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Hoy por hoy la democracia se ha convertido en un dogma que se ha instituido como

incuestionable tras el establecimiento de los modernos Estados de Derecho, en


buena parte, porque el tránsito del Estado Nacional renacentista al Estado de
Derecho se dio en el marco de la ilustración, imbuido por el pensamiento de Locke, Commented [HARB1]: Definirlo en nota al pie

Montesquieu y Russeau, y fueron ellos quienes dieron las bases ideológicas para la Commented [HARB2]: Nota al pie para aclarar tales
bases
institución del paradigmático primer Estado moderno: Los Estados Unidos de
América que consigo trajeron no sólo la institución de la primera democracia
moderna, sino, además, la soberanía popular, el sistema presidencialista y la
primera Constitución Escrita (en los términos del moderno derecho constitucional).

El Ejemplo de Estados Unidos rápidamente fue replicado y entre sus primeros


émulos encontramos, no sólo a la primera República Francesa, sino, además, a los
diferentes Estados americanos surgidos del fenómeno emancipatorio de comienzos
del Siglo XIX circunstanciado por la invasión napoleónica al Reino de España (en
su faceta peninsular) y el posterior imprisionamiento del monarca Fernando VII.

Mucha agua ha corrido desde entonces y, tras un siglo de fortalecimiento de las


instituciones políticas, circunstanciado por las crisis económicas que trajo consigo
el abrupto cambió que supuso la revolución industrial, el Siglo XX estuvo marcado
por los conflictos beligerantes entre los que participaron naciones totalitarias,
representantes del nacionalsocialismo, el fascismo o el marxismo-leninismo,
teniendo como resultado la universalización del modelo democrático como el único
“aceptable” con miras a la estabilidad política del globo y a la garantía de los Commented [HARB3]: ¿A qué se le llama estabilidad
política? ¿por qué es deseable como valor universal?
derechos individuales (proclamados al finalizar la Segunda Guerra Mundial por la
neonata Organización de las Naciones Unidas en el año de 1945).

Esta absolutización axiológica de la democracia ha conducido a que sea aceptada


por igual por derechas y por izquierdas que, alrededor de los valores democráticos, Commented [HARB4]: Estos deben ser, por lo menos,
nombrados para aclarárselos al lector desprevenido.
se han ido acercando hasta amalgamarse en la amorfa? socialdemocracia liberal?
Commented [HARB5]: ¿Por qué? No es injusto el juicio
común a la mayoría de los sistemas de gobierno que se ajustan a los actuales de valor, pero debe ser sustentado.

modelos de Estado.

No obstante lo ya relatado, el papel de la filosofía radica en el cuestionamiento de


Commented [HARB6]: En algún momento estos deben
los dogmas? mayoritariamente -o universalmente- aceptados, máxima que ha sido ser mencionados
el motor del pensamiento filosófico desde tiempos de Sócrates, cuyo mayor mérito
estuvo en pasar por el tamiz racional los postulados y máximas de los atenienses.
Así, hoy resulta imperativo al filósofo el poner en tela de juicio las bondades de las
diferentes instituciones, aun de aquellas que por su arraigo histórico suponen una
inercia cultural que empuja al hombre a la aceptación de unos mínimos
incuestionables frente a los que su sólo sometimiento a escrutinio pudiere antojarse
herético.

El presente texto pretende abordar la cuestión de la democracia desde cinco


diferentes puntos de vista: en primer lugar se abordará lo relativo al fundamento del Formatted: Highlight

sistema democrático en el cual se erige todo su andamiaje; en segundo lugar se


tocará el asunto del electorado y su legitimidad; en tercer lugar se analizará el
planteamiento relativo a los depositarios de la fe pública en un proceso democrático;
en cuarto lugar se tratará el funcionamiento de la democracia a partir de los tres
anteriores análisis; en quinto lugar se abrirá el debate sobre las consecuencias que
el sistema acarrea.

Para su propósito, se acude a diversas fuentes que serán tomadas en cuenta, a


saber: el materialismo filosófico de Gustavo Bueno, el liberalismo latinoamericano
de José Enrique Rodó (Arielismo), el liberalismo clásico de Russeau del que se
deriva el germen de la democracia ideal que hoy es asumida, y la democracia
deliberativa de Jurgen Habermas. Asimismo, se toma provecho del soporte
otorgado por otros filósofos críticos del sistema político tales como Carl Schmitt,
Peter Sloterdijk y José Ortega y Gasset.

El sistema democrático toma como premisa que una decisión política puede ser Commented [HARB7]: Acá es conveniente subtitular y
precisar, en adelante, cada uno de los fundamentos del
avalada por la mayoría de la comunidad política, de tal suerte que la validez y la sistema democrático con un subíndice.

corrección? de una decisión determinada derivan de la convicción depositada por Commented [HARB8]: “la validación o detracción”??
sugiero
un número de participantes que supere la mitad de los mismos, es decir, la
Commented [HARB9]: ¿a qué? ¿A la norma, a la
democracia parte de un criterio aritmético que sustituye un criterio axiológico (al que decisión, a un sentimiento común?

renuncia como más adelante se verá), aunque con ello soslaya que una
participación masiva que comporte el concurso de millones de votantes no garantiza
per se que la decisión que con ello se adopte sea más correcta que alguna que sea
emitida por tan solo unos pocos (Casals R., 2012, p. 443). Por supuesto, este punto
de partida no es arbitrairo, pensadores afines al modelo democrático ponen sobre
la mesa que el resultado de un comicio electoral es el resultado de la confrontación
de distintas racionalidades, de tal forma que, al partirse de una deliberación en la
que participan de manera activa las plurales formas de ver el mundo (Habermas,
1999, p. 253), la decisión adoptada es legítima en la medida en que, de entre todas
las propuestas, la más adecuada se impone de manera natural y necesaria sobre la
racionalidad de los otrora abanderados de propuestas más débiles. Así, es del Commented [HARB10]: ¿de qué depende la debilidad o
fortaleza de las propuestas? ¿El argumento más
consenso de diferentes posturas del que, en últimas, deriva la fuerza mayoritaria y convincente es el mejor?

no la simple suma de fuerzas desordenadas.

