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"AÑO DE LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCION Y LA IMPUNIDAD"

UNIVERSIDAD CIENTIFICA DEL PERU

PROGRAMA DE COMPLEMENTACIÓN PEDAGÓGICA Y UNIVERSITARIA


EN EDUCACIÓN
TRABAJO DE INVESTIGACION MONOGRAFICO DE COMPILACION,
TITULADO:
"MALTRATO INFANTIL"

AUTORA:
LINARES MOZOMBITE, MARIELA

FACULTAD:
CIENCIAS Y HUMANIDADES
ESPECIALIDAD:
COMUNICACIÓN
CURSO:
METODOS DE TRABAJO UNIVERSITARIO
CICLO:
I
DOCENTE:
LIC. ANA ADRIANO SANDER. MGT
IQUITOS – PERU
2019
PRESENTACIÓN

El maltrato infantil es un problema que afecta a todos los niños del mundo y ha
existido siempre, a lo largo de la historia, pues los padres o cuidadores han
vulnerado los derechos del niño considerando que son propiedad de ellos, de tal
forma que pueden quitarle el derecho a la vida, brindarle inseguridad y no
protegerlos frente a los maltratos.

El maltrato infantil intrafamiliar, son los actos no intencionales, dados por los
padres de familia o tutores de los niños menores de 18 años. Se manifiesta de
diferentes modos, maltrato físico, maltrato psicológico y maltrato por abuso
sexual. Cualquiera de estos tipos de maltrato infantil tiene consecuencias
desfavorables contribuyendo a un inadecuado desarrollo integral que pone en
riesgo la salud física, intelectual y el desarrollo sexual del niño. Los niños que son
sujetos de este maltrato, tienden a ser niños agresivos y con muy baja
autoestima, además de ser futuros maltratadores en su hogar.

Actualmente la sociedad vive inmersa en un ambiente lleno de violencia, por tal


motivo es necesario que la enfermera ejerza el rol educativo tanto a los
escolares, padres de familia como docentes de la institución educativa, con la
finalidad de prevenir, identificar e iniciar un abordaje oportuno, evitando las
consecuencias y efectos que tiene sobre lo niños, que representan el futuro del
mundo.

Este estudio está estructurado por los siguientes capítulos: El CAPITULO I, en


donde se muestra el origen del problema y su formulación, los objetivos
generales y específicos, la justificación y las limitaciones. En el CAPITULO II, se
muestra las bases teóricas y
metodológicas, en la cual se incluye los antecedentes es decir investigaciones
que fueron realizados anteriormente y que guardan relación con el trabajo de
investigación, la base teórica, las hipótesis, la definición operacional de términos
y el diseño metodológico. El CAPITULO III, comprende los resultados y la
discusión y en el CAPITULO IV, se presentan las conclusiones y recomendaciones.
Finalmente se presentan las referencias bibliográficas y los anexos
correspondientes.
CAPITULO I
DEFINICIÓN MALTRATO INFANTIL

El maltrato infantil es toda acción u omisión intencional o no intencional, que


ocasiona un perjuicio en el desarrollo biopsicosocial del niño el cual es producido
por personas con lazos sanguíneos o no y en donde los derechos son descocidos
o no son tomados en consideración (Pretell, 2001, p. 96).

Cualquier acto por acción u omisión realizado por individuos, por instituciones o
por la sociedad en su conjunto y todos los estados derivados de estos actos o de
su ausencia que priven a los niños de su libertad o de sus derechos
correspondientes y/o que dificulten su óptimo desarrollo. Es la agresión a un
menor de 18 años tanto física, emocional o sexual, que priva al niño de sus
derechos y su bienestar, que amenaza y/o interfiere su ordenado desarrollo
físico, psíquico o social y cuyos autores pueden ser personas, como los padres,
instituciones o la propia sociedad. El maltrato infantil va desde la agresión verbal
y física hasta los traumas emocionales (Librado, 2009, p. 6).

Las menores víctimas del maltrato y el abandono son el segmento de la


población conformado por niños y niñas jóvenes hasta los 18 años que sufren
ocasional o habitualmente actos de violencia física, sexual o emocional sea en el
grupo familiar o en las instituciones sociales. El maltrato puede ser ejecutado
por omisión o trasgresión de los derechos individuales y colectivos e incluye el
abandono completo o parcial (Unicef, 2006, p. 8).

No existe una definición única de maltrato infantil ni una delimitación clara y


precisa de sus expresiones. Sin embargo, lo más aceptado como definición es
todas acciones que van en contra de un adecuado desarrollo físico, cognitivo y
emocional del niño, cometidas por personas, instituciones o la propia sociedad.
Ello supone la existencia de un maltrato físico, negligencia, psicológico o un
abuso sexual. (Hernández, 2007, p. 13).

