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Indicios obtenidos mediante actos de investigación que requieren autorización judicial: Facultad
coercitiva en la realización de los actos de investigación; La actividad investigativa que afecta la
intimidad y privacidad de las personas; El allanamiento; El registró nocturno; Diferencia entre inspección
y allanamiento; La ocupación e interceptación de correspondencia y comunicaciones; El vaciado de
dispositivos informáticos, telemáticos y de comunicación; El examen corporal y mental; La exhumación.
Indicios obtenidos mediante actos de investigación que requieren autorización judicial: El Código
Orgánico Procesal Penal establece un conjunto de actuaciones que solo pueden ser llevadas a cabo por
el Ministerio Público o el órgano de policía de investigación penal con la previa autorización del Juez de
control. Se entiende que dentro de la investigación se hace necesario la intervención de la garantía o el
derecho constitucional, para ello será necesario la previa autorización judicial otorgado por el juez de
control. Se regulan actuaciones como el allanamiento, incautación, interceptación de comunicaciones,
intervención de la información privada contenida en los dispositivos y medios electrónicos, la
intervención médica o científica corporal o mental de las personas entre otras.
La facultad coercitiva debe ser interpretada en el sentido estricto del respeto hacia las garantías de libre
tránsito y libertad personal contempladas en la constitución de la república.
La actividad investigativa que afecta la intimidad y privacidad de las personas: a lo largo de la historia, ha
quedado sentado que la intervención del Estado en la intimidad de las personas ha sido una vía expresa
para la obtención de elementos de convicción para el juicio de cargo. Sin embargo, el compromiso
universal alcanzado con el avance de la humanidad ha permitido establecer parámetros distintos que de
muchas maneras, limitan el accionar del Estado en la búsqueda de los elementos incriminatorios en una
investigación penal, ello se entiende en razón a la dimensión de recursos con que cuenta el Estado en
comparación a las posibilidades con que cuenta el individuo. Es por ello que las legislaciones han
limitado el accionar de la capacidad de intervención con que cuenta el aparato punitivo de los Estados,
sometiéndolo al control judicial con el objetivo de restringir el abuso en la intervención del ejercicio de
la autoridad frente a los derechos ciudadanos.
En este sentido, en el transcurso de la investigación penal el Ministerio Público y los órganos de policía
de investigación, podrán mediante la autorización judicial intervenir la actividad individual de las
personas, con el debido respeto a los limites contemplados en cada caso, ya que de lo contrario tal
intervención implicaría una afectación de los Derechos Humanos de los investigado, traduciéndose en
responsabilidad directa para el Estado, quien por imperio del orden internacional está obligado a
investigar, sancionar y resarcir las violaciones perpetradas por sus funcionarios al respecto.
Es por ello, que la intervención de garantías individuales como son: la vida, la integridad personal, el
hogar doméstico, la privacidad, las comunicaciones entre otras constituyen derechos y garantías
constitucionales de carácter absoluto cuando no admiten prerrogativas de intervención y relativos
cuando solo a través de la orden judicial pueden ser allanadas.
El allanamiento; es una actividad de pesquisa que busca encontrar elementos de interés criminalístico,
vinculados a un hecho investigado, dentro de locaciones habituales del sospechoso, que emplea para su
descanso o faene diaria. La actividad de búsqueda de evidencia se realiza siguiendo una metodología
técnica de rastreo y localización de evidencias asociado a la criminalística, así mismo es necesario en su
desarrollo abordar los parámetros legales determinados en la Constitución de la República y la ley.
En este sentido, el artículo 196 del Código Orgánico Procesal Penal, establece que para su ejecución
debe existir necesariamente una orden judicial, para lo cual determina los requisitos de forma y el fondo
de la autorización otorgada por el juez de control. En cuanto a la excepción contempla, que en razón a
determinadas razones de necesidad y urgencia, por no contar con el tiempo necesario para la
tramitación de la solicitud, la realización de un allanamiento sin orden puede darse siempre y cuando se
esté bajo alguno de los siguientes supuestos:
Ello implica una extensión normativa que va más allá de lo preceptuado en el orden constitucional,
estableciendo condiciones ampliadas que configuran un conjunto de posibilidades que permiten
desdibujar, la necesidad que persiguió el constituyente. De tal manera que de acuerdo al Código
Orgánico Procesal Penal el allanamiento de una morada se podrá realizar bajo dos condiciones:
El registró nocturno; El legislador deja asentado en el artículo 190 del Código Orgánico Procesal Penal,
que debe dejarse constancia de que se trata de un registro nocturno en las actas que recogen el
procedimiento de su ejecución, sin embargo la redacción del artículo en cuestión, no aclara su sentido
en razón de entender si se trata de un inspección como forma de actuación que pretende dejar
constancia de las circunstancias del estado de los lugares, cosas, la búsqueda de rastros y efecto
materiales que existan y sean de utilidad para la investigación del hecho o la individualización de los
partícipes en él o un allanamiento que pretende recoger un conjunto de evidencias de las cuales se
presupone que se encuentran en el sitio investigado y por ello existe la necesidad de su registro.