La mencionada discusión de ideas planteada por Habermas tiene como punto de


partida un acto comunicativo en el cual existen unas condiciones suficientes de Commented [HARB11]: Nota al pie para aclarar

honestidad y de sinceridad en los partícipes de la deliberación; sin embargo, en la


práctica existen importantes distorsiones en el lenguaje político y en el sustento
mismo de la democracia que contaminan el debate, y alteran el mentado acto
comunicativo, por ejemplo: se llama iguales a todos los hombres, no obstante la
sola ruptura social entre gobernantes y gobernados presupone en todo sistema
político la institución de desigualdades; se parte de un estado de libertad de los
ciudadanos que, en todas sus manifestaciones, se encuentran sujetos a diversos
condicionamientos y determinaciones; incluso, en el debate político se le da el
nombre de derecho a distintas situaciones en el orden práctico que no son otra cosa Commented [HARB12]: ¿Cuáles?

que la imposición del más fuerte (Nosetto, 2010, p. 1).

Habermas pasa por alto estas cuestiones en su intento de dotar de legitimidad un


ordenamiento jurídico que “dadas las condiciones evolutivas de la sociedad
política”, no puede acudir a un ordenamiento superior en el que descanse el derecho
positivo (Habermas, 1999, p. 247), léase un poder teocrático, tal y como ocurrió en
otros estadios de la historia propios de sociedades confesionales.

Si, en gracia de discusión, se le diera la razón al alemán y a su concepto de


deliberación, no podríamos explicar que los resultados de las lides democráticas no
suelan decidirse prácticamente nunca por unanimidad, la cual sería una
consecuencia de su planteamiento en la medida en que, si todas las personas
participan de una deliberación honesta, estando dispuestos a reestructurar su
pensamiento de acuerdo al planteamiento más razonable, y todas las
racionalidades pudieran entender de igual manera las bondades de la mejor
propuesta, no podría explicarse, sin cuestionar la racionalidad de los detractores,
que haya ciudadanos inermes ante la seducción del planteamiento que por sí mismo
hubiere tenido la potencialidad de imponerse sobre los demás. Commented [HARB13]: La redacción se hace oscura,

Russeau se enfrentó al problema de la justificación del sistema democrático para el


que quiso acudir al derecho natural, no obstante, tras buscar en el hombre su estado
de naturaleza del que pudiera derivar, al modo aristotélico, una inscripción natural
de la que derive la afirmación de un modelo político como la democracia, no halló
más que una negación de la identidad del ‘hombre’ que, desnudo del lenguaje, las
leyes, los usos sociales y la vida moral, -todos desarrollos convencionales- no
tendría diferencia con los animales (Nosetto, 2010, p. 4). Así, todo lo que se le
imputa al humano habría aparecido a partir de la convención social, siendo el estado
de naturaleza, condición necesaria del contrato social, un estado insuficiente,
perfectible y subhumano (Ibíd p.3). Commented [HARB14]: Esto no lo entiendo

El problema de la naturaleza humana no se le presentó por vez primera a Russeau,


anteriormente Hume ya había encontrado, en un sentido diferente y más radical que
el del francés, que no es contrario a la racionalidad el preferir la destrucción del Commented [HARB15]: ¿Qué dice Hume del estado de
naturaleza? Si es que el depende de las pasiones y no de la
mundo que soportar un rasguño en un dedo propio (Robles & Ganuza F., 2008, p. razón debe hacerse explicito

86), lo que no supondría un inconveniente baladí frente a la justificación del sistema


político que lejos de ser la suma de diferentes visiones del bien común, se
constituiría en el anquilosamiento amoral e indiferente de distintos egoísmos. Commented [HARB16]: No entiendo porque viene al
caso de la naturaleza humana según Hume lo dicho. La
redacción está muy densa
Poner de presente el egoísmo como una característica connatural al ser humano
Commented [HARB17]: ¿este en qué consistiría?
implica, necesariamente el cuestionamiento sobre las preferencias individuales,
pues desde la arbitrariedad del egoísmo se diluye la capacidad de lograr una Commented [HARB18]: ¿es arbitrario el egoísmo?

deliberación entre los diferentes actores: no es posible que un ciudadano, tomado


como individuo que vela por sus propios intereses, modifique su punto de vista y
logre una apertura hacia su contraparte en el debate democrático; de hecho, la
individualidad está suscrita a unas circunstancias específicas en las que cada
persona está inscrita y únicamente sería viable el cambio de criterio por medio de
la alteración de sus circunstancias (Robles & Ganuza F., 2008, p. 83), más no desde
la utópica argumentación deliberativa habermasiana. Commented [HARB19]: La tesis ya de por sí va a ser
beligerante, evitémonos más líos jajajjaj
El primer contractualista moderno fue Thomas Hobbes quien no pretendía con su
postura abrir las puertas a un modelo democrático como al que saltarían sus
sucesores, sino que pretendía con el contrato social justificar la monarquía
absolutista. Encontramos en Hobbes una primera visión del Estado Moderno, Commented [HARB20]: ¿Cuál es el propósito de esta
afirmación?
asociado con el Leviatán, monstruo bíblico de proporciones sobrehumanas, el cual
Commented [HARB21]: ¿Y el vínculo argumental??
sería un hombre artificial (adelantándose al posterior reconocimiento de la
personalidad jurídica de derecho público que hoy configura el Estado), cuya fuerza
la tendría en el ejército, sus articulaciones en la burocracia, sus nervios en la
heteronomía que dinamiza la sociedad, y su alma en la soberanía. Es en la asunción
de esta alegórica alma racional en la que descansa el parlamentarismo, pues,
quienes en últimas toman una decisión política en el Estado lo hacen arrogándose
la voluntad del Estado, la cual les habría sido conferida mediante el mandato de
representación inscrito en el voto, no obstante, una representación en la voluntad Commented [HARB22]: No entiendo, se debe aclarar

lleva de suyo una contradicción en los términos pues no puede un hombre ser libre
en lugar de otro (Nosetto, 2010, p. 1).