El maltrato infantil también define como una enfermedad social, intencional


presente en todos los sectores y clases sociales; producida por factores
multicausales, interactuantes y de diversas intensidades y tiempos que afectan
el desarrollo armónico, íntegro y adecuado de un menor comprometiendo su
educación y consecuentemente su desenvolvimiento escolar con disturbios que
ponen en riesgo su sociabilización y por lo tanto su conformación personal y
posteriormente social y profesional (Puente, 2000, p. 9).

Después de dar a conocer algunas definiciones de maltrato infantil con el fin de


tener una idea más clara al respecto, se revisarán los tipos de maltrato que
existen para establecer con claridad las diferencias entre cada uno.
RESEÑA HISTÓRICA

El maltrato infantil, es reconocido por la asamblea médica mundial como un


problema universal de salud. El descuido de un niño representa el fracaso de sus
padres o de otra persona legalmente responsable de su bienestar, para
satisfacer las necesidades básicas y proporcionarle un nivel adecuado de
atención. (2)

Quiroz Del Valle con su investigación titulada “Familia y maltrato como factores
de riesgo en la conducta antisocial”, concluye que es importante enseñar a los
niños la importancia de la familia y el rol que cumplen los padres dentro de ella;
ya que de esta forma se ayudara a romper el círculo vicioso de padres
maltratados que maltratan a sus hijos. (4)

En el Perú durante el año 2011, los Módulos de atención al maltrato infantil en


salud reportaron un total de 164,019 casos en los que se brindó atención en
salud mental y hasta julio del 2012 la cantidad de casos atendidos fue de 76,688.
El 55% de casos atendidos fueron por maltrato psicológico, 16% por maltrato
por negligencia y maltrato físico y 13% por abuso sexual. (5)

Según el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, en el año 2015, de un


total de 19,646 casos atendidos de la población infantil el 40,9% fue por maltrato
psicológico, 34.3% por maltrato físico y 25% por abuso sexual. (6)

Marco normativo

A.1 Tipos del maltrato infantil


Según (Hernández, 2007, pp. 14-16).
Maltrato físico

Este tipo de maltrato abarca una serie de actos perpetrados utilizando la


agresión física de modo inapropiado y excesivo. Es decir, es aquel conjunto de
acciones no accidentales ocasionados por parte de padres, maestros o
cuidadores, que originan en el niño un daño físico, psicológico o social o lo ponga
en grave riesgo de padecerlo. Implica el uso de la fuerza para provocar daño,
incluyendo todos los daños resultantes de castigos físicos severos y agresiones.
Leve: El maltrato no ha provocado en ningún momento lesión alguna en el niño
o este ha sufrido un daño /lesión mínima que no ha requerido atención médica:
jalones, pellizcones, empujones.
Moderado: El maltrato ha provocado en el niño lesiones físicas de carácter
moderado o que ha requerido algún tipo de diagnóstico o tratamiento médico
como: patadas, cachetadas, puñetes, retorcijones de la oreja.
Severo: El niño ha requerido hospitalización o atención médica a causa de las
lesiones producidas por el maltrato. El niño padece lesiones severas en
diferentes fases evolutivas o secuelas físicas: quemaduras, fracturas, pegan con
correa, cordones.

Maltrato emocional o psicológico


Es aquel conjunto de manifestaciones crónicas persistentes y muy destructivas
que amenazan el normal desarrollo psicológico del niño .Estas conductas
comprenden insultos, desprecios, rechazos, indiferencia, amenazas críticas
constantes, descalificaciones, ridiculizaciones y en general toda clase de
hostilidad verbal hacia el niño, actitudes y comportamientos que implican un
detrimento sistemático de su autoestima que causen o puedan causar
trastornos en su desarrollo emocional, social e intelectual. Se expresa en
actitudes o conductas por parte de los padres o cuidadores: como rechazar,
aterrorizar, falta de respeto, criticas, apodos, indiferencias, humillaciones,
amenazas, burlas, aislar e ignorar. También comprende la participación en
constantes disputas familiares y ser testigo de violencia conyugal. Este tipo de
maltrato ocasiona que en los primeros años del niño este no pueda desarrollar
adecuadamente el apego y en los años posteriores se sienta excluido del
ambiente familiar y social afectando su autoestima y sus habilidades sociales
(Hernández, 2007, pp. 14-16).
Pasivo: Es la falta de atención hacia la víctima, cuando esta depende del
agresor como sucede con los niños o cualquier situación de dependencia de la
víctima respecto al agresor. Ej.: rechazo, indiferencia, burlas, falta de amor,
expresada en forma verbal con amenazas.
Activo: Es donde continuamente el agresor ataca a la dignidad de la persona,
los malos tratos emocionales son más difíciles de detectar, porque la victima
muchas veces no llega a tomar conciencia de que lo es. Otras veces toma
conciencia, pero no se atreve o no puede defenderse y no llega a comunicar su
situación o a pedir ayuda. Ej.: insultos, humillaciones.

