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Pierre Bourdieu

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COSAS DICHAS
Editorial Gedisa ofrece
los siguientes títulos sobre

SEMIÓTICAY CIENCIAS
DE LA COMUNICACI~N
FABBRI El giro semiótica
PAOLO
Las concepciones del aigno
a la largo de su historia

DOMINIQUE
WOLMN Internet i y después?

JEANMOUCHONPolítica y medios
Lospoderea bajo influencia

ELISEO
V E R ~ NEfectos de agenda

~ S A A CJOSEPH Eruing Goffman


y la microsociologia

ELISEOV E R ~ NEsto no es u n libro Pierre Bourdieu


MUNIZ
SODRÉ. Reinuentando la cultura

MARYDOUGLASEstilos de pensar

ELISEO
VERÓN Telenovela. Ficción popular
Y LUCRECIA
ESCUDEROCHAUVELy mutaciones culturales
(COMPILADORES)
1
LUCRECIA
ESCUDERO
CHALNELMalvinas el gran relato

MARCAUGB Hacia una antropología de


los mundos contemporáneos

FABBRI Tácticas de los signos


PAOLO
Ensayos d e sernidtica
Titulo del original en francés:
Choses,dites
O Les Editions de Minuit, París, 1987

Director de la colección El Mamífero Parlante: Eliseo Verón


naducci6n: Margarita Mizraji
Diseño de cubierta: Marc Valls A la memoria de mi padre

Primera edición: mayo de 1988, Buenos Aires


Primera reimpresión: septiembre de 1996, Barcelona
Segunda reimpresión: julio del 2000, Barcelona

Derechos reservados para todas las ediciones en castellano

O Editorial Gedisa, S.A.


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en cualquier otro idioma.
PREFACIO ..................................................................................
11

1. ITINERARIO .........................
..........................................15
"Fieldwork in philosophy" .............................................. 17
Puntos de referencia ...................................................... 44

11. CONFRONTACIONES ......................... . . . ...................... 65


De la regla a las estraiagias ............................... .......... 67
La codificaci6n .......................... . ................................ 83
Soci6logos de la creencia y creencia
.
.
de los soci6logos ...................... ................... 93
Objetivnr el sujeto objetivante ...................... . . ............ 98
..
La disoluci6n de lo religioso .................... ............... 102
.
.
El interks del ~oci6logo....................... .................... 108
Lectura. lectores. letrados. literatura ........................... 115

111. APERTURAS ...................................................................


125
Espncio social y poder simb6lico ....................................127
El campo intelectual: un mundo aparte ........................143
Los uso3 del "pueblo" .................................................... 152
La delegaci6n y el fetichismo político ........................... 158
Progrnma para una sociología del deporte ................... 173
El sondeo, una "ciencia" sin sabio .................................185
Prefacio
VE1 eapffitudel eaetillo fortaleza es el puente levadizo."
Ren6 Char

Me he referido bastante a las dificultades particulares de la es-


critura en sociología, y los textos que se leerán aquí no hablarán de
eso, quiz4, sino demasiado. Pero ellas justifican, creo, la publicación
de estas transcripciones, aliviadas de las repeticiones y de las torpe-
zas más flagrantes, de exposiciones orales, entrevistas, ccnferencias
o comunicaciones. El discurso escrito es un producto extraño, que se
inventa, en la confrontación pura entre el que escribe y "lo que tiene
que decir", fuera de toda experiencia dii-e& de un3 relnción social,
fuera tnmbien de los apremios y de las urgencias de una demando in-
mediatamente percibida, que 5e manifiesta por toda clase de signos
de resistencia o de a~robaci6n.No tengo necesidad de decir las virtu-
des irremplazablzs de este cierre sobresí: es claro que entre otros efec-
tos funda la autonomia de un texto de donde el autor se ha retirado
lo más posible, llevándose con 61 los efectos retdricos que podrían ma-
nifestar su intervenci6n y su compromiso en el discurso (aunque no
fuese sino el uso de la primera persona), como para dejar completa li-
bertad al lector.
Perolapresenciadeunoyente, y sobre tododeunauditorio, tiene
efectos que no son todos negativos, especialmente cuando se trnta de
comunicar alavezun anális;: y unaexperiencia, y de levantarlosobs-
táculos Darala comunicación are. muv a menudo. se sitúan menos en
el orden del entendimiento e;: elhc la volunind: si la urgencia y
la linealidad del discurso hablado entrañan simplificncionesy repeti-
ciones (favorecidastambien por el retorno de las mismns cuestiones).
las facilidades procuradas por la palabra, que permite ir rápidnmen-
te de un punto a otro, al quemar las etapas que un razonamient
riguroso debe marcar una por una, autorizan estrechamientos, resú-
menes, aproxirííaciones, favorables a la evocación de totalidades com-
plejas que la escritura despliega
. - y - desarrolla en la sucesión interrni-
nable de p6rrafos y d > capítulos. La inquietud de hacer sentir o de
.
hacer comwender.. im~uesta Dor la ~resenciadirecta de interlocuto-
res atento;, incita al vaiven efitre laabstracción y la ejempliíicación,
Y alienta la búsqueda de metdforas o de analo@asque, cuando se puc-
den decir sus límites en el instante mismo de Su utilización, permiten

Il
ofrecer una primera intuición aproximativa de los modelos más com- mismo sobre los problemas judios cuando hablo a judios de Nueva
plejos e introducir así a una presentación más rigurosa. Pero sobre York, de Paris o de Jerusal6n. Del mismo modo, la respuesta que yo
todo, la yuxtaposición de propósitos muy diversos por sus circunstan- podría dar a las preguntas que generalmente seme hacen varíase~ún
cias y sus objetos puede, al hacer descubrir el tratamiento de un los intarlocutores, sociólogos o no sociólogos, sociólogos francesa; o
mismo tema en contextos diferentes del mismo esquema, mostrar en sociólogos extranjeros, especialistas de otras disciplinas o simples
acción un modo de pensamiento que restituye mal, cuando no lo disi- profanos, etc8tera. Lo que no quiere decir que nohaya unaverdad ro-
mula completamente, el acabado de la obra escrita. bre cadauna de estas cuestiones y que esta verdad no siempre s e r .:e-
La lógica Ge la entrevista que, en más de un caso, se vuelve un da decir. Pero cuando se piensa, como yo, que se debe ir en cada caso
verdadero diálogo, tiene por efecto levantar una de las censuras ma- al punto en que sa espera el máximo de resistencia, lo que es la inver-
yores que impone la pertenencia a un campo científico, y que puede sa exacta de la intención demag6gica, y decir a cada auditorio, sin
estar tan profundamente interiorizada que no es siquiera sentida co- provocación, pero tambi6n sin concesión, el aspecto de laverdad que
mo tal: la aue imoide resoonder. en la escritura misma. a ~ r e m n t a s para81 esmás difícil de admitir, es decir aquello que se cree ser suver-
que, desdeel puniodevis¿a prof&ional, no pueden aparecer sinocomo dad, sirvi6ndose del conocimiento que se cree tener de sus ezgtctati-
triviales e inadmisibles. Ademds. cuando un interlocutor bien inten- vas no para halagarlo, manipularla, sino para 'hacer pasar", por así
cionado manifiesta con toda bueAafe sus reticencias o sus resistan- decir, lo que 61tendrám6s dificultad en aceptar, en trazar, es decir 10
cias o cuando se hace cargo, como abogado del diablo, de obje-iones o que toca a sus defensas más profundas, se sabe que se zstd siempre
críticas que ha leido u oído, puede dar la ocasiór~?e formular, sea pro- expuesto a ver cómo el socioanálisis se vuelve sociodrama.
posiciones absolutamente fundamentales, que las elipsis de la altura Las incertidumbres y las imprecisiones de este discurso delibe-
acad8mica o los oudores de la conveniencia científica llevan a callar. radamente imprudente tienen asi por contraparkida el temblor de la
sea aclaraciones; desmentidos o refutaciones que el desd8n o el desa: voz, que es la marca de los riesgos compartidos en todo intercambio
grado suscitados por las simplificacionei autodestructoras de la in- generoso y que, si se oye por poco qut sea en la transcripción escrita,
'' comprensión y de la incompetencia o por las acusaciones estúpidas o me parece justificar la publicación.
bajas de la mala fe llevan a rechazar (no tendr8 la crueldad, un poco
narcisista, de presentar aquíunflorilegio de los reproches que mefue-
ron hechos, en forma de slogans y de denuncias polfticas -determi-
nismo, totalitarismo, pesimismo, etc.-, y que me chocan sobre todo
por sufariseismo: tan fácil es. y gratificante,hacerse el defensor de los
buenos sentimientos y delas buenas causas, arte, libertad, virtud, de-
sinter6s. contra a l m o a auien se mede impunemente acusar de
odiarlasporque revela, sin darse siqÜiera el ake de deplorar, todo lo
aue el oundonor esoiritualista ordena esconder). El hecho de la inte-
=ogaci6n, que insGtuye una pregunta, autoriza y alienta a explicar
.
las intenciones teóricas.,v todo lo aue las seoara de las visimes con-
currentes, y a exponer más en detalle las operaciones empíricas, y las
dificultades, amenudoinasibles en el protocolo final, que debieron su-
Derar. todas ellas informaciones aue el rechazo. quizás excesivo. de la
a
~omplacenciay del Bnfasis lleva menudo a censurar.
Pero la virtud mayor del intercambio oral está ligado ante todo
al contenido mismo del mensaje sociológico y a las resistencias que
suscita. Muchas de las palabras presentadas aquí no cobran todo su
sentido sino refiri6ndose a las circunstancias en que fueron pronun-
ciadas, al público.al cual fueron dirigidas. Una parte de su eficacia
resulta sin duda el esfuerzo depersuación destinado a superar la ten-
sión extraordinaria que crea a veces la explicitación de una verdad
negada o rechazada. Gershom Scholem me decía un día: no digo lo
Primera Parte

Itinerario
P. -¿Cu1¡1 era la situaci6n intelectual en el momento de sus estudios:
marxismo, fenomenologia, etc.?
R. -Cuando yo estudinba, en los aAos 50, la fenomenol@a, en su
variante existencialista, estaba en su apogeo, y hnbia leído muy
temprano El ser y la nada, ademhs de Merleau-Ponty y Husserl; el
marxismo no existía verdaderamente como posici6n, en el campo in-
telectual, aun si autores como Tran-Duc-Taollegaban a hacerlo exis-
tir presentnndo la cuesti6n de su relaci6n con ln fenomenologín.
Ademhs, hice en ese momento una lectura escolnr de Mnrx; me inte-
resaba sobre todo en el joven Marx y me hnbian opasionndo las Tesis
sobrelzewrbach. Pero era la Bpoca del stalinismo triunfante. Muchos
de mis condisclpulos que se han vuelto ahora violentos anticomunis-
tas estaban en el ~ a r t i d ocomunista. La presi6n staliniana era tan
exasperante que, hacia 1951, habíamos fundado en la Escuela normal
(estaban Bianco. Comte. Marin. Derrida. Pariente Y otros) un Comi-
te para la defensa de las libertahes., que ¿e Roy ~ a d u r i denuncinba
e
a la cBlula de la Escuela ...
...
La filosofía universitaria no. era apasionante Aunque había
gente muy competente, como Henri Gouhier, con quien hiceunn "me-
monan (una traducci6n comentada de las Animaduersiones de Leib-
niz), ~ a s t o nBachelard o Georges Canguilhem. Fuera de la Sorbona,
y sobre todo en la Escuela de Altos Estudios y en el Coll&gede Fran-
ce, estaban tambidn Eric Weil, Alexandre KoyrB, Martial GuBroult,
cuyas ensefianzas s e y i u n a vez entrado en la Escuela normal.Todas
estas Dersonas estaban fueradel curso ordinario. pero esun pocomn-
cias nellos, a loque r presentaban, es decira unniradici6n de historia
I"
de las ciencias v de a filosofia rieurosa (v mncias tnmbiBn a la lectu-
~ d e ~ u s s e r l , ~ d a v i apocot&duci&
mu~ en esa Bpoca),quetrat6, con
aquellos que, como yo, estaban un poco fatigados del existencialismo,

' Entrevista m n A.Honneth. H.Koeybn y B. Schwibs, rcnlizndn enPari8 ccn nbril


de1986 y publluidoennlcm4nbnjoel tltulo'DcrKempl'umdic syrnboliacheOrdnung".
AsUlolik iind Komrnunikalion (Francforl), 16,no61-62,
1966.
de superar un poco la lectura de los autores clásicos y de dar un sen- sentar una de las salidas posibles fuera de la filosofia charlatana de
tido a la filosofia. Hacía matemáticas, historia de las ciencias. Hom- la institución escolar. L..)
bres como Georges Canguilhem, y tambien Jules Vuillemin, fueron
paramí, y para algunos otros, verdaderos "profetas ejemplares" en el P. -¿Pero, un sociólogo' dominaba la filosoffa en ese momento?
sentido de Weber. En el periodo fenomenol6gico-existencialista,en
queno eran muy conocidos, parecían indicarla posibilidad deunanue- R.-No, era un simple efecto de autoridad de la institución. Y nues-
va vía, de una nueva manera de cumplir el rol de fil6sof0, lejos de los tro desorecio Dor la socioloeia eraredoblado por el hecho de aue un
vagos topos, sobre los grandes problemas. Estaba tambikn la revista sociólo~ presidir el jirado en los c o n c u ~ ode
s filosofia simpo-
Critique, en su mejor epoca, donde se encontraba Alexandre Koyrb, nernos sus lecciones, quejuzgábamos nulas, sobre Platán o Rousseau.
Eric Weil. etc.. v una informaci6n a l a vez aindia y- rimrosa - sobre los Este desprecio por las ciencias sociales se perpetuó entre los norma-
trabajosfrance;esy sobre todoextranjeros. Y; eramenos sensible que listas filósofos - q u e representahan la n61ite", por lo tanlo el modelo
otros, sin duda por razones sociol6gicas, al aspecto Bataille-Blanchot dominante- hasta los d o s 60. En esa boca. no exisiía mds aue una
de Critique. La intención de mptura, más bien que de "transgresi6n", sociología empírica mediocre, sin inspiración&órica N empfnca. Y la
se orientaba en mí hacia los poderes instituidos, y especialmente con- seguridaddelosfilósofos normalistasse vela refonadaporelhechode
trala instituci6n universitaria y todo lo que encubría de violencia, de que loa sociólogos surgidos entre las dos guerras, Jean Stoetzel o aun
impostura, de tontería canonizada, y, a traves de ella, contra el orden Georgesfiedmann, que habla escrito un libro bastante endeble sobre
social. Eso auizá Doroueno tenía cuentaaue saldar con la familia bur- Leibniz y Spinoza. se lea aparecían como el producto de una vocación
guesa, comÓ otros, y me encontraba por 1; tanto menosinclinado a las negativa. Era a& mds clam para los primkos sociólogos de los ados
rupturas simb6licas evocadas enLes hdritiers .Pero creo que la volun- 45 que, con algunas excepciones, no habfan pasado por la vía re@a, la
tad de nicht mitmachen, como decía Adorno, la negativa a compromi- Escuela normal y concursos, y que, para algunos, habían sido desvia-
sos con I'ainstitución, empezando por las instituciones intelectuales, dos hacia la sociología por su fracaso en filoaofia.
no me abandon6 nunca.
Muchas de las disposiciones intelectuales que tengo en común P. -¿Pero mimo se operd el cambio de los aiios 601
con la ceneraci6n "estructuralista" (Althusser v Foucault es~ecial-
mentey-en la que no me incluyo, en primer tirmino porqué estoy R. -El eshictwalismo fue muy importante. Por primera vez, una
separado de elli por una generación escolar (escuche sus cursos) y ciencia soeial se imouso como una disciolina respetable. hasta domi-
tambien porque rechaceloque seme apareció como una moda-se ex- nante. vi-~trauis, que bautizó su ciencia como antropologla, en
plican por la voluntad de reaccionar contra lo que había representa- lugar de etnología, reuniendo el sentido anglosajón y el viejo sentido
do oara ella el existencialismo: el'%umanismo" blando aue estaba en filosófico alemdn -Foucault traducla. casi en el mismo momento, la
e l ~ r e , l a ~ o m ~ l a c e n c i a ~ o r l o ~esta
v i despecie
o " ~ demoralismopolí- Anlropologh de Kant-, ennobleció laciencia del hombrb,asf conati-
tic0 que sobrevive hoy del lado de Esprit. tuida. eracias a la referencia a Saussure Y a la lineüística como cien-
cia pÍ&tigiosa, a la cual los filósofos mismos estaban obligados a refe-
P. -¿Nunca se interes6 por el existencialismo? rirse. Es el momento en que se ejerce con toda sufuerza loque yo llamo
el efecto-logía. - .porreferenciaa
- todoslos tltulosqueutilizan estadesi-
R. -Leí a Heidegger, mucho y con una cierta fascinaci6n, es- nencia, arqueología, gramato6gía, semiología, etc., expresión visible
pecialmente los análisis de Sein und Zeit sobre el tiempo público, la .del esfuerzo de los fil6sofos por borrar la frontera entre la ciencia y la
historia, etc., que, junto con los análisis de Busserl en Ideen I I , me filosofia. Nuncahve mucha simpatfa por estas reconversiones a me-
ayudaron mucho-así como Schütz más tarde- en mis esfuerzos por dias que permiten acumular al menor costo las ventajas de la cienti-
analizar la experienciaordinaria de lo social. Pero nunca particip6 del ficidad y las ventajas que otorga la posición de.fil6sofo.Pienso que en
mood existencialista. Merleau-Ponty ocupaba un lugar aparte, por lo ese momento era necesario poner en juego la posición de filósofoy todo
menos en mi opinión. Se interesaba por las ciencias del hombre, por s u ~ r e s t i h o p a roperar
a una verdaderareconversión cientifica.Y. por
labiologia, y dabalaidea de lo que puede seruna reflexi6n sobre el pre- miparte,slmismotiempo que trabajabaparaponerenprácticae¡mo-
sente inmediato -Dor eiem~lo.con sus textos sobre la historia. sobre do de pensamiento estructural o relaciona1en la sociología, resistícon
el partido comunista, sobre iosprocesos de Moscú- capaz de escapar
a las simplificaciones sectarias de la discusi6n política. Parecía repre-
todas mis fuerzas a Insformas mundanas del estructurnlismo. Y es- R -Sí. Y las dos estaban estrechamente ligadas. Porque quena com-
taba tanto menos inclinado a la indulgencia hacia Ins trnnsposiciones prender, a travds de mis andlisis de la conciencia temporal. las
mecánicas de Saussure o Jakobson en antropología o en semiologin condiciones de la adquisiei6n del "habitus" econ6mico'capitalistanen
our
- ~ se
~ -~ .
~ oracticaron
~ ~
en los años 1960, cuanto que mi trabajo filos6fico
me habia conducido muy tempranoa leer muy bien a Snussurre: en
personas formadas en un cosmos precapitalista. Alll, de nuevo por la
observación ylamediday nopor unareflexidn de segunda mano sobre
1958-59hice ur. x r s o sobre Durkheim y Saussure en el cual trat6 de material de segunda mano. Quería tambidn resolver problemas pro-
descubrir los límites de las tentativas para producir "teoríos puras". piamente antmpol&ioos, especialmenteaquellos que me planteaba el
enfoque estructuralista. He contado en la introduccidn aLe Sens ora-
P. -¿Pero usted se convirtió en etn6logo en principio? tique cómo descubrícon estupefacción, recurriendo a la estadística, lo
que raramente se hacfa en etnologla. que el casamiento considerado
R. -Había emprendido investigaciones sobre la "fenomenología de la como típico de las sociedades drabe-bereberes. es decir el casamiento
vida afectiva", o más exactamente sobrelas estructuras temporales de con la prima paralela, representaba más o menos el 3 o 4% de los ca-
la experiencia afectiva. Para conciliar lainquietudpor el rigory la bús- sos, y el 6 a 6%en las familias marabúticas. mds estrictas. mds orto- .
queda filosófica,queríahacerbiologia, etcBtera.Me pensaba comofiló- doxas. Eso meobligabaareflexiones sobre la noción de parentesco, de
sofo y me llevó mucho tiempo confesarme que me habíavuelto etnólo- regla, de reglas de parentesco, que me condudan a las antípodas de la
go. El prestigio nuevo que Lbvi-Strauss habia dado a esta ciencia me tradición estmcturalista. Y la misma aventura me sucedla con el ri-
ayudó mucho, sin duda. (...) Hice a la vez investigaciones que se tual: coherente, lógico, haeta un cierto punto, el sistema de las oposi-
podrían decir etnológicas, sobre el parentesco, el ritual, la econonía cionesconstitutivasde l a l ó ~ c ritual
a serevelabaincaoaz de internar
precapitalista, e investigaciones que se dirían sociológicas, ecpe- todos los datos recogidos. Pero necesité mucho tiempo para roGper
cialmente encuestas estadísticas realizadas con mis amigos del verdaderamente con alminos de los Dresuouestos fundamentales del
I.N.S.E.E.. Darbel. Rivet v Seibel, que me aportaron'mucho. Quería, estructuralismo(que hñcín funciona; similt6neamente en sociologia,
por ejempio, estnbiecer e( principio, nunca clnrnmente determinado pensando el mundo social como espacio de relaciones objetivos trns-
en
.-- la trndición teórica. de la diferencia entre proletariado y subprole-
~~~ ~ ~~~~ ~ ~ ~
cendente con relación a los agentes e irreductible a las interacciones
tariado; y, al analizarías condicioneseconómicas y sociales, de la apa- entre los individuos). Fue necesario que descubriera, por el retorno a
rición del cálculo económico, en materia de economía pero tambidn de terrenos de observación familiares, por una parte la sociedad bearne-
fecundidad, etc., trate de mostrar que el principio de esta diferencia
se sitúa al nivel de las condiciones económicas de posibilidad de
conductas de previsión racional, de las cuales las aspiracionesrevolu-
I sa, dedondosoy originano,y por otra parteelmundo universitario, los
presupuestos objetivistas -como el privileho de la observación con
relación al indlgina, consagrado a l a inconshencia-que e s e n inscri-
cionarias constituyen una dimensión. tos en el enfoque estructuralista. Y luego fue necesario, creo, que sa-
liera de la etnoloda como mundo social, volvidndome sociólogo, para
P. -Pero este proyecto teórico era inseparable de una metodología ... queciertosplanteosimpensoblessevolvieran posibles. Con eso,no re-
lato mi vida: trato de aportar uno contribucidn a la sociología de la
R. S í . Releí, por cierto, todoslos textos deMaijt-y muchos otros so- ciencia. La pertenencia a u n grupo profesionnl ejerceun efectode cen-
sura que va mucho m6s a116 de los apremios institucionnles o perso-
bre la cuestión (es sin duda la Bpoca en que más leí a Marx, y aun el
informe de Lenin sobre Rusia). Trnbajaba tambidn en la noción mar- nales: hny cuestiones que no se presentan, que no se pueden presen- 1
xista de autonomíarelativa en relaci6n con las investigaciones que es- .tar, porque tocan a las creencias fundamentales que estdn en la base
taba comenzando sobre el campo .artístico (un breve libro, Mam, de In ciencia y del fupcionamiento del campo científico. Es lo que in-
~ m u d h o npicasso,
, escritoenfra~cbsentrelasdosguerrasporun emi- dicu Wittgenstein cuando recuerda que la duda radical está tan pro-
grado nlemán, de nombre Marx, me fue muy útil). Todo esto antes del fundamente identificada con la posturn filosófica que un filósofo bien
retorno fuerte del mantismo estmcturalista. Pero quería sobre todo formado no piensa en poner en duda esta duda.
salirde In especulación; en esa &poca,los libros de Franz Fanon, espe-
cialmente Les durni~dsde la terre. estabnn de moda y me pnrecian a
lavez falsos y peligrosos. I P. -Cita a menudo a Wittgonstein. ¿Por que?
R. -Wittgenstein es sin duda el filósofo queme ha sidom6s útil en los
P. -Usted hacía al mismo tiempo investigaciones de antropología. momentos dificiles. Es una especie de salvador para los tiempps de
gran apuro intelectual: cuando se trata de cuestionar cosas tan evi- R. - S e puede comprender retrospectivamente -de hp.cho, las cosas
dentes como "obeceder a u n a regla". O cuando se trata de decir cosas no pasan así en la realidad de la investigación-el recurso a l a noción
tan simples (y, al mismo tiempo, casi inefables) como practicar una de habitus, viejo concepto aristotdlico-tomista aue volví a Densar
completamente, como una manera dees~a~araesiaalternatiiaentre
1
práctica.
elestructuralismosin sujeto y la fílosofia del sujeto. Alliadomás, cier-
P. -¿Cuál era el principio de su duda en lo referente al estructu- tos fenomenólogos, Husserl mismo que le da función a la noción de ha-
ralismo? bitus en el análisis de la experiencia antepredicativa, o Mcrleau-Pon-
ty, y tambidn Heidegger, abren la vía a un análisis ni intelectualista
R. -Queria reintroducir de alguna manera a los agentes, que Ldvi- ni mecanicista de la- elación entre el agente y el mundo. Desgracia-
Strauss y los est~cturalistas,especialmente Althusser, tendían a damente, se aplican a mis análisis, y es la principal fuente de malen-
abolir, haciendo de ellos simples epifenómenos de la estmctura. Digo tendido, las alternativas mismas que lanoción de habitus tiende a se-
bien agentes y no sujetos. La acción no es la simple ejecución de una parar, la de la conciencia y del inconsciente, de la explicaci6n por las
regla, la obediencia a una regla. Los agentes sociales, en las socieda-
des arcaicas como en las nuestras, no son más aut6matas reylados
como relojes, según leyes mecánicas que les escapan. En los juegos
más complejos, los intercambios matrimoniales por ejemplo, o las
prácticas rituales, comprometen los principios incorporadosde un ha-
causas determinantes o por las causas finales. Así Ldvi-Strauss ve en
la teoria de las estrategias matrimoniales una forma de espontaneís-
.
mo y un retorno a la filocofiadel suieto. Otros. Dor el contrario. verán
en ella la forma extrema de lo que réchazan eiel modo de pensamien-
to sociológico, determinismo y abolición del sujeto. Pero es sin duda
- ~ -~~ II
bitus generador: este sistema de disposiciones puede ser pensado por Jon Elster quien presenta el ejemplo m6s perverso de incomprensión.
analogía conlagramáticagenerativa de Chomsky, con ladiferenciade En lugar de prestarme, como todo el mundo, uno de los terminos de
que se trata de disposiciones adquiridaspor la experiencia, por lo tan- la alternativa para oponerle el otro, me imputa una especie de oscila-
tovariables según los lugares y losmomentos. Este "sens dujeu", (sen- ción entre unoy otro y puede así acusarme de contradicción o, inás su-
tido del juego), como decimos en franchs, es lo que permite engendrar tilmente, de cúmulo de explicaciones mutuamente excluventes. ros¡-
ción tanto más asombrosa cuando que, bajo el efecto sh duda de la
~~ ~~

una infinidad de "golpes" adaptados a la infinidad de situaciones po-


sibles que ninguna regla, por compleja que sea, puede prever. Por lo confrontación, fue llevado a tomar en cuenta lo que está en el princi-
tanto, he sustituidolas reglas de parentesco porlas estrategiasmatri- pio mismo de mi representación de la acci6n. el ajuste de las disposi-
moniales. Allí donde todo el mundo hablaba de "reglas", de "modelo", ciones ala posición, de las esperanzas a las posibilidades: sourgrapes,
de "estructura", un poco indiferenciadamente, colocándose enun pun- las uvas demasiado verdes. Siendo el producto de la incorpnración de
to devista objetivo, el de Dios Padre quemira alos actores sociales co- la necesidad objetiva, el habitus, necesidad hecha virtud, produce es-
mo marionetas cuyas estructuras serían los hilos, todo el mundo ha- trategias que, por más que no sean el producto de una tendencia cons-
bla hoy de estrategias matrimoniales (lo que implica ubicarse en el ciente de fines explícitamente presentados sobre la base de un cono-
punto de vista de los agentes, sin hacer de ellos por eso calculadores cimiento adecuado de las condiciones objetivas, ni de una determina-
racionales). Es necesario evidentemente quitar a esta palabra sus ción mecánica por las causas, se halla que son objetivamente ajusta-
connotaciones ingenuamente teleológicas: las conductas pueden ser das ala situaci6n. La acción que y í a a l "sentido de juego" tiene todas
i orientadas con relación afinessin estar conscientemente dirigidasha- las apariencias de la acción racional que diseñaría un observador im-
: ciaesosfines, dirigidas por esos fines. La noci6n de habitus fue inven-,
parcial, dotado de toda la infoimación útil y capaz de dominarla ra-
tada, si puedo decirlo, para dar cuenta de esta paradoja. Asimismo, el cionalmente.Ysin embargo no tiene larazón por principio. Bastapen-
: hecho de que las prácticas rituales sean el producto de un "sentido sar en la decisión instantenea del jugador de tenis que pasa la red a
práctico", y no de Una especie de cálculo inconsciente o de la obedien- destiempo para comprender que ella no tiene nada en común con la
eiade una regla, explicaquelos ritossean coherentes, pero con esa CO- construcción sabiaque el entrenador, despues de un análisis, elabora
herencia parcial, nunca total, que es la de las construcciones prácti- para dar cuenta y :ara extraer lecciones comunicables. Las condicio-
cas. nes del cálculo racional no est4n dadas prhcticamente nunca en la
práctica: el tiempo es contado, la información limitada. etcbtera. Y sin
P. -Esta m p t ~ r acon el paradigma estructuralista ¿no arriesgaría embargo los agentes hacen, mucho más a menudo que si procedieran
hacerlo recaer en el paradigma "individualista" del cálculo racional? al azar, "lo único que se puede hacer". Esto porque, abandonándose a
las intuiciones de un "sentido práctico" que es el producto de la expo-
sición durable a las condiciones semejantes o aquellas en las cuales todos los casos, quienes usaban In nocion se inspiraban en unn misma
estnn colocados, anticipan la necesidad inmanente sl curso del mun- intención teórica, o. por lo menos, indicaban una misma dirección de
do. Seríanecesario retomar en estalógica el análisis de la distinción, búsqueda: seaque, como en Hegel, que emplea tnmbién, con la misma
una de esas conductas paradójicas que fascinan L Elster porque son funci6n,nocionescomohexis,ethos,etc., se trntederomper con eldua-
un desafio a la distinción del consciente y del iiiconsciente. Baste de- lismo kantiano y de reintroducir las disposiciones permanentes que
.. -Dero - es
cir . - mucho más comolicado- que los dominantes no apare-
ten como distinguidos sino p&que, habiendo de a l y n a manera naci-
son constitutivas de la moral realizada (Sitllichkeit ) -por oposición
al moralismo del deber-; o que, como en Husserl, la noción de habi-
do en una posición positivamente distinguida, su habitus, naturaleza tus y diferentes vecinos como Habitualitdt, marquen el esfuerzo por
socialmente constituida, es inmediatamente ajustado a las exigen- salir de la filosofin de la conciencia; o también que, como en Mnuss, se
cias inmanentes del juego, y que pueden asi atirmar su diferencia sin trate de dar cuenta del funcionamiento sistemático del cuerpo socia-
tener necesidad dequererlo, es decir con lo natural que es la inarca de lizado. Retomando la noci6n de habitus, a propósito de Pnnofsky que,
la distinción llamada "natura1";les basta ser loque son para ser loque en Arehitecture gothique ,retornaba él mismo un concepto indígena
es necesario ser, es decir naturalmente distinguidos de aquellos que para dar cuenta del efecto del pensamiento escol6stic0, quisiern
no oueden hacer la economíadela búsqueda de la distinción. Lejos de arrancar aPanofsky dela tradición neokantiana. en la cual estabaen-
se;identificable con la conducta distinguida, como lo cree Veblen, a cerrado (es aun m& claro en La perspectiue comrne forme symboll-
quien %ter se asimila equivocadamente, la búsqueda de la distin- que), sacando partido del uso absolutamente accidental. v en todo ca-
ción es sunegacibn: en primer lugar, porque encierra el reconocimien- so único, que 61 había hecho de esta noción (Lucien doidmnnn lo vio
to de w.a carencia y la confesión de una aspiraci6n interesada, y por- muy bien y me había reprochada vivamente tomar en el sentido del
que, como se lo ve bien en el pequeño burgués,la conciencia y la refle- materialismo a u n pensador que, según él, se había rehusado siempre
xividad son a la vez causa y síntoma del defecto de adaptación inme- a marchar en esta direcci6n por "pmdencia politicn"; era su modo de
diata a la situación que define al virtuoso. El habitus mantiene con el verlas cosas...). Sobre todo, yoqueriarenccionar contra la orientación
mundo social del que es producto unaverdadera complicidadontológi- mecanicisia de Saussure (que. como los mostré en Le sens protique,
ea, principio de un conocimiento sin conciencia, de una intencionali- concibe In próctica como simpieejecucidn)
. . Y del estructurnlismo. Muv
dad sin ;?tención v de un dominio práctico de las regularidades del próximoen esto achomsky, en quien encontré lamismapre~cupnci&
mundo que permiG adelaiitar el sin tener ni siquiera necesi- por dar una intención activa, inventiva, a la prdctiea (a ciertos defen-
sores del personalismo les pareció una muralla de la libertad contra
~~~
.--~~
dad de oresentarlo como tal. Se encuentra alliel fundamento de la di-
el determinismo estructurnlista), quería insistir sobre las capacida-
ferencia que hacEaHusserl, esldeenl, entrelaprotensi6n como desig-
nio práctico de un porvenir inscrito en el presente, por lo tanto apre- de.~generatricesde lasdisposiciones, quedando enter+d!: y-
Quese
ta de disposiciones adquirirlas, sucinlfinte constitui qs Se ve hastn
hendido como va allí v dotado de la modalidad dóxica del presente, y
el proyecto como pos$i6n de un futuro constituido como tal, es decir que punto es absurda In catnlogacion que lleva n incluir en el estruc-
como pudiendo advenir o no advenir; y por no haber comprendido es- turalismo destructor del sujeto un trabnjo que fue orientado por la
ta diferenciaci6n, y sobre todo la teoría del agente (por oposición al voluniaddeieintrorlucir lapráclicadelagente, su capacidad de inven-
"sujeto") que la funda, Sartre encontraba, en su teoría de la acci6n, y ci6n, de improvisnción.
muy particularmente en su teoría de las emociones, dificultades por Pero yo querín recordar que esta capacidad "creadora", activa,
completo identicasalas que Elster, cuyaantropologíaestámuy próxi- inventiva, no era la de un sujeto transcendental en la tradición idea-
lista, sino la de un agente actuante. Ariesgo de veime clasificiido del
ma a la suya, trata de resolver por una suerte de nueva casuística filo- I g o de las formas más vulgares del pensamiento, quería recordar la
sófica: jcómo puedo librarme libremente de lalibertad, dar lyoremen- "primacía de lu razóii pritctica", de la que hablaba Fichte, y explicitar
te al mundo el poder de determinarme, como en el miedo, etcétera? Pe-
ro traté de todo esto, a lo largo y a lo ancho, en Le senspratique. las categorías específicas de esta razón (lo que traté de hacer en Le
senspratique). Me ayudó. no tanto para reflexionar como para atre-
verme a avanzar mi reflexión, la famosa Tesis sohrcF'errerbqch : "El
P. -¿Por qu6 retoma esta noción de habitus? principal defecto de todos los materialismos anteriores, inclliso el de
Feuerbach,resirle en el hecho de que el objeto es concebido en ellos so-
R. -Lanoción de habitus fueobjeto de innumerablesusos anteriores, lamente bqjo la forma de objeto de la percepción pero no como activi-
oor
r - autores
- ~ tan diferentes como Hegel. Husserl. Weber. Durkheim o
~~ ~

dad humana, como práctica." Se trata de retomar en el ideulismo el


Mauss, usos más o menos metódico; sin embargo, me parece que, en
"lado activo" del coiiocimiento prActico que la tradición materialista, bre arbitrio. El hnbitus es ese priiicipio no elegido de tanta elección
especialmente con la teoría del "reflejo", le había abandonado. Cons- que desespera a nuestros humanistas. Sería fácil de establecer -1le-

I
truir la noción de habitus como sistema de esquemas adquiridos que vo sin duda un poco lejos el desafio- que la elección de esta filosofía
funcionan en estado práctico como categorías de percepción y de apre- de la libre elección no se distribuye al azar... Lo propio de las reali-
ciación o como principios de clasificación al mismo tiempo que como dades históricas es que se puede siempre establecer que hubiera po-
principios organizadores delaacción, era constituir al agente social en dido ser de otra manera, que va de otra manera a otra parte, en otras
su verdad de operador práctico de construcción de objetos. condiciones. Lo que quiere decir que, al historizar, la sociologia des-
naturaliza, desfatnliza. Pero se le reprocha entonces alentar un de-
P. -Toda su obra, y especialmente las criticas que usted dirige a la sencanto cínico. Y se evita asi plantear, en un terreno en que tendría
irleoloda
. --.. - - ~del don.,o., en el terreno
-. ~~
teórico. a la intención profundamen- cierta posibilidad de ser resuelta, la cuestión de saber si lo que el so-
te antigenbtica del estructuralismo, se inspira en la preocupación de ciólogo da como una comprobación y no como una tesis, a saber por
reintroducir la gdnesis de las disposiciones, la historia individual. ejemplo que los consumos alimentarios o los usos del cuerpo varían
según la posición ocupada en el espacio social, es verdavera o falsa y
R. -8n este sentido, sime gustase el juego delos rótulos que se prac- cómo se puede dar razón de estas variaciones. Pero, porotra parte,
ticamucho en elcampointelectual desde que ciertosfilósofosintrodu- provocando la desesperación de aquellos que bien se puede llamar los
jeron en 6llas modas y los modelos del campo artístico, diríaque trato absolutistas, esclarecidos o no, que denuncian su relativismo desen-
de elaborar un estructuralismogendtico: el análisis de las estructuras cantador, el sociólogo descubre la necesidad. la coacción de las condi-
objetivas -las de los diferentes campos- es inseparable del análisis ciones y de los condicionamientossociales, hasta el corazón del "suje-
de lagenesis en el seno de los individuos biológicos de las estructuras to". baio la forma de eso oue llamo el habitus. En suma, que lleva al
mentales que son por una parte el producto de la incorporación de las colmo de la desesperación del humanista absolutista al hacer ver la
estructuras sociales y del análisis de la g6nesis de estas estructuras necesidad de la contingencia, al revelar el sistema de condiciones
sociales mismas: el espacio social, y los grupos que en 61 se distribu- sociales aue han hecho una manera particular de ser o de hacer, así
yen, son el producto de luchas históricas (en las cuales los agentes se necesitada sin ser por eso necesaria.~Misenadel hombre sin Dios ni
comprometen en función de suposición en el espacio social y de las es- destino de elección. oue el sociólogo no hace m4s que revelar, sacar a
tructuras mentales a trav6s de las cuales aprehenden ese espacio). luz, y de lo cual se 1'0 hace responcable, como a todos los profetas de la
desgracia. Pem se puede matar al menssjero, lo que 81 anuncia que-
P. -Todo esto parece muy lejos del determinismorígido y del sociolo- da dicho, y entendido.
gismo dogmtitico que se le atribuye a veces. Siendo así, ¿cómo no ver que al enunciar los determinantes so-
ciales de las prácticas, de las prácticas intelectuales especialmente, el
R. -No puedo reconocerme en esa imagen y no puedo evitar ver la sociólogoda~asposibilidadesdeunaciertalibertadcon respectoaesos
explicación en una resistencia al análisis. Encuentro en todo caso bas- determinantes? A trav8s de la ilusión de la libertad con respecto a las
tante ridículo que sociólogos e historiaoores, que no son siempre los determinaciones sociales (ilusión de la que dijecien veces queesla de-
que est6n mejor armados para entrar en estas discusionesfilosóficas, terminación esoeclfica de los intelectuales). se da libertad de eiercer-
~~~ ~~

despierten hoy este debate para. eruditos envejecidos de la Belle alasdeterminAiones sociales. Los queentran con los ojoscerridosen
Epoque que querían salvar los valores espirituales contra las amena- el debate, con un pequeño bagaje filosdfico del siglo XIX,harían bien
zas de la ciencia. El hecho de que no se encuentre otra cosa para opo- en darse cuenta de ello. si no quieren aceptar mañann las formas más
ner a una construcción científica que una tesis metafísica me parece f4ciles de objetivación.~-, la sociología l & r s l li-
un signo evidente de debilidad. Ladiscusión debe situarse en el terre- berande la ilusión de la 1. .edad,.o, m6s exactamente, de In creencia
no delaciencia, si se quiere evitar el caer en debatesparaclases de ba- Zai u b i c a d a e n i i d e s i l u s o r i a s . Ln libertad no es algo dado, si-
chillerato y semanarios culturales donde todas las vacas filosóficas no unaconquista, y colectiva. Y lamento que en nombre de unapeque-
sonnegras. Ladesgraciadelasociologíaes que descubrelo arbitrario, iia libido narcisística, alentadn por una denegación inmadura de las
la contingencia allí donde se quiere ver lc necesidad, o la naturaleza realidades, puedapri;arse de uninstrumentoque permiteconstituir-
(el don, por ejemplo, que, como se sabe desde el mito de Er de Platón, severdaderamente-un~ocomás. en todocaso-comoun sujetolibre,
no es fácil de conciliar con una teona de lalibertad); y que descubre la al precio de un trabajo de reapropiaci6n. Tomemos un ejemplo muy
necesibi, la coacción social, allí donde se querríaver la elección, el li- simple: por uno de mis amigos, obtuve las fichas que llevaba un pro-

27
fesor de filosoífa oreparatoiia sobre sus alumnos; estaba la fotosrnfio, nizan, lasnrrnncan a la historiny las discutenindependientementede
la profesi6n de los &res, las apreciaciones de las disertaciones. He su uso original.
ahiun documento simule: un orofesor (de libertad) escribln de una de ¿Por qu6 es interesante este ejemplo? Porque se ve que losimpe-
sus alumnas que ella Lnin una relacidn servil con la filosofia: ocurre tlimentos, los intereses o las disposiciones asociadas a lÜpertenencia
que esta alunina era hija de una mucama íy era la única de su espe- ul campo filosófico pesan más fuertemente sobre los fil6sofos marxis-
cieen estnpoblaci6n). Elejemplo, que es rea!,esevidentementeun po- tasquclafilosofiamarxista. Si hay algo que lafilosofiamarxistndebe- 1
co fdcil, pero el acto elementnl que consiste en escribir en un papel ría imooner es la atención a la historia (v a la historicidad) de los 1
"chato"."servil"."brillanten."seno". etc..esIn~uestaen~rdcticadeta- conce~tosque se utilizan, para pensar ;1 historia. Ahora bien, el \
xonomíns sociaimente con&ituidaS quéson en general ja interioriza- aristocratismo filos6fico obliga n olvidarse de someter a la crítica his-
ci6n de ooosiciones aue existen en el camoo universitario baio la for- tórica los conceptos visiblemente marcados por las circunstancias
ma de d<;isioiies endiscip~inas.en secci~nes,y tambidn en i l campo hist6ricas de su y de su utilización (los nlthusserianos han
socinlglobal. El análisis delnsestructurasm~taiesesuninstrumen- sobresalido en el e6nero). El marxismo en la realidad de su uso social
to de liberaci6n: gracias a los instrumentos- la socioio~o,cspuede termina por ser pensamiento completomente al abrigo de la críti-
fealizar-.---___---
uña de lns ambiciones eternas de f i l o = q u i d e conn- ca histórica, lo que es una paradoja, dadas las potencialidades y aun
cerlnsestructurns c o g n i t i v a ~ c ~ ~ ~las~ categorias 1 n r , del las exigencias que encerraba el pensamiento de Marx. Marx dio los
eñféndimiento profesoral) y al mismo tiempo a l y w s limites elementos de una pragmática sociolinguistica, en particular en La
m é r ó i ' ~ s ' c ~ ~ i ~ i e~ no t~ o~ .o m B r ~ ~ e i ede mdi-
olos ideologla alemana (me referí a ello en mi análisis socioló~codel esti-
~ ~ ~ s o c i a l e s r e v e l nporei
d a s sistema escolni. que, al volverse ca- lo y dela retórica de~lthusser).~ s t aindicnciones
s quedaron como le-
tegorins de percepcibn,impiden o encierran al pensamiento. La socio- tra muerta, porque la tradición marxista siempre dio poco lugar a la
logia del conocimiento tfatándose de profesionnles del conocimiento, crítica reflexiva. En descargo de los marxistas dire que, aunque se
es el instrumento de conocimiento oor excelencia. el instrumento de puedan sacar de su obra los principios de una sociologin crítica de la
conocimiento de los instrumentos d'e conocimientó. No concibo que se sociologin y de los instrumentos teóricos que la sociología, especial-
pueda prescindir de dl. Que no se me haga (lecir que es el único instm- mente marxista, utiliza para pensar el mundo social, el mismo Marx
mento disponible. Es un instrumento entre otros, al cual creo haber nunca utilizó mucho la critica histórica contra el marxismo mismo ...
contribuido a dar m6s f u e n n y que puede ser aun reforzado. Cada vez
aue se h a ~ historia
a social de la filosofía. historia social de la litern- F. -Recuerdo que en Frankfurthemos tratado de discutir ciertos as-
cura, etc.,>ehardprogresar nesteinstrukcnto,nl quenoveoen nom- pectos de L a distinction: ¿diría usted que las estructuras simbólicas
bre de qud se puede condenar, sino por una especie de oscurnntismo. sonuna representación delas articulacionesfundamentalesde la ren-
Pienso quelasluces estnn del ladode aquellos quehacen descubrir las Iidad o diría que estas estmcturas son en ciertamedida autónomas o
anteojcras ... producidas por un espíritu universal?
Parad6jicnmente, esta dispostción crítica, reflexivn, no es en ab-
soluto ohvin;sobre todo para los filósofos, que son a menudo llevados R. -Siempre me molestó la representación jerarquica de las instan-
oor Indefinicióndc sufiinción.~vor1~.16cicadeIacom~etencinconlas cias estratificadas ~infraestructurdsuverestmcturn) .aue es.inseoa-~ ~
Eiencins sociales, nrechazar &ko escandalosa l a historiznci6n de sus rable de la cuestiónde las relaciones eitre las estructuras simbbI&s
conceptos o de su herencia teórica. Tomnré (porque permite rnzonar y las estructuras económicas que dominó la discusión entre estructu-
a forlriori) el ejemplo de los filósofos marxistas a quienes Iapreocupa- ralistasy marxistas en los aíios 60. Cada vez más me ~rermntosi las
cien de "altura" o de'profundidad" lleva por ejemplo a eternizar "con- estructu;as sociales de hoy no son las estructuras simbólilcas de ayer
ceptos de batalla" como esoontaneísmo. centralismo. voluntnrismo y si por ejemplo la clase tal como se la comprueba no es por una par-
(hÜy otros), y a tratarlos como conceptos ¡ilos6ficos, es decir transhis- te el produch del efecto de teoria ejercido por la obra de Mnnt. Natu-
toricos. Por eiemolo. se acnbn de oublicar en Francia un Dirtionnuire ralmente, no llego hasta decir queson las-estructuras simbólicas las
du rnarxisméen el c k l las tres ciartas partes (porlomenos)deIas en- que producen las estructuras sociales: el efecto de teoria se ejerce tnn-
tradasson de este tipo(laspocaspnlnbrnsque nopertenecen a esta ca- to más fuertemente cuanto que preexisten un estndo potencinl, "en
tegoria fueron fabricadas por el niismo Mnrx). son muy a menudo in- punteado". en la realidad, como uno de los orincioios de división oosi-
jurias, insultos producidos en las luchas. por las necesidades de la lu- bles (que necesariamente el mAs eiidente para Iú percepción
rhu. Ahorabien, muchosdolosfil6sofos llamadosumantistas"Iaseter- común), las divisio::es que la teoría, en tanto principio de visi6n y de

29
división, hace acceder a la existencia visible. Lo que es seauro es aue, la inquietud por reaccionar contra las pretensiones de la gran crítica.
dentro de ciertos limites, las estructuras simbólkas tienen un pode; Pero no reaccionaba menos contra el empirismo microfdnico de La-
absolutamente extraordinario de constititcidn (en el sentido de la fi- zarsfeld y de sus epígonos europeos, cuya falsa impecabilidad tecno-
losofíay delateoría política) que seha subestim~domucho.Pero estas 16gica escondía una ausencia de verdadera problemática teórica, ge-
estructuras, aun si les deben sin duda mucho a las capacidades espe- neradora de errores empíricos, a veces muy elementales. (Parbntesis:
cíficas del espíritu humano, como el poder mismo de simbolizar, de seriaacordarle demasiadoalacorrientellamadahard de la sociología
anticipar el porvenir, etc., me parecen definidas en su especificidad estadounidense, en efecto, reconocerle el rigor empírico que se atribu-
por las condiciones históricas de su gdnesis. ye. oponiendosea las tradiciones más "teóricas". a menudo identifica-
das en Europa. Es necesario todo el efecto de dominación ejercido por
P. -La intención de ruptura con el estructuralismo, pues, ha sido laciencia estadounidense. v tambibn la adhesión máso menosvereon-
siempre muy fuerte en usted, al mismo tiempo que la intención de zosa o inconsciente a unaklosofía positivista de laciencia, paraque
traer al terreno de la sociología las adquisiciones del estructuralismo. Dasen inadvertidas las insuficiencias v los errores tbcnicos oue entra-
~ ~~~~~

intención que desarrolla en su artículo de 1968 "Structuralism and ;la, en todos los planos de la investigaci6n, desde el mueitie'o hasta el
Theory of Sociological Knowledge", aparecido en Social Research. análisis estadístico de los datos, la concepci6n positivista de la ciencia:
no se cuentan los casos en que los planos de experiencia que remedan
R. -El análisis retrospectivo de la gbnesis de mis conceptos que us- el rigor experimental disimulan laausencia total de un verdadero ob-
ted me invita a hacer es un eiercicio necesariamente artificial. que jeto sociol6gicamenente construido.)
arriesga hacerme caer en "la~ilusiónretrospectiva". Las diferentes
elecciones teóricas fueron sin duda más negativas que positivas, en su P. -Y, en el caso del est~cturalismo,~c6moevolucion6 su relación
origen, y es probable que tuvieran tambidn por principio la búsaueda práctica con esa corriente?
desoluciones a problemas que se podría decir peisonaies, como la pre-
ocupación de aprehender rigurosamente problemas politicame;ite R. -Tambibn en este punto. para ser com~letamentehonesto. creo
candentes que sin duda orientó mis ele?~iones, trabnjos sobre Argel en que fui guiado por una-suerkde sentido ti6ric0, pero asimismo qui-
Horno acadernicus pasando porLes Hdritiers, o esa suerte de pulsio- zásante todo, por el rechazo, bastantevisceral,delaposturabticaque
nes profundas y muy parcialmente conscientes que llevan e scntirse implicaba la antropología est~cturalista, de la relación altiva y leja-
en afinidad o en aversión con tal o cual manera de vivir la vida intc-
lectual, por lo tanto a sostener o a combatir tal o cual toma de posición
.~~
na aue se instauraba entre el erudito v su obieto.,es decir los s i m ~ l e s
~~ ~ ~

profanos. a favor de la teoría de la prictica, explícita en los althisse-


filos6fica o científica. Creo tambidn que siempre fui fuertemente mo- nanas, que hacían del agente un s'imple "soporten (trdguer) de la es-
tivado en mis elecciones por la resistencia a los fenómenos de moda y t ~ c t u r (la
a noción de inconsciente llenaba la misma función en Lbvi-
a las disposiciones, que percibía como frívolas, es decir deshonestas, ~ t r a u s s ) .asíque,
~s en ruptura con el discurso levi-straussianosobre
de aquellos que se hacían sus cómplices: por ejemplo, muchas de mis las 'racionalizaciones" indígenas, que no pueden aclarar nada al
estrategias de investigación se inspiran en la preocupación de re- antropólogo sobre las verdaderas causas o las verdaderas razones de
chazar la ambición totalizante, que se identifica de ordinario con la las prdcticas, me obstinaba en plantear a los informantes la cuestión
filosofía.Asimismo, siempre mantuve una relación bastante ambiva- del -porqub.
. Lo que me oblicaba a descubrir. a vrovósito de los casa-
lente con la Escuela de Frankfurt: las afinidades son evidentes, y sin mientos, por ejemplo. que las razones de efeétuar 1: misma categoría
embargo sentíaun cierto enervamiento ante el aristocratismo de esta de casamiento-en este caso. el casamiento con In rima aral lela Da-
critica~lobalizanteque conservaba todos lo rasgos de la gran teoría, terna- podían variar considerablemente según los ageites y se&n
sin duda por la inquietud de no ensuciarse las manos en las cocinas de las circunstancias. Estaba en el camino de la noción de estrategia...Y
lainvestigación empírica. Lo mismo con respectoa losalthusscrianos. paralelamente;bmpecb a sospechar que el privilecio acordadoal nnál-
y sus intervenciones alavez simplistas y perentorias que autoriza la sis erudito, objeti;ista ejempio, el antilisFs genealógico), con
altura filosófica. respecto a la visión indígena era quizás una ideología profesional. En
Lo que condujo a "disolver" las grandes cuestiones presentán- suma, quería abandonar el punto de vista caballeresco del antropólo-
dolas a propósito de ohietos socialmente menores. es decir insimifi-
cantes,j, eñ todo caso, bien circunscritosy por lo tinto susceptibLs de
go que hace vlanos.. mavas. -
. . diamamas. cenealocias. Todo esto está
bien, y es inevitable, como un mornento;a del obIetivismo, del proce-
ser aprehendidos empíricamente, como las prácticas fotográficas, es dimiento antropológico. Pero no hay que olvidar la otra relación posi-
ble con el mundo social, la de los agentes realmente comprometidos, tura de la situación creada por la interrorración te6rica. se hacían de
en el mercado por ejemplo. de la cual dispongo el plano. Es necesario alguna manera los te61icos espontáneos cie su pr6ctica.~nuna pala-
por lo tanto hacer una k o d a de esta relacibn no te6ric0, parcial, un bra. mi relación crítica con el intelectualismo baio todas sus formas (v
wcoarasdetierra.enel mundosocial.aue eseldelaexperienciaordi- e~~kcialmentebajo su forma estructuralista) es& sin nin gunaduda 1;-
;aria. ~unateori~deiarelaci6n te6ri&ide todoloque~upone,comen- gada a la forma particular de mi inserción originaria en el mundo so-
zando wr la motura de la adhesi6n orActiea. de la carca inmediata. cial y a la relaci6n particular con el mundo intelectual que ella favo-
en la rdación &atante. separada. q i e define'la postura emdita. recía y que el trabajo sociol6gico no hacía sino reforzar al neutralizar
EstavisiQ de las cosÜsquepresentoen suforma"te6rica"encon- las censuras y los rechazos ligados alos aprendizajes escolares-que,
traba sin duda su principio en una intuición de la irreductibilidad de por su lado, dándome los medios de superar las censuras del len y a -
la existencia social a losmodelos que se pueden dar, o, dicho ingenua- je erudito, me permitieron, sin duda, decir buen número de cosas que
mente. de laUoululaci6nde lavida". de ladiferencia entre las vrácticas la lengua culta excluía-.
o lae experieñcias reales y las abs&acciones del mundo me&. Pero,
leios de hacer de ello el fundamento v la iustiíicación de un irra- P. -Al trabajar en una lógica estmcturalista, de manerano ortodoxa,
cikalismo o de una condenación de l e ambición cientfiea, traté de usted llamó laatencidn sobre el concepto de honory de dominaci6n,de
convertir esta "intuicidn fundamental" en principio tebrico, que debe u . .
las estrateeias oara adauirir honor:. uuso tambi6n el acento sobre la
considerarse como un factor de todo lo que la ciencia puede decir del categon'n de praxis.
mundo social. Es, por ejemplo, toda la reflexión, que retomo actual-
mente, sobrelascholt!, ocio y escuela, como principiode lo que Austin R. -Le sefialaré que nunca empleé el concepto de praxis que, al me-
llamaba laschoiastic view, y de los errores que engendra sistem6tica- nos en francds, tiene un dejo de dnfasis teórico -lo que es bastante
mente. onradóiico- e hice marxismo elecante. a lo ioven Marx. Frankfurt,
La ciencia no puede hacer nada con una exaltación de la inex- marxi&noyugoeslavo...Hnbl6, muy simplem&te, d ~ $ $ nS k d o
haustibilidad de la vida: no es m8s que un humor. un mood sin inte- asi, 1 ~ n d d t .intencioñeSteóricas,
s las que se con ensan en Iozcon
rbs, salvo para aquel que la expresa y que se da asílos airesliberados . .
ceptos e habitus, de estrategia, etc, estaban presentes, bajo una for-
del enamoradodelavida (por oposición al sabioMgido y austero). Es- mñ semiexpiicita, y reiativam;eñfe poco elaborada, desde el origen de
te sentimiento muy agudo de lo que Weber llama la Vielseitigkeit ,la mi trabaio (el conceptodecampoes muchomás reciente: se desprende
pluralidad de aspectos, que constituyela realidad del mundo social, su del encuentro entre las investigaciones de sociología del arte que
resistencia a la empresa de conocimiento, ha sido sin duda el princi- comenzaba, en mi seminario dela Escuelanoimal, hacia 1960, y el co-
pio de la reflexión que no he dejado de hacer sobre los limites del cono- mentario del capitulo consagrado a la sociologia religiosa en Wirls-
cimiento
~-~~~~~ ~~ sabio. Y el trabaio oue ureuaro
~~ ~ ~~ ~ ~ ~
..~~
. ~.
sobre la teoria de los camoos clrap und Gesellschaft). Por ejemplo, en los análisis más antiguos so-
bre el honor (los reformul6 varias veces), se encuentran todos los pro-
1 -Y que pbdda llamarse $luralidad de los mundos2'- terminara ion

I unn;eflexi6n sobre la pluralidad deklúgicas que corresponden a los


d i f e e n i G i e c i r a los dife-ntes cam% como lugares don-
deSeconstruyeñlos s'entidosCOmmUñes,
m^asdemoi~opireduetibles1 0 s - ~ los
los l u g a , rOS siste-
a otros.
. !

ticular: una relación con la postura teórica que no era vivida como na-
blemasque me planteoaiin hoy: la ideadequelasluchas porel recono-
cimiento son una dimensión fundamental de la vida social y que sc
bnsan en la acumulaci6n de una forma particular de capital,-
en el sentido de reputacidn, de prestigio, y que hay pues una iogica es.
pecifica de la acumulación del capital simb6lic0,como capital fundado
sobre el conocimient~y el reconocimiento; la idm de estrategia. como
tural, evidente. Esta dificultad para tomar un punto devista de pers- orientación de la práctica que no es ni consciente y calCulaaa;nTme-
pectiva caballeresca, en sobrevuelo, sobre los campesinos kabiles, sus
casamientos y sus rituales. se debía sin duda al hecho de que yo ha-
3nicamente determinada,
-.. ... -
pero que .es el - -
- producioaéEeñt;do
rior: laideade ouehavunalóeica de la orácticacuva
.-..
.
- .,. -del ho-
. es~ecificidad resi-
bía conocido iampesinos totalmente semejantes, que teniandiscursos despecialmente en su estructura temporal. Me refiero aquí a la criti-
completamente semejantes sobre el honor y la vergüenza, etc., y que ca oue hucia del aniilisihdel intercambio de dones en Lévi-Strauss: el
podía sentir lo que tenía de artificial y la visión que me ocurría tener modelo pue haceaparecer la interdependenciadel don v del contrad6n
al colocame en el punto de vista estrictamente objetivista - e l de la destruyela16gicnprricticndel intercumbio, que no pueaefuncionarsi-
genealogía por ejemplo -y aun la visión que me proponían los infor- no por el hecho de aue el modelo obietivo (todo don llama a un contra-
mantes, cuando, en la preocupación de jugar al juego, de estar a la al- dóñ) no es vivido como tal. Y eso po;que la estructura temporal del in-

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tercambio (el contraddn no es solamente diferente, sino difdrido) P. -Usted retornaba el proyecto durkheimiano de hacer una sociolo-
enmascara o niega la estructura objetiva del intercambio. Pienso que gía de las estructuras del espíritu que Kant analiza. Pero introducía
estos análisis encerraban en estado virtual lo esencial de lo que desa- el interés por la dominaci6n social.
irollb despubs. Es el motivo por el que pude pasar insensible y muy na-
turalmente del antilisis de la culturaberebere al andlisisde lacultura R. -Un historiador de la sociología estadounidense, de nombre Vogt,
escolar (hice por otra parte coexistirprticticamente las dos actividades escribió que hacer a propósito de la propia sociedad, como trato de
entre 1965 y 1975, puesto que trabajaba a la vez en lo que debía con- hacer, lo que Durkheim había hecho apropósito de las sociedades pri-
ducir por una parte a i u distinction y por la otra aLe Senspratique , a
mitivas, suponiaun cambio considerable de punto devista, ligado a l a
dos libros complementariosaue hacen el balance de todo ese oeriodo): desa~aricióndel efecto de neutrnlizaci6n que implica la distancia del
lamayor parte de los concepios alrededor de los cualesse organizaron exotismo. Desdeque se los plantea a propósito denuestra sociedad, de
los trabajos de sociología de la educación y de la cultura que empren- nuestro sistema de enseñanza oor eiem~lo.los ~robiemasgnose0~6gi-
~ ~ ~

diodirigíenel marco del Centrode sociología europea nacieron de una cos que Durkheim planteaba ápropósi<o de las religionesprimitivas
generalización de las adquisiciones de los trabajos etnológicos y socio- se vuelven problemas políticos; no se puede no ver que las formas de
lógicos que había realizado en Argel (eso se ve particularmente bien clasificación son formas de dominación, que la sociología del conoci-
enel prefacioque escribí parael librocolectivo sobre la fotcgrafi~,Un miento es inseparablnnente una sociología del econ no cimiento y del
arl moyen). Pienso en oarticulor en la relación entre las esoeranzas desconocimiento, es decir de la dominaci6n simbólice. ($n realid~d,
y las posibilidades objetivas, que había observado en las Gnductas esto es cierto aun en las sociedades poco ilil'erenciadas como la socie-
econ6micas, demogr6ficas y politicas de los trabajadores argelinos, y dad kabil: las estructuras clasificatorins que organizan toda la visión
que redescubrla en los estudiantes franceses o sus familias. Pero la del mundo remiten en último término a la división sexual del traba-
transferencia es m6s evidente todavía en el interbs llevado a las es- jo). El hecho de enunciar a propósito de nuestras sociedades cuestio-
tructuras, a las taxonomías y a la actividad clasificatoria de los agen- nes tradicionales de la etnología, y de destruir la frontera tradiional
tes sociales. entre la etnología y la sociología, era ya un acto político. (Concreta-
P. -Y el desarrollo de su interbs empfrico en dirección a la educnción mente, eso se traduce en las reacciones que suscitanlas dos formas de
(Les hgritiers) ¿esta. ligado a su posición en el campo intelectual? trabajo: mientras que mis aii8lisis de las estructuras.mentales que
sonobjetivadasenelespacio delacasakahil no suscitan mdsque apro-
R. -Es evidente que mi visión de la cultura y del sistema de enseñan- bación, es decir admiración, los analisis que pude hacer de las "cate-
za debe mucho a la posición que ocupo en el campo universitario y gorías del entendimiento profesoral", apoy6ndome en juicios emitidos
sobre todo a la trayectoria que me h a conducido a 61 (lo Queno que- por profesores de preparatoria a propósito de sus alumnos o sobre las
redecir que se encuentre relativizadap~reso)~ a l a relaci6n con 111ins- necroloj?ías del Anuario delos anti p o s alumnos de la Escuelanormal
titución escolar -lo mencione varias veces- aue esta travectorin superior, aparecen como transgresiones groseras y faltas n las conve-
favorecía. Pero es evidente tambibn que, como n&bo de mos&arlo, el niencias. Los esquemasclasificatorios,los sistemas de rlasificaciór., 13
andlisis de lainstitución escolar-es lo aue no comorenden los comen- oposiciones fundamentales del pensamiento, masculiiio/femenino,
taristas superficiales que tratan mi trabajomds ;,menos como si sc derechdizauierda.
-.- esteloeste. Dero también teorid~ractica,son cate-
tratase de una toma de posición del SNES-o, a lo sumo, de un ensayo gorías polí¿icas: l a teoría crítica de la cultura conduce muy natural-
de un catedr6Licu de ~raintiticade liceo en rebelión contra las fecho- mente a una teoría de la política. Y la referencia a Kant, en lugar de
n a s .del "igualitarismo"- se situaba en una problemática te6rica o, ser un medio de trascender la tradición hegeliana salvando lo uni-
más simplemente, en una tradición específica, propia de las ciericias vtrsal, como en ciertos pensadores alemanes, esun medio de radicali-
del hombre, e irreductible, al menos parcialmente, a las interroga- z ~ ila. crítica al plantear en todos los casos la cuestión de las condicio-
ciones de la "actualidad universitaria" o de la crónica político. Al nes socialesde posibilidad; comprendidalacuestión de las condiciones
principio, teníael proyecto dehacerunacrítica social delaculturu. Es- sociales de la crítica. Esta Selbstreflexion sociológi~amentearmada
cribí un artículo titulado "Sistema de enseñanza y sistema de pensa- conduceauna crítica sociol6gicade la crítica te6rica, por lo tanto auna
miento", donde gy&mostrar que las e s t n i c t u m m e n t ~ e s eii , las radicalización y a una racionalización de la crítica. Por ejemplo, la
socieda e n escritura, son incuica el sistemnescolar;quelas ci,?ncincríticadelas clasificaciones (y delanoción de clqse) ofrece una
&ación escolar%zprincipio
--- de la&iimáS de de las únicas posibilidades de superar realmente los límites inscritos
clas~ticncion. .-. .,,.- ..
.-' en una tradición histórica (conceptual, por ejemplo);estoslímites que

34
el pensador absoluto realiza alignorarlos.~ldescubrir suhistoricidad una conversación de caf6, leer nrticulos teóricos, discutir con otros in-
la razón s e d a los medios de escapar a la historia. vestigadores, etc6tera. No me hubiera gustado ir a ejercer control to-
dos los dias a la B.N. Creo que lo que hace la cohesión del grupo que
P. -Lo que es interesante, es ver en el desarrollo de s u teoría una dirijo desde hace años, es ese entusiasmo que se dice comunicativo y
búsqueda teórica de sus reacciones a s u entorno. aue se sitúa más allá de la distinción entre lo serio y lo frívolo, de la
consagración modesta aUtrabajoshumildes y fdcile5", que la Univer-
R. -Tom6 el partido de contar mi itinerario desde este punto de vista, sidad identifica a menudo con lo serio. Y de la anibición mds o menos
es decir tratando de proporcionar los elementos de un andlisis sociol6- grandiosa que lleva a mariposear alriiedor de los grandes temas del
gico del desnrrollo de mi trabajo. Si lo hice, es tambien porque esta momento. ¿Cómo expresarlo? No hay que elegir entre la libertad
especie de autoandlisis fonna varte. creo. de las condiciones de desa- iconoclasta e inspirada del gran juego intelectual y el rigor metódico .
rrollo de mi pensamiento. s i piedo decir ío que digo, hoy, es sin duda de la investigación positiva, es decir positivista (entre Nietzche y
porque no h e cesado de utilizar la sociologia contra mis deteminncio- Willamovitz, si quiere), entre el compromiso total con las cuestiones
nes y mis limites sociales; y especialmente para transformar los fundamentales y la distanciacrítica asociadaaunavnstninformación
humores, las simpatías y las antipatías intelectuales que son, creo, positiva (Heidegger contra Cassirer, por ejemplo). Pero no vale la pe-
tan importantes en laseleccionesintelectuales,enproposicionescons- n a ir tan lejos: el oficio de sociólogo es, sin duda, entre todos los oficios
cientes y explicitas. intelectuales, el que yo podía hacer con alegría, en todos los sentidos
Perolnposturaque suinterrogaci6nmehace adoptar, ladeln au- de la expresión -por lo menos, así lo espero. Lo ue no exclu e, sino
tobiografía intelectual, me lleva a seleccionar ciertos aspectos de mi Y+-
al contrario, en razón del sentimiento del privilegio, e la deuda im. .
historia, que no son necesariamente losmásimportnntes, o los mósin- paga, un sentimiento muy fuerte de respon~ad$iiiiiad (o a u n de culpa-
teresantes, a u n intelectualmente (pienso, por ejemplo, en lo que dije bilidad). Pero no sxsi debería decir estas cosas...
del tiempo de mis estudios y de la Escuela normal). Pero, sobre todo,
eso me lleva a racionalizar de alguna manera a la vez el desarrollo de P. -¿Esta capacidad de hablar de estas cosas depende de su posición
losacontecimientos y lasignificaciónque tuvieron para mí. Aunque no nctual?
fuese sino por una suerte de pundonor profesional. No necesito decir
quemuchas delas cosas que desempeñaron un papel determinnnte en R. -Seguramente. La sociologla confiere una extraordinaria autono-
mi "itinerario intelectuall'me cayeron encima por casualidad. Mi con- mía, sobre todo cuando no se lautiliza como arma contra los otros o co-
tribución propia, ligada sin duda a mi habitus, consistió en sacar par- moun instmmento de defensa sino comoun arma contra sí, un instru-
tido de ellas, bien que mal (pienso, por ejemplo, que atrape muchas mento de vicilancia. Pero al mismo tiempo. vara ser capaz de utilizar
ocasiones que muchas personas hubieran dejado pasar). la sociologí~hastael fin, sin protegerse demasiado, es Sin duda nece-
Además,lavisión estrat6gicaquemeimponen sus preguntas, in- sario estar en una posición social tal que la objetivación no sea inso-
vitandome a situarme en relación con otros trabajos, no debe esconder portable ...
que el principio verdadero, al menos al nivel de la experiencia, de mi
compromiso impetuoso, un poco loco, con la ciencia, es el placer de ju- P. -Usted dio un report de la sociogénesis de sus conceptos y esto nos
gar y deiurrar uno de losjuerros más extraordinarios aue se vuednn . h a dado una visión global del desarrollo de la teoria que trata de es-
jugar, elde-la investigacizn, e n la forma que ella toma'en soCiología. tudiar las luchas simbólicas en la sociedad, desde la sociedades arcai-
Para mí. la vida intelectual está mas oróxima a la vida de artista nue cas hasta nuestros dias. ¿Puede decir ahora qué papel desempeñaron
a las r i t i n a s de una existencia acád6mica. No puedo decir como Marx, Weber en la g6nesis intelectual de sus conceptos? ¿Se siente
Proust: "Me acuesto a menudo temprano...". Sino que esas reuniones marxista cuando habla de lucha simb6lica o s e siente weberiano?
de trabajo que terminaban con frecuencia a horas im~osibles. .
. en vri-
mer lugar porque nos divertíamos mucho, están entre'los mejores mo- R. -Nunca pens6 en esos tenninos. Tengo la costumbre de recusar
mentos de mi vida. Y habría quehablar tambiende la felicidad de esas estas preguntas. En primer lugar porque, cuando se las enuncia de
entrevistas que, comenzadas por lnmañanaa lasdiez, se prolongaban ordinario -s6 bien que no es su caso- es casi siempre con intención
. ~.
todo el día:. -Y la diversidad extrema de un oficio en aue se ouede., en la
~~~~