Por todo ello, podríamos definir el registro nocturno como la actividad de pesquisa que busca encontrar
elementos de interés criminalístico, vinculados a un hecho investigado, dentro de locaciones en horas
nocturnas, por tanto, requiere de autorización judicial a menos que se esté frente a las excepciones que
determina el allanamiento o se cuente con el expreso consentimiento del dueño o dependiente,
otorgado con absoluta libertad para su realización.
Diferencia entre inspección y allanamiento: en términos prácticos son dos cosas distintas, ya que la
inspección vista como diligencia de investigación está dirigida a observar o a reconocer lugares y cosas
con la finalidad de dejar plasmado en un acta el conocimiento de las materialidades percibidas a través
de los sentidos por parte de un experto que es quien la práctica, no necesariamente y de forma principal
se pretende con la inspección la recolección de evidencias ni la revisión o registro exhaustivo de lugares
o cosas cuya finalidad si está dentro del allanamiento.
Por ello, para darle un sentido práctico a la regulación contenida en el Código Orgánico Procesal Penal,
debemos entender que la inspección se encuentra vinculada a la fijación y descripción de lugares y
cosas, y que su finalidad principal persigue dejar sentado sus materialidades para el momento específico
en que son examinados, de forma accesoria o secundaria puede acompañarse de la actividad de registro
exhaustivo y sistemático en la búsqueda de evidencias, rastros o huellas de interés criminalístico. Por el
contrario, el allanamiento, pretende de forma principal la captación de evidencias en moradas o recintos
privados, por ello está asociado de forma primaria a la actividad de registro exhaustivo y sistemático en
la búsqueda de evidencias de interés criminalístico.
La norma Constitucional advierte que no podrán ser interferidas sino por orden de un tribunal de
control, previo el cumplimiento de las disposiciones legales y preservándose el secreto de lo privado.
De igual modo, el Ministerio Público podrá solicitar y el tribunal de control ordenar la incautación de
documentos, títulos, valores y cantidades de dinero, disponibles en cuentas bancarias o en cajas de
seguridad de los bancos o en poder de terceros, cuando existan fundamentos razonables para deducir
que ellos guardan relación con el hecho delictivo investigado.
En los supuestos previstos en el artículo 204 del Código Orgánico Procesal Penal, el órgano de policía de
investigaciones penales, en casos de necesidad y urgencia, podrá solicitar directamente al Juez o Jueza
de Control la respectiva orden, no sin antes obtener la previa autorización, que puede ser expresada por
cualquier medio, por parte del Ministerio Público, la cual deberá constar en la solicitud formulada.
La ley establece que a tales efectos, se entenderá por comunicaciones ambientales todas aquellas que
se realizan personalmente o en forma directa, sin ningún instrumento o dispositivo de que se valgan los
interlocutores.
La autorización Judicial: de acuerdo a lo expresamente señalado en el artículo 206, del Código Orgánico
Procesal Penal, en todos los casos señalados anteriormente, el Ministerio Público, deberá solicitará
razonadamente al Juez de Control del lugar donde pretende realizar la intervención, la correspondiente
autorización con expreso señalamiento del delito que se investiga, el tiempo de duración, que no
excederá de treinta días, los medios técnicos a ser empleados y el sitio o lugar desde donde se
efectuará, dicha autorización podrá ser prorrogada de forma sucesiva mediante el mismo procedimiento
y por lapsos iguales, medios, lugares y demás extremos que sean pertinentes.