Este tipo de maltrato produce un desgaste de la víctima que la deja incapacitada


para defenderse.

Abandono o Negligencia
La negligencia es una falta de responsabilidad parenteral que ocasiona una
omisión ante aquellas necesidades para su supervivencia y que no son
satisfechas temporal o permanentemente por los padres cuidadores o tutores
Es aquella situación crónica donde las necesidades físicas y/o psicológicas
básicas del niño (alimentación, vestuario, higiene, protección y vigilancia en
situaciones potencialmente peligrosas, educación y/o cuidados médicos o de
salud, interacción, afecto y cariño) no son atendidas temporal o
permanentemente por los adultos responsables de su cuidado o por ningún
miembro del grupo familiar que convive con el niño, disponiendo o teniendo
acceso a los medios y recursos socioeconómicos para satisfacerlas, afectando su
integridad física y psicológica (Hernández, 2007, pp. 14-16).
Maltrato sexual: Se define como “Contactos e interacciones entre un niño y
un adulto cuando el adulto (agresor) usa al niño para estimularse sexualmente
él mismo, al niño o a otra persona. El abuso sexual puede ser también cometido
por una persona menor de 18 años cuándo esta es significativamente mayor que
el niño (víctima) o cuando el agresor está en una posición de poder o control
sobre otro.”

Trata de dar una explicación sobre el abuso sexual cuando dice que los niños
abusados sexualmente son una consecuencia de la aceptación de la normas
acerca de la obediencia y el respeto que les deben a los mayores .Si analizamos
lo dicho por este autor tal vez llegaríamos a la conclusión de que los niños están
expuestos a un riesgo constante, precisamente porque los adultos les exigimos
la obediencia y tratamos de enseñarla como uno de la reglas familiares más
importantes (Puente, 2000, p. 9).
Tipos:
Sin contacto físico: Puede ser mostrar material pornográfico, masturbarse en
presencia de los menores de edad, espiarlos

mientras están desnudos, exhibirse con fines sexuales, entre otras conductas en
las que el agresor encuentra placer sexual.
Ej. Verbales (palabras feas, eróticas, proposiciones incidentes y proposiciones
verbales explicitas.)
Con contacto físico: Involucra contacto físico con los genitales, el ano, el pecho
y la boca con cualquier otra parte del cuerpo y se hace para la satisfacción sexual
del abusador.

Ej. Violación (penetración vaginal, anal u oral, penetración digital o con objetos),
Tocamientos (caricias, toques, manoseos).
A.2.Causas del maltrato infantil
Según (Obaco, 2010, pp. 3 - 4).
a. Personalidad o modelo psiquiátrico. Presencia de enfermedades mentales o
de algún síndrome o desorden psicológico específico, en la actualidad varios
autores admiten que solo entre un 10 y un 15% de los de los padres abusivos ha
sido diagnosticado con un síntoma psiquiátrico específico. Estudios que se han
hecho, indican que los padres abusivos tienen dificultades para controlar sus
impulsos, presentan una baja autoestima, escasa capacidad de empatía, así
mismo, se ha encontrado que el abuso infantil se relaciona con la depresión y
con la ansiedad de los padres, entre otras características y rasgos de
personalidad como el alcoholismo y la drogadicción.
b. Económicas. A partir de la crisis que prevalece en nuestra entidad federativa
y el desempleo que trae consigo que los padres que se encuentran en esta
situación desquiten sus frustraciones con los hijos y los maltraten ya sea física o
psicológicamente, el maltrato infantil se presenta en mayor medida en los
estratos de menores ingresos, aunque se ha encontrado en diversas
investigaciones que esta conducta no es propia de determinada clase social y se
suele dar en todos los grupos socioeconómicos.

