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La sociedad ideal
¿Cómo tendría que ser una sociedad ideal? Dado que la sociedad debe
existir para satisfacer las necesidades de los hombres, y que éstos no son
independientes unos de otros ni autosuficientes para abastecerse, el primer
fin que debe garantizar toda sociedad es un fin económico. Los hombres
tienen diferentes capacidades y habilidades, siendo preferible que cada uno
desarrolle las que posee por naturaleza, lo que introduce la división del
trabajo en la organización de la sociedad. En una ciudad ideal deberán existir,
por lo tanto, todo tipo de trabajadores: granjeros, carpinteros, labradores,
herreros, etc., de modo que todas las necesidades básicas que de
garantizadas, posee una ciudad ideal no puede faltar de nada.
Sin embargo, continúa Sócrates, una sociedad que sólo atendiera las
necesidades materiales básicas sería una sociedad demasiado dura, pues el
hombre necesita también satisfacer otras tendencias de su naturaleza
relacionadas con el arte, la poesía, la diversión en general, etc.. El fin de la
ciudad, que comienza siendo estrictamente económico, no se limita a la
producción de bienes económicos, sino que se encamina más bien a hacer
posible una vida feliz para el hombre.
Falta todavía, pues, algo en esta ciudad ideal: determinar quiénes serán los
encargados de gobernarla. A la clase de los artesanos y de los guardianes
hemos de añadir una tercera clase, la de los gobernantes. Éstos serán
elegidos de entre los mejores de los guardianes, que serán llamados desde
entonces "auxiliares", reservando el término de guardianes para la clase de
los gobernantes.
Las clases sociales en la República
Del análisis de las necesidades sociales que debe cubrir una sociedad ideal
deduce Sócrates, pues, la necesaria existencia de tres clases sociales: la de
los artesanos, la de los guerreros o auxiliares, y la de los gobernantes o
guardianes. Pero cada una de estas clases ha de tener unas características
distintas a las que poseen en la sociedad actual dice Sócrates.
Ahora bien, estas tres virtudes pertenecen, cada una de ellas, a una parte del
alma: la sabiduría al alma racional; la valentía al alma irascible y la templanza
al alma concupiscible. Aquellos en quienes domine el alma racional han de
pertenecer, por lo tanto, a la clase de los verdadero guardianes o
gobernantes; en quienes predomine el alma irascible, a la clase de los
guerreros o auxiliares; y en quienes predomine el alma concupiscible, a la
clase de los artesanos.
“El por qué sea el hombre un animal político, más aún que las abejas y todo
otro animal gregario, es evidente. La naturaleza - según hemos dicho - no
hace nada en vano; ahora bien, el hombre es entre los animales el único que
tiene palabra. (Aristóteles, Política, libro 1, 1)”
Texto nro.7
El pensamiento político griego y romano.
Dra. Elisa de los Ángeles Villoria
A- PLATÓN
Entre los hechos significativos que inciden en su vida podrían señalarse: a)-
su pasión política y sus aspiraciones de participación en las instituciones, para las
que cree estar más capacitado que otros por su origen aristocrático y su educación,
pero de la que se ve alejado por sus ideas, ya que era un profundo admirador del
régimen espartano; b)- sus viajes a Sicilia, gobernada por tiranos –Dionisio I y
Dionisio II-, a los cuales espera influir para hacer realidad su teoría del “filósofo rey”.
La experiencia termina en un fracaso, porque los celos y desconfianzas de los
tiranos en él los lleva a desterrarlo; y en la primera oportunidad incluso es
embarcado por la fuerza en un navío espartano, cuyo capitán lo vende como
esclavo. Esta experiencia lo llena de amargura, y a partir de ella se aleja de la
política práctica y se concentra en la producción teórica.
