a las resultas de determinado juicio ventilado ante los
Tribunales ordinarios del país, sino a la colaboración re-
querida, la cual comportaría para la Nación el deber de

-420-
Art. 1446
hacerse partes en un juicio en el que sólo se ventilan intereses
particulares. Sencillamente se pretende tener como consorcio
en ese juicio a la Nación venezolana. Empero, la donación,
conforme a la definición precisa estampada en el artículo 1431
del Código Civil, "es un contrato por el cual una persona
trasfiere gratuitamente una cosa u otro derecho de su patri-
monio a otra persona que lo acepta", de donde se sigue que
esa cosa o ese derecho han de ser bienes PRESENTES del do-
nante. Siendo ello así, como incuestionablemente lo es, las
condiciones fijadas por el demandado A. L. R. desnaturalizan
el concepto jurídico de la donación y los efectos de ella, ya
que a tenor de lo estatuído por el artículo 1446 ejusdem, la
"donación debidamente aceptada es perfecta y se trasmite la
propiedad de los objetos donados sin necesidad de tradición,
desde que el donante esté en conocimiento de la aceptación".
Por tanto, son inconciliables, en principio, los dos extremos
requeridos por el presunto donante, puesto que si la donación
es perfecta desde el instante mismo de su aceptación, no puede
estar supeditado el derecho de propiedad de ella dimanado a la
suerte favorable o adversa de un proceso, concepto aleatorio
éste que el propio demandado reconoce al decir en la cláusula
8l¡. de su oferta: "si antes fuere reintegrada a mi patrimonio
la franja de terreno referida", expresión ésta que a las claras
indica que sobre la tal faja de terreno no tiene el oferente la
disponibilidad actual, requerida impretermitiblemente en la
donación, a tenor de lo dispuesto en el artículo 1433 del
Código Civil: "la donación no puede comprender sino bienes
presentes del donante; si comprende bienes futuros es nula
respecto de éstos". Y si bien, conforme al artículo 1432
ejusdem, es también donación la liberalidad "que va acompa-
ñada de alguna obligación impuesta al donatario", la verdad
es que ningún particular tiene el derecho de obligar a la
Nación a litigar ante los Tribunales en defensa de sus inte-
reses privados y menos cuando el Ente Público por excelencia
puede lograr lo mismo sin ir de bracero con ninguna persona
y por medio expeditivo y limpio de la expropacén. G. F.
N9 8, 2:¡' etapa, Vol. l, p. 276. Sent. del 31-5-55.

Art. 1447 Art. 1447


Es nula toda donación hecha bajo condiciones imposi-
bles, o contrarias a la ley o a las buenas costumbres.

-421-
Art. 1448
Art. 1448
Es igualmente nula toda donación hecha bajo condi-
ciones cuyo cumplimiento dependa de la exclusiva volun-
tad del donante.
NOTA DEL AUTOR
Véase Jurisprudencia al artículo 1202, aplicable, por analogía,
a esta disposición..

Art. 1449 Art. 1449


Es igualmente nula si se hubiese hecho con la condi-
ción de satisfacer deudas o cargas distintas de las que ya
existían al tiempo de la donación, a menos que estén espe-
cífícamente designadas en la misma.

Art. 1450 Art. 1450


La donación hecha en consideración de un matrimo-
nio futuro quedará sin efecto si el matrimonio no se ve-
rifica.
Si el ;natrimonio es declarado nulo, se produce de ple-
no derecho la nulidad de la donación, salvo los derechos
adquiridos por terceros de buena fe en el tiempo inter-
medio.
En cuanto a los hijos, la donación hecha en atención
a ellos se mantiene eficaz si se llenan las condiciones del
artículo 127.
En caso de divorcio o separación de cuerpos se aplica-
rá lo dispuesto por el artículo 195.

Art. 1451 Art. 1451


Las donaciones entre cónyuges son siempre revoca-
bles por la sola voluntad del donante, manifestada expre-
samente en la misma forma en que hayan sido realizadas;
aquéllas. La revocatoria deberá ser notificada por el do-
nante al donatario o a sus herederos.

-422-
Art. 1451
JURISPRUDENCIA DE CASACION
1. -La donación entre cónyuges no es bien vista por el legislador
porque se puede prestar al abuso y como no existe una norma
legal expresa para su revocación hay que aplicar disposiciones
de carácter general. G. F. T. 18, Fed., p. 20.

Art. 1452 Art. 1452


Cuando el donante se haya reservado la facultad de
disponer de algún objeto comprendido en la donación, o
de una cantidad determinada sobre los bienes donados, y
muriere sin haber dispuesto nada, el objeto o la cantidad
pertenecerán a sus herederos, no obstante cualquiera cláu-
sula o estipulación en contrario.

