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ECONOMIA POLITICA DEL DESARROLLO REGIONAL DEL CUSCO

Antonio Romero(*)

Cusco, 1 de abril de 1998

(*) Economista. Consultor en asuntos de medio ambiente y recursos naturales. Especialista en Organización
del Espacio y Gestión Ambiental, Escuela Andina de Postgrado (Colegio Andino) - Cusco.

INDICE

Introducción................................................................................................................................ 3

1
1. El problema regional.............................................................................................................. 3

a. Reforma agraria, crisis económica y movimientos campesinos .............................................. 3


b. Patrón de desarrollo y economía regional ............................................................................... 4
c. Crisis económica y dinámicas regionales ................................................................................ 4
d. Consecuencias de las políticas económicas para los campesinos ......................................... 5

2. Relación Estado-Región y crisis territorial.......................................................................... 6

3. Dinámicas regionales ............................................................................................................ 8

4. Dinámicas microrregionales en el Valle Sagrado (Calca y Urubamba)........................... 11

a. En la economía urbana ........................................................................................................... 11


b. En la agricultura ...................................................................................................................... 12

5. Un marco estratégico para el desarrollo regional del Cusco ........................................... 13

a. Actores del desarrollo regional................................................................................................ 13


b. Recursos naturales ................................................................................................................. 16
c. Agricultura ............................................................................................................................... 20
d. Desarrollo urbano y regional ................................................................................................... 22
e. Empleo .................................................................................................................................... 23
f. Educación................................................................................................................................. 25
g. Concertación, institucionalidad ............................................................................................... 25

6. Perspectivas ......................................................................................................................... 27

Referencias ................................................................................................................................ 30

2
Introducción

El presente trabajo tiene la finalidad de ofrecer un marco de carácter estratégico, para


pensar e identificar alternativas frente a las cuestiones del desarrollo regional en el Cusco, con
un enfoque de economía política. Se enmarca en el debate actual sobre la descentralización en
el país, que ha venido siendo acompañado de exigencias y movilizaciones recientes desde las
regiones por sus necesidades y falta de recursos, cuyas posibilidades de desarrollo están
fuertemente atadas a la “benevolencia” del Estado central.

La regionalización del periodo 1990-1992 suponía dos premisas esenciales: debía


estar inscrita en la reforma global del Estado, e ir acompañada o antecedida de
transformaciones en la estructura productiva de las regiones (González; 1989, 5). Las
relaciones de dependencia con el Estado central (y por ende con Lima) y la cultura centralista
con que se formaron las regiones, hicieron que la regionalización fuera un proceso generado
de arriba hacia abajo (del Estado a las regiones), priorizando los cambios políticos e
institucionales antes que los del desarrollo económico regional de largo plazo.1 De allí su
posterior fracaso.

El documento contiene 6 secciones o acápites. La dos primeras abordan la cuestión


regional a partir de la relación Estado-Región y el impacto que este tuvo sobre la crisis territo-
rial que engendró. Tienen el propósito de fijar el contexto de la argumentación. Las dos siguien
tes tratan de las dinámicas a nivel regional y microrregional, con especial referencia a la
Cuenca del Vilcanota y el Valle Sagrado, respectivamente. Son una exposición resumida de
dos estudios realizados anteriormente por el autor en el Cusco (Romero; 1997b, 1997c). La
quinta es la sección principal porque provee el marco estratégico de desarrollo, y cuyo conte-
nido es propositivo al mismo tiempo que reflexivo. Se termina con una suerte de examen de las
perspectivas en el futuro inmediato y mediato, proporcionando asimismo una agenda hacia
adelante.

1. El problema regional
El problema regional se debe tanto a factores de índole externo como a causales
internas. Los primeros se enmarcan en el contexto de las relaciones Estado-Región, mientras
que las segundas remiten a las dificultades y limitaciones de la sociedad regional.

A continuación se evalúan las determinaciones provenientes de la relación Estado-


Región, después de 1970, centrándolas principalmente en: reforma agraria y crisis del campo,
crisis económica y del patrón de desarrollo, así como en las políticas macroeconómicas.2

a. Reforma agraria, crisis económica y movimientos campesinos


La reforma agraria modificó profundamente el paisaje rural al liquidar la gran propiedad
en el campo, pero generando al mismo tiempo un nuevo y potencial conflicto: entre el modelo
asociativo del Estado y las reivindicaciones de los campesinos, que se resolvió con la
(re)campesinización de la tierra vía movilizaciones y la abolición de facto de la formas aso-
ciativas de producción: los campesinos recrearon sus comunidades haciendo retroceder al
Estado de la gestión de los recursos.

Dichas movilizaciones permitieron la permanencia de un espacio territorial y social (la


comunidad), orientadas por estrategias esencialmente defensivas. No podrían calificarse como
una victoria política sobre el Estado, dada su desarticulación de los movimientos sociales
gestados desde las ciudades y la ausencia de un proyecto alternativo de desarrollo. La
pregunta “¿y después de la tierra, qué?” podría sintetizar mejor lo que se pretende decir.

1
“Dentro de este escenario existe un sesgo hacia la priorización de los aspectos político-institucionales sobre los
aspectos del desarrollo económico que ni los partidos políticos ni los llamados movimientos regionales están
dispuestos a corregir, pues se trata de una lucha por estar ‘representados’ y ‘participar’ en el nuevo Estado
regionalizado en gestación. Es decir, en ausencia de un sistema democrático consolidado, la pugna por el poder de
distintos sectores sociales tiende a reducir las posibilidades de desarrollo económico descentralizado, en la medida que
estos sectores privilegian la lucha política por el gobierno y el poder, antes que la lucha económica por el desarrollo”
(op. cit., 8).
2
El desarrollo y sustentación de la argumentación que sigue se encuentran en Romero (1997a).

3
Lo que ganaron los campesinos en términos de recuperación de tierras y reforza-
miento del papel de la comunidad, en los años terminales de reforma agraria, coincidió
curiosamente con el inicio de la crisis de largo plazo en que ingresaría la economía peruana.
De manera que el avance social y político logrado por los campesinos hasta mediados de los
setentas, fue vulnerado por el mayor deterioro de sus condiciones materiales de vida,
obligando entonces a ellos y sus organizaciones -en particular a los más pobres- a retroceder y
resistir.

Los campesinos peruanos, y en especial los de la sierra sur, han demostrado aún en
los peores años de crisis (económica y de violencia política) un gran sentido de conservación y
supervivencia. En el contexto de las relaciones Estado-Región, sus estrategias frente a las
macropolíticas han sido igualmente (nunca dejaron de serlo) defensivas, mientras que su
capacidad de vincularse con la economía regional ha dependido de lo que el mercado y el
Estado le han permitido. ¿Es esto lo que impide hasta hoy a los campesinos tener un peso
social importante, y no sean además tomados en cuenta por las políticas de regionalización o
las estrategias de desarrollo regional? A diferencia del pasado inmediato, en el escenario
regional los campesinos no enfrentan ahora a entes concretos (hacendados, terratenientes,
autoridades despóticas) sino a “fuerzas invisibles” que se originan de lejos en virtud de un
ordenamiento centralista del territorio nacional: términos de intercambio desfavorables,
políticas económicas que reducen sus ingresos reales y otras.

b. Patrón de desarrollo y economía regional


Por patrón de desarrollo se entiende al conjunto de modalidades que una sociedad
adopta para organizar la producción (división del trabajo), eligiendo y utilizando las técnicas
para transformar los recursos en bienes que satisfacen necesidades, generando con ello
múltiples intercambios mercantiles (mano de obra por salario, oferta y demanda de productos)
al interior del espacio geográfico y/o en vinculación con el exterior. Entre dichas modalidades
hay una que prevalece imprimiendo sobre el resto su racionalidad. Esto sucede sobre todo en
países como el Perú, donde conviven no sin tensión múltiples modos de producir que
históricamente llegaron a ser organizados e incorporados al circuito de la acumulación de
capital (nacional e internacional), cuya ramificación comienza y termina en Lima, siendo este el
patrón de desarrollo capitalista del país.

El problema es justamente que los diversos espacios de producción fueron


incorporados para favorecer al centro hegemónico nacional o regional, que ha ejercido el papel
de polo de atracción de capitales y excedentes. El caso paradigmático fue la generación del
espacio que articulaba Arequipa y el sur andino a través de la lana. El capital-dinero deten-tado
por los comerciantes arequipeños, que actuaron como intermediarios de la industria textil
inglesa demandante de la materia prima, y el hecho de contar con el puerto más próximo
(Mollendo), permitieron la articulación subordinada de las provincias laneras de las partes altas
de la región. Ello ocurrió entre el último tercio del s. XIX y la primera mitad del XX. Pasado el
periodo de la lana los recursos mineros y energéticos (cobre, gas), y excepcional-mente el
turismo, pasaron a ser las principales actividades generadoras de excedentes, cuya
articulación no se da directamente con la economía regional sino para favorecer la concen-
tración y el crecimiento económico de Lima.

Esto permite arribar a la conclusión que, desde el punto de vista de su articulación e


integración internas, en la Región Inka no existe una economía regional que haya sido
consolidada, a consecuencia de su inscripción en un patrón de desarrollo primario-exportador.
La perspectiva histórica indica que estamos ante una economía en formación o en tránsito
hacia algo que en el corto plazo resulta incierto saber.

c. Crisis económica y dinámicas regionales


La crisis económica instaurada desde la segunda mitad de los años 70 ha significado
tres cosas: crisis del patrón de acumulación cifrado en las exportaciones primarias y en la
industrialización dependiente, crisis del Estado central y crisis del modelo urbano-industrial
asentado en Lima. Desde el punto de vista regional es una crisis del centralismo, en tanto
modalidad que ha predominado -y que aún predomina- en el desarrollo espacial del capitalis-
mo en el país.

4
En el contexto de la crisis se generaron dinámicas demográficas de redistribución de
población, modificándose las proporciones rural-urbanas con sus secuelas sobre la ocupación
del espacio, la generación de nuevas demandas sociales y los movimientos anticentralistas.
Las migraciones del campo a la ciudad constituyeron el factor más importante del crecimiento
urbano de los centros administrativos y de las ciudades menores; es decir, dando lugar al
fenómeno de la urbanización, la terciarización del empleo y el despliegue de la informalidad.
Esta es la dimensión regional de la crisis en los espacios urbanos.

Probablemente son los campesinos quienes han sabido resistir de mejor manera la
severidad de la crisis, por el carácter diverso de su economía y el hecho de manejar simultá-
neamente varias estrategias de supervivencia. En este sentido, el espacio económico, social y
territorial que es la comunidad ha podido conservarse y mantenerse vigente. Los campesinos y
sus comunidades han estado presentes todo el tiempo en la historia económica regional,
mientras que la extracción de grandes excedentes en la sierra no se ha podido realizar sin el
“concurso” de los campesinos. Sin embargo, son los grandes perdedores de un patrón de
desarrollo al cual irónicamente contribuyeron como mano de obra o productores. No han sido
socialmente eliminados pero tampoco están integrados equitativamente en la economía de
mercado. Es necesario darse cuenta que ellos van a seguir presentes en el escenario regional,
y que deben recibir el peso e importancia que se merecen en las estrategias de desarrollo.

Una opinión que se ha hecho vox populi es que el desarrollo regional, considerando la
experiencia histórica de Occidente, debe hacerse desde la ciudad, pero no es menos cierto que
en países como el nuestro la ciudad no puede prescindir del campo.

d. Consecuencias de las políticas económicas para los campesinos


Las políticas económicas han transmitido sus efectos sobre los ingresos campesinos a
través de las relaciones de intercambio, sin trastocar los espacios mercantiles de producción
pues ellos disponen de un abanico de estrategias económicas que incluye la migración, para
defenderse del ajuste. Las migraciones afectaron sobre todo la configuración del espacio
urbano y la ocupación de nuevos espacios rurales. Las ciudades son utilizadas por los
migrantes con un doble propósito: como lugar de realización de actividades para obtener
ingresos complementarios (comercio, servicios), y como plataforma de nuevos
desplazamientos hacia otras ciudades o aún para organizar la ocupación de áreas de frontera
agrícola.3

En ausencia de una estrategia que incorpore a los campesinos y sus espacios como
co-gestores del desarrollo regional, las políticas económicas de corto plazo favorables al
campo son las que expanden la demanda interna y elevan los ingresos de los trabajadores en
la ciudad, en el caso que las importaciones no compitan con la producción agrícola. Ambas
políticas son generadoras potenciales de inflación si la producción industrial no aumenta al
mismo ritmo de la demanda, lo que en parte depende de la maduración de la inversión
productiva previa. Considerando la dimensión regional de las políticas económicas y la
experiencia peruana al respecto, los impactos de las políticas expansivas han favorecido a los
centros urbanos de la costa y especialmente a Lima, antes que a las regiones del interior
debido a los problemas de concentración y centralización espacial del capital.