Otro contractualista, Cesare Bonesana (Marqués de Beccaria), habría encontrado Commented [HARB23]: ¿para qué el título? ¿sospechoso
acaso de querer la monarquía? Seamos explícitos
precisamente en la cuestión de la libertad la limitación a los derechos que el Estado
puede ejercer sobre los individuos, pues si los individuos no ceden en el contrato
social la totalidad de los derechos sino solo una parte, el Estado no podría asumir
la totalidad sin con ello incumplir el pacto social, de tal suerte que cuestiones como Commented [HARB24]: ¿de qué? Autoridad??
Dominio??
la pena de muerte estarían vedadas al Estado (Bonesana, 2006, p. 11).
Planteamientos de esta naturaleza implican de suyo un cuestionamiento sobre el
funcionamiento del Estado democrático fundado precisamente en el contrato social,
puesto que aunque idealmente pudiera admitirse que existen limitaciones al poder
del Estado, en la práctica, la voluntad popular no está obligada materialmente por
los constructos ideológicos que puedan sustentar el sistema, sino que los
ciudadanos ejercen su voluntad a partir de su posicionamiento moral (Bueno, 2004,
p. 216) en el que, por ejemplo, admitirían como posible la pena de muerte
generando una incompatibilidad para el Estado entre su dimensión ética y su
posición política frente a lo que pudiera estarle permitido. Commented [HARB25]: Me parece que se pierde el hilo
argumental y el propósito del apartado, en primera
instancia se están enunciando los fundamentos de la
Precisamente esta imposibilidad de limitar la voluntad de la ciudadanía que no es democracia. Después se les hará la crítica a cada uno, pero
en primera instancia contemos bajo que ejes se arma la
otra cosa que el compuesto de diferentes partículas? políticas con una amplia??
democracia para poder desmontarlos. Convenzamos al
visión de la sociedad, ilimitable por medio de estructuras doctrinales?, hace que lo lector de la maravilla de la democracia para luego asestar
oportunamente los golpes correspondientes.
social se convierta en una infinitud imposible y utópica (Polack, 2011, p. 62) en la Commented [HARB26]: ¿cada ¿partícula? Tiene una
visión amplia de la sociedad? O ¿ la suma de las partículas
medida en que su voluntad se hace inasible y, al mismo tiempo, inaplicable. Es amplia la visión de sociedad?
cierto que podría confiarse en que algunos espíritus ilustrados determinen las cotas Commented [HARB27]: ¿Por qué?

de la voluntad popular y que informen el compuesto amorfo que esta misma supone,
no obstante, este planteamiento sería una negación del espíritu democrático y su
suplantación por una suerte de aristocracia tal y como ocurre en la ‘democracia
constitucional’ en que un Tribunal Constitucional compuesto por letrados trata de
contener la voluntad popular. No obstante, debe tenerse en cuenta que incluso en
los sistemas que propenden una democracia limitada, el reconocimiento del poder
constituyente primario reposa en el pueblo abstracto, masa todopoderosa en cuya
heterogeneidad se confía hallar mayores luces que en los individuos o en las
minorías con la esperanza en una genialidad producida en masa.

La contradicción entre ética y política no es la única a la que se enfrenta el sistema Commented [HARB28]: ¿Cuáles son los rasgos propios
de tal contradicción? Enumerarlos
democrático: Como se ha dicho ya, la democracia moderna nace junto con la nación
política, esto es junto con el Estado (Nacional) de Derecho, la cual valida al hombre
como ciudadano desde una nacionalidad determinada, puesto que los derechos
políticos derivan ineluctablemente del vínculo vigente entre el Estado y la persona
natural. De esta manera, la idea de un hombre ciudadano riñe con la idea inasible y
metafísica de individuo del género humano, el cual por sí es absolutamente etéreo Commented [HARB29]: ¿en qué consiste la pugna?

y es la nación política la que lo determina en unas circunstancias tempoespaciales


espaciotemporales que le son propias y que delimita su accionar político y su
Commented [HARB30]: Si bien cada unidad
voluntad de manera excluyente?? y arbitraria? que, a su vez, lo somete a los espaciotemporal posee sus propias determinaciones
políticas, estás no surgen del azar, ni de la espontaneidad.
¿cómo se explicaría la arbitrariedad?
designios de sus connacionales. Lo anotado abre una dicotomía en cada individuo
entre su situación concreta (material) de cara al Estado del que es ciudadano y una
pretensión universal, abstracta y anárquica desde el reconocimiento de un
pretendido derecho universal al que se sujetaría el género humano (Bueno, 2004, Commented [HARB31]: Creo que acá hay un punto
valioso para exponer la contradicción de la democracia.
pp. 210-213), pues del Estado emana un derecho positivo fundado en la soberanía
de la nación, y al individuo le asistiría un derecho natural por su sola condición,
colisionando en prácticas aceptadas por la nación pero desconocedoras de la
dignidad humana??, como el caso de la ya mencionada pena de muerte, o caso Formatted: Highlight

también de las poblaciones que defienden como parte de su cultura la cliterectomía.

