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República Bolivariana de Venezuela.

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria.


Aldea Universitaria Bolivariana Gran Mariscal de Ayacucho.
Cantaura Estado Anzoátegui.
Convenio Cuba-Venezuela.
Misión Educación Superior.
Programa de Formación Avanzada.

CURSO DIDÁCTICA DE LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA.

Facilitadora: Cursista:

Magister: Romaira Maestre. Liset Granado.

Docente colaboradora.

Lisetgranado1@gmail.com
INTRODUCCIÓN.

El aprendizaje debe ser continuo, es por eso que cada vez debemos ir mejorando,
innovando, creando, diseñando estrategias para el desarrollo de la clase, esta debe
ser dinámica, participativa, relacionada con los diferentes temas y reforzando día a
día la metodología a utilizar. La didáctica es el arte de enseñar. Como tal es una
disciplina de la pedagogía, es de gran utilidad para generar un contraste entre entre
la teoría y la práctica en el aula de clase, lo que amerita una reflexión sobre el
conjunto de estrategias a utilizar, es un sin fin de oportunidades que se nos
presentan al momento de impartir las clases ya que nos va a permitir incentivar a los
y las estudiantes en el apego a los estudios.

La didáctica es importante porque te da las estrategia para facilitar el aprendizaje de


los y las estudiantes, ya que mientras más fácil sea el proceso de enseñanza, más
fácil será el proceso de aprendizaje y que mejor metodología a implementar que las
distintas estrategias que podamos utilizar en cada clase que se imparta.
La educación asegura la formación del individuo, no solo basta con enseñar sino que
el triunfador debe aprender, el facilitador debe ser un orientador que ayude a
asimilar los contenidos que se imparten en el proceso de enseñanza aprendizaje, el
facilitador debe caracterizarse por transmitir conocimientos y comprobar que el o los
triunfadores lo ha adquirido. Debe utilizar estrategias para facilitar el aprendizaje.

La didáctica ha sido deducida como una disciplina que conlleva al campo de la


superación educativa, la didáctica es una herramienta muy útil porque brinda las
herramientas de cómo enseñar lo que se sabe. El facilitador debe inculcar el trabajo
en equipo ya que está demostrado que los estudiantes aprenden más, aumenta su
autoestima y aprenden habilidades sociales.

La planificación es una tarea fundamental en la práctica docente pues permite unir


una teoría pedagógica determinada con la práctica. La importancia de planificar
radica en la necesidad de organizar de manera coherente lo que se quiere lograr con
los estudiantes en el aula. Es una tarea importante en la práctica docente, porque de
esta depende el éxito o no de la labor docente, además de que permite conjugar la
teoría con la práctica pedagógica.

La estrategia didáctica, es la planificación del proceso de enseñanza-aprendizaje


para la cual el docente elige las técnicas y actividades que puede utilizar a fin de
alcanzar los objetivos de su curso, basado en los diferentes componentes. La
técnicas a utilizar son los procedimientos didácticos que ayudan a realizar una parte
del aprendizaje que se persigue con la estrategia, es el recurso particular par llevar a
efecto los objetivos, conjuntamente con las actividades que son las acciones
específicas que facilitan la ejecución de la técnica. Son flexibles y permiten ajustar la
técnica a las características del grupo.

Las estrategias, técnicas y actividades deben tener un sólido respaldo teórico


(teorías y enfoques sobre el aprendizaje) y del diseño instruccional. Deben
adecuarse a los fundamentos de la educación y a un modelo educativo adoptado a
la institución. El contenido y la finalidad de la didáctica gira en torno a los conceptos
de enseñanza, aprendizaje, la instrucción y formación educativa, ya señalados al
referirnos a su estructura semántica y además a todo lo que significa llevar esos
conceptos a la práctica,