En un contexto de estanflación (estancamiento con inflación en la ciudad) y si la


producción agrícola compite con importaciones similares, las políticas de devaluación del tipo
de cambio que siguen una orientación ortodoxa modifican la relación de intercambio a favor de
los campesinos, en el sentido que estos ven elevar su ingreso real o capacidad de consumo de
bienes urbanos, dependiendo este impacto del grado de articulación mercantil o de las
porciones de comercio y autoconsumo de la producción.

En el largo plazo la política relevante es la del cambio técnico que eleva cuantita-
tivamente la producción comercializada (hacemos abstracción de los cambios cualitativos),
compitiendo exitosamente con las importaciones y sin ocasionar el deterioro de los términos de

3
La ruta hacia la selva de Lares y La Convención es uno de los ejes económicos más dinámicos que atraen población
(Mesclier; 1993). El eje vial Cusco-La Convención concentra al 30% de la población (403.513 habitantes) localizada
alrededor de los cinco principales ejes viales de asentamiento (Paredes; 1996, 9).

5
intercambio para los campesinos (todo lo contrario): los excedentes generados por el cambio
técnico se acumulan en el campo pudiendo ser reinvertidos, y generando a su vez lo que se
podría estimar como un cambio técnico endógeno. La mejora en los términos de intercambio
depende de cuán elástica se vuelva la curva de oferta en el tiempo. Es indudable que el
cambio técnico debe estar presente en cualquier estrategia de desarrollo regional que involucre
a los campesinos.

2. Relación Estado-región y crisis territorial


La relación Estado-Región en el contexto de la crisis económica de largo plazo y del rol
del Estado, produjo una crisis territorial. Esta es una situación donde “hay dificultad de producir
y hacer funcionar concretamente los territorios necesarios. Cuando la dinámica territorial no es
más regulada desde lo interior sino desde lo exterior” (Peigne; 1994, 16). Es decir, la crisis
territorial representa una perturbación en las relaciones sociales de producción y de estas con
el espacio físico.

A diferencia de la antigua organización del espacio vertical, en la época moderna la


organización del espacio y el aprovechamiento de su potencial productivo se realizaron de una
manera distinta, en primer lugar conducidos por el centralismo de los diferentes estilos de
desarrollo económico, social y político que han dirigido el país. En este contexto, la región del
Cusco se constituyó como un espacio económico y socialmente fraccionado, es decir,
débilmente articulado e integrado en términos de su desarrollo interior.

El Estado, la demanda externa, el capital internacional y la centralización son las


principales fuerzas centrífugas que permiten explicar el por qué del carácter fraccionado de la
cuenca como espacio económico, lo cual es reforzado por la debilidad de las fuerzas sociales y
ante todo de sus sectores dirigentes, para revertir las tendencias que han orientado los
recursos y excedentes hacia fuera de la región en desmedro del desarrollo interior.

En la región el proceso de modernización fue incompleto, centralizado en el Cusco y


condicionado desde el exterior, creando las condiciones para la crisis territorial. Esta fue
ahondada por el debilitamiento del rol del Estado central como principal aportante de capital,
recursos y capacidades a las regiones, junto con la persistencia de un patrón de crecimiento
industrial dependiente que favoreció el centralismo y el desarrollo desigual. Estos factores
impactaron siendo regulados o administrados por el Estado mediante diversas políticas de
alcance global, sectorial y regional. La naturaleza externa de los impactos impuso restricciones
al desarrollo regional, en medio de una crisis estructural de largo plazo de la economía
peruana.

En el Cusco la crisis territorial consiste en las dificultades económicas para organizar


los recursos y espacios de producción en los ámbitos urbano y rural; abarca también los
problemas vinculados con la formación, articulación y funcionamiento de los mercados, el rol
de las ciudades y la falta de integración de los espacios mercantiles en la economía regional.
La acumulación y reproducción espacial del capital está sesgada hacia determinados sectores
y grupos de empresas, cuya capacidad de arrastre es débil porque responde a un patrón de
acumulación extrarregional o internacional.

Dicha crisis tiene igualmente una dimensión social y política, cultural e ideológica,
expresada en la crisis de las instituciones (sectoriales, regionales, locales) del Estado y de las
élites para dinamizar y conducir procesos de cambio, lo cual está acompañado por el
desencanto y el escepticismo social respecto del discurso sobre el desarrollo: este último ha
sido ideologizado desde las esferas del poder para justificar políticas de Estado de pretendido
interés nacional, por no decir para satisfacer intereses corporativos.

La crisis territorial es asimismo diferente según el punto de vista social, sectorial,


gremial o de clase con que se mire. Para el comerciante es un problema de demanda y escasa
capacidad de compra de la población, para el micro y pequeño empresario su principal
preocupación es la falta de políticas de promoción y apoyo estatal; para el trabajador común y
corriente su problema es la falta de empleo y los magros ingresos; para el empresario cuentan
el mercado así como las facilidades y eventuales ventajas que obtenga del Estado para invertir
en actividades rentables; para el campesino los problemas son múltiples y de sobra conocidos.

6
El Estado y su crisis repercuten sobre las dificultades de reproducción social, y por
tanto de sus respectivos espacios, que afectan a las personas, actores y agentes, sea
individual o colectivamente.4

En el mediano y largo plazo los espacios campesinos pueden ser puestos en


entredicho, a medida que se profundice o mantenga el ajuste macroeconómico junto con las
reformas estructurales, y dentro de este se redefina el papel de la agricultura en el esquema de
desarrollo global del país. Pareciera entonces que el futuro de los campesinos y sus
comunidades está en manos del Estado. No obstante, lo que pueda ocurrir y repercutir en el
largo plazo depende de cómo se resuelva la cuestión regional, sea con políticas diferenciadas
o estrategias de desarrollo inclusivas de los espacios campesinos. En suma, el futuro de los
campesinos tiene que definirse primero en la región.

La economía del Cusco y la Región Inka no se formaron en base a sus respectivos


espacios mercantiles. La lana, antes de 1970, así como el turismo, la minería de Tintaya y los
grandes proyectos de inversión del Estado en la época más reciente, organizaron la economía
regional en función, por un lado, de su articulación con el mercado internacional y, por otro, del
patrón de desarrollo centralista del país. En este sentido, la acumulación y reproducción
espacial del capital son extra territoriales, pues los excedentes se apropian y capitalizan fuera
de la región donde se generan; mientras que la ley del valor opera y es impuesta desde el
Estado central por medio de políticas macroeconómicas.

En estas condiciones el desarrollo de la economía regional está bloqueado debido a la


subacumulación, que tiene mucho que ver con la procedencia, destino y retorno de la inversión
o del capital-dinero. La subacumulación es por lo demás el problema económico fundamental
de todas las regiones en el Perú (González; 1989, 33).

A la sombra de este patrón dominante que extrae y exporta los principales excedentes,
existe una dinámica regional comprendida por los intercambios y circulación de bienes, fuerza
de trabajo y dinero entre microrregiones, así como entre éstas con el centro administrativo
regional y los centros urbanos. Es decir, existe -al menos en estado germinal- un mercado
regional donde la articulación opera a través del comercio, el transporte y los servicios (incluye
entre otros al sector financiero y los servicios del Estado) y donde además el Estado (regional,
sectorial) mediante políticas de gasto e inversión (infraestructura, vías de comunicación)
desempeña un papel mediador o articulador de la inserción de los productores en los espacios
de reproducción social.5

Por el Cusco circulan no solo mercancías (la mercancía dinero y la mercancía fuerza
de trabajo) sino también capitales, lo que implica que este centro regional y su área de
influencia (léase: Cuenca del Vilcanota), constituyen un espacio fragmentado por un conjunto
de economías mercantiles y semimercantiles, articuladas por los intercambios pero no
necesariamente integradas. Si bien la movilidad y/o circulación de las mercancías permiten
realizar la ley del valor, dando lugar por eso mismo a la formación de espacios mercantiles, la
ciudad no desarrolla al campo (pero tampoco lo explota) y este dista de ser un espacio de
realización del capital. En términos figurados, el Cusco-ciudad es una isla rodeada por una
diversidad de microrregiones cuya modernidad le ha venido de fuera, retrotrayéndose en si
misma por la crisis territorial. ¿Será por eso que el Cusco es ante todo una “región campesina”
(Remy;1987, 176) como fuente de cohesión social y condicionante de la integración mercantil?

Los problemas del mercado y de la integración (productiva) entre el campo y la ciudad


están estrechamente interrelacionados. La expansión y desarrollo de los mercados en la
región, como espacio económico, dependerán del desenvolvimiento en el tiempo de varios
procesos internos:

x Articulación de la pequeña y mediana agricultura con la agroindustria;

4
“…puede decirse que el Cusco vive del Estado. Si se hace un análisis, se descubrirá que probablemente más de la
mitad de la demanda de la ciudad del Cusco la paga el Estado” (González; 1987, 202).
5
La idea de mediación del Estado en la organización del espacio, entre otras funciones de lo político, ha sido tomada
de Lipietz (1979; 177). El rol articulador del Estado en las relaciones de intercambio pertenece a González (1994; 276).

7
x Ampliación de la demanda urbana de productos artesanales y otros de la economía local,
debido al incremento del turismo;
x Desarrollo endógeno de los productores con capacidad de acumulación y capitalización,
mediante la diversificación de sus portafolios de producción, ahorro e inversión de
excedentes en otras ramas de actividad;
x Incremento de la demanda urbana de alimentos esenciales, producidos por las economías
campesinas, debido al crecimiento vegetativo de la población y a la mayor migración hacia
las ciudades y centros urbanos;
x Generación desde la ciudad de nuevos empleos, de carácter estacional, para la mano de
obra rural como resultado de la expansión de actividades urbanas, como la construcción y
ciertos servicios vinculados al turismo.

3. Dinámicas regionales
La variedad de climas y microclimas, recursos hídricos, forestales, la relativa
abundancia de especies de flora y fauna (terrestre y acuática), y de recursos genéticos,
permiten afirmar la existencia de una base productiva favorable a la diversificación de
productos agrícolas, ganaderos, forestales y piscícolas, con un manejo sostenible. Esta
posibilidad, sin embargo, encuentra dificultades de desarrollarse por los actuales patrones de
explotación y manejo indiscriminado de los recursos, con fines comerciales para obtener
rentabilidades inmediatas, las técnicas depredatorias que se utilizan en su extracción, la
contaminación del ambiente y las importaciones que no permiten aprovechar adecuadamente
el potencial existente.

El Cusco (ciudad y provincia) es un eje articulador en tanto centro administrativo (ahí


se hallan la mayoría de instituciones de desarrollo y del Estado regional), principal mercado de
la región, concentra el grueso del aparato productivo y es lugar de tránsito obligado de los
flujos de comercio. Sin embargo, el Cusco no es todavía un verdadero centro de desarrollo
regional (si se compara con las dimensiones de Arequipa) pues la industria es incipiente y
débilmente articulada, el desempleo y subempleo son elevados (ambos totalizan 89%), y tanto
la producción como el consumo son dependientes de importaciones.

No obstante dichas limitaciones y debilidades, el Cusco tiene que desempeñar un rol


estratégico como espacio eje del desarrollo regional, lo cual pasa por un desarrollo urbano-
industrial que no debiera estar desvinculado de los espacios rurales, e implica superar la
articulación de tipo mercantil del Cusco con los otros espacios urbanos y las microrregiones.

En cuanto espacio social los procesos de articulación rural-urbana han operado en


virtud de los movimientos de población, motivados por necesidades de empleo y de cambio en
las condiciones de vida de la población rural. Los resultados de este proceso han sido el
aumento en tamaño de las ciudades, la urbanización de las costumbres y del consumo, la
terciarización del empleo.