c. Culturales. - En este rubro se incluye a las familias donde los responsables de


ejercer la custodia o tutela de los menores no cuenta con
orientación y educación acerca de la responsabilidad y la importancia de la
paternidad y consideran que los hijos son objetos de su propiedad. A estos
tutores les falta criterio para educar a sus hijos. La sociedad ha desarrollado una
cultura del castigo, en la cual al padre se le considera la máxima autoridad en la
familia, con la facultad de normar y sancionar al resto de los miembros, en esta
concepción, el castigo se impone como una medida de corrección a quien
transgrede las reglas, además no se prevén otros medios de disciplina y
educación de los hijos.
d. Sociales. Cuando entre los padres se produce una inadecuada comunicación
entre padres e hijos, se da pie a la desintegración familiar (modelo
psiquiátrico/psicológico). En la mayoría de los casos, esta causa va paralela al
nivel socioeconómico de los padres y el ambiente que rodea a la familia. Así
mismo, es inducida por la frustración o la desesperación ante el desempleo, los
bajos ingresos familiares y la responsabilidad de la crianza de los hijos.
e. Emocionales. La incapacidad de los padres para enfrentar los problemas, su
inmadurez emocional, su baja autoestima, su falta de expectativas y su
inseguridad extrema motivan que desquiten su frustración en los hijos y no les
proporcionen los requerimientos básicos para su formación y pleno desarrollo.
Los estilos negativos de interacción que generan la violencia doméstica; se ha
comprobado que en los lugares donde existe agresión y violencia entre el padre
y la madre suele haber también maltrato infantil y esto produce a su vez
incapacidad de socialización en los padres con el medio en que se desenvuelven.
f. Biológicas. - Se trata del daño causado a los menores que tienen limitaciones
físicas, trastornos neurológicos o malformaciones. Por sus mismas limitaciones,
estos niños son rechazados por la sociedad y por consiguiente sus padres o
tutores los relegan o aceptan con lástima. En estas circunstancias, el daño que
se ocasiona a los menores con discapacidad es mayor, pues agrede a un ser
indefenso que no puede responder en forma alguna (modelo centrado en el
niño).
A.3. Consecuencias del maltrato infantil
Según (Obaco, 2010, pp. 3 - 4).
Trastornos de la conducta
Habitualmente, el impacto emocional que produce la violencia en los niños/as
genera expresiones conductuales diversas, que pueden ir desde un aumento de
la actividad del niño/a (hiperactividad), hasta conductas agresivas abiertas hacia
sus pares o hacia otros adultos, pasando por la rebeldía, el oposicionismo, la
hostilidad, el aislamiento, etc. El elemento causal de este tipo de
manifestaciones, reside en la incapacidad que posee el niño/a - producto de la
etapa evolutiva en que se encuentra y de los desarrollos que aún no ha
alcanzado de elaborar su situación de maltrato en términos afectivos y
cognitivos, de manera tal que le posibiliten el reconocimiento de su situación de
víctima y la expresión emocional abierta del conflicto que vive, pudiendo
verbalizar sus emociones y deseos.
Trastornos emocionales
El nivel de estrés al cual está expuesto un niño/a que vive Maltrato al interior de
su familia, sumado al daño afectivo concreto que sufre al ser el sujeto de las
acciones violentas, conlleva un impacto emocional y afectivo tal, que
habitualmente, genera efectos en el funcionamiento y adaptación psicológica
del niño/a a corto, mediano y largo plazo. Este tipo de consecuencias se traduce
en una serie de manifestaciones de angustia como: alteraciones del sueño,
trastornos alimenticios, fobias y miedos inespecíficos, ansiedad manifiesta,
tensión, crisis de llanto, entre otros; así como expresiones emocionales
específicas, tales como: baja autoestima, inseguridad personal, sentimientos de
desprotección, problemas en el desarrollo de su identidad, retrasos en el
desarrollo evolutivo, etc.
Sentimientos de culpa y vergüenza
Producto de las características cognitivas que se presentan en la niñez y
adolescencia - esto es, pensamiento egocéntrico y concreto- el niño/a que sufre
Maltrato se atribuye a sí mismo la responsabilidad de las agresiones, sintiéndose
“culpable por enojar al padre/madre” y, por lo tanto, “arrepentido de ser
malo/a”. Esta característica implica una carga emocional
de tal magnitud, que tiene un impacto directo en el desarrollo psicológico del
niño/a.
Problemas escolares
La diversidad de secuelas emocionales que conlleva para un niño/al estar
expuesto a una situación de maltrato y las consecuentes manifestaciones
conductuales que acarrea, habitualmente influyen en problemas de adaptación
en su medio escolar, de distinta magnitud. Esto, sumado a los efectos cognitivos
específicos que se pueden producir en un niño/a maltratado/a: problemas de
atención y concentración, desmotivación y sentimientos de ineficacia, se
constituyen en elementos que alteran su desarrollo escolar normal, influyendo
