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Bárbara Cynthia García Colomé.

La violencia contra la mujer es un fenómeno complejo de la sociedad, conocido desde hace


siglos, pero con características especiales en la etapa actual, puesto que puede envolver a
cualquier grupo socioeconómico en mayor o menor intensidad, y resultan las familias
desposeídas las más afectadas.
Cuando se observa lo que ocurre en el mundo alrededor de las familias y dentro de éstas, a
la mujer y el niño; es fácil comprender el riesgo a la supervivencia que corren millones de
personas, si no se les presta la ayuda necesaria para aliviar la pobreza y alcanzar niveles de vida
adecuados en los próximos años.
Estas realidades obligaron a los estados y sus gobiernos a reflexiones muy profundas sobre la
conveniencia de dar protección a la mujer y el niño en todas sus etapas, e incorporarlos a los
planes de desarrollo socioeconómico de cada nación. Si se logra este propósito, la humanidad
lo agradecerá, porque se trata de su salvación.
Cuba a pesar de ser un país pequeño con grandes dificultades económicas, invierte
cuantiosos recursos en la atención educacional y médico sanitaria de la población, alcanzando
en este sentido logros en los aspectos esenciales para el desarrollo y la calidad de vida, por
encima de muchos países; aún aquellos altamente industrializados. Sus avances en la ciencia y
la técnica la convierten en un ejemplo para el resto de los países pobres.
Por eso nuestro trabajo persigue como objetivo exponer desde diferentes criterios de autores su
definición y los diferentes tipos de violencia latentes en cualquier sociedad.

DEFINICIONES SOBRE LA VIOLENCIA


EI problema de la violencia, como un problema social y de salud, afecta a todos sin distinción
de país, ni capas o clases sociales. Ha adquirido resonancia social en los últimos tiempos, no
porque ocurra con mayor frecuencia, sino porque hoy son más conocidas y estudiadas estas
conductas.
En estos momentos se ha convertido en un factor negativo que va adquiriendo fuerza creciente
en nuestra área como en el resto del mundo, incluso, hay autores que plantean que el primer
problema que enfrentará la humanidad en el siglo XXI es la violencia. Palpamos y sufrimos un
mundo donde la violencia se ha convertido en una de las formas más usuales de
resolver conflictos entre las personas.
El concepto de violencia es tratado por diferentes autores, por lo que su definición exacta no
está exenta de polémicas.
La palabra violencia, está relacionada con malestar, maltratar, violar, forzar. Se puede decir
que siempre implica el uso de la fuerza, para producir un daño. Por ejemplo, el Dr. Roberto de
Uries y otros en el trabajo. "La violencia en Venezuela", plantea:
"Expresión de agresividad manifiesta o encubierta que tiene consecuencias negativas
para todo aquel que se ponga en contacto directo con ella. La violencia es la agresividad
destructiva". [1]
Edelma Jaramillo refiere:
"La palabra violencia viene del latín violare, significa infringir, quebrantar, abusar de
otra persona por violación o por astucia. Se define también como una fuerza o coacción
ejercida sobre una persona". [2]
Jorge Cosí, expresa que:
"En sus múltiples manifestaciones, la violencia siempre es una forma de ejercicio
del poder mediante el empleo de la fuerza (ya sea física, psicológica, económica, política…) e
implica la existencia de un ´arriba´ y un ´abajo ´, reales o simbólicos, que adoptan
habitualmente la forma de roles complementarios: padre-hijo, hombre-mujer, maestro-
alumno, patrón-empleado, joven, viejo, etcétera". [3]
Podemos localizar en las conductas violentas el empleo de la fuerza para resolver conflictos
interpersonales. Es una forma de ejercicio del poder para eliminar aquellos obstáculos que se
interponen en nuestras decisiones, acciones y usamos la fuerza. Por lo general,
la conducta violenta es posible dado la condición de desequilibrio de poder, este puede estar
motivado culturalmente o por el contexto, o producido por maniobras en las relaciones
interpersonales de control en la relación.
Ese desequilibrio de poder dentro de la relación puede ser permanente o momentáneo. Cuando
es permanente, las causas son culturales, institucionales, etc y cuando es momentáneo se
explica por sí solo, contingencias ocasionales, por lo que conceptualmente, la violencia se
caracteriza por forzamiento (fuerza, poder) y aclarar que no es solo fuerza física, sino también
cuando hay coacción, presión: versal, emocional, sexual, entre otros.

¿Qué es la violencia contra las mujeres?


La violencia contra las mujeres es un acto sexista que produce cualquier tipo de
daño físico, psicológico o emocional y se traduce en el maltrato verbal o físico en
cualquier contexto. Hoy, recogemos todos los tipos de violencia contra las
mujeres, porque no hay ninguno que sea menor: todos son consecuencia de la
discriminación que las mujeres sufren a través de las leyes o la práctica, y
persisten por razones de género; todos —desde el menosprecio o la
discriminación hasta la agresión física, sexual o el asesinato— son
manifestaciones de la necesidad de un cambio y un problema gravísimo que se
debe solucionar para obtener una igualdad real entre las personas.