Tres ciudades se han constituido en los principales núcleos de concentración de


población: Cusco al centro, Sicuani al sur y Quillabamba en el norte. Los espacios mercantiles
y las redes de transporte en la región están organizados y articulados en torno de estas
ciudades. Cada una de ellas articula a su vez centros poblados menores y cabeceras de
microrregiones; es decir, un sistema de intercambio con sus respectivas áreas de influencia.
Puesto que Sicuani y Quillabamba se conectan a través del Cusco, este tiene un papel central
en la circulación y distribución de mercancías.

Existen tendencias de urbanización acelerada en algunos distritos de toda la cuenca:


San Pedro en Canchis, Ccatcca en Quispicanchi, San Sebastián y San Jerónimo en Cusco,
Macchupicchu y Chinchero en Urubamba, Echarate en La Convención. Los principales factores
que explican este fenómeno son la dinamización del comercio, dentro del cual figuran las
ferias, las vías de comunicación que facilitan las migraciones, la operación de grandes
proyectos como el de electrificación (Ccatcca, Macchupicchu) y el turismo. En algunos lugares
como Cusco y Urubamba la expansión urbana se ha topado con barreras naturales impuestas
por la geografía, lo cual no ha impedido que este proceso continúe incorporando parte de su
entorno rural inmediato.

8
Las tendencias de urbanización y los factores que la impulsan permiten concluir que la
cuenca del Vilcanota es el espacio mercantil más pronunciado del Cusco.

La industria en la región ha crecido estrechamente asociada a los procesos de


urbanización, especialmente en la ciudad del Cusco donde además se han instalado el grueso
de las instituciones estatales, el aparato administrativo, las oficinas sede de los grandes
proyectos, la banca, tiendas comerciales, establecimientos y actividades vinculadas al turismo,
mercados y múltiples tipos de servicios. Es decir, la industria en la región se formó para servir a
la ciudad que es su espacio natural, en rubros como alimentación, vivienda, vestido,
alojamiento y otros bienes de consumo esencial demandados por empleados, funcionarios,
trabajadores, turistas y migrantes. En la medida que la ciudad fue creciendo lo hizo también la
industria, aunque a ritmos diferentes.

Según el último censo de población de 1993 el 7% de la PEA se hallaba en la industria


manufacturera de seis provincias de la cuenca (COINCIDE; 1996a, 123), de la que un
porcentaje inferior (5%) habría estado ocupada al momento del censo. Esta misma industria
genera el 8% del valor agregado regional y el 11% del valor agregado urbano. Es una industria
con bajos niveles de empleo y productividad por persona ocupada, y asimismo con reducidos
niveles de procesamiento y transformación. La mayor parte de la producción intermedia es
insumida por las actividades de construcción (45%), mientras que por el lado de la demanda
final la industria produce para el consumo urbano (66% del consumo privado de bienes
industriales) y le corresponde el 10% de las exportaciones regionales.

La industria en la región se caracteriza entonces por transformar solo lo necesario para


atender la demanda efectiva urbana y eventualmente exportar. La pregunta: ¿por qué no se ha
desarrollado en la región una industria de bienes de capital?, tiene en parte que ver con el
tamaño del mercado y la capacidad adquisitiva de la población. La demanda solvente la
proporcionan los sectores medios, profesionales, turistas, comerciantes, propietarios de
inmuebles, algunos inversionistas y empresarios. Es un pequeño sector de la población donde
se pueden distinguir estratos: dependientes de un puesto de trabajo; otros poseen segura-
mente algún activo fijo y/o negocios; perceptores de ingreso fijo, estacional o que tienen varias
fuentes de ingreso. Por su lado, la gran mayoría de la población es una reserva de mano de
obra que transita por el autoempleo, la informalidad y/o el cambio periódico de actividad,
incluyendo el desplazamiento hacia otras localidades menores alternándose con el eventual
retorno a sus lugares de origen.

La inyección de dinero fresco que permite activar la industria, el comercio y los


servicios, así como la demanda efectiva, tiene como principales fuentes al turismo, la inversión
y el gasto corriente del Estado, el crédito de la banca para consumo e inversión, los proyectos
de desarrollo de las ONGs, los fondos de la cooperación extranjera, sin contar la ayuda
material y las donaciones. Si se observa bien, ésta inyección de recursos proviene mayormente
de fuera de la región, lo que indica que el desarrollo regional y urbano en particular se halla
condicionado a la llegada de dinero que le es exógeno. La disponibilidad de dinero y capital
fresco resulta ser así una restricción para el desarrollo regional.

Hay recursos que generan excedentes como los que son explotados por la minería, o
los que va a generar el gas de Camisea, mas los beneficios de estas actividades han sido
programados para perpetuar un patrón de acumulación que no pasa por la inversión en el
desarrollo regional. Casi la totalidad de la producción minera se exporta, llegando al 56% de las
exportaciones regionales. Encontramos así una explicación adicional a la pregunta planteada
arriba: los espacios de inversión, acumulación y reproducción del capital se encuentran en los
recursos no renovables del subsuelo de las áreas rurales.

Es probable que el comercio y los servicios generen excedentes importantes y niveles


de ahorro significativos pero que se reinvierten en el mismo sector, esto es, para reanudar la
rotación del capital contribuyendo a reforzar el carácter mercantil del espacio económico
regional. Por lo demás, la naturaleza social de los detentadores de capital-dinero que operan
en estas actividades, dista de tener el espíritu del inversionista puro en el sentido clásico del
término. Se trata de un sector con una mentalidad comercial y rentista, que vive de la especu-
lación de precios, la dolarización de los servicios, el juego artificial del tipo de cambio, y que

9
invierte en propiedades inmuebles (terrenos, departamentos, edificios) para obtener rentas
futuras en el tiempo.

Hay un crecimiento urbano general debido a las migraciones particularmente hacia


Cusco y Sicuani, más que al desarrollo de la industria. De 1981 a 1993 se constata que los
distritos crecen relativamente más que las provincias. Las ciudades intermedias son espacios
urbanos en transición que han adquirido importancia por la actividad comercial y los servicios,
como mercados de consumo y por la actividad industrial a pequeña escala. Estos espacios han
llegado a articular mercantilmente sus respectivos entornos rurales, a través del inter-cambio
(ferias), el empleo temporal en la construcción y en actividades terciarias, así como la
producción de artesanías. Las ciudades intermedias no pueden crecer ni desarrollarse sin un
entorno rural económicamente funcional.

El crecimiento urbano se traduce en demanda por mejores condiciones de vida, nuevas


pautas de conducta, valores, actitudes, normas, creencias y estilos de los sectores populares,
que los llevan a crear múltiples y variadas formas de organización institucional. La existencia
de espacios institucionales urbanos de origen popular (comités barriales, de vaso de leche,
organizaciones vecinales, comités distritales de desarrollo, clubes, asociaciones, etc.) tienen un
papel de interlocución frente al Estado, gozan de legitimidad, y expresan un proceso de
construcción de institucionalidad para satisfacer necesidades.

Respecto de las dinámicas productivas son importantes las micro y pequeñas


empresas, particularmente las que se hallan en las ramas agroalimentaria y artesanal, tanto en
número como por factor empleo y por su mayor articulación con las actividades agropecuarias.
En las áreas rurales es necesario prestar atención al surgimiento, desarrollo y especialización
que ha ido adquiriendo la industria doméstica o la microindustria rural, al interior de la
economía familiar. Esto es parte de los cambios que se están produciendo en el paisaje agrario
de la región, como uno de los efectos de la creciente mercantilización de la economía de los
campesinos. Hoy es difícil hablar de campesinos “puros” o de comunidades que permanezcan
cerradas al contacto con la economía de mercado, siendo necesario también evaluar la utilidad
que sigue prestando dicho concepto: ¿a quiénes reservaremos en adelante la descripción de
campesinos?, ¿acaso a los más pobres?.6

La condición campesina se halla atravesada por varios procesos económicos, sociales


y culturales que inducen una redefinición: creciente urbanización de costumbres, modos de
pensar y hábitos de consumo; importancia que ha adquirido el dinero para satisfacer
necesidades (el campesino se ha vuelto también un consumidor de bienes urbanos);
surgimiento de actividades mercantiles para el mercado como las artesanías para el turismo, y
pequeñas actividades de transformación de tipo microempresarial con el apoyo de instituciones
de desarrollo.

Los campesinos no han encontrado mejor manera de luchar contra el estancamiento y


la precariedad de sus recursos, que incorporándose a los espacios mercantiles como produc-
tores agrarios y precio-aceptantes en las relaciones de intercambio. Es decir, han empezado a
interiorizar y adaptarse a las señales del mercado que les son transmitidas por la cadena de
intermediarios. Estos últimos son la correa de transmisión de lo que las ciudades demandan
del campo como producción agraria. Independientemente de ello, o paralelamente a este
proceso, los campesinos y sus microrregiones mantienen entre sí una activa relación mercantil
a través de las ferias que tienen una función de reproducción económica y social.7

La agricultura y el factor tierra seguirán siendo los principales sostenedores de la


economía doméstica: es su seguro contra riesgos. Las principales tendencias observadas, en
torno de la tierra, son la intensificación del uso del suelo agrícola, el aumento en número y
superficie de la pequeña y mediana agricultura que se asocian con un proceso de parcela-
ciones, el incremento de la superficie de los minifundios; un proceso de redistribución y
privatización de tierras al interior de las comunidades. Los propietarios comunales en las

6
Estas interrogantes nos devuelven a un viejo debate ideológico y académico sobre la comunidad andina, rural o
campesina (Stein; 1986).
7
Romero (1997b; 30-33).

10
provincias altas y los particulares (campesinos colonos y asociados) en zonas de frontera
agrícola como La Convención, vendrían a ser los nuevos actores agrarios en el escenario
regional.

La urbanización generalizada ha impactado ocasionando modificaciones en la


composición de los cultivos y el uso del suelo. Las tierras de valles interandinos, próximas a las
ciudades y que disponen de riego, así como las de ceja de selva, han sido privilegiadas por el
mercado para la producción de cultivos comerciales y alimenticios, destinados al consumo
urbano y para la exportación, siendo también favorecidas por el crédito. La ubicación, distancia,
acceso a vías de comunicación y calidad de las tierras son ya factores que están diferenciando
a las microrregiones campesinas, entre las que se están especializando para el mercado
regional y aquellas otras que se mantendrán como espacios mercantiles restringidos cuya
incursión en el mercado va a ser marginal.

4. Dinámicas microrregionales en el Valle Sagrado (Calca y Urubamba)


a. En la economía urbana
El comercio y los diversos servicios son las actividades económicas más importantes
en el espacio urbano, más que las manufacturas. Los servicios superan en número de
unidades a los establecimientos “industriales”, pero también en términos de producción y
capacidad de empleo: el PBI del conjunto de los servicios equivale a cuatro veces el de las
manufacturas, mientras que la absorción de empleo es dos veces más. Los servicios entonces
generan más ingresos y proporcionan relativamente más empleo a la población urbana.

La mayor parte de los servicios están vinculados con el turismo, por ser el Valle
Sagrado un lugar de “tránsito obligado” de los visitantes, el cual ejerce por eso una fuerte
atracción de población rural que se autoemplea como guías, artesanos, comerciantes o
brindando servicios de alimentación, chicherías, etc.

La actividad industrial es incipiente y tiene dificultades para desarrollarse por varios


motivos: el crecimiento urbano y la mayor urbanización del Cusco, donde el dinamismo de
actividades como la construcción atrae contingentes de migrantes. La producción manufac-
turera del valle es mucho menos diversificada que la del Cusco y no puede competir con ésta,
pues su propio mercado es pequeño y la demanda efectiva es reducida. La demanda urbana
se dinamiza sobre todo en épocas de afluencia turística y aún así va a parar mayormente a los
servicios.

El bajo nivel de diversificación y competitividad, el tamaño del mercado y el problema


de la demanda, son factores que explican la subutilización de la capacidad instalada existente
y la reducida inversión en el sector manufacturero. La competencia informal es un problema
serio que está acompañado de otros que afectan la competitividad de las pequeñas y micro
empresas (insumos, crédito, calificación de la mano de obra). Las necesidades más sentidas
están puestas en la capacitación, información (conocimiento del mercado), estrategias de
marketing, aspectos de gestión y gerencia moderna.

b. En la agricultura
En términos de la dotación y distribución de tierras, de la producción y productividad,
existen regularidades que se han constatado igualmente a nivel de cuenca: en primer lugar,
distribución desigual y concentración de las tierras más productivas (con riego), lo cual es más
acentuado entre los productores independientes. En segundo lugar, este patrón de distribución
y concentración responde a una estrategia de menor diversificación de cultivos, privilegiándose
cada vez aquellos con demanda urbana.

