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Las hormigas han sido objeto de estudio científico durante muchos

años por la semejanza que muestran con la sociedad humana. Son


capaces de resolver grandes problemas en grupo, tienen una
asombrosa capacidad de comunicación entre individuos y forman
grandes colonias con un marcado carácter jerárquico en lo que se
refiere al trabajo.

El hormiguero, una colonia con gran orden


Al igual que las abejas, las hormigas viven en grandes multitudes.
Existen dos tipos de hormigueros: los subterráneos y los arborícolas.
Los más comunes son los construidos bajo la tierra. Exteriormente, a
nuestros ojos, lo único que se observa es un pequeño cráter en forma
de monte, que se alza pocos palmos a ras del suelo. Si bien esto no
es más que la entrada, es una de las zonas más importantes. Es el
lugar donde las hormigas obreras depositan el alimento que traen día
tras día. Son otras hormigas las encargadas de introducir los víveres al
interior, para así irlos depositando en las diferentes salas dispuestas
para tal fin: almacenar alimento.

El hormiguero tiene cierta semejanza a las grandes metrópolis


humanas. Son una red de caminos que se cruzan entre sí, formando
grandes “autopistas” que van de un lado a otro.

Existen numerosas salas dentro de un hormiguero: los almacenes de


comida, los almacenes de germinación de hongos, las salas de
incubación e incluso pequeños tubos de escape destinados a ofrecer
una ventilación interior.

También se da el caso de especies de hormigas nómadas que no


construyen colonias permanentes, e incluso de hormigas guerreras
que en vez de construirlo se dedican a atacar hormigueros con el fin
de eliminar a la reina y sustituirla por una de su raza.

La reina, la ponedora de huevos


La primera hormiga, la encargada de fundar una colonia, la madre de
todas las hormigas y la que pasará su vida poniendo huevos y criando
a las larvas. Esta es la hormiga reina, y su papel no es fácil, ya que de
ella depende en gran parte el elegir un lugar idóneo para emplazar la
nueva colonia de su especie.

Comienza siendo una hormiga hembra normal, una obrera. Cierto día
queda fecundada por un macho alado, lo cual produce ciertos cambios
en su organismo. Se ve sometida a un aumento considerable de su
vientre y la crecen alas. De esta forma toma la decisión de abandonar
su colonia madre para crear un nuevo hormiguero en otro lugar.

Cuando considera estar en el sitio ideal para esta labor, pasa cerca de
tres meses en una cámara construida bajo la tierra o en el interior del
tronco de un árbol. Pasado este tiempo, comienza a poner huevos,
que pronto eclosionaran dando paso a nuevas vidas que formaran
parte de una nueva colonia. Toda esta labor la realiza en la más
completa soledad.

Los diferentes tipos de hormiga, cada una


cumple con su función
El secreto de la organización de las hormigas reside en la
especialización a la que están sometidas desde su nacimiento.
Procedentes de un huevo, pasan a un estado larval muy similar al de
las mariposas. Todas y cada una de ellas nace con una función que
desarrollan a lo largo de sus vidas. Así bien, nos encontramos con tres
clases de hormigas claramente diferenciables: las hormigas soldado,
las hormigas reina y las hormigas obreras.

Las hormigas obreras son las que desempeñan el trabajo esencial


dentro del hormiguero. Dentro de sus labores se encuentran la
recolecta de la comida, alimentar a la reina y cuidarla, e incluso
proseguir con la ampliación del hormiguero. No comienzan con sus
tareas mediante una fase de aprendizaje, sino que sus habilidades van
desarrollándose gracias a la imitación que realizan de las acciones de
sus adultos.

Como indica su nombre, la hormiga reina es la líder del hormiguero, la


patrona y fundadora de la colonia. Su labor es la de poner huevos y
pasar la vida cuidando de las larvas.
Las hormigas soldado tienen un aspecto físico algo diferente. Su
cabeza es más grande y poseen una fuerte mandíbula que les permite
entrar en combate. Defienden el hormiguero de los posibles ataques
de intrusos y velan por la seguridad de la hormiga reina. También son
de gran ayuda en los momentos de recolecta de alimento, puesto que
son las encargadas de aniquilar a la víctima si esta fuera un ser vivo, y
por el contrario si se tratase de un vegetal o una flor, son las
encargadas de triturar los trozos más duros.

Las hormigas, unos seres extraordinarios


Es impresionante cómo unos insectos tan diminutos pueden realizar
estas colosales obras arquitectónicas subterráneas. Todo se basa en
el trabajo tan bien organizado que hacen en equipo. Tienen muy clara
cuál es su función, y la desarrollan a la perfección en todo momento.