misma semana, entrevistar a u n patrón o a un obispo, analizar una se-


~ ~ ~~~ pol6mica, clasificatoria, para catalogar, kategoresthai , acusar públi-
camente: "Bourdieu, en el fondo, es durkheimiano". Cosa que, desde
rie de cuadros estadísticos, consultar documentos hist6ricos, observar el puntodevista del quelodice, es peyorativo; esto significa:noesmar-
xista, y está mal. O bien "Bourdieu es marxista", y est4 mal. Se trata que pude dar de tomármelas con la obra dc Austin en mis trabajos
casi siempre de reducir, o de destruir. Como cuando hoy se interroga sobre ellen p a j e . En efecto, si seleyeraverdaderamenteaAustin, que
acerca de-mis relaciones con Gramsci -en quien se encuentran, sin es sin duda uno de los filósofos que más admiro, se percibiría que lo
- - se mehaleído, muchas cosas que no pude encontrar más
duda ooraue
queporqu no lo había le!do ... (Lo más interesante en Gramsci, que
esenrial de lo que he tratado de reintroducir en el debate sobre el per-
forinativo se encontraba ya allí d i c h ~o, sugerido. Apuntaba en reali-
efectivamente lei recientemente, son los elementos que provee para dad a las lecturas formalistas que redujeron las indicaciones socioló-
unasociología del hombre de aparato de partido y del campo de los di- gicas de Austin (61fue, según creo, tan lejos como podía ir) a análisis
rigentes comunistas de su tiempo- todo lo cual está bien lejos de la de pura lógica; que, como con frecuencia sucede en la tradición Iin-
ideolodadel "intelectualorgánico"porlacual esm4sconocido). De to- güística, no cesaronhasta quenovaciaron el debate lingüísticode todo
dos modos, la respuesta a la cuestión de saber si un autor es marxis- lo externo, como lo había hecho Saussure, pero 61, con absoluta con-
ta. durkheimiano o webenano no aporta casi ningunainformación
- so- ciencia.
bre este autor.
Pienso inclusive que uno de los obst4culos para el progreso de la P. -¿Cómo se hacen esos hallazgos?¿Por qu6 va usted a buscar en tal
investigación es este fhcionamiento clasificat&o del pensamiento autor?
académico, y politico, que, a menudo, proscribe la invención intelec-
tual impidiendo la superación de las falsas antinomias y de las falsas R. -"Se toma la riqueza allí donde se la encuentra" como dice el sen-
divisiones. La16gicadelaetiquetaclasificatoriaes exactamentela del tido común, pero. evidentemente, no sepide cualquier cosa a cualquie-
racismo, que estigmatiza al encerrv en una esencia negativa. En to- ra... La funcidn de la cultura es designar a los autores en quienes se
docaso,constituye,amimododever,elprincipalobst~culoparaloque tienen posibilidades de encontrar ayuda. Existe un =ntido filosófico
me .~
~~~-narece
-~~~
ser la iusta relación con los textos y con los pensadores del
~ ~
quees un pococomo un scntido~olitico ...La cultura esesta esuccis de
.~ ~

pasado. Por mi &te, tengo con los autores ielaciones muy pragmd- snber gratuito, para todos los fines, que se adquiere engeneral a una
ticas:recurro aelloscomo aucon~paiieros",en el sentido dela tradición edad en que no se tienen todavía problemas a plantear. Puede pasar-
artesanal. a quienes se puede pedir una ayuda momentánea en las si- se la vida en acrecentarla, en cultivarla por sí misma. O bien, es po-
sible servirse de ella como de una caja de herramientas,más omenos
inagotables. Los intelectuales están preparados por toda la 16gica de
P. -Eso me recuerda la palabra'%ricolage" que LBvi-Stfauss emple- suformaci6nparatratarlasobrasheredadasdelpasauocomouna cul-
aba: usted tiene un Drobiema y utiliza todas las herramientas que le tura, es decir un tesors que se contempla, que se venera, que se cele-
parecen útiles o utihzables. - bra, que se valoriza por eso mismo, en resumen, como un capital des-
tinado a ser exhibido y a producir dividendos simbólicos, o simples
R. - S i se quiere. Pero la Realpolilik del concepto que practico no va gratificaciones narcisistas, y no como un capitai prodiictivo que se
sin una línea teórica que permite escapar al puro y simple eclecti- invierte en la investigación, para producir efectos. Esta visión "prag-
cismo. Pienso que no se puede acceder a un pensamiento realmente mdtica" puede parecer chocante, hasta tal punto la cultura está aso-
productivo sino a condición de darse los medios de tener un pensa- ciada a la idea de gratuidad, de finalidad sin fin. Y era necesario sin
miento realmente reproductivo. Me parece que es un poco lo que Witt- duda tener unarelación un ~ocobárbaraconla cultura-a la vez más
genstein quería sugerir cuando, en las Vermischte Bemerkungen , "seria", mds "interesada" y menos fascinada, nicnos religiosa- para
decia que 61 nuncahabíainventadonada y que todole habíavenido de tratarla asi. esoecialmcnte a la cultura oor excclencia. la filosofía. Es-
algún otro, Boltzmann, Hen, Frege, Russell, Kraus, Loos, etc. Yo po- t a relación sin-fetichismo con los autoies y con los textos, el análisis
dríaproducir una enumeraci6n semejante, sin duda máslarga. Losfi- sociológicode lacultura que ella había hechoposible,no Iiizosin duda
lósofos están mucho más presentes en mis trabajos de lo que yo pue- sino reforzarla ...En realidad, es desde todo punto de vista insepara-
da decir, a menudo, por miedo a parecer sacrificar al ritual filosófico ble de una representación del trabajo intelectual poco común en los
de la declaración de fidelidad genealógica. Y adem4s no est4n allí pre- intelectuales, que consiste en considerar el oficio intelectual como un
sentesbajo las especies ordinarias...La búsqueda sociológica tal como oficio como los otros, haciendo desaparecer todo lo que la mayor Dar-
laconcibo es tambibnunbuen terreno parahacer loque Austin llama- te de los intelectuales deaspiraciónie sienten obligndos a ha¿erI>ara
ba el fieldwork inphilosophy. sentirse in:?lectuales. Hav, en toda actividad. dos dimensi~nes.rela-
En este sentido, quiero aprovechar para corregir la impresión tivameotn independientes; la dimensión própiamente t6cnica y la
dimensión simbólica, especie de metadiscurso prdctico por el cual el de las apuestas mayores el uso político de autores o de conceptos eni-
que actúa -es la blusa blanca del peluquero- hace ver y hace valer blemáticos). El eiemolo más tipico es la oposición, científicamente por
ciertaspropi=ladcsdestacablesde suacción. Es tnmbibn el cnsoen las completo absurda, entre indiv-iduo y sociedad, que la noción de habi-
orofesiones intelectuales. Reducir la parte del tiempo y de la energia tus en tanto que social incorporado, por lo tantoindividualizado, tien-
~onsagradosalshow,es acrecentar c o ~ s i d e r a b l e m e ~ trendimiento
e~l de a sobrepasar. S e esforzarán en vano en hacerlo, la lógica politica
tbcnico; pero, en un universo donde la definición social de la práctica volver6 a lanzar eternamente la cuestión: basta, en efecto, introducir
implicauna partedeshow, deepideixis, coinsdecinn los presocrdticos, la politica en el campo intelectual para hacer existir una oposici6n,
en eso s i conocían, es tambidn exponerse a perder las ventajas queno tiene realidad sino politica, entre partidanosdelindividuo C'in-
simbólicas de reconocimiento que están asociadas al ejercicio normal dividualismo metodol6gico") y partidarios de la "sociedad" (cataloga-
de la actividad intelectual. Con el hecho, por contrapartids, de que das como "totalitariis"). Esta presión regresiva es tan fuerte que,
hasta las concesiones más limitadas y niás controladas al show busi- cuanto más avance la sociologia, más dificil ser6 estar a la altura de
ness, que forma parte cada vez más del oficio intelectual, no ocurren la herencia científica, acumular realmente las adquisiciones colecti-
sin riesgos de todos los órdenes. vas de la ciencia social.
Ahora auisiera volver a la prewnta inicial sobre la relación con
los autores c~nónicosy tratar d e responder a ella reformuldndo!a ba- P. -Usted no de lugar alguno, en su trabajo, a las normas universa-
io una forma en aueme oarezca absolutamente aceptable, es decirbajo les, a diferencia de Habermas, por ejemplo.
i a formade la ciesti6n;fundamental, del espacio G6ricoen el cual Ün
autor se sitúaconsciente o inconscientemente. La función principal de R. -Tengo tendencia a plantear el problema de la razón o de las nor-
una cultura teórica (que no se mide por el número de footnotes que se mas de manera resueltamente historicista. En lugar de interrogarme
h a n agregado a1osescritos)espermitir tomar encuentaexplicitamen- sobre la existencia de "intereses universales", preguntarb: jquibn
te este espacio teórico, es decir el universo de las posiciones científica- tiene interbs en lo universal? O mejor: jcudles son las condiciones
mente pertinentes en un estado dado del desarrollo de la ciencia. Es- sociales que deben ser satisfechas para que ciertos agentes tengan
t e espacio de tomas de posición científicas (y epistemológicas) dirige interbs en lo universal? ;.Cómo se crean cnmoos tales aue los nrrentes.
siempre las prdcticas, y en todo caso su significación social, se lo sepa al satisfacer sus intereses particulares, coniribuycn por eso G s m o n
o no, y tanto más brutalmente sin duda cuanto menos se lo sepa. Y la oroducir lo universal (oienso en el cnmoo cientifico)? O camvos donde
toma de conciencia de este espacio, es decir, de la problemática cien- íos agentes se sienten'obligados a haceise los defensores deio univer-
tífica como espacio de los posibles, es una de las condiciones principa- sal (como el campo intelec¿ual en ciertas tradiciones nacionales-por
les de una práctica científica consciente de simisma, por lo tanto con- eiemolo
. - en Francia hoy-). En una palabra. en ciertos campos, en un
trolada. %os autores -Marx, Durkheim, Weber, etc.- representan ~ i e r t o m o m e n t opor~ Ün cierto tiempo(es decir, demaneranoirrever-
puntos de referencia que estructuran nuestro espacio teórico y nues- sible), hay agentes que tienen intereses en lo universal. Creo que hay
tra percepci6n de este espacio. La dificultad de la escritura sociol6gi- quellevarhasta sulímiteal historicismo, por una suerte de duda radi-
ca está en el hecho de aue es necesario luchar contra los impedimen- cal, para ver lo que puede realmente ser salvado. Se puede, s e y r a -
tos inscritos en el espacio te6rico en u n momento dado -y-especial- mente, darselarnz6nuniversnl al comienzo. Creo quevalemásponer-
mente. en mi caso. contralasfalsasincom~ntibilidadesaue ellos tien- la en juego tambidn, aceptar resueltamente que la raz6n sea un pro-
den aproducir-;ésto almismo tiempo qué se sabebien que elproduc- ducto histórico cuya existencia y persistencia son el producto de un
to de este trabajo de m p t u r a será percibido a travbs de las categorías tipo determinado de condiciones hist6ricas, y determinar histórica-
de percepción que, a l estar ajustadas al espacio transformado, tende- mente lo que son esas condiciones. Hay una historia de la razón; eso
rán a reducir la construcci6n propuesta a uno u otro de los tdrminos noauiere decir aue la razón s e reduzca a su historia sino que hay con-
de las oposiciones que ella sobrepasa. diciones hist6rGas de aparición de las formas socialesde comuni-
cación aue hacen oosible la oroducci6n de verdad. La verdad es un
P. -Porque son apuestas... comprohiso de luchas en todó campo. El campo científico llegado a un
a l t o ~ a d o d e a u t o n o m i atienelapnrticularidaddequenosetienecier-
R. -Efcctivamente.Todo trabajo de sobrcpnsar las oposiciones cano- ta posibilidad de triunfar en bl sino a condición de conformarse a las
nicas (entre Durkheim y Marx, por ejemplo, o entre Marx y Weber) se leyes inmnnentes a este campo, es decir de reconocer priicticamente
expone a l a regresión pedagógica opolitica(siendo evidentemente uiia la verdad como valor y de respetar los principios y los cánones meto-

41
doló~icosaue definen la racionalidaden el momento considerado, al principio de error. De suerte que, para escapar aunque sea un poco a
mismo tiempo que de comprometer en las luchas de competencia to- lo relativo, es absolutamente necesario abdicar la pretensión al saber
dos los instrumentos especificas acumulados en el curso de las luchas absoluto, deponer la corona del filósofo rey. Y descubro también que,
anteriores. El campo científico es un juego en el que hay que armarse en un campo, en un determinadomomento, lalógica del juego estd he-
de razón para ganar. Sin producir o llamar a superhombres, inspi- cha de tal manera que ciertos agentes tienen inter6s en lo universal.
rados en motivaciones radicalmente diferentes a las de los hombres Y, debo decirlo, pienso que es mi caso. Pero el hecho de saberlo, de
ordinarios, produce y alienta, por sulógica propia, y fuera de toda im- saber que invierto en mi investigación pulsiones personales, ligadas
posiciónnormativa,formas de comunicación particulares, como In dis- a toda mi historia, me da una pequeíia posibilidad de saber los lími-
cusión competitiva, el diálogo crítico, etc., que tienden a favorecer en tes de mi visión. En una palabra, no se puede plantear en tkrminos
realidad la acumulación y el control del saber. Decir que hay condicio- absolutos el problema del fundamento: es una cuestión de grado y se
nes sociales de la producción de la verdad es decir que hay una polí- pueden construir instrumentos para arrancarse, al menos parcial-
ticadelaverdad, unaacción de todos losinstantesparadefendery me- mente, alo relativo. El más importante de estos instrumenos es el riu-
jorar el funcionamiento de los universos sociales donde se ejercen los toanálisis entendido como conocimiento no solamente desde el punto
principios racionales y donde se engendra la verdad. de vista del erudito, sino tambien de sus instrumentos de conocimien-
tos en lo que tienen de históricamente determinado. El análisis de la
P. -En la tradición alemana, se tiene esta voluntad de justificar, dc. Universidad en su estructuray su historia es asíla más fecunda delas
fundar, esta inquietud por justificar la crítica, como en Habermas: exploraciones del inconsciente. Estimo que habré cumplido bien mi
¿hay un punto estable, un fundamento, que justifique todos mis pen- contrato de "funcionario de la humanidad", como decía Husserl. si Ile-
samientos, que todo el mundo debe reconocer? go a reforzar Ins armas de la crítica reflexiva quc todo pensador debe
llevar contra símismo para tener alguna posibilidad de ser racional. A
R. -e puede plantear esta cuestión de una vez por todas, al comien- Pero, clmo usted ve, tengo siempre iendeñcia a transformar los pro-
zo. Luego, tenerla.30~resuelta. Por mi parte, creo que es necesario blemas filosóficosen problemas prácticos de política científica: y con-
plantearla de manera empírica, histórica. Sin dudr, es un pocodecep- firmo asíla oposici6n que hacía Marx, en el Manifiesto, entre los pen-
cionante, por menos "radicaY'... Identificarse con la yazón es una pos!- sadores franceses que piensan siempre políticamente y los pensado-
ción muy tentadora para todo pensador. En realidad, es necesari I res alemanes que plantean cuestionesuniversales y abstractas "sobre
arriesrrar su ~osiciónaun de ~ensadoruniversal para tener una posi- la realización de la naturaleza humana" ...
bilidai de peAsardc manera;n poco menos particular. Cuando, en mi
últimolibro, pretendo objetivaralaUniversidad, universodel que for-
mo ~artevdonde seafirman todaslas pretensionesala universalidad,
me expongo,m4s que nunea, a la cueitión del fundamento, de la legi-
timidad de estn tentativa de objetivaci6n. Esta cuestión que no se me
plentea cuando hablo de los kabiles, de los bearneses o delos patrones
de la industria, se me plantea en cuanto pretendo objetivar alos pro-
fesionales de la objetivación. Trato de plantear la cuesti6n del funda-
mento en terminos casi positivistas: ¿cuáles son las dificultades par-
ticulares aue se encuentran cuando se quiere objetivar un espacio en
el que se e;t4incluido y cuáles son lascondicioncs particulares que es
necesario llenar oara tener ~osibilidadesde superarlas? Y descubro
que el interhs qu;! se puede tener en objetivar un universo del que se
forma partees un interésdeabsoluto,lapretensión alasventajas aso-
ciadas a la ocupnción de un punto de vista absoluto, no relativizable.
Eso mismo que se daba el pensador al pretender el pensamiento au-
tofundador. Descubro que uno se vuelve sociólogo, te6ric0,por tener el
punto de vista nbsoluto, la teorla; y que, por tanto t i e m ~ ocomo ella
quede ignorada, esta ambición de regalía, divina, es un formidable
divisiones que se tienden a constituir en oposiciones teóricas, es el he-
cho de que los sociólogos pretenden imponer como la única manera
legitima de hacer sociología la que les es mds acce:iible. Casi inevita-
blemente "parciales", tratan de imponer una definición parcial de su
ciencia: pienso en esos censores que hacen un uso represivo o castra-
dordelareferenciaaloempírico (auncuandono practiquen por simis-
mos la investigación empírica) y que, bajo apariencia de valorizar la
prudencias modesta contralas audacias teóricas, piden a laepistemo-
Puntos de referencias logia del resentimiento que sostiene la metodología positivista, justi-
ficaciones para decir que no hay que hacer lo que ellos mismos no sa-
ben hacer para imponer a los otros sus propios límites. Dicho de otro
P. -En la s~ciologiade hoy coexisten vanas "escuelas", con para- modo, pienso que una buena parte de los trabajos de "teoría" o de "me-
d i g m a ~y mbtodos diferentes, cuyos partidarios discuten a veces vio- todología" no son sino ideologíasjustificadoras de una forma particu-
lentamente. Usted intenta en sus trabajos superar esas oposiciones. lar de competencia científica. Y un andlisis del campo de la sociologia
¿Puededeei-se que elcompromisode susinvestigaciones es elde desa- mostraría sin duda que hay una fuerte correlación entre el tipo da ca-
rrollar una sintesis que conduzca a una nueva sociología? pital del que disponen los diferentes investigadores y la forma de
sociología que defienden como la única legítima.
R. -La socioloda de hoy estd llena de falsas oposiciones, que mi tra-
bajomellcvaa~enudoasuperar, sinque yo mepropongaestasupera- P. -¿En este sentido usted dice que la sociología de la srciología es
.-
ción como ~rovecto.Esas oposiciones son divisiones reales del campo
sociológico; tienen un fundamento social, pero ningún fundamento
una de las condiciones primeras de la sociología?

científico. Tomemos las mds evidentes, como la oposición entre teóri- R.-Si,perola sociologia delasociologia tiene también otraavirtudeP;.
cos y empiristas, o bien entre subjetivistas y objetivistas, o aun entre Por ejemplo, el principio simple según el cual cada ocupante de unn
el estructuralismo y ciertas formas de fenomenología. Todas estas posición tiene interés en ver los límites de los ocupant-S de las otras
oposiciones (y hay muchas otras) me parecen completamente ficticias posiciones, pwmite sacar ventaja de la crítica de la cual se puede ser
y al mismo tiempo peligrosas, porque conducen a mutilaciones. El objeto. Si se toman, por ejemplo, las relaciones entre Weber y Mnrx,
ejemplo mds típico es la oposición entre un enfoque que puede Ilamar- que fueron siempre estudiadas escolarmente, se puede mirarlas de
se estmcturalista, que tiende a captar relaciones objetivas, indepen- otra manera y preguntarse en qu6 y por qué un pensador permite ver
dientes de las conciencias y de las voluntades individuales, como de- la verdad del otro y recíprocamente. La oposición entre Marx, Weber
cíaManr, y un procedimiento fenomenalógico, interaccionista o etno- y Durkheim tal como es ritualmenteinvocada en los cursos y las diser-
metodológicoque tiende a captar la experiencia que los agentes hacen taciones enmascara que la unidad de la sociología estd quizás en este
realmente de lasinteracciones, delos contactos sociales,y lacontribu- espacio de posiciones posibles cuyo antagonismo, aprehendido como
ci6n que aportan alaconstnicción mental y prdctica de las realidades tal, propone la posibilidad de su propia superación. Es evidente, por
sociales. Muchas de esas oposiciones deben una parte de su existen- ejemplo, que Weber vio lo que Manr no veía, pero tambi6n que Weber
cia al esfuerzo por constituir en teoría las posturas ligadas a las po- podíaver lo queMnrxnoveíoporqueMa~habiavistoloquehabíavis-
sesión de formas diferentes de capital cultural. La sociología, en su to. Una de las grandes dificultades en sociología es que a menudo es
estado actual, es una ciencia de gran ambición, y las maneras legiti- cecesario inscribir en la ciencia aquello ~ o n t r lo
a cual se construyó en
mas de practicarla son extremadamente diversas. Se puede hacer un primer tiempo la verdad científica. Contra la ilusión del Estado
coexistirbajo elnombre de sociólogo apersonas que hacen andlisis es- drbitro, Marx construy6Ianoción del Estado comoinstrumento de do-
tadísticos, otras que elaboran modelos matemdticos, otras que descri- minación. Pero, contra el desencanto que opera la crítica marxista,
ben situaciones concretas, etc6tera. Todas estas competend-.~estdn hay que preguntarse, con Weber, cómo el Estado, siendo lo que es, Ile-
raramente reunidas en un solo hombre, y una de las razones de las ga a imponer el reconocimiento de su dominación y si no hay que
inscribir en el modelo aquello contra lo cual se construy6 el modelo, es
S Entrevista con J. Heilbmn y B. Maso, publieiida en holnnd0s. en Soeiologisch
decir la representación espontanea del Estado como legítima. Y pue-
lydschrift, Amsterdam, X, 2, octubre de 1983. deoperarsela misma jntegración deautores en apariencia antagoniu-
Seria necesario analizar en detalle la divisi6n del trabajo de do-
tas a propósito de la religi6n. No por amor a la paradoja dird que We- minación que se había instituido. Existía por una parte una teoría
ber realizólaintenci6nmarxista(en elmejor sentidode lapalabra) en ecldctica fundada en una reinterpretaci6n se!ectiva de la herencia
terrenos en los que Marx no la había realizado. Pienso en particular europeay destinada a hacer de modo que lahistoria delns ciencins co-
en la sociología religiosa, que estálejos de ser el punto fuerte de Mam. menzase en Estados Unidos. En cierto modo, Pnrsons fue a la tradi-
Weber hizo una verdadera economía política de la religi6n; más ci6n sociol6gicaloque Cicerón había sido a la filosofía griega: tomalos
exactamente, dio todo su poder al an6lisismaterialistadel hechoreli- autoresdeorigen, los traduceen un lenguajeun pocom8sflexible,pro-
gioso sin destruir el carácter propiamente simb6lico del fen6meno. duciendo un mensaje sincr6tic0, una combinaci6n acad6mica de We-
Cuando plantea por ejemplo que la Iglesia se define por el monopolio ber, Durkheimy Pareto-peroevidentementeno deMam. Por otro la-
de lamanipulaci6nlegítima de los bienes de salvaci6n,lejos de proce- do, estaba el empirismo vienes de Lazarsfeld, especie de neopodtivis-
der a una de esas transferencias puramente metaf6ricas del lengua- mo de pocas luces, relativamente ciego al plano te6rico. En cuanto a
je econ6mico que se practicó mucho en Francia en los Últimos años, Merton, entre los dos, ofrecíapequefiasaclaracionesescolares, peque-
produce un efecto de conocimientoextraordinario. Puedehacerse este fias síntesis simples y claras, con sus teorías de medianoalcance. Era
tipo de ejercicio aprop6sito del pasado, pero tambien apropósito de las unverdadero reparto decompetencias en el sentidojurídico del tdrmi-
oposicionespresentes. Como acabo de decir, cada soci6logo tendría in- no. Y todo esto formaba un conjuntosocialmente muy poderoso, que
teres en escuchar a sus adversarios en la medida misma en que estos podía hacer creer en la existencia de un"paradigma"comoen las cien-
tienen inter6s en ver lo que 61 no ve, los límites de su visi6n, que por cias de la naturaleza. Aquí interviene lo que llamo "el efecto Gers-
definición se le escapan. chenkron": Gerschenkron explica que el capitalismono tuvo nunca en
Rusia la forma que tomden otros países por el simple hecho de que co-
P. -Desde hace años, Ya crisis de la sociología" es u11tem* de privi- menzó con un cierto retardo. Las ciencias sociales deben un gran nú-
legio entre los sociólogos. Aun recientemente se ha señalado "el esta- mero de sus car~ctensticasy de sus dificultades al hecho de que, tam-
llido del medio sociol6gico" ¿En qu6 medida esta'crisis" es una crisis bien ellas, comenzaron despues que las otras, de modo que, por ejem-
científica? plo, pueden utilizar consciente o inconscientemente el modelo de las
ciencias m4s avanzadas para simular la cientificidad.
R. -Me parece que la situaci6n actual, que, en efecto, es a menudo En los atios 1950-1960,se simuló la unidad de la ciencia, como si
descrita como situación de crisis, es completamente favorable al pro- no hubiese ciencias sino cuando hay unidad. Se reprocha a la sociolo-
greso científico. Pienso que la ciencia social, por prurito de respeta- @a ser dispersa, ser conflictiva. Y de tal modo se ha hecho interiori-
bilidad, por aparecer y aparecerse como una ciencia como las otras, zar a los sociólogos la idea de que no son cientificos porque estdn en
había elaborado un falso "paradigma". Es decir que, finalmente, la conflicto, en controversia, que tienen la nostalgia de esta unificacicín,
especie de alianza estraugica de Columbia y Haward, el triángulo verdadera o falsa. En realidad, el falso paradigma de la costa Este de
Parsons, Merton y Lazarsfeld sobre el cual repos6 durante años la ilu- Estados Unidos era una suerte de ortodoxia...Simulaba In communis
si6n deunacienciasocialunificada, especie de holdingintelectualque doctorum opinio que no es propia de la ciencia, sobre todo en sus co-
llev6 una estrategia de dominaci6n casi consciente, se hundi6, y creo mienzos, sino deuna Iglesiamedieval o de unainstituci6njurídica. En
que es un progreso considerable.Y bastada paraverificarlo ver quien muchoscasos, el discurso sociol6gicode losaiios 500 6Olograba el tour
grita por la crisis. Son en mi opinión aquellos que fueron losbeneficia- deforce consistente en hablar del mundo social como si no se habla-
nos de esta estmctura monopolista. Es decir que en todo campo -en radeél. Era undiscurso de denegación, enel sentido de Freud, queres-
el campo sociol6gico como en los otros-, hay una lucha por el mono- pondía a la demanda fundamental de los dominantes en materia de
polio de la legitimidad. Un libro como el de Thomas Kuhn sobre las discursos sobre el mundosocial, queesunademanda dedistanciaci611,
revolucionescientíficas hizo el efecto de una revolución epistemológi- de neutralizaci6n. Basta con leer las revistas estadounidenses de los
ca a los ojos de ciertos soci6logos estadounienses (cosa que no era en años 50: la mitad de los artículos estaban consagrados a la anomia, a
absoluto. a mi modo de ver) uorque sirvi6 como instmmento de com- las variaciones empíricas o seudote6ricas sobre los conceptos funda-
bate contra ese falso que un cierto nrímero de personas,
mentales de Durkheim, etc. Era una especie de chochez escolar y va-
ubicadas en posici6n intelectualmente dominante por el hecho de la cía sobre el mundo social, con muy poco material empírico. Lo que me
dominación económica y política de su naci6n y de su posición en el chocaba, en particular, en autores muy diferentes, era el uso de con-
campo universitario, habían logrado hacer reconocer ampliamente en ceptos ni concretos ni abstractos, conceptos que no se puede compren-
el mundo.
dersi no se tieneunaideadelreferente concreto que tienen enlacabe- los príncipes, cada unocomenzó a dividir la especialidadde manerade
za los que los emplean. Pensaban jet sociologist y decían "profesor serel primeroen su pueblo mas que el segundo en Roma. Los dos efec-
universalista". Lairrealidad del discurso alcanzaba puntos culminan- tos reunidos hicieron que se haya especializatloen forma excesiva, que
tes. Felizmente, había excepciones; como la Escuela de Chicago, que se haya descalificado toda investigación relntivnmente general, olvi-
hablaba de losslums, deStreet Corner Society, que describíalas ben- dando aue en las ciencias de la naturaleza. Leibniz. aun hasta Poin-
das, olosmedioshomosexuales,en suma, mediosdepersonnsreales ... car6, los grandes eruditos eran a lavez filó~ofos,matemáticos, físicos.
Pero, en el pequeño trisngulo Parsons-Lazarsfeld-Merton, no se veía
nada. P. -Comomuchossociólogos, usted no es particularmenteindulgente
Así. para mí. la Ycrisis"de cual se habla hoy es la crisis de una con los fil4sofos. Sin embargo, se refiere a menudo a filósofos como
ortodoxiaiy la proliferación delas herejías esen mi opinión un progre- Cassirer o Bachelard, que en general son descuidados por los soció-
so hacia la cientificidad. No oor azar la imaeinación científica se logos.
&~eontróliberada.si todas las Posibilidades que-ofrece la sociología se
han abierto nuevamente. Toca ahora enfrentarse nuevamente én un R.-Me sucede efectivamente atacar alosfilósofos, porque espero mu- .
campo de luchas, que tienen alminas posibilidades de volverse luchas cho de la filosofía. Las ciencias sociales son a la vez modos de pensa-
cieniíficas. es de& confrontacirones i e y l a d a s tales que es necesario miento nuevos, a veces directamente en competencia con la filosofía
ser un científico para triunfar en ellas: ya no se podre triunfar (pienso en toda la ciencia del Estado, de la politica, etc.), y tambi6n ob-

I únicamente disertando vagamente sobre ascriptionlachievement y


sobrela anomia, o presentando cuadros estadísticos teóricamente, por
lo tanto empíricamente mal construidos sobre la "alienación" de los
workers C..)
P. -En la sociología,hay una tendencia muy grande a la especializa-
jetos de pensamiento donde la filosofía podría encontrar materia pa-
ra la reflexión. Unade lasfuncionesde losfilósofos de laciencia podrin
ser proveer a los sociólocos de los instrumentos Dara defenderse con-
~~~ ~~

tra la imposici6n de unaepistemologia positivista que es un nspecto


del efecto Gerschenkron. Por ejemplo, cuando Cassirer describe la g6-
nesis del modo de pensamiento Y de los conceptos auc son ouestos en
~~~~

ción, a veces excesiva. ¿Es tambi6n un aspecto del efecto Gerschenk- practica por lamatemdticao la física modernus, d e ~ m i e n t ~ c o m ~ l e t n -
ron del que acaba de hablar? mente lavisión positivista al mostrar aue las ciencias mas avanzadas
no han podido constituirse, y eso en f&ha muy reciente, sino privile:
R. -Absolutamente. Se quiere imitar a l a s ciencias avanzadas donde giando las relnciones con respecto a las sustancias (como las fuerzas
las personas tienen objetos de investigación muy precisos y muy pe- de la física clssica). Muestra al mismo tiempo que lo que se nos ofre-
queños. Esta especialización excesiva que exalta el modelo positivjs- ce b@oel nombre de metodología cientifica o' es sino una representa.
ta, por una especie de sospecha con respecto a toda ampición general, ción ideológica de la manera legítima de hacer la cienciaaueno corres-
percibida como un vestigio de la ambición globalizante de la filosofía. ponda a nada real en la científica.
En realidad, estamos todavía en una fase en la cual es absurdo sepn- Otro ejemplo. Sucede, sobre todo en la tradición anglosajona, que
rar, por ejemplo, la sociología de la educación y la sociología de la cul- se reprocha al investigador emplear conceptos que funcionan como
tura. ¿Cómo puede hacerse sociología de la literatura o sociología de "postes indicadores" (signposts) que señalan fenómenos dignos de
la ciencia'sin referencia a la sociología del sistema escolar? Por ejem- atención pero que quedan a veces oscuros e imprecisos, aun si son su-
plo. cuando se hace una historia social de los intelectuales, se olvida gerentes y evocadores. Creo quealynos de mis conceptos (pienso por
easi siempre tomar en cuenta la evoluci6n estructural del sistema es- ejemplo en reconocimiento y desconocimiento) entran en esta rate-
colar, que puede conducir a efectos de "superproducción" de diploma- goria. Podríainvocar parami defensa0 todos los"pensadores",tancla-
dos, inmediatamente retraducidos al campo intelectunl, tanto al nivel ros, tan transparentes. tan tranauilizadores. aue hablaron del simbo- ~ ~ ~~

de la producción - c o n la aparición, por ejemplo, de una "bohemia" lismo, de la comunicación, de la cultura, de lasrelaciones entre cultu-
social e intelectualmente subversiva- como al nivel del consumo - ra e ideología, y todo lo que oscurecia, ocultaba, rechazaba, esta "os-
con la transformaci6n cuantitativn y cualitativa del público de lecto- curaclaridad". Peropodn'atambi6n y sobre todoapelar aaquellosque,
res-. Evidentemente. esta es~ecializaciónresponde tambibn a inte- como Wittgenstein, dijeron lavirtud heurística de los conceptos abier-
reses. Escosa bien conocida:p~rejemplo,enun artículo sobre Iaevolu- tos y que denunciaron el "efecto de cierre" de las nociones demasiado
ción del derecho en Italia en la Edad Media, Gerschenkron muestra bien construidas, de las "definiciones previas" y otros falsos rigores de
que, desde que los juristas conquistaron su autonomía con respecto a la metodología positivista. Una vez mds, una epistemología realmen-
te rigurosa podría liberar alosinvestigadores delefecto deimposición en su cerebro. Es esto lo que quiero recordar al recurrir a nociones co-
que ejerce sobre la investigación una tradici6n metodológica a me- mo reconocimiento y desconocimiento.
nudo invocada por los investigadores más mediocres para "limar las
uñas de losleoncitos", como decía PlaMn, es decir para humillar y re- P. -Insiste sobre el hecho de que la realidad social es de lado a lado
bajar las creaciones y las innovaciones de la imaginación científica. historia. ¿Cómo se sitúa con respecto a los estudios históricos, y por
Así, pienso que se puede tener unaimpresión de "imprecisi6n"frente qu6 emplea tan poco una perpectiva de larga duraci6n?
a ciertas nociones que he forjado cuando se las considera como el pro-
ducto de un trabajo conceptual, mientras que me he empeñado en R. -En el estado actual de la ciencia social, la historia de larga dura-
hacerlas funcionar en los análisis empíricos en lugar de dejarlss "dar ción es. oienso. uno de los luaares orivileeiados de la filosofia social.
vueltas en el vacío"; cada una de ellas (pienso, por ejemplo, en la no- En los socidlogos, eso da lugar muy a menudo a consideraciones ge-
ción de campo) es, bajouna forma condensada,un programa deinves- nerales sobre la burocratización, sobre los procesos de racionaliza-
tigaciones y un principio para evitar todo un conjunto de errores. Los ción, la modernizaeibn, eic., que aportan mucha ventaja social a sus
conceptos pueden-y, en ciertamedida, deben-quedar abiertos, pro- autores y poco provecho científico. En realidad, para hacer sociología
visorios, lo que no quiere decir vagos, aproximativos o confusos: toda como yo la concibo, era necesario renunciar a estas ventajas. La his-
verdadera reflexión sobre la práctica científica atestigua que esta toriaqueyo necesitada parami trabajo,muy amenudo, no existe. Por
apertura de los conceptos, que hace su carácter "sugestivo", por lo ejemplo, me planteo en este momento el problema de la invención del
tanto suincapacidad de producir efectos científicos (alhacer ver cosas artista o del intelectual modernos. ¿Cómo se autonomizan poco a po-
no vistas, al sugerir investigaciones para hacer, y no solamente co- coel artista0 el intelectual, y conquistan su libertad? Para responder
mentarios) es lo propio de todo pensamiento científico que se estó.ha-
ciendo, por oposición alaciencia ya hecha sobre la que reflexionan los
a esta pregunta de manera rigurosa, hay que hacer un trabajo extre-
madamen tedificil. El trabajo histhricoque debería permitir compren-
/
i
metod6logos y todos aquellos que inventan despues de la batalla derlag6nesis.de las estnicturas tal como pueden ser observadas en un
reglas y m6todos más perjudicales que útiles. La contribución de un momento dado en tal o cual campo es muy dificil de realizar, porque
investigador puedeconsistir, en más de un caso, en llamar la atención no puede contentarse ni con vagas generalizaciones fundadas sobre
sobre un problema, sobre algo que no había sido visto por demasiado a l y n o s documentos obtenidos de manera errática ni con pacientes
evidente, demasiado claro,proque"saltaba alos ojos". Po~e+l,o~ compilaciones documentales o estadlsticas que dejan a menudo vaci-
conceptosdereconocimientoydesconocimientofueronintroduc osa1 os sobre lo esencial. Por lo tanto, una sociolog'a plenamente realiza-
Principio para nombrar algo q u e s a u s e n t e en las teonas gel poder, da debería evidentemente englobar una historia de las estmcturas
o designado solamentede manera muy rudimentaria (el poc?or viene que son la finalización en un momento dado de todo el proceso hist6-
de abajo, etc.). Designan efectivamente una dirección de investiga- rico. Esto bajo pena de naturalizar las estructuras y de dar, por ejem-
ci6n.Asíconcibomitrabajo sobrelaformaque tomael poder en IaUni- plo, un estado de la distribución de los bienes o de los s e ~ c i o entre
s
versidad como una contribuci6n al análisis de los mecanismos objeti- los agentes (piense por ejemplo en las prácticas deportivas, pero lo
vos ysubjetivos a trav6s de los cuales se ejercen los efectos de iinposi- ~.-~~ - ~-~---
mismo valdría oaralasoreferencias en materiadecinelcomolaexore-
ci6n simbólica, de reconocimiento y de desconocimiento. Una de mis
intenciones, en el uso que hngo de estos conceptos, es abolir la distin-
sión directa y, si puedodecir, %atural" de las disposiciones asociadás 1
a las difere& posiciones en el espacio social (es lo que hacen aque- \
ción escolar entre conflictoy consenso que impide pensar todas las si- llos que quieren establecer una relación necesaria entre una.~clase"^
~ ~ ~

tuaciones reales donde la sumisi6n consensual se verifica en y p3r el un e~tilo~ictóricooun deporte). Se trata de hacer una historiaestrué-
-
conflicto. jC6mo se me podría atribuir una filosofia del consenso? Sé
bien que los dominados, hasta en el sistema escolar, se oponen, y re-
tural que encuentre en cada estado de la estructura a la vez el produc-
to de las luchas anteriores para transformar o conservnr la estructu-
sisten (hice conocer en Francia los trabajos de Willis). Pero se exal. ra, y el principio de las transformaciones ulteriores, a travBs de las
taron de tal manera, en cierta Bpoca, las luchas de los dominados contradicciones, las tensiones, las relaciones de fuerza que la consti-
(hasta el punto de que "en lucha" había terminado por funcionar co- tuyen. Es un poco loque hicepara dar cuenta de las transformaciones
mo una suerte de epíteto hom6ric0, susceptible de ser aplicado a todo sobrevenidas en el sistema escolar desde hace a l y n o s anos. Lo remi-
lo que se mueve, mujeres, estudiantes, dominados,trabejadores, etc.), to al capítulo de La disfinction titulado "Clasificación, desclasifica-
que se terminó por olvidar algo que todos aquellos quz vieron de cer- ción, reclasificación", donde están analizadoslos efectossociales de los
ca perfectamente, es decir que los dominados so11dominadostambidn cambios de relaciones entre el campo escolar y el campo social. La es-
cuela es un campo . .que.
. más que ningún otro, está orientado hacia su niigrados está presente en la relación con el sistema escolar;y, poco a
propia reproducción, porclhecho, entreotrasrazones, de que los agen- poco, h d s la estructura social. En suma, los cambios ocurridos en el
tes tienen el dominio de su propia re~roducción.Siendo así, el campo campo escolar se definen en la relación entre la estmctura del campo
escolar es sometido a fuerzas externas. Entre los factores más pode- escolar y los cambios externos que determinaron transformaciones
rosos dela transformación del campo escolar (y másgeneralmente, de decisivas en la relación de las fnmilias con la escuela. Aqui una vez
todos los campos de producción cultural) está lo que los durkheimia- más, para escapar al discurso vago sobre lainfluenciade los "factores
cos llamaban los efectos morfológicos: el aflujo de clientelas más económicos", es necesario comprender cómo los cambioseconómicosse
iiumerosas (y tambien culturalmente más desprovistas) que entraña retraducen en cambios de losusos socialesque pueden hacer de la Es-
toda clase de cambios a todos los niveles. Pero, en realidad, para com- cuela las familias afectadas por estos cambios -por ejemplo, la crisis
prender los efectos de los cambiosmorfol6gicos,es necesario tomar en del pequeño comercio, del pequeño artesano o de la pequeña agricul-
cuenta toda la lógica del campo, las luchas internas del cuerpo, la lu- tura-. Así, uno de los fenómenos completnmente nuevos, es el hecho
cha entre los profesores-el conflicto de las facultades de K a n t , las de que las categorías sociales que. como los campesinos. los artesanos
luchas en el seno de cada facultad, entre los grados, los diferentes ni- o los pequeñoscomerciantes, utilizan muy pocola institución escolar.
veles de la jerarquía profesoral, las luchas tambiBn entre las discipli- se pusieron a utilizarlas por las necesidades de la reconversión que les
nas. Estas luchas adauieren una eficacia transformadora mucho más imponinn los cnmbion eionómicos, es decir, cuando debieron salir de
grande cuando se encuentran con procesos externos: por ejemplo, en condiciones en las cuales tcnian el dominio completo de su reproduc-
Francia
. como en muchos uaises. las ciencias sociales. la sociolo~a,la
~~~~~~ ~
ción social -por la transmisión directa del patrimonio: por ejemplo,
semiología,~a~in~üística;etc. q i e en símismas introducen una ?orina en la enseñanza técnica, se encuentra una proporción muy elevada de
de subversión contra la vieja tradición de las'%umanidades clásicas", hijos de comerciantes y de artesanos que buscan en la institución es-
de la historia liternria, de la filología, o aun de la filosofía, encontra- colar una base de reconversión. Ahora, esta suerte de intensificación
ron un refuerzo en el número mas60 de estudiantes que se dirigieron de la utilización de la Escuela por categorías que la utilizaban poco,
a ellas. lo aue sienificó un acrecentamiento del número de asistentes, plantea problemas a las categorías que eran grandes usuarios y que,
jefes dé trábajos, etc. y al mismo tiempo, conflictos en el interior del pura mantener las distancias, debieron intensificar sus inversiones
cuerpo de los cuqles las revueltas de mayo del 68 son, por una parte, educntivas. Habrá por lo tanto una respuesta por la intensificacidn de
la expresión. Seve cómo los principios permanen tes de cambio, las lu- la demanda en todas las catecorias aue esperan de la Escuela su re-
: chas internas, sevuelveneficientescuando las demandas internasdel
baio clero, de los asistentes, siempre llevados a reinvindicar el dere-
chóal sacerdocio universal, se encuentran con las demandasdelos Iai-
producción; la ansiedad conc&nientaal ~ ' ~ i e m escolar
a se acrecenta-
rá (se tienen mil índices de ello. de los cuales el m i s sinificativo es
una nueva forma de utilizacion de la enseñanza pXvada). Hay
1
cos. de los estudiantes. a menudo licadas ellas mismas, en el caso del cambios en cadena, una especie de dialBctica de la puja en la utiliza-
sistema escolar, a un &cedente déproductos del sistema escolar, a ción de la Escuela. Todo está terriblemente ligado. Lo que hace la di-
una'~superproducción"dediplomas. En suma, no hay que acordar una ficultad del anhlisis. Son procesos en red que se reducen a procesosli-
especie de eficacia mecánica a los factores morfológicos: además de neales. Para aquellos que, en la generación precedente, tenian un
que Bstos reciban su eficacia específica de la estructura misma del monopolio en los niveles mhs elevados, en la enseñanza superior, las
campo en el cual se ejercen, al aumento del número está ligado 61 mis- grandes escuelas, etc., esta suerte de iiitensificación generalizada de
m o á los cambios prófundos de la percepción que los agentes, en fun- la utilizacidii de la institución escolar plantea problemas muy difici-
ción de sus dis~osiciones.tienen de los diferen:es productos (estable- les, obligando a inventar toda clase déestratesas; si bien estas con-
cimientos, espécialidades, diplomas, etc.) ofrecidos por la institución traindicaciones son iin factor extraordinario de innovación. El modo
escolar,y almismo tiempo,delademandaescolar,etc. Así,para tomar de reproducción escolar es un modo de reproducción estadístico. Lo (
un ejemplo extremo, todo lleva a pensar que los obreros que, en Fran- que se reproduce es una fracción relativamente constante de la clase
cia, no utilizaban prácticamente la enseñanza secundaria, comenza- (en el sentido Iófico del termino). Pero la determinación de los indivi-
ron a volverseusuarios apartir de los años 60, en un principio eviden- duos que caeráRy la de aquellos que serán salvados no depende más
temente porr~zonesjurídicas,con la escolaridad obligatoriahasta los únicamente de la familia. Ahora bien. la familia se interesa uor indi-
. . .para
16 años. etc.. uero tambien uoraue. - conservar su~osición,aue no viduos precisos. Si se le dice: el 90% en el conjunto serán salvidos, pe-
es la m i s baja, para evitar caer en el subproleta~ado;les era ";cesa- ro no habrA ninmino de los tuvos. eso no le a s t a en absoluto. Por lo
rio poseer unminimo de instrucción. Pienso que la relación con los in- tanto, hay unacontradicción entré losintereies específicos delafami-

53
lia como cuerpo y los "intereses colectivos de la clase" (todo esto entre razones. He podido así hacer ver que mi coiicepcián de la historia, y en
comillas, para ir de prisa). En consecuencia, los intereses propios de particular de lahistoriade lainstitución escolar,no tienenada que ver
la familia, los intereses de los padres que no quieren ver caer a sus con la imagen, absurda, "esloganizada", que se le da a veces, a partir,
hijos debajo de su nivel, los intereses de los hijos que no quieren ser supongo, del solo conocimiento de la palabra "reproducci6nn: pienso,
desclasados, que sentirán el fracasocon más o menos resignación o re- al contrario, que lascontradicciones especificas del modo de reproduc-
ción con componente escolar son uno de los factores de cambio másim-
beli6n seeún su orirren.
~ ~ ~ ~
- . conducirán a estraterrias extremadamente di-
portantes de las sociedades modernas. En segundo lugar, quería dar
versas, extraordinariamente inventivas, rpetienen por fin mantener
la posición. Esto es lo que muestra el análisis que hice del movimien- unaintuición concretaporelhechodeque,como lo saben todoslosbue-
to de mayo: los lugares donde se observa más rebelión en mayo del 68 nos historiadores, las alternativas desiderativas, estructura e histo-
son los lugares donde la discordancia entre las aspiraciones de esta- ria, reproducción y conservaci6n, o, en otra dimensión, condiciones
tus ligadas a un origen social elevado y el logro escolar es máximo. Es estructurales y motivaciones sin gulares de los agentes, impiden cons-
el caso, por ejemplo, de una disciplina como la sociplo@a que fue uno truir la realidad en s u complejidad. Me parece en particular que el
de los altos lugares de la rebelión (la explicación primera es decir que modelo que propongo delarelación entre los habitusy los camoosDro-
la sociología en tanto ciencia es subversiva). P ~ t ~ d ~ e s f a se an vj e veela única manera rigurosa dereintroducira los agentessin'yl;res
!as aspiracioneq&s y@rxlxl,(~ue es u n fgr&:.&es$versi&. es in- y sus acciones singulares sin caer en la anécdota sin pies ni cabeza de
s ~ ~ ~ ~ , ~ ~ f Nocpor casualidd
~ ~ ~buen~ nú-~ & ó nla historia
. de los acontecimientos.
m e r o - d e l o s ~ e r e sde mayo del 68 fueron grandes innovadores en la
vida intelectual y en otras cosas. Las estmcturas sociales no son me- P. -En las relaciones entre las ciencias sociales, la economía ocupa
cánicas. Por ejemplo, las personas que no obtienen los títulos para ac- una posici6n central. ¿Cuáles son, según usted, los aspectos más im-
, ceder al puesto que les estaba de alguna monera estututariamente
portantes en las relaciones entre sociologia y economía?
I asignado -losque sellaman"fracasadosn-trabajarán para cambiar
el ouesto de modo de hacer desaoarecer la diferencia entre el puesto R. -Sí, la economía es una de las referencias dominantes para la
sociología. En primer término, porque laeconomía estd ya en la socio-

i
esierado y el puesto ocupado. ~ o d o los s fen6menos de "super~roduc-
ci6n de diplorpas" y deUdevaluaciónde títulosn(hay que emplear estas logía en unagran parte a travésdelaobrade Weber, que transfirió nu-
palabras con prudencia) son factores de innovaci6n mayores porque merosos esquemas de pensamiento tomados de la economía en el te-
las contradicciones que de ellos resultan engendran el cambio. Sien- rreno de la religi6n especialmente. Pero no todos los sociólogos tienen
do así. losmovmien.@s de rebelión de ~vi&gi.@os-n_dectapmbi- la vigilancia y la competencia teórica de Max Weber y la economía es
griedad e x t o o r ~ ~ ~ i a ~ f a ~ e r c O i ~ ~ o ~ ~ i I , l . e e ~ e n t ~ ~ o ~ ~ d i cde
una mediaciones a través de las cuales se ejerce el efecto Gers-
t olas- del
lain>ti&&matndd
n a s y en s ~ ~ & v e ~ ! 6 n , ~ i s ~ a ~ ~ yL%?rvc%y]as chenkron, cual ella es, por otra parte, la primera víctima, especial-
&~socia¿as a un e ~ q _ t e ~ ~ t k 1 En ~ ,toda
6 nla . mente a &ravbs de un uso, a menudo absolutamente desrealizante, de
€Edici&?i del andlisis del nazismo se cargó muc o a los pequeños co- los modelos matemáticos.
merciantes, almacenerosracistas, imbbciles, etc. En cuanto a mi pien- Para que la matemdtica pueda servir como instrumento degene-
so que aquellos que Weber llamaba los "intelectuales proletaroides", ralización, que permite, al formalizar. liberarse de los casos ~ ~~-nnrticii-

que son personas muy desgraciadas y muy peligrosas, desempeñaron lares, es necesario comenzar por construir el objeto s e d n la Ióeica
- -
un oaoel muv imoortante v terriblemente funesto en todas las violen-
ciai h:isthricas se trate dé la Revoluci6n cultural china, las herejías
especificadel
pensamiendo
iiniverso en
deductivista
cuestión.
que
Lo
castica
que
a
supon;
menudo.
una
hov.
rÜptura
en
con el
ciencias
~ ~-so-
- ~ - ~ -

medievales.,~~~ ~ ~ .~
los movjmientos ren nazis o nazis. o a u n la Revoluci6n
~

francesa (como lo mostr6 Robert Darnton a propósito de Marat, por


ciales. La opocición entre e¡paradig?na de la ~ a h o n g i ~ c l i Theory
(RAT) como dicen sus defensores, y el que yo propongo, con la teoría
on

ejemplo). Asimismo había terribles ambigüedades en el movimiento del habitus, hace pensar en la que establece Cassircr, en La philo-
de mavo del 68. v la cara reidera. inteligente Y un poco carvanalesca, sophie des lumi6res, entre la tradición cartesiana que concibe el mé-
encamada p o r ' ~ a n i e l~ o h n - ~ e i d e&ascaró
it, a otro rostro, mucho todo racional como un proceso que conduce de los orincioios a los he- ~~ ~

menos gracioso y simpático, del movimiento: el resentimineto está 11 chos, y la tradición neitoiiiana de l a s ~ e ~ u l a e p h i i o s o ~ h & d ipre-
~ue
siemprelisto paracolarse enlamenorbrechaque se le abre...Yalo ve, coniza el abandono de la deduccióii pura en ~rovecho del análisis ouc
- ~ >-- -
parte de los fenómenos para remontar hacia los principios y hacia la
he sido muy explícito, y respondí con un anhlisis concreto a una pre-
gunta "te6rica". No es totalmente voluntario, pero lo asumo. Por dos 1 fónnula matemática capaz de proveer la descripción completa de los

54
hechos. Todos los economismas, y Becker mismo, recusarían sin duda sinteresadas cuando son percibidas por alguno cuyas inversiones, cu-
laidea de construir una teoría económica apriori. Sin embargo, laepi- yos interesesestán colocadosen otrojuegoien el campo ccon6micopor
demia de lo auo los filósofos de la Escuela de Cambridge llamaban ejemplo ( pudiendo aparecer estos intereses económicos como no inte-
morbus rnath~maticushace estragos, y mucho más allá de 14 econo- resantes a aquellos que han colocado sus inversiones en el campo ar-
mía. Y dan ganas de apelar, contra este deductivismo anglosa~6n,que tístico). Es necesario determinar en cada caso empiricamente las con-
puede marchar a la par con su positivismo, al "m6todo estrictamente diciorxs socialesde producción de ese interds, su contenido específico,
histórico", como decía el Locke del Essay on Human Understandtng, etc6tera.
que el empirismo anglosajón oponía a Descartes. Los deductivistas,
entreloscualessepodríaalinearlalin~ísticachomskyana,daname- P. -Se le reprochabe en cierta época, alrededor de 1968, no ser mar-
nudo la impresión de jugar con modelos formales, prestados de la te- xista. Se le reprocha hoy, son los mismos muy a menudo, ser aún
oria de los juegos, por ejemplo, o de las ciencias fisicas, sin gran pre- marxista0 demasiedo marxista. ¿Podría precisar o definir surelación
ocuoaci6n oor la realidad de las vrácticas o de los principios reales de con la tradición marxista, con la obra de Marx, y especialmente en lo
su produc&ón. Sucede aun que,sl jugar a la competencia matemáti- que concierne al problema de las clases sociales?
ca como otros juegan a una cultura literaria o artística, parecen bus-
car desesperadamente el objeto concreto al que tal o cual modelo for- R. -He recordadoamenudo, especialmente aprop6sito demi relación
mal se pueda aplicar. Sin duda los modelos de simulación pueden te- con Max Weber, que se puede pensar con un pensidor contra ese pen-
ner una función heurística. al ~ e r m i t iimaginar
r modos de funciona- sador. Por ejemplo, construíla noción de camDo a l a vezcontra Weber
miento posibles. ~ e r o a ~ u e i l o s ~ u ecl o ns s t ~ ~ se
e nabandonan ame- y con Webe;, ali-eflexionar sobre el aiiálisis que él propone de las le-
nudo a la tentaci6n dogmática que Kant denunciaba ya en los mate- laciones entre sacerdote, profeta y hechicero. Decir que se puede pen-
máticos y que lleva a pasar del modelo de la realidad a la realidad del sar a la vez con y contra un pensador es contradecir radicalmente la
modelo. Olvidando las abstracciones que debieron operar para produ- lógica clasificatoria en la cual se tiene costumbre -casi en todas par-
cir su artefacto teórico, lo dan por una explicación adecuada y comple- tes, ay, pero sobre todo en Francia-de pensar la relación con los pen-
ta; o bien pretenden que la acci6n cuyo modelo han construido tiene samientos del pasado. Por Marx, como decía Althusser, o contra Marx.
por principio estemodelo. Más generalmente, buscan imponeruniver- Pienso que se puede pensar con Marx contra Marx o con Durkheim
salmente l a antropología que frecuenta en estado implicito todo el contra Durkheim, y también, seguramente, con Maix y Diirkheim
pensamiento económico. contra Weber, y recíprocamente. Es así como marcha la ciencia.
Por eso pienso queno es posible apropiarse de ciertasadquisicio- En consecuencia, ser marxista o no serlo es una alternativa re-
nes científicas de la economía sino haciéndolas sufrir una completa ligiosa y de ningún modo científica. En t6rminos de religión, o se es
reinterpretación, como lo hiceparalasnoci6n de ofertay de demanda, musulmán o no se es, o se hace profesión de fe. la chahada. o no se la
y rompiendo con la filosofía subjetivista e intelectualista de la acción hace. La frase de Sartre según in cual el ma&ismo es la Klosofía in-
econ6mica que les es solidari;, y que es el verdero principio del dxito superable de nuestro t i e m ~ ono es sin duda la más intelieente de un
social de laRational Actic.1 'l'hcory o del "individualismo metodológi- hombre, por lo demás, mu$inteligente. Hay quizá filosofí~sinsupern-
conque es suversi611francesd Es el caso, por ejemplo, @ l a npcl6n de bles, perono hay cienciainsuperable laciencia está he-
interds ue introduje en mi ti bajo, entre otras razones para romper cha para ser superada. Y Marx reiv el titulo d e i o
-l
con a= -
visión narcisista según la cual s610 ciertas actividades, las ac- p % ~ q ~ X í s e n a ja erendírsele sea el de servirse de lo que 61
tividades literarias, religiosas, filos6ficas, etc., en una palabra, todas hizo y de lo que los otros hicieron con lo que 61 hizo para sobrepasar lo
las przicticas por las que viven los intelectuales y de las cuales viven que 61 creyó hacer.
(senanecesario agregar las actividades militantes, en política o m6s Al estar el problema considerado como arreglado, el caso par-
r6s
r natural -
allá de ella), escaparían a toda determinaci6n. A-diferencia del inte-
....-.. z ahist6riczgendr&&
-..... .
ara mí en la inversi6n en u111~eg3 ~ u ~ Ü ~ e ~ ~ s e nl.a.con-
ticular de las clases sociales es, con toda evidencia, particularmente
los e c ~ n o m i s t a s , ~ ~ i n ~ ~ s ~ importante. Es cierto que, si hablamos de clase, es esencialmente
~ ~ g u ~ _ e s graciasa Maix. Y se podríaaun decir que, si hay algunacosa como cla-
,...,....-
~i&naC'laTñt~dCe;Iestejuego
,. ... yque e s a F e z meada y,ye-rza- ses en la realidad, es en gran parte gracias a Marx, o más exactamen-
~ m ? j l j u ~ oHay . por lo tanto tantas formas de interds como cam- te, al efecto de teoría ejercido por la obra de Marx. Siendo así. no dir6
pos o que explica que las inversiones que algunos comprometen en por eso que la teoría de las cl&es de Marx me satisfaga. Si no; mi tra-
ciertos juegos, en el campo artístico, por ejemplo, aparezcan como de- bajono tendríaningún sentido. Si recit6Diarnot, o desarrolld unafor-
macualquierade ese basicmamism que hizofuror en Francia, y en el instrumentos racionales de gestión y de ominación o a una demnii-
mundo (E. P. Thompson hablaba de French flu.:.),en los anos 70, en da de legitimación "cientítica" de la socio 3 n,a' esoontinea
'
de los do-
una epoca en que se me reprochabamás bien ser weberiano o durkhei- minantes. Por ejemplo, en el momento de nÜestra;nvescigación sobre
miano, es probable que hubiera tenido mucho 6xito en las universida- la fotografia, leí los estudios disoonibles de mercado sobre la cuestión.
.
poraueesmásfácil
des..- decomentar,peropienso snemi trabajono hu- Recuerdo un estudio ideal típ& compuesto de un análisis económico
biera merecido, a mi modo de ver ai menos, una hora de reflexión. A que terminaba por una ecuación simple y falsa, o peor, aparentemen-
propósito de las clases, quise romper con Iavisión realista que las per- te verdadera, y por una segunda parte consamada a un "psicoanáli-
sonas tienen comúnmente en ellas y que conduce a preguntas del g6- sis" de la fotografía. Por un lado, un conocimiento formal que pone la
nero: ¿los intelectuales son burgueses o pequeño-burgueses?Es decir, realidad a distancia y permite manipularla, a dar el medio de prever
preguntas de límite, de frontera, preguntas que se regulan en general en brutolascurvas de venta;por el otro, el suplemento de alma, el psi-
poractos jurídicos. Por otra parte, existieron situacionesen las cuales coanálisis o, en otros casos, los discursos metafísicos sobre el instan-
la teoría marxista de las clases sirvió para solucionesjurídicas que, a te y la eternidad. Es raro que aquellos que tienen los medios de vacar
veces, eran ejecuciones: según que se fuera kulak o no, se podía per- lo quieran realmente por su dinero cuÜndo se trata de verdad Cieñti-
der la vida o salvarla. Y pienso que, si el problema te6rico está plan- fica sobre el mundo social: en cuanto a auellos aue tienen inter6s en
teado en esos t6minos, es que queda ligado a una intención incons- el descubrimiento de los mecanismos de dominación, no leen en abso-
ciente de clasificar, de catalogar, con todo lo que pueda seguirse de luto sociología y, en todo caso, no la pueden pagar. En e1 fondo, la so-
ello. Quise romper con la representación realista dela clnse como gru- ciología es una ciencia social sin base social. (...)