No favorecen a los campesinos del estrato pobre la menor dotación de tierras por
familia y la estrategia orientada más a la diversificación de cultivos que a la productividad, por
los procesos de minifundización y parcelaciones. La presión demográfica sobre los recursos
vuelve relativamente escasa las tierras disponibles y el acceso al riego.

La concentración de tierras y medios de producción en manos de campesinos y


productores ricos, es parte de un proceso que ha empezado en dirección de una agricultura

11
capitalista, aunque todavía se halla en la fase mercantil; cuyo tránsito ha de pasar necesa-
riamente por el debilitamiento y paulatina disolución de las relaciones de trabajo basadas en la
reciprocidad y la cooperación. Es decir, el establecimiento de una agricultura capitalista en el
valle va a depender de la generalización de las relaciones de trabajo en base al salario, en
suma, de que se consolide un mercado laboral.

Lo anterior supone que continúe el proceso de concentración o, si este ya está


llegando al límite, mediante mecanismos de redistribución y transferencia que a la vez implica
que se desarrolle un mercado (informal) de tierras. La promulgación de una ley de tierras, sin
que previamente -o dentro de ella- se corrija el patrón actual de distribución y concentración,
vendría a consolidar este estado de cosas del cual los campesinos y productores “ricos”
obtendrán el mayor beneficio.

La mejor expresión de dicho “estado de cosas” es la estructura de ingresos de los


estratos campesinos y grupos de productores: los sectores ricos tienden a consolidar su
posición económica en la agricultura del valle, mientras los más pobres ven profundizar su
situación de estancamiento y atraso. En el medio de ellos los pequeños productores van a
sobrellevar una situación incómoda, ya que serán requeridos por unos para que se les propor-
cione trabajo estacional (no necesariamente por un salario) y acceso a recursos, y por los otros
en su afán de concentrar las mejores tierras del valle.

¿Cuál es la respuesta que pueden dar los campesinos, o con qué medios disponen,
para no sucumbir ante las tendencias anotadas? Como ya ha ocurrido en otras circunstancias
cabría esperar el reforzamiento de la comunidad, pero especialmente en su papel de insti-
tución económica reguladora de la propiedad y acceso a los recursos escasos sobre todo de
tierra y agua, así como espacio de coordinación para el manejo y aprovechamiento de estos
recursos. En el marco de la comunidad es posible la asociación entre productores que busque
un equilibrio entre la diversificación y la especialización. Este proceso puede avanzar hacia la
conversión de la comunidad o la unión de varias de ellas en una organización económica de
productores.

La posibilidad que ocurra y se consolide como un proceso único, o que se diera


separado en alternativas distintas, va a depender de los costos y beneficios que se evalúen en
cada caso; en particular de demostrar que los beneficios sociales son mayores y
cualitativamente superiores en el largo plazo que los beneficios privados: solución interna a
litigios de tierra, propiedad privada regulada, acceso individual y social a la propiedad y al
crédito, acceso y conservación de los recursos, planificación de la producción, distribución de
beneficios, etc. El reto ha de consistir en conciliar y hacer compatibles los intereses y
beneficios individuales con las necesidades de modernización y de desarrollo socioeconómico
de la comunidad.

5. Un marco estratégico para el desarrollo regional del Cusco


Por desarrollo regional entendemos un desarrollo desde adentro que descanse en los
propios recursos, capacidades y potencialidades existentes, el cual no debe ser confundido o
asimilado como autarquía. Supone redefinir una serie de aspectos que conciernen a las
modalidades de ocupación y organización del espacio, las formas de explotación de los
recursos, cambio en los hábitos de consumo y desigualdad en las relaciones de intercambio,
por mencionar solo algunos. En última instancia, lo que tiene que ser puesto en el tapete es el
mismo patrón de desarrollo.

Previamente, se identifican o definen quienes son los actores hacia los que se va a
dirigir cualquier propuesta, así como los temas o las áreas problema de interés. Luego se
proporcionan algunos lineamientos ordenados en seis ejes de desarrollo: recursos naturales,
agricultura, desarrollo urbano, empleo, educación, concertación e institucionalidad, en el
espacio de la Cuenca del Vilcanota.

12
a. Actores del desarrollo regional
Entendiendo el desarrollo como un concepto amplio agrupamos a los actores que
actúan a distintos niveles y espacios (local, microrregional, regional) en las siguientes catego-
rías:

i Productores directos;
i Gobiernos locales;
i Instituciones públicas;
i Organizaciones No Gubernamentales (ONG);
i Organizaciones de productores;
i Organizaciones de base.

En estas categorías se incluyen:

1. Quienes a nivel microeconómico toman decisiones relativas a la producción.


2. Los agentes que buscan promover el desarrollo en determinados espacios o sectores
críticos.
3. Quienes tienen la capacidad de colocar recursos y provocar impactos a una escala mayor
de desarrollo.

En la lista anterior se pudo considerar al gobierno regional. En el país los gobiernos


regionales han sido reducidos a estructuras formales que carecen de recursos y capacidad de
gestión, por no hablar de poder político y capacidad de convocatoria, debido al debilitamiento
de los procesos de regionalización desde del poder central a raíz de las condiciones políticas
en 1992.8

Los productores directos toman decisiones microeconómicas respecto a la producción


en su ámbito (rural, urbano), mientras las ONG y los gobiernos locales buscan impulsar proce-
sos sostenidos de desarrollo a nivel local o regional. Junto con las instituciones públicas los
dos últimos, a través de sus estrategias y ejes de intervención, directa e indirectamente, tienen
como beneficiarios a los productores directos.

Instituciones públicas comprende sobre todo a los proyectos de desarrollo del sector
público, así como los proyectos especiales del gobierno regional (IMA, Plan MERISS II), cuyo
espacio de intervención es provincial/regional, como los Proyectos Integrales de Desarrollo
(PID) o el Programa Nacional de Manejo de Cuencas Hidrográficas (PRONAMACH) entre
otros. Estos programas por lo general son decididos por el gobierno central, en función de la
capacidad de endeudamiento del país y la disponibilidad de recursos externos, por lo que cabe
al menos preguntar si aquellos programas sectoriales tienen autonomía para tomar decisiones
de inversión.

Las organizaciones de base en la región son de naturaleza reivindicativa “que se


conforman con el objetivo de resolver una necesidad o gestionar una demanda que por lo
general se resuelve en el ámbito local” (COINCIDE; 1996b). Similar argumento podemos
aplicar al caso de las organizaciones de productores.

A partir de la noción de productores directos hemos identificado a los actores econó-


micos relevantes (cuadro n° 1), en términos de su situación y participación en las dinámicas,
procesos y tendencias examinadas. Es necesario notar que la categoría de “actor económico”
encierra asimismo una condición social. En este doble sentido distinguimos entonces:

1. Actores excluidos de las dinámicas socioeconómicas;


2. Actores con potencial de acumulación a mediano plazo;
3. Actores incorporados -o en capacidad de hacerlo- a las dinámicas del mercado con
potencial de acumulación.

8
Es probable que esta situación se modifique para los gobiernos regionales con la próxima dación de la Ley de
Regionalización, aprobada por el Congreso la noche del 26 de junio, que según opositores al régimen condiciona la
canalización de recursos y presupuesto del Estado, a fin de favorecer los intereses del gobierno central en el 2000. Es
decir, parte de los fondos serán destinados en las regiones para la campaña de la reelección.

13
Los actores se hallan igualmente identificados en el cuadro n° 1 por su ubicación en
sectores económicos, habiendo escogido tres por parecernos los más importantes: agricultura,
agroindustria y comercio, a los que habría que añadir el turismo. Estas actividades económicas
no solo son importantes sino además relevantes por sus posibilidades de articulación interna,
el potencial de producción, empleo y generación de ingresos para las economías local y
regional.

Cuadro N° 1
Actores económicos en la Cuenca del Vilcanota
SECTOR / RAMA DE AGRICULTURA AGROINDUSTRIA COMERCIO
ACTIVIDAD
Campesinos Minifundistas (< 2
has de tierra)
Excluidos Pequeños productores cuya prod. Campesinos artesanos en Campesinos que realizan
mayormente es p. autoconsumo situación de pobreza intercambio simple con
Otros campesinos que viven en comerciantes (trueque)
áreas de pobreza extrema
Productores con más de 2 has de Microempresas (1-4 trabaja- Pequeños productores que
riego, en tierras de valle (sujetos dores): participan periódicamente en
de crédito) * Unidades familiares ferias comerciales y mer-
Con potencial Productores que combinan *Talleres artesanales cados locales de productos
a mediano plazo agricul-tura con ganadería (Pisac, Chinchero) agropecuarios: hortalizas,
(Urubamba, Chinchero) Pequeñas empresas (5-9 tubérculos, frutas, legumbres,
Campesinos que al mismo tiempo empleados) granos (Calca, Pisac, Uru-
son comerciantes bamba, Chinchero)
Campesinos “ricos” con acceso al
crédito y tecnología moderna
Incorporados Productores cuya cartera de culti- PYMES del Cusco y capita- Productores que comercia-
al mercado vos se orienta a mercados les de provincia lizan en mercados extraloca-
urbanos (hortalizas, granos, les
tubérculos)
Elaboración. El autor.

Areas-problema
Son muchos y diversos los temas de interés o las áreas-problema que, en un esfuerzo
de síntesis, se reúnen en el siguiente cuadro. A nuestro parecer, son los que se deberían
priorizar en función de determinados factores críticos y de la capacidad de manejo/intervención
institucional (para elaborar el cuadro escogimos tres: información, capacitación y concertación).

14
Cuadro N° 2
Temas de interés en función de factores críticos e institucionales
FACTORES CRITICOS INFORMACION CAPACITACION CONCERTACION
x Minifundios Gestión técnico económica Pobreza, empleo, necesidades
Actores económicos x Pequeños productores Proyectos, planes y básicas
x Artesanos programas Recursos naturales
x PYMES Manejo de información Crédito, comercialización
Gestión: MG Actividades con ventajas Instrumentos económicos Mesas de concertación.
DPP comparativas y competitivas de planificación y para toma Temas: inversión, planes y
DI de decisiones programas, proyectos
EP Potencialidades
Dinámicas Articulación de espacios Manejo de información Políticas macro de incidencia
Procesos rurales y urbanos Proyectos de desarrollo sectorial/regional (*)
Tendencias Mercados local y/o regional Marcos institucionales
Sistematización Manejo de conflictos Mecanismos de negociación
experiencias
(*) V. gr. ley de tierras, ley de aguas, ley de regionalización.
Acrónimos MG : Mejorar la gestión
DPP: Diseño de planes y programas
DI : Decisiones de inversión EP : Elaboración de proyectos
Elaboración. El autor.

Cuadro N° 3
Necesidades de información y capacitación económica para actores seleccionados
Usuario de Mejorar la gestión Diseño de planes y Decisiones de Elaboración de
información programas inversión proyectos
Precios, comercializa- Portafolio de cultivos con
ción, abastecimiento, potencial de mcdo
demanda local y extra- Mercado de tierras
regional, nuevos Otros activos con
mcdos demanda de mercado
Mercado de crédito Oferta de crédito
Productores Tecnología moderna o Experiencias exitosas de
directos apropiada desarrollo emprendidas
Conocimiento de políti- por otros productores
cas sectoriales (individuales o
Información sobre insti- asociados) misma rama
tuciones con presencia de actividad
en la zona Programas exitosos de
Métodos de cálculo desarrollo (transferencia
costos de producción de tecnología, fondos
Sistemas de gestión y rotativos) vigentes
manejo de recursos
Capacitación técnica Diagnósticos Conocimiento de la Diagnósticos
para elaborar Conocimiento necesi- economía local Conocimiento necesi-
proyectos dades de la localidad Identificación de py´s dades de la localidad
Capacitación técnica Capacitación en plani- rentables y de atención a Capacitación técnica
para planificar ficación y evaluación necesidades sociales para elaborar py´s de
Sistema de informa- Conocimiento de polí- Crédito para desarrollo impacto económico
Gobiernos locales ción indicadores econó ticas económicas y local Información recursos
micos nivel local sectoriales de Prioridades de inversión disponibles para apo-
Conocimiento de la inciden-cia regional en el ámbito yar proyectos de inci-
economía local y regio- y/o local Instrumentos para toma dencia local
nal Información recursos de decisiones de
Instrumentos para la disponibles para apo- inversión (B/C, TIR)
gestión de la economía yar planes y progra
urbana mas (financiamiento)
Base de datos y siste- Elementos de Actividades con Actividades con
ma de información análisis: problemas, potencial económico potencial económico
Conocimiento proble- tendencias y productivo para los productivo
mática económica en potencialidades a productores Identificación precisa
ámbito de intervención nivel de cuenca Información de de beneficiarios
ONGs Tendencias y dinámi- Planes y programas mercados Propuestas sobre el
cas en zonas de traba- que generen espacios Mapa de pobreza rol de ONGs en
jo (cuenca, valle) de concertación regio- Tipología de productores desarrollo
nal (cuenca) según dotación de local
recursos, vocación Py´s de desarrollo
empresarial y capacidad que generen espacios
de acumulación, para de concertación local
orientar/priorizar asigna-
ción de recursos
Elaboración. El autor.