Art. 1453 Art. 1453


El donante puede estipular la reversión de las cosas
donadas, pero sólo en provecho de sí mismo, tanto para el
caso de que el donatario muera antes que el donante, co-
mo para aquel en que mueran el donatario y sus descen-
dientes.

Art. 1454 Art. 1454


En el caso de reversión quedan resueltas todas las ena-
jenaciones de los bienes donados, los cuales vuelven al do-
nante libres de toda carga e hipoteca; exceptúase solamen-
te la hipoteca relativa a las convenciones matrimoniales,
cuando los demás bienes del esposo donatario no fueren
bastantes, y la donación se hubiese hecho por el mismo
contrato de matrimonio de que resulte la hipoteca.

Art. 1455 Art. 1455


No son válidas las sustituciones en las donaciones, si-
no en los casos y en los límites establecidos para los actos
de última voluntad,
La nulidad de las sustituciones no invalida la donación.

-423-
Art. 1456
Art. 1456
Puede el donante reservarse en provecho propio, y des-
pués de él en provecho de una o más personas que existan
al hacerse esta reserva, el uso o el usufructo de las cosas
donadas.

Art. 1457 Art. 1457


Si la donación de cosas muebles se hubiese hecho con
reserva de usufructo, el donatario recibirá a la termina-
ción de éste, las cosas donadas en el estado en que se en-
cuentren; y, respecto de las cosas que no existan, tendrá
acción contra el donante y sus herederos hasta por el valor
que se les dio o que tenían al tiempo de la donación, a me-
nos que el perecimiento haya sido por caso fortuito.

Art. 1458 Art. 1458


El donante no queda obligado al saneamiento por vi-
cios ocultos de las cosas donadas, sino al resarcimiento de
los daños ocasionados al donatario por los vicios ocultos
de las mismas, y sólo cuando haya declarado que la cosa
no tenía vicios, o cuando, conociéndolos, los haya ocultado.
El donante no queda obligado al saneamiento por evíc-
ción de las cosas donadas sino:
1Q Cuando lo ha prometido expresamente.
20 Cuando la evicción proviene de dolo o de hecho per-
sonal del donante; y
3Q Cuando las donaciones se hacen en consideración
de un matrimonio futuro.
Sin perjuicio de lo dispuesto anteriormente, en el ca-
so de donaciones remuneratorias o que impongan cargas
al donatario, el donante queda obligado al saneamiento por
evícción o por vicios ocultos de la cosa donada hasta con-
currencia de la remuneración o del monto de las cargas.

-424-
Art. 1459

CAPITULO III

DE LA REVOCACION DE LAS DONACIONES

Art. 1459

La donación puede revocarse por causa de ingratitud


del donatario o por supervivencia de hijos.

Art. 1460 Art. 1460


El donante puede revocar la donación por las mismas
causas de indignidad para suceder a que se refiere el ar-
tículo 810 y porque el donatario rehúse indebidamente dar
alimentos al donante, aun en el caso de que no sea de las
personas que están obligadas a prestarlos.

Art. 1461 Art. 1461


La revocación por causa de ingratitud debe demandar-
se por el donante o sus herederos contra el donatario o sus
herederos. Esta acción prescribe al término de un año a
contar del día en que el donante haya podido tener conoci-
miento del hecho en que se funda.
Cuando el donante hubiere muerto sin haber podido
tener conocimiento de la ingratitud, el término para pro-
poner la acción se contará a partir del día en que el here-
de ro hubiere tenido noticias de la causa de la revocación.

COMENTARISTAS PATRIOS (Arts. 159 a 1467)

Sanojo, Luis Op. cit. T. 2, p. 423


" ... el año fijado (en el Art. 1461) corre contra todos
indistintamente, y no se interrumpe ni suspende por nín-

-425-
Art. 1461
guna de las causas que interrumpen o suspenden la pres-
cripción .... (es de caducidad) .... "

Art. 1462 Art. 1462

Las donaciones hechas por personas que no tengan o


ignoren tener hijos ni descendientes legítimos vivos al
tiempo de la donación, pueden revocarse por la superví-
nencia o existencia de un hijo o descendiente legítimo del
donante, aunque sean póstumos, con tal que hayan nacido
vivos; o por la legitimación de un hijo natural, si éste hu-
biese nacido después de la donación. Esta disposición se
aplica igualmente a la madre natural por la supervenien-
cia de un hijo cuya filiación esté legalmente probada, o al
reconocimiento por parte del padre, salvo que en este úl-
timo caso se pruebe que el donante tenía conocimiento de
la existencia del hijo al tiempo de la donación.