P. -Uno de los efectos de la decadencia de la sociología "positivista"


ha sido que ciertos sociólogos han hecho esfuerzospor abandonar el
_ ".,. , .._ir.---- - - ~,
~ ~

auno. isin redode?G! ...Mi traba.io


~ ~~ ~
. . ~ en decir que las.personas
vocabulario técnico que se había formado, adoptando un estilo "fácil"
y "legible",solamente para facilitarla difusión,sino tambienpaia opo-
estánsituadas en un espacio social, que no son de cualquier parte, es nerse a las ilusiones cientificistas. Usted no comparte este punto de
decir intercambiables, como lo pretenden aquellos que niegan la exis- vista. ¿Por que?
tencia de las "clases sociales" y que en función de la posición que ocu-
van en este espacio muv compleio.
- - . se puede
- comprender la Iórica de R. -Ariesgo de parecer arrogante, me referir6 a Spitzery alo que dijo
Sus prácticas determinar, entre otras cosas, cómo clasificar~ny se de Proust. Pienso que, dejando de lado la calidad literaria del estilo,

(
clasificarán.,v.
una "clase".
-
" ,lleeado el caso. cómo se ~ e n s a r á n
como miembros de lo que Spitzer dice del estilo de Proust, yo podría decirlo deini escritu-
ra. Dice que, primeramente, lo que es complejo no se puede decir sino
de modo complejo;que, en segundo lugar, la realidadno es solamente
P. -Otro problema actual concierne a las funciones sociales de la so- compleja, sino tambibn estructurada,jerarquizndn y que hay que dar
ciología y a la demanda uexterna". la ideade esta estructura: si sequiere tener el mundoen toda su com-
plejidad y al mismo tiem~ojerarauizarv arlicular. ooner en . oersoec-
-
R. -Hay que preguntarse ante todo si existe verdaderamente una de- tivaloque es importante;e¿c., esnecesa;iorecurri;a esas frases pesa-
manda de un discurso científico en ciencias sociales. " -
;.Quien auiere la
verdad sobre el m i d o social? i.~xistenpersonas que quiere; la ver-
damente articuladas, que se deben prácticamente reconstruir como
las frases latinas; que, en tercer lugar, Proust no auiere exponer tal
dad, que tienen inter6s en la ve;dad, y si las hay, están en condiciones cual esta realidad compleja y e ~ t r ~ c t u r a dsino
a , Ando simultánea-
de pedirla? Dicho de otro modo. habría aue hacer una sociolom'a de la mentesu punto de vista con res~ectoa ella. diciendo cómo se sitúa en
demanda de sociología. La mayor partede los soci6logos, al &r paga- relación ;lo que describe. Eso Son, según.~pitzer,los parentesis de
dos oor el Estado. al ser funcionarios. oueden no olantearse la cues- Proust, que yo aproximaría a los parentesis de Max Weber, que son
tión: u n hecho iGortante es que, PO; io menos e i ~ r a n c i alos
, soció- el lugar del metadiscurso prese'nte en los discursos. Son las comillas
logos deben su libertad con respecto a la demanda al hecho de que son o las diferentes formas de estilo indirecto las que expresan otras tan-
~anadospor el Estado. Una arte importante del discurso sociol6rico tas maneras de entrar en relación con las cosas referidas y las perso-
ortodoxodebe su 6xito sociaiinmediato al hecho de que responde; la nas cuyas palabras se refieren. ¿Cómomarcar la distancia del que es-
demanda dominante, que se reduce a menudo a una demanda de cribe con respecto a lo que escribe? Es uno de los grandes problemas

58
de la escritura sociológica. Cuando digo que'la historieta es un géne- esto por todos aquellos que venden mal periodismo bajo el nombre de
ro inferior, se puede comprender que es eso lo que pienso. Por lo tan- sociología. Por esto lo más dificil .es lograr que el lector adopte la
to, es necesario que diga a la vez que es así, pero que no soy yo el que verdadera postura, laque estaríainmediatamente obligado aadoptar
lo piensa. Mis textos están llenos de indicaciones destinadas a hacer si fuese puesto en situación de descubrir, frente a un cuadro esta-
que el lector no pueda deformar, no pueda simplificar. Desgraciada- dístico a interpretar o una situación a describir, todos los errores que
mente. estas advertencias pasan desapercibidas o bien hacen al dis- la postura ordinaria - q u e aplica a los análisis construidos contra
curso de tal manera complicado que los lectores que leen rapidamen- ella- lo lleva a cometer. La exposición científica hace economia de
te no ven ni las peaueñas indicaciones ni las grandes y leen, como lo equivocaciones. Otra dificultad, en el caso de las ciencias sociales, es
testimonian bucn&mero delasobjeciones qué semehacenmás ome- que elinvestigador debe contar con proposiciones científicamente fal-
nos lo contrario de lo que he querido decir. sas pero sociol6gicamente tan poderosas -porque muchas personas
En todocaso.esciertr -,ue nobuscohacer discursossimplesy cln- tienen necesidad de creer que son verdaderas- que no se puede igno-
rosy ~ r e o ~ e l i ~ r o s ~ l a e s t r a que
t i g iconsiste
a en abandonar elrigordel rarlas si se quiere lograr imponer la verdad (pienso por ejemplo en
vocabulario tbcnico en favor de un estilo lcrrible y fácil. En primer lu-
ir gar, porque la falsa claridad es a menudo ei hecho del discurso domi-
todas lasrepresentacionesespontáneasdelacultura.innatismo.,don.
genio, Einstein, etc, que hacen circular las
.
cultivadas). Lo
nante, el discurso de aquellos que hallan que todo es evidente, porque que lleva aveces a "torcer la vara en el otro sentido" o a adoptar un to-

E
todo está bien asi. El discurso conservador se mantiene siemprs en no pol6mico e irónico, necesario para despertar al lector de sh sueño
nombre del buen sentido. No por casualidad el teatro b u r y 6 s del si- dóxico...
g l o m erallamado "teatro del buen sentido". Y el buen sentido habla Pero no es todo. No he dejado de recordar, refiri6ndome al título
del lenguaje simple y claro de la evidencia. Y a continuación poru.:e celebre de Schopenhauer, que el mundo social es tambi6n "repre-
producir un discurso simplificado y simplificador sobre el mundo s3- sentación y voluntad". Representación, en el sentido de la psicologin
cial, es invitablemente dar armas a las manipulaciones peligrosas de pero tnmbi6n en el del teatro, y la política, es decir de delegación, de
este mundo. Tengo la convicción de que, a la vez por razones científi- grupo de mandatarios. Lo que consideramoscomo la realidad social es
cas y por razones políticas, es necesario asumir que el discurso puede en gran parte representación o producto de la representación, en to-
y debe ser tan complicado como lo exija el problema (61mismo más o dos los sentidos del t6rmino. Y el discurso del sociólogo entra, es esen-
menoscomplicado) del que se trate. Silagente consideraalmeno; que cial, en este juego, y con una fuerza particular, que le da su autoridad
es complicado, es ya una enseñanza. Además, no creo c.?las virtudes científica. Cuando se tratn del mundo social, decir con autoridad es
del "buen sentido" v de la "claridad", esos dos ideales del canon litera-
~~ ~
hncer: si, por ejemplo, digo con autoridad que las clases sociales exis-
rio clásico ("lo quese concibe bien".:. etc.). Tratóndose de objetos tan ten, contribuyograndemente a hacerlas existir. Y aun si me contento
sobrecargados de pasiones, de emociones, de intereses como las cosas con proponer una descripción teórica del espacio social y de sus divi-
sociales, los discursos más "claros", es decir los más simples, son sin siones más adecuadas (comohice enLadistinction), me expongo a ha-
dudalos que tienen lasmás grandes posibilidades de sermal compren- cer existir en la realidad, es decir en primer lugar en el cerebro de los
didos, porque funcionan como tests proyectivos donde cada uno apor- agentes, bajo forma de categorías de percepción, de principios de vi-
tasusprejuicios, susprenociones, susfantasmas. Si se admiteque,pa- sión y de división, las clases lógicas que constmí para dar razón de la
r a ser com~rendido.es necesario trabajar en emplear las palabras de distribución de las prácticas. Tanto más que esta representación -no
tal manerá que no digan otra cosa que s e h a querido decir, se esun secreto paranadie-sirvió de base alas nuevas categorias socio-
ve que el mejor modo de hablar claramente consiste ea hablar de ma- profesionales del INSEE y se encontró así certificada y garantizada
nera complicada. para tratar de transmitir a la vez l~ que se dice y la por el Estado... Quizás algunos de mis terminos clasificatorios
relación que se mántiene con lo que se dice, y evitar decir a pesar su- figurarán algún día en las tarjetas de identidad ...Todo esto no está
yo más y otra cosa que lo que se ha querido decir. hecho, se comprende, para desalentar la lectura realista y objetivista
de los trabajos sociológicos, que están tanto más expuestos a ello

I1 La sociología es una ciencia esot6rica -la iniciación es muy


lenta y demanda unaverdadera conversión de todala visión delmun-
do-pero aue tiene un aire exot6rico. Algunos, sobre todo entre las
de mi generación, que se ha nutiido en el desprecio, mante-
nido oor la filosofia. de todo lo aue toca a las ciencias sociales, leen los
cuanto más "realistas" son, y sus perfiles, según la metófora platóni-
ea, siguen más de cerca las articulaciones de la realidad. I'or lo tanto,
las palabras del sociólogo contribuyen a hncer las cosas sociales. El
mundo social está cada vez más habitado por sociología reificada. Los

I análi'sis del sociólo~ocomo leesan el semanario político. Alentados en


'
sociólogos del porvenir (pero ya es nuestro caso) descubrirón cada vez
más en la realidad que estudiarán los productos sedimentados de los es profesor (es el certificadode aptitud), o enfermo (es el certificado de
trabajos de sus predecesores. enfermedad).0, aun nias fuerte, certificoque el proletariado existe, o
Se comprende que el soci6logo tenga interes en pesar sus pala- la nación occitana. El sociólogo puede tentarse de entrar en el juego,
bras. Pero no es todo. El mundo social es el lugar de luchas a prop6- de tener lnúltima palabra en las querellas de palabras diciendo lo que
sito de palabras que deben su gravedad -y a ieces su violencia- al ocurre realmente con las cosas. Si, como pienso, lo que le incumbe
hecho de aue las palabras hacen las cosas, en eran parte, Y que cam- como propio es describir la lógica de las luchas a propbsito $e las pa-
biar las palabra& y, más generalmente,las;epresentaciones (por labras, se comprende que tenga problemas con las palabras que debe
ejemplo, la representaci6n pict6rica, como Manet), es ya cambiar las emplear para hablar de esas luchas.
cosas. La politiea es en lo esencial un asunto de palabras. Razón por
la cual el combate para conocer científicamente la realidad debe casi
siempre comenzar por unalucha contra las palabras. Ahora bien, muy
a menudo, para transmitir el saber, se debe recurrir a las palabras
mismas que fue necesario destruir para conquistar ese saber: se ve
que las comillas son muy poca cosa cuando setrata de destacar un tal
cambio de estatuto epistemológico.Podre asi seguir hablando de "te-
nis" en el Unnino de un trabajo que habra conducido a hacer volar en
pedazos los presupuestos inscritos en una frase como "el tenis se de-
mocratizan-quereposa, entre otras cosas, en lailusi6n dela constan-
cia del nominal, la convicci6n de que la realidad que designaba la pa-
labra hace veinte aiios es la misma que la que designa hoy la misma
palabra.
Cuando se trata del mundo social, el uso ordinario del lengusje
ordinario hace de nosotros metafícicos. El acostumbramiento al ver-
balismo politico, y alareificación de los colectivosque ciertos filósofos
han practicado mucho, hace que los paralogismos y los golpes de
fuerza Idgicaimplicadosen las palabras mds triviales de la existencia
cotidiana pasen desapercibidos. "La opinión es favorable al aumento
del preciode la naRa! Se acepta tal frase sin preguntarse si algo asi
como 'la o~ini6n~ública~oucde existir v cómo. Sin embarco la filoso-
fían0senieii6~ue existe<nacantidadd~cosasdelasque Gpuedeha-
blar sin que existan, que se pueden pronunciar frases que tienen un
sentido CEl rey de Francia es calvo") sin que exista un referente (el rey
de Francia no existe). Cuando se pronuncian frases que tiene por
sujeto el Estado, la Sociedad, la Sociedad civil, los Trabajadores, la
Nación, el Pueblo, los Franceses, el Partido, el Sindicato, etc., se sobre-
entiende que lo que estas palabras designan existe, como cuando se
dice que uelrey de Francia es calvo" se supone quehay un rey de Fran-
cia y que es calvo. Todas las veces que las proposiciones existenciales
(Francia existe) se enmascaran bajo enunciadospredicativos(Francia
es grande), estamos expuestos al deslizamientoque hace pasar de la
existencia del nombre a la existencia de la cosa nombrada, desliza-
miento tanto mdsprobable y peligtoso, cuando que, en larealidad mis-
ma, los agentes sociales luchan por eso que llamo el poder simb6lic0,
del cual ese poder de nominaeidn constituyente, que al nombrar hace
existir, es una de las manifestaciones mas tfpicas. Certifico que usted
Segunda Parte
Confrontaciones
De la regla a las estrategias4
P. -Desea.:ía que habl4ramos del interBs que hc. manifestado en su
obra por las cuestiones de parentesco y de transmisión, desde 21 "BB-
arn" y los "Tres estudios de etnología Kabil" hasta el Horno acade~ni-
cus.Ustedfue el primero en abordar en u n i perpectiva propiamente
etnológica la cuesti6n de la elección de coi.junto en el seno de una
población francesa (cf. "Celibato y condición campesina", Etudes ru-
rales, 1962 y "Las estrategias matrimoniales en el sistema de las es-
trategias de reproducci6n", Annales, 1972) y en subrayar la corre-
lación entre el modo de transmisión de los bienes, desigualitario en
cada caso, y la lógica de las alianzas. Cada transacciór ;latrimonial
debe. decíausted. sercom~rendidacomo"lafinanciaci6n de una estra-
tegia? y puede S& definida "como un momento en una serie de inter-
cambios materiales y simhólicos (...) que dependen en buena parte <le
la posición que este intercambio ocupa en la historia r.,atrirno~tialde
la familia".
R. -Mis investigaciones sobre el casamiento en Bearne fueron para
mí el punto de pasaje, y de articulación, entre la etnología y la socio-
logía. Había pensado de entrada este trabajo sobre mi propio país de
origen como una suerte de experimentación epistemológica: analizar
como etnólogo, en un universo familiar (m4s o menos a distaiicia
social)Iasprácticasmatrimoniales que había estudiado en un univer-
so social mucho m4s alejado, la sociedad kabil, era darme una posibi-
lidad de objetivar el acto de objetivación y el sujeto objetivamente; de
objetivar al etnblogo no solamente en tsnto qiie individuo socialmen-
te situado sino tambien en tanto que erudito que hace profesión de
pensarlo. y que debe por eso retirarse del
analizar el mundo social,. de .
juego, sea queobserveunmundoextranj&o, dondeno tiene puesto sus
intereses. sea aue observe supro~iornundo, Dero aparthndose deljue-
go, tantoéomo-sea posible. ~ñsima, no &iría tanto observar aiob-
servador en su particularidad, lo que no tiene gran inte:is en si, como
observarlosefectosqueproduce sobrelaobservacibn, sobieladescrip-
Entrevista con P.Lnrnnison, publicndo en Tcrrains,nQ4. mnrm dc 1085.

67
ción dc la cosa observada, la situncibn de observador, descubrir todos dadinmanente deun juego que se adquiere porla experiencia del jue-
los presupuestos inherentes a la postura tedrica como visi6n externa, go y que funciona más ac6 de la conciencia y del discurso (al modo, por
alejada, distante, o, simplemente, no práctica, no comprometida, no ejemplo, de las técnicas del cuerpo). Nociones como las de habitus (o
investida. Y me oareció aue es toda una filosofía social, en el fondofal- sistema de disposiciones), de sentido práctico, de estrategia, est6n
sa, que derivabn del hecho de que el etn6logo no tiene "nada que ha- ligadas al esfuerzopor salir del objetivismoestructuralista sin caer en
cer" con aquellos que estudia, con sus prácticas, con sus representa- el sibjetivismo. Por esto no me reconozco en lo que L6vi-Strauss dijo
ciones, sino estudiarlos: hay un abismo entre tratar de compreder lo recientemente apropdsito de las investigaciones sobre lo que 61llama
que son las relaciones matrimoniales entre dos familias para casardel lasusociedadescon casa". Esto pormtísquenopueda nosentinneafec-
mejor modo a su hijo o su hija, invirtiendo en ello el mismo interes que tado, puesto que he contribuido a reintroducir en la discusión teórica
las personas de nuestros medios ponen en la elección del mejor esta- en etnologíaunadeesas sociedadesen dondelosactos deintercambio,
blecimiento escolarpara su hijo o su hija, y tratar de comprender esas matrimoniales u otros. parecen tener por "tema" la casa, lamaysou,
relaciones paraconstmir un modelo tc6rico. Lo mismoes verdadero si l'oustau; y tambi6n a formular la teoría del casamiento como estrate-
se trata decomprender un ritual. gia...
Así, el análisis teórico de la visión teórica como visi6n externa y
sobre todo sin compromiso práctico ha sido sin duda el principio de la P. -¿Quiere hablar de la conferencia Marc Bloch sobre "La etnología
mptura con lo que otros llamarían el "paradigma" estructuralista: es y la historia", publicada por los Annales ESC (no6, nov.-dic. de 1983,
la conciencia aguda, que no adquirí solamente por la reflexión te6ri- pAgs. 1217-1231),dondeLBvi-Strausscritica loque61ll~mael"espon-
ca,del desfasaje entrelosfines tedricos dela comprensión teóricay los taneísmo"?
fines prácticos, directamente interesados, de lacomprensión práctica
lo que me condujo a hablar deestrategias matrimoniales o de usos so- R. -Sí. Cuandohablade esta crítica del estructuralismoYqueanda un
ciales del Darenteseo más bien que de reglas de parentesco. Este cam- poco por todas partes y que se inspira en un espontaneísmo y un sub-
bio de voc~bulariomanifiesta un cambiode punto de vista: se !rata de jetivismo a la modan (todo esto no es muy gentil), es claro que Lévi-
evitar dedar oarael ~rinci~iodelaprácticadelosagentes lateoríaque Strauss apunta de manera poco comprensiva - e s lo menos que se
se debe construir da; razón de ella. puede decir- a un conjunto de trabajos que me parecen participar de
otroUuniversoteórico" diferente del suyo. Paso sobre el efecto de amal-
P. -Pero, cuando Levi-Strauss habla de las reglas o de los modelos gama que consiste en sugerir la existencia de una relación entre el
que se reconstruyen para dar cuenta de ellas, no se sitúa verdadera- pensamiento en términos de estrategia y lo que se designa en políti-
mente en oposición con usted sobre este punto. ea por espontaneismo. La elección de las palabras, sobre todo en la
pol6mica, no es inocente y se sabe el descredito que se atribuye, aun
R. -En realidad. me Darece aue la oposición este enmascarada por la en política, a todas las formas de creencia en la espontaneidad de las
ambigüedad de ia regla, que permite hacer desaparecer el masas. (Siendo así, entre paréntesis, la intuición política de LBvi-
oroblema mismo aue trate de olantear: no se sabe nunca exactamen- Strauss no es completamente engaiíosa, puesto que, a trav6s del
te si por r e d a se entiende un principio de tipo jurídico más o m nos habitus, del sentido prtíctico y de la estrategia, se reintroducen el
conscientemente producido y dominado por los agentes o un conjun- agente, la accidn, la prhctica y sobre todo quiztí la proximidad del
to de rewlaridades objetivas que se imponen a todos aquellos que en- observador a los agentes y a la prtíctica, el rechazo de la mirqda dis-
tran en-un juego. Cuando se hnbla de regla de juego, se refiere a uno tante, que no dejan de tener relación corilas disposiciones y las posi-
o a otro de esos dos sentidos. Pero se puede aun tener en mente un ciones teóricas, pero tambien políticas). Lo esencial es que Ldvi-
tercer sentido, el de modelo, de principio construido por el estudioso Strauss, encerrado desde siempre (pienso en sus notas del prefacio a
para dar cuenta del juego. Creo que al escamotear estas distinciones Mauss sobrelafenomenología)en laaltemativa del subjetivismoy del
se expone a caer en uno de los paralogismos más funestos en ciencias objetivismo, no puede percibir las tentativas para superar esta alter-
humanas, el que consiste en dar, según el viejo dicho de M a n , "las nativa sino como una regresión hacia el subjetivismo. Prisionero, co-
cosas de lalógica por la lógica de las cosas". Para escapar a eso, es ne- mo tantos otros, de la alternativa de lo individual y de lo social, de la
cesario inscribir en la teoría el principio real de las estrategias, es libertad y de la necesidad, etc., no puede ver en las tentativqs para
decir el sentido práctico, o, si se prefiere,lo quelos deportistas llaman romper con el "paradigma"estructura1istasino retornos a un subjeti-
el sentido del juego, como dominio práctico de la 16gica o de la necesi- vismoindividualista y por allíaunirracionalismo: según 61, elUespon-
taneísmo" sustituye a la estructura por "una media estadística que jugar al juego del matrimonio kabil, que no hace intervenir la tierra
resulta de elecciones hechas con todalibertadoque escapan por lome- y la amenaza de la repartici6n (por el hecho de la indivisi6n en la re-
nos a toda determinación externa" y reduce el mundo social a "un partición igual entre los agnados);no convendrian si se trata de jugar
inmenso caos de actos creadores que surgen todos en escala individual aljuego del matrimonio bearnbs donde hay que salvar ante todo la ea-
y que aseguran la fecundidad de un desorden permanente" (cómo no sa Y la tierra.
reconocer la i m a ~ e no el fantasma del "espontaneismo" de mayo de Se vequeno se puede plantear el problemaen t6rminosdeespon-
1968querecuerdin, además del c~nce~tou~ilizado para designar esta taneidad Y de coerción. de libertad v de necesidad. de individuo v de
corriente te6rica. las alusiones a la moda v a las críticas "aue andan social. EI habitus comó sentido delbego es el jueio social incorpÓG-
por todas partes"? En suma, porque estratégia es para Bl sinónimo de do, vuelto naturaleza. Nada es m49 libre ni m8s iestringido a la vez
elecci6n. elección consciente e individual, guiada por el cálculo ra- que la noción del bueniupador. El se encuentra muv naturalmente en
cional o por motivaciones "Bticas y afectivas" y, porque se opone a la el sitio en que la peloti &er& como si la pelota lo mandase, pero, por
coercióny a la norma colectiva, nipuede sino a;&jaifuera de la cien- allí, 61 manda a la pelota, El habitus, como social inscrito en el cuer-
cia un orovecto te6rico aue tiende en realidad a reintroducir el azente po, en el individuo biológico, permite producir lainfinidad de los actos
socializad; Cyno el sujeto)y lasestretegias más omenos"automá~cas" de juego que esián insciitos en el juego en el estado de posibilidades
del sentido practico 01 no los proyectos o los cálculos de una con- y de exigencias objetivas; las coerciones Y las exi~enciasdeljue~o,Dor
ciencia). más que no estdn encerradas en un c65co de reglas, se imponen a
aquellos -y a aquellos solamente- que, porque tienen el sentido del
P. -Pero ¿cuól es, según usted, la función de la noción de estrategia? juego. es decir el sentido de la nmesidad inmanente del juego, esián
preparados para percibirlas y cumplirlas. Esto se traspone fácilmen-
R. -La noción de estrategia es el instmmento de una ruutura con el te al caso del cnsamiento. Como lo mostrb en el caso del Beame y de
punto de vista objetivistay con la acci6n sin agente que supone el es- Kabilia, las estretegias matrimoniales son el producto no de la obe-
~ ~
-
tructuralismo (al recurrir oor eiemolo
" - ala noción de inconsciente). Pe-
ro se puede rehusar ver en la estrategia el producto de un pro&ania
diencia a la regla sino del sentido del juego que conduce a "elegirnel
mejor partido posible dado el juego de que se dispone, es decir los
inconsciente sin hacer de 81 el producto de un cálculo consciente y ra- triunfos o las malas cartas(las hiias es~ecialmente).v el artede iuear
cional. Ella cs el producto del sentido práctico como sentido del juega, del que se es capaz, la regla del juego explicita -po;ejemplo lai fio-
deun jucso socialparticular. histó~icamentedefinido, que se adquiere hibiciones o las preferencias en materia de arent te seo o las leves de
desde la infancia al participar en las actividades sociales. especial- sucesión- al definir el valor de lascartas (de los varones y de 1;s mu-
mente, en el caso de kabilia, y sin duda en otras partes, enlos juegos jeres, delosmayoresy delosmenores).Ylasreylaridadesquese pue-
infantiles. El buen iueador. aue es en ciertomodo el iueeo hecho hom-
~ ~~ ~
den observar, gracias a la estndistica, son el producto agregado de ac-
bre. hace en cada 6Gante o[ que hay que hacer, lo que demanda y ciones individualmente orientadas por las mismas restricciones obje-
exige el juego. Esto supone una-invención permanente, indispensable tivas (las necesidades inscritos en la estructura del iueco o oareial-
para adaptarse a situaciones indefinidamente variadas, nunca per- mente objetivadas en las reglas) o incorporadas (el sintido d&ljuego,
fectamente identicas. Lo que no asegura la obediencia mecónica a la
todos los gnipis, grados de excelen&).
-
61 mismo desimialmente distribuido. mraue hav en todas oartes. en
reela exolícita. codificada (cuando existe). Describí por eicmplo las es-
trategias de dóble juego consistentes en ponerse enregia, en poner el
derecho de su parte, en actuar conforme a intereses mientras se apa- P. -Pero¿quibn produce las rerrlas d e l j u e ~ de
o las oue hab1a.r difie-
rente obedecer a la regla. El sentido del juego no es infalible; está de- ren ellasde lasr&las de funcio~amieniod~las so~idadescu~~enun-
sigualmente repartid& en una sociedad como en un equipo. A veces ciado por los etnólogos desemboca exactamente en la elaboración de
falta, especialmente en las situaciones trágicas, en que se apela a los modelos?¿Qu4esloque separatasreglas deljuegodelas?eglasde pa-
entendidos, que, en Kabilia, son a menudo tambibn los poetas, y que ren teseo?
saben tomarse libertades con la regla oficial que permiten salvar lo
esencial de aquello que la regla tendía a garantizar. Pero esta liber- R -La imagen del juego es sin duda la menos mala para representar
tad de invención, de improvisación, que permite producir la infinidad las cosas sociales. Sin embargo. im~licaDelimos. En efecto. hablar de
de jugadas hechas posibles por el juego (como en el ajedrez) tiene los
mismos limites que el juego. Las estrategias adaptadas tr~tándosede z'
juego es sugerir que ha al cómienzo uninventor del juego; un nomo.
teta, que ha enunciado as reglas, el contrato social. Mbs grave, es su-
gerir que existen reglas de juego. es decir normas explicitas, gene- prop6sitodelmundo socialo delmundo político. He llegadonlo queme
ralmente escritas, etc., siendo que en realidad es mucho más compli- parece ser la intuici6n justa de la lógica práctica de la acci6n ritual
cado. Se puede hablar de juego para decir que un conjunto de perso- pensándola por analogía con nuestra manera de utilizar la oposición
nas par&ipan de unn actividad~regulada,una actividad que, sin ser entre la derecha y la izquierda para pensar y clasificar opiniones po-
necesariamente el ~roductode la obediencia de las redas. obedece a liticas o personas (había hasta tratado, algunos aiios mds tarde, con
ciertas regularidadk:El juego es el lugar de una neceGdad inmanen- Luc Boltanski, de captar cómo funciona esta lógica prdctica en nues-
te, que esal mismo tiempo unalógicainmanente. No se hace allí cual- tra experiencia ordinaria empleando una t6cnica derivada de la que
quier cosaimpunemente.Y el sentido del juego, que contribuye a esta empleanlosinventoresdel análisis componencialpararetomarlas ta-
necesidad y a estaló'gica, es-una forma de conocimiento de esta nece- xonomía~indí~enasen materia de parentescos, de botánica Y de zoo-
sidad y de esta lógica. Quienquiere ganara este juego, apropiarse las logia; daba a clasificar caitones en los cuales se habían ins-
apuestas, atrapar la pelota, es decir por ejemplo el buen partido y las crito los nombres de partidos Dor una arte. los nombres de hombres
ventqjas asociadas, debe teneriel sentido del juego, es decir el sentido políticos por otra parte). iiice "na experiencia semejan te con los nom-
de la necesidad y de l a 14giwd.@I jPeg0.o:¿Es necesario hablar de regla? bres de profesión.
Sí y no. Se puede hacerlo q.coiidicibn.dedistinguir claramente entre
regla y regularidad El juego social esreglado, es el lugar de regula- P. -Allí tambidn, pasa la línea entre etnolop'a y sociología.
ndades. Las cosas pasan'en dl de.maneraregular; los herederos ricos
se casan re~ularmentecon:menores rictia. Eso no quiere decir que sea R. S i . La distinción entre sociología y etnología impide al etnólogo
regla para-los herederos ricos a s a r s e con menores ricas. Aun s i se someter su propia experiencia al análisisque aplicaa su objeto. Lo que
vuede Densar que casarse conuna heredera (aun rica, y a fortiort una obligaría a descubrir que lo que 61 describe como pensamiento mitico,
menorpobre)esun error, seguramente, alos ojos de lospadres, es una amenudo no es otra cosa que lalógica prácticaque es lanuestraen las
falta. Puedo decir que toda mi reflexión partió de allí, jcómo las con- tres cuartas partes de nuestras acciones: por ejemplo, en aquellos de
ductas pueden ser regladas sin ser el producto de la obediencia de las
- -
reelas? Perono basta romoercon la iuridicidad(e1le~alismo.como di-
ten los anglosajones) que es tan natural a los antropólogos, siempre
nuestrosjuicios que son sin embargo consideradoscomo la realización
suprema de la cultura cultivada, losjuicios de gusto, enteramente fun-
dados sobre parejas de adjetivos Oiist6ricamente constituidas).
dispuestos aescuchar a los dadores de leccionesy de reglas que son los Pero, para volver a los principios posibles de la producci6n de
informantes cuando hablan al etnólogo, es decir auno que no sabe na- prácticasregladas, es necesario tomar en cuenta, juntoal habitus, las
da y a quien hay que hablar como a u n niíro. Para construir un mode- reglas explícitas, expresas, formuladas, que pueden ser conservadas
lo dejuego queno sea ni el simple registro de las normas explícitas ni y transmitidas oralmente (era el caso de Kabilia, como de todaslas so-
el enunciado delas regularidades. almismo tiempo que se integran las ciedades sin escritura) o por escrito. Esas reglas pueden aun estar
unas a las otras, es necesario reflexionar sobre los modos de existen- constituidas en sistema coherente, de una coherencia intencional,
cia diferentes a los principios de regulación y de regularidad de las querida, al precio de un trabajo de codificacidnqueincumbe a los pro-
prácticas: está, seguramente, el habitus, esta disposición reglada pa- fesionales de la puesta en forma, de la racionalización, los juristas.
ra engengrar conductas regladas y regulares fuera de toda referencia
a las reglas: y, en las sociedades donde el trabajo decodificacidnno es- P.-Dichodeotromodo.;ladistinción aueustedhaceal comenzar. en-
tá muy avanzado, el habitus es el principio de la mayor parte de las tre las cosas de la 16gici"y la lógica dejas cosas, sería lo que
prácticas. Por ejemplo, las prdcticas rituales, como lo demostré, creo, olantear claramente la cuestión de la relaci6n entre la remilandad de
en k sens pratique ,son el producto de la puesta en obra de taxono-
~~~~~

jas prácticas fundada sobre las disposiciones, el sentido &l juego, y la


mCas prácticas, o mejor, esquemas clasificatoriosmanejados en el es- regla explícita, el c6digo?
tado prdctico, prerreflexivo, con todos los efectos que se sabe: los ritos
y los mitos son lógicos, pero solamente hasta un cierto punto. Son 16- R. -Exactamente, la regularidad captable estadisticamente, ala cual
gicos con una lógica práctica (en el sentido en que se dice de una ves- el sentido del juego se pliega espontáneamente, que se Yreconoce"
timenta oue es oráctica). es decir. buena Darala ~ráctica,necesaria v prácticamente 'jugando el juego", como se dice, no tiene necesaria-
sufieienG parasla ~emasiada18gica sekín a menudo incom- mente por principio la regla como regla de derecho o de prederecho
oatible con la oráctica. o aun contradictoria con los fines
. oracticos de (costumbre,refrán, proverbio, fórmula que explicita una regularidad,
ja práctica. sucede lo mismo con las clasificacionesque producimos a así constituida en "hecho normativon:pienso por ejemplo en las tauto-

72
logías como la que consiste en decir ae un hombre quel'rs un hombre", pondencia bastsnte estrecha entre la geografía de los modos de trans-
sobreentendido un hombre verdadero, verdaderamente hombre). Su- misi6n delosbienesy. Iageo~afíadelasrepresentacionesdelosvincu-
- .
cede no obstante que ese sea el caso, especialmente en las situaciones los de parentesco..
oficiales. Claramente enunciada esta distinci6n, es necesario hacer
una teoría del trabajo de explicitaci6n y de codif;caci6n,y del efecto P. -En realidad, usted se diferencia tambien de los estructuralistas
propiamente simb6lico que produce la codificaci6n. Hay un lazo entre en la manera de concebir la acción de las "coerciones" jurídicas o
laf6rmula jurídicay la fórmula matem4tica. El derecho, como la16gi- económicas.
caformal, considera la forma de las operaciones sin interesarse en la
materia ala cual se aplican. Laformulajurídicavale para todos losva- R. -Exactamente. La famosa articulaci6n de las "instancias" que los
lores der. El c6digo es lo que hace que diferentes agentes concuerden estructuralistas, sobre los neomarxistas, buscaban en la objetividad
sobre las f6rmulas universales porque son formales (en el doble sen- de las estructuras se realiza en cada acto responsable,en el sentido de
tido del formal ingles, es decir oficial, público, y del formal frances, es la palabra inglesa responsible, es decir objetivamente ajustado a la
decir relativo a la sola forma). Pero me detengo alli. 0,uena solamen-
te mostrar todo lo que abarca la palabra regla, en suambigüedad (el
necesidad del iueeo . -
- ooraue está orientado oor el sentido del iue~o.El
"buen ju~ador;'tomaen cuenta, en cada elecci6n matrimoniál, eicon-
,.
mismo error invade toda la historia de lalineüística. nue.,desde Saus-
sure a Chomsky, tiende a confundir los eGuemas generadores que
junto de asp propiedad es es tan do dada la estructura que se tratadcrc-
producir: en Bearne, el sexo, esdecirlas representxiones costumbris-
funcionan en estado práctico y el modelo explicito, la gramática, cons- tas de la precedencia masculina, el rango de nacimiento, es decir la
truido para dar razón de los enunciados). precedencia de los mayores, y, a traves de ellas, de le tierraque, como
decía Marx, hereda al heredero que la hereda, el rango social de la ca-
P. -Así, entre las restricciones que definen un juego social, tpodria sa que hay que mantener, etc. El sentido del juego, en este caso, es,
haber reglas, m4s o menos estrictas, que rigen la alianzay definen los m4s o menos, el sentido del honor; pero el sentido del honor bearnes,
lazos de parentesco? a pesar de las analogias, no es exactamente identico al sentido del
honorkabil, que, más sensibleal capital sirnb6lico,reputación,renom-
R.-Lasm4spoderosas deestasrestricciones, por lo menos en las tra- bre, "gloria", como se decía en el siglo XviI, otorga menos atenci6n al
diciones que estudie directamente. son las aue resultan de la costum- capital económico y especialmente a la tierra.
bre sucecoria. Las necesidades de ia economía seimponen a traves de
.
ellas v las estraternas de re~roducci6ndeben contar con ellas., en nri- P. -Lasestrategias matrimoniales esthn, pues, inscritas en el siste-
mer ¿6rmino las e~trategiasmatrimoniales.Pero las costumbres, aun ma de las estrategias de reproducci6n...
lasmuy codificadas,loqueraramenteeselcasoen lassociedadescam-
pesinas, son elobjetoellasmismas de todasuertedeestratecias.Tam- R. -Yo diría, para la anbcdota, que son las inquietudes de elegancia
bien es necesarioen cada caso volver a la realidad de lasp%cticas en estilísticadelaredacci6ndeAnnales Insquehan hecho quemiartículo
lugar de fiarse, como Le Roy Ladurie que sigue a Yver, en la costum- se llame "las estrategias matrimoniales en el sistema de reproduc-
bre, codificada, es decir escrita, o no: al estar fundada paralo esencial ci6n" (lo aue no tiene mucho sentido) y no, como yo quería, ''en el sis-
en el registro de las "jugadas" o de las faltas ejemplares y, con este tema de ias estrategias de reproducc~n"~Eo esencial esta alli: no se
título, convertida en norma, la costumbre da una idea muy inexacta
de la mtina ordinaria de los casamientos ordinarios, y es d objeto de
. -
pueden disociar las estrate~ias matrimoniales del coniunto de las es-
irategias -pienso, por ejemplo, en las estrategias delecundidad, en
toda clase de manipulaciones, en ocasi6n de los casamientos especial-
mente. Si los bearneses han sabido perpetuar sus tradiciones suceso-
-
las estraterrias educativas como estrateeias de ubicación cultural o en
las estrategias econ6micas, inversión, ahorro, etc.-por las cuales la
rias a pesar de dos siglos de c6dieo civil. es aue habían aprendido de familia tiende a reproducirse biol6gicamente y sobre todo socialmen-
larga data a jugar coñla regla deGuego. ~ien'doasí, no hay que subes- te, es decir a reproducir las propiedades que le permitan mantener su
timar el efecto de la codificación o de la simple oficializaci6n (a que se posición, su rango en el universo social considerado.
reduceel efecto delo que se llamael casamiento preferencial): lasvias
sucesarias designadas por la costumbre se imponen como "naturales" P. -Hablando de la familiay de sus estrategias, ¿no postula la homo-
y tiende aorientar-nuevamenteesnecesariocomprenderc6mc-las geneidad de este grupo, de sus intereses, y no ignora las tensiones y
estrategias matrimoniales, lo que explica que se observe una corres- los conflictos inherentes por ejemplo a la vida en común?

74
R. -Al contrario. Las estrategias matrimoniales son a menudo la doy que se perpetúa, creo haberlomostrado, en susmétodos(por ejem-
resultante de relaciones de fuerza en el seno del grupo doméstico y plo, ¿por qu6 estaresistencia a la estadística?)^ sobre todo en sus mo-
estas relaciones no oueden comorenderse sino aoeiando a la historia dos de pensamiento: por ejemplo, el rechazo del etnocentrismo que
de ese grupo y en particular a la historia de los ;asamientos anterio- prohibe al etn6logo poner lo que observa en relación son sus propias
res. Por ejemplo, en Kabilia, la mujer, cuandoviene del exterior, tien- experiencias -como yo lo hacia hace un momento aproximando las
de a reforzar su posición buscando encontrar un partido en s u linaje o~eracionesclasificatorias introducidas en u n acto ritual y las que in-
y tiene tantas más posibilidades de lograrlo cuanto m6s prestigioso es
s u linaje. La lucha entre el marido y la esposa puede efectuarse por
interposición de la suegra. El marido puede tener tambi6n inter6s en
reforzar la cohesión del linaie. Dor u n casamiento interno. En suma.
l a historiadeloslinajes, y es&;almente de todoslos casamientos an:
,;
t;oducimos en nuestra percepción del mundo social- conduce, bajo
.
aoariencia de resoeto..a instituir una distancia infranaueable. como
losmejores tiempos de la "mentalidad primitiva". Y esto puede va-
ler asimismo cuando se hace la "etnología" de los campesinos o de los
obreros.
. ~

teriores interviene en ocasión de cada casamiento nuevo por el sesgo


de esta relación de fuerza sincrónica entre los miembros de la familia. .P. -Para volver a la Iózica de las estrategias matrimoniales, ¿usted
Este modelo teórico tiene u n valor muy general y es indispen- quiere decir que toda la-estructura y las historia del juego estgn prc-
sable, por ejemplo, para comprender las estrategias educativas de l a sentes. oor intermedio de los habitus de los actores Y de su sentido del
-~ ~~~

familia, o, en u n dominio completamente distinto, sus estrategias de juego, k m d a uno de los casamientos que resulta de la confrontación
inversión y de ahorro. Monique de Saint-Martin observó en la gran de sus estrategias?
aristocracia francesa estrate&is matrimoniales absolutamente se-
mejantes a las que yo había &servado en los campesinos bearneses. R. -Exactamente. He mostrado cómo, en el caso de Kabilia, los casa-
El casamiento no es esta o~eración~untualyabstracta,fundadasobre mientos másdificiles. oorlo tanto m i s orestiaiosos, movilizan a la casi
la solaapli~aci6ndereglasdefiliac~n~ dedianza, que-describelatra- totalidad de los dos grupos en presen;a y lahistoria de sus transac-
dición estructuralista. sino un acto aue interna el coniunto de las ne- ciones pasadas, mat~imonialesu otras, de modo que no se puede com-
cesidadesinherentes n una posici6n en la est&ctura social, es decir en orenderlos sino a condición de conocer el balance de esosintercambios
un estado del iueeo social. oor la virtud sintktica del sentido del iue- ñn el momento considerado y también, seguramenta, todo lo que de-
go delos 'iieg&iaJores". d as relaciones que se introducen entre las fa- Cine la oosición de los dos arupos en la distribución del capital ecoiió-
milias en ocasión de los casamientos son tan difíciles y tan importnn- ;nico y también simb6lico.iosgrandes negociadores son aquellos que
tes como las negociaciones de nuestros diplomdticos mhs refinados. Y saben sacar el mejor partido de todo esto. Pero esto, se dird, no vale si-
la lectura de Sáint-Simon o de Proust ~ r e p a r asin duda mejor no por tanto tiempo como el casamiento, es asunto de las familias.
comprender la diplomacia sutil de los camoesinos kabiles o bearneses
quela lectura de ias ~ o t easn d ~ u e r i e on
s ~ n t r o ~ o lPero
o ~ no
~ .todos 1'.S i . Puede preguntarse si sucede lo mismo en las sociedades como
.
loslectores de Proust o de Saint-Simon estdn icualmente oreoarados A

para reconocer al señor de Norpois o al duque Ide Berry en un campe-


la nuestra, donde la "elección de conjunto" es aparentemente dejada
a la libre elección de los interesados.
sino de rasgos rudos y acento grosero o en un montañ6s. porque las gri-
llas que s e lesaplican, las de la etnología, llevan a tratarlo, quiérase R.-En realidad, el dejar de hacer del mercado libre esconde las nece-
o no, como radicalmente otro, es decir como bhrbaro. sidades. Lomostr6 en elcaso deBearneal analizar el pasajedeun régi-
men matrimonial de tipo planificado al mercado libre que se encuen-
P. -Laetnologíano tratamásverdaderamente ni alos campesinosni tra encarnado en el baile. El recurso a la noción de habitus se impo-
a nadie como a r b a r o , creo. Sus desarrollos en Francia y Europa han ne en este casomás que nunca: en efecto, ¿,cómo explicar de otro modo
contribuido por otra oarte. orobablemcnte, a modificar más la mira- la homoeamia aue se observa a pesar de todo? Existen seguramente
d a que ella arroja s o b e lacsociedades. todas last6cnicas sociales que a i u n t a n a limitar el campode los par-
tidos posibles, por una suerte de proteccionismo: competencias, bailes
R. -Tengo conciencia de forzar el rasgo. Pero mantengo sin embargo selectos, reuniones mundanas, etc. Pero la mhs segura garantía de la
que hay algo de malsano en la existencia de la etnología como ciencia homogamia y, por allí, de la reproducción social, es l a afinidad espon-
separaday que uno se arriesga a aceptar, a través de esta separación, tánea (vivida como simpatía) que aproxima a los agentes dotados de
todo lo que estaba inscrito en la división inicial de la que ella h a sali- habitus o de gustos semejantes, en consecuencia prrductos de condi-
ciones y de condicionamientos sociales semejantes. Asimismo con el usos sociales del parentesco -al combinar, como hace Bensa, el aná-
efecto de cierre ligado a la existencia de mupos hornoceneos social v lisis lingiiistico de las toponimias, el análisis económico de la circu-
culturalmente, como los grupos de condi&ípulos (clases del secunda- lación de las tierras, la interrogación metódica sobre las estrategias
rio, disciplinas de las facultades. etc.). aue son res~onsabies..hov.
- .de politicasmás cotidianas, etc.-descubre que los casamientos son ope-
una gran parte de los casamientbs o dé ias unione;, y que deben mu- raciones complejas, que implican una cantidad de parámetros que la
cho ellos mismos al efecto de la afinidad de los habitus (especialmen- abstracción genealógica, que reduce todo a la relación de parentesco,
te en las operaciones de cooptación y de selección). He mostrado am- separa sin siquiera saberlo. Una de las bases de la división entre los
pliamente, enLa distinction, que elamor puede ser descrito tambikn dos"paradigrnas" podría residir en el hecho de que es necesario pasar
como una forma de amor fati: amar, es siempre un JCO amar en otro horas y horas con los informantes bien informados y bien dispuestos
otra realización de su propio destino social. Esto lo había aprendido al para recoger las informaciones necesarias para la cómprensi6n de un
estudiar los casamientos bearneses. solo casamiento -o, por lo menos, de la puesta al día de los paráme-
tros pertinentes al tratarse de construir un modelo, estadísticamente
P. -Levi-Strauss, al defender el paradigna estructuralista. dice que fundado, de las coercionesque organizan las estrategias matrimonia-
"dudar dequeel análisisestructural se aplique a a l y n a s (delas socie- les-, mientras que se puede establecer en una tarde una genealogía
dades) conduce arecusarlo para todas". ¿Esto no vale tambien, según que abarque un centenar de casamientos v en dos días un cuadro de ~.
usted, para el paradigma de la estrategia? terminos de domicilio y de referencia. ~ e @ otendencia a pensar que,
en ciencias sociales, el ienguaje de la regla es a menudo el asilo de la
R. -Creo que hay cierta imprudencia al pretender proponer un pa- ignorancia.
radigma universal y me he guardado muy bien de hacerlo a partir de
dos casos -despues de todo bastante semejantes- que estudie (aun P. -EnLe senspralique , a propósito especialmente del ritual, sugie-
si creo probable que las estrategias matrimoniales se inscriben uni- re que es el etnólogo quien produce artificialmente la distancia, la
versalmente en el sistema de la; estrategias de reproducción social). extraiieza, porque es incapaz de reapropiarse de su propia relación
En realidad, antes de concluir por el monismo o el olurnlismo. sería con la práctica.
necesario verificar que la visión estructuralista que se impuso en el
anhlisis de las sociedades sin escritura no es el efecto de la relación con R. -No había leído las crítica~implacablesque Witt~ensteindirirre a
el objeto y de la teoría de la prdctica que favorece la posición de exte- Fra2er.y quese aplican a la mayorpartede Iós etnólogos, cuando des-
rioridad del etnólogo (el casamiento con la prima paralela, que se con- cribiloquemepnreceserlalógica real del ~ensamientomíticooritual.
sideraba era la regla en los países árabe-bereberes. fue el objeto de Allídonde sevio un blgebra, creoque es necesariover una danza o una
algunos ejerciciosestructuralistas cuya debilidad creo haber demos- gimnasia. El intelectualismo de los etnólogos, que redobla su preodu-
trado). Ciertos trabajos sobre sociedades típicamente "frías" oarecen pación por dar un aderezo científico a su trabajo, les impide ver que,
mostrar que, a condición de entrar en el detalle, en lugar de'conten- en su propia práctica cotidiana, sea que den un puntapie en la piedra
tarse con obtener nomenclaturas;de los terminos de parentesco y de queloshizo trastabillar,según el ejemplo recordadopor Wittgenstejn,
las genealogías abstractas, reduciendo asílasrelaciones entre los con- o que clasifiquen los.oficios o los hombres políticos, obedecen a una 16-
juntos a la sola distancia genealógica, se descubre que los intercam- gica muy semejante a la de los "primitivos" que clasifican los objetos
bios matrimoniales y, con mayor generalidad. todos los intercambios según lo seco y lo húmedo, lo caliente y lo frío, lo alto y lo bajo, la de-
materiales o simbólicos; como la transmisión de los nombres, son la recha y la izquierda, etc. Nuestra percepción y nuestra práctica, espe-
ocasión de estrategias complejas y que las genealogías mismas, lejos cialmente nuestra percepción del mundo social, están guiadas por
de dirigir las relaciones económicasy sociales, son la apuesta de mani- taxonomías prácticas, las oposiciones entre lo alto y lo bajo, lo mascu-
pulaciones destinadas afavorecer o a prohibir las relaciones económi- lino (o lo viril) y lo femenino, etc., v las clasificaciones aue oroducen
cas o sociales, a legitimarlas o a condenarlas. Pienso en los trabajos de estas taxonomias deben su virtud ál hecho de que son &áciicas, que
Bateson quien, en Naven, había abierto el camino al recordar las permiten introducir precisamente bastante lógica para las necesida-
manipulaciones estrat4gicas de las cualeslosnombres de lugares o li- des de la práctica, ni demasiada-loimpreciso cs a menudo indispen-
najes -y la relación entre los dos- pueden constituir el objeto. O en sable, especialmente en las negociaciones-, ni demasiado poca,por-
los estudios, mUy recientes, de Alban Bensa, sobre la Nueva Caledo- que la vida se haría imposible.
nia. Desde que el etnólogo se dalosmedios de captar en su sutilezalos
P. -¿Piensa que existen diferencias objetivas entre las sociedades des familias .-grandes, en el doble sentido del término-asegura- su
que hacen que algunas de entre ellas, especialmente las más dife- perpetuación al precio de estrategias-en primera filalas estrategias
renciadas y las m6s complejas, se presten mejor a ¡os juegos de la educativas- que no son tan diferentes, en su principio, de las que los
estrategia? campesinos kabiles o bearneses ponen en próctica para perpetuar su
capital material o simbólico.
R. -Por m6s que desconfie de las grandes oposiciones duolistas, so- En suma, todo mi trabajo, desde hace más de veinte arios, tien-
ciedades calicntes/sociedades frias. sociedades históricadsociedades de a abolirla oposición entre la etnología y la sociologia. Esta división
sin historia, s e puede sugerir que, a k e d i d a quelas sociedades sevuel- residual, de vestigios, impide a los unos y a los otros plantear ade-
ven más diferenciadas v aue en ellas se desarrollan esos "mundos" cuadamente los problemas más fundamentales que plantean todas
relativamente autónomos'que yo llamo campos, las posibilidades de las sociedades, los de la lógica de las estrategias que los grupos, y es-
que aparezcan verdaderos acontecimientos, es decir encuentrosde se- pecialmente las familias, emplean para producirse y reproducirse, es
ries causales independientes, ligadas a esferas de necesidad diferen- decir para crear y perpetuar su unidad, por lo tanto su existencia en
tes, no dejan de crecer, y de allí, l a libertad dejada a las estrategias tanto grupos, que es casi siempre, y en todas las sociedades, la condi-
complejas del habitus, que integran necesidades de orden diferente. ción de la perpetuación de s u posición en el espacio social.
E s así por ejemplo que, a medida que el campo económico se institu-
ye como tal al instituirla necesidadque lo caracteriza como propio, la P. -;.Lo teoría de las estratemas de re~roducciónseria. uues. insepa-
de los negocios, del cálculo económico, de la maximizaci6n del prove- rablede una teoría genética i e los grupos, que tiende i d a r cuentide
cho material ("los ncgocios son los negocios", "en los negocios iio se la lógica según la cual los grupos, o las clases, s e hacen y s e dee:.acen?
hace sentimentalismo"),y que los principios m6s o menos cxplicitos y
codificados que rigen las relaciones entre parientes dejan de aplicar- R. -Completamente. Esto es de tal manera evidente, e importante,
se más a116 de los limites de la familia. sólo las estratemas comoleias parami, que llegue hasta a colocar el capítulo consagrado a las clases,
de u n habitus modelado por las necesidades diversas pieden i n t e k a r con el cualhabía pensado concluirLa distb~clion,al término de la pri-
en partidos coherentes las diferentes necesidades. Los grandes &a- mera parte, teórica, deLe Scnsprutigue donde habia trntado'de mos-
mientos nristocr&ticoso burgueses son sin duda los mejores ejemplos trar que los grupos, y especialmente las unidades de base genealógi-
de una tal integración de necesidades diversas, relativamente iire. ca, existían a la vez en la realidad objetiva de las regularidades y de
ductibles, ladel parentesco.lade lacconomiav ladc la volitica. Puede las coerciones instituidas, y en las representaciones, y también en
ser que en las soeiedades minos diferenciadnien órdeñes autónomos, todas las estrategias de mercado, de negociación, de bliifi, etc., des-
lasnecesidades del parentesco, al no tener que contar con ningún otro tinadas a modificar la realidad al modificar las representaciones.
principiode orden concurrente, puedan imponerse sin reparto. Lo que Esperaba asímostrar que la lógica que había extraído a propósito de
exige verificación. losgruposdebascgeneal6gica,familias,clanes,tribus, etc.,valiatam-
bién para las afirupacioncs mbs tipicas de nuestras sociedades, aque-
P. -¿Estima, pues, que los estudios de parentesco tiene sin embargo llas que se d e s k n i n con el nomb;e de clases. Así como las unidades
- Que
un -papel - desemuefiar en lainteroretación denuestras sociedades. teóricas que aísla, sobre elpapel, el anhlisis genenlógico no correspon-
pero que conviene definirlos de otro modo? den automáticamente a las unidades reales, prácticas, así las clases
teóricas que distingue la ciencia sociológica para dar cuenta de las
R. -Un papel principal. He mostrado por ejemplo, en el trabajo que prácticas no son automáticamente clases movilizadas. En los dos ca-
hice, conMonique de Saint-Martin, sobre elpatronatofrnnc6s, que las sos, s e trata degrupos sobre el papel ...En suma, losgrupos-familia-
afinidades a la alianza est6n en el principio de algunas de las solida- res uotros-son cosas que se hacen, al precio de un trabajo permanen-
ridades que unen esas encarnaciones por excelencia del horno econo. te de mantenimiento, de los cuales los casamientos constituyen un
micus que son los grandes jefes de empresa y que, en ciertas decisio- momento. Y sucede lo mismo con las clases, cuando existen aunque
nes económicas de la más alta importancia, como las fusiones de seaun poco(ise h a preguntadolo que esexistir para un grupo?): Iaper-
firmas, el peso de las relaciones de alianza-que sancionan ellas mis- tenencia se construye, se negocia, se merca, se juega. Y, allí tambihn,
mas las afinidades de estilo dc vidn- pueden tener m6s peso que los es necesario superar la oposición del subjetivismo voluntario y del ob-
determinantes o los razones puramente cconórnicas. Y, más general- jetivisrno cientificista y realista: el espaciosocial, en el cual las distan-
mente, es cierto que losgrupos dominantes, y especialmente lasgran- cias semiden en cantidad de capital, define las proximidades y lasafi-
nidades, los alejamientos y las incompatibilidades, en una palabra,
las probabilidades de pertenecer a grupos realmente unificados, fa-
milias, clubs o clasesmovilizadas; pero es en la lucha de las clasificn-
ciones, lucha paraimponer tal o cual manera de recortar este espacio,
para unificar o para dividir, etc., donde se definen las aproximaciones
reales. Laclase no estánuncadada enlas cosas; ellaes también repre-
sentaci6n y voluntad, pero que no tiene posibilidad de encarnarse en
las cosas m4s que si aproxima lo que está objetivamente pr6ximo y
aleja lo que está objetivamente alejado.

Cuando comencé mi trabajo de etnólogo, quise reaccionar contra


lo oue llamaba la iuridicidnd. es decir contra la tendencia de los etn6-
log'os a describir el mundo social en el lenguaje de la regla y a hacer
como si se hubierainformado sobre las prácticas sociales desde que se
ha enunciado la regla explícita según la cual se presume que son
producidas. Así, me alegró mucho un día encontrar un texto de Weber
que dec:apoco más omenos: "Los agentes sociales obedecen a la regla
cuando =l interés en obedecerla la coloca por encina del interbs en
desobedecerla". Estabuena y sana fórmulamaterialista esinteresan-
te porque recuerda que la regla no es automáticamente por sí sola y
obliga a preguntarse en qué condición una regla puede actuar.
Las nociones que he elaborado poco a poco, como la noci6n de
habitus, nacieron de la voluntad de recordar que el lado de la norma
expresa y explícita o del cálculo racional, hay otros principios genera-
dores de las prácticas. Eso sobre todo en las sociedades en que hay
pocas cosas codificadas; de suerte que, para dar cuenta dz lo que la
cente hace, es necesario suDoner aue obedecen a una suerte de "sen-
:ido del juego" como se dice en deporte, y que, para comprender SUS
~rácticas.es necesario reconstruir el cn~italde esauemas informacio-
noles qué les permite producir y pincticas sensatas Y
rerlndas sin intenci6n de sentido v sin obediencia consciente a reclas
e6lícitamente enuncindas comltales. Sin duda se encuentran-por
todas partes normas, reglas, hasta imperativos y el "prederecho", CO-
mo decía üernet: son los ~roverbios.los principios explícitos que con-
ciernen al uso del tiempoo el bandó de las coiechas, las
codificadasen materia decasamiento.~,las costumbres. Pero la estndís-
~~~~ ~~~~~

tica, muy útil en este caso, muestra que las prácticas no se conforman
sino excepcionalmente alanorma: por ejemplo, los casamientos con la
prima paralela, que en las tradiciones árabes y bereberes están uná-
nimemente reconocidos como ejemplares, son de hecho, muy raros, y
unabuena parte de ellos están inspirados por otras razones, al aportar

Comunicocidnprcsentado cnNeuchdtel enmnyo del983 y publicndnenAc-


les de la recherche en scieneos sociiiles, 64, septiembre de 1986.