15
La inclusión de la columna de “información” en el cuadro N° 2 no es casual.
Información y conocimiento van están íntimamente relacionados. El mundo actual está siendo
revolucionado por las tecnologías de la comunicación e información, siendo ésta última un
soporte fundamental en la producción y acumulación de nuevo conocimiento. Con el
conocimiento, sustentado en la aprehensión de una realidad concreta y en el dominio de los
marcos teóricos pertinentes, se pueden no solo percibir o interpretar las dinámicas, procesos y
tendencias, sino también estar en condiciones de generar propuestas de cambio técnico,
innovaciones y alternativas para el cambio social. Cada vez más el desarrollo tiende a
descansar en el conocimiento, o este se ha convertido en un componente importante de aquel.

El cuadro n° 3 desagrega con cierto grado de detalle los temas de interés del cuadro
anterior, a fin de traducirlos en necesidades de información y capacitación para tres categorías
de actores: productores directos, gobiernos locales y ONG, en función de uno de los factores
críticos: la gestión del desarrollo.

La experiencia nos indica que los productores directos no elaboran proyectos, menos
aún planes y programas de mayor escala9, de allí que los casilleros correspondientes aparez-
can sin contenido. Es posible que dichas tareas sean asumidas por los gremios o agrupa-
ciones, que buscarían fortalecer supuestamente la economía de sus asociados.

b. Recursos naturales
En el espacio regional las cuatro grandes zonas ecológicas condicionan la estructura
productiva. Las características ambientales favorecen la actividad agrícola en los valles
interandinos y la crianza de camélidos en la zona altoandina. La incorporación de la ceja de
selva como zona agrícola-ganadera es de épocas más recientes, a consecuencia de las
políticas de colonización y ampliación de la frontera agrícola, desarrollando sobre todo los
cultivos permanentes mayormente vinculados al mercado internacional.

El cuadro n° 4 sintetiza información de varias fuentes sobre la vocación productiva y el


potencial de producción, existentes en la cuenca del Vilcanota, para las actividades primarias y
el turismo en los cuatro grandes pisos ecológicos.

La rigurosidad del clima y la pobreza de los suelos condicionan en la zona altoandina la


vocación ganadera, que es posible debido a la humedad suficiente para el desarrollo de
pastizales naturales. Estos se han visto afectados en muchos sitios por el efecto destructivo de
una crianza no siempre adecuada de ganado ovino, vacuno y sobre todo porcino. La
conservación de suelos y pastizales se podría asegurar revitalizando la crianza de camélidos,
actividad seriamente afectada en las últimas décadas por la comercialización hacia Arequipa y
Puno donde se concentran las industrias y artesanías textiles. La explotación pecuaria es de
tipo extensivo y en no pocos casos se crían vacunos para las granjas de engorde de los valles
costeros.

A fin de poder optimizar el aprovechamiento de recursos es necesario conocer cuál es


su uso actual y potencial, y cómo los recursos naturales adecuadamente manejados pueden
contribuir al mantenimiento de los ecosistemas y del ambiente, en el ámbito de la cuenca. Esta
cuestión es abordada en el cuadro N° 5, donde se clasifican los recursos naturales según el
valor que representan (Romero; 1995), y por actividades económicas.

De acuerdo al uso que reciben distinguimos a los recursos cuyo valor de uso es
directo, es decir, que tienen un aprovechamiento actual sea para el mercado o el autocon-
sumo. Los recursos que representan un valor de uso indirecto son aquellos que contribuyen al
funcionamiento de ecosistemas, como p. ej. los camélidos (que además son de uso directo). El
valor de opción consiste en la potencialidad que pueden tener determinados recursos respecto
a un uso futuro, en función de las nuevas necesidades de la población o de la demanda; lo cual
sin embargo no debe desligarse de los factores limitantes impuestos por la oferta del recurso,
su capacidad de reproducción y productividad natural. Finalmente, en la categoría de valor de

9
La referencia es especialmente a los pequeños productores del campo, artesanos rurales y microempresarios
urbanos.

16
existencia se ha considerado el mantenimiento/conservación de recur-sos y ecosistemas así
como del patrimonio cultural, por el solo hecho de existir; lo cual guarda relación con el
ambiente como una dimensión de la calidad de vida.

En los valles interandinos las condiciones del piso de valle permitirían un incremento
de la cría intensiva de ganado lechero estabulado, de raza Holstein, para el consumo de la
población urbana y los turistas. Actualmente, en parte por falta de promoción y cambios en los
patrones de consumo, se importa leche envasada y otros productos lácteos de Puno y
Arequipa, habiendo cerrado la planta lechera de Kayra.

La base agropecuaria de los distintos pisos ecológicos permitiría el desarrollo de la


agroindustria regional: textilería, productos lácteos, embutidos, frutas y hortalizas envasadas,
producción de café, té, chocolate, productos medicinales naturales, etc. La instalación y
manejo de piscigranjas (en todas las zonas) representa una posibilidad económica y de
complementación alimentaria para la población urbana y rural.

Los bosques nativos han sido depredados en todas las zonas, tanto por uso como
combustible como por ampliación de la frontera agrícola, haciendo necesarios los programas
de reforestación que contribuyan a la recuperación y estabilización de suelos, del sotobosque,
la fauna y los microclimas, así como el uso racional del bosque como combustible para la
población rural y como recurso paisajístico. En cambio debe controlarse el auge de la
forestación con eucalipto que ha originado múltiples desequilibrios ecológicos, limitándolo a
zonas no aptas para bosques nativos o la actividad agropecuaria, para poder abastecer la
demanda regional de la industria de construcción.

La oferta turística tiene múltiples atractivos en los paisajes y complejos arqueológicos


de las distintas zonas, pudiendo además activar ciertos sectores de la actividad agropecuaria y
agroindustrial. La variedad de tipos de turismo posibles requiere la planificación de circuitos
integrados, en los diferentes ámbitos de la cuenca, así como la inversión en el mejoramiento de
la infraestructura y los servicios.

Los recursos minero-energéticos de la cuenca suponen un abastecimiento suficiente


de energía hidroeléctrica y de materiales de construcción, así como de algunos minerales
metálicos. Un recurso de enorme potencial económico como el Gas de Camisea, y ante la
inminencia de su explotación, debe ser evaluado cuidadosamente como probable factor de
desintegración y desarticulación no solo de la selva baja en La Convención, sino también de la
misma ceja de selva alrededor de Quillabamba, por las fuerzas centrífugas que generaría.

17
Cuadro N° 4
Vocación productiva y potencial de producción en la Cuenca del Vilcanota: actividades primarias y turismo
ZONA O PISO VOCACION AGRICULTURA GANADERIA EXPLOTACION MINERIA ACTIVIDAD
ECOLOGICO PRODUCTIV FORESTAL TURISTICA
A
Cultivos andinos: papa amarga, Explotación extensiva: rotación en Bosques depredados Yacimientos metálicos Andinismo
cañiwa, oca. “canchas” desde la colonia por uso chalco pirita, galena, Ecoturismo
Hierbas medicinales Camélidos (solo 5% total ganado combustible y ampliación cuarzo, cobre, plomo, Turismo de Aventura
ZONA Ganadería Zona hortícola alrededor de Región Inka) frontera agrícola: queuña zinc, plata, cadmio Turismo cultural
ALTOANDINA Sicuani Ganado ovino: para lana y carne quiswar, chachacomo Oro en Ausangate Fiestas y ferias
> 4.000 m: pastos naturales, Ganado vacuno criollo para yuntas 1964: forestación con Yacimientos no tradicionales
principalmente de uso colectivo y guano eucaliptos con buenos metálicos Baños termales
Minería Zona de cría de vacunos para resultados económicos Pequeña y mediana
granjas de engorde de valles pero también daños minería
costeros ecológicos
Piscigranjas
Más de 40 cultivos. Explotación extensiva e intensiva Bosques nativos casi Yacimientos no Turismo cultural
Principales: Papa y maíz amiláceo En piso de valle: ganado lechero desaparecidos: aliso, metálicos a lo largo Ecoturismo
Agricultura Maíz Blanco Gigante Urubamba estabulado. Holstein sauco, chachacomo, del río Vilcanota. Turismo de Aventura
o Imperial para exportación Ganado criollo para yuntas y guano quiswar Salineras (caminatas, canotaje)
VALLES Olluco, tarwi, habas, trigo, quinua, Avicultura: incremento por turismo y Eucalipto como madera Pequeña y mediana Complejos
INTERANDINOS alfalfa, cebada cervecera, avena cambios de consumo en ciudad de de construcción minería arqueológicos. Mayor
forrajera, maíz amarillo, hortalizas. Cusco Uso doméstico concentración y
Ganadería Hierbas medicinales. Flores. Ganado porcino. Cuyes promoción en Cusco,
Hongos cultivados Piscigranjas Valle Sagrado y
Frutas: durazno, capulí, pera, Apicultura Macchupicchu
fresa, manzano Baños termales
Cultivos permanentes: café, Ganado criollo. Cebú. Cruza de Molle Restos arqueológicos
Agricultura cacao, coca, té, achiote, uncucha, Santa Gertrudis y Shorthorn Arboles de maderas finas Uranio asociado a Caminos Incas
CEJA DE yuca, soya. Holstein para leche. Madera para industria de minerales de cobre, Baños termales
SELVA Ganadería Frutas tropicales Explotación extensiva construcción de níquel y cobalto en
Zona hortícola alrededor de Apicultura Quillabamba y Cusco Vilcabamba
Quillabamba
Coca: 4 a 6 cosechas anuales
Explotación Maderas finas: aguano, Gas de Camisea.
SELVA forestal caoba, cedro. Reserva de 16.6
BAJA Agricultura Café, cacao, arroz, frejol, yuca Semejante a ceja de selva Producción irregular por billones de pies Ecoturismo
Ganadería dependencia de mercado cúbicos de gas y
Minería de construcción y lluvias. condensados.
Fuentes. Brisseau (1981), CBC (1991), CMR (1990), Guillén (1984).
Elaboración. Christine Giraud.