Para Platón los hombres son naturalmente desiguales, porque nacen con
distintas aptitudes. En realidad, la clasificación platónica de los hombres deriva de
su enfoque sobre las necesidades de la sociedad: la producción, la defensa y la
conducción. En consecuencia, postula la existencia de tres tipos de hombres, con
almas compuestas de metales diferentes, e impulsados por diferentes capacidades
y apetencias. Ellos son: a)- los trabajadores, cuya aptitud radica en la capacidad
para la producción, munidos de un alma de hierro o de bronce en la que priman las
facultades apetitivas y nutritivas, que supone que residen más abajo del diafragma.
Ellos, destinados a satisfacer las necesidades físicas de la sociedad, guiados por la
virtud de la templanza, serán los agricultores y artesanos; b)- los guerreros, de
temperamento irascible, cuyas almas de plata contienen facultades ejecutivas y
valerosas, que residen en el pecho. En la ciudad ideal que postula ellos serán los
guardianes. Aptos para gobernar bajo el control de otros, su virtud es el valor; c)-
los gobernantes, cuya alma racional –de oro- facultada para el conocimiento y el
pensamiento reside en la cabeza, y que serán los magistrados. Ellos, guiados por la
virtud de la sabiduría, son los encargados de fijar los fines últimos del conjunto
social, y de velar por el bien común. (Sabine, op.cit., p. 50). Estas facultades no son
hereditarias, y aunque la mayor parte heredará el alma de sus padres, puede haber
excepciones y compete a los magistrados comprobarlo. De ahí que el régimen
social que postula no es el de castas.
3.- La Educación
Para Platón la sociedad es una entidad natural, porque las familias se asocian
para dar satisfacción a sus mutuas necesidades de supervivencia, desarrollo común
y defensa. No se trata por tanto de la teoría del pacto –que ya aparece esbozada en
Antifón y Glaucón, y que será desarrollada en la modernidad-, porque esta teoría
supone un Estado interesado prioritariamente en la protección de los derechos de
igualdad y libertad de elección. En este contexto los hombres están destinados por
naturaleza a servir a la Sociedad, que es concebida como un sistema de servicios
en el que todos dan y reciben algo, y a un Estado que es el ente regulador de ese
intercambio mutuo. De allí deriva su principio de la división del trabajo y la
especialización de funciones, en correspondencia con la cual la importancia social
de los hombres depende del valor del trabajo que realiza –con lo cual se conecta el
platonismo con lo que será la teoría medieval-.
Platón tiene una concepción totalitaria del poder político, que debe avanzar e
inspeccionar todos los aspectos de la vida, porque liberado a sí mismo el hombre
no respeta las leyes que guardan el orden público. Por tanto, Platón privilegia al
Estado sobre el individuo, cuya plenitud deriva de su sujeción al Estado. Los
principios de “virtud” y “deber” deben orientar la vida de los ciudadanos, porque
harían posible la “estabilidad” y “la paz” (ibidem, 44). En el platonismo por tanto
todo es público, y no hay espacio para lo privado. En cuanto a lo religioso, se debe
imponer y velar por que los ciudadanos rindan culto a los dioses de la ciudad, pero
El sistema de gobierno ideal que propone es el del Filósofo rey, que ostente
todo el poder, que no esté limitado por las leyes porque él conoce lo que es bueno y
orienta a ese fin a su gobierno. Es un padre o un pastor que cuida a su rebaño. Es
un alegato a favor del Absolutismo Ilustrado. Se diferencia del tirano porque vela
por el bien común, y porque gobierna con la persuación y no con la fuerza. Sólo
admite como válida la tiranía cuando tiene como asesor a un sabio –que es lo que
intentó concretar en Siracusa. La forma de gobierno y estado platónicos constituyen
un tipo ideal.
En los Estados reales debe imperar el gobierno de la Ley –de ahí las formas
jurídicas-. Sea de uno o de varios, en todos los casos lo que propone es un régimen
sofocrático, esto es, de los sabios, preferentemente de los ancianos cuya sabiduría
ya se ha desarrollado y probado. En cuanto a la estructura del régimen propone una
forma mixta, mezcla de monarquía-democracia o de aristocracia-democracia,
porque en ella se combinan el principio de la sabiduría y el principio de la libertad.