Con todo lo ya dicho, existe finalmente un último punto que resulta imperioso tocar
con relación a la fundamentación de la democracia antes de continuar en lo
sucesivo: tal y como encuentra Carl Schmitt, lo propio de la democracia es la
homogeneidad nacional (Polack, 2011, p. 61), y puesto que en la democracia son
las masas las que a partir de la robustez aritmética se permiten abanderarse de la
nombrada homogeneidad nacional legitimándose políticamente, con ello también,
su poder redunda, necesariamente, en el rechazo de lo heterogéneo, es decir, en la
exclusión de lo diferente. Commented [HARB32]: Otra fuente para el debate
puede ser, precisamente, este concepto, que me parece
pertinente explorar.
II

El electorado y su legitimidad

Desde la República de Platón se puede hallar unas primeras objeciones al sistema


democrático a partir de la oposición entre las masas y las minorías el cual se hace
explícito en algunos de sus celebérrimos diálogos tales como la Apología de
Sócrates, el Critón, el Fedón o la República. Pasados varios siglos, hoy la misma
cuestión sigue tan vigente como en los albores de la filosofía, así, Ortega desarrolla
en su obra El Hombre Masa una serie de planteamientos entre las masas y las
minorías inscritas en la vida contemporánea, concluyendo que mientras las minorías
implican de suyo, ejemplaridad, y disciplina, la masa en cambio conlleva el
desprecio por lo diferente, el abandono de sí y una enfermedad en su capacidad
estimativa (Peris S., 2014, p. 119). Para Ortega, el hombre masa es un individuo
amoral carente de cualquier sentimiento de sumiciónsumisión a algo superior que
redunde en un espíritu de servicio o de obligación (Ibíd, p. 128), fundamentales para
la determinación de un bien común.

Son los vicios de las mayorías, ya referidos, los que hacen de la democracia un Commented [HARB33]: ¿habría que hablar también de
las consecuencias de los vicios de las minorías en las
sistema político cómodo y estable, pues las mayorías se presentan indolentes ante democracias actuales?

las cuestiones que la misma ciudadanía sufre (Talmon, 1956, p. 228), las cuales
asumen?? y a las cuales se acostumbran, prefiriéndolas éstas al cambio que les
implica, naturalmente, un esfuerzo que no están dispuestas a afrontar. Dicha falta
de compromiso con las circunstancias a la que el mismo pueblo se enfrenta se
agravan en las sociedades ingentes e industrializadas, los Estados mayúsculos en
los que el solo censo electoral es suficiente para anular aritméticamente el impacto
real de cada voto individualizado frente a las decisiones que se toman en la vida
política. Encontraba Schmitt que en una sociedad amorfa de estas condiciones
(Polack, 2011, p. 56), el anonimato que reducía al ciudadano a la insignificancia lo
convierte en una persona maleable a la manipulación política. Commented [HARB34]: Este punto es central y se debe
ampliar
No siendo suficiente para descalificar al elector promedio en el sistema democrático
con la desidia que le endilgan diversos autores, el participante de los comicios trae
consigo también el ánimo coactivo sobre el otro a partir de la legitimación del yo
(Nosetto, 2010, p. 5), maximizado por medio de la masificación de su voluntad con
la de sus copartidarios. Commented [HARB35]: Otro punto para profundizar.
Creo con este se puede mostrar la violencia y la actitud de
dominación propia del dogmatismo y el fundamentalismo
La igualdad ante la Ley pasa por alto las desigualdades materiales de los político.
ciudadanos, y aunque este vicio no es exclusivo de la participación, la sociedad
democrática se encuentra acentadaasentada en un mito igualitarista. La división de
las cargas a imponer a la ciudadanía bajo el igualitarismo será en todo caso injusta,
por ejemplo: si las infracciones de tránsito se multan con idéntico ímpetu a dos
ciudadanos de muy distinta extracción social, al adinerado le será insignificante
pagar por su falta, mientras que la misma le resultaría especialmente dañosa al
pobre; si por otro lado, la suma fuera proporcional a los ingresos, a quien no facture
ingresos importantes no le resultaría disuasivo el comparendo que sería, finalmente,
insignificante (Bueno, 2004, p. 240). Lo mismo ocurre con la participación
ciudadana, mientras todos los votos tengan idéntico valor se cometería una injusticia
con las personas de una fuerte vocación y formación política pues su voto se vería
anulado entre una masa menos letrada y menos interesada en la cuestión política,
disuadiéndolo de participar y empujándolo a la abstención, mientras que si se
hallare una fórmula que lo privilegiara frente a sus conciudadanos, el aún más
insignificante voto de las mayorías desestimularía a sus depositarios a hacer un
ejercicio mínimamente responsable con su cuota de soberanía. Así, para analizar el
sistema democrático, resulta inútil dirigir el estudio hacia los ciudadanos egregios,
pues, en palabras de Ortega, el tono de una sociedad depende del hombre medio
(Peris S., 2014, p. 119).

La ya criticada insignificancia de la participación individual, en la práctica, se ha