18
Cuadro N° 5
Cuenca del Vilcanota. Valor de los recursos naturales para el desarrollo regional
RECURSOS Y ACTIVIDADES VALOR DE USO DIRECTO VALOR DE USO INDIRECTO VALOR DE OPCION VALOR DE EXISTENCIA
ECONOMICAS
193 cultivos: 142 c. transitorios, 37 c. Plantas medicinales (muña, uña de Valor cultural de los frutos de la tierra
permanentes, 14 tipos de pastos gato, ch´iri ch´iri y otras) para la población local, sobre todo de
AGRICULTURA Hierbas medicinales, pastos Recursos genéticos (variedades de algunas plantas: coca, maíz, papa,
naturales tubérculos, maíz, frutas) kiwicha, plantas medicinales
Hongos cultivados Cultivos andinos: quinua, kiwicha
Cultivos para agroindustria
Vacunos, ovinos, caprinos, porcinos, Camélidos: conservación de calidad Lana: industria textil, artesanías Valor cultural de los camélidos para
camélidos, animales menores de pasturas y suelos Piscicultura (trucha, pejerrey), la población altoandina
GANADERIA Apicultura (miel, jalea real, polen, Protección de especies nativas en
etc.) ríos y lagunas
Recursos genéticos (germoplasma
de animales domésticos: camélidos,
cuy)
Leche y derivados
Maderas finas (caoba, cedro), Queuña, quiswar, aliso, chachacomo Coníferas Conservación de bosques primarios
BOSQUES eucalipto, coníferas, leña (uso que conservan suelos, sotobosque y El árbol y el bosque tienen un valor
doméstico) hábitat de aves simbólico y religioso en la cultura de
Castaña Reforestación para controlar erosión las poblaciones nativas
Plantas medicinales
Yacimientos de minerales metálicos y Energía solar para uso doméstico en
MINERIA Y ENERGIA no metálicos poblados rurales aislados
Hidrocarburos
Energía hidroeléctrica
Restos arqueológicos, monumentos, Conservación del paisaje para el Ecoturismo Monumentos, parques nacionales,
TURISMO paisajes, baños termales turismo Andinismo santuarios
Fiestas tradicionales, artesanías Cultura andina
Aguas del río Vilcanota y afluentes, Regulación de cursos de agua y de Turismo de aventura Valor cultural del agua para la
de lagos, lagunas y acuíferos masa hídrica por efecto de glaciares Aprovechamiento de acuíferos para población local
Aguas para riego Conservación de especies de plantas ampliar la superficie agrícola con
RECURSOS HIDRICOS silvestres riego

Camélidos silvestres (guanaco, Especies animales que contribuyen al Manejo, control y conservación de Valor cultural de los animales para la
vicuña) equilibrio ecológico y al especies silvestres objeto de un uso población local, sobre todo de
FAUNA Aves, peces, artrópodos funcionamiento y productividad de los comercial indiscriminado (cacería, algunas especies: cóndor, vicuña
Cochinilla ecosistemas pesca, cautiverio)
Ecoturismo
Elaboración. Antonio Romero y Christine Giraud.
c. Agricultura
Los aspectos que nos parece son importantes a resolver en la agricultura son:

Microindustria rural

La microindustria rural sirve actualmente a los propósitos de complementar el ingreso


de la unidad doméstica y permitir la reproducción de la economía familiar, sobre todo en las
partes altas de la región. Tiene un potencial de producción que no se aprovecha totalmente,
pues abarca varios procesos: extracción de recursos naturales para ser convertidos en
productos de uso doméstico o artesanías; transformación de alimentos, producción textil,
cerámica y una multiplicidad de productos diversos.

La microindustria rural es una alternativa de desarrollo sobre todo para los pequeños
productores y campesinos pobres, no solo como actividad complementaria a la agricultura, sino
como fuente de empleo productivo y por sus posibilidades de articularse mercantilmente (y
productivamente) con el turismo (producción de artesanías) y la agroindustria (materias primas
y alimentos).

El desarrollo de ésta rama de actividad requiere seguramente de apoyo técnico,


crédito, capacitación y formación empresarial de los productores, así como de estrategias que
les aperturen y los posicione en los mercados local, regional o extrarregional (exportación de
artesanías). Existen experiencias de pequeños proyectos empresariales en algunas microrre-
giones, que se deberían estudiar y evaluar.

Modernización

Nos referimos específicamente al cambio técnico que fomenta la productividad y la


especialización del trabajo. En la cuenca, como en el caso del Valle Sagrado, son los
campesinos “ricos” y productores independientes del mismo estrato quienes están en
condiciones de llevar a cabo por su propia cuenta mejoras en los métodos de producción, pues
tienden a la especialización en determinados cultivos demandados por el mercado. La
situación de los estratos medio y pobre es cuantitativa y cualitativamente diferente,
especialmente en el caso de los segundos, ya que la cartera de cultivos es relativamente más
diversificada y la dotación de tierras con riego por unidad es comparativamente menor, siendo
mayor con las tierras de secano.

La posibilidad y el tipo de cambio técnico debe responder a las condiciones naturales,


ambientales y del territorio donde se aplique. La tractorización puede ser perfectamente
aplicable en tierras de valle o en áreas de planicie, mientras que en tierras de ladera con
pendiente pronunciada la tecnología debe ser evidentemente otra. Aquí hay que hablar de una
mecanización más versátil. El problema consiste en que la maquinaria agrícola es importada, y
responde a un patrón tecnológico diferente a las condiciones de la serranía peruana.

Pero la modernización agrícola no significa solo mecanización y tampoco debiera


limitarse a la aplicación de paquetes de insumos (semillas, fertilizantes, pesticidas). Una
propuesta tecnológica, para los pequeños productores y campesinos pobres, debiera potenciar
su capacidad de manejo de recursos genéticos para la producción de variedades mejoradas; lo
cual tiene que estar necesariamente acompañado de una estrategia de seguridad y suficiencia
alimentaria, orientada a modificar la dieta urbana a fin de favorecer el consumo de alimentos
provenientes del campo.

La mayor articulación y efectiva integración productiva urbano-rural en la región pasa


por la producción y consumo de alimentos. Una estrategia de mercado debe por eso apuntalar
los productos locales y andinos, destacando su importancia en la alimentación por el valor
nutritivo y proteico que contienen. De esta manera, la diversidad de pisos ecológicos, climas,
suelos y cultivos que manejan los campesinos pueden dejar de ser una restricción para el
desarrollo de la agricultura.

20
Mercados y comercialización

La precariedad de los ingresos campesinos es un problema a resolver que obedece en


gran parte a las condiciones del intercambio en la comercialización de sus productos, así como
a las pautas de consumo que se derivan de la demanda urbana. Para ello es necesario reforzar
o promover la capacidad negociadora de los productores, mediante su asociación, respecto del
poder que ejercen los intermediarios en la determinación de los precios.

Ciertamente es difícil a corto plazo prescindir de la influencia y el papel de los interme-


diarios, por la capacidad y habilidad que tienen para el acopio, movilización, distribución y
abastecimiento de productos agrícolas. Sin embargo, existen experiencias inclusive en otros
países (como en la Sierra ecuatoriana) donde se ha logrado al menos acortar la cadena de
intermediación, mediante la organización y participación directa de los productores en los
circuitos de comercialización. Mientras más directa sea la vinculación mercantil entre
productores rurales y consumidores urbanos, o menos recargado de intermediarios resulte el
sistema de comercialización para determinados productos, el beneficio económico se va a
reflejar obviamente en las condiciones del mercado (precios, abastecimiento, calidad de los
productos, control de la especulación y de la escasez artificial).

Es necesario prestar atención a los problemas de distancia, disponibilidad de medios


de transporte, infraestructura y vías de comunicación, que condicionan la posibilidad de que los
productores desarrollen/amplíen mercados. Los campesinos han desarrollado asimismo sus
propios mercados, ya sea para abastecerse de productos a lo largo del año (ferias anuales) o
para agenciarse de dinero a fin de adquirir bienes de consumo urbano y agroindustriales (ferias
semanales).

Gestión de recursos

Son muchos y muy diversos los recursos que se manejan en la actividad agropecuaria
en distintos espacios de la región (andina, de valle y selva), como se mostró en el cuadro n° 5.
El manejo de los recursos genéticos es favorecido por la diversidad de climas y las diferentes
aptitudes del suelo, hecho posible además por la capacidad de adaptación del hombre andino
a las rigurosidades del medio y al conocimiento acumulado a lo largo de muchas generaciones.
La tecnología ancestral en el manejo de variedades de cultivos y plantas es algo que se
debiera potenciar como parte de una propuesta tecnológica “moderna”, vinculada a su vez con
una estrategia regional de seguridad alimentaria que incluya además entre sus componentes la
salud y educación.

La ganadería de altura tiene en la crianza y manejo de camélidos (llamas, alpacas,


vicuñas) su mayor vocación productiva por la producción de lana, carne y mejoras en produc-
tividad de pastos naturales que ofrecen, en comparación con otro tipo de ganadería.10 Téngase
además en cuenta que, en promedio, los campesinos pobres tienen la mayor tenencia de
camélidos por familia.

El 70% de la disponibilidad hidráulica de la cuenca proviene de lagunas y acuíferos11 lo


que da una idea del enorme potencial existente para el fomento y desarrollo de la piscicultura.
Existe además un mercado de consumo de pescado que está en aumento, actualmente en
base al pejerrey y la trucha particularmente en la ciudad del Cusco, sin perjuicio que se puedan
introducir otras variedades de pescado en la alimentación y dieta urbanas.

En el presente siglo la deforestación durante la época de las haciendas, acelerada


durante y tras la reforma agraria, ha ocasionado la práctica desaparición de bosques primarios
en la sierra (tierras de valle y bosques en laderas). Los factores que han conducido a ésta
situación fueron la explotación con fines maderables, la quema con fines agrícolas, los
incendios y quema de pastizales. Así, para traer un ejemplo, estas actividades han sido
respectivamente responsables de la deforestación del 30, 50 y 20% de bosque primario en dos

10
“...los camélidos son mucho más adecuados para las pasturas altoandinas, por su forma de pastoreo y por su mayor
capacidad de transformación de los pastos, que en el caso de la alpaca es en un 22% superior a la del ovino” (Brack;
1997, 258).
11
Romero (1997b, 44).

21
comunidades del valle del Paucartambo (Farfán y Hurtado; 1996, 79-80). La situación con los
bosques selváticos del Cusco no es tampoco muy halagadora, ya que anualmente se
deforestan 20,000 hectáreas. La superficie deforestada pasó de 371,771 has en 1990 a
469,866 has en 1995, lo que implica una tasa de deforestación de 4.8% anual.12

Ante la pérdida de bosques primarios en las zonas altoandinas la primera prioridad es


la reforestación, con el propósito de “controlar la erosión y mejorar las cuencas” (Brack; 1997,
257). En este sentido, la reforestación es una fuente de empleo productivo para la población
rural, además de una serie de beneficios que conlleva para el manejo y conservación de otros
recursos (suelos, cobertura vegetal, agua, flora) y del ambiente, que difícilmente pueden ser
valorados con los criterios de mercado.

En el caso del bosque tropical de ceja de selva y selva baja, se vuelve indispensable
no solo controlar/detener la deforestación indiscriminada por parte de la agricultura migratoria,
sino también el diseñar y ejecutar planes de manejo sostenible para la explotación de maderas
finas. Estos productos van a ser regulados por el Convenio Internacional de Maderas
Tropicales, que ha sido suscrito y ratificado por el Perú, a partir del año 2000; cuya exportación
e ingreso a los mercados de otros países va a estar condicionado a que procedan de bosques
manejados en forma sostenible.

d. Desarrollo urbano y regional


Los distritos con importantes tasas de crecimiento demográfico, con diversificación en
sus actividades económicas, y como escenarios específicos de acciones de desarrollo, son los
siguientes:

Cusco : San Sebastián, San Jerónimo, Huanchac, Santiago y Saylla.


Quispicanchi : Ccatcca, Andahuaylillas y Oropesa.
La Convención : Echarate, Ocobamba, Vilcabamba y Santa Ana.
Urubamba : Chinchero y Urubamba.
Canchis : San Pedro, Sicuani, Marangani y Combapata.
Calca : Lamay, Calca y Pisac.

Los flujos migratorios en décadas anteriores, hasta principios de los años ochenta,
convirtieron al Cusco (provincia y ciudad) en el espacio social con la mayor concentración de
población y, por eso mismo, en el mayor centro urbano de la cuenca y la región.
Paralelamente, en el período intercensal 72-81, hubo un proceso de urbanización en algunos
distritos y, en el 81-93, de urbanización acelerada en otros que tuvieron tasas de crecimiento
negativas.

Esto implica que en el espacio de regional se ha formado y consolidado una red urbana
donde el departamento del Cusco, no obstante perder su capacidad de retener población,
constituye un polo de atracción de migrantes. Sin embargo, al mismo tiempo que expulsa
población hacia otras regiones (Arequipa, Lima) y de ser un blanco migratorio, el Cusco tiene
un papel redistributivo de los flujos hacia adentro de la región, es decir, hacia los centros
urbanos secundarios, capitales de distritos y centros poblados menores.