Son un claro ejemplo de cómo en la naturaleza hasta el ser más


pequeño puede llevar a cabo acciones de magnitudes gigantescas.
Sin hormigas el planeta perdería gran parte de su diversidad biológica, pues cumplen con un
importante número de roles en el medio ambiente. Para comenzar dispersan las semillas que
caen de la planta al suelo, proceso que se conoce científicamente como mirmecocoria. Sin este
tipo de organismos las plantas no podrían extenderse, algo fundamental porque algunas
especies impiden el crecimiento de más plantas a su alrededor, por eso deben alejarse unas de
otras.
Es cierto, esta dispersión de semillas las pueden hacer otros organismos, pero algunas plantas
necesitan tanto a las hormigas que segregan una especie una masa llamada elaiosoma dulce que
contiene las semillas de algunas plantas y cuya función es atraerlas para que se lleven la semilla
camino al hormiguero. Sin esta ayuda, muchas semillas no germinarían. Además, las hormigas
son capaces de polinizar. No vuelan como las abejas, pero pueden cargar el polen a plantas
cercanas, lo que permite la fecundación de las plantas.
Por otro lado, también controlan diversas poblaciones de invertebrados. Es el caso de las
depredadoras, las cuales ingieren pequeños insectos o incluso reptiles. Cerca de los trópicos,
cualquier animal que no vuele o no pueda ir lo suficientemente rápido es presa de las hormigas
legionarias. Al mismo tiempo, la no existencia de estos seres vivos de tres pares de patas
fastidiaría muchísimo a los arácnidos, así como a algún vertebrado, como cerdos y osos
hormigueros, que ya no podrían degustarlas.
Lo único bueno es que si las hormigas desaparecían por completo, seguro que más de
un agricultor lo celebraría.

IMPORTANCIA HORMIGAS
Lo cierto es que sería catastrófico. Si se extinguieran todas las hormigas el desequilibrio
produciría un caos global. Algo que tiene sentido si tenemos en cuenta que existen unas
168.000 hormigas por cada persona, es decir, que llegan a pesar lo mismo que nosotros. De
modo que tienen su importancia, si no hubiera ninguna, el efecto sería muy grave. Los
ecosistemas quedarían muy dañados, se deteriorarían rápidamente. Indirectamente se
potenciaría la pérdida de otras especies. En poco tiempo observaríamos una enorme
acumulación de grandes cantidades de cadáveres de otros insectos en el suelo, pues no tendrían
su provisión de comida: las hormigas.

Sin hormigas el planeta perdería gran parte de su diversidad biológica, pues cumplen con un
importante número de roles en el medio ambiente. Para comenzar dispersan las semillas que
caen de la planta al suelo, proceso que se conoce científicamente como mirmecocoria. Sin este
tipo de organismos las plantas no podrían extenderse, algo fundamental porque algunas
especies impiden el crecimiento de más plantas a su alrededor, por eso deben alejarse unas de
otras.
Es cierto, esta dispersión de semillas las pueden hacer otros organismos, pero algunas plantas
necesitan tanto a las hormigas que segregan una especie una masa llamada elaiosoma dulce que
contiene las semillas de algunas plantas y cuya función es atraerlas para que se lleven la semilla
camino al hormiguero. Sin esta ayuda, muchas semillas no germinarían. Además, las hormigas
son capaces de polinizar. No vuelan como las abejas, pero pueden cargar el polen a plantas
cercanas, lo que permite la fecundación de las plantas.
Por otro lado, también controlan diversas poblaciones de invertebrados. Es el caso de las
depredadoras, las cuales ingieren pequeños insectos o incluso reptiles. Cerca de los trópicos,
cualquier animal que no vuele o no pueda ir lo suficientemente rápido es presa de las hormigas
legionarias. Al mismo tiempo, la no existencia de estos seres vivos de tres pares de patas
fastidiaría muchísimo a los arácnidos, así como a algún vertebrado, como cerdos y osos
hormigueros, que ya no podrían degustarlas.

MATERIALES

PROCEDIMIENTO
Los expertos empiezan siempre con una reina (recolectada de la naturaleza, comprada o
adquirida a través de un foro especializado). Al principio, cuando sólo disponemos de la reina,
los trabajos de mantenimiento son básicos:
1. Mantenimiento de humedad constante. Se suelen utilizar algodones empapados en agua.
Muchos aficionados utilizan un tubo de ensayo en esta fase, en el que introducen a la hormiga
reina (y otras pocas obreras si se dispone de ellas) y se deja un pequeño trozo de alimento que
se debe ir cambiando para evitar que se pudra. Commented [1]:

2. En el caso de empezar directamente en un hormiguero artificial se requiere de un tubo


relleno de algodón o teflón empapado que conecte a un recipiente con agua.
3. Se debe tener especial cuidado por mantener a la reina en la oscuridad. Hay expertos que en
esta fase utilizan una caja cerrada con la llamada luz negra (es importante evitar mirar
directamente la fuente de esta iluminación, sobre todo los niños, pues puede dañar la vista). En
el caso de empezar ya con un hormiguero prefabricado es importante mantener esta oscuridad,
como mínimo en las cámaras de cría real. Para ello, el procedimiento más habitual es usar un
pedacito de cartulina negra que evite la entrada de luz a estas zonas. Para ver estas cámaras
íntimas de la reina, simplemente basta con separar dicha cartulina.

4. Depende de la especie de hormiga escogida, la alimentación puede ser diversa aunque la


tendencia general es que sean omnívoras (comen de todo). Las hay granívoras (comedoras de
semillas), insectívoras (carnívoras de insectos), mieleras (ganaderas que comen secreciones
azucaradas de larvas de insectos u hongos)... Por este motivo si estas hormigas has sido
capturadas de la naturaleza es bueno observar sus pautas alimenticias siguiendo su rastro.
5. Los expertos recomiendan empezar con hormigas granívoras pues son las más sencillas de
alimentar. El llamado alpiste para pájaros es la mejor solución para mantenerlas. También son
relativamente fáciles de cuidar la mieleras, pues podemos suministrarles miel. En cambio las
insectívoras son difíciles pues debemos tener recurrentes insectos para saciarlas.

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