buscado salvar por medio de la asociación de formaciones políticas que en su seno
acojan a una pluralidad importante de ciudadanos que ya no actuarían de manera
individual, dando vida a los partidos políticos, actores de primera importancia en el
sistema hasta ahora inadvertidos en el presente texto. Sin embargo, estas
asociaciones y formaciones políticas no escapan a los vicios del sistema: el Commented [HARB36]: Creo que luego de la exposición
de los fundamentos de la democracia, el siguiente apartado
problema de los partidos radica en que desintegran al pueblo, y, por lo tanto la puede llamarse de esta manera. Vicios y vacíos del sistema
democrático actual, podría ser jaja
pretendida voluntad popular pasa a ser remplazada por la voluntad de unas partes
Commented [HARB37]: Aclararlo
bien definidas, de tal suerte que el desgastado bien común es superado por los
Formatted: Font: Italic
intereses particulares que minan el desarrollo de la propia democracia en su afán
de obtener para sí el ejercicio del poder (Bueno, 2004, pp. 227-229). No siendo esto
suficiente, los mentados intereses particulares exceden los límites físicos de la
soberanía, territorialmente hablando, pues nada impide a las formaciones políticas
adherirse a filiaciones internacionales y a verdaderos credos políticos que
direccionan sus intereses transnacionales anulando los intereses nacionales, a
pesar de que es la nación política en la que justifican su actuar, y es el Estado que
la nación política encarna el que resulta financiando estos amancebamientos. Commented [HARB38]: Importante punto que se puede
ampliar a los intereses económicos transnacionales de los
grandes conglomerados como Odebrecht y demás.
Por supuesto, resulta injusto depositar en la población todo el peso del
funcionamiento inadecuado del sistema democrático, después de todo son las
condiciones desiguales que de facto se dan las que propician el desinterés por los
Commented [HARB39]: Se pude añadir que otro factor
asuntos públicos, la desidia y la comodidad? que rehúye al cambio. La democracia del desinterés por el cambio político puede deberse a la
poca o inexistente repercusión de dicho cambio en la forma
de vida del conglomerado social.
no puede dejar librado un sistema de estas características a la sola libertad Commented [HARB40]: ¿Cuáles?

ontológica aristotélica y lograr sus cometidos?? desentendiéndose de las Formatted: Highlight


Commented [HARB41]: Aclarar
circunstancias materiales. Una sociedad que desarrolle una democracia con ánimo
de funcionar adecuadamente debe garantizar unas condiciones de libertad material, Commented [HARB42]: ¿Qué es el funcionamiento
adecuado y según quién lo es?
de tal forma que existan condiciones físicas y morales que le permitan al individuo
ejercer una verdadera deliberación política (Peris S., 2014, p. 127), bien señala el
filósofo hebreo Yaakov Talmón “La igualdad de los votos se hace ilusoria por la
desigualdad de la posición económica (Talmon, 1956, p. 222). No obstante, esta
exigencia trae consigo un imperativo para el Estado como persona jurídica de
reducir las brechas de desigualdad social y generar unas condiciones materiales
equilibradas, en otras palabras, la democracia no es un sistema político ajeno a la
ideología, y, para manifestarse de una manera adecuada debe acudir al estatismo?
con el peligro ingente que ello supone pues si el Estado se encarga, por ejemplo,
de los elementos educacionales y culturales necesarios para formar un criterio en
la ciudadanía, ejercicio que fácilmente pude caer en el adoctrinamiento como forma
degenerada de los sistema educativos; por mencionar uno solo de los problemas
recurrentes bajo un régimen estatista pero no menos importante que la
centralización de la economía o la reducción de las libertades individuales.

No obstante, incluso si se lograra el equilibrio de las condiciones materiales del


electorado, esto no resultaría suficiente para resolver la ya citada cuestión de las
preferencias??, puesto que ni siquiera las condiciones sociales, educacionales y
laborales de una sociedad la convierten en una comunidad de ángeles que pueden
direccionar su comportamiento bajo un imperativo categórico kantiano, ajeno a la Commented [HARB43]: Aclarar

sensualidad heterónoma, sino que las preferencias de los agentes racionales se Formatted: Highlight
Commented [HARB44]: Mmm aclarar
guían de manera omnímoda por el placer o el dolor que le suponen los efectos de
sus elecciones (Robles & Ganuza F., 2008, p. 87).

III

Los depositarios de la fe pública en un proceso democrático

Entramos ahora en el análisis de la clase política, como destinataria del favor


popular que los legitima como gobernantes dentro de la distribución del poder de la
comunidad política, quienes son los representantes de los ya señalados partidos
políticos con sus intereses ya denunciados como atomizadores??.

Una de las grandes falencias del sistema democrático está en la servidumbre de los
políticos frente a las instituciones que los sostienen (Casals R., 2012, p. 440), así
las cosas, si cada partido tiene unos intereses individuales, y los políticos se deben
a dicho partido, es apenas natural que los políticos actúen en pro de los intereses
de su formación aunque con ello atenten contra el interés general favoreciendo
intereses particulares por antonomasia contrapuestos a éstos.

Precisamente, las reglas de funcionamiento de los partidos políticos son


independientes y autosuficientes en un sistema democrático, lo que conlleva de
suyo a que se conviertan en verdaderos centros de logística? (Ibíd) frente a los que Formatted: Highlight

el control que ejerce el Estado está limitadísimo en razón del necesario respeto que
el mismo debe tener por la libertad de asociación. Commented [HARB45]: Sin obviar el fin al que se
dirigen.
Por otra parte, los partidos políticos tienen dinámicas implícitas no escritas dentro
de su funcionamiento, en el que quienes escalan en ellos, para hacerlo, deben ser
personas especialmente complacientes de quienes se encuentran en una posición
elevada, hasta la cúpula e incluso allende de la figura del partido!!. De esta manera,
el ascenso al interior de una formación política no atiende a la competencia ni a la
coherencia ideológica (Casals R., 2012, p. 445), no se premia el heroísmo sino la Commented [HARB46]: ¿Heroísmo político? jajaja

mediocridad de los militantes que posteriormente se ve recompensada en el impulso


de una carrera política que se constituye blindada al acceso de talentos
excepcionales en beneficio de políticos pusilánimes. Commented [HARB47]: ¿Y eso de la moderación???
Jajaja
La cosa pública se constituye en un mercado en el que participan diferentes grupos Commented [HARB48]: ¿de qué índole? aclarar

particulares hambrientos del botín que la misma implica, mercado dinamizado por
las diferentes complicidades que para lograrlo alcanza cada partido con aliados y
adversarios políticos indistintamente. La política bajo las condiciones democráticas
materiales no es otra cosa que “el negocio despreciado de una, por lo general
despreciada, clase” (Polack, 2011, p. 55).!!!
Esta dinámica anula la deliberación política defendida por Habermas a la que se
hacía referencia al principio del presente documento, por el contrario, las diferencias
ideológicas entre los partidos tienden a la homogeneización descarada que
renuncia a las cuestiones fundamentales y que apenas expone divergencias de
criterio (Casals R., 2012, p. 442) bajo banderas ideológicas que cada día pierden
más el sentido. En este orden de las cosas, la clase política está constituida por
mercaderes que, tal y como señalaría Ortega, parecieran ser aquellos que no sirven Commented [HARB49]: Se puedo acentuar la dinámica
de manipulación implícita en tal transacción.
para nada sustantivo (Peris S., 2014, p. 116).