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laconformidn~ldeloprácticocon lareglaun beneficio simbólico suple- cuanto más peligrosa es la situación, más la práctica tiende o ser co-
mentario, el que trae el estar, o, como se dice, el ponerse en reglu , pa- dificada. El grado de codificnci6nvaria como el grado de riesgo. Eso se
r a rendir homenaja a la regla y a los valores del grupo. ve bien en el caso del casamienlo: desde que se examinan los en-
Habiendo partido de esta suerte de desconfianza con respecto a samientos y no ya el casamiento, se ve que existen variaciones consi-
la juridicidad, y a los etnólogos que se inclinaron a menudo por ella, derables, en particular bajo la relación de la codificación: cuanto más
porque es más fácil recoger los aspectos codificados de las prácticas, el casamiento une gnipos alejados, por lo tanto prestigiosos, m i s
llegue hasta nmostrnr que, en el caso de Knbilin, el más codificado,es grande seráel beneficiosimbólico,pero tambibn el riesgo. En estecnso
decir el derecho consuetudinario, no es sino el registro de veredictos se tendrd un mudo muv alto de formalización de las ~rácticns:habr8.
sucesivamente producidos, a prop6sito de transgresiones particula- las fórmulas-de corteka m6s refinadas, los ritos más elaborados.
res, apartir de los principios del habitus. Pienso, en efecto, que se pue- Cuanto más grande sea la situación de violencia en estado potencial,
den reengendrar todoslos actos dajurisprudencia concretos que están cuanto más sea necesarioimponerformas, más la conducta libremen-
registradós en las costumbresap&tir de un pequeño número de prin- te confiada a las improvisaciones del habitus ceder6 el lugar a la con-
cipios simples. es decir a partir de las oposiciones fundamentales aue ducta expresamente realada por un ritual metódicamente instituido.
~ ~ ~ a n i z a n t la
o dvisidndel
á mundo, nocheldia, adentro/afuera, etc.: hasta edificado. asta pensnr en el lenguaje diplomdtico o en las
un crimen cometido por la noche es más grave que un crimen cometi- reglas protocolares que rigen las precedencins y las conveniencias en
do de día; cometido en la casa, es más grave que fuera de la casa, etc. las situaciones oficiales. Lo mismo ocurna en el coso de los casamien-
Una vez aue se han com~rendidoestos ~rincioios. . se puede
- predecir tos entre tribus alejadas.donde losjuegosritunles, el tiro al blanco por
que nquefque cometió tai falta, recibirá tal milta, o, en todo caso, que ejemplo, podían siempre degenerar en mierra.
recibiráunamultam6sfuerte. omds dbbil. aue nauel . aue . cometer6 tnl Codificar, es a lavez en fonnñy ponerformas. llay una vir-
otra falta. En suma, aun lo qué hay de m& ;edificado-13 mismo vale tud propia de la forma. Y el dominio cultural es siempre un dominio
para el calendario agraric- tiene por principio no principios explici- de las formas. Esunade las razones que hacen que la etnolop'a sea tan
tos, objetivados, por lo tanto ellos mismos c~dificados,sino esquemas dificil: este dominio cultural no se adauiere en un dia ... Todos esos
prácticos. Como pueba, las contradicciones que seobservan por ejem- juegos de puesta en forma que, como s e i e con el eufemismo, son otros
plo en el calendario agrario, que está sin embargo codificadopor el tantosjuegosconlaregladeljuego, y, pornlli, doblesjuegos, son lama-
hecho de que la sincroniznción es, en todas las sociedades, uno de los nera de ser de los virtuosos. Para wnerse en regla, es necesario cono-
fundamentos de la integración social. cer al dedillo la regla, los adversahos, el juego. Si fuera necesario pro-
El habitus, como sistemnde disposicionespara la práctica, es un poner una definición trnnscultural de la excelencia. diria que es el
fundamento objetivo de conductas regulares, por lo tanto de la regula- hecho de saber jugar con la regla del juego hasta los limites,hastn la
ridad de las conductas, y, si se pueden prever las prácticas (aquí, la transgresión, permaneciendo en regla.
sanción asociada a u n a cierta transgresión), es porque el hnbitua hace Es decir que el andlisis del sentido práctico va mucho m6s allá
que los agentes que están dotados de él se comporten de una cierta de las sociedades sin escritura. En la mayor parte de las conductns
manera en ciertas circunstancias. Siendo así, esta tendencia a actuar ordinarias, somos guiados por esquemns prdcticos, es decir por "prin-
de una manera r e y l a r que, cuando el principio está explícitamente cipios que imponen el orden a la acción" (principium in~porlansordi-
constituido, puede servir debase a una previsión (equivalente cillto de nem ad acturn, como decía la escoldstica), por esquemas inforrnacio-
las anticipaciones prácticas de la experiencia ordinaria), no encuen- nales. En suma, todo lo que permite a cadauno de nosotros distin guir
tra su principio en unnreglaounaley explícita. Es lo que hace que las las cosas que otros confunden, operar unadiacrisis, un juicio que sepa-
conductns engendradas por el habitus no tengan la hermosa regula- ra, son los principios de clasificación, los principios de jerarquizacidn,
ridad de las conductas deducidas de un principio legislativo: el habi- los principios de división que son tambien principios de visión. Laper-
tus tiene parte ligada con lo imprecisoy lo vago. Espontaneidad que cepción es profundamente diacritica: distineue la forma del fondo. lo
se afirma en In confrontación improvisada con situaciones sin cesar queesimp~rtantedeloquenoloes.lo~quees~entra1 de loqueessec;n-
renovadas, obedece a una lógica práctica, la de lo impreciso, del mds dario. lo aue es actual de lo aue es inactual. Estos ~rincioiosde iuicio.
o menos, que define la relaci6n ordinaria con el mundo. de aiálisjs, de percepción, dé comprensión, son casi siempre iiplici:
Esta parte de indeterminaci6n, de apertura, de incertidumbre, tos, y al mismo tiempo, las clasificaciones que operan son coherentes,
eslo que hace que no puedaremitirse completamente a61 en las Situa- pero hasta un cierto punto. Esto se observa, como lo he mostrado, en
ciones criticas, peligrosas. Se puede enunciar como ley general que el caso de las prdcticas rituales: si se lleva demasiado lejos el control

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lógico, seven surgirlascontradiccionesacadapaso.Ysucede lomismo simbólica, que incumbe a menudo a las grandes burocracias de E::-
si se pide a los investi~adosaue clasifiauen a las personalidades DO- tado. Como se ve en el caso de la conducta automovilística, la codifica-
lític& o partidos, o nuñlas p r ~ f e s i o n e s . ~ oesquemas
s clasificatori'os, ei5n aportaventajas colectivas de clarificación y de homogeneizaci6n.
disposiciones casi corporales, que funcionan en estado pr4ctic0, Sabe a qué atenerse; se sabe con una previsibilidad razonable que en
pueden en ciertos casos pasar al estado objetivado. ¿Cuál es el efecto todos los cruces aquellos que llegan por la izquierda deberán ceder el
de la objetivación? Interrogarse sobre la objetivación, es interrogarse paso. La codificación minimiza el equivoco y la imprecisión, en pnrti-
sobre el trabajo inclusive del etnólogo, que al modo de los primeros cular enlas interacciones. Se muestra particularmente indispensable
legisladores, codifica, por el solo hecho del registro, las cosas que no y tambi6n eficaz en las situaciones donde los riesgos de colisión, de
existían sino en estado incorporado, bajo forma de disposiciones, de conflicto, de accidente, donde el dlea, el azar (palabra, que como decía
esquemas clasificatorios cuyos productos son coherentes, pero con Cournot, designa el encuentro de dos series causales independiente),
una coherencia parcial. Es necesario guardarse de buscar en las pro- son particu1a;mente importantes. El encuentro de dos irupos muy
ducciones del habitus más lógica de la que hay en 61: la lógica de la alejados es el encuentro de dos series causales independientes. Entre
práctica es ser lógica hasta el punto donde ser lógico cesaría de ser personnsdel mismogrupo,dotadasdelmismohabitus, por lotantoes-
práctico. E n el ejercito frances se enseñaba. se enseña quizds ahora, pontáneamente orquestadas, todo es evidente, hasta los conllictos; se
cómo hacer u n paso; es claro queno se marcharía si se debieracanfor- comprenden con mediaspalabras, etc. Perocon los habitusdiferentes
marse a la teoria del paso para marchar. La codificación puede ser ...
aDarece la ~osibilidaddelaccidente. de lacolisión. del conflicto La co-
antinómica con la puesta en aplicación del código. Todo trabajo de dificación es capital porque aseguka una comu~icaci6nmínima. Se
codificación debe,pues, acompañarse de una teoría del efecto de codifi- pierde allí en encanto... Las sockdades muy poco codificadas, donde
cación, bajo penadesustituirinconscientemente Iacosa de Ialógica(el lo esencial estd dejado nl sentido deljuego, a la improvisación, tienen
código) por la lógica de la cose (los esquemas prácticos y l a lógica par- un encanto loco y,-pnrn sobrevivir a-61, j sobre todo pnra dominarlo,
cial de l a prá Aica que engmdran). es necesario tener el genio de las relaciones sociales, un sentido del
Laobjetivación que o~?ralacodificaciónintroducela posibilidad juego absolutamente extraordinario. Es necesario sin duda ser mu-ho
de u n contr,il lógico de la coherencia, de una formalización. Ella hace más malieno aue en nuestras sociedades.
posible lainrtauración deuna normatividad exp1ícita;la delamamá- ~ l ~ ndeolosefectos
s principales delacodificación estdn ligados
iica o el derecho. Cuando se dice que la lengua es un código, se omite a la objetivación que ella implica y que estdn inscritos en el uso de la
precisar en qu6 sentido. La l e n y a no es un códig~hablnndo con pro- escritura. Havelock,enunaobrasobrePIat6n, analiza IanocióndemL-
piedad: no se vuelve código sino por la gramática, que es una codifica- mesis, que se puede traducirporin~itación,en el sentido ordinario, pe-
ción casi iuridica de un sistemade esquemas informacional !s. Hablar ro que simifica en primer t6rmino el hecho de mimar. Los poetas son
de códigoa propósito de l a l e n y a es iometer la fallacy por excelencia, mimos: no saben 10-que dicen porque forman cuerpo con loque dicen.
l a que consiste en poner en l a conciencia de las personas que s e estu- Hablan como sedanza(por otra partebailany mimanal cantar suspo-
dian lo que se debe tener en la conciencia para comprender lo .lue ha- emas) y, si es cierto que pueden inventar, improvisar (el habitus es
cen. Bajo pretexto de que para comprender una lengua extranjera es ~ r i n c i ~de
i oinvención.~eroentrelímites). .
..no poseen el ~rinciniode s u
jnvención. El poeta sé$n Plat6n es la antítesis absoluta del'filósofo.
necesario poseer una grámatica, se hace como si aquellos que hablan
l a lengua ibedeciesefi una gramática. La codificnción e s u n cambio Dice el bien, dicelo bello, dice, como en las sociedades arcaicas, si hay
de naturaleza. u n cambio de estatuto ontoló~co. - . que
- se opera cuando que hacer la paz o la guerra, si hay que matar o no a la mujer adúlte-
se pasa de esquemas lingüístico~dominados en estado práctico a u n ra, en una palabra, cosas esenciales, y no sabe lo que dice. No tiene el
códieo. una mamática. por el trabaio de codificación. aue es un traba- principio de su propia prodvcci6n. En esta condensación del poeta, en
jo jukdico. Ks necesarioanalizar este trabajo para saber alavez lo s u e realidad, hay una teoría implícita de la prdctica. El mimo no sabe lo
pasa en larealidad cuando los juristas hacen un código y lo que se hace que hace porque forma cuerpo con lo que hace. No puede objetivar, ob-
automáticamente, sin saberlo, cuando se hace la ciencia de las prác- jetivarse, especialmente porque le falta lo escrito y todo lo que hace
ticas. posible el escrito: y, en primer t6rmin0, la libertad de volver sobre lo
La codificación tiene parte l i ~ a d con
a la disciplina Y con la nor- que se h a dicho, el control lógico que permite la vuelta atrds, la con-
malización de las prácticas. Quieñdice en a l y n a parte que los siste- frontación de los momentos sucesivos del discurso. La lógica es siem-
mas simbólicos "reeimentan" lo aue codifican. La codificaci6n es una pre conquistada contra la cronología, contra la sucesión: por tanto
operación depuestaenorden simbólica, odemantenimiento del orden tiempo como estoy en el tiempo lineal, puedo contentarme con ser

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lógico en todo (es lo que hace que las lógicas prácticas sean viables). descubre así, a contrario, que lo que se puede codificar fácilmente, es
La lógica supone laconfrontación delos momentossucesivos, de lasco- lo que fue ya objeto de u n i codificación jurídica o casi jurídica.
sas que fueron dichas o hechas en momentos diferentes.. seoarados.
. La codificación hace las cosas simples, claras, comunicables; ha-
Cómo Sdcrates, aquel que no olvida nada, y que pone a sus interlocu- ce posible un consenso controlado sobre el sentido, un hoinofogein: se
tores en contradicción con ellos mismos (oero no decías recien aue...- estd asegurando de dar el misnio sentido a las palabras. E s la defini-
al confrontar los momentos sucesivos de s u discurso, la escritura, que ci6n del código lingüístico según Saussure: lo que permite al emisor
sincroniza ("los escritos auedan"). oermite caotnr de una solamirada. y al receptor asociar el mismo sonido al mismo sentido y el mismo sen-
uno intuilo, es decir en ei mismo instante, loSrnomentos sucgsivos dé tido al mismo sonido. Pero, si se traspone la fórmula al caso de las pro-
la práctica que estaban protegidos contra la lógica por el desarrollo fesiones, se verá enseguida que no es tan simple: ¿todos los miembros
cronológico. de una sociedad se ponen de acuerdo para acordar el mismo sentido
Objetivar, es tambi6n producir a la luz del día, hacer visible, a losmismo nombres de profesión (maestro) y para dar el mismo noni-
público, conocido por todos, publicado. Un autor en el verdadero bre (y todo lo que sesigue, salario, ventajas, prestigio, etc.)a las mis-
sentido, es aquel que hace públicas las cosas que todo el mundo sen- mas prócticas profesionales? Una parte de las luchas sociales s e d e -
tía confusamente, alguien que posee una capacidad especial, la de be al hecho deque, precisamente, todo no está homologado y que, si
publicarloimplícito, lo tácito, quecumpleunverdadero trabajo de cre- hay homologación, ella no pone fin a la discusión, a la negociación,
ación. Cierto número de actos se vuelven oficiales desde que son hasta a la controversia (aun si las instancias que produceiilas clasi-
oúbiicos, oublicados (los bandos de casamiento). La oublicacióii es el ficaciones sociales juridicamente garantizadas, como los institutos (le
acto de ofí:cialización por excelencia. Lo oficial es lo que puede ser he- estadisticas y la burocracia de Estado, se dan las apariencias de la
cho oúblico. afichado. oroclamado. frentea todos. ante todo el mundo. neutralidad científica). En efecto. si el códico de vialidad (como el
i
por oposici6n a lo q&es oficioso,'hasta secreto vergonzoso; con 1; código lingüístico) se impone sin gran discusión, es porque, salvo ex-
publicación oficial (''en el Boletín oficial"), todo el mundo es a la vez cepciones, tercia entre posibilidades relativamente arbitrarias (aun
tomado como testigo Y llamado a controlar. a ratificar. a consamar. Y si, una vez instituidas en la objetividad y en los hnbitus, como la
ratifica, y consagra, por su silencio mismo¿es el fundamento ar&opi- conductas derecha oaizqnierda, cesan de serlo)y porque no hay gran-
16~icodeladistinci6ndurkheimianaentreIareli~6n.necesariamcnte des intereses en juego, de un lado o de otro (es una conseciiencia ig-
caectiva y pública, y la magia, que se condena,-subJetiva y objetiva- norada de"lo arbitrario del signo linyiiístico" de que hablaba Saussu-
mente, por el hecho de disimularse). El efecto de oficialización se re). En este caso, las ventajas cole?:ivas de cnlculabilidad y de previ-
identifica con un efecto de homologación. Homologar, etimológice- sibilidadligadns a la codificación la colocan sin discusión por sobre los
mente, es asegurar que se dice la misma cosa cuando se dicen las mis- intereses, nulos o d6biles atribuidos a una u otra elección.
mas palabras, es transformar un esquema prdctico en un código Siendo así, la formalización, entendida tanto en el sentido de la
lingüístico de tipo jurídico. Tener un nombre o un oficio homologado, Iógicao de lamatemática como en el sentido jurídico. es lo que permite
reconocido, es existir oficialmente (el comercio, en las sociedades in- pasar de una lógica que estd inmersa en el caso particular a una Iógi-
doeuropeas, no es un verdadero oficio, porque es un oficio sin nombre, ca independiente del caso particular. La formalización es lo que
innombrable, negotium, no-ocio). La publicación es una operación que nermite conferir a las orácticas, y especialmente a las vrbcticas de co-
oficializa, por lo tanto legaliza, porque implica la divulgación, el des- kunicación y de coopéración, esia constancia que a s e y r a la calcula-
cubrimiento frente a todos, y la homologación, el consenso de todos so- bilidad v la orevisibilidad oor encima de las variacioiies individuales
e .

bre la cosa así descubierta. y las fluctuacion-s tempoiales. Se puedo recordar aquí, dándole un
El efecto de formalización es el último rasgo asociado a la codi- alcance general, la crítica que Leibniz dirigía a un método fundado,
ficación. Codificar, es terminar con lo impreciso, lo vago, las fronteras como el de Descartes, sobre la intuición, y expuesto, por ese hecho, a
mal trazadas y las divisiones aproximativas al producir clases claras, intermitencias y a accidentes. Y la evidencia cartesiana proponía re-
al operar cortes netos, al establecer fronteras tajantes, libre para eli- emolazarla nor la euidentia ex lerminis, la evidencia que sale de los
minar a las personas que no son ni una cosa ni otra. Las dificultades tbrkinos, delos símbolos,"evidencia ciega", como decía tanibi6n, que
de la codificación, que son el pan cotidiano del sociólogo. obligan a re- resuita del funcionamiento automático de instrumentos lócicos bien
flexionar sobre esos inclnsificables de nuestras sociedades (conio los construidos. A difere~~cia de aquel que no puede contar m& que con
estudiantes que trabajan para pagar sus estudios), esos seres baslar- suintuición, y que corre siempre el riesgo de la desatención o del olvi-
dos desde el punto de vista del principio de división dominante. Y s e do, aquel que posee un lenguaje formal bien construido puede remi-

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tirse a 61, y se encuentra al mismo tiempo liberado de la atención propiamente simbólica que permite a la fuerza ejercerse plenamente
constante al caso particular. al hacersedesconocer en tantoquefuerzay al hacerse reconocer, apro-
Del mismo modo, los juristas, para liberarse de la justicia fu:i- bar, aceptar, por elhecho de presentarsebajolas apariencias de Iauni-
dada sobre el sentimiento de la equidad que Weber, sin duda por una versalidad -la de la razón o de la moral-.
simplificación algo etnoc6ntrica, llamada Kadijustiz, justicia del ca- Puedo voher ahora al problema que planteaba al comienzo. ¿Es
di, deben establecer leyes formales, generales, fundadas sobre los necesario elegir entre la juridicidad de aquellos que creen que la regla
principios generales y explícitos, y enunciados de modo de proveer actúa y el materialismo de Weber que recuerda que la regla no actúa
respuestas valederas en todos los casos y para todo elmundo (para to- sino cuando se tiene inter6s en obedecerla, y más generalmente, en-
dox). "El derecho formal, dice Weber, toma en cuenta exclusivamen- tre una definición normativa y una definición descriptiva de la regla?
te las características generales unívocas del caso considerado". Esta En realidad, la regla actúa uis formae, por 1a.fuerz.a de la forma. Es
abstracción constitutiGa del derecho que ignorala prudencia práctica cierto que si las condiciones social~sde su eficacia no están reunidas,
del sentido de la equidad, es la que va directamente del caso particu- no puede nada por sí sola. Sin embargo, en tanto que regla con pre-
lar al caso particular, de una transgresión particular a una sanción tensión universal, agrega su fuerza propia, la que est.4 inscrita en el
particular, sin pasar por la mediación de concepto o de la ley general. efecto de racionalidad o de racionalización. Debiendo la palabra
Una de las virtudes (que es tambibn una tara ...) de la formaliza- "racionalización" ser tomada en el doble sentido de Webery de Freud:
ción es la de permitir, como toda racionalización, una economía de la uis formae es siempre una fuerza a la vez lógica y social. Reúne la
invención, de improvisación, de creación. Un derecho formal asegura fuerza de lo univeral, de lo lógico, de lo formal, de la ldgica formal, y
la calculabilidad y la previsibilidad (el precio de abstracciones y de la fuerza de lo oficial. La publicación oficial, conforme a las formas im-
simplificaciones que hacen que el juicio más conforme formriimente puestas, que convienea l i s ocasionesoficiales,tiene de por siun efecto
con las reglas formales del derecho puede estar en contradicción com- de consamación Y de licitación. Ciertas prácticas aue eran vividas en
pleta con las evaluaciones del sentido de la equidad: summum jus el dramatan largo tiempo que no habíapalabras para decirlas y pa-
summa injuria). Asegura sobre todo la sustituibilidad perfecta de los r a pensarlas, de estas palabras oficiales, producidas por las personas
agentes encargados de 'liacer justicia", como se dice, es decir de apli- autorizadas, mhdicos, psicólogos, que permitan declararlas, a sí mis-
car seqín ¡as reglas codificadas, reglas codificadas. No importn quien mo y a los otros, sufren unaverdadera transmutación ontológica des-
pueda hacerjusticia. Noesmhs necesario un Salomón. Con el derecho de que, siendo conocidas y reconocidas públicamente, nombradas y
consuetudinario. si se tiene un Salomón, todo va bien. Si no, el peli- homologadas, se encuentran legitimadas, hastalegalizadas, y pueden
gro de arbitrariedad es muy grande. Se sabe que los nazis profesaban por lo tanto declararse, publicitarse (es el caso por ejemplo de la no-
una teoría carismática del nomoteta, confiando al Führer, colocado
por encimade las leyes,la tareade inventar el derecho acada rhomen-
ción de "cohabitaciónjuvenil" que, en su chatura de eufemismobu
crático,ha desempeñado un papel determinante, sobre todo en el cam-
.-
to. Contra esta arbitrariedad instituida, una ley, aun inicua, como las po, en el trabajo de acompañamiento simb6lico de i.na transformación
leves raciales delos años35 sobre losjudíos (que eran ya perseguidos, silenciosa de las prácticas).
esPoliados, etc.) pudo ser acogida favorablemente por las víctimas ..
Así. veo reencontrarse hov dos caminos C? sentido inverso aue
porque,frente a lo arbitrario absoluto, una ley, aun inicua, asigna un realic6 ~"cesivamenteen miin&stigación. El esfuerzo por romper Con
límite a lo arbitrario puro y asegura una previsibilidad mínima. la juridicidad y fundar una teoría adecuada de la práctica c, ...'icia a
Pero la forma. la formalización. el formalismo no actúan sola- ir de las normas a los esauemas Y de los desimios contcientes o de los
mente por sueficacia especifica, propiamente tecnica, de clarificación planes explícitos de unaconciencia calcula~oraa las intuiciones os-
y de racionalización. Hay una eficacia propiam-nte simbólica de la curasdel sentido práctico. Pero esta teoríadela práctica encerrabalos
forma. La violencia simbólica, cuya realización por excelencia es sin principios de una interrogación teórica sobre las condiciones sociales
duda elderecho; es unavioleniiaque se ejerce, si puede decirse, en las de posibilidad (especialmente la schole) y los efectos propios de esa
formas, poniendo formas. Poner formas, es dar a una acción o a un juridicidadaue habíasidonecesariocombatir~araconstruirla.Lailu-
discurso la forma que es reconocida como conveniente, legítima, apro- Sión juridickta no se impone solamente al investigador. Actúa en la
bada, es decir una forma tal que se puede producir públicamente, realidad misma. Y una ciencia adecuada de la orácticn debe
~ ~ ~ ~~ ~ ~ -tomarla
~~~ ~- -- ~ ~ ~ . ~
frente a todos, una voluntad o una práctica que, presentadn de otra en cuentay analizar, como trate de hacer aquí, losmecanismosaue es-
manera, seríainaceptable (esla función del eufemismo). La fuerza de t6n en su principio (codificación, canonización, etc.). Lo que vudve a
la forma, esta uis formae de la que hablan los antiguos, es esta fuerza plantear en toda su generalidad, si se va hasta el fin de la empresa, el
probiema d r las condiciones sociales de posibilidad de la actividad
misma de codificaci6n y de teorización, y de los efectos sociales de es-
t a actividad te6rica, de la cual el trabajo de investigador en ciencias
sociales representa 61 mismo una forma particular.

Sociólogos de la creencia
y creencia de los sociólogos~
C..) ¿Hay una sociología de la creencia? Creo que es necesario re-
formular l a pregunta: ¿la sociología de la religi6n tal como es practi-
cada hoy, es decir por productores que participan en grados diversos
en el campo religioso, puede ser una verdadera sociologia científica?
Y respondo: difícilmente; es decir a condici6n solamente de que se
acompaiie de una sociología científica del camporeligioso. Tal socio-
logía es una empresa muy difícil; no es que el campo religioso sea m6s
difícilde analizarqueotro(porm6sque aquellosqueestin comprome-
Lidos en 61 tengan inter6s en hacerlo creer) sino porque,
. . cuando se es-
t i en 61, s e de la creencia inherente a la pertenencia a un
campo cualquiera (religiosa, universitario, etc.), y, cuando no se est6,
se arriesga primeramente omitir inscribir la creencia en el modelo,
etc. (volver6 sobre ello), en segundo lugar estar privado de una parte
de la informaci6n útil.
¿En qu6 consiste esta creencia que estácompremetida en In per-
tenencia al camoo relicioso? La cuestión no es saber. como se finre a
menudo creerlo; si laspersonas que hacen sociologia de la reliii6n
tienen fe o no, ni aun si pertenecen a la Iglesia o no. Se trata de laére-
encia ligada a la pertenencia al campo religioso,
- . lo que llamo la illu-
sio, inversi6n en el juego, ligado a intereses y ventajas especificas,
caracteristicas en este campo y de los compromisos particulares que
propone. La fe religiosa en el sentido ordinario no tiene nada que ver
con el inter6s propiamente religioso en el sentido en que lo entiendo,
es decir el hecho de tener algo que hacer con la religi6n, con la Iglesia,
con los obispos, con lo que se dice de ello, con tomar partido por tal te-
6logo contra el dicasterio, etc. (Lo mismo valdría evidentemente para
el protestantismo o el judaísmo). El inter6s es, en sentido verdadero,
lo que me importa, lo que hace que haya para mídiferencias y diferen-
cias pr6cticas (que para un observador indiferente no existen); es u n

Comunicocih prosontndn nl Congrcso dclnAsocinei6nfrance8n desoeiologlore-


ligiosa, Porls, diciembre dc 1082.

93
iuicio diferencial aue no está orientado solamente por fines de conoci- cionado indígena o conocimientode experto). Y las reservas criticas de
miento. El inter6spr6ctico es un interbs por la existencia o la no exis- la lectura "indígena" se comprenden perfectamer te si se sabe que en
tencia del objcto (a la inversa del desinterbs estbtico según Kant y el todo grupo, una información anecdótica completamente al día,
de la ciencia, que pone en suspenso el inter6s existencial): es un inte- además deconstitui~unaforma, muy preciosa, de ese capitalinforma-
r6sporobjetos cuya existencia y persistencia dirigen directa o indirec- cional que no se adquiere sino a la larga, en la ancianidad, es valori-
tamente mi existencia v mi persistencia social, mi identidad y mi zado como un índice de reconocimiento, de inversión en el juego, de
posición sociales. complacencia, de pertenencia subjetiva, de interds verdadero por el
Si el- - oroblema se olantea con una aeudeza particular en el caso
~ ~ ~~
grupo y por sus intereses ingenuos, nativos (se sabe e! papel . . ~
que
de la religión, es porque el campo religioso es, como todoslos campos, desempeñan, en los reencueniros, la interrogación -que supone el
ununiversodecreencia, pero en elcualescuestión de creencia. La cre- conocimiento de los nombres. de los nombresde pila o de los sobrenom-
encia que la institución organiza (creencia en Dios, en el dogma, etc.) bres y el interbs asociado-sobre los conocimi~ntoscomunes y tam-
tiende a enmascarar la creencia en la institución, el obsequium, y bibn el intercambio de recuerdos y de an6cdotas en el mantenimien-
todos los intereses ligados a la reprodueción de la institución. Tanto to de las relaciones familiares, escolares, etc6tera). Por otra parte, la
más cuanto que la frontera del campo religioso se h a vuelto impreci- reticencia del indígena, que se expresa a veces a trav6s de las críticas
sa (hay obispos soci6logos) y que se puede haber salido del campo sin dirigidas a la objetivacidn sociológica por especialistas ligados a su
haber salido realmente. Las inversiones en el campo religioso pueden objeto por un inter6s"ingenuon,encierraunainterrogación importan-
sobrevivir a l a perdida de la fe y aun a l a mptura, más o menos decla- te, que se refiere a la filosofía de la historia, o de la acción, que el ob-
rada, con la Iglesia. Es el paradigma del sacerdote que colgó los hábi- servador empeña más o menos conscientemente: recuerda que los
tos, que tiene cuentas pendientes con la institución (la ciencia de la efectos e s t ~ c t u r a l e sque el analista reconstituye, por un trabajo
religión se enraiza de rondón en esta suerte de relación de mala fe). análogo a aquel que consiste en pasar de los caminos en número casi
Hace demasiado para ello y el laico no se engaña: el furor, la indigna- infinito al mapa como modelo de todos los caminos captable de una
ción y la rebelión son marcas de interbs. Por su combate mismo, tes- sola mirada, no he realizan prácticamente sino a trav6s de aconteci-
timonia aue está ah; siempre. Este interbs negativo, crítico, puede mientos en apariencia contingentes, de acciones aparentemente sin-
orientar ioda la investiga~óny vivirse como inter6s científico puro gulares, de millares de aventuras infinitesimales cuya integración
macias a la confusión de la actitud cientificay de la actitud critica (de engendra el sentido"objetivo" aprehendido por el ana!ista objetivo. Si
rzquierda) afirmada en el campo religioso mismo. este excluido que el analista puedereconstituir y r e s t i t ~ i r l ainnume-
s
El interbs que está ligado a la pertenencia está asociado a una rables acciones e interacciones en las que innumerables agentes han
forma de conocimiento práctico, interesado, del que está desprovisto invertido sus intereses específicos, totalmente ajenos en intención al
aquel que no este en eso. Para protegerse contra los efectos de la cien- resultado al cual no obstante han concurrido, consagración a una em-
c i a ( ~cuando
. se trata de sociólo~os,contrala competencia científica), presa, un establecimiento escolar, un diario, una asociación, rivalida-
aqueilos que están tienden a hacer de la pertenencia la condición ne- des, amistades, etc., todos esos acontecimientos sin gulares, asociados
cesaria y suficiente del conocimiento adecuado. Este argumento es a nombres propios, circunstriricias singulares, en las cuales se ahoga
corrientemente empleado, en contextos sociales muy diferentes, para -con alegría-lamiradaindígena, debe porlomenos sabery recordar
desacreditar todo conocimientoexterno. nonativo C'túno puedes com- que las tendencias más globales, las restricciones más generales, no
~render".~Lesnecesariohaberlovivido","eso no ocurre as?, ete.) y con- se realizan sino a trav6s de lo más particular y de lo más accidental,
tiene una parte de verdad. Al estar reducido el an6lisis a los rasgos al azar de las aventuras, encuentros, uniones y relaciones, apnrente-
científicamente pertinentes, ignora los pequeños detalles, las peque- mente fortuitos, que diseñan la singularidad de las biografías. Es to-
fias nadas, es decir todos los árboles que esconden el bosque a la cu- do esto lo que invocan, más o menos claramente, contra la brutalidad
riosidad indigena, todos los pequeñossaberesque no setienen si no in- reductora del observador extraño, el indígena y aquel que se podría
teresan en primer grado, si se siente un goce cómplice en el hecho de ::amar "el sociólogo original" (por analogía con Hegel y su"historiador
acumularlos. de memorizarlos, de atesorarlos (los mejores etnólogos orie5naln)el cual "viviendo en el espíritu del acontecimiento". asume
de camoo so1 acechados oor esta tentación de la regresión ha& la cu-
~~~ ~ ~
l o ~ r e s ~ p u e s tde
o saquellos de quiénes cuentala historia-lóque ex-
nosidad indigena, que es para ella misma su fin,y no es siempre fB- plica que se encuentre tan a menudo en la imoosibilidad de hecho de -

cil de discernir. en las palabras de los sociólogos de lareligión -1omis- objetivar su experiencia casi indigena, de es&ibirla y de publicarla.
mo valdría para la política-, lo que es información aneedótica de afi- Pero al encerrarse en la alternativa de lo parcial y de lo impar-

94 95
cial, del interiorjnteresado y partidario ydel exterior neutro y objeti- to, la propensión a tratar las creeiicias como representaciones menta-
vo, de la niirada complaciente, seguramente cómplice, y de la visión les o discursosy a olvidar que, aun entre los defensores de una religión
reductora, se ignora que el descreimiento militante puede no ser sino depurada de todo ritualismo, de los cuales los sociólogos de la religión
unainversi6n de la creencia, y'sobre todo, que hay lugar para una ob- estánmuy próx'nios sociológicamente,y entreesos sociólogosmismos,
jetivación participante, que presupone una objetivaci6n de la partici- la fidelidad religiosa se enraiza (y sobrevive) en las dispociones infra-
pacibn, y de todo lo que ellaimplica, es decir un dominio consciente de verbales, infraconscientes. en los pliegues del cuerpo y las vueltas de
los intereses ligados a la pertenencia y a la no pertenencia. De obs- la lengua, cuando no en una dicción y una pronunciación; que el cuer-
táculo para la objetivaci611, la pertenencia puede volverse un auxiliar po y el lenguaje están llenos de creencias entorpecidas y que la creen-
de la obietivación de los limites de la ob.ietivaci6n. a condición de que cia religiosa (o política) es ante todo una hexis corporal asociada a un
ella misma sea objetivada. A condicióide saber que se pertenece al habitus lingüístico. Se podría mostrar, en esta lógica, que todo el de-
campo religioso, con los intereses aferentes, se pueden dominar los bate sobre !a "religión popular", como tantas otras discusiones donde
efectosdeestapertenenciay agotar en ellalasexperienciasy Iasinfor- el "pueblo" y lo "popular" están en juego, encuentra su principio en los
maciones necesarias para producir una objetivación no reductora, presupuestos inherentes a una relación mal analizada con su propia
capaz de superar la alternativa del adentro y del afuera, de la adhe- representación de la creencia y de la religión, que impide percibir que
si6n ciega i d e la lucidez parcial. Pero estasuperación supone una el peso relativo de la representnci6n mental y de la representación te-
obietivación sin com~lacencia-el autoanhlisis no tiene nada de con- atral, de la mimesis ritual, varíu según la posición social y el nivel de
f e h n privada o p~i61ica.de una autocritica Btico-política- de todos instrucci6n, y que lo que hace el escándalo de la religiosidad que SL di-
los lazos, de todas las formas de participación, de pertenencia subje- cepopulara los ojos delos "virtuosos" de la concienciareligiosa(como,
tivauobjetiva, aun las más tenues. Pienso en las formasde pertenen- por otra parte, de la conciencia estktica), es sin duda que, en sus au-
ciamhs onrad6iicas.
" ,.
nor nerativas o criticas v amenudo lieadas a una tomatismo~rituales, recuerda lo arbitrario de los condicionamientos
perteneAcia pasada, en toias las adhesionés y en todas ras ambiva- sociales que esthn al principio de las disposiciones durables del cuei-
lencias ligadas al hecho de haber estado, de haber pasado por el semi- po creyente.
nario,grnndeo pequefio,etc. El corteepistemológiro, en ese caso. pasa Al final, la sociología de los determinantes sociales de la prácti-
por un corte social, que supone 81 mismo una objetivaci6n (dolorosa) ca sociológica aparece como el úiiico medio de ncumular, de otro modo
de los lazos v de las adhesiones. La ociol lo da de los soci6locos no se que en las conciliaciones ficticias del doble juego, las ventajas de la
inspira en Üna intención pol6mica. o jurídica; apunta solamente a pertenencia, de la participación, y las ventajas de la exterioridad, del
hacer visibles algunos de los obstáculos sociales m4s poderosos para corte y de la distancia objetivante.
la producción científica. Rehusar la objetivaci6n de las adherencias, y
la nmputaci6n dolorosa que significa, es condenarse a jugar el doble
juego social y psicol6gicamente aprovechable que permite acumular
las ventajas de l a cientiticidad (aparente) y de la religiosidad. Esta
tentación del doblejuego y de la doble ventaja ameiiaza especialmen-
te a los especialistas de las grandes religiones universales, católicas
que estudian el catolicismo, protestantes el prutestantisnio, judías el
judaísmo (no sc h a destacado la rareza de los estudios cruzados-ca-
t6licos que estudian el judaísmo, e inversamente- o comparativos):
enesecaso.esmandee1
. - ~eliero de producir unasuertc decienciaedifi-
cante, consagrada a ser& de fundamento a una religiosidad erudita,
que permita acumular las ventajas de la lucidez y las ventajas de la
fidelidad religiosa.
Esa relación ambigua se traiciona en el lenyaje, y especialmen-
te en la introducción en el seno del discurso erudito de palabras to-
madas de la len y a religiosa a travea de las cuales se deslizan los de-
fault assurn~tions.como dice Doualas Hofstadter, los presupuestos
-tAcitosde l~relaci6nindígenacone¡objeto. Ejemplo de tal preSupues-

Y6
logista muy común, se ponen en relación brutalmente las produccio-
nes culturales con la posición de los productores en el espncio social.
Se dirá: es la expresiin de una buryesía ascendente, eti. Es el error
del cortocircuito, error que consiste-en poner en relación dos terminos
muv- aleiados
- al excluir del campo dela conciencia una mediación muy
importante, el espacio en el interior del cual las personas producen.
Objetivar el sujeto es decir lo que yo llamo el campo de producción cultural. Este
subespacio es todavia un espacio social, en el interior del cual hay
objetivante? compromisos sociales de un tipo particular, intereses que pueden ser
completamente desinteresados desde el punto de vista de los compro-
misos- oue
=-- tienen
-- curso en el mundo exterior.
(...)Tomar por objetola Universidad, era tomar por objeto lo que, Pero detenerse allí. seria deiar quizás escapar el sesco esencial.
oor lo eeneral. obietiva: el acto de obietivación. la situación a uartir de cuyo principiono resideen l~sintéresesli~adosalaperten~ncia. Exis-
ia c u z s e estk legitimado para objltivar. Al mismo tiempo,ia inves- ten. más allá de las determinaciones socialesasociadas auna posición n
tigación tenia permanentemente un doble objeto, el objeto ingenuo, el pakicular, determinaciones mucho más fundamentales y m&ho más
objeto aparente (¿Que es la Universidad? ;.Cómo marcha eso?), v la desapercibidas que son inherentes a lapostura intelectual, a la po.
a&ión particularde objetivar, y de objetivar una institución q"e es sición de erudito. Desde el momento en que o b s e r v ~ o sel mundo
socialmente reconocida como fundada para operar una objetivación social, introducimoshI nuestra e r e n u n sesgoque obedece al he-
que pretende la objetividad y la universalidad. Mi intención al hacer o d - % s o c i a ~ estudiarlo
a a iin de
este trabajo era, pues, hacer una suerte de experimentación socioló- a ar e ,Xc..Y..esnecesano
-.. -. r e c a r..s e de el.El sesgo que se puede fla-
, -.
gica a propósito del trabajo sociológico; tratar de mostrar que, quizá, mar teoricista o inteTectuaEía c o n s ~ o l v i d a r s ede inscribir, en
a¡ sociologín puede escap& aunque sea un poco al circulo historicista la teoría que se hace del mundo social, el hecho de que ella es el pro-
o sociologista, sirviendose de lo que la ciencia social enseña sobre el ducto de una mirada te6rica. Para hacer uda ciencia justa del mundo
mundo sócial en el cual se produce la ciencia social, para controlar los social, es necesario a la vez producir una teoria (constmir modelos,
efectos de los determinismos que se ejercen sobre ese mundoy, al mis- ek.) e introducir en la teorla final una teorfa de la diferencia entre la
mo tiempo, sobre la ciencia social. teoria y la práctica.
Objetivar el sujeto objetivante, objetivar el punto de vista obje- El tratarse del mundo universitario, al tratarse para un uni-
tivante, esuna cosa que se practica corrientemente, pero se lo hace de versitario de estudiarelmundouniversitario, todoinclinaaesteerror
una manera aparentemente muy radical y en realidad muy superfi- teórico. i.Por qud? Porque el mundo universitario, como todos los]
cial. Cuando se dice "El sociólogo esta inserto en la historia", se
piensa inmediatamente "sociólogo bury6s". Dicha de otro modo,
se piensa que se ha objetivado al sociólogo, o en general a un produc-
tor de bienes culturales, cuando se ha objetivado su "posición de cla-
universos socioles,es ellugar de unalucha por laverdad sobre el mun-
do universitario y sobre el universo social en general. Una de las co-
sas que ha sido a menudo olvidada, es que cualquiera que hable sobre
el mundo social debe contar con el hecho de que en el mundo social se
l
se". Se olvida que es necesario todavia objetivar su posición en ese habla del mundo social y para tener la última palabra sobre ese mun-
subuniverso, donde están comprometidos los intereses específicos,
que es el universo de la producción cultural. Para aquellosque se inte-
. -
do:,aue el mundo es el lugar de una lucha por la verdad del mundo
social. Los insultos. las estimatizaciones racistas, etc., son categore-
resan en la sociología de la literatura o en la historia social de la li- mas, como decfa ~rist6tel&,es decir acusaciones públicas, actos de
txatura, en la sociología delafilosofía o en la historia social delafilo- designación, de nominación, que pretenden la universalidad, por lo
sofia, en la sociología del arte o en la historia social del arte, ete., uno tanto la autoridad sobreel mundo social. El universouniversitario tie-
(le los aportes de este trabajo, en todo caso una de sus intenciones, es ne la particularidad de que hoy, en nuestras sociedades, sus veredic-
mostrar que, cuando se hacen objetivaciones a lo Lukács-Goldmann, tos están seguramente entre los veredictos sociales más poderosos.
para tomar la formamás suave de una suerte de reduccionismo socio- Aquel que otorga un título academico otorga una patente deinteligen-
cia(siendo uno de los privilefios de los titulares, poder además tomar
' Conlcrencia pmnunciadn en Estrasburgo, n pmpdsito de Homo academicus, en distancias respecto del título).
diciembre de 1984. El universo social es el lugar de una lucha para saber lo que es

99
el mundo socia'. La universidad es tambidn el lugar de una lucha por truirsus efectos,y nun paradestruirpor adelantadoesta lectura, sean
saber quibn, en ei interior de este universo socialmente encargado de barridos y que la gente se pregunte solamente:"~Dóndeestoy yo en el
decir laverdad sobre el mundo social (y sobre el mundo físico), está re- diagramn?¿Qud dice de Untel?',etc6tera, y que rebajen sobre el terre-
almente (o particularmente) bien fundado para decir la verdad. Esta no de la lucha en el interior del campo un análisisque había tenido por
lucha opone a los sociólogos y a los juristas, pero tambidn opone a los fin obietivar esta lucha y. .. al mismo tiempo, dar al lector un dominio
juristas sntreellosy tambidnalos sociólogos entreellos. Intervenir en de esta lucha.
tanto que sociólogo, resultaría evidentemente ser tentado de servirse Puede ~ r e m n t a r s ei.uPara
: que sirve todo esto?' Es una pregun-
de la ciencia social para colocarse en árbitro y en juez en esta lucha, ta completahe~te legítima. ' i ~ o e sarte por el arte, no es un retorno
para distribuir razones y culpas. Dicho de otra manera, el error inte- reflexivo
-.--.~ - - camolaciente.
~ - - ~ ~ ~v un ~ o c decadente
o de la ciencia sobre sl mis-
lectualistay teoricistaque amenaza permanentemente a la ciencia so- ma?, etcn. ~ G d e n t e m k t eno, lo creo. Pienso que este trabajo tiene
cial (es, en etnología el error estructuralista, el que consiste en decir: virtudes científicas;y que, para las ciencias sociales, el arihlisis socio-
"S6 mejor que'el indígena lo que 61 es".), este error seria la tentación ldgico de la produccibn del productor es imperativo. A riesgo de
por excelencia para uno que, siendo sociólogo, por tanto inscrito en un sorprender y de decepcionar a la vez a muchos de entre ustedes, que
campo de lucha por laverdad, se daba por proyecto
~ ~. decir la verdad de acuerdan a la sociologia una funcidn profdtica, escatol6gica,agregnr6
ese mundo y deios puntos de vista opuestos sobre ese asunto. que este penero de anhlisis podría tener tambien una funci6n clinica,
El hecho de aue. como lo he dicho al comenzar. me hubiera dado hasta terip6utica: la socioloda esun instmmento de n u
- ex-
porproyecto casi &&ente, desde elorigen, estar atento al objeto,pe-
ro tambibn al traboio sobre el obieto.meha~roteeido. creo.
~,~ ~, contra este
error. Lo que quería hacer, era ;n t&bajocnpaz de escapar tanto como
fuera posible a las determinaciones sociales gracias a la objetivnción
de la posición particular del sociólogo (dada su formación, sus tltulos, tienecomúnmentede
.~.~-. . . - ~ ~ ~ la socio
~ -lo- da^~La sociolorla~uedetenertambidn
sus diplomas,etc.) y a la toma de conciencia de las probabilidades de otras funciones, politicas u ot&, pero de e& estoy mhs seguro. Se
error inherentes a esta posición. Sabía que no se trataba simplemen- sigue que este libro llama a una cierta forma de lectura. No se trata
te de decir la verdad de ese mundo sino de decir tambien de ese mun- deleerlo comoun~anfletonidehacerdeBIunusoautopunitivo.Seusa
do que era el lugar de una lucha para decir la verdad de ese mundo; a menudo a la so~ologiasea paraazotara los otros. sea para flagelar-
que se trataba de descubrir que el objetivismo por el cual yo había se. En realidad. se trata de decir 3 o v lo que soy. Y no es vara alabar
comenzado, y la tentación que encerraba de aplastar a los competido- o para censura;. Simplemente, eso impliia todá suerte de propensio-
res al objetivarlos, eran ene era dores de errores, Y de errores tdcnicos. v. cuando se trata de hablar del mundo social. de errores vroba-
nes ",
bles".Todo esto, queme hace rezarla predicación, -; Y Dios sabe que
~~~ ~~

Digo teinicos para hace;ver la diferencia entreél trabajo científico y


el trabaio de Dura reflexión: en el trabaio científico. todo lo aue acabo no es el genero que me agrada!-debia decirlo, si mi libro fuese lefdo
de decirce traduce en operacionesabsolÜtamente cÓncretas,~ariables como un vanfleto. me resultaría detestable y preferia mejor que se lo
que se agregan en el anhlisis de las correspondencias, criterios que se quemara.
introducen, etcdtera.
Ustedes dirán: "pero usted no habla en absoluto del objeto. No
dicelo que es un universitario, lo que eslauniversidad, cómo marcha,
cómofunciona". En ellímite,no queríahablar del objeto dellibro, que-
ría mantener, a propósito del fibro, un discurso jue fuese una in-
troducci6na la lecturaal mismo tiempo queuna~arantiacontra la lec-
tura espontánea. Ese libro me planteó~mucho~ más problemas que
nineún otro. cuando se trató de ~ublicarlo.Existe siemvre un ~elitrro
ext;aordin&io de perder el contiol de lo que se dice. A pnrtirde~a&r-
t a w d e Platón. todo el mundolodice. Sentide modo intenso el temor
~~~~ ~~

deque losinteresesqueloslecto~es(loscuales, dadolo que escribo, son


sin duda en un 80% universitarios) invierten en la lectura
~ ~-~~ sean tan
grandes que todo el trabajo que hicepor destruir esteinterds, por des-

100
tar de recortar. Definición histórica inconscientemente universaliza-
da, que no es adecuada sino para un estado hist6rico del campo, la de-
finici6n de tipo webenano que sostuvo m5s o menos oscuramente la
mayor parte de las interrogaciones caracteriza al cl6rig0, cuya encar-
nacidn ideal-típicn es el sacerdote católico, como el mandatario de un
cuerpo sacerdotal que, en tanto que tol, posee el monopolio de lo
manipulaci6n lefltima delos bienes desalud Y que dele~na su9miem-
bros,tengan o n i carisma, el derecho de ndm-inktrar losagrado. Par-
La disolución de lo r e l i g i o s o s tiendo de esta definici6n imolícita del cl6riao. nos hemos ~remintado
si hay "nuevos clbngos" y, d mismo tiempo, nuevas form'as de lucha
por el monopolio delejercicio de la competencia legítima. Si me pare-
Mi rol es quizá menos el de concluir, de cerrar, de poner un pun- ce indispensable evitar el error positivista de la definición previa-lo
to final, aue el de indicar un nuevo punto de partida. Plantear6una se- que hiciñiosal aceptarlanoci6n~agadeYnuevos c16rigos"~esporque,
riedep-;&untas semiimprovisadaSque corren el riesgo dearrojarcon- precisamente, todo campo religioso es el lugar de una lucha por la de-
fusi6n pero que me parecen indispensables para volver al principio finici6n, es decir la delimitaci6n de las competencias, siendo tomado
verdadero de nuestras discusiones. Me parece, en efecto, necesnrio competencia en el sentido jurídico del tbrmino, es decir como delimi-
cuestionar las definiciones con las cuales abordamos el problema. En tacidn de un resorte. Asi, la cuestión que se encontró planteada. a
efecto, jel tema propuesto no era parcialmente inadecuado? ¿Era ne- travbs de la comparaciónentre los antiyos cl6rigos definidos por la
cesario hablar de "nuevos c16rigosH?Mi primera reacci6n hubiera si- universalizacidn de un caso hisMrico Y los nuevos cl6ricos. intuitiva-
do la de decir que ese vocabulario es peligroso. Y sin embargo, la con- mente percibidos, era quizds en realidad la cuesti6n de ladiferencia
fusi6nmismadelconcepto,quepermiteird~ unadefinici6nmuy estre- entre dos estados del camoo relieioso Y de la lucha por la definici6nde
cha, en la cual la palabra cl6ngo está tomada en el sentido ordinario lascompetenciasqueen bisede~rrol~ao,másexactamente,entredos
de sacerdote, a definiciones muy amplias y muy vagas, se revel6 fun- estados del campo religioso en sus relaciones con los otros campos
cional porque permitió al grupo~producir,por su funcionnmiento mis- orientados hacia la cura de los cuerpos y de las almas, en suma, entre
mo, una construcci6n del objeto bnstante conforme a lo que se obs-.:. dos estados de los limites del camoo relicioso.
va en la realidad social, es decir un espacio -lo que yo llamaría un Se nos ha descrito la redefinici6n & las competencias en el in-
campc-en elinterior del cual hay unalucha por la imposici6n de una terior del camDo relicioso aue resulta del hecho de aue los Ifmites mis-
definición del juego y de los triunfos necesarios para dominar en ese mos entre el campo ;eligi4o y los otros campos, y en particular con la
juego. Enunciar de entrada cuál es la apuesta de ese juego, sería ha- medicina, han sido transformados. No se ve ya muy bien hoy dónde
cer desaparecer las preguntas que los participantes hicieron surgir termina el espacio sobre el cual reinan los clbngos (en el sentido res-
aquí porque ellas se plantean realmente en la realidad, en el espacio tringido de clero). Al mismo tiempo, toda la lógica de las luchas se
delosm6dicos, delospsicoanalistas, delos trabajadores sociales, etc6- encuentra en 61 transformada. Por ejemplo, en su confrontacidn con
tera. Y tomar en serio esas cuestiones, en lugar de darlas por resuel- laicos, los clbrigos son vfctimas de la Ibgica del caballo de Troya. Pa-
tas, es rehusar las definicionesprevias del juego y de las apuestas; es ra defenderse contra la competencia de nuevo tipo que les hacen
por ejemplo operar un cambio completamente radical en relaci6n a indirectamente ciertos laicos, los psicoanalistas por ejemplo. esián
Max Weber al plantear que el campo religioso es un espacio en el cual obligados a tomar armas del adversario, exponibndose a ser conduci-
los agentes que se trata de definir (sacerdote, profeta, hechicero, dos a aplicdrselas; ahora bien, si los sacerdotes psicoanalizados se po-
etc6tera) luchan por la imposici6n de la definici6n legítima de lo reli- nen a encontrar en el psicoandlisis la verdad del sacerdocio, no se ve
gioso y de las diferentes maneros de cumplir el rol religioso. c6mo dirdn la ~ e r d a d ~ ~ a s t odel
r a lpsicoanálisis.
La definición que se encontraba implicada, en estado implícito, El objeto verdadero de lainvesti~aci6ncolectiva ciue se instaurd
por lo tantovago,en~eltemnpropuesto,funcion6 como principio de en- aquí a de un objeto oscuro mal definido era pues, me pa-
gendramiento colectivo de una problem6tica que quisiera ahora tra- rece. la confrontaci6n de dos estados del camDo relieioso en QUE rela-
cionéscon losotros campos,~,almismotiempo,doseltadosde loslhi-
Comunicncidn prcscntndo. cn Estrnsburgo cn octubre de 1982,publicadn enLes
tes del campo religioso: Ifmites muy tajantes, claros, visibles (la sota-
nouveaux clcrcs, Gincbro. Lobor y fides, 1986, Poctfncia. na) en un caso, o al contrario imprecisos, invisibles en el otro caso. Se

102
pasa así hoypor gradaciones insensibles de clérigos a la anti y a (con dedores de servicios simbólicos comenzó a pensar como perteneciente
todo un continuum en el interior) a los miembros de sectas, a los psi- al orden del cuerpo las cosas que se tenía costumbre hasta aquíde im-
coanalistas, a los psicólogos, a los m6dicos (medicina psicosomática, putaral orden del alma. Q u i d se ha descubierto que hablar del cuer-
medicina lenta), alossex6locos. alos profesores deexpresión corporal, po era una manera de hablar del alma-lo aue alminos sabian desde
de deportes, de combate asi%ticos, ajos consejeros de vida, a los trn: hacía mucho tiempo-, pero de hablar completarñente de otro modo:
bajadores sociales. Todos forman parte de un nuevo campo de luchas hablar de placer como se habla con un psicoterapeuta es completa-
por la manipulación simbólica de la conducta de la vida privada y la mente diferente que hablar de ellocomo se hablacon un cura. Cuando
orientación de la visión del mundo, y todos ponen en práctica en su lacuradealmas seconfiaalos psicólogosy alospsicoanalistas, denor-
práctica definiciones rivales, antagónicas, de la salud, de la curaci6n, mativa se vuelve positiva, de la búsqueda de normas se desliza a una
del cuidado de los cuerpos y las almas. Los agentes que están en com- búsqueda de t6ciicas, d i u n a 6ticaa una terapéutica. El fen6meno
petencia en el campo de mani~ulaciónsimbólica tienen en común nuevo eslaa~ariciónde profesionales dela cura osicosomática aueha-
ejercer una acción Gmbólica: s i n personas que se esfuerzan por ma- cen moral creyendo que hacen ciencia, que mor8lizan bajo cubierta de
nioular las visiones del mundo (v. oor allí. transformar las ~rácticas)
~~ ~ análisis. "Conseieros de vida". analizados oor Karl Wilhelm Dahm.
mánipulando la estructura de 1 a ~ r c e p c i 8 ndel mundo (natural y so: 'trabajadores sokales", estudkdos por R B I I ~y,otros. médicas de to:
cial), manipulando las palabras y, a través de ellas, los principios de das clases, profesores de gimnasia o de expresi6n corporal, maestros
la construcción de la realidad social (la teoría llamada de Sapir-Worf, de deportes orientales. psicóloaos Y sobre todo psicoanalistas. otros
o de Humboldt-Cassirer, según la cual la realidad que se construye a tantos agentes que compiten con ei clérigo a la antigua en su Propio
través de las estructuras verbales es completamente verdadera terreno. redefiniendola saludv la curación. las fronteras entre la cien-
cuando se tratadelmundosocial).Todasesaspersonas queluchan por cia y la'religi6n (o la magia), fa cura técnka y la cura máfica (con el
decir cómohay quever elmundo son profesionales deuna formade ac- reconocimientoacordado a técnicas de cura tales como la sugestión, la
ción mágica que, por palabras capaces de hablar al cuerpo, de "tocar", transferencia, y otras formas, más o menos transfiguradas y raciona-
hacenvery hacen creer, obteniendo asíefectoscompletamente reales, lizadas, de 'posesión" mágica).
acciones. En el campo así definido, es decir en el campo más amplio de la
Así, alli donde se tenía un campo religioso distinto, se tiene en manipulación simbólica, la ciencia social es parte tomadora. De
adelante un campo religioso de donde se sale sin saberlo, aunque no ahíla dificultad para los sociólogos de pensar este campo. Ante todo
sea sino biográficamente, puesto que numerosos clérigos se han vuel- porque, para pensarloen tanto que tal.esnecesariopensarlaposici6n
to psicoanalistas, sociólogos, trabajadores sociales, etc., y ejercen for- que seocupa en 61. Y descubrir que el juego que alli sejuega tiene algo
mas nuevas de cuidado de las almas con un estatuto laico y bajo una de ambiyo, hasta de un poco sospechoso: por una parte, en razón
forma laicizada; y se asiste a una redefinición de los limites del cam- delhecho de que el campo religiosose encuentra disuelto en un campo
po relirioso. al acomoañarse la disolución de lo relirioso en un campo de manioulación simbólicamás amplio. todoese campo está coloreado
más ampliode una Pérdida del monopolio de la cura de almas en sen- demoraiismoy losno religiososmi~moscedenamen;doalatentación
tido antiguo, por lo menos al nivel de la clientela burguesa. de transformar los saberes positivos en discursos normativos, propios
En este campo de cura de almas ensanchado, y de fronteras para ejercer una forma de terrorismo legitimado por la ciencia. Se
imprecisas, se asiste a unalucha de rivalidad nueva entre agentes de defiende mejor, en efecto, contra una moral que contra una (falsa)
un tipo nuevo, una lucha por la redefinición de los límites de la com- ciencia de las costumbres, contra una moral disfrazada de ciencia.
petencia. Una de las propiedades de la definición común del clérigo a Habría que interrogarse también, para terminar, sobre los fac-
ln antigua está contenida en la noción de cura de almas. Lo implícito tores a la vez internos del campo religioso, del campo de poder simbó-
de nuestra representación del clérigo es que 61 se ocupa de las almas, lico, y, más ampliamente, del campo social, que pueden explicar esos
por oposición a los cuerpos (que son dejados al hechicero, al curande- cambios. Una de las mediaciones importantes es la generalización de
ro, pero tambi6n al médico). (...l. El desmoronamiento de la frontera la ensedanza secundaria y el icceso más amplio. especialmente para
del campo religoso que mencioné parece ligado a una redefinición de las mujeres, a la enseñanza superior. La elevación~generalizadadel
la división del alma y el cuerpo y de la división correlativa del traba- nivel de instrucción está en el principio de una transformación de la
jo de curade las almasy delos cuerpos, oposieionesqueno tienen nada oferta de bienes y de servicios de salud de las almas y de los cuerpos
de natural y que están históricamente constituidas. Podría se: corre- (con laintensificación delacomoetenciaaueescorrelativadelamulti-
lativo del hecho de que una parte de la clientela burguesa de los ven- plicación de los productores) y de una transformación de la demanda

