Ultima Hora/Viernes, 3 de diciembre de 2010 37

La tribuna
creído que nos interesaba
Diario 
Soraya Sáenz de
Santamaría, portavoz del PP
Gobierno: «España será
uno de los países que más más lo identitario».
de en el Congreso: «España, crezcan de la Unión
qué gran país si tuviera un Europea en 2011». 
Alma Whitten, director de
Citas buen gobierno». Privacidad de Google: «La

José Bono, presidente del gestión de la privacidad en

José Luis Rodríguez Congreso de los Diputados: Street View y Buzz fue un
J.L. Rodríguez error».
Zapatero, presidente del «Muchos socialistas han
Zapatero.

Tres en raya Segundas

 ¿Tienen razón quienes piensan que pagan muchos impuestos a cambio de muy poco? oportunidades
L
os hay quienes creen
No me lo explico Con final feliz Más que un santo que nunca segundas
partes fueron buenas.
Bernardo José Mora Carlos Meneses Nebot Javier Coromina Siempre habrá quien bus-
que incesantemente tan sólo

P ues yo nunca pensé que mis im-

puestos pudieran dar para tanto,
ciertamente. Le pago el sueldo a un
montón de políticos y empleados públi-
cos, a muchos de los cuales les pongo ade-
más coche y teléfono y a unos cuantos
hasta casa (y ya no hablo de las cuentas de
restaurante y billetes en primera de los
que me hago cargo). Con mi dinero se ha-
cen infraestructuras que nadie utiliza, se
abren televisiones que pocos ven, y se
subvenciona a los amigos. Lo que no me
explico es que todavía pueda sobrar algo
para que algunos lo roben
T oma ya! No es que se reciba muy
poco, es que no se recibe ni po-
llas en vinagre, ni siquiera un
guantazo para poder replicar a gusto
(mentar a la madre de quien sea, siem-
pre está bien para escupir la rabia bi-
liosa que le corroe a uno cuando se la
clavan bien clavada, monetariamente
hablando, claro). Más en los tiempos
que corren (no diré la palabra maldita
asociada a esta época, lo juro), con que
al menos un masajito para aliviar la
tensión con final feliz no estaría de
más.
A unque hay muchos defraudado-
res, listillos, escaqueados y presti-
digitadores con el fisco, la mayoría
de la población paga mucho para lo que
recibe. La sangría de tantos organismos
oficiales multiplicados, repetidos y super-
puestos, la multiplicidad de observatorios
de esto y de lo otro, los sueldos y los co-
ches de altos cargos y carguillos, de aseso-
res y consejeros, las pensiones millonarias
a perpetuidad de ministros y algunos
otros jubilados de lujo, propician esta in-
justa situación. Hablamos de la famosa
pólvora del rey.
Irene Mus
Malleu
una oportunidad porque
creen que hallarán a aque-
llos que estén dispuestos a
dársela mientras que otros se niegan ineluc-
tablemente a reincidir en generosidad. Las
oportunidades están siempre en el aire, es-
pecialmente para todos aquellos que saben
procesar sus equivocaciones para extraer la
pertinente esencia que les otorgue la fuerza
que se requiere para aspirar a esa segunda,
tercera o la que uno estime. Claro está que
para aquel que verdaderamente la desea no
existe, en su panel visionario, impedimento
ni obstáculo que le niegue aquello que an-
síe verdaderamente alcanzar, pese a colec-
cionar múltiples negativas. Tal vez una

Albercocs i cireres oportunidad frustrada podría blindarnos

un sueño sin embargo, negándosenos la
que creemos responde a nuestras inquietu-
des, se abren por ensalmo, para los que su-
frimos en silencio la pérdida de una oca-
sión, un mundo de nuevas posibilidades.
Quizás se deberían esperar menos y sí, en
cambio, aprender a conceder más, inclusi-
ve, al ser más insignificante que se cruce en
nuestra trayectoria. En ocasiones en aque-
llas personas en las que menos creemos es
donde un día cualquiera descubrimos el
poderoso universo vital que esconden ate-
nazados por un miedo opresor que les re-
cuerda que a ellos también se les negaron
infinidad de oportunidades que trazaron
en sueños. Éstas no siempre deben ser per-
seguidas ya que cuando uno menos espera,
y deja a la vida seguir su curso, es cuando
sale a nuestro encuentro aquello por lo que
tanto hemos suspirado. Sí, la oportunidad
se halla dibujada detrás de una sonrisa y ci-
mentándose en el interior de una mirada.
Cuando uno cree hallarse en los estertores
de su autodestrucción por no haber alcan-
zado su objetivo, de pronto surge aquella
ocasión que hace revolucionar toda su per-
sona y le hace creer que todo lo que uno
piensa, efectivamente, puede cumplirse.

Maltractament a les
persones majors
El Conseller d’Assumptes So-
cials del CIM, per no escarrufar,
va titular la seva conferència en
el I Forum Senior de Mallorca
(Port de Pollença-Alcúdia, dies
29, 30 i 31 d’octubre) com a «Pro-
tecció a les Persones més vulne-
rables». Hem d’agrair-li la delica-
desa.
A mi personalment i com a so-
ciòleg m’agrada més assenyalar
el mal amb el nom corresponent.
Segons les estadístiques no-
Cartas al Director
més es denucien el 6% dels casos dona); però el més freqüent són infantilització, privació de segu- moments tothom és classificat
de maltractament familiar; es els crits, els desaires, la ironia, el retat i/o afecte, invalidació, ob- com classe social mitjana.
sospita que es callen altre tant de sarcasme, la causticitat, etc. jectificació, etc.). A la nostra generació se’ns po-
casos ocults; sobre tot, a causa Algú ha descrit aquests fets Les actituds de gratitud o de dia cridar l’atenció, exigir for-
del temor a les represàlies o sim- així: «Causar intencionadament perdó no pareix que siguin carac- mes, recordar deures; però em
plement perquè no està ben vist angoixa, pena, sentiment d’in- terístiques del món d’avui; man- sembla que avui, a la nostra nis-
denunciar els familiars. dignitat, por o aflicció per mitjà co es vol tenir present el respec- saga, no se’ls pot signar amb el
S’entén per maltractament el d’actes verbals o conducta no te, consideració, mirament agraït dit sense que es sentin ofesos,
físic, és a dir, pegar, amenaçar verbal (amenaces, insults, intimi- degut a persones majors que han fins i tot, pot ser que et neguin el
amb algún objecte (que també es dació, humiliació, ridiculització, fet possible un estat de benestar, salut o l’escomesa.
que malauradament serà difícil El que subscriu pot haver estat
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