Todo ello configura un escenario de movilidad social bastante acentuado, activo y


dinámico que continuará en los próximos años. La pregunta es: ¿por qué el departamento del
Cusco no puede retener población?, o ¿a qué se deben la movilización de contingentes, los
intercambios y trasvases de gente? Si la pobreza y el estancamiento en el agro es la causa
económica principal de la migración, la falta de trabajo y la insuficiencia de los ingresos que se
obtienen en la ciudad son factores (seguramente no los únicos pero sí los más importantes)
que contribuyen a explicar la alta movilidad de los procesos migratorios y redistributivos de la
población.

Esta situación ayuda a explicar también por qué el comercio y los servicios son las
actividades urbanas más dinámicas, y socialmente relevantes, en la estructura de la economía
regional, corroborando una vez más el carácter mercantil de los espacios que contiene. Sin

12
Las cifras de superficie deforestada pertenecen al INRENA (Farfán y Hurtado; 1996, 20).

22
embargo, de entre todas las actividades económicas urbanas, el sector con mayor potencial de
articulación productiva con el campo es la agroindustria, mientras que en términos mercantiles
las vinculadas al turismo entre los diversos servicios.

Pareciera entonces que la agroindustria y el turismo son los ejes del desarrollo urbano-
regional, aunque el problema no es solo ni se reduce a identificar sectores o actividades. Las
cuestiones del empleo y de la carencia de ingresos hacen mover a la gente; las manufacturas
urbanas no producen a plena capacidad por falta de mercado y demanda efectiva; excepto
unos cuantos cultivos, la producción agroalimentaria para la ciudad está bloqueada por y no
puede competir con las importaciones extra regionales de consumo urbano, contribuyendo
estas al estancamiento del campo; la industria y agroindustria dependen de insumos que no
producen; la construcción, el comercio y los servicios son los sectores más dinámicos en la
absorción de empleo estacional o eventual; el patrón de ocupación del espacio se ha visto
modificado por la urbanización acelerada, que además está trayendo consecuencias sobre las
relaciones rural-urbanas y los recursos naturales (presión demográfica sobre tierras del
interland agrario, contaminación de cursos de agua y ríos, demanda urbana de energía).

El reto del desarrollo regional debe enfrentar y resolver entonces muchísimos


problemas, ninguno de los cuales está aislado del otro. Sería un grave error de estrategia y de
planificación ver el desarrollo regional en función del desarrollo exclusivo de determinados
sectores y/o actores. Un verdadero desarrollo regional tiene que ser integral, inclusivo de los
diferentes espacios de producción y reproducción, centrado en las propias capacidades y
recursos, socialmente equitativo y sostenible. Cualquier propuesta, programa o política que
ponga el énfasis en un aspecto del desarrollo conlleva costos económicos y sociales, así como
costos de oportunidad, que serán evidentes con el tiempo: lo que unos ganan otros pierden.
Dado que los recursos siempre serán escasos frente a la magnitud y envergadura de los retos
del desarrollo, este debe ser abordado como un complejo proceso socioeconómico, político y
cultural de largo aliento.

La dimensión cultural del desarrollo es un asunto de vital importancia para la región. El


problema puede ser planteado de ésta manera: ¿cómo construir una matriz cultural que
presida y dé sustento a alternativas de desarrollo donde lo moderno (economía de mercado) no
esté en conflicto con formas de producción de sobrevivencia (relaciones de cooperación y
reciprocidad)? ¿Es posible impulsar formas de acumulación y capitalización en las economías
campesinas, sin que ello conlleve la desintegración de su identidad y su cultura? ¿Cuáles son
las opciones por lo andino y occidental, donde lo uno se pueda desarrollar al mismo tiempo que
(y no a costa de) el otro? En el escarpado y movedizo campo de la economía, ¿es posible
pensarla como un problema cultural? Las preguntas relativas a qué tipo de economía, qué
producir y cómo, para quiénes, son indudablemente cuestiones que no se refieren solo al
desarrollo material, sino también a una determinada manera de ver el mundo. Otra cosa es que
las respuestas existentes provengan predominantemente de la economía convencional que
conocemos, donde los conceptos económicos y por ende sus instrumentos están vaciados de
contenido social, espacial y tiempo histórico.

e. Empleo
Se trata de un tema central pues el empleo es un problema económico y social. Tiene
asimismo un rol clave en cualquier propuesta de desarrollo, ya que a través de él es posible
avanzar hacia la integración productiva entre los espacios urbano y rural, al menos a partir de
determinadas actividades. El empleo productivo y remunerado proporciona capacidad
adquisitiva a la población, generando demanda efectiva que a su vez promueve los mercados.

El problema con cualquier programa que se plantee la creación de empleo, sea en el


ámbito que fuese (urbano, rural), radica en la pregunta ¿de dónde obtener los recursos y en
dónde invertirlos? Se trata en consecuencia de un problema no solo de fondos sino de
inversión. La participación directa de las agencias de cooperación en asuntos de este tipo se
ha vuelto cada vez más escasa, prefiriéndose canalizar los recursos o el financiamiento hacia
(a través de) los programas del Estado. Allí están el FONCODES y todos los grandes
proyectos sociales de lucha contra la pobreza del Ministerio de la Presidencia. Los grandes
programas y proyectos estatales tienen la seria limitación de ser asistenciales, y cuyos

23
recursos -más aún con el actual régimen- se usan en función de los intereses políticos del
gobierno de turno.

El asistencialismo estatal o de algunos proyectos privados de desarrollo hacen que la


población beneficiaria sea receptora pasiva de los recursos, volviéndola objeto y no sujeto de
su propio desarrollo. En el tema que nos ocupa, planteamos que la propia población interesada
genere sus propias alternativas de empleo, con propuestas técnicas y económicamente
sustentadas. Las ONG pueden realizar un aporte importante mediante la capacitación y el
concurso de sus técnicos y profesionales, brindando asistencia y asesoría en la elaboración y
presentación de proyectos ante la cooperación externa y el Estado. El problema del empleo
debiera ser asimismo incorporado en la agenda y mecanismos de la concertación (generación
de institucionalidad) regional.

Es estratégico entonces crear la capacidad técnica en las poblaciones locales y sus


organizaciones, para generar y gerenciar proyectos de desarrollo que promuevan el empleo de
sus recursos humanos en actividades económicas..

Considerando que el 83% de la PEA del Cusco se halla en situación de desempleo y


subempleo,13 en la actualidad se necesitan entre 280,000 y 300,000 nuevos puestos de
trabajo.14 A mediados del primer decenio del próximo milenio (en el año 2005) la población del
Cusco será de 1.2 millones de habitantes, en que el 60% vivirá en las áreas urbanas y el 40%
en las zonas rurales (COINCIDE; 1996a, 112). Es de suponer que la mayor parte de la
población urbana va a estar en la ciudad del Cusco, sea como lugar de residencia permanente
o habitual.

Es necesario reconocer que ninguno de los sectores de actividad, por si solo, se


encuentra en condiciones de proporcionar trabajo a la mayoría de subocupados y
desempleados, menos aún en el contexto de un escenario nacional recesivo como el presente.
Por ello, es aconsejable una combinación de estrategias y políticas que vayan resolviendo el
problema en el tiempo, bajo un escenario de intensa movilidad social que se correlaciona con
la terciarización del empleo; ya que si el 60% de la población va a ser urbana en menos de una
década, esto implica que la migración rural-urbana va a continuar. En todo caso, uno de los
impactos esperados de los programas y proyectos que pongan el acento en la generación de
empleo, y sean de alcance regional, sería reducir las tasas migratorias.

En el área rural existen alternativas relacionadas con el manejo de recursos que son
potencialmente generadoras de empleo: producción de alimentos para la ciudad, microindustria
rural, reforestación, ganadería altoandina y piscicultura, son probablemente las alternativas
más significativas que hemos considerado anteriormente. Piénsese que la reforestación en
toda la Sierra del país permitiría la ocupación al año de por lo menos 100,000 personas (Brack;
1997, 257), de las cuales la quinta parte podrían corresponder al Cusco; ya que la población
rural del departamento y el crecimiento urbano de las ciudades deben haber contribuido al
hecho de que hoy en día existan 2.5 millones de hectáreas deforestadas en toda la Sierra.

f. Educación
x Crear instituciones educativas y “bolsas de empleo” para la población joven, tanto en las
provincias que actúan como polos de atracción (Cusco, La Convención), como en aquellas
que tienden en el largo plazo a recuperar población (Canchis y Urubamba).

x Incluir la educación y la institución educativa en las acciones de promoción y desarrollo. La


capacitación, los eventos de reflexión y las reuniones de información son espacios de
aprendizaje, que debieran ser potenciados como espacios educativos.

x Diseñar y desplegar programas de capacitación: administración y gestión municipal, esferas


productivas, mercadeo y agroindustria, con la finalidad de desarrollar destrezas y
habilidades para una mejor relación con las ciudades y los mercados.

13
La República Región Sur, pág. 5B, 1997.
14
Nuestros cálculos estiman la creación de 288,736 empleos, suponiendo conservadoramente una tasa del 1.1% de
crecimiento anual de la PEA que es la misma del período 81-93.

24
x En el escenario urbano tener en cuenta las colonias de migrantes, especialmente en las
ciudades de Cusco y Sicuani, para elaborar propuestas de promoción y desarrollo. Existen
varias razones que lo justifican: el rol que juegan en la articulación campo-ciudad; son un
canal importante en el intercambio mercantil; influyen en los procesos de modernización del
campo; han hecho crecer la economía informal en las ciudades y ocasionado cambios en el
empleo urbano; y, por último, su espacio de desarrollo es la pequeña empresa.

x Promover la formación de líderes campesinos entre los jóvenes. De un lado, para fortalecer
la gestión y democratización de los gobiernos municipales; de otro, para modernizar el agro
a partir de las iniciativas y potencialidades productivas campesinas.

g. Concertación, institucionalidad
La concertación es un proceso a mediano y largo plazo, que requiere de instrumentos
de negociación, de gestión y ciertas reglas de relación interinstitucional. Supone también
correlativamente la construcción de escenarios que apunten al cambio de relaciones
económicas, sociales y de poder, para lo cual se tiene necesariamente que partir del
conocimiento del o los escenarios tal y como se configuran hoy, que a su vez son
determinados por un conjunto de factores históricos, estructurales y coyunturales, sea que
provengan de afuera o se hayan configurado en combinación con las especificidades internas
de la región.

En los espacios institucionales se organizan y (re)definen las relaciones de poder. La


distribución de recursos, las facultades y atribuciones, los liderazgos y discursos, generalmente
se determinan en los espacios públicos en función del poder político y las relaciones
clientelares. En el caso peruano las posibilidades de desarrollo en las regiones, provincias y
distritos, o lo que puedan hacer los organismos sectoriales y los gobiernos locales, dependen
del poder central. Se trata de una dependencia estructural e históricamente determinada. Un
enfoque que de cuenta de las dinámicas Estado central-sociedad regional o local, no puede
abstraerse de los referentes histórico y territorial.

Para efectos prácticos la concertación supone previamente el diagnóstico de los esce-


narios que servirán como punto de partida y de referencia, para saber qué hay que cambiar y
cómo. En este sentido, el conocimiento relativamente completo del escenario presente se
vuelve también un instrumento indispensable para la planificación, la identificación de
proyectos, el diseño de la estrategia a seguir para buscar el cambio de cada situación-
problema, la programación y asignación eficiente de recursos.

Escenarios. La ocurrencia de dinámicas, procesos y tendencias han configurado escenarios a


distintos niveles donde se desenvuelven. Los escenarios están reunidos en tres
agrupamientos: los que corresponden a la relación Estado-Región, los de alcance regional y
los escenarios microrregionales.

