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El cine surrealista nace en Francia a principios del siglo XX, se basa en los conceptos y
normas establecidas por el surrealismo: movimiento artístico y literario. Antes de empezar a
hablar de sus características y precursores, es necesario entender el contexto político, social
y cultural de Francia durante este periodo.
Tras la primera guerra mundial, la sociedad y la política francesa decaen notablemente hasta
mitad de siglo. Entre los años 20 y 30 Francia intenta recuperarse de la crisis y encontrar un
camino hacia la paz, sin embargo, la crisis económica de los años 30 genera un fuerte
extremismo, mayor polarización política y el aumento del caos, y justo antes de la segunda
guerra mundial, Francia se encuentra al borde de caer en una guerra civil. Tras notables
cambios y caídas, al culminar la guerra, y al pasar a la segunda mitad de siglo, Francia en
1959 instaura su V republica. Los siguientes años representaron un notable crecimiento
económico y social, pero, a pesar de esto, en 1968, la sociedad empieza a cuestionar los
regímenes burgueses del país, y, a través de huelgas y revoluciones, los estudiantes y obreros
exigen mayor libertad y dignidad, liberación de la mujer, mayor control económico y trabajo
justo. Empiezan a surgir diversos grupos internos con el fin de defender los derechos.
Los movimientos de vanguardia surgen en medio de una época de constantes enfrentamientos
armados, en medio de una época de revolución y protesta, de esta manera, los artistas
reaccionan contra los movimientos artísticos anteriores, con el fin de abrirle paso al futuro y
la rebeldía. Ya para el año 1910 se presentaban nuevas tendencias que rompían con los
esquemas tradicionales. De esta forma, las vanguardias se presentaron en diferentes campos
como la pintura, la música, la arquitectura y el cine.
El surrealismo
“No será el miedo a la locura lo que nos obligue a bajar la bandera de la imaginación”1
(André Breton).
La imaginación puede ser la base constitutiva, el motor y la guía para entrar en el mundo
onírico, aquel mundo libre de normas y represiones, libre de racionalidad y utilitarismo
convencional. El niño es el que un principio sabe aprovechar su capacidad imaginativa, pero
a medida que se transforma en hombre se desprende de lo excepcional y lo único, para ligarse
a la multitud y empezar a formar parte del imperio de las necesidades prácticas, sus ideales
carecerán de profundidad, y a sus actos le faltarán visión. Nos queda la locura, aquello que
nos han enseñado a reprimir y esconder, porque al parecer esta mal, porque al parecer nos
ciega de la realidad, porque al parecer los locos no le sirven a la sociedad. Aquellos locos
son encerrados, escondidos y sometidos con el fin rehabilitarlos, pero ¿Qué es lo que nos
molesta tanto de ellos?, si al fin y al cabo son los locos quienes aun pueden ver y sentir
aquello que nosotros ya no, aquello que nos han arrebatado: nuestros sueños.
Oponiéndose a la locura y la imaginación, se encuentra la actitud realista, materialista y
positivista, actitud que engaña al crecimiento intelectual y moral, ajeno al sentimentalismo y
a la libertad emocional. La lógica y el sentido común pretenden adueñarse de las
características del hombre, bajo la excusa de progreso y civilización.
Esta es la premisa bajo la cual nace el surrealismo, es decir, como movimiento opositor al
sistema y a las normas del mismo. El surrealismo tiene su origen en los sueños, en la
imaginación, en aquello que no es totalmente perceptible por medio de nuestros sentidos, de
esta manera, sus obras traen al mundo sensible aquello que solamente podía existir en nuestra
mente.
El término apareció por primera vez en 1917 con Guillaume Apollinaire, al describir una de
sus obras como drama surrealista. Mas adelante, en la década de los 20, se consolidó el
origen del surrealismo gracias a la literatura, por medio de André Breton, considerado, hasta
el día de hoy, como el fundador y máximo representante teórico de este movimiento; en 1924,
publicó su primer Manifeste du Surréalisme, seguido del segundo en 1930. En el campo
El manifiesto surrealista
André Breton fue un escritor francés, en su manifiesto señala cuales eran las tendencias que
habían adoptado distintos artistas y escritores, enfatizando en que el surrealismo no es
ninguna novedad, ya que el espíritu surrealista se ha manifestado desde el origen de los
tiempos, pero es ahora que hacemos consciencia de este. Menciona la importancia de la
imaginación y el mundo onírico, además, reivindica la libertad del estado o del mundo
subconsciente unido a una nueva forma de pensar que culminara la dictatorial influencia de
la lógica, la moral y el sentido común, mas concretamente, el espacio racional que nos rige.
Breton funda el movimiento surrealista, al cual le adhiere una impronta política, haciendo
parte del Partido Comunista en 1927 y finalmente redactando su segundo manifiesto en 1930,
mientras que el primero busca establecer las bases teóricas del movimiento a partir de las
teorías de Sigmund Freud, el segundo busca relacionarlo con el marxismo, además de
rechazar a algunos artistas que hacían parte de su movimiento, entre ellos Salvador Dalí.
Breton dice que el surrealismo “se basa en la creencia en la realidad superior de ciertas
formas de asociación que habían sido desestimadas, en la omnipotencia del sueño, en la
actividad desinteresada del pensamiento”2 (pág. 44). El estudio del psicoanálisis de Freud le
permitió a Breton conocer mas a fondo el mundo de la locura, con el fin de transportarlo al
plano artístico. Dicho psicoanálisis hace parte de la experiencia humana y nace de las fuerzas
o aspectos ocultos en nosotros mismo y que solo logran manifestarse por medio de los sueños
y el inconsciente. Así, una de las grandes interrogantes de Breton es saber que tan reales son
los sueños y como se presentan ante nosotros, si realmente son fragmentos cortados que
recordamos vagamente o es un flujo continuo.
2
Breton, A. (1985). Manifiestos del surrealismo. Argentina: Argonauta, p.44.
Cine Surrealista
Para concluir, creo que es importante señalar como las vanguardias han significado un
rompimiento, o un quiebre, en relación con los valores y costumbres de una época, y si bien
su implementación como movimientos revolucionarios nació hace mas de un siglo, es
increíble como muchos de ellos han logrado prevalecer hasta la actualidad. El surrealismo es
uno de ellos, como ya mencioné fue un movimiento que buscó crear un sentimiento de crítica
y rechazo hacia los problemas sociales presentes en la época, y, hoy en día, el surrealismo,
junto a la industria cinematográfica, continúa llevando a cabo este cometido, pues la justicia,
los valores, y los derechos aún se nos presentan con bastantes, por no decir muchos,
problemas éticos y morales. Este movimiento, al igual que todo en el mundo, avanza acorde
a una época, y sus necesidades, por ende, nada desaparece, únicamente se transforma.
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