Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Aristóteles, (1985), Ética Nicomáquea Ética Eudemia, 2a. ed., trad. de Julio Pallí Bonnet,
Madrid, España, Biblioteca Clásica Gredos.
Aristóteles comienza hablando sobre las acciones voluntarias e involuntarias, porque nos va a
direccionar a hablar sobre la virtud, dice entonces, que mientras que las acciones voluntarias
son objeto de alabanzas, las involuntarias por el contrario son de reproche. Estas últimas parece
entonces que se hacen por fuerza o por ignorancia, ya que su principio está en algo externo.
Sin embargo, entran en cuestión los límites de estos conceptos, por ejemplo, si alguna persona
malvada amenaza a otra de matar a sus padres sino hace algo vergonzoso, sería dudoso
entonces si este acto es voluntario o involuntario. Aristóteles resuelve esta cuestión diciendo
que son estas acciones mixtas, sin embargo son más cercanas a las voluntarias ya que el
principio de acción está en el que las ejecuta, entonces radica en este hacerlas o no.
Ignorancia: También nos habla sobre quien hace algo por ignorancia, cualquier cosa que sea,
se encuentra con dos opciones la voluntaria donde no siente dolor ni pesar alguno y la
involuntaria donde siente remordimiento por haber cometido la acción.
Aristóteles nos dice que hay una gran diferencia entre obrar con ignorancia y por ignorancia.
Realizar una acción con ignorancia es en el caso de estar borracho o con rabia hacer algo y
luego sentir arrepentimiento y pesar, mientras que obrar por ignorancia es hacer las cosas mal
de manera consciente.
Posteriormente Aristóteles sigue con el desarrollo de la naturaleza de la elección, nos dice que
la elección es algo voluntario, pero no es lo mismo, es mucho más amplio lo voluntario, porque
también tiene que ver con lo impulsivo, pero no la elección porque esta se logra a través de la
deliberación, un proceso de reflexión y razonamiento previo. No se puede confundir tampoco
con el deseo, ya que estos a veces son imposibles y además son fines, mientras que la elección
es un medio para llegar al fin y que depende de nosotros. Mucho menos puede ser una opinión
ya que esta abarca mucho más que lo voluntario, esta es usada para el entendimiento de las
cosas, mientras que la elección se usa para evitar o hacer una cosa.
Capítulo 3: La deliberación.
Para elegir entonces tenemos que deliberar, este es un proceso previo a la elección que se da a
partir de cosas que están en nuestro poder y son realizables, tiene lugar entonces en elementos
cuyo desenlace no es claro o es indeterminado. Sin embargo, no se puede deliberar sobre el
cosmos, las matemáticas, los astros, etc. son cosas que pasan, sin importar nuestra deliberación.
Este proceso no se centra en los fines, sino en los medios que conducirán a estos, un médico no
delibera si curará, este es su fin y puesto, mira todos los medios, herramientas, tratamientos y
medicamentos para curar, examinando cual es el mejor y más fácil.
Parece, pues, como queda dicho, que el hombre es principio de las acciones, y la deliberación
versa sobre lo que él mismo puede hacer.
La voluntad tiene por objeto un fin, unos piensan que ese fin es el bien, sin embargo entra una
contradicción, ya que si se tiene voluntad en algo malo, no podremos decir que es bueno. Todo
lo voluntario no puede ser siempre bueno, es aparentemente bueno, ya que dependerá de lo que
a cada uno le parezca
La voluntad sea como sea es un fin y por lo tanto un bien, en lo que puede diferir es en el
sujeto, es decir, el hombre. Por ejemplo, para el hombre bueno la voluntad será un bien,
mientras que para el hombre malo la voluntad será cualquier cosa.
Se podría decir que todos aspiran a lo que parece bueno, sin embargo no pueden controlar su
imaginación y creen que siempre será un bien. Si cada uno es causante de su modo de ser,
también de su imaginación. Todo hombre debería ser dotado con el poder de la visión (mirar las
consecuencias)
Aristóteles posteriormente nos empieza a hablar sobre las virtudes y comienza por la valentía
que como la virtud también versa entre dos extremos, la cobardía y la temeridad. Siempre que
se le tema a algo, es porque este puede producir algún tipo de mal como la miseria, la
enfermedad, la infamia, la soledad o la misma muerte, pero el valiente no le teme a estas cosas.
El valiente no le teme a una muerte gloriosa, en una guerra, pero si le teme a una muerte
vergonzosa.
Y es que el valiente está entre la cobardía y la temeridad. Debe saberse que todo lo que
sobrepasa las fuerzas humanas, adaptativamente, se le debe temer y todo hombre sano lo sabe.
El que es virtuoso de valentía se destaca por reconocer bien a que le debe temer y a lo que no.
Los temerarios por el contrario son personajes que no le tienen miedo en absoluto a nada,
aparentan ser valientes, pero son instintivos, dejándose llevar por el deseo y el arrebato ante
todo.
Por esto anterior Aristóteles nos dice que el valor o la valentía pueden dividirse en 5 formas:
Aristóteles luego pasa a mostrarnos como la valentía pareciera relacionarse mucho más con el
dolor que con el placer. Reflexionando, el hombre que es más valiente es porque se enfrenta a
grandes temores y no por enfrentarse a lo que le causa confianza o placer. En fin, vemos que
ser valiente implica una vida dolorosa, pues la gloria no puede alcanzarse sin esfuerzo. Soportar
placeres en realidad no tendría ningún mérito.
Capítulo X: La moderación
Por instancia última pasa a hablarnos sobre la moderación es un término medio entre el dolor y
el placer. Todos los placeres no están vinculados con la moderación, como por ejemplo ver arte
o escuchar música.
Dentro de la moderación está el deseo también y pueden existir tanto deseos particulares
como deseos generales. Estos últimos están relacionados con la naturaleza, por ejemplo el
apetito, tienen que ver con la satisfacción de una necesidad, en este es fácil la moderación
aunque existen casos de personas obesas o flacas en exceso. Y por el otro lado están los
deseos particulares, donde lo central es el exceso.
¿Cuáles son las nociones, conceptos y/o categorías centrales del texto?
La voluntad.
- Voluntarios: por placer
- Involuntarios: por fuerza o ignorancia de algo externo.
- Elección: proceso racional para llevar a cabo los mecanismos para la acción.
- Deliberación: proceso anterior a la elección para evaluar posibilidades.
La Valentía.
- Valiente: medio entre temor y confianza, actúa a pesar del temor, más no sin él.
- Temerario: exceso de confianza e impulsivo.
- Cobarde: exceso de temor.
Templanza.
- Placer natural: los que compartimos con animales, apetito y sexo.
- Placer particular: lo central es el exceso.
- Intemperancia/impotente: el que quiere satisfacer todo anticipadamente.