Aunque todos deben participar en las asambleas electorales, sólo los sabios deben
gobernar, sea elaborando las leyes –Consejo-, sea cuidando de su cumplimiento y
velando por el bien común –Magistratura o Realeza-. El Estado debe desarrollar en
los individuos la templanza, que determina la sumisión a la Ley. Ahora –en Las
Leyes, obra de la senectud- critica a Esparta por haber priorizado las virtudes
guerreras.
Platón tiene un objetivo ético: presentar el Estado ideal que sirva como
modelo a alcanzar, en particular en su finalidad, su moralidad, su concepción, esto
es, la idea de que el Estado tiene la finalidad de producir el tipo moral más alto
posible de ser humano, y un estilo de convivencia fundado en las virtudes y el
conocimiento.
b)- ARISTÓTELES
Tiene con Platón ciertos puntos de contacto. a)- Reconoció la primacía del
derecho natural y del ideal moral sobre la realidad; b)- Estaba convencido de que
en el pasado había existido una organización ideal –la Edad de Oro-, a partir de la
cual las formas del presente eran una degradación. Pero mientras para Platón ese
ideal pertenece al reino de las ideas, a un nivel trascendente, para Aristóteles
pertenece al plano de lo inmanente, pero pasado.
a)- La finalidad del gobierno es hacer a los hombres virtuosos. Pero para
Aristóteles, la política no está subordinada a la moral –como para sus
predecesores-, sino que la política, “que es el arte o la ciencia de la conducta
Selección de Textos de lectura, análisis, estudio y trabajo.
c)- El Estado es una entidad natural que se origina a partir de las familias,
que se forman por la necesidad del hombre y de la mujer de formar pareja para la
generación y por tanto conservación de la especie. De la fusión de familias nacen
las villas y aleas, y de ellas el Estado. Del mismo modo, a partir del poder paterno
se genera el poder real, aunque hay una diferencia sustancial entre uno y otro,
porque el primero atiende al ámbito particular y doméstico (como la relación padre-
hijo y amo-esclavo) y el segundo al ámbito de lo público. Lo que queda claro en
este planteo es que, también a diferencia de los teóricos iusnaturalistas de la
modernidad, el Estado es una construcción natural y no artificial nacida del pacto.
f)- También es función del Estado impulsar a los hombres a cumplir con sus
deberes para con la comunidad. Así se construirá entre todos una vida “bella, buena
a)- La vida familiar debe ser cuidadosamente reglamentada. Fija la edad del
matrimonio (18 para las mujeres, 37 para los varones), las épocas de concepción
de los hijos (el invierno), el número de hijos –para evitar la despoblación y la
superpoblación-, las formas de evitar la concepción –autoriza el aborto sólo en la
primera fase del embarazo- y el abandono.
Aristóteles hace una doble calificación, que combina. a)- Desde el punto de
vista cuantitativo, el gobierno puede ser: de uno, de unos pocos o de todos. b)-
Desde el punto de vista cualitativo los gobiernos pueden ser “puros” o “impuros”
(desviados o corrompidos), según gobiernen en función “del interés general” y
acomodados a las leyes, o bien cuando predomina “el propio interés” de los
gobernantes.
b)- Aquella en la cual se exige un censo para ser elegible, pero no para ser
elector.
c)- CICERÓN
En sus obras el tema es el estudio del Estado, o sea en términos latinos la res
publica. Los seis libros de La República tratan de: 1.- De las diversas formas de
gobierno; 2.- De las instituciones romanas; 3.- De la naturaleza homana y de la
justicia en todo el gobierno; 4.- De la educación y de la vida de familia; 5.- De las
costumbres austeras de los tiempos antiguos; 6.- De las relaciones entre la religión
y la felicidad de las sociedades, con el sueño e Escipión como conclusión. En
cuanto a su obra Las Leyes, sus partes son: 1.- El origen del Derecho; 2.- Las leyes
religiosas; 3.- La organización del poer, magistratura y reglas políticas y prácticas.