Desde el punto de vista de la relación Estado-Región:


x Ajuste macroeconómico
x Regionalización
x Reforma estructural del Estado

En el ámbito regional (Región Inka, Cusco, Cuenca del Vilcanota):


x Desarrollo urbano-rural respecto de la articulación productiva
x Mercados de trabajo y empleo
x Procesos de ocupación del espacio por movimientos de población
x Dinámica comercial y mercados
x Inversión regional (minería, energía, infraestructura)
x Modalidades de explotación y manejo de recursos naturales
x Impactos de procesos socioeconómicos (urbanización, agricultura migratoria, y otros) sobre
los ecosistemas, recursos naturales y el medio ambiente

Escenarios microrregionales:

25
x Pobreza crítica
x Minifundización, parcelaciones, concentración de tierras
x Privatización y mercado de tierras
x Conflictos locales por acceso a recursos comunales y riego
x Crecimiento urbano de distritos
x Competencia informal en la producción, informalización del comercio y servicios
x Desempleo, subempleo, mercados locales de mano de obra
x Dinámica mercantil de las ferias en la articulación rural-urbana a nivel microrregional
x Colonización de frontera agrícola en selva y ceja de selva
x Influencia del turismo en la economía de espacios determinados (Cusco, Valle Sagrado)

División del trabajo: ¿Quién hace qué?. El fortalecimiento de la institucionalidad y la


concertación para el desarrollo regional pasan necesariamente por la definición de roles de los
actores, con reglas para una óptima división social/institucional del trabajo según los recursos
que se puedan aportar, las experiencias y el conocimiento acumulado, así como las ventajas
comparativas logradas en los espacios de intervención. Los gobiernos locales tienen una
responsabilidad política en la gestión de los problemas locales y regionales; los representantes
sectoriales manejan la relación con el Estado para buscar apoyos efectivos y reales; las ONGs
brindan servicios profesionales y técnicos; y las organizaciones de los productores directos
procuran generar autogestión y fortalecer la coordinación desde las bases.

Actores para la concertación. Se trata que el eje de desarrollo pase por todos los niveles de la
concertación institucional: decisiones microeconómicas, perspectivas de desarrollo local y
regional y las decisiones reivindicativas de las organizaciones de base. En este sentido una
relación de actores seleccionados, de carácter propositivo, es la siguiente: productores directos
con experiencia en el mercado; gobiernos locales con liderazgo y capacidad de convocatoria;
instituciones públicas con aceptación y experiencias exitosas; ONGs con experiencias exitosas
replicables; organizaciones de productores con especialización en ciertas líneas de producción
y organizaciones de base sólidas y con apertura al diálogo.

Aspectos estratégicos. Hay dos aspectos claves y estratégicos en la agenda de la


concertación: 1) Evaluación de los recursos potenciales en cada escenario que permita unificar
criterios y desplegar actividades productivas para el desarrollo interno. 2) Generación de
empleo en las áreas rurales y urbanas, para amortiguar el problema de la migración interna y
mejorar los bajos ingresos económicos de los productores directos.

Actividades económicas. Las principales actividades económicas a priorizar en la concertación


institucional son cinco: manejo de recursos naturales, agricultura, agroindustria, comercio y
turismo. La importancia de estos sectores descansa en sus posibilidades de articulación
interna, el potencial productivo, la generación de empleo e ingresos para las economías local y
regional.

Inversión. Es importante la elaboración de proyectos de inversión con el respectivo


financiamiento para los productores directos, quienes debieran ser asimismo capacitados en
esta materia, a fin de mejorar su capacidad de gestión en términos de eficiencia y
competitividad.

6. Perspectivas
La necesidad de actuar frente a los retos del desarrollo regional y saber como
insertarse en el (los) escenario(s), supone responder a las cuestiones del qué hacer y por
dónde empezar, respecto de las cuales esta parte busca realizar algunos aportes.

Desde mediados de 1997 el país fue afectado por una crisis política, la más grave del
actual gobierno desde 1990, que ha conducido al desprestigio del régimen por sus propios
errores, al debilitamiento de los poderes públicos y en general al resquebrajamiento del Estado
de Derecho.

Por primera vez en muchos años la población se movilizó por libertades y derechos
constitucionales, que el gobierno ha venido violando sistemáticamente. La reelección es el

26
problema de fondo que está en medio del actual enfrentamiento entre el Estado y la sociedad
civil. Más aún, los métodos de ejercicio del poder, su concentración y el estilo autoritario de los
gobernantes, han colocado a los aparatos del Estado al servicio de dicho proyecto político.

La perpetuación del régimen significa no solo la consolidación de una dictadura y un


Estado de tipo asiático, sino también de un neoliberalismo que en materia económica sigue al
pie de la letra el recetario de organismos internacionales, y que promueve el capitalismo y la
economía de mercado en el país de una manera “salvaje”.

La coyuntura política actual no solo se va a resolver con la restitución del Estado de


Derecho y las libertades, o haciendo retroceder al autoritarismo y su proyecto de reelección.
Estando ya ad portas del cambio de siglo, dicha coyuntura permite poner en la perspectiva del
debate nacional la naturaleza, carácter y rol del Estado con el cual el país va a tener que contar
para adecuarse a las tendencias mundiales en el marco de la globalización, y para resolver los
problemas domésticos.

Conviene al respecto plantear: ¿Qué tipo de Estado quiere el Perú?; ¿acaso un estado
regido y dominado por una cúpula?; ¿un estado que controla y centraliza todo?; ¿un estado
que favorece el “capitalismo salvaje” entregando recursos y patrimonios del país y que confía
ciegamente en la inversión extranjera?; ¿un estado que tiene una fe cuasi mítica en el mercado
como algo que le va a resolver los problemas al Perú?

Las preguntas anteriores no implican ir hacia los extremos, es decir, no se trata de


plantear una vuelta al modelo de Estado corporativo de los años setenta, ni tampoco del
rechazo absoluto del mercado como mecanismo de asignación de recursos. La tendencia en el
país es hacia una menor participación del Estado en la economía, así como la reducción de su
tamaño, mientras que las relaciones de mercado se han abierto paso y cruzan hoy a todas las
actividades económicas. Sin embargo, no es menos cierto que el Estado es quien sigue
poniendo las reglas del juego a los actores, siendo el ente al que se acude a fin de arbitrar
situaciones de conflicto de diversa índole, o para obtener privilegios, incentivos y favores.

La cuestión es que Estado y mercado no son neutrales. En una formación social como
la peruana el poder económico y el poder político, dada su concentración, hacen que el manejo
del Estado y las fuerzas del mercado sean favorables a los intereses de una minoría; es decir,
haciendo que uno y otro se muevan en determinada dirección. Lo que pretendemos afirmar es
que, en el fondo, Estado y mercado siempre se han regido en el Perú sobre la base de
relaciones de poder.

Para las regiones este es un problema de mucha importancia. La construcción de una


alternativa de desarrollo regional no puede prescindir ni dejar de estar acompañada del tema
del poder, especialmente para las cuestiones envueltas en la relación Estado-Región. En las
condiciones actuales la lucha contra el centralismo no puede seguir limitándose a un listado de
reivindicaciones, que solo logran movilizar por un momento a la población. Cualquier propuesta
de desarrollo regional tiene que incluir en sus propósitos el tema de cómo construir un Estado
Nacional a partir de las regiones.

Pero la cuestión anterior implica que la Región debe ser asumida como un espacio que
tiene que ser socialmente construido, como planteaba Boisier (1988). En otras palabras, la
fuerza de una propuesta de desarrollo regional frente a los intereses del Estado central, tiene
que descansar en la sociedad regional organizada y cohesionada en torno de aspiraciones y
necesidades. Lo cual supone, a la vez, abocarse a las tareas de construir institucionalidad,
promover la ciudadanía y fortalecer la democracia desde las bases.

A corto plazo las regiones van a ser afectadas por la dación de leyes como la de tierra,
de agua, recursos naturales y regionalización/descentralización, que pondrán a prueba la
capacidad de respuesta de las instituciones y sectores sociales, abriendo probablemente
nuevos escenarios de conflicto/negociación en que ingresarán las relaciones Estado-Región en
los próximos años.

27
En el Cusco la nueva ley de tierras se inserta en un escenario de concentración y
redistribución de tierras, donde los propietarios comunales controlan el 63.2% de la superficie.
La concentración de tierras por aquellas unidades de más de 50 hectáreas es particularmente
acentuada en las provincias de Canchis, Quispicanchi, La Convención y Calca. En La
Convención el 54.4% de la superficie, según el último censo agropecuario, es de particulares
que incluyen probablemente a sociedades de hecho. En el caso del Valle Sagrado se repiten
patrones similares de concentración y distribución favorables a los campesinos ricos y
productores independientes.

En otros términos, la nueva ley aparece en el momento de darse una tendencia hacia
la privatización de tierras en la región, donde los propietarios comunales en las provincias altas
y los particulares (campesinos colonos y asociados) en áreas de frontera agrícola en la selva,
van a consolidar probablemente no solo su situación de propietarios sino que también se
favorecerán de las dinámicas que va a generar el mercado de tierras. En las circunstancias
anotadas, y suponiendo que no se haga nada que contrarreste la tendencia, es de esperar que
dicha ley lleve hacia una nueva estructura de concentración.

Además de las tendencias anotadas, provenientes de afuera y desde arriba, y que


afectarán la relación Estado-Región, existen asimismo un conjunto de dinámicas y procesos
que vienen actuando dentro de la región, siendo las más importantes las siguientes:

x Movimientos de población
x Urbanización
x Explotación de recursos naturales
x Colonización

Es necesario prestar atención a las dinámicas señaladas ya que han llegado por si
mismas a conformar escenarios definidos, que están modificando la ocupación del espacio
regional y dando lugar a su vez a nuevas dinámicas (p.ej. deforestación, informalidad, impactos
ambientales). Algunas de ellas seguramente serán influidas o estimuladas por las políticas de
Estado, como la ley de tierras.

Agenda de trabajo hacia adelante

Para terminar, se proporciona una agenda de trabajo (cuadro N° 6) en términos de


investigación, capacitación, información/difusión y concertación. La agenda es propositiva, su
aporte radica en identificar temas y cuestiones que podrían ordenar/orientar un trabajo
sistemático e interrrelacionado. Sin embargo, debe ser sometida revisión y evaluación
periódicas de manera que recoja y actualice los cambios en las condiciones.

28
Cuadro N° 6
Una agenda de trabajo para el monitoreo de las dinámicas regionales
Dinámicas económico Dinámicas sociales Dinámicas urbanas
productivas y rurales
Pobreza Inventario de demandas, inte- Tendencias poblacionales.
Colonización reses sociales, necesidades y Urbanización de distritos.
Ferias asuntos en conflicto, de Rol de las ciudades interme-
Microindustria rural actores locales y sectores dias (Sicuani, Quillabamba) y
Manejo de recursos sociales. centros urbanos menores en
naturales Espacios de concertación a el desarrollo regional.
Recursos genéticos partir del estudio de la institu- Estrategias de reproducción
INVESTIGACION Relaciones de género en la cionalidad, organización social de los migrantes en la
economía familiar y liderazgo. ciudad.
Mercado de tierras en las Identidad y territorio como La “modernización” de la
áreas de influencia de la fundamentos de la organiza- comunidad y su nuevo rol en
expansión urbana ción, movilización y formas de un contexto de fuerte migra-
expresión de la sociedad local/ ción y urbanización.
regional Actividades económicas
urba-nas con potencial de
articula-ción a la economía
agraria.
Gestión de recursos Metodologías de negociación y Planificación urbana y
Gestión microempresarial solución de conflictos. regional
CAPACITACION Comercialización Capacitación en aspectos de Manejo de cuencas
Crédito gestión local (municipios) Gestión de servicios urbanos
Manejo de proyectos Formación de líderes sociales
Mapa de pobreza Mapeo de instituciones y Red urbana de la Cuenca del
Precios y mercados organi zaciones Vilcanota
Circuitos de comercialización Proyectos de desarrollo Impactos ambientales de la
Sistematización y difusión de Recursos y presupuestos urbanización
INFORMACION/DIFUSION experiencias Foros de información y debate Morfología urbana
Legislación sobre temas específicos para Cartografía temática y actua-
Recursos naturales: gas de buscar acuerdos y consensos lizada de centros urbanos
Camisea con los actores Usos del suelo urbano
Conflictos de tierra Demandas locales Planificación de la expansión
Acceso/uso del agua y otros Necesidades sociales: urbana (Cusco, Urubamba y
recursos alimenta ción, empleo, salud, otros distritos)
CONCERTACION Empleo en zonas rurales y educación, vivienda, vialidad Regulación y control de la
áreas marginales urbanas Concertación de políticas socia contaminación de las aguas
les con el Estado (lucha contra y cursos de ríos, proveniente
la pobreza) de residuos y desechos de
las ciudades.
Elaboración. El autor.

29
REFERENCIAS

BOISIER, S.
1988 “Las regiones como espacios socialmente construidos”. Revista de la CEPAL N° 35
(agosto).

BRACK, A.
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Visiones, actores, estrategias y consensos para el desarrollo social (F. Arnillas,
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