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UNIVERSIDAD DE CIANCIAS

APLICADAS Y AMBIENTALES
U.D.C.A
RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS

ESTUDIANTE
Apellidos y nombres
Taller # 1: Fecha de entrega: Docente: Nota:
La violencia aspectos 24 de Agosto. Rodrigo Ochoa Guzmán.
teóricos.

Recursos:
Textos:
Castro, María clemencia. Trasgresión goce y profanación.
Tejerían benjamín. Las teorías sociológicas del conflicto social. Algunas dimensiones analíticas a partir de K. Marx y G.
Simmel
Vinyamata, Eduard. Conflictología. Teoría y práctica en resolución de conflictos.

OBJETIVO GENERAL
Afianzar el concepto de violencia como parte integral del entendimiento de la conflcitología
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Relacionar las dimensiones y formas de la violencia.
Evidenciar las relaciones existentes entre las diferentes teorías sobre la violencia.
Dimensionar las consecuencias del uso de la violencia en el caso concreto del conflicto en Colombia

Desarrolle:

1. Teniendo en cuenta los apartes de la Profesora María Clemencia Castro sobre la violencia amplíe:

1.1. La relación de la violencia con el lenguaje.


1.2. Extraiga 5 conceptos sobre violencia que se planteen en el texto (trascribir), escoja el que más le parezca
coherente y exponga con sus argumentos porque es el más correcto.
1.3. La autora explica la pertinencia de una elaboración psicoanalítica de la violencia, explique en qué consiste en
un párrafo de mínimo 100 palabras y máximo 150 (no incluye conectores).

2. Partiendo de las citas que se exponen a continuación, realice una comparación del uso de la violencia
(buscando similitudes y diferencias) expuesto por Marx, Weber y Freud.
2.1. Weber: El rango de que modernamente disfrutan las asociaciones políticas se debe al prestigio que impone
en el ánimo de sus componentes la creencia específica, muy extendida, en un especial carácter sagrado -la
"legitimidad" de la acción comunitaria por ellas establecida-, inclusive y justamente cuando incluye en su seno
la coacción física y el poder de disponer de la vida y la muerte. Esto constituye el consenso específico entre
sus miembros acerca de su legitimidad. Como ocurre efectivamente en la época moderna, esta creencia en la
"legitimidad" específica de todas las acciones emprendidas por tal tipo de comunidad puede incrementar en
tan gran medida, que sólo ciertas comunidades políticas (llamadas "Estados") se consideran corno únicas
capacitadas para permitir o conceder una autorización para que las demás comunidades en general usen
"legítimamente" de la coacción física. Así, para el desempeño y ejercicio de este poder existe en las
comunidades políticas enteramente desarrolladas un sistema de ordenaciones casuísticas a las que se atribuye
tal "legitimidad" específica. Se trata del "ordenamiento jurídico", cuya creación se atribuye hoy de un modo
exclusivo a la comunidad política, porque ésta ha llegado, en efecto, a ejercer normalmente el monopolio
consistente en dar vigor, mediante la coacción física, a tal sistema de normas.

2.2. Freud: Como último, pero no menos importante rasgo característico de una cultura, debemos considerar la
forma en que son reguladas las relaciones de los hombres entre sí; es decir, las relaciones sociales que
conciernen al individuo en tanto que vecino colaborador u objeto sexual de otro, en tanto que miembro de
una familia o de un Estado. He aquí un terreno en el cual nos resultará particularmente difícil mantenernos
al margen de ciertas concepciones ideales y llegar a establecer lo que estrictamente ha de calificarse como
cultural. Comencemos por aceptar que el elemento cultural estuvo implícito ya en la primera tentativa de
regular esas relaciones sociales pues si tal intento hubiera sido omitido, dichas relaciones habrían quedado al
farbitrio del individuo; es decir, el más fuerte las habría fijado a conveniencia de sus intereses y de sus
tendencias instintivas. Nada cambiaría en la situación si este personaje más fuerte se encontrara, a su vez, con
otro más fuerte que él. La vida humana en común sólo se torna posible cuando llega a reunirse una mayoría
más poderosa que cada uno de los individuos y que se mantenga unida frente a cualquiera de éstos. El poderío
de tal comunidad se enfrenta entonces, como «Derecho», con el poderío del individuo, que se tacha de «fuerza
bruta». Esta sustitución del poderío individual por el de la comunidad representa el paso decisivo hacia la
cultura. Su carácter esencial reside en que los miembros de la comunidad restringen sus posibilidades de
satisfacción, mientras que el individuo aislado no reconocía semejantes restricciones. Así, pues, el primer
requisito cultural es el de la justicia, o sea, la seguridad de que el orden jurídico, una vez establecido, ya no
será violado a favor de un individuo, sin que esto implique un pronunciamiento sobre el valor ético de
semejante derecho. El curso ulterior de la evolución cultural parece tender a que este derecho deje de expresar
la voluntad de un pequeño grupo -casta, tribu, clase social-, que a su vez se enfrenta, como individualidad
violentamente agresiva, con otras masas quizá más numerosas. El resultado final ha de ser el establecimiento
de un derecho al que todos -o por lo menos todos los individuos aptos para la vida en comunidad- hayan
contribuido con el sacrificio de sus instintos, y que no deje a ninguno -una vez más: con la mencionada
limitación- a merced de la fuerza bruta.

2.3. Marx: No basta con que las condiciones de trabajo cristalicen en uno de los polos como capital y en el polo
contrario como hombres que no tienen nada que vender más que su fuerza de trabajo. Ni basta tampoco con
obligar a estos a venderse voluntariamente. En el transcurso de la producción capitalista, se va formando una
clase obrera que, a fuerza de educación, de tradición, de costumbre, se somete a las exigencias de este régimen
de producción como a las más lógicas leyes naturales. La organización del proceso capitalista de producción
ya desarrollado vence todas las resistencias; la existencia constante de una superpoblación relativa mantiene
la ley de la oferta y la demanda de trabajo a tono con las necesidades de explotación del capital, y la presión
sorda de las condiciones económicas sella el poder de mando del capitalista sobre el obrero. Todavía se
emplea, de vez en cuando, la violencia directa, extraeconómica; pero solo en casos excepcionales

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