Dentro de la democracia, tal y como está planteada, las riendas de la comunidad


política están inexorablemente depositadas en las manos de personas sin ninguna
integridad moral y sin ningún talento intelectual, su mayor virtud sería la Commented [HARB50]: Estas generalizaciones deben ir
muy bien sustentadas.
manipulabilidad desde su propio partido político, y sería un valor agregado para su
oficio la ausencia de escrúpulos frente a las corruptelas (Casals R., 2012, p. 445)
de la sistemática política.

IV

¿???

Todo este funcionamiento espurio de la democracia y la consecuente


uniformización?? dentro del debate amalgama una clase dirigente que se establece
en un ejercicio dialéctico como contraria de a la clase dirigida, es decir,
instituyéndose como una oligarquía disfrazada bajo la égida de los conceptos
ilustrados de la revolución francesa, obteniendo apenas? la legitimidad de la
ciudadanía de cuyo concierto necesitan, pero prescindiendo de ella en la
materialidad del ejercicio político!.

Así las cosas, los programas de gobierno que se presentan en el ejercicio


democrático son cada vez más abundantes en tecnicismos e incomprensibles para
un ciudadano desprevenido (Bueno, 2004, p. 231) con la finalidad dolosa de la
elusión de una sociedad deliberativa, favoreciendo la polarización arbitraria y
entregada a la visceralidad de la discusión emotiva!!!.
Esta exclusión de la ciudadanía se hace extensiva a la exclusión de los partidos
minoritarios y de las asociaciones incipientes de ciudadanos que tienen, por regla Commented [HARB51]: Es pertinente mostrar el
desgaste que las dinámicas de los vicios democráticos han
general, vedada la participación en los medios de comunicación, el acceso a acarreado, como una nueva tendencia, el optar por agentes
cada vez más disimiles a la clase política instituida “el
recursos y el acceso al debate público, el cual se justifica en la prioridad de los lustrabotas, el loco, el diferente”
partidos que representan un número significativo de ciudadanos, olvidando que,
precisamente la aparición de estos pequeños movimientos tiene como finalidad la
formación de una voluntad política (Bueno, 2004, p. 230) que se les hace
inaccesible.!!

Esta política de la exclusión que se presenta en la democracia es una contradicción


con el espíritu que la inspira, pues, en el sentir de demócratas de la talla de
Habermas, el funcionamiento del sistema depende, necesariamente, de la
consciencia que debe tener la ciudadanía de su papel como autores, en último
término, del derecho (Habermas, 1999, p. 254), siendo dicha consciencia de
soberanía la que conmina al ciudadano al ceñimiento al ordenamiento jurídico y al
respeto por las instituciones.

Contradictoriamente, la democracia actual no solamente peca por excluir a la


ciudadanía, sino que, enarbolando las banderas liberales de su nacimiento no tiene
reparo en justificar moral y políticamente a quienes se presentan como enemigos
de la misma democracia. Así, el terrorismo, entendido como violencia política que Commented [HARB52]: No queda clara esta vinculación
del terrorismo con la violencia política. ¿hace referencia a la
desconoce el sistema dentro del cual actúa pasando por encima de derechos violencia de estado?

humanos y cometiendo crímenes atroces contra la nación política que la legitima


(Bueno, 2004, p. 220) tienen un trato de ciudadanos dentro de los ordenamientos
de un corte más idealista que se reconoce como deudor de la revolución, tal es el Commented [HARB53]: No entiendo, aclarar

caso del trato judicial indulgente que se le ha dado a ETA en España, o el trato
político que se le ha dado a las FARC en Colombia, ambos fenómenos justificados
a partir de la democracia, que prescinden de la ética en su desarrollo político.

Este tipo de contradicciones deprimen la iniciativa política ciudadana, allanada a un


papel de espectadores frente a un juego de élites (legales e ilegales), sacrificando
con ello la vida pública (Peris S., 2014, p. 118) del ciudadano medio ya reseñado
con anterioridad, anulando con ello el individualismo del ciudadano apático que
renuncia al sentido crítico de su posición social y que opta por dejar sus asuntos
fundamentales en manos de un Estado sobre el que ni siquiera ejerce un control
político.

La dilución de la participación política activa de la ciudadanía bajo el esquema


democrático no es un problema menor, ni de trámite, de hecho, las cotas a las
mayorías necesitan de la consciencia de toda la ciudadanía del funcionamiento del
sistema democrático para que no redunde en abusos ni en atropellos ejercidos por
la mitad más uno de la población. En decir de Habermas existe una doble
implicación entre autonomía pública (democrática) y la autonomía privada, pues es
precisamente el reconocimiento de los derechos fundamentales del individuo el que
le permite las libertades suficientes para convertirse en un actor político, y es
también la esfera política la que protege el derecho individual, de tal suerte que,
necesitando apodícticamente una esfera de la otra, ninguna de las dos puede
redundar en la negación de su par (Habermas, 1999, p. 255).