105
(con la a ~ a r i c i ó nde una d e m a n h masiva de "religiosidad de virtuo- minante, tiende a volverse dominado, en provecho de clérigos que s e
sos"). LÜS nuevas sectas religiosas que floieciero~especialmenteen amparan en la ciencia para imponer verdades y valores de los cuales
los Estados Unido? v de las auc habló aaui Jacbues Gutwirth íhavun es claro que no son amenudo ni más ni menos científico: que los de las
l a d o ~ ~ ~ e n c i e r t a s ~ euc~t al asd, o " s e c t ~ r i o " e~~ e~l ~ o l o s g r ~ ~ & c u - autoridades religiosas del pasado.
los trotskistas), tien6 que ver con el hecho de que un cierto número de
personas, macias alaelevación del nivel deinstmcci6n,han estadoen
iondiciorigs de acceder a la producción cultural en primera persona, a
la autogestión csviritual. El rechazo de la delegacidn fundado sobre el
sentimyento de s i r para simismo s u mejor vo&o conduce a toda cla-
se de a m u ~ a m i e n t oaue
s son reuniones de Deaueños ~ r o f e t acarismá- s
ticos. 6trorasgo del f"ncionamiento de esas sectas que está muy liga-
do al nivel de instrucción: todas las tecnicas de manifestación. El
movimiento estudiantil renovó el arsenal de las tecnicas de protesta.
queno sehabíamovido desde el sigloXix. Todo esto supone yagran ca:
~ i t acultural
l incor~oradov. más zeneraimente. una buena Darte de
¡o que hemos escrito no piede comprenderse sin hacer intervenir el
efecto de la elevaci6n del nivel de instrucción a la vez sobre los produc-
. . los clérigos católicos) y tambien los consumidores.
tores (por ejemplo,
L a misma causa actúa a la vez sobre l a oferta y sobre l a demanda;
resulta de ello un ajuste de la oferta y de la demanda, que no es bus-
cado como tal en y por estrategias de transacción (lo que constituye
otra ruptura fundamental con Weber).
Se puede ver sin duda otro factor de explicación, recordado por
Thomas Gannon, en el hundimiento de los controles colectivos, ligado
a fenómenos como la urbanización y la privatizaci6n de la vida. Esto
se refiriiia más particularmente a la pequeña burguesía: el replie gue
sobre lo privado, que se acompaña de una psicologización de la expe-
riencia y del nacimiento de una demanda de servicios de salud de un
tipo nuevo, est4 fuertemente ligado al hundimiento de los marcos
colectivos que controlaban los clerigos pero también sostenían los
laicos correspondientes y hacían posible la religión que los sociólogos
de l a religión designaron como "popular", esa religi6n ritualista de la
cual todo-cl mundo estó de acuerdo en decir que estó en vias de desa-
Daricidn. El clerico tradicional no conserva su monopolio sino sobre el
ritual social: tiende a n o ser sino el ordenador de las ceremonias socia-
les -entierros, casamientos, etc-, sobre todo en el campo. El ritual
mismo se intelectualiza: sevuelve cadavez másverbal, es decir, rcdu-
cido apalabras, y palabras que funcionan cada vezmenos en la lógica
de la coacción mágica, como si la eficacia del lenguaje ritual debiera
reducirse a la acción del sentido, es decir a la comprensión.
En conclusi6n, me parece que es necesario tomar en serio el he-
cho de que el clerigo tradicional está inserto en u n campo del que su-
fre restricciones y que la estructura de ese campo h a cambiado y al
mismo tiempo el lugar. En la lucha por la imposición de la buena
manera de vivir y de ver la vida y el mundo, el clárigo religioso, dedo-
en tanto que es el que"hnce bailar a lagente', lo que la hace concurrir,
competir, luchar, y produce el funcionamiento del campo. Para com-
prender la forma particular que reviste el inter6s econ6mico (en el
sentido restringido del thrmino), no basta interrogar a una naturale-
za, plantear, como hace Becker (con una bonita inconsciencia que su-
pone una bonita incultura) la ecuación fundamental de los intercam-
bios matrimoniales, ignorando totalmente los trabajos de los etnólo-
El interés del sociólogo^ gos o de los socMlogos sobre la cuestión. Se trata, en cada caso, de
observar la formaque reviste, en unmomento dado de la historia, este
conjunto de instituciones históricas que constituyen un campo econó-
mico determinado. y la forma que reviste el interds econ6rnico dial6c-
;.Por su6 el diálogoentre economistasv sociólorrosim~licatantos ticamente ligado a-ese campo: Por ejemplo, seria ingenuo tratar de
malefendidos? Sin d d a porque el encuen&o entredos dGciplinas es comprender las conductas económicas de los trabajadores de la indus-
el encuentro entre doshistorias diferentes: cadaunadescifraloouedi- .-- ~. tria francesa actual sin hncer entrar en la definición del interks que
ce la otra a travds de su propio código, de su propia&ltura. (...) losorientav losmotiva. nosolamente el estado delainstituci6n.iuridi-
.
Ante todo, la noción de interds Recurro a esta palabra, más bien ca(derechódepropiedád, derecho de trabajo, convenciones coleétivas,
que a otras más o menos equivalentes como inversión, illusio, para ek), sino tambihn el sentido de las ventajas y de los derechos adquri-
señalar la ruptura con la tradición ingenuamente idealista que fre- dos en las luchas anteriores que puede, en a l y n o s puntos, adelan-
cuentaba la ciencia social v su l6xico m6s ordinario (motivaciones. tarse al estado de las normas jurídicas, del derecho del trabajo por
aspiraciones, etc.) Trivial en economía, la palabra producía un efectó ejemplo, y en otros puntos, estar retrasado respecto de las adquisicio-
de ruutura en socioloeía. Siendo así. vo no le daba el sentido aue . or- ~~
nesexpresamentecodificadns, y que est6n enlabasedela indignación
dinasamente le otorgan los economiStas. Lejos de ser una suerte de o de las reivindicaciones. etc. El interes así definido es el producto de
dato antropológico, natural, el interds, en su especificación histórica, una categorla determinada de condiciones sociales: como constmc-
es unainstitución arbitraria. No hay un inter6s. sinointereses ,varia- ción histórica. no ouede ser conocido sino por el conocimiento históri-
bles según los tiempos y según los lugares, casi hasta el infinito. En co, ex post, empf&amente, y no deducidia priori de una naturaleza
mi lenguaje, dir6 que hay tantos intereses como campos, como es- transhist6rica.
paciosde juego hictóricümente constituidos con sus~instituciones Todo campo, en tanto que producto histórico, engendra el inte-
especificas y sus leyes de funcionamiento ~ r o ~ i oLa
s . existencia de un r6s oue es la condición de su funcionamiento. Esto es cierto para el
campo espécializdo y relativamente auiónomo es correlativa de la cam'po econ6micomismo,que, en tanto espacio relativamente Üutóno-
existencia de compromisos y de intereses específicos: a trav6s de las mo, que obedece a sus propias leyes, dotado de su axiomática especí-
inversionesinseparablemente económicas y psicológicasque suscitan fica. lieada a una historia oritinal, produce una forma particular de
entre los agentes dotados de un cierto habitus, el campo y sus com- interb;, que esun caso particu¡ard~iuniversodelas fornias de inter6s
promisos (ellos mismos producidos como tales por las relaciones de vosibles. La mada social ~ u e d econstituir pr6cticamente cunlauier
fuerza y de lucha para transformar las relaciones de fuerza que son ;osa comointeresante einitituirlo en apuesta de luchas. Se puede Ile-
constitutivas del campo) producen inversiones de tiempo, de dinero, var hasta el terreno de la cconomiael interrogante de Mauss a prop6-
de trabajo, etc. (sea dicho al pasar, hay tantasformas de trabajo como sito de la mafia: v. renunciando a buscar el principio del poder ( o del
de campos y hay que saber considerar las actividades mundanas del capital) econ6miio en tal o cuai agente o sistema de agentes, tal o cuai
arist6crata, o las actividades religiosas del sacerdote o del rabino, co- mecanismo. tal o cual institución.. ~- r e- m t a r s si
e el principio gene-
mo formas especificas de trabajo orientadas hacia la conse~aci6no el rador de ese poder no es el campo mismo, es decir el &tema de-dife-
aumento de formas especificas de capital). rencias que son constitutivas de su estructura, y las disposiciones
Dicho de otro modo, el interds es a la vez condición de funciona- diferentes. losintereses diferentes. hasta antagonistos. que 61 engen-
miento de un campo (campo científico, campo de la alta costura, etc.) dra en los.agentes situados en posiciones difeTentes deese campo y
9 Comunic~ci6nprcscntodn cn cl coloquio sabm'LcmodHe Cronomiquc dons Ics destinados a conservarlo o a transformarlo. Es decir. entre otras co-
sciences sociolcs",(Porls, Universidad dc Porls - 1.19811 y publicado cn Economies ef sas. que la disposici6n a jugar el juego econdmico, a invertir en el jue-
soci4f6s,XWI, 10 do ociubrc dc 1084. go económico que es el producto de un cierto juego econ6mic0, est6 en
la base mismade laexistencia de ese juego. Cosa que olvidan todas las que define el estatuto propio del discurso teórico. Más precisamente,
especies de economicismo. La producción económica no funciona sino inclina a uno concepción ingenuamente finalista de la práctica (la que
en tanto produce en primer t6rmino la creencia en el valor de sus sostiene el uso oidinnrio de nociones como inter6s. cálculo racional,
productos~(comolo testimonia el hecho de que hoy la parte, en la pro- etc.). En realidad, todo mi esfuerzo tiende por el contrario, con la no-
ducción misma, del trabajo destinado a producir la necesidad del pro- ción de habitus por ejemplo, de dar cuenta del hecho de que las con-
ducto, no cese de crecer);^ tambi6n la creencia en el valor de la nctivi- ductas (económicas u otras) toman la forma de secuencias objetiva-
dad de producción misma, es decir, por ejemplo, el inter6s por el ne- mente orientadas por referencia a su fin, sin ser necesar:amente el
gotium más que por el otium. Problema aue surrre concretamente producto, ni de una estrategia consciente, ni de una determinación
cuando las contradicciones entre la lógica de la inititución encarga- mecánica. Los agentescuen de alguna maneraen la priictica que es la
da de la producción de los productores, la Escuela, y la 16gica de la ins- suya y no tanto la eligen en un libre proyecto o se ven obligados a ella
titución económica favorecen la aparición de actitudes nuevas con por una coacción mecánica. Si es así, es que el habitus, sistema e dis
respecto al trabajo, que se describe a veces, con toda ingenuidad, co-
mo "alergia al trabajo", y que se manifiestan en el desmedro del orgu-
l'
posiciones adquiridas en la relación con un cierto campo, sevue ve efi-
ciente, operante, cuando encuentra las condiciones de su eficacia, es
' -

llo de oficio, del pundonor profesional, del gusto por el trabajo bien decir condiciones id6nticas o análogas a aquellas delas que es produc-
hecho, etc6tera. Se descubre entonces. retros~ectivamente.ooraue to. Se vuelve generador de prácticas inmediatamente ajustadas al
dejan de ser evidentes, disposiciones &e formaban parte d é l a s con- presente y aun al porvenir inscripto en el presente (de allí la ilusión
diciones tácitas. Dor lo tanto olvidadas en las ecuaciones
~ ~ - eruditas., del
~~ ~ ~~

---
~ de finalidad) cuando encuentra un espacio que propone a título de
funcionamienti de la economía. posibilidades objetivas lo que lleva en 61 a título depropensidn (a aho-
Esas proposiciones relativamente triviales conducirían, si se irar, a intervenir, etc), de disposición (al cálculo, etc.),porque se cons-
las desarrollara, a conclusiones aue lo son menos. Se vería así aue.~,~
trav6s por ejemplo de la estructura, jurídicamente garantizada,
a ~. tituyó por la incorporación de las estructuras (científicamente
aprehendic'as como probabilidades) de un universo semejmte. En es-
de la distribución de la propiedad, por lo tanto del poder sobre el cam- t e caso, basta a los agentes dejarse ir a su "naturaleza", es Acir a lo
po. la estmcturn del campo económico determina todo lo aue pasa en que la historia hizo de ellos, para quedar como "natilrnlment~"ajus-
el campo, y en particular la formación de los precios y de los diarios. tados el mundo histórico con el cual se enfrentan, para hacer lo que es
De suerte que l a lucha que se dice política para modificar la estructu- necesario, para realizar el porvenir potencialmente inscrito en ese.
ra del campoeconómicoes parteintegrantedel objeto delacienciaeco- mundo donde estiín como peces en el a y a . El contraejemplo es el de
nómica. No hay nada hasta el criterio del valor. aouestacentral de los ~ ~~
Don Quijote, que pone en prdctica en un espacio econórnico y social
conflictos entre los economistas, que no sea una apuesta de luchas en transformado un habitus que es el producto de un estado anterior de
la realidad misma del mundo económico. Si bien, con todo rigor, la ese mundo. Pero bastaría con pensar en el envejecimiento. Sin olvidar
ciencia económica se debería inscribir en la definición misma del todoslos casos dehabitus discordantes por ser producidosen condicio-
valor, el hecho de que el criterio del valor es un compromiso de lucha, nes diferentes de las condiciones en las cuales deben funcionar, como
en lugar de pretender zanjar esta lucha por un veredicto pretendi- es el caso de los agentes salidos de sociedades precapitalistas cuando
damente objetivo e intentar encontrar la verdad del intercambio en son arrojados a la economía capitalista.
una propiedad sustancial de las mercaderías intercambiadas. No es La mayor parte de las acciones son ecor.6micas objetivamente
una endeble paradoja, en efecto, encontrar el modo de pensamiento sin ser económicas subjetivamente, sin ser el producto de un cdlcu-
sustancialista, con la noción de valor-trabajo, en Marx mismo, que lo económico racional. Son el producto del encuentro entre un habitus
denunciaba en el fetichismo el producto por excelencia de la inclina- Y un campo. es decir entre dos historias más o menos com~letnmente
ción aimputar la propiedad de ser una mercancía a la cosa física y no ijustadas. asta pensar en el casodel l e n y a j e y de 1assit;aciones de
a las relaciones que ella mantiene con el productor y los compradores bilinfiismo donde un hablante bien constituido. ooraue adauirió al
potenciales. No puedo ir más lejos, como seríanecesario, dentro de los mismo tiempo s u competencia y el conocimie~¿oprácticoAde las
limites de unabreve intervención semiimprovisada. Y debo passr a la condiciones de utilización óptima de esta competencia, anticipa las
seyndanoción analizada, la deestrategia. E s u n termino queempleo ocasiones en las que puede colocar uno u otro de sus len p a j e s con el
siempre no sin vacilaciones. Alienta el paralogismo fundamental, máximo de ventaja. Elmismo hablante cambia sus expresiones, pasa
aquel que consiste en dar al modelo que da razón de l a realidad por de una l e n y a a otra, aun sin darse cuenta, en virtud de un dominio
c?nstitutivo de la realidad descrita, olvidando el "todo pasa como si", práctico de lasleyes de funcionamiento del campo (que funciona como

111
mercado) donde colocará sus productos lingiiisticos Así, durante tan- pueden obedecer, en parte o en s u totalidad, a l principio de ecoiiumia
to tiempo como el habitusy el campo estin deacuerdo, el habitus "cae y hacer intervenir una forma de cálculo, de ratio, tendiente a psegu-
bien" y, fuera de todo cálc-ulo, susanticipaciones a la lógica r a r la optimización del bulance costo-beneficio. Así se descubren con-
del mundo objetivo. ductas que pueden comprenderse como inversiones orientadas hacia
Aquí es necesario plantear la cuestión del sujeto del cálculo. El lamaximización de la utiiidad en losuniversos económicos(en sentido
habitus que es el principio generador de respuestas más 3 menos extenso) más diversos, en la plegaria o el sacrificio, que obedecen a
adaptadasa lasexigencias de un campoes el productode toda la histo- veces explicitnmente, al principio del do ut des, pero tambien en la
ria individual, pero tambibn, a travbs de las experiencias forniadoras lógica de los intercambios simbólicos, con todas las conductas que son
de la orimera infancia. de toda la historia colectiva de la familia v de oercibidas como derroche siemore aue se las comoare con los orinci-
la clake; en particular a trav6s de las experiencias donde se expreiala ;;os de la economía en sentiSo ris~ringido.~iunivcrsalidÜd del
pendiente dela trayectoriadetodo un linaje y que pueden tomar lafor- orincioio de economía. es decir la ratio en el sentido de cálculo de ópti-
m a visible Y b u t a l de una quiebra. omanifestarse al contrario solo en mo. auehaceaue se ~uedaracionalizarcualquierconducta(bastapen-
regresionk insensibles. ES decir que se está tan lejos del atomismo s a i i n el molino de plegarias), hace creer se pueden reducir todas
walrasiano, que no dalugar alguno a una estructura económica y so- las economías a la 16fica de una economía: Dor una universalización
cialmente fundada en preferencias, como de esta suerte de eulturalis- del caso particular, sereducen las lógicas ec~nómicas,y en particular
mo blando que, en un sociólogo como Parson, conduce a postular la la- Iócica
-- de las economías fundadas en la indiferenciación de las fuii-
existencia de una comunidad de preferencias y de intereses: en reali- cienes económicas, políticas y religiosas, a la lógica absolutamente
dad, cada agente económico actúa en función de un sistema de prefe. singular de la economía en la cual el cálculo económico es explícita-
rencias que le es propio, pero que no se distin y e sino por diferencias mente orientado con relación a los fines exclusivamente económicos
secundarias de los sistemas de preferencias comunes a todos los agen- que plantea, por su existencia misma, un campo económico constitui-
tes situados en condiciones económicas y sociales equivalentes. Las doen tanto tul.sobrelabasedelaxiomaencerradoen la tautolo~ia"los
~~~ ~

diferentes clases de sistemas de preferencias corresponden a clases de negocios son I'os negocios". E n ese caso, y solamente en ese &so, el
condiciones de existencia, por lo tanto de condicionamientos económi- cáículo económico está subordinado a los fines propiamente econónii-
cos y sociales que imponen esquemas de percepción, de apreciación y cosy la economía es racional formalmcnte, en los finesy en los medios.
de acción diferentes. Los habitusindividuales son el producto de lain- En realidad, esta racionalización perfecta no es nunca realizada y
tersección de series causales parcialmente inde~endientes.Se ve a r e seríafácilmostrar.como heauerido hacerloen mi trabajo sobreel me-
el sujeto no es elego instantáñeo de una suerte decogito singular, sinc cenazgo, quela~ó&cade laa~umulaciónde capital simbólico está pre-
de las estrategias económicas de alguna importancia, como el casa.
" .
la huellaindividual de toda historiacolectiva. Además. la mavoroarte sente hasta en los sectores más racionalizados del campo económico.
Sin hablar del universo del "sentimiento" (uno de cuyos lugares privi-
miento en lassociedades p:ecapitafistas o la compra de un bien in- legiados es evidentemente la familia) que escapa al axioma "los nego-
mueble en nuestras sociedades, son el producto de una deliberación cios son los ne~ocios"o "en los negocios no se hace seiitimentalismo".
colectiva donde pueden reflejarse las relaciones de fuerza entre las ~ u e d a r í ; ~ o rúltimo exami~rpo~qublaeconomíaeconómicano
partes tomadoras (los cónyuges, por ejempo) y, a traves de ellas, entre h a cesado de ganar terreno con relación a las economías orientadas
los grupos enfrentados (los linajes de origen de los cónyuges o los gru- hacia fines no económicos (en sentido restringido) y por que, en nues-
posdefinidos por el capital económico, cultural y social poseído por ca- tras mismas sociedades, el capital económico es la especie dominan-
da uno de ellos). En realidad, no se sabe más quien es el sujeto de la te, con relación al capital simbólico, al capital social y aun al capital
decisiónfinal. Esto es cierto tambien cuando se estudian las empresas cultural. Eso requeriría un andlisis muy largo y seria necesario por
que funcionan como campos, de suerte que el lugar de la decisión está eiemolo analizar los fundamentos de la inestabilidad esencial del ca-
en todas partes y en n i n y n a (esto contra la i l u s h del"decididorn que p'ital'simbólico que, 91 estar fundado sobre la reputación, la opinión,
está en el principio de un niimero de estudios de casossobre el ooder). la reoresentacii-i ("El honor. dicen los kabiles, es como cl grano de na-
Habría que preguntarse, para terminar, si la ilusi6n del eálculo bo"),'puede ser destruido po; la sospecha, la critica, y se revela parti-
económico universal no tiene u n fundamento en la realidad. Las eco- cularmente dificil de transmitir, de objetivar, poco líquido, etcbtera.
nomías más diversas, la economía de l a religión con la lógica de la En realidad, la "potencia" particular del capital económico podría obe-
ofrenda, la economía del honor con el intercambio de dones y de con- deceral hechodeque permiteunaeconomía decálculo económico, una
tradones, de desafíos y de respuestas, demuertesy devenganzas, etc., economía de economía, es decir de gestión racional, de trabajo de con-
servaci6n y de transmisi6n, que es, en otros términos, más fácil de
administrar racionalmente (se lo ve con su retilización, la moneda), de
calculary de prever (lo que hace que esto en parte ligada con el cálcu-
lo y con la ciencia matemática).

Lectura, lectores,
letrados, literaturalo

Estudié durante muchos anos una tradici6n particular, la tradi-


ci6n kabil, que presenta la originalidad de que seencuentran en ella
prácticas rituales v muv oocos discursos propiamente miticos. El he-
iho de verme conf;ontaaocon prActicasrdat~vamentepocoverbaliza-
das, adiferenciadelamayorpartedelos etndlogos que, en el momento
en que comencé atrabQar,estaban interesadosen corpus de mitos,ge-
neralmente recogidos por otros (de suerte que, a pesar de su preocu-
pación metodol6~ica.les faltaba a menudo el contexto de utilizaci6n),
me oblig6 muy a reflexionar sobre el problema que quiero pro-
poner a vuestra reflexi6n. a vuestra discusibn. ).Puede leerse un texto
sin interrogarsesobre qué es leer?Loprevio a~daconstrucci6ndeob-
ieto es el control de la relaci6n. a menudo inconsciente. oscura. con el
8bjeto que se trata de construi; (no siendo muchos de 1;s discuisos so-
bre el obieto. en realidad. sino oroveccionesde la relaci6n obietiva del
sujeto con eiobjeto). como adiiaábn de ese principio muy Gneral di-
go;puede leerse lo que sea sin preguntarse lo quees leec sin pregun-
tarse cueles son las condiciones sociales de posibilidad de la lectura?
Hubo muchas obras, en un determinadomomento,en lascuales inter-
venfala ~alabra~lectura". Era hastauna suertedeoalabrade pase del
idiolect~intelectual.Y quizd porque soy desconfiado, me vi lievado a
interrogarme sobre esta cosa no interrogada. Por ejemplo,la tradici6n
medieval oponía el lector que comenta el discurso ya establecido y el
auctor que produce discurso nuevo. Esta distinci6n es el equivalente,
en la divisi6n del trabajo intelectual, de lo que es la distinción entre
el profeta y el sacerdote en la divisibn del trabajo religioso: el profeta
es un auctor que es hijo de sus obras, que no tiene otra legitimidad,
otra auctorictas. que su persona (su carisma) y su prectica de auctor,
que es por lo tantielaucior de suautorictas; pór el contrario, el sacer-
doteesunlector. tieneunalepitimidad aueleesdeleaada por el cuerpo
de lectores, por la Iglesia, y &e está fundada en último análisis so&e

'O Confcmncinpmnunclodsen Gmnoblccn1881 y publicodnenRechemhessur 10


philorophie el le longoge, Gmnoble, Uolvemidsd de Cicncins socioles, Cuaderno del
Cmpo dc investigaciones aabm la lilowlla y el lenguaje, 1981.
laautorictas del auctor original, al que los Lectores parecen por lo me- da que los parientes reales no son posiciones en un diagrama, una ge-
nos referirse. nealogía, sino relaciones que hay que cultivar, que hay quemantener.
Pero no es suficiente. Interro~arsesobre las condiciones de oosi- Asimismo, los filólogos que tienen como tarea fijtir el sentido de las
bilidad de la lectura, es interrogarse sobre las condiciones social& de palabras tienden a olvidar que, como lo recuerda la experiencia de las
-
posibilidad de situaciones en las cuales se lee ív se ve enseeuida oue
~~

i n a de esas condiciones es la schold, el ocio en su forma escolar:&


sociedades sin escritura, los dichos, los proverbios, las sentencias, a
veces los nombres propios, se trate de nombres de lugares, de tierras
decir el tiempo de leer, el tiempo de aprender a leer) y tnmbien sobre que se puede reivindicar, o de personas, son apuestas de luchaperma-
lascondiciones sociales de producción delectores. Una de las ilusiones nente; y pienso que, si tal verso de Simónides atravesó toda la histo-
del lector es la que consiste en olvidar sus propias condiciones socin- ria de Grecia, es precisamente porque era tan importante para el
les de producción. en universalizar inconscientemente las condiciones ~ ~~
grupo que, al apropiarse de 61. se a ~ r o ~ i a de
b aun poder sobre el mu-
de poc'ibilidad desu lectura. Interrogarse sobre las condiciones de ese po. El int&pre¿e sue impone su interpretación no es solamente aquel
tipo de práctica que es la lectura, es preguntarse cómo son producidos que tiene la última palabra en una querella filológica (apuesta que
los lectores, cómo son seleccionados, cómo son formados, en qu6 es- vale tanto comootra), es tambien muy a menudo aquel que tienela úl-
cuelas, etc6tera. Sería necesario hacer una sociología del Bxito del tima oalabra en unalucha oolitica. auien a~rooiándosede la oalabra.
estructuralismo en Francia, de la semiologíay de todas las formas de pone elsentido común de silado. (Éasta pensar en las palabras de or:
lectura,"sintomal" ode otro tipo. Habría qÜe preguntarse por ejemplo den -democracia, libertad, liberalismo, hoy-y en la energia que los
si la semiología no ha sido un modo de ooerar una actualización de la hombres politicos despliegan en vista de a~rooiarsede esos cateaore-
vieja tradicih de laexplicación de textos y de permitir al mismo tiem- mas que,en tanto que principios de estmftu~ación,hacen el señtido
oola reconversión de una cierta esoecie de caoital literario. Estas- -son del mundo,y en pariiculardel mundo socinl,y el consenso sobre el sen-
algunas de las cuestiones que seria necesario plantear. tido de ese mundo). Mouluod Mammeri, al hablar de la poesía berebe-
Pero, se dirá, jen qu6 y cómo esas condiciones sociales de forma- re, recordabaque los poetasprofesionales, que se llaman sabios, imus-
ción de lectores-y, más generalmente, de intérpretes- pueden afec- nawen,se aplican aapropiarsede losdichosque son conocidos por todo
tar lalecturaque hacen delos textosodelosdocumentos que utilizan? el mundo operando en ellos ligeros desplazamientos de sonido y de
En su libro sobre el lenguaje, Bajtin denuncia lo que llama el sentido; "Dar un sentido mAs puro a l a s palabras de la tribu." Y Jean
filologismo, suerte de pewersi6n inscrita en la lógica de un pensa- Bollack mostró que los presocráticos, por ejemplo EmpBdocles, hacen
miento de tipo objetivista y, en particular, en la definición saussuria- un trabajo semejante en el lenguaje, renovando completamente el
na del lenguaje: el filologismo consiste en ponerse en posiei6n de lec- sentido de un dicho o de un verso de Homero haciendo deslizar sutil-
tor que trata la lenmia como lenguamuerta. letramuerta...v aue . cons-
~~ -
mente lapalabraph8s del sentidomás frecuente..luz,. brillo. a un sen-
tituye comopropieaades de la lengua las propiedades que son las pro- tido másiaro, a menudoarcaieo, el mortal, el hombre. Son dectos que
piedades de la lengua muerta, es decir, no hablada, al proyectar en el los poetas kabiles ooeraban sistemáticamente: anro~iAndosedel sen-
objeto l e n y a la relación del filólogo con la lenmia muerta, la del des- tidicomún, se aseguraban un poder sobre el grupo qie, pordefinición,
cifrado~colocadoen presencia de un textoode Ünfragmen~ooscurodel se reconocía en ese sentido común; lo que, en ciertas circunstancias,
que se trata de encontrar la clave, la cifra, el c6digo. en tiempos de guerra o en los momentos de crisis agudas, podía ase-
Es lo que Bally entendfa recordar, me parece, cuando decía: el gurarle un poder de tipo profBtico sobre el presente y el porvenir del
puntodevistadelalengua, en sentidosaussuriano, esun puntode vis- grupo. Dicho de otro modo, esta ooesfa no tenia nada de poesía Dura:
ta del oyente, es decir el punto de vista de alguien que escucha In len- él poeta era aquel que zanjaba las situaciones imposibles, donde ha:
gua,que la habla. El lectores alguien que noiiene nada que hacer con . . ,
bian oasado los límites de la moral ordinaria v donde. oor eiemolo. los
dos&upos oponentes tenfan razón según los principios de esta moral.
el l e .~~
n y ~ que
e toma por objeto, sino estudiarlo. Está alliel oriricioio
deunsesgocompletamentegeneral,queamenudorecuerdo~quee~tá El sentido de este ejemplo se desprende de símismo, por no in-
inscrito en la relaci6n que se llama "teórica" con el obieto: el etnóloeo
- ~ - terrogarse sobre los presupuestos irnolícitos de la operación que
aborda las relaciones de parentesco como un puro objeto de cono;: consiite en descifrar, en buscar el sentido de las palabras, el sentido
miento y, a falta de saber que la teoría de las relaciones de parentesco "verdadero" de las palabras, losfilólogos se exponen a proyectar sobre
que producirá supone en realidad su relación 'teórica" con las relacio- las palabras que estudian la filosofia de las palabras que está impli-
nes de parentesco, da como verdad de las relaciones de parentesco la cada en el hecho de estudiar las oalabras. v a deiar asíescaoar lo aue
verdad de la relación 'te6rican con las relaciones de parentesco; olvi- hace laverdad de las palabras, dando, enel us~políticopo; ejemilo,

117
quejuegasabiamente con Iapolisemia, tienen por verdad tener varias verri,d de la lectura, como fil6,ogos logocéntricos, arriesgamos siem-
verdades. Si el filólogo se engaña cuando quiere tener la última pa- p,e olvidar que el pensamiento prúxico, práctico. mimdtico no encierre
labra sobre el sentido de las palabras es porque,. ~
a menudo, grupos el dominio simbólico desuspropiosprin~ipio~. ~osetnólogosquellamo
diferentes pueden atribuir sus intereses a uno u otro de los sentidos objetivistas, aquellos que, por no analiíjar la relación de la etnología
posibles de las palabras. Las palabras que son laapuesta de las luchas con suobjeto, proyectan sobre su objeto larelzción que mantienen con
políticas o religiosas, a la manera de los acordes musicales, pueden este objeto, describieron los mitos o los ritos como prácticas lógicas,
oresentarse en estado fundamental. con un sentido fundamental en la como especies de Algebras, mientras que tenían que habdrselas con
base.. en primer
. plano, aquel que los diccionarios enuncian primero, suertesde danzas,aveces retraducidas(en elcasodel mito) en discur-
despues un sentido que no se oye sino en segundo plano, y después un so. La práctica ritual esuna danza: se da vueltasiete veccsdeizauier-
tercero. Las luchas ti propósito de las palabras -las que se desarro- da a derecha; se lanza con lamano derecha por encima del homho; se
llan en elsigloxwr a prop6sitodelaidea denaturaleza, por ejemplo- sube. se baia. etcdtera. Todas la o~eracionesfundamentales de un
consistirdn en tratar de ooerar lo aue los músicos llaman inversiones
~~~~~
ritud son kóvimientos del cuerpo, que el objetivismo describe no
del acorde, en tratar de tiastorna; la jerarquía ordinaria de los sen- como movimientos, sino como estados (allídonde yo diría: subirbajar,
tidos para constituir en sentido fundamental, en fundamental del el objetivista dirá altobajo; eso cambia todo). Se podría tambidn
acorde sem4ntic0, un sentido hasta alli secundario, o, mejor, sobreen- reengendrar todo el ritual kabil a partir de un pequeño número de
tendido, operando así una resoluci6n simb6lica que puede estar en el esquemas generadores, es decir exactamente de lo que Platón, como
principio de revoluciones políticas. recuerda Henri Joly, llamaba los schemata tou somatos. La palabra
Se ve que si el filólogo reflexionase sobre lo que es ser filólogo, schemata conviene particularmente bien a lo que quiero decir, puesto
estanaobligadoapreyntarsesielusoquehacedellenyajequeestu- que los autores antiguos (por ejemplo Atenea, que vivía en la primera
dia coincide con el uso que hacen aquellos que lo han producido; y si mitaddel siglon~) loempleaban paradesignar los gestosmim6ticos de
el desfasaje entre los usos y los intereses lingúísticosno corre el riesgo la danza que catalogan (igual que losphorai, movimientos significa-
de introducir en la interpretaci6n un sesgo esencial, mucho más tivos): por ejemplo, las manos tendidas dirigidas hacia el cielo, gesto
radical que el simple anacronismo o cualquier otra forma de interpre- del suplicante, o las manos tendidas de cara al espectador, apóstrofe
taci6n etnocentrica. ~ u e s t auecorres~ondeal
o hecho de la interpreta- al público, las manos tendidas planas hacia el suelo, cesto de tristeza.
ción. El int6rprete,-filólogo o etn610go, se sitúa fuera.de o¡ que etc. Los esquemas prácticos del ritual con schemGa tou somatos;
interpreta; aprehende la acción como un espectáculo, una representa- esquemas generadores de movimientos fundamentales tales como ir
c i h , una realidadque mantiene adistancia, y que se mantiene delan- hacia lo alto o hacia lo bajo, erguirse o acostarse, etcdtera. Y es solz-
..
te de 61 como un obieto. ooraue disoone de instrumentos de obietiva-
ci6n,fotografía, esquema, d<agrami, genealogía o,muy simplemente,
mente bajolamirada del observador que el ritual, de danza se conviei-
te en álgebra, gimnasia simbólica, cálculo 16gico.
escritura. Ahora bien, se sabe que un cierto número de trabajos, en A falta de objetivar la verdad de la relacidn objetivante con la
particular los de Havelock (Preface to Plato). ~usieronel acento en la práctica, se proyecta en las prácticas lo que es la función de las prác-
noción de mimesis y recordaron que lo que Plat6n denuncia en la poe- ticas para alguien que las estudie como algo que debe ser descif;ndo.
sía es el hecho de que la relación mimdtica con el lenguaje que ella Ylosetn6logosolosfil6logosnosonlosprimerosencometereste eiror:
supone compromete completamente el cuerpo: el poeta, el aedo, evoca cuando trabajan sobre l& mitos, tien& que vdrselas con objetos que
la poesía como se evoca a los espíritus y la evocaci6n (es verdad tam- son ellosmismos el producto de esta alteración logoc6ntrica;por ejem-
bien en los poetas bereberes) es inseparable de toda una gimnástica plo, en el mito de Prometeo tal como lo cuenta Hesíodo, se reconocen
corporal. Hay que dar a 13 tesis de Havelock toda su generalidad: inmediatamente los ritos, pero que son ya referidos y reinterpretados
adem4s de que numerosos textos sobre los cuales trabajan los herme- por letrados, es decir lectores. De suerte que, pornosaberloque es una
n e ~ t a sno~solamentelapoesia,estaban
,~ hechosen suorigen porn ser tradición letrada y la transformación que opera por la transcripción y
danzados. mimados. actuados. muchas de las indicaciones aue dan la reinterpretaci6n peimanente, se oscila entre dos errores: el etnolo-
bajo la forma de discurso, de r'elato, de logos o de muthos, tenían en gismo que ignora el hecho de la reinterpretaci5n erudita y la neutra-
realidad comoreferente. al menos en el orirren. una oraxis. una ~ r á c - lización academica que, al entrar sin dificultad de acceso en la lógica
tica religiosa, ritos; p i e k o por ejemplo en 1; q;e dice ~esióclod e ~ i o - letrada de la reinterpretación, ignora el fondo ritual. Los letrados, en
nisos. de Hecate o de Prometeo. o en la urofecía de Tiresias en la Odi. efecto, no entregan nunca ritos en estado bruto (el herrero trincha,
sea. Y Cuando nos comportamos como lectores inconscientes de la corta, mata, separalo que está reunido y es por lo tanto designado pa-

118
ra operar todas las separaciones rituales, etcbtera.) Salieron yn del ce~tiblede ser obieto de un relato. de una descrioción. de un informe
silencio de la praxis ritualqueno tiene por fin ser interpretada y se si- y, secundariameate, de una interpretación, produce una alteración
túan en una lógica hermenéutica: cuando Hesíodo cuenta un rito, su
en la teoría los efectos del registro y de la teoría.
".
esencial de la cual es necesario hacer la teoría baio Dena de recistrar
registro encuentra su razón de ser en un universo donde.el rito no es
más una secuencia de prácticas reguladas que se cumplen para con- Es allí que lapalabra criiica, &e empleo a menudo, toma su sen-
formarse a un imperativo social o para producir efectos prdcticos, si. tido mds clásico en filosofía: almnas de las o~eracionesoue lo ciencia
no una tradición que se cree transmitir y codificar por un trabajo de social no puede dejar de realizh bajo pena de no tener objeto, como el
racionalización implica una reinterpretación en función de nue- hechodehacer un esquema,de erigir unagenealogía, de trazar un dia-
vas interropaciones. es decir al precio de un cambio completo de las grama, de establecer un cuadro estadístico, etcétera, producen arte-
funciones. 6esde elmomentoen queun ritoescontado, cambiade sen- factos, salvo si se tomanellasmismas por objeto. La filosofíay lalógica
tido y se pasa de una praxis mimbtica, de una 16gica corporal orienta- nacieron sin duda de una reflexión sobrelas dificultades que hace sur-
da hacia las funciones, a una relación filológica: los ritos se vuelven gir todo comienzo de objetivaci6n de un sentido práctico que no tome
textos que hay que descifrar, pretextos para desciframiento. Aparece por objeto la operación misma de objetivación. Lo comprendí porque
la preocupación de coherencia, de lógica, ligada a la comunicaci6n, a la lógica del trabajo de teorización de un conjunto de prácticas y de
la discusión, a la confrontnei6n. El sentido analdgico que resuelve los símbolos ritualesme condujo a encontrarme en una situación comple-
problemas uno a uno, golpe a golpe, lo cede al esfueno por tener jun- tamente análoga, me parece, a la de los grandes magos presocráticos.
tas las analogías ya efectuadas. El mitopoeta se vuelve mitblogo, es Por ejemplo, en el análisis de la lógica de los rituales, me encontraba
decir, PlaMn ya lo decía, filos6fo; el hablante se vuelve gramático. El con oposiciones con las que no sabía qué hacer, que no llegaba a hacer
rito no sirve más para nada. sino para ser interpretado. entrar en la serie delas grandes oposicionesfundamentales (secohú-
Los intereses y las opuestas cambian o, para decirlas cocas sim- medo, condimentado/soso, masculino/femenino,etc.)y que concernían
plemente: se cree en ellos de otra manera. ¡.Cree Hesiodo en los ritos todas a la unión y la separación,philia y neikos, como decía EmpBdo-
que cuenta? ¿Cree en ellos como creían losque practicaban efectiva- cles. Hay que reunir el aradoy la tierra, separar la cosecha del campo.
mente? La cuestión no es tnn vana como parece. Se sabe desde hace Tenía símbolos y operadores: separar y reunir. Ahora bien,. Em~édo- .
mucho tiempo que se pasa del ethos a l a éticacuandolospnncipios ce- clcs tenia ya abstraídosesos dosoperadoresy los haciafuncionarcomo
san de actuar practicamente en la práctica; se comienzan a consignar principios lógicos. Esdecir que. cuando traba.iamos sobre un obieto co-
lasnormascuandoestán apuntode morir. ¿QuBimplica,desdeel pun- mo laobra dé Empédocles,~debemosinterrogarnos sobre el eitatuto
to de vista de la creencia, de la práctica, déla puesta en práctica de la te6rico dela operacidn cuyo tcxto es el producto. Nuestra lecturaesla
creencia, el pasaje deesquemas puestos en obraal estado práctico (ba- de un letrado, de un lector, que lee a un lector, un letrado. Y que por
jo la forma: subir, está bien; bajar, está mal, es ir hacia el oeste, hacia lo tanto tiene muchas posibilidades de considerar evidente todo lo que
lo femenino. etc.)aunn tabla deo~osiciones.comolossustoichiai (don- ese letrado tenía por evidente, salvo hacer una crítica epistemológica
de aparecen ya oposiciones relaiivamente abstractas, como limitado v sociolórrica de la lectura. Volver a situar la lectura "v el texto leído en
~ ~ ~~

e ilimitado) de los ~itncoricos?;.Que hacen los etnólocos (relenn a ;na hist;>ria de la producci6n y de la transmisión cultural, es darse
Hertz acercn de la manoderechÜyía mano izquierda), $no tablas de una posibilidad de controlar la relación dc. lector con su objeto y tam-
oposiciones? El filólogo estudia las obras de los filólogos que, desde el bien la relación con el objeto que fue invertido en este objeto.
origen, se ignoran en tanto que filólogosy han ignorado por lo tanto la Para convencer de que e&a doble crítica es la condicikn de la in-
alteración esencial que provocan en el objeto y al termino de la cual el teroretaci6n adecuada del texto. basta recordar alminos de los~roble-
mas que plantea, sin planteársélos, la "lectura" e~tructuralde textos
. ~~ ~

mito cesa de ser una solución práctica a problemas prácticos para vol-
verse una solución intelectual a problemas intelectuales. La altera- que suponen ellos mismos la "lectura". Para esto, quisiera volver rá-
ción que provoca en la prdcticala objetivación de laprActica(porejem- pidamente a la profecía de Tiresias y mostrar que, por alto que se
plo.. la operación
. aue consiste en distribuir orooiedadcs en cuadros de remonte en una tradición emdita, no hay nada allí que pueda ser tra-
dos columnas, i~~uierdatderecha, femenin~/masculino/húmedo/seco, tado como un puro documento por la etnología, que no hay nada, ni si-
etc.) está destinada a pasar desapercibidn, puesto que es constitutiva quieraen Homero, que sea rito en estado puro, es decir en estadoprác-
de la operación misma que el etnólogo debe realizar paro constituir la tico. Se sabe que el corpus que el etnólogo constituye por el solo hecho
práctica en objeto etnológico. La op~raci6ninaugural que constituye del registro sistemático, que totaliza y sincroniza (gracias, por ejem-
la práctica, el rito por ejemplo, en espectáculo, en representación sus- plo, al esquema sinóptico) es ya de por sí un artefacto: ningún indíge-

120
na domina como tal el sistema completo de las relaciones que el int6r- -quedando entendido que, como se dice en parecidos casos, soy res-
prete debe constituir oara las necesidades del desciframiento. Pero ponsable de los errores eventuales- es importante para comprender
esto es aun m6s ciertórespecto del registro que opera el relato letra- la diferencia, ignorada por la lectura etnologista, entre una-cultura
do, sin hablar de esos corpus sociológicamente monstruosos que se oral, no letrada, y una cultura letrada, emdita, y la lógica del pasa-
constituyen a partir de obras de Bpocas completamen:e diferentes. El je deuna alaotra. Desde que se tratadeuna obra, es decir, con un sis-
desfasaje temporal no es lo único: en efecto, puede ser necesario tener tema exoresamente constniido oor un arofesional -v va no con un
que habbrselas, en la misma obra, con estratos semánticos de edades sistemaobjetivamente constituido por i l trabajo de glneraciones sk-
y deniveles diferentes, que el texto sincronizapor m6s que correspon- cesivas, como la lengua o el sistema mítico-ritual hopi o kabil-, no se
dan a generaciones diferentes y a usos diferentes del material origi- puede, sin operar una reducción injustificable, tratar los raspos cul-
nal, del rito en este caso. Así, la profecía de Tiresias pone en juepo un turales que ella moviliza como simples elementos de información et-
conjunto de significaciones como la oposición enire o¡ sa- nomáfica. Y eso. no en absoluto. en nombre del oreiuicio sacralizan-
lado Y lo soso, lo seco Y lo húmedo. lo estdril v lo fecundo. el remo v la te que hace de 1á lectura un actiritual del humanicmo acad6mico (es
pala<despu& el 6rboí) el marinoi el campesko, el errar(o el camLio) necesario releer sobre este ounto el Durkheim de La evolucidn oeda-
y el echar raíces (o el reposo). Se pueden reconocer los rasgos de un ri- gógica en Francia); sino razones estrictamente cientifieas~cada
to de fecundidad movilizando símbolos agrarios y sexuales, la rama uno de los elementos "etnogr6ficosntoma su sentido en el contexto de
hincada en la tierra, rito de muerte y de r&urrccc~ónque evoca el des- la obra en la cual está inserto y del conjunto de las obras presentes o
censos los Infiernos yel culto de los antepasados. Pero esta "lectura" pasadas a las cuales la obra (por lo tanto su autor, 61 mismo en rela-
etnologista dejaría escapar todo lo que elrelato debe a la reinterpre- ción con otros autores) hace referencia implícita o explkitamente. La
tación que hace su autor de los elementos primarios. Los elementos culturaletrada, erudita, se define por la referencia; consiste en el jue-
mítico-rituales no se comprenden solamente porreferenciaal sistema go permanente de referencias que se refieren mutuamente las unas
que c~nstituyen,es decir, si se quiere, por relacidn a la cultura grie- a l a s otras;no esotracosa que esteuniverso de referencias queson in-
ga en el sentido etnológico; reciben un nuevo sentido de su inserción separablemente diferencias y reverencias, digresiones y miramien-
en el sistema de relaciones constitutivo de la obra, del relato, y tam- tos. Para aquel que est6 cómodo en este universo. como el letrado ori-
biBnenIacultura erudita, produciday reproducida por losprofesiona- ginal o el inthrprete, Ulisespodr6evocaraDionisos, viajero de losma-
les. Por ejemplo, en el caso particular, el rito tiene su valor estructu- res, que navega sobre el mar sombrío como el vino, y tambidn dios de
ral en el seno de la obra por el hecho de que es lo previo obligado a la la fecundidad, y recordar que Ulises desciende a los Infiernos como
unión de Ulises y dePenBlope. En tsntoque relata queUlises debe ha- Dionisos. Apropósito de la plantación de la rama, no dejar6 de evocar
cer a PenBlope antes de unirse a ella, sugiere la relación, introducida la lucha de Atenea y de Poseidón. Pero es probable-y aqui vuelve el
por.Homero, entre el mito escatol6gico y la perpetuación del linaje o oroblema de la modalidad ~ r o ~de i ala creencia- oue Homero no
de la especie: la vuelta a la tierra, a la casa, a la agricultura, es el fin hontenga conlos temas cul<uraies la relación Iúdica, helenfstica. que
del ciclo indefinido de las reencarnaciones al cual el marino esta con- define el juego cultural en sus fases m6s acad6micas. En realidad, no
denado; es la afirmación aristocrdtica (que se encuentra también en se puede comprender la significación secundaria. escatolorica, sino a
Pindaro) de la posibilidad que tienen algunos elegidos de sustraerse condición de despertar, como lo hace Homero, lasignificadón prima-
al devenir; es el acceso a la permanencia del rey agrario (pensamos en ria, propiamente ritual, que puede darse como evidente porque el au-
- A .
el palacio de Menelao. evocado en la Odisea) aue oasa una veiez ~"~ feliz.,
rodeado de los suyos,'lejos del mar; es el universo agrario como sede
~
tor y su público están en el mismo nivel que ella. El retorno a la tie-
rra es.inmediatamente admitido, por una de esas tesis no t6tipas que
dela felicidad, de la fecundidad y de laprosperidnd, de la perpetuidad son constitutivas de la práctica ritual. como el equivalente de un re-
de la raza, de la fiesta, signo de la elección en el mds a116. En suma. torno al mundo de los antepasados, al pilar central que simboliza la
es toda la aventura marina de Ulises, como símbolo de la existencia perpetuidad del linaje, que se sumerie baio tierra. en el mundo de los
humana en s u eterno recomienzo Y de la oosibilidad de salir de una antepasados (se en el descenso a íos ~nfiemos),etc. Se podría
serie de reencqrnaciones, que da sentidó segundo, esotBrco, de ca- hacer la misma demostración con Hesiodo v su relato del mito de Pro-
da uno de los temas primarios, por ejemplo el mar, que cesa de ser el , encierra la evocación casi e t n h á f i c a de un rito de casa-
m e t e ~que
salado, el seco, e1 esteril, para volverse el simbolo del devenir en su re- miento y la reinterpretación filosófica de ese rito. El juego de la rein-
petición indefinida, y di¡a existenciahumana como eterno recomien- terpretación no escompletamente libre: suponeen elnarrador herme-
zo. Este andlisis, que debo a diferentes discusiones con Jean Dollack neuta (Homero, Hesíodo o el poeta kabil) una familiaridadinmediata

123
con !u estructura del primer grado, una suerte de intuición estruc-
tural de esa estructura, que caracteriza la relación viva con una cul-
tura viva.
Pero este sentido práctico, este dominio práctico del sentido
invertido en las prácticas rituales se desgasta con el tiempo o, más
exactamente, se pierde en agentes que, aunque participen de la mis-
ma tradici6n, se sitúan, en tanto quelectores, en una relación comple-
tamente diferente! con esas prácticas. Y esto sin saberlo ellos. Por esta
razón el anacronismo está inscrito en la actitud tradicional respecto
Tercera parte
de la cultura; el letrado tradicional vive su cultura como algo vivo y se
vive como contemp:)ráneo de todos sus predecesores. La cultura y la
lengua cambian poiciue sobreviven en un mundo que cambia: el sen-
Aperturas
tido de un verso, de una máxima, o de una obra cambia por el solo he-
cho de que se encuen ;ra cambiado el universo de las máximas, de los
versos, o de las obras simultáneamente propuestas a aquellosque la
aprehenden. eso aue se puede llamar el espacio de los "com~onibles".
EI anacroni~modest ?mporalizala obra, 1Ü arranca del tiempo (como
lo hará tambien la 1e:tura universitaria) al mismo tiemno oue la tem-
poralizaUactualiz4ndola"sin cesar por la reinteipretacign ;emanen-
te, a la vez fiel e inPel. Este proceso alcanza su cumplimiento cuando
la reinterpretaci6n letrada del lector se aplica a las obras de una tra-
dición letrada y In lógica de la reinterpretación es la misma que la
lógica de l a cosa interpretada.
Loqueplanteala ~estióndelascondicionessocialesy epistemo-
lógicas del pasqje de la reinterpretación analógica del mito, en la cual
se mitologiza sobre la mitología, al uso paradigmático del mito, como
en Platón, o al uso práctico de la analogía en la interrogación sobre la
analogía en tanto tal, como ArisMteles.
Quisiera, en los límites de una conferencia, intentar presentar
los principios te6ricos que estan en el fundamento de la investigaci6n
cujosresültados s e presentan enLadistinction, y extraer algunas de
las consecuencias teóricas aue tienen mas posibilidades de escapar al
lector, sobre todo aquí, e n i a z 6 n de los ligeros desfasajes enGe las
tradiciones culturales. Si tuviese que caracterizar mi trabajo en dos
palabras, es decir, como sehace muchohoy, aplicarle una etiqueta,ha-
blaria de constructivist structuralism o de structuralist constructi-
vism, tomando la palabra estructuralismo en un sentido muy diferen-
t e de aquel que le da la tradici6n saussuriana o levi-straussiana. PLT
~ ~ r & u ~ ~ ~ e ~ ~ ~ u B i quierodeci~ d r a I i s que h , existen en el mun-
o social mismo, y no solamente en los sistemas simb6licos, lenguaje,
.~ ~.t.c ~ ' e..S - i e t u ~.--~-s o b j e t i ~ , i i e p e n d i de
m i.t.o e nla
t econciencia
s y de
lavoluntad ... rLelos
--...... agentes1..que son capaces .deonentar ~ . . ... o decoaccio-
a r sus pi3cficas ~ ~ u ~ ~ g ~ ~ _ e . s ~ ~ ~ ~constructi~smo~quiero ~ione,s~.Por
a- - - génesis social de una parte de los exquemas de per-
cepci6n, depensamientoy de acci6n que sonconstitutivos de loquella-
mo habitus, y por otra parte estmcturas, y en particular de lo que
llamo campos y grupos, especialmente de lo que se llamageneralmen-
te las clases sociales.
Pienso que esta explicación s e impone particularmente aqui: en
efecto, el azar de las traducciones hace que, por ejemplo, seconozcaLa
reproduction, lo que llevará, como ciertos comentaristas no dudaron
en hacerlo, a clasificame entre los estmcturalistas, mientras que se
imioran trabajos muy anteriores (anteriores a la aparici6n de los tra-
Kdos típicaménte "cónstructivistas" sobre los mismos teiiias) que me
valdrían sin duda ser oercibido "constructivista": así. en un libro titu-
lado~apportp~dago&ueecommunication, hemos mostrado c6mo se
~~ ~

construye una relacidn social de comprensión en y por el malentendi-


do,. o apecar
. del malentendido: cómomaestrosy estudiantes se ponen
de acuerdo, por una suerte de transacci6n tacita y tácitamenteorien-
Univcrsidnd de Snn Dicgo cn
" Tcxto rrnnc6s dcIncon~c~nOnpmnuncindncnln
marzo de 1986.
todo por la preocupación de minimizar los costos y los riesgos, pira saniiento de sentido común de los lionibres que viven su vida cotidia-
aceptar una definición mínima de l a situación de comunicación. Asi- iia en su mundo social. Asi, las coiistruccioiies de las ciencias sociales
mismo, en otro estudio, titulado "Las categorías del entendimiento son, por así decir, construcciones de segundo grado, es decir, construc-
profesoral", tratamos de analizar lagénesis y el funcionamiento delas ciones de construcciones hechas por los actores sobre la escena
categoríasdepercepciónyde apreciaci6na través de las cuales lospro- ~ocial"'~. La oposición es total:en un caso, el conocimientocientifico no
fesores construyenlaimagen de sus alumnos, de s u desempeño, de su se obtiene sino por una i uptura con las representaciones primeras -
valor, y producen, por prácticas de cooptación orientadas por las mis- Ilamadus"prcnociones"en Durkheiin e"idcolocia" en Mnrx-nue con-
mas categorins, el grupo mismo de sus colegps y el cuerpo de profeso- duce a las causas inconscientes. En el otro ea&, está en continuidad
res. Después de este paréntesis, vuelvo a mi discurso. conel conocimientode sentidocomún, puestoquenoes sinouna"cons-
De modo muy ceneral, la ciencia social, en antropología como en trucci<lii de construcciones".
spciología o en historia, ose& entre dos puntos de vista apárentemen- Si he recordado un poco pesadamente esta oposición, uno ile los
t e incom~atibies.dos ~ e r s ~ e c t i v aparentemente
as inconciliables: el más funestos de esos "pares de conceptos"ípaired co~~cepls) que, como
objetivisho y el Subjecivisio, o, si séprefiere, el fisicalismo y el psi- lo mostraron Richard Bendix y Benett Berger, proliferan en ciencias
cologismo (que puede tomar diversos matices, fenomenológico, semio- sociales, es porque la intención más constante, y, en nii opinión, más
lógico, etc6tera). Por u n lado, puede "tratar los hechos sociales como importante de mi trabajo ha sido la de superarla. A riesgo de parecer
cosas", según la vieja máxima durkheimiana, y dejar así de lado todo muy oscuro, podriadaren una fraseun resumen de todoel análisisque
lo que deben al hecho de que son objetos de conocimiento -o de des- propongo hoy: por un lado, las estructuras objetivas aue construye el
conocimiento- en l a existencia social. Por otro lado, puede reducir el sociólogo en el momento objetivista, al aparcar las represcntacknes
mundo social a las representaciones que de 61 se hacen los agentes, subietivas de los acentes. son el fundamento de las revresentaciones
consistiendo entonces la tarea de la ciencia social en producir un subjetivas y constituyen las coacciones estructurales que pesan sobre
"informe de los informes" (account ofthe accounts) producidos por las las interacciones; pero, por otro lado, esas representaciones tqmbién
sujetos sociales. deben ser consideradas si se quiere dar cuenta especialmente de las
Es raro que esas dos posiciones se expresen y sobre todo se rea- liichas cotidianas, individuales o colectivas, que tienden a transfor-
licen enla prácticacientíficademanera tan radical y tan contrastada. niar o a conservar esas estructuras. Esto significa que losdos momen-
Se sabe que Durkheim es sin duda, con Marx, quieiexpres6 de la ma- tos, objetivista y subjetivistn, estdn en una relación dialéctica y que,
nera más consecuente la posici6n objetivista: "Creemos fecunda, aun si, por ejemplo, el momento subjetivista parece muy próximo,
decía, estaidea de que la vida social debe explicarse no por la coneep- cuando se lo toma separadamente, de los análisis interaccionistas o
ción de aquellos que en ella participan, sino por las causas profundas etnometodológicos, está separado de ellos por una diferencia radical:
que escapan a la conciencia". Pero no imoraba, como buen kantiano, los puntos de vista son aprehendidos en tanto tales y relacionados con
que no & puede captar esta realidad Sino poniendo en práctica ins- las posiciones en la estructura de los agentes correspondientes.
trumentos Iócicos. Siendo así, el fisicalismo obietivista se asocia a me- Para superar verdaderamente la oposición nrtificial que se es-
nudo a la inainación positivista a concebir L s clasificaciones como tablece entre las estructurasy las representaciones, es neces;irio tam-
recortes "operatorios" o como un registro mecánico de cortes o de dis- bién romper con el modo de pensaniiento que Cassirer llama sustan-
continuidades "objetivas" (por ejemplo en las distribuciones). Sin cialista y que lleva n no reconocer nin y n a otra realidad que aquellas
duda en Schutz y en los etnometod6logos seencontrarán lasexpresio- q u e se ofrecen a la intuición directa en Ia experiencia ordinaria, los in-
nes mds Duras de la visión subietivista. Asi Schutz toma exactumente dividuos y los grupos. El aporte principal de lo que bien puede Ilamar-
lo contrario de Durkheim: " ~ i c a m ~ o observación
de del social scien- se la revolucióii estructuralista ha consistido en aplicar al mundo
tist. la realidad social. tiene un sentido v una estructura de ~ e r dl :e n - socinl un modo de pensamiento relacional, que es el de la mqtemáti-
cia específica para losseres humanos &e viven, actúan y piensan en ca y la física modernas y que identifica lo real no con sustancias sino
ella. Por una serie de construcciones de sentido común, preselecciona- con relaciones. La "realidad social" de la que hablaba Durkheim es un
ron y preinterpretaron ese mundo que aprehenden coma la realidad conjunto de relaciones invisibles, las mismas que constituyen un es-
de suvidacotidiana. Son esos objetosdepensamientolos que determi- pacio de posiciones exteriores las unas a las otras, definidas las unas
nan s u com~ortamientomotivándolo. Los objetos de pensamiento
construidos por el social scientist a fin de captar esta realidad social A. Schlltz, <!ollecled Papers, 1, The Problem ofSocinl Rcnlily, InHnyn, Mnitiniis
deben fundarse en los objetes de pensamiento construidos por el pen- N'iolf, B.C.. p6g. 69.
porrelación a l a s otras, por laproximidad, lavecindad, opor la d i s t z - un momento~ecesariodelainvestigación, y lavisión llamadainterac-
cia, y tambi6n por l a posición relativa, por arriba o por abajo, o tam- cionista bajo todas sus formas (en particular la etnometodología).
bibn, entre, en medio. La sociología, en sumomento objetivista, es una Pienso enlo quellamo lasestrategias de condescendencia. porlas cua-
topología social, un analysis situs, como s e llama esta nueva forma de les los agentes que ocupan una posición superior en una d e las jerar-
las matemáticas en tiempos de Leibniz, un análisis de las posiciones quias dcl espacio objetivo niegan simbólicamente la distancia social
relativas v de las relaciones obietivas entre esas ~osiciones. que no deja ?or eso de existir, asoyrándose asi las ventajas del re-
Ese modo de pensamiento"relacional está enel punto de partida conocimiento acordado en una denecación Duramente simo6lica de la
de la construcci6n oresentada en L a distinction. Pero hav muchas distancia (<'es simple", "no es orgu~loso",;te.) que implica el reco-
posibilidades de qe; el espacio, es decir las relaciones, escapen al nocimiento de la distancia (las frases que he citado implican siempre
lector, a pesar del recurso a los diagramas (y al análisis factorial): por un sobreentendido: "es simple. - . Dara
- ser un duoue".
. . "no es ormlloso.
una parte, porque el modo de pensamiento sustancialista es más fá- para ser un profesor universitario"). En suma, es posible servirse de
cil, mhs "natural"; seguidamente porque, como sucede a menudo, los las distanciasobietivasde manera de tenerlasventaias de la oroximi-
medios que se está obligado a emplear para constmir el espacio social dad y las ventajas de la distancia, es decir la distancia y el ;econoci-
y para manifestarlo corren el riesgo de esconder los resultados que miento de la distancia que asegura l a denegación simbólica de la
permiten esperar. Los grupos que es necesario construir para objeti- distancia.
var las posiciones que ocupan esconden esas posiciones y se lee por ¿Cómo pueden captarse concretamente esas relaciones objeti-
ejemplo el capítulo de L a distinction consagrado a los sectores de la vas, irreductibles a las interacciones en las cuales se manifiestan?
clase dominante como una descrioción de los diferentes estilos de vi- Esas relaciones objetivas son las relaciones entre las posiciones ocu-
da de estos sectores, en lugar de v i r allilas posiciones en el espacio de padas en las distribuciones de recursos que son ocupadas o pueden
las oosiciones de ooder: lo aue llamo el camoo de ooder. (Paréntesis: volverse actuantes, eficientes, como los triunfos en un juego, en la
los eambios de v&abularioson, como s e ve,a la vez la condición y el competencia por la apropiación de bienes raros xiyo lugar está en es-
producto de l a ruptura con la representación ordinaria, asociada a la te universo social. Esos poderes sociales fundamentales son, según
idea de ruling class). mis investigacianes empíricas, el capital económico, bajo sus diferen-
Se puede, en este punto de la exposición, comparar el espacio tes formas, y el capitz! cultural. v tambidn el c a ~ i t asimbólico.
l forma
social con u n espacio geográfico en el interior del cual se recortan las que revisten las diferentes especies de capital c.uando son prrbibidas
regiones. Peroeste espacio estáconstruido de talmaneraquelosagen- Y reconocidasccno lei5timas. Asilosacentesson distribuidosen el es-
tes, los grupos o las instituciones que en 61 se encuentran colocado^ pacio social global, e ñ l a primera dimksión según el volumen global
tienen tantas mFs propiedades en común cuanto más próximos estdn del capital que poseen bajo diferentes especies, y, en la segunda di-
en este espacio; tantasmenos cuanto más alejados. Las distancias es- mensión, según la estructura de su capital, es decir según el peso re-
paciales -sobre el papel- coinciden con las distancias sociales. No lativo de las diferentes especies de capital, económico y cultural, en el
sucede lo mismo en el espacio real. Por más que se observe casi por -4olumen total de su c a ~ i t a l .
todas partes una tendencia a la segregación en el espacio, las perso- El malentendido en la lectura de los análisis que propongo, espe-
nas próximas en el espacio social tienden a encontrarse próximas - cialmcn~eenLadislinclion.resultan.oucs.de1 hecho deaue lasclases
por elección o por fuerza- en el espacio geográfico, las personas muy en el papel corren el riesgóde ser appeheididas como &upos reales.
alejadas en el espacio social pueden encontrarse, entrar en inte- Esta lectura realista esobjetivamente alentada por el hecho de que el
racción, por lo menos en forma breve e intermitente, en el espacio fí- espacio social está construido en fornin tal aue los a ~ e n t e oue
s ocuDan
sico. Las interacciones, que procuran unasatisfacción inmediata a las en el posiciones semejantes o vecinas son situados en condiciones y so-
disposiciones empiristas-se puede observarlas, filmarlas, registrar- metidos a condicionamientos semciantes. v tienen todas las oosibili-
las, en una palabra tocarlas con el dedo -, esconden las estructuras dades de tener disposiciones e intereses Sémejantes, de prod;cir por
que en ellas se realizan. Es uno de los casos donde lo visible, lo que es lo tanto prácticas tambi6n semejantes. Las disposiciones adquiridas
inmediatamente dado, esconde lo invisible que lo determina. Se olvi- en la posición ocupada implican una adaptación a esta posici6n, lo que
da asi que la verdad de la interacción no está nunca toda entera en la Goffman llamaba el scnsc of onc'splace . Este sensc of one'place es el
interacción tal como ella se ofrece a la observación. Un eicmolo
- - bas- que, en las interacciones, conduce a las personas que en franc6s se Ila-
tará para hacer ver la diferencia entre la estructura y la interacción, man "les gens modestes" a mantenerse en su lugar "modestamente"
y, al mismo tiempo, entre lavisión estructuralista, que defiendo como y a las otras a "guardar las distancias" o a "mantener su rango", a "no
familiarizarse". Estas estrategias, hay que decirlo al pasar, pueden la.expresan, las siglas, las oficinas, las secretarías, las banderas, etc.,
ser perfectamente inconscientes y tomar la forma de eso que se llama es un artefacto histórico bien fundado (en el sentido en que Durkheim
timidez o arrogancia. En realidad, las distancias sociales están inscri- decia de la religión que es unailusión bien fundada). Pero eso no quie-
t a s en los cuerpos, o, con más exactitud, en la relación con el cuerpo, re decir que se pueda construir cualquier cosa, de cualquier manera,
el lenguaje y el tiempo (otros tantos aspectos estructuralesde la prác- ni en la teoría ni en la práctica.
tica aue la visión subietivista irnora).
s i se agrega queéste sens~ofone'splace, y las afinidades de ha-
bitus vividas-~~ ~~