¿Qué tipos de violencia contra las mujeres


existen?
Asimismo, es imprescindible conocer y reconocer qué tipos de violencia existen
en nuestras sociedades para poder combatirlos. Teniendo en cuenta que no existe
un maltrato peor que otro, pues todos surgen de la discriminación y terminan en
la violencia física, la opresión y hasta la muerte.
Entre las formas de violencia más común están:

1. La violencia económica
Corresponde a cualquier acción o acciones (sean estas directas o mediante la ley)
que buscan una pérdida de recursos económicos/patrimoniales mediante la
limitación (por ejemplo, las mujeres no pueden tener propiedades o hacer uso de
su dinero o de sus derechos patrimoniales). Este tipo de violencia contra la
mujeres es una de las más comunes, incluso en países con alto índice de
desarrollo humano (IDH), e incluye todo tipo de acto que genere limitaciones
económicas con la intención de controlar el dinero o privar de medios
económicos para vivir de forma autónoma.

2. Violencia laboral
Presente en decenas y decenas de países donde se dificulta el acceso de las
mujeres a puestos de responsabilidad laboral, o se complica su desarrollo en
la empresa o estabilidad por el hecho de ser mujer. Este tipo
de discriminación constituye uno de los más comunes también, y algunos
ejemplos son el no cumplimiento de igual salario para hombres y mujeres en
puestos idénticos o los despidos o no contratación a causa de posibles embarazos.
Una realidad contra la que tenemos que luchar tanto hombres como mujeres.
Al mismo nivel que la violencia laboral contra las mujeres encontramos la
violencia institucional.

3. Violencia institucional
Es aquella mediante la que funcionarios o autoridades dificultan, retrasan o
impiden el acceso a la vida pública, la adhesión a ciertas políticas e incluso la
posibilidad de que las personas ejerzan sus derechos.

4. Violencia psicológica
Puede darse en todo tipo de contextos, si bien la casa, la pareja y la
familia suelen ser tres de los más comunes, y consiste en cualquier acción que
sintamos que nos degrada como personas o trata de controlar nuestras acciones o
decisiones. Este tipo de violencia contra las mujeres no tiene por qué alcanzar
el hostigamiento o la humillación, sino que puede manifestarse como acoso,
restricción, humillación, manipulación o aislamiento, produciendo daños
emocionales y perjudicando nuestro desarrollo personal hasta problemas
emocionales y psicológicos muy graves que han llevado a muchas mujeres al
suicidio.
La violencia psicológica suele ser la puerta de entrada hacia otros tipos de
violencia, como la física o la sexual, por lo que debemos tener mucho cuidado si
creemos que se están dando muestras de este tipo de violencia. Si dudamos, lo
mejor siempre será llamar a la Línea 100 y hablar con un/a profesional que nos
asesore.
5. Violencia física
Se traduce en cualquier acción que provoca daño o sufrimiento físico y afecte a
la integridad de la persona: hematomas, heridas, quemaduras y hasta un empujón
es violencia física y jamás debemos excusarla.

6. Violencia sexual
Toda acción que amenaza o viola el derecho de una mujer a decidir sobre su
sexualidad y abarca cualquier forma de contacto sexual. La violencia sexual no
se limita a forzar a una mujer contra su voluntad, sino a cualquier tipo de acoso,
explotación, abuso o intimidación, sin importar si se da dentro o fuera del
matrimonio o de cualquier relación.

7. Violencia simbólica
Es aquella que recoge estereotipos, mensajes, valores o signos que transmiten y
favorecen el hecho de que se repitan relaciones basadas en la desigualdad, el
machismo, la discriminación o la naturalización de cualquier rol de
subordinación de las mujeres en nuestras sociedades. Se trata de un tipo de
violencia contra las mujeres más difícil de erradicar, porque está anclado en
la colectividad y la mera permisividad lo fortalece: así un chiste o la transigencia
ante valores que, tradicionalmente, se han aceptado dificulta el cambio.
Ahora que conoces los tipos de violencia contra las mujeres más comunes, no
importa que seas hombre o mujer, denuncia cualquier situación de violencia en la
Línea 100 y ayuda a terminar con la violencia de género en tu país. También
puedes colaborar con Ayuda en Acción en sus proyectos de defensa de los
derechos de las mujeres en países en vías de desarrollo ante problemas como la
mutilación genital femenina, el tráfico y la trata o los matrimonios forzosos.
Ayúdanos a cambiar el mundo para todos y todas y a alcanzar una realidad donde
la violencia sea historia.

IA lo largo de la historia, la lucha por los derechos humanos ha estado muy


presente. Y, aunque se ha logrado una mejoría en la equiparación de estos a nivel
mundial, no ocurre lo mismo en el caso de los derechos de la mujer. En este
artículo queremos reseñar la importancia de la educación para lograr un mundo
igualitario y justo.
Lamentablemente, las oportunidades laborales siguen siendo dispares, y aunque
hoy en día en algunos países hay más mujeres universitarias que hombres, esto
no se ve reflejado en la dirección de las empresas, tanto públicas como privadas.
Además, a excepción de Islandia, el único país del mundo que ha aprobado
recientemente una Ley de Igualdad Salarial entre mujeres y hombres; en el
resto del planeta, las mujeres sufren discriminación salarial; también política y
social por su condición de mujer. Esta discriminación está agravada en algunos
lugares por la discriminación racial, como en el caso de las mujeres
afrodescendientes en
ntr.

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