La enseñanza no puede entenderse más que en relación al aprendizaje; y esta


realidad relaciona no sólo a los procesos vinculados a enseñanza, sino también a
aquellos vinculados a aprender. El aprendizaje surgió de la conjunción, del
intercambio, de la actuación de profesor y alumno en un contexto determinado y con
unos medios y estrategias concretas. “La reconsideración constante de cuáles son
los procesos y estrategias a través de los cuales los estudiantes llegan al
aprendizaje". (Zabalza, 2001:191).
El aprendizaje surgido de la conjunción, del intercambio... de la actuación de
profesor y alumno en un contexto determinado y con unos medios y estrategias
concretas constituye el inicio de la investigación a realizar. “La reconsideración
constante de cuáles son los procesos y estrategias a través de los cuales los
estudiantes llegan al aprendizaje “. (Zabalza, 2001:191). Tomando como referencia a
Contreras, entendemos los procesos enseñanza-aprendizaje como
“simultáneamente un fenómeno que se vive y se crea desde dentro, esto es,
procesos de interacción e intercambio regidos por determinadas intenciones (...), en
principio destinadas a hacer posible el aprendizaje; y a la vez, es un proceso
determinado desde fuera, en cuanto que forma parte de la estructura de instituciones
sociales entre las cuales desempeña funciones que se explican no desde las
intenciones y actuaciones individuales, sino desde el papel que juega en la
estructura social, sus necesidades e intereses”. Quedando, así, planteado el proceso
enseñanza-aprendizaje como un “sistema de comunicación intencional que se
produce en un marco institucional y en el que se generan estrategias encaminadas a
provocar el aprendizaje” (Contreras, 1990:23).
De esta manera, el acto didáctico como un proceso complejo en el que se hallan
presentes los siguientes componentes: El profesor. Planifica actividades dirigidas a los
alumnos que se desarrollan con una estrategia didáctica concreta y que pretende el logro
de determinados objetivos educativos. Objetivos que serán evaluados al final del proceso
para valorar el grado de adquisición de los mismos. Las funciones a desarrollar por el
docente en los procesos de enseñanza – aprendizaje se deben centrar en la ayuda a los
alumnos para que puedan, sepan y quieran aprender: orientación, motivación y recursos
didácticos. Los estudiantes, que mediante la interacción con los recursos formativos que
tienen a su alcance, con los medios previstos, tratan de realizar determinados
aprendizajes a partir de la ayuda del profesor - Los objetivos educativos que pretenden
conseguir el profesor y los estudiantes y los contenidos que se tratarán
- La estrategia didáctica con la que el profesor pretende facilitar los aprendizajes de los
estudiantes, integrada por una serie de actividades que contemplan la interacción de los
alumnos con determinados contenidos.

La estrategia didáctica debe proporcionar a los estudiantes: motivación,


información y orientación para realizar sus aprendizajes, y debe tener en cuenta los
siguientes principios:

1. Considerar las características de los estudiantes: estilos cognitivos y de aprendizaje.


2. Considerar las motivaciones e intereses de los estudiantes.
3. Organizar en el aula: el espacio, los materiales didácticos, el tiempo...
4. Proporcionar la información necesaria cuando sea preciso: web, asesores...
5. Utilizar metodologías activas en las que se aprenda haciendo.
6. Considerar un adecuado tratamiento de los errores que sea punto de partida de nuevos
aprendizajes.
7. Prever que los estudiantes puedan controlar sus aprendizajes.
8. Considerar actividades de aprendizaje colaborativo, pero tener presente que el
aprendizaje es individual.
9. Realizar una evaluación final de los aprendizajes
Si concebimos el aprendizaje como un proceso, con sus progresos y dificultades e incluso
retrocesos, resultaría lógico concebirla enseñanza como un proceso de ayuda a los
alumnos. La evaluación de la enseñanza, por tanto, no puede ni debe concebirse al
margen dela evaluación del aprendizaje. Ignorar este principio equivale, por una parte, a
condenar la evaluación de la enseñanza a una práctica más o menos formal y, por otra, a
limitar el interés de la evaluación de los aprendizajes a su potencial utilidad para tomar
decisiones de promoción, acreditación o titulación.

Cuando evaluamos los aprendizajes que han realizado los alumnos, estamos también
evaluando, se quiera o no, la enseñanza que hemos llevado a cabo La información que
proporciona la evaluación sirve para que el equipo de profesores disponga de información
relevante con el fin de analizar críticamente su propia intervención educativa y tomar
decisiones al respecto. Para ello, será necesario contrastar la información suministrada
por la evaluación continua de los alumnos con las intenciones educativas que se
pretenden y con el plan de acción para llevarlas a cabo.

Se evalúa por tanto, la programación del proceso de enseñanza y la intervención del


profesor como animador de este proceso, los recursos utilizados, los espacios, los
tiempos previstos, la agrupación de alumnos, los criterios e instrumentos de evaluación, la
coordinación... Es decir, se evalúa todo aquello que se circunscribe al ámbito del proceso
de enseñanza-aprendizaje. La evaluación del proceso de enseñanza permite también
detectar necesidades de recursos humanos y materiales, de formación, infraestructura,
etc. y racionalizar tanto el uso interno de estos recursos como las demandas dirigidas a la
administración para que los facilite en función de las necesidades. Es importante resaltar
que la evaluación de la propia práctica.

La evaluación inicial permite adecuar las intenciones a los conocimientos previos y


necesidades de los alumnos. Decidir qué tipo de ayuda es la más adecuada cuando se
accede a un nuevo aprendizaje, requiere conocer cómo se ha resuelto la fase anterior,
cuáles son los esquemas de conocimiento del alumno, su actitud, interés, nivel de
competencia curricular. Con la evaluación continua se irá ajustando la ayuda educativa
según la información que se vaya produciendo. Esta evaluación es formativa, toda vez
que permitirá detectar el momento en que se produce una dificultad, las causas que lo
provocan y las correcciones necesarias que se deben introducir. Por último, la evaluación
final permite conocer si el grado de aprendizaje que para cada alumno habíamos
señalado, se ha conseguido o no, y cuál es el punto de partida para una nueva
intervención. La evaluación final toma datos de la evaluación formativa, es decir, los
obtenidos durante el proceso, y añade a estos, otros obtenidos de forma más puntual.

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