.~~~.
comosimoatíaoantioatía.,están en el orincioio de torins
~

las formas de cooptación, amistades, amores, casamientus, asociacio-


--. Se h a pasado pues de la física social a la fenomenología social.
La "realidad social" de la cual hablan los objetivistas es tambien un
nes, etc., por lo tanto de todas las uniones durables y aveces jurídica- objeto depercepci6n.Y la ciencia social debe tomar por objeto esta re-
mente sancionadas, se ve que todo lleva a pensar que las clases en el alidad y a la vez la percepción de esta realidad, las perpectivas, los
papel son grupos reales, tanto más cuanto el espacio está mejor cons- puntos de vista que, en función de su posición en el espacio social obje-
truido y lasunidades recortadas en este espacio son más pequeñas. Si tivo, los agentes tienen sobre esta realidad. Las visiones espontóneas
se quiere fundar u n partido político o aun una asociación, habrá más del mundo social, las folk theories de las que hablan los etnometodó-
posibilidades de reagrupara las personasque est8n.en el mismo sec- logos, o lo que llamo la sociología espontánea, pero tambi6n las teorías
tor del espacio (por ejemplo al noroeste del diagrama, del lado de los eruditas, y la sociología, forman parte de la realidad social y, como la
intelectuales) que si se quiere juntar a personas situadas en regiones teoría marxista por ejemplo, pueden adquirir un poder de construc-
situadas en las cuatro esquinas del diagrama. ción completamente real.
Pero, así como el subjetivismo inclina a reducir las estructuras La ruptura objetivista con las prenociones, las ideologías, la
a las interacciones, el objetivismo tiende a deducir las acciones y las s o c i o l o ~ aespontánea, las folk theories, es un momento inevitable,
interacciones dela estructura. Así, el error principal, el error tedricis- ncccsa;io, delatrayectoria cientifica-no se puede hacer la economía,
t a que se encuentra enMarx,constituiría en tratar lasclases en el pa- como interaccionismo. la etnoinetodoloria v todas las fornias de psico-
pel comoclasesreales. en concluir de la homoceneidadobictiva de las logía social que se atienen a una visión-fei3m6nics del mundo social,
condiciones, de los condicionamientos, que resulta de la :dentidad de sin exponerse a graves errores. Pero es necesario operar u n a s e y n -
posici6n en el espacio social, la existencia en tanto que grupo unifica- :la ruptura, más difícil, con el objetivismo, reintroduciendo en un
do, en tanto clase, la noción de espacio social permite escapar a la serindo tiempo,. lo que fue necesario descartar para construir la reli-
alternativa del nominalismo y del realismo en materia de clases socia- dad objetivz.
les: el trabajo político destinado aproducir clases sociales en tanto que La sociología debe incluir una sociología de la percepción clel
corporate bodies, grupos permanentes, dotados de órganos perma- mundo social, es decir una sociología de la construcción de las visio-
nentes de representación, de siglas, etc., tiene tantas posibilidades de nes del mundo que contribuyen también a la construcción de ese
lograrse, cuanto más próximos en el espacio social están los agentes mundo. Pero, dado que hemos construido el espacio social, sabemos
que auierejuntar. unificar. constituir en eruoo. Las clases en el sen- que estos puntos de vista, la palabra misma lo dice, son vistas toma-
Gdo de est& p ~ r h&er
a por un trabijo iolítico que tiene tantas das a partir de un punto, es decir de una posici6n determinada en el
más~osibilidadesde tener Bxito si se arma deuna teoríabien fundnrln --- espacio social. Y tambien que habrá puntos de vista diferentes o aun
en larealidad, por lo tanto capaz de ejercer un efecto de teorLa +he- antagbnicos, puesto que los puntos de vista dependen del punto del
orein, en griego, quiere decir ver-, es decir de imponer una visión de cual son tomados, puestoque lavisión quecadaagente tiene del espa-
las divisiones. cio depende de su posición en ese espacio.
Con el efecto de teoría, se h a salido del puro fisicalismo, pero sin Haciendo esto, repudiamos al sujeto universal, al ego trancen-
abandonar las adquisiciones de la clase objetivista: los grupos, -las dental de la fenomenología que los etnometodólogos retoman por s u
clases sociales, por ejemplo- estánpor hacer. No estan dados en la propia cuenta. Sin duda los agentes tienen una captación activa del
"realidad social". Hay que tomar al piedelaletrael título ellibrofamo- mundo. Sin duda construyen su visión del mundo. Pero esta construc-
so de E. P. Thompson, The Makingon English Working Class: la clase ción seoperabajocoacciones estructurales.Y se puede aun explicar en
obrera tal como puede aparecersenos hoy, a traves de las palabras terminos sociológicos lo que aparece como una propiedad universal de
para designarla, "clase obrera", "proletariado", "trabajadores", "movi- laexperienciahumana, asaberel hecho dequeel mundofamiliartien-
mientoobrero", etc., atravbsde lasorganizacionesquesepresume que d e s ser tahen forgranted ,percibido como evidente. Si el mundo social
tiende a ser percibido como evidente y a ser captado, para emplear los deportes,amigos,quequedanbienjuntosy quelesquedan bien,omás
t6rmiiios de Husserl, según una modalidad dóxica, es porque las exactamente, que convienen a su posición. Con más exactitud: al
disposiciones delosaaentes, sushabitus, esdecir las estructurasmen- eleeir. en el es~nciode los bienes y de los servicios disponibles, los bie-
talesa travdsdelascÜales aprehenden elmundo social, son en loesen- nelq"e .>cupin una posición hohóloga en este espacio a la posición
cial el praducto de la interiorización de las estructuras del mundo que ocupan en el espacio social. Lo que hace que nada clasifique más
social. Como las disposicionesperceptivas tiendena serajustadas a la a alguien que sus clasificaciones.
posición, los agentes, aun los más desventajados, tienden a percibir el En segundo lugar, un juicio clasificatorio tal como %huele a pe-
mundo como evidente v a aceptarlo mucho más ampliamente de lo que oueñoburmids" suDone que. en tanto que agentes socializados, somos
podría imaginarse, ecpecialmente cuando se miracon el ojo social de Apaces de ver la ielaci& eRtre las pdcticás o las representaciones y
un dominante la situación de los dominados.
Por lo tanto, la búsqueda de formas invariables de percepción?
- oosiciones en el es~aciosocial
las -. (comocuandoadivinomosla posición
social de una persoia según su acento). Así, a travbs del habitus,
de construcción de la realidad social enmascara diferentes cosas: vri-
~ ~~~ ~~ ~~~ ~~~~~~ ~~~ ~ ~ tenemosunmundo de sentido común, un mundo social queparece evi-
meramente, que esta construcción no se opera en un vacío social, sin0 dente.
que está sometida a coacciones estructurales; en segundo lugar, que Me he colocado hasta aquí del lado de los sujetos que perciben y
las estrueturas estructurantes, las estructuras cognitivas, son ellas mencione el factor orinci~alde las variaciones de las percepciones, es
mismas socialmente estructuradas, porque tienen una gBnesis social; decir la posición e; el espacio social. Pero ¿que pasa con las variacio-
en tercer lugar, que l a construcción de la realidad social no es sola-
mente una empresa individual, sino que puede tambiBn volverse una
~
..
nes- cuvo orinci~iose situa del lado del objeto. de lado de este espacio
mismo? Es cierto que la correspondenciaque se establece, por inter-
empresa colectiva. Pero la visión llamada microsociológica olvrda mediodeloshabitus,delasdisposiciones,de los y s t o s , entre las posi-
muchas otras cosas: como ocurre cuando se quiere mirar de muy cw- ciones y las przícticas, las preferencias manifestadas, las opiniones
ea, el árbol esconde el bosque; y, sobre todo, por no haber construido expresadas, etc., haceque el mundo social no se presente comoun puro
el espacio, no se tiene ninguna posibilidad de ver desde Y5zde se ve lo caos, totalmente desprovisto de necesidad y susceptible de ser cons-
que se ve. truido de cualquier manera. Pero este mundo ya no se presenta como
Por lo tanto las representaciones de los agentes varían segúii su
posición (y los intereses asociados) y según su habitus, como sistema
-
totalmente estructurado v capaz - de imponer a todo sujeto que perci-
be los principios de su propia construcción. El mundo socia! puede ser
de esquemas de percepci6n y de a~reciación,como estructuras cogni- dicho v constmido de diferentes modos s e d n diferentes principios de
~~ ~

tivas y evaluativ& que adq;ierena trav6s de la experiencia d u r d e r a visi6ny de división: por ejemplo las divisones económicas y las divi-
de una posición en el mundo social. El habitus es a la vez un sistema siones Btnicas. Si es cierto que, en las sociedades m i s avanzadas des-
de esquemas de producción de prácticas y un sistema de esquemas de de el punto de vista económico, los factores económicos y culturales
percepción y de apreciación de las prácticas. Y, en los dos casos, sus tienen el poder de diferenciación m6sgrande. resulta que la fuerzade
operaciones expresan la posición social en la cual se ha construido. En las diferencias económicas v sociales no es nunca tal que no se pueda
~ ~

consecuencia, el habitus produce prácticas y representaciones que es- organizar a los agentes s e i n otros principios de divis'ión: Btnicas, re-
tándisponiblesparalaclasificaci6n,queestánobjetivamentediferen- ligiosos o nacionales, por ejemplo.
ciadas; pero no son inmediatamente percibidas como tales más que A pesar de esta pluralidad potencial de estructuraciones posi-
porlosagentu~queposeen elc6dico.los esquemas clasificatorios nece- bles -lo que Weber llamaba la Vielseitigkeit del dato- resulta que
sarios para comprender su s e n t a o social:~sí,el hnbitus implica un el mundo social se presenta como una realidad fuertemente estmctu-
sense of one's place pero tambidn un sense of other's place. Por rada. Eso, por el efecto de un mecanismo simple, que quiero indicar
ejemplo, decimos que una vestimenta, un mueble o un libro: "huele a rdoidamente. El esoacio social tal como lo he descrito más arriba se
pequeñoburyBsmo 'liuele a intelectual". ¿Cuáles son las condicio~ies presenta bajo laforma de agentesprovistos de propiedades diferentes
sociales de posibilidad de tal juicio? Primeramente, eso supone que el y sistemáticamente ligadas entre si: los que beben champagne seopo-
gusto (O habitus) en tanto sistema de esquemas de clasificnci6n, es nena los que beben whisky, pero se oponen tambiBn, de modo diferen-
objetivamente referido, a travds deloscondicionamientos sociales que te, a aquellos que beben vino tinto; pero los que beben champagne tie-
lo han producido, a una condición social: los agentes s2 clasifican ellos nen más posibilidades que los que beben whisky, e infinitamente más
mismos, se exponen ellos mismos a la clasificación, al elegir, confor- que los que beben vino tinto, de tener muebles antiguos, de practicar
me a sus y s t o s , diferentes atributos, vestimenta, alimentos, bebidas, golf, equitación, de frecuentar el teatro de bulevar, etc. Estas propie-
dades, cuando son percibidas por agentes dotados de las categorias de mundo legitima. (En las posicio~iesmediasdel espacio'social, especial-
percepción pertinentes -capaces de ver que jugar al golf "huele" a mente en los Estados Unidos, la indeterniinaci6n y la iiicertidumbl.e
gran burgu6s tradicional-funcionan, en la realidad misma de la vida objetiva delas relaciones entre las prácticas y las posiciones es mbxi-
social, como simos: las diferencias funcionan como simos distintivos. ma; y tombibn, en consecuencia, la intensidad de las estrategias sim-
y como signos a e distinci6n, positiva o negativa, y esofuera mismo de bólicas. Se comprende que sea este universo el que provee el terreno
toda intención de distinción, toda búsqueda de la conspicuous con- p r i v i l e ~ a d ode los interaccionistas v en articular de Goffman).
sumption (esto para deciral pasar que mis análisis no tienen nada que L~sluchassimb61icasaprop6s~todeIa percepción del mundo so-
ver con Veblen: Duesto aue la distinci6n. desde el ounto de vista de los cial pueden tomar dos formas diferentes. En el aspecto ohietivo, se
criterios indigenas, ex;luye l a búsqueda de l a ~istinción).Dicho de puede actuar por acciones de representaciones, individual's o colec-
otra manera, a través de la distribuci6n de las propiedades, el mundo tivas, destinadas a hacer ver y hacer valer ciertas realidades: pienso
social s e presenta, objetivamente, como u n sistemasimbólico que está por ejemplo en las manifestaciones que tienen por objetivo manifestar
organizado según lalógicadela diferencia, de ladistancia diferencial. a u n grupo, s u número, su fuerza, su cohesión, hacerlo existir visible-
El espacio social tiende a funcionar como un espacio simbólico, un mente; y al nivel individual, en todas las estrategias de presentación
espacio de estilos de vida y de grupos de estatus, caracterizados por di- de si, tan bien analizadas por Goffman, y destinadas a manipular la
ferentes estilos de vida. imagen de s i y sobre todo -esto, Goffman lo olvidaba-de s u posición
Así, la percepción del mundo social es el producto de una doble en el espacio social. Por el lado subjetivo, se puede actuar tratando de
estructuraci6n: por el lado objetivo, está. socinimente estmcturada cambiar las cnteeorias de oerceoción v de aoreciación del mundo so-
poraue
. . las propiedades atribuidas a los agentes o a las instituciones cial, las estructu;as cognit;vnsy 'evaluátivak Iascategorias dcpercep-
se presentan en combinaciónes que tiene; probabilidades muy desi- ción,los sistemasde clasificación, es decir, en lo escncinl, las palabras,
males: asicomo los animales con plumas tienen más posibilidades de losnombresqueconstruyen la realidadsocial tanto como la expresan,
tener alas que los animales con piel, de la misma manera los poseedo- son la apuesta por excelencia de la lucha politica, lucha por la impo-
-
res de un dominio refinado de la lenmia tienen más oosibilidades de
ser vistos en el museo que aquellos que están desprovistos de él. Por
sición del principio de visión y de división legítimo, es decir por el ejer-
cicio legitimo del efecto de teoría. Mostré, en el caso de Kabilia, que los
el lado subjetivo, está estmcturada porque los esquemas de percep- grupos, familias, clanes o tribus, y los nombres que los designan, son
ci6n Y de apreciaci6n. especialmente los aue están inscritos en el len- losinstrumentosy las npuestasdeinnumerablesestrategiasy quelos
p a j é , expiesan el estado de las relaciones de poder simbólico: pienso agentes están sin cesar ocupados en negociar a propósito de su iden-
por ejemplo en las parejas de adjetivos: pesado~ligero,brillante1 apa- tidad: por ejemplo, pueden manipularlagenelogia, como nosotrosma-
gado, etc.,que estructuran eljuiciode ystoenlosdominios másdiver- nipulamos, y con los mismos fines, los textos de los fonnding fathers
sos. Esos dos mecanismos compiten en producir un mundo común, un de Indisciplina. Asimismo, al nivel de lalucha declases cotidiana que
mundo de sentido común, o, por lo menos, un consenso minimo sobre los agentes sociales llevan en estado aislado y disperso, son los insul-
el mundo social. tos. como tentativas mdgicas de categorización Ufuthcgoresthui, de
Pero los objetos del mundo social, como lo indiqué, pueden ser donde vienen nuestras categorias, significa en griego acusar públicn-
percibidos y expresados de diversas maneras. porque siempre com- mente), los chismes, los rumores, las calumnias, las insinuaciones,
portan una parte de indeterminaci6n y de imprecisi6n y, al mismo etc. Al nivel colectivo, más propiamente politico, están todas las estra-
tiempo, un cierto grado de elasticidad semántica: en efecto, aun las tegias que tienden a imponer una nueva construcci6n de la realidad
c ~ m b i ~ a c i o ndepropiedadesmásconstantesestán
cs simpre fundadas social rechazando el viejo léxico politico o a conservar la visión ortodo-
sobre conexiones estadisticas entre rasgos intercambiables; y, ade- xa al conservar las palabras, que son a menudo eufemismos (recordé
más, estdn sometidasa variaciones en el tiempode suerteque su sen- hace poco la expresi6n "clases modestas"), destinadas a nombrar el
tido. en lamedida en a u e d e ~ e n d edel futuro. está también a la esoera mundo social. Las más tipicasde estas estrategias de construcción son
y relativamente indétermiñado. Este elemento objetivo de ineerti- aquellas que apuntan a reconstruir retrospectivamente un pasado
dumbre - q u e es a menudo reforzado por el efecto de categorizaci6n, ajustado a las necesidades del presente - c o m o cuando el general
pudiendo la misma palabra cubrir prácticas diferentes- provee una Flemming al desembarcar en 1917 diio: ¡La Favette, henos aquí!- o
base a la pluralidad de visiones del mundo, ella misma ligada a la a construir el futuro, por una creadoia destinada a delimi-
pluralidad de puntos de vista; y, al mismo tiempo, una base para las tar el sentido, siempre abierto, del presente.
luchas simb6licas por el poder de producir y de imponer la visi6n del Estasluchas simb6licas. tanto las luchasindividuales de laexis-

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telicia cotidiana como las luchas colectivas y organizadas de l a vida dice al abogado que pretende ser uno de los "grandes abogados": "Na-
.~
oolítica. tienen una Iórica específica. que les confiere una autonomía
real con'relaciónalas e s t r u c ~ u r a s e ~ l a s c c a lse
e senraizan. Por el Iie.
turalmente, cualquiera puede llamarsed'grande" si quiere. pero, en es-
tos asuntos, son las prácticas del tribunal las que deciden". Laciencia
cho
.~-. de~ . ~. ~ -
-.oiie el
- caoital simbólico no es otra cosa que el capital económi-
co o cultural cuando es conocido y reconocido, cuando es conocido se-
no tiene que elegir entre el relativismo y el absolutismo: la verdad del
mundo social este en juego en las luchas entre los agentes que estAn
gún las categorias de percepción que impone, las relaciones de fuerza desigualmente equipados para alcanzar una visión global, es decir
tienden a reproducir y a reforzar las rclaciones de fuerza que consti- autoverificante. La leealización del capital simb6lico confiere a una
tuyen la estiuctura del espacio social. MAS concretamente, la le@¡- perspectiva un valor absoluto, universal, arrancdndola asi a la rela-
mación del orden social no es el producto, como al gunos creen, de una tividad aue es inherente. oor definición. a todo Dunto de vista. como
acción deliberadamente orienkda de propaganda o de imposición visión timada a partir d é k n punto particular del espacio soc&l.
simbólica; resulta del hecho de que los agentes aplican a las estructu- Hay un punto de vista oficial, que es el punto de vista de los fun-
ras objetivas del mundo social estructuras de percepción y de aprecia- cionarios y que s e expresa en el discurso oficial. Este discurso, como
ción que salen de esas estructuras objetivas y tienden por eso mismo mostr6 Aaron Cicourel, cumple tresfunciones: en primer lugar, opera
a oereibir el mundo como evidente. un diagnóstico, esdecir un acto de conocimiento que obtiene el recono-
Las relaciones objetivas de poder tienden a reproducirse en las cimiento y que, muy a menudo, tiende a afirmar lo que una persona
relaciones de ooder simbólico. En la lucha simbólica por la producción o unacosaesy lo queesuniversalmente,para todo hombreposible,por
del sentido cimún o, m4s precisamente, por el monopolio de la no- lo tanto'bbjetivamente. Es, como bien lo vio K a k a , un discurso casi
minación legítima, los agentes empeñan el capital simbólico que divino, que asigna a cada uno unaidentidad. En segundo lugar, el dis-
adquirieron en las luchas anteriores y que puede ser juríricamsnte curso administrativo, a traves de las directivas, de las 6rdenes, de las
garantizado. Así, los títulos de nobleza, como los títulos escolares, re- prescripciones, etc., dice lo que las personas tienen que hacer, siendo
presentan verdaderos títulos de propiedad simbólica que dan derecho quienes son. En tercer lugar, dice lo que las personas han hecho real-
a ventajas de reconocimiento. Aquí todavía, esnecesariosepar::rsedel mente, como en los informes autorizados, tales como los policiales. En
subietivismo marcinalista: el orden simbólic3 no está constitu:do, a la cadacaso, impone un punto de vista, el dela institución, especialmen-
mahera de un precio de mercado, por la simple suma mefánica del los te a traves de los cuestionarios, los formularios, etc. Este punto de
órdenes indivie.'iales. Por una parte. en la determinación de la cla- vista esinstituidoen tantoouevuntode vistalem'timo. esdecir en tan-
sificación objetiva y dela jerarq;ía délosvalores acordados a los indi- to que punto de vista que todoel mundo debe &conocer por lo menos
viduos y a los grupos, todos los juicios no tienen el mismo peso y los dentro de los límites de una sociedad determinada. El mandatario del
poseedores de un fuerte capital simbólico, los nobiles, es decir, etimiló- Estadoes el depositario del sentido común: las nominaciones oficiales
&came;ite, aquellos que son conocidos y reconocidos, están en condi- y los certificados escolares tienden a tener un valor universal en todos
ciones de imooner la escala de valor más favorable a sus productos; los mercados. El efecto mAs típico de la "raz6n de Estado" e s el efecto
especialmente porque, en nuestras sociedades, tienen u n casi mono- de codificaci6n que actúa en operaciones tan simples como el otorga-
polio de hecho sobre las instituciones que, como el sistem3. escolar, miento de un certificado: u n experto, doctor, jurista, etc., e s alguien
establecen y garantizan oficialmente los rangos. Por otra parte, el que este mandatado para producir un punto de vista que es reconoci-
capital simbólico puede ser oficialmente sancionado y garantizado, e docomo trascendente con relación a lospuntosdevista singulares. ba-
instituido jurídicamente por el efecto de la nominación oficial. LB jo la forma de certificados de enfermedad, de inaptitud o de aptitud,
nominación oficial, es decir el acto por el cual se le otorga aalguien un un punto de vista que confiere derechos universalmente reconocidos
título, una calificación socialmente reconocida, es una de lasmanifes- al poseedor del certificado. El Estado aparece así como el banco cen-
taciones más típicas del monopolio de la violencia simbólica legítima tral que garantiza todos los certificados. Puede decirse del Estado, en
que pertenece al Estado o a sus mandatarios. Un título como el titulo los terminos que empleaba Leibniz aprop6sito de Dios, que es el "geó-
escolar es capital simbólico universalmente reconocido, válido en metra de todas las perspectivas". Por esto s e puede generalizar la
todos los mercados. En tanto que definición oficial de una identidad famosa fórmulade Webery ver en el Estado el poseedor del monopolio
oficial, arranca a quien los tiene de la lucha simbólica de todos contra de la violencia simb6lica legítima. 0, con mayor precisi6n, un Arbitro,
todos imponiendo la perspectiva universalmente aprobada. pero muy poderoso, en las luchas por ese monopolio.
El Estado, que produce la clasificación oficial, es en un sentido el Pero, en la lucha por la producción y la imposición de la visión
supremo tribunal al cual Kafka se refiere enElproceso, cuando Block legítima del mundo social, los poseedores de una autoridad burocrá-
tica noobtienen nuncaun monopolio absoluto, aun cuandounenlaau- hilo.Tiene tantas m6s posibiliclndesde 6xito cuanto másfi-ndnda está
toridad de la ciencia, como los eionomistas del Estado, a la autoridad en la realidad: es decir, como ya dije, 2nlasafinidades objetivas entre
burocrática. En realidad. hav s i e m ~ r een . una sociedad. conflictos en- las personas que s e trata dejuntar. El efecto de teoríaes tnnto más po-
tre los poderes simbólic& q;e tienden a imponer l a viiión de la divi- deroso cuanto más adecuada es la teoría. El poder simbólico es un
sioneslegítimas, esdecir a construirgrupos. El poder simbólico, en ese poder de hacer cosas con palabras. S610 si es verdadera, es decir ade-
sentido, es u n poder de worldmaking. Worldmahing, la construcción cuada a las cosns, la descripción hace las cosas. En este sentido, el po-
del mundo, consiste, según Nelson Goodman, "en separar y en reunir, der simbólico es un poder de consagración o de revelación, un poder de
amenudo enlamisma operación", en realizar una descomposición, un consagrar o de revelar las cosns que ya existen. ¿Es decir que no hace
análisis, y una composición, una síntesis, a menudo gracias a etique- nada? En realidad, como una constelación que, según Nelson Good-
tas. Las clasificaciones sociales. como es el caso de las sociedades mnn, comienza a existir solamente cuando es seleccionada y desigiia-
arcaicas, queoperan sobre todoa travésde oposicionesdualistas, mas- da como tal, un grupo, clase, sexo ígender), región, nación, nocomien-
culino/femenino, altoíbajo, fuerte/debil, etc., organizan la percepción za a existir como tal, para aquellos que forman parte de el y para los
del mundo social y, en ciertasconiiciones, pueden orzanizar - realmen- otros, sino cuando esdistinguido, según un principiocualquiera, de los
te el mundo mismo. otros grupos, es decir a través del conocimiento y del ieconocimiento.
Se puede así examinar ahora e;, cuáles condiciones un poder Se comprende mejor así, espero, la apuesta de la lucha a propó-
simbólico puede volverse un poder de constitución, tomando el ter- sito de la existencia o de la no existencia de las clases. La lucha de las
mino, con Dewey, a la vez en sentido fiiosófico y en sentido político: es clasificacioneses unadimensióii fundamental de laluchade clases. El
decir un poder de conservar o de transformar los principios objetivos poder una visión de las divisiones. es decir el poder de hacer visibles,
de unión y de separación, de casamiento y de divorcio, de asociación explicitas, las divisiones sociales implicitas, es el poder político porex-
y de disociación que actúan en el mundo social,. un . poder de conservar celencia: es el poder de hacer grupos, de manipular la estructura ob-
o de transformar las clasificaciones actuales en materia de sexo, de jetiva de la sociedad. Como en el caso de las constelacioiies, el poder
nación, de reci6n.de edadyde estatuto social. vesoa trav6s c i - I n s ~ a - pei.formativo de designación, de nominación, hace existir en estado
labras que son u t i l i z n d a s ~ r a d e s i g n aodesc'ribir
r nlosindividuos,jos instituido, constituido, es decir en tnnto que corpornte body, cuerpo
-
muDos o las instituciones.
Para cambiar el mundo, esnecesario cambiar lasmaneras deha-
constituido, en tanto que corporatio, como decian los canonistns nie-
dioevales estudiados por I<antorovicz, lo que no existía hasta allí sino
cer el mundo. es decir lavisión del mundo v las o~eraciones~ r d c t i c a s como collectiopersonnriimpluri~rn~, colección de personas múltiples,
por las cuales los grupos son producidos y ;eprod;cidos. El pXdsr sim- serie puramente nditiva de individuos simplemente yuxtapuestos.
bólico, cuya forma por excelencia es el poder de hacer de los p u p o s Aquí, si tenemos en mente el problema principal que he tratado
(grupos ya establecidos, que hay que consagrar, y grupos a establecer, de resolver hoy, el de saber cómo se pueden hacer las cosas, es decir
como el proletario marxista), esta fundado'en dos condiciones. En pri- los grupos, con las palabras, 110s encontramos con una última cues-
mer tbrmino, como toda forma de discurso performativo, el poder sim- tión, la cuestión del misterio del ministerio, el ntysterium del nrirris-
b6lico debe estar fundado sobre la posesión de un capital simbólico. El teritrm, como gustaban decir los canonistns: ¿Cómo el portavoz se
poder de imponer a l o s otros espíritus una visión, anti y a o nueva, de encuentra investido del pleno poder de actuar y de hablar en nombre
las divisiones sociales depende de la autoridad social adquirida en las del grupo que produce por la magia del eslogan, la palabra de orden,
luchas anteriores. El capital simbólico es un crddito, es el poderimpar- el orden y por su sola existencia eii tanto que encarnación del grupo?
tido aaqnellos queobtuvieron suficiente reconocimiento paraestar en Como el rey de las sociedades arcnicas, Rex, que, según Benveniste,
condiciones de imponer el reconocimiento: así, el poder de constitu- .
está encnrcado de refiere fines v (le rerere sacrrrx de trazar v de de-
ción, poder de hacer un nuevo grupo, por la movilización, o de hacer- cir las froGerns entre los grupos y, por ahí, de h k e r l a s exisiir coiiio
lo existir por procuraci6n, hablando por 61, en tanto que mensajero tales, el icfe de un sindicnto o de un unrtido. el funcionario o el exnci LO
autorizado, no puede ser obtenido sino al termino de un largo proceso investidos de una nutori(la(1 estatul, son otras tantas personificacio-
de institucionalizaci6n, al término del cual es instituido u n mandnta- nes de una ficción social a ln cual dan existencia, en y por s u ser niis-
rio que recibe del grupo el poder de hacer el grupo. mo, y de la cual reciben de vuelia su poder. El portavoz es el sustituto
En segundo termino, la eficacia simb6lica depende del grado en delp-upo queexiste solameiitea travésde esta delegación y queactúa
el que l a visión propuesta está fundada en la realidad. Evidentemen- y habla a travesde 61. Es el grupohechohombre. Coniodiceii loscaiio-
te, la construcción de los grupos no puede ser una construcción ex ni- nistas:status, la posición, es n~(fgistrcfliis,
el magistrado que la ocupa;
o, como decia Luis m: "El Estado soy yo"; o tambien, según Robes-
pierre: "Yo soy el pueblo". La clase (o el pueblo, o la nación, o toda otra
realidad social de otro modo inasible) existe si existen personas que
pueden decir que ellas son l a clase, por el solo hecho de hablar públi-
camente, oficialmente, en sulugar,y deserreconocidascomocon dere-
cho parahacerlo porpersonas que se reconocen allicomomiembros de
El campo intelectual:
la clase, del pueblo. de la nación, o de toda otra realidad social que un mundo aparte13
puede inventar o imponer una coustrucción del mundo realista.
Espero haberlos convencido, en los limites de mis capacidades
lingiiísticas, de que la complejidad está en la realidad social y no en
una voluntad, u n poco decadente, de decir de cosas complicadas. "Lo P. -Tomemos un dominio concreto del espacio social que usted trató
simple, decia Bachelard, no es nunca sino lo simplificado". Y demos- en un artículo en alemdn: el campo literario. "Es destacable, escribió
traba que la ciencia nunca progresó sino al cuestionar las ideas sim- usted, que todos aquellos que se ocuparon de ciencia de las obras lite-
ples. Parecido cuestionamiento se impone de manera muy particular, r a n a s o artisticas L..) hayan descuidado siempre tomar en cuenta el
me parece, en las ciencias sociales, por el hecho de que, por todas las espacio social en el que estaban situados aquellos que producen las
razones que dije, tenemos tendencia a satisfacernos demasiado fá- obras y su valor". Un análisis que capte este espacio social solnmen-
cilmente con las evidencias que nos ofrece nuestra experiencia del t e como "medio", "contexto" o "trasfondo social", le parece insuficien-
sentido común o la familiandad con una tradición erudita. te. ¿Que es, pues, un "campo literario", cuáles son los principios de su
construcción?
R. -La noción de campo de producción cultural (que se especifica en
campo artístico, campo literario, campo científico, etc.) permite rom-
per con lasvagns referencins al mundo social (a traves de palabras ta-
les como "contexto". "medio". "trasfondo social". social background)
con los cuales se coitenta ordinariamente la historia social del arte y
de la literatura. El camoo de oroduccidn cultural es ese mundo social
absolutamente concreti que évocaba la vieja noción de república de
las letras. Pero esnecesariono quedarse en lo que no es sino una ima-
rrencómodn. Y sise ~uedenobservnrtodasuertedehomolocíasestruc-
curales y f u n c i o n a ~ sentre el campo social en su conjunto;^ el campo
politico, y el campo literario.que, como ellos, tiene sus dominantes y
sus dominados, sus conservadores y su vanguardia, sus luchas sub-
versivas y sus mecanismos de reproducción, en todo caso cada uno de!
esos fenómenos reviste en su seno una forma completamente especi-
fica. La homología puede ser descrita como un parecido en la diferen-
cia. Hablar de homoloeia entre el camuo político r el c a m ~ literario
o \
es atirmarla existencia de rasgos estrÜctÜralmente equivñlentes -lo
que no quiere decir idénticos-en conjuntos diferentes. Relaci6n com-
pleja que se apresurarán a destruir aquellos que tienen la costumbre
l
de pensar en terminos de todo onada. Desdeun cierto punto devista,
el campoliterario (oel campo científico) esun campocomolosotros(es-

l3 Entrevisto mnKnrl.Otta Mnue. porn laNorddeulschen Ruclfunh, rcnlirndn en


Hnmburgo en dieicmbrc de 1986. .
to contra todas la formas de hagiografía, o, simplemente, contra la sentido inverso, se puede reducirla a eso mismo contra lo cual está
tendencia a pensar que los universos sociales donde se producen esas coiistruida, al reducir esas estrategias, esosintereses o esas luchas a
realidades de excepción que son el arte, la literatura o la ciencia no las que tienen lugar en el campo político o en la existencia ordinaria.
pueden ser sino totalmente diferentes, diferentes bajo todas sus rela- Para dar, por lomenosunavez, un ejemplo deesascríticasde Iaincom-
ciones): es cuestiónde poder-el de publicar orechazarlapnblicación, prensión que destruyen una noción compleja al achatarla, a menudo
porejemplo-, de capital-el del aütor consagrado que puede ser par- con toda buena fe, en el plano del sentido común, ordinario o erudito,
cialmente transferido a la cuenta de un joven escritor todavía desco- contra el cual hasido conquistada -lo que lesda todas las posibilida-
nocido por u n informe elogioso o u n prefacio-; se observan allí, como des de recibir la aprobación de todos aquellos que reaseguia el retor-
en otras partes, relaciones de fuerza, estrategias, intereses, etc. Pero no a las evidencias-, quisiera referirme rápidamente. a un articulo
no hay uno solo de los rasgos que designan estos conceptos que no de Peter BürguerMque escribe: VBourdieu, alcontrario(de~dorno)de-
adopte en el campo literario una forma específica, absolutamente irre- .
fientle un enfoaue funcionalista" (la calificación.. aue es el eauivalentc
"culto" del insu.lto, es tambibn una estrategia común, y tanio más po-
ductible. Por ejemplo, si es cierto que el campo literario es, como todo
c a m p , el lugar de las relaciones de fuerza (y de luchas tendientes a derosa cuanto que la e t i q ~ e t acomo
, aquí, es a la vez m6s estigninti-
transformarlas o a conservarlas), siempre ocurre que estas relaciones zante y más vaga, por lo tanto irrefutable -P.B.)."Analiza las acciones
de fuerza que se imponen a todos los agentes que entran en el campo de los sujetos en lo que llama el 'campo cultural' tomando en cuenta
-y que pesan con una brutalidad particular sobre los que recien en- exclusivamente las posibilidades de conquistar poder y prestigio y
tran-revisten una forma especial: tienen en efecto por principio una considera los objetos simplemente como medios estrat6gicos que los
especie muy particular de capital, que es a la vez elinstrumento y la productores emplean en la lucha por el poder." Peter B ü r y e r acusa
apuesta de las luchas de competencia en el seno del campo. s saber el de reduccionismo una teoría que el rev vi amen te reduio: hace como si
capital simbólico como capital de reconocimiento o de consagración, yo redujera el funcionamicnt~delcnmpo literario al del campo politi-
-~
institucionalizado o no. aue los diferentes agentes o instituciones
~ ~
~~~

pudieron acumular en el iurso de luchas anteriores, al precio de un


-
co (amecando
- "exclusivamente" v "simolemente"). En realidad., dieo
que, como el campo politico o cualquier otro campo, el compoliterario
trabajo y de estrategiasespecificas. Habria que todavia la na- es el lugar de luchas (¿,yquien podría negarlo? No Peter Bürger, en to-
turaleza de este reconocimiento que no se mide ni en el 6xito comer- do caso, dada la estrategia que acaba de emplear contra mí...); pero
cial -seria más bien lo opuesto-, ni en la simple consagración que esas luchas tienen apuestas especificas, y que el poder y el pres-
social- pertenencia a las academias, obtención de premios, etc.-, ni tigio que persiguen son de un tipo absolutamente particular (si me
a u n a la simple notoriedad, que, mal adquirida, puede desacreditar. han escuchado bien, habr6n sin duda notado que debí emplear una
Perolo que dijesobre ello bastaráparahacer sentir quese tratadealgo veintena de veces, con desprecio de la elegancia, el adjetivo respeci-
muy particular. En suma, con l a noción de campo, tenemos el medio fico"!). En resumen, Peter Bürger me reprocha ignorarla especificidad
de captar la particularidad en la generalidad, la generalidad en la de las luchas artísticas y de los intereses que se encuentran compro-
particularidad. Se puede pedir a la monomafia más idiomifica (en el metidos en ellas, eso mismo que comenzó por excluir, por una r a r a ex-
campoliterariofranc6sen~labpocade~la;bert,sobre lar&olución re- clusión inconsciente de la noción de campo que tendía precisamente
alizada por Manet en el seno del campo artístico. sobre las luchas en a d a r cuenta de ella. Esta especie de ceguera selectiva, de In que son
el seno del campo literario afines de s~gloxix,estudios que hago en es- víctima a menudo mis escritos, me parece atestiguar las resistencias
te momento) proposiciones generales sobre el funcionamiento de que suscita el anAlisis científico del mundo social.
los campos y se puede sacar una teoría general del funcionamiento Para volver a s u pregunta-pero pienso que este pre6mbulo cri-
de los campos de hipótesis muy poderosassobre el funcionamiento de tico no erainútil-, dire que el campo literario es un campo de fuerzas
un estado particular de un campo particular í ~ o r e i e m ~ lelo camoo
. de al mismo tiempo que un campo de luchas que tienden a transformar
los produitores de casas individüales cuyo Lstu&o emp;endo).'~ero o a conservar la relación de fuerzas establecida: cada uno de los agen-
los hhbitos mentales son tan fuertes -y especialmente en aquellos tes empena la fuerza (el capital) que adquirió, por las luchas anterio-
que niegan su existencia- que la noción de campo literario (o artis- res en las estrategias que dependen, en s u orientación, de su posición
tico)cstá destinadaadosreducciones de sentido opuesto: se puedever en las relaciones de fuerza, es decir de sucapital especifico. Concreta-
alliuna reafirmaci6n de la irreductibilidad del mundo del arte o de la mente, son por ejemplo las luchas permanentes que oponen las van-
literatura, así constituido en universo de excepción, ignorando las es-
trategias, los intereses y las luchas de la existencia ordinaria, o, en '' "On the litcrnry histog, Poslics, agosto de 1985, p6gs. 199-207,
guardias siempre renacientes a l a vanguardia consagrada (y que no mente sociológica, d .::ampo en el cual se engendraron y funcionaron
hay que confundir con lalucha que opone lavanguardia en su conjun- en tanto que estrategias simbólicas en las luchas por la dominación
to a los "artistas burgueses", como se decía en el siglo W).La poesía simbólica, es aecir por el poder sobre un uso particular de una catego-
es así el lugar, en Francia, desde mediados del siglo m,de una revo- ría particular de signos y, por allí, snbre la visi6n del mundo natural
lución permanente (los cielos de renovación de la escuela dominante y social.
son muy cortos): los recien llegados, que son también los m i s jóvenes, Esta definición dominante se impone a todos, y en particular a
cuestionan lo que fue opuesto por la revolución precedente a la orto. los recien llegados, como un derecho de entrada mds o menos absolu-
doxia anterior (es, por ejemplo, la rebelión de los Parnasianos contra to. Y se comprende que las luchas a prop6sito de la definición de los
el"lirismo romdntico". Estadiscusión incesante se traduce, del ladode eBneros. dela ooesíaa orincioios del siclo. de la novela desde la Sernin-
u

las obras, en u n proceso de depuración. La poesía se reduce cada vez da ~ u e ; r a ~ u A d i ayl e'on loshefensorG d~l"nouveauroman"sea~por
más completamente a s u "esencia", e s decir a su quintaesencia, en el completo otra cosa que fútiles guerras a prop6sito de palabras: la
sentido de la alquimia, a medida que es despojada por las revolucio- inversión de la definición dominante es la forma específica que toman
nes sucesivas de todo lo que, por m á s que accesorio, parecía definir en esos uiiiversos las revoluciones. Y se comprende mejor que las con-
adecuadamente lo "poetico". lirismo. rima, metro, metáfora llamada frontaciones que s e volverán el objeto de análi,siso de debates acad6-
pohtica, etcdtera. micos, como todas las querellas de los Antiguos y los Modernos y todas
En lo aue concierne a l a cuestión de los límites, hay que cuidar- las revoluciones románticas u otras, sean vividas por los protagonis-
se delavisi& positivistaque, porlasnecesidades delaestadística, por tas como cuestiones de vida o muerte.
ejemplo, determina los límites por una decisión llamada operatoria
que zanja arbitrariamente en nombre de la ciencia una cuestión que P. -El campo de poder, en tanto que ejerce su dominación en el
no está zanjada en la realidad, la de saber quidn es un intelectual y interior de la totalidad de los campos, ejerce una influencia sobre el
quien nolo es, quienes son los intelectuales "verdaderos", aquellos que campo literario. Sin embargo, usted le confiere a Bste una"autonomia
realizan verdaderamente la esencia del intelectual. En realidad, una re1 :.tiva"y analiza suproceso histórico deformación. ¿QuB ocurre hoy,
de las apuestas mayores de Ins luchas que se desarrollan en el campo concretamente, con esta autonomía del campo literario?
litera~~oartístico~sladefiniciónde l i s limitesdel campo, esdecir la
oarticioaci6n lecítima en las luchas. Decir de tal o cual corriente, de R. -Los campos de producción cultural ocupan una posición domina-
tal o &al grupo, que "no es poesía", o "literatura", es rehusarle la da en el campo de poder: ése es un hecho importante que imoran las
existencia legítima, es excluirla del juego, excomulgarla. Esta ex- teorías ordinarias del arte y de la literatura.b, ara retra&cir en un
clusión simbólica ?o es sino el adverso del esfuerzo por imponer una
defiiiicióii de la práctica legítima, para constituir por ejemplo una
lenmiaie
u .. inadecuado).-.~. o d n decir
" más común (uero a aue los artistas
y los escritores, y con mayor generalidad los intelectuales, son un
esencia eternav universal una definición histórica de un arte o de u n sector dominado de l a clase dominante. Dominantes, en tanto que
generoque corr~spondea los intereses específicos de los poseedores de poseedores del poder y de los privilegios que confiere la posesión del
un cierto c a ~ i t aespecífico.
l Cuandotiene Bxito, esta estrategiaque, co- capital cultural y asimismo, por lo menos para algunos de entre ellos,
mo la competenciique ella pone en juego, es inseparablemente artís- la posesión de un volumen de capital cultural suficiente para ejercer
tica v oolíticn (en sentido esoecifico). es de naturaleza tal como para un poder sobre el capital cultural, los escritores y los artistas son do-
a s e k i a r l e s u n poder sobre el caiital poseído por todos los otros minados en sus relaciones con los que tienen poder político y econó-
productores, ena¡ medida en que, itravBs de la imposicion de una de- mico. Para evitar todo malentendido, debo precisar que esta domina-
finici6n de la uráctica lecitima. es la recla del juego más favorable a ción no se ejerce más, como en otros tiempos, a travBs de las relacio-
sus triunfos 1; que se e r k e n t i a impuesta a todoi(y especialmente, nes personales (como la del pintor y el comanditario o del escritor y el
porlo menosa término, alosconsumidores), es sucumplimiento lo que mecenas) sino que toma la forma de una dominaci6n estructural ejer-
sc v,uelve la medida de todoslos cumplimientos. Se ve al pasar que los cidaa travhs d ~ m e c a n i s m o s r generales,
n~~ como los del mercado. Es-
conceptos estBticos que cierta teoria estBtica se esfuerza en fundar en ta posición contradictoria de dominantes-dominados, de dominados
la razón. deductivamente. semín el modelo aristotBlico, y de los cua- entre los dominantes donde, para aprovechar la analogía con el cam-
les se di$ antes que yo (pódría invocar aquí a Wittgenstein) su incon- po político, de izquierda de la derecha, explica la ambigüedad de sus
sistencia. su incoherencia o. al menos. s u iniprecisión. no encuentran tomas de posesión, ligada a esta posición inestable. En rebelión con-
parid6jiéamente, s u necesidad, si no Se los <ubica e n l a lógica, pura- tra aquellos que llaman los'%urgueses", son solidarios del orden bur-

1.46
gués, como se ve en todos los períodos de crisis en que s u capital espe- para los pretendidos "intelectuales orgánicos" de los movimientos re-
cífico y suposición en el orden social están verdaderamente nmenaza- volucionarios. las alianzas fundadas sobre la homolocia de ncsici6n
dos (basta pensar en las tomas de posicián de los escritores, aun delos (dominante-d'ominado = dominado) son siempre más;ncierias, más
m& progresistas, como Zola, ante la Comuna). frágiles, que las solidaridades fundadas sobre la identidad de posi-
La autonomía de los campos de producción cultural, factor es- ción, y, por lo tanto, de condición y de habitus.
tructural que dirige la forma de las luchas internas al campo, varía Siempre ocurre que los intereses específicos de los productores
considerablemente según las Bpocas en lamisma sociedad, y según las culturales, en la medida en que están ligados a campos que, por la 16-
sociedades. Y, al mismo tiempo, la fuerza relativa en el seno del cam- gica misma de s u funcionamiento, alientan, favorecen o imponen la
DO de los dos oolos v el peso relativo de los roles asimados al artista superación del inter6s personal en sentido ordinario, pueden llevarlos
o al intelectual. PO; uniado, en u n extremo, con la f;nción de exper- aaccionespoliticas, ointelectuales,quepodríanllamarseuniversales.
to. o de técnico. aue ofrece sus serviciossimb6licos alos dominantesíla
p;oducción cuítira1 tiene tambiénsus t6cnicos, como los artesanos del P. -¿Qu6 cambio aporta su teoria para la ciencia de la literatura, la
teatroburgubso losfabricantesde literatura industrial), y porel otro, interpretación de la obra, para el espacio tradicional de la ciencia de
en el otro extremo, cl rol, conquistado y defendido contra los dominan- laliteratura?Usted rechaza tantolahermenéutica interna como lain-
tes, de pensador libre y crítico, de intelectual que se sirve de s u capi- tertextualidad, tanto el análisis esencialista como la "filosofía de la
la a u ~ o n o m í ~ m idel
s ~campo,
a
--
tal es~ecífico.conauistado al favor de la autonomía v garantizado Dor
para intervenir en el terreno de lapo.
biografía3'para retomar los términos críticos que utiliza para calificar
el trabajo de Sartre sobre Flaubert. Cunndo usted capta "la obra de
lítica, según el modelo de Zola o de Sartre. arte en tonto expresión de campo en s u totalidad", ¿que clase de con-
secuencias tiene eso?
P.-Losintelectuales, en AlemaniaFederal, se definen, almenos des-
de el movimiento del 68, como más bien de izquierda,. se . pieasan por R. -La teoría del campo conduce efectivamente a rechazar tanto
oposici6nalaclasedominante.~ s l o q u e a t e s t i & a nporejemploel ;m- la puesta en relación directa de la biografía individual y la obra
oacto relativamente mande de la "teoria critica" de la Escuela de (o de la "clase social" de origen y de la obra) como el análisis interno
~ r a n c f o rot filósofos como Ernst Bloch. Usted les asigna a los intelec- de una obra singular o aun el análisis intertextual, es decir la pues-
tuales. en relaci6n con su análisis de las luchas simb6licas. un lurrar t a e n relación d e u n conjunto de obras. Porqueesnecesario hacer todo
en el interior de l a clase dominante. El teatro de esas luchas simb2li- estojunto. Postulo que existe una correspondencia bastante rigurosa,
cas, como usted dice, es "la clase dominantemisma"; se trata, pues, de una homologia, entre el espacio de las obras consideradas en sus dife-
"luchas de fracciones" en el interior de una clase de la cual losintelec- rencias, sus distancias(a lamanera de la intertextualidad), y el espa-
tuales forman una parte. ¿Cómo llega a este análisis? ¿Es que no s e cio de los productores y de las instituciones de producción, revistas,
olantea la cuestión de las ~osibilidadesde aue el camDo literario o al- editoriales. etc.Alasdiferentesoosicionesen el campo deproducción.
y n a de sus partes ejerzan alguna acción Sobre el campo del poder? que se puede definirlas tomando en cuenta el género practicado, la si-
¿No es precisamente la pretensión de una literatura comprometida, tuación en ese rrénerolocalizada a travhs de loslurrares de ~ubiicación
actuante o realista? (editor, revista, galería, etc.) y losíndices de consagración, o, simple-
mente, laantiwedad dela entrada en eljuego, pero tambiBn indicado-
R. -Los productores culturales tienen un poder específico, el poder res mhs exteriores, como el origen social y geográfico, que se retra-
propiamente simbólico dehacer ver y de hacer creer, de llevar a la luz, ducen en las posiciones ocupadas en el seno del campo, corresponden
alestadoexplícito, objetivado, experienciasmás omenosconfusas,im- las posiciones tomadas en el espacio de las modas de expresión, de las
precisas,noformuladas, hastainformulables, delmundonaturaly del formas literarias o artísticas (alejandrino u otro metro, rima o verso
mundo social, y de ese modo, de hacerlas existir. Pueden poner ese po- libre, soneto o balada, etc), de los temas y, muy evidentemente, toda
der a l servicio de los dominantes. Pueden también, en la lógica de su suerte de índices formales más sutiles que el análisis literario tradi-
lucha en el seno del campo de poder, ponerlo al servicio de los domina- cional h a señaladodesde hacemucho tiempo. Dicho de otromodo, para
dos en el campo social tomado en su conjunto: sabemos que los "artis- leer adecuadamenteuna obra en la sinmilaridadde su textualidad. es
tas", de Hugo aMallarmé, de Courbeta Picasso, identificaronamenu- necesario leerla consciente o inconscientemente en su intertextuñli-
do sus luchas de dominantes-dominados contra los "burgueses" con dad.csdeclr a travbsdel sistemade distancias oor el cual ella se sitún
las luchas de los dominados nada más. Pero, y esto es cierto también en ei espacio de las obras contempcráneas; perL esta lectura diacriti-

148 149
ca esinseparable deuna aprehensión estructural del autor correspon- Casandra ve, esta representación vieja,pero intactay actuanteile pa-
diente que es definido, en sus disposiciones y sus tomas de posición, rece importante? ¿Qué uso puede dar un escritor a s u teoría?
por las relaciones objetivas que definen y determinan su posición en
el espaciode producción y que determinanu orientan las relaciones de R. -El autor es verdaderamente un creador, pero en u n sentido muy
competenciaquemantiene con otros autores y el conjunto de las estra- diferente de lo que entiende ~ oello r la haaiomafía literaria o artisti-
tegias, formales especialmente, que hacen de 61 un verdadero artista ca. hlanet, por ejemplo, operi una verdadera-revolución simbólica, al
o un verdadero escritor -por oposici6n.al artista o al escritor "inge- niodo de ciertos ~ r o f e t a sreligiosos o políticos. Trasforma profunda-
nuos", como el aduanero Rousseau o Brisset, que no saben, hablando mente la visión del mundo, esdecir las categorías de percepción y de
propiamente, lo que hacen. Eso no significa que los artistas no in- apreciación del mundo, los principios de construcción del mundo so-
genuos, cuyo paradigma es, en mi opinión, Duchamp, sepan verdade- cial, la definición de lo que esimportantey delo que nolo es, delo que
ramente todo lo que hacen, lo que llevaría a hacer de ellos cínicos o nierece ser representado y de lo que no lo merece. Por ejemplo, in-
impostores. Esnecesarioy suficienteque est6n1'en laonda". que esten troduce e impone la representaci6n del mundo contemporáneo, los
a l corriente de lo que se h a hecho y s e hace en el campo, quetengan el hombres de galera y paraguas, el paisaje urbano, en su trivialidad
"sentido de la historia" del campo, de s u pasado y tambien de s u por- ordinaria. Eso en ruptura con todas lasjerarquias, a l a vez intelectua-
venir, de sus desarrollos futuros, de lo que est4 por hacer. Todo eso es les y sociales, que identifican lo más noble (digno en tanto que tal de
una forma de sentido del juego, que excluye el cinismo, que requiere scr representndo)con lomásantiguo,lasvestimentas alaantigua, los
inclusive que se est6 tomado por el juego, tomado por el juego hasta el yesos de los talleres de pintura, los temas obligados de la tradición
punto deadelantarse al porvenir. Pero quenoimplica de ningún modo griega0 bíblica, etc. En este sentido, larevolución simbólica, que tras-
una teoria del juego en tanto que juego (lo que bastaría para trasfor- torna las estructurasmentales, que perturba profundamente loscere-
mar la ilhsiocomo inversión en eljuego, interds en el juego, en ilusión bros -lo que explica la violencia de las reacciones de la critica y del
pura y simple) ni siquiera una teoría deljuepo, de las leves semin las público burgu6s-, puede ser llamada la revolución por excelencia.
cuales funciona y las estrategias racionulesque son necesarias para Los críticos, que perciben y denuncian al pintor de vanguardia como
triunfar en 61. La no inaenuidad no excluve una forma de inocencia ... un revolucionario político no tienen en absoluto la culpa, aun si la
En suma, la naturalez~esencialmentedincrítica de la producción que revolución simbólica está destinada,la mayor parte del tiempo, a que-
se realiza en el seno del campo hace que s e pueda y se deba leer todo dar acantonada en el dominiosimbólico. El poder de nombrnr,en par-
el campo. tanto el campo delas tomas deposici6n como el campo de las ticular de nombrar lo innombrable, lo que todavía no se percibe o es
posiciones, en cada obra producida en esas condiciones. Esto implica rechazado, es un poder considerable. Las palabras, decía Sartre, pue-
que todas las oposiciones que se tiene costumbre de hacer entre lo den hacer estragos. Es el caso por ejemplo cuando hacen existir públi-
interno y lo externo, la hermeneutica y la sociología, el texto y el con- camente, por lo tanto abiertamente, oficialmente, cuado hacen ver o
texto, son totalmente ficticias; est4n destinadas a justificar rechazos prever cosas que no existían sino en estado implícito, confuso, hasta
sectarios, prejuicios inconscientes (y en particular el aristocratismo rechazado. Representar, sacar a luz, producir, no es un asunto peque-
del lector que no quiere ensuciarse las manos estudiando la sociologia no. Y se puede, en este sentido, hablar de creación.
de los productores) o, muy simplemente, la búsqueda del menor es-
fuerzo. Porque el metodo de análisis que propongo no puede renlmen-
te ponerse en práctica sino al precio de u n enorme trabaio. Reouiere
se haga todo lo que hacen ios adeptos de cada uno de-los mitodos
conocidos (lectura interna, andlisis biogr4fic0, etc.), en general al
nivel de u n solo autor, y todo lo que es necesario hacer para construir
realmente el campo de las obras y el campo de los productores y el sis-
tema de las relaciones que se establecen entre esos dos coniuntos de
relaciones.
P. -¿$u6 lugar ocupa, según usted, el sujeto que produce l a literatu-
ra o el arte? La vieja representación del escritor como "creador de lo
simb6lico", como aquel que "nombra" o que "ve" en el sentido en que
separa a los profesionales y los profanos. El profesional tiende a
"odiar" al "vulgar profano" que lo niega en tanto que profesional al
prescindir de sus servicios: está dispuesto a denunciar todas las for-
mas de "espontaneísmo" (político, religioso, filosófico, artístico), que
tienden a desposeerlo del monopolio de la producción legítima de bie-
nes o de servicios. Los detentadores de la competencia legítima están
listos para movilizarse contra todo lo que puede favorecer el autocon-
Los usos del "pueblo"l6 sumo popular (magia, "medicina popular", automedicación, etc). Así,
losclBrigos están siempreinclinados a condenar comomagia o supers-
tición ritualista y a someter a una "depuración" las prácticas re-
ligiosas que, desde el punto de vista de los virtuosos religiosos, no
manifiestan el"desinterés"o,como se dice en otras partes, lasudistan-
Para arrojar una cierta claridad sobre las discusiones a propósi- cia", asociada a la idea que se hacen de la práctica aceptable.
to del "pueblo" y de lo "popular", es suficiente tener en mente que el Si lo "popular" negativo, es decir "vulgar", se define asíante todo
"pueblo" o lo "popular" ("arte popular", "religión popular", "medicina como el co"junto de Ios~bieneso de los seriicios culturales que repre-
popular", etc) es ante todo una de las apuestas de lucha entre los in- sentan obstdcuios~arala im~osiciónde lecitimidad p o r l a c ~ alosl pro-
telectuales. El de ser ode sentirseautorizado parahablardel "pueblo", fesionales tio-dena produc$ el mercado(tanto como a conquistnrlo)
o a hablar para (en el doble sentido) el "pueblo", puede constituir, de creando la necesidad de sus propios productos, lo "popular" yositivo
por sí, una fuerza en las luchas internas en los diferentes campos, po- (por ejempl? la pintura "ingenua" o lamúsica "folk") es =! producto de
lítico, religioso, nrtístico, etc.- fuerza tanto más grande cuanto m i s unainversión de signo que ciertos clBrigos, amenudo dominados en el
dBbil es la autonomía relativa del campo considerado. Máxima en el campo de los especialistas (y provenientes de regiones dominadas del
campo político, donde se puede jugar con todas las ambigüedades de espacio social), operan con una preocupación de rehabilitación que es
la palabra"pueblo" (''clases populares", proletariado, o nación, Volk), inseparable de la ~ r e o c u ~ n c i ópor
n s u propio ennoblecimiento. For
es mínima en el campo literario o artístico llegado a un alto grado de ejemplo, en los añ&30,la"escue~ populjstn" de los Louis Lemonnier,
autonomía donde el Bxito "popular" entraña una forma de devalua- AndreTherive o Euccnc Dabit (todos de oricen social muy baio Y dcs-
ción. hasta de descalificación. del oroductor (sabemos oor eiemolo los provistos de escolar~dad)se define contra la>ovela psicol(igi& Üristo-
esfuérzos que debió hacer ~ o i pai r a rehabilitar lo " p ~ p u l ~e'inver-
f'
-~
tir la imacen dominante en el camoo).
~ ~ . . -~
. El camoo relirioso se sitiia en-
~

tre los dos, pero no ignora completamente la contradicción entre las


crdtica y mundana (y tambiBn contra el naturalismo, al cual reprocha
sus excesos), como Ia"escue1a proletaria" de Henri Poulaille s e defini-
rá contra el populismo al cual le reprocha su espíritu pequeño bur-
exigencias internas que llevan a buscar lo raro, lo distinguido, lo se- gu6s. La mayor parte de los discursos que se hicieron o s e hacen en
parado-por ejemplo, una religión depurada y espiritualizada-y las favor del "pueblo" provienen de product3rss qc;a ocupan posiciones
exigencias externas, a menudo descritas como "comerciales", que im- dominadas en el campo de producción. Y, como lo mostró muy bien
pulsan a ofrecer a la clientela profana más desprovista culturalmen- RBmy Ponton a propósito de los novelistas regionalistns, el "pueblo"
te una religión ritualista de fuertes connotaciones mágicas (la de las más o menos idealizado es a menudo un refugio contra el fracaso o la
grandes peregrinaciones "populares", de Lourdes, Lisieux, etc., por exclusión. Se observainclusivequelarelaciónque los productoresque
ejemplo). salieron de 61 mantienen con "el pueblo" tiende a variar, en el curso
Segunda proposición: las tomas de posición sobre"e1 pueblo" o lo mismo de su vida, según las fluctuaciones de s u capital simbólico en
"popular" dependen en su forma y su contenido de intereses especifi- el seno del campo (se podría mostrarlo a propósito del caso ejemplar
cos ligados en primer termino a la pertenencia al campo de producción de León Cladel).
cultural y a continuación a la posición ocupada en el seno de ese Las diferentes representaciones del pueblo aparecen así como
campo. Más allá de todo lo aue los opone.. . los especialistas estdn de otras tantas expresiones transformadas (en función de :as censuras y
acuerdo por lo menos en reivindicar el monopolio de la competencia normas formales propias de cada campo) de una r e l a d n fundamen-
legítima que los define adecuadamente y en recordar la frontera que tal con el pueblo que depende de la posición ocupada en el campo de
" Cornunicneidn pmscnindo por lo Asocincidn dccstudinntcv pmicotnnicu dc Pn. los especialistas-y, más ampliamente, en el campo social- así como
rlr, c l 7 dc junio dc 1983, y publicado cn Aelcs dc lo rechorclio en seioicrs soe8<ilrr,62. de l a trayectoria que condujo a esa posición. Los escritores salidos de
53, junin dc198.I.
lasregiones dorninndas deleSpaciosocial pueden, con poeibilidatles<Ie Se comprende que el aiiilisisprevio de larelación objetiva con el
Exito tanto m i s débiles cuanto mayor es la autonomir~del crinipo eon- objeto se imponedenianera particularmenteimperativaal investiga-
siderado,jugar con su supuesta proximidad al pueblo, a Innianera dc dor si quiere escapar n la alternativa del etnocentrisnio de clase y del
Michelet que intenta convertir el estigma en emblema, al reivindicar populismo, que es su forma inversa. Inspirado por la inquietud de
orgullosamente sus orígenes, y que se sirve de "su" "pueblo" y de s u rehabilitar,elpopulismo,quepuede también tomar laforma deun re-
"sentido de pueblo" para imponerse en el campo intelectual. Intelec- lativismo, tiene por efecto hncer desaparecer los efectos de la dominn-
tual consagrado (adiferencia, porejemplo,delospopulistas odelamn- ción:interesándose en mostrarqueUelpueblo" no tiene nada que envi-
yor parte de los novelistas regionalisbas, devueltos a su región y a su diar alos"burguesesn en materia de culturay de distinción, olvida que
"pais"porelfracaso), estáencondicionesdereivindicar con orgullo sus sus búsquedas cosmbticas o estéticas son descalificadas de antemano
origenes pobres, sabiendo que no puede sino obtener de ello numento como excesivas, mal ubicadas, o desplazadas, en un juego donde los
deméritoy de rareza(lo quelo obligaadisculparse ante sus tiasnquie- dominantes determinan a cada momento la regla del juego (seca, yo
nes no les gusta ver a su familia asi menosprecinda ..J.Siendo asi, su gano; cara, t ú pierdes) por su existencia misma, midiendo las búsque-
exaltación del pueblo no expresa tanto "el oueblo" conio la exverien- das con l a regla de la discreción y la simplicidad con la norma del
cia de un doble corte, con ei"pueblo" (la siente muy temprano, como refinamiento.
bien lo muestra Viallaneix)..," v con el mundo intelectual. Se objetaráque se puedesalir deestejuegode espejos por la bús-
Pero es evidentemente en el campo politico que el uso del "pue- auedadirecta.Y oediral"oueblo"oucarbitrcdealcunamanera en las
b l o " ~de lo"populnr"esmásdirectamente rentable y la historiade las fuchas de los intelectualeS por él. @era todo lo quedicen las personas
luchasen el seno de los partidos vrocresistas o de los sindicatos obre- comúnmente designadas como "el pueblo" es realmente "popular" y
ros testimoniala eficacia simbólica &l obrerismo: estaestrategia per- todo lo que sale de la boca del "pueblo" "verdndero" es la verdad ver-
mite a aauellos Quepueden reivindicar una forma de oroxiniidad con
~~~ ~~ ~ ~ ~
dadera del "pueblon?A riesgo de dar a losfariseos de la "causa del pue-
los domiñados ciloc;rse como poseedores de una suer¿e de derecho de blo" alguna ocasión de afirmar sus buenos sentimientos condenando
precedencia sobre el pueblo, y, por ende, de una misión exclusivu, al este atentado iconoclasta contra la imaginería populista, dir6 que na-
mismo tiempoque deinstaurar en norma universal los modos de pen- da es menos seguro. Se lo ve hien cuando los campesinos, en quienes
samiento y de expresión que le fueron impuestos por condiciones de la tradición "revolucionnria conservadora" h a querido siempre ver la
.
adauisición poco favorables al refinamiento intelectual:,oero es tnm-
bibñ lo que les permite asumir o reivindicar todo lo Quelos separa de
encamaci6ndeloautbntico,despachan con todibuenofelas expresio-
nes literarias desgastndas de las redacciones de escuela primaria o de
sus competidores al mismo tiempo que enmascarar-y en primer ter- la vulrrataruralistn, paleo o neoecológica, que les fue trasmitida e in-
mino ante ellos mismos-el corte con "el oueblo"aue está inscrito en c u l c a ~ a p oel
r trabajo de variasgeneruciones de intermediarios cultu-
el acceso al rol de portavoz. rales, maestros, curas, educadores, J.A.C., etc. y que, si se hace su ge-
En ese caso como en todos los otros, la relación con los orígenes nealoma. se remonta hastn esa categoría muy particular de autores
es vivida de manera demasiado visceral-v dramótica- oara a u e se quefricuentan los manuales de escuela primaria, novelistasregiona.
pueda describir esta estrategia como el resultado de un cájculo chico. listas. ooetasmenores.a menudo Ilegndosn lacelebración del"puebloU
En realidad, el ~ r i n c i ~dei olasdiferentes maneras de situarsecon re- y de las virtudes 'pop~lares" por sÜincapacidad (a menudo imputa-
laci6n al " p ~ e b i ~ "trátese
, del obrerismo populista o del humor vol- ble a orígenes "populares" o pequeiioburyeses) de triunfar en los
kisch del "revolucionario conservador" y de todos los "derechos popu- gbneros mayores. Y lo mismo vale para el discurso obrero, aun si, por
lares", reside todavía y siempre en la lógica de la lucha en el seno del intermediodel sindicalista o de la escuelade partido, debe más nMarx
campo de los especialistas, es decir, en este caso, en esa forma muy o a Zola aue a Jean Aicard. Ernest Perrochon, Lean Richepin o Fran-
particular de antiintelectualismo que inspira a veces a losintelectua- cois copie. Para comprender ese discurso, que el registro populista
les de primera generación el horror del estilo de vida artista (Proud- (destinado oor el triunfo de la literatura al mametófono v a la moda
hon, Pareto y muchos otros denuncia la "pomocracia") y del juego de las historias de vida) constituye en sustanciñ última, es necesario
intelectual, de lejos idealizado, que puede i r hastn el odio revanchis- volver a captar todo el sistema de relaciones del cual es producto, to-
t a de. todos los Hussonnet jdanovianos cuando se nutre del resen- do el coniuntode lascondiciones socialesde producción de los produc-
timiento suscitado por la quiebra de las empresas intelectuales o el tores de[ discurso (en particular, la escuelaprimaria) y del discurso
fracaso en la integración al grupo intelectual dominante (puede pen- mismo, por lo tanto todo el campo de producción del discurso sobre el
sarse aquí en el caso de CBline). "pueblo", especialmente las regiones dominadas del canipo literario y
(le1 campo politico. Y volvenios asi a encontrarnos en el punto de par- dominados, y no se sale de ella. En realidad, seriamás complicado to-
tida, muy lejos en todo caso del "pueblo" tal como lo concibe la iniagi- davía, pero creo que es bastante para confundir un poco lascategorias
nación populista. simples,especialmentelaoposicióndelaresistenciay lasumisión,con
En suma, la"cu1tura popular", es el tintero ...las categorias inis- las cuales se piensan generalmente estas cuestiones. La resistencia se
mas que se emplean para pensarla. las cuestioiies que se le plantean, sitúa en terrenos muy distintos del de la cultura en sentido estricto,
son inadecuadas. Más que hablar en general sobre la "cultura popu- donde ella no es nunca la verdad de los más desposeídos, como lo tes-
lar". tomar6 el ejemplo de lo que se llnma la "lengua - ~~
popular". Aque- timonian todas las formas de"contracultura", que, podría mostrarlo,
llos que se rebelan contra los efectos de dominación que se ejercen a suponen siempre un cierto capital cultural. Y toma las formas m6s
través del empleo de In l e n w a legítimaarriban a menudo nuna suer- inesperadas, hasta el punto de resultar más omenosinvisibleparaun
te de inversión de l a r e l a c i ~ nde fÜena simbólica y creen hacer bien al ojo cultivado.
consagrar como tal la len y a dominada, por ejemplo en su formamás
autónoma, es decir el argot. Estainversión de lasventajas y los incon-
venientes, que se observa también en materia de cultura cuando se
hablade"cultura popular", es también un efecto de la dominación. Es
paradójico en efecto definir la l e n y a dominada con relación a la len-
y a dominante que no se define ella misma niás que por referencia a
la l e n y a dominada. No hay en efecto otra definición de la len y a le-
gítinin, sino que es rechazo de la lengua dominada, con la cual insti-
tuye una relación que es l a de la cultura con la nnturuleza: no es por
azar que se habla de palabras "crudas" o de "len y a verde". Lo que se
llama "lenmia popular", son modos de hablar aue. desde el uunto de
vista de la ¡en yadominante, aparecen como nntu;ales, salvijes, bár-
baras, vulgares. Y aquellos qae, por la preocupación de rehab~litnrla,
hablan de lengua o de cultura populares son victimns de la Iócica que
lleva a los grupos estigmatizados a reivindicar el estigma coino signo
de su identidad.
Forma distinyida -a los ojos mismos de n l y n o s de los do-
minantes- de la l e n y a "vulgar", el argot es el producto de una bús-
queda de la distinción, pero dominada, y condenada, por este hecho,
a producir efectos paradójicos, que no se pueden comprender cuando
se quiere encerrarlos en la alternativa de la resistencia o de la
sumisión que rige la reflexión ordinaria sobre la "lengua popular".
Cuando la búqueda dominada de la distinción lleva a los doniinados
a afirmarloquelosdistinye,es decir esomismoennombrede lo cunl
ellos son dominados y constituidos como vulgares, ¿hay que hablar de
resistencia? Dicho de otro modo, si, para resistir, no tengo otro recur-
so que reivindicar eso en nombre de lo cual soy dominado, jse trata de
resistencia? Segunda pregunta: cuando, a la inversa, los dominados
trabajan para perder lo que los señala como "vulgares" y para apro-
piarse de eso con relación a lo cunl aparecen como vulgares (por ejem-
plo, en Francia, el acento parisiense), jes sumisión? Pienso que es una
contradicción insoluble: esta contradicción, que está inscrita en la
lógica misma de la dominación simbólica, no quieren admitirla las
personas que hablan de "cultura popular". La resistencia puede ser
alienante y la sumisión puede ser liberadora. Tal es la paradoja de los
sentante existe, porque representa (acción simb6lica), el p u p o repre-
sentado. simbolizado. existe v hace existir a su vez a s u representan-
te como ;epresentan<e de ungrupo. Se ve en esta relación circular la
raíz delailusión quehaceque, en ellímite, el portavoz puedaaparecer
-
v" aparecerse como causa sui, puesto que es la causa de lo que produ-
La delegación ce su poder, puesto que el grioo que le otorga sus poderes no existiría
-o. en todo caso. no existiría plenamente, en tanto que . grupo
- - repre-
y el fetichismo político sentado- si no estuviase allí para encarnarlo.
Esta suerte de círculo original de la representaci6n h a sido
ocultado: se lo h a reemplazado por multitud de cuestiones, de las cua-
les la más común es la cuestión de la toma de conciencia. Se h a ocul-
La delegaci6n por la cual una persona de poder, como se dice, a tado la cuesti6n del fetichismo politico y el proceso al termino del cual
otra persona, la transferencia de poder por la cual un mandante al1- los individuos s e constituyen (o son constituidos) en tanto grupo pero
toriza a uii mandatario para firmar en sulugar, para actuar eii s u lu- perdiendo el control sobre~elgrupoeny por elcualseconstituyen. Hay
gar, para hablar en su lugar, le da una procuración, es decir la plena una suerte de antinomia inherente a los politico que obedece al hecho
potentia agendi, el pleno poder de actuar por ella, es un acto comple- de que los iiidividuos-y tantomás cuanto más desprovistos est6n-
jo que merece ser reflexionado. El plenipotenciario, ministro, manda- nooueden constituirse (oserconstituidos) en tantomupo, es decir en
tario, delegado, portavoz, diputado, parlamentario, es una persona tan'to fuerza capaz de hacerse oír y de hablar y de &r escuchada, si-
que tiene una mandato, una comisi6n o una procuraci6n para repre- no desposey6ndose en provecho de un portavoz. E s necesario siempre
sentar -palabra extraordinariamente polis6mica-. es decir Dara arriestrar la alienaci6n ~ o l i t i c apara escapar a la alienación política.
hacer very hacer valer los intereses de una persona o de un (En realidad, esta antinomia noexiste redmente sino para los domi-
Pe-
ro si es cierto que delegar es encarcara almiende una función. de una -
nados. Se oodría.. nara simolificar. decir que los dominantes existen
misi6n, transmiti6ndóle su poder;hay preguntar c6mo piede ser siempre, mientras que 10s dominados no existen más que si s e movi-
que el mandatario pueda tener poder sobreaquel que le d a poder. lizan o se dotan de instrumentos de representaci6n. Salvo quizás en
Cuando el acto de delegaci6n está cumplido por una sola persona en los ~ e r i o d o de
s restauración que siguen a l a s grandes crisis, los domi-
favor de una sola persona, las cosas son relativamente claras. Pero nañtes tienen interes en dejÜr hacér, en las estrategias independien-
cuando una sola persona es depositaria de los uoderes de una cantidad tes v aisladas de agentes a auienes les basta con ser razonables para
~-
de >ersonas, puede ser invesiida de un poder que trasciende a cada ;er;acionales y reproducir el orden establecido).
uno de sus mandantes. Y, al mismo tiempo, puede ser de alguna ma- El trabajo de delegaci6n, al ser olvidado e ignorado, se va.ilve el
nera una encarnación de esta especie de trascendencia de lo social aue principio de la alienación política. Losmandatarios y losministros, en
los durkheimianos han mencionado a menudo. el sentido de ministros del culto o de ministros del Estado, son, según
Pero esto no es todo, y la relación de delegaci6n corre el ries- la fórmula deMarxaprop6sito delfetichismo, esos"productosde la ca-
go de disimular la verdad de la relaci6n de representación y la para- beza del hombre que aparecen como dotados de una vida propia". Los
doja de las situaciones en las que u n grupo no puede existir sino por fetiches políticos son personas, cosas, seres, que parecen no deber sino
la delegación en una persona singular -el secretario general, el Pa- a ellos mismos una existencia que los agentes sociales les han dado;
pa, etc.- que puede actuar como persona moral, es decir como susti- 13s mandantes adoran a su propia criatura. La idolatría política rcsi-
tuto delgrupo. En todos estos casos, según laecuaci6n que establecian --.
de urecisamente en el hecho de aue el valor que est6 en el personaje
las canonistas -la Iglesia, es el Papa-, en apariencia, el grupo hace politico, ese producto de la cabeza del hombre, aparece como una mis-
al hombre que habla en su lugar, en su nombre - e s el pensamiento teriosa propiedad objetiva de la persona, un encanto, un carisma; el
en t6rminosdedelegación-, mientrasqueen realidad escasi tan ver- ministerium aparece comomysterium. Aquinuevamente podría citar
dadero decir que es el portavoz quien hace el grupo. Porque el repre- a Marx, cungrano salis, seguramente, porque c,;i toda evidencia sus
anílisis del fetichisiiio no apuntan (y con motivo) al fetichismo políti-
co. Marx decía, en ei mismo pasaje celebre: "El valor no lleva escrito
le Comunicaci6n presentadn por la Asociaci6n de estudiantes pmtestontes de Pn
rls, e1 7 de junio de 1983, y pubiicadn en Acles de la recherche en sciencas sociales, 62- enlafrentelc que es". Definici6nmismadelcarisma,esasuerte de po-
63. junio de 1984. der que parece ser para sí mismo s, propio principio.
Así, Indelegnci6n eselacto por el cualungrupo se hacealdotarse no sena sino ooraue imornn a nieiiudo las cuestiones a las cuales el
deese coniunto decosas aue hacen los muvos. es decir unnDermanen- mandatario d~be~áre~ponder,confianen61. Enla tradición medieval,
cia y un bÜr6 en todos los sentidos del t6rmino, y ante esta fe de los mandatarios aue confían en la institución se llamaba fi-
todo en el sentido de modo de oreanización burocrótica. con sello. si. des irnr>licita. Ex~resiónmknífica que se puede transponer muy id-
gla, firma, delecacidn de firma,-timbre oficial, etc. EI'LTUDO exice cilmeite a la polftica. Cuan6 mds desposeídas son laspersonas~cul-
éuando se ha dotado de un órgono permanente de repris~ntanción turalmente sobre todo. mds oblicadns e inclinadas están a confiar en
dotado de la plennuotentia aaendi v del siaillum ounthenticum. oor los mandatarios para tener una-palabra política.
lo tanto capaz de süstituir (hablar por, es Kablar en lugar de) al'&- En realidad, los individuos en estado aislado. silenciosos, sin pa-
po serial, hecho de individuos separados y aislados, en renovacióh labra, que no tienen ni la capacidad ni el poder de hacerse escuchar,
constante, no pudiendo actuar y hablar sino por ellos mismos. Segun- dehacerseoír, soncolocadosantelaaltemativadecallarseodeserha-
do acto de delegación, que esmuchomás escondidoy sobre el cual ten- blados.
dr6 que volver, es el ncto por el cual la realidad social así constituida, En el caso límite de los grupos dominados, el acto de simboliza-
el partido, la Iglesia, etc., mandatará a un individuo. Empleo la pala- ci6n por el cual se constituye el portavoz, la constituci6n del "movi-
bra matidato burocrdtico con propósito deliberado, será el secretario miento", es contemporáneo de la constituci6n del grupo; el signo hace
-buróvamuy bien con secretario-, sera elministro, el secretarioge- la cosa significada, el significante se identifica con la cosa significada
neral, ete6tera. Ya no es el mandante quien designa su delegado, sino queno existiría sin 61, que se reduce a61. El simificnnteno es solamen-
la oficina quien mandata a un plenipotenciario. Explorar6 esta espe- te aquel queexpresay representa algrupo sibificado; es lo que 61 sig.
cie de caja negra: primeramente, el pasaje de los sujetos atomisticos nificaexistir. loaue tieneel ~ o d e r d llamara
e laexistencia visible. mo-
al bur6, en segundo lugar, el pasnje del buró al secretario. Para nnali- vilizándolo, a1 grupo que significa. Es el único que, bajo ciertns cóndi-
zar estos dos mecanismos, tenemos un paradigma que es el de la Iglc- ciones, alusar del poder que le confierela delegación, puede movilizar
sia. La Iglesia, y a travbs de ella cada uno de sus miembros, posee el al grupo: es la manifestaci6n. Cuando dice: "Voy a mostrarles que soy
"monopoliode lamanipulación legítimade los bienesde salvaciQn".La representativo, presentdndoles a las personns~querepresento" (es el
delegación, eii este caso. es el ncto por el cual la Iglesia (y no los sim- eterno debate sobre el número de manifestantes), el portavoz mani-
ples fieles) delega al ministro el poder de actuar en su lugar. fiesta sulegitimidadal manifestar a aquellos que 1'0 delegan. Pero tie-
.¿En qu6 consiste el misterio del ministerio? El mandatario se ne ese poder de manifestar a los manifestantes porque es, en cierto
vuelve, por la delegación inconsciente -hago como si fuese incons- modo, el grupo que manifiesta.
ciente, por las necesidades de la exposición, por un artefacto análogo Dichode otra manera, se puedemostrarloigualmente bien delos
a la idea de contrato social-, capaz de actunr en sustituto del grupo cuadros. como lo hizo Luc Boltanski. aue del ~roletariado.o delos oro-
de sus mandantes. Dicho de otro modo, el mandatario está de alguna fesores, én muchos casos, parasalirde la exiStencin que ~ a r t r llama-
e
manera en una relaci6n de metonimia con el grupo, es una parte del ba serial paraacceder alaexistenciacolectiva,nohay otrocaminoque
grupo que puede funcionar en tanto que signo en el lugar de la tota- pasar por el portavoz. La objetivaci6n en un "movimiento", una "orga-
lidad del grupo. Puede funcionar en tanto que signo pasivo, objetivo, nización", esloqueporunafictiojuris típica de lamagia social, permi-
que significa,manifiestaIaexistencia de susmandantes, en tanto que te una simple collectiopersonarumplurium existir como una persona
representante, en tanto que grupo iii effigie (decir que la C.G.T fue moral, como un agente social.
recibida en el Elíseo, es decir que el signo fue recibido en el lugar de Usar6 un ejemplo tomado de la política más cotidiana, la mas or-
la cosa significada). Pero, ademds, es un signo que habla, que, en tan- dinaria, la que tenemos a la vista todos los días. Eso para hacerme
to portavoz, puededecir loquees, loquehace,lo que representa, lo que comprender pero tambi6n a riesgo de ser demasiado fdcilmente com-
61 se representa representar. Y cuando se dice que "la C.G.T. fue re- prendido, de esa semicomprensión común que es el obstáculo princi-
cibidaen el Elíseo", se quiere decir que el conjunto de los miembros de pal para la comprensi6n verdadera. Lo difícil, en sociolo~a.es Ileear
la organizaci6n fueron expresados de dos maneras: en el hecho de la a pensar de modo completamente extrañado, desconcertado, cocas
manifestnci6n. de la ~resencinde los representantes. v eventualmen- que se había creído comorender desde siemore. Por esta raz6n es ne-
te, en el discursodel ;epresentnnte. Y, al mismo tiempo, seve bien c6- cesario aveces comenza; por lo más difícil para comprender verdnde-
mo la ~osibilidadde desviación estd inscrita en el hecho mismo de In
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ramente lo más fdcil. Vov a mi eiemolo: durante los acontecimientos
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delegación. En la medida en que, en lamayor parte de los hecho de de- demayode1968, sevio s¿rgir a ; n ~ . Bayet que, alolargodelasujor-
legaci6n. los mandantes hacen un cheque en blanco n su mandatario, nadas", no ces6 de expresar a los catedr6ticos en tanto que presiden-