negativamente en su desempeño. Debido a esto, frecuentemente un niño/a o
joven agredido/a presenta continuos problemas conductuales, bajo rendimiento
o rendimiento oscilante (etapas que alcanza buenas calificaciones y etapas en
que estas descienden sin motivo aparente), conflictos con profesores y con los
demás compañeros, por lo cual es calificado como “niño/a problema”,
aumentando la conflictiva a la cual está expuesto.
Replicabilidad de las conductas agresivas:
Tal vez uno de los efectos más dramáticos de una situación de Maltrato Infantil,
es el hecho de que aquel niño/a o joven sujeto de las agresiones, posee una alta
probabilidad de repetir esta misma conducta violenta, esta vez como agresor/a.
En este sentido, se ha observado que una consecuencia de una experiencia de
agresiones en la infancia es la necesidad de modificar la posición de víctima que
se tuvo en algún momento y transformarse en victimario. Puede manifestarse
tanto en agresiones dentro del propio grupo familiar como en agresiones hacia
la sociedad a través de actos delictivos. En este punto, es importante destacar
que no todo sujeto agredido/a se transforma en agresor/a y que a posibilidad de
que esto suceda pasa por que se tengan a la mano otros recursos, que posibiliten
la elaboración de la experiencia vivida de una manera más adecuada.
Sentimientos de culpa
Los individuos presentan sentimientos significativos de culpabilidad respecto a
los actos de violencia que ejercen, por lo cual resulta frecuente que, después de
ocurrida la crisis en la que se ha golpeado al niño/a, se exprese arrepentimiento
e incluso se realice la “promesa” de que no se repetirá lo ocurrido. Estos
sentimientos de culpa constituyen una carga emocional, que vivencia el sujeto
en forma sistemática y crónica.
Dificultades de comunicación del problema – Negación
Debido, por una parte, al rechazo social que genera un sujeto que agrede a un
niño/a, y por otra, a la carga emocional que implica el reconocerse como
“agresor/a”, los individuos que ejercen Maltrato no reconocen a éste como tal y
frecuentemente “justifican” sus actos de violencia frente a los demás, con lo cual
se niega la posibilidad de buscar ayuda para resolver el problema.
Aislamiento del resto de la familia y de los amigos y sentimientos de soledad.
Cuando la violencia ejercida se cronifica, y no es reconocida como un problema,
los individuos agresores adoptan una actitud de defensa, que constituye el
aislamiento de las personas significativas, intentando no exponerse a las críticas
ni reproches respecto a su conducta. Además, su familia adopta una actitud
similar, principalmente como una forma de limitar las interacciones con el sujeto
agresor/a, con el propósito de evitar nuevas instancias de agresión. Esta
dinámica, va aislando al sujeto agresor/a de su entorno, y por lo tanto,
contribuye a la generación o aumento de los niveles de tensión en el individuo,
situación que aleja las posibilidades de encontrar alternativas de resolución del
problema.
Baja autoestima e inseguridad persona:
El reconocerse o ser identificado como “agresor/a”, implica un fuerte rechazo
social, especialmente de aquellas personas significativas para el individuo, por
lo cual las descalificaciones y recriminaciones sobre su persona son frecuentes.
Esta situación, la mayoría de las veces prolongada
en el tiempo, conlleva un efecto negativo importante en la autoestima del
sujeto.
A.4. Prevención del maltrato infantil
La prevención del maltrato infantil se establece en tres niveles:
Prevención primaria: Dirigida a la población general con el objetivo de evitar la
presencia de factores estresores o de riesgo y potenciar los factores protectores
del maltrato infantil.
Sensibilización y formación de profesionales de atención al menor
Intervenir en las escuelas para padres, promoviendo valores de estima hacia la
infancia, la mujer y la paternidad.
Intervenir en las consultas y exponer los derechos de los niños y la
inconveniencia de los castigos físicos.
Identificar los valores y fortalezas de los padres reforzando su autoestima.

Prevención secundaria: Dirigida a la población de riesgo con el objetivo de


realizar un diagnóstico temprano y un tratamiento inmediato.
Reconocer situaciones de maltrato infantil, estableciendo estrategias de
tratamiento.
Reconocer las conductas paternas de maltrato físico o emocional,
considerando la remisión de la familia a una ayuda especializada en el manejo
de la ira y la frustración.
Remitir a centros de salud mental a padres con adicción al alcohol y drogas.

Prevención terciaria: Consiste en la rehabilitación del maltrato infantil, tanto


para las menores víctimas como para los maltratadores. Para ello se debe
disponer de un equipo interdisciplinario (pediatras, psiquiatras psicólogos,
trabajadores sociales, orientadores familiares terapeutas, cuerpos policiales)
(OMS, 2009, pp. 12-13).

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