Uso de la Grabación: según la ley y en resguardo del derecho constitucional que garantiza la intimidad
personal, toda grabación autorizada será de uso exclusivo de las autoridades encargadas de la
investigación y enjuiciamiento, quedando en consecuencia prohibido divulgar la información de esta
forma obtenida.
Identificar, proteger, colectar y transportar toda la data o información contenida en archivos o bases de
datos que pueda representar evidencias electrónicas, así mismo establecer las evidencias que puedan
permitir determinar tareas de consultas, modificaciones, sustracciones o adiciones que puedan
relacionarse de forma directa o indirecta con la investigación criminar.
Recuperación la data y/o información borrada, alterada, destruida u oculta en cualquier dispositivo de
almacenamiento en el área de las tecnologías de información.
Decodificar las claves de acceso de los archivos residentes en computadores personales, dispositivos de
almacenamiento masivo de información, u otros dispositivos de almacenamiento, a través de
herramientas y técnicas de cripto análisis.
En el manejo de todas estas evidencias, entra en juego una de las áreas más innovadoras de la
criminalística, como lo es la Informática Forense, que si bien en un principio se pretendió ver desde un
punto de vista aislado, más relacionado con la seguridad informática y la computación, realmente
constituye una de las ramas que más hace uso de las técnicas y procedimientos criminalísticos,
precisamente en atención al carácter volátil que presentan las evidencias digitales, que de igual forma
engloba el carácter sustancial vinculado con la garantía constitucional de las inviolabilidad de las
comunicaciones, por ello para su intervención se requerirá la debida autorización judicial otorgada por
el juez de control. En prevención a ello, la Ley de Delitos Informáticos contempla de forma taxativa una
serie de tipos penales que pudieran aplicarse en el caso de una errónea intervención por parte del
Ministerio Público o alguno de los órganos auxiliares en atención a la vulneración de la información e
intromisión en los dispositivos tecnológicos que dicha ley contempla.
Examen Corporal y Mental: Según el artículo 195 del Código Orgánico Procesal Penal, consiste en la
verificación sobre las huellas que el hecho investigado pudo materializar en una persona, pudiendo
indagar más allá de lo evidentemente superficial, indagando en el interior de su organismo hasta su
estado psíquico.
Por ejemplo, para dejar constancia de que oculta en el interior de su organismo, evidencias criminales o
que su conciencia resguarda un estado depresivo, de pérdida de contacto con la realidad,
desorientación o desvinculación del sentido de la percepción de lo bueno o no malo.
En estos casos la norma exige que al practicarse ese examen se debe cuidar el respeto al pudor de la
persona y si es preciso que se practique con el auxilio de expertos; que al acto podrá asistir una persona
de confianza del examinado; y que éste será advertido de tal hecho.
Por su parte, Popoli (2007) afirma que la legislación debe tomar en cuenta otros exámenes que abarca la
revisión interna del cuerpo humano, regulando así la realización de análisis científicos de sangre, de
semen, de orina, de ADN, así como mediante tomografías, radiografías, radioscopias, antropometría,
psiquiatría y otros de la misma índole. En aquellos casos en los que se requiera practicar cirugía mayor o
menor, a fin de levantar una evidencia, existe una laguna de interpretación, por cuanto el artículo 195
del Código Orgánico Procesal Penal, no especifica de forma taxativa si es necesaria o no la autorización
judicial para la práctica de esta diligencia. Al respecto el numeral 3 del artículo 46 de la Constitución de
la República, establece que ninguna persona podrá ser sometida sin su libre consentimiento a
experimentación científica, o exámenes médicos o de laboratorio, sin embargo, hace la salvedad que
habilita la intervención del Estado, en los casos cuando se encuentra en peligro su vida u otras
circunstancias que determine expresamente la ley.
Por ello consideramos que es necesario la revisión y regulación de este tipo de inspecciones con el
objeto de preservar la debida actuación procesal.
La exhumación: En el caso de que un cadáver haya sido sepultado antes del examen corporal o autopsia
correspondiente, el Juez de control, a petición del Ministerio Público, podrá ordenar la exhumación
cuando las circunstancias permitan presumir la utilidad de la diligencia de investigación.
El Código Orgánico Procesal Penal establece en el artículo 203, la necesidad de informar con
anterioridad a la exhumación, a algún familiar del difunto, así mismo establece que una vez practicado el
examen o autopsia, se deberá proceder a la inmediata sepultura del cadáver.