160 161
te de la Sociedad de catedráticos, sociedad que, por lo menos en esa
Bpoca, no tenía prtícticamente base. Tenemos allí un caso de usur- sin duda lo que hace que todos los miembros influyentes de los parti-
pación típica, con un personaje que hace creer (¿a quibn? por lo menos dos tengan un aire de familia. Hay una suerte de mala fe estructural
a la prensa que no reconoce y no conoce sino a portavoces, destinan- del mandatario que, para apropiarse de la autoridad del grupo, debe
do a los otros a las "opinioneslibres") que tiene "detrtís de 61" un grupo identificarse con elgrupo,reducirsealgnipo queloautoriza. Peroqui-
por el hecho de que puede hablar en su nombre, en tanto que siera ciiar a Kant que, en La religión en los llmites de lasimple razdn ",
moral, sin ser desmentido por nadie (se tocan aquí los límites: puede sefíala que una Iglesia que estuviese fundada en la fe incondicionada,
estar h n t o mtís al abrigo del desmentido cuando menos adheientes y no en una fe racional, no tendríaUservidores"(ministri) sino "funcio-
tiene. al manifestar la ausencia de desmentido. en realidad la ausen- narios de alto grado que ordenan (oficiales)y que, aun cuando no apa-
cia dé adherentes). iQu6 se puede hacer con 4 hombre como ese? Se recen en todo el brillo de la jerarquía" como en la iglesia protestante,
puede protestar públicame&, se puede iniciar una demanda. Cuan- y "se erigen en palabras contra tal pretensión, quieren por lo menos
do los miembros del partido comunista quieren desembarazarse de su ser considerados como los únicos exbzetas autorizados de las Escritu-
~ ~

comit6, son enviados al serial, a la recurrencia, al estatuto de indivi- ras sagradas" y transforman así 'eiservicio de la Iglesia (ministe-
duos aislados que deben dotarse de un portavoz, de una oficina, de un rium) en una dominación de sus miembros (imperium), si bien, para
grupo para desembarazarse del portavoz, de la oficina, del grupo (es disimularestausurpaci6n,sesirven del titulomodestodeservidores".
lo que la mayor parte de los movimientos, y en particular los movi- El misterio del ministerio no actúa sino a condición de que el minis-
mientos socialistas, denunciaron siempre como el pecado capital, el tro disimule su usurpaci6n, y el imperium que ella le confiere, afir-
"fraccionismo"). Dicho de otromodo, ¿qu6 se puede hacer para comba- mhndose como simple y humilde ministro. La desviaci6n en provecho
tir la usuroación de los ~ortavocesautorizados? Existen. seeuramen- de la persona de las de la posición no es posible sino por
te, las respuestas indiGduales contra todas las formas d e aplasta- la razón de aue disimula: es la definición misma del poder simb6lico.
mientopor lo colectivo,exit and voice, como dice Albert Hirschman, la Un poder sihbdlico es un poder que supone el reconocimiento, es de-
salida ola protesta. Pero semede tambibn fundar otra sociedad. Si se cir el desconocimiento de la violencia que se ejerce a trav6s de 81. Por
dirigen a ros diarios de la ipoca, verán que, hacia el 20 de mayo de lo tanto, laviolencia simbólicadel ministro no puede ejercerse sino con
1968, se vio aparecer otra Sociedad de catedráticos con un secretario esa suerte de complicidad que le otorgan, por el efecto del desconoci-
general, un sello, una oficina, etc6tera. No se sale de eso. miento que alienta la denegaci6n, aquellos sobre quienes esta violen-
Por lo tanto, esta suerte de acto originario de constitución, en el cia se ejerce.
doble sentido, filosófico y político, que representa la delegación, es un Nietzsche dice muy bien esto enE1Anticristo, que es menos una
acto de magia que permite hacer existir lo que no era sino una colec- crítica del cristianismoque una critica del mandatario, del delegado,
al
-. ser
..-el-~ ministro del culto católico la encarnación del mandatario:
ción de personas plurales, una serie de individuos yuxtapuestos, ba-
jo la forma de una persona ficticia, una corporaci6n, un cuerpo, un razón por la cual se las toma obsesivamente en ese libro con el sacer-
cuerpo místico encarnado en uno (o mtís) cuerpos biol6gico (S),Corpus dote y la hipocresía sacerdotal y con las estrategias por las cuales el
corporatum in corpore corporato. mandatario se absolutiza, se autoconsagra. Primer procedimiento
que puede emplear elministro, el queconsiste en hacerce aparecer co-
mo necesario. Kantmencionaba ya la invocaci6n de la necesidad de la
La autcmnsagraci6n del mandatario ex6~esis,de lalecturalegítima. Nietzsche la designa netamente: "Es-
tos ~ v a n ~ e l i ono
s ,se pueden leer con demasiada pmdencia, tienen su
dificultad detrás de cada palabran. Lo que sugiere Nietzsche es que,
Habiendo mostrado cómo la usurpaci6n esta en estado potencial paraautoconsagrarse como interprete necesario, el intermediario de-
en la delegación, cómo el hecho de hablar por - e s decir en favor y en be oroducir la n e c e d a d de su ~ r o ~producto.
io Y. para esto, es nece-
nombre de alguien-implica la propensi6n de hablar en su lugar, qui- iahoqueproduzca la dificultadque s&á el único &poder resolver. El
siera mencionar las estrategias universales por las cuales el manda- mandatario opera así -cito todavía a Nietzsche- una utransforma-
tario tiende a autoconsagrase. Para poder identificarse con el grupo y ción de sí en sagrado". Para hacer sentir su necesidad, el manhdtario
decir "yo soy el grupon, Yyo soy, luego el grupo es", el mandatario de- recurre tambibn a la estrategia de la "devoción impersonal". "Nada es
be de algunamanera anularse en el grupo, entregar su persona al grn- más profundamente, íntimamente minoso que el "deber impersonal",
po, cla:iiar y proclamar: "No existo sino por el grupo". La usurpación
del mandatario es necesariamente modesta, supone la modestia. Es l7 Vrin, 1979, pAg. 211-218. ,

163
el sacrificio ante el Moloch de la abstracci6n". El mandatario es el que de reprimenda, de culpabilización, que es una de las ventajas del mi-
se asigna tareas sagradas: "En casi todos los pueblos, el fi16sofo no es litante.
sino la prolongaci6n del tipo sacerdotal, y esta herencia del sacerdo- En suma, el efecto de ordculo es uno de esos fenómenosque tene-
te, pagarse en falsa moneda, no nos sorprenderá más. Cuando se tie- mos la ilusi6n de comprender demasiado rópido -todos hemos oído
nen tareas sagradas, la de enmendar, de salvar, de redimir al hombre, hablar de la Pitia, de los sacerdotes que interpretan el discurso ora-
C..) jno se salva uno mismo por una tarea parecida?". cular- y no sabemos reconocerlo en el conjunto de las situaciones en
Estas estrategias del sacerdociotienen todas porfundamento la lascualesalguien habla en nombredealgunacosa quehace existirpor
mala fe, en el sentido sartreano del termino, la mentira a sí mis- su discurso mismo. Toda una serie de efectos simbólicos que se ejer-
mo, la "mentira samada por la cual el sacerdote decide sobre el valor cen todos los días en la política reposan en esta suerte de ventriloquia
de las cosas diciendo que ion absolutamente buenas las cosas que son usurpadora consistenteen hacerhablaraaquellosen nombre de quie-
. .
buenas para 81: el sacerdote. dice Nietzsche. es aauel aue llama Dios
a supropiavoluntad"(sepo&íadecirasimis~o: el hombre políticolla-
nes se habla, en hacer hablar a aquellos en nombre de quienes se tie-
ne el derecho de hablar, a hacer hablar al pueblo en nombre de quien
ma pueblo, opinión, nación, a su propia voluntad). Cito de nuevo a se está autorizado a hablar. Es muy raro que, cuando un hombre po-
Nietzsche:"La ley, la voluntad de Dios, el libro sagrado, lainspiración lítico dice "el pueblo, las clases populares, las masas populares", etc.,
-otras tantas palabras para designar las condiciones según las cua- no haga el efecto de oráculo, es decir el golpe queconsiste en producir
les el sacerdote accede al poder, con las cuales mantiene su poder- alavez el mensaje y el desciframientodelmensaje, enhacer creer que
esos conceptos estón en la base de todas las organizaciones sacerdo- "yo es otro", que el portavoz, simple sustituto simb6lico del pueblo, es
tales, de todas las fonnas de dominación sacerdotal, o más bien filos6- verdaderamente el pueblo en el sentido en que todo lo que dice es la
fico-sacerdotales".Lo que quiere decir Nietzsche es que los delegados verdad Y la vida del pueblo.
vuelven a ellos los valores universales, se apropian de los valores, Lausurpaci6n que reside en el hecho de afirmarse comocapazde
"requisan la moral", y acaparan por lo tanto las nociones de Dios, de hablarUennombredel'es loaueautorizael oasaiedel indicativoalim-
Verdad, de Sabiduría, de Pueblo, de Mensaje, de Libertad, etc. Hacen perativo. Si yo, Pierre ~ o u i d i e uAtomo
, siñguiar, en estado aislado,
de ellos sin6nimos de ¿qu6? De ellos mismos. "Soy la Verdad". Se ha- que no hablo sino por mí, digo: hay que hacer esto o eso, derribar al
cen sagrados, se consagran y, al mismo tiempo, trazan el limite entre gobierno, rechazar los cohetes Pershing, - ¿quien
.~ me seguirá? Pero, si
ellos y los simples profanos; se vuelven así, como dice Nietzsche, "la estoy colocado en condiciones estatutarias tales que piedo aparecen
medida de todas las cosas". como hablando "el nombre de las masas populares". o afortiori "en
Lafunci6n de la humildadsacerdotal sevemejoren lo que yolla- nombre de las masas populares y de la Cieneia, del socialismo cienti-
maría el efecto de ordculo, gracias al cual el portavoz hace hablar al fico", eso cambia todo. El pasaje del indicativo al imperativo -los
grupo en nombre del cual habla, hablando asícon todalaautoridad de durkheimianos, que trataban de fundar una moral sobre la ciencia de
este ausenteinasible:anulándose completamente en provechode Dios las costumbres lo habían sentidomuy bien-supone el pasaje de loin-
o del Puebloel sacerdociose hace Dioso Pueblo. Cuando me vuelvo Na- dividual a los colectivo, principio de toda coacción reconocida o reco-
da -y porque soy capaz de volverme Nada, de anularme, de olvidar- nocible. El efecto de oráculo, forma límite de la "performatividad ",es
me, de sacrificarme, de consagrarme- me vuelvo Todo, no soy nada lo que permite al portavoz autorizado autorizarse por el grupo que lo
más que el mandatario de Dios o del Pueblo, Dero eso en nombre de lo autoriza para ejercer una coacción reconocida, una violencia simbóli-
que habloes todo, y aeste titulo soy todo. El efectode ordculo es un ver- ca, sobre'cada uno de los miembros aislados del grupo. Si soy lo colec-
dadero desdoblamiento de la ocrsonalidad: la oersona individual. el tivo hecho hombre, el y p o hecho hombre, y si este y p o es el gni-
yo, se anula en provecho de una personamoral'trascendente nire- re- podequeustedformaparte,quelodefine,que ledaunaidentidad,que
go mi personaa Francia"). La condici6n del acceso al sacerdocio es una hace oue usted sea verdaderamente un orofesor. verdhderamente un
verjaderametanoia. una conversión: el individuo ordinnrio debe mo- protes'tante, verdaderamenteun católico, etc,nohay ciertamentemás
rir para que advengá la persona mord. Mueres y te vuelves una ins- que obedecer. El efecto de oráculo, es la explotaci6n de la trascenden-
tituci6n (es lo que hacen los ritos de institución). Paradójicamente, cia del muoo con relaci6n al individuo sineular ouerada oor un indi-
aquellosque se han hechonadaparavblverse todo pueden invertir los viduo que efectivamente es de un cierto modo ei grupo; aunque no
terminos de la relaci6n y reprochar a aquellos que no son sino ellos fuese sino por que nadie puede levantarse para decir "Tú no eres el
mismos, que no hablan sino por sí mismos, no ser nada ni en los he- grupo", salvo fundando otro grupo y hacihdose reconocer como man-
chos ni en derechos (por ser incapaces de devoción, etc). Es el derecho datario de ese nuevo g~upo.
Estaparadoia delamonopolización delaverdadcolectiva está en iios políticos, del yo jdanoviano para Ilaniailo por su nombre, es decir
el principio de todo efecto de imposición simbólica: soy el grupo, es de- pequeñoburgués intelectual de segundo orden, que quiere hacer rei-
cir la coacción colectiva. la coacción de lo colectivo sobre cadii uno de nnr el orden, sobre todo en los intelectuales (le primer orden, y que se
'sus miembros, soy lo coiectivo hecho hombre y, al mismo tiempo, soy universaliza instituyéndose en pueblo. Y un andlisis elemental del
el que manipula al grupo en nombre del grupo mismo; me auto- realismo socialista haría ver que no hay nada de popular en eso que
rizo en el gmpo que me autoriza para coaccionar al grupo. (La violen- es en realidad un formalismo o aun un academicismo, fundado sobre
ciainscrik en elefecto de orzículo no se hace sentir nuica tanto como una iconografía nlegórica muy abstracta, el Trabnjador, etc. (aun si
enlas situacionesde asamblea. situaciones típicamente eclesiásticas, este arte parece responder, muy superficialmente, a la demanda po-
donde los portavoces normalmente autorizados y, en situación de cri: pular de realismo). Lo que se expresa en este arte formalista y peque-
sis, los portavoces profesionales que se autorizan, pueden hablar en ñoburgués -que, lejos de expresar al pueblo, encierra la denegación
nombre de todo el grupo reunido: se siente en la imposibilidad casi fi- del pueblo, bajo la forma de ese "puebio" de torso desnudo. musculo-
sicade producir una palabradivergente, disidente, contrala unanimi- so, bronceado, optimistn, vuelto hacia el porvenir, etc.- es la filoso-
dad forzada aue producen el monopolio de la palabra Y las técnicas de fia social, el ideal inconsciente de una pequeña bur~uesíade hombres
unanimización &mo losvotoscon iamanoleiahtadaó por aclamación de aparato que traiciona su miedo real del pueblo real identificándo-
de mociones manipuladas). se con un pueblo idealizado, antorcha en mano, antorcha de la Huma-
Sería necesario hacer un anzílisis lingüístico de ese doble juego nidad ... Se podría hacer la misma demostración a propósito de la
4y o - y de las estrategias retóricas por las cuales se expresa la ma- "cultura popular", etcétera. Son casos típicos de sustitución de sujeto.
la fe estructural del portavoz, especialmente con el pasaje perma- El sacerdocio -Y es eso lo que . aueria
. decir Nietzsche. sacerdote,
nente del nosotros al yo. En el dominio simbólico los golpes de fuerza Iglesia, persona; influyentes de partido de todos los paises, sustituye
se traducen oor "eol~esde forma" -v sólo con la condición de saber- por su propia visión del mundo (deformada uor su ~rooialibidodomi-
lo se puede h'aceraeianálisis lingüis6co un instrumento de critica po- nandi j la-del y p o del cual sepresume q;e es la expresión. Se sir-
lítica, y de la retórica una ciencia de los poderes simbólicos. Cuando ve hoy del pueblo como en otros tiempos se servía de Dios, para arre-
un miembroinfluventede~artidoauieredarunaolpe defuerzasimbó- glar cuentas entre clérigos.
iico, pasa del yo a1 nosotros. No d&e "Pienso que ustedes, soci6logos,
deben estudiar a los obreros, dice: "pensamos que deben"... "La La homología y los efectos de desconocimientos
demanda social exige que...". Por lo tanto el yo del mandatario, el in-
terés particular del mandatario, debe esconderse detrds del interés Pero hay que preguntarse ahora cómo todas esas estrategias de
profesado por el grupo, y el mandatario debe "universalizar su interés doblejuego, o yo, puedenfuncionar apesar de todo: ¿cómo esque el do-
particular", como decía Marx, a fin de hacerlo pasar por interés del ble juegode mandatario no se denuncia por sí mismo? Lo que hay que
grupo. MASgeneralmente, eluso de un lenguajeabstracto, de las gran- comprender. es eso que constituve el corazón del misterio del minis-
des palabras abstractas de la retóricapolltica, el verbalismo de la vir- terio, es decir, la "impostura legítima". No se trata en efecto de salir
tudabstracta que, como bien lo vio Hegel, engendra el fanatismo y el de larepresentacióningenuadel mandatario devoto, del militante de-
terrorismo jacobino (hay que leer la terrible fraseologia de la corres- sinteresado, del dirigente pleno de abnegación, para caer en la visión
pondencia de Robespierre), todo eso participa de la lógica del "doble cinicadel mandatariocomo usurpador conscientey organizado-esla
yo" que funda la usurpaci6n subjetiva y objetivamente legítima del visión siglo XViiI, a lo Helvetius y de Holbach, del sacerdote, visión
mandatario. muy ingenua, en s u lucidez aparente. La impostura legitima no se lo-
Quisiera tomar el eiemolo del debate sobre el arte popular. (Es- gra sino porque el usurpador no es un calculador cínico, que engaña
toy unpoco inquieto porla cornunicabilidad de lo que digo; eso debe conscientemente al pueblo, sino alguien que se toma con toda buena
sentirseen ladificultadparacomunicar.)Conocenel debaterecurren- fe por otra cosa de la que es.
te obree el arte popular. elarte proletario. el realismosocialista. lacul- Uno de los mecanismos que hacen que la usurpación y el dpble
tura popular, etc.; debate típicamente teológicoen el cual la soc~iología juego funcionen, si puedo decirlo, con toda inocencia, con la mAs per-
no puede entrar sin caer en la trampa. ¿Por qub? Porque es el terreno fecta sinceridad, es que en muchos casos, los intereses del mandata-
por excelencia del efecto de orzículo que he descrito hace un momen- rio y los intereses de los mandantes coinciden en gran medida, de
to. Lo que se llama, por ejemplo, el realismo socialista es de hecho el modo que el mandatario puede creer que 61no tieneinteresesfuera de
productn típico de esta sustitución del yo particular de los mandata- aquellos de sus mandantes. Para explicar eso, estoy obligado a hacer
un rodeo por un andlisis un poco complicado. Hay un campo político Hav muchos casos conio este.. en aue . los mandnntes v los man-
(comohay un espacio religioso, artístico, elc.), es decir, ununiversoau- datario~losclientesy los productores, estdn en una relaci6Íi de horno.
tónomo, un espacio de juego en el cual se juega un juego que tiene sus logia estructural. Esel caso del campo inteleciual. del campodel pei'io.
reglas propias; y las personas que están comprometidas en el tienen, dismo: siendo el oeriodista del Nouuel 0 6 s al periodista del I.'ix(ir<iri~
lo
por ese hecho, intereses específicos, intereses que están definidos por que el lector del ~ o u u e 0l 6 s es al lector del &aro, cuando se da el
¡a lógica del j"egoy no porsus mandantes. Este espacio politico tiene gusto dearreglar sus cuentas con el periodista delFiguro, le da el y s -
una izauierda. una derecha. con los portavoces de los dominantesy los to al lector del Nouuel Obs sin buscar directamente agradarle. Es un
portavoces de los dominados; el espacio social tiene tambien sus domi- mecanismo muy simple pero que desmiente la representación ordina-
nantes, sus dominad os;^ estos dos espaciosse corrresponden. IIay ho- riadela acción ideoló~cacomoservicio oservilismointeresados, como
mología. Eso quiere decir quegrosso modo aquel que ocupaen eljuego sumisión interesada; una función: el periodista del Figuro no es el
politko una posición de izquierda a es a aquel que ocupa una posición maloeriodistadel e.~ i s c.o ~ a oelmucamo
do del ca~italismo.etc: esaiite
de derecha b lo aue el aue ocuoa una posición de izquierdaA es al que todo'un periodista que, según el momento, e s k obsesionado por el
ocupa unaposic~ónde derechas en eijuego social. Cuandoa tiene ga- Nouuel Obseruateur o Liberation.
nas de atacar a b para arreglar cuentas especificas, sirve sus intere-
ses específicos. definidos por la lógica específica de la competencia en
el seno del campo político~pero,almismo tiempo, sirve a A. Esta coin- Los delegados del a p a r a t o
cidencia estructural de los intereses específicos de los mandatarios y
de los intereses de los mandantes est6en el fundamento del milagro PusehastaaquíelacentoenIarelación entre mandantesy man-
-
delministerio sincero vlomado. Las personas que sirven bien a los in- datarios. Me falta examinar ahora la relación entre el cuerpo de
mandatarios, el aparato, que tiene sus intereses y, como dice Weber,
tereses de sus mandantes son p e r s k a s que se sirven sirvi6ndoles.
Si es necesario hablar deinteres, es porque esta noción tiene una sus"tendencias propias". esoecialmente la tendencia de la autoperpe-
función de ruptura:destruyelaideologíadel desinteres, queesla ide- tuación, y los mandatarios pnrticulares. Cuando el cuerpo de nlanda-
ología profesional de los d6rigos de coda especie. Laspersonas que tarios, el cuerpo sacerdotal, el partido, etc., afirma sus tendencias
e s u n en el juego religioso, intelectual, o político, tienen intereses es- propias, losintereses del aparato aventajan a los interesesdelos man-
pecíficos que, por diferentes que sean de los intereses del P.D.G. que dakrios particulares que, por este hecho, cesan de ser responsables
juega en el campo económico, no por ello son menos vitales; todos esos ante sus mandantcsparavolverse responsables antecl aparato: desde
intereses simbólicos (no perder la fachada, no perder su circunscrip- entonces, ya nopuec¡en comprenderse más las propiedades y las prdc-
ción, reducir a silencio al adversario, triunfar sobre una corriente ticas de los mandatarios sin parar por un conocimiento del aparato.
adversa. tener la presidencia. etc.) son tales, que sirviBndolos. obede- Laley fundamental delosaparatosburocráticosdice queel apa-
ci6ndolck, sucede; menudo (hay, seguramente, casos de desfisaje en rato d6 todo (y especialmente el poder sobre el aparato) a aquellos que
aue los intereses de los mandatarios entran en conflicto con los inte-
~ ~
le dan todo y'esperan todo porque no tienen nada o no son nada fue-
reses de los mandantes) que losmandatarios sirven a sus rnandantes; ra de 61;en terminosmds brutales, el aparato se adhiere más a los que
sucedeen todocaso, y muchomásamenudo de lo que podría esperarse adhieren más a 61 porque son ellos a los que controla mejor. Zinoviev,
si todo pasara al azar o según lalógica de la agregación puramente es- que comprendió muy bien estas cosas, y con razón, pero que queda en-
tadistica de los intereses individuales, que, por el hecho de la homo- cerrado en juicios de valor, dice: "El principio del Bxito de Stalin resi-
logia, los agentes que se contentan con obedecer aloque lesimpone su de en el hecho de aue es almien extraordinariamente mediocre".la
posición en e l-j u e-~ sirven,
o por eso mismo y por añadidura, a las per- Roza el enunciado de la i e y r ~ i e m p r ea propósito del "apparatchik'
sonas que s e presume queiirven. El efecto de metonimia permite la (hombre influvente del oartido). habla de"una fuerza extraordinaria-
universalización de los intereses particulares de las personas influ- mente insignfficante y.'poreso;invencible"(pá~. 307).Son muy bellas
yentes de los partidos, la atribución de los intereses del mandatario a fórmulns, pero un po&falsas, porque la intención pol6mica, que hace
los mandantes que presuntamente representa. El merito principal de su encanto, impide tomar el dato tal cual es (lo que no significaacep-
ese modelo reside en aue explica el hecho de que los mandatarios no tarlo). Laindignación moral no puedecomprender que tengandxito en
son cinicos (o mucho menosy muchomenos amenudo de loque pudie- el aparato aquellos que la institución carismhtica percibe como los
r a creerse), que son apresados en el juego y que creen verdaderamen-
te en lo que hacen. " Les h a u l e r ~ rbdmnlcs,
~ ed. Jullinrd - LzAgadhommc, pbg. 306.

168 169
más tontos, los más ordinarios, aquellos que no tienen ningún valor 1 Luego viene el permanente y las personas vienen menos. Y luego hay
propio. En realidad, tienen Bxito no porque son los más ordinarios si-
no porque no tienen nada de extraordinario, nada fuera del aparato,
nada que los autorice a tomarse libertades con respecto al aparato, a
I1 un L r 6 , que comienza a desarrollar una competencia especifica, un
lenmiaie vrovio. (Se ~ o d r i recordar
a aquí el desarrollo de la burocra-
ciaae la i"vkstigaei6ñ: están losinvest~adores,estdn los administra-
hacerse los listos. dores científicos que se presume que sirven a l o s investigadores. Los
Hay, pues, una suerte de solidaridad estructural, no accidental, investigadores no comprenden sulenguaje burocrático-"cubierta de
entre losap. ratos y ciertascategorías de personas, definidas sobre to- investigaci6n" ,"prioridad", etc.- y, en los tiempos que corren, tecno-
do negativamente, como no teniendo ninguna de las propiedades que crático -democr8tico -"demanda social". De pronto, no vienen más y
es interesante poseer en el momento considerado en el campo respec- se denuncia su ausentismo. Pero algunos investigadores quedan, los
tivo. En t6rminos más nwtros, se dirá que los aparatos consagrarán
a personas seguras. Pero seguras, ¿por qu6? Porque no tienen nada
por lo cual puedan oponerse al aparato. Es asi que en partido comu-
I que tienen tiempo. Y sabemos la continuaci6n). El permanente, como
-
su nombre lo indica. es el oue consama todo su tiempo a lo que, - para
-