Art. 1463 Art. 1463

No es válida la renuncia anticipada al derecho de pe-


dir la renovación por causa de ingratitud o por superve-
niencia de hijos.

Art. 1464 Art. 1464·

La acción de revocacióri por supervivencia de hijo pres-


cribe a los cinco años a contar del día del nacimiento, o
desde aquel en que se tuvo conocimiento de la existencia
del hijo o descendiente, o desde el día en que fue reconoci-
do el hijo natural.

La acción no puede intentarse ni continuarse después


de la muerte de los hijos y de sus descendientes,

-42.6-
Art. 1465
Art. 1465

La revocación puede pedirse aun cuando el hijo estu-


viere ya concebido al tiempo en que se hizo la donación.

Art 1466 Art. 1466


La revocacion por ingratitud o por superveniencia o
existencia de hijos o descendientes a que se refiere el ar-
tículo 1.462, no perjudica los derechos adquiridos por ter-
ceros con anterioridad al registro de la demanda.

Si el donatario hubiere enajenado los bienes, debe res-


tituir su valor calculado al tiempo de la demanda, de acuer-
con con el estado y condiciones que tenían cuando fueron
donados. Los frutos los debe desde que haya sido emplaza-
do para la contestación de la demanda.

Si el donatario hubiere constituido sobre los bienes


donados algún derecho real con anterioridad al registro
de la demanda, o en otra forma hubiere disminuido el va-
lor de esos bienes, debe indemnizar al donante la pérdida
sufrida.

En los casos de revocacion de donaciones con cargas


apreciables en dinero, el donante deberá indemnizar al do-
natario por ese respecto.

Art. 1467 Art. 1467


Se exceptúan de las disposiciones precedentes y por lo
tanto son irrevocables, las donaciones puramente remune-
ratorias, y las hechas en consideración de un matrimonio
determinado, sin perjuicio del derecho que puedan tener
los hijos del donante a pedir la reducción, si las donaciones
exceden de la cuota disponible.

-427-
Art. 1468

CAPITULO IV

DE LA REDUCCION DE LAS DONACIONES

Art. 1468

Las donaciones de toda especie que una persona haya he-


cho durante los diez últimos años de su vida, por cualquier
causa y en favor de cualquiera persona, quedan sujetas a re-
ducción si se reconoce que, en la época de la muerte del
donador, excedían de la porción de bienes de que pudo dis-
poner el mismo donador, según las reglas establecidas en
el Capítulo JI, Título JI, de este Libro.

Esta disposición no se aplica a los casos previstos en


la Seción Cuarta, Capítulo JI, Título JI de este Libro.

Las reglas establecidas en el artículo 885 y en los ar-


tículos 888 y siguientes para la reducción de las disposi-
ciones testamentarias, se observarán para la reducción de
las donaciones.

Art. 1469
Art. 1469
La reducción de las donaciones no puede pedirse sino
por aquellos a quienes la ley reserva legítima y por sus
herederos o causahabientes.

La acción para demandar esta reducción prescribe a


los cinco años. No puede renunciarse este derecho durante
la vida del donante, ni por una declaración expresa, ni dan-
do su consentimiento para la donación.

-429-
Art~ 1469
Ni los donatarios, ni los legatarios, ni los acreedores
del de cujus pueden pedir la reducción ni aprovecharse
de ella.

Art. 1470 Art. 1470

No se procede a reducir las donaciones, sino después


de haber agotado el valor de los bienes de que se haya dis-
puesto por testamento; y, si hubiere lugar a esta reducción,
se principiará por la última en fecha y se continuará su-
biendo de las más recientes a las más antiguas.

Art. 1471 Art. 1471

El donatario debe restituir los frutos de aquello en que


la donación exceda de la porción disponible, desde el día en
que se le haya emplazado para la contestación de la
demanda.

Art. 1472 Art. 1472

Los inmuebles recobrados a consecuencia de la reduc-


ción, quedan libres de toda deuda e hipoteca impuestas
por el donatario o por sus causahabientes.

Art. 1473 Art. 1473

La acción de reducción, o la de reivindicación, pueden


ejercerse por los herederos contra los terceros detentado-
res de los inmuebles que forman parte de la donación y
que fueron enajenados por los donatarios, de la misma ma-
nera y en el mismo orden en que podrían ejercerlas con-
tra los mismos donatarios, hecha excusión previa de los
bienes de éstos. Estas acciones deben ejercerse en orden
inverso de las fechas de las enajenaciones, comenzando por
la última.

-430-

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