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COMUNIDADES GENERATIVAS

…procuremos ser más padres de nuestro porvenir,


que hijos de nuestro pasado
Miguel de Unamuno

1. De selfies y muros.

En nuestra reciente “Peregrinación” por Tierra Santa, entre tantas experiencias


significativas conservo algunas imágenes que quiero compartir con ustedes porque me
parece, revelan de algún modo la imagen de la sociedad en algunos contextos. La
primera es una señora parte de un grupo asiático con el que coincidimos en varios de
los lugares. No olvido su imagen: unos cincuenta y tantos años, la clásica gorra para
el sol, con el bastón para el móvil siempre tomando video, donde en primer plano, por
supuesto, estaba siempre ella y detrás los lugares de la visita. Otra imagen: en el Santo
Sepulcro, en el lugar de la Crucifixión, uno de los lugares más sagrados para los
cristianos, tampoco faltó alguien que en cuclillas, porque obligadamente se entra de
rodillas, se hacía selfies, mientras la larga cola de peregrinos esperaba paciente y
devotamente para arrodillarse y orar. Otra imagen que impresiona, como en tantos otros
lugares del mundo, es el muro que se extiende entre Israel y Palestina, tan alto como
consistente. De la parte de Israel totalmente gris, de la parte de Palestina con
significativos y coloreados grafitis que expresan el sentir de este pueblo.

Estas imágenes siguen en mí como la representación de un mundo que va ahogándose


en un narcisismo que genera muerte. Es interesante recordar la leyenda griega de
Narciso a quien el famoso vidente Tiresias le predijo que viviría muchos años, siempre
y cuando no se viese a sí mismo. Pero él, despreciando cualquier otro amor, en la
contemplación absorta de su imagen reflejada en el agua e incapaz de separarse de ella
al querer besarla se precipitó en el estanque. El resultado del narcisismo es siempre
igual: la frustración y la muerte.
¡Cuántos muros se levantan en el mundo! no sólo en las fronteras, también en ciudades,
donde cada vez más fraccionamientos, están rodeados de un muro y a dónde se entra
solo bajo inspección. Dijo bien el Papa Francisco: Los constructores de muros, ya sean
de hojas cortadas con cuchillos o de ladrillos, se convertirán en prisioneros de los
muros que construyen1.

Es evidente, que quién se ahoga en el narcisismo o vive para defender su propia


seguridad inicia una espiral de muerte. No se necesita mucho para comprobar esta
verdad. Basta asomarnos a la prensa o a los telediarios para descubrir historias de
violencia y de muerte aun en los pequeños pueblos otrora pacíficos y seguros.

A veces, esta realidad nos sofoca y puede llevarnos a una visión negativa y pesimista
de la realidad, sin embargo, es interesante descubrir que Jesús después de describir el
“caos” de Jerusalén, afirme: Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y
levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación.2 Efectivamente, desde la
perspectiva del Reino de Dios, todo “caos” puede convertirse en “kairós”. El hombre
contemporáneo es aquel que, incluso percibiendo la oscuridad del presente, es capaz
de aferrar su luz, interpretar el propio tiempo, leer su historia y su valor de una manera
diferente y transformarlo en Kairós, tiempo de salvación abierto a las sorpresas de
Dios.3

El caos, la confusión y la oscuridad que narra el Génesis en los primeros renglones de


la Biblia, dice también que precisamente ahí, un viento de Dios aleteaba por encima
de las aguas.4 Este “caos y confusión” al soplo del Espíritu y a la voz de la Palabra se
convierte en: “y vio Dios que todo era bueno”, repetido seis veces como son los días
de la creación. Sólo el Espíritu puede poner orden, vida y belleza al caos, a su soplo
todo puede convertirse en maravilla.

Cerrando este primer punto concluimos que: frente al mundo narcisista y de muros
existe una hermosa alternativa de la que nuestra generación es responsable si nos
dejamos llevar por el viento del Espíritu: la generatividad.

2. Identificando la palabra generatividad en nuestro contexto de comunidades


FMA.

1
Vuelo de regreso a Roma desde Rabat marzo de 2019
2
Lc. 21,28
3
Cfr. Circ. 985
4
Gn. 1,2
2
El concepto de “generatividad” es ya de uso frecuente en el mundo de las empresas, de
la pedagogía, de la psicología, de la comunicación y ahora también forma parte del
título de nuestro próximo CG.XXIV:

Comunidades generativas de vida en el corazón del mundo contemporáneo.

Desde el primer momento nos damos cuenta que la palabra está en plural porque que
el “sujeto” del CG. XXIV, no son las FMA como personas singulares, sino las FMA
en “sinodalidad” con todos los miembros de las comunidades educativas. Por tanto, no
somos unicamente nosotras las llamadas por el Espíritu a hacer este camino de
“generatividad” sino que la comunidad educativa en su totalidad está implicada en este
camino: “ninguno/a excluído(a)”en palabras del Papa Francisco.

Para hacer este camino de “generatividad” como comunidades educativas, es


importante llegar al consenso entre el significante y el significado, como punto común
de partida.

La generatividad para Erik Erikson, es uno de los polos a los que una persona como
individuo o como sociedad se orienta. El verdadero adulto no piensa solo en
“sobrevivir” sino que decide dar vida más allá del presente, sirve a otros, tiene interés
por las generaciones futuras, trata de incidir de manera positiva en la vida de otros seres
humanos. Podemos decir, que la generatividad, es expresión de madurez y es el
componente principal de la riqueza de sentido y de satisfacción de la vida.5

La generatividad mira al futuro y al servicio de los demás. Sin embargo la conciencia


de su alto valor, no parece del todo difundida y aceptada en la sociedad de hoy. Se
piensa más bien, en la autosatisfacción del presente y como no tiene raíces y no se
proyecta al futuro se estanca y necesita de estímulos cada vez más fuertes y potentes
para sentirse viva (alcohol, droga, experiencias límite, deportes extremos,
antidepresivos, diversiones, juego de azar, sexo en diversas expresiones, dependencia
de las TIC’s ...).

Generatividad en el CG.XXIV no se entiende como algo individual, sino como la


influencia intencional de todos los miembros de la comunidad educativa, que produce
efectos benéficos en un todo, en el sentido de la “ecología integral” donde los aspectos
personales, carismáticos, sociales, etc, están armónicamente conjugados en vista del
futuro. Es decir: sembrar el presente para que otros habiten el futuro.

5
Cfr. Semeraro, Marcelo La comunidad generativa
3
Desde esta perspectiva, me parece importante referirnos a dos de los cuatro grandes
principios enunciados en la Evangelii Gaudium:
El tiempo es superior al espacio: “Este principio permite trabajar a largo plazo, sin
obsesionarse por resultados inmediatos. Ayuda a soportar con paciencia situaciones
difíciles y adversas, o los cambios de planes que impone el dinamismo de la realidad.
Es una invitación a asumir la tensión entre plenitud y límite, otorgando prioridad al
tiempo... Darle prioridad al espacio lleva a enloquecerse para tener todo resuelto en
el presente, para intentar tomar posesión de todos los espacios de poder y
autoafirmación. Es cristalizar los procesos y pretender detenerlos. Darle prioridad al
tiempo es ocuparse de iniciar procesos más que de poseer espacios. El tiempo rige los
espacios, los ilumina y los transforma en eslabones de una cadena en constante
crecimiento, sin caminos de retorno. Se trata de privilegiar las acciones que generan
dinamismos nuevos en la sociedad e involucran a otras personas y grupos que las
desarrollarán, hasta que fructifiquen en importantes acontecimientos históricos. Nada
de ansiedad, pero sí convicciones claras y tenacidad”.6

El segundo principio, tiene que ver también con la generatividad: “El todo es superior
a la parte y también es más que la mera suma de ellas. Siempre hay que ampliar la
mirada para reconocer un bien mayor que nos beneficiará a todos. Pero hay que
hacerlo sin evadirse, sin desarraigos. Es necesario hundir las raíces en la tierra fértil
y en la historia del propio lugar, que es un don de Dios. Se trabaja en lo pequeño, en
lo cercano, pero con una perspectiva más amplia. El modelo no es la esfera, que no es
superior a las partes, donde cada punto es equidistante del centro y no hay diferencias
entre unos y otros. El modelo es el poliedro, que refleja la confluencia de todas las
parcialidades que en él conservan su originalidad” 7.
La generatividad, es la tensión y la responsabilidad por el futuro. La fe, el carisma, la
vida consagrada, la misión apostólica, como tantas cosas en la vida, no se da en
capítulos infinitos, sino que se “renueva” de generación en generación.