losotros, es unaactividad sr-ondaria, o, por lo menos, de tiempo par-


nista franc6s de los años 50 como en la China de la "revoluci6n cultu- cial.Tiene tiempo; y tiene tienipo para 61. Está en condiciones dedisol-
ral" los jóvenes sirvieron mucho de guardianes simb6licos, de perros ver en la duración burocrática, en la repetición devoradora de tiempo
guardianes. Ahorabien, losjóvenesno representan solamente el entu- y de energía, todos los golpes de fuerza prof6ticos. es decir disconti-
siasmo, l a ingenuidad, la convicci6n, todo lo que se asocia sin pensar nuos. Es asique losmandatarios concentran un cierto poder, desar:u-
mucho en ello con la juventud; desde el punto de vista de mi modelo, llan una ideología especifica, fundada en la inversión paradójica dt la
son tambibn aquellosqiie no tienen nada; que son los recien llegados, relaci6n con losmandantes; de loscualesse condena el ausentismo, la
los que llegan al campo sin capital. Y, desde el punto de vista del apa- incompetencia, la indiferencia a los intereses colectivos, sin ver que
rato, son l i carne decañJn para combatir a los viejos que, al comen- son el producto de la concentración del poder en manos dc los perma-
zar a tener capital, sea por el partido, sea por ellos mismos, se sirven nentes. El sueñode todos los Dermanentes es un aparato sin base, sin
de ese capital para cuestionar al partido. El que no tiene nada es un ...
fieles, sin militantes Ellos Genen lapermanencia contrala disconti-
incondicional: tiene tanto menos vara ovoner cuanto aue el aoarato le nuidad; tienen la competencia específica, el lenguaje propio, una
da mucho, en i a medida de su iniondicionalidad, y de'su nada. Es asi cultura que le es propia, la cultura "apparatchik", fundada sobre
aue en los años 50 tal o cual intelectual de veinticinco años oodia te- una historia propia, la de sus pequeños asuntos (Gramsci dice esto en
Aer exoficio, por d d ~ g a c i 6 ndel aparato, públicos que únicamente los alguna parte: "tenemos debates bizantinos, conflictos de tendencias,
intelectuales más consagrados podian conseguir, pero, ellos, si puedo de corrientes, de los cuales nadie comprende nada"). A continuación,
expresarme así, a cuenta de autor. hay una tecnología social especifica: estas personas se vuelven profe-
Esta especie de ley de bronce de los aparatos se duplica en otro sion iles de la manipulación de la única situación que podría plante-
vroceso aue recordar6 muv ráddamente v aue llamaría el"efecto bu- arles problemas, es decir la confrontación con sus mandantes. Saben
;6". Me refiero al análisis que hace ~ a r c f e & o d eprocesode
l bolchevi- manipular lasasambleas generales, transformar losvotos en aclama-
znción. En la soviets de los barrios. los comites de fábricas. es decir en
~ ~ ~ ~~~ ~ ciones, etc6tera. Y además tienen la lógica social para ellos porque,
losgrupos espontáneos del comienzo delarevolución rusa,'estaba todo sería aun muy largo de demostrar, les basta no hacer nada para que
el mundo, la gente hablaba, etc. Y luego, desde que s e designaba uno las cosas marchen en el sentido de su interbs, y s u poder reside a me-
permanente, las personas comenzaban avenir menos. Con la institu- nudo en la elecci6n, entrópica, de no hacer, de no elegir.
cionalizaci6n encarnada por el permanente y el buró, todo se invier- Se habrá comprendido que el fenómeno central es esta suerte de
te: el bur6 tiende a monopolizarel poder y el número de lo participan- inversión dela tabla de valores que permite, en últimainstancia, con-
tes en las asambleas disminuve: el buróconvoca a las asambleas VIOS vertir el oportunismo en devoción militante: hay puestos, privilegios,
participantes sirven por una paite para manifestar la representátivi- personas que los toman; lejos de sentirse culpable por haber servido
dad de los representantes y por otra para ratificar sus decisiones. Los a sus intereses, dirán que no toman esos puestos para ellos, sino pa-
permanentes comienzan a reprochar a los miembros ordinarios no r a el oartido o vara l a Causa. así como invocaran, para conservarlos,
concurrir bastante a las asambleas que los reducen a esas funciones.
Estevroceso de concentraci6n del voder en manos de los manda-
tarios es una sierte de realización histirica de lo que describe el mo-
l la regla que q d e r e que no se'abandone un puesto conquistado. Y Ile-
garán aun a describir como abstensionismo odisidencia culpable la rc-
serva 6tica ante la toma de poder.
delo te6rico del procesode delegación. Las personas estánalli, hablan. Hay una suerte de autoconsagraci6n del aparato, una teodicea
del aparato. El aparato tiene siempre razón (y la autocritica de los
individuos le provee un último recurso contra el cuestionamiento del
aparato en tanto que tal). La inversión de la tabla de valores, con la
exnltaci6n jacobina del político y del sacerdocio político, hace que
la alineación política que enunciaba al comienzo deje de ser percibida
y que, al contrario la visi6n sacerdotal de la política se imponga, has- Programa
t a el punto de arrojar en la culpabilidad a aquellos que no entran en
los juegos politicos. Dicho de otro modo, se h a interiorizado tan fuer- para una sociología del deporte19
temente la representaci6n según la cual el hecho de no ser militante,
de no estar comprometido en la política, era una especie de falta de la
que era necesario eternamenteredimirse, quelaúI~marevoluci6npo-
litica, la revolución contra el clero politico, Y contra la usumacidn a u e Una parte de los obstáculos para una sociología científica del
está inscnta en estado potencial en la delegaci6n, queda scempre por deporte obedece a que los sociólogos del deporte son en cierto modo do-
hacer. blemente dominados. en el universo de los sociologos y en el universo
del deporte. Como seriamuy largo desarrollnr esta proposición u n po-
co brutal. ~roceder6.a la mnnera de los profetas, por una parábola.
Ayer noche, en una discusión con un soci6logo estadounidense
de mi amistad.
-.~~~- -~~~~
~~~ Aaron Cicourel. me entere de aue los mandes atletas
negros que, en íos ~ s t a d o s ~ n i < l son
o s , a menudo paga~osporgrandes
universidades, como la Universidad de Stnnford, viven en un especie
de ghetto dorado, en razón de que las personas de derecha no hablan
muy gustosos con los negros y que las personas de izquierda no
hablan muy y s t o s o s con los deportistas. Si se reflexiona sobre esto y
se desarrolla el paradigma, se hallará quizás allí el principio de las
dificultades particulares que encuentra la sociologia del deporte: la
desdeiian los soci6logos y la desprecian los deportistns. Lalógica de la
división social del trabajo tiende arepoducirse en la división del tra-
bajocientífico. Se tiene así por un lado personas que conocenmuy bien
el deporte de modo práctico pero que no saben hablar de él y, por el
~ t r o , ~ e r s o n a s conocen
~ue muy malel deportede modo pricticoy que
oodrian hablar deel pero desdeñanhacerlo, o lo hacen sin razón nijus-
ieza. (...)
Para que pueda constituirse una sociologia del deporte, es nece-
sario ante todo darse cuenta de que no se puede analizar un deporte
particular independientemente del conjunto de las prácticas deporti-
vas; es necesario pensar el espocio dc las prncticasdeportivas como un
sistemndelcualcadaelenie~iturecibe su valor distintivo. Dicho tleotro
modo, para comprender un deporte, cualquiera que sea, es necesario
reconocer la oposición que ocupa en el espacio de los deportes. Este
puede ser construido a partir de conjuntos de indicadores tales que,
por un lado, la distribución de los practicantes según suposicióii en el

'0 IntcrvcneiOn sntc el giupo dc ortudiosnVidn Flsicn y juegos", CEMEA. nnviem-


bro do 1980 y canlcrcnein introduetorin n\8nsimposio dcl1.C.S.S.."Dcporle,clnseir so-
ciales y subeulturo",Pnrls, julio dc 1083.
espacio social, la distribucióii de las diferentes federaciones según su cerlo, entre un deporte y una posesión social, entre In lucha o cl fútbol
número de adherentes, su riqueza, las caracteristicas sociales de sus y los obreros, el judo y los enipleatlos. Aunque no fuese sino porque se
dirigentes, etc., o, por otro, el tipo de relación con el cuerpo que favo- verificorinfficilmente que los obreros esten lejos de ser los m;ls repre-
rece o exige, segúnqueimplique un contacto directo,un cuerpoa cuer- sentadosentrc losfutbolistns. En realidad. laco~@@$enci$, quc es
po, como la lucha o el rugby, o que por el contrario excluya todo con- una verdadera homologia, se establece enti$ el espacio de las przicti.
tacto como el golf, o no lo autorice sino por pelota interpuesta como el c ~ 6 e ~ ó r ~ ~ a s ~ o ~ m ~ s . ~ ~ ~ C ides plas
P mdiferentes
e n ! e , modalidndes fi-
tenis, o por intermedio de instrumentos, como el esgrima. E s necesa- r i a ~ f ~ ~ ipráctica z ~ deios~ ddif<r6htes
~ l ~deportes, y el es-
rio a continuaci6n poner en relaci6n este espacio de los deportes con paci6de~ásposesiones~c~o&, L;asprol>iedadespertinentesderada
el espacio social que en 61 se expresa. Eso a fin de evitar los errores li- ijTh~tiEs8eooi;tiGG
r.-. --.= ~~~-~ ~ definen en la relación entre esos dos esoncios. Y
gados a la puesta en relación directa entre u n deporte y u n grupo que los cambios mismos de las prácticas no pueden comprenderse sino en
sugiere la institución ordinaria. En efecto, se siente de entrada la re- esta lógica, en la medidaen que unode los factoresque la determinan
lación privile~iadaque se establece hoy entre la lucha y los miembros es lavoluntad de mantener al nivel de las prácticas las separaciones
~ ~ ~~

de las clases populares o el aikido y la pequefin burguisia nueva. Son que existen entre las posiciones. ~a historia delas práctiLas deporti-
cosas que se comprenden inclusive demasiado rdoido. El trabaio del vasno puede ser sino una historia estructural, que tome en cuenta las
socidlo& consiste en establecer las pr~~iedades'socialmenteperti- transformaciones sistemáticas que entrañan por ejemplo la oparicidn
nentesque hacen queundeporteestBen afinidadconlosintereses,los de un deporte nuevo(los deportes californianos)~la divulgación de un
gustos, las preferencias de una categoría social determinada. Asi, co- deoorte existente. como el tenis. Parentesic: una de las dificultades
mo lo muestra bien Jean-Paul Clhment, en el caso de la lucha por dei nndlisis de las prácticas deportivas reside en el hecho de que la
ejemplo. la imoortnncia del cuerpo a cuerao. acentuada ~ olar desnu- unidad nominal (tenis, ski, fútbol) que consideran las estadisticas
a
dez de los combatientes, induce un contacto corporal áspero y direc- (comprendidas las mejores y las más recientes, como las del ministe-
to, mientras aue en el aikido el contacto es efimero. distanciado. v el rio de Asuntos culturales) enmascara una dispersidn, más o menos
combate en ei suelo inexistente. Si s e comprende ktn fácilme& el fuerte segúnlos deportes, dela manera de practicarlos, y que esta dis-
sentido de la oposición entre lalucha y el aikido, e s porque la posición persidn se acrecienta cuando el crecimiento del número de practican-
entre "tierra a tierra", "viril", "cuerpo a cuerpo", "directo", etc., y tes~ . ouede
íaue . ser efecto de la sola intensificación de la práctica de las
"a6reoV, "ligero", "distanciado", "gracioso", sobrepasa el terreno del categorías ya practicantes) se acompaña de una diversificación social
deporte y el antagonismo entre dos prácticas de combate. En suma, el de .. orncticantes. Es el casodel tenis..cuya
-.esos - unidadnominal enmas.
elemento determinante del sistema de las preferencias es aqui la re- cara Que,
. . bajo
. el mismo nombre, coexisten maneras de practicnr tan
lacióncon el cuerpo, alcompromisodel cuerpo que está asociado a una
posición social.^ a una experiencia ordinaria del mundo físico v social.
Esa relacidn con el cuerpo es solidaria de toda la relacidn conél mun-
I diferentescomo lo son, en su orden, el esqui fuera de pista, el esquide
circuito v el esaui ordinario: el tenis de los pequeños clubes municipa-
les, que>e practica en jenns y con "~didaS"cobre terrenos duros,~no
do: las prácticas m á s distintivas son también las que se aseguran l a tiene gran cosa en común con el tenis en traje blanco y falda plegada
relación más distanciada con el adversario, son tambi6n las más este- que era reglamentaria hace una veintena de años y que se perpetúa
tizadas, enlamedida en que la violencia está en ellas más eufemizada en los clubes selectos (se encontraría aun todo un universo de diferen-
y en que la forma o lasformas la coloquen sobre la fuerzay la funcidn. ciaanivel del estilo delosjugadores, de surelaci6n con la competición,
La distancia social se retraduce muy bien en la lógica del deporte: el con el entrenamiento, etc.).
golfinstaura portodaspnrtesladistancia, con respecto alos no practi- En suma, la prioridad de las prioridades es la construcción de la
cantes, por el espacio reservado, armoniosamente arreglado, en que estructura del espacio de las prácticas deportivas cuyos efectos regis-
se desarrolla la práctica deportiva; con respecto a los adversarios, por trarán las monografías consagradas a deportes particulares. Si no $6
la 16gica misma de la confrontación que excluye todo contacto directo, que las perturbaciones de Urano son determinadas por Neptuno,
aunque fuese por intermedio de una pelota. creer6 captar lo que pasa en Urano mientras que en realidad capta-
Pero eso no es suficiente y puede aún conducir a una visión rea- re lo que pasa en Neptuno. El objeto de la historia es la historiade las
lista y sustancialista de cada uno de los deportes y del conjunto de los transformaciones de la estructura que no son comprcnsibles sino a
practicantes correspondientes y dela relación entre los dos. Como ha- partir del conocimiento de lo que era la estructura en un determinado
bía tratado de mostrarlo en la iiitroducción a VI1 congreso de HISPA, momento (1n que significa que la oposición entre estructura y cambio,
hay que cuidarsedeestnblecerunarelación directa, comoacabo deha- entre estcítica y dinimica, es completamenteficticiay que no se puede
comprender el cambio de otra manera que a partir de un conocimien- da de los objetos de la investigiición enipirica y concreta.Este esque.
to de la estructura). Esto para el primer punto. nia teórico (oqui, I;i idea tle espacio de los deportes; en otra parte. la
El sebwndo punto es que este espacio de los deportes no es un noción de canipo de poder), aun si queda en gran porte vacío, aun si
universo cerrado en si mismo. Está insertado en un universo de prhc- provee sobre todo precauciones y orientaciones progianioticas, hace
ticas y de consumos también ellos estructurados y constituidos en sis- que yo elija misobjetosde otrnmaiiera y que puedamaximiznr el ren-
tema. Se tiene plena razón para tratar las prácticas deportivas como dimiento delasmonografias: si, por ejeniplo, alno poder estudiar miis
uii espacio relativamente autónomo, pero es necesnrio no olvidar que de tres deportes, tengo en mente el espacio de los deportes, e hipóte-
este espacio es el lugar de fuerzas que no s e aplica a 61 sólo. Quiero sis sobre los ejes según los cuales este espacio se construye, podré ele-
decir simplemente que no se pueden estudiar los consumos depor- gir maximizar el rendimiento de mis inversiones cientilicas eligiendo
tivos, si se quiere llamarlos así, independientemente de los consumos tres puntos alejados en el espacio. O bien podré, como lo hizo porejem-
alimentnrios o de los consumos del ocio en general. Las prhcticas plo Jean-Paul Clément, elegir estudiar un subespncio en este espacio,
deportivas que pueden ser registradas por la investigación estadisti- el subespacio de los deportesde c0mbate.y hacer, a esta escala, un es-
ca pueden ser descritas como la resultante de la relación entre una tudio del defecto de estructura avrehendicndo la lucha. el yudo. el
1 oferta y una demanda o, con mayor precisión, entre el espacio de los nikidocomo tres puntos<leun niismo subcampo de fuerzas. ~Ódré,sin
productos ofrecidos en un momento dado y el espacio de las disposi- correr el riesgo de perderme en los detalles, ir a mirar muy de cerca,
ciones (asociadas a la posición ocupada en el espacio social y suscep- lo que me parece la condición misma del trabajo científico, filmar los
tibles de expresarse en otros consumos en relación con otro espacio de combates, cronometrar cuiinto tiempo se pasa acostado en el suelo en
oferta). la lucha, en el yudo, en el aikido, eii suma, podré medir todo lo que se
Cuando s e tiene en mente la 1 6 ~ i c estructural
a en el interior de puedemedir, pero apartir deuna construcción que determina laelec-
la cual se encueiitra definida cada uña de las prácticns,¿qué debe ser ción de los objetos y los rnsgos pertinentes. Tengo conciencia, al tener
la práctica científica concreta? El trabaio del investigador ;.consiste niuy poco tiempo, del aspecto un poco abrupto, perentorio y quizás
simplemente en dibujar este espacio, apoyándose ejemplo en la aparentemente contradictorio de lo que acabo de decir. Sin embargo,
estructura de la distribución de los luchadores, los boxeadores, los creo que he dado indicaciones suficientes sobre lo que puede ser un
jugadores de rugby, etc., por sexo, por edad, por profesión? En reali- método que apunte a instaurar la dialéctica entre lo global y lo parti-
dad, ese cuadro estructural puede, durante u n cierto tiempo, quedar cular, que es el único que puede permitir conciliar la visión global v
groseramente dibujado, a la medida de las estadísticas globales dis- sinóptica que exige la construcción de la estructura de conjunto y la
ponibles y sobre todo los limites de esas estadísticas y de los códigos visión idiogrhfica, aproximada. E1 antagonismo entre la gran visión
según los que se las elabora. macrosociológica y la vista microscópica de una microsociologin o en-
allí u n principio de método muy general: más que conten- tre la construcción de las estructuras objetivas y la descripción de las
tarse con conocer a fondo un pequeño sector de la realidad de la que representaciones subjetivas de los agentes, de sus construcciones
no se sabe demasiado, por no haberse planteado la pregunta cómo se prhcticas, desaparecen, como todas las oposiciones en forma de "pare-
sitúa en el espacio de donde fue separado y lo que su funcionamiento jas epistemológicas" (entre teoría y empiria, etc.), desde el momento
puede deber a esta posición, es necesnrio -a riesgo de contrariar las en que s e h a logrado -lo que, me parece, es el arte por excelencia del
espectativaspositivistasque todo, sea dicho al pasar, parece justificar investigador-invertir u n problema te6rico de grnii alcance en un ob-
(''m& vale aportar una pequeña coiitribución modesta y precisa que jeto empírico bien construido (con referencia al espacio global en el
construir mandes construcciones su~erficia1es")-. es necesario pues. . . cual está situado) y dominable con los medios disponibles, es decir,
a lamanera de los arquitectos ocadimicos que precentan un bosquejo eventualmente, por uii investigador aislado, sin créditos, reducido a
alacarbonilladel coniuntodel edificioen elinteriordel cualsesituaba su sola fuerza de trabajo.
la parte elaborada endetalle, esforzarse en construir una descripción Pero es necesario corregir la apariencia de realismo objetivista
sumaria del conjunto del espacio considerado. a u e ~ u e d dar
e mi referencia a u n "marco estructural". concebido como
Esle marco provisorio, por imperfecto que seq, se sabe por lo me- ireiioa.1anhlisisempirico. No ceso de decir que las estructuras no son
nos que debe llenarse, y que los trabajos empíricos mismos que orien- otra cosa oue el ~ r o d u c t oobietivado de las luchas históricas tal como
~ ~

ta contribuirdn a llenarlo. Resulta que estos trabajos son iadicalmen- se puede captar'en un momento dado del tiempo. El universo de las
te diferentes, en su misma intención, de los que hubieran sido en pricticas deportivas que la investigación estadística fotografía en un
ausencia de esemarco que es la condición de una coiistrucción adecua- cierto rnomentonoessinoIaresultante de larelación entreuna oferta,
oferta (contribuye a producir la necesidad presentándole la posibili-

i
producida por toda la historia anterior, es decir un conjunto deUmo-
delos" de prácticas (reglas, equipamientos, instituciones especializa- dad efectivade su realización) y tambien por la realizacidii delaoferta
das, etc.), y una demanda inscrita en las disposiciones. La oferta mis- en el estado anterior. Hay allí, creo, un modelo muy general que rige
ma talcomo se presenta, enunmomento dado, bajo la formadeun con- las prácticas de consumo más diversas. Hemos visto así cómo Vivaldi
junto de deportes susceptibles de ser practicados (o mirados) es ya el recibió, con veinte años de intervalo, sentidos sociales completamente
producto de una larga serie de relaciones entre modelos de práctica y opuestos, y pasar del estado de "redescubrimiento" musicológico al
disposiciones para la pr6ctica. Por ejemplo, como bien lo mostró status de música de fondo sonora para Monoprix. Aun si es cierto que
Christian Pociello, el programa de prácticas corporales que designa la un deporte, una obramusical oun iexto filos6ficodefinen, por el hecho
palabra rugby no es el mismo -por más que, en su definición formal, de sus propiedades intrínsecas, los límites de los usos sociales que se
tecnica, haya quedado id6ntico-con unos pocos cambios de reglas en pueden hacer de ellos, se prestan a una diversidad de utilizaciones y
los afios 30. en 1950 ven 1980. Está setialado. en la obietividad v en son señalados en cadamomento por el uso dominante que se hace. Un
las representaciones;por las apropiaciones de que ha si20 objeto jpor autor filosófico,Spinoza o Kant por ejemplo, en la verdad (le lo que se
las especificaciones(por ejemplo la "violencia") que recibió en la "rca- propone a la percepción, no se reduce nunca a la verdad intrínseca de
lización" concreta que en 81 han operado agentes dotados de disposi- la obra y, en su verdad social engloba las lecturas mayores que se ha-
cionessocialmenteconstituidase~unafor~a particular(por ejemplo, cen dedlos, por los knntianosy los spinozistas del momento, ellos mis-
en los atios 30. los estudiantes del PUC v del SBUC o de Oxford v de mos definidos por su relación ohietiva o suhietiva por los kantianos v
Cambridge o, en los años 80, los minero; galos y los agricultore< los los spinozistacdel período anteiior y con sÜs lect;ras, pero tambien
oeaueños comerciantes v los emoleados de Romans. de Tolón o de Be- con los promotoreso los defensores de otras filosofías. Contra ese com-
&e&. ~-piaci& socia!hace que, en cada momento, plejo indivisible que es el.Kant apropiado por los kantianos que pro-
cada uha e as rea i a esnofrecidas6ajo un nombre de deporte este yectan sobre Kant y no solamente por la lectura que hacen de 61, sus
marcada, en la objetividad, por un coniunto de propiedades aue no es- propiedades sociales, reacciona Heidegger cuando opone un Knnt me-
tán insc;itas en ia definiczn puramehe t 6 ~ n & a , ~ puedeue aun ser tafísico, casi existencialisto (por ejemplo, con el tema de la finitud), al
oficialmente excluidas. v aue orientan las orácticas v las elecciones Kant cosmopolita, universalista, racionalista, progresista de los neo-
(entre otras cosas dandoun fundamento objetivo a loSjuicios del tipo knntianos. Debe preguntarse ahora adónde quiero llegar. En reo!¡-
"eso huele a pequetioburgu6s o a intelectual", etcetera.) Así, la distri- dad, asicomo el sentido social de una obra de filocofia puede aslinver-
bución diferencial de las prácticas deportivas resulta de la puesta en tirse (y la mayor parte de las obras, Descartes, Kant, o aun Marx, no
reladón entre dos espacios hom610g~s,un espacio de prác&as posi- cesan de cambiar de sentido, al invertir cada generación de comenta-
bles, la oferta, y un espacio de disposiciones a practicar, la demai.da: dores la lectura de la generaci6n precedente), asimismo, una práctica
del lado de la oferta, se tiene un espacio de deportes entendidos como deportiva que, en su definición tdcnica, "intrínseca", presenta siem-
programas de prácticas deportivas, que están caracterizados, prime- pre una gran elasticidad, por lo tanto ofrece una gran disponibilidad
ramente, en sus propiedades intrínsecas, tecnicas (es decir especial- para usos completamente diferentes, hasta opuestos, puede inmbien
mente las posibilidades y sobre todo las imposibilidades que ofrecen cambiar de sentido. Con más exactitud, el sentidodominante, esdecir
para la expresión de las diferentes disposiciones corporales) y, en se- el sentido social queieesatribuidopor sususuarios socialesdominnn-
gundo lugar en sus propiedades relacionales, estructurales, tal como tes (numerica o socialmente) puede cambiar: en efecto, es frecuente
se definen en relaci6n al conjunto de los otros programas de prácticas que en el mismo momento, y tambibn cierto que una obra filosófica,
deportivas simultáneamente ofrecidos, pero que no encuentran su un deporte recibe dos sentidos diferentes, y que el programa objetiva-
plena realización en un momento dado sinoal recibir las propiedades do de practica deportiva que designa un ttirmino como carrera a pie
de apropiación que les confiere, tanto en la realidad como en la repre- o natación, y aun tenis, mgby, lucha, judo, sea una apuesta de luchas
sentación. su asociación dominante a trav6s de los participantes mo- -por el hecho mismo de supolisemia objetiva, de su indeterminación
dales, una posición en el espacio social. Por otra pnrte, del lado de la parcial, que la hace disponible para varios u s o s entre persona's que
demanda. un espacio de exoosiciones deportivas, aue. en tanto la di- se oponen aprop6sito delusoverdadero, del buen uso. de la buenama-
mensión del sistema de l a ~ d i ~ ~ o s i c i (del
o n ehabftui)),
~ son racional- nera de practica la prdctica propuesta por el programa objetivado de
mente, estnicturalmente, caracterizadas como las posiciones a las oráctica considerable (o. en el casode una obrafilosóficaomusical. oor
cuales ellas corresponden, y que son definidas en la particularidad de el programa objetivado de lectura o ejecución). Un depqrte, en u i & -
su especificación en un mómento dado por el estado presente de la mento dado, es un pococomo una obra musical: unapartitura(una re-

178 179
gla dejuego, etc.), pero tambien iiiterpretaciones competitivas (y todo se n elecciones iicgativns, o de peor es nada. Puede decirse, creo, que
un conjunto de interpretaciones del pasado sedimentadas); y es todo las disposiciones asocindns n las difereiitesposicioiies en el espncioso-
esto que cada nuevo interprete s e encuentra enfrentado, más incons- cial, y en pnrticularlns disposicioiies estructuralmente opuestas liga-
ciente que conscientemente, cuando propone"su"interpretaci6n. Ha- (las a las posicioiics opuestas en este espncio, encuentran siempre el
bría que analizar en esta Mgicn los 'retornos" (a ~ a n ta, los instru- medio d e ~ e r p r e ~ n r s e , ~ ear oveces,
, bajo la forma no reconotible de
mentos de Bpoca, al box francBs, etc.). Decía que el sentido dominante oposiciones especificas, ínfimas eimperceptibles si no se tienen Iasca-
puede cambiar: de hecho, especialmente porque s e define en oposición tigorias de percepción~adecuadas,que organizan un campo determi-
a ese sentido dominante. un nuevo tiuo de oráctica deoortiva oude nado cn un momento dado. No está prohibido pensar que las mismas
construirse con loseleme~t~sdel~rogr~rnad~mina~ted~prácti~ade- disposiciones que llevaron a Heidegger hacia una forma de pensa-
portiva puede construirse con los elementos del p r ~ ~ a m a ~ d o m i n a n t e miento "revolucionario conservador" hubieran oodido. con referencia
de práctica deportiva que quedaron en estado virtual. irnolicito o re- a otro espncio de oferta filosófica, llevarlo hacia el joven Marx; o que
chazado (por ejemplo, todala violencia que estaba excluida de un de- el mismo(peronohubierasidoe1mismo)queencuentra hoy en elaiki-
porte por elimperativodelfairplay). El principiode estasinversiones, do una manera de escaaar al iudo, en lo que tiene de objetivamente
cuyasolalógicadela distinci6nno bastaparaexplicar,reside sinduda mezquino, c o m p e t i t i v o , ' p e q u ~ ñ o b ~-hablo
s evidentemente del
enla reacción de losrecien llegad os,^ delas disposicionessocialmente
constituidas que importan en el campo, contra el complejo socialmen-
iudo
"~~~~~sociolmente
~ . .
aorooiado-
sa. hace treinta años, al judo mismo.
hubiera demandado casi la misma co-
te señalado que constituyeun deporte, o una obrafilosófica, comopro- Hubiera querido t d a v i a referirme, aunque fuero superlícinl-
grama obietivado de práctica oero socialmente realizado. encarnado
én agentes socialmenie marcados, por lo tanto sefialado pór las carac-
-
mente. a todo el -oromama de investi~acionesque está implicado en
la ideá de que se coiistituye progresi&mente Ün campo de los profe-
terísticas sociales de esos agentes, por el efecto de la apropiación. Si, sionales de la producci6n de bienes y de servicios deportivos (entre
para la visión sincrónica, tal o cual de esos promamas. el que desima ellos. por ejemplo, los espectáculos deportivos), en el interior del cual
un nombre de deporte (lucha, equitación, tenisyoun nimb;epropióde se deiarroilan~losintereses especificos, ligados a In competencia, (le
filbsofo O de compositor o un nombre de genero, ópera, opereta, teatro las relaciones de fuerza esoecíficas. etcbtera. Me contentar6 con men-
de bulevar, o aun u n estilo, realismo, simbolismo, etc., parece directa- cionar una consecuencia entre otras la de la constitución de este cam-,
mente ligado a las disposiciones inscritas en los ocupantes de una
cierta posici6n social (es, por ejemplo, el lazo entre la lucha y el r u ~ b y
y loi dominados), una visión diaciónica puede conducir a i n a repre- el desarrollo de un deporte-espe~t6culototalmente
sentación diferente. como si el mismo obieto ofrecido oudieran aoro- porte ordinario. Es destncablequeseobservaun proceso semejante en
piárselo agentes dotados de disposicio&s muy diveisas, en s i m a , otros dominios, especialmente eii el de la danza. En amhos casos, la
como si cualquiera pudiese apropiarse de cualquier programa y cual- constitución progresiva de un campo relativamente autónomo reser-
quier programa pudiese apropi6rselo cualquiera. (Este sano "relati- vado a los profesionales --. se acompaña de una desposesión ... . . ..- ..de!ospofa-
vismo" tiene al menos lavirtud de poner en guardia contra la tenden- nos, poco - . w o reducidos al rol de espect&dgfes:,por oposición a la
cia, recurrente en historia del arte, a establecer u n lazo directo entre Hainin~l~eana,ñiñmlid~~aCocia~aafunciones rituales, la danza de
las posiciones sociales y las tomas de posici6n estdticas, entre el "rea- corte, que se vuelve espectáculo, supone conocimientos específicos
lismo", por ejemplo, y los dominados, olvidando que las mismas dis- (hay que conocerla mediday los pasos), por lo tanto maestros de baile
posiciones podrán, con referencia a espacios de oferta diferentes, llevados aponer el acento enla virtuosidad técnica y a operar un tra-
expresarse en tomas de posición diferentes). En realidad, la elastici- bajo de explicitacion y de codificación; a partir del siglo xiX aparecen
dad semdntica no es nunca infinita (basta con pensar en el golfy en los bailarines de oficio. que se oroducen en los salones ante personas
la lucha) y sobre todo, a cada momento, las elecciones no se distribu- que practican y pueden aun ap~eciarcomoconocedores;luego, al final,
yen al azar entre las diferentes posibilidades ofrecidas, aun si, cuan- se
-.tiene
-~~ ~ la escisión total entre los bailarines estrellas v los esoectado-
~~ ~ ~

do elespacio de las posibles seamuy restringido (por ejemplo, el joven res sin práctica reducidos a una comprensión pasiva. Desdcentp.nees,
~ - - ~ ~ ~ ~ .
Marx contra elvieio Marx).la relación entre las disoosiciones
.=.- ~
v las to-
mas de posición es muy oscura por el hecho de que las disposiciones
~~~ Iogvoluei6n.dela ~~í~ti~profesioiinl ...,..~-depede-eada~ezmds_de.lalofi-
ca interna del campo de los p r o ~ ~ o ~ ~ , . s i e n~odprofesionales ~,los
que, en universos, m6sábiertos,menos codificados, pueden-proyectar r e l e ~ r i d o s l i l ~ a n g o p ~ b l f cmenos
6 ~ ~ d capacesae
~ ~ ~ ~ z la comprensi6n
.. . --
directamente su estructura de exigencias, deben en este caso limitar- que i3ñTCp?Kctica. En K t C G a d e deporte, se está a meiiudo, en el me-
jorde los casos.en el estadio de la danza en el sigloXIX, con profesiona- la ausencia de todaobjetivación en una escritura adecuada(1a ausen-
\\ Iesqueseproducenante aficionados a u e ~ r a c t i c a ntodavía o han orac- ciadeleauivalentede la partitura,. que. permite distinguir claramente
-
ticado; pero la difusión que favoreceia celevisi6n introduce cada vez entre pa;titura y ejecuci6n, lleva a identificar la obra con el resulta-
más espectadores desprovistos de toda competencia práctica y aten- do, la danza con el bailarín). S e podría, en esta perspectiva, tratar de
tos a aspectos extnnsecos de la práctica. como el resultado. la victo- estudiar lo que han sido los efectos, en la danza como en el deporte, de

1 na. Lo que acarrea efectos, por intermedio de la sanción (hnanciera


uotra)
' que da el público, en el funcionamiento mismo del camoo de los
)profesionales (como la búsqueda de la victoria a todo precio y ion ella,
la introducción del magnetoscopio. Una de las cuestiones planteadas
es saber si es necesario pasar por las palabras para hacer compren-
derciertas cosas al cuerpo, si, cuando se habla alcuerpo con palabras,
entre otras cosas, el crecimiento de la violencia). Bsas con las palabras iustas te6ricamente. científicamente. aue hacen
Termino aquí puesto que el tiempo aue me fue acordado está comprendermejor al cuerpo, o si, aveces, palabras que no tienen nada
priícticamente agotado. Indico el último pinto en algunos segundos. que ver con la descripción adecuada de lo que se quiere transmitir no
.~~~~
Recordaba. al comenzar. los efectos en el interior del camoo científi-
co de la divisi6n del trabajo entre los te6ricos y los prácticos. Pienso
~
son mejor comprendidas por el cuerpo. Reflexionando sobre esta com-
prensi6n del cuerpo, se podría quizá contribuir a una teoría de la
que el deporte es, junto con la danza, uno de los terrenos donde se creencia. Pensarán que camino con botas de siete leguas. Pienso que
plantea con la máxima agudeza el problema de las relaciones entre la hay un lazo entre el cuerpo y lo que en franc6.s llamamos "l'espirit de
teona y la práctica, y tambi6.n entre el lenguaje y el cuerpo. Ciertos corps". Si lamayorparte delasorganizaciones, seala Iglesia, el ejBrci-
maestros de educaci6n física trataron de analizar lo que es, por ejem- to, los partidos, las empresas industriales, etc., conceden tanto lugar
plo, para u n entrenador o para u n profesor de música, dirigir el cuer- a las disciplinas corporales, es porque en gran medida la obediencia,
po. iC6mo hacercomprenderaalyien, es decira su cuerpo;cómo pue- es creencia, y la creencia es lo que el cuerpo acuerda en el momento
de corregir su gesto? Los problemas que plantea la enseñanza de una en que la mente dice no (se podría, en esta 16gica, reflexionar sobre la
práctica corporal me parece que encierran un conjunto de cuestiones noci5n de disciplina). Es quizá reflexionando sobre lo que el deporte
teóricas de p;.'.nera marnitud. en la medida en aue la ciencias socia- tiene de más específico, es decir la manipulación reglada del cuerpo,
les s e esfuerzan por ha& la téoría de conductasen que se producen, sobre el hecho de que el deporte, como todas las disciplinas en todas
en su gran mayoría, más allá de l a conciencia, que se aprenden por las instituciones totales o totalitarias, los conventos, las prisiones, los
una comunicaci6n silenciosa, práctica, de cuerpo a cuerpo, podría de- asilos, los partidos, etc, es una manera de obtener del cuerpo una
cirse. Y la pedagogía deportiva es quizás el terreno por excelencia pa- adhesi6n que el espíritu podría rechazar, que se llegaría a compren-
ra plantear el problema que se d a n t e a por lo ene eral en el terreno de der mejor el uso que la mayor parte de los regímenes autoritarios
la política: el problema de la toma de concienha. Hay una manera de hacen del deporte. La disciplina corporal es el instrumento por exce-
comprender comoletamente oarticular. a menudo olvidada en las
~~~~ ~
teo-
~~~-~
~
lencia de toda especie de "domesticaci6n": se sabe el uso que la peda-
riasde la inteligencia, la q& consisteén comprender con el cuerpo. gogíade losjesuitas hacía de la danza. Habría que analizar larelación
Existen cantidades de cosas que comprendemos solamente con nues- dialbetiea que une las posturas corporales y los sentimientos corres-
tro cuerpo, más acá de laconciencia, sin tener las palabras para decir- pondientes: adoptar ciertas posiciones o ciertas posturas, es, se lo sa-
lo. El silencio de los deportistas del que hablaba al comienzo obedece be desde Pascal, inducir o reforzar los sentimientos que ellas expre-
por una parte al hecho de que, cuando no se es profesional de la explici- san. El gesto, según la paradoja del comediante o del bailarín, refuer-
taci6n, hay cosas que no se saben decir, y las prácticas deportivas son za el sentimiento que refuerza el gesto. Así se explica el lugar otorgado
esas prácticas en las cuales la comprensi6n es corporal. Muy a menu- por todos los regímenes de tipo totalitario a las prácticas corporales
dono sepuedemhsaue decir: "Mira. haz comovo". Se serialaamenudo colectivas que, simbolizando lo social, contribuyen a somatizarlo y
que los libros escritis por los grandes bailariones no transmiten casi que, por ia ~~.;mesiscorporal y colectiva de la orquestaci6n social,
nadade lo que hace e18'genio"de sus autores. Y Edwin Denby, pensnn- apuntan a reforzar esta orquestaci6n. L a Historia del soldadorecuer-
do enThBophile Gautier o en MallarmB. decía aue los seíialamientos da la vieja tradici6n popular: hacer bailar a alguien, es poseerlo. Los
más pertinentes sobrela danza no los hacen tanto los bailarines o aun "ejercicios espirituales" son ejercicios corporales y muchos de los en-
los cnticos sino los aficionados esclarecidos. Lo que se comprende si trenamientos modernos son una forma de ascesis secular.
se sabe que la danza es la única de las artes cultas cuya transmisión Existe una contradiccidn, que siento muy fuertemente, entre lo
-entre bailarines y público,, pero tambi6.n entre maestro y discípu- que quiero decir y las condiciones en las cuales lo digo. Hubiese sido
lo-es enteramente otral y visual, o mejor, mimdtica. Eso en razón de necesario que pudiera tomar u n ejemplo absolutamente preciso y pro-

i82
fundizarlo; ahora bien, por el hecho de la aceleración impuesta a mi
discurso por las obligaciohes del horario, pueden tener la impresi6n
de que h e propuesto grandes perspectivas teóricas mientras que mi
intención era justamente la inversa ...
El sondeo,
una "ciencia" sin sabio 20

Paracomenzar, una paradoja: es destacable que los mismos que


miran con s o s ~ e c h alas ciencias sociales. v. entre todas, la sociolo~ía,
acojan con afan los sondeos de opinión, &e son una de sus formas a
menudo rudimentaria (por razones que obedecen menos a la calidad
de las 1 Prionas encargadas de concebirlos, de realizarlos y de anali-
zarlos, que a las coacciones del encargo y a las presiones de la urgen-
cia).
El sondeo respondea la ideade la ciencia: da a laspt&ntasque
"todo el mundo se ~ l a n t e a "(todo el mundo. o Dor lo menos, el ~ e a u e n o
mundo de los que Pueden financiar los sondeos, directores de diarios
o semanarios, politicos o jefes de empresa) respuestas rápidas, sim-
ples y cifradas, en aparciencia fáciles de comprender y de comentar.
Ahora bien, en esas materiasmás que en otra parte, "las verdades pri-
" ~ verdaderos roble mas de los edi-
meras son los e r r o r e s ~ r i m e r o s los
torialistas y delos~o~entarista~~olíticossona~enudofalsosproble-
mas a u e el análisis científico debe destruir Dara constmir su objeto.
Las instituciones de investigaci6n eomerciaies no tienen los medios,
ni en primer lugar el tiempo, de realizar este cuestionamiento de las
p r e y n t a s primeras, y si lo pudieran no tienen interés sin duda en
ello, en el estado actual de mercado y de la información de los solici-
tantes de encuestas. Rnzón porla cual se contentan amenudo con tra-
ducir en p r e y n t a s conformes con los problemas que se plantea el
cliente.
Pero, se dirá, Luna práctica que plantea las p r e y n t a s como se
las plantea el cliente no es la fonra cabal de la ciencia "neutra" como
lallama elabuen sentido" positivista? (Un parentesis para aportar un
matiz: sucede que las p r e y n t a s primeras, cuando se inspiran en los
conocimientos y preocup&ionesprácticas, como las que introducen
las investieaciones de mercado. a condición de ser reinter~retadasen
función d e u n a problemática te'órica, aportan informaciones muy va-
liosas, superiores a menudo a las que suscitan las interrogantes más
pretensiosas de los semieruditos). La "ciencia sin sabio" del ideal PO-
sitivista realiza, en las relaciones ontre los dominantes y los domina-

m Texb publicndo enpouvoirs, 33,1985


dosen el seno del campo del poder, el equivalente de lo que es, en otra ciones públicas: al reflotar el arte ancestral de los cartómanticos,
?scala, el sueño de una'8urguesía sin proletariado". El éxito de todas ouirománticos
= - - ~. ~ ~ ~
~
"v otros
~ . ~ videntes
~ - - extralúcidos,
- ~ estos vendedores de pro-
las metáforas qur llevan a concebir la investigación como un puro re-
~~ ~~

ductoscientíficosdesvalorizadosque retradicen en un lenguaje vaga-


gistro mecánico, '%ar6metron, "fotografía", "radiografia", y los encar- I mente psicológico, y siempre muy próximo a la intuición ordinarias
gos que los responsables políticos de todas las ramas, ignorando las I ("vividores", "desbrozadores" o "aventureros"...), "estilos de vida"
instituciones de investigación financiadas por el Estado, continúan muy misteriosamente establecidos, son consumados maestros en el
haciendo a las empresas privadas de investigación atestiguan esaex- 1
arte de remitir a sus clientes respuestas completamente adornadas
pectativa profunda de una ciencia por encargo y a medida, de una de toda la magia de una metodolo@ y de una terminología de aspec-
ciencia sin esas hip6tesis que son de buena gana percibidas como pre- to altamente científico. ¿Cómo y por qu6 s e esforzarían ellos en plan-
supuestos, seguramente prejuiciosos, y esas teorías de las que se sabe tear e imponer problemas susceptibles de decepcionar o chocar, si les
que no tienen buena reputación. resulta suficiente dejarse llevar por las inclinaciones de la sociología
Lo que esth en juego, se ve, es la existencia de una ciencia del espontánea-quelacomunidad científicasin duda no habrá termina-
mundo social capaz de afirmar su autonomía frente a todos los pode- do nunca de combatir en sí misma- para satisfacer a sus clientes al
res: la historia de las artes visuales lo muestra, los artistas debieron producir respuestas a problemas que no se les plantean sino a aque-
luchar durante siglos para liberarse de la órdenes e imponer sus pro- llos oue les id en olantearlos y que, muy a menudo, no se les plantea-
pias intenciones, las que se definen en la competencia en el seno del
I
ban á los investigadores antes de impon6rselos? Es claro que no tie-
mundo de los artistas, en primer término en la manera, la ejecución, ne interhs en decir a sus clientes que sus preguntas no tienen interbs,
la forma, es decir todo lo que depende como propio del artista y luego o. Dero aún. no tienen objeto. Y necesitarían mucha virtud o fe en la
en la elección del objeto mismo. Y lo mismo los cientificos que se ocu- cknciapará negarse a eféctuar unainvestigaci6n sobre "la imágende
pan del mundo físico y biolbgico. La conquista de la autonomía es evi- los Daises árabes". sabiendo aue un competidor menos escrupuloso se
dentemente muchomás dificil, por lo tanto más lenta, en el caso delas 1 h a r cargo
~ de ello, además ciando presumen que la encuesta no ha-
ciencias del mundo social, que deben arrancar cada uno de sus proble- rA mhs que captar, por otra parte muy mal, las disposiciones respec-
mas a l a s presiones del encargo y a las seducciones de la demanda: 6s- to de los inmigrantes. En este caso, la investigación medirá por lo me-
tas no son nunca tan insidiosas como cuando operan, como es hoy el nos algo, pero no eslo que se cree medir; en otros casos, no medirá na-
caso, en las empresas de sondeo, a trav6s de los mecanismos imperso- da más que el efecto ejercido por el instrumento de medición: lo que
nales de un funcionamiento social que no deja tiempo de reponerse, 1 ocurre todavez que el investigador impone a los encuestados una pro-
de recapitular las adquisiciones, de asegurar las thcnicas y los méto- blemática que no es la suya -lo que no les impedirá responder a pe-
dos, de redefinir los problemas, suspendiendo el primer movimiento, sar de todo, por sumisión, por indiferencia o por pretensión, hacien-
que es el de aceptarlos, porque encuentran una complicidad inmedia- do así desaparecer el único problema interesante, la cuestión de las
t a en las interrogaciones vagas y confusas de la práctica cotidiana. determinantes económicasy culturales de la capacidad de plantear el
Además, ¿por qu6 aquellos que, para hacer funcionar su Pripre- problema como tal, capacidad que, en el orden de lu puli~ica,defiiii
sa, deben vender productos rápidamente arreglados j, hAb' o ].mente una de las dimensiones
-~ - ~ fundamentales de la competencia especifica.
~ ~

ajustados al gusto de los comandatarios defenderían los intereses de' Habría que registrar, no con intención ingenuamente polbmica
consumidor con más ardor que ellos mismos? ¿Y cdino qodrían hacer- sino por trabajar en contrariar, y anular, los efectos completamente
lo? Tienen sus muestras bien probadas, sus equipos de investieación funestos, desde el punto de vista de la ciencia de las coacciones del
bien puestos a punto, sus programas de análisis probados. No l& que- mercado ejercen sobre la práctica de las empresas de sondeo. Mencio-
da más, en cada caso, que tratar de saber lo oue el cliente ouiere za- nar6 solamente, para tratar de exorcisarlo, el recuerdo de ese minis-
b e ~esdecirlo
, que quiereque se busque ~ m e j o rque
, se encuentre. Su- tro de Educación aue. alrededor de los anos 80, les pedía a tres empre-
poniendo que puedan encontrar lo que piensan que es IL verdad, ¿ten- sas diferentes quéanalizaran las actitudes de los maestros de los tres
drían interhs en decirla al político ansioso de reeleccidn, al jefe de em- ~~- enseiianza (~rimaria.secundaria, superior), obteniendo
niveles de ~ ~~ ~

presa que pierde velocidad, al director de diario más ávido de sep-a- 1


así tres investigaciones incompaiables, tanto en los
ciones que deinformaciones, si están aunque seaun poco preoi.ipados procedimientos de muestre0 como en las preguntas planteadas, y ha-
por conservar su clientela?Y esto en el momento en que deben contar ciendo asídesaparecer todolo que sólo la comparación hubiera podido
con la competencia de nuevos mercaderes de ilusión que hoy hacen establecer a propósito de cada una delas poblaciones consideradas. Y,
furorjunto alos directores comercialesy alosresponsablesde lasrela- paraque semidabien todoel horror de lacosa, agregar6 quela encues-
i

187
ta cost6casi diez veces el presupuesto anual de un laboratorio univer- resuelto descartar, porque revela. de manera un poco cruda y cruel,
sitario sostenido por el Estado. oue. si hubiera sido sim~lementecon- loslimites sociales del entendinlieiito de los doxósofos. Se sabe que las
no respuestas son la plaga, In cruz y Inmiseria de los institutos de en- \
del cuestionario y el programade análisis un capitalde adquisiciones
te6ricasy empiricas que lasoficinas estudios ~rivadosno oueden evi-
denkmente movilizai, dada la diversidad dilos dominios a los cua-
cuestnsque tratan por tidos los niedios de reclucirln, hastudedisimu-
larlas.
~- ~~ Condenadas
- pues a pnsar iiindvertidns poi el sondeador que
las relega a la cocinade la encuesta y las consignas a los encuestado-
1
les se aplican, y las condiciones de urgencia en las que trabajan. que res, esas no respuestas malditas resurgen bajo la pluma del"po1iticó-
prácticamente impiden toda acumulación. logo" a travhs de los problemas de la "abstención", tnrn de la democra-
Los efectasde la "mano invisible" del mercado que se ejerce tan- cia, o de la"apatian, abandono a la indiferencia y a la indeferenciación
to en el análisis como en la recolecci6n de datos (sabemos. w r eiem- (el "pantano"). Se comprende que el sondeador politicólogo que ve en
plo, que es más fácil conseguir clientes que financien premnbs&rec- toda critica al sondeo, identificado con el sufragio universal (la anulo-

1
tamente interesantes en su opinión que preguntaas~sce~tibles de gía no es siquiera falsa), un atentado simbólico contra la democracia
proveer informaciones indispensables para la ex~licaci6nde las res- no pueda sospecharla cuestión decisiva, que plantea a la ciencia, a la
puestas). Se conjugan con laausencia de la reserva de personal libre politica .y a una ciencia politica digna de ese nombre la existencia de
-
de las ureencias de la demanda inmediata v dotado de
~ - un ceoital
~~~~~

común derecursos te6ricos y técnicos que podria asegurar la acumu-


~ ~ ~~ --~.~----- no respÜestas que varinn según el sexo (las mujeres se "abstienen"
. . s e.,d n la oosición en el espacio social (tanto m6s o no se abstiene
más).
laci6n de las adquisiciones (aunque no fuese sino por el archivo me-
Mdico de las encuestas anteriores) para favorecer un uso descriptivo
uno cuanto más desprovisto se está económica y culturalmente) y
tnmbihn segúnsel carácter de las pregunta planteadas (los factores
1
de la encuesta, el mismo que piden inconscientemente los usuarios. aue inclinan la "abstención" son mds abiertamente "politicos", es de-
Lo que no impide a los m4s intrhpidos de aquellos que llamo, con Pla- c'ir más próximos en su letra y en su espíritu a los problemas que se
tón, los Ydox6sofos",proponer explicaciones que van mucho más allá plantean los doxósofos ordinarios, sondeadores, politicólogos, perio-
de loslimiteinscriptosen elsistema delos factoresexplicativos, delos distas y políticos), Para aclarar estas verdades simples, pero disimu-
cuales disponen siempre muy poco numerosos v a menudo mal medi- lndas haio las evidencias de la rutina cotidiana del lector de cotidia-
dos. Los vemos entonces, en-las jornadas elec¿ornles, proveer a boca nos ("EI ;remedio de abstenciones alcanza al 30%), hnbria que dar un
de jarro explicaciones e intenrretaciones a las aue s610 la mala fe de- valor positivo a esta rebaja de lu encuesta y de la democracia, a esta
masiado e<idente de los polit~cospuede dar un aire de profundidad y falta, esta lamina, esta nada (pienseseen el colculode porcentajes "no
de objetividad. No daré como eiem~losino las exolicaciones oue
~~ ~~~
fue-
> ~ ~- -~ ~

~
resp;estas &cluidas1? y, por uno de esos cambios de signo, y de sen-
ron piopuestas para dar cuentáde fa declinación del partido comunis- tido. aue define la ruptura cientifica con el sentido común, descubrir
ta y que no dieron casi ningún lugar a cambios estructurales tan im- que.la información más importante reside, en toda encuesta de opi.
portantes como la generalización del acceso a la enseñanza secunda-
ria y el desclasamiento estructural ligado a la desvalorización corre-
ni6n.
- ~ ~.~.en
-~~la tasa de no respuestas. medida de la posibilidad de produ-
~ ~~ ~

cir una respuesta que es cnracterísticn de unaca¿egoría: hasta el pun-


lativa de los titulos escolares. aue sin dudaeiercieron efectosdetnrmi- to de que la distribución de las respuestas, de los si o de los no, de los
nantes en las disposiciones con respecto a ia politica. a favor y de los en contra, que define una categoría cualquiera, hom-
Me aprestaba adeteneraqui, por consideración a l a hospitalidad bres u mujeres, ricos o pobres, jóvenes o viejos, obreros o patrones, no
que se me brindó," mi análisis de los limites cientificos inherentes al tiene sentido sino segundo, secundario, derivado, en tantoprobalili.
funcionamiento de la instituciones de investigación comercial, cunn- I
dad condicionalque no vale sino por referencia a la probabilidad pri-
dolei el texto de Alain Lancelot que clausura, coronay concluye el flo- maria, primordial, de producir una respuesta. Esta probabilidad liga-
rilegio SOFRE de 1984: en esta "respuesta" a una suerte de a m a l ~ a - da a una unidad estadística define la competencia, en el sentido casi
ma pastosade las objeciones dirigidas a los sondeos, creo descubri;la jurídico del tbrmino, socialmente atribuida a los agentes concernidos.
fieren - d e allí sin duda ei malentendidk a
~ , .
intención de contestarme pero no reconozco mis obieciones. aue~-se re- ~
La ciencia no tiene que celebrar o deplorar el hecho de la distribución
de ciencias y desigual de la competencia politica tal como es socialmente definida
no, como se cree, de política (por más que la falsaciencia tenga verda- en un momento dado el tiempo; debe analizar lastondiciones econó-
deros efectos polfticos). Tomad, pues, un último ejemplo, que habia micas y sociales que la determinan y los efectos que produce, en una
vida politicn fundada en la ignorancia (activa o pasiva) de esta desi-
gualdad.
No quiero hacerme valer, sin hacerme comprender: el descubri- por alli, según una estrategia probada, a la critica propiamente cien-
I tífica. Y que, si la critica cientirica debe en este caso, m6s que nunca
miento, en s ..itido verdadero, de una evidencia que, como se dice,
"saltaba a los ojos" no era en s í mismo un punto de partida. No era tomar la forma de un análisis sociológico de la institución, es porque
suficiente descubrir que la propensión a abstenerse o a tomar la pala- los límites de la práctica científica están, como siempre ocurre, pero
bra-"opinar, dice Platón, es hablar"- en lugar de delegarla, tácita- en grados diferentes, inscritos en lo esencial en las coacciones quepe-
mente, a los mandatarios, Iglesia, partido, o sindicato o, mejor, los san sobre la institución y. a travbs de ella, en los cerebrosde aauellos
I
plenipotenciarios, dotados de la plena potentia agendi, los plenos que participan de la misma. Tiene en todo caso buen método y Sin hi-
poderes de hablar y de actuar en lugar y en vez de los presuntos man- pocresia, puesto auc a la inversa de las estratemas de "oolitización"
dantes, no está distribuida al azar; sería necesario aún poner en rela- que usan argumeñtos disimuladamente a d h o s n e r n , déscarga a las
ción la propensión particular de los más desprovistos económica y personas de responsabilidades que les incumben mucho menos de lo
culturalmente a abstenerse de responder a l a s preguntasmáspropia- 1
que ellas mismas quisieran creer.
mente políticas y la tendencia a la concentración de poderes en manos
de los responsables que caracteriza a los partidos fundados sobre los
sufragios de los más desprovistos económica y culturrilmente, y espe-
cialmente los pártidos comunistas. Dicho de otro moro la libertad de
que disponen los dirigentes de esas organizaciones, '?S libertades que
pueden tomar con respecto a sus mandantes (y de la cual testimonian
especialmente sus extraordinarios cambios bruscos de opinión) repo-
san fundamentalmente sobre la entrega de sí casi i.icondicional que
está implicada en el sentimiento de la incompetencia, hasta de la in-
dignidad politicas, eso mismo que revelan las no respuestas. Y se ve
que, lejos de provenir de la revolución de no reconocer la democracia
sino a condición de que sea popular (como insinúa Alain Lancelot), es-
t e descubrimiento de una relación que politicólogo ordinario no puede
percibir (entre otras razones, porque s u mano derecha, que "analiza"
los sondeos, no sabe lo que hace su manos izquierda, que "analiza" la
"vida política") conduce al principio de la ley tendencia1 que destina
las organizaciones de defensa de los intereses de los dominados a la
concentración monopolistas del poder de discusión y de movilización
y que encuentralas plenas condiciones de su realización enlasUdemo-
cracias populares".
Para disipar todomalentendido, deberíaagregar que este descu-
brimiento, por los dem4s muy trivial, permite retomar algunos de los
análisis clásicos aue los neomachiavelianos. es~ecialmenteMosca Y
Michels, consagraron al funcionamiento d e los aparatos politicos Ó
sindicales. sin acevtar su filocofia esencialista de la historia oue ins-
cribe en la naturaleza de las "masas" la propensión a dejarse despo-
seer en beneficio de los cabecillas, y teniendo.en mente la idea de que
la eficacia de las leyes históricas que neutralizan se encontraría sus-
pendida, o por lo menos debilitada, si llegaran a encontrarse suspen-
didas, o debilitadas, las condiciones económicas y culturales de su
funcionamiento.
Me gustaría haber convencido, por este ejemplo, de que la "criti-
ca de los sondeos". si hav critica. no se sitúa en el terreno oolitico. don-
de la sitúan aqueilos que se defenderlos, pensando esbapar

190
JNDICE ANALITICO

Absolutismo, 27,35,42-43,139 BACHELARD, G., 17,49,142


ADORNO, Th.,18 BAJTIN. M..116
Agente, 22,69 (udase sujeto)
Alienación (polltica), 159.160.172
Almalcuerpo. 103-105
ALTHUSSER, L., (althussenanos), BECKER, G., 56
18,22,29,30,31,57 BENDM, R.,129
Amor fati, 78 BENSA, A , 80
Analogía, 11,120-121,124 BERGER, B., 129
Antiintelectualismo, 154 Bilingilismo, 111
Antinomias (falsas), 37-38,40,41. BOLTANSKI, L., 73,161
44-46,50, 55, 69-70,71, 78, 80, Buen sentido (falsn claridad), 60,
81-82,95-96,128-130,132,150, 185
154-155,156,175-176; 177 BURGER, P., 145
Antropología, 19-20,21,31,108 Buró(v6ase construcci6ndelosgru-
Aparato, 169-170; pos), 160;
intelectual de, 70; efecto, 170
ley de bronce de los, 169-170;
teodicea del, 171-172 Cdlculo (calculabilidad), 89, 90,
Apparatehik, 163, 166-167,168- 112-114.119.154:
169,171 eeonómiéo, 80,113;
Argot, 156 racional, 111;
Aristocracia. 76.80 (udose tambidn racional)
---- ~

,--,--- Cambio. 51-53.175


AUSTiN, J.-L., 32,38-39 cambndge (escuela de), 56
Autoandlisis (aelbsheflexi6n), 35, Campo, 41, 43, 48, 50, 51-52,55,
36.37.4243.96.101.105 56-57,80,93,101.102,106-109,
111,112,127,143,144-146,150,
A-", 181;
(uéase tanbien objetivaaones artfstico, 20, 56-57, 144-145,
de l a sociolagfa) 146,152,155;
Autonomta (autonomizaci6n), 20, cienttfico, 21,41-42,182;
37, 41, 51, 108, 109, 138, 148, de producci6n cultural, 99, 143,
162,176,181; 141,148,152-153,154;
conquista de la, 186; del poder. 130,147,176,186;
(udase tambidn libertad) econ6mic0, 80, 108-111, 112-
Autoridad, 61,99 113;
escolar, 52-53;
literario, 143,146,152; Clasif'ientorio (pensamiento o Cuerpo, 71,97,118-120,182-183; Dones íintercambi ' 34, 77, 78.
politico, 143-146;147.148, 152, l6@icn1 34.37-38.57.77 relación al, 132,174; 112-113;
154,155-156; técnicas del, 69 ideologln del, 61
religioso, 93-94,102-107,152; Cuerpo (constituido), 141,162; D6xico. doxa, 19, 24, 61,134, :.:S,
~ ~

social, 27,105; espiritu de, 183 138'


socioldgico, 46, 48; . . - Cultura, 34,35,39; Dox6sofos, 188-189
teoría de los, 26,3233,144.145, 133-134;136-137.151 contra, 157 DURKHEIM, E., 20, 24, 35,40,45,
149 Competencin, 103, 104, 146, 152- erudita, 18; 47, 57, 88, 123, 128-130,133,
universitnno, 27,34,99-100; 153.171.189: Cura (de las almas), 103-104 158,165
CANGUILHEM, G., 17-18 ~~U ~~ ~~~

Capital, 39, 81,108,144,146,148, poiitica, 168 ' Chicago (escuela de), 48


170; Competencin (luchas de), 42,'104, CHOMCKY, N., 22,25,74 114;
culturnl. 44. 105-106.112. 113. 109.144.152 y economiar (del honor, de la re-
~omu~icac~6n(formasocial de), 41 Danza. 181-184 ligión, etc.), 112-114
42,88-90,120 DARBÉL,A., 20 Economicismo, 109-110
Concentración (política). 190-191; DARNTON, R., 54 EISTER. J., 23-24
poder sobre ei, 146,147 del poder, 170 DAW. G., 19 Empirismo,19, 30-31,42,44-45,46-
simbólico, 33,112-114,131,137- Conceptos abiertos, 49-50 Definiciones previas, 49,103 47,50,176-177
139,140-141,144; Conciencia, 21; Definicidn previa(error dela), 102, Empirisbs y teóricos, 44
social, 112,113; toma de, 100,159,181 103 Envejecimiento, 111
Carisma, 159 Condescendencin (estrategias de), Delegación, 34, 47. 116, 141, 158, Erudito, 43,57;
Casamiento, 21, 67, 72, 74, 76-79, 131 162,110,190 cultura, 122,123;
80,81-82,85; Condicionessoeiales de posibilidnd, DENBY, E., 181 límite del conocimiento. 32;
con In prima paralela, 21,31,78, 20,27,35,91-92,115,134 Denegaci6n (Verneinung), 27,131, relaci6n con el objeb, 31
83:
~- Conflicto/conscnso, 50 167
~~ ~
Escrito, 87-88
preferencinl, 74 Consngrnción, 141,144; Deportes, 51,105 Escritura (scciol6gica), 40,5943
CASSIRER, E., 37,49,55,104,129 auto, 162-163,171-112; %>uración y arte puro, 145-146 Espacio de los posibles, 40, 124,
Cntedrhticos (scciedad de los), 162 efecto de. 91 DESCARTES. 55-56.179 178,180
Cntegorema(categoresthni),37,99, ~onscientel~nconsciente,
23,31,43, ~esconccimientay Íeconocimiento, Espacio soeial, 21, 26, 58, 81, 99,
117,137-138 TU,115,127,128-129 35.49-51,163 130-134,138,149,154,175,189
Cntegoríns (de percepción), 61,128, Constitución. 140.161.162: Desinteres. 153,168 Esplritu, 18
137.151 poder de, 30,139-141 Esquemn, 83-84,86,112,119,.34
CELINÉ; F.154 Construcci6n, 26,44,45-46,55,68, Desviación, 160,Í63 ' (véase también clnsificación);
Certificado, certificación, 62-63, 104,109,130,132-134; Diacrisis, 85 prActico, 85-86,88
139 cientificn. 26.30 Diacritica (lectura,. .
producci6n), Esencia (como quintaesencin), 145-
CICOUREL, A,, 139,173 del objet;, lí5,176-177,185; 149,160
Ciencia, cientifico,cientiíicidad, 19, práctica, 177; Diferenciaci6n (e historin), 80
140.142.185-187: Constructivismo, 49,104,127-129, Disciplina, 86,183; y somatizaci6n
~~m~~~ ~~,
..~ -- 137.151 de lo social. 183
Cinismo, 27,154,167 COZ, b6197; Disciplinn unhersitarin, 28 como instrumento de domina-
Clase (social), 29,35,57-58,81-82, epistemol6gico y social, 153-164 Distinci6n (búsquedn de la), 136 ei6n. 4 5
127.132-133.141: COURNOT, A,, 87 Dominación. 33. 146-141,156;
~ ~
& & d e , 139
sobre el papd, 81; 131-134; Creencia (y campo), 21,93, 94,95. efecto dei31; Esteticas (conceptos), 146
lucha de clases, 141 97,110,120,123,183; estructural, 147; Estrategia (véase reglas), 23, 31,
Clasificaciones, 128 acad6mica, 119-120 forma de clasificnci6n como for- 33,53,67,68.71.81, 110-111;
lucha de las. 89.141 Crlticn, 18, 35, 43, 120-122,190- mn de, 35; de reproducción, 74-75,78-79
---,
191. instmmento de, 19 educativns, 53-54,75-76,81;
histdricn, 28; mstrimoniales,68,71,74-77.78-
(v4ase tnrnbidn liistorfcismo) 79;
Estructurn, estructural, 175; Formal, formalismo, fomaliznci6n, posiciones y las tomas de posi- Inversi6n,l3.56-57,68,93,95,108,
e historia. 26,43, 51, 55, 94.96, 55,56,73-74,86,89-91 ciones, 168,175 113,150;
103.109.175-176. .
, 177:
modo de'pen&miento, 19, 121,
- F6rmuln (juridica, matemútica), Honor. 33.112: educntivn, 53
Irrncionnlismo, 32,69
55,73-74,89-90
130,149.150. 175-176.177.178 FOUCAULT, M.,18,19
cambio. 175 Francfort (Escuela de), 30,148 JAKOBSON, R., 20
~ s t r u c t u r ~ l i s m(estructuralista),
o FRAZER, J. G., 79 Jdanovismo (jdanoviano), 167
l q , 19-20,21,25-26.29, . 33:
. FREUD. S.. 47 Juego, 23, 33, 42-43,56-57.67-69,
y co istructivismo, 44 FRIEDMAN, G., 19 Idealismo, 25 71-72,73,75,85,93,95,102,123,
Eternizaci6n (de los conceptos), 28- Fundamento (cuestión del), 42 Iglesia, 46,115 146,150,168;
--
9.9 Illusio, 93,108,150; cultural, 123;
Etnología. 68,69,72,78,79,83-86, Genealogía, 31, 32, 78-79,81-82, (uéase tambidn interhs) doble. 70.96-97,166-168;
95.100.121-123: 117,118,121,137 Imperativo (pasaje del indicativo espacio de, 108,168;reglas del.
Gerschen'uron (efecto), 47,49,55 al), 165 72, 74, 85;
--8 GOLDMAN. L.. 25.98 Impostura legítima (Austin), : 66- sentido del, 22,23,68,70-72,73,
etnologismo, 119,122 , -,- 168 (uéase también mala fe) 75,76,83,87,150;
Etn6logo,20,115,116,118-119,120 GRAMSCI, A,, 38 Imprecisión, 50, 79,84,87,88 teoría de los, 56
Etnometodología, 44,128-130,131, Grupos (genesis de los) (uéase Impr~visaci6n (invención, espon- Jóvenes, juventud (recien llega-
132-134 clases), 26, 77, 78, 81, 95, 127, taneidad, libertad, crenci6n). 25, dos), 144,147,170,180
Existencialismo, 17-18 130,132-133,137,140-142,158- 70,84,87,90 Juiidismo (legalismo), 58, 72. 74,
Experimentaci6n epistemol6gica 162,165-166 Incorpornci6n, 23,26,71,86,111 83,86.89,91,109
(sociol6gicn). 67,98 GUEROULT, M., 17 Indi iduo(y sociedad), 41,69-70,71
Experto, 139 Gusto (udase hnbitus. sistema de Individualismo (metodol6gico), 41, Knbilia,32,34,35,42,67,70-71.73,
134; 56 75-77,81,84,115,119,123,137
Facultades (conflicto de Iss), 52 juicio de, 73 Insulto, 28,99,137,145 Kadijutiz, 90
FAN( N, F., 20 Intelectual,27,51.56,148,152,170 KANT, E., 19,25,35, 52, 163, 179,
Fenomcnología, 17,19,44; HABERMAS, J., 35 (uéase también libertad (ilusi6n 180
y estructuralismo(uéase estruc- Habitus, 22-27,33, 36, 41, 55, 69, de la) ); KO%, A,, 17-18
turnlismo) 71, 73,77, 80, 83-86,87,89, 97, oroletaroide. 54: KUHN.. Th.,
. 46
FERRO, M., i70 108,110-112,132,133-135,178; oficio de, 39:40 '
Fetichismo, 39, 109, 158;político, económico, 21;y campo, 55,111- Intelectualismo, 23,33,79,98-100, LAZARSFELD, P., 31,46-47,48
158-160 112.127 120 Lectura, 115-116, 119, 121-122,
FICHTE, J. G., 25 Intencionalidad (sin intenci6n), 24 124,150,163,179;
Fides implicita (entrega de sí), 161, Interaccionismo, 44,129, 130-131, formalista, 39
.""
ion
Filologismo, 116,117-121
133,136-137
Interks. 42,56-57,70,83,93-96.99,
LEIBNIZ, W.G., 49
LkNIN, V. I., 20
Filosofía(Gl6sofo), 19-20.28-29,30- ~ i G e s í a163 , 108-111,117-118,120,144,145, LE ROY LADURIE, C., 74
', 39, 48-49,60, 87; (uéase Historia (estructurnl), 175 150,166,167-170,171,186.187; L$VI-STRAUCS, C., 19-20,22, 23,
t imbién eternizaci6n de los con- Historia (de larga duraci6n). 51; especifico, 95,98,146,153,168, 31,33,38,68-70,127
ceptos) social, 28 181; Libertad, 24,69-70,ll;
de la libre elección, 26-27; Historicismo, 27, 41,109 prdctico, 94; ilusi6n de la, 27;
marxista, 28-29; Historiznci6n (como desfatalizn- universal y en lo universal, de invenci6n, 70;
social. 51 ción, desnaturalizaci6n), 26,27, 41,42; y necesidad, 26-27;
~ n a l i s k o22,
, 110-111 28,35,51 universalizaci6n de los, 168; teoría de la, 26
Fisicalismdpsicologismo, 128,129 HOFSTADTER. D.. 96 y campo, 56-57,108-110,144, Límite, 58,103-104,146
íuéosetornbi6n obietivismo/sub- ~ o m o l o ~ a c i 6 88:89,91
n; (uéose también illusio, inver- LOCKE, J., 56
jetivismo) Homologia, 143,144,147-150,167, si6n) MEica v cronoloda. 87-88:
Forma, 85,90-91; 168-169; ~nternólexterno (hermenkutical prá¿tica, 12-73
metro de las, 85,90-91; e n h e los campos, 143;entre las sociología, texto, contexto), 150 Luchas, 41-42;
poner en, 85
a propósitode la verdad, 99-100; Nominncióii (poder de), 62, 138- Posibilidades (y esperanias), 23,34 :{elntivismo, 26-27
sim%licis. 136-131,138 139,141-142, 151' Posibles, espacios de los, 40 Representnr (representación), 61,
LUKACS, G., 98 No-respuestns, 189 Posiciones (y disposiciones), 23-24, 82,158,160
.
129:, 130.131-135.180-181: Resistencidsumisi6n. 156..157
Objetivación. 37, 42-43, 67-68, 85- universo de las 1 científicas y Revolución simbólica; 118,147
.,, 86. 88, 95-96, 118-119,120-121, tomas de -sociológicns, 40 Ritual(ritu..iizaeión), 20-21,68,72-
Magia, 88,104,109,152,161,162, 161; Positivismo, 31, 37, 46. 47, 49-50, 73, 77, 79,85,97,106;
1R7i nutonn6lisisy de lnobjetivnción, 56.103; 128: modelo de. 48 social. 106
Soei'a~,109,162 118:
Malafe(estructurnl), 163,164,166 de la objetivnción, 67,98,119; 86,94;
MAMMERI, M., 117 pnrticipante, 96 Conocimiento (udase esquema);
MANST, E., 144,151 Objetivismo, 21, 22, 31-32,44, 61, lógica de la, 33-34,72.73,84-86; Sacerdote, 102, -03
MARX, K., (marxismo), 17, 20, 28- 70, 100-101, 119, 128-130, 132- fines teóricos y fines, 68; SARTRE, J.-P., .67, 148-149,151,
30 37, 40. 43-47, 57, 58, 68, 75, 134,177; sentido, 68-70; 161,164
110,128-129,132,155,159-160, estructurnlistn, 69 teoría o ciencia de 18, 31.91-92 SAUSSURE, F. de, 19-20,25,39,74,
166,179,180-181 subjetivismo, 44,81,128,129; Rnxis (uéase pr6cticir), 33 89
MARX,L., 20 Obrerismo, 154 Referencias (sistema de), 112 Scholastic fallacy, 86, 99,111,117
MAUSI , M., 24-25, 69, 109 Ofertaldemandn (espacio de los Revisión, 137 (uéase también schol6)
Mayo del 68(movimientoestudinn- productos ofrecidos/esoncio de Principio G i visión y de división, 85, SCHOLEM. G. - 2
ti]), 52, 54, 70,106 las disposiciones), 56, i05, 106, 136.1 37
Mecanismo. 22 176,177
Mercado, 1~6,>47,185,187-188; a c i a l (oficialización), 73, 74, 85, Sectns, 105-106
lingilístico, 111; 88-91 SElBEL. C.. 23
matrimonial, 77-78 Ontológico ídesliznmicnto), 62.86 ~emiol&la; 52,116
MERLEAU-PONTY, M., 17,18,23 Or6culo (efecto de), 164-166 opinión, 62 Sentido común (tópico), 32, 117,
Metodología (uéose positivismo), Ortodoxin, 21, 137, 146 Pueblo.. 97.. 152.153-155.
. 164-165. 138-139;
45,49-50,187 167 mundo de, 135,136 (uéase tam-
MERTON. 46.48 Palabras (vocnbulario), 102, 104, Punto de vista oficial, 139 bién dóxico)
Mimesis (miktico), 87,. 97, 110- 130,136-138; Sentido prhctico (véase Iinliitus,
120,182-184 deorden,l41 (uénsetambián po- Racional, 43.91; sentido del juego), 22-24
Ministerio (misterio del), 141,159. litica. nominneión):
-~
acción, 23,55-Ci; Simbólica, 86-87,136,165;
161,163,167 lucha a propósito de las, 62,63 agente, 23; cnmbios, 113;
Modelo de la realidad (y renlidad PANOFSKY, E., 25 c6lculo,22-24.69-71,83,111; dominación. 35.147.156;
del modelo) (uéase también códi- Pareja epistemológica, 73. 177 (v. sujeto, 23 y
estructura eitructuras socia-
go, lógica prhctica, pr6ctica. tnmbi6n nntinomins) Razón (e historia), 35,41-42 les, 29-30
scholasfic fallacy), 56, 110, 116- Permnnencin (peimnnentes), 160 Razones (y 'racionnliszación"), 31 fuerza, 90-91,140-141;
117
. .~
(uéase construcción de grupos) Reflexividad. 24 '
manioulación. 104. 05:
Modo de reproducción escolar, 52- PLAT~N, 26, 50, 87, 100, 119-120, puesta en ord..i, &b 87;
"-
*A
124,190 ventnja, 83-84;
Monismdplurnlismo, 78 Poeta, 70,87,117 Socionn6lisis, 1 3
Monopolio (de l a violencin POINCAHB,H., 49 bi& usos s&iaies del paren- Sociologfa de la sociología, 29, 45,
simbólica legitima), 138 Politien, 35, 60,101,110,117,137, tesco); 96
Mornlismo (fariseísmo), 104, 105, 147-148,164-165, 172, 187.188 oficial, 70; poner en, 84,85;
155 Polisemin (y polifonin), 118 obediencia a la. 71 101;
~o~fo¡ógicos(efectos), 52 Popular (Culturn, lengua, religión), y regularidad, 72,81, 84-85; campo de la, 44-45, 46-47; del
97.106 Relaciones de fi:,rzn, 108; arte, 33,98;
Neutrnliznción, 47, 119 en la unidad ¿tom6stica, 76 del conocimiento. 28.35;
NIETZSCHE, F., 37, 163-165, 167 Relaciones y sustancias, 129-130 de la filosofía, 98;
de In liternturn, 40; división del -cientilico, 100.173,
y mundo socinl, 62 (ubase tam- 182
bién teorin (efecto de) ); Trascendencia (de lo social), 158
relib6osn, 46 Triunfos, 71, 102 (uéose ianzbibn
Soeiologismo, 26 capitnl)
Sondeo, 185
Sujeto (i s. nqente), 27; Universal, universalidad, univer-
filosofia del, 29-30 snliznción, 42,48,90-91,98, 99-
100,103,112-113,139,149,154,
Taxinomias, 28,79; prácticas, 79 162,164,166
Tenis, 62
Teoría, teórico, &oncismo, 42, 44- Vanguardia, 145.146
45.99-100. 116.132-133: VEBLEN, Th., 24
e f k t o de, 29,5i, 121,13'2,141; Verdad, 41-42;
espacio, 40 lucha a propdsito de la (ubase
Teorídempiria, 177 lucha)
Tesis (no téticas), 124 (udase fam- política de la, 42;
biBn intencionalidnd sin inten- Verdadero, verdaderamente (odase
ci6n) verdad), 146
Tiempo (y prdctica), 33-34 Violencia simb6licn, 90
Titulos (de nobleza, escolares, etc.), Virtuoso, 24
138 Vis formae, formal, 90-91
Todo pasa como si. 111 VUILLEMN, J., 18
Trabajo, 35,91,100,108-110;
de delegaci6n,160; WEBER, M., 18,24,32
politico, 132-133 (udose fambibn WEIL, E., 17,18
WITTCENSTEIN, L., 21

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