Desde el materialismo filosófico encontramos que todo sistema político tiene dos Commented [HARB54]: Parece ser un salto
argumentativo injustificado, habría que anunciar los
facetas independientes y contradictorias: el sistema irrealmente existente (o motivos por los que se pasa al materialismo marxista.

idealmente existente) que es extraído de la doctrina, que desde su formulación es


inapelablemente idóneo para gobernar a los hombres (tanto ocurre con el Commented [HARB55]: ¿por qué?

comunismo, como con el capitalismo, o con la democracia); y el sistema político


realmente existente, contaminado? por la condición humana y por su imperfección,
sistema sujeto a la corrupción de su funcionamiento, no por tener fallos
estructurales, sino porque su aplicación está librada a la falibilidad del hombre y de
sus circunstancias (Bueno, 2004, pp. 49-54); los primeros sistemas apenas se
pueden constituir en una guía a la que debiera avocarse el sistema realmente
existente en su práctica a pesar de serle inalcanzable (Ibíd p. 304)1. Commented [HARB56]: Esto último no me queda claro

En la democracia realmente existente la indolencia popular tratada en el segundo Commented [HARB57]: ¿ya se había llamado
exactamente así?
capítulo, alimentada por el funcionamiento oligárquico del sistema y por la desilusión

1
Huelga advertir que el presente texto está basado en el análisis de la democracia realmente existente y las
menciones a los modelos ideales son meramente referenciales con la finalidad de señalar la contradicción
Formatted: Underline, Highlight
entre un modelo que se sostiene a partir de un ideal a pesar de estar abocado a una desastrosa
implementación Formatted: Underline
a la que inexorablemente llevan los depositarios de la fe pública, conlleva al
desentendimiento de la cosa pública, es decir, en una cesión de la pretendida
soberanía popular hacia la clase gobernante frente a la que la clase gobernada es
incapaz de rebelarse (Talmon, 1956, p. 230) por medio de la proposición e
implantación de un sistema diferente, pues para ello la democracia se ha blindado,
haciendo justicia??? a su propio origen revolucionario. Formatted: Highlight

En este orden de ideas, la democracia no es una salvaguarda de la libertad


individual, ni siquiera lo es de la libertad en su esfera social y económica, como ya
se anotó, sino que se constituye meramente en un mecanismo de elección de
gobernantes (Peris S., 2014, p. 126).

El liberalismo del que la democracia se desprende históricamente es la forma de


Estado que tiene por cuestión la defensa de las libertades, no obstante, pareciera
ser traicionado por el sistema democrático, pues, a pesar de su cercanía originaria
la práctica lleva a ambos conceptos a espacios incluso contradictorios. De hecho,
tal y como señala Talmon, la democracia requiere una igualdad material en que los
bienes morales coloquen al pueblo en idéntica condición para que puedan, desde
el igualitarismo, expresar su voluntad en el legislativo (Talmon, 1956, p. 222), lo que
reclamaría una nivelación estatista como ya se ha advertido que resultaría contraria
a toda concepción liberal de la sociedad.

¿???

Un sistema como el descrito, que bajo la máscara de la voluntad del pueblo ejerce
el poder prescindiendo del pueblo, ineluctablemente le entrega el ejercicio del poder,
de manera subrepticia, a otros actores que suelen ser tratados como secundarios
en el análisis teórico de la democracia, y que adquieren un carácter dominante
dentro de la esfera práctica, es decir, en el área de la democracia realmente
existente.

En primer lugar, resulta determinante el influjo de los medios de comunicación en


su papel como generadores de opinión, toda vez que una sociedad atomizada en la
que el ciudadano es relegado al anonimato dentro de la insignificancia aritmética de
su voto, son los medios de comunicación los encargados de canalizar el sentir
popular, e incluso de configurarlo (Bordieu, 1995, p. 55), y serán estas figuras
quienes, por medio del manejo de la información que se emite, direccionen en un
sentido u otro las preferencias de una ciudadanía desobligada.

Incluso, el ciudadano más acucioso se abandona al pragmatismo desde el cual


entiende que su voto perdería valor si es depositado a un partido político sin
posibilidades reales de tener una representación política, de forma que se
condiciona también por el influjo del poder implícito que los medios ejercen
señalando por quién vale la pena votar y por quién no (Casals R., 2012, p. 446).

Como se anotó anteriormente, es imposible que exista una delegación efectiva de


la voluntad, en la medida que no se puede ser libre en nombre de otra persona, de
tal suerte que una democracia representativa parte de la falaz asunción de que
existe una delegación de la libertad individual en favor de los integrantes del órgano
legislativo. No obstante, la fuerza, es decir, el ingrediente coactivo del poder público,
sí que puede ser cedido sin que esto implique una contradicción en los términos, de Commented [HARB58]: ¿por qué?

esta manera, el ejercicio de la democracia se da de manera efectiva en la cesión de


la fuerza en la rama ejecutiva del poder público a la que está adscrita la fuerza
pública (Nosetto, 2010, p. 8). Por supuesto, en términos de soberanía esta
disparidad trae de suyo un traslado efectivo de la soberanía en favor del gobernante,
en decir de Carl Schmitt: “Soberano es quien decide en Estado de excepción”
(Polack, 2011, p. 55).

Máas aun, existen poderes económicos de grandes corporaciones que financian a


los partidos políticos, siendo, además, los dueños de los medios masivos de
comunicación, de tal suerte que en esta ecuación la ciudadanía entrega el poder al
Estado, que estaría controlado por partidos políticos que, a su vez, como en una
carrera de relevos, encargarían el ejercicio del poder en la aristocracia financiera
(Casals R., 2012, p. 440) quienes en últimas determinan a los dirigentes!!.