“Los dos volúmenes son, pues, de un gran valor documental, nos informan
ampliamente sobre las instituciones de Roma y de la Antigüedad”. (ibídem, 83.
Lamentablemente, sólo una porción de esas obras ha llegado a nosotros.
b)- El poder debe ser desempeñado por un hombre no sólo virtuoso, sino
además munido de suficientes conocimientos como para desempeñar esa función;
de ahí que debe instruirse en la ciencia y el arte de la política. La ciencia moral y la
ciencia política son así los dos instrumentos en los que todo gobernante debe estar
formado, la que ello le dará “competencia y autoridad”. Ese “mejor ciudadano” –que
Selección de Textos de lectura, análisis, estudio y trabajo.
c)- El/los gobernantes que son los depositarios transitorios del poder, reciben
del pueblo la “autoridad” para mandar, autoridad que no deriva sólo de las
condiciones personales del gobernante sino que es un “hecho social”. La existencia
de un “pueblo” reunido en una región determinada, que conforma el Estado -en este
caso, la Ciudad-, impone la existencia de una autoridad con poder de mando, para
conducir a su pueblo a la virtud y la felicidad. Cicerón entiende por pueblo: “un
“grupo numeroso de hombres asociados unos con otros por su adhesión a una
misma ley y por una cierta comunidad de intereses”. (Prelot, 86).
e)- Tanto la fundación como el desarrollo del Estado es para Cicerón una obra
colectiva, porque por sabio y virtuoso que sea el gobernante, “la grandeza de un
Estado necesita la colaboración de toda la colectividad, que trascienda del individuo
tanto en el espacio como en el tiempo; y “se requiere el esfuerzo de un pueblo
durante generaciones para llevar el poder político a su grado de perfección”. (Prelot,
87).
Las formas de gobierno son para Cicerón -que en ello sigue la tradición-, tres:
la monarquía o gobierno de uno, la aristocracia o gobierno de unos pocos –los
mejores-, y la democracia o gobierno de todo el pueblo. Considera que
históricamente la primera forma de gobierno ha sido la monarquía, derivada del
poder paterno; pero como ella deriva en despotismo, se produce la rebelión popular
contra el déspota. El régimen se torna entonces republicano-aristocrático, porque el
pueblo carece de la preparación suficiente para gobernar. Pero una vez que
adquiere los derechos, el régimen deriva hacia la democracia.
Cicerón rechaza las tres formas puras. a)- La monarquía es el régimen que
goza de las preferencias de Cicerón, en relación a las otras dos; pero le teme a la
transformación de la monarquía en despotismo y la rechaza porque impide que los
miembros de la ciudad “participen en las deliberaciones”, “se pronuncien sobre las
Selección de Textos de lectura, análisis, estudio y trabajo.
a)- “que la naturaleza humana y la recta razón emiten órdenes que deben
ser respetadas por quien las escucha;
b)- que esas órdenes de la recta razón no pueden ser modificadas por el
derecho positivo y que los poderes públicos son impotentes a su respecto;
c).- que las manifestaciones de esa recta razón tienen un carácter eterno y
universal” (Prelot, 89)
Bibliografía consultada
PRELOT, (1986), “Historia de las ideas políticas”, Ediciones La Ley, Bs. As.
SABINE, George (1982), Historia de la Teoría Política. Edit. Fondo de Cultura Económica.
TOUCHARD, Jean (1998): Historia de las Ideas Políticas. Madrid, Edit. Tecnos
PONSATI, A. (1976) Lecciones de Historia de las Instituciones. Buenos Aires, Ediciones Astrea