Somos nosotros aquí y ahora, como individuos, como comunidades educativas, como
Instituto, como Iglesia, quienes tenemos la responsabilidad de crear las condiciones
para que las generaciones futuras puedan vivir y lo hagan mejor que nosotros.

3. Generatividad vs. Orfandad

6
EG. 223
7
Cfr. EG. 237
4
El siglo anterior nos ha heredado algunas corrientes psicológicas como la de Freud que
anunció la muerte del padre en una sociedad que desde su punto de vista, había pasado
a la adultez, desprendiéndose del “padre”. Desde luego no soy experta en el tema pero
una cosa es cierta: no nacemos de la nada y llevamos inscrito en lo más profundo de
nuestro ser la necesidad de prolongarnos en otro. Estas corrientes se reflejan donde
existe el miedo a la paternidad. Hoy muchas parejas deciden no ser generativas. Con
más frecuencia escuchamos a jóvenes de ambos sexos que optan que por no tener hijos.
Cuando se pregunta el ¿por qué?. La respuestas comunes suelen ser: para ser libres,
para viajar, para seguir estudiando, para alcanzar alguna meta profesional importante,
en ocasiones también, para no repetir historias de dolor y sufrimiento.

Lo cierto es que la tasa de nacimientos se ha reducido drásticamente en los últimos


decenios en las sociedades con mayor bienestar. “En una sola década, los nacimientos
han caído casi un 30% en España. Ha disminuido el número de hijos por mujer y se
ha retrasado la edad de la maternidad hasta el punto de que ha aumentado un 63% el
número de madres con 40 años o más. El panorama de la fecundidad es desolador. El
año pasado hubo un saldo negativo entre nacimientos y muertes, algo que también
ocurrió en 2015 y 2017. Este país envejecido tiene cada vez más ancianos y menos
niños. La estrecha base de la pirámide va a zozobrar.”8

Desde luego esta perspectiva estadística hace temer por el futuro de un país y aunque
no es el centro del tema que abordamos, lo implica de alguna manera. Ciertamente la
“generatividad” exige el “éxodo” de sí, para pensar en el otro; tener el valor de dejar
el laberinto del yo, liberarse de la concha protectora, para afrontar con decisión el
futuro y el riesgo.

Puede sernos útil en este punto compartir algunas ideas del Papa Francisco, sobre la
paternidad y la generatividad

“ «Padre» indica una relación fundamental cuya realidad es tan antigua como la
historia del hombre. Hoy, sin embargo, se ha llegado a afirmar que nuestra sociedad
es una «sociedad sin padres». Los padres están algunas veces tan concentrados en sí
mismos y en su trabajo, y a veces en sus propias realizaciones individuales, que olvidan
incluso a la familia. Y dejan solos a los pequeños y a los jóvenes. La ausencia de la
figura paterna en la vida de los pequeños y de los jóvenes produce lagunas y heridas
que pueden ser incluso muy graves. El sentimiento de orfandad que viven hoy muchos
jóvenes es más profundo de lo que pensamos.
8
Sosa T, Maria El País, 19 de junio 2019
https://elpais.com/sociedad/2019/06/19/actualidad/1560938428_722944.html
5
Los padres a menudo están ausentes, incluso físicamente, de la casa, pero sobre todo
porque, cuando están, no se comportan como padres, no dialogan con sus hijos, no
cumplen con su tarea educativa, no dan a los hijos, con su ejemplo acompañado por
las palabras, los principios, los valores, las reglas de vida que necesitan tanto como
el pan. Es verdad que tú debes ser «compañero» de tu hijo, pero sin olvidar que tú eres
el padre.

Y este problema lo vemos también en la comunidad civil. También ella a menudo los
deja huérfanos de caminos seguros que recorrer, huérfanos de maestros de quien
fiarse, huérfanos de ideales que caldeen el corazón, huérfanos de valores y de
esperanzas que los sostengan cada día. Jesús que sabe la experiencia de tener Padre
promete: «No os dejaré huérfanos» (Jn 14, 18). Es Él, en efecto, el Camino que
recorrer, el Maestro que escuchar, la Esperanza de que el mundo puede cambiar, de
que el amor vence al odio, que puede existir un futuro de fraternidad y de paz para
todos.”9

Un verdadero padre/madre, lucha, trabaja, sueña se esfuerza para crear un futuro para
sus hijos aunque para ello tenga que sacrificarse en tantas cosas. Muchas de nosotras,
tenemos esa feliz experiencia, mirando a quienes nos han precedido ya sea en nuestra
familia natural como en la del Instituto.

Cada FMA y la comunidad educativa, está llamada hoy a renovar y tomar la


responsabilidad de la propia maternidad/paternidad frente a las nuevas generaciones.
Salir de las “demasiadas preocupaciones” por el presente que pueden asfixiarnos y
tener la fuerza de “levantar la cabeza” y mirar el futuro creando las mejores condiciones
para que éste sea posible y del mejor modo a todos los niveles: desde la responsabilidad
de la casa común hasta la actualización y continuación del carisma que del Espíritu
hemos recibido como laicos y como consagradas. “María, que ha llamado y educado
a la generatividad a nuestros santos y a las comunidades de Mornese y Valdocco,
también llama y sostiene a nuestras comunidades educativas para actuar como Ella,
con corazón de Madre y para hacer presente entre los jóvenes su rostro de
Auxiliadora”.10

4. Comunidades con “paternidad” y “maternidad”

Si, como dijimos, la humanidad ha entrado en una triste fase de orfandad y si el ser
humano siempre está en busca de padre-madre, ¿no será esta una buena ocasión para
9
Cfr. Papa Francisco Audiencia General. 28 de enero de 2015
10
Circ. 985
6
que en nuestras comunidades educativas se manifieste con mayor fuerza y claridad el
“rostro de familia” y se renueve el “espíritu de familia” que nos caracteriza?11

El sentido de paternidad-maternidad y de familia, está profundamente marcado en el


ADN del carisma salesiano. Recuerdo aquí la famosa frase de Don Bosco: Llamadme
padre y seré feliz y la frecuente antefirma de sus cartas: el padre que tanto os ama. En
la Carta 63,5 Madre Mazzarello se autodefine también como: la madre que tanto os
ama. Esta paternidad-maternidad de Don Bosco y de M. Mazzarello tiene una sola
fuente, el amor Trinitario.12
Hemos dicho que sólo el Espíritu es dador de vida, como lo afirmamos en el Credo.
“Sin el Espíritu de Jesús, ninguna paternidad-maternidad es posible. Y a esto estamos
llamados como miembros vivos de ella, a prolongar su maternidad.

“Los padres de la Iglesia dicen que María es madre, la Iglesia es madre y tu alma es
madre. La Iglesia es femenina porque es iglesia, esposa: es femenina y es madre, da a
luz. Pero los padres van más allá y dicen: También tu alma es esposa de Cristo y
madre. En esta actitud que viene de María que es madre de la Iglesia, podemos
entender esta dimensión femenina de la Iglesia: cuando no está, la Iglesia pierde la
verdadera identidad y se convierte en una asociación de beneficencia o en un equipo
de fútbol o cualquier otra cosa, pero no la Iglesia. La Iglesia es “mujer”, su alma es
femenina porque es madre, es capaz de dar a luz actitudes de fecundidad”.13

La carta de preparación al CG. XXIV, después de enunciar el título nos invita


a“dejarnos guiar por María para una regeneración en el Espíritu Santo, que haga que
nuestras comunidades educativas sean generativas de vida nueva. Es esta presencia
en la vida personal y de la comunidad que posibilita la “generatividad” en la misión
educativa”.14 Solo así somos “misión” de la Iglesia y con la Iglesia. Recuperar la
centralidad de la missio ecclesiae es indispensable en nuestras comunidades, porque
no estamos únicamente para prestar un servicio educativo y/o social. En la mente de
Don Bosco éste es el medio para ser y hacer Iglesia, es decir: hacer presente el Reino
de Dios entre aquellos a quienes Él nos envía, sean creyentes o no.

11
Cfr. C. art. 7 y 50
12
Ef. 3, 14-19: Por eso doblo mis rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra,
para que os conceda, según la riqueza de su gloria, que seáis fortalecidos por la acción de su Espíritu en el hombre
interior. Que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, para que, arraigados y cimentados en el amor, podáis
comprender con todos los santos cuál es la anchura y la longitud, la altura y la profundidad, y conocer el amor de
Cristo, que excede a todo conocimiento, para que os vayáis llenando hasta la total Plenitud de Dios
13
Cfr. Misa matutina en la Capilla de La Domus Sanctae Marthae, 21 de mayo de 2018
14
Cfr. Circ. 985
7
“Miramos a María, mujer y madre, que nos invita a comprender lo que significa entrar
con un corazón materno en los escenarios de los profundos cambios sociales y
culturales en los que se desarrollan nuevos lenguajes y nuevas gramáticas de las
relaciones. Con Ella, "nos esforzamos por hacer nuestras su actitud de fe, de
esperanza, de caridad”, (C 4) que la han hecho tan contemporánea a la situación que
la han impulsado a intervenir en Caná, con intuición femenina, anticipando la hora de
Jesús. Acompañadas por María, estamos llamadas a vivir la fuerza generativa del
carisma en esta hora histórica, sostenidas por la gozosa e inquebrantable certeza de
que el Espíritu Santo derrama e infunde en nuestros días una nueva vitalidad y
creatividad, llena de la esperanza del vino nuevo que mana de la fe.”15

Cabe aquí hacernos algunas preguntas: ¿nuestra vida de FMA está impregnada de
Espíritu Santo porque se nutre de la Palabra y de la Eucaristía? ¿Qué propuestas
ofrecemos a nuestros niños y jóvenes para que en nuestros ambientes, con la cultura y
la sensibilidad de hoy se vivan estas “columnas” del Sistema Preventivo? “Transmitir
la fe no es dar informaciones, sino fundar un corazón, fundar un corazón en la fe en
Jesucristo. Este es el desafío de un cristiano: ser fecundo en la transmisión de la fe, es
también el desafío de la Iglesia: ser madre fecunda, dar a luz a los hijos en la fe, la fe
lo que se transmite de generación en generación, como un don. Transmitir la fe no es
hacer proselitismo: es otra cosa, es más grande incluso”16

La Revista Vida Religiosa de mayo y junio de este 2019 en el artículo “Carta a los
jóvenes” (1 y 2) me llamó la atención en la entrevista a los jóvenes religiosos, su
insistencia en ofrecer a los jóvenes no solamente “actividades” o “eventos” sino algo
más profundo. Guillermo Rejas Thomas dice concretamente: “Los jóvenes
necesitamos propuestas fundantes y no actividades para consumir”. Pero podremos
ofrecer propuestas fundantes, sólo si tenemos experiencia del “Fundamento”. En la
parábola de la vid y los sarmientos Jesús nos dice cuál es la condición para ser personas
y comunidades generativas: Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el
sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco
vosotros si no permanecéis en mí. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho
fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. La gloria de mi Padre está en
que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos. 17

Valdocco y Mornese fueron comunidades continuamente renovadas por la Palabra,


fortalecidas por la Eucaristía, por el perdón dado y recibido. La primera comunidad de

15
Cfr. Circ. 985
16
Cfr. Papa Francisco. Domus Sanctae Marthae Jueves, 3 de mayo de 2018
17
Jn. 15, 4-5; 7-8
8
las FMA, guiada por María Domenica Mazzarello, fue generadora de vida, de
esperanza, de alegría para las jóvenes pobres y para familias en dificultad.18 Qué
hermoso sería que las comunidades educativas pudieran decir como San Pablo: Pues
aunque hayáis tenido diez mil pedagogos en Cristo, no habéis tenido muchos padres.
He sido yo quien, por el Evangelio, os engendré en Cristo Jesús.19

5. Dar a las nuevas generaciones raíces y alas

5.1. El acompañamiento:

Un aspecto importante de la generatividad es la presencia, el acompañamiento, la


cercanía; es la palabra al oído, la “asistencia” como la llama nuestra tradición salesiana.
¡Cuántos ejemplos hermosos hemos tenido y los tenemos en nuestras casas! Qué bien
la describen nuestras Constituciones: “La asistencia salesiana típica expresión del
Sistema Preventivo, nace como exigencia educativa de nuestra comunión con Cristo y
se hace atención al Espíritu Santo que obra en cada persona. La asistencia, es espera
acogedora, presencia activa y testimonio entre las jóvenes participación cordial en su
vida y aspiraciones. La asistencia es obra de toda la comunidad. Requiere formar ese
ambiente de familia en el que las jóvenes no sólo sean amadas, sino que se sientan
amadas...”20

El Documento Final del Sínodo de los Jóvenes traduce en palabras de hoy el artículo
6721. La Carta de Roma del 10 de mayo 1884 ha sido y seguirá siendo fundamental
para entender el Sistema Preventivo y el espíritu que anima nuestra obra educativa en
cualquiera de sus expresiones. Para una comunidad educativa salesiana, generatividad
es patio, es vida que irradia una Presencia, es presencia educativa y propositiva adulta,
que con la sola fuerza de la persuasión y del amor, estimula al crecimiento.22 De ahí la
necesidad de comunidades acogedoras, alegres y capaces de compartir su ideal de vida

18
Cfr. Circ. 985
19
I Cor. 4,15
20
C. 67
21
Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional. Documento final del Sínodo de los Obispos 2018. No. 102
Un buen compañero es una persona equilibrada, escucha, fe y oración, que se ha medido con sus propias debilidades y
fragilidad. Por esta razón, él sabe cómo ser acogedor con los jóvenes a quienes acompaña, sin moralizar y sin falsas
indulgencias. Cuando es necesario, también puede ofrecer la palabra de corrección fraterna.
La conciencia de que acompañar es una misión que requiere profundas raíces en la vida espiritual lo ayudará a mantenerse
libre con los jóvenes a quienes acompaña: respetará el resultado de su viaje, apoyándolos con oración y regocijándose de
los frutos que el Espíritu produce en aquellos que Abren sus corazones, sin tratar de imponer su voluntad y preferencias.
Igualmente, podrá ponerse al servicio, en lugar de ocupar el centro de la escena y asumir actitudes posesivas y
manipuladoras que creen dependencia y no libertad en las personas. Este profundo respeto también será la mejor garantía
contra los riesgos de plagio y abuso de todo tipo.
22
Cfr. C. 7
9
con los jóvenes, dejándose interpelar por las exigencias de autenticidad y dispuestas a
caminar con ellos. Quien acompaña acoge con paciencia, suscita preguntas más
profundas y reconoce los signos del Espíritu en el camino de discernimiento vocacional
de las jóvenes y los jóvenes; es capaz de comunicar la propia experiencia de vida y
compartir la luz que ha guiado la propia opción vocacional.

Este el estilo de acompañamiento que vemos reflejado en la experiencia de María


Domenica Mazzarello, animadora humilde y sabia, es el estilo que tiene la Iglesia de
ejercer su función materna, generando la libertad de los hijos y colaborando al
descubrimiento del sueño que Dios tiene sobre las personas que les han sido confiadas.
Para ello se requiere una sólida preparación cultural, una profunda experiencia de fe,
de humanidad, de madurez en las virtudes relacionales, delicadeza en el dar espacio al
otro y la disposición de involucrarse en el cultivo de una verdadera espiritualidad de
comunión, es el culmen de la fuerza generativa de la vocación de mujeres consagradas
y educadoras salesianas.23

“Sin duda las instituciones educativas de la Iglesia son un ámbito comunitario de


acompañamiento que permite orientar a muchos jóvenes, sobre todo cuando «tratan
de acoger a todos los jóvenes, independientemente de sus opciones religiosas,
proveniencia cultural y situación personal, familiar o social. De este modo la Iglesia
da una aportación fundamental a la educación integral de los jóvenes en las partes
más diversas del mundo». Reducirían indebidamente su función si establecieran
criterios rígidos para el ingreso de estudiantes o para su permanencia en ellas, porque
privarían a muchos jóvenes de un acompañamiento que les ayudaría a enriquecer su
vida”.24

5.2 Puntos de referencia seguros

Una comunidad salesiana generativa ofrece parámetros seguros según el humanismo


cristiano inspirado en S. Francisco de Sales que “para Don Bosco significaba valorizar
todo lo positivo en la vida de las personas, en las realidades creadas, en los
acontecimientos de la historia. Esto le llevaba a captar los auténticos valores presentes
en el mundo, especialmente si agradan a los jóvenes; a arraigarse en el flujo de la
cultura y del desarrollo humano del propio tiempo, estimulando el bien y negándose a
lamentarse por los males; a buscar con sabiduría la cooperación de muchos,
convencido de que cada uno tiene dones que deben descubrirse, reconocerse y

23
Cfr. Circ. 985
24
Exhortación Apostólica Postsinodal Christus Vivit.
10
valorarse; a creer en la fuerza de la educación que sostiene el crecimiento del joven,
a confiar siempre y en todas partes en la Providencia de Dios, amado como Padre”.25

Visto que hoy nuestras comunidades educativas son cada vez más interculturales e
interreligiosas considero que tenemos un excelente parámetro de valores en el
Documento sobre la Fraternidad Humana, por la paz mundial y la convivencia común
que desde mi punto de vista, es la nueva Carta de Derechos Humanos en el contexto
de este siglo XXI y que debería ser el fundamento del hombre y a la mujer del siglo
XXI26. El verdadero humanismo es el gran fundamento que tenemos que ofrecer hoy a
nuestros jóvenes como brújula segura para orientarse en esta sociedad líquida y en la
posthumanidad gaseosa en la que nos movemos.

Por otra parte si bien las ideas y los principios son importantes, no lo son menos los
educadores en quienes los jóvenes deben encontrar puntos de apoyo y modelos de vida.
En los centros educativos hay un gran número de niños y jóvenes que por conflictos
familiares, por situaciones de trabajo y de migración, no tienen padre o madre o puntos
de referencia seguros. Son como árboles sin raíces o con raíces muy débiles también
por los acelerados cambios culturales, sociales o por haberse desenraizado de una
cultura y están buscando situarse en el nuevo contexo a donde han llegado. Una
comunidad educativa generativa, ofrece a estos jóvenes más vulnerables no solo una
especial atención sino modelos positivos y propositivos de vida en la persona de los
educadores que se convierten en punto de referencia e interlocutores sabios y seguros
en el respeto a la situación en la que cada uno llega y se encuentra.

5.3 Comprometerse

Aunque existen muchos otros aspectos de una comunidad generativa señalo un último
aspecto: abrir horizontes a los chicos y ayudarles a hacer experiencias concretas de la
realidad de nuestro mundo. Ser con ellos comunidades “en salida”, comunidades
“misioneras”, ofreciendo experiencias “fundantes” también a los no creyentes o de
otras religiones, porque la humanidad es una sola. La pobreza, la limitación, las heridas,
la necesidad de cercanía es del judío y del samaritano; del hebreo y del extranjero; del
pobre Lázaro y del rico. En el discurso a los cardenales en el pre-cónclave del 9 de
marzo de 2013, Bergoglio afirmaba: “Evangelizar supone en la Iglesia la parresía de
salir de sí misma. La Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir hacia las periferias,

25
Cfr. Carta de Identidad de la Familia Salesiana art. 7
26
Documento sobre la Fraternidad Humana por la Paz Mundial y la Convivencia Común. (2019)
http://w2.vatican.va/content/francesco/es/travels/2019/outside/documents/papafrancesco_20190204_documento-
fratellanza-umana.html

11
no sólo las geográficas, sino también las periferias existenciales: las del misterio del
pecado, las del dolor, las de la injusticia, las de la ignorancia y prescindencia
religiosa, las del pensamiento, las de toda miseria. Y en la primera entrevista
confirmó: “lo que la Iglesia necesita con mayor urgencia hoy es una capacidad de
curar heridas y dar calor a los corazones de los fieles, cercanía, proximidad. Veo a la
Iglesia como un hospital de campaña tras una batalla. ¡Qué inútil es preguntarle a un
herido si tiene altos el colesterol o el azúcar! Hay que curarle las heridas. Curar
heridas, curar heridas... Y hay que comenzar por lo más elemental”.27
“El compromiso social y el contacto directo con los pobres siguen siendo una
oportunidad fundamental para descubrir o profundizar la fe y discernir la propia
vocación. Los jóvenes no son meramente receptores de acciones pastorales, son
protagonistas de muchas actividades, en las que ofrecen generosamente su servicio,
en particular con la animación de la catequesis y la liturgia, el cuidado de los
pequeños, el servicio voluntario a los pobres”.28 Todos somos llamados a esta nueva
«salida» misionera. Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que
el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia
comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio.
La alegría del Evangelio es una alegría misionera que tiene la dinámica del éxodo y del
don.29

Valdocco y Mornese fueron comunidades “en salida”. Don Bosco no tuvo miedo de
llamar a sus jóvenes en situaciones difíciles y humanamente hablando, temerarias: El
cólera estalló en Turín en el verano de 1854 en una ciudad de 117 mil habitantes y
acabó con la vida de 1248 personas; el “Borgo Dora” tuvo el 50% de los muertos; Don
Bosco convocó a sus jóvenes, primero se unieron 14 y luego otros 30; eran días de
calor tórrido, de olor nauseabundo, de peligro, de cansancio extremo. En esta práctica
de exquisita caridad recordamos a Miguel Rúa (17 años), Juan B. Francesia (16 años)
Juan Cagliero (16 años) Juan B. Anfossi que tenía solamente 14 años. Con las lluvias
de otoño la peste terminó y entre los jovencísimos voluntarios, ninguno se contagió.

El espíritu misionero de Mornese se proyectaba también en las educandas, bástenos


tres citas de las Cartas de M. Mazzarello a D. Juan Cagliero: “Preparen una casa muy
grande para nosotras, ya que las educandas también quieren hacerse misioneras.
Tenga la bondad de mandarnos pronto los libros de español para poder estudiar y
estar preparadas a la primera llamada.”30

27
Entrevista al Papa. Antonio Spadaro S.J. L'Osservatore Romano , edición semanal en lengua española, viernes 27 de
septiembre de 2013
28
Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional. Documento final del Sínodo de los Obispos 2018no. 20 y 21
29
Crf. EG. 20
30
Posada, M.Ester; Costa, Anna; Cavaglià, Piera. La Sabiduría de la Vida. C. 4, 12,14
12
“Ahora que le he dado noticias de la casa, le pongo los nombres de las que quieren ir
pronto a América: yo ya quisiera estar ahí,... muy de veras, sor... no acabaría nunca
si tuviese que decir los nombres de todas las que desean ir. Así es que prepare pronto
un puestecito para nosotras. Todas las muchachas quieren irse con usted a Buenos
Aires. (original en español) La carta que nos escribió la hemos recibido; si tiene
tiempo escríbanos otra vez, nos gusta mucho.”31

“ Puede venir a escoger un buen grupo para llevárselas a América, pues casi todas
desean ir; venga pronto, que le esperamos con todo el corazón. Ahora escuche lo que
le voy a decir: guárdeme, pero de veras ¿eh? un sitio en América.”32

Si Don Bosco tuvo un gesto profético en tiempo del cólera, no lo fue menos M.
Mazzarello en la inundación provocada por el río Belbo en Nizza. Donde además de la
tormenta de agua, se había desatado una terrible tormenta en la ciudad con el caso de
Ana Bedarida la hebrea. Leemos en la Cronohistoria: “Mientras los periódicos de todo
tipo dan la noticia del rapto de Ana Bedarida, llevado a cabo por las religiosas de Don
Bosco y por motivos de religión; mientras se amenaza con quemar el convento si la
fugitiva no vuelve a su casa y abandona la idea de hacerse cristiana, el río Belbo
aumenta su caudal a causa de las copiosas lluvias, sale de madre e inunda sus
márgenes alcanzando hasta dos metros de altura. La gente se ve obligada a abandonar
sus viviendas a toda prisa y muchas familias, hombres, mujeres y niños llaman al
colegio pidiendo socorro. La Madre dispone que sean acogidos en seguida con
exquisita caridad y ordena que se les prepare a todos una modesta cena con lo poco
que hay en casa. No bastando la sopa, recurre a la polenta e incluso a los pedacitos
de pan que la mortificación de esta y aquella Hermana ha dejado en el cajón de la
mesa. Su atención más solícita es para las mujeres y para los niños, para que sean los
primeros en tener las prendas indispensables y algún jergón para dormir.... las
mujeres y los niños están todos alojados en el recibidor, donde la Madre acoge y
consuela, y manda a las Hermanas a que se aseguren de que ninguna sufre a causa
del frío, o por un natural sentimiento de temor. Las primeras socorridas son, quizá,
las mismas mujeres que, noches atrás, gritaban furiosas delante de las ventanas:
«¡Pobres muchachas! ¿Habéis venido a morir aquí dentro? ¡Volved a vuestra casa!
¡Mueran las monjas...!». Pero, ¿qué importa? Por el contrario, precisamente a ellas

31
Cfr. ídem C. 5, 9,14
32
Ídem C. 6, 10, 11
13
se han de ofrecer los bienes mejores de la caridad cristiana, para aliviar su dolor y
ayudarles a aceptar la prueba.”33
Ofrezcamos a los jóvenes nuevos horizontes, dándoles alas para volar alto, invitándolos
a salir del espejo y del sofá, de la vida cómoda y ponerse a caminar siendo protagonistas
del cambio.34

Fieles a nuestros Fundadores, creemos que el protagonismo y la creatividad de los


jóvenes se convierten en fuente de vida nueva, de respuestas concretas y generosas, de
renovación y apertura sobre todo hacia quien está marginado y/o lejos de la fe. Estamos
llamados a convertirnos, a cambiar el estilo, en este "caminar juntos" cuidando mejor
los aspectos fundamentales típicos del Sistema Preventivo, que caracterizan el estilo
sinodal: el sentido sagrado de la persona humana, la acogida alegre y familiar, la
confianza, la cercanía, la hospitalidad, la solidaridad, la gratuidad, la integración, el
reconocimiento del otro por lo que es.35

6. Preparando los odres nuevos

En este último punto, entiendo dirigirme particularmente a nosotras, FMA, aunque


valga también en gran parte para las comunidades educativas.

Para comprender lo que hoy nos pide el Espíritu tomemos el texto de Jeremías:
Levántate y baja a la alfarería, que allí mismo te haré oír mis palabras. Bajé a la
alfarería, y he aquí que el alfarero estaba haciendo un trabajo al torno. El cacharro
que estaba haciendo se estropeó como barro en manos del alfarero, y éste volvió a
empezar, trasformándolo en otro cacharro diferente, como mejor le pareció al
alfarero. Entonces me fue dirigida la palabra de Yahveh en estos términos: ¿No puedo
hacer yo con vosotros, casa de Israel, lo mismo que este alfarero? - oráculo de Yahveh
-. Mirad que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, casa
de Israel.36

33
Cfr. Cronohistoria 3, p.43
34
Cfr. Queridos jóvenes, no vinimos a este mundo a «vegetar», a pasarla cómodamente, a hacer de la vida un sofá que nos
adormezca; al contrario, hemos venido a otra cosa, a dejar una huella. Es muy triste pasar por la vida sin dejar una huella.
Pero cuando optamos por la comodidad, por confundir felicidad con consumir, entonces el precio que pagamos es muy,
pero que muy caro: perdemos la libertad. No somos libres de dejar una huella. Amigos, Jesús es el Señor del riesgo, para
seguir a Jesús, hay que tener una cuota de valentía, hay que animarse a cambiar el sofá por un par de zapatos que te ayuden
a caminar por caminos nunca soñados y menos pensados, por caminos que abran nuevos horizontes. Ir por los caminos
siguiendo la «locura» de nuestro Dios que nos enseña a encontrarlo en el hambriento, en el sediento, en el desnudo, en el
enfermo, en el amigo caído en desgracia, en el que está preso, en el prófugo y el emigrante, en el vecino que está solo. Ir
por los caminos de nuestro Dios que nos invita a ser actores políticos, pensadores, movilizadores sociales. Que nos incita
a pensar en una economía más solidaria que esta. Papa Francisco con ocasión de la XXXI Jornada Mundial de la
Juventud. Campus Misericordiae, Cracovia 30 de julio 2016.
35
Cfr. Circ. 985
36
Jer. 18 ,2-6
14
La mayoría de las que estamos aquí presentes hemos sido testigos del fatigoso camino
de la Iglesia y por tanto de la Vida Consagrada a partir del Vaticano II. Ha habido
cambios y progresos muy favorables, también hemos cometido errores, pero lo cierto
es que ha sido un tiempo de “partos” y “transformaciones” que no se han terminado de
concretar. Estamos modelando ánforas nuevas, engendrando un nuevo ser que
seguramente no conoceremos la mayoría de nosotras; estamos sembrando y cultivando
frutos que tal vez no vamos a saborear; modelamos recipientes en los que no
beberemos, pero tenemos que sentirnos felices de que el Espíritu nos confíe esta tarea
que requiere mucha fe y gran esperanza, porque como el barro en la mano del alfarero,
así sois vosotros en mi mano, casa de Israel… y esta fe y esta esperanza nos bastan
para seguir dejándonos modelar por su mano.

Para hablar de los odres nuevos me serviré de los cuatro verbos utilizados por el Papa
Francisco cuando habla de la generatividad: desear, dar a luz, cuidar y dejar ir.”37

6.1. Desear

El primer paso de toda realización es el deseo. La vida consagrada existe de lo que


vive, sueña y espera. Hay que optar entre administrar la tristeza, el desánimo o preparar
el futuro. El futuro es la novedad que se añade a la experiencia y la transforma. Pero
no lo lograremos si estamos encerrados en dinámicas de poder y protagonismo. Los
seres humanos tenemos una gran capacidad de desear, soñar, aspirar a lo bueno. Sin
ideales, nos conformamos con los hechos. Buscamos otra vida consagrada, cargada de
humanidad, llena de pasión profética y audacia evangélica. Creemos la lógica del
grano de mostaza y de la levadura, sin olvidar la del sembrador y del trigo y la cizaña.
Cambiar, es movernos por la fuerza de los deseos, si éstos son suficientemente claros
y fuertes.

El amor viste de belleza, y la belleza engendra el deseo. El deseo sano es una pasión
que nos mueve. Es la que nos da fuerza para comenzar cada jornada y motivación
cuando el camino se hace cuesta arriba. El deseo siempre es futuro... quien no desea
vive añorando el pasado o encerrado en el presente que aplasta. Quien no desea no
tiene esperanza.38 El deseo cambia el corazón, pone en acción la inteligencia y en
movimiento el cuerpo entero. ¿Qué tan fuertes y profundos fueron los deseos de Don
Bosco y María Mazzarello?. La historia de más de cien años lo demuestra. Y

37
Cfr. Discurso del Santo Padre Francisco a los participantes en la Plenaria del Consejo Pontificio para la Cultura 7 de
febrero de 2015
38
Del Valle, Carlos SVD Moldear corazones de amigos en el Señor.
http://www.internationalunionsuperiorsgeneral.org/es/boletin/

15
construimos lo que realmente deseamos como personas, como comunidades
educativas; como Instituto, como Iglesia.

6.2. Dar a luz.

Dice Jesús que: La mujer, cuando va a dar a luz, está triste, porque le ha llegado su
hora; pero cuando ha dado a luz al niño, ya no se acuerda del aprieto por el gozo de
que ha nacido un hombre en el mundo.39

La generatividad supone dolor, rompimiento, separación. Para que algo nazca nuevo,
tiene que doler. La irrupción a la vida para que sea real, tiene que pasar,
necesariamente, por la experiencia maravillosa de «dar a luz». Asumir el dolor como
parte del proceso de posibilitar una nueva vida. Cuando llega el tiempo, el feto no
puede estar más en el cuerpo de la madre, tiene que salir, respirar, alimentarse, vivir
por sí mismo. Es indispensable que deje el espacio cómodo y cálido, la zona de
seguridad y confort. Si esto no sucede, la vida nueva se aborta. El tiempo de nacer es
preciso, nacer antes o después implica un riesgo para la nueva vida y lo que sucede en
cualquier ser vivo, sucede también en una comunidad educativa, en el Instituto, en la
Iglesia. No dar a luz prematuramente, pero tampoco después.

Pienso en el paso de Mornese a Nizza, es el momento de un segundo alumbramiento.


Dejar el primer nido para abrirse a otro espacio que permitirá un nuevo respiro y
crecimiento. Leemos en la Cronohistoria: “El mes de febrero de 1879 señala una fecha
memorable para el Instituto: el traslado de la sede generalicia de Mornese a Nizza
Monferrato. Algo más fácil de acatar que de llevar a cabo. Cuando unos veinte días
antes le comunicaron la última palabra de Don Bosco al respecto, la misma Madre no
había podido impedir que alguna lágrima revelara la pena de su corazón. En Mornese
había aprendido a amar y servir al Señor. La iglesia y el confesionario habían
alimentado su continuo trabajo espiritual; el modesto cementerio cercano a la Iglesia
encerraba los restos de Don Pestarino, de Don José Cagliero y de sus queridas
Hermanas difuntas, cuyos gestos y palabras recordaba perfectamente. En Mornese
tendría que dejar a tres Hermanas gravemente enfermas, a algunas hijitas que
mantenían allí gratuitamente, alguna postulante, falta de entradas y muchas
necesidades que cubrir. ¡Cuánto dolor! Pero, antes que ella, otras lo habían
experimentado... El día 4, después de decir adiós a las personas y a los lugares
queridos, la Madre parte para Nizza, en su rostro se reflejan las huellas del
sufrimiento, pero en el fulgor de sus ojos brilla una sonrisa y, en sus labios, la palabra
siempre materna.40

39
Jn. 16,21
40
Cronohistoria 3. p.7
16
Invertimos muchos años pensando y repensando en la restructuración de nuestras
Inspectorías, pero nos cuesta mucho dar el paso... Cuando nos preguntamos: ¿qué
podemos dejar?... todas tenemos mil buenas razones para que nada se mueva. ¿De qué
tendremos que desprendernos? Cuánto nos cuesta dejar un lugar, una casa, una ciudad,
una habitación que nos proporciona seguridades, pero el inmovilismo no dará a luz
algo nuevo.

Seremos capaces de dar a luz a la vida FMA que habitará las siguientes décadas si en
nosotros existe un verdadero amor al carisma salesiano, a la propia vocación, a las
nuevas generaciones de salesianas y de jóvenes que vienen detrás de nosotras. Dice un
proverbio árabe que: “un hombre que no ha encontrado nunca en su vida un motivo
para perderla es un pobre hombre, pues no ha encontrado el sentido de su vida”.

Somos conscientes de que la vida religiosa salesiana tiene que nacer otra vez para vivir
en los nuevos paradigmas de este siglo. Generar implica siempre un riesgo, pero de no
hacerlo, la muerte es segura. ¡Cuánto admiro a las Congregaciones milenarias o
centenarias que han sido capaces de reinventarse a lo largo de los siglos. ¡Esa sin duda
es una gracia! Y esa gracia hay que pedirla con insistencia y estar dispuestas a pagar el
precio.

6.3. Cuidar.

Este es uno de los verbos más femeninos y maternos que existen. Cuidar y defender la
vida en este tiempo es un gran reto para nuestra sociedad que, encerrada en la
autosatisfacción no quiere “complicarse la vida” y sigue a ojos vistos depauperando el
ambiente, eliminando todo lo que le estorba (aborto, eutanasia) descartando todo lo que
puede incomodarla.

Cuidar es parte estructural de la persona, desde esta perspectiva surge la dimensión del
otro como valor, como algo sagrado, por eso el “otro” es una tierra santa delante del
cual hay que quitarse las sandalias!... Cómo cambiaría el mundo y nuestro pequeño
mundo si esto fuera un modo de ver y vivir entre nosotras...

Entre lo mucho que tenemos que cuidar, propongo algunas prioridades

o La contemplación.

Contemplar no es cerrar los ojos, es más bien, la “mística de los ojos abiertos” (J.B.
Metz). La postura contemplativa es aquella que nos abre a la ambigüedad, a la
paradoja, a lo desconocido. Estar abiertos al Espíritu es hacer uno de los trabajos
interiores más difíciles, pero esenciales. Nunca vemos el cuadro entero, pero el

17
Espíritu Santo, sí. El universo no está todavía terminado: “Soy un peregrino hacia
el futuro en un camino que viene enteramente del pasado”.

Buscar seriamente a Dios en nuestro mundo real es una aventura exigente y


peligrosa: significa exponerse a Dios en una realidad humana que tantas veces lo
cuestiona y niega; porque Dios es cuestionado y negado allí donde hay injusticia,
violencia, salvajismo, muerte, catástrofes naturales, enfermedad, depresión…
Dietrich Bonhoeffer buscó a Dios en tales circunstancias –¡en el campo de
concentración y en el contexto de la guerra mundial!– y lo encontró en el
sufrimiento; por eso, se dijo a sí mismo: “Solo un Dios que sufre, me puede salvar”.
En el espacio contemplativo perdemos el control del otro y descubrimos que no
siempre está en nosotros la mejor respuesta. Esto parece muy simple, es difícil.
Cuando nos volvemos más contemplativos somos más capaces de darnos cuenta de
las diferencias y comprenderlas, sin ponerles una etiqueta despectiva.

La contemplación no nos permite utilizar códigos agresivos en nuestro lenguaje,


sino que nos suaviza; hace surgir reuniones “diferentes” en las que hay pausas,
reflexión, pero nunca pasividad o ansiedades inútiles.

En los textos paulinos encontramos exhortaciones como éstas: “No entristezcáis al


Espíritu Santo” (Ef 4,30), “no sofoquéis o extingáis al Espíritu Santo” (1 Tes 5,19);
y es que, en realidad, podemos impedir o favorecer que el Espíritu respire y sople
en y a través de cada uno nosotros...41

Cuando decimos que “no tenemos tiempo” tendríamos que preguntarnos realmente
en qué lo empleamos y cuáles son nuestras prioridades. En una sociedad de “ruidos”
son importantes la pausas de silencio y reflexión. Una buena lección nos ha dado el
último Sínodo, en el que después de cinco intervenciones de los participantes, el
Papa pidió que hubiese cinco minutos de silencio...

o El discernimiento

La complejidad, la complicación, la rapidez de los cambios del momento presente


obligan al discernimiento, palabra que nos acompaña desde hace algunos años y en
varios Capítulos Generales pero que aun no se convierte del todo en estilo de vida.

Se basa en la convicción de que Dios actúa en la historia del mundo, en los


acontecimientos de la vida, en las personas que encuentro y que me hablan. Por eso
41
Cfr. https://vidareligiosa.es/procesos-de-transformacion-volar-viajar-contemplar/
18
estamos llamados a escuchar lo que el Espíritu nos sugiere, de maneras y en
direcciones que a menudo son impredecibles.

“El discernimiento no es un eslogan publicitario, no es una técnica organizativa, ni


una moda de este pontificado, sino una actitud interior enraizada en un acto de fe”.
Más allá de ser jesuíta, el Papa Francisco, insiste en todo momento en la práctica
del discernimiento, que si bien tiene sus propias reglas y metodología, es un don
del Espíritu que hemos de pedir con insistencia. “Para vivirlo como criterio de
elección y valoración, requiere silencio, ascesis y purificación del corazón. Es un
camino que ayuda a conseguir la libertad interior necesaria para tomar decisiones
concretas y verificables, en contraste a veces con el ambiente que nos rodea. Un
discernimiento basado en la obediencia de la fe, como nos enseña María, favorece
la sintonía con la voluntad del Padre y la acogida de sus llamadas que emergen en
la realidad a través de múltiples mediaciones”42

Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide,
pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y
atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio. 43 El
Espíritu lo guía en la verdad y lo conduce a la salvación. Como parte de su misterio
de amor hacia la humanidad, Dios dota a la totalidad de los fieles de un instinto de
la fe —el sensus fidei— que los ayuda a discernir lo que viene realmente de Dios.44

Por esto, las decisiones no pueden basarse en nuestra necesidad de seguridad, o en


el criterio de qué hay que mantener, focalizando la atención únicamente sobre los
problemas internos y urgentes. Por el contrario, se nos pide hacer del
discernimiento un estilo de vida, un compromiso continuo para acoger la novedad
del Espíritu, que comporta unas veces serios cambios de visión y estructuras, y
otras, solo pequeños pasos hacia adelante.45

o La vida comunitaria

Este es el espacio que requiere una verdadera transformación, es uno de los punto
basilares donde se juega el futuro de la vida religiosa. “La fidelidad a la Palabra
de Dios y a las Constituciones es garantía de futuro. Una comunidad alegre,
enraizada en Jesús, coherente, a pesar de su fragilidad, contagia como sucedió en

42
Ídem
43
EG.20
44
Ídem 119
45
Actas del CG. XXIII n. 35
19
Valdocco y en Mornese, impulsa a las comunidades a un dinamismo de fecundidad
vocacional que conoce la dificultad y el cansancio, pero está tejido de alegría y
santidad en el día a día”.46

Bruno Secondin, que tanto aportó a la vida Consagrada escribió: “Hoy, la vida
comunitaria está en crisis grave: es quizás la parte más enferma de nuestra forma
de vida. No por falta de teología, sino por déficit cultural: la antropología
subyacente ha cambiado, prevalece la búsqueda de la autorrealización y la
gratificación instantánea. Pero es aquí, que la vida consagrada tiene la oportunidad
de ser explotada con creatividad: para iniciar procesos de verdadera humanización,
no solo de convivencia empresarial o de simbiosis íntima. Necesitamos pensar
nuevos modelos de humanización abierta y dinámica, entre hombres y mujeres,
jóvenes y viejos, culturas y experiencias. Las poblaciones y las dinámicas de la
humanidad están siendo reorganizadas: debemos explorar nuevas síntesis de
fraternidad, ciertamente con la ayuda de Dios y la decisión de dar un viraje a
nuestro modo de vivir”.

Una atmósfera de vida religiosa deficientemente comunitaria, con poco flujo de


aire espiritual, con una decreciente ilusión misionera, hace difícil que la semilla
plantada pueda sobrevivir. Es el tiempo de reparar la casa, pensando no ya en los
más mayores, sino en quienes la pueden habitar en el inmediato futuro. Los que
vienen detrás de nosotros, necesitan espacios para responsabilizarse de un mundo
diferente. Para esto hace falta mucho olvido de sí, y mucho amor y comprensión a
aquellas compañeras o compañeros de vida consagrada que el Espíritu nos da.47

Pero, como bien sabemos, también nuestro amor-pasión es frágil y quebradizo. No


se puede mantener siempre en estado candente. El amor primero está llamado a
convertirse en amor-acción, en amor de amistad, amor de ágape desinteresado y
también de perdón. No es tiempo de culpabilizar, es tiempo de perdonar, que no
supone “olvido” sino una memoria sanada que implica el perdón de los propios
errores y los del otro.

Jean Vannier, que también hace poco tiempo nos dejó, con la gran experiencia
adquirida en las Comunidades del Arca decía: “no obstante toda la confianza que
podamos tener en los demás, existen siempre palabras que hieren, actitudes que
duelen, susceptibilidades que chocan... Si entramos a una comunidad sin saber que
ahí se entra para aprender a perdonar y a que otros nos perdonen setenta veces
46
Cfr.Circ. 985
47
Cfr. García Paredes, Cristo Rey. http://www.xtorey.es/?p=2495
20
siete, pronto estaremos desilusionados”... el perdón nos da siempre la oportunidad
de “generar” una nueva vida.

o La pasión apostólica salesiana en misión compartida.

No podemos pensar hoy la misión apostólica sin abrirnos al mundo de los laicos.
El Espíritu está irrumpiendo fuertemente y la relación "religiosos-laicos" está
atravesando un momento de gran vitalidad. Las diversas experiencias dentro de las
familias religiosas nos llevan a reconocer una nueva primavera en la vida de la
comunidad eclesial. No todos los brotes son iguales, tienen tiempos diferentes y
deberán todavía afrontar algunas dificultades. Sin embargo, se trata de un
movimiento que no puede retroceder, porque con nosotros, o incluso prescindiendo
de nosotros, el Espíritu Santo sigue y seguirá renovando su Iglesia. Basta con mirar
a nuestras comunidades educativas para notar con gratitud lo que el Espíritu de
Dios ha suscitado y cómo ha enriquecido nuestros carismas con la presencia de los
laicos, que son hoy por hoy, una riqueza y una fuerza imprescindible. Junto con
los laicos estamos ya escribiendo una página inédita de la evangelización y del
carisma.

En el año de la Vida Consagrada escribió el Papa Francisco: “Al mismo tiempo, la


vida consagrada está llamada a perseguir una sincera sinergia entre todas las
vocaciones en la Iglesia, a partir de los sacerdotes y laicos, así como hacer crecer
la espiritualidad de la comunión, en primer lugar en su vida interna, y después en
la misma comunidad eclesial y más allá de sus fronteras. De hecho alrededor de
cada familia religiosa, hay una familia más grande, la "familia carismática", que
incluye más Institutos que se reconocen en el mismo carisma, y sobre todo laicos
cristianos que se sienten llamados, en su condición secular, a participar de la
misma realidad carismática.”48

La misión compartida es participación en el mismo carisma, (Cf. C 68) es una


forma de vivir la misión que no es simplemente una "sustitución" de los
consagrados por parte de los laicos, ni siquiera una simple "colaboración". Es un
don del Espíritu Santo para el presente y para el futuro en el que los laicos son parte
"activa, consciente y responsable de la misión de la Iglesia". Es un espacio de
diversidad y complementariedad apostólica.

48
Carta Apostólica del Santo Padre Francisco a todos los consagrados con ocasión del Año de la Vida Consagrada II, 3
21
La misión compartida no es solo trabajo, también es relación personal, oración,
acción, discernimiento, contemplación, realidades que dan fuerza y sentido a la
misión como un solo cuerpo porque "a todos se nos dio a beber del mismo
Espíritu"(1Cor 12,13) para guiar la misión donde las necesidades crean más
heridas.

Hay laicos que pertenecen a diferentes confesiones o a otras religiones; ellos


también están
invitados a la "misión compartida" porque son parte del mismo cuerpo. A aquellos
que pertenecen a otras tradiciones religiosas o no creyentes, será oportuno
proponerles metas adecuadas para transmitir los valores de la pedagogía y de la
espiritualidad salesiana (Cfr.C74). La misión compartida es una oportunidad para
derribar las paredes y abrir las ventanas para que nuestro corazón se llene de rostros
y nombres para el Reino de Dios.49

El futuro, no lo podemos pensar sin esta "complicidad" y sinergia querida por el


mismo Espíritu Santo. Nosotras FMA estamos llamadas en este momento a
Ampliar la mirada: ‘juntas’, es la semilla del futuro.

Tenemos la inmensa fortuna de tener a tantos laicos y jóvenes ya en nuestras obras,


colaborando de cerca con nosotras, no perdamos esta mies abundante que el Señor
pone en nuestras manos. Propongamos la vocación en sentido amplio. La Familia
Salesiana ofrece una amplia variedad de vocaciones y diferentes niveles de
compromiso en donde cada uno, puede encontrar un camino de santidad con el cual
identificarse.

Los laicos también están llamados a ser animadores vocacionales, viviendo la fe y


el compromiso cristiano desde la óptica de la espiritualidad salesiana, de cuyo
crecimiento son responsables con nosotras.50

6.4 Dejar ir

Este es quizá uno de los puntos más difíciles de la generatividad y el más crítico. Es el
punto crucial de la transformación, no vendrá una visión diferente si no se abren
espacios para dejar ir la rutina, la inercia, el “siempre se ha hecho así”. Este es el punto
culminante del discernimiento, el que más tiempo y reflexión requiere en los procesos
de transformación porque al final requiere toma de decisiones muy concretas que

49
Cfr. Circ. 985
50
Cfr. Circ. 985
22
afectan a personas y lugares concretos. Es un proceso delicado porque no se pueden
echar por la borda elementos esenciales del carisma o de la vida consagrada y optar por
"novedades" que no tienen futuro ni sustancia, pero tampoco la inmovilidad por el
temor lanzarse a algo nuevo. No podemos morir como lo hicieron algunos en el Titanic
escuchando la música, aferrados a una seguridad inexistente queriendo ignorar que la
situación había cambiado radicalmente.

Hace muchos años que la vida religiosa intenta ponerse al “paso del Espíritu” y dejarse
guiar por su soplo, pero no faltan las resistencias a dejar lo que nos da seguridad. Sin
embargo, dejar ir es la unica posibilidad de que algo nuevo brote, que el kairós de Dios
se asome a nuestras vidas y en la misión.

Comparto una imagen que he leído en un artículo de José Cristo Rey: “En momentos
de incertidumbres y cambios, hemos de aprender de los artistas circenses del trapecio:
es preciso dar el salto, y para ello dejar el apoyo, lanzarse al vacío y esperar que se nos
dará un nuevo apoyo que nos permita no caer. Por una parte hay que "dejar pasar" – lo
cual suena a veces como "morir"–; y, por otra, "lanzarse al vacío", y esperar para acoger
lo nuevo que viene y nos es dado. El miedo, la duda, la desconfianza nos impiden el
salto. Es un tiempo en que necesitamos sueños, visión, y audacia; necesitamos
exorcizar el miedo, el cinismo, la duda. “Hombres y mujeres de poca fe, ¿por qué
dudáis?”(Mt 14,31). La vida es imparable.”51 ¡Y el Espíritu está a la obra!. “Mi Padre
trabaja siempre y yo también trabajo”.52 “Es la mano de Dios que trabaja en vosotras”
diría M. Mazzarello, entonces: Coraggio!

7. Sancta Dei génetrix

Quiero terminar esta ya larga conversación sobre las comunidades generativas,


volviendo la mirada y el corazón a la Madre. No porque como en algunos documentos
sea obligado hablar “por fin” de Ella. Sino porque a su luz cobra nuevo sentido, color
y calor a cuanto hemos dicho hasta ahora. Si al inicio hablamos de “selfies” y “muros”,
María es lo totalmente opuesto: apertura y disponibilidad total al inédito camino de
Dios en la historia de la humanidad. Es para nosotras una inspiración y modelo en esta
encrucijada de la historia.

Ella es modelo de quién dejando todas las seguridades se dejó llevar y conducir por
el “Viento” del Espíritu a lo inédito, a lo inimaginable.

51
Cfr. García Paredes, Cristo Rey Procesos de Transformación: volar, viajar, contemplar. 31 de enero 2017
52
Jn. 5,17
23
Ella que conoce de dónde viene y a dónde va ese Espíritu, nos posibilita y ayuda para
que el Espíritu Santo haga de nuestras comunidades educativas lugares donde se genera
la vida.

Ella, que ha llamado y educado a la generatividad a nuestros santos y a las


comunidades de Mornese y Valdocco, sostiene nuestras comunidades educativas para
actuar como Ella, con corazón de Madre y para hacer presente entre los jóvenes su
rostro de Auxiliadora (cf C 4).

¿Quién puede ayudarnos mejor que María, a discernir a la luz del Espíritu Santo, los
caminos de revitalización de nuestras comunidades para que sean proféticas y fecundas
a nivel vocacional?53

Confiémonos y fiémonos de Ella, la Maestra de Don Bosco y la Madre que confía a


María Mazzarello una nueva maternidad: "A ti te las confío".

Ella repetirá para el mundo de hoy, que “no tiene vino”, el milagro de Caná, si
aprendemos como Ella ha hacer lo que Jesús nos dirá.

S. María Luisa Miranda L.

Sanlúcar la Mayor, 6 de agosto de 2019


Fiesta de la Transfiguración del Señor

53
Cfr. Circ. 985
24

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