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A L.∙. G.∙. D.∙. G.∙. A.∙. D.∙. U.∙.

Gran Logia Central de la Nueva York
Valle de Caracas, Oriente de Venezuela, 15 de Septiembre de 2017 E.∙.V.∙.
S.∙.F.∙.U.∙.

INSTRUCCIÓN DIARIA
EL SILENCIO

M.∙.M.∙. VICTOR CHACÓN
Para que podamos entender correctamente lo que significa el silencio para el masón, debemos
acudir a su definición profana, indicando que es la privación voluntaria de la facultad de hablar. Y en
verdad, casi todos sabemos hablar pero poco sabemos callar. Por ello, saber callar la lengua y los
sentidos es una virtud de Dios.

Enseña la historia de la masonería, en relación al silencio del primer grado, que bastaría
entender su simbología al remitirnos al génesis de las sociedades humanas; en efecto los primeros
hombres, no tenían lenguaje propiamente dicho. He aquí el por qué el aprendiz no debe hablar en logia.
¿Qué tendría que decir? ¿Que podría enseñar? Sencillamente no debe hablar porque no sabe nada.
¿podría preguntar? ¿ sobre qué, si ignora lo que se trata en el taller? Antes es menester que por su edad,
en donde apenas esta abriendo los ojos, escuche y observe. Lo anterior parece ratificarse históricamente
en la escuela pitagórica, recordemos que en su comunidad filosófico educativa, ubicada en Crotona
(Italia meridional, denominada entonces Magna Grecia) a los discípulos se les sometía a un largo
período de noviciado, en donde se les admitía como oyentes, observando un silencio absoluto.
En el silencio se encuentra la posibilidad del crecimiento, cuando nos aislamos de nuestras
influencias exteriores, abrimos los canales de concentración, observamos, escuchamos y
contemplamos, estamos aprendiendo a ver la luz. Ahora bien, enfoquemos el silencio constructor a
nuestro principal legado: la iniciación, en la cual resulta clave, desde que somos vendados y llevados al
cuarto de reflexión y se nos enseña que sólo a través de la contemplación, se puede acceder a las
primeras verdades, mismas que son necesarias desentrañar poco a poco a través del crecimiento
interior. De igual forma, cuando prestamos juramento adquirimos la obligación de callar, especialmente
cuando se nos indica que no debemos revelar los secretos de la orden ni la palabra enseñada al mundo
profano, allí el silencio simboliza la discreción y la disciplina del masón, así como su lealtad frente a sí
mismo y sus hermanos. Para ser más elocuentes escuchemos un viejo adagio hermético que resulta
claro sobre el punto: "los labios de la sabiduría están mudos fuera de los oídos de la comprensión” por
ello el buen masón prefiere que le corten la garganta antes que romper su silencio.
Entonces QQ:.HH:. el alcance de nuestra voz, producto de nuestros pensamientos, resulta clave
en la construcción del templo, a través del pulimento de la Piedra Bruta; es mejor callar, cuando no
sabemos cómo y cuando hablar; es mejor callar, hasta que aprendamos la importancia de utilizar la
palabra de una forma consciente y sabia; es mejor no decir nada, cuando podemos utilizar la pasión
como detonante de nuestros fonemas; es mejor callar cuando no estemos preparados para aceptar
nuestra misión; es mejor callar, cuando se empieza a caminar por senderos desconocidos, pero con la
seguridad de que hay una presencia divina que nos acompaña.

M.∙.M.∙. VICTOR CHACÓN
La mejor palabra es la corta y breve, la sabia, que transmite la verdad y se dirige al bien.
Aprender hablar poco, lo justo y suficiente, significa en el masón en general, no sólo en el aprendiz, la
fuerza de voluntad, el carácter templado, el dominio de si mismo, la elevación de su espíritu. La única
manera de saber expresar palabras sabias, es antes haberlas meditado a través del silencio. Los más
grandes logros del pensamiento humano, han sido fruto de su investigación en el silencio interior, que
todo hombre debe saber desarrollar.
Muchos podrán ver una contradicción entre el principio masónico de ser “libres pensadores” y
este silencio metódico. Sin embargo, nosotros los masones hemos de ver este silencio impuesto como
el medio idóneo para lograr precisamente esa libertad de pensamiento no infectada de vicios profanos,
no influida por el pequeño mundo exterior gobernado por el egoísmo, la falta de profundidad en los
conceptos, la vergonzante superficialidad con que se convive día a día y la falta de comprensión para
ver más allá de nuestras narices. Es por eso que buscar la luz interior, buscar la luz del conocimiento es
poder ver más allá del árbol que nos impide ver el bosque. El Silencio del Aprendiz está lejos de
constituir una medida limitante o autoritaria, tendiente a frustrar o disminuir al recién iniciado, al
contrario, es un instrumento educativo, de formación iniciática, que por tanto debe asumirse con plena
conciencia de sus beneficios.
Por su funcionalidad, el silencio de los aprendices debe verse desde la dualidad que tantas veces
se presenta a nuestros aún ignorantes ojos. Una primera acepción: como silencio para escucharse a sí
mismo, pues los ruidos del mundo profano nos dispersan y nos apegan a lo superficial, sin que
podamos lograr profundizar en los conocimientos ni en la observancia de la naturaleza. Aprendiendo a
escucharse, los QQ:.HH:. Aprendices comenzaran a darle a sus palabras el sentido profundo y correcto
que una persona cultivada ha de tener. Y una segunda acepción: como silencio para escuchar al otro;
porque al no participar, con palabras en Logia, de los debates sobre las planchas y los temas
propuestos, los Hermanos Aprendices se centrarán y se concentrarán en la escucha reflexiva. De este
modo, las palabras de los QQ:.HH:. no se perderán en sus cabezas, sino que serán asimiladas,
analizadas e incorporadas a su almacén interno, como quien guarda en un baúl el conocimiento que nos
ha de dar luz y grandeza a nuestra alma, lo cual es el insumo necesario para el crecimiento de nuestro
intelecto y la virtud a nuestra persona. Podría decirse que, mientras los demás Hermanos hablan, los
Aprendices participan en el diálogo del taller por medio de su silencio; pero no de un silencio por
imposición, un silencio por ignorancia o un silencio por desinterés… Todo lo contrario, se trata de un
silencio fértil que los ayuda a desarrollar su conocimiento, su ser, su conciencia y en cierta manera,
también es un silencio activo porque toma nota, piensa, da fruto. Como vemos, el silencio se nos puede
presentar dualmente entre un silencio pasivo y un silencio activo.
No quiero terminar este trabajo sin antes citar algunas frases célebres que ilustran el valor del
silencio:

M.∙.M.∙. VICTOR CHACÓN
“No es necesario decir todo lo que se piensa, lo que sí es necesario es pensar todo lo que se dice.”
(Quino)

“Más vale permanecer callado y que sospechen tu necedad, que hablar y quitarles toda duda de ello.”
(Abraham Lincoln)

“Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio.” (Proverbio hindú)

“Me arrepiento muchas veces de haber hablado, nunca de haber callado.” (Publio Siro)

“Hay que ser amo de nuestros silencios y no esclavo de nuestras palabras.” (William Shakespeare)

“AUDI, VIDE, TACE” (Oír, ver y callar.)

M.∙.M.∙. VICTOR CHACÓN

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