No se debe perder de vista que en la democracia realmente existente convergen


unas circunstancias de corte material que le impiden a muchos ocuparse de los
asuntos políticos, de tal manera que quienes están atados por las necesidades
imperantes de buscar ineluctablemente su manutención y la de su familia tienen una
posición de desventaja a pesar de gozar de una igualdad meramente formal y una
libertad nominal (Talmon, 1956, p. 222), dentro del sistema, esta mayoría es
instrumentalizada como un mero suministro de legitimidad del gobierno¡, cuya
participación en el mismo se limita el ejercicio estéril del voto al que se lo compele
de manera invasiva en épocas electorales, mientras en el resto del tiempo se goza
de la confianza silente en el establecimiento que su pasividad comporta (Sloterdijk,
2014, p. 139).

Todo este funcionamiento espurio del sistema es advertido vagamente por la


práctica totalidad de la sociedad, no obstante, lo consienten por la incapacidad
material que les significa el modelo que se les presenta, a pesar de que con su
inacción consientan este manejo oligárquico y dictatorial que les arrebata el poder
soberano (Talmon, 1956, p. 228) supuestamente conquistado por las diversas
revoluciones locales que fungen como mitos fundacionales de los Estados
modernos

La democracia se constituye de esta manera en una maquinaria fortalecida por las


mayorías que atropella toda benevolencia, toda rectitud técnica de las políticas
públicas, y, más importante que todo lo anterior, toda libertad a partir de la masa
compacta de mayorías (Rodó, 2005, p. 29) que legitiman el actuar de los verdaderos
titulares del poder. En palabras de José Enrique Rodó:

“Abandonada a sí misma la democracia extinguirá gradualmente toda


idea de superioridad que no se traduzca en una mayor y más osada
aptitud para luchas de interés que son entonces la forma más innoble de
las brutalidades de la fuerza” (Rodó, 2005, p. 25) Commented [HARB59]: ¿Toda la cita en cursivas? Si no
está así en el original se deben quitar
Así las cosas, el funcionamiento del sistema democrático, lejos de cualquier noble
justificación doctrinaria de la que pueda revestirse, se convierte en una institución
de mercadeo cuya finalidad es la de obtener votos (Casals R., 2012, p. 441) como
propósito prioritario, abriendo campo a los más descarados populismos que
presenciamos actualmente.¡
No obstante, la historia es abundante de ejemplos en los cuales la exclusión de la
ciudadanía del ejercicio del poder político redunda en una reacción contundente que
lleva al cambio de regímenes. Sloterdijk advierte que existen indicios que avanzan
hacia el postrepublicanismo y la postdemocracia (Sloterdijk, 2014, p. 136) tomando
como referente la situación de la monarquía romana antes de que Tarquino el
Soberbio se suicidara y diera paso a la República. Por supuesto, no resulta plausible
pensar en un modelo de gobierno en el que la participación pueda prescindir de la
reperesentación política, sin embargo, no por eso se puede inadmitir de plano el
cambio del sistema político que no se base en el traslado de la responsabilidad
política a una ciudadanía constantemente burlada. Commented [HARB60]: Dani es bueno iniciar cada
apartado mostrando la propuesta del mismo y de igual
manera culminarlos acentuando resumidamente los puntos
Me parece que se tiene suficiente para arrancar con el trabajo, además veo la conclusivos.
suficiente riqueza en las fuentes bibliográficas, aunque obviamente se irá a ampliar,
es pertinente usar en mayor medida las citas directas. Creo que está bien acotado
el propósito de realizar las críticas al sistema, pero no estaría de más contrastarlas
con algunas de las posiciones que vendrían en su defensa.

Dani envíeme la bibliografía que tenga citada, pues alguna no la he podido


conseguir. Es necesario que nos pongamos de acuerdo en ella y la leamos al
tiempo.

Ojo con los cambios tan abruptos de un argumento a otro y de un tema a otro, a
ratos parecen, tanto los unos como los otros, inconexos. Ojo también con la
redacción, se hace tan técnica que cuesta su lectura.

Mire con que puede seguir antes que nos reunamos para debatir los ejes
problemáticos. Hay que trabajarle a la estructura, me refiero, como se lo comento
anteriormente, a que hay que convencer al lector que la democracia es el mejor
sistema posible para luego denunciar sus pecados insalvables. Yo seguiré haciendo
mi parte de ser su primer opositor y así creo que continuaremos con pie DERECHO
jajaja.

Otra cosa Dani, se debe pasar la carta para que la escuela apruebe la dirección,
usted entenderá mejor que yo el ejercicio del poder burocrático.
BIBLIOGRAFÍA
Bonesana, C. (2006). De los delitos y las penas. Bogotá: Temis.

Bueno, G. (2004). Panfleto contra la democracia realmente existente. Madrid: La


Esfera de los Libros.

Casals R., M. (2012). El fin de la democracia. Occidente ante la crisis del sistema
representativo. Revista Internacional de Pensamiento Político - I Época. Vol
7, 437-455.

Habermas, J. (1999). La inclusión del otro. Barcelona: Paidós.

Nosetto, L. (2010). Disrupción del mecanismo. Lecturas contemporáneas de la


democracia rousseauniana. Question, Vol 1, No 25, 1-12.

Peris S., A. (2014). Propuestas para la reforma de la democracia en el


pensamiento de Ortega y Gasset. Daimon: Revista de Filosofía, No 61, 113-
130.

Polack, A. (2011). Democracia, representación y ciudadanía en el pensamiento de


Carl Schmitt. Reflexión Política, Año 13, No 26, 54-64.

Robles, J. M., & Ganuza F., R. (2008). El problema de las preferencias en la


democracia: un acercamiento desde la óptica de la racionalidad acotada.
Papers: Revista de sociología, No 88, 81-100.

Rodó, J. E. (2005). Ariel. México: Porrúa.

Sloterdijk, P. (2014). Fiscalidad voluntaria y responsabilidad ciudadana.


Aportaciones a un debate sobre la nueva fundamentación democrática de
los impuestos. Madrid: Siruela.

Talmon, J. L. (1956). Los orígenes de la democracia totalitaria